Lo que ha sido de Nosotros [Omega][Dick Grayson/Cassandra Cain]

Quería hablar, pero me sentía amordazado. Quería correr, pero estaba encadenado. Mis pensamientos personales actuaban continuamente en mi contra cuando estaba completamente solo, y se acentuaban bajo la oscura noche de Gotham. Lo único que me alejaba de aquella miserable realidad era el trabajo. Trabajo y más trabajo, no descansar, levantarte y seguir pensando en el trabajo. Dormir poco hasta caer desmayado en la cama con tal de no pensar en nada por las noches. Era una mierda de vida, pero era mi vida. Incapaz de hacer frente a lo que estaba ocurriendo a mi alrededor.

Pero alguien me dio una oportunidad para poder hablar aquella noche. Alguien me quitó la mordaza.

La voz de Cassandra sonó por el comunicador y su calidez me tomó por sorpresa. 

"Bienvenido a casa". Eso había sonado tan bien... que por un momento casi me lo creí. Ya hacía mucho tiempo que Gotham había dejado de ser mi casa. Mi vida seguía en Blüdhaven, pero a pesar de todo, tampoco quería regresar allí. ¿Podría volver tranquilamente a la ciudad ahora que se estaba recuperando económicamente? ¿Podría dejar todos mis errores atrás como si nada?

El estercolero del 'Haven me recordaba cada uno de los fracasos que había cometido en la vida. Corté con Kory, perdí a mi mejor amigo y la poca relación que me quedaba con el anterior Bruce, y me fui a Blüdhaven. Y cuando creo que las cosas vuelven a ser como antes, vuelvo de nuevo al 'Haven y disparan a Barbara.

Cuando me alejo de la gente que me importa ocurren desgracias. Si hubiera estado en Gotham hubiera protegido a Barbara. ¿Lo hubiera hecho? ¿Hubiera sabido que aquella noche el Joker se presentaría en su casa a punta de pistola? No, claro que no. A quién iba yo a engañar. No podía proteger a nadie.

No quería hablar con nadie de lo ocurrido, ni si quiera con Bruce. Ni siquiera con Barbara cuando despertó. Quería evitar aquella conversación a toda costa, solo para seguir teniendo una excusa para estar erguido y continuar buscando a ese payaso hijo de puta.

No iba a contestar la llamada, pero ya me encontraba comprando unos fideos instantáneos en el barrio chino. Dos paquetes llenos hasta los topes y con extra de champiñones. Dios, necesitaba un respiro, no podía seguir así o iba a volverme loco.

Si aquella noche no había trabajo para mí, no tenía sentido seguir con la farsa. Ya no tenía más excusas para no hablar.

- Hola, morena... - salté desde la pared divisoria de la azotea dónde se encontraba Cassandra y me senté a su lado con una perfecta maniobra. Alargué mi mano para que cogiera uno de los paquetes de fideos chinos con sus respectivos palillos. - Espero que te guste la cena... - le dediqué una suave sonrisa y desempaqueté mis fideos para llevármelos con ansiedad a la boca.

Me moría de hambre.

Menos mal que Cass se quitó el casco y alargó sus brazos para coger mi comida. No quería estar hablándole a un casco blindado toda la noche, era muy siniestro (¿Sería cómodo aquel traje?).

Entre sorbo y sorbo de coca-cola volví a engullir los fideos, enfrascado sin querer en mis propios pensamientos. Había desconectado durante unos segundos y no me había dado cuenta de la suave caricia de Cassandra. Sus delgados dedos estaban arremolinados en mi pelo (otra vez se me estaba quedando largo y tenía que ir a cortarlo) haciéndome cosquillas.

- Perdona... ¿me habías dicho algo? -

Quedé como un idiota. Llevaba muchos días así, y no me daba cuenta de que debía de tenerla preocupada a ella y a los demás. Seguí devorando los fideos, pero esta vez a una velocidad normal y menos preocupante para Cassandra.

- ¿Baffler? Oh, ese idiota se escapó de Lockhaven. Sobornó a uno de los guardias corruptos y se dio a la fuga. Cuando llegué ya se había ido, pero por suerte le seguí la pista hasta aquí antes de que pudiera hacer nada malo...

¿Estábamos hablado de trabajo? Casi parecía que estaba hablando con la versión femenina de Bruce. Por suerte Cassandra era más calmada y parecía tener sus razones para sacar ese tema. Bruce hablaba del trabajo cuando no quería tratar los temas que realmente importaban.

- Claro, cuando quieras estás invitada al 'Haven. Puedes llamarlo así, te será más fácil que decir el nombre completo - le dediqué una sonrisa. Siempre me sorprendía que una mujer tan dura como ella tuviera dificultades a la hora de hablar. En cierto modo me parecía adorable - Pero procura avisar antes, ¿vale? El piso de un hombre soltero suele ser la pesadilla de una mujer.

Con el trabajo y las sesiones nocturnas no tenía tiempo para mi vida personal. Era una Odisea encontrar un momento para la compra y el mantenimiento del piso. Si Cassandra Cain se presentaba ahora mismo en mi apartamento saldría corriendo entre tanto calcetín sucio y ropa interior por el suelo.

- ¿Un hombre de Oswald, eh? Son muy escurridizos esos tíos. No te preocupes, es normal que las cosas no salgan bien de vez en cuando. No siempre vamos a poder ganar...

