It's a hard life to be a tough girl (Gwen Stacy) [13-16/05/2019]

- ¡Con todos ustedes, señoras y señores, Aidan Doyle, de Deamhan!

Como una marea humana, el público se puso de pie para recibir al invitado estrella del programa de aquella noche, aplaudiendo y vitoreando enfervorecidamente. El cantante apareció en escena, vestido como de costumbre con ropas negras, saludando al público con su característica sonrisa de chico malo, pero no tardó ni dos pasos en trastabillar y estar a punto de caer de bruces. Logró recomponerse a tiempo, pero por la manera vacilante y un tanto errática de su caminar quedó pronto dolorosamente patente que estaba borracho. Los aplausos del público enmudecieron poco a poco, pero a él no le afectó en lo más mínimo. Al llegar frente a la presentadora, que le miraba como si no pudiera creer lo que estaba viendo, se dejó caer en el cómodo asiento con toda la naturalidad del mundo.

- Buenas noches, Patricia -saludó mientras sacaba del interior de su chaqueta un papel de fumar y unas hierbas que la presentadora deseó con todas sus fuerzas que fuesen simplemente tabaco.

- Ehm... Aidan... -musitó en voz baja, nerviosa-. Aquí no... Ehm... Estamos en directo. No se permte fumar en el plató.

- Oh, sí, perdona. La costumbre -esbozando una vez más la encantadora sonrisa que solía franquearle todas las puertas, volvió a guardar todo en su chaqueta y cruzó las piernas, sujetando su rodilla entre sus dedos entrelazados, mirando a la presentadora a la espera de la primera pregunta.

- Ehm... Ah... -la pobre mujer boqueaba como un pez al que acabaran de sacar del agua y no se hubiera dado cuenta aún de que le habían vuelto a soltar-. Mmmm... -sonrió nerviosa hacia la cámara antes de devolver su atención al cantante, pugnando por recuperar la compostura. Él, en cambio, parecía muy calmado, sin duda a causa de la ingente cantidad de alcohol que debía correr por sus venas en aquél instante-. Aidan... Toda ésta fama tan repentina debe de haberte pillado muy de improviso... Según has afirmado siempre, eres de orígenes humildes. ¿Cómo se siente al entrar en cualquier sitio y ver que todos te aman?

Aidan dejó escapar una risa seca, sarcástica.

- Oh, no, Patricia, ahí te equivocas. Mis fans no me aman. Simplemente quieren follarme.

El mánager pulsó el botón de pausa del mando a distancia del televisor y se volvió hacia Aidan.

- ¿¿Es que se te ha ido la puta cabeza?? -le gritó, totalmente perdida la compostura. Se había puesto tan rojo como un tomate y parecía que no era capaz ni de encontrar las palabras que buscaba-. Es que es... Es... ¡Joder! ¿En qué narices estabas pensando? ¡Joder, tenemos suerte de que éso fuera sólo televisión nacional, pero aún así era televisión nacional en la puta América!

- Ok... ok... -el aludido se masajeó las doloridas sienes desde el sofá en el que estaba sentado-. La he cagado, lo pillo, no hay necesidad de gritar... Joder... La resaca me está matando.

Con paso inseguro se puso de pie y, ante la mirada asombrada del productor y el resto de los compañeros de su equipo, fue hacia el frigorífico de la habitación del hotel y sacó una botella de vodka, pero antes de que pudiera echarse un trago, Sullivan avanzó furioso hacia él y se la arrancó de entre las manos.

- ¿Estás loco? -exclamó-. ¿Qué cojones te pasa? ¡Son las nueve de la mañana!

Aidan frunció el ceño, molesto.

- No te hagas el listo conmigo, guapito. Beber me hace sentirme mejor cuando tengo resaca, y vamos, ¿en serio vas a venir a mí con la autoridad moral? ¡Hemos bebido cosas más fuertes las mañanas que quedábamos para los ensayos!

- ¡Esa no es la cuestión! -exclamó exasperado. Volvió a mirar a su mejor amigo y sus facciones se suavizaron un poco-. Eso no es de lo que se trata todo esto, Aidan...

- ¿Ah, no? -el aludido se cruzó de brazos, observando las caras serias del resto de la banda-. ¿Y de qué se trata? ¿Qué es esto? ¿Una jodida intervención? -el silencio del grupo confirmó sus sospechas-. Vale, mirad, la he cagado, ¿vale? Es verdad, no lo voy a negar, pero ya está, ¿ok? ¡No es el puto fin del mundo! Os aseguro que las ventas no van a bajar. ¿Creéis que la gente va a dejar de adorarme por eso? Si realmente lo pensáis, ¿por qué no me echáis? -dejó pasar unos segundos, a ver si alguien se atrevía a responderle. Cuando no fue así, dejó escapar una carcajada seca, amarga y carente de alegría-. No podéis. No podéis porque me habéis escuchado cantar. Vosotros también me amáis. Quién sabe, quizá hasta también queráis follarme -añadió con sorna antes de volver a su asiento.

El mánager fue el primero que se atrevió a romper el silencio.

- Aidan... Tus amigos no han sido capaces de decirte lo que había que decir por temor a hacerte daño, pero para eso estoy yo. Mi trabajo consiste en decir éste tipo de cosas -su expresión se suavizó un poco-. Desde la muerte de tu familia has estado yendo a la deriva... Bebes hasta perder el conocimiento, se te ha visto consumiendo drogas experimentales en locales de dudosa reputación, desapareces con frecuencia, a veces durante días, no respondes al teléfono, olvidas cosas...

Ahí estaba. El tema tabú. Nadie en su equipo, con la excepción de Rose, se había atrevido a tratar de hablarle de la muerte de su familia. Casi era como si Múriel y Keegan nunca hubieran existido. Quizá pensaban que no hablar de lo sucedido le ayudaría a superarlo, pero realmente había sido al contrario. Había ansiado tener alguien con quien hablar y desahogarse, pero sólo había podido hacerlo con Dinah...

- ¿Qué es lo que he olvidado? -inquirió, con voz más fría de lo que había pretendido.

- ¿La demanda? -la expresión en su rostro dejó claro que no tenía ni idea de a qué se estaba refiriendo-. Te lo avisé por teléfono hace tiempo, Aidan. La canción que cantaste en el Wasteland Festival no era nuestra. Pertenecía a otra banda, las Mary Janes, y la cantaste como parte de tu concierto, como si fuera tuya. Sus abogados se pusieron en contacto con nosotros amenazando con demandarnos.

- Ooook -se llevó la mano a la frente-. Estoy empezando a recordar ahora.

Joder, tierra, trágame.

- Vale, Patrick, no estaba planeado, ¿vale? La loca esa de las coletas se subió al escenario y...

- Aidan, céntrate -el hombre le sujetó por los hombros para obligarle a mirarle a los ojos-. Tus excusas no me valen, ¿de acuerdo? La cagaste y ahora me toca enmendar tu mierda. Afortunadamente para ti, hemos llegado a un acuerdo con ellos, uno que podría ser beneficioso para ambas partes.

- Ok... Dispara.

- La cantaste como si fuese tuya, así que la única manera de arreglarlo es incluirte realmente en los créditos.

Inis enarcó una ceja.

- Incluirle en los créditos como si...

- ¡Vas a cantar la canción con las Mary Janes! ¡Enhorabuena! -dijo dándole una palmada en la espalda-. Convencí a sus abogados de que asociar tu nombre con ellas les traería muchísimos nuevos fans considerando tu fama actual y que sería una buena publicidad. De ésta manera, si añades tu nombre a los créditos de la canción ya no podrán demandarte por copyright y ellas también sacarán tajada, con lo cual todos salimos ganando. Además, también es buena propaganda para nosotros. Las Mary Janes son una banda reconocidamente feminista, y Deamhan se vende como una banda igualitaria, multicultural y sexualmente diversa...

- ¿Está diciéndolo como si fuera una puta estrategia de marketing? -le preguntó Inis a Brian, pero éste, siempre tan callado, se limitó a desviar la mirada hacia el suelo, así que la mujer dirigió su ira al mánager-. Oiga, nosotros no "vendemos" nada. Somos nosotros y somos como somos: auténticos. Nadie ha buscado a nadie pensando en las cifras de mercado, ¿vale?

- Ok... ok... -el hombre alzó las manos en señal de paz-. Como queráis. Lo importante es que hoy en día las asociaciones con éste tipo de bandas tienen mucho peso y ayudaría un poco a limpiar nuestra imagen después de los últimos... -carraspeó un poco mirando a Aidan- "acontecimientos". Así que ya sabes, tienes una cita con ellas el próximo lunes en el Electric Sound Studio de Nueva York para empezar a grabar, y después rodaréis también el videoclip, así que ya te puedes ir preparando. Y Aidan... -le miró fijamente a los ojos con expresión seria-. Procura no cagarla ésta vez.

Aidan se levantó y se encaró con él, tan cerca que habrían podido rozarse. Su mirada era tan fría que el hombre retrocedió por instinto.

- Iré a esa cita, pero Patrick... -se voz se convirtió en un susurro helado-: no te atrevas a amenazarme. Me necesitas -se giró para mirar a los demás miembros de la banda-. Me necesitáis. Todos vosotros. Podéis decir toda la mierda que queráis de mí, pero éstas últimas semanas he sido más prolífico que nunca, ¿no es cierto? -se dio un par de golpecitos en la sien con el dedo índice-. Las ideas... no paran de fluir. Las letras, la música... Sin mí... éste equipo se iría a la mierda. No lo olvidéis -dijo, dando un portazo al salir.


"Qué bonito, qué limpio y qué pijo", pensó Aidan mientras avanzaba por las pulcras instalaciones en dirección al mostrador.

- Buenos días, mi nombre es Aidan Doyle, cantante de Deamhan. Tengo una cita con el equipo de las Mary Janes.

