[Minievento WWD] Cuervo de Sangre - Wendy, I'm home! (Savage, Dolphin, Bart) [12/04/2019]

Los atronadores relámpagos de la tormenta que se estaba empezando a desatar en el exterior pasaron inadvertidos en la silenciosa quietud del pequeño lounge que los miembros de la Young Justice utilizaban de vez en cuando para ver alguna que otra película y pasar un rato divertido. La habitación estaba completamente a oscuras, tan sólo iluminada por la luz parpadeante que surgía del televisor mientras Dolphin y Bart se acurrucaban en el sofá siguiendo con los ojos muy abiertos el lento descenso a la locura de Jack Torrance en la película "El Resplandor", todo un clásico de Stanley Kubrick que el joven Bart, aficionado al cine, no había querido dejar pasar sin descubrirle a la peliblanca.

Los dos jóvenes no tenían manera de saber que su propia película de terror se estaba desarrollando en Happy Harbor y en el interior del propio Monte Justicia, confiados como estaban en sus avanzados sistemas de alarma. Unos sistemas de alarma que de nada servían contra místicas que podían teleportarse, antiguos miembros reconvertidos en agentes demoníacos o criaturas que podían filtrar partes de su ser a través de resquicios tan diminutos como rejillas de ventilación...

Se encontraban justo en uno de los momentos más tensos de la película, cuando Jack está a punto de apartar la cortinilla de la bañera de la habitación 237 cuando una gigantesca masa de músculos carmesíes apareció de repente en el umbral de la puerta, destrozándola con las manos al hacer el gesto de apertura con la misma facilidad que si se tratara de un trozo de papel.

- Wendy, I'm home! -rugió, con una sonrisa salvaje en un rostro infernal que dejaba al descubierto una lengua inmensa y antinatural.

Acto seguido, y antes de que cualquiera de los dos pudiera comprender lo que estaba ocurriendo, largos apéndices del color de la sangre se proyectaron de su cuerpo para abalanzarse sobre ellos y tratar de aprisionarlos.

Desde hacía unos días el mundo era un caos. Por todas las partes de la tierra surgían ataque de demonios. Bart se impacientaba al ver esas noticias tanto en la prensa como en la televisión y en los medios telemáticos. Tornado Rojo le había aconsejado tranquilidad, como si eso fuera fácil para un velocista con tendencia heroicay una personalidad hiperactiva. Victor estaba a favor del custodio de la Young Justice. Cuando el menor de los velocistas le había contactado, su respuesta a la necesidad de acción y preguntas constantes del castaño había sido: se necesita más información para poder actuar sin precipitarse. Sabes que hemos hablado muchas veces de que te apresuras. Ese fue el momento en el que Bart cortó la conversación. Porque no quería escuchar uno de los muchos e interminables sermones sobre que tenía que pensar más antes de actuar, que era un chico listo pero que no lo aplicaba a la vida real y cosas de ese estilo que estaba muy cansado de escuchar.

Así que mientras el mundo se derrumbaba y ellos no tenían ni la más ligera idea de lo que estaba ocurriendo, tenía que esperar al momento de entrar en escena. Al de ojos marrones le aburría bastante tener que esperar. Cuando un segundo se te hace un eternidad, tener que esperar minutos, horas y días es vivir un infierno. Por eso, el velocista buscó algo con lo que entretenerse. Buscó por la base algo que hacer, encontró aquella película que lo más probable es que perteneciera a Garfield. Era el único de la base que tenía una colección de cine. El resplandor película alabada por la crítica y los espectadores, una obra maestra según algunos. Era un filme de terror psicológico basada en la novela de  Stephen King. Al ver a la atlante por la base, Bart no desperdició la ocasión.

-Dolphin- la llamó y en un segundo estaba frente a ella. El Allen sabía que al haber sido criada en las ciudades acuáticas, su cultura sería diferente de la que tenían allí en la superficie. - ¿Estás haciendo algo? Porque podríamos ver una película. El resplandor. Dicen que es muy buena.- Comentó mientras se dirigía con la peliblanca a la sala para encender el apartado de cine en casa.   Como en toda buena velada de películas, Bart preparó palomitas. Como estaba intentando con más ímpetu que nunca acostumbrarse a las velocidades de los no Speedsters, es vez que usas sus poderes para preparar las palomitas en menos de veinte segundos, uso el microondas y esperó esos desesperantes dos minutos. Una vez que hubo surtido la mesita de la sala con cantidad de comida y bebida, le dio al play. No podía pasar dos horas y veintiséis minutos sin comer nada.