Y de repente apareció fugazmente la imagen de Barbara en el hospital. Postrada en la cama, con treintamil máquinas enchufadas a ella, permitiéndole vivir a duras penas. Apreté los puños sin querer y los dientes me chirriaron. El Joker se había cobrado la vida de Jason Todd, y después había querido tomar la de Barbara...

Sentí la rabia y el dolor subir y bajar por mi cuerpo, la sangre hervía incontrolada por mis venas y me asusté de mi mismo. ¿Cómo podía contener tanta ira? Esa sed de venganza estaba por acabar conmigo. ¿Y si hubiera llegado a encontrar al Joker? ¿Lo hubiera matado? Dios, juro que hubiera cerrado mis manos sobre ese cuello largo y escurridizo hasta retorcerlo y...

-Richard... Dick... - la voz de Cassandra me tranquilizó. Noté su mano en mi hombro y entonces me relajé.

Por unos segundos me había convertido en un asesino.

- Yo... lo siento, no... no estoy muy bien si quieres que te sea sincero. ¿Te he preocupado? Lo siento, de verdad... - me disculpé, aunque todavía no supe porqué lo había hecho. Cassandra estaba hablando con un cascarón vacío.

- Es... sobre Barbara. Estoy preocupado por ella y por haber perdido la pista del Joker... - dije llevándome la lata de coca-cola de nuevo a los labios. Pero ya no tenía excusa para no seguir hablando, en el refresco ya no quedaba ninguna gota.

- No te ofendas pero... se me hace raro hablar contigo... - le miré entonces a los ojos, tampoco tenía intención de herirla a ella también, pero quería serle lo más sincero posible. -En realidad... casi ni te conozco.

Dejé un largo silencio entre los dos, tratando de buscar una nueva frase que hiciera que me explicara mejor de cómo lo había hecho. Qué fácil se me daba provocar malentendidos y qué difícil era darme a entender a los demás. Otro aplauso para Richard Grayson, el hombre del tacto de acero (Superman estaría orgulloso de mi chiste).

- Para mí la historia termina en Tim Drake. El Jason de mi universo está muerto y no era ningún asesino psicópata, y ahora me encuentro con que la historia de la Batfamilia no había acabado  en el resto de universos. La hija de Cluemaster, la chica Spoiler... todavía estoy a cuadros cuando vi que ella también había sido Robin y después Batgirl... que Tim Drake ya no es el Robin inocente y risueño que conocía. Y Carrie, una niña desconocida que parece haber vivido otra vida completamente diferente al resto de dimensiones. Cada vez entiendo menos de esta historia, de todo lo que creía conocer de mí y de las personas a las que he conocido. Y luego estás tú...  - la señalé de nuevo con mi mirada azul- la que cogió el manto de Batgirl después de Barbara y la que se convirtió en Batwoman tras la muerte de Bruce...

Me dejé respirar después de vomitarlo todo, y volví a la carga de nuevo.

- Desde que llegaste has sido muy buena con todos nosotros y creo que te hemos correspondido como te mereces. La verdad... es que estoy contento de que estés aquí y de que puedas ser un soporte más para Bruce. Lo necesita. Lo necesitamos todos... y Barbara. Barbara también te necesita, lo sé... pero nosotros no somos los mismas personas que conociste. No soy tu Richard Grayson, y yo estoy perdido entre tantas personas que creen conocerme pero que yo no conozco... - dejé escapar un leve suspiro y después tragué algo de saliva.

- Tú y Carrie me caéis genial, pero me gustaría poder conoceros un poco más. Conocerte un poco más para saber que decir y no sentirme tan... impotente frente a todos estos cambios de mi vida...

Esperaba que después de la charla Cassandra pudiera entender mi punto de vista. No quería sentirme obligado a quererlas solo por el echo de que ellas habían entablado una amistad con otro Richard. Yo era el Dick Grayson que había quedado en medio del choque de universos. Con memorias y vivencias que no eran mías pero que tenía que empezar a aceptar.

Y aunque me sentía agradecido de estar rodeado de tan buenos amigos, de haber recuperado la relación que creía perdida con Bruce... Barbara seguía siendo lo más importante para mí en este mundo. Ella era la única que todavía pertenecía a mi universo, que guardaba los mismos recuerdos y experiencias que yo. Si la perdía a ella, todo lo que me había hecho ser quien era, todo lo que conocía... desaparecería para siempre...

Mi cabeza estaba hecha un lío, no conseguía saber si me había explicado lo suficientemente bien para que me entendiera. No quería alejarme de ella, no quería echarla de mi vida, porque eso no haría que me sintiera mejor o que las cosas mejoraran. Cassandra era de un universo diferente al mío y había entablado una relación de amistad con otro Dick Grayson, pero yo no era la misma persona que conoció, y yo no sabía quién era ella, esa era la realidad. Una realidad que se hacía cada vez más común tras el choque de diversos y que me asfixiaba. Una realidad que me alejaba de mi zona de confort, que me separaba de todas las cosas con las que había crecido y con todas las personas que había conocido. ¿Qué había pasado con el resto de mis amigos? ¿Dónde estaba Donna? Y si Donna vivía… ¿sería mi Donna o sería la de otro universo? Todo, me lo estaban quitando todo. A veces ni siquiera me reconocía a mí mismo. Y para Cassandra debía de ser igual, estar sola en Omega, sin tener nada a lo que aferrarse. Bueno, eso creía yo.

