Mini-Evento: La Batalla por Atlantis- La infiltración (Aquaman, Arión, Tony Stark, Jonathan Smith, Clint Barton)

Parecía que las cosas estaban arreglándose con el tal Namor, confiaba lo suficiente en las versiones que conocía de Tony y Clint de su propio universo como para darles una oportunidad a los recién llegados, y en contra de lo que hubiera cabido esperar, Smith había hecho un buen trabajo al tratar con el Rey Atlante, pero cuando el vulcano* submarino empezó a explicarles la situación esta empeoró de golpe, una fuerte explosión y la confirmación de un nuevo ataque, seguido por lo más parecido a una petición de ayuda que podrían obtener de un tipo como Namor.

A Tony no le hizo falta ni una mirada a su compañero para saber lo que iban a hacer a continuación y Smith... bueno, suponía que si le daban oportunidad de disparar lo haría, ¿que otra cosa podría hacer un psicópata como él?, Venga, al lío, que ha llegado la hora de ganarse ese sueldo que te paga Furia, le dijo a su compañero antes de activar sus repulsores y seguir a Namor a la batalla.

Aquel tipo parecía más bien el ultimo ganador de operación triunfo, pero el hecho de estar rodeado de cadáveres y el temor que claramente inspiraba a los soldados le dejó claro a Stark que no sería un combate fácil ni rápido, por suerte para él siempre guardaba unos cuantos ases en la manga, desde que diseñó este módulo de la armadura había estado perfeccionando su armamento, aparte del blindaje extra, esta preciosidad venía equipada con varios prototipos especialmente diseñados por el Vengador, entre ellos el arma que apuntó con precisión hacia el cantante de rock acuático, Sonríe para la foto rubiales, el arma subsónica distorsionó el agua entre Tony y Arthur, el millonario esperaba que el impacto de la fuerte onda de choque fuera suficiente para incapacitar a su adversario.

*Simple alusión a las orejillas tipo vulcano de Star Trek que tiene Namor

OFF:

Tal y como había esperado mis palabras habían bastado para apaciguar las sospechas del soberano atlante, al menos por el momento desde luego. No soy muy de hablar a decir verdad, y lo mío no son precisamente las relaciones diplomáticas, pero si hay algo que sé hacer es entenderme con los otros que son como yo. Bueno, quizás no enteramente como yo, pero el rey, además de rey, era un soldado de corazón por lo que era lógico que nos entendiésemos hasta cierto punto. Mentiría si dijera que no sentí nervios en un principio, pero después de ver la forma en la cual fueron echados e ignorados los que supuse eran consejeros reales, deduje que Namor valoraría mas una muestra real de que mis intenciones no eran hostiles en lugar de un poco de palabrería bonita. Y al final me dio el resultado esperado. Nadie tomo mis armas, ni me apunto con las propias, simplemente me dejó parado mientras Stark y Clint exponían sus razones. El hecho de que los rifles permanecieran en el piso y en vez de en posesión de alguien me dio la pauta de que al menos yo no sería arrestado de momento. No preste mucha atención sus comentarios; remembranzas de tiempos pasados y un poco de cháchara extensa, además de promesas de ayuda por parte de sus compañeros vengadores. Obviamente esas promesas de ayuda me incluían a mí. Había llegado armado a los dominios de un rey atlante y además vengador, acompañado de otros dos vengadores que le acompañaban, y ya había manifestado mis deseos de evitar una pelea con Namor; sin embargo, si hay una cosa que se de sobra es que en situaciones como esa no hay lugar para la neutralidad, o estas con uno o en su contra y por mi situación actual el hecho de estar contra Namor no me convenía.

Entonces el rey comenzó a contarnos su historia, al parecer muy relacionada con la Colisión. Cuando nos toco ir hacia la ventana siguiéndolo, fue cuando realmente comprendimos hasta qué punto se había visto afectado. Ante nuestros ojos se manifestaron lo que no podría ser descrito sino como dos ciudades diferentes entremezcladas entre sí. Rápidamente pude apreciar que ciertos edificios mantenían un patrón estructural y ciertas decoraciones que otros no ostentaban. Incluso había un segundo palacio del rey en la otra esquina de la ciudad; parecía la metáfora perfecta para el choque de universos, solo que en menor escala. El hecho de que también hubiese aparecido un segundo tipo de atlante, con una fisionomía mucho mas similar a la humana, me dio la pauta de que, en efecto, en el fondo de los océanos había ocurrido exactamente lo mismo que en la superficie al momento de la Colisión: ciudades enteras uniéndose entre sí, locura, caos y demás. Aparentemente luego de todo el alboroto inicial Namor había mandado a dos emisarios a parlamentar con quien quiera que fuese el otro rey; desgraciadamente estos fueron asesinados por el tal Arthur AKA "falso rey". Como todo buen déspota no le basto para violar la inmunidad diplomática sino que tuvo que amenazar de exterminio a los súbditos de Namor, declarar una guerra y proclamarse el único soberano legitimo....más o menos como esos grupos "libertadores" de África que tantas masacres causan al año.

