¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.
Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
Los Universos de DC y Marvel se han unido en uno solo. ¿Qué ha sucedido? ¿Quién está detrás de todo? Y, lo que es más importante, ¿cómo reaccionarán héroes y villanos de los distintos mundos al encontrarse cara a cara...?
Años de Omega
¿Quién está en línea?
En total hay 17 usuarios en línea: 0 Registrados, 0 Ocultos y 17 Invitados
Ninguno
El record de usuarios en línea fue de 223 durante el 21st Noviembre 2024, 23:16
Ficha de Personaje Alias: JC Nombre real: John Constantine Universo: DC Universe
Tema: Maldito lunes [Elissa Stavridis] (04-02-2019) 10th Diciembre 2015, 16:38
"Joder John, no tenías que haberte tomado esa última copa".
Eso es lo que habría pensado John si se hubiera tratado de una simple borrachera, un simple mareo o una pérdida de equilibrio constante. Pero eso no habría explicado los otros síntomas característicos de la esquizofrenia o de alguna pastilla pasada de mes. No habría explicado el por qué de aquellas visiones que tenía, las cuales se convertían en recuerdos cuando reconocía caras que no recordaba de personas que no conocía, y de situaciones que nunca había vivido pero que existían. Joder si existían. Lo más absurdo de todo era cuando se miraba a un espejo y no se reconocía a si mismo: veía al rubio inglés al otro lado, pero también veía un americano moreno, un niño de ojos verdes, una despampanante rubia de ojos de cristal, un viejo con barba de chivo...
Todos ellos eran Constantine.
- Vamos John, recomponte. La cabeza alta, cigarrillo en la boca y echa a andar. No se te ha perdido nada en éste callejón.
Dejando atrás aquel charco de vómito John intentó salir del callejón donde se había refugiado cuando las visiones le atacaron de nuevo. Aquello era diferente de cuando volvían sus viejos "amigos" a hacerle una visita inesperada y lo torturaban hasta que se metía un chute o caía de bruces contra el suelo al terminarse una botella de alcohol barato. Eran contundentes como un mal recuerdo e igual de persistentes. Así no sabía si era normal que llevara los zapatos bien atados o no, si la gabardina era suya o de otra persona, si el nudo de la corbata era el que se solía hacer... Todo un desastre. Y aún así, en lo más profundo de aquellas visiones, un recuerdo que le sería útil para salir de aquella situación. La imagen era la de una mujer caucásica, cabello castaño largo con trenza, ojos azules y como él, tenía conocimiento de lo esotérico. Una compañera, por así decirlo, pero con cierto don que nadie más tenía. Algo le dijo que tenía que encontrarla si quería salir de esa, pero no conseguía recordar dónde vivía. ¿En nueva York? No, ¿Australia? Joder, ni conseguía recordar si era terrestre o una puta amiga imaginaria.
Era hora laboral, por lo que no tuvo problemas cuando entró en aquella agencia de turismo y cogió un atlas del mundo de aquellos que te suelen colar para mostrarte dónde te van a mandar y lo lejos que estás de casa. Del fondo de su gabardina sacó una piedra atada a un cordel en forma de péndulo, lo ató a su dedo corazón y la puso sobre el mapamundi, quieta. Cerró los ojos, concentrándose y movió la mano por encima, buscando. Se centró en aquel rostro, intentando que no variara, que no cambiara. La mano se detuvo sobre la ciudad de Nueva York. "Genial. Eso me simplifica las cosas". Otro mapa, pero ésta vez de la ciudad. La mujer detrás de la mesa empezó a preguntarse si aquel hombre quería contratar un viaje o un billete para el manicomio. John abrió el mapa de la ciudad y repitió el proceso, hasta que se paró sobre una calle en concreto, en un punto en concreto y en su mente, se dibujaron dos números: el edificio y el piso.
Dejando atrás a la estupefacta mujer tras dejar los mapas tirados por el suelo, se puso de camino hacia la consulta de aquella misteriosa mujer. Andar no era una buena idea cuando el mundo se le puso del revés, y pillar un taxi era una idea que cada vez se le hacía más apetecible. Llamó al primero que pasó cerca del inglés, y se indicó hacia dónde quería ir. Mirar por la ventana era un suplicio y cerrar los ojos era aun peor. "Y para colmo tendré que pagarle la carrera, y no llevo nada encima". Se llevó una mano al estómago, notándolo aun revuelto. Optó por cerrar los ojos. El taxista casi le echa a patadas del coche a escasos metros de la dirección acordada por dejarle un bonito regalo en el suelo de su vehículo. John ni se disculpó, salió del taxi y llamó al timbre.
Rezar no era lo suyo, y los de ahí arriba no escucharían sus plegarias, pero aun así rezó para que su visita no fuera en vano.
- Gran gilipollas que estás ahí arriba, no me jodas más la vida y dame una alegría.
_________________
"La magia es engañar al universo y hacerle creer una mentira increíblemente escandalosa"
Elissa Stavridis DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 240 Fecha de inscripción : 01/05/2014 Localización : EEUU Empleo /Ocio : Psicóloga Humor : ¿Le gustaría hablar de ello?
Ficha de Personaje Alias: Psique Nombre real: Elissa Stravridis Universo: DC Universe
Elissa llevaba una buena racha de aventuras sobrenaturales. Para ser alguien que se había prometido dejar de lado sus habilidades místicas, estaba teniendo bastante mala suerte. Suponía que era como cuando dejas una droga, la que sea; basta que un día digas "voy a volver a hacerlo, sólo por hoy", para que todo se vaya directamente a hacer puñetas.
El "sólo por hoy" había sido con Dragoslav. Si era sincera consigo misma, Elissa había cometido demasiados errores en aquella terapia. El primero de ellos: implicarse demasiado. Aún no estaba segura de si lo que había sucedido entre ellos había sido real o una consecuencia de sus poderes. Y, por supuesto, no tenía ni idea de si su decisión de borrar todo rastro de ello había sido la acertada.
Después de Dragoslav había sido Sloan, y la psicóloga tenía que reconocer que nunca, nunca, nunca estaría preparada para las cosas que habitaban aquel subconsciente. Esperaba que el "arreglo" que habían hecho ahí dentro fuera suficiente; dos experiencias cercanas a la locura en un año eran demasiado para ella.
Y, por supuesto, no podía olvidar a la familia, consistente ahora mismo en una Elysia experimentando con sus poderes, un perro de papel y un niño que sabía volar. Y aquel paquete que le había entregado, un legado del padre que la había dejado atrás, marcado con un nombre propio. Patroklos Sarantos.
Vistas las circunstancias, estaba claro que, últimamente, ejercer de psicoterapeuta "normal" se había convertido en una especie de válvula de escape para Elissa. Era real, tangible, terrenal. La alejaba un poco de la magia, y de todos los problemas en las que ésta solía meterla...
Pero la magia, por definición, está en todas partes; nunca se sabe cuándo va a llamar a tu puerta.
En este caso, literalmente.
El timbre sobresaltó a Elissa, haciendo que diera un respingo. La psicóloga consultó de forma refleja su reloj de cadena; no esperaba a nadie a aquella hora. Casi agradecía la interrupción; su mente volvía una y otra vez al viejo diario que no lograba descifrar. Con un suspiro, se levantó de la silla, se alisó los pliegues de la falda y abrió la puerta.
Nada más hacerlo la asaltó un olor penetrante, 50% a tabaco y 50% a humanidad. Le resultó extrañamente familiar, como si su subconsciente identificara al tipo que tenía delante casi antes de que lo hicieran sus ojos.
- John Constantine - dijo, sorprendida. Conocía al inglés, ¿y quién no, en su mundillo? Sus caminos sólo se habían cruzado en un par de ocasiones, no las suficientes para que lo esperara en su puerta, pero sí las suficientes como para que tuviera su propia opinión - ... Tienes un aspecto horrible - dijo, sin poder evitarlo. Por suerte, puso el filtro de los buenos modales a tiempo y no preguntó "¿qué diablos estás haciendo aquí?". - ¿Me buscabas por algo? - terminó por decir.
No era lo más amable del mundo, pero sonaba medianamente bien.
_________________
Última edición por Elissa Stavridis el 4th Enero 2016, 18:11, editado 1 vez
John Constantine Vértigo Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 249 Fecha de inscripción : 03/12/2015
Ficha de Personaje Alias: JC Nombre real: John Constantine Universo: DC Universe
- Pues estoy en uno de mis mejores momentos, preciosa. - La sonrisa rota en el rostro del rubio parecía un mueca más que una sonrisa. Una mueca encantadora, eso si.
Le conocía. Esa mujer conocía a John, y por el tipo de mirada y la forma en que lo trató nada más verle, tenía que conocerlo muy bien. En su mente, la cara de esa mujer era solo una imagen más entre muchas otras, y se extrapolaba con otra cara igual a esa, pero con el pelo corto, el cabello teñido de verde en las puntas y una ropa rota, collar de pinchos y una mirada sangrienta. Junto a ese recuerdo se veía a si mismo, delante de un espejo en un piso que desconocía, y tenía el pelo largo, barba de motero y muchas cicatrices. "Ese no soy yo. Al menos, no el actual yo, estoy seguro: en mi vida cambiaría ésta gabardina por una chupa de cuero y una tía cañón."
