Una ciudad interesante[Mijail, libre]

Gotham, una de las ciudades mas peligrosas del mundo. Un numero exagerado de criminales, chalados y problemas de todos los tipos imaginables. Estas características la hacían una ciudad interesante, sin duda alguna, para Kimalta. Tras el choque había sido una de las primeras nuevas localizaciones de las que el mercenario había oído hablar y en aquel momento su atención se había visto potentemente atraída por el lugar ya que, al fin y al cabo, presentaba las características de un sitio del que podría venir trabajo con bastante facilidad si jugaba bien sus cartas, así que decidió prestar cierta atención a la ciudad mientras buscaba algún posible cliente.

Y poco tiempo después... Allí estaba, un contrato que tenia buen aspecto. Al parecer en unas semanas llegaría a la ciudad un cargamento de contrabando, importante y fuertemente vigilado. La tarea era simple, interceptar el cargamento,destruirlo y a cobrar. Säde suponía que se debía de tratar de algún tipo de armamento o algo similar pero realmente no le importaba en absoluto, excepto en que se había traído un par de explosivos de los grandes para lidiar con el tema.

Así que llegado el día allí estaba, en un callejón de Gotham,donde se suponía que tenia que encontrarse con su cliente, o lo mas probable con el mandado que el cliente enviaría a hablar con el, no lo sabia( Ni le importaba realmente). El caso era que en teoría esa persona le daría las instrucciones mas concretas para llevar acabo el trabajo que se tendría que realizar aquella noche, cuando llegara claro estaba ya que por ahora no parecía haber nadie en el callejón

El mercenario empezó a dar impacientes toques al suelo con el pie, quien quiera que fuera a aparecer que lo hiciera pronto. Esperar definitivamente no era su punto fuerte

Era el tercer trabajo que hacía para este cliente y el tipo ya empezaba a cansarle. Primero la simple extracción de un paquete vigilado por apenas cinco panolis armados con armas de mala calidad en un piso en pleno centro de Nueva York, luego liquidar a un pandillero de poca monta, involucrado en prostitución y narcotráfico, en el puerto de Baltimore (¡Ni siquiera quería que pareciera un accidente!), y ahora destruir un cargamento de contrabando vigilado por un pequeño grupo armado... ¡¡Con otro mercenario!! Vale que el encargo era en una ciudad aparecida tras la fusión entre mundos que se decía que tenia más super-psicópatas por metro cuadrado que cualquier otro lugar del mundo, pero aquello no tenía pinta de involucrar a ningún pez gordo.

El cliente pagaba bien, pero no era solo cosa de cobrar. Uno tenía su orgullo y eso de que le contrataran para trabajos que un novato sin habilidades especiales encontraría rutinarios le empezaba a quemar, si este trabajo no alcanzaba unos mínimos de dificultad se plantearía no aceptar más encargos del cliente. Solo esperaba ver a quién habían contratado para acompañarme, si era un mercenario de los normaluchos se sentiría tentado a decirle que esperara sentado.

Y entonces, al acercarse al callejón acordado, se quedó de una pieza. Nunca había trabajado con Kimalta (aunque si se habían encontrado con anterioridad trabajando para el mismo grupo en diferentes encargos), pero desde luego no era un novato de poca monta y tenía una reputación bien formada ya cuando Misha entró en el negocio (lo cual, por otro lado, no era hace tantos años). Aunque solo fuera por formar un contacto profesional, aquella misión podía no ser tan cansina, aunque el hecho de que su contratante matara moscas a cañonazos seguía siendo irritante.

Se acercó al otro mercenario eliminando las otras dos posibilidades que tenía en otros callejones por seguridad y se presentó.

-Siendo un callejón perdido en una ciudad que, por lo que se, no es de tu mundo, sospecho que estás aquí por lo mismo que yo. Déjame adivinar ¿Contratado por un hombre calvo que solo es el intermediario con algún pez gordo? Por cierto, me presento, soy Black Cat, aunque ya nos habíamos visto antes...-

Mientras Kimalta esperaba apoyado en la pared del callejón otra persona, por fin, hizo su entrada. No era el cliente, eso le quedo claro con un primer vistazo, de echo parecía ser que tenia compañía a juzgar por la identidad del recién llegado, que no perdió tiempo en presentarse y en confirmarle que tenia un compañero en aquella misión. El rubio esbozo una media sonrisa, las cosas empezaban a ponerse interesantes.

Adivinas bien, yo soy Kimalta aunque como ya dices no es la primera vez que nos encontramos... aunque si la primera vez que trabajamos en un mismo contrato, esperemos entonces tener un trabajo suficientemente interesante para ocupar a dos profesionales

Mientras Säde hablaba pasaba revista a lo que sabia sobre su compañero. Black cat, mas conocido como el bastardo con suerte. Habia oido hablar sobre dicha suerte bastante, de echo. Historias sobre gente que perecía de manera accidental pero muy conveniente, de armas que se encasquillaban cuando le iban a disparar y similares casualidades que siempre parecían beneficiarle. Con esto y pese a no llevar mucho tiempo en el negocio se había echo con una reputación considerable, suficientemente grande como parar ser considerado un mercenario de élite.

