"Los Irregulares de Hell´s Kitchen" (Autoconclusivo) [03-06-2019] (Peter Parker, Natasha Romanoff, Elissa Stavridis)

OFF: Este post ha sido elaborado entre los usuarios de Matt Murdock, Peter Parker, Elissa Stavridis y Natasha Romanoff.




Matt Murdock se acariciaba la frente, exhausto, tendido en un amplio sillón, en el salón principal de su casa. La luz estaba encendida, cosa poco frecuente, lo que no podía significar otra cosa que el hecho de que tenía visita. A su lado, un amplísimo mural,  repleto de nombres, fechas, y fotografías, era escrutado por la mirada atenta del joven Peter Parker. Era el muchacho quien había ayudado a Matt a colocar todas las fotografías de ese peculiar "collage", tarea para la que el primero no estaba, por razones obvias, cualificado.



Murdock dedicó unos instantes a recordar sus pasos; La presencia del chico, a nadie podía alertar. La amistad entre Matt Murdock y Peter Parker era bien conocida así que, poco habría de raro, si eran espiados y se veía entrar al fotógrafo en la casa.

Era turno, por tanto, de repasar las cautelas contra el propio Peter. Jamás se atrevería a dudar de él, por supuesto. Pero la verdad que le era conocida, podía plantear ciertos “conflictos de intereses”. Por ello, había omitido en su cuadro toda posible prueba que indujese a pensar que Sasha Triger era la culpable del homicidio de Cédric Valjean. La misma cautela servía para otra de sus futuras visitantes; Natasha Romanoff.

La tercera del grupo, Elissa Stavridis, conocía el secreto y estaban dispuesta a guardarlo, por amor a Drago y deferencia a sus deseos.

Era probable que si confesaba la verdad a Nat, aún se prestase a ayudarlo. Pero… Pero Peter era otra cosa. Su inteligencia solo era comparable con su buen corazón y, por mucho que la causa fuera noble, no iba a ponerle en la tesitura de encubrir un crimen para serle leal.

- Matt, me prometiste que a esta fiesta iban también a venir chicas...

Murdock sonrió.

Los destellos de humor de Peter eran casi tan útiles como sus otras "cualidades". Pese a ello, no contestó. No tenía energía para réplicas ingeniosas. Se limitó a apurar un vaso mediado de Whisky. Elissa Stavridis tenía instrucciones de acudir justo una hora más tarde que Peter y Natasha... Bueno... Natasha era más que capaz de entrar sin que la viesen. Así que, mientras esperaban, Murdock repasó mentalmente todos los detalles que Sasha Triger le había dado acerca de la muerte de Cédric.

Algo... una pequeña mueca de culpabilidad, debió filtrarse en el rostro del abogado, pues Peter le apoyó la mano en el hombro. En ese momento, pensó también en Foggy, a quien tampoco podía decir toda la verdad.

- Eh, Matt. Todo saldrá bien. Sacaremos a tu colega de esta...

Secretos... siempre los malditos secretos...

Los curas tenían fama de gente paciente... Eso esperaba. Su próxima confesión, iba a tener la duración de una ópera de Wagner...


Los pasos de la Viuda Negra se detuvieron en el callejón trasero del edificio de apartamentos. Alzó un poco la cabeza. La luz del piso  del abogado estaba encendida. Suponía que el primer invitado había llegado.

La escalera de incendios y ella eran ya viejas amigas. Evitó deliberadamente los ligares donde el metal oxidado se lamentaría bajo su peso y, para no perder las buenas costumbres, se coló por una de las ventanas; No quería decepcionar a Matt llamando a la puerta.

Así que se deslizó hacia el salón y, apoyada en el marco de la puerta, contempló la escena que se desarrollaba ante ella. Peter Parker, de espaldas a la espía, observaba el mural. El letrado estaba sentado cerca de él, con la cabeza ligeramente vuelta hacia el pasillo por el que había llegado.

- Dobryy den' -dijo, casualmente

Peter pegó un brinco. Matt se limitó a sonréir. El ritmo cardiaco del muchacho se había acelerado, pero no sólo por el susto. Su sentido arácnido no le ha advertido. No estaba acostumbrado a que lo pillasen por sorpresa. Pero eso era bueno. Al menos, Peter podía tener la certeza de que Nat no era un peligro. Y… con todo, algo siguió extrañando al abogado. El ritmo cardiaco de su amigo no disminuía y Matt creía saber por qué; La había visto antes, como Spider-Man, pero no podía hacer ninguna alusión a ello o desvelaría su identidad secreta. Pobre Peter… Seguramente, Nick Furia supiese hasta qué calzoncillos se había puesto esa noche. Y lo que Furia sabía, lo sabía Nat.