Vi como cerraba sus pesados párpados en un suspiro. Supe que Cassandra me había entendido y que seguramente le dolería hablar de su historia. Pero necesitábamos entendernos para detener esta farsa, para no seguir tratándonos como extraños y cercanos a la vez, para alejar esa sensación de inseguridad en mi pecho…

La historia prometía nada más empezar. Osea, tú ves a Cass sin saber nada de ella y piensas: “qué tía más guay, con su armadura de Wayne Corp. de última generación y sus cacharritos futuristas”... da igual, aunque no la conozcas sabes que va a patearte el trasero hasta decir basta. Pero que fuera la hija ninja de una de las villanas más temibles de Gotham y encima entrenada para proteger a Ra’s Al Ghul… vamos, eso no me lo esperaba.

- Lady Shiva… ¿es tu madre? – no quise interrumpir su historia, pero me había dejado tan sorprendido que tuve que decir algo – Me he encontrado más de una vez con ella en el ‘Haven. No le caigo especialmente bien desde que frustré sus planes… pero ya te lo contaré otro día.

Su entrenamiento con Ra’s debió de ser muy duro para ella. Una niña nacida en el seno de la liga de las Sombras y entrenada para ser un arma letal... ¿En qué narices estaban pensando esos psicópatas? ¿De verdad que esa gente se creían padres de algo? Todo niño merece escoger su destino, tener una infancia, jugar y relacionarse con los demás… Cassandra había vivido bajo las sombras, y todos los que hemos crecido en el dolor hemos quedado marcados. También yo.

Apoyé mi mano en su hombro cuando las lágrimas empezaron a correr por sus mejillas. Mentiría si le dijera que podía entenderla, puesto que nunca he matado a nadie con mis propias manos como para saber cómo se siente. Pero sí lo he deseado más de una vez, justo ahora mismo con el Joker, y sí que han muerto personas por mi culpa aunque yo no fuera el verdugo. Se notaba que a Cassandra le aterraba volver a quitar una vida, volver a equivocarse.

- No te castigues Cass, creciste en un ambiente que no controlabas y nunca te dieron la oportunidad de escoger otro camino. Pero cuando viste la luz cruzaste y fuiste a por ella. Escapaste y encontraste una manera de redimirte… - intenté consolarla de alguna manera. Era una de mis debilidades, no soportaba ver a una mujer llorar.

Yyyy… ahí entraba Barbara, el ángel salvador de Cassandra. Y qué narices, ella también había sido mi ángel salvador más de una vez. No entró mucho en el tema, parecía como si Cassandra se saltara algunos fragmentos de su vida junto a ella a propósito. Pero no le di mucha importancia, Cass ya me estaba resumiendo lo mejor que podía su historia, no esperaba que me lo contara todo con pelos y señales.

- Los primeros encuentros con Bruce siempre son de lo más agradables. Aunque bueno, ya lo sabes de sobras, pero él no puede evitar ser un borde – sonreí, esperando que me correspondiera también con una sonrisa.

Entonces empezó a hablar de Stephanie Brown, la chica Spoiler para mí. Cassandra se había convertido en Batgirl con la aprobación de Barbara, y ella había conocido al que era Robin en aquel momento: Tim Drake. Todavía tenía que acostumbrarme a pensar en Steph como en uno de los nuestros, puesto que ella también había sido Robin y Batgirl… pero yo solo sabía que era Spoiler y de Cassandra ni siquiera sabía que existía. Pero la Steph de Omega si que tenía recuerdos de Cassandra… santo Batman, qué lío.

Vaya, eso me pilló por sorpresa. ¿Cassandra enamorada de Tim Drake? ¿Cassandra y Steph mejores amigas? ¿Y Steph saliendo con Tim? La batfamilia acababa de parecerme un culebrón de la televisión con tantos líos amorosos y relaciones complicadas. ¿Por qué los Robins siempre se sienten atraídos por las Batgirls? No, no lo digo por nada en especial.

- Pues dile a Steph que me enseñe ese truco de resucitación, me iría muy bien – bromeé.

Casi que primero me cargo al Joker y ya luego si eso le hago la técnica de resurrección copyright Stephanie Brown. No, claro que no, estaba bromeando. Pero pensar en el Joker me enfurecía y Cassandra ya lo había notado desde hacía bastante rato. Pero de eso ya hablaríamos más tarde, no quería interrumpir…

Entonces Batwoman empezó a hablar sobre cómo consiguió aprender a hablar. Lógico, sustituir un lenguaje por otro. Si hubiera sido yo, sabiendo lo desconfiado que soy, seguramente no hubiera caído en la trampa. Pero ella era frágil por aquel entonces y entendía perfectamente su decisión.

- Ahí te equivocas, aunque conociera mi nombre y mi pasado… hubo un tiempo en el que no sabía ni quien era después de la muerte de mis padres, y también después de que Bruce me echara de la Batcueva. Simplemente tuve que forjarme un camino nuevo. Todos lo hacemos en algún momento de nuestras vidas.

Cassandra pasó parte de su vida negando su existencia, despojada de sus sentimientos como persona y de su identidad. Entrenando de la misma manera que yo hacía para evadir los problemas que le importaban. En ese aspecto, también se parecía a Bruce. Y era normal teniendo en cuenta que la habían entrenado para matar y para no hablar. Que sea una persona completamente diferente a lo que fue indica que ha luchado hasta conseguir aceptarse a sí misma. Y ha tenido éxito.

