Fight for your life

[27 de Enero del 2019, por la Mañana]

La mujer creó una nueva pompa con su chicle, mirando con impasividad las armas que la apuntaban, las manos en alto. Los guardias intercambiaban miradas nerviosas entre ellos sin saber muy bien cómo tomarse la escena que tenían ante ellos. Hacía escasos minutos, no había nada en la puerta del cuartel, y de pronto, por arte de magia (y nunca mejor dicho), una tipa rubia apareció ante ellos.

La mujer era una muchacha de apenas entrada en la veintena, con un pelo rubio cortado a la mandíbula y de piel algo pálida. Vestía con un uniforme rojo y blanco con cruces en las hombreras y con una boina con la misma cruz en la cabeza. También portaba unas gafas de sol, unos guantes negros y unas botas que no terminaban de encajar con el atuendo. Tras unos segundos de duda, los hombres enarbolaron las armas, lo que hizo que se encontrasen en esa situación tan extraña.

Vicky recogió el chicle con su lengua en un gesto que podría haber incomodado a algún hombre mojigato, volviendo a masticar con indiferencia, las manos aún levantadas. Volvió a hacer una burbuja, la volvió a explotar con los dientes y volvió a repetir el proceso de introducirse el chicle en la boca sin usar las manos

Bueno, ¿Me vais a hacerme tirarme todo el día con las jodidas manos en alto, o me vais a preguntar quién soy? Los guardias se incomodaron cuando la chica habló, volviendo a apuntarla. El más valiente de ambos carraspeó

Qu- Quién el hombre carraspeó al escapársele un gallito ¿Quién eres? ¿Quién te envía?

La mujer puso una cierta cara de fastidio, torciendo el gesto mientras miraba la entrada a la que en su mundo era una base de su organización secreta. Eran jodidamente iguales, pero los guardias no portaban los símbolos de los templarios. Bueno, nunca se perdía nada por intentar identificarse, ¿no?

Actos 20, 28: Escuchad atentamente vosotros y todo el rebaño, pues el Sagrado Espíritu os hará guardianes, para alimentar a la iglesia de Dios, aquella que ha sido obtenida por su propia sangre La mujer volvió a hacer una burbuja con el chicle, esta vez no reventándola. Se la introdujo en la boca con cuidado y la aplastó con los dientes en un chasquido que enervó enormemente a uno de los dos guardias

Si no habéis entendido ni papa, tenéis dos opciones, o me lleváis ante vuestro lider, o voy yo arrastrando vuestros cuerpos inconscientes. Vosotros elegís, guapos comentó, con cierta indolencia, antes de dirigirles una sonrisa de gato de Cheshire que indicaba que si tenía que llevárselos, lo haría con fascículos. La luz del sol de la mañana incidió sobre sus gafas de sol, arrancando un brillo inquietante de ellas.

Y mientras tanto, el pelo de la mujer estaba empezando a cambiar por un vivaz tono azul

¿Cómo había podido entrar una mujer así hasta la puerta? El único que lo había hecho hasta ahora había sido Sloan, y porque ya había estado antes en la base del B.P.R.D. Iba vestida de una manera bastante llamativa. Llevaba en la chaqueta lo que parecían unas cruces, al igual que en una boina que cubría su cabeza. Tenía las manos levantadas debido a las armas que la apuntaban. Los agentes de la organización llevaban un tipo de munición especial para enfrentarse a cualquier ente sobrenatural que les amenazase. No era nada normal que gente normal rondase por las inmediaciones de la enorme base. Después de todo, cualquiera que hubiese pasado por allí habría visto un enorme cartel que rezaba "Depósito de basuras y depuradora de aguas". Estaba a las afueras de manera que daba el pego. Uno de los guardias hizo una llamada desde el puesto de vigilancia.

- Al habla Tom Manning.- El director de la organización cogió el teléfono en su despacho.

- Sí, ¿señor Manning? Aquí el agente Johnson... Verá, creo que tenemos una inesperada invitada en la puerta.- El hombre se asomó por una pequeña ventana de un puesto de vigilancia. A lo lejos, la chica mantenían los brazos en alto, esperando a que se dignasen a atenderla.

- ¿Cómo que una inesperada invitada? ¿De qué está hablando Johnson?- Manning giró sobre sí mismo ayudándose de la mesa de su despacho. Su ventana daba a la parte trasera de la base de manera que no tenía una vista clara de lo que estaba sucediendo en la entrada principal.

- Ha aparecido de la nada. No sabemos quién es ni qué quiere. Simplemente nos dice que si vamos a preguntarle quién es. Es algo extraña. Lleva algunas cruces en sus ropajes.- Los agentes habían visto de todo, de manera que Johnson mantuvo la calma. No parecía potencialmente peligrosa, pero en su trabajo había aprendido que muchas veces las cosas no son lo que aparentan. Escuchó al presidente resoplar al otro lado del teléfono, y a juzgar por el murmullo que hizo, intuyó que se estaba pasando la mano por la cara, fatigado.

- Avisa a Rojo. Que vaya a la puerta y se cerciore de que es una amiga y no alguien que viene a molestar.- Y tras un "sí, señor" del agente, el director colgó el teléfono. Se desplomó contra el respaldo de su asiento y negó con la cabeza. Dos universos. ¡Dos! No tenían suficiente con uno ahora tenían que encargarse de los males que asolaban dos mundos. Un día de estos se iba a marchar a algún rincón del planeta y nadie volvería a saber de él. Qué harto estaba de los bichos mágicos.

27 de Enero de 2019
9:45 de la mañana
Base del B.P.R.D.
Cuarto de Rojo


Hellboy pasaba los canales de la televisión aburrido. Abe estaba a su lado, leyendo un pequeño libro acerca del evento conocido como "Omega". Desde el pasado 10 de marzo, cuando la colisión de mundos tuvo lugar, se habían planteado toda clase de teorías acerca del por qué de este suceso. Ninguna parecía ser del todo concluyente, aunque la mayoría apuntaba a algún ente sobrenatural detrás que lo había causado. El demonio tenía un humeante puro en la boca y el brazo de piedra apoyado tras la cabeza. Tumbado en la cama y apoyado en el cabecero resoplaba y fruncía el ceño con cada nuevo canal que aparecía.

- Porquería, mierda, rollazo, esto ya lo he visto... ¡Qué harto estoy de que no echen nada interesante en la tele! Mira, otra noticia más de los super Vengadores y la Liga. "Superman vuelve a salvar el día"; "Los Vengadores frenan las amenazas del espacio"; "derrotado de nuevo Ultron tras un ataque a escala mundial"... ¿Qué demonios es todo esto? ¿Quién cojones es Ultron?- Rojo golpeó el puro, deshaciéndose de unas pocas cenizas que se habían agolpado en el final pasado un rato. Un par de gatos ronroneaban y saltaban de un lado a otro del cuarto. Abe no levantó la cabeza de su libro, sino que pasó la página con sumo cuidado. El título, "Omega, año uno". Había sido escrito por uno de los científicos de mayor renombre conocido.

- Se trata de una inteligencia artificial. Una especie de robot como capacidades neurológicas parecidas a las de un humano corriente. No representa una amenaza para nosotros.- Hellboy negó con la cabeza mientras se encogía de hombros y mostraba un gesto claramente enfadado.

- ¡Una inteligencia artificial! Desde luego los científicos son la pera. Juegan a ser dios y luego mira, les estalla todo en la cara. Y entonces "¡aaaaaah, salvadnos! ¡Hemos creado algo que no podemos controlar!". Menudos capullos con cara de culo. Inteligencia artificial... ¿A quién se le ocurre? Es como hacer que una lavadora hable y piense. ¿Quién demonios quiere que una lavadora piense?- Hellboy volvió a cambiar el canal, indignado. De nuevo, otra noticia acerca del ataque del robot. Al parecer, había usado varios modelos menos evolucionados que él para realizar un ataque coordinado en varios puntos del mundo. Todos habían sido reducidos pero con bajas considerables. Tanta historia de que si los Vengadores y la Liga de la Justicia eran los mejores y luego eran incapaces de frenar a unas tostadoras cabreadas. Abe pasó la yema de los dedos con delicadeza por el lomo del libro mientras movía ligeramente la cabeza, sin separar los ojos de las páginas de este.

- Bueno Rojo, debes entender que el mundo evoluciona, y lo mismo sucede con la ciencia. Los hombres intentan superarse como han hecho en el pasado. La última frontera es la de dar vida. Es bastante hipócrita la actitud que suelen tener, pero no por ello deben estar siempre equivocados. Ten en cuenta que gracias a la ciencia la esperanza de vida es mayor, así como las comodidades.

- ¡Uy, sí! ¡Cojonudo! Ahora los estúpidos que quieren hacer experimentitos pueden vivir hasta los ciento y pico años. ¡Maravilloso! El día menos pensado cojo yo a toda esta panda y...- El demonio no pudo acabar la frase. El teléfono que estaba en su mesilla de noche comenzó a sonar. Resopló, exhalando una densa nube de humo y alargó el brazo para cogerlo. Apoyó el puro en el cenicero y se aclaró la garganta.- Rojo al habla.

- ¿Rojo? Buenos días, soy el agente Johnson. Perdona que te moleste tan temprano, pero tenemos una inesperada visita.

- ¿Cómo que una inesperada visita?- El demonio se irguió, quedándose sentado sobre la cama. Abe levantó la vista por fin del libro, mirando curioso a su compañero.

- Sí. Ha aparecido una joven en la puerta. No sabemos quién ni qué es, pero aparentemente tiene pinta de ser una maga o algo por el estilo, ateniéndonos a que haya sido capaz de burlar el perímetro de vigilancia y alcanzar la puerta.

- Voy para allá. Que no se mueva de ahí. Abe, deja de leer eso. Tenemos trabajo.- Y se levantó, poniéndose la gabardina y enfundando su revolver. Tal vez no lo necesitase, tal vez sí. Pero con el paso de los años había aprendido que era mejor llevar algo que disparar por si acaso las cosas se torcían. Como reza el dicho, "mejor prevenir que curar".


Una puerta se abrió lentamente, y el demonio junto con su compañero Abe salieron a la puerta. A unos pocos metros, la mujer seguía esperando a ser atendida. Cuando la alcanzaron el demonio pudo observar que era joven, bastante joven de hecho. Tendría unos veintitantos escasos. Llevaba un traje blanco y rojo con algunas cruces. Unas gafas de sol y masticaba un chicle de la manera más provocativa posible. Hellboy mantuvo su semblante serio mientras la miraba.

- Bien, desde luego no pareces haberte perdido... ¿Quién eres? ¿Y qué eres, alguna especie de enfermera o algo por el estilo? ¿Sabes que esto es un recinto privado? No deberías colarte así como así sin llamar primero.- Comparada con él, la muchacha era muy bajita y menudita. Aunque claro, prácticamente cualquiera lo era comparado con el demonio. Después de todo, medía más de dos metros y tenía unos músculos enormemente desarrollados. Abe se mantuvo en silencio, y no hizo ningún ademán de proteger o avisar a su compañero, de manera que, al menos por el momento, la chica no parecía ser una amenaza para ellos.

Vicky bostezó sonoramente mientras desviaba su mirada hacia el paisaje, masticando tranquilamente dicho chicle. Apartado de la vista de los soldados, pero desde el ángulo de la templaria, una escultura de hielo, moldeándose con la humedad ambiente. Por supuesto, no era agua pura, y no le iba a servir nada para luchar, pero como parecía que llevaría algo de rato, pues al menos se entretendría un poco.

Estaba ya poniéndole un culo en pompa de esos respingones y que dan vértigo de mirar las curvas cuando de pronto, la puerta se abrió, por lo que la chica dejó de atender a la figura de una mujer desnuda en una pose picantona para encontrarse con...

... Un demonio.

Su primera reacción fue fruncir el ceño y tensarse, aparentemente dispuesta a lanzarse a por la criatura. De hecho, estuvo muy a punto de hacerlo, cuando de pronto un cuchillo de fuego ardiendo penetró en su sien, haciéndola gemir de dolor. Una corona hecha de acero fundido aprisionó su cabeza y empezó a apretar, mientras dos clavos ardientes penetraban en sus ojos.

Vicky gimió de dolor cuando una de las migrañas más molestas de su vida atenazaron su cabeza, cayendo de rodillas mientras se llevaba la mano al ojo. Su nariz empezó a sangrar, al principio un goteo y luego un leve chorrillo, como lo hacían sus oídos e incluso empezaba a llorar sangre.

<Joder...>* Murmuró en perfecto Enochiano. Se encogió de dolor y entonces...