Se lo hubiese contado o no.

Así que Matt decidió echarle un cable a su amigo.

- Natasha Romanoff, Peter Parker. Peter Parker, Natasha Romanoff -señaló al chaval- Es amigo mío, un tipo de confianza. Trabaja en el Daily Bugle, es fotógrafo- Nat, obviamente, ya sabía todo eso- Peter, estoy seguro de que estás más que familiarizado con la cara de la Srta. Romanoff. Es toda una celebridad...

-  Encantada de conocerlo... digo, encantado de que me conozca... digo... Es... es un placer... Srta. Romanoff....

- El placer es mío -respondió, esbozando una sonrisa ladeada. Aunque sabía más cosas del chico de las que debiera (por ejemplo, que compartían cierta... vinculación con los arácnidos…) se abstuvo de mencionarlo- veo que ya habéis empezado con la reunión -añadió, mientras sus ojos recorría el mosaico de fotografías.

- Bueno, necesitaba un par de ojos... atentos, para montar todo esto.

-  No es nada- se acarició la nuca Peter. Como un chaval que presenta a su profesor un trabajo redactado a última hora de la noche anterior.

- Al contrario -le dijo a Peter. No era muy dada a los halagos, pero era innegable que tenía talento.- Has hecho un buen trabajo-Cruzó los brazos sobre el pecho, resiguiendo las conexiones entre una fotografía y la siguiente. Actores. Fechas. Interrogantes- ¿Qué tienes en mente, Matt?

- Sacar a Dragoslav Katich de una trampa institucional sería un buen comienzo. Una de las cosas que mejor se te dan, Tasha- Matt sonrió de nuevo- Pero tal vez deberíamos esperar a que llegase la Srta. Stavridis. Así no habrá que repetir las cosas dos veces. Además, estoy un poco preocupado por seguridad- Llevó el rostro a Peter- ¿Te importa?

-  Eh... no, no. Por supuesto. Aunque...

- No te preocupes- dijo como si le leyera el pensamiento- Camina unas cuantas calles.  Luego, en cuanto te asegures de que está bien, para en un 24 horas y trae algo. Ganchitos, cerveza... lo que se te ocurra- le tendió un billete de cincuenta dólares- Si nos están mirando, será de lo más común. Has ido a por "suministros". Te puedes quedar con lo que sobre...

- Muy gracioso...

Peter salió de la casa. Si estaban siendo observados su Sentido Arácnido sería de gran ayuda. Así pues, a una distancia prudencial, se introdujo en un callejón y cambió a sus ropas a su uniforme de Spider-Man, dando un paseo en red por el barrio, en busca de Elissa Stavridis y esperando que no la amenazara ningún peligro por el que fuera necesaria la intervención del "amigo y vecino" de Nueva York




- Nat... muchas gracias por venir... sé que, bueno. Tú  también tienes asuntos de los que ocuparte- balbuceó Matt.

- Siempre tengo asuntos de los que ocuparme, pero ya sabes que Nick no me paga las horas extra -dijo, cruzando finalmente el umbral y tomando asiento en una de las sillas del salón. Matt parecía... cansado. Como siempre que se implicaba a fondo en un caso.- ¿Estás durmiendo? -le preguntó. Directa. Sin rodeos. Sin verbalizar abiertamente la preocupación. Pero Matt la conocía lo suficiente para saber que estba ahí.

- Hoy casi una hora entera- sonrió- ¿Está durmiendo Drago? ¿Encerrado como una bestia? Bueno, pues yo haré lo mismo hasta que esté libre. Después, la siesta será de un mes entero.

- Matt Murdock, el héroe romántico -declaró, dejando entrever su desaprobación- ¿Por qué tenéis que ser tan dramáticos los amerikantsy?

- ¿Cuántas horas de descanso te concederías si fuera yo el que estuviera en esa celda? ¿O el capitán Rogers? ¿O Clint?

- Estábamos hablando de ti, no de mí –señaló ella, arqueando las cejas.

- Contesta, por favor...