-¿¡PEEEEEEERDONA!? - La penetrante voz de Mary Jane se abrió paso en el despacho del Manager. Yo estaba sentada con Glory en el sofá, con su pierna sobre la mía, riéndonos de una gilipollez que me estaba enseñando en el móvil. - ¿¡HOLA!? ¿SOY LA ÚNICA A LA QUE LE IMPORTA?- No, Mary Jane, por eso os lo estoy enseñando - La voz del nuevo representante se abrió paso, pausando el vídeo en el instante en el que Aidan terminaba de cantarla a su propio estilo en el festival. - Oye, entiendo el problema, todas lo entendemos pero… ¿No se considera esto buena publicidad para nosotras? En fin, los que sean fans del grupo sabrán que esa canción no es suya, la buscarán en google si les ha gustado y ¡BAM! apareceremos nosotras. De hecho nos han subido los oyentes en Spotify y Itunes… - Puede que Glory tenga razón, pero siendo un grupo tan grande como es Deamhan nos saldría muy rentable una demanda. Los escándalos por derechos de autor no les convienen y suelen ofrecer una pronta compensación sin negociar demasiado - Rodé los ojos. Odiaba la burocracia, odiaba tener que acordar cosas, sentarme, firmar papeles… -¡DEMANDAMOS! Por supuesto que demandamos McKenzie, ponlo en marcha… ¡¡Es nuestra canción!! - Bueno… realmente tú no compones nunca, además esa canción la hizo Gwen - Sonreí por lo bajo, mordiéndome los labios tras el comentario de Betty. - Ah. ¿Entonces no somos un equipo?, ¿Es eso lo que me estás diciendo, no? - Chicas, ya está bien. Es importante, puede venir bien al grupo, nuestros abogados están bien informados y creen que un acuerdo puede ser muy fácil. Somos el bando vencedor. Sólo hay que cursar la demanda.-

Y así fue. Al cabo de un tiempo el teléfono volvió a sonar con la voz de McKenzie al otro lado del teléfono. Me incorporé en la cama -¿Si?- ¿Gwendolyne? - Gwen- Noté una punzada de dolor en el centro del pecho cuando escuché ese nombre. Sólo mi padre me llamaba por mi nombre completo. Apoyé la espalda en el cabecero y me sequé las lágrimas con los dedos. - Perdona, Gwen. Ya tenemos respuesta.- ¿Y?- Pues… hemos llegado a un acuerdo poco convencional. Pero tenéis trabajo. El día 13 en Electric Sound Studio… básicamente vais a... - Y me contó el plan, que me levantó de un salto de la cama.

Mi casa había sido un caos desde la ausencia de mi padre. Mi casa, mi vida, mis horarios, mis estudios… Para mi suerte, tanto el seguro de vida como el seguro privado del cuerpo de policía de Nueva York me cubrían los gastos de sobra. Y el grupo iba bien… Económicamente estaba mejor que nunca, pero a costa de la vida de mi padre. Desde entonces nada me hizo sentir bien. Nada, excepto eso. Por primera vez en mucho tiempo sentía algo de ilusión y emoción. No sólo iba a conocer a Aidan Doyle de Deamhan… ¡Iba a trabajar con él! Y aunque la circunstancia no me permitía disfrutar de todo lo que lo hubiese hecho en otra circunstancia, aproveché esos resquicios de placer diminutos que la vida, la casualidad y un delito, habían puesto ante mí.

Desde que colgué esa llamada estuve informándome sobre él. No tanto su vida personal sino su carrera y sobre su grupo. Pero por mucho que no quería ver entrevistas personales, hubo un vídeo que no paraba de recomendarme la plataforma una y otra vez, hasta que al final lo abrí. - Mis fans no me aman. Simplemente quieren follarme- contuve una carcajada en la garganta para luego romper a reír de tal forma que se me caían las lágrimas y se me secó la voz. -Ostia puta… Me encanta este tío- Sonreí de oreja a oreja y busqué más sobre él. Sobre cómo se tomaba la vida, sobre cómo era en el escenario… Me resultaba demasiado fácil querer a este tipo de gente. Los que sabían que en el fondo la vida no tenía importancia ni el más mínimo valor. Que era algo frágil y con fecha de caducidad y por tanto no hacía falta tomársela en serio. Desvié la mirada a mi póster de Sid Vicious. Sonreí y volví a dormir, deseando que pasasen rápido las horas hasta estar allí.

Cuando sonó la alarma puse música, me duché, vestí, puse la diadema, maquillé y preparé con lo poco que me hacía falta, aparte de mis baquetas azul eléctrico y las de repuesto, el traje guardado en el compartimento secreto de mi mochila, la cartera, blablabla… Total, que había un coche esperándome en la puerta con todas las demás ya dentro. - Recordad. Sed cordiales, es un acuerdo con el que todos estamos conformes, ahora somos amigos y vamos a trabajar juntos. Además su fama nos puede servir muy bien - Qué bien… mendigando oyentes… - Betty, ya vale -

Según se abrió la puerta del estudio no pude sentirme más incómoda. -¿Pero qué coño…? - Sí, ¿Qué es esto? - ¡Qué glamour! - No jodas… parece que vayan a regalarte el agua con gas antes de saludarte - Sí, es pijo de cojones - SHHHH- Caminamos hacia la recepción. - Ah, usted debe ser Aidan Doyle, sin duda -

Y ahí estaba rebosante de seguridad, tranquilo, guapo… Aunque tengo que decir que en los escenarios parecía más alto. Mi Manager, McKenzie le dio la mano y allí que fue MJ detrás, con un pavo encima que no se lo quitaba ni acción de gracias - Hola señor Doyle, es un placer - dijo tendiendo la mano también - Soy Mary Jane, la líder del grupo, estas son Glory, guitarrista y teclista, - Glory se llevó dos dedos a la frente y los separó como saludo -  Betty mi bajista potente - alzó un par de cuernos con su zurda y volvió a relajarse - y nuestra baterista Gwen - Me encantó tu entrevista con Patricia Satkins- interrumpí, con las manos en los bolsillos. Cualquier persona hubiese pensado que era una vacilada, de hecho podía notar la mirada acuchillante de nuestro representante en mi nuca, pero nadie que me viese pensaría que lo decía con un atisbo de broma.

-En fin… Si me dan un minuto podremos subir a la sala en un periquete - Y se puso a hablar con el recepcionista, que fue tendiéndole papeles, y más papeles, las llaves de la sala donde íbamos a grabar y un panfleto de normas básicas de utilización de las instalaciones que no pensaba leerme. Aproveché ese tiempo para contemplar los preciosos tatuajes de Aidan, era de las pocas cosas que en los vídeos no se podían ver con claridad. - Cuando quieran - Dijo McKenzie agitando las llaves.

La idea de un grupo compuesto enteramente por mujeres le resultó un soplo de aire fresco, y es que era cierto que en las últimas décadas se habían ido incorporando cada vez más al mundo del metal, pero por lo general solía ser como cantantes. Era raro ver mujeres tocando la guitarra o la batería. Al ver la efusividad de la pelirroja sonrió, cordial. Con todas las veces que le habían humillado en la WWD prácticamente se había olvidado de lo que era ser genuinamente admirado y respetado.

- Encantado -le dijo, estrechándole la mano para corresponder a su saludo y dedicando después encantadoras sonrisas al resto del grupo, hasta detenerse en la batería, Gwen. Lo que le dijo le hizo enarcar las cejas, divertido-. ¿En serio? Debes de ser la única. A mi manager le faltó poco para crucificarme después de eso -volvió a dirigirse a las demás mientras introducía relajadamente las manos en los bolsillos de sus ajustados pantalones de cuero-. Encantado de conoceros a todas, chicas, de verdad. Es una lástima que no haya podido venir mi grupo, creo que os llevaríais bien. Quizá otro día podamos quedar todos juntos, tomarnos unas copas y reírnos del incidente del Wasteland Festival... -se llevó una mano a la nuca, algo incómodo, ofreciendo por el camino una completa vista de los tatuajes que recubrían su brazo sin ser consciente de ello-. Os aseguro que no fue algo intencionado, no pretendíamos robaros la canción. Fue una historia un tanto complicada. Si queréis os la cuento luego con unos chupitos por delante.

Cuando McKenzie regresó, les fue guiando por los estudios de grabación mientras les iba poniendo al tanto de todo.

- Lo primero que vamos a hacer es hablar con David Winton, el director del vídeo musical, que quiere hablar con vosotros acerca de su visión para el vídeo. Es un cineasta distinguido, conocido por haber hecho de todo, desde películas de autor hasta vídeos musicales que han sido premiados y reconocidos en la industria. Es un tanto excéntrico, pero no me cabe duda que hará que vuestro vídeo sea memorable.

Finalmente el manager se detuvo frente a una habitación rectangular donde aguardaba un amplio y cómodo sofá azul frente a una mesita baja y varias sillas. Sentado en una de ellas se encontraba un hombre alto y canoso, de unos sesenta años, con aspecto elegante que se levantó para saludarles educadamente a todos al entrar.

- Sentémonos -dijo McKenzie. Una vez todos se hubieron puesto cómodos en los diferentes asientos disponibles, sacó su tablet para mostrarles una serie de datos-. Éstas son las estadísticas del número de oyentes del grupo en Spotify e Itunes; como podéis ver, después de la interpretación de Deamhan de "Jennifer" la canción acumuló cinco mil comentarios en menos de veinticuatro horas y fuimos trending topic en Twitter durante doce horas. La fama de Deamhan se ha incrementado muchísimo en estas últimas semanas, especialmente desde que organizaron aquella estrategia publicitaria en el O2 Arena simulando una invocación a la mismísima diosa Kali... Geniales los efectos especiales, por cierto -añadió dirigiendo una mirada llena de admiración a Aidan, quien se hundió aún más entre los cojines del sofá como si deseara estar en cualquier otro lugar antes que allí-. Parecía totalmente auténtico. Luego me tendrás que contar cómo lo hicisteis... En fin, y resumiendo, hacer éste video debería suponer una inyección de entusiasmo puro hacia el nuevo álbum. Las estimaciones de ventas son... pffff. Así que creo que, después de todo, podemos salir todos ganando de ésta situación. Muchas gracias de nuevo por acceder a colaborar, señor Doyle.

Aidan hizo un gesto para dar a entender que era lo mínimo que podía hacer y se inclinó hacia adelante, uniendo las manos en el hueco abierto entre sus rodillas.

- Una vez aclarado ésto, pasemos a hablar de la canción, ¿queréis? -pidió el director, tomando el relevo de la palabra-. ¿Me recordáis el nombre, por favor? -pidió, sacando unas gafas del bolsillo de su jersey para poder leer el folio que le pasó McKenzie con la letra.

- El nombre es "Jennifer" -procedió a explicar Mary Jane-. Habla sobre una relación de amor tóxica que lastra a la protagonista de la canción, que finalmente comprende que no necesita eso, que tiene que ser capaz de volver a ponerse en pie y levantar la cabeza con dignidad, sobreponiéndose a los obstáculos por sí sola como mujer fuerte y empoderada que no depende de ningún hombre.

- Ah... interesante -aprobó el director-. Una historia universal de adversidad que trasciende las épocas. Ahora debemos cimentar otros aspectos de la producción -dijo, volviendo a dejar el folio sobre la mesa para mirar a los jóvenes allí reunidos-. Vamos a utilizar una pantalla verde, lo cual quiere decir que podemos ser creativos. ¿Dónde os gustaría ubicar el vídeo? Podéis decir cualquier cosa que se os ocurra. Podríamos usar, por ejemplo, un entorno medieval en donde la protagonista de la canción vive a la sombra de su marido hasta que finalmente es ella la que se pone la armadura y sale a combatir, o una playa, usándola como símbolo de espacio liminal, del renacer de la protagonista como una mujer nueva y dueña de su destino... ¿Qué opináis?

Aidan no dijo nada; en lugar de eso se volvió a reclinar en el asiento levantando las manos para indicar el gesto universal de: "vuestra canción, vuestra decisión".

Desde lo de mi padre yo… no era yo. Y las chicas lo habían notado. La palabra en concreto de boca de la pelirroja había sido -cínica-. Y quizá, como buena cínica, me importó una mierda. Por eso me gustaba conocer gente nueva desde entonces. No tenían la visión sesgada de la Gwen de hace un mes que se dejaba putear como a cualquiera se le ocurriese. Eso se acabó, y si para ello debía ser una borde de los cojones, allí estaría. - A mi manager le faltó poco para crucificarme después de eso - Me encogí de hombros con una sonrisa como toda respuesta, aprovechando cuando desvió la mirada para repasarle de arriba a abajo. Tal vez sí quería follarle todo el mundo.

Ok, quizá también ahora fuese más atrevida. Total… Había aprendido a la fuerza que las cosas eran fugaces, así que lo que hicieses no tenía una importancia trascendental para tu vida. Poco importaba si te tomabas una pastilla en un pub o si acababas montándotelo con el cantante del grupo que había robado tu canción en los baños de un estudio pijotero de alto standing.


-Si queréis os la cuento luego con unos chupitos por delante- ¿Invita el vocalista forracarpetas?- dije con una sonrisa de medio lado -Acepto siempre que no lo digas muy alto- señalé con la cabeza a nuestro representante -O te dejará sin recreo por sugerirnos beber a unas pobres niñas desamparadas e inocentes como nosotras- parpadeé un par de veces a modo de princesa en apuros. Glory se apoyó en mi hombro riéndose por lo bajo.

Nos enseñaron el estudio a paso de tortuga. Todo olía a desinfección, a turnos de limpieza rotativos y a bolígrafos alineados con el borde de la mesa. Muy diferente de los locales de paredes grafitteadas, tackeadas y repletas de pegatinas con aroma a cerveza y gritos tras cada puerta en los que prefería estar. Cuando llegamos a la sala arqueé una ceja. Cuando había dicho “excéntrico” refiriéndose al creativo no me imaginaba un señor blanco mayor, con canas y traje. Excéntrico… ¿Va a atreverse a hacer un contrapicado? Uuuh, qué loco. TRANSGRESOR.

Me desplomé en el centro del sofá, con Aidan a mi derecha y Glory a mi izquierda, que me dió la mano. Me recosté y apoyé el tobillo sobre mi rodilla, jugueteando con la mano libre con los hilos rotos de los bajos de mi pantalón. Empezaron con la típica perorata de turno, gracias por venir, créditos iniciales blablabla. Aunque no pude evitar fijarme en la incomodidad de Aidan cuando mencionaron el videoclip con Kali. ¿Qué mierda?...
Por un instante volví a notar a Pereza dentro de mi y agité la cabeza. Me concentré en la voz de MJ.

Entorno medieval… Una playa a lo vigilantes de la playa… No es que encaje mucho con el punk. Me quedé pensativa un instante. -¿Y si hablásemos de Lilith? La primera mujer que de verdad creo Dios. Prefirió vivir una vida de castigo e infierno que vivir bajo el yugo de lo divino. Además podríamos incluso meter cameos del videoclip de Kali, conectarlos de alguna manera. Lo infernal es fácil de conectar con el punk y el metal- Ambos hombres se mostraron levemente incómodos. El hombre a punto de jubilarse carraspeó. -Ya… No creemos que sea buena idea incluir demonios teniendo en cuenta los últimos acontecimientos. Es mejor alejar esa temática para los próximos años- Fruncí el ceño. Los demonios habían jodido el mundo, pero no podía evitar pensar que para alguien más, aparte de para mí, debía haber sido una experiencia liberadora.

¿Y si mostrásemos una orgía de sólo mujeres? Siempre se ha pensado que para follar hacía falta una polla, podemos ir en contra de ese mensaje. Podemos cubrirnos de alquitrán o bodypainting o algo así, no tiene que ser explícito explícito, pero la canción habla de voyeurismo, de miradas que se quedan fijas ante una mujer libre- McKenzie se tiraba de los pelos - Te recuerdo que aún sois menores de edad y - Sólo yo. Y los cumplo en menos de un mes. Además aunque lo grabásemos hoy si no lo publicamos hasta dentro de ese mes no contaría como pornografía infantil- Sólo vi cómo se pinzaba la nariz, y entonces Glory habló.

-Ahm… perdón, creo que tengo una idea- Ante cualquier posible respuesta, algo como que soy una irreverente y mierdas así, se quedaron en silencio mirándola. A ella y a su móvil con la pantalla iluminada - Aquí dice que Jennifer viene del nombre gaélico Ginebra, que significa “blanca como la espuma de mar”. ¿Y si fusionamos conceptos? Una mujer desnuda de pelo largo (que podemos usar para tapar sus pechos) como la venus de Botticelli, que nace de la espuma del mar. Pero moderna, y va bebiendo de una botella de Ginebra, como redundancia de la fuerza que puede encontrar en sí misma, que sería la desinhibición del alcohol para ser libre. Van apareciendo representaciones modernas de los dioses que la acosaron y ella les va mandando a paseo. No se deja acosar, no se deja doblegar, es una Venus nueva, una virgen empoderada. Además la portada del single podría ser como el cuadro pero adaptado, quizá Gwen pueda meterle algo de Grafitti. O incluso alquilar un mural para anunciarlo y que lo haga ella misma. Sólo necesitaríamos una actriz, un mono de color carne, un par de ventiladores, el chroma y algunos actores que hagan de acosadores. Bueno aparte del equipo básico, maquilladores, producción etcétera... - Dios… Amo a Glory. Cómo se nota que estudiaba comunicación audiovisual. -Sólo es una idea pero… Como la canción también habla del anti-arte… Podríamos aprovechar incluso la pantalla verde y que vayan pasando por fondos de arte clásico, reescribiendo la historia de esas obras- Apreté la mano de Glory, sonriendo de oreja a oreja. Con una sola mirada ella ya sabía que me había encantado.

Carraspeó ante la manera que había tenido la rubia de dirigirse a él. Hubo un tiempo en el que había disfrutado como nadie de la atención que le brindaba su aspecto cuando se subía a un escenario, pero desde los últimos acontecimientos no hacía más que hacerle sentir incómodo. Ya no deseaba la atención por la que una vez había estado dispuesto a vender su alma. Ni el dinero, ni la fama, y si pudiera volver atrás en el tiempo, recuperar a su familia y anular toda la mierda que había pasado, lo haría en un parpadeo. Su incomodidad no hizo más que incrementarse al percatarse del error que había cometido.

¿Eran menores de edad? Estaban tan desarrolladas que no se había dado cuenta, o tal vez sí lo había notado a nivel inconsciente pero el borracho interior había hablado antes de que su cerebro pudiera procesarlo. O quizás las neuronas se le estaban ahogando entre borrachera y borrachera. O, quizás, muy, muy en el fondo, le importaba un carajo... ¿podía ser? Cuando has vivido destripamientos en directo y has presenciado cómo demonios devoraban bebés vivos o cómo tu hijo de dos años se debatía con el cinturón de seguridad mientras era pasto de las llamas, temas como la edad mínima reglamentaria para beber resultaban algo trivial. A Aidan le daba miedo pensar qué más cosas empezarían a resultarle irrelevantes ahora. Todavía podía sentir en sus manos la sangre caliente de los mafiosos a los que había asesinado hacía dos semanas, o visualizar sus expresiones aterrorizadas mientras le suplicaban clemencia...

La sonrisa pícara de las dos chicas se superpuso a la visión que había quedado grabada en sus retinas. Si no reaccionaba pronto iba a cargarse la atmósfera de buen rollo y a quedar como un jodido bicho raro, así que se obligó a sí mismo a sonreír, repitiendo el mismo gesto que tantas y tantas veces había repetido en los escenarios, lo sintiera o no.

- Si vosotras no decís nada... yo tampoco -les susurró, inclinándose hacia ellas en ademán conspiratorio. Le quedó tan de puta madre que hasta el brillo de los ojos pareció genuino.

Quizá fuera un mierdas, pero el óscar al mejor actor se lo llevaba seguro... Y hablando de actores y actrices, no tardaron en encontrarse sentados en el ascéptico sofá escuchando las sugerencias del director, que a oídos del cantante irlandés resultaban un tanto... trasnochadas, aunque se abstuvo de decir nada por respeto a las chicas. Después de todo estaban allí por haberles robado una canción, involuntariamente o no, así que tenía claro que, como mínimo, aquella decisión les pertenecía. Sin embargo parecía que a las chicas les estaba gustando aquello tan poco como a él, y Gwen no tardó en dar su propia visión del tema.

Empezó bien... muy bien. A Aidan siempre le había apasionado la mitología cristiana, y precisamente la historia de los evangelios apócrifos le había resultado siempre deliciosamente interesante, con ese particular atractivo que reboza siempre todo lo prohibido, tan afín a la filosofía rebelde del heavy metal. Sin embargo, cuando decidió enlazar con lo de Kali volvió a sentirse incómodo, hundiéndose en el sofá y cruzando los brazos sobre su pecho en un gesto inconscientemente defensivo al recordar la manera en la que la diosa había jugado con él y con Edward y lo cerca de la muerte que habían estado. Si la idea hubiese calado habría dicho algo, pero por fortuna los demás presentes se sentían tan incómodos por la idea como él.

En cambio, la siguiente propuesta de la rubia estuvo a punto de arrancarle una carcajada, especialmente al ver la cara desencajada del representante. ¡Joder con la menor de edad! No se cortaba un pelo, no... Le gustaba.

- Creo que tú y yo podríamos hacer buenas colaboraciones en un futuro -le susurró inclinándose levemente hacia ella mientras Glory se excusaba para hablar-. Podríamos escribir grandes letras juntos, si no te importa moverte un poco hacia una estética más metalera... Deberías conocer a Inis, la batería de mi banda. Tengo la sospecha de que os llevaríais muy bien...

Glory estaba hablando de la Venus de Botticelli, así que guardó silencio para escuchar su propuesta, que era francamente interesante... Y a Gwen también se lo había parecido, a juzgar por cómo le apretaba la mano, así que se decidió a hablar:

- Me gusta... Me gusta mucho. Sólo habría que definir exactamente qué rol desempeñaría mi personaje...

- Bueno... dado que ésta es una canción de amor, podrías ser Vulcano, el esposo de Venus...

- ¿Romance? -se indignó Mary Jane-. ¿De qué está hablando? La canción va, literalmente, de una mujer liberada de los hombres. No le pega tener un esposo.

- Sí, estoy de acuerdo -asintió Aidan-. Había pensado en el pintor, pero no me convence porque creo que no abogaría mucho por lo que estamos tratando de transmitir. Nuestra Venus pasaría a ser poco menos que su creación, volviendo a estar sometida a la figura del hombre.

- ¿Y una especie de Pigmalión actualizado? -propuso Gwen, sorprendiéndole-. Alguien que la adora y la venera mientras trabaja en su obra.

- Hmmmmm... -Aidan meditó sobre ésta propuesta-. En esa misma línea me estoy acordando ahora del caballero Tannhäuser, que encontró la montaña donde vivía Venus y pasó allí un año adorando a la diosa. La idea de Pigmalión es buena, pero no termina de encajar con la letra porque Galatea nunca llega a sufrir desengaños o maltratos de los hombres. Además, me sigue pareciendo poco feminista la idea de la "mujer perfecta" creada por un capullo que desprecia a las mujeres normales, y que es forzada por Afrodita a enamorarse de él. Creo que podríamos aprovechar las ideas de Glory con la diosa Venus, mujer empoderada que, a pesar de haber sido obligada a casarse con Vulcano, no se dejó doblegar y continuó ejerciendo libremente su sexualidad con quien quiso.

- Sólo habría una última cosa... -comentó el director-. Estadísticamente tienen más éxito los videoclips donde los protagonistas son los propios cantantes. Si Doyle va a ser Tannhäuser sería lo suyo que la señorita Watson interpretara a Venus.

- ¿Cómo lo ves, M.J.? -inquirió McKenzie, expectante.

- Ni siquiera haría falta simular desnudez -aportó Aidan sacando su teléfono móvil para hacer unas búsquedas en Google-. Quien vaya a hacer el papel podría llevar una túnica clásica o un vestido como éste -dijo mostrando una hermosa pintura actual del mito-. O podríamos tirar por una forma de vestir más acorde a vuestro rollo para no romper con la estética del grupo. Algo como ésto... -dijo mostrando una nueva imagen-. O incluso ésto... ¿Qué os parece?

>>Y para que conste, rubia... tu idea de Lilith me pareció posiblemente la mejor de todas -le susurró a Gwen una vez más.

-Si vosotras no decís nada... yo tampoco- Este tío era un puto amo y no había discusión ni diálogo al respecto. Pertenecía al grupo reducido de gente con la que me gustaba interactuar, con el que quisiera de verdad quedar a tomar algo, divertirme… Y sin embargo seguramente después de este trabajo no volviese a verle. Me daba rabia, pero tampoco podía esposarle a un chupito y obligarle a nada. Además yo no era el alma de la fiesta últimamente, la verdad… -Creo que tú y yo podríamos hacer buenas colaboraciones en un futuro- ¡NO ME JODAS - Nomeimporta- dije más rápido de lo que hubiese deseado. GWEN, respira hondo por favor, céntrate. -Yo me muevo al estilo que haga falta, mientras no me hagas tocar en una boda ritmos de pachanga del 4 de Julio… Cuando quieras- mejor. No bien, pero sí mejor. ¿¡Te imaginas!? Colaborando con el grupo entero… Tal vez aunque sea un duelo de baterías con ella, para subirlo a Youtube…

Escuchamos las propuestas, buscábamos cómo encajarlas hasta que Aidan habló, tenía razón… le habíamos dejado completamente fuera y había que encontrarle un hueco, pero entonces él habló del caballero Tannhäuser. Algo tenía ese tío que hacía que me sintiese terriblemente cómoda. Era raro… hacía mucho que no me sentía tan tranquila cerca de alguien a quien no conocía. Es que encima era feminista el colega…  

Lo malo es que no controlo mi puta cara, por eso llevo una máscara entre otras cosas, y me quedé mirándole más tiempo de la cuenta a los ojos. ¡Es que mira qué ojos tío, si parecen un mar del caribe!
Total, que cuando establecimos contacto visual desvié la mirada como una gilipollas a la que han pillado, sonrojándome por el camino.
Muy bien, qué campeona.

Para mi suerte, MJ entró en escena ante la sugerencia del director. ¿MJ?¿De protagonista? Ya había respondido que sí antes de terminar la sugerencia. Luego Betty gritó sin darse cuenta con la última foto del cantante - ¡ESA! Esa es la polla…MJ con un conjunto de conchas de ropa interior, una chupa de cuero y una peluca cobriza rizada hasta las rodillas ¡Sería brutal!  -

Yo estaba en otro mundo notando como el dios de los dioses en el mundo de los cantantes del metal me susurraba al oído y notaba su aliento contra mi cuello. Pufff… Gwen… tienes que espabilar, o conseguir a alguien o… algo hay que hacer. Sea como sea, DESPÉJATE.

Le sonreí de medio lado frunciendo la boca y me estiré para devolverle el susurro - Lo guardamos en la agenda de colabos- dije mientras le daba un codazo cariñoso antes de devolver la mirada a los demás. *

-Bueno, decidido entonces…- Pasaremos nota al equipo creativo. Guionistas y productores primero y luego el resto del equipo artístico se pondrá a trabajar. Decorados, atrezzo, maquillaje y post-producción. Tenéis un par de horas libres para que revisen los últimos detalles. ¿Os parece bien quedar aquí después del almuerzo sobre las tres? Os comentaremos la versión definitiva y ya seguiremos mañana. - Es Perfecto David, de verdad, perfecto. Así harán una pausa para comer. No se preocupe que estarán puntuales- enfatizó esa última palabra, mirándonos a nosotras.
-Entendido, dos horas. Dos. Una y dos. Como los ojitos de la cara. Sí, lo captamos- MJ le dedicó una mirada de confusión. Aún no se había acostumbrado a que ahora me callaba menos las cosas…

Se levantó la sesión y antes de salir por la puerta Glory se acercó con algo de timidez a Aidan - Perdona Aidan, ¿Quieres venir con nosotras? Vamos a comer algo y luego dejaremos los instumentos preparados en la sala de ensayo. - ¡Pero si los montan los pipas! - ¡No les llames así! Y aun así, hay que recolocarlos, afinar, configurar amplis… .- MJ ya salió por la puerta y Betty detrás de él. Yo me quedé junto a ellos esperando una respuesta. Busqué la intensa mirada con mis ojos claritos y le hice un gesto con la cabeza hacia la puerta. -¿Qué, te animas playboy?-


En un suspiro ya estábamos en la calle pensando dónde comer. Me quedé atrasada con Glory y Aidan, felicitándola por su idea - A mi me apetece pizza - Yo con un perrito de la calle me conformo - ¡No seas cutre! - Claro, la pizza tiene mucho glamour - Entre risas caminábamos con calma, sin decidirnos del todo. - ¡Chicas! Ah… y chico, perdón… La costumbre - Glory era monísima cuando pedía disculpas y se ponía nerviosa - He buscado y cerca de aquí hay 7 restaurantes interesantes. Dos de pizza artesanal, un mexicano, dos sitios de hamburguesas y dos asiáticos. Tienen más estrellas….. Il tonno , La mordidita y un Five Guys... Yo propongo que elija nuestro… ¿invitado?- y esperó a que Aidan eligiese nuestro próximo destino.

Dejó escapar una risa fresca ante la respuesta de la adolescente.

- Chica... El día que me veas cantando pachanga te doy permiso para pegarme un tiro, porque lo más probable es que no sea yo y me estén suplantando. Y si realmente soy yo, me harías un favor acabando con mi agonía, así que ya sabes -dijo guiñándole un ojo antes de seguir a McKenzie.

Cuando se hubieron tomado las decisiones y se estableció la pausa para el almuerzo, Glory se le acercó para invitarle a ir con ellas, y él asintió.

- Sí a todo. También os ayudaré con los instrumentos. Siempre hay que aseguararse de que van a sonar bien -le dijo con una sonrisa a M.J-. Les daremos un espectáculo que nunca olvidarán.

Su alegría se apagó un poco al escuchar cómo le llamaba Gwen.

- ¿Sabes? En realidad... en realidad no soy un playboy -rectificó sintiéndose de repente culpable, y su mano fue por instinto hacia los dos anillos que llevaba colgando de una cadena del cuello, debajo de la camisa-. Mi mujer y yo fuimos al instituto juntos, empezamos a salir el último año de carrera y desde entonces hemos sido pareja. Éramos -se obligó a rectificar, con la voz ronca-. Ella... murió a principios de abril.

Habían pasado tantas cosas en tan poco tiempo... La muerte de su familia, la invasión demoníaca, la destrucción de Metrópolis, el ataque a Nueva York... Joder... Tenía la impresión de que habían pasado años. Era absurdamente surrealista.

- Pero entiendo que tuvieras esa idea. Mi trabajo consiste en generar esa impresión. Segun nuestro manager, el número de fans es mayor cuando tienen la esperanza de que podrían llegar a tener algo contigo.

No había sido así siempre, no cuando eran un grupo pequeño y poco conocido, pero desde que había adquirido sus poderes le resultaba muy sencillo encandilar a la audiencia, y al principio no había tenido escrúpulos en aprovecharse... Hasta que Muriel había muerto por ello.

Cuando finalmente salieron fuera permaneció perdido en sus pensamientos mientras las chicas debatían acerca de la comida, y, cuando finalmente Glory se dirigió hacia él, escuchó de nuevo las propuestas y negó con la cabeza.

- Nah... Olvidaros de estrellas, chicas. Conozco el sitio ideal, y tampoco está lejos de aquí. Parece un agujero en la pared, pero la comida es jodidamente increíble, creedme. Seguidme.

Después de un paseo de unos quince minutos se detuvieron frente a un edificio de ladrillos completamente anodino, pero, al traspasar el discreto umbral del restaurante, una vaharada de olores tan exquisitos que deberían ser tachados de obscenos les asaltaron, y cualquier duda que les pudiera haber quedado se disipó al momento.



El local era pequeño, pero estaba abarrotado, y Aidan las condujo a la única mesa vacía que quedaba en una esquina. Algunas cabezas se giraron hacia ellos al verlos pasar, acompañadas por cuchicheos emocionados, pero si era por él o por ellas habría sido imposible decirlo. Aidan escogió el asiento que le situaba de espaldas al resto del local, y, cuando todas se hubieron situado, un hombre mayor muy delgado apareció junto a la mesa para dejar el menú y una botella de algo llamado Baijiu.

- Éste lugar no parece nada del otro mundo, pero es el mejor chino auténtico de la ciudad. Si lo adecentaran y pusieran bonito, con decoración pija y demás, no tardaría en aparecer en algún periódico, los turistas brotarían de debajo de las piedras y se lo cargarían todo. Al diablo con eso -expuso el cantante mientras se servía una copa de Baijiu y se la bebía de un trago sin molestarse siquiera en mirar el menú-. ¿Alguien quiere? -inquirió, ofreciéndoles la botella después de servirse otra ronda-. Si lo probáis tenéis que tener cuidado; ésta mierda pega fuerte.

El líquido era blancuzco y tenía un olor afrutado y ligeramente floral.

- Entonces, ¿qué pasó ahí dentro? -inquirió con curiosidad una vez todas tuvieron su bebida, fuera cual fuese-. Parece que no soy el único que se lleva mal con su productor... ¿Cuál es su rollo?

-Yo me encargo de tu sacrificio para que no sufras- terminé entre carcajadas antes de la reunión.

El resto fue más fácil de lo que esperaba. Como siempre Gloryy salvando el día, y Aidan era tan bueno como la fama que le precedía.

De camino al restaurante Aidan explicó su situación… y yo no pude sentirme más culpable. Los hombros se me cayeron y abracé mi codo con la mano, permaneciendo en silencio con esa torpeza de la que no era capaz de desprenderme. No sólo la había cagado prejuzgándole, se lo había dicho a la cara y le había traído al presente una herida bestial. Me hice cada vez más pequeña, ocultando los ojos tras el flequillo que tantas veces me protegía del mundo, y les seguí cabizbaja.

No fue hasta que llegamos a la puerta que me sentí tan ahogada como para tener que escupirlo todo. -Aidan- Glory se detuvo. Con un gesto de la cabeza le indiqué que ahora íbamos.

Ni siquiera podía mirarle a la cara. Buscaba el modo de conectar con él pero esa mirada penetrante azul… me atravesaba el alma y me hacía sentir que le había hecho daño. Que la había cagado arrastrándole a un recuerdo que no quería vivir… Así que mis ojos se paseaban por su pecho, donde podía ver el relieve de esos anillos. -Lo siento…- la voz tembló, como mis manos. -Yo… perdí a mi padre y a mi novio a mediados de Abril… No quería traerte ese puto dolor de vuelta…- Un mes… ¿Hacía ya un mes?...
Apretaba con la mandíbula, pretendiendo que eso fuese capaz de retener las lágrimas en su sitio. Aparentemente lo conseguí. Me balanceaba cambiando el peso entre los talones. No sabría decir si estaba más nerviosa o triste. -Todo es una santa mierda…-  

Cuando nos sentimos listos entramos al local, después de insistir en la disculpa más veces de las necesarias. Antes que la imagen me vino el olor y forcé una sonrisa -¡Qué rico!- Las chicas esperaron en la entrada, así que seguimos a Aidan a la mesa, como unos bebés pato siguen a su madre. MJ se apresuró a tomar asiento junto a Aidan y Glory me cedió el que quedaba frente a él.

Revisaba la carta, buscando las diminutas traducciones en inglés que había bajo los nombres en chino, y Aidan nos ofreció beber. Sin saber qué coño era le di la vuelta al vaso para servirme. La verdad es que nunca había oído hablar de esa bebida, pero la etiqueta de 45% en una esquina sí la comprendía. Me eché e imitando a Aidan me la terminé de un trago. Picaba, como siempre… Pero lo soporté. A fin de cuentas llevaba un mes más desenfrenado que de costumbre.

Rápidamente vinieron a tomarnos nota -Quiero la sopa de Wonton, por favor- Yo también - Añadió Betty, quien me enseñó ese plato. Era japonesa, pero uno de sus abuelos era chino y siempre despotricaba de cómo la comida basura se había adueñado de su gastronomía. -Chop suey para mí - Y yo quiero Char Siu con arroz- Esperamos a que Aidan pidiese y en cuanto se marchó la mujer que nos tomó nota, me volví a servir.

La culpa seguía aferrada a mi estómago y yo estaba intentando ahogarla con alcohol.

- Así que… cuéntame Aidan Doyle…¿Cómo es que os dio por hacer una canción nuestra? Tengo entendido que a los metaleros no os gusta el punk - Betty giró la cara, sin disimular una mierda y arqueó ambas cejas. Sabíamos de sobra que su rollo era mucho más el dark metal, death metal y el cualquier cosa relacionada con el mundo gótico. Ninguna entendimos esa entrada más allá de eso, una entrada torpe que no sabía cómo sacar tema de conversación con alguien de quien eres fan. Además estaba convencida de que Mary Jane pertenecía al grupo de fans que, efectivamente, quería follarle.

Atrapado por el maremoto de sus propias turbulencias emocionales no se dio cuenta del malestar de la chica hasta que le pidió un momento a solas. Intrigado, se quedó atrás con ella, observando con curiosidad cómo evitaba su mirada, sin adivinar inicialmente a qué se debía aquella turbación hasta que se fijó en el lugar en el que se habían quedado atrapados sus ojos y se llevó la mano a los anillos por puro instinto.

- Oh, no, no, no -la corrigió de inmediato, sosteniéndola por los hombros en una manera de ofrecer un apoyo que era tanto real como simbólico-. No te lo he dicho para que te sintieras culpable, Gwen, ¡anda ya! Como te dije, que tuvieras esa impresión de mí era lo natural. Después de todo, era una especie de papel que estaba interpretando. No me malinterpretes... Siempre he intentado ser honesto y sincero con mi música, y gran parte del personaje público realmente soy yo. El carácter, la personalidad... Sólo que más... despreocupado, libre, sin ataduras. Sí que era realmente así, sólo que Múriel era la única que lo disfrutaba.

Hasta que lo había mandado todo a la mierda por su estúpida arrogancia. La siguiente declaración de la chica hizo que algo se le partiera por dentro, justo cuando empezaba a creer que ya no podía sentir más dolor o más culpabilidad por lo que había ocurrido en abril... Pero se engañaba, ¿verdad?

Mediados de abril. WWD. Gwen había perdido a su padre y a su novio a manos de los demonios, igual que Dinah había perdido a su prometido y Lian había estado a punto de perder a su padre. Tantas familias destrozadas, incluyendo la suya propia, y todo, todo, había sido por su culpa. Por su única puta culpa. ¿Podría dejar de sentirse culpable algún día? ¿O aquello era lo que le esperaba por el resto de sus días? Que daba igual que hubiera pasado un mes, un año o veinte desde la WWD, siempre conocería a alguien que había visto destrozada su vida por culpa de la invasión demoníaca...

- No, Gwen -respondió, apretando los labios-. Yo soy el que no quería traerte ese puto dolor de vuelta. Perdóname tú a mí.

Le pasó un brazo por los hombros y la animó a encarar el local.

- ¿Qué te parece si, por un día, nos saltamos todas las normas y nos olvidamos por un momento de que eres menor de edad? Creo que a los dos nos vendría bien un trago de algo fuerte...

Sí, no era el mejor consejo a dar en una situación como aquella, pero... ¿qué otra cosa esperábais del tipo que no era capaz de tratar sus propios problemas sin la ayuda de sustancias que le permitieran anestesiar su conciencia? Si alguien buscaba en Aidan Doyle un modelo a seguir, debería posiblemente continuar buscando.

Una vez hubieron pedido todos, Betty lanzó su sorprendente pregunta. Aidan la miró, sonrió y bebió un buen trago de su vaso.

- ¿Y eso quién lo dice? -bromeó-. ¿Alguien que piensa que a los metaleros nos dan de beber desde pequeños la leche en biberones de metal con púas? Oh, vamos... Uno no puede estar todo el rato escuchando el mismo género, especialmente cuando te dedicas profesionalmente a ello. Vosotras mismas lo habréis comprobado; cuando te pasas 24/7 trabajando en un género, cuando llegas a tu casa lo que te apetece es desconectar un rato, no escuchar más de lo mismo -se echó a reír, aunque era una risa un tanto amarga-. A mí me gusta la música sincera y auténtica, y, hasta donde sé, el punk lo es. En concreto a vosotras os conocía porque mi mujer era muy fan. Respecto a lo de por qué tocamos vuestra canción... -hizo un gesto con la mano que sostenía el vaso antes de llevárselo a los labios para un nuevo trago-. Eso no estaba previsto. Creedlo o no, una loca se nos subió al escenario de repente y empezó a cantarla. Yo la seguí porque... no lo sé. Parecía que la estaban persiguiendo o algo así, y se había subido al escenario para despistar.

Había sido mucho más complicado, pero era lo más rápido y simple de explicar que se le ocurrió en aquél momento.

- Además, la había conocido antes del concierto y sabía que estaba en problemas -se encogió de hombros-. Aquél viaje estuvo repleto de malas decisiones. La metáfora de mi vida; ¿qué más da?

El momento tenso había sido más breve de lo que lo recuerdo, pero hay una cosa que me cuesta olvidar. Cuando hablé de mi padre, su gesto cambió. Fue algo sutil, no demasiado obvio… Pero o bien empatizó mucho conmigo, o él había experimentado algo parecido. Pero pareció afectarle demasiado. Fuera lo que fuese, cuando me rodeó con su brazo se me olvidaron todas las penas. Era bueno reconfortando a los demás, eso podía firmarlo en sangre.

Pero… ¿Qué le atormentaba? ¿Qué había vivido en ese infierno demoniaco como para no poder ser feliz aun sólo mencionando mi dolor…?

Aunque tenía razón. Por un día, ambos podíamos hacer el esfuerzo de dejar el dolor aparcado..
Al fin y al cabo… eso es lo que hacemos.

Aidan lejos de sentirse ofendido había respondido a la cuestión con mucha gracia. Mj le escuchaba encandilada y las demás con interés, atendiendo a sus palabras. -Tienes razón, pero mucha gente sigue sin considerar el Punk verdadera música. Somos “el ruido del Rock”- terminé haciendo comillas con los dedos. Glory rodó los ojos recordando viejas experiencias y Betty bufó - Si son gilipollas no es nuestro problema - Cada vez me sentía más unida a ella. Su sincericidio constante resultaba reconfortante.

Me sorprendía la soltura con la que Aidan hablaba de su mujer a pesar de todo. Era una persona repleta de dolor, tenía todo el sentido del mundo su carrera artística y los desgarros de su voz cuando cantaba desde el corazón. Sin embargo hablaba suelto, distendido, casi feliz… o al menos acostumbrado. Y aun así… mi instinto no paraba de gritar que quería y debía protegerle. La peliroja debió sentir lo mismo porque hizo por estrechar la mano de Aidan y con pucheritos y la voz aguda soltó -Pobrecito… debiste pasarlo muy mal- Es un cantante, MJ, no un cachorro en una curva - Perdón por tener empatía - Una cosa es empatía y otra colarle el contrato de adopción bajo la cuenta a ver si te lo firma de casualidad - Las tres nos reíamos, entre nosotras se veía mucho ese tipo de humor. Bueno, sobretodo de MJ a nosotras. Pero desde que se me habían hinchado las pelotas y no estaba para gilipolleces el marcador se iba igualando.

- Sea lo que fuere, brindemos por la casualidad que nos ha juntado hoy - Dijo Glory alzando su copa tras haber servido un poco a cada uno. - Por más casualidades como esta -

Y el choque de los vidrios dio paso a una camarera que iba sirviendo los platos uno a uno. Aquello olía de maravilla. Aunque cerrases los ojos para detectar mejor el olor, seguías visualizando el plato. Era una locura -Jo-der… Tenías razón, este sitio es la ostia- dije sonriendo mientras empezábamos todas a hincarle el diente.

Poco a poco la conversación viajó entre temas recurrentes entre músicos. Empezamos a comer con ganas y lo cierto es que resultó agradable y muy tranquilizador ver que la vida a veces podía ser simplemente eso, vida.
Cuando conseguí hartarme de valor, cuatro tragos de esa cosa más tarde, acabé por hablar con todas mis ganas. -Oye Aidan… Lo que me has dicho justo después de la reunión creativa…¿Era sincero?- Eso de que mi idea le había parecido la mejor. -Si es así… tal vez podrías venirte a mi casa alguna vez para producir juntos.- me encogí de hombros - Creo que si nuestras ideas son compatibles podríamos hacer algo potente. Tal vez no podamos publicarlo por nuestros contratos… pero podemos componer para sacárnoslo del pecho- El brillo en los ojos de la cantante se intensificó - ¡QUÉ BUENA IDEA! Yo podría llevar la parte de equipo que está en mi casa y - No te columpies. Estoy hablando con él- Di otro trago, acabando el vaso -No es obligatorio, y estoy muy harta de que la gente haga cosas por mi por pena, compasión y compromiso… Así que… ahí queda y cuando quieras, si es que quieres, me das una respuesta- dije terminando de apoyar el vaso en la mesa, dándole vueltas entre el dedo corazón y pulgar.

- Oh, sí -asintió Aidan mientras se rellenaba el vaso-. De esos también hay muchos en el metal, gente ignorante y cerrada de mollera que la mayoría de las veces ni siquiera saben de qué están hablando. Ahora bien, como ya llevo unas cuantas copas de éste maravilloso licor, me voy a permitir el lujo de ponerme filosófico: ¿qué es el ruido? Se supone que es como un sonido no constante en cuanto a frecuencia, ¿no? Una onda sonora no sostenida sinusoidalmente o algo así. La gente que cataloga el metal o el punk como ruido, es porque no tienen la suficiente sensibilidad auditiva para captar armonías en una guitarra distorsionada o una voz rasgada, o quizás sea que no pueden procesar sinápticamente la velocidad en los ritmos y melodías. La música pop es más simple y más pegadiza, por lo que se vuelve más accesible para el grueso de la población. Eso hace que las discográficas sólo quieran simplificar la música para que se venda más, acostumbrando a las personas a no saborear ni percibir la música en todos sus niveles, y, de ésta manera, el círculo vicioso se retroalimenta -alzó su copa en dirección a las chicas, claramente achispado por el potente alcohol-. Sólo queda brindar por los que somos lo suficientemente valientes como para arriesgarnos a desafiar el sistema, chicas... ¡Por nosotros! -se terminó de un trago lo que quedaba de su vaso y farfulló para sí en voz baja-. Valientes... sí... Valientes... -después se rio y alzó la mano para hacer un "High Five" con Betty-. Me gusta cómo piensas, chica... Lo has definido mucho mejor que yo...

Cuando MJ dijo que debía haberlo pasado mal le entró la risa floja a causa del alcohol. ¿En qué momento? quiso preguntarle. ¿Cuando vi a mi mujer decapitada y a mi hijo en llamas, cuando me di cuenta de que le había entregado mi culo a un demonio y provoqué una invasión demoníaca a escala mundial, cuando me obligaron a participar en la masacre de toda una ciudad, cuando estuve a punto de participar en la masacre de otra o cuando tuve que invocar a una diosa hindú, a riesgo de perder la cabeza, para ayudar a rescatar al único tipo capaz de solucionar la mierda que yo había provocado? ¿Me dejo algo?

Cuando has vivido tantísima mierda en tan poco tiempo llega un momento en el que te insensibilizas, porque no hacerlo equivaldría a volverse loco. Podía parecer surrealista, pero lo cierto era que, a aquellas alturas de su vida, la pérdida de su familia era lo menos grave que le había sucedido en los últimos meses. Gracias a Dios que existía el alcohol, aunque últimamente tampoco parecía suficiente y había tenido que buscar otras sustancias que le embotaran más. Había empezado con la María hacía un mes, pero tampoco era suficiente. Necesitaba algo más fuerte.

Por fortuna, Gwen salió en su rescate, ahorrándole el decir algo que pudiera ponerle en evidencia. Así que, mientras las dos mujeres intercambiaban pullas se limitó a encenderse un cigarrillo para mantener la boca bien callada. Había estado en aquél local varias veces y sabía que el dueño no le diría nada. Empezaba a estar en esa fase de la borrachera incipiente en el que no controlas bien las estupideces que puedes llegar a largar, y no era plan de arruinar la aparente e inexplicable buena imagen que las chicas tenían de él si no quería que Patrick le arrancara la cabeza. Le había dejado claro que no podía cagarla.

- Sip, sip, sip -asintió, aliviado, cuando Glory hizo su propuesta de brindis-. Justo por eso.

La comida llegó en el momento más oportuno y pronto la gravedad que había ido adoptando la conversación se disipó entre exclamaciones de deleite y sorpresa por parte de sus compañeras.

- ¿Verdad que sí? Os lo dije -le guiñó el ojo a la rubia y asintió a su pregunta mientras cortaba la carne de su plato-. Yo siempre hablo desde el corazón, amor. Especialmente cuando se trata de música. Me apetece. Desde la muerte de mi familia las ideas me fluyen casi sin esforzarme. Parece que el dolor es uno de los mayores impulsores de la creatividad -añadió con amargura-. Tengo muchas ideas, y la mayoría son de un estilo más duro que el que define a Deamhan, por lo que no podría incluirlo en ninguno de nuestros discos. Podríamos trabajar juntos, encontrar una vía de escape para nuestras mierdas -dijo, en alusión al momento que habían compartido antes de entrar al local-. Precisamente he estado dándole vueltas a una canción... Me gustaría llamarla "April Clouds" -su mirada se cruzó con la de Gwen, el azul del cielo contra el azul del mar, y de repente volvió a parecer dolorosamente sincero y vulnerable-. Las nubes... de abril... Me encantaría mostrártela. Aunque es tan distinto a todo lo que he hecho hasta ahora que no sé si podría llegar a publicarla oficialmente alguna vez, pero al menos me la sacaría del pecho.

Cuando Aidan hizo el apunte del mundo del metal, no pude evitar asentir con la cabeza. Cuántas veces se había encontrado a señores disfrazados de rockero joven que pretendían venderte que el metal era lo mejor que le había pasado a la historia invalidando todo lo demás. El problema no era el argumento en sí, sino el hecho de que la forma de hacer crecer el metal fuese pisando cabezas, o intentándolo por el camino. Una vez terminado su discurso, todas alzamos la copa para brindar con él, acompañándole en el trago.

Al fin empezamos a comer, y el placer se escapaba por cada poro de nuestra piel. La que no gemía por la delicia fruncía el ceño, la que no sonreía y si no abríamos los ojos con sorpresa. Aidan había acertado de pleno, estaba todo riquísimo.
Aunque rápidamente la comida se convirtió en mi segundo plano absoluto con la proposición del cantante. ¿Acaso era real? ¿Aquel plan era algo que se estaba forjando? ¿Algo real?
Puede parecer una gilipollez, pero ese “amor” saliendo de los labios de ESE cantante, me había distraído bastante.

Pero para mi sorpresa dijo que sí, y de hecho parecía bastante motivado. April Clouds… resonaba en mi cabeza el título y más con el leve cambio en su tono de voz. Ahí había mierda. Mucha mierda.

Nuestras miradas se cruzaron y yo sentí que ese cabrón me miraba el alma. Le sonreí tratando de ser compasiva. Ambas experiencias con la guerra demoniaca habían sido una putada y habíamos salido heridos. Tal vez más fuertes, pero desde luego más jodidos. - Un momento- me incliné para rebuscar en mi mochila, que estaba apoyada contra las patas de la silla. Saqué el teléfono y se lo di -Apunta tu número y date un toque- en cuanto recuperé el móvil, lo lancé de nuevo a la mochila, cerrándola y le tendí la mano al irlandés. -Aidan Doyle espero que no fueses de farol, porque estás jodido. Cuando se me mete algo en la cabeza puedo ser realmente cabezona y ya tengo ideas- la ilusión me chorreaba por todas partes. Peter siempre decía que cuando hablaba de música mi cara irradiaba luz. Estoy cien por cien convencida de que ese fue uno de esos momentos.

Alargué sin querer más de lo debido el apretón de manos, pero la sonrisa constante que se mudó a mi boca explicaba el por qué. No me lo podía creer… Era muchísima presión. No quería enseñarle cualquier mierda. Y la música era realmente importante para mí… era… el modo de sacar todos los monstruos. No sólo habían trabajado en un proyecto, como en el que dirigía la discográfica. Es que habían quedado para sangrar música juntos.

Ni siquiera pensé en las chicas, que habían empezado una conversación paralela mientras Aidan y yo conectábamos. - April Clouds….- repetí mientras el eco volvía a mi cabeza -Suena bien… Oye, tengo equipo en casa… Si te soy sincera no tengo pasta para pagar un estudio cada vez que queramos producir… ¿Es… un problema para ti?- ya me estaba disculpando con la cara antes de decir nada. -Joder Aidan es que tengo mil ideas, en serio- mis dedos volaron a mis sienes como si luchasen por sacar esas ideas y ponerlas encima de la mesa junto al plato -Con los rasgados que haces… yo podría incluso ensayar guturales o hacerte coros para darle un toque más sensible… Y tal vez si metemos silencios de batería en los momentos fuertes tu voz destaque aún más…- divagaba, yo lo sé. Se me fue la pinza y me puse a rajar sobre detalles que intentaba colocar en una base que aún no existe, hasta que me di cuenta y volví al presente.

Sonrojada y completamente avergonzada para no perder la costumbre, me disculpé para luego morderme el labio y desviar la mirada al plato de nuevo. -Bueno, ya… lo iremos viendo- mis pies tamborileaban bajo la mesa y la pierna se me movía de arriba a abajo constantemente. No podía evitar contener que esa idea me había matado de ilusión.
Aidan en mi habitación, componiendo conmigo, ayudarle a sacar todo lo que lleva dentro en silencio…

Gracias por esta oportunidad Aidan, de verdad. Ojalá poder decírtelo algún día.

Aidan aceptó el teléfono e hizo lo que le pedía la rubia, sonriendo ante su "amenaza".

- Señorita, un buen bardo nunca farolea. Al menos cuando de música se trata -bromeó, haciendo una fingida reverencia como si se tratara de un trovador de otra época-. Tu casa me va bien, así será todo más genuino, sin presiones. Podemos trabajar todas esas ideas cuando nos veamos, y que tú también me muestres lo tuyo. Va a ser genial, seguro -le aseguró con un guiño.

Al día siguiente, el grupo de jóvenes artistas siguió a McKenzie por un pasillo que conducía a un gran estudio de sonido lleno de gente. Era impresionante que se necesitara tanto equipo para hacer una grabación que ni siquiera era en directo, pero Aidan sabía por experiencia que había que procurar por todos los medios que el resultado final sonara bien, y para eso hacían falta medios.

- Bien, vamos a empezar, ¿queréis?

Todos se volvieron a mirar a David, que se encontraba sentado en la silla del director, y Aidan recordó con nostalgia los primeros vídeos amateurs que había grabado con su grupo en el patio trasero de su casa.

David repasó brevemente con ellos la puesta en escena y ensayaron la historia que iban a recrear mientras grababan la canción. Cuando todo estuvo listo, les llevaron a peluquería y maquillaje para que les prepararan y durante los siguientes dos días se dedicaron a repetir las grabaciones una y otra vez mientras probaban diferentes enfoques y perspectivas. M.J. llevaba un conjunto de ropa interior con conchas que se completaba con una chupa de cuero de tachuelas y le habían puesto extensiones a su larga melena rojiza para que le llegara hasta las rodillas. Por su parte, Aidan llevaba una chaqueta larga con tiras cruzadas que recordaba vagamente al atuendo de un caballero en estilo punk. En un momento dado, durante una de las pausas de rodaje, el director pidió hablar con ellos aparte.

- A ver... Creo que estás perdiendo de vista algo fundamental para tu personaje, Aidan... algo que hace que la escena no esté terminando de funcionar.

- ¿Y de qué se trata?

- No me malinterpretes, la voz, el porte... Todo es espectacular, pero estás olvidando cuál es el espíritu de tu personaje, su motivación. ¿Qué es Venus para Tannhäuser?

Aidan miró a su compañera, caracterizada como la diosa romana del amor.

- Venus es... su diosa, a la que adora y venera.

- Tannhäuser había vagado por el mundo entero sin encontrar una motivación en su vida, hasta que encontró a Venus. Ella se convierte en su salvavidas cuando todo lo demás le había fallado. Ésta es una canción de amor...

- ¿Lo es? -se sorprendió Aidan, pero David le ignoró y siguió con su discurso.

-...y, sin embargo, el amor no es palpable en vuestra actuación.

- Pero... No es...

- ¿No? Piénsalo -le aconsejó el director-. Tannhäuser la venera, y ella también le desea, porque cuando él intenta abandonar la montaña, ella no se lo permite. Mientras Tannhäuser permanece en su reino, Venus le colma con todo tipo de placeres inimaginables. Entre ellos debe haber química, debe haber tensión sexual, pero no es lo que estáis transmitiendo a la audiencia.

Aidan se pasó una mano por el pelo en un gesto nervioso.

- Vale, ¿exactamente qué quiere que hagamos? -inquirió con impaciencia. El director le miró como si tuviera alguna clase de problema de comprensión.

- Cuando una persona ama a otra, tradicionalmente, ¿cómo lo expresa?

El irlandés se quedó en blanco, y fue M.J. la que saltó:

- Besándose. Lo que quiere es que nos besemos.

- ¡Exacto! -David la señaló como si fuese la única persona con cerebro de toda la habitación.

- Oh -fue todo cuanto dijo él.

- ¿Y? ¿Estaríais dispuestos, entonces? -les apremió David al ver que no decían nada más. Aidan miró a la pelirroja, preguntándole su opinión con la mirada.

Los siguientes días de rodaje fueron un infierno y a la vez una maravilla. Muchas veces mientras ellos ensayaban nosotras estábamos con las grabaciones o preparándonos el atrezzo para la sesión de fotos del single, haciendo pruebas… Fue agotador, pero ya faltaba cada vez menos. En cuando Aidan y MJ terminasen las escenas que faltaban este trabajo estaría terminado. Lo había disfrutado, pero había sido demasiado intenso. Justo llegábamos Glory y yo tras las cámaras después de nuestras fotos. Ella se había recogido su larga melena en una coleta de varios pisos y llevaba unas rayas negras sobre cada mejilla. Yo llevaba las puntas del pelo negras y un maquillaje de guerra sobre los ojos que hacía que el azul del iris se viese todavía más azul. Por suerte sí nos dio tiempo a ponernos nuestra ropa habitual antes de subir. Según llegamos buscamos nuestros asientos tras el director y vimos de lejos cómo hablaban los tres entre ellos. Alcé la mano en silencio para saludar a Aidan desde la distancia. Juraría que le vi algo tenso. Arqueé una ceja intentando preguntarle sin decir nada pero pronto la conversación le reclamó de nuevo.

- Besándose. Lo que quiere es que nos besemos.-

- ¡Exacto! -
- Oh -
- ¿Y? ¿Estaríais dispuestos, entonces?-

La pelirroja cruzó la mirada con Aidan, completamente entusiasmada con la idea intentando ocultarlo con un lenguaje corporal firme. - En el futuro me gustaría ser actriz, soy toda una profesional, no tengo problema con hacer ningún tipo de toma si David cree que ayudará al videoclip - Sonrió amable esperando una respuesta del irlandés.
En cuanto terminó de hablar, David arrancó entusiasmado - ¡Bien! Hacemos el cambio entonces - gritó mientras volvía a la silla de director. - Mismas marcas. misma interpretación pero cuando acabéis la estrofa os miráis a los ojos en silencio hasta un máximo de un compás o no llegamos. Después os besáis con pasión, con ganas. Estáis superando las adversidades de un amor que no debería poder darse y os adoráis mutuamente, ¿estamos?. Rodando, luces, claqueta preparada - Todos los operarios corrieron a sus puestos y entre ellos MJ hasta su marca, que aprovechó los segundos extra para recolocarse las conchas, la chupa, el pelo y dejar que la de maquillaje hiciese un pequeño retoque en la comisura de los labios. Me miró como si le hubiese tocado la lotería.

- Van a… -Eso parece - Me encogí de hombros y me quedé muy atenta a la escena. Glory me dio una de las botellas de agua que tenía a los pies de su silla y la abrí y bebí sin dejar de mirar. Las luces volvieron, los ventiladores también y la canción empezó a reproducirse. Ambos actuaron desde la escena previa hasta que se quedaron mirándose a los ojos con intensidad.

Un tiempo….

Dos tiempos…

Empezaron a acercarse con lentitud y sus labios estaban cada vez más cerca cuando -CORTEN!! Chicos, sé que estas cosas pueden ser incómodas a veces pero estamos grabando un videoclip de punk. No de pop a la orilla del mar. Necesito ver que jadeáis, que estáis acelerados, a estas alturas del video lleváis casi todo a vuestras espaldas. Estáis cansados, exhaustos y por fin habéis encontrado un instante para desearos. Necesito ver esa fiereza callejera del punk. Necesito que hagáis todos vuestros esfuerzos en que parezca que estáis a punto de desnudaros y hacerlo aquí mismo, ¿vale? PASIÓN , ¡Desde inicio de secuencia! Maquillaje, retocad la raya de Aidan -

Una chica fue corriendo a remarcar con un lápiz la línea de agua de ambos ojos del cantante.

- Joder, ¿qué tensión no? - susurré al oído de Glory. Luego suspiré, notaba como una presión en el abdomen y un cosquilleo un poco más abajo - Ya ves… MJ ni siquiera parece nerviosa-

- Vale chicos, en posición y arrancamos en tres… dos… - levantó un dedo y luego el sonido de la claqueta.  

De nuevo, interpretación, jadeos, playback… Se miraron a los ojos un tiempo, dos tiempos, tres tiempos…

Y entonces MJ agarró con fuerza del abrigo de Aidan y le atrajo hacia ella con fuerza para empezar a besarle con pasión y garbo recorriendo su lengua con ansia mientras se pegaba cada vez más a él. Luego se abrazó a su cuello y enredó los dedos en su pelo justo antes de soltarle y mirarle a los ojos de nuevo.

-¡¡CORTEN!! TOMA BUENA, Ahora sí, chicos, esta es la definitiva -

Glory y yo sólo intentábamos que no nos diese un desmayo después de acumular tanta sangre en la cabeza. Ambas teníamos la mandíbula por los suelos.

"No voy a poder hacerlo"; era la frase que se repetía una y otra vez en su mente.

Aidan estaba acostumbrado a aquella clase de cosas. La profesión de músico requería de ciertas capacidades actorales e interpretativas, y no únicamente para el rodaje de videoclips, sino para lo más importante: la actuación en los conciertos. Un buen músico debía contar con el carisma y las habilidades necesarias para representar un papel en el escenario. Y es que, por muy genuino que uno fuera, nadie pagaba por ver a un padre de familia aburrido. La gente quería emoción, quería excitación, quería algo que les abstrajera durante un par de horas de su día a día. Querían la magia que sólo un verdadero artista podía llegar a transmitir, con su música o con su voz, y la actitud en el escenario era algo clave. Un verdadero artista debía ser capaz de atrapar, de cautivar, y Aidan había sido siempre un experto en eso, lo cual era la razón por la que le habían escogido como cabeza visible de Deamhan. Su atractivo físico había jugado siempre una baza importante que sus representantes no habían dudado en aprovechar, y era la razón por la que, durante años, había cultivado una reputación de chico malo y playboy que en nada se asemejaba a la realidad. Eran pocos los que sabían que había tenido una única relación desde el instituto, y que le había sido siempre fiel hasta... hasta que...

"No voy a poder hacerlo", volvió a repetirse, aterrorizado. Y eso era malo, porque con todo lo que le había pasado en los últimos meses, lo único que le quedaba ya era su trabajo. ¿Durante cuánto tiempo podría conservarlo si empezaban a darse cuenta de que ya no podía cumplir con lo que se esperaba de él? Entre el espectáculo que había dado en el programa de televisión ante media América y las continuas borracheras y resacas que le hacían olvidarse de cosas importantes su equipo ya estaba llegando a la conclusión de que no podían confiar en él. ¿Cuánto tiempo tardarían en sustituirlo por otro? ¿Y qué haría él entonces? Hasta ahora habían sido pacientes por lo que le había ocurrido a su familia, pero era evidente que su situación pendía ya de un hilo, y ahora...

"No voy a poder hacerlo".

No era que no quisiera. Sabía que no era real, no era más que una actuación. No significaría nada, no estaría traicionando la memoria de su mujer. No era más que trabajo, lo sabía. Nada que no hubiera hecho un centenar de veces antes. Era sólo que... no podía.

Se quedó mirando a aquél prodigio de mujer sintiendo que se ahogaba, y no era capaz de...

- ¡¡CORTEN!!....

Se llevó las manos a la cabeza, desesperado, mientras la chica de maquillaje venía corriendo a reforzar la raya negra de la línea de agua de sus ojos. ¿Qué le estaba pasando? ¿Por qué no era capaz? Estaba bloqueado, no podía... No podía hacer más que pensar en su mujer, en su cuerpo decapitado dentro del coche, en...

"No voy a poder hacerlo".

Tenía una taquicardia bastante seria cuando el director indicó que volvían a grabar en cinco minutos, así que respiró hondo y se preparó para sincronizar los labios con su parte de la grabación. Cuando llegaron a la última línea de la canción, dejó la guitarra a un lado y se volvió hacia MJ, inhalando y exhalando para tranquilizarse al tiempo que alzaba la mano con la intención de acariciar dulcemente su mejilla mientras la miraba profundamente a los ojos para...

De repente, y sin previo aviso, la pelirroja le agarró salvajemente por las tiras que cruzaban la parte frontal del abrigo y le atrajo hacia ella, invadiendo su boca con una pasión totalmente inesperada que le desarmó por completo. No estaba preparado para aquello, y apenas pudo hacer otra cosa más que dejarse llevar, indefenso ante aquél ciclón que era al mismo tiempo húmedo y ardiente, rindiéndose ante aquella lengua que se entrelazaba con la suya, los brazos que rodeaban su cuello y los dedos que se enredaban atávicamente en su pelo. Cuando finalmente terminó y le soltó se había quedado sin respiración, y se mantuvo varios segundos mirándola a los ojos mientras recuperaba el aliento. Fueron las exclamaciones del director las que le hicieron recordar dónde estaba y regresar a la realidad.  

- ¡Brillante! ¡Lo conseguimos! -gritaba cuando se acercó a felicitarlos, eufórico-. ¡Hemos creado una obra de arte que nos sobrevivirá a todos! ¡Muy, muy bien hecho, chicos!

Tras estrecharles las manos a ambos, se alejó gritando algo a los cámaras acerca de que más les valía haber grabado ese beso desde todos los ángulos posibles, y el equipo que les rodeaba comenzó a desarmar el set. Aidan aún se encontraba confuso, y miró a MJ sintiendo que se ruborizaba al recordar lo que acababa de suceder.

- Ehmmm... ¿Menudo día, eh? -soltó de repente, sin saber qué decir. Sintiéndose terriblemente estúpido y avergonzado apartó la mirada-. Gracias por salir en mi rescate -musitó-. Has sido una salvavidas y una profesional. Si no llega a ser por ti habríamos tenido que repetir la toma un millón de veces. Me bloquee. No me había pasado antes, pero... En fin, gracias. Eres... increíblemente buena besando -no supo por qué lo dijo, y posiblemente fueron los propios nervios los que le hicieron decirlo, pero la conclusión fue que terminó aún más rojo que antes-. Bueno... en fin... -echó un vistazo a su alrededor-. Supongo que ya nos despedimos. Ha sido una semana intensa, yo... Estaremos en contacto -dijo, dirigiéndose al resto de las chicas, y, tras fijarse específicamente en Gwen le hizo una seña simulando un teléfono con los dedos-. Te llamaré para lo que hablamos, ¿de acuerdo?

No conocía a Aidan en persona desde hacía mucho y sin embargo ya me había compartido parte de su infierno personal. Desde luego volver al ruedo no debía ser fácil después de haber pasado por todo aquello. Por eso cuando se atascó en la escena yo lo interpreté como un bloqueo emocional. Intenté buscarle con la mirada, levantar un pulgar, intentar ser su apoyo en un momento donde tienes que interpretar no haber vivido toda la mierda que has vivido.

Para su suerte, MJ tiró del carro. Según se separaron, mientras nosotras seguíamos flipando, le sonrió con la respiración acelerada. Ante el “menudo día” de Aidan para salir del paso, solo pudo reír. Apoyó una mano en su hombro - Bueno, mi sueño es ser actriz… si no le meto pasión en los videoclips… - Pero el cumplido de los besos no se lo esperaba y le brotó un sonrojo considerable, subiendo una ceja con interés. Luego se dirigió a nosotras. Glory me cerró la mandíbula. Se despidió cordialmente de ella y luego se dirigió a mí.

- Claro, cuando tú quieras - Gwen, la mayor parte del tiempo no puedes permitirte prestarle atención al móvil -Ah, Aidan - Me adelanté con una mini carrera - Soy un desastre con el móvil, igual me llamas y no puedo cogerlo pero te contactaré si veo tu perdida y responderé a los mensajes cuanto antes, ¿vale? tenme un poco de paciencia…- sonreí un poco nerviosa - Aparte de todo.. ¿Estás bien?- Parecía nervioso y muy tenso. Quién no lo estaría… A fin de cuentas lo de su mujer estaba reciente, tal vez no hubiese besado a otra mujer desde aquello. - Oye, y… - carraspeé - Puedes… llamarme. En general. Cuando quieras. No sólo para… eso, que hemos hablado antes. Si necesitas a alguien… pues… Eso. Que… que estoy en el móvil. ¡Llama, grita, si me necesitas! ja ja… - Gwen qué coño dices - En fin, eso, que.. que me llames para lo que quieras. ¡Cuidate mucho! - Levanté la mano para que me chocase, porque por algún sentido me pareció la despedida con más sentido después de decirle a alguien “oye puedes contar conmigo”. Bueno, si le hubiese dicho eso igual hubiese sido raro, pero como me expresé como el culo quien sabe. Fui una torpe y ya. Pero quería que supiese que no me interesaba solo el Aidan profesional.

Volví al trote con las chicas.

- Bueno… ¿Ha ido bien, no? -
- Super bien, aunque estaba un poco rígido -
- Si, se le notaba nervioso -
- Bueno… estos meses no han sido fáciles para nadie… - respiré hondo - ¿Vamos a por un perrito? -