<Duele...> Vicky no era consciente de lo que decía, haciéndose un ovillo en el suelo mientras empezaba a dejarlo todo perdido de sangre. No sangraba demasiado, no ponía en peligro su vida, pero su expresión de dolor dejaba bien claro que no estaba resultando agradable



Y tal y como vino, el dolor empezó a remitir. Vicky gimió levemente, aún dolida y dolorida, mientras notaba cómo poco a poco su vista empezaba a recuperarse y el dolor bajaba a unos límites soportables. No parecía oír del todo bien, y se encontraba aturdida, por lo que simplemente se sentó, pálida y atontada. Se pasó una mano por la nariz y gruñó al ver los guantes manchados de sangre

Joder, mierda. gruñó, molesto, antes de mirar hacia Hellboy. Torció el gesto, pero ahora ya no parecía agresiva Anung Un Rama, ¿eh? Yo soy Victoria Sterling, pero me llaman Hellcat, templaria de segunda categoría y cazadora de monstruos a tiempo completo volvió a gruñir, incorporándose y quitándose el polvo de la ropa No lo comprendo muy bien, pero parece que he cambiado de dimensión, y casualmente tu choza está donde antes se encontraba mi cuartel. ¿Te importaría invitarme a unos ibuprofenos? No te imaginas lo mucho que me está jodiendo la migraña ahora...

*:

Repentinamente, la chica comenzó a sangrar por la nariz, a convulsionar y a caer al suelo, hecha un ovillo tembloroso. El demonio frunció el ceño y la miró.

- ¿Pero qué...? ¡Eh! ¿Te encuentras bien? Vamos, Abe no es tan feo.- Y buscó la mirada de su compañero, quien no la separaba de la chica. Esta nombró la palabra "Joder" mientras seguía retorciéndose.- Abe, ¿qué está pasando? ¿Qué le pasa a la loca esta?

- ¡Shhhh!- Abe se llevó un dedo a los labios y abrió la otra palma en dirección a Hellboy, pidiéndole paciencia.

- ¿Cómo que "shhhh"? ¿Qué pasa? ¿Le está dando un chungo o qué?- Pero Azul volvió a chistarle. El demonio negó con la cabeza e hizo un gesto como de darle un golpe a su compañero mientras sacaba ligeramente la lengua y se la mordía. Observó a la chica retorcerse en el suelo. Desde luego tenía pinta de estar pasándolo bastante mal. Abe abría los ojos y no perdía detalle de todo. Hellboy miraba a la chica y a su compañero. Seguía sangrando, pero no de una manera exagerada o aparentemente peligrosa. No peligraba su vida desde luego. Al menos no más que lo que le estaba pasando. Abe extendió su mano hacia la chica, leyendo probablemente su mente y lo que le sucedía.

- Hay algo más...-

- ¿Qué?- El demonio se agachó hasta tener su cara junto a la de su compañero, con el ceño fruncido.- ¿Cómo que hay algo más?

- Noto algo... Una entidad arcana, muy poderosa. Está en su mente. Conversa con ella. No sé que dicen o de lo que hablan, pero sea lo que sea es parte de ella.- Estas eran las partes que más odiaba Hellboy. Abe intentaba entender o aprender de lo que veía, pero el demonio quedaba totalmente fuera de juego al no poder hacer nada. Debía esperar a que su compañero le dijese qué era o qué poder tenía el ser al que observaban.- Siento magia. Creo que ella es capaz de controlarla. No se muy bien hasta qué punto, la entidad me bloquea casi toda su imagen. Es como... Un enjambre.

Al cabo de unos segundos, el dolor pareció atenuarse en la muchacha. Poco a poco, fue dejando de gemir de dolor y recuperando su estado normal. Se pasó la mano por la cara, manchándose de sangre sus guantes. Maldijo y miró al demonio, pronunciando su verdadero nombre. Esto provocó que, tanto él como Abe intercambiasen miradas. Desde luego la entidad era poderosa, lo suficiente como para conocer a Rojo. ¿Acaso se habían visto antes? A él no le sonaba en absoluto la chica, ni de libros ni fotos ni nada por el estilo. Era la primera vez que la veía, al igual que era la primera vez que veía a alguien así vestido. Se presentó como Victoria Sterling y como Hellcat, una templaria de segunda categoría y, al igual que ellos, cazadora de monstruos. Bueno, algo ya sabían. Su nombre y a qué se dedicaba. Era bueno saber que pertenecían al mismo bando, o al menos eso dedujeron al ver que la muchacha no saltaba a por ninguno de ellos. Seguramente la conversación con la entidad le hubiese dado pistas acerca de lo que eran. Se levantó, limpiándose las ropas y alegando que allí estaba su cuartel antes, de manera que debía provenir del otro universo, u otra dimensión distinta.

Cuando pidió unos ibuprofenos el demonio resopló y frunció el ceño.

- ¿Ibuprofenos? Tú no te has visto, ¿verdad? ¡Tú lo que necesitas es terapia! Anda, acompáñanos Victoria. Te daremos comida y agua, y algo para limpiarte la sangre y un poco las heridas. Por cierto, prefiero que me llames Hellboy antes que Anung-Un-Rama. No es un nombre que me agrade especialmente. Y este de aquí es Abraham Sapiens, aunque le solemos llamar Abe.- Y con un gesto con la cabeza indicó a la chica que le siguiese.

Entraron en la enorme base y bajaron hasta el comedor. Era temprano, lo suficiente como para que pudiese desayunar algo. Le ofrecieron una mesa y varias cosas para llevarse a la boca, como leche, café, huevos, pan, jamón... Todo un buffet libre para que la jovencita pudiese tomar todo lo que quisiese. Abe y Hellboy se sentaron junto a ella y, tras intercambiar un par de miradas, el demonio tomó la palabra.

- Bueno Hellcat, o como sea... ¿De dónde has salido? No teníamos constancia de ti hasta esta mañana. No me malinterpretes, no somos unos acosadores ni nada por el estilo. Simplemente somos los mejores investigadores de lo paranormal y sobrenatural del mundo, de manera que solemos saber qué criaturas lo habitan, especialmente si tienen un poder tan grande como el tuyo. Yo no lo he visto, pero aquí mi amigo Azul es capaz de sentir la naturaleza de las personas y seres y ver a través de ellos. Lo que sí me gustaría saber es qué ha sido todo eso de la puerta, lo de retorcerse en el suelo y de repente saber quién soy. La gente que suele conocerme por mi nombre o bien han leído mucho, o bien son los que suelo patear, así que espero que tú seas del primer grupo. Bueno, también están los que son como nosotros, pero nadie hasta ahora había dicho mi nombre así como así. Así que dime, ¿quién eres o qué eres?- No había tono amenazante en la voz de Rojo, sino curiosidad y sopresa. Si pertenecía a los buenos y sabía su nombre tal vez fuese un ente bueno, alguna especie de ángel o dios bondadoso que, al igual que ellos, pateaba demonios y monstruos que intentaban colarse en la tierra para armar jaleo y joder al personal. Fuera como fuese, tenía allí toda la comida que necesitase y las atenciones que quisiese.

El pelo de la templaria cambió a azul mientras de los dedos de la muchacha emergía algo de agua que aprovechó para limpiarse la cara y el cuello mientras comenzaba a seguir a Hellboy y Abe. Parecían tipos majos pese a ser bichos raros, le hacían pensar en los Sasquatch de Kingsmouth. Con la diferencia de que estos hablaban, y que Hellboy acababa de llamarla loca. Oh, bueno, no podía reprochárselo.

Entraron en la base, que no era tan diferente a la de los Templarios que ella recordaba. Vale, había menos uniformes rojos y blancos y también menos cruces templarias. Y menos retratos cristianos. Vale, quizás no era igual en cuanto a decoración, pero sí en cuanto a distribución. ¡Incluso el comedor estaba en el mismo sitio!

Sus dos guías le indicaron que cogiese lo que quisiese para comer, y Vicky se relamió ante la idea. No es que fuese una glotona de por sí, pero llevaba dos días comiendo muy frugalmente para intentar mantener al máximo el poco dinero que se había traído consigo, por lo que la idea de tomar un desayuno británico en condiciones le resultaba extremadamente atractivo.

Así pues se echó un par de huevos revueltos, bacon, alubias rojas, salchichas, un tomate troceado y unas tostadas para ayudar a pasarlo. Como bebida, escogió un poco de té, que aunque no era tan bueno como en su base debería bastar. Con una nube de leche y un terrón de azúcar. Removido, no revuelto, gracias.

Con la bandeja bien cargada, la rubia se sentó en la mesa que sus compañeros la indicaron, y ni corta ni perezosa empezó a comer, intentando mantener la flema inglesa... pero con un claro hambre

Y entonces empezaron las preguntas. Dio un buen trago al té y desvió los ojos al cielo

Hum... esas son buenas preguntas, es posible que me lleve un rato explicarlo en profundidad, por lo que intentaré usar la versión corta. Técnicamente soy una humana normal sin poderes mágicos que un día fue escogida por una entidad para proteger a mi mundo de las criaturas sobrenaturales que la amenazaban. Digamos que soy como una paladina, o algo así, el trabajo de esa entidad es velar por la conservación de Gaia, mi mundo, y de elegir humanos aptos para protegerla. Antes de que lo preguntes, no tengo ni idea de qué cualidad vieron en mí para escogerme, esas abejas son raritas de narices.

Bien, el caso es que esa entidad se hace llamar a sí misma "El zumbido", siempre habla en plural y actúa como una mente enjambre o algo así. Nosotros las llamamos las Abejas porque suelen mostrarse físicamente como esos insectos cuando se encuentran en el mundo material. Eso sin contar que siempre están trabajando, consideran su sabiduría dulce como la miel y tienden a llamarme "Dulzura".

Básicamente, lo que has visto en la puerta han sido las abejas hablándome de tí, Hellboy. Son unos bichos que viven más allá del espacio y el tiempo, o eso dicen, y en teoría pueden ver cualquier cosa que esté predestinada a ocurrir. También son crípticas de cojones cuando hablan, y su moralidad está jodida de cojones: Mientras Gaia sobreviva, les da igual lo que pase.

Sobre de dónde he salido... bueno, fui a investigar unos portales que habían aparecido en Gaia bajo el consejo de mi organización, los Templarios, y también de las abejas, y terminé aquí. Según ellas, esto se llama Omega, y es la clave para salvar Gaia de la destrucción y el fin de la "cuarta era". Creo que así llaman a la humanidad. Y sobre cómo he llegado... creo que voy a tener que ser un poco gráfica

La chica dio un leve golpe en el suelo, y su pelo se volvió de un color marrón-barro mientras una bola de tierra emergía del suelo. La chica la hizo flotar en el aire, dándole una forma vagamente parecida a la tierra.

Supongamos que esto es Gaia, Gea, La Tierra o como quieras llamarlo. Hmm... espera, le voy a poner mares el pelo de Vicky se tornó a mechones azules y sus ojos, en ese momento marrones, empezaron a mostrar motas azules cuando la chica creó agua de sus dedos, mezclándola con el planetoide que flotaba en el aire. Ahora desde luego era más fácilmente reconocible

A ver, magia básica 101: El mundo está surcado por unos canales conocidos como las líneas telúricas o de Dragón, donde la magia fluye de manera natural. Y hasta ahí, lo fácil. Vicky sacó un mechero, lo encendió, y añadió unas líneas de fuego por todo el globo mientras su pelo multicolor adquiría mechones rojos a su vez. Sus ojos ahora eran un arcoiris de color

Antes de seguir, os diré que os encontráis en uno de los afluentes de dichas líneas telúricas. Es algo débil, pero aún tiene cierto poder. Bueno, imaginad que hubiera un reino donde todas las líneas telúricas se intersectan. la imagen de la tierra se partió por la mitad, mostrando un núcleo compuesto por una miríada de líneas de fuego. Bienvenidos a Agartha, el corazón de Gaia. Donde está todo el poder de creación de la tierra.

Vale, ahora supongamos por un momento que por obra y magia de una entidad superior, el cuerpo de un mago se convierte en magia pura condensada. ¿Qué creéis que podría pasar si esa magia condensada se convierte en energía de nuevo? Pues que puedes ir a Agartha, y desde ahí, a cualquier sitio. Una especie de teletransporte, vaya.

En resumen, que mientras haya una línea telúrica, puedo dejarme fluir por ella y llegar a cualquier sitio. De ahí que apareciese aparentemente de la nada. La chica sonrió, convirtiendo la tierra en una bola de barro. Con un gesto rápido, la lanzó por encima de la cabeza de Hellboy, encestando en una de las papeleras del comedor

¡TOMA! ¡Tres puntos! exclamó, alegre, volviendo a centrar su antención en la comida mientras su pelo volvía a su rubio natural y sus ojos a su tono azul-grisáceo más normal ¿Alguna pregunta? ¡Dios, este Bacon es pecaminoso!