-¿Slade? – exclamé al escuchar su nombre y los dientes me chirriaron.- Ese grandísimo hijo de perra…

Cass y yo compartimos en ese mismo instante varios sentimientos en común. El odio, el dolor, el desprecio hacia ese desgraciado hombre. Slade Wilson se había cobrado la vida de miles de personas en Büldhaven, y yo no había podido impedirlo. Me engañó, me la jugó, pero también fue culpa mía. Me confié, fracasé, no pude impedirlo… y esos hombres, mujeres y niños del centro comercial… esos cuerpos ensangrentados y calcinados, los miembros despedazados y repartidos por los escombros a causa de la explosión… dios…

Instintivamente me llevé la mano al pecho para evitar sentir una arcada. Sentía el miedo recorrer mi cuerpo al intentar recordar la masacre…

En ningún momento dejé de escuchar la voz de Cassandra, Slade la había manipulado para hacer resurgir su lado más oscuro, para convertirse en la nueva líder de la liga de las Sombras. Eso no debió de sentarle muy bien a Bat-papi.

Era increíble cómo las cosas habían tardado tan poco en derrumbarse y después tardaban el doble o el triple en reconstruirse. Pero eso siempre era así, por más tiempo y esfuerzo que dedicaras a hacer las cosas bien… un solo fallo y en unos segundos habías destruido tu vida por completo.

Bueno, y aquí llega cuando yo aparezco en la historia ¡menos mal! Empezaba a pensar que la estrella no saldría hasta el final… y lo hubiera preferido. Por un momento sentí empatía con el otro Dick, siendo pateado por Cassandra para poder matar a su padre. Genial. ¿Por qué siempre todos me pateaban?

Fruncí ligeramente el ceño pero intenté no frustrarme por ello cuando Cassandra me acarició la espalda con una sonrisa. Bah, seguro que a ese Dick yo también podría patearle…

- Supongo que es normal que mi otro yo te lo impidiera. Debí de imaginar que estabas haciendo lo mismo que yo cuando perseguí al asesino de mis padres para hacerle pagar… Si hubiese sido yo, te habría hecho ver que no hubieses sido feliz si le matabas...

- A Bruce… le cuesta mucho confiar en las personas. Pero lo de tu adopción indica que realmente te quiere y que has conseguido llegarle al corazón… - de alguna manera me alegraba saber que Cassandra había sido una, de verdad, podría corresponder su sonrisa… pero a la vez también sentía un poco de envidia por ella. Siempre quise la atención de Bruce, y no siempre la conseguía. Ella en cambio…

Y después de la calma, llegó la tempestad. La vida como héroes era un ciclo continuo de sufrimiento y alegría. Y la historia de Cassandra era un claro ejemplo de ello. Un día consigue estar dentro de una familia y ser amada…y al otro día perderlo todo en una misión. Yo… ¿Morí quemado? Dios, es horrible. Espero no terminar así, me gustaría que fuera más heroico.

Mi mano volvía a aferrarse entorno a la de Cass, hablarme del momento más doloroso de su vida era también una muestra de valor. Éramos su familia aunque ella nunca perteneció a mi vida. Lo éramos todo para ella y ahora está en un universo donde todos sobrevivimos, dónde estamos vivos. Debe de ser un sueño para ella pero también una pesadilla… y esa pesadilla es la que está viendo ahora. Porque a pesar de que estoy aquí, soy el continuo recuerdo de que su Richard Grayson está muerto.

Cassandra ya no podía contener más las lágrimas hablando de la muerte de todos nosotros, así que se tomó su tiempo para seguir hablando y yo lo respeté. Sentí como el corazón se me encogía al verla tan angustiada. ¿Cómo me sentiría yo si Bruce y Barbara murieran ahora mismo? Estaría igual de destrozado o más… si con tan solo pensar en que podría haber perdido a Barbara el mes pasado ya me volvía loco… no quería pensar en lo qué era capaz de hacer si me dejaban solo…

Y a pesar de lo mal que se estaba sintiendo después de explicarme la muerte de todos nosotros… volví a sentir esa punzada de envidia. Inevitable y desagradable al mismo tiempo. Bruce le había hecho un traje especial a Casandra para que algún día pudiera convertirse en Batwoman. Cassandra era su primogénita. Yo no. Yo ya no.

¿Cuántas veces había deseado convertirme en Batman cuando era niño? Desde que era Robin soñaba en que algún día podría seguir los pasos de mi padrastro y honrarle como se merecía, hacer que se sintiera orgulloso de mí. Batman y Robin, el dúo dinámico. Éramos él y yo, sólo nosotros dos. Y algún día yo sería Batman y tomaría a un Robin para tenerlo como compañero… No pude evitar exhalar un suspiro, las cosas eran tan fáciles cuando eres pequeño que piensas que todo va a salir siempre bien. Cuando Jason apareció en la vida de Bruce sentí la misma punzada de envidia, la sensación de haber sido sustituido, de que Bruce ya no me necesitaba. Y así lo era, ese Bruce ya no me necesitaba, pero yo también había cambiado para entonces, había forjado mi nueva identidad.  Ya no quería ser Batman, no quería saber nada de él, ni representar nada de lo que él significaba para mí; el miedo, el dolor, el recuerdo del fracaso. Y Batman tampoco iba a permitir que me pusiera su capucha, ya me lo dejó bastante claro cuando se la dio a Azrael antes que a mí…