- WOW Gemelas. En mi familia biológica  hay muchas parejas de gemelos. Mi abuelo Barry tiene un gemelo, mi padre Don y mi tía Dawn son gemelos e Irey y Jay, los hijos de Wally en mi mundo son gemelos. ¿Y en la tuya Dolphin?- Mientras hablaba había cogido una libreta y había dibujado a su abuelo, al gemelo de este, a su tía, a su padre y a los hijos de Wally en una especie de árbol genealógico.

-Porque en la de Max y en la de Jay creo que no hay muchos gemelos. -

Bart no solía sobresaltarse, ya que, sus sentidos eran tan rápidos como su metabolismo y captaba las variaciones en menos de un segundo. Por eso, en múltiples ocasiones estaba prevenido sobre lo que iba a acontecer. Además, al haber sido criado virtualmente hasta los doce años en un ambiente sobreprotegido no conocía la estimulación sensorial asociada al concepto miedo.

- La nieve y el frío ralentizan el metabolismo, no me extraña que esté tan enfadado. No sólo a los velocistas, a todos.- Comentó mientras se cambiaba de posición en el sofá. No podía estar mucho tiempo parado. Se había sentado en una posición bastante rocambolesca. Tenía apoyado los talones en lo alto del respaldo y había dejado su cuerpo caer. Veía la película con la cabeza boca abajo.

Pero algo interrumpió en la tranquilidad de aquel seguro hogar. El velocista que en aquel momento a parte de ver la película estaba con la PSP y contestando Whatsapps de sus amigos del instituto sobre las clases, los deberes y lo aburrido que era ir a la jornada escolar y que que bien que ocurriera la invasión porque se libran de las clases, esas superficialidades de adolescentes sin problemas serios. Como estaba haciendo una considerable labor multitarea, no se percató de cuando había llegado ese siniestro ser ala base en el momento de más suspense del filme. Notó la presencia de esa versión salvaje de Shawn cuando éste profirió ese aberrante grito proveniente de las entrañas del infierno. ¿Qué hacía ese ser allí? No parecía muy amistoso. Y como si todo estuviera a cámara lenta:  envió el último whatsapps diciendo que iba a estar un poco ocupado por unos recados en la casa, pausó la película y dejó su partida en standby. También  encendió  la luz del cuarto para que fuera más visible lo que les estaba interrumpiendo.

Esa cosa trataba de alcanzarle y no parecía que fuera con el fin de hacerle cosquillas y reírse juntos. Usando su hipervelocidad esquivó varios tentáculos que intentaban pillarle.  Bart tenía bastante flexibilidad al ser delgado y no tener el músculo  tan desarrollado como otros héroes. Eso le facilitaba meterse por medio de las prolongaciones  de Shawn. Intentaba que esos brazos se enredarse los unos con los otros. Había que llegar al cuerpo principal  para detener a ese ser.

Giró su cabeza para mirar a Dolphin. Parecía  que se las podía apañar por su cuenta. Los atlantes eran fuertes y  resistentes. Lo que el velocista no tenía tan claro es si tenían  algún poder racial extra. Se quedó  un poco pensativo y en su distracción un tentáculo le agarró.

- Quizá debía habértelo  preguntado antes pero, ¿tus poderes son de agua? Porque esta cosa me recuerda a un pulpo.  -

Tampoco sabía si la muchacha era un líder  de grupo. Por él  no era de los que hacen planes. Era más de aquellas personas que improvisan sobre la marcha.

Una oleada de latigazos le golpeó en su despiste. Los golpes eran fuertes y potentes. Su cuerpo se vapuleo un poco. Su organismo se recuperaba muy rápidamente por eso podía resistir esa contienda de porrazos. A continuación, el simbionte se enredó en su cuerpo, como si de una especie de pulpo se tratase. Rodeó con su viscosa extensión la cintura del velocista y lo arrastró para ponerlo cada vez más cerca.

Miró a Dolphin que estaba siendo absorbida por una especie de sustancia rojiza y viscosa. Tenía que llegar adonde se encontraba e intentar ayudarla. Bart no era del tipo de persona que dejaba a nadie atrás, no podía huir sin más o dar la alarma cuando uno de sus compañeros se encontraba en peligro. Era de ese tipo de gente que se quedaba hasta el final y si alguien del grupo tenía que sacrificarse, era él quien lo hacía.

El menor de los Allen era muy imaginativo y por eso solía asociar conceptos de forma muy rápida. Por eso, hizo una pregunta un tanto sui generis. Nunca antes había visto a la joven en combate y no sabía nada de su poder salvo las características raciales que había visto en otros atlantes. Ella negó con la cabeza y Bart hizo un encogimiento de hombros. Bart entendió lo que la atlante le estaba diciendo con aquel gesto. Quería que se tapase los ojos pero ¿por qué? No era lo más indicado en esa situación en la que estaba. Seguramente lo más propicio era moverse para intentar soltar el agarre o quizá intentar vibrar a un velocidad que le permitiera pasar las moléculas del simbionte o mover frenéticamente sus manos que estaban libres intentando generar una corriente de aire.