Cuando la muchacha terminó la explicación, Hellboy se sentía como si acabase de leer toda la obra de Kant. ¿Abejas que le hablaban? ¿Paladina? ¿De qué demonios estaba hablando la chica esa? ¿Una paladina? ¿Qué había salido, de un videojuego? Hacía tiempo que no escuchaba ese término y no pudo evitar fruncir el ceño. Aunque no fue lo que más le llamó la atención de aquel discurso. Ver cómo le cambiaba el pelo de color, así como los ojos, dependiendo de lo que estaba haciendo era otra cosa a tener en cuenta. Era como ver un camaleón o una sepia de esas, cambiando el color a toda velocidad, mostrando su estado de ánimo o el por qué de sus acciones. No era normal ver cosas así, y dentro del mundo de los magos tampoco. Generalmente cambiaban como mucho el color de sus hechizos o cosas así. ¿Pero el pelo? En fin, cosas peores había visto así que tampoco le dio demasiada importancia a que se le tiñiese de azul o marrón la cabeza y los ojos. Abe parecía estar maravillado ante este hecho. Claro que Abe se maravillaba hasta con una piedra si tenía un dibujo en ella. Eso frustraba más de una vez al demonio. Un puñetero canto rodado podía llevarles horas de investigación tan solo porque a su compañero le parecía "magnífico", "maravilloso" o "sobrecogedor". ¡Una puñetera piedra!

Después de que la chica encestase la bola de tierra por encima de su cabeza, Hellboy miró a Abe con el ceño fruncido, y luego volvió a dirigirse a Vicky.


- A ver si lo he entendido... Dices que tienes la cabeza llena de abejas que se hacen llamar "el zumbido", las cuales son capaces de saber cada cosa que ven; que estás aquí para proteger Gaia, que básicamente es la tierra o eso he entendido; que en teoría Omega, lo que es ahora el universo básicamente, es la clave para que no se destruya todo; y que el núcleo de la tierra se llama Agartha... ¿Es así?- El demonio negó con la cabeza y resopló.- Chata, estás muy fuera. No sé de qué universo, cueva, caja o lo que sea has salido, pero joder tía. ¿Y cuando las abejas esas te hablan, te hablan todas a la vez? Por que madre mía entonces el barullo que debes tener montado en la cabeza...- El demonio ya había conocido antes a seres a los que les hablaban entidades superiores o les mandaban hacer cosas. Por regla general era uno solo, pero había casos donde llegaban a ser dos o tres. ¿Pero todo un enjambre? Eso habría vuelto loco a cualquiera. Aunque, a decir verdad, la chica no mostraba ningún síntoma de estar ida de la cabeza ni nada por el estilo. De hecho, hablaba con bastante coherencia, dentro de lo que ella había vivido y sus creencias claro está.

El demonio se apoyó contra el respaldo de la silla mientras dejaba a la muchacha comer.

- Lo que me sorprende es que los templarios todavía existan. Quiero decir, como organización que se enfrenta a seres sobrenaturales y demás. Supongo que alguna orden habrá que se hace llamar templarios, posiblemente enfrentándose a alguna otra organización que quiere traer el equilibrio o vete tú a saber. Nosotros... Bueno, somos algo parecido. Básicamente nos dedicamos a enfrentarnos a cualquier bicho con malas intenciones que quiera venir a joder al personal. Sobrenaturales especialmente, como demonios, dragones, monstruos... Lo que sea vaya. Que hayas pronunciado mi nombre me da a entender que sabes lo que en teoría estoy condenado a hacer. Aunque a decir verdad me enfrento a ello día a día, por eso mato a todas esas cosas que quieren venir a destruir el mundo. Me he ganado a pulso el odio de todos. Al fin y al cabo, soy un traidor a ojos de los demonios. Pero bueno, creo que podré vivir con ello.- En realidad, Hellboy luchaba día a día porque así le había enseñado su padre, el profesor Broom. Pero había también una razón algo más oscura. Tenía la esperanza de que algún día encontraría algo lo suficientemente fuerte como para acabar con él, rompiendo así la profecía de que sería quien trajese el fin del mundo al universo. Aunque intentaba no pensar en ello demasiado. No era una visión muy positiva de su futuro, y prefería creer que sería capaz de machacar bichos durante mucho mucho tiempo.

>> Bueno, coméntanos entonces. ¿Desde hace cuánto estás en Omega? Y háblanos un poco de tu universo si quieres. Tal vez pueda servirnos de ayuda para saber más cosas o poder ayudarte a situarte un poco mejor. Han pasado un montón de cosas y no sé muy bien cómo estaban en tu mundo.

- A ver si lo he entendido... Dices que tienes la cabeza llena de abejas que se hacen llamar "el zumbido", las cuales son capaces de saber cada cosa que ven; que estás aquí para proteger Gaia, que básicamente es la tierra o eso he entendido; que en teoría Omega, lo que es ahora el universo básicamente, es la clave para que no se destruya todo; y que el núcleo de la tierra se llama Agartha... ¿Es así? Vicky, con la boca a rebosar, asintió vehementemente. ¡El bueno de Hellboy lo había entendido! Chata, estás muy fuera. No sé de qué universo, cueva, caja o lo que sea has salido, pero joder tía. ¿Y cuando las abejas esas te hablan, te hablan todas a la vez? Por que madre mía entonces el barullo que debes tener montado en la cabeza...-

Bueno... en realidad como hablan todas a la vez y en perfecta sincronía, es como si sólo hablase uno. Pero sí, no te imaginas lo que duele la cabeza cuando se ponen a rajar con sus rimas y sus cosas raras. No me quejo, en serio, gracias a eso soy inmortal y puedo usar la magia, pero a veces es un puñetero coñazo. Es decir, ¿Cómo quieres que le explique a mi familia que he rejuvenecido ocho años de golpe? ¿O que me persiguen Vampiros, Wendigos, miembros de otras sociedades secretas... No está mal, pero renuncias a mucho por culpa de esa mierda. Y lo peor es que no lo eliges, pero... se encogió de hombros, continuando con su desayuno. ¡Joder, a este paso les pedía el formulario de inscripción!

Hellboy continuó hablando, haciendo comentarios en general y dejando bien claro que ambos estaban en el mismo barco. Eso estaba bien, Vicky no tenía a muchos aliados al otro lado de la brecha, y le vendría bien ir haciendo amigos entre gente que se dedicaba a lo mismo. Y posiblemente, gente con la misma esperanza de vida que ella, lo cual era otro punto a favor

Bueno, coméntanos entonces. ¿Desde hace cuánto estás en Omega? Y háblanos un poco de tu universo si quieres. Tal vez pueda servirnos de ayuda para saber más cosas o poder ayudarte a situarte un poco mejor. Han pasado un montón de cosas y no sé muy bien cómo estaban en tu mundo.

Llevo un día y dos noches, algo así. Aparecí en Nueva York y me cogió un tipo gordo con un peinado estúpido y más brazos que un pulpo. En serio, ¿Qué coño pasa con vuestro mundo? En el mío habrían acribillado a tiros a ese tipo sin preguntar la chica señaló a Hellboy con una salchicha trinchada en el tenedor, antes de dar buena cuenta del cacho de carne Vamos a ver... puedo empezar con algo de historia antigua de mi organización. Por lo que sé, fue fundada en la época de babilonia... de la torre DE Babilonia, cuando dos hermanos descubrieron que había algo que reptaba en la oscuridad de las noches. El hermano fundador, del cual se perdió su nombre, decidió que no iba a permitir que los bichejos se dedicasen a campar a sus anchas, así que empezó a reunir hombres que compartiesen sus ideales y creó un grupo militar anti-bichejos. Su hermano, por otro lado, se obsesionó con el conocimiento, dando pie a la organización de los Fenicios. Unos tíos que venden artefactos mágicos al mejor postor. No hay que ser un genio para saber que vender una daga de sacrificios maldita a un sectario pirado es una mala idea, ¿hmm?

Vicky se apartó del plato levemente, echándose hacia atrás en la silla, pensativa

No se sabe mucho de esa época, pero nuestras dos organizaciones son bastante antagonistas en lo que a cómo tratar a los bichos infernales se refiere. Por nuestro lado, los cazamos, exterminamos y expulsamos, mientras que los otros capullos investigan, comercian y experimentan con cosas que estarían mejor quietecitas. El caso es que no estalló la guerra entre sociedades secretas hasta la grecia antigua, cuando los muy cabronazos de los Illuminati (sí, los del ojo y la pirámide) nos jodieron a Alejandro Magno. Sobre el nombrecito, lo de Templarios lo teníamos desde la época romana... La orden que vosotros conoceréis, la que acabó en un viernes trece, era un intento de mostrarnos al mundo. Nuestro estilo nunca fue de ocultarnos, somos protectores, no espías, pero...

Bueno, los Illuminati se las arreglaron para cargarse a la orden del temple, así que volvimos a las sombras. Y a cambio, nosotros los echamos a patadas del viejo continente, obligándoles a quedarse con el Nuevo.

La chica sonrió, volviendo a dar cuenta del plato cuyo contenido bajaba por momentos

Como imaginaréis, yo soy una agente de campo, de historia antigua sólo sé lo que me han contado las Abejas, pero te puedo asegurar que no se cortan en detalles con esas cosas. El caso es que hay una tercera organización, unos locos de la teoría del caos que se hacen llamar el dragón y que están en asia. Tooodos locos. Y para evitar que nos matemos mutuamente, hay un consejo neutral conocido como el consejo de Venecia. Que es como la ONU de las organizaciones secretas, pero en inútil.

Aparte de eso, no tenemos ni esa cosa llamada SHIELD ni a tíos en mallitas haciendo el canelo por las calles, así que podrías ponerme un poco al día sobre esos tíos. ¡Joder, si parecen sacados de comics!

El demonio se rascaba la cabeza con el ceño fruncido mientras la chica hablaba. Desde luego venía de un mundo muy distinto al que vivían, o habían vivido hasta la colisión. Las sociedades secretas esas existían, pero no tenían tanta relevancia. En términos sobrenaturales y de control de plagas, por llamarlo de alguna forma, el B.P.R.D era el número uno del mundo. Sin embargo, la organización apenas tenía setenta años, mientras que si era cierto lo que decía la muchacha, los templarios a los que ella pertenecía provenían desde la Grecia antigua, lo que significaría unos dos mil y pico años. Ellos eran unos novatos si existía una orden de tamaña magnitud. Más preocupante era sin embargo que hubiese más organizaciones, como esa del dragón que dijo o que los illuminati fuesen más activos. De todas formas, parecía que eso era parte del mundo del que provenía la chica, de manera que, al menos por el momento, no había más organizaciones extrañas. Deberían aumentar la vigilancia, eso sí. Si ella había sido capaz de entrar bien podían hacerlo otros. Otra cosa que sorprendió a ambos fue el poco tiempo que ella llevaba en la tierra. Apenas dos días y medio. La mayor parte de entradas de otras dimensiones se había producido durante la colisión y los días posteriores. Pero habían pasado nueve meses desde aquello, y que pudiesen volver a producirse algunas brechas interdimensionales no era algo que les habría gustado escuchar.

Hellboy puso cara de "qué me vas a contar" cuando hizo referencia a lo de vender dagas mágicas malditas o al tema de S.H.I.E.L.D y los héroes con mallas. Entendía que, por ejemplo, Abe las usase. Bueno, en realidad era algo parecido a un traje de neopreno, pero era por temas de la piel. El por qué las usaban los héroes y demás era ya cosa suya. Tal vez algún tipo de complejo viril.

- Realmente vienes de un sitio extraño... Aquí esas organizaciones son mucho menos activas y peligrosas. Tienen sus más y sus menos, pero en términos generales están mucho más controladas. Alguna vez hemos tenido que ir a darles una tumda por tocar los cojones, pero no suelen causar problemas graves. En cualquier caso, es bueno saber que estás preparada para enfrentarte a cosas peligrosas. Créeme, en este mundo las hay a patadas.- Sacó entonces un puro y se lo encendió. Ofreció a la visitante por si quería. Esa conversación iba a dar para rato seguramente, así que era preferible ponerse cómodo.- Aquí hacemos un poco de ambas. Generalmente intentamos investigar las cosas que se cuelan para saber cuál es la mejor forma de patearlos. Lógicamente muchas veces esos cabronazos no se dejan investigar, así que de vez en cuando tengo que sacar la mano a pasear. Y sobre los gilipollas de Washignton y sus héroes a mallas mejor ni me hables. Me tienen hasta los cojones. Siempre con sus tonterías de "vamos a salvar el mundo", y lo único que hacen es joderlo aún más. Pero dejemos ese tema a parte, hay cosas más importantes que nos atañen en este momento.