No he vuelto a pensar en ello hasta ahora. He enterrado el hacha con el Bruce de este universo e intento olvidarme de las cosas desagradables que pasaron en mi vida junto al anterior. Quería recordar únicamente las cosas que me hacían feliz, porque ese Bruce ya no iba a volver. Mi Bruce ya no existía, y ahora el nuevo Bruce es el recuerdo recuperado de un hombre que me crió como si fuera su hijo. Pero ya tiene a Carrie y Cassandra junto a él viviendo en la mansión, pasa la mayor parte de su tiempo con ellas dos y yo… ¿yo qué soy? Soy Dick Grayson, soy Robin, soy Nigthwing y soy también su hijo. Y soy demasiado mayor para sentir estas pataletas de niño celoso de sus hermanos pequeños. Yo debería ser también un apoyo para Carrie y para Cass, un hermano mayor… pero Cassandra es ahora la hermana mayor, la que va a cuidar de todos… ¿qué papel tengo yo en esta historia ahora que todo ha cambiado? El Bruce en un universo paralelo le había dado a Cass ese reconocimiento y ese legado que yo tanto ansiaba a pesar de que el Dick Grayson de su universo era más mayor y experimentado... Y ahora soy yo el pequeño, el que se queda corto frente a ella. ¿Qué clase de oportunidad se me va a ofrecer?

Vamos, Grayson, una pregunta fácil. Si algún día al nuevo Bruce le pasara algo… ¿quién crees que sería su sucesor? Está claro que tu no. Pero da igual, ni aunque me lo hubiese pedido. Sólo Bruce Wayne puede ser Batman, nadie más. Ni yo, ni Cass, ni Azrael… y él lo sabe. Y aunque el nuevo Bruce me diera una oportunidad estoy seguro de que la cagaria y le decepcionaría. Yo ya tengo mi propia identidad, y estoy feliz con ello, de haber conseguido dejar de estar bajo la sombra del murciélago… pero también me siento un poco decepcionado. ¿En algún universo paralelo… habré sido reconocido por Bruce como su sucesor?

Cassandra tomó mi rostro con sus manos y se me quedó mirando con sus ojos oscuros y vidriosos. No podía sentirme peor en ese momento, por ella, por su trágica historia y por la mía. No sabía cómo mirarla.

Cass estaba tratando de compensar lo que no había hecho en su universo con nosotros, con su familia. De la misma forma en la que Bruce y yo hablamos en la Atalaya para enterrar nuestras diferencias, para echarle en cara todo lo que me había hecho el anterior Batman y también para abrazarlo. Éste Bruce fue el único que se mostró vulnerable ante mí, fue el único que se arrepintió de sus malas decisiones y me pidió disculpas.

Las lágrimas también corrían por mi rostro cuando Cassandra juntó su frente con la mía. Mi corazón estaba lleno de emociones contradictorias, amor, odio, dolor, alegría, decepción, compasión…la historia de Cassandra no había servido sólo para acercarnos más el uno al otro, sino también para hacer resurgir mis propios temores. Todas las cicatrices de estos últimos meses se estaban abriendo.

-Cass, me alegro de que hayas encontrado a una familia en nosotros, y con el tiempo también serás una familia para mí… gracias por todo lo que has hecho y lo que hiciste en nombre del otro Richard Grayson. Estoy seguro de que ellos querrían que fueras muy feliz… - acerqué mis guantes de kevlar lentamente para acariciar sus mejillas y despojarle de las lágrimas. Tenía toda la cara roja de tanto llorar… menudo desastre de mujer.

-No quiero que esto se convierta en una obligación, una misión que tengas que cumplir, sólo trata de tomártelo con calma y disfrutar de esta oportunidad que te ha sido brindada. No quiero que sufras de nuevo, pero tampoco podrás protegernos siempre. Además, se cuidarme muy bien solo, no quiero que te obsesiones con ello, ¿vale?. Ya verás cómo todo irá bien a partir de ahora…- la abracé con fuerza cuando se me acercó y cerré los ojos fuertemente mientras la estrechaba contra mí.

Mis palabras no sólo iban dirigidas a Cassandra, sino que también eran un recordatorio para mi. No sabía si realmente las cosas empezarían a ir mejor a partir de ahora, pero necesitaba creerlo, ya no podía dejar que empeorarán más. Mis lágrimas volvieron a toparse con la máscara y me las quité rápidamente con la manga del traje. Todo va a salir bien… sí, pero Barbara ya no podrá caminar nunca más… dios… todo va a salir bien… todo...va…

-Sí… Tim ha cambiado, ya no es el chico amable y tranquilo… ha debido de pasar por cosas horribles para sentirse tan triste y decepcionado con el mundo… y en cuanto a Steph, es muy buena chica y me gustaría conocerla un poco más… - confesé, quedándome totalmente quieto para que Cassandra pudiera limpiarme mejor la mejilla. Vaya, ahora en vez de una hermana parecía una madre.

-No tenía ni idea de que Carrie… ¿de verdad piensa eso? - me dejó bastante sorprendido. - Y pensar que en un principio estuve algo celoso de ella porque creía que Bruce la consideraba la mejor Robin de todos…

La existencia de Carrie era un completo misterio. Nadie parecía conocerla, ni Bruce, ni Cass ni Steph… al menos Tim, Jason y Stephanie conocían la existencia de Cassandra, pero nadie sabía nada de Carrie… ¿cómo sentirá la pobre niña?

