- Fecha:
26 de marzo de 2018
Habian pasado algunas noches desde que habia conocido a Blair en ese bar. Y habia sido indudablemente feliz en esas pocas horas que estuve con ella. Me habia distraido un poco mientras vigilaba con la Liga de la Justicia el planeta, y claramente todo era culpa de esa mujer. Habia despertado un sentimiento extraño que habia dejado atras con Alex, un sentimiento entre el deseo y la necesidad. Queria llamarla apenas salio de mi departamento, pero me contuve a duras penas. Queria planear todo para que fuese una cita perfecta a la que la invitaria.
Le llame un viernes por la noche, aceptando su invitacion a comer y que ella cocinara. Me pidio algunos ingredientes que compre rapido como un cartero, velas y unos manteles tejidos para darle un aspecto a la mesa mas agradable. Cada lugar de la casa estaria impecable para una visita como la que iba a acontecer, pues en esos aspectos me gustaba ser muy detallista. Queria que ella se sintiese como toda una princesa, y creo que lo lograria.
Tras limpiar la casa, me bañe a toda velocida y me puse ropa semiformal con la que estar presentable: Una camisa gris, una especie de saco cafe claro y unos pantalones de jeans junto con zapatos negros. No era precisamente la mejor de las combinaciones, pero no tenia mucho para ponerme, asi que supongo que ella no pondra muchas pegas. Seguramente, la veria un tanto formal, por lo que esto serviria para romper mas el hielo. Revise el sistema de sonido (que en realidad era un amplificador simple con grabadora para correr discos), pero recorde que los cables estaban rotos. No habia tenido tiempo ni dinero para que el tecnico me repuciese mi aparato, asi que confie en que no quisiera escuchar musica.
Alguien toco la puerta, y tras asomarme, vi que era mi invitada. Mi corazon latio mas rapidamente, haciendome que abriera la puerta casi a la velocidad de Flash. Bueno, eso era imposible, pero si que la abri rapido. Apenas la vi, le di un abrazo fuerte y la invite a pasar. Esta noche tendria valor, no seria algo tan fortuito como habia sido el dia anterior. Sonrei, y la lleve a la cocina, dandole todo lo que ella necesitaba para cocinar. Trajo una botella de vino y un cordero para hacerlo a "la argemtoma", como segun ella me habia dicho. Pero eso no era lo principal: El vestido que traia le quedaba magnifico, era algo sumamente elegante y exquisito. Ella descorcho el vino, y yo empece a servir.
Un vino bueno, claro, no sabia tanto de vinos, aunque me gustaba el sabor. Brindamos, y deje que ella trabajara en el horno, charlando acerca de su dia a dia y como se desarrollaban las cosas para ambos. Realmente, la chica estaba agradandome bastante. Tenia una buena charla , buen cuerpo, sabia cocinar y era viajaera del mundo... Claramente, era una oportunidad que debia de aprovechar. Servi unas galletas con queso para picar mientras el cordero estaba, me fijaba en sus detalles, como si mi mente estuviera haciendo un enorme boceto de su persona.
El cordero salio, delicioso, hacia la mesa. Tumbado en un plato, y cortado por los magnificos cuchillos, cada uno tomamos una porcion y empezamos a con calma, acompañados de un vino delicioso (que por cierto era español, segun ella me dijo) y una agradable conversacion sobre arte y superheroes.
Cuando terminamos, en la sobremesa, charlamos acerca de su amiga que me habia comentado dias antes en el bar... Demonios, lo olvide totalmente, aunque ella me lo habia recordado. "Muchas gracias", pense inmediatamente, aunque no fue tan verbal mi disculpa. Mi lengua se arrastro un momento por el paladar, y gruñi imperceptiblemente. Ya estaba en estado etilico gracioso por culpa de tanto vino, pero... ¿Que mas da? Hoy no tenia trabajo, y esperaba que nada arruinase la cena que estaba disfrutando con esa dama.
Habia ofrecido darle un masaje cuando estaba cocinando, y justamente, en ese momento lo acepto. Perfecto, la mejor oportunidad, la zona de oro. Me levante y tome sus manos para llevarla al dormitorio, donde espere que se acostara para actuar. Obviamente, no tenia aceites ni nada de eso que tenian en los spa, pero ella lo entendia bien. Le pedi que se subiera a la cama, y al hacerlo, me puse detras de ella para lentamente, aprovechando cada momento, bajar la espalda de su vestido hasta la cintura, permitiendome trabajar.
No solamente era bueno con las artes plasticas, era bueno en todo lo manual. Y mi masaje lo podia comprobar, claramente, ella lo estaba disfrutando. Y yo tambien, me gustaba tocar el tacto de su espalda, bajar por sus hombros. Tras unos momentos de trabajar en sus hombros, me encargue de masajear sus pies, sus piernas. Traia unas lindas mallas, y en un total atrevimiento, quizas motivado por mi valor, bese sus pies. Ella no parecia molesta, por lo que de nuevo, volvi a su espalda.
Lentamente, mis manos fueron bajando hasta su cintura, donde se me fue la lengua, confesando mi atraccion fisica hacia ella. ¿Estaba plenamente conciente de lo que decia? No importaba, simplemente, queria disfrutar un agradable momento con Blair. Ella respondio mi halago de manera similar, y con todo mi valor, suavemente la gire en la cama. Mi cuerpo se puso encima del de ella y empece a acariciarla, besando su cuello.
Parece que esa fue la llama que encendio la mecha de todo un bote de dinamita. Apenas empezabamos, y ella ya se habia deshecho de su vestido, mientras empezaba a deshacerse mi ropa. Suaves contoneos y caricias iban subiendo el tono, mientras las prendas se retiraban y los cuerpos se juntaban en un acto tan poetico, tan necesario y tan real como las carnes. No hubo en esa noche un centimetro que no hubiera sido tocado, explorado o palpado, tanto con los dedos como con los labios, llegando cada uno a artisticos climax, que permitian en cada uno un sentimiento distinto, pero que los unia. Habia sido una pasion romantica para uno, interesante y divertida para la otra.
La noche no se detuvo, y aunque el agente galactico estuviera acostumbrado a largos jornales de ejercicio fisico, tambien necesitaba un descanso. Al alba, ambos quedaron dormidos, unidos por sus brazos en una caricia romantica que se corto unas horas despues cuando el Linterna desperto. Tener a la mujer en su cama habia sido no solo un logro, si no un honor para el, pues no muchas acostumbraban caer entre esas sabanas. Acaricio suavemente su cabello, y tras tapar su cuerpo, se fue al baño a darse una ducha.
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Eres todo un suertudo, Rayner... -Murmuro para si en la ducha, sonriendo.