El demonio estiró el brazo de piedra y cogió un pequeño cenicero que había en una mesa contigua. Lo dejó en la mesa y lo estrenó con un poco de ceniza.

- Dices que llevas apenas dos días aquí en este mundo. Sin embargo, la famosa colisión ocurrió hace nueve meses. Los primeros días esto era un caos de tres pares de cojones. Un montón de nuevos "héroes" y un sinfín de hijos de puta aparecieron de la noche a la mañana. Tuvimos más trabajo que en toda nuestra vida. Pero tú has llegado mucho tiempo después, cuando en teoría todas las brechas están controladas y cerradas o vigiladas, de manera que si tú has llegado aquí otros de tu mundo podrían hacerlo. ¿Cómo lo has hecho? Si, vale, nos has dicho que fue atravesando una falla y no se qué leches más, pero algo más habrá digo yo. ¿Hay algún tipo de conjuro, encantamiento, ritual o mierda de esas para llegar aquí? Porque te aseguro que lo último que quiero es un ejército de illuminatis cabreados con ganas de joder. Ya tengo suficiente con toda la mierda que llevo encima.- El tono del demonio sonaba serio y cabreado, pero no con la chica, sino con la posibilidad de que una organización como era la del ojo apareciese en el mundo. Si ya de por si era complicado mantenerlo todo en orden, añadir una variable tan peligrosa como la de los illuminati a la ecuación la volvía verdaderamente amarga.

Vicky rechazó con suavidad el puro. No era fumadora, y aunque apreciaba un buen habano de cuando en cuando, aún estaba comiendo y no quería enrarecer la explosión de sabores con la que se estaba deleitando. Aún así, siguió prestando atención a lo que le decía el semidemonio, masticando en silencio mientras sus ojos no se separaban de los del hombretón.

Si en algún momento su aspecto había inquietado a la templaria, no lo estaba demostrando. Y no era para menos: cuando habías pateado a un dios caído en desgracia, matado al avatar de un dios del sol y compartido unas birras con el espíritu protector del bosque, tendías a estar curada de espantos. ¡Y eso que no era ni la mitad de situaciones extravagantes en las que se había visto envuelta!

Se quedó pensativa mientras Hellboy comentaba que los héroes sólo liaban más la marrana. Por un lado, no podía estar del todo de acuerdo, ya que se consideraba a sí misma como una heroína, pero sí que era cierto que las ganas de atención que demostraban no era una buena señal. Y estar en el candelero siempre era una estupidez: sólo había que ver lo que le había pasado a la sagrada orden del temple... Héroes un día, herejes al siguiente.

Vicky se echó atrás en la silla, apartándose con suavidad del plato vacío. Suspiró, satisfecha, rebañó algo de aceite y se comió lo que quedaba de tostada, asintiendo. Acababa de venir la pregunta del millón, y como respuesta la chica inspiró y dio un buen trago a su taza de té, pasando lo poco de comida que quedaba en su boca.

Bueno, sé cómo entré. Y cómo salí. Pero no tengo ni idea de lo que ocurrió durante el proceso. Pero bueno, lo mejor es que te describa lo que más entiendo, y de ahí te haces tú la idea.

Estaba de vacaciones forzosas en Tokyo por orden de mis superiores lanzó una mirada que indicaba que esa era una historia muy larga que no pretendía responder en ese momento cuando Sonnac, mi contacto, me pegó un toque por nuestra línea segura y encriptada. Al parecer, el grupo Orochi, una especie de conglomerado de megacorporaciones que juegan con cosas que no deberían, habían creado un prototipo de viaje entre dimensiones. El cacharro había sido saboteado por un agente de los Dragones, pero eso había provocado una explosión en cadena en los otros tres prototipos, creando desgarros en la realidad dimensional. Vicky se recostó en la silla, frunciendo el ceño. Seguía sin gustarle la situación, y no hacía nada por ocultarlo

No era la primera que me encontraba con portales a otras dimensiones, ya he parado dos invasiones demoniacas y por eso me llamaron. Eso, y que los prototipos se encontraban en la sede central de Orochi en japón. Así que me mandaron a investigar los desgarros para ver cómo cerrarlos. Entré con un grupo de dos agentes más y... Su ceño se frunció más, y pareció intentar esforzarse recuerdo un espacio lleno de estrellas y planetas muertos y luego... dolor. Las abejas me hablaban. Y entonces desperté aquí, cayendo desde una buena altura, con una brecha a mis espaldas.

De ella también salieron los otros dos agentes, muertos, y un... algo. Parecía una masa informe, como un conjunto de tentáculos amarillos gigantes. Según las abejas, era un Yog-Sothoth, algo que vive entre los mundos. No lo maté, pero lo hice retirarse hasta que la brecha se cerró. Y bueno, el resto es historia. Oh, ayer me encargué de una infestación de Poltergheist en una ciudad llamada Blüdhaven, no hay de qué

Vicky se encogió de hombros, antes de negar con la cabeza

Lo más posible es que si ha conseguido llegar alguien más, serán dos grupos más, compuestos por un agente de cada organización principal y a lo sumo el idiota que causó el cataclismo primero. Y lo más posible es que de los seis agentes que vinieran después de mí no hayan sobrevivido todos, como ha sido mi caso.

Hellboy escuchó las palabras de la muchacha, recabando toda la información que podía. Eso era lo que quería saber. Evidentemente era posible que encontrase alguien más entrando o intentándolo. Si era así, debían tener cuidado. La llegada de Vicky a ese mundo, a pesar de que parecía más casualidad que otra cosa, no debía ser tomada a la ligera. Lo de que existían demonios entre dimensiones ya lo sabía. No había más que ver al querido Sloan. Lo que más preocupó al demonio de todo lo que ella había contado fue que hubiese seres intentando crear portales capaces de viajar a través de dimensiones. No sabía que eso fuese posible, y era una amenaza más que palpable. A nadie le apetecía tener un ejército de templarios o lo que leches fuesen apareciendo de la nada con ganas de imponer su ley, y al demonio era al que menos le agradaba la idea. Dio una larga calada a su puro y exhaló una densa nube de humo que se perdió tras de él. Estaba serio, pensativo. Emitió un sonido grave de reflexión, proveniente de su garganta, y entonces habló.

- Bien... Llegaste aquí más por casualidad que otra cosa. Es bueno saberlo. Me refiero a que es bueno saber que no hay un portal directo conocido entre tu mundo y el nuestro. Sin embargo, necesitamos pedirte un favor. Que nos informes de cualquier entrada desde él para que podamos ayudarte en el caso de que lo necesites. A cambio, te ofrecemos nuestra ayuda para cualquier misión que necesites llevar a cabo. Como hemos podido comprobar, estamos en el mismo barco. A ambos nos gusta patear culos demoníacos y mandarlos de vuelta al averno del que nunca debieron salir. O a partirles las pelotas a todos los monstruos que vienen con ganas de asustar y joder al personal. Si no tienes sitio donde resguardarte, puedes quedarte aquí por el momento. Además, así podrías explicarnos mejor cómo funciona todo en tu mundo. De hecho, acompañanos. Vamos a la biblioteca a ver si podemos sacar más cosas en claro.- Rojo se levantó e indicó a Vicky que le siguiese ahora que había terminado de comer. Dejaron el comedor atrás y se aventuraron por los pasillos de la agencia, concurridos como siempre por agentes que iban de un lado a otro con informes, papeleo y demás. El demonio cogió a uno y le dijo que no debían preocuparse más por los poltergheists de Blüdhaven. El hombre asintió y prosiguió su marcha.- Gracias por lo de Blüdhaven. No era algo gordo y que nos hayas quitado ese trabajo es de agradecer.

El suelo de marmol cambió por una alfombra roja que se extendía a lo largo de un pasillo redondo, con varias vitrinas con armas y reliquias mágicas de todo tipo. Finalmente, tras unos minutos, llegaron a unas enormes puertas de madera. El demonio las abrió y entraron a la biblioteca. Era enorme, llena de estanterías y libros y un enorme tanque de agua en una de las paredes. Hellboy vio a Liz sentada leyendo tranquilamente un libro. Al verles sonrió, lo cerró y se levantó.

- Hola chicos. ¿Cómo estáis? ¿Qué pasaba en la puerta?- Vio entonces a la chica que les acompañaba. Parecía joven, más o menos como ella. Pero claro, en el caso de Liz era distinto. Su aspecto joven, como de veinte añera se debía a la entidad ígnea que vivía en su alma, la cual la mantenía en un estado de juventud eterna por así decirlo. Le ofreció una sonrisa y la mano.- ¡Hola! No nos han presentado. Mi nombre es Liz Sherman. Supongo que tú eres la que ha causado tanto revuelo aquí. Perdónanos, no estamos acostumbrados a que alguien consiga burlar las defensas de nuestra base.

- Viene de otra dimensión. Al parecer, en su mundo han sido capaces de crear portales a otras dimensiones... Dónde está... Abe, ¿sabes dónde está el libro de los agujeros de gusano y demás? Nos vendría bien echarle un vistazo a decir verdad.- Quería enseñarle a Vicky algunos ejemplos de portales para saber si alguno se parecía. La única vez que ellos habían visto algo así fue cuando Grigori Rasputín había abierto uno para invocar a los Ogdru-Jahad, muchos años atrás. Vicky parecía charlar animosamente con Liz, lo cual agradeció el demonio. No le habría gustado tener allí esperando a su nueva invitada mientras encontraban el libro.

OCC:

Vicky sonrió complacida cuando Hellboy le dio las gracias por haber eliminado a los Poltergheist. Mentiría si dijese que lo hacía por el reconocimiento, pero a veces... a veces que te lo reconociesen de corazón te levantaba el ánimo. Te recordaba que lo que hacías tenía un significado, servía para algo.

Finalmente, entraron el la biblioteca, donde se encontraba una chica. Así, castaña. Con un tipito de esos que dan envidia. Con esa piel pálida y sin mácula. Con esa sonrisa que... ¡uf! Vale, no era una chica, era un monumento. Y la sonrisa enorme era algo que acompañaba muy bien ese rostro perfectamente proportcionado. Chica, menuda envidia, ya le gustaría tener una nariz como esa.

- Hola chicos. ¿Cómo estáis? ¿Qué pasaba en la puerta?- Vicky levantó una mano, sonriendo suavemente mientras se quitaba las gafas con la otra. - ¡Hola! No nos han presentado. Mi nombre es Liz Sherman. Supongo que tú eres la que ha causado tanto revuelo aquí. Perdónanos, no estamos acostumbrados a que alguien consiga burlar las defensas de nuestra base.

- Viene de otra dimensión. Al parecer, en su mundo han sido capaces de crear portales a otras dimensiones... Dónde está... Abe, ¿sabes dónde está el libro de los agujeros de gusano y demás? Nos vendría bien echarle un vistazo a decir verdad.-

Bueno, eso, lo que el armario empotrador ha dicho Vicky sonrió, encogiéndose de hombros mientras le estrechaba la mano a la pirokinética. Joder, tenía un buen apretón y todo Me llamo Victoria Sterling, señorita Sherman, pero puedes llamarme Vicky si lo prefieres. O Hellcat, que es como me llaman en el campo. La verdad es que aparecí... En ese momento, casi podía oír la música de CSI Miami de fondo mientras se empezaba a poner las gafas, en una imitación un tanto pobre de Horatio por arte de magia. tras unos segundos de intensa seriedad, las dos chicas empezaron a reirse, mientras la rubia negaba con la cabeza

No, ahora en serio, Liz, soy maga. Vine por una de las líneas de dragón al que era mi cuartel en mi mundo de origen y... bueno, aquí estoy. ¿Y tú qué haces en el BePeDeTe o como quiera que se llame? ¿Eres bibliotecaria? Liz volvió a reírse levemente ante el chiste horriblemente malo de la rubia, posiblemente por una cuestión de ser amable más que por que le hiciese gracia. La castaña negó con la cabeza

No, no... nada de eso. Soy agente, como Hellboy. Digamos que suelo jugar con fuego en el campo

¡Eh, eso está bien! No suele haber muchas chicas en el campo. Ya sabes, a los chicos no les suele gustar que les agüemos la fiesta o lo hagamos mejor que ellos... la rubia sonrió de lado, sacando una tarjeta de uno de los bolsillos de su uniforme. Era conspicua, apenas tenía su nombre en clave, un anagrama de un gato mordiendo una cruz templaria y un número de teléfono debajo del título "Exterminadores" Así que llámame si necesitas algo de artillería pesada. O mejor, si quieres que nos vayamos a dar una vuelta. A decir verdad, no conozco a nadie de Omega, y mucho menos que comparta trabajo. Yo invito a la primera birra, ¿qué te parece?

