[Evento] Bienvenidos a mi pesadilla (Autoconclusivo)

Gotham City. Ciudad amoldada al crimen y a las crisis. Meses después de la mayor crisis que jamás hubiese sacudido al planeta, y tras sufrir una brutal remodelación de la que aún seguía resintiéndose, la ciudad seguía con su día a día como si nada hubiera pasado. Y eso incluía la paranoia ciudadana sobre la ubicación desconocida de todas las poderosas mentes criminales fugadas del Asilo Arkham durante los eventos del fenómeno llamado "Omega". Vivir con miedo a ser asaltado a la vuelta de la esquina o ser la víctima del siguiente plan retorcido del Joker, Bane o Harvey Dos Caras era ya un estado natural del ciudadano de a pie de Gotham.

El miedo. Sentimiento universal, el ingrediente diario de la vida en la ciudad del crimen. Y a partir de ese día, la única verdad en Gotham.

La ciudad hacía un día como cualquier otro. Uno especialmente tranquilo, sin atracos espectaculares o temor a posibles atentados terroristas. La gente regresaba del trabajo, se tomaban un refrigerio en la cafetería de la esquina, circulaban por la carretera o veían la tele tranquilamente en sus hogares. El tema de la crisis dimensional seguía siendo el leivmotiv de los telediarios. El de hoy no era una excepción.

-A pesar de que la comunidad científica internacional está aunando sus esfuerzos en un intento de dar explicación a los eventos ocurridos en mayo, nadie sabe a ciencia cierta apuntar al origen del extraño fenómeno conocido como "Omega". A pesar de mantenerse reservada en sus opiniones al respecto, la Liga de la Justicia sigue comprometida en encontrar la forma de volver a encauzar nuestras vidas después del suceso.

En los telediarios, la imagen de Vicky Vale dio paso a la de Capitán Átomo en una rueda de prensa. Aquellos que debieron conformarse con escuchar la radio pudieron reconocer su voz.

-Tengan en cuenta que la crisis no sólo nos afecta a nosotros. El universo con el que hemos colisionado está tan traumatizado y confundido como nosotros después de la colisión. El mundo entero ha cambiado, y por desgracia el cambio ha sido menos agradable en algunas regiones que en otras. Me temo que la Liga aún no está en posición de dar respuestas concluyentes, pero una cosa sí podemos prometer: sea cual sea el futuro que nos espera ahora, el optimismo es la clave para afrontarlo con-.

El discurso de Átomo fue cortado de repente cuando las señales televisivas y radiofónicas empezaron a emitir parásitos y sufrir interferencias. Tras unos segundos de incertidumbre entre los oyentes, la emisión regresó. Pero no con el informativo. Un extraño e inquietante fondo en blanco y negro parpadeó en las pantallas, y en ambos medios una cancioncilla de los años 30 hizo eco en los altavoces. En la imagen se contemplaba una caricatura de la misma época de un hombre con una teatral mueca de horror huyendo del típico fantasma de Halloween consistente en una sábana con dos agujeros.

La gente se miró confundida al principio, pensando que se trataría de algún especial viral en relación a una campaña para la famosa fiesta de Todos los Santos. Pocos segundos después, la emisión volvió a sufrir interferencias. El pavor y la incertidumbre se extendió en el público cuando reconocieron la cara que sustituyó a la burlona imagen anterior: un hombre delgado que ocultaba el rostro tras una grotesca máscara de arpillera.

-Buenas noches, mi querida Gotham. ¿Habéis tenido un buen día? ¿Habéis cenado bien? Estoy seguro de que sí... Así es vuestra vida, ¿verdad? Tan autosatisfecha, tan placentera, tan... Monótona. Y en vuestra monotonía, olvidáis que la vida no es un nicho de rosas. ¿Verdad? No, claro que no lo olvidáis. Pretendéis hacerlo, escondéis vuestras verdaderas emociones tras una máscara de falsos sentimientos, convenciones sociales y etiqueta. Hacéis como el avestruz, metiendo la cabeza dentro del agujero y pretendiendo que el peligro no existe. Pero cerrar los ojos no hace que ese peligro desaparezca, ¿verdad? En absoluto. Más allá de vuestras patéticas máscaras, sabéis la verdad del sinsentido de vuestras insignificantes vidas. Y eso os hace sentir miedo, ¿verdad?

En distintos puntos de la ciudad hombres y mujeres atentos a la televisión y la radio intercambiaban miradas inquietas. Estaban demasiado acostumbrados a lo que significaba la irrupción repentina de uno de los viejos residentes de Arkham en sus medios de comunicación como para no preocuparse.

-Miedo... Ese viejo amigo que nos acompaña toda la vida. Como nuestra sombra, siempre nos persigue y nunca nos suelta. Lo olemos detrás de cada esquina, lo percibimos en los ojos del desconocido que nos mira fijamente, entre los dientes del perro rabioso que va derechito hacia nosotros, entre las sombras del callejón o en el rincón más profundo del armario. Miedo. Está por todas partes, escondido, a la espera de que lo saquemos a la luz. Y todo lo que necesita es un empujoncito.

Mientras el Espantapájaros hablaba, se superponían veloces imágenes de montaje de todo tipo de iconos macabros y truculentos: calaveras, cadáveres de depósito metidos en bolsas de plástico, gusanos, moscas, lobos, individuos ojerosos y de mirada perdida...