-Ty pobedil- murmuró, entre dientes, y después suspiró- Está bien, Matt. ¿Qué quieres que haga?

- Esperar a que vuelva Peter y venga Elissa- sonrío. Esta vez ampliamente- Es la primera vez que soy yo el que tiene un misterio oculto y no tú. Déjame saborearlo.

- Como iba diciendo... dramático-bromeó. Apoyó el codo en la rodilla, y la barbilla en la palma de la mano.- Muy bien -observó a Matt con la cabeza ladeada, evaluándolo- seré todo oídos.

Peter entró con algo de estrépito en la habitación, abrazando una bolsa de papel. Matt olió el contenido... Patatas, galletitas, refrescos... Peter... ¿Tenía edad para beber? No lo recordaba bien.

- La... ah...- Estaba sudando. Se había cambiado a toda prisa- La Señorita Estavridris

- Stavridis...

- Eso he dicho- dijo completamente convencido- Está bien. No creo que tarde en llamar...

- Entonces se resolverá todo el "drama"- las gafas oscuras se dirigieron a Nat.

Ella se limitó a sonreír ante las palabras de Matt y esperó a que su última invitada hiciera aparición. Sabía de quién se trataba. La psicóloga del Helicarrier…

De algún modo, Elissa Stavridis había logrado orientarse a través del ovillo de calles de Hell's Kitchen. No conocía demasiado el barrio, aunque sí su reputación. Por ambas cosas, había tratado de mantenerse en las vías principales, hasta que fue necesario abandonarlas para llegar al apartamento de Matt. Había sustituido su habitual falda larga por unos pantalones abotonados de cintura alta y una chaqueta cerrada sobre la blusa azul. Su cabello castaño estaba recogido en un moño desordenado en lugar de su acostumbrada trenza. Tuvo que preguntar en algunas tiendas que aún no habían cerrado. Pero, finalmente, dio con la dirección que el abogado de Drago le había facilitado. A diferencia de Nat, Lissa se aproximó a la puerta principal del edificio de apartamentos y pulsó el timbre.

Matt, al escuchar el timbrazo, se apresuró a abrir  la puerta. Habría resultado un poco violento que Peter, o incluso Nat, lo hicieran. Y la Srta. Stavridis ya había pasado por demasiados sobresaltos. Con la cortesía propia de quien desea calmar a alguien, la invitó a entrar. En aquella sala, todos sabían que era Daredevil. Por tanto, no se molestó ni en coger su bastón. Nat lo sabía. Peter lo sabía. Elissa lo sabía. Ese hecho lo había conocido hacía poco tiempo, cuando se enteró de alguno de los pormenores de la terapia de Elektra y las capacidades de Elissa. Solo debía tener cuidado de no decir algo que incriminase a Sasha o desvelase la identidad de Peter como Spider-Man

- Siéntete como en tu casa, Elissa- Matt reflexionó- O, al menos, como antes de que Bullseye la volase. Bien, creo que ya estamos todos.

Elissa hizo una mueca ante la mención de Bullseye, y un terror silencioso cruzó sus ojos. Se recompuso deprisa, aunque no lo bastante deprisa como para que Nat o Peter no pudieran reparar en ello. Incluso privado de la información visual, Matt pudo percibir fácilmente el cambio en el pulso de la griega. Un repiqueteo irregular.

- Buenas noches -dijo la psicóloga, mientras sus ojos recorrían el salón. Reconoció a la mujer pelirroja con quien había coincidido en el Helicarrier. Nat le devolvió el saludo con una inclinación de cabeza. El último miembro del grupo era un joven de cabello castaño y expresión agradable a quien Elissa no había visto antes- Encantada. Soy Elissa Stavridis -dijo.

Tras el joven había un mural. Como si se tratara de una fotografía más, la mirada de la psicóloga quedó prendida en la superficie de corcho. En concreto, en la fotografía del mutante a quien acusaban del asesinato de Cédric Valjean.

- Peter Parker -saludó con la mano jovial- Soy... eh...