Había lanzado a la peliblanca contra una de las paredes de la base. El castaño se preocupó. No le era grato que sus amigos sufrieran daños. Quería  ir a donde se encontraba la muchacha y ver en qué estado se encontraba. Pero primero tenía que pensar cómo librarse del agarre del monstruo.  El ser abría sus fauces cual lobo feroz a punto de comerse a Caperucita. Él empezó mover su cuerpo primero lentamente milimetro a milimetro todo lo que el amarre le permitía para luego ir ascendiendo. Frenó en seco al ver que su compañera se levantaba. Se alegró de que estuviera consciente. Una vez que ella estuvo de pie detuvo sus pensamientos sobre buscar una forma de librarse y confiando en Dolphin se tapó los ojos. Aunque no se cegó por la luminiscencia en un primer momento, como no se le daba muy bien esperar levantó su mano y sus ojos se resintieron ante la elevada saturación de luz. Intentaba no ser alguien imprudentes pero no siempre lo conseguía. Gracias a que tenía un hipermetabolismo, sus ojos se curaron muy pronto y pudo librarse del amarre, aprovechando que el contrario estaba cegado por la luz.

- Para la foto hay que quedarse muy quieto- Dijo el velocista corriendo en alrededor de la versión perversa de Shawn.

Dió un millar de vueltas a gran velocidad para poder generar en su cuerpo el aura de la Speedforce.Con esa energía cubriendo su cuerpo, el velocista podía absorber energía cinética tanto de personas como de objetos. Así que cuando la hubo generado, puso su mano en el torso de la criatura y disminuyó su velocidad. Como era aún muy joven y en muchas maneras estaba sobrepasado por el gran poder que tenía, Bart simplemente deceleró al atacante un corto lapso de tiempo. No quería que su oponente se quedase en animación suspendida. Además, el metabolismo de algo complejo como la suma de dos organismos era más complicado de frenar que si fuera un persona corriente o un metahumano. Por eso tuvo cuidado y le paralizó sólo unos momentos. No quería tener que avisar a su primo que enmendase sus errores. Ahora que pensaba en el pelirrojo, quizá debía contactar con él.  El menor de los velocistas se unió con la atlante para golpear al que había allanado su morada.

Le resultó un poco extraño que ralentizando el cuerpo del ente, este siguiera atacándoles. ¿No había hecho bien la absorción de energía cinética? ¿o qué había acontecido? El menos de los velocistas no se percató de que si su plan no había funcionado era porque no sabía que aquel ser era un simbionte. El de ojos dorados pensaba que aquel organismo era un organismo creado en el futuro, algo muy similar pero a la vez muy diferente del alien que otorgaba su poder a Shawn.

En menos de un segundo vio al chico desnudo pero pensó que formaba parte de la misma masa que les atacaba. Bart nunca había visto algo como Venom ni siquiera había tenido contacto con especies parasitarias alienígenas.  Por lo que para él era muy difícil intuir que aquella sustancia y Shawn no eran el mismo ser o no tenían  las mismas intenciones.

Uno de sus puños golpeó el cuerpo vulnerable de Shawn y este salió  disparado hasta una de las paredes de la base.  En ese momento  el velocista se dio cuenta de que algo no cuadraba  ese cuerpo no parecía tan resistente como la masa que les había atacado.

-¡oh, no es un Tecnoplasma! - Comentó con sorpresa y sus ojos abiertos de par en par. Miró a Dolphin esperando una confirmación, como si ella supiera lo que era ese compuesto orgánico del siglo XXX. - No pongas esa cara que al menos no le pegado tan fuerte.- Comentó con su talante amable al ver la mirada furiosa de Dolphin. Era la más pura verdad, había otros miembros de los Teen Titans que pegaban mucho  más fuerte y brutalmente.

El castaño nunca había visto ni conocía la existencia de los alienígenas simbiodes del mundo Marvel. Por eso al ver es cosa viscosa  y gelatinosa, que variaba en su aspecto y forma, enseguida lo asoció a la sustancia del futuro que puede tomar el aspecto de cualquier cosa y persona.

El simbionte  volvió a recubrir al chico mientras Bart analizaba mentalmente a que se podían deber las disonancias que encontraba. - Pero, ¿entonces qué es?- El joven pidió ayuda. ¿Había dicho fuego y sonido? ¿Era una clase de enigma? ¿Que tenían en común el fuego y el sonido? En menos de dos milisegundos, repasó su biblioteca  mental y  con la información que contaba tanto de la teoría como de la situación exclamó : - Es un organismo parasitario. - Y Shawn les estaba dando las claves para desparasitarlo.

