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"Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019)
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Steve Rogers Marvel Universe
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Tema: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 7th Junio 2021, 14:32
SIEMPRE VENGADORES
Un silencio ensordecedor había tomado posesión de las calles de Nueva York. Irónicamente, la “ciudad que nunca duerme” parecía haber caído en un profundo y perturbador sueño. La quinta avenida, la arteria más importante y llena de vida de la urbe, reposaba como un gran gigante dormido. Desafiando el silencio, los pasos de un hombre resonaban por la vía desierta. Con semblante serio y aspecto cabizbajo se ocultaba intermitentemente por el ajedrezado de sombras dibujado con la tenue luz de las farolas. La lenta pero constante marcha de aquel intruso nocturno se detuvo a unos pocos metros del número setecientos veintiuno. A la usanza de un moderno padre Merrin, su sombría silueta quedó recortada frente al señorial caserón que ocupaba la susodicha dirección.
Tras observar un momento a ambos lados de la acera, el hombre dobló la esquina para introducirse furtivamente en una de las callejuelas aledañas. Una vez consiguió bordear el edificio para alcanzar la parte trasera, sacó la mano derecha de su bolsillo y palpó el frío granulado de la contrafachada. Tras una profunda inspiración, presionó uno de los ladrillos con delicadeza. Una voz monótona y artificial saludó al extraño visitante.
- Habla, amigo, y entra.
Esbozó una sonrisa. Se trataba de una referencia a una obra de fantasía, por lo visto, la más grande jamás escrita (o eso le habían dicho). Hacía años, cuando se había instaurado ese sistema, el extraño hombre no había sido capaz de reconocer la cita literaria. Poco después, a petición de uno de sus compañeros, había leído las novelas y visionado en maratón (empresa no poco ardua) las versiones extendidas de su adaptación cinematográfica (de una gran calidad, cabía destacar).
- Código de Identificación: CAC1-M1941- dijo el hombre en voz baja.
- Código aceptado- respondió su robótico interlocutor- Introduzca contraseña para completar el acceso.
El hombre volvió a mirar hacia los lados. Tras dar una pequeña patadita a una vacía y abandonada lata de refresco, tomó aire con fuerza y, cerciorado de que nadie podía escucharle, contestó en voz aún más baja.
Steve había intentado cambiar aquel código infernal cientos de veces, incluso había pedido ayuda a varios expertos en telecomunicaciones de SHIELD para tratar de evitar que pudiese ser alterado, pero ese incurable grano en el trasero que era Tony Stark siempre conseguía volver a reescribirlo sin que se diera cuenta. De hecho, aquel ladino y maquiavélico ser había instaurado un protocolo para que siempre fuese necesario introducir el código de validación, aún incluso cuando eran varios los integrantes del grupo los que deseaban acceder a la vez en el edificio. Con todo, suponía que era de agradecer que ningún supervillano, ya fuese de los antiguos o uno de los innumerables nuevos que habían tenido la desgracia de conocer tras la colisión, se hubiese infiltrado en el abandonado lugar para cambiarla. Tampoco era de extrañar, poco quedaba ya de valor en aquella ajada y tétrica mansión para un criminal. Tras los frecuentes cambios de base de operaciones de los Vengadores a lo largo de los años, el caserón había quedado como refugio de reserva y museo del equipo. Sí, en aquel lugar no quedaba mucho más a parte de recuerdos, algo que Steve Rogers poseía en abundancia.
Tras superar el profundo y aséptico pasillo al que daba acceso la entrada secreta, Steve alcanzó la galería intermedia de la mansión. Se negó a encender las luces, dejando que el lugar quedase únicamente bañado por la tenue luz lunar que se filtraba por los amplios ventanales. El capitán Rogers acarició la recargada balaustrada de madera, guiándose casi por instinto a una de las habitaciones delanteras. Tras hacer crujir un ciclópeo portón de estilo barroco, se adentró en el amplísimo gimnasio de la base. Los sacos y anillas interpretaban una apenas perceptible danza bamboleante, incapaces por su propia naturaleza de quedar por completo inmóviles, reproduciendo constantemente el eco de los golpes recibidos en otra época. Steve acarició el quebradizo recubrimiento de cuero de uno de los sacos, convertido en un mustio tapiz tejido por el uso y el maltrato. No pudo evitar la tentación de practicar algunos golpes. Tras quitarse su chaqueta de cuero marrón, casi tan marchita como la propia funda del saco, Rogers comenzó a zurrar sin descanso el instrumento. Aquello, sin embargo, no era lo mismo sin el bullicio de antaño: sin el elástico quejido de las anillas por los agarres de Nat y Daredevil (su pareja por aquel entonces), riendo y desafiándose tras cada loca pirueta digna del más temerario de los trapecistas; sin el sonido de los proyectiles de Clint al impactar certeros contra los cientos de dianas, golpeando con una fuerza “a priori” impensable para una flecha; sin las bravatas de Thor mientras levantaba sin esfuerzo, como quien se acerca un batido a los labios, desproporcionadas pesas de más de seiscientos kilos. Steve detuvo en su regreso el penduleo del saco y abandonó la estancia en silencio.