Y eso le llevaba al siguiente punto ¿Por que ellos dos? El encargo ya apenas parecía suficientemente grande para uno pero ¿Para dos mercenarios de élite? ¿Acaso había un jodido ejercito custodiando el cargamento?

Mientras el mercenario meditaba al respecto hombre calvo que había contactado con ellos se presento en el callejón, con una expresión profesional, la típica que se pone siempre en los negocios aunque tras ella parecía también algo nervioso.

Veo que se encuentran ambos aquí, bien entonces empecemos. Les e convocado hoy aquí para que borren del mapa un cargamento que va a ser transportado ilegalmente a un cliente esta noche. El cargamento debe ser destruido antes de que llegue a su  destino, no tengo ningún problema con cualquier método que consideréis pertinente usar para conseguirlo. El pago sera el que ya acorde con cada uno de vosotros previamente.Os proporcionare un mapa con la situación actual del cargamento y el trayecto que esta previsto que realize ¿Alguna duda?

El hombre calvo tendió dos mapas, uno para cada mercenario, mapa que Säde procedió a revisar rápidamente con la vista. El almacén parecía no quedar muy lejos de allí. Se mantuvo en silencio por si su compañero deseaba aclarar algo y si no se dedicaria cuanto antes a planear el asalto y esclarecer los detalles del plan.

Hago una mueca al escuchar eso de "...suficiente para dos profesionales". Mis anteriores experiencias me hacen un poco escéptico, pero mejor no pasarse de listo y trabajar como si te enfrentaras al mismisimo diablo, en este negocio había demasiadas papeletas para acabar con un tiro en la cabeza.

Y entonces llega nuestro calvo, cargado de noticias, regalos y dinero, como si fuera navidad. A pesar de todo no nos da casi ninguna información que no conocieramos (o al menos que yo no conociera).

-Esto está muy bien, aunque hay algunas cosillas que querría preguntar. ¿Se sabe como puede estar de defendido el envío? ¿Que tipo de gente es? ¿Son parte de una organizción o subordinados de alguien a quien debamos tener en cuenta y que estes autorizado a revelarnos?-

El hombre asintió.

-A eso iba. El cargamento está defendido por un grupo entre 10 y 20 personas de las cuales no muchos tienen una experiencia apreciable en algo que no sea reyertas o peleas de bandas. Probablemente estarán armados con rifles y pistolas, aunque no creemos que sean de gran calidad ya que no hay nadie especialmente importante en el grupo-. Llegados a este punto me estaban dando ganas de limpiar mis armas en su calva.-PERO no os confieis demasiado. Creemos que el encargo ha sido hecho por agún pez gordo de Gotham, y como por vuestro propio bien deberíais saber, eso puede ser bastante peligroso. El cargamento se encuentra a las afueras de la ciudad y aún no ha sido entregado, pero dada su cercanía al punto de entrega podría tener guardias no previstos cuyo número, armamento y formación son desconocidos. Dada vuestra reputación esperamos que os sepais adaptar si la situación se vuelve comprometida, para eso os pagamos-.

Ok, la cosa no está tan mal. Puede ser un trabajo insultantemente facil o complicarse bastante, hay unas cuantas variables peligrosas y si la cagamos podemos tener un demente señor del crimen tras nuestro cuello. ESTO es lo que quería (más o menos).

Sinceramente la primera reaccion del rubio ante la descripcion del grupo que se presuponia que defendia el cargamento, sinceramente se estaba planteando la opcion se acabar el contrato sin usar las manos ni sus poderes, a lo mejor eso lo podia hacer medianamente interesante.

Estaba por hacer el tipico comentario sarcastico al respecto cuando el calvo completo la descripcion del trabajo, bueno al menos habia cierto riesgo, ciertas posibilidades de imprevistos y todo eso. De echo el mercenario empezo a preguntarse que tal lo hria contra una horda de matones extra y se llego a plantear la idea un momento pero decidio que no era momento para eso y que deberia encargarse con rapidez de la eliminacion y desaparecer lo mas rapidamente posible como era logico y razonable.

Dicho esto y ante la ausencia de mas preguntas el señor bola de billar procedio a retirarse y Kimalta procedio a diriguirse a su compañero.

Dirijamonos al area  para estudiarla y decidir el curso de accion

Y tras el asentimiento de su compañero procedio a mirar el mapa, estaba bastante cerca y el acceso no era complicado, con la moto llegaria en un momento y podria usarla para desaparecer del lugar con rapidez. Pregunto a su compañero si disponia de un vehiculo, solo por si acaso y ante la afirmativa se diriguio a la moto para plantarse con rapidez en el almacen.