- La verdad es que me apunto a esa birra.- Dijo Liz sonriendo. Otra chica amable y divertida, como Blanca. Con ella se llevaba bastante bien, y desde que se conocieron se sentía más liberada, teniendo a amigos fuera de la organización. No es que le pareciese mal estar allí. Eran su familia y les quería. Pero necesitaba más compañía femenina. Hellboy y Abe eran como dos hermanos mayores, graciosos y protectores, que la cuidaban y mimaban un montón. Pero echaba de menos charlas de amigas. Con Blanca había encontrado una, y ahora esta chica que parecía tan divertida y amable podía ser otra. ¿Quién sabe?- Es B.P.R.D. "Asociación de Investigación y Defensa de lo Paranormal". El nombre lo dice todo, aunque supongo que Rojo te habrá informado de lo que hacemos aquí. Somos la organización más grande de investigación de lo paranormal del mundo, y la más importante. ¿Y dices que vienes de otro mundo? Cuéntame. ¿Cómo se llama? ¿Es otro planeta o también la tierra pero en otra dimensión?

El demonio escuchó a las chicas charlar animosamente y sonrió. Se alegraba de que Liz tuviese amigas. La notaba más feliz, más abierta, más dispuesta a ayudar y a usar sus poderes e intentar controlarlos. Echó un último vistazo por encima del hombro y prosiguió su búsqueda junto con Abe. Buscaban un libro llamado "Agujeros en la manzana". Era un estudio acerca de los agujeros de gusano, los portales interdimensionales y demás historias. Recordaba habérselo visto ojear a Abe durante la colisión, pero no habían vuelto a hablar de ello desde entonces.

- ¿Qué quieres de ese libro?

- Echarle un vistazo. Tal vez nos ayude a entender como ha entrado esta mujer en nuestro mundo...- Hellboy pasaba el dedo sobre los lomos de los libros que le daban la espalda en las estanterías. Frotó su índice contra su pulgar, limpiándose el polvo acumulado en él.

- Su entrada es distinta, Rojo. Ella lo ha hecho a través de una falla y con unos tipos que parecían haber encontrado una manera de crear esa clase de portales.- El tono de Azul era calmado pero conciso en su explicación. El demonio resopló y se volvió a su compañero.

- Vale, ¿entonces qué piensas de todo esto? ¿Crees que otros podrían entrar? Porque no se tú, pero a mí eso no me gusta. La idea de que se nos llene todavía más el mundo de gente de otras dimensiones no es algo agradable. A saber qué puede entrar desde otro mundo...- El rostro del demonio se volvió serio, mientras entrecerraba los ojos. Suficiente tenían con lo que había en su mundo. Añadir más variables a la ecuación era algo bastante desagradable, y más aún sabiendo que esos seres seguramente trajesen alguna cualidad o característica que no habían visto en el suyo aún. Nuevas maneras de buscarse la vida vaya. Volvió la vista a las chicas que seguían charlando.- ¿Qué deberíamos hacer?

- Bueno, aún es muy pronto para ver cuál es la gravedad de la situación. Apenas tenemos un par de piezas del puzzle. Si no dispongo de más no puedo realizar una conclusión relevante más allá que simples especulaciones. Sin embargo, sí que puedo decirte, que no es lo mismo que se cuele una simple chica como Vicky a un ejército entero. ¿Recuerdas cuando entró la criatura kryptoniana? Lo notamos en seguida. Creo que depende del poder que traiga quien lo atraviesa, así como sus intenciones. Ella parece ser buena y noble, lo cual hizo que nuestros radares no saltasen al cruzar el portal, cosa que no habría ocurrido de haberse tratado de una amenaza para este mundo. Deberíamos mantener la calma e intentar ayudarla. Después de todo, es una extranjera en nuestro mundo. Creo que hospitalidad, tiempo y sobre todo paciencia es lo que ella más necesita ahora mismo.- Abe sonrió a su compañero después de mirar a Vicky. Parecía ser buena chica. Amable y abierta. Además, seguramente sus conocimientos les sirviesen. Abe era más apasionado de los datos que su compañero rojo. Hellboy era el mejor detective del mundo de lo paranormal, pero su modus operandi muchas veces consistía en entrar en un templo a puñetazos, pelearse con lo que había allí dentro, y entonces leer que debería haber usado otra entrada, dar de comer al guardián o hablarle en un idioma antiguo para calmarlo.

- Si, tienes razón...- Separó la mano de la estantería donde la tenía apoyada y se dirigió a las chicas. Al alcanzarlas le miraron con sonrisas en la cara. Él les devolvió la sonrisa y miró a Vicky.- Bueno Vicky, ¿qué te parece si tomas asiento, te pones cómoda y charlamos un rato? Quiero decir, en el fondo eres una extraña en este mundo, y pensándolo bien nos gustaría ayudarte en lo que podamos: explicarte cuál es la situación, cómo se llaman los distintos grupos y demás que aquí habitan, cómo hacemos nuestro trabajo, cómo haces el tuyo también, más que nada para que podamos aconsejarte mejor... Esa clase de cosas, ya me entiendes. Tal vez así podamos ayudarte mejor o puedas encontrarte más cómoda aquí. Puedes quedarte con nosotros el tiempo que necesites, eres bienvenida.

Le ofreció una cómoda silla para sentarse, otra a Liz y luego se sentaron él y Abe junto a ellas. Seguramente tuviese muchas cosas que preguntar o que contarles, y quien sabe, tal vez pudiesen ayudarla a encontrar su sitio en este mundo.

- La verdad es que me apunto a esa birra.- Vicky sonrió a la par que Liz, alegre de haber encontrado alguien con quien charlar. Es decir, el rubio de anoche no estaba mal, pero no era chica, y no se enfrentaba exactamente a lo mismo... Difícilmente iba a poder estar exactamente en la misma página, por muy majo que fuese. O por muy firme que tuviese ese culo que... - Es B.P.R.D. "Asociación de Investigación y Defensa de lo Paranormal". El nombre lo dice todo, aunque supongo que Rojo te habrá informado de lo que hacemos aquí. Somos la organización más grande de investigación de lo paranormal del mundo, y la más importante. ¿Y dices que vienes de otro mundo? Cuéntame. ¿Cómo se llama? ¿Es otro planeta o también la tierra pero en otra dimensión?

Bueno, lo llamamos igual. Es decir, que yo sepa, aquí lo llamáis Tierra, aunque en nuestro caso también lo llamamos Gaia. Y está vivo, ¿sabes? Tiene una entidad llamada el Zumbido que se encarga de mantenerlo vivo y tal. Pero vamos, que no se diferencia mucho de este sitio por lo que he visto. La única diferencia es que hay más bichos sobrenaturales por eso de ser el fin de los tiempos. Y que no tenemos ni el BPRD ni el SHIELD ese. Ni gilipollas en mallitas La rubia sonrió mientras se recolocaba un mechón de pelo tras la oreja

¡Oh, y tampoco tenemos a Hellboy! En mi mundo hay tres organizaciones secretas que mantienen el mundo a salvo y de paso se aseguran de que la gente de a pie no sepa lo que ocurre en las sombras. Ya sabes, para evitar la histeria y todo eso, pero la mía es la mejor. No porque sea la mía, que también, si no porque nos esforzamos en ser también un ejemplo. Ya sabes, somos como los caballeros andantes de las sombras la rubia se sentó en la mesa, mientras su pelo se volvía azul. Creó una serpiente de agua y empezó a jugar con ella entre sus manos

Yo soy de los templarios, ¿sabes? Las otras dos son el Dragón y los Illuminati. De los últimos seguro que habéis oído hablar

Entonces apareció Hellboy, que sonrió a ambas. Vicky le devolvió la sonrisa. La verdad es que para ser un demonio, era un tío majo. Y mucho mejor que Theodore Wicker. Se preguntaba si el tío seguía intentando salvar al infierno...

- Bueno Vicky, ¿qué te parece si tomas asiento, te pones cómoda y charlamos un rato? Quiero decir, en el fondo eres una extraña en este mundo, y pensándolo bien nos gustaría ayudarte en lo que podamos: explicarte cuál es la situación, cómo se llaman los distintos grupos y demás que aquí habitan, cómo hacemos nuestro trabajo, cómo haces el tuyo también, más que nada para que podamos aconsejarte mejor... Esa clase de cosas, ya me entiendes. Tal vez así podamos ayudarte mejor o puedas encontrarte más cómoda aquí. Puedes quedarte con nosotros el tiempo que necesites, eres bienvenida.

Claro, no problemo la peliazul se sentó en la silla, aún jugueteando con la serpiente de agua que se movía entre sus dedos, subía por su brazo y asomaba al otro lado del cuello. Era divertido hacer eso, y además ayudaba a mejorar el control de tus poderes... que desde el cambio de dimensión no eran los mismos

Hellboy... eres un cielo, tío. Si no fuese porque no te conozco de nada, hasta te daría un beso. sonrió de oreja a oreja, deshaciendo la serpiente en un poco de vaho que fue eliminado por el sistema de ventilación. De nuevo, su pelo volvió a ser rubio De hecho, como no tengo ni idea de si voy a poder volver a mi dimensión, me encantaría cooperar con vosotros. Quién sabe, quizás incluso os pida unirme, pero por el momento agradecería un techo bajo el que dormir y un sitio donde comer caliente. Y mira, sí, me encantaría que me habláseis de este mundo, y sobre esa SHIELD que me tiene tan mosca. Pero antes que nada...

Su rostro se tornó serio, mientras se echaba hacia adelante

Hay algo que debo preguntaros. En mi mundo hay... una sustancia, que lo está atacando. Es como un cáncer o un veneno, va matando a Gaia poco a poco, y es posible que me haya seguido hasta aquí, o que haya aparecido antes que yo. Suele mostrarse como una sustancia similar al alquitrán, que se pega a los seres vivos y los muta. Los vuelve negros, con tentáculos y cientos de bocas y miles de ojos que aullan a la vez. Es como venas negras que se extienden por la tierra. Es algo que se mete en la mente de la gente y la deforma, la convierte en caricaturas de lo que alguna vez fueron. La llamamos la Ponzoña, la Suciedad, con mayúsculas. suspiró, cerrando los ojos

Dime que aún no habéis visto nada como eso, por favor. Porque si es así, tenemos un problema, y uno muy grande

La chica nueva hizo un comentario algo descarado diciendo que, de haberle conocido, le habría dado un beso al demonio, lo que provocó que Liz sonriese de medio lado mirando a Hellboy, con cara de "a ver por dónde sales...". Hellboy suspiró y negó ligeramente con la cabeza. Ya suficientes discusiones había tenido con Liz acerca de esos temas y empezaba a estar cansado. Si ella no quería nada que al menos le dejase tener su vida, que no fuese el perro del hortelano. Vicky les comentó que, puesto que no tenía donde ir, tal vez se uniese al B.P.R.D. para ayudarles con diversas misiones. En el fondo, a juzgar por lo que había explicado, hacía lo mismo en su dimensión, así que podría ser una buena aliada. Y podía quedarse allí el tiempo que necesitase. Después de todo, podían obtener importante información acerca del nuevo mundo del que provenía, y otros detalles importantes acerca de las criaturas que podían entrar. Entonces habló de una sustancia conocida como "la Ponzoña", la cual era parecida al alquitrán y estaba matando a Gaia. Cierto era que, según su explicación, Gaia era un ente vivo en su dimensión. Al mismo tiempo, poseía a seres vivos, mutándolos, tornándolos de color negro y dándoles tentáculos, ojos y bocas a millares. Abe y Hellboy se pusieron muy serios y se miraron el uno al otro. ¿Dónde habían visto eso antes?

- Abe... Estás pensando lo mismo que...- Dijo volviendo la vista a la muchacha que había terminado su explicación.