Entonces un sonido demasiado familiar para mí interrumpió al rey: una explosión. Acto seguido llegaron los soldados del rey para alertar sobre lo obvio y las tropas partieron. Justo cuando me disponía a hacer lo mismo, arribaron nuevas noticias, esta vez de manos de otro mensajero, quien decía haber visto al tal Arthur exterminando patrullas cerca de la zona. Ahí fue cuando el rey nos pidió ayuda, y, sin mediar palabra con nadie, fui directo a recuperar mis armas y prepararme para el combate. Desde luego antes de ir le pedí a uno de los soldados de Namor que me prestase su interesante rifle eléctrico o lo que fuera. Partí del lugar junto con Namor, Stark y Clint. Arthur tenía que morir lo más rápido posible; si exterminábamos al rey contrario el vengador quedaría como único heredero legitimo del trono y nadie se le podría oponer. Para eso es que necesitaba el rifle atlante; necesitaba probar su eficacia en comparación con mis armas, y tenía un blanco de tiro perfecto en mente.

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Después de tantos años derrocando democracias, instaurando dictaduras y haciéndoles a los tiranos el trabajo sucio, se sentía un poco extraño pensar que esta vez no estaba del lado "malo". Tampoco es como si pudiese realmente confiar mucho en el tal Namor; el hecho de que Stark y Barton le conocieran no implicaba necesariamente que no fuese un hijo de puta igual al "falso rey" sino es que peor cuando nadie lo viese. Sin embargo en esos momentos no había tiempo de preguntarse si estaba realmente del lado correcto, basado en los relatos de Namor y bajo el supuesto de que estos no fuesen una mentira su rival tenía que morir. Tampoco es como si hubiese tenido muchas opciones a escoger: o servir para él o para el otro, y la verdad en esos momentos me apetecía más servirle al primero que me encontré. Al parecer, por una u otra razón, no podía mantenerme alejado de la guerra por demasiado tiempo; justo cuando parecía haberme librado de las guerras en el Tercer Mundo me vi obligado a irme a otra, esta vez en el fondo del mar. Algunas cosas nunca cambian, supongo.

Antes de llegar a llegar donde nos habían mandado, gire hacia la izquierda y me separe un poco del grupo; me mantuve lo suficientemente alejado de la acción como para no ser reconocido, de modo que uno de los guardias armados tomo mi lugar junto a los otros tres vengadores. Para cuando la batalla comenzó, me encontraba oculto tras un pequeño grupo de corales, lo suficientemente cerca de la escena como para entablar combate a corta distancia en cosa de un salto, y lo suficientemente lejano como para no convertirme en el blanco principal. Apoye mi nuevo rifle sobre uno de estos corales, de modo que apenas se asomase el cañón; supuse que el rubio estaría demasiado ocupado entre Namor y sus refuerzos como para notarme. El primero en atacar desde luego fue su majestad, quien haciendo gala de una impresionante fuerza intento aplastarlo con una roca. Como si esto fuese poco, el siguiente en entrar en acción fue Stark, luego de un chistecito como es clásico suyo, atacándole con un arma sónica que tenia equipada su armadura.

Entonces llego mi turno. Espere hasta ver el resultado de dichos ataques, que el rey se distrajera lo suficiente como para centrar su atención en ellos. Había podido observar el funcionamiento de los rifles atlantes ligeramente, basado en las observaciones que había hecho de un pequeño grupo de soldados que intento usarlos infructíferamente contra nuestro oponente. La armadura que llevaba debía estar diseñada de algún metal o componente especial...pero no llevaba un casco que le hiciera juego. Apunte a la cabeza; en caso de fallar esperaba que al menos los disparos anteriores hubiesen hecho suficiente mella en su traje como para poder dañarle un hombro o algo, el simple hecho de que demostrase ser capaz de perder sangre como todos nosotros ya sería un factor moral importante a tener en cuenta.

Dicho eso apunte, tome aire, y jale del gatillo. Acto seguido un rayo salió disparado del cañón, directo hacia el cuello del atlante.

Tirada Tony + Tirada Smith

El miembro 'Ahri'ahn' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 'Dado de 10' : 3

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#2 'Dado de 10' : 1

Tony contempló la nueva amenaza durante unos segundos antes de consultar con su fiel IA, Jarvis, dime que esa cosa tiene alguna debilidad, continúo escaneando al ser, Señor, su piel parece tremendamente resistente y protegida de algún modo contra cualquier tipo de energía, le recomiendo alejarse de él, Señor, podría tragárselo de un bocado, eso es, buena idea Jarvis, ¿idea, Señor? ¿no estará pensando en...?, pero antes de que pudiera terminar la frase el millonario abrió de nuevo el sistema de comunicación, Smith, yo me encargo de esa cosa, ayuda a Namor a atrapar al rubiales.