- Un amigo mío. Y fotógrafo del Daily Bugle. Y dejemos claro, por adelantado, que todos los presentes están al tanto de mi doble vida así que...- sintió el latido acelerado de Elissa. Y algo en su interior le dijo a qué se debía- ... vamos, por fin, al tema que nos ocupa- se aclaró la garganta- Dragoslav Katich ya ha sido formalmente acusado del asesinato de Cédric Valjean y deberá comparecer ante el Gran Jurado para responder, entre otros, de ese cargo. Seré breve. Drago no lo hizo. Le he preguntado directamente. Negó haberlo matado. Y dice la verdad. Yo sé que dice la verdad. Y todos  los presentes sabéis que soy más que fiable en esa materia- Matt se apoyó en el tablón- Pero hay mucho interés en que Drago sea condenado. Voy a ahorrarme diatribas acerca de las recientes políticas de nuestro presidente, Alexander Luthor. Quien quiera conocer mi opinión, que encienda la tele. Además, todos aquí la compartimos. Él es un actor fundamental, pero no el único. Y la cuestión central es... la propia "víctima", adjetivo que seguiré empleando a falta de uno más adecuado. Cédric Valjean. He puesto a Peter al corriente de lo que sé. Pero entiendo que tú, Nat y tú, Elissa, sabéis mucho más de la auténtica naturaleza de ese hombre. La base de mi defensa es dejar meridianamente claro que, en el momento del crimen, Dragoslav Katich estaba siendo mentalmente controlado por Cédric Valjean. Yo sé que podía hacerlo. Vosotras sabéis que podía hacerlo y, de hecho, lo hizo. Ahora, deberá saberlo también el jurado. Elissa...- su cara se dirigió al lugar donde le indicaba el latido de la griega- Tu colaboración será fundamental en ese punto. En principio, como psicóloga especialista. Si fuera necesario... como "persona con capacidades especiales"... como último recurso, en calidad de testigo. También tú, Natasha, puedes arrojar luz sobre el tema. No te pediré que traiciones a nadie pero toda indicación que puedas darme acerca de la relación de Cédric con SHIELD, será bienvenida. Cédric Valjean está muerto y, lamento decirlo así, pero me alegro. Lo único que me pesa es que su afortunada desaparición salpique a mi amigo. Vamos a enseñarle al mundo al auténtico monstruo. - Matt posó la mano sobre el hombro de Peter y este señaló, con cómica cara de asco, la fotografía de  Wilson Fisk- ¡¡Kingpin!! No me andaré en este cuarto con cautelas absurdas, todos sabemos a qué se dedica Wilson Fisk. Ofreció protección y un puesto en su organización a Cédric y éste le llegó a “regalar” a Drago como sicario personal, aprovechando su influjo mental. Hecho que Fisk, conocedor de nuestra amistad, aprovechó para enfrentarlo conmigo. Por otro lado, el asesino número uno de nuestro "comerciante de especias", voló hace no mucho el piso de Elissa. Hablando en plata. Aquí huele a mierda. Y soy muy preciso en cuestiones aromáticas. Más cuando... Peter, por favor...- el joven señaló una fotografía de Wilson Fisk y Lex Luthor. No juntos, pero acudiendo al mismo evento- Hay indicios más que fundados de que Wilson Fisk está relacionado, de alguna forma....

- Redoble de tambores, por favor...

- Con Alexander Luthor. Nuestro amado presidente. Que tiene mucho interés en sacar adelante ese panfleto fascista al que tiene la vergüenza de llamar Ley. Eso, unido a las continuas trabas institucionales que me estoy encontrando durante el proceso nos deja con lo que... en terminología legal... podemos llamar un "marrón de tres pares de cojones"- Matt sonrió amargamente- ¿Preguntas?

-Da -intervino Nat- Si Dragoslav Katich no mató a Cédric Valjean, ¿quién lo hizo? ¿Crees que es un ajuste de cuentas por parte de Fisk?

Elissa guardaba silencio, con la mirada fija en el mural. Su rostro había palidecido considerablemente a medida que Matt hablaba. Resultaba evidente que la psicóloga desconocía los detalles de la etapa de Drago como matón al servicio de Kingpin.

- Aunque podamos demostrar que Cédric era capaz de controlar mentalmente a otros... ¿Cómo va a ayudar eso a Drago? -preguntó, con un hilo de voz- ¿Estamos intentando argumentar que sí atacó a Cédric, pero estaba siendo controlado mentalmente cuando lo hizo? ¿O simplemente quieres demostrar que, pese a que estuvo allí, no pudo ver lo que ocurrió?

Matt, en un gesto bastante poco común, para un ciego, apartó la mirada. De Nat y de Peter... Aunque no podía verlos, casi podía imaginar sus expresiones. Finalmente, se dominó. Y dijo la frase que, dentro de la mentira, le pareció más honesta

- La muerte de Cédric sólo beneficia a Wilson Fisk y Alexander Luthor. Y eso es lo que haremos saber, no sólo en el juicio, sino al mundo- Algo dejó traslucir en la voz de Matt. Determinación... preocupación... pero también una extraña excitación. De la caza. De pasar al fin al ataque- Estáis enfocando mal el caso. Obviamente no podemos acusar a Fisk y al presidente de los EEUU abiertamente, o nos destruirán. Pero un jurado son doce personas. Que escuchan las noticias, que ven la tele, que leen periódicos, que cuchichean y trastean en redes sociales.  Doce personas. Y yo sólo necesito uno. Y puede que encontremos la forma de ganar aunque perdamos. Nuestros enemigos no jugarán limpio con nosotros. Y nosotros tampoco lo haremos- se dirigió ahora a Elissa- Si, en el momento de su muerte, Cédric controlaba a Drago, es imposible que lo matase ¿O es que Cédric decidió suicidarse a través de Drago? ¿Quién va a tragarse eso? No...- Matt se quedó un rato pensativo y, finalmente, sonrió. Una sonrisa extraña. Hay quien diría que hasta maliciosa- Quiero ruido. Quiero un maldito espectáculo. Me da igual que muchas de las informaciones que obtengamos no sean admisibles como prueba, mientras el jurado las vea. Quiero rumores. Quiero un maldito guión de Aaron Sorkin y que todo el mundo vea la película antes de entrar en la sala. Quiero fuegos artificiales. Efectismo. Conspiranoia. Quiero que TODOS huelan la mierda con la misma claridad que nosotros. Que duden de todo. Quiero la historia del “monstruo creado por el gobierno” torturando al “pobre héroe inmigrante” en todas las pantallas del país. Del cabeza de turco y el gobierno malvado que pretende lavar los trapos sucios de su monstruo de Frankenstein. Quiero a los putos famosos en redes sociales con hastaghs de #freedrago. ¡¡A Bruce Springsteen, Rhiana, Lady Gaga, Shakira, Bad Bunny, a sus representantes, sus mayordomos y hasta a sus madres cantando un "We are the world” dedicado a Drago...!! ¡Peter...!

- S... sí...

- Harás lo que mejor se te da. Sacar fotos de Spider-Man- él sabría leer entre líneas- Hostigando a Fisk.  En todos sus asuntos sucios. Y antes de publicarlas en el periódico, antes de hablar con Jameson, hablarás con Ben. Y si no te las publican se las darás a Nat. Vamos a inundar la red con ellas. Y con cuentas de apoyo a Drago. Falsas o verdaderas. Quiero a Fisk distraído, ahogado... Sin tiempo de pensar en Drago ¿Me entiendes?

- Cuando hablas así, letrado- sonrió- es difícil negarte nada.

-  Elissa, a ti te tenemos que sacar de Nueva York. En el piso de Foggy ya no estás segura. Eres demasiado importante. Voy a... voy a hablar con Elektra. Puede que te proporcione asilo hasta que llegue el juicio y... Natasha- le tembló la voz- Sé la postura oficial de SHIELD sobre Fisk y el riesgo que te pido asumir. Pero quiero cualquier cosa ¿Me entiendes? Que pueda relacionar a Fisk con Cédric o con Luthor y... y me dan igual los medios... No... no quiero saberlo... Entendería que te negases a hacerlo...

- Como ha dicho el chico, es difícil negarte nada - Nat se encogió de hombros- Nunca he trabajado únicamente para SHIELD. Me lo tomaré como un contrato freelance. Dudo que mis honorarios habituales sean asequibles para un abogado de oficio, pero siempre podemos canjearlo por algún favor.

- Nat yo...- pero las palabras de agradecimiento fuero rápidamente interrumpidas por la voz y el latido desbocado de Elissa Stavridis.

- Elektra... ¿Sabes dónde está? ¿Cómo está? -la joven había desaparecido tras el asalto al Helicarrier y, aunque Elissa sabía que estaba viva, no sabía nada más.