-Me halaga que piense así de mí, aunque se equivoque en cuanto a ser un ejemplo a seguir. No soy quien para dar lecciones, y menos llevando tantos fracasos como héroe a mis espaldas: Blüdhaven confiaba en su vigilante y ahora la ciudad está en ruinas por mi culpa… traté de dirigir de nuevo a los Young Titans y todos ellos desaparecieron tras la colisión. He fallado a mis amigos y a mi familia y aún así no entiendo… cómo ellos siguen creyendo en mí. - expliqué llevándome más fideos a la boca.

Llevaba meses que me sentía raro, decaído y desanimado. Sentía como si no fuera yo mismo ¿Dónde estaba el alegre y positivo Dick Grayson? ¿El hombre que tenía un chiste malo para cada patrulla? No lo sé, porque no le encuentro y tengo cero ganas de buscarle. No quiero sonreír cuando estoy viendo que las cosas no funcionan, que Barbara no puede levantarse de la cama… tengo miedo. Miedo a no poder proteger a las personas que quiero. Miedo al fracaso.

-Y tampoco pude ayudar a Barbara… estaba de misión cuando el Joker la atacó y en cuanto me enteré fui a buscar a ese jodido hijo de puta… - apreté la lata de coca-cola hasta que se dobló en mis manos - le mataré… te juro que le mataré si veo a ese desgraciado… joder, por una vez Jason tenía razón. Alguien debería haberlo matado. Y mi Jason seguiría vivo… y Barbara, Barbara podría… oh dios…

Las lágrimas volvían a recorrer mi rostro y esta vez me llevé la mano para tratar de esconderlas. Estaba asustado y a la vez lleno de rabia. El payaso del crimen se había llevado la vida del pequeño Jason Todd, ese niño insoportable y maleducado que tanto quería. Ese pequeño idiota que me vacilaba y me hacía sonreír. Echaba de menos a ese loco pelirrojo, y culpé todo este tiempo a Bruce cuando el Joker le torturó hasta morir. Pero yo sabía que no había sido culpa de Bruce, yo también tendría que haberle ayudado… Jason era un niño difícil, un niño perdido, pero no era mal chico.

Y ahora ha estado a punto de quitarme a Barbara. La persona más importante de mi vida, mi mejor amiga, mi compañera… la mujer por la que lo cambiaría todo para poder estar un sólo día en sus brazos...

-Lo siento Cass… no lo decía en serio, pero tengo miedo de lo que puede pasar si vuelvo a ver al Joker. No va a llevarse nada más de nuestra familia….Lo juro, y no quiero ser un asesino...

Cassandra no dijo nada, solo se inclinó hacia mí y me abrazó mas fuerte. Mi primer impulso fue apartarla, no quería que viera lo patético que era, pero me sentí reconfortado. Mis ojos se abrieron de par en par cuando sentenció la muerte del payaso del crimen con sus labios.

- No, Cass. No te ensucies las manos con ese hombre. Bruce no te lo perdonaría… - la mujer ya había sufrido suficiente también. Casandra ya había saboreado la muerte y el arte del asesinato, ya lo había vivido con sus propias carnes y se había torturado miles de veces con ello. Si Batwoman destruía al Joker también se destruiría a sí misma.

- Lo impediremos juntos, somos una familia ¿vale? Ya no estás sola… - le tomé de la mano y la miré a los ojos, esperando que ella también confiara en mí como yo lo estaba intentando. Sus sentimientos de protegernos a todos eran muy fuertes, pero también eran una carga pesada para ella.

Entonces empezó a hablar del traje del murciélago. Tampoco era fácil para mí entenderlo, pero ella no había estado con Batman en sus primeros tiempos. Bruce era un hombre positivo, amable y con grandes ideales. Pero cada muerte en la familia le extraía un pedazo de esa humanidad, cada golpe, cada puñalada le despojaba de sus sentimientos. Cuando Jason tomó el cargo de Robin, él aún estaba cuerdo, fue después de su muerte que todo empezó a salir mal. Steph y Tim Drake hablaban de su Bruce como un hombre cruel y sin corazón… cuanto más seguía con su cruzada más perdía la luz del camino. Cassandra había conocido al hombre atrapado en la dura carga de su traje, pero no al hombre soñador e idealista que yo conocí. Por aquel entonces, el traje del murciélago representaba algo bueno para Gotham, algo en lo que yo creía y quería luchar por ello. Cuando yo sólo era un Robin soñaba con representar todas esas cosas buenas y maravillosas, honrar a mi padre llevando el traje del murciélago. Ahora solo es una capa raída y pesada. No podría hacerlo. No quiero hacerlo.

- Sé lo que es ser el murciélago – una parte de mí lo sabía perfectamente aunque no me hubiera puesto aquel traje en mi vida. Como si me llegaran retazos de sensaciones que ignoraba pero existían en mi interior. – Llevo con Bruce desde los once años. Soy la persona que mejor le conoce después de Alfred… - soy el que le ha visto cambiar.

