Piedras en el espacio (Ethan Lacroix, Sloan Jenkins, Clint Barton, Steve Rogers)[11/3/2018]

Izquierda, derecha. Izquierda, derecha. Pum pam, pum pam. Izquierda, derecha. Izquierda, izquierda, derecha.

Los golpes contra el saco resonaban por todo el gimnasio como estallidos de fuerza que hacían peligrar los tímpanos de los presentes. Sloan medía su resistencia contra un saco que colgaba del techo, sujetado por otro miembro de SHIELD que quería entrenar. ¿Pero acaso el moreno necesitaba entrenar? La respuesta era un claro no. Sin embargo, había visto algo parecido a una especie de ritual social el ir al gimnasio y darle de ostias al saco, saltar la comba, usar las pesas entre otras cosas. Era una forma de relacionarse con los que serían en un futuro sus compañeros de misión.
Le estaba dando lo suyo a lo que iba siendo ya su tercer saco y su sexto compañero sujetándolo cuando alguien vino a buscarle. Le dijo que el jefe quería hablar con él, y con el tiempo que llevaba en la Tierra, si tu jefe te dice "mueve el culo", es mejor que lo hagas con salero y gracia. Así pues, dejó el saco en paz y su compañero pudo descansar tras dejarse caer contra el suelo. En comparación con los golpes de Sloan, darse de bruces contra el suelo era como una brisa de verano.

Tras darse una ducha y matar al tigre que tenía bajo las axilas, Sloan se puso sus mejores galas (que serían unos tejanos, camiseta sin mangas y una chaqueta de cuero... lo típico, vamos), se metió en el ascensor y se topó con tres agentes más: uno no lo conocía, el otro tampoco, y al tercero lo tenía calado de cuando lo capturó, con su escudito y su traje "¡AMERICA!". Lo saludó con un guiño y un chasquido, como si se conocieran de toda la vida.

Cuando las puertas se abrieron y se toparon con la oscura mirada del jefe, Nick Furia, a la vista saltaba (joder, cuantos chistes para con el tuerto) que algo lo tenía preocupado. ¿Y a quién no? Con todo eso de la colisión de los mundos y... bueno, a Sloan. Tal vez fuese el único ser de la Tierra a quien no le preocupara eso. Ya ves, que se fusionan los universos. Bueno, tal vez mañana vuelvan a separarse. Cosas más raras se han visto.
Tras ponerlos en situación, Furia pidió a los recién llegados su informe de los acontecimientos. Empezó uno de los que no conocía, presentándose como Ethan. Su informe se respaldaba en las fotografías que había tomado y que les había mostrado el jefe. Cuando vio al tipo vestido de rojo y azul se tuvo que llevar una mano a la cara para que no se le escapara una carcajada. ¿Pero qué era eso? ¿Por qué llevaba los calzoncillos por encima? ¿Y esa capa? ¿Y ese traje ajustado? Al verlo se le quitaron las ganas de meterse con el traje del Capitán.

Cuando terminó, Sloan supuso que sería su turno por una buena razón: él estaba justo al lado de Ethan. Así pues, dio un paso al frente.

- Lo que yo vi fue completamente distinto. - Ni presentaciones ni hostias. Ahí, pasándose el protocolo por donde quepa. - Estuve a las afueras de la ciudad, en un motel de carretera. Allí pude ver como los coches aparcados estallaban y tras la explosión aparecía un segundo coche fusionado con el primero. Se levantaron columnas del suelo y el cielo se abrió varias veces. Lo más alarmante de todo, por así decirlo, fue lo que pasó dentro del motel: los empleados del mismo sufrieron una combustión espontánea, surgiendo de sus cuerpos una segunda persona. Los cadáveres estaban calcificados, como si fueran estatuas deformes con cuatro brazos, cuatro piernas y dos cabezas. Después tuve que salir de ahí por patas... Y ya. Eso es todo.

Volvió a su sitio. No era un soldado, ni un agente, ni nada por el estilo. No había recibido la formación de un especialista y, por tanto, su forma de hablar y de hacer las cosas no eran lo que podía decirse... impecables. Era como poner un paleto en un control protocolario de la monarquía. Así, sin más.

¿Gente con superpoderes? ¿Trajes llamativos? ¿Capas? ¿Bichos viscosos? ¿Calvos con supermechas? Tal vez fuera algo sorprendente pero a Sloan le estaba dando todo dolor de cabeza: si ya le costaba vivir en la Tierra con el carnaval de los Vengadores y todos los demás que se había encontrado por el mundo, van y le dan dos tazas. ¡Claro que si! Venga, fiesta del disfraz y los poderes chungos (aunque para poderes chungos...).

Cuando terminaron sus "compañeros" y se puso Nick a los mandos, les enseñó a un tipo llamado Lex Luthor, el cual parecía el típico malo importante al cual se enfrentaban los superhéroes para devolver el poder al pueblo, salvar el mundo y comerse unas patatas fritas tranquilamente en un bar de carretera perdido de la mano de Dios. Eso si, tenía que reconocer que tenía bastante labia y una serenidad digna de admirar. Se quedó con su cara y su nombre, por si algún día le decían de hacerle una visita y no equivocarse de persona.
Luego Furia repartió las tareas para casa. No se le escapó la mirada que le hizo, como si acabara de pisar una mierda y no tuviera nada con qué limpiarse. Aunque claro, era normal: ¿quién querría tener un bicho como él bajo sus órdenes, y rezar para que no se lo comiera todo? Bah... estos elitistas.

- Ehm... si... yo tengo una pregunta: ¿le traigo una muestra o la dejo en el baño?

No podían echarle un expediente por insubordinación porque, como ya se había comentado, no era ni soldado ni miembro de SHIELD. Como mucho lo mirarían mal y ya, pero no podían meterle un consejo de guerra o lo que fuera que le pudiesen meter cuando tenían un contrato firmado con un "si a uno de los dos se le va la pinza, SHIELD pierde".
Y al parecer, al chaval le tocó infiltrarse. Se lo quedó mirando un rato y si se cruzaran las miradas haría lo que haría cualquier miembro de un equipo: sonreirle y levantar los pulgares en plan "de puta madre, tío".