- Verás Vicky. Tenemos un aliado muy preciado llamado Sloan Jenkins. No es exactamente eso que dices tú, pero es algo parecido. Naturalmente yo tendría que ver cuál es la naturaleza de esa Ponzoña para cerciorarme de que no son lo mismo. Pero nuestro compañero proviene de otra dimensión, y al igual que tu descripción, tiene muchos tentáculos, bocas y ojos... Sin embargo, puede variar su forma. Le hemos visto de maneras distintas, y nos gustaría que le conocieses. Tal vez sea un infectado de la Ponzoña, tal vez no. Pero es posible incluso que, al provenir de otra dimensión, tú hayas visto algo así antes...- A decir verdad, la descripción de la chica cuadraba con lo que era Sloan, pero no terminaba de encajar del todo. Había algo que lo diferenciaba de lo que había contado Vikcy, y era que Sloan había mostrado signos de no querer acabar con el mundo. Bien era cierto que era una especie de Hellboy en el sentido de que podría traer el fin del mundo, no parecía que tuviese prisa por hacerlo. De hecho, había formado un grupo para proteger la tierra, del cual Hellboy y Abe eran aliados. Sin embargo, tal vez Vicky hubiese visto algo parecido en su dimensión al moreno, y no estaban hablando de algo complicado. Simplemente era coincidir un día todos y ver qué podían sacar en claro.

- De eso hablaremos más adelante. No estamos del todo seguros de que sea lo mismo, pero preferimos no arriesgarnos, y menos estando como está el mundo... Y hablando de como está el mundo, esto es la tierra. Aunque a día de hoy le han puesto otro nombre. Omega. O esa es la dimensión en la que nos encontramos. No sé si funcionaréis con meses, días y años como hacíamos nosotros, pero el pasado diez de marzo del año 2018 hubo un choque de universos que mandó todo al carajo. Aparecieron de la noche a la mañana miles de nuevas ciudades, regiones del mundo que no existían, criaturas y seres de los que jamás se había oído hablar... Un caos de tres pares de cojones vamos. Este desequilibrio ha causado no sólo un enorme aumento de la población mundial, sino una cantidad abismal de nuevas organizaciones que luchan contra el mal, o que lo causan, dependiendo del punto de vista. A día de hoy, las organizaciones más importantes de héroes, por llamarlo de alguna manera, son "Los Vengadores", un grupo asentado en Nueva York que cuenta con algunos de los héroes más importantes de nuestro universo, como Tony Stark o el capitán América; "La Liga de la Justicia", que es lo mismo pero del otro universo, con personajes como Superman, Batman o la Mujer maravilla; "S.H.I.E.L.D.", posiblemente la organización secreta más importante del mundo, más que la C.I.A; y nosotros, el "B.P.R.D", que somos la organización más importante del mundo de investigación y defensa de lo paranormal. Hay muchas otras, pero creo que las más influyentes serían esas. S.H.I.E.L.D, como tú preguntabas, está asentada en Washington, al igual que la Liga de la Justicia, y es una agencia secreta de investigación. Se dedican a buscar los secretos o las conspiraciones terroristas del mundo, y aplacarlas lo mejor que pueden. Los Vengadores ayudan directamente a estos tipos, valiéndose de sus poderes para frenar cualquier amenaza que aparezca. Durante casi un año, los distintos grupos han hecho pactos o han luchado por mantener la paz mundial. Los primeros meses fueron verdaderamente caóticos debido a la repentina aparición de tanta población y gente de la noche a la mañana. Ahora parece estar algo más estabilizado, pero dista mucho de ser un lugar pacífico en el que se puede vivir sin miedo a nada. Nosotros nos dedicamos a frenar y enfrentarnos con cualquier entidad sobrenatural que se atreva a cruzar el umbral que nos separa del más allá, y dejamos los ataques terroristas o las guerras con oriente medio o los mutantes a los pijos de los super héroes. Además, los cuatro jinetes del Apocalipsis han aparecido y estamos de trabajo hasta arriba. Eso sería un poco la situación que vivimos a día de hoy, bastante resumida y destacando los principales sucesos.- El demonio recordaba todas las noticias que habían ido apareciendo durante ese año, las criaturas que atacaban o los seres que habían conocido, algunos tan mágicos y soprendentes que era incapaz de catalogarlos en ningún grupo o tipo.

La chica se quedó pensativa, pasándose un dedo por el mentón, antes de negar con la cabeza

Hombre, a ver... no creo que sea eso. Las mutaciones de la ponzoña son permanentes, y bien visibles. Aparte, la ponzoña en sí no es inteligente. Por lo que sé, es como... no sé, como un mensaje. Un mensaje que te jode el ADN de lo lindo A decir verdad, tampoco tenía mucha idea de qué demonios era, pero sí que tenía claro que debía combatirlo.

Y entonces, Hellboy le soltó toda una parrafada que dejó a la chica boquiabierta durante un rato, antes de suspirar, acariciándose las sienes

Vamos a ver si lo entiendo... ¿esta Tierra está formada por la fusión de dos o más Tierras? Madre mía, menudo berenjenal. Y tenemos encima señales del apocalipsis. Maravilloso. la chica suspiró, acariciándose el puente de la nariz Bueno, he tenido experiencia con señales del apocalipsis, y créeme, nunca son divertidas. se quedó unos segundos en silencio. A decir verdad, ella era de las de hacer el trabajo de campo, pero...

¿Algún evento de campos descomponiéndose de golpe? ¿Tormentas eléctricas imprevistas? ¿Muerte masiva de ganado? Si hay jinetes, de la mano hay demonios, y por lo general esas señales son un buen indicativo. se quedó unos segundos en silencio, antes de chasquear los dedos

Hey, ayer estuve con lo de los poltergheist y resulta que la fábrica donde estaban era una especie de objeto mágico gigante diseñado para capturar almas humanas... ¿Por qué no echamos un vistazo a lo que dejó tras de sí Henry Ford? Es posible que haya algo relacionado. O si no, algo que pueda mordernos el culo cuando andemos distraídos con cosas más gordas...

- Pues... La verdad es que no ha habido mucho más allá de lo normal con respecto a esas señales de los jinetes. Claro, que con todo el caos de héroes que hay tampoco es tan sencillo saberlo. Hay de todos tipos, algunos con poderes tan grandes que son capaces de crear terremotoso o tormentas si se lo proponen. Pero que nosotros sepamos, no hay nada de carácter sobrenatural por fortuna. De hecho, nos ha costado horrores encontrar a los jinetes. Peste fue por pura suerte. Estábamos en el lugar correcto en el momento preciso. Victoria la estuvimos rastreando durante meses, y para cuando dimos finalmente con ella casi asola una ciudad entera. Guerra fue tres cuartas partes de lo mismo, solo que la razón de su desolación fue su enorme poder. Y aún estamos a la espera de Muerte. No hay ni un solo indicio de que vaya a venir aún. Pero sea como sea estamos preparados para cualquier cosa.- O eso esperaba el demonio. Peste había sido la que menos problemas había dado obviamente. Entre él y Rebecca consiguieron dejarle fuera de juego. Victoria requirió de un grupo algo mayor. Y con Guerra necesitaron a los mejores de los mejores. Pensar en todos los que podrían necesitar para Muerte incomodaba enormemente al demonio. Pero confiaba en las palabras que resonaban en su cabeza de que todo saldría bien al final.

Entonces lo que dijo la cruzada captó la atención de todos repentinamente. Un objeto diseñado para capturar almas... ¿Cómo no estaban al tanto de eso? La única explicación lógica es que hubiese aparecido repentinamente. De lo contrario un equipo ya estaría allí investigando ese artilugio del que Vicky hablaba. Abe y Liz tornaron sus gestos serios igual que el demonio. Todos opinaron silenciosamente lo mismo. Tenían que ir a ese lugar sin falta.

- ¿Qué era exactamente ese aparato? Quiero decir, ¿qué forma tenía y esasa cosas? ¿Y estás segura de que absorbía las almas de los hombres? Porque de ser así podría ser un aparato muy peligroso en malas manos...- ¿Un objeto con el poder de dejar sin alma a un ser vivo? Eso podía ser verdaderamente devastador. Ampliado a gran escala podía dejar ciudades enteras muertas, incluso países si disponían del tiempo necesario. Los cuerpos sin las almas quedaban como cascarones vacíos, inertes, que únicamente respondían a los impulsos nerviosos que el cerebro podía dar. Era lo más parecido a un zombie que podía imaginarse, con la diferencia de que no intentaban devorarte vivo.- Sí que sería una buena idea ir a ver qué demonios es eso que viste, sobre todo porque no me apetece que algún cabronazo lo coja y se ponga a hacer el capullo por las calles de Blüdhaven.

Bueno... Si no había más movimiento era que habría algo de tranquilidad. O eso, o ya había llegado y andaba reptando escondida esperando a que los cazadores se confiasen, pero fuese como fuese, lo único que podían hacer era esperar.

¿Había dicho ya que odiaba esperar? Vicky suspiró, acariciándose la nuca con resignación mientras negaba con la cabeza. Era una chica de acción, prefería que le señalasen a los malos y hacer el trabajo sucio a tener demasiado tiempo para pensar. Pensar en su vida, o lo poco que parecía ya una. Pensar en lo que se perdía. Pensar en las vidas de aquellos a los que salvaba.

No, era mejor actuar y huir hacia adelante que vivir con las consecuencias de tus actos.

¿hmm? Vicky salió de su ensimismamiento en cuanto Hellboy empezó a hacerle un tercer grado. La rubia parpadeó y levantó ambas manos Nononono... lo que absorbía las almas era la propia fábrica. Era como un condesador arcano, usaba una cámara central no euclídea. Nada del otro mundo... Bueno, sí, sí es del otro mundo. Ya sabes, tecnología no euclídea y todas esas mierdas. Esas que si las miras te vuelves chaveta la chica sonrió nerviosa. No le apetecía nada explicar por qué ella misma no había perdido toda traza de cordura y era una masa babeante en alguna esquina.

Eeeeel caso es que ya no funciona, me aseguré de romperla a conciencia, pero sería recomendable hacer una buena purificación del local. Podría faltar alguna pieza, pero no sabría decirte. Ya sabes, con todo eso de la tecnología que desafía toda ley física y tal. Yo diría que era como una fundición o algo así, atrapa las almas y las condensa cuando las necesitas para hacer armas. O portales. O herramientas. O lo que sea, vaya. El caso es que estaba protegida por la familia de los Redhoof, unos bandidos del salvaje oeste ajusticiados por el séptimo de caballería. La verdad, me parece mucha casualidad que usasen las almas de esos tipos si no los necesitaban para algo en concreto. la rubia se acarició el mentón, mirando hacia el techo

¿Quizás podamos saber algo más si investigamos a esa familia? A lo mejor el constructor era un descendiente o algo... No sé. Cosas más raras he visto. La cosa es de dónde obtendrían los conocimientos para crear algo así sin quedarse tan locos que serían incapaces de construirlo. ¡Oh! A lo mejor los constructores que hicieron esa sala ingresaron en algún psiquiátrico... Ya habrán muerto de viejos, pero sus familiares podrían saber algo, ¿no?

- Ah... Bueno, gracias de nuevo entonces. Es agradable encontrar a alguien que nos eche una mano de vez en cuando.- El demonio asintió en señal de respeto. La verdad es que generalmente eran ellos los que se encargaban de todas las cosas sobrenaturales. Había más seres que les ayudaban, aunque no directamente, como los Ghost Rider, Constantine (aunque este causaba más problemas de los que resolvía muchas veces), y alguno más. La verdad es que la chica no parecía ser una cazadora de demonios a simple vista. Quiero decir, parecía una chica normal y corriente, que podría haber pasado perfectamente por abogada, científica o cualquier cosa. Era agradable, sonriente, y parecía divertida. Por regla general la gente que se dedicaba a enfrentarse a seres sobrenaturales solía ser estar más amargada, como Constantine, o tenía rasgos que mostraban un pasado oscuro o doloroso, como Kim. Encontrar a alguien que alegraba la situación era una novedad y algo bastante agradable. Rebecca era muy parecida en ese aspecto, salvo por la peculiaridad de que ella, hasta conocer al demonio, no se había enfrentado a nada sobrenatural que la amenazase.

Liz y Abe le miraron con esas miradas que el demonio reconocía al instante. Tenían que ir al sitio ese a investigar qué había, o qué quedaba de aquello que les había explicado Vicky. El demonio apretó los labios y sonrió a la chica.