- Cassandra. Tú y Bruce sois realmente parecidos. – Le dediqué otra sonrisa – pero por eso estáis los dos equivocados. No estáis luchando solos, no podéis proteger siempre todo lo que os rodea. El tiempo pasa, la gente muere, Gotham y las personas cambian… no podéis pasaros la vida intentando evitar lo inevitable. Y nada de lo que pase será culpa vuestra porqué habréis hecho todo lo posible para solucionarlo. Tenéis que dejar de torturaros de una vez por todo e intentar vivir. Tenéis que aprender a aceptar esa verdad. Ni yo ni Barbara os hemos pedido que veléis por nosotros, es más, necesitamos que os toméis un respiro, que disfrutéis de las cosas buenas de la vida. Lo que tenga que pasar, pasará igual. Yo también he vivido con el miedo en mi piel, incluso ahora estoy acojonado. – Confesé, y me di cuenta de que el Dick positivo y alegre había regresado de su tumba - Tenéis miedo de acercaros a los demás, de estrechar relaciones, de tener una familia, de permitiros vivir, sentir, llorar… todo porqué tenéis miedo a la pérdida, al fracaso, a ser débiles y a que nuestros enemigos nos lo quiten todo. Pero entiendo también que no podemos seguir viviendo así, no podemos dejar que nuestros enemigos nos vean acobardados. – cogí un poco de aire, me di cuenta de que había vomitado todo lo que llevaba dentro. - Seguiremos luchando. Juntos.  Eso es la Batfamilia… dices que el murciélago significa sacrificarse por todos, ¿Crees que yo no lo haría? ¿Qué Barbara no daría su vida por salvarnos? Claro que si. TODOS somos el murciélago, Cass.

Esperaba que Cassandra entendiera lo que trataba de decirle, pero lo más probable era que siguiera en sus trece, que siguiera siendo la sombra del murciélago, el muro que nos protegía. Que siguiera suprimiéndose como hasta ahora. Igual de cabezón era Bruce, que a pesar de todas las verdades que le tiraba a la cara luego nunca me hacía caso. Aún suerte que teníamos a Alfred, al menos a él le hacía más caso.

- Gracias Cass, la verdad es que esta charla me ha ayudado a desahogarme un poco. – dije, recuperando la sonrisa de siempre - Cuando algo le pasa a Barbara nunca se con quién hablar… para todo lo demás siempre es a ella a quien recurro… - cuando buscaba la voz de la razón, Barbara y Alfred siempre tenían un buen consejo para mí. – trataré de dar todo lo bueno de mí en este nuevo universo… es una etapa muy dura para mí, pero tiene que terminar en algún momento y necesito reflexionar un poco y volver… creo que me mudaré a Blüdhaven. A pesar de todo, creo que la ciudad vuelve a necesitarme… pero esta vez no me aislaré, me verás más por Gotham.  – Dejé un silencio y continué - Cuando Wally murió y Bruce me envió al ‘Haven quería desaparecer, desprenderme de todo lo antiguo y olvidarme de todo lo que me hacía daño. Ahora sé que lo que me hace daño me hace más fuerte, y que no puedo borrar lo que no me gusta aunque me duela.

Apoyé mi mano en su hombro y le dediqué una cálida sonrisa. Después de haberle vomitado todos mis temores me sentía mucho mejor. Lo necesitaba. La noche había empezado con un Dick derrotista y negativo, y tras escuchar la historia de Cassandra mi yo había reaccionado a reconfortarla y protegerla. Ser discípulo de Batman tenía sus cosas buenas y sus cosas malas.

- ¿Un… mutante…? – pregunté con los ojos muy abiertos al ver que Cassandra cambiaba radicalmente de tema. – Bueno, tuve el placer de hablar con el responsable de una escuela de mutantes y estrechar relaciones. Por lo que entendí, un mutante es muy parecido a nuestros metahumanos, gente como Barry que tiene poderes gracias a las alteraciones químicas de su cuerpo. Pero en el caso de ellos, la mutación se produce de forma genética, un  gen en particular que lo llaman el GenX. Tampoco me hagas mucho caso, lo mejor será que le preguntes a Bruce que el lo sabrá mejor que yo.  – Dejé un pequeño silencio y la miré con curiosidad - ¿Te interesa por algo en especial?

Cassandra me miró con sus profundos ojos negros como el ébano. Podía perderme en el interior de aquella recóndita negrura que emanaba, pero por muy oscura que fuera su mirada, sus ojos desprendían un brillo fugaz lleno de emociones. Había una pequeña y brillante luz dentro de sus ojos negros que la impulsaba a vivir y a hacer todo lo que hacía para proteger a los demás. Ella decía que sólo conocía la oscuridad, pero la oscuridad sin luz no podía existir, y Cassandra tenía una pequeña luz en su interior que luchaba por sobrevivir a las penurias de su pasado.  

Sus suaves y delicadas manos enfundadas en el traje de mujer murciélago acariciaron las mías y la observé durante un instante más con una dulce y a la vez triste sonrisa. ¿Qué había sido de mí? ¿Quién era yo? Desde la colisión de los mundos que era incapaz de reconocerme. Ausente, melancólico, nostálgico… ¿Dónde había ido a parar el Dick Grayson seguro de si mismo? ¿Dónde estaba el hombre que nunca perdía la sonrisa a pesar de las dificultades? Me había vuelto más cínico, serio, más exigente conmigo mismo. Pero esa no era la manera en la que quería proyectarme. No era así cómo quería que me vieran los demás. Si yo cambiaba, ¿quién sería la luz positiva de la Batfamilia? Bruce había dejado de sonreír. Barbara había dejado de sonreír. ¿Cassandra? Tampoco. Pero estaba Carrie. Y quien lleva el traje de Robin siempre da esperanzas al murciélago.