Lo que sí sabía es que, por mucho que no pudiera demostrarse la culpabilidad de Drago, durante el juicio surgirían... preguntas. Si, como Elissa pensaba y Matt le confirmaba, basaban la defensa en que Drago estaba controlado mentalmente... Bueno, holgaba decir que Drago no haría daño a Cédric... Eso descartaba el láser de Eclipse como causa de la muerte del telépata. ¿Cómo iban a explicar entonces que el cuerpo del francés hubiera resultado carbonizado? ¿Sería posible que alguien identificara a Sasha, Lissa y Lyz entre las personas que acudieron aquella noche a la Mansión X? ¿Condenarían a la pastelera pese a los esfuerzos de Drago por protegerla? ¿Acabaría salpicando aquel asunto a Lyz? Lissa no estaba dispuesta a permitir que metieran a su hermana en esto.

- Yo... -continuó la psicóloga- necesitaré ayuda para construir mi declaración. He sido la terapeuta de Cédric, y también de Elektra, y de Drago. También tengo un vínculo personal con Drago -continuó. Y, aunque no lo añadió, también había estado en la escena del crimen... la noche del crimen. Había tantas cosas que no podía admitir en un juicio... Tenía demasiado miedo de que su testimonio fuera una espada de doble filo que perjudicara a Drago en lugar de ayudarlo.

En cuanto a Matt, Sasha se lo había contado todo. Así que pudo responder como si estuviera leyendo el pensamiento de la psicóloga.

- Sé dónde encontrar a Elektra. Ella misma me lo dijo. Y, en cuanto a si está o no bien... supongo que lo averiguaré cuando vaya a su encuentro. Y... Elissa... sólo te llamaré en calidad de especialista. Como terapeuta de Cédric. Para todo lo demás...- Matt guardó silencio- Haré todo lo posible para atacar los informes forenses. Cédric estaba quemado, pero no hay forma de probar que las quemaduras se debieran a los poderes de Drago. O a poderes especiales de ningún tipo.

- Si se enteran de que tengo relación con Drago -dijo la psicóloga, turbada por el sonido de sus propias palabras. Cuando despegó los labios, no se estaba refiriendo a un vínculo romántico, pero... tras su encuentro con Drago en el hospital... bueno, también los unía aquello- Eso... Anularía mi testimonio, ¿verdad?

- Es posible. Pueden borrarlo de las actas, y declarar que no pueda usarse como prueba para sustentar el fallo. Pero nada podrá borrarlo de las mentes del jurado. Y eso nos basta. Huelga decir que eso no le hará ningún favor a tu credibilidad profesional. Así que todo se reduce a si estás dispuesta a arriesgarla por Drago.

- Arriesgaría cualquier cosa por Drago -dijo la psicóloga, sin un instante de vacilación.

- Entonces... creo que tenemos poco más que hablar...- Matt se pasó la mano por la frente- Salvo que alguien tenga algo más que añadir...

Nat negó con la cabeza

- Nyet. Te conseguiré lo que pueda acerca de Valjean. Y, con suerte, también te traeré algo que ponga a Luthor y Fisk contra las cuerdas.

- Gracias de nuevo- murmuró Matt con un asomo de vergüenza- Tra... tratad de salir lo bastante espaciados y... en la medida de lo posible... que no os vean...

- Sin problema- sentenció animado Peter- Bueno, amigos... "¡Comienza el Juego!"-  Peter miró un poco cortado a su serio auditorio-  Vale... ya veo que no habéis pillado la referencia...

- ¿Sherlock Holmes? -preguntó, aunque no muy segura.

Nat se limitó a poner los ojos en blanco. Después, posó un momento la mano en el hombro de Matt antes de dirigirse a la ventana de salida.

- Nos vemos pronto –afirmó, antes de abandonar la estancia.

Elissa salió un tiempo después, en dirección al apartamento de Foggy, sin saber que cierto “ángel de la guarda arácnido” la observaba desde las alturas.

Matt se quedó, finalmente, en completa soledad. La luz se apagó de nuevo. Su figura era una sombra más entre la galería que conformaba su hogar. Acarició la totalidad del corcho con los dedos. Las fotografías seguían siendo un misterio para él, pero los documentos podía leerlos. La impresión de la tinta… los trazos fuertes y enérgicos de Peter en los post-its.

Y, tras ello, volvió a llenar el vaso de whisky.

Iba a sacar a su amigo de aquél infierno. Eso no podía ni permitirse dudarlo.

La pregunta era…

¿Cuántas partes de su alma iba a tener que vender antes de conseguirlo?