Siguiendo una ruta sólo trazada por el capricho, Rogers fue una a una visitando las distintas habitaciones del caserón. Discurrió como un fantasma errante por la sala de trofeos, inspeccionando cada una de las reproducciones de las viejas armaduras de Tony; los viejos arcos de Clint; un sinnúmero de pantalones rotos de Banner; los cientos de zapatillas quemadas en su suela de Pietro o aquel horroroso uniforme gris de cuello abierto que a Nat le dio por llevar durante un tiempo. Cada lugar, cada desconchón, cada corte… heridas y glorias de aquél lugar que había tenido la suerte de albergar parte de las vidas de “Los Héroes Más Poderosos de la Tierra”. Steve recordaba con total claridad cada vivencia ocurrida en aquel lugar, casi podía encuadrar la fecha exacta de cada evento si este había dejado algún rastro en la mansión. Podía señalar con precisión el lugar donde había clavado su escudo peleando contra Iron Man en aquella ocasión en que Tony había sido engañado por un falso doble de Steve. Habían tenido sus diferencias, de hecho, muchas veces compartir vivienda con el ego de Tony Stark era comparable a compartirlo con cincuenta compañeros de habitación y, desde luego, hacía más ruido. Pero siempre había admirado su pasión, su entrega, su brillante intelecto y su talante emprendedor. Sólo cuando dejaban al lado sus opiniones, su ciego idealismo, eran capaces de ver lo que tan claramente subyacía en el fondo. Que eran, irremediable e inevitablemente, dos grandes amigos.
Finalmente, Steve Rogers bajó la escalera principal para llegar al gran salón central. Sí, aquello era lo había venido a buscar.
Imponente y majestuosa se erguía en el centro de la sala, abundantemente iluminada por el tragaluz abovedado, la gran escultura de mármol que representaba a los miembros del equipo.
Aquella compleja obra había sido encargada a Alicia Masters, la brillante escultora ciega y, frecuentemente, pareja de “La Cosa”, de “Los Cuatro Fantásticos”. La escena representaba a Los Vengadores en batalla campal contra Ultrón y sus decenas de cuerpos robóticos. Steve se creía una persona con sensibilidad artística y, quizá por ello, había sido el más sorprendido del equipo cuando la obra se dio a conocer al público. Suponía que todos se habrían quedado más que satisfechos con la espectacularidad de la escena, así como con la fiel representación de cada uno de los integrantes del grupo. Sin embargo, Steve sabía ver el verdadero mérito de la escultora, el regalo oculto tras aquella mole de mármol. Había podido atisbarlo en las frecuentes ocasiones que acudió a su estudio para posar, al observar la galería de esculturas inacabadas. Como una nueva Miguel Ángel, hacía a cada figura emerger de los bloques, como si Masters estuviese liberando a golpe de cincel a cada dormida escultura dentro de la fría piedra.
En efecto, Alicia Masters había conseguido una espectacular escena de batalla, mostrando a Los Vengadores en toda su gloria, dando su último aliento para obtener la victoria en la batalla. Pero, de nuevo, ese no era el verdadero valor de aquella escultura. El verdadero talento de Alicia Master residía en la forma en cómo conseguía plasmar en la piedra el alma de cada persona, la verdadera naturaleza encerrada en todo a quien retrataba. Aquella escultura era un momento congelado en el tiempo de cada uno de sus compañeros, un retrato más fiel que cualquier fotografía.
Tony había pedido ser retratado con su armadura del momento, aquel infierno tecnológico que llamaba con el “modesto” nombre de “Silver Centurion”. Stark siempre había tenido demasiado pudor respecto a sus creaciones antiguas, considerándolas obsoletas casi al instante tras la elaboración de un nuevo traje. Pese a dicha petición, Alicia Masters no hizo caso y, probablemente ayudada de alguna antigua figurita de acción, retrató a Tony con la armadura con la que se enfrentó a Ultron por primera vez. Incluso con el rostro cubierto por el casco, Alicia había sido capaz de transmitir la esencia de Tony. Burlón y chulesco, lleno de confianza y desafío. Y aún así, tras las ranuras de la máscara, un vivaz ojo marmoleo. Lleno de inteligencia, de preocupación, sin duda pergeñando cada nueva estrategia a una velocidad de infarto, calculando toda eventualidad… lleno de ansiedades y preocupaciones, pensando en cómo iba a hacer que todos volviésemos a casa. El corazón tras la coraza del “hombre de hierro”.
Todo estaba allí reflejado: la calma y sensibilidad de Banner tras el rostro de la bestia; el poder y la garra tras la aparente fachada de Wanda; los cegadores destellos de genuina bondad de Thor acompañando a la ira de la tempestad. Todos los compañeros estaban ahí, luchando codo con codo, eternos, inmortales… De todas las figuras, y las había muy logradas, la favorita de Steve siempre había sido la Nat. Aún recordaba con cierto cariño la cara de absoluto pavor que su compañera había puesto al ver por primera vez la escultura. Allí estaba ella, batiéndose como una leona contra una de las réplicas de Ultron, fiera y grácil como era costumbre en ella. El “quid” de la cuestión estaba en su rostro. Con una media sonrisa, la vengadora miraba de reojo al resto de camaradas. Llena de orgullo y ternura, de complicidad y cariño. Steve suponía que en el libro de Natasha Romanoff no había lugar para cosas como aquellas y, aún así, Alicia había sido capaz de plasmar aquello que Rogers con tanta claridad veía.
Con parsimonia, Steve se sentó frente a la estatua y extrajo un bloc de dibujo de su mochila. Tras leer por última vez la leyenda en la escultura, afiló con su navaja un lápiz del número dos y comenzó a bocetear en el papel. “Si no podemos salvar la tierra la vengaremos”. La pequeña revancha de Steve contra los bromazos de Tony. Una frase desafortunada pero llena de significado.
El capitán empezó a dibujar a cada uno de sus compañeros en una de las páginas de bloc. Por supuesto, podría haberlos dibujado de memoria, pues esta era casi perfecta debido a los efectos del suero de super-soldado. No quería hacerlo, no quería usar los recuerdos que asaltaban su mente últimamente. Recuerdos de derrota, de dolor, de sueños y amistades rotas. Al igual que Alicia Masters, Steve quería capturar la verdadera esencia. Lamentó todo el tiempo que pasó añorando su tiempo, esa época pasada que había llegado a idealizar hasta niveles absurdos. “Un hombre fuera de su tiempo”, que cosa más absurda. ¿Cómo podía añorar un tiempo de guerra y división? ¿Cómo podía añorar los rostros aterrados de los jóvenes, aún más niños que él, muriendo en el lodo? ¿Cómo podía echar de menos los ojos apagados de aquellas pobres almas, hacinadas y maltratadas como animales, cuando liberaron los campos? Llamaban a su quinta “la mejor generación”… y ahora ese epíteto se le antojaba absurdo. Había estado ciego cuando despertó del hielo, incapaz de ver todo lo que tenía por culpa del peso de lo que había perdido ¿No era aquello lo que siempre había querido? Hombres y mujeres, de toda condición y origen, unidos para proteger a quienes no pueden hacerlo por sí mismos. Valientes, entregados, compasivos… Un equipo, un grupo de amigos. Una familia…
Tras unos últimos retoques y un poco de goma de borrar, Steve alejó el bloc de dibujo. Sí, parecía que había logrado capturar la esencia.
Sin máscaras, sin poderes, sin odio… La esencia de un grupo de personas extraordinarias arropando a un débil y enfermizo chico de Brooklyn.
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 15th Junio 2021, 08:47
A veces, siento que estoy dentro de un tren del terror. Avanzo a toda velocidad por una galería a oscuras; y todo lo que veo, delante y detrás de mí, son fantasmas. Stalingrado. Siberia. La Sala Roja. China. Algunos son más fáciles de mirar a la cara que otros. Éste… La Mansión de los Vengadores... es uno de los complicados.
No es miedo lo que siento al pensar en ello. No; supongo que tengo recuerdos peores. Este sitio fue mi hogar. Representa lo más parecido que he tenido nunca a una familia. Custodia algunos de mis mejores momentos. Pero también tiene una puerta que he cruzado una y otra vez, en ambas direcciones, sin mirar atrás. Y, por encima de todo, está silencioso y vacío, lleno de trofeos gastados; souvenirs de una época que no volverá.
No puedo evitar sentir que es culpa mía.
Aún así, sigo volviendo una y otra vez. No sé muy bien a qué… ¿A reflexionar sobre el tiempo que corre? ¿A mirar a los ojos a mis fracasos? ¿A echar de menos a los que ya no están?
Reconozco que no esperaba tener compañía hoy.
Desde la sala de monitores, observo a Steve avanzar por la casa, deteniéndose a contemplar cada habitación como si la viera por primera vez. Hay nostalgia en cada paso que da. Sus ojos miran más allá de las reliquias, más allá del polvo. A veces, esboza una sonrisa. Me pregunto qué vieja película se está proyectando en su mente.
Me pregunto si sabe que la casa ha cambiado por el simple hecho de tenerlo allí.
Ahora, la Mansión está viva. Respira.
Empiezo a seguirlo desde la sala de trofeos, convirtiéndome en una sombra más. Sé que odia que haga esto, pero no quiero interrumpir su viaje. Me mostraré a su debido tiempo.
Cuando llegue al lugar al que sé que va.
Maldito y sentimental Rogers. Él sabe que evito deliberadamente esa estatua.
Steve tiene una sonrisa en el rostro cuando se sienta, libreta en mano. Yo me quedo un rato a la sombra de las escaleras, mirando el monumento como si lo viera por primera vez. Con él aquí, parece más fácil enfrentarse al dolor. Por primera vez en muchos días, me atrevo a recorrer los rostros conocidos con la mirada. Tony… Clint… Wanda…
Tal y como esperaba, duele. Pero sé que tengo un escudo sobre mi cabeza.
Sonrío ligeramente al contemplar al Capitán América esculpido en la piedra, con Steve Rogers sentado a sus pies... dibujando.
Casi puedo oír su voz; en otro lugar, en otra batalla, llamándonos a su lado.
Vengadores…
Quizá va siendo hora de dejar las sombras, Natalia Romanova.
Completo el último tramo del camino que lleva al mejor líder que han tenido Los Vengadores.
- Ya sabía yo que los fósiles nunca andan demasiado lejos de las piedras -digo, a modo de saludo, justo detrás de él. Mi voz trasluce tanto cariño como ironía.
Definitivamente, odia que haga esto. Resisto el impulso de sonreír.
- Bonito dibujo -añado. Es difícil mantener una expresión indescifrable ante la escena que muestran los lápices de Steve. La verdad pasa entre mis labios antes de que me dé cuenta- Me gusta más que la estatua. -musito.
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 16th Junio 2021, 16:19
-Ya sabía yo que los fósiles nunca andan demasiado lejos de las piedras – dijo una voz femenina justo detrás de Rogers. El corazón se le subió a la garganta y tuvo que hacer un esfuerzo por reprimir todos sus instintos de soldado y no ponerse en guardia. Reconocía esa voz cargada de afilada ironía. Era Nat, sin duda. La Viuda Negra era una de las pocas personas capaces de sorprenderle de esa forma sin que pudiese advertirla, cosa que irritaba a Steve sobremanera. El chiste había sido bueno, eso había que reconocerlo, entre los diez mejores que le había escuchado en relación con su edad. Aquello era lo gracioso, Steve no sabía prácticamente nada del pasado de Natasha. Por la información que tenía (o, mejor dicho, por toda la que le faltaba), Nat podía ser tanto o más vieja que él. Era imposible saberlo, su expediente de SHIELD estaba casi tan blindado como el del mismísimo Furia. Tampoco Steve se habría rebajado a la indignidad de cotillear los archivos de una amiga de haber podido. Porque eso era Natasha para él, una buena amiga. Ella se esforzaba por mantener esa coraza de frialdad ladina y distante con todo el mundo, quién sabe si por voluntad propia o por puro instinto ¿Una faceta más de ese pasado neblinoso? Steve prefería no saberlo. Es más, ni siquiera le interesaba. El pasado de Natasha era un asunto exclusivamente suyo. Lo único que Steve Rogers le interesaba era su presente y, a lo sumo, el pasado que habían compartido como compañeros. Y, en todo ese tiempo, a él no le había fallado ni una sola vez. De ella había conocido entrega, dedicación y lealtad. Sí, Steve Rogers tenía esa mala costumbre de confiar en las personas y, era justo decir, en su gran mayoría no le había salido mal la jugada. Natasha Romanoff era, en esencia, una buena persona. Incluso si ella misma se negaba a verlo.
- Bonito dibujo – añadió ella. Steve se quedó perplejo. No parecía haber ni un asomo de ironía en aquella afirmación. No hizo ningún esfuerzo por ocultar aquel bosquejo, ni siquiera cuando Nat le pilló con la guardia baja. Los años le habían enseñado algunas lecciones valiosas. Una de las más importantes, que si hay algo que no merece la pena ocultar, son los sentimientos- Me gusta más que la estatua. –musitó Nat.
Steve bajó la cabeza y sonrió. Tampoco parecía que aquella afirmación fuese un intento de picarle. Volvió a fijar la vista en su obra más reciente, mirando el rostro de cada uno de los amigos allí representados. Giró el rostro para encarar el de Nat. Comparó la cara de su amiga con su propia representación pictórica. Era bastante difícil hacer justicia a la belleza de la Viuda Negra, la verdad, pero sobre eso ya se había hablado demasiado y no era lo importante. Sin embargo, Steve se felicitó privadamente de haber podido captar la esencia de Natasha. Sí, aquella Nat que tenía en frente era, sin duda, la de su dibujo.
Recogió de nuevo el lápiz para, rápidamente, fechar y firmar el bosquejo en la esquina inferior derecha de la página. Acto seguido, extrajo el folio por la juntura de las anillas para después, cuidadosamente, arrancar el papel sobrante por la línea de pequeños puntos perforada en la hoja para tal fin. Por último, echó un último vistazo a la obra y, tendiéndosela a Nat con la mano, le hizo hueco en el banco junto a él, invitándola a tomar asiento.
- Pues si tanto te gusta es tuyo. Está firmado, así que si algún día me hago famoso puede que valga algún dinero- dijo sonriente uno de los hombres más famosos del mundo.
Tras esto, Steve comenzó a guardar de nuevo en su mochila los útiles de dibujo. Una vez hubo terminado, se quedó un rato en silencio, disfrutando de la paz y la compañía. Nat no parecía el tipo de persona que se abandonase a arrebatos nostálgicos. Cabía la posibilidad de que Furia la hubiese mandado allí para tenerlo controlado. Si ese fuera el caso, le daba igual. Lo que estaba haciendo no era ningún secreto y, a fin de cuentas, agradecía la compañía.
Pasado un rato de silencio, Steve volvió a meter la mano en su mochila para extraer un botellín de cerveza. Con un abridor traído “ex profeso” para la ocasión, extrajo la tapa y se la dejó a la mano a Nat, apoyándola en el suelo.
- La había traído para mí pero… bueno. A mí ya sabes que no me hace nada- sonrió- Pero se supone que eso es lo que hay que hacer ¿No? Beber por los amigos que ya no están, recordarlos, brindar…- Steve volvió a su silencio reflexivo- ¿Sabe agente Romanoff?- preguntó él siendo lo más formal que pudo, sabiendo que eso la ponía de los nervios. El trato cordial también la ponía de los nervios, en realidad. Las interacciones con Natasha tenían esas pequeñas y cómicas victorias- A lo largo de los años se ha hablado bastante sobre cuánto necesita el mundo a los Vengadores- Steve esbozó una amarga sonrisa- Pero hasta ahora no me había dado cuenta de lo mucho que yo los necesitaba…
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 17th Junio 2021, 08:05
Steve me recompensa con un respingo. Oculto una sonrisa de satisfacción. Tengo que hacer esto más a menudo.
Soldado como es, recupera enseguida la compostura. Hay un brillo divertido en sus ojos cuando garabatea algo en el dibujo y me lo tiende.
-Pues, si tanto te gusta, es tuyo. Está firmado, así que si algún día me hago famoso puede que valga algún dinero.
Esbozo una sonrisa ladeada. Tiene gracia que él lo diga.
Tomo el papel de entre sus manos, dejando que mi expresión facial y mi lenguaje corporal cambien, mimetizando a las jóvenes agentes de S.H.I.E.L.D. que aún chocan contra las columnas cuando ven pasar a Steve.
-¡Oh, Dios mío, es un autógrafo del Capitán América! -exclamo, agitando la hoja para abanicarme. Un movimiento calculado al milímetro para no arrugarlo… aunque no hace falta que él se dé cuenta de eso.- Creo que voy a desmayarme…
La frase me da pie a dejarme caer en el banco, en el espacio que ha liberado junto a él.
Un silencio cómodo se asienta entre nosotros, como un tercer compañero. Entonces, Steve abre su mochila y, tras rebuscar un poco, deja una cerveza a mi lado. Lo miro, ligeramente divertida.
- La había traído para mí pero… bueno. A mí ya sabes que no me hace nada- dice.
-No creo que puedas emborrachar a nadie con eso. -comento. No lo digo sólo por mí; igual que pasa con él, mi cuerpo metaboliza los tóxicos a gran velocidad. Nunca he sufrido los efectos del alcohol. Probablemente necesitara beber un camión cisterna de vodka para notar algo.
- Pero se supone que eso es lo que hay que hacer ¿No? Beber por los amigos que ya no están, recordarlos, brindar…
Tiene razón. Aprieto los labios. Al final, somos dos ancianos sentados en un banco… recordando viejos tiempos. Contando batallitas.
- ¿Sabe, agente Romanoff? -hago una mueca al oírlo, y me abstengo de comentar que cada día se parece más a Furia- A lo largo de los años, se ha hablado bastante sobre cuánto necesita el mundo a los Vengadores. Pero, hasta ahora, no me había dado cuenta de lo mucho que yo los necesitaba…
Siento una punzada. Breve, pero profunda. Con los ojos fijos en la estatua, doy un largo trago a la botella. Me estoy dando tiempo para encontrar las palabras.
-Es mutuo.-digo, finalmente. Y, entonces, arranco de mi garganta las siguientes palabras, para evitar que se me enquisten dentro - Los Vengadores no funcionan sin el Capitán América. Créeme, lo he comprobado.
Una confesión disfrazada de ironía. Todavía no me he perdonado por eso. No sé si nunca lo haré.
Levanto el botellín en dirección al monumento, solemne.
-Por Los Vengadores -afirmo, y doy otro largo trago antes de pasarle la botella.- Su turno, Capitán Rogers. No se preocupe: si alguien pregunta, negaré haber dado alcohol a un hombre de su edad.
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 18th Junio 2021, 03:16
Los aguijonazos de Nat eran un divertido soplo de aire fresco que ayudaba a Rogers a huir de su privado círculo de constante auto castigo. Verla bromear con él, como en los viejos tiempos, casi le hacía sentir como si éste no hubiese transcurrido. Podría incluso llegar a convencerse de que, al día siguiente, se levantaría en su habitación, como de un mal sueño, y que todo sería como debía. Tony estaría preparando esos asquerosos batidos de proteínas, seguro tratando de paliar los efectos de una violenta resaca. Thor estaría desayunándose media nevera. Clint estaría tirando bolitas de papel, siempre certero, contra la cabeza de un abnegado Banner, hundido como siempre junto a su café. Con ella allí, casi parecía que hubiesen vuelto de verdad a casa.
Por otro lado, la imitación de Nat había sido más que perfecta. La vocecita temblorosa, el darse aire con el folio… Sí, Steve había visto muchas veces aquella expresión desde que había despertado del hielo. Tanta gente suspirando, con mayor o menor discreción, al paso del Capitán América. Le gustaría poder viajar en el tiempo (esta vez hacia el pasado) y contarle eso a su “yo” de catorce años. Tampoco es que los halagos, los vítores y la admiración le ayudasen a levantar un ego que, de una época para allí, estaba más bajo que nunca. La idolatría era peligrosa y Steve sabía que la mayoría de esas chicas suspiraban por una imagen irreal, por una fantasía que se habían construido en la cabeza. No era atracción real, ni muchísimo menos amor. Steve Rogers lo sabía. Había estado enamorado una vez, hacía una vida, y aquello ni se le parecía.
La broma, sin embargo, era de agradecer. Mucha gente se sentía incómoda junto a Natasha Romanoff, incluso alguno de sus amigos. Él sabía ver debajo de la frialdad y podía distinguir que su mordacidad no era malintencionada, todo lo contrario. Era el típico humor ácido que Steve tanto apreciaba pero que se sentía incapaz de producir. Nada venenoso había tras esas palabras. A él lo habían insultado y vejado las veces suficientes como para poder notar la diferencia.
Se quedó ahí sentado. Esperando que hubiese una tonelada más de esas bromas, simplemente viéndola acercarse la cerveza a los labios, hablando como los viejos amigos que eran.
-Es mutuo.-dijo Nat, en respuesta al lastimero comentario nostálgico de Steve. - Los Vengadores no funcionan sin el Capitán América. Créeme, lo he comprobado- Acto seguido levantó la botella en un intento de brindis- Por Los Vengadores - y dio otro largo trago antes de pasarle la botella- Su turno, Capitán Rogers. No se preocupe: si alguien pregunta, negaré haber dado alcohol a un hombre de su edad.
- El Capitán América…- espetó el con cierta sorna mientras aceptaba el ofrecimiento- ¿Y quién demonios es ese? ¿El tipo sonriente de los pósters? ¿El héroe de guerra? ¿Un sicario del Estado? ¿De SHIELD? Todo el mundo parece tener una idea sobre quién es el Capitán América: “El Capitán América es un hombre justo, de elevados ideales”; “El Capitán América es el símbolo de la nación”; “El Capitán América siempre hace lo correcto…”; “El Capitán América esto… el Capitán América lo otro”; “Eso no es lo que haría el Capitán América…”;- Steve dio un trago largo y bajó la mirada algo picado- Menuda estupidez… Yo te diré lo que es el Capitán América: Un maldito fraude. Material de propaganda y nada más. Un cuento estúpido que le soltamos a los nazis para que se lo hicieran encima, y a los niños para que durmiesen más tranquilos mientras sus padres y hermanos sangraban en el barro…
De pronto, Steve ya no está sentado junto a Natasha, frente a la estatua de los Vengadores, sino en una enorme mesa de conferencias en la Torre Stark. La estancia está completamente vacía, a excepción de Tony y él mismo. El empresario tiene su mirada fija en él, observándole tras sus dedos cruzados. Steve suspira y aleja con la mano el documento que hay sobre la mesa.
…
- ¿Y bien?- pregunta algo alarmado Stark.
- Es una broma ¿Verdad?- dice Steve con voz de hielo- Dime que es una de esas bromas tuyas que no soy capaz de pillar.
- Va muy en serio- responde el otro con un talante poco acostumbrado. El Capitán se levanta abruptamente, se restriega las manos por la cara. La tensión en el ambiente puede cortarse con un cuchillo- Tienes que comprender…
- ¿Qué quieres que comprenda Tony? ¿Eres consciente de lo que puede hacernos eso?- dice señalando a la mesa, como si el documento sobre ella fuese radiactivo- Lo peor… lo peor no es que lo estén valorando. Es que tú estés contribuyendo a ello.
- Estoy contribuyendo a salvarnos el culo- responde Stark algo picado.
- ¿”Nos”? ¿Qué culo estás salvando Tony? Dime ¿Cómo va a contribuir a salvarnos que el gobierno tenga carta blanca para marcar y registrar a toda persona con poderes del país? Según yo lo veo, lo que va a hacer es ayudar a todo villano con los recursos suficientes y acceso a internet a arruinar la vida de todos nuestros amigos.
- Los registros no serán públicos- replica Stark hastiado, como el profesor que tiene que repetir demasiadas veces una lección que le parece extremadamente sencilla.
- Claro… Vete a decirle eso a Hydra, o al Dr Muerte, o a Kingpin, o…
- SHIELD garantizará la seguridad de…
- ¿SHIELD? Tony, casi me da más miedo que ellos tengan esa información…
- ¡¡Es el futuro!!- gritó Stark levantándose también de la mesa.
- ¡¡No, Tony!! ¡¡Es el futuro que TÚ quieres!! Estás decidiendo por todos nosotros, como siempre- replica furioso el capitán apuntando con su dedo contra Stark como si pudiese mandarle un rayo con él.
- ¿Puedes aparcar un momento esa moralina de boy scout y escucharme? Esto era inevitable desde el momento en que un fulano tuvo la idea de ponerse el pijama y salir a la calle a levantar coches sobre su cabeza. Van a hacerlo de todas formas y, lo único que pretendo, es que tengamos voz en ello. Es un maldito registro, simplemente eso.
- Nunca es simplemente eso, te lo digo por experiencia- masculla Steve cruzando los brazos, recordando cosas a las que no le hace mucha gracia volver.
- Tú te hiciste público ¿Te das cuenta de lo hipócrita que suena que te opongas al Acta?
- Yo ELEGÍ hacerme público. Esto nos quita la oportunidad de elegir.
- Steve, no es solo el maldito registro… es seguridad para todos; para los ciudadanos y para nosotros: Sueldos, dietas, entrenamiento, plan de jubilación… Es el seguro que garantiza que, la próxima vez que un pirado tire a una chica de un puente, quien vaya a socorrerla tenga la preparación suficiente para…
- ¿¡Estás culpando a Peter de…!?- replica Steve furibundo.
- Yo no estoy…- trata de explicarse Stark.
-¿¡Y si la próxima vez que un psicópata se obsesiona con uno de los nuestros evitamos que descubra su identidad y haga daño a sus seres queridos!?
- ¿Y quién va a evitar eso?- sigue Stark cada vez más furioso- ¿¡Tú!? ¿Dónde coño te has metido todo este tiempo? ¿Dónde estabas mientras Nat se comía el marrón y se echaba el equipo a las espaldas?
- Te diré dónde no estaba… ¡¡No estaba jugando a ser un salvapatrias con mis amigos los políticos!!
- ¡¡Estoy tratando de evitar una guerra!!