Recuerdo que mi vida como Robin no fue ningún camino de rosas, y ser Nightwing es como pasear por el mismo infierno. Puede que haya tocado fondo, saboreado el miedo y la muerte. Pero sigo aquí, y ya va siendo hora de levantarse. Esa es una de las mejores lecciones que me ha enseñado Bruce. Si no acabas muerto siempre puedes levantarte.

- Si, este Bruce es diferente. Y me alegro de que así sea… no podría haber hecho las paces con él si hubiera sido otro hombre. Creo que él me ha llegado a entender más que el Bruce con el que me crié y creía conocer. – seguí escuchando. Cassandra era de las mujeres que hablaban poco, pero cuando lo hacían era para decir algo realmente importante.- Es difícil… cuando llevas toda la vida huyendo del murciélago y de su larga sombra que siempre acaba alcanzándote. Pero tienes razón, debería ir a verle. Pero no estoy preparado, no después de lo que le ha pasado a Barbara… pero lo haré. Después de todo, Bruce es la razón por la que ahora soy quien soy.

- Dick...yo...no...podria...una familia...otra vez...perderlos...no...si no los cuido...-

El súbito abrazo de Cassandra me sorprendió. Noté su frágil cuerpo contra el mío y me di cuenta de que sus músculos temblaban silenciosos, como si tuvieran miedo a mostrarse débiles e inseguros. Cassandra llevaba la armadura de kevlar ajustada a su figura, dándole un aspecto de mujer fuerte e insondable. Pero dentro se encontraba un corazón delicado y bondadoso que debía proteger con apariencias.

- Son lo mas cercano...que me queda a una familia...-

Cassandra y yo no éramos tan diferentes. Ella también soñaba con una familia y creaba un fuerte cascarón que la protegía de los demás. Pero siempre hay heridas que traspasan esa perfecta armadura…

- Ey… morena… - le acaricié los cabellos y le aparté el flequillo de la cara para que me mirara bien. Mis labios esbozaron una amplia sonrisa que serviría para reconfortarla.- No vas a perder a nadie ¿vale?, somos reales, estamos aquí… y estaremos bien. – Cogí una de sus manos y dejé que me acariciara el hombro, para que pudiera palparlo y dar veracidad a mis palabras.- No dejes que la preocupación te impida vivir…va a acabar volviéndote loca. Está bien que quieras ser la hermana mayor de la Batfamilia… ¿pero quién va a cuidar de ti? ¿Eh? ¿Qué tal si lo hago yo?

Siempre había tenido ese instinto sobre protector. ¿Adivináis de quién lo había heredado? Y se acentuó al convertirme en líder de los titanes, y a hacerme cargo del resto de Robins, como hice con Jason y Tim y como hacía ahora con Carrie. Había cosas que nunca iban a cambiar…

- Eres bienvenida al ‘Haven siempre que quieras, aunque no es una ciudad bonita para veranear o pasarlo bien –bromeé, a pesar de que no me sentó demasiado bien la comparación. Puede que estuviera un poco obsesionado con Blüdhaven y la hubiera convertido en mi Gotham particular. Al principio solo quería demostrarle a Bruce que era capaz de encargarme de problemas grandes, pero ahora el ‘Haven para mi era como un segundo hogar, un hijo problemático que no puedes abandonar - Pero te prometo que si vienes a verme recogeré mi casa y te preparará algo rico para comer.  

Lo que vino a continuación me sorprendió todavía más. Cassandra tenía dificultades en el habla, pero en el tiempo en el que intentó explicarme algo acerca de lo que pasó en Nueva York… pues no entendí casi nada. Estaba más nerviosa de lo habitual, y se había quedado mirando el cielo nocturno con la mirada fija y una sonrisa cálida. Vamos a ver, mirada perdida, sonrisa boba, está hablando de un hombre… ¡Diablos!

- Creo… creo que empiezo a entenderlo… -sonreí, me resultaba muy graciosos ver a Cassandra tan nerviosa que no podía construir bien las frases.- Yo conocí a un grupo de mutantes en Marzo, y estuve charlando con su líder Dragoslav esa misma tarde. Si quieres te paso las coordenadas de la mansión X, las registré en la base de datos de los Titanes cuando Superboy se encontró a un mutante de su escuela que necesitaba ayuda.

Abrí el ordenador holográfico presionando un botón escondido en mi guante, e instantáneamente apareció la pantalla de líneas blancas y azules. Tecleé las palabras mágicas, y con igual rapidez la dirección de la Mansión X se envió al receptor que llevaba Cassandra en el traje.

- ¡Listo! Ya me dirás que tal te va por allí, yo debería acercarme un día cuando tenga más tiempo, pero las cosas por el ‘Haven van de mal en peor. Vamos, como siempre.- Me levanté y le di un último abrazo a Cassandra antes de acercarme al bordillo del tejado.- Gracias por la charla, me ha ayudado mucho, de verdad. Y si necesitas cualquier cosa, llama a tu hermano mayor, ¿vale? – le sonreí.- Cuídate.

Y en menos de un segundo, ya había saltado del bordillo del tejado y me había enganchando con la Wing-garra al siguiente tejado. Descendí por el cable desacelerador y aterricé encima de la Wing-Cycle. Me puse el casco y encendí el motor, que con su sonido rompió el silencio de la oscura noche.  El descanso me había sentado la mar de bien, pero aún quedaba trabajo que hacer en Blüdhaven.