- De momento que me dejes pasar, me siente en un sillón o lo que tengas que sea cómodo y un vaso de agua. Gracias.
John entró dentro de la consulta sin preguntar si tenía permiso o no. Tenía otros problemas mayores como para ir haciendo de buena gente, buenos modales y en definitiva, siendo social. El mundo se le puso patas arriba, dando un giro de 180º, y tuvo que sujetarse a la mesa más cercana para no caer al suelo y estamparse de morros. Cuando volvió a tener el control sobre sus piernas, se tambaleó hasta tirarse sobre lo que le pareció un sillón. Le daba igual de quién fuera o quién debía sentarse ahí. Necesitaba descansar, sentarse. Un lugar cómodo donde pudiera contemplar la vorágine que giraba frente a sus ojos. Aquello que una vez fue la realidad. Una normal, triste y aburrida realidad.
- Dios... - John se llevó los dedos a las sienes, e intentó relajarse un poco. Cosa que no consiguió - Tengo un pequeño problema. ¿Sabes esa gente que tiene voces en la cabeza, que se cree otras personas o que se ve a si mismo pero no se reconoce? Bueno, pues adivina a quién le ha tocado el trozo más grande del pastel de la locura. - Sacó su paquete de tabaco, le dio un golpe y atrapó el filtro con los dientes, sacando un pitillo y encendiéndolo con una cerilla. El mundo sabía que Constantine necesitaba un momento de relajación. - La cuestión es que no creo que sea algo mental. Es como si tuviera el efecto Omega en mi cabeza. Como si todas las vidas de los otros Constantines se fusionaran en mi mente. Te veo y no te recuerdo, pero te miro y te recuerdo vagamente. Y me veo a mí a tu lado y a tu espalda. Y no sé qué mierdas hice, a quién conocí. No sé distinguir entre mis recuerdos y los otros... y éste puto vértigo me está matando. ¿Tienes una aspirina? O droga o lo que sea. Me da igual pero joder... éste puto vértigo...
_________________
"La magia es engañar al universo y hacerle creer una mentira increíblemente escandalosa"
Elissa Stavridis DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 240 Fecha de inscripción : 01/05/2014 Localización : EEUU Empleo /Ocio : Psicóloga Humor : ¿Le gustaría hablar de ello?
Ficha de Personaje Alias: Psique Nombre real: Elissa Stravridis Universo: DC Universe
- Pues estoy en uno de mis mejores momentos, preciosa.
- Elissa. Es Elissa. No "preciosa". Y lo dudo.
La respuesta fue refleja y, curiosamente, no la lamentó.
- De momento que me dejes pasar, me siente en un sillón o lo que tengas que sea cómodo y un vaso de agua. Gracias.
"Oh, de nada", pensó la psicóloga, apartándose de la puerta cuando John la cruzó sin miramientos.
- Me habían dicho que los ingleses eran caballeros - musitó, más para sí misma que para que lo oyera él.
El inglés en cuestión se tambaleaba como si hubiera vaciado un barril entero de Guinness, y Elissa temió que terminara en el suelo. Bueno, una parte de Lissa lo temió; la otra pensó que tal vez le iría bien. En cualquier caso, el mago logró, finalmente, aterrizar sobre uno de los sillones, con la expresión desencajada y pálido como un muerto. Más que un vaso de agua, parecía necesitar un hospital, y ella no era médico. Se preguntó qué haría si se desmayaba ahí mismo, vomitaba o empezaba a convulsionar; todo le parecía igualmente probable en aquellos momentos.
- Dios... - el rubio habló de nuevo, lo que parecía indicar que su vida no corría riesgo de forma inmediata. Aunque, siendo Constantine, era perfectamente capaz de morir en medio de un alarde de cínico humor británico - Tengo un pequeño problema. ¿Sabes esa gente que tiene voces en la cabeza, que se cree otras personas o que se ve a si mismo pero no se reconoce?
- Sí. Se llama esquizofrenia. - de nuevo, su lengua había sido más rápida que su mente, y se preguntó si aquélla iba a ser la tónica de la reunión. La impresión que había dejado Constantine en ella debía de haber sido peor de lo que recordaba.
- Bueno, pues adivina a quién le ha tocado el trozo más grande del pastel de la locura.
O tal vez era que el rubio estaba poniéndolo todo de su parte a la hora de seguir el guión de "Cómo sacar a Elissa Stavridis de sus casillas en diez sencillos pasos". Sin preguntar siquiera si fumar estaba permitido, el mago había sacado uno de sus cigarrillos, se lo había puesto en los labios y lo había encendido con una cerilla. La psicóloga frunció ligeramente el ceño, pero decidió que ya había sido lo bastante desagradable (para ser ella) en los últimos cinco minutos, de modo que lo dejó pasar.
- La cuestión es que no creo que sea algo mental. Es como si tuviera el efecto Omega en mi cabeza. Como si todas las vidas de los otros Constantines se fusionaran en mi mente. Te veo y no te recuerdo, pero te miro y te recuerdo vagamente. Y me veo a mí a tu lado y a tu espalda. Y no sé qué mierdas hice, a quién conocí. No sé distinguir entre mis recuerdos y los otros... y éste puto vértigo me está matando. ¿Tienes una aspirina? O droga o lo que sea. Me da igual pero joder... éste puto vértigo...
De acuerdo, tal vez había sido demasiado dura con él. Por una vez, parecía que el malestar del inglés no provenía de algo que se hubiera tomado por su cuenta, o de alguno de los líos en los que solía meterse sin ayuda. Tenía toda la pinta de ser algo más serio y, pese a su lamentable aspecto y sus flagrantes malos modales, Elissa sintió algo cercano a compasión por él.
- Si querías algo de medicación, habrías tenido más suerte en un hospital - suspiró la griega, aunque fue a por el vaso de agua de todos modos. Había un sencillo botiquín en la consulta, así que también encontró la aspirina. Acto seguido, tendió ambas cosas a su interlocutor - Me recuerdas vagamente. Eso está bien. Nos conocimos hace tiempo, a través de una amiga común. June Moon. Tal vez te resulte familiar. - esperó a que él se tragara el comprimido. Para ser francos, dudaba que lo ayudara en el estado mental en que se encontraba, pero le echaría una mano si a todas aquellas sensaciones se les había añadido dolor de cabeza. Y el agua... en fin, beber agua abundante es la clave para tratar la resaca, en todo caso, y Constantine parecía encontrarse en la peor resaca de su vida.
La psicóloga se apoyó en la pared, cerca del rubio, y pensó en sus palabras. "Como si todas las vidas de los otros Constantines se fusionaran en mi mente". Bueno, sonaba plausible. Elissa había visto el efecto de la Colisión sobre Nueva York y, si edificios enteros se habían fusionado, ¿por qué no personas? Hasta donde ella sabía, aquel choque de universos había tenido miles de facetas: fusión, fisión, génesis, duplicación. Lyz y ella misma eran un ejemplo, un fenómeno que aún no lograba comprender en su totalidad. Eran la misma persona, escindida, con una vida paralela en cada mundo. Y John parecía ser el caso contrario; un sólo tipo, con los recuerdos de muchas vidas, sin tener muy claro cuál era la correcta.
- Es posible que sea como dices. Lo de tener el efecto Omega en tu cabeza, quiero decir. - Elissa clavó los ojos en el inglés. Lo que la sorprendía era que se produjera en aquel momento, tan lejos de la Colisión - ¿Desde cuándo te pasa?
Empezaba a ver qué podía haber traído a John Constantine a su consulta, y aquello no le hacía demasiada gracia. Para no recordarla demasiado bien, parecía que sí se acordaba de lo más incómodo. Sus habilidades mágicas.
O eso, o había hecho gala de su retorcida suerte, y aquello lo había llevado hasta allí.
_________________
John Constantine Vértigo Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 249 Fecha de inscripción : 03/12/2015
Ficha de Personaje Alias: JC Nombre real: John Constantine Universo: DC Universe
La forma con que Lissa trató de buenas a primeras a John no le vino de sorpresa, por lo que no lo afectó. O estaría mejor dicho que no le afectó porque ya estaba acostumbrado a aquellos tratos. Los que le conocen le quieren ver muerto o algo peor, y los que no lo conocen dentro de sus almas rezan para no cruzarse nunca con el mago y su don para estropearlo todo a su paso. "Bah, ellos se lo pierden..." se susurró a si mismo en sus pensamientos. Tan bajo tan bajo que no pudiera convertirse en el eco de un tambor y retumbar por toda su cabeza para invocar de nuevo a la tormenta. No, no... la calma es de agradecer. Las tormentas para los marineros y los maridos cornudos.
- Gracias... - respondió con total sinceridad cuando la psicóloga le trajo el fármaco y el vaso de agua. Se tomó la pastilla y saboreó el agua como si fuera una fuente mágica o alguna cosa por el estilo. Se mantuvo unos segundos mirando el techo, buscando el nombre de June Moon y varias caras le vinieron a la cabeza. - Vagamente... - contestó haciendo un gesto con la mano, ligero pero pesado a la vez.
La pastilla no tendría efectos inmediatos, y eso era una tortura: el tiempo entre la ingesta y la relajación del cuerpo cuando la mente entra en un estado de calma al desaparecer parcialmente el dolor, pero la molestia aun queda, recordándote a cada segundo que podría remitir cuando le diera la gana. Sin embargo, John atesoró esos momentos en los que pudo estar sin un sólo pensamiento en su mente más allá de "¿cuándo hará efecto la puta pastilla?", porque así los recuerdos quedaban fuera al tener la mente ocupada. Elissa destrozó aquel momento al introducir un pensamiento en su mente. Un pensamiento nuevo pero que evocaba a viejos recuerdos. Viejos recuerdos de otros mundos y otras dimensiones. La compuerta volvió a abrirse cuando John intentó recordar, y los recuerdos nunca vienen solos: aparecen de golpe, en manada, y no dejan de llegar y llegar. "Los efectos. ¿Dónde están los putos efectos? Joder...."
- Veamos... deja que ponga un poco en orden el baúl... - se llevó dos dedos al puente de la nariz, muy característico de la gente que intenta retener un impulso ante ciertos factores, generalmente negativos. Luego llevó los dedos al entrecejo, lo masajeó con leves gruñidos, intentando recordar. - Lo último que recuerdo con claridad, por así decirlo, es un portal. Una reunión... con un montón de gente que no sé ya si los conozco o no. Y había... un hombre que no conocía de antes. No, espera... si, no lo conocía. Se decía a si mismo guardián de... algo sobre la magia... que estaba descontrolada... que íbamos a perder todos... - John se puso bien en su asiento, doblándose hacia delante y apoyando su cabeza sobre las manos. - Lo siguiente que recuerdo es que me fui de la reunión, cabreado. Quise pillarme una buena cogorza pero no llegué al bar. Me desmayé... creo... Creo que fue entonces cuando empezaron los ataques. Finales de Enero serían... si no recuerdo mal...
_________________
"La magia es engañar al universo y hacerle creer una mentira increíblemente escandalosa"
Elissa Stavridis DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 240 Fecha de inscripción : 01/05/2014 Localización : EEUU Empleo /Ocio : Psicóloga Humor : ¿Le gustaría hablar de ello?
Ficha de Personaje Alias: Psique Nombre real: Elissa Stravridis Universo: DC Universe
Finales de enero... no hacía tanto de eso pero, si todos los días desde entonces habían sido igual de malos que aquél (y aquél parecía extremadamente malo), John Constantine tenía que estarlo pasando fatal.
Elissa escuchó la explicación del inglés con atención. Una reunión de gente, en concreto una reunión de magos. Había más probabilidades, aparte de la Colisión.
- ¿Crees que alguno de los presentes en la reunión te hizo... esto? - le preguntó - Claro, no lo sabes. - se respondió a sí misma, al cabo de un instante - Si lo supieras, no estarías aquí...
Cuando John Constantine se inclinó hacia delante, mareado, Elissa se sentó junto él, preocupada muy a su pesar. Le puso una mano en la espalda.
- Deberías ir a ver al Doctor Mid-nite, o a Zatanna... - musitó - Si es algún tipo de maldición, podrán ayudarte mejor que yo...
No era que no quisiera ayudarlo ella misma, es que no sabía cómo.
- ¿Por qué has venido aquí? Por muy bien que te pudiera ir la psicoterapia, no creo que me busques por eso. - buscó los ojos de John entre el humo del tabaco, el despeinado flequillo y las pronunciadas ojeras - Ya no soy Psique... Mi carrera en el Escuadrón Suicida terminó hace tiempo... - continuó.
Y entonces suspiró.
- Dime qué es lo que puedo hacer por ti.
_________________
John Constantine Vértigo Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 249 Fecha de inscripción : 03/12/2015
Ficha de Personaje Alias: JC Nombre real: John Constantine Universo: DC Universe
John sonrió, encogiendo los hombros levemente, dando por cierta la suposición de Elissa sobre la primera posible causa de su "mal estar" referente a la reunión de magos. Sin embargo él sabía, como la gran mayoría de los que asistieron en esa reunión que la magia estaba vetada, por lo que a menos que pudieran lanzar una hechizo lo suficientemente poderoso sin tener ni un sólo objeto de John a mano, sería imposible hacer semejante maldición... siempre que se respetaran los términos anteriormente dichos.
- Lo haría... si recordara dónde encontrarlos... pero apenas consigo recordar mi propia cara - y era cierto. Entre sus recuerdos tenía en mente sobretodo a la maga Zatanna. La recordaba encima de un escenario, con sus mallas y su sombrero, y la recordaba también encima de él, sin sus mallas. También la recordaba bajo una mirada de odio y otra de tristeza. La recordaba bajo una tumba y en otro continente, lejos de él. La recordaba... Dios, incluso la recordaba sosteniendo a su hijo. ¿Cuáles de todas esas Zetas era la que tendría que buscar? ¿Y dónde se encontraba? Ponerse a buscarla hubiera sido una pérdida de tiempo nefasta para el mago. No... había confiado en la guía del péndulo y tendría que confiar en dicha guía. Era su única oportunidad de seguir cuerdo mañana y lo sabía.
El mago sabía cuándo insistir y cuándo dejar que el peso del deber, la culpa o el afecto cayeran sobre la consciencia de la persona que intentaba disuadir. Sabía cuándo debía pinchar, dónde y cuándo no. Con Elissa había llegado el tiempo de dejarle hacer. Lo pudo ver en sus ojos, en su forma de moverse hacia él y tratarlo. Se estaba preocupando y eso eran puntos a su favor... Y funcionó. "Bien... está dentro del bote. Recuerda poner la tapa, John." El péndulo lo había llevado hasta ella, pero un péndulo no puede hablar y no te puede decir de qué hablar ni con quién. Tendría que arriesgarse con lo que dijo Elissa. Aquello del Escuadrón Suicida del cual, según sus palabras había formado parte. Psique era su pase de temporada.
- Lo sabes muy bien... Psique. Necesito que vuelvas. - "Hagas lo que hagas y sea cual sea tu magia, pero hazlo ya..."
John se sujetó la cabeza, apretando bien fuerte las sienes con sus manos, cerrando con fuerza los ojos y apretando los dientes. Estaba sufriendo uno de esos ataques donde varias personalidades de John llegan a una misma intersección y aparecen mil y una opciones, mil y una posibilidades, sin saber cuál escoger como verdadera y cuál desechar como falsa. Tiró la cabeza hacia atrás, dejándose "casi muerto" sobre la silla, recuperando el aliento. "Éste ha sido peor que los demás". ¿Estaría llegando a su límite? ¿Terminaría dividido en mil Constantines sin saber cuál era cuál? Sería así, si Psique no lo ayudaba.
_________________
"La magia es engañar al universo y hacerle creer una mentira increíblemente escandalosa"
Elissa Stavridis DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 240 Fecha de inscripción : 01/05/2014 Localización : EEUU Empleo /Ocio : Psicóloga Humor : ¿Le gustaría hablar de ello?
Ficha de Personaje Alias: Psique Nombre real: Elissa Stravridis Universo: DC Universe
- Si necesitas un espejo, hay uno en el cuarto de baño - musitó Elissa.
El sarcasmo era una defensa, y no tenía otro objetivo que el de ganar tiempo. Nadie había necesitado a Psique en años. Ella no había necesitado a Psique en años. Podía vivir perfectamente sin aquel pedazo de su identidad, enterrarlo en algún sitio seguro, o bien meterlo en algún cajón, cerrarlo y tirar la llave.
O eso había creído. Últimamente, todos parecían empeñados en demostrarle que estaba equivocada.
- No veo la razón por la que podrías... - empezó Elissa, pero un gemido de dolor interrumpió sus palabras.
El mago se inclinó sobre sí mismo, aferrando su cabeza como si quisiera arrancársela de los hombros, o tal vez obligarla a permanecer en su lugar; la psicóloga no podía saberlo. Fuera lo que fuera, debía de dolerle más de lo que ella era capaz de imaginar.
"Psique".
El rubio apretó los dientes con fuerza, y un sudor frío empezó a deslizarse por su rostro. Y, entonces, tan rápido como había empezado, el ataque que estaba sufriendo se terminó, dejándolo agotado, pálido y en busca de aire.
¿Aquello era el "efecto Omega" aplicado a la cabeza de alguien?
"Psique".
Sabía que en el mago no se podía confiar. June se lo había dicho cientos de veces.
"Necesito que vuelvas."
- Γαμώτο, Constantine - espetó. Estaba más enfadada consigo misma que con él, pero necesitaba sacar la frustración de algún modo.
¿Cuál era su problema? ¿Echaba de menos meterse en los malditos subconscientes de los demás? ¿Tenía una estúpida vena de heroína, frustrada desde el momento en que había usado sus poderes sin pensar?
Los héroes no acaban en la cárcel, Elissa.
¿O era su absurda necesidad de compensar por lo que le había hecho a Drago, sólo unos meses atrás?
Piénsalo fríamente, no puedes causar daños irreversibles ahí dentro. Probablemente no quede nada sin dañar.
Elissa empezó a andar de arriba abajo por la habitación, reprimiendo una nueva maldición en su lengua materna. Dudaba demasiado.
Bueno, no dudaba exactamente. Estaba resistiéndose a lo que sabía que haría.
Se detuvo de forma abrupta frente al mago. Se inclinó frente a John, apoyando las manos sobre el respaldo de la silla, y buscando la mirada del inglés con sus ojos azules.
- Está bien. Pero vas a deberme un favor por esto. - logró decir. No era su estilo, pero probablemente aquel intento de trato justo era su única garantía, si las cosas no salían del todo bien.
Esperó la respuesta de John. Diría que sí, aunque fuera mentira. Estaba demasiado desesperado.
- Y, además, te vienes conmigo - terminó.
Tomó al mago por la corbata y tiró hacia ella, cerrando los ojos y respirando hondo. El olor a tabaco negro inundó su nariz. Durante un instante, fue sólo proximidad física, pero pronto se convirtió en algo más.
En una apertura.
Elissa... No, Psique, la percibió, se aproximó, y dejó que su proyección saltara a través de ella...
Zambulléndose en el subconsciente de John Constantine.
_________________
John Constantine Vértigo Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 249 Fecha de inscripción : 03/12/2015
Ficha de Personaje Alias: JC Nombre real: John Constantine Universo: DC Universe
- Un favor... me parece... - "una putada de las gordas" - ...bien...
Visto desde un punto de vista objetivo, un favor a cambio de salvaguardar su mente y su consciencia no estaba tan mal. Incluso podría tener buena suerte y tener delante de las narices a una altruista o una buena persona. De ser así, puede que deberle un favor no fuera algo tan malo... aunque las personas buenas y altruistas suelen ser las que piden los favores más putas de todos, terminando en una espiral de mierda y preguntándose en todo momento, ¿qué estoy haciendo aquí y por qué hago ésto?
Lo último que le dijo la doctora lo dejó descolocado. ¿Irse con ella? ¿A dónde? ¿Era como Papá Medianoche y tenía un chiringuito donde hacía los rituales? Pero no, no fue eso ni nada en lo que estuviera pensando John. Cuando la mujer lo agarró del brazo sintió un ligero tirón, una vuelta de tuercas... y toda la lógica se fue a la mierda.
Sin beberlo ni comerlo, John y Elissa se encontraron frente a frente sobre tierra y hierba, piedra y árboles a su alrededor. Era un ambiente tétrico, y con razón: las lápidas que les rodeaban daban la alarma de estar en un cementerio. Había infinitas lápidas que continuaban hasta donde alcanzaba la vista. John se las quedó mirando un segundo, las más cercanas, y no pudo evitar dar un respingo cuando leyó su propio nombre en una de ellas. En varias de ellas de hecho. "¿Qué cojones es ésto? ¿El fantasma de las Navidades futuras?" Siguió leyendo los nombres de las lápidas cercanas, y ya no estaba el suyo, pero había otros nombres que sí conocía. Gente que había conocido y que ya no estaban. Gente que podría haber conocido y que tampoco estaban. El mago notó que su mejilla derecha se humedecía, pasó su mano y se encontró a si mismo llorando. Se frotó la cara con ambas manos para quitarse la "tontería" de encima. Esperaba que Elissa no se hubiera dado cuenta.
- Ésto es un error... Ésto es una mierda... Me largo. ¿Cómo se sale de aquí?
John miró hacia todas partes, y había lo mismo allá donde mirase. Levantó la vista hacia el cielo y se quedó de piedra. "Ésto... ¿qué coño es esto?" El cielo estaba dividido en trozos, en pedazos. Un cielo nocturno que se caía como si de una leyenda vikinga se tratase, como un puzle donde las piezas no terminan de encajar y caen al vacío, y allá donde antes había cielo, nubes y estrellas, quedaba la más absoluta desolación. Escucharon voces. Voces cercanas. Voces que decían lo mismo: "Yo soy Constantine". En un abrir y cerrar de ojos se vieron rodeados por las representaciones de los demás Constantines: había uno moreno y con una gabardina verde; otro mulato, rapado y cubierto de símbolos sagrados; otro que vestía la toga del Vaticano; otro que era un niño, sentado en una lápida que no dejaba de llorar; otro que no era otro, sino otra, rubia y con la mirada perdida.
Todos eran diferentes pero a la vez todos eran Constantine. El que más llamaba la atención era uno idéntico al John que tenía Elissa al lado, rubio, con la gabardina y la corbata, gritando por todas partes, avisando a todos los Johns de lo mismo. Que el mundo se iba a acabar.
- ¡Ya están aquí! ¡Maldita sea, están aquí! ¡Victoria! ¡Guerra! Los jinetes han llegado. ¡El fin está cerca! Joder, ¡no quiero morir! ¡No quiero morir!
_________________
"La magia es engañar al universo y hacerle creer una mentira increíblemente escandalosa"
Elissa Stavridis DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 240 Fecha de inscripción : 01/05/2014 Localización : EEUU Empleo /Ocio : Psicóloga Humor : ¿Le gustaría hablar de ello?
Ficha de Personaje Alias: Psique Nombre real: Elissa Stravridis Universo: DC Universe
Un olor familiar dio la bienvenida a Elissa. Olor a hierba húmeda, tierra removida, y muerte.
Lentamente, sus ojos se abrieron para encontrarse con los de John. Leyó inquietud en ellos, mientras se movían de un lado a otro, inspeccionando el lugar en que se hallaban. Y vio cómo se abrían ligeramente más al hacerlo, como si algo lo hubiera sorprendido... o atemorizado.
Psique terminó de librar su propia batalla interior contra un recuerdo, desencadenado involuntariamente por el subconsciente de John. Si permitía aquella clase de perturbaciones en su propia alma, no haría más que complicar las cosas. Cuando logró calmarse, miró a su alrededor, reparando en el bosque de lápidas que rodeaba a las dos proyecciones, extendiéndose hasta donde alcanzaban sus ojos.
Tumbas antiguas. Tumbas recientes. Elissa se arrodilló junto a la piedra que señalaba una de ellas, apartando con la mano la hiedra que la cubría.
"Aquí yace John Constantine Nacido en Liverpool. Hijo predilecto de Londres. Traidor, cobarde y mentiroso. Descanse En Paz."
Oyó el crujir de la hierba cerca de ella, y alzó la mirada para encontrarse con el inglés. Estaba de espaldas a ella, pasándose el antebrazo por el rostro, casi con rabia.
- Esto es un error... Ésto es una mierda... Me largo. ¿Cómo se sale de aquí?
- No se sale, John. - Elissa se incorporó, sacudiéndose el barro de las rodillas - Y tampoco puedes largarte. "Esto", no... "aquí"... eres tú. Te he llevado a tu subconsciente. A tu alma.
Psique hizo una pausa.
- No es tan malo... al menos sabes que tienes una.
El inglés distaba mucho de estar calmado. Su inquietud era palpable. Elissa examinó el resto del terreno que los rodeaba. Aquella tumba no era la única dedicada a Constantine; había muchas más. No todas tenían un epitafio igual de cruel; algunas, incluso, lo llamaban "héroe". No todas eran tan viejas; las había recientes, con las letras recién cinceladas y las flores aún por pudrir. Pero el nombre del inglés no era el único que la griega pudo leer.
"R.I.P. Francis William "Chas" Chandler Amigo, padre y esposo. Condujo por delante de la muerte durante largos años pero todos llegamos al final del viaje."
"Aquí descansa Cheryl Masters Amada hermana, esposa y madre. Que el Señor la tenga en su Gloria"
Era evidente que aquellas personas significaban algo para el mago; de otro modo, no estarían allí. El cementerio era tan extenso que Elissa no pudo menos que preguntarse cuánta gente había dejado Constantine atrás. ¿Estaban muertos de verdad? ¿O era el temor que se agazapaba en lo más profundo de él?
Una exclamación de John interrumpió aquella reflexión, haciendo que Psique se volviera de nuevo hacia él. El inglés tenía la mirada fija en el cielo, y Elissa lo imitó.
La noche se estaba agrietando, como si alguien hubiera golpeado un espejo para hacerlo pedazos. Los fragmentos se derrumbaban uno tras otro, dejando entrever la profunda oscuridad que yacía tras ellos.
- Esto es...
"Yo soy Constantine..."
- John...
"Yo soy Constantine..."
"Yo soy Constantine..."
Había cierta urgencia en el tono de Psique. La griega había apartado los ojos de aquel cielo apocalíptico, sólo para descubrirse rodeada de cientos de figuras que reclamaban para sí el nombre del inglés. Algunos se parecían a él; otros no tenían nada en común. Y uno... uno de ellos era idéntico al que Elissa había traído consigo, y gritaba, sumido en la desesperación.
- ¡Ya están aquí! ¡Maldita sea, están aquí! ¡Victoria! ¡Guerra! Los jinetes han llegado. ¡El fin está cerca! Joder, ¡no quiero morir! ¡No quiero morir!
Psique aferró por los antebrazos al John Constantine que gritaba, tratando de obtener algo coherente de él.
- ¡Cálmate! - exclamó, mientras dirigía una breve mirada al cielo, que seguía fragmentándose sin clemencia - ¡Dime qué está pasando!
"No quiero morir...""No quiero morir...""No quiero morir...", repetían las voces, como un eco.
- ¿Qué es lo que temes, John Constantine...? ¿La Muerte... o el Juicio...? - dijo otra voz, procedente de todas partes, y de ninguna.
Elissa maldijo, y soltó al segundo inglés.
- No me sorprende que te encuentres tan mal... - musitó, dirigiéndose esta vez al primero - Tu conciencia se está haciendo añicos... Tenemos... Tenemos que buscar el origen de esto...
Pero... ¿cómo se suponía que iban a hacerlo...? El subconsciente del mago no tardaría en zozobrar, y aquello podría atraparlos a ambos ahí dentro. Elissa no estaba segura de que quisiera morir así... O, aún peor, quedarse atrapada allí por toda la eternidad.
Debían encontrar el centro del vórtice y cerrarlo como pudieran. Y, aún así, era posible que necesitaran hacer bastante más que eso. Podrían frenar la autodestrucción a la que se precipitaba Constantine, pero arreglar lo que ya estaba hecho les iba a costar bastante más.
- Αριάδνη μίτο - susurró Elissa, arrancando un botón de la manga de su camisa y empezando a tirar del hilo que dejó tras él.
El hilo empezó a desenrollarse, deshaciendo con él el resto de prendas de la griega; la blusa, la falda, las medias, la cinta que sostenía la trenza en su lugar. Pero, lejos de quedarse desnuda, la figura de la muchacha se había convertido en una silueta encapuchada de azul, como si fuera una serpiente que acabara de cambiar la piel. Un símbolo griego descansaba sobre su pecho, y sostenía algo parecido a un ovillo en su mano izquierda.
Spoiler:
- El ovillo de Ariadna nos llevará a... donde sea que empezó esto... - dijo Elissa, volviéndose hacia John y tendiéndole el objeto.
_________________
John Constantine Vértigo Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 249 Fecha de inscripción : 03/12/2015
Ficha de Personaje Alias: JC Nombre real: John Constantine Universo: DC Universe
El Constantine asustado no se paró a contestar las cuestiones que se planteaba Lissa. Sólo quería salir corriendo, hacer un agujero en el suelo y meterse dentro, esperando que todo pasara, que se calmase y que nadie se acordara de él para que nadie le buscara. Sólo quería escapar... "Ésto es una locura. Una puta locura. Y está en mi cabeza... De puta madre..."
Que todo aquello fuera su alma le daba más motivos para salir corriendo y llevándose a la doctora con él. Nada de fisgonear. Nada de mirar en los recovecos más oscuros de si mismo y ver lo que escondía. En ese entonces se acabaría el John Constantine para él, para ella, y sólo quedarían los restos de un pobre diablo venido a menos. Los constantes lamentos de los demás Constantines ayudaban a que los nervios del mago estuvieran a flor de piel. Una auténtica pesadilla, en forma y sentimiento. Completa.
Una puta mierda.
La voz de Elissa lo hizo volver en si. ¿Tenían que encontrar el origen? Si, el origen. Debían encontrarlo, repararlo y santas pascuas. Así saldrían de aquel santuario de una vez por todas. El inglés ya se estaba maldiciendo a si mismo y a la idea que tuvo de buscar a esa tal Psique sin saber de qué puñetas era capaz, y ahora se arrepentía. La doctora había cambiado de aspecto adoptando un rol más dramático, por así decirlo. Le tendió el ovillo. ¿Con eso encontrarían el problema? Bien entonces. No hacía falta pensárselo dos veces. John alargó la mano, cogió el objeto y...
Lo normal hubiera sido un tirón, un empujón. Sentir una fuerza. La hubo, pero no para ellos, sino para su alma. El hilo arrastró a los dos "viajeros" a través de los fragmentos diseminados de la historia de Constantine. No de John Constantine, sino del propio CONSTANTINE en todas sus facetas.
A gran velocidad, vieron pasar escenas y escenas. Cúmulos de vidas pasadas y recuerdos latentes. Pudieron ver por ejemplo a un John más joven, idéntico al John que tenía el ovillo y el asustadizo, con una morena vestida con una chaqueta de cuero, que le encendía el cigarrillo con una llama prendida con sus dedos.
Tú siempre serás la primera, Zeta.
Pasó volando, con el eco de sus últimas palabras. Un recuerdo importante para John, pero dentro, muy dentro suyo, sabía que no volvería a repetirse. Su alma le estaba avisando, y su mente cerró sus puertas.
Una escena parecida se repitió con muchos nombres, con muchas formas, con muchas variantes. Tal vez la más llamativa fuera el verse a si mismos en el mismo contexto, pero en lugar de ser Zatanna era la propia Elissa. Luego, Constantine era una mujer y la otra era un "otro".
Realidades pasadas unidas con un mismo nexo.
Una habitación. No, más bien... un bar. Un bar polvoriento, extraño, que emanaba energía allá donde miraras. Un grupo de personas y entre ellas estaba John, fumando y escuchando. Entre ellos destacaba un hombre, quien parecía tener la voz del grupo. La autoridad o... el líder. No se sabría decir qué era, pero todos lo escuchaban.
Shadowpact es necesario de nuevo. Espero que todos aceptéis mi mano.
De nuevo, misma situación, pero con muchas variantes.
Luego fueron pasando no imágenes, sino rostros. Los rostros de todos los Constantines pasando por el miedo, la alegría, la lujuria, la ira, la desesperación... Todos mirando a la vez. Todos hablando a la vez. Todos unidos por una luz que agitaba un viento huracanado que les acunaba.
Estaban llegando al nexo de todo.
Envueltos en la nada, la luz tenue de un gran cristal púrpura iluminó sus figuras. Dentro del cristal estaba desatado el caos en forma de espiral, reducida a una esfera de estrellas, negrura y fuego violeta. Un cúmulo de energía tan poderoso que verlo dañaba a los ojos.
- Omega... - La palabra salió de la boca de John como si supiera de lo que estaba hablando. Se llevó la mano a la cabeza, mirando al suelo, sin saber por qué lo había dicho. ¿Eso era el nexo? ¿Eso era lo que ocasionaba sus problemas de cabeza? "Ya no me podrán decir que soy un cabeza hueca al menos; tengo mi propio puto cosmos."
_________________
"La magia es engañar al universo y hacerle creer una mentira increíblemente escandalosa"
Elissa Stavridis DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 240 Fecha de inscripción : 01/05/2014 Localización : EEUU Empleo /Ocio : Psicóloga Humor : ¿Le gustaría hablar de ello?
Ficha de Personaje Alias: Psique Nombre real: Elissa Stravridis Universo: DC Universe
Hacía mucho que Elissa no usaba el ovillo. No esperaba la reacción, el empuje, la sensación de velocidad, de tirón en la boca del estómago. Las escenas, los lugares, las voces, las caras. Tenía mérito que el inglés no hubiera perdido el juicio todavía. Y, en medio de todo, un pensamiento errático, perdido entre toda aquella locura. "No recordaba haber encargado mi propio John Constantine".
Pero Elissa, aquella Elissa, parecía algo más feliz de lo que lo era ella.
El trayecto se detuvo de improviso, y la griega jadeó, aferrando a John en un intento de recobrar el equilibrio. Lo miró. Una luz violeta bañaba los rasgos del inglés. Y las manos de ella. Igual que todo a su alrededor. Elissa soltó a Constantine, despacio, sintiendo que algo no iba bien.
De hecho, algo iba terriblemente mal.
- Omega... - musitó John, haciendo que Elissa se volviera hacia él.
- ¿Qué? - preguntó, pero el sonido de unos pasos los interrumpió.
No estaban solos. Había algo, alguien, allí. La distancia les impedía verlo con claridad, y les daba la espalda, con la mano tendida hacia el cristal. La luz rosada que brotaba de sus facetas arrojaba al suelo una sombra larga, oscura, reptante, que no parecía provenir de la silueta de un hombre. Una sombra que se retorcía como si estuviera viva, salvo porque... estaba... muerta...
¡¡¡AAAAAAAARGGGGGGHHHHHHHHHHH!!!
Un grito de dolor perforó los oídos de Elissa y John, al tiempo que sobrevenía el caos, y la oscuridad, la Antimateria, salía del interior del cristal, devorando la luz, despedazando todo cuanto encontraba a su paso...
Y entonces, la negrura cayó sobre ellos como una ola de petróleo, sumiéndolos en las sombras... y separándolos el uno del otro.
- ¿John? - murmuró Elissa - ¡John! - llamó, esta vez con más urgencia.
Pero John Constantine no podía escucharla. Frente a él había un hombre rubio, de rostro cadavérico y gabardina raída. El cigarrillo estaba apagado en sus labios; tan apagado como la mirada de sus ojos azules. Sobre su rostro estaba pintado con sangre un símbolo; un triángulo invertido y, sobre él, cinco líneas verticales.
- Fin del viaje, John... - sonrió, y el gesto deformó su rostro descarnado, mientras tendía la mano hacia él...
_________________
John Constantine Vértigo Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 249 Fecha de inscripción : 03/12/2015
Ficha de Personaje Alias: JC Nombre real: John Constantine Universo: DC Universe
Nunca había visto aquel cristal gigantesco, y aun así sentía como si... No sabría explicarlo. Ni él mismo sabía como entenderlo sin saberlo. La creciente ola de conocimiento sólo era superada por la inconsciencia de la mente, cerrando sus puertas, obligando al portador a olvidar todo cuanto veía. Nada entraba, y nada salía.
Poco importó que ambos vieran un figura que se mantenía de pie frente a la gran gema rosada que tenían delante, y que sombra recordara a la película de Drácula. Sus oídos chillaron de dolor con el grito, y el mago vio su equilibrio mermado mientras se sujetaba la cabeza con las manos, tapándose con éstas las orejas. John sabía de magia cuántica. Sabía de viajes astrales, espirituales y viajar entre planos. Podía defenderse en aquellos territorios inconexos y cambiantes, pero aquello era otro nivel, otra liga. John se había criado en el solar del lado de su casa y aquello era Central Park. Tan desconocido que puso en jaque al inglés, esperando que Elissa supiera qué hacer y le echara una mano.
Pero Elissa ya no estaba. No había nada.
La inmensa oscuridad que le rodeaba hizo que John se pusiera más nervioso. ¿Podía uno morir en su propia cabeza? Pues claro que podría: se llamaba muerte cerebral por algo, genio. Se sentía perdido sin su guía, y una vez más tendría que sacarse las castañas del fuego él mismo.
Pero no estaba solo...
La figura que ahora se le presentaba delante sin duda era una broma macabra. Una representación de él mismo salida de los infiernos. Su aspecto era deplorable e hizo que John se preguntara si algún día terminaría así, como aquella vez que Merc le mostró una de sus muertes en un mundo futuro.
- Siento desilusionarte, pero aun me quedan viajes en mi billete, amigo... - Estaba muerto de miedo, pero eso no iba a impedir que se antepusiera al "desafío". No sabía qué cojones estaba pasando ni qué era aquel símbolo en su frente. Si lo había visto antes, no lo recordaba, y tal como estaba su mente era comprensible. Dio un paso atrás para que aquel tipo no le tocara. - ¿Dónde has metido a la chica, cabrón?
_________________
"La magia es engañar al universo y hacerle creer una mentira increíblemente escandalosa"
Elissa Stavridis DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 240 Fecha de inscripción : 01/05/2014 Localización : EEUU Empleo /Ocio : Psicóloga Humor : ¿Le gustaría hablar de ello?
Ficha de Personaje Alias: Psique Nombre real: Elissa Stravridis Universo: DC Universe
- ¿Qué chica...? Todas nuestras chicas mueren, ¿recuerdas? - dijo el Constantine de rostro marcado, mientras continuaba acercándose - Ellas tienen suerte, John... Mucha más suerte que nosotros dos...
"Gritos, parásitos que se retuercen..."
El inglés cadavérico no estaba solo. Había otras figuras como él, que no lograba ver bien por culpa de la oscuridad, pero que se le antojaban familiares, igual que aquel retrato distorsionado de sí mismo. Todas llevaban aquel triángulo invertido con sus cinco rayos verticales; les señalaba el rostro, el cuello o las vestiduras.
"Caos que no deja de reptar..."
- John... ¿no estás cansado...?
"El silencio debe regresar..."
La espalda de Constantine topó con algo que cortaba su huida, su retirada. Algo rígido, liso, duro como el cristal. Un cristal de color violeta que relucía débilmente en la oscuridad.
¿No había estado alejándose en la dirección contraria?
Frente a él, estaba la persona que había liberado los horrores del interior de M'Kraan. Pudo ver su pecho abierto, donde había un corazón que no latía, marcado de forma idéntica al rostro del John cadavérico. Su voz espectral parecía provenir de todas partes, como si se encontraran dentro de un cuerpo que agonizaba y la oyeran reverberar en su fatigada carcasa. No pudo verle la cara.
- El mundo debe descansar...
- ... No.
John vio una luz roja, naranja, amarilla; una luz que planeaba sobre él, como un pájaro de fuego. Pero no se quedó a ver la batalla.
- John. Vámonos. - le urgió una voz conocida, mientras sentía cómo tiraban de él, apartándolo del cristal.
Volvió a abrir los ojos en la consulta de Elissa, de rodillas en el suelo y agotado, como si acabara de correr una maratón.
- ¿Qué diablos ha pasado ahí dentro? - preguntó la psicóloga. Ya no tenía el aspecto de Psique; estaban en el mundo real. - ¿Eso era un recuerdo tuyo? ¿Sobre lo que pasó en la Colisión? - lo ayudó a incorporarse - Eso es lo que lo está distorsionando todo... Como si el choque de Universos siguiera produciéndose dentro de ti.
Tenía sentido. Por eso lo de tantos recuerdos mezclados, como si fuera el peor caso de trastorno de identidad disociativo que hubiera existido nunca.
- Tendremos que hacer algo con ese recuerdo. Borrarlo. Cambiarlo. Algo. - no era que le entusiasmara la idea de ir jugando con recuerdos ajenos, pero esta vez, al menos, sería consentido.
O a lo mejor a John se le ocurría alguna otra idea brillante para terminar con el problema.
_________________
John Constantine Vértigo Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 249 Fecha de inscripción : 03/12/2015
Ficha de Personaje Alias: JC Nombre real: John Constantine Universo: DC Universe
- No... no, estás equivocado - "No lo está. Lo sabes: todas mueren al final". - Algunas... algunas siguen vivas. - "¿Y en qué te convierte eso a ti, John? Dime, ¿En qué te convierte? ¿En qué nos convierte?"
John se encontró con que estaba acorralado. No sabía cómo ni de dónde había salido, pero el cristal que tenía de frente ahora lo tenía a la espalda. Estaba siendo rodeado por aquellas figuras que lo acosaban. ¿Qué querían? No, no era la pregunta correcta. John sabía lo que querían. Lo sabía porque era lo que en el fondo, muy en el fondo era lo que él quería: descansar. Que todo acabara. Que parara todo. Eso implicaba morir. No. ¡NO! No iba a llegar a esos extremos. El mago resistiría. El puto mago siempre resistía. Daba igual a quién se llevaran por delante, ¿no? ¿No? No, no daba igual. ¿Qué te pasa John? ¿Cuántos más fantasmas quieres para que te guarden las noches en vela?
- ¡JODEOS! ¡JODEOS TODOS! ¡A LA MIERDA!
Justo cuando el inglés estaba por perder la cordura, una voz llegó a él. Una voz femenina...
John abrió los ojos y robó una enorme bocanada de aire al mundo. Tosió y rodó por el suelo, angustiado y soportando el dolor de sus pulmones y la garganta al toser. Estaba vivo y había salido de aquella pesadilla... de momento.
- ¡NO! No... no lo destruyas. Quiero conservar éste recuerdo... - John volvió a sentarse, mucho mejor, más tranquilo y relajado. - Prefiero tener ésta mierda en la cabeza y saber qué coño está pasando a olvidarme de todo y verme reducido a cenizas sin saber el por qué... ¿No podrías... "poner en cuarentena" el recuerdo? Que dejara de provocarme éstas migrañas pero conservando el recuerdo. - Si es que se le podía decir recuerdo a aquello.
Además, y John no lo diría en voz alta pero... le debería una a Elissa.
_________________
"La magia es engañar al universo y hacerle creer una mentira increíblemente escandalosa"
Elissa Stavridis DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 240 Fecha de inscripción : 01/05/2014 Localización : EEUU Empleo /Ocio : Psicóloga Humor : ¿Le gustaría hablar de ello?
Ficha de Personaje Alias: Psique Nombre real: Elissa Stravridis Universo: DC Universe
- ¡NO! No... no lo destruyas. Quiero conservar este recuerdo...
Elissa no respondió, con la mirada fija en John mientras éste se sentaba, tratando de ignorar cómo la sensación de alivio se extendía por su cuerpo. Había partes en aquella emoción que podía aceptar; alivio por haber salido de la torturada mente del inglés, alivio porque éste siguiera respirando. Pero había también otro consuelo en las palabras del mago, algo que apaciguaba una parte de ella que se asemejaba demasiado a un hilo tensado con demasiada fuerza.
"No lo destruyas". Eso le había pedido. Su cuerpo se relajó visiblemente al saber que no tendría que hacerlo.
- Prefiero tener ésta mierda en la cabeza y saber qué coño está pasando a olvidarme de todo y verme reducido a cenizas sin saber el por qué...
Una sensación distinta, mucho menos agradable, la recorrió. Culpa. Cada una de las palabras del inglés fue una puñalada, inadvertida para él. ¿Habría pedido Dragoslav lo mismo, de poder escoger? Es decir, ¿antes de que ella eligiera por él...?
La situación en la que estaban bordeaba peligrosamente un terreno que Elissa Stavridis no quería pisar.
-¿No podrías... "poner en cuarentena" el recuerdo? Que dejara de provocarme estas migrañas pero conservando el recuerdo.
Lo miró. La pregunta de John tenía sentido. Ella hubiera hecho la misma. ¿Puedo recordarlo, pero sin que duela? Una sonrisa amarga inclinó las comisuras de sus labios. Menuda forma de pedir milagros.
- Supongo. Sería algo así como poner un torniquete. Retener el recuerdo en una parcela de tu subconsciente que puedas explorar, pero de la que no pueda salir. Algo así como una cárcel con régimen de visitas. - suavizó la ironía con una sonrisa cansada - Tengo cierta experiencia con ambas. Con lo de manipular recuerdos, y con las cárceles. - su voz adquirió un matiz de amargura que iba más dirigido a ella que a él.
De hecho, la idea de la cárcel no estaba mal. Sólo que ella, como buena griega, prefería los laberintos. Al final, lo del ovillo de Ariadna había resultado ser una premonición.
- Creo que esta vez entraré sólo yo - dijo, despacio - Teniendo en cuenta que tu propia alma intenta matarte.
Sí, el mago era un tipo con suerte. Con la peor suerte del mundo, pero aún así.
Lo miró fijamente a los ojos, buscando el destello de la luz violeta más allá del iris, de la retina. Y, cuando lo captó, huidizo, inhaló profundamente, y se dejó caer.
La energía del cristal aún la embargaba, pero la oscuridad que se sacudía en oleadas parecía haberse detenido. La batalla que se había iniciado ante los ojos de John o había terminado, o estaba en medio de una tregua, o continuaba lejos de allí. Elissa supo que no tenía mucho tiempo para averiguarlo. Aunque aquello sólo fuera el subconsciente de alguien, la sensación había sido demasiado real.
- Δαίδαλος - susurró, y oyó su propia voz, convertida en el tono etéreo de Psique, tomar forma.
Las columnas surgieron del suelo, cercando el enorme cristal. Después se alzaron las paredes, teñidas por la crepuscular luz que brotaba del centro; paralelas, secantes, perpendiculares; configurando por igual senderos que conducían a algún lugar, y caminos que no llevaban a ninguna parte. Las letras griegas resbalaban por los muros, como agua que se derrama; azul pálido.
Por un instante, Elissa creyó ver el rostro de un hombre tras la superficie del cristal M'Kraan, y algo dentro de su pecho se agitó y se retorció inexplicablemente. Entonces, un muro se alzó frente a ella, ocultando la visión, cerrando el laberinto.
Psique contempló su obra, fatigada, y se miró las manos. El ovillo de Ariadna volvía a estar ahí, con el hilo de seda azul perfectamente enrollado en su mástil de madera. No podía materializarlo fuera del subconsciente de John; su poder no funcionaba de aquella forma. Apretó el objeto contra su pecho, susurró algo, y éste desapareció.
Constantine había visto el cuerpo de la griega quedarse exánime ante él. Permanecía con los ojos abiertos, pero empañados y carentes de vida, hasta que Psique regresó.
- Está hecho - musitó Elissa - Conozco el camino para volver. Te lo entregaré, para que puedas recordar. - le tocó con delicadeza la frente, sólo un instante, y después dejó caer el brazo a un lado de su cuerpo.
Estaba cansada. Mucho. Había perdido la práctica. Dicen que hacer magia es como montar en bicicleta. Nunca se olvida, pero si estás desentrenado, no pedaleas como antes.
- Bueno, ¿estás bien? - preguntó al final. No tenía ni idea de cómo averiguar si había funcionado o no. Tal vez con la mejoría de los dolores de cabeza, o algo así. Necesitaba una pista.
_________________
Última edición por Elissa Stavridis el 29th Junio 2016, 20:00, editado 1 vez
John Constantine Vértigo Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 249 Fecha de inscripción : 03/12/2015
Ficha de Personaje Alias: JC Nombre real: John Constantine Universo: DC Universe
- Bien. Asegúrate que tenga horario de comidas. No quiero que se me revuelte ahí dentro y se le ocurra fugarse.
"Creo que esta vez entraré sólo yo, teniendo en cuenta que tu propia alma intenta matarte." Lo que le faltaba para el bingo, que su propia alma quisiera matarlo. ¿Era eso lo que había pasado allí? ¿Se había encontrado con su propia alma? Mente y alma dispuestos a pelearse por el futuro de su cuerpo. Si eso no era una buena idea para una película de autor de ciencia ficción es que el mundo se había vuelto loco, y John con él. Con toda seriedad, el inglés asintió con la cabeza ante la psicóloga y esperó que hiciera su magia, literalmente. Se quedó mirando sus ojos azules hasta que dijo algo en griego que no supo interpretar y se quedó sin vida, inerte. ¿Así era como funcionaba su magia? El mago pensó que tal vez se tratara de algún tipo de magia cuántica, dejando atrás el cuerpo para usar tu yo psíquico, tu yo astral. Si era así, Elissa tenía en su poder un tipo de magia bastante peligrosa para su propia seguridad. Él mismo había jugado con ese tipo de magia y sabía usarla, y por suerte para él había vuelto de todos sus viajes. Pero conocía a un par que no lo consiguieron, y uno de ellos se estaba pudriendo en el infierno en esos momentos, convertido en un demonio.
Su cabeza de repente empezó a aflojarse, a perder peso. Parpadeó un par de veces y movió su cabeza con pausa, con calma. Se sentía liviano y... y ya no estaba. Esa desagradable sensación dentro de su cráneo que lo había estado torturando ya no estaba. Había desaparecido.
- Dios, ésto es un auténtico alivio...
Al poco el cuerpo de Elissa volvió a cobrar vida, y su mirada denotaba cansancio. Tocó su frente creando una puerta y un camino para su recuerdo y allí estaba, dentro de su cabeza, palpitando como un recién nacido. Tras ésto, Elissa perdió todo el fuelle que le quedaba. El uso de la magia la había dejado agotada.
- Yo si... pero tú necesitas comer algo y descansar o vas a desmayarte. - John se levantó y se acercó a la mujer, ayudándola a ponerse de pie y llevándola al primer sillón que encontrara para que estuviera más cómoda. Le debía una y bien gorda, joder. Era lo mínimo que podía hacer por ella. Luego se puso a buscar por la consulta, a ver si había alguna nevera con algo de comida y si no, haría un pedido por teléfono.
Terminada su ronda, el mago ahora aliviado se acercó hasta donde estaba Elissa.
- Eso que usas es sin duda magia cuántica. Debes tener cuidado cuando la usas: alguien podría cargarse tu cuerpo y te quedarías perdida para siempre dentro de la cabeza de alguien. - "y eso en el mejor de los casos." - Has dicho que mi alma ha intentado matarme. ¿Es esa mierda posible?
[FDI: Lo de la comida te lo dejo a ti, Lissa. Si hay algo de comer John te lo trae. Sino, llama para unas pizzas.]
_________________
"La magia es engañar al universo y hacerle creer una mentira increíblemente escandalosa"
Elissa Stavridis DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 240 Fecha de inscripción : 01/05/2014 Localización : EEUU Empleo /Ocio : Psicóloga Humor : ¿Le gustaría hablar de ello?
Ficha de Personaje Alias: Psique Nombre real: Elissa Stravridis Universo: DC Universe
- Yo sí... pero tú necesitas comer algo y descansar o vas a desmayarte.
Bueno, había funcionado... o eso parecía. Elissa aceptó la ayuda de John; aunque le molestara sobremanera, el inglés tenía razón. La ayudó a sentarse y empezó a abrir puertas y revolver cajones.
- ¿Qué estás...?
Lo oyó descolgar el teléfono y marcar. Por lo que entendió, estaba pidiendo una pizza.
- Nada de champiñones... - dijo la psicóloga, a nadie en particular. Segundos después, Constantine colgaba el teléfono y regresaba junto a ella.
El timbre sonó a los quince minutos. La pizza barbacoa olía de maravilla, y la de salami tampoco pintaba mal. Al menos, esta vez John podría terminárselas sin vomitar.
- Eso que usas es sin duda magia cuántica. Debes tener cuidado cuando la usas: alguien podría cargarse tu cuerpo y te quedarías perdida para siempre dentro de la cabeza de alguien.
- Ya. Se supone que no lo hago a menudo. - remarcó el "se supone", un poco más para ella que para John. Pero sí, de nuevo tenía razón. En algún momento, el mago inglés se había convertido en su madre.
- Has dicho que mi alma ha intentado matarme. ¿Es esa mierda posible?
- Bueno, hemos estado de excursión en tu subconsciente, y todo lo que había allí dentro parecía tener muchas ganas de deshacerse de ti. - Elissa se reclinó en el sofá, sintiéndose terriblemente cansada - Y ese otro Constantine... el que parecía salido de una película de zombies... A ése no le caías muy bien. - la psicóloga cerró los ojos - Claro que... ¿quién puede odiarse más que uno mismo?
Elissa rememoró el extraño centro del laberinto.
- Ese cristal violeta, ¿sabes lo que era? Lo llamaste Omega cuando llegamos allí. Hablabas de la Colisión. - la psicóloga hizo una breve pausa -Era muy nítido... no parecía una metáfora, parecía un recuerdo... ¿estuviste allí?
_________________
John Constantine Vértigo Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 249 Fecha de inscripción : 03/12/2015
Ficha de Personaje Alias: JC Nombre real: John Constantine Universo: DC Universe
John Constantine no le caía nada bien a John Constantine. Típico. ¿Quién se odia más que uno mismo? Y en el caso del inglés llegaba a unos extremos casi de exterminio, de holocausto. En cualquier momento podría fundar su propio partido político, su bandera y su eslogan sería "¡muerte a John Constantine!" Lo gracioso era que más de uno se apuntaría a ese partido. El mago lo tenía más que seguro.
Con el trozo de pizza con salami despertando las papilas gustativas del mago, John se puso a recapitular, recordando la figura del otro John que vieron en su cabeza. Ese que según Lissa, parecía haber salido de una peli de zombis. "Más bien de una peli vudú". Por un instante el mago interpretó el aspecto de aquel John como la acumulación del odio que se tenía a si mismo. Luego lo pensó aun más y vio en aquel rostro la culpa que llevaba a sus espaldas por la muerte de tanta gente, cuya única causa había sido conocer a Constantine. Por un instante todo pensamiento se desvaneció y vio a los fantasmas que le perseguían a todas partes. Aquellos fantasmas que se le aparecían cuando estaba sólo y dejaba que sus sentimientos más negativos le carcomieran por dentro. No sería de extrañar ver un avatar creado por todas aquellas almas atormentadas por una muerte violenta. Y finalmente, viendo que saltaba de casilla en casilla sin parar decidió decantarse por la respuesta más fácil: aquel John representaba todo lo negativo de John Constantine: su odio, su asco, su pena, su ira, su culpa... Todo. Era lo que era: su alma.
- Bah, tonterías. Con lo mucho que yo me quiero y adoro... - respondió John de forma defensiva, como solía hacer siempre.
Terminado el trozo y a punto de coger uno de barbacoa, Elissa sacó el tema del cristal. John se la quedó mirando durante unos instantes, no porque la estuviera escuchando atentamente, sino porque estaba intentando recordar ese momento preciso al que se refería la psicóloga, cuando él mismo había pronunciado la palabra Omega delante del gran cristal. Eso... eso lo puso un tanto nervioso.
- Siendo sincero preciosa, no tengo ni puñetera idea de lo que me estás diciendo. Recuerdo el cristal dentro de mi cabeza y sé lo que es el efecto Omega, pero no recuerdo haberme quedado mirando el pedrusco y haber dicho esa palabra - lo cual le ponía bastante nervioso. - No recuerdo haber estado "ahí", ni tampoco sé si estuve y no lo recuerdo o si fue otro John quien estuvo allí. Sólo hay una forma de saberlo y no creo que tengas ganas de repetir la experiencia, ¿me equivoco? - Abrió una de las latas de cerveza que había pedido junto con las pizzas. Cerveza y pizza. ¿Dónde estaba su espíritu inglés? Ah si, muerto junto a su alma. - Bueno, ¿y ahora qué? No creo que saquemos mucho en claro sin que te vuelvas a meter en mi cabeza y no te veo mucho por la labor. Y mal que me pese, te debo un favor.
_________________
"La magia es engañar al universo y hacerle creer una mentira increíblemente escandalosa"
Elissa Stavridis DC Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 240 Fecha de inscripción : 01/05/2014 Localización : EEUU Empleo /Ocio : Psicóloga Humor : ¿Le gustaría hablar de ello?
Ficha de Personaje Alias: Psique Nombre real: Elissa Stravridis Universo: DC Universe
Si Elissa tenía alguna teoría propia acerca de la naturaleza del... vamos a llamarlo vodoo-John, no sintió el deseo de compartirla en voz alta. Aceptó en silencio la evasiva de Constantine, tomó un sorbo de agua y aguardó la respuesta a su segunda pregunta.
- Entiendo - replicó, despacio, cuando John afirmó que no recordaba nada. Él mismo acababa de postular dos buenas teorías para explicarlo: o lo había olvidado, o fue otro Constantine el que estuvo allí. Por alguna razón, la segunda afirmación le parecía la más plausible de ambas. - ¿Ahora qué? - repitió, mirando al inglés con expresión confusa - No, no tengo ninguna intención de volver allí dentro, al menos de momento. Y no me de... - se interrumpió antes de completar la frase.
Desde luego, su intención, casi inconsciente, había sido librar inmediatamente a John de su deuda con ella. Un movimiento muy poco sabio. Su vida se había ido complicando por momentos, y no sabía en qué momento podía necesitar la ayuda del inglés. Por su experiencia, aquella clase de ayuda solía ser cara, y muchas veces concedida a regañadientes. Cuando era concedida.
Sí, conservaría la garantía del favor, al menos por el momento.
- Si necesito algo... te lo haré saber - musitó - ¿Dónde puedo encontrarte?
_________________
John Constantine Vértigo Universe
Bando :
Grupo :
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 249 Fecha de inscripción : 03/12/2015
Ficha de Personaje Alias: JC Nombre real: John Constantine Universo: DC Universe
John levantó la mirada cuando Elissa se interrumpió a si misma. Si, estaba a punto de decir algo de lo cual podría arrepentirse de por vida. El mago no le hizo mucho caso a ese pequeño lapsus, dándose un buen homenaje con la lata de cerveza, terminándosela y estrujándola con la mano, depositándola en el suelo junto a la caja de la pizza. Cogió otro trozo de la de salami y se levantó, dispuesto a irse viendo que la sesión de terapia había terminado.
- Puedes preguntar por mi en cualquier bar de Nueva York o tugurio. Pero supondré que no te dejas caer por esos sitios así que... - John se terminó el trozo de pizza, sacó su libreta y un bolígrafo y apuntó su número de teléfono, el del móvil. Arrancó de un tirón la hoja y se la dejó a Elissa sobre la mesita más cercana, junto a su nombre. - Si no lo cojo a la primera, insiste. No eres la única que me buscaría.
No sabía como pero al parecer su número de teléfono había rulado por más de una ciudad y casi siempre estaba sonando con la voz de mil y una quejas por sus deudas. Seguramente era algún gilipollas que había conseguido su número y se la tenía jurada, o tal vez era un gilipollas que no pertenecía a éste plano de existencia y quería divertirse a costa del mago. Fuera quien fuese, le daría una patada en los huevos cuando se lo encontrase.
Con la gabardina bien puesta y dispuesto, John se dirigió a la puerta, llevándose un cigarrillo a la boca sin encenderlo. Cogió el pomo de la puerta y lo giró, dejando ésta entreabierta.
- Gracias por la sesión, doctora. Me ha dejado limpito como el culo de un bebé. - Le dedicó una sonrisa de despedida, abrió la puerta y se marchó.
Abajo la ciudad le parecía totalmente distinta. Mientras se encendía el pitillo con una de sus cerillas las calles lo saludaron con sus luces parpadeantes y los insultos de los conductores al pasar uno junto al otro sin medir bien las distancias. El suelo seguía estando igual de sucio y los transeúntes pasaban al lado del mago sin prestarle atención. Pero algo había cambiado. Algo bonito, algo agradable: John había recuperado su sonrisa. Esa sonrisa que no deja ver nada bueno.
"Estas cosas hacen que te replantees tu vida" pensó John antes de dirigirse al primer tugurio de mala muerte que encontrara en su camino. "O tal vez no."
_________________
"La magia es engañar al universo y hacerle creer una mentira increíblemente escandalosa"