El Vengador se dirigió casi en linea recta hacia el Kraken haciendo un gesto a los atlantes para que se mantuvieran a distancia, pero que siguieran disparando para mantenerlo ocupado, disparó su arma sónica una vez más, pero no contra el calamar gigante, sino contra el suelo frente a él, creando una gran nube de polvo que le serviría para ocultarse mientras Iron Man se dirigía a su objetivo, la enorme boca de aquella cosa, sus sensores le guiaban sin problemas entre los escombros y el polvo y cuando surgió de la nube estaba ya casi sobre la criatura y esa especie de pico dentado que hacía las veces de boca, introduciéndose por ella a toda velocidad mientras disparaba todas sus armas.

La idea era simple, este bicho no debía de tener mucha distancia entre el estómago y el cerebro, abrirse paso hasta él debería ser más fácil desde el interior, no ere una idea muy original, no era una idea muy limpia, pero con todo su arsenal no era una idea que pudiera fallar, o eso esperaba Tony.

Debí haber supuesto que esa no sería una tarea fácil. En mi línea de trabajo los regicidios nunca habían sido una tarea particularmente fácil, pero para mí los grandes monarcas habían terminado resultando tan naturales como cualquier otro tipo de objetivo, solo que mas resguardado. Basado en la experiencia no me espere demasiada oposición, a pesar de la destreza militar y los poderes de los cuales Arthur había hecho gala, dado que me encontraba con quien supuse seria su alter ego de otro universo, además del propio Iron Man como apoyo. Me equivoque, por mucho. El rey quizás no tuviese la fuerza de Namor, o al menos no hasta donde había demostrado, pero era rápido, condenadamente rápido. De haber sido en tierra, y haber tenido yo tiempo para preparar una emboscada apropiada, las cosas hubiesen terminado mucho mas rápido, pero estábamos en su territorio, donde tenía la ventaja de local y un ejército de criaturas subacuáticas respaldándolo, mientras que yo ni siquiera tenía una estrategia premeditada, dado que no había descendido hasta las profundidades de Atlantis para matar a un hombre de sus capacidad. Sin embargo, no podía dejar que eso me desalentara, pues necesitaba mantener mi mente fría y no dejar que las dificultades me desesperaran, solo así podría salir vivo de ahí. Tony tuvo más suerte que yo apuntándole al rubio, pues el área de daño de su ataque acabo siendo mucho mayor que la mía, y logro hacerlo retroceder a pesar del estorbo que Namor le había presentado. Esa era otra dificultad que se había planteado en el campo: su presencia, si bien era más que necesaria para que mantuviésemos una batalla equilibrada, también contaba como un estorbo a la hora de maniobrar nuestras acciones, mas aun considerando lo esquivo que el "falso rey" resulto ser.

Y justo cuando pensé que las cosas no podían estar peor para nosotros, me equivoque. Luego de que Arthur recuperara parte del terreno perdido durante el ataque de Iron Man, el suelo comenzó a temblar bajo nuestros pies. De la nada, uno de los edificios circundantes cayó en pedazos, revelándose el causante de todo el escándalo unos segundos después: un gigantesco "pulpo" si cabía describirlo de tal modo, que más que eso parecía una bestia salida de un relato de pescadores locos. Un kraken, si mis conocimientos de mitología no fallaban, y la verdad no creo que ese fuese el caso pues ninguna otra criatura en la mitología griega se le comparaba; cosas que uno debe aprender cuando vive en un Universo donde prácticamente toda religión antigua tiene bases verídicas. Si Arthur tenía el poder de controlar cosas así, pues nuestro trabajo acababa de pasar de extremadamente difícil a suicida. Aun así Iron Man, comunicándose conmigo a través del comunicador ubicado en la parte trasera del interior de mi casco (que ni sabía que tenía), reclamo para sí el derecho de asesinar a la criatura, mientras que yo me encargaba de ayudar a Namor contra su homónimo rubio. No pude evitar pensar que Tony se había quedado con el trabajo más fácil, en realidad.

Pero dado que para cuando quise objetar, pues él había demostrado ser mucho mas útil en la lucha contra Arthur que yo, el multimillonario ya había iniciado su ataque contra el kraken. Desgraciado hijo de puta, pensé, pero ya era demasiado tarde para cambiar el plan. Deje salir un largo suspiro de resignación, y me dirigí hacia el campo de batalla una vez más. Namor y Arthur no se habían movido desde la aparición del monstruoso aliado de este último, de modo que vi una oportunidad. Apuntando una vez más a mi objetivo, dado lo quieto que se encontraba, dispare; pero esta vez no fue solo un disparo, sino una sucesión rápida de disparos, esta vez apuntando a las extremidades, para comprobar si aun poseía algún punto débil que lo ralentizara. No tenía modo de saber el verdadero alcance de su armadura, o la potencia de los proyectiles del arma atlante de Namor, los cuales tranquilamente podían ser lo suficientemente poderosos como para causarle daños al rey. Aun así, espera que sirviese de distracción lo suficiente como para que Namor pudiese tomarlo desprevenido.