- Un poco de acción no nos vendría mal. Además, siempre he sido más de la labor de campo que de estar en un laboratorio hojeando libros. ¿Tienes algún arma contigo o algún lugar donde guardes tus objetos? Sino podemos dejarte nosotros alguno.- Un par de armas, algo santificado para poder enfrentarse a cualquier ser sobrenatural que les apareciese. Krauss también podía acompañarles. Después de todo, aunque al demonio no le gustaba especialmente, era el mejor medium que tenían en el B.P.R.D, y era capaz de ver cosas que pasaban desapercibidas incluso para Abe. Miró a sus compañeros y asintió. Estos se levantaron y se dirigieron a la zona de armamento para hablar con Kate y demás agentes para prepararse e ir al sitio cuando decidiesen y Vicky se sintiese con fuerzas. Un poco de acción siempre era buena para desentumecer los músculos. Y así podrían ver a la muchacha en acción. A ver qué truquitos era capaz de sacarse de la manga.

OCC:

FDI:

Y... nadie preguntó por qué no me había vuelto majara al encontrarme con una cámara no euclídea. O por qué sabía todo eso. O simplemente de qué pino me había caído.

Chico, el BPRD cada vez me caía mejor. No hacían preguntas incómodas que no podía responder, no asumían nada raro de una y... Oh. Ahí estaba, esa mirada que intercambiaban entre ellos. No tenías que ser presciente ni maga para saber que significaba "tenemos problemas" o bien "hay que revisarlo".

Pero eh, ¿Quién era yo para reprochárselo? Yo misma habría querido echar un vistazo después de que mencionasen algo que desafía las leyes espaciotemporales

Un poco de acción no nos vendría mal. Además, siempre he sido más de la labor de campo que de estar en un laboratorio hojeando libros. ¿Tienes algún arma contigo o algún lugar donde guardes tus objetos? Sino podemos dejarte nosotros alguno.

Joder, pero qué tío más majo. No, en serio. No habáis caso a esa piel roja o los cuernos cortados. El puto grandullón tenía un corazón tan grande que si abría la boca se le oía el latido. Vamos, digo yo, que no es que le conociese de mucho. Pero al menos me había metido en el carro, ¿no? Así que me acerqué hasta él y le di una leve palmada en el hombro, sonriendo. Bueno, lo intenté, pero tras el primer saltito, preferí carraspear y golpearle en el bíceps, que me quedaba más a mano

Tranqui, Helluvaboy, yo soy mi propio arma. Más o menos sonreí, tendiéndole uno de mis mecheros ¿Ves? Son Foci, focos arcanos si lo prefieres. Me permiten crear fuego de la nada si les canalizo magia. Mi poder es controlar los cuatro elementos, así que a veces necesito una pequeña ayuda. Pero con uno de estos niños malos no necesito nada más, ni agua bendita ni alzacuellos ni nada.

Sonreí. Sonreí de oreja a oreja mientras metía ambas manos en los bolsillos

Pero si te hace sentirte más cómodo, también sé usar armas de fuego y espadas, sobre todo. No soy una tiradora excelente, pero no se me da mal en el campo de tiro. Y en mis primeros días de agente tuve que apañármelas con una vieja Colt 1911. Claro que estaba modificada, pero no me di en la nariz con el retroceso, si eso te preocupa. Pero eh, siento curiosidad por la artillería que gastáis por aquí, así que si no os importa... ¿Puedo acompañaros mientras vais cogiendo vuestro equipo y tal? ¿Tenéis más magos en la organización?

OCC:

- ¡Oh! ¿Focis? Hacía mucho tiempo que no veía uno. ¿Y eres capaz de controlar los cuatro elementos? Sorprendente... Supongo que si necesitas un poco de fuego para controlar tu poder Liz siempre puede echarte una mano. Increíble. Focis. Creía que estaban extintos. Al menos en nuestro mundo lo están casi por completo. Es maravilloso... ¿Puedo?- Para ver mejor, Abe necesitaba tocar, rozar con la punta de las yemas un ser u objeto en concreto. Pero siempre pedía permiso. Nunca se le habría ocurrido tocar a alguien sin su consentimiento, ya que había gente a la que le resultaba desagradable que un tipo con apariencia de pez le rozase la piel como si fuese un mueble lleno de polvo.

- Mira, que tengas algún tipo de poder mágico siempre viene bien. La verdad es que tenemos lo que ves. Nosotros somos los seres más extraños de la organización. Yo soy un demonio con una resistencia sobrehumana. Bueno, y la mano de piedra esta. Sobre ella pesa un antiquísimo ritual arcano tan ancestral como el propio mundo, gracias al cual es prácticamente indestructible y resistente a cualquier tipo de magia o poder. Pero yo no uso la magia. Soy más de pegarme con esta maravilla o de disparar. Y entre tú y yo, tampoco soy lo mejor del mundo disparando.- Esto último se lo dijo casi en un susurro a la chica acercándose un poco a ella. Todos lo sabían, pero no le gustaba que se lo recordasen.- Abe tiene un poder gracias al cual es capaz de percibir la naturaleza y el poder de las criaturas sin necesidad de tocarlas, pero si las toca puede ver mucho más allá. No te preocupes, no te hará daño ni nada. Es además un excelente tirador, igual que Liz. Ella es lo más parecido a una maga que tenemos debido a sus poderes, pero únicamente controla el fuego. Y el último es Johann Krauss, un ente ectoplásmico que vive dentro de un traje especial para poder sobrevivir. Él es capaz de controlar criaturas vivas o muertas, así como máquinas usando su propio cuerpo, pero durante un tiempo limitado. Además, es el mejor medium del mundo, aunque, entre tú y yo, les tengo un poco de tirria a los mediums. Pero bueno, vayamos a la sala de armas a ver qué podemos ofrecerte. Tienes pinta de ser más como yo, de ir a mamporro limpio.

Abandonaron la biblioteca y se dirigieron al piso de abajo mientras Abe anunciaba a Kate y a Manning que tendrían tarea en Blüdhaven. Llegaron a unas enormes puertas blindadas de color negro. Hellboy se acercó al lateral de una de ellas y colocó su mano izquierda en un lector. Tras un pequeño pitidito, estas comenzaron a abrirse lentamente y el demonio se volvió hacia ellos.

- Damas y caballeros, aquí es donde se hacen los juguetes que Santa Klaus reparte en Navidad.- Y los cuatro entraron. Liz y Abe se dirigieron a la zona de armas, situada en unas gigantescas estanterías a la derecha según entrabas. La izquierda era una enorme sala de tiro de casi cien metros de largo. Las estanterías que guardaban las armas tenían una luz blanca detrás que las iluminaba, y todas ellas estaban registradas e indicaba el nombre y el tipo de arma. Había de todo, desde pequeños revólveres y pistolas hasta fusiles de precisión de alto calibre, lanzagranadas y escopetas. Explosivos y relicarios santificados, balas benditas, arcos, armas blancas, flechas, trajes de buceo, salto en paracaídas... Todo lo que cualquier amante de las armas pudiese imaginar. A su lado, la escena de las armas de la película de Matrix no era más que un juego para niños. Abe y Liz se acercaron y cogieron cada uno un par de pistolas y varios cartuchos.- La munición está bendita. No nos enfrentamos a seres normales, sino a criaturas mágicas y demonios, de manera que las balas convencionales no les hacen daño. Necesitamos usar proyectiles benditos y distintos tipos de relicarios para poder dañarlos o enfrentarnos a ellos. Echa un vistazo a ver qué te parece.

Abe me pidió permiso para echar un vistazo a mis objetos mágicos, así que me quité un guante intentando imitar a Gilda sin mucho éxito y se lo tendí, sonriendo

No hay problema, Abe. Las runas están por dentro del forro. De hecho, sé crear foci y hacer runas, así que si queréis que haga alguno... eso sí, llevan su tiempo... comenté con cierta tranquilidad. Me miré los dedos y torcí el gesto. Tendría que mirarme de cortarme las uñas o algo, ya empezaban a estar demasiado largas como para ser cómodas en combate...

Hellboy entonces empezó a presentarme al resto de miembros especiales del grupo, que resultó ser un número bastante bajo: Sólo cuatro, contando a los tres presentes. La verdad es que se me hacía raro, allá en Gaia contábamos con más de un centenar de magos muy aptos en combate, un millas de aprendices y ya un número incontable de agentes de campo que usaban objetos santificados y demás.

Vamos, un ejército con todas las de la ley. Asentí a los comentarios (y sonreí cuando Hellboy comentó que no era buen tirador) y giré mi rostro hacia el hombre azul. Si quería sobarme un poco no me iba a resistir, pero era bueno saber que era lo suficientemente educado como para preguntar

Eh, Abe, si quieres tocarme no tienes que pedir permiso. Siempre que no me metas mano, claro, para eso es mejor que sea con las puertas cerradas

Y entonces... Bueno, entonces solté un gritito de excitación y di un saltito cuando Hellboy abrió la puerta de la armería. En serio, tío. Era una maravilla lo suficientemente grande como para hacer que mis ojos brillen de emoción mientras paso los ojos por todas. Esas. Armas

Dios, tenían de todo, desde preciosos rifles de francotirador hasta elegantes pistolas, destructivas granadas, interesantes relicarios... Casi me abalancé hacia la exposición de bellezas matademonios, casi resbalando con las babas que se me estaban cayendo.

¡Esa era una espada larga santificada del siglo XI! ¡Y tenía inscripciones bíblicas en el pomo! ¡ESA LA JODIDA MURASAME! Algunos creían que no había existido, pero pocos eran conscientes que Nansô Satomi Hakkenden se basaba en hechos reales. Entonces mis ojos la vieron. Me acerqué con la boca abierta, poniendo mis manos a unos centímetros de ella

¿Es... es la hoja creciente del dragón verde? Tragué saliva, pero mi garganta estaba seca. Ahí estaba. La Guandao de Guan Yu. Ante mi puñetera cara. Uno de los mejores templarios de mi mundo, el que compiló los procesos necesarios para crear foci de batalla para magos. La. Hostia.

Es... preciosa... casi se me saltaban las lágrimas, y notaba cómo la herramienta empezaba a pulsar en tono verde cerca mío. Claro, reaccionaba a la magia ambiente, como buen Foco Dios, es preciosa. ¿Dónde... cómo...? Joder. suspiré, cerrando los ojos e intentando contenerme No me lo puedo creer, Hellboy, esto es una colección envidiable. En Gaia, esta Guandao estaba perdida tras un combate a tres bandas entre los Dragones, los Templarios y los Illuminati. Jamás pensé que la vería

- Veo que sabes de espadas y armas blancas...- El demonio sonrió y cogió la katana de la que había hablado la muchacha, blandiéndola mucho más rápido de lo que habría cabido esperar de un ser tan aparentemente tosco y pesado. La verdad es que Hellboy era un espadachín envidiable, posiblemente uno de los mejores del mundo. Había vencido en duelos a espada a imponentes guerreros como el príncipe Nuada o los dragones infernales. Sus conocimientos de los distintos tipos de combate con arma blanca eran prácticamente totales. Esgrima, espadas pesadas, mandobles, lanzas, hachas, katanas... Era capaz de blandir prácticamente cualquiera con una destreza impecable.- La leyenda dice que esta espada posee un poder único: las heridas inflingidas con ella no pueden ser regeneradas por factores de curación ni nada por el estilo. Yo mismo lo comprobé cuando tuve que matar a una hidra. La verdad es que fue realmente sencillo. Un corte con esta espada, y ninguna cabeza volvía a resurgir de la cortada. Estas armas tienen un poder muy grande, por lo que las guardamos aquí en lugar seguro, para evitar que caigan en malas manos.

Vio como la chica se quedó verdaderamente impresionada ante la larga lanza con el dragón dibujado en la hoja. Devolvió la katana a su sitio y cogió la lanza.

- Esta perteneció a un guerrero chino que me dio más por saco que nada. Un auténtico cabronazo. Sus poderes son bastante fuertes también. La leyenda dice que, aquel que sea capaz de empuñarla con el suficiente honor será capaz de invocar a un dragón legendario y montarlo.- Abe negó con la cabeza y se acercó a ellos.

- No le hagas caso Vicky. Le gusta ser bromista a nuestro querido compañero Rojo. La mayoría de estas armas ya no guardan su poder mágico. Al morir sus portadores originales, o sus creadores, sus poderes murieron con ellos. Ahora las guardamos a modo de reliquia y para estudiarlas. Quien sabe. Es posible que algún ancestral poder viva todavía en su interior, dormido, a la espera del regreso de alguna criatura o fuerza mayor a este mundo. Nos sirven como advertencia, como si fuesen dispositivos de alarma. De vez en cuando algún ser antiguo consigue colarse en el mundo. Nosotros somos quienes luchamos contra ellos y los devolvemos a su lugar de origen, pero no siempre podemos enterarnos al instante de que han conseguido burlar los tejidos de la realidad. La mayoría de ellos entran gracias a antiguos portales o diferentes rituales que conllevan una gran liberación de energía mística, así como de magia. Estas radiaciones suelen ser registradas por nuestros puntos clave a lo largo y ancho del mundo. Sin embargo, muchas veces son llevados a cabo en lugares tan profundos o recónditos que encontrarlos no es tan sencillo a veces. Gracias a estas armas hemos sido capaces de percibir variaciones en la magia inusuales o de un poder mayor al que estamos acostumbrados a registrar. Algo así como una especie de alarma de incendios.- Abe observaba el resto de armas que descansaban en sus estantes correspondientes. Antaño, como había dicho, su poder había sido inigualable, y en muchas ocasiones realmente desastroso en malas manos. Afortunadamente, el B.P.R.D era una organización por el bien de la humanidad, y protegerían con capa y espada a los humanos de cualquier fuerza mágica o infernal que se dignase a entrar en el mundo. Hellboy sonrió y luego le ofreció el arma a Vicky.

