[22-05-2018] Arañando lo desconocido (Gwen Stacy, Kitty Pryde)

Ahora todo es diferente; un nuevo mundo, nuevos amigos y algunos viejos. No recuerdo la última vez que lloré tanto, si fue cuando murió el Logan de mi mundo o cuando lo hizo Peter, pero volver a reencontrarme no solo con Logan, sino con una Mansión X tal y como la recordaba… sentiría vergüenza de que mi primer encuentro con los X-Men de este mundo estuviera lleno de lágrimas si no hubieran sido de felicidad.

He sido una X-Men, una terrorista buscada, una líder, una heroína y un miembro de los Young Ultimates. Pero aquí, en un mundo tan extraño y nuevo como es este, puedo empezar de nuevo, volver a disfrutar de mi juventud con los X-Men.

Y tendré que empezar de nuevo, pues ni siquiera el Logan de aquí es mi Logan, y tampoco he encontrado rastro alguno de mis amigos ni de mi equipo, ni siquiera los Ultimates han acabado aquí conmigo.

Mi soledad es compensada por el hecho de poder estar de nuevo en la mansión, con otros X-Men, y aunque aquí también se siente el temor de la gente hacia nosotros, no supera lo que sufrí tras la destrucción producida por Magneto, mi tiempo como la terrorista joven más buscada de los Estados Unidos.

Magneto… desde que llegué a este nuevo mundo no dejo de tener pesadillas con él, con lo que hizo; matar al profesor, alterar la polaridad de la tierra para matar a millones de inocentes. Sé el destino que sufrió en mi mundo, siendo “asesinado” por Scott después de que matara a Logan, pero aquí… hay un nuevo Logan, un nuevo profesor. ¿Habrá otro Magneto? ¿Uno capaz de volver a cometer tales actos atroces?

¿Y qué haré yo si así fuera? Si en una nueva Genosha hubiese otro maestro del magnetismo. Mientras camino por las calles de Nueva York, me miro el brazo derecho, con la palma mirando hacia mí, y pienso si… sé que el profesor no lo aprobaría. Leches, puede que ni siquiera Logan lo aprobara de primeras, aunque en el fondo, puede que muy en el fondo, estuviera de acuerdo conmigo. ¿Sería capaz?

He tenido que sacrificar tanto durante tanto tiempo que un brazo puede que sea el menor de mis problemas.

Niego con la cabeza ante mi conversación interior e intento concentrarme en lo que estoy haciendo: buscar una cafetería donde tomarme un capuchino con extra de crema y puede que un gofre con mucho chocolate. Estoy aprovechando que en este mundo soy una desconocida para pasear tranquila por las calles de Nueva York sin estar a cada rato escapando de algún fan… cómo cambian las cosas: de ser odiada y perseguida, a ser querida y perseguida, a como estoy ahora, olvidada.

No sienta nada mal, aunque me habría gustado disfrutarlo más con mis amigos. Bueno, en la mansión hay mutantes de mi edad y siempre he tenido facilidad para crear lazos con ellos, como hice con Kurt y como después con Jimmy. O quizás encuentre a alguien aquí, en la cafetería a la que acabo de llegar. Al entrar, me acerqué al barista de la barra y pedí el capuchino con extra de crema y un gofre con chocolate, le indiqué el asiento que iba a tomar y me senté. La cafetería tiene un escenario y, por el anuncio que sonó desde los altavoces, parece que se aproxima un concierto… lo que no me esperaba era el nombre que tenía aquel grupo.

“Las Mary Janes”

No podía ser, eso tenía que ser una broma o alguna coincidencia tonta, si total; Nueva York es una ciudad grande y el conjunto de Mary con Jane tenía que ser más común de lo que podía parecer. Me quedé boquiabierta cuando vi aparecer un grupo formado por chicas, siendo dos de ellas parecidas a mi Mary Jane y a mi Gwen Stacy. No, no podían ser ellas al igual que el Logan no era mi Logan, ya que no recordaba que ni Gwen ni MJ estuvieran en ningún grupo.

Ni siquiera su estilo de vestir era el mismo y aun así tenían sus mismas facciones, sus mismos rasgos, era todo muy extraño. Creo que tardare bastante en acostumbrarme  a esto de los dos mundos. Cuando terminó la actuación me di cuenta de que me trajeron lo que pedí y ni me di cuenta, ya que tanto el café como el gofre se me quedaron fríos y más tiesos que una piedra.

¿Era mala idea lo que estaba a punto de hacer? Ni lo sé ni me importa, tenía que acercarme a ellas y preguntar si me reconocían. Pase entre las mesas hasta llegar a la pequeña escalera que separaba el “comedor” del escenario y puse un pie en el primer escalón sin llegar a subir del todo y las llame

- ¿Gwen? ¿Gwen Stacy? ¿Mary Jane?

Llame a las dos chicas que se parecían a aquellas que conocí en mi mundo y espere que mirarán hacia mí para confirmar que eran ellas o una versión alternativa de ellas. Cuando giraron la vista hacia mí no pude evitar sonreír, viendo en ella unas caras familiares que echaba mucho de menos desde mi llegada a este universo

- Soy Kitty, Kitty Pryde ¿Me reconocéis?

Definitivamente no eran mi MJ ni mi Gwen, pero puede que ellas también tuvieran una Kitty Pryde en su mundo, puede que también fueran amiga mías o puede que enemigas, no me importaba, lo único que se me pasaba por la cabeza era volver a ver a esas dos