-Pero no... Nunca llega a suceder. Vivimos en una sociedad que nos enseña a reprimir nuestros sentimientos, a etiquetarlos y encajonarlos tras toneladas de fórmulas y normas de convivencia. Sólo porque no nos gustan, o por que nos estorban. Señoras y señores, ¿qué tontería es ésa? ¿Por qué tanto empeño en esconder lo que incluso un ciego puede ver? ¿Tenéis idea del daño que os estáis causando al negar la parte más elemental de vuestra existencia? ¿Habéis olvidado acaso por qué respiráis, por qué os levantáis cada mañana, por qué peleáis con vuestro compañero ferozmente sólo para ascender? ¿Os distingue eso acaso del lobo que busca cada día un ciervo que cazar, sólo para sobrevivir un día más, que desafía al macho alfa para ser él quien siga en la línea de sucesión, sólo para ser sucedido al día siguiente? La palabra "humano" está sobrevalorada. Debajo de esos trajes, de esas chupas de cuero, de esa alta costura, de esos tatuajes y piercings, debajo de toda esa tonelada de maquillaje y disfraz social, no sois más que criaturas primarias y básicas. Y un sólo sentimiento os define y unifica como especie, más allá incluso del color de la piel. Y ya sabéis de cuál hablo... ¿verdad?

En distintos puntos de la ciudad llegaron de repente extraños y perturbadores informes. Gente de los barrios bajos, muchos de ellos ignorantes del discurso de Jonathan Crane, empezaron de pronto a experimentar repentinos brotes psicóticos. Babeaban y vociferaban, huyendo a toda velocidad de amenazas y horrores que sólo ellos podían ver, y atacaban a todo el que se les acercaba al no distinguir realidad de pesadilla. En menos de cinco minutos, una extraña niebla amarillenta se extendió por los Narrows y el barrio entero quedó colapsado por una aterradora "plaga de miedo".

-Sabéis, Darwin estaba más acertado de lo que pensaba... Y a la vez, se equivocaba de pleno. Todos vinisteis del mono, pero en realidad nunca lo superásteis. Si en algo os habéis hecho maestros es en el arte de olvidarlo y pretender que no existe. Y me dais lástima, queridos... En el fondo estáis tan perdidos y tan solos... Pero no os preocupéis: ya va siendo hora de que os qutiéis la venda, saquéis la cabeza del agujero y os entreguéis a ese puro sentimiento que tanto tiempo os habéis negado. Ya va siendo hora de que Gotham recuerde por qué os rendisteis a vuestro lado más oscuro y dejasteis que un chiflado con capa negra resolviese vuestras cuitas por vosotros...

Y a los Narrows siguió el barrio antiguo. Y a éste el distrito financiero. Y el zoológico, y el hospital, y la iglesia. Y, poco a poco, también el centro. La espesa niebla amarilla anegó cada uno de los rincones de Gotham, y el misterioso ataque de pánico asaltó a todo el mundo. Las cafeterías, las carreteras, las oficinas, los hogares... Ningún rincón quedó a salvo. La perturbadora niebla amarilla parecía "saber" por dónde debía filtrarse para afectar al mayor número de personas posible. En apenas unos segundos desde la emisión del vídeo, media Gotham se lanzó a la calle entre gritos de terror y espasmos incontrolados.

Y el vídeo continuó.

-Pero sabéis, me he dado cuenta, tras tantos años de tratamiento, que la terapia de shock no estaba teniendo efecto. Enfrentaros a vuestros propios miedos es algo tan inútil si no sabéis cómo compartirlos. Al final caéis siempre en el mismo error: los volvéis a enterrar muy hondo en vuestra alma, y volvéis a pretender que nunca existieron. No importa cuántas veces se os quite la venda, siempre os la volvéis a poner. Así que mucho me temo que me habéis obligado a ser drástico. Desde hoy, Gotham se somete a terapia de grupo. Desde hoy, tus miedos son también los miedos del vecino. Todos compartiréis lo que es de todos, y sólo entonces reconoceréis lo similares que sois bajo todas estas estúpidas convenciones vuestras. Y entonces, os daréis cuenta, amigos...

Mientras hablaba, el Espantapájaros agarró un plano de Gotham y lo puso ante la cámara, mientras con un mechero le prendía fuego. Conforme el papel ardía y consumía el plano y el nombre de la ciudad, el propio celuloide parecía quemarse, y el sonido se distorsionaba hasta convertirse en una estremecedora cacofonía.

-De que ya no estáis en Gotham City.

Los pocos que aún lograban mantener un mínimo de cordura observaron aterrados cómo la ciudad cambiaba de repente. Los muros se oxidaron y partes de ellos se cayeron a pedazos; las ventanas y los ladrillos exhudaron ollín y sangre, y de las tapas del alcantarillado miríadas de cucarachas se extendieron por doquier. De pronto, todo aquello de los que sufrían los ataques de pánico afirmaban huir se hizo "visible". Muertos vivientes, horrores hechos de pedazos de cosas rotas y oxidadas, animales deformes, espectros y fantasmas hechos de puro miedo, asaltaron las calles y los hogares de la ciudad y persiguieron incansablemente a los ciudadanos.

Aquellos que se dejaron arrastrar por el pánico empezaron a sufrir espantosas mutaciones. En pocos segundos, sus cuerpos se retorcieron y asimilaron la forma de todo aquello que les causaba temor.

El fotograma se quemó, y dio paso a la ancha y grotesca sonrisa del Espantapájaros, resaltando un título en letras rojas goteantes.

-Bienvenidos... A FEARLAND.

Fin de la emisión.

[A partir de este post, da comienzo el evento Fearland. En breves momentos la adminstración dará comienzo a iniciar los temas y a agrupar a los users y personajes apuntados.

Feliz Halloween a todos, y que paséis una jornada de miedo... ¡Bwahahahahaha!]

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