- ¿Quieres probarla? Nos vendría bien saber qué tal se te da el combate con armas y espadas.- Se dio la vuelta y repasó todas las armas con la vista hasta que encontró lo que buscaba. Una pequeña espada sin punta. Apenas medía medio metro. La blandió con agilidad y se volvió hacia la chica con una sonrisa.- Es hora de una clase práctica. Veamos qué tal te desenvuelves con un arma de estas.

Abe negó con la cabeza suspirando y Liz sonrió, apoyándose sobre un pie. La verdad es que no era mala idea. Vicky había mostrado saber bastante de las diferentes cosas mágicas de las que había hablado o ellos le habían preguntado. Ahora le tocaba mostrar su habilidad con esa lanza o con el arma de su elección. Pero un poco de acción para estirar los músculos vendría genial.

Observé con ojo crítico cómo Hellboy cogía la Murasame, blandiéndola con un movimiento propio de alguien acostumbrado al peso de ese tipo de arma entre sus dedos. Y yo que me lo imaginaba más como una mole fuerte y sin delicadeza, y me mostraba lo contrario... Fíjate tú si ese libro tenía algo que no iba a juego con la tapa.

Eché un vistazo a algunas de las armas. Tenían espadas largas, pilum, algún Gladius, un par de lanzas... era increíble, una colección envidiable, sin duda. Entonces el demonio echó mano al Podao, y yo seguí la hoja del arma con mis ojos. Tenía un brillo de jade tan hermoso... casi parecía cantarme con un tono imposible de registrar por los oídos, suplicándome que la empuñase.

Solté una leve carcajada cuando Hellboy dijo eso de que permitía invocar a un dragón legendario y montarlo. Si él supiese... esa era otra forma (algo poética, eso sí) de decir que te podía dar el poder destructivo de un dragón. Sin embargo, pronto Abe entró en liza, explicando que la mayoría de armas yacían inertes, sin ningún tipo de poder ya, y que las usaban para detectar cambios en la magia.

Bueno, era de esperar, las armas mágicas siempre eran sensibles a las energías místicas, y un incremento de magia podría incluso reactivarlas. Y entonces Hellboy me ofreció el arma. Tragué saliva y mis manos temblaron, lanzando miradas de la hoja del Podao a los ojos del demonio. Finalmente, sonreí y asentí

¡Será un honor! exclamé, cerrando mis manos en el mango del arma. Noté un pinchazo, un tirón desde mi estómago y un mareo leve al tocar mis dedos el objeto. Era un efecto muy característico cuando cogía un arma mágica, era como un efecto similar a coger una batería y cargarla con tu propia electricidad estática. Era una sensación debilitante y vigorizante a la vez.

Mis manos se volvieron pálidas por unos segundos, e incluso se marcaron mis venas cuando el flujo de magia hacia el arma comenzó, estabilizándose unos segundos más tarde. Al cabo de unos segundos, la hoja obtuvo un brillo verde muy tenue, casi imperceptible, y volví a recuperar el color de mi piel.

Inspiré, espiré y separé mis pies, cerrando los ojos. Notaba fluir el poder de nuevo en mí, como si de pronto el arma que estaba en mis manos siempre hubiera sido una extensión de mí. Extendí levemente la mano izquierda y eché hacia atrás el arma, haciendo que el largo del asta siguiese el largo de mi brazo, asomando levemente por encima de mi hombro izquierdo, con la hoja hacia el suelo.

Cuando abrí mis ojos, estos brillaban con el mismo tono que el arma. Y entonces sonreí.

Me eché hacia adelante, girando sobre mí misma para lanzar un tajo horizontal, tanteando a mi oponente. No sabía cómo de bueno era, pero yo contaba con la ventaja del alcance. Ventaja que él me había ofrecido, por lo que estaba claro que tenía en muy alta estima sus capacidades. Así que no me esperé, y rápidamente di un paso hacia atrás, lanzando un tajo vertical de arriba a abajo.

En ese momento, noté un tirón mágico de nuevo hacia el arma, y la hoja ahora sí brilló con fuerza, llenándose de un fuego verde justo antes de impactar en el suelo. Con un quejido, los azulejos tanto del lugar impactado como a su alrededor se quebraron como si hubieran sido golpeados por alguna suerte de forzudo hercúleo.

Joder, menudo subidón...

La chica empuñó el arma con cierto nerviosismo, como un niño al que le das un regalo. Su piel comenzó a volverse más pálida todavía, casi tornándose transparente. Una tenue luz verde cubrió la hoja y al abrir los ojos, estos se habían vuelto del mismo color, reflejando en su cuerpo y la espada su magia. Hellboy sonrió y bloqueó sin problema el golpe que ella le lanzó con la mano de piedra. Por lo pronto sabía que la chica sabía golpear, pero la sorpresa de verdad vino cuando dio un paso atrás con un nuevo golpe del arma y su hoja se cubrió de un fuego verde. El demonio asintió y miró a su compañero Abe.

- Fíjate. Esto nunca lo habíamos visto. Muy bien Vicky, a ver qué tal se te dan las peleas con arma blanca.- Y el demonio saltó a por ella. Los golpes y chasquidos comenzaron a llenar la sala con el duelo que empezaron entre ambos. Hellboy combinaba los golpes cortos pero certeros de su espada con puñetazos que lanzaba a la chica, a la par que se cubría de sus golpes usando la mano y la espada. Era más segura la mano, puesto que a pesar de que la hoja estaba impregnada con magia arcana y ese fuego verde, su mano de piedra era indestructible, y estaba seguro de que si bloqueaba muchos golpes con la espada esta terminaría por deshacerse con un rápido golpe mágico. La verdad es que ella se sabía defender bien. Era buena, bastante buena para ser exactos. Tampoco Hellboy estaba desplegando todo su potencial. Únicamente quería comprobar sus dotes, no machacarla viva, razón también por la cual se había puesto a sí mismo en cierta desventaja al usar un arma de tan corto alcance comparada con la lanza que empuñaba ella.

- Vamos Vicky, patea el culo al chulito este. No te dejes intimidar que va muy de listillo.- Liz sonreía al lado de Abe. La chica nueva le había caído muy bien y le habría encantado que hubiese vencido al demonio para bajarle un poco los humos. Abe negó ligeramente con la cabeza, sonriendo también.

- No creo que sea capaz de vencer a menos que tenga algún as bajo la manga. Rojo es uno de los mejores espadachines que he conocido. Además, él no creo que quiera ganarla. Más bien quiere ver qué tal es. Antes he podido escuchar que ella no era una buena tiradora, al igual que nuestro querido demonio. Así que seguramente tenga otros atributos. Después de todo, si es cierto lo que dice ella de que ha estado luchando contra demonios y criaturas sobrenaturales en el mundo del que proviene algo tendrá que tener.- Después del comentario picarón que Vicky le había hecho a Abe, este había cogido sus manos un momento para ver a través de ella. Tenía un alma noble y bondadosa, y había visto criaturas verdaderamente horribles del lugar de donde procedía. Sin embargo, lo que más había sorprendido a Abe era la magia que ella era capaz de crear, así como la especie de entidad a modo de enjambre que vivía en ella. No comprendía qué era, ya que nunca había visto algo así. Simplemente había sido capaz de ver que tenía un enorme poder y que estas funcionaban muy parecido a él. Eran capaces de ver el alma de los seres que tenía delante y valorar sus poderes y atributos. Desde que conoció a la pequeña chica pelirroja que apareció en Arizona no había visto un ser con un poder tan extraño y cautivador al mismo tiempo. Fuera como fuese, quería saber más de ella, aprender cómo era, entender sus poderes y sus motivaciones. Era una chica única, y para alguien como Abe, acostumbrado a entender casi todo lo que le rodea, era como encontrar un libro que nunca antes has leído.

Había que reconocerle al rojo que se le daba bien eso de combatir con espada. Era mejor que mi maestro, un tipo que había conseguido luchar incluso contra esgrimistas infernales y ganar. Claro que el pobre hombre estaba manco, tuerto y cojo. Y aún así el muy cabronazo era jodidamente bueno luchando. Yo misma le había visto matar con sus manos a un Rakshasa.

Pero me estoy yendo por las ramas: El caso es que el muy cabrón era bueno, y no iba a ganarle por simple técnica. Simplemente, no iba a poder ser, yo lo sabía, él lo sabía, Abe lo sabía. ¡Gracias Abe por el voto de confianza! Menudo cabronazo...

Sea como sea, cuando me vino el último puñetazo crucé el arma ante mí, haciendo que mi pelo se volviese azul. En cuestión de segundos, un escudo de hielo me cubría los brazos, reventándose bajo el golpe del demonio pero anulando gran parte de la fuerza del golpe, que se dispersó más cuando resbalé levemente por el camino de hielo que acababa de crear bajo mí. Sonreí mientras me agazapaba, deslizándome fuera del alcance del demonio mientras mi pelo se volvía marrón

¿Trucos? ¡Conozco unos cuantos! exclamé cuando fui catapultada en el aire por una enorme mano de piedra que acababa de emerger de la nada. Mi pelo se volvió verde, y lancé la Guandao (¡perdóname, Guan Yu!) contra Hellboy. Segundos después, una espada larga voló con una ráfaga de viento desde la estantería donde reposaba hasta mi mano.

Caí justo a tiempo de ver cómo la Guandao explotaba en fuego verde al golpear el suelo, y rápidamente me giré, lanzando un falso corte hacia Hellboy. Y digo falso porque lo que iba a conectar con él no era la hoja de mi nuevo arma (arma que por cierto se convirtió en una espada flamígera. Qué cosas) si no un enorme escudo de piedra que acababa de crear de la nada.

¡Uah! ¡Chicas al poder! Y yo qué sé. Me apetecía gritar eso. ¿Por qué no? Además, si le ganaba seguro que Liz se echaría a aplaudir y Abe tendría que asentir y reconocer que soy la leche. Porque lo soy, por supuesto.

La chica luchaba bien, pero lo más curioso es que con cada movimiento y cada golpe que hacía que ambos chocasen, el pelo de esta se tornaba de un brillante color, produciendo un efecto en el combate. El pelo azul le proporcionó un escudo de hielo bastante fuerte. El pelo verde, uno de piedra. Se movía con agilidad y destreza, mostrando que ya había luchado antes con ese tipo de armas. Hellboy se quedó quieto mirándola y frunció el ceño.

- ¿Chicas al poder? Madre mía... ¿Cómo lo véis chicos?-

- ¿Qué tiene de malo lo de chicas al poder? A mí me ha gustado. ¡Bien hecho Vicky!-

- Personalmente pienso que te has defendido muy bien con el arma. No estamos acostumbrados a encontrar gente así, lo cual ha sido una grata sorpresa. Tal vez podríamos valorar la situación de viajar a Blüdhaven si os parece bien claro está. A pesar de que lo hayas dejado limpio me gustaría ver si hay algo allí que nos pueda servir de información o que nos interese.- La verdad es que lo que más les interesaba saber era si aquello tenía cierta relación con ella y su universo. De ser así podrían hacerse una idea un poco más clara de lo que ella era y del cómo había llegado hasta allí. Había contado que usó un portal y demás, pero había tantas clases de portal distinto que pensar en que sólo con decir que habías atravesado uno bastaba para saberlo todo era algo totalmente alejado de la realidad.

- Si vamos a hacerlo, debería llamar a Sloan para que venga si puede. Aunque tan solo sea para que Vicky nos diga si la ponzoña esa que habita su mundo se parece de algluna manera a nuestro querido amigo. De ser así podríamos hacernos una idea de cómo combatirla en el caso de que consiga hacerse camino hasta nuestro mundo. Después de todo, como ya hemos dicho, si tú has entrado es perfectamente factible que otra cosa llegue.-

OCC: