[Minievento WWD] Cuervo de Sangre - The Hunt Begins (Savage,Gwen Stacy)[15/04/2019 ]

Abril podía ser una de mis épocas preferidas. Era la época perfecta para ir en sudadera sin pasar frío. Llegué a casa de la facultad y estaba mi padre esperándome en casa, que tenía el día libre. El plan era adelantar un poco de Loca academia de policía y mi padre estaba preparando las palomitas para compartir en la cocina. Aún en su día libre no perdía la oportunidad de ponerse traje, peinarse y echarse colonia. Y ver al comisario Stacy como siempre era abriendo delicadamente el sobre de palomitas con dos dedos era todo un lujo para la vista.

Mientras terminaba de ponerme las mallas, deportivas y colocarme la capucha de la sudadera de running inmensa de mi padre escuché el timbre. -¿Qué?- no le había escuchado bien, pero sonaba a reproche. Lo que sí noté fue cómo se me erizaba todo el vello hasta los tobillos. -¡PAPÁ, NO ABRAS!- salí disparada saltando escaleras abajo, aterrizando sobre mis pies y la palma de mi diestra. -Tú…
Podía ver el recorrido que había hecho mi padre perfectamente sin necesidad de seguir el rastro de sangre. Me dirigí hacia él más rápido de lo que me había movido jamás -Papá… tranquilo… ¿vale? Tranquilo. Yo me encargo… todo va a estar bien- eché algo de tela sobre la herida pretendiendo que bloqueara el sangrado-

La broma de las costillas rotas. Un rodillazo directo a la mandíbula, codazo en la junta de los huesos del cráneo, telaraña en los ojos, un golpe en sus articulaciones más débiles. Tratar de retenerle los pies con más tela. -Shawn...si estás ahí dentro NO TIENE NI PUTA GRACIA- Pegaba cada vez más fuerte, nunca liberando todo mi potencial. Si mi novio estaba ahí dentro seguramente tuviera una buena razón por la que su cáncer alienígena hubiera tomado el control de su cuerpo -¿SHAWN?-

Lo que era ese simbionte empezó a convertirse poco a poco en una amalgama de sustancia infernal, formando pegote sobre pegote hasta convertirse en un esqueleto aberrante cubierto con fibras de carne que parecían poder deformarse a placer. Con un inevitable gesto de asco cargué con todas mis fuerzas con la intención de al menos propulsarle hacia fuera de la casa. Casi mata a mi padre. Me daba igual romperle algo en el proceso de detenerle.

Pero el disparo me detuvo.

-Papá… quédate ahí, no hagas nada… Por favor- nunca nada que saliera de mi boca había sonado tanto a súplica.

Más disparos, de nuevo el sentido arácnido recorriéndome todo el cuerpo como si estuviera a punto de llovernos una bomba nuclear. Me giré y para cuando quise darme cuenta estaba su cuerpo sobre mí, tomando posición a lo largo de todo mi espacio, absorbiéndome como si relamiese el roce sobre mi piel. Luché con todas mis fuerzas, tirando, tratando de buscar algo sobre lo que apoyar el pie y hacer fuerza para propulsarme al otro lado… Pero cuanto más me resistía, más fuerza usaba para asfixiarme contra él. Formaba parte de su cuerpo, de la bestia que había lesionado a mi padre.

Los disparos cesaron cuando mi padre me vio siendo uno con esa aberración. Shawn no estaba por ningún sitio…. Todo dependía de mí y esa bestia se acercaba hacia mi padre. Grité todo lo que pude, señalando con la pupila lo que quería que hiciera… pero sólo salían gemidos desgañitados de mi garganta. Mordí la sustancia y parecía vibranium elástico. Resistía todo cuanto le hacía. Por un instante en el que me revolví hasta que una de mis articulaciones me chascó, sentí que empezaba a conseguir deshacerme de él, pero para entonces eso ya me había soltado y atado al suelo.

Escuché el helicóptero. La luz… Mi padre había conseguido pedir refuerzos en algún  momento de esa locura. -¡ÉL NO TIENE NADA QUE VER EN ESTO! Supongo que me quieres a mí. Hazme lo que quieras… pero no le toques… por favor... - busqué cualquier rastro de humanidad en esas cuencas blancas, vacías de todo sentimiento. -Por favor.- Nunca había tenido problema en librarme de las redes… pero estas… Eran diferentes. Cálidas y tenían un aspecto más insano.

-¿Unas últimas palabras anciano?- ¡NO TIENES POR QUÉ HACERLO! - Nunca le había visto tan vulnerable… sujeto por la fuerza de su propio cuello, colgando sobre una simple mano. No recuerdo en qué punto empecé a llorar de tal manera que me dolía respirar. De gritar tenía la garganta resentida y sentía que mis hombros se partirían en cualquier momento de tirar.
-Papá…- Las balas desde lo alto del helicóptero dieron todas en el blanco, espalda, nuca, cráneo y el brazo de la criatura, pero parecían simplemente desaparecer en su piel. Para mi suerte, el servicio secreto usaba silenciadores y pude escuchar el mensaje de mi padre, aún con el ruido del helicóptero.

Negaba con la cabeza sintiendo cómo el miedo se apoderaba de mí cuanto más se retrasaban los refuerzos físicos en llegar. Policía, Vengadores, 4 fantásticos… ¿Alguien? ¿DÓNDE ESTÁ TODO EL MUNDO?

-...ese brillo nunca dejó de… -

...

-.♫.-

...

Mi padre colgaba de un sólo dedo que atravesaba su cuerpo, como si todo mi padre fuese una vestimenta inerte que sufría la fuerza de la gravedad y el viento. Pude ver cómo la piel de la barba se desgarraba por su propio peso, dejando ver sus dientes a través y se teñía de rojo que luchaba por salir a borbotones de todos los agujeros de su cuerpo.

Mi mundo se congeló. Era como si el mundo quisiera reírse de mí y me hubiera facilitado un tiempo nuevo, más lento y mucho más detallado de todo cuanto mi padre sufría mientras se quedaba sin vida en frente de mi. Su última mirada, siempre tan fría y azul sobre mí, ahora húmeda y perdiendo mientras caía su brillo tan característico.

Nunca podré ponerle palabras a lo que vi… Pero era mi padre. Y ahora estaba ahí tirado en el suelo sin ser… él. Parecía un muñeco artificial fruto de una broma demasiado pesada. Como si fuese a bajarse del helicóptero mi padre de verdad en cualquier momento, a darme su clásico beso en la frente y solucionar la situación, como siempre hacía…  

Pero no.

Eso fue… todo.

Mi padre con el rostro deformado y el cuerpo destrozado, o lo que quedaba de él, me miraba sin parpadear desde una esquina de la azotea. No iba a haber nada más. Ni besos en la frente, ni días libres, ni cooperación en las calles… ¿cómo se iba a morir papá si…? Las… las palomitas se iban a quemar.

- Papá….- recuerdo ahogarme entre el sollozo y la sequedad de mi garganta. Caer sobre mis propias rodillas y seguir sin poder romper esa estúpida tela.

Los de operaciones especiales descendieron para luchar contra el simbionte, pero este ya me había liberado y vuelto a apresar en un mismo movimiento, dejándome cargada sobre sus hombros, viendo lo que su espalda descuidaba. A mi padre. Noté que me llevaba con él lejos porque el cuerpo de papá era cada vez más y más pequeño. Nunca había deseado algo con tanta fuerza. Que fuese un sueño, que mi padre se levantase, que apareciera cualquier persona para ayudarme… Cualquiera.

No me di cuenta de que los disparos cesaron, ni de que se había empezado una operación  policial de persecución por toda la ciudad hasta que al girar una esquina, perdí de vista por completo la azotea donde acababa de tener lugar la última sonrisa del comisario Stacy. Si te preguntas cómo llegué hasta ahí sin resistirme… puedo decirte que mis ganas de luchar se fueron con la vida de mi padre.

Desperté como de un sueño, estando el helicóptero encima del simbionte y éste trepando muro a muro como si siguiera una dirección clara, esquivando proyectiles que disparaban selectivos cuando tenían claro que no iban a impactar en mí, que eran más bien pocas veces. Sentí como si saliera del agua tras un largo buceo, respirando hondo y odiando por primera vez en mi vida encontrarme volando sobre el cielo urbano de Brooklyn. Fruncí el ceño, cegada por la luz proyectada desde el vehículo. Ese monstruo me llevaba como en un abrazo, irónica mierda.

Miré hacia abajo. La altura era la suficiente. Él estaba demasiado ocupado en esquivar balazos, desviar al helicóptero y seguir trepando sin parar conmigo encima. Encogí mis brazos y apoyé las manos sobre su hombro, girando sobre mi cuerpo y propinándole una patada todo lo fuerte que pude en su cráneo, ahora sí desestabilizándole y permitiéndome caer en picado hacia el suelo. De camino vi nueve vértices, cuatro superficies, tres camiones y varias farolas y postes a los que aferrarme, dibujando la coreografía posterior para escapar. Pero de nuevo, ahí estaba. Ese efecto cámara lenta que me hizo la caída aún más desquiciante por permitirme demasiado tiempo para pensar. Noté los latidos y mi respiración acelerada. -No puedo impedirte que sigas tu camino… pero hagas lo que hagas… vive- fueron las palabras de mi padre el día que descubrió que yo era Spiderwoman. O White-spider en esta mierda de universo. - Vivir… ¿Para qué?- Para salir a combatir un mundo en el que no tengo a quien cuidar, a quien defender. Para volver a un piso en el que sólo estaría yo en un mar de recuerdos. Para terminar una carrera que no puedo pagar y licenciarme en una fiesta a la que él no podrá acudir.

Sus palabras resonaron en mi cabeza mientras el aire contra mis mejillas se volvía más potente. No había dejado de llorar y las lágrimas resbalaban por mis sienes hacia las puntas de mi pelo. El ruido de la ciudad poco a poco fue invadiendo mis sentidos. Miré mis mangas. La sudadera de papá… Recogí el cuello entre mis dedos y lo acerqué a mi nariz. Olía a esa fuerte colonia de la que tanto abusaba.

Respiré hondo por la nariz y di mi último adiós a todas las fuerzas que me quedaban.

Cerré los ojos y me preparé para un choque que terminaría con todo ese dolor que me agarrotaba el cuerpo y me hacía arder las entrañas.

Pero para mi mala suerte… ese impacto nunca llegó. Y volví a estar por el cielo de Nueva York.