Asi que alli estaban un rato despues, en un azotea desde la que se veia un enorme descampado con un edificio cuadrado que tenia toda la pinta de ser un almacen, el descampado estaba rodeado de una alta valla y solo tenia una puerta que daba directamente a la carretera que salia del descapado. Poco se podia decir sobre el almacen desde fuera, era un gran cubo de hormigon con un ventana en cada para menos en la que se enontraba la puerta, una puerta metalica de gran tamaño, claramente pensada para la entrada y salida de transportes pesados, con una puerta para uso de personas en ella.

Pues asi a ojo tenemos dos opciones, entrar al trapo y arrasar con todo o esperar a que salga el cargamento y prepararle una trampa con un par de minas y ese tipo de cosas. Segun lo que sabemos queda algo menos de una hora para que salga el cargamento...
Personalmente propongo que os acerquemos al almacen y tanteemos sus defensas. Si no son gran cosa yo entraria a ecargarme de la morralla

Tras la marcha de nuestro brillante amigo, mi compañero me pregunta si tengo vehículo, ya que piensa acecarse al objetivo en su moto. Yo le confirmo que tengo inteción de hacer lo mismo, el lugar está cerca y parece sencillo escapar en moto si la cosa se pone fea.

Me dirijí hasta la moto y la aparqué en el sitio menos llamativo que encontré, justo al lado de un edificio en el que Kimalta se había detenido, y le segí hasta el ático del edificio para observar el terreno. Un almacén en mitad de un descampado rodeado por vallas, y con una puerta bastante característica. Obviamente era de uso habitual para la banda en cuestión, pero tampoco parecía el almacén de un grupo muy experimentado y/o poderoso. No hay grandes medidas de seguridad (aparentemente) y su posición hace que destaque de una forma muy poco profesional, basicamente encaja con el grupito de poca monta del que nos informaron.

"-Pues asi a ojo tenemos dos opciones, entrar al trapo y arrasar con todo o esperar a que salga el cargamento y prepararle una trampa con un par de minas y ese tipo de cosas. Segun lo que sabemos queda algo menos de una hora para que salga el cargamento...
Personalmente propongo que os acerquemos al almacen y tanteemos sus defensas. Si no son gran cosa yo entraria a ecargarme de la morralla-"

-Lo de acercarnos a mirar me parece una buena idea, aunque hay que  recordar que nuestro objetivo es el cargamento, no es necesário matarles a todos. Yo recomiendo que mantengas vigilada esta entrada, por mi parte miraré alguna de las otras. No se exactamente que lado escogeré, pero si hay algo que ver por algún lado seguro que escojo ese-.

-Lo de acercarnos a mirar me parece una buena idea, aunque hay que  recordar que nuestro objetivo es el cargamento, no es necesário matarles a todos. Yo recomiendo que mantengas vigilada esta entrada, por mi parte miraré alguna de las otras. No se exactamente que lado escogeré, pero si hay algo que ver por algún lado seguro que escojo ese-.

El mercenario se sorprendió un poco ante la respuesta de su compañero, ¿Habría elegido el correcto?
Desde luego confiaba en su famosa suerte. De todas formas el mercenario no dijo nada al respecto, al trabajar con otros profesionales solía dejar que hicieran su parte y confiar en que ellos sabrían lo que hacían, al fin y al cabo si habían llegado lejos en el negocio por algo sería.

Kimalta asintió ante lo que dijo su compañero y miro por la fachada del edificio, encontrando en apenas un segundo un camino para bajar  de la azotea sin perder el tiempo con escaleras. De repente salto de la azotea a un balcón unos metros mas abajo, descendió por una tubería un breve trecho y desde ahí un par de saltos mas le dejaron en el suelo.

Otro par de pasos le hicieron cruzar la carretera y le dejaron al borde de la valla, desde donde observo el recorrido hasta el almacén. El descampado como buen descampado que era no tenia ningún lugar donde esconderse pero tampoco estaba muy bien iluminado así que un acercamiento rápido debería funcionar para llegar sin ser detectado.

Tomada la decisión el rubio dio un par de saltos de precalentamiento y entro en aceleración. Una potente descarga producida por el mercenario estimuló las minúsculas maquinas en su torrente sanguineo que procedieron a cumplir con su labor, potenciar las capacidades físicas de su huésped hasta capacidades insospechadas. Así Säde, convertido en apenas un borrón a vista de cualquier humano normal salto la valla y se planto en la fachada de la puerta del almacén, pegado a la pared. Le parecía muy difícil que alguien se hubiera percatado del borrón que cruzo durante un instante la oscuridad de la noche.

Decidió esperar a su compañero apoyado en la pared, mientras intentaba echar un vistazo al interior. Durante un rato no podría acelerarse nuevo pero no creía que volviera a ser necesario, visto el panorama.