-¿Qué? - dijo ante las anotaciones es lumínicas de la atlante. -¡ah claro! Fuego.  Minuto y medio.- Bart pensó en que podía usar para provocar un incendio dentro de aquella habitación. Más raudo que un rayo bajó al garaje, abrió el depósito de todos los vehículos del lugar y en varios cubos recogió litros de gasolina.  Subió los cubos a la sala de estar, trajo consigo alfombras, sábanas, mantas, cortinas y las hizo jirones. Esparció los trozos de tela alrededor del simbionte y su portador. También los roció con el líquido que portaban los cubos.

Cuando hubo preparado todos los materiales se percató de que en el techo había un sistema contra incendios. Vivían en un entorno bastante seguro. Así que se fue corriendo al sistema de control y en un dos por tres desactivó el sistema de aspersores que les protegía del fuego. Le costó un poco ya que no tençia un acceso total al ordenador de la base. Sus contraseñas tan sólo le permitían ciertas acciones, no un control total del “Gran Hermano” Cibernético que controlaba toda la Torre de los Titanes. Por ello, tuvo que manipular el sistema para que le diera un acceso.  Volvió a la sala y con un encendedor prendió el círculo de fuego.

-Tachán- dijo mientras el fuego comenzaba a avivarse. Mientras el candoroso fuego servía de distracción, la atlante pudo preparar el equipo de audio para atacar de forma acústica al simbionte. Al oír aquel disco Bart puso una cara de disgusto, ese grupo no le gustaba. Dolphin podía haber puesto alguno de sus Cds que eran mejores que aquellas melodías.  - Un momento - comentó y su voz se vio ahogada por el estridente volumen al que estaba puesto la música. Kid Flash volvió a abandonar la escena, cuando volvió trajo los mismos cubos que había llenado de gasolina pero esta vez llenos de tierra. Usó esta tierra para apagar el fuego. Una vez había servido de distracción, no era muy prudente que las llamas siguieran devorando el cuarto. Ni tampoco que los vapores nocivos de la quema siguiesen llenando la base. El ojo dorados generó  una corriente de aire al moverse rápido  para disipar los gases tóxicos  y renovar el aire de la habitación. Todo ese fue posible gracias al agujero de la pared. Porque  no había vuelto a conectar el sistema antiincendios que a parte de un cuantiosa descarga de agua, tenía un sistema de ventiladores  que absorbía  los gases y reponía el aire por uno no nocivo.

Una vez sofocado el fuego, usó sus poderes para amplificar el sonido y redirigirlo al alien. El sonido son ondas que se propagan y expanden mediante vibraciones. Bart era uno de los pocos velocistas que al usar la Speedforce generaba una vibración. Movió su brazo muy rápidamente y de forma circular para generar la misma vibración que la onda sonora, causando de esta manera un efecto de resonancia que intensificaba el alcance de la música. El golpe sonoro le dió de lleno al alien.

Antes de que el simbionte pudiera escapar por alguna de las rendijas de la base o alguna alcantarilla, el velocista le  ralentizó, esta vez despojándole casi por completo de su energía de movimiento. Bart trajo una de las botellas que usaba para hacer barcos dentro de botellas. Recogió la sustancia roja y viscosa y la metió dentro, tapándola con un corcho. Una vez contenido el simbionte apagó el equipo de música.

- ¿ Este contenedor será suficiente cuando recobre el movimiento? Realmente no sé cuándo puede durar la animación suspendida, tendría que llamar a Wally. - Movió la botella de Cristal con el simbionte dentro.

Se fue a buscar un botiquín  de primeros auxilios para para poder socorrer al desvalido Shawn. Le dió los utensilios  de asistencia  médica a Dolphin. Por si ella tenía más conocimientos que él  sobre cuidados médicos. Les dejo solos menos de diez segundos. Se fue a la cocina y se trajo unos bricks de batido de chocolate. No tenía tiempo de prepararse un batido más complejo. Porque había hecho un elevado gasto de energía y comenzaba a notar los síntomas  del descargue. Le dio un brick a la atlante porque necesitaba hidratarse cada cierto tiempo y la exposición a altas temperaturas podría haber acelerado ese proceso. También le dió un batido a Shawn por si tenía sed.


-Soy Bart. ¿Te encuentras bien?¿Qué es esta cosa?- volvió a agitar la botella de cristal- ¿Qué haces aquí?¿Por qué esta cosa te tenía poseído y tú habéis atacado la base?-

En ese momento escucháis un fuerte estrépito procedente de la zona de las habitaciones. Considerando que tenéis la cocina en medio para amortiguar, debe de haber sido algo gordo para que hayáis sido capaces de escucharlo desde donde os encontráis...