- ¡¡No!! ¡¡La estás provocando y, como siempre, estás aportando también la munición!!- grita Steve sosteniendo en su mano el documento.
- ¡¡No es munición pedazo de imbécil!! ¡¡Es protección!! ¿Qué prefieres, que planten un puto Centinela delante del colegio de Charles? Nos somos dioses. Somos cuatro idiotas disfrazados contra todo un país y si no participamos en esto… ¿Quién coño nos va a proteger? ¿¡TÚ!?
- ¡¡Si es necesario, sí!!
- Claro… pregunta a tu último compañero qué tal le fue con eso…- Stark se arrepiente casi al instante de haber dicho esas palabras. Su rostro muta de la ira al terror en menos de un segundo- Steve… no pretendía…
Es demasiado tarde. El Capitán Rogers abandona la sala a una velocidad que pocos pueden emular. La puerta se cierra de un golpe y las bisagras saltan como chinches. Tony cae con la misma fuerza sobre la silla. Hunde el rostro en sus manos.
Será la última vez que se vean.
…
Steve volvió al presente y sintió que han sido ya demasiadas las veces que ha despertado en un tiempo que no le gusta y dejando cosas sin resolver. Dio otro pequeño sorbo a la cerveza y miró a su amiga con tristeza.
- Lo hiciste muy bien Nat, mucho mejor que yo. De hecho, puede que seas tú quien deba llevar ese maldito escudo- Steve bajó la cabeza, avergonzado de compartir su mirada con la Viuda- Te diré “qué no haría el Capitán América”. El Capitán América no abandonaría a sus compañeros.
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 2nd Julio 2021, 08:38
- El Capitán América…- repite Steve, cogiendo el botellín - ¿Y quién demonios es ese? ¿El tipo sonriente de los pósters? ¿El héroe de guerra? ¿Un sicario del Estado? ¿De SHIELD? Todo el mundo parece tener una idea sobre quién es el Capitán América: “El Capitán América es un hombre justo, de elevados ideales”; “El Capitán América es el símbolo de la nación”; “El Capitán América siempre hace lo correcto…”; “El Capitán América esto… el Capitán América lo otro”; “Eso no es lo que haría el Capitán América…”;- bebe. Y toda su acidez se convierte en amargura. - Menuda estupidez… Yo te diré lo que es el Capitán América: Un maldito fraude. Material de propaganda y nada más. Un cuento estúpido que le soltamos a los nazis para que se lo hicieran encima, y a los niños para que durmiesen más tranquilos mientras sus padres y hermanos sangraban en el barro…
Sus ojos se desenfocan después de eso, y guarda silencio. No está mirando la estatua. Tampoco me está mirando a mí. Acaba de perderse en algún recoveco de su mente.
-Eh.- lo llamo, apoyando la mano en su hombro -Vuelve aquí, Rogers.
Y vuelve, pero tarda unos segundos. Y, cuando lo hace, hay sombras en sus ojos. Sea cual sea el fantasma que ha ido a visitar, lo ha traído de vuelta con él.
-Compadecerte tanto de ti mismo no es tu estilo, Steve.- replico. Tal vez suene duro. Pero tengo dos normas: no soy sutil con mis amigos, y no les miento más de lo necesario. Y creo que Steve Rogers no necesita que le mienta. -Claro que somos material de propaganda. Nos hicieron para una guerra. -le recuerdo, y no me importa incluirme en el mismo saco. Somos muy parecidos; todo lo parecidos que pueden ser la luz y la oscuridad, al menos. El héroe de la patria y el coco del enemigo. Dos caras de una misma moneda.- Puede que para más de una. -me corrijo- Siempre hemos sido símbolos. - añado, señalando la estatua frente a nosotros con un gesto de la mano- Seguimos siéndolo... Moriremos siéndolo.
Clavo mi mirada en la suya.
-“El Capitán América es un tipo que hace lo que puede”.- digo, imitando el tono que él ha usado minutos atrás. -“Pero, al menos, hace algo”.
No soy experta en halagos. Pero se me da bien decir lo que hay. Y no voy a permitir que siga flagelándose en mi presencia.
- Lo hiciste muy bien Nat, mucho mejor que yo. De hecho, puede que seas tú quien deba llevar ese maldito escudo- me dice, y lo peor es que lo dice en serio - Te diré “qué no haría el Capitán América”. El Capitán América no abandonaría a sus compañeros.
-Ah. Porque el Capitán América nunca se equivoca. - replico, dejándole ver su propia contradicción. - ¿Qué quieres ser? ¿El hombre, o el símbolo?
Hay un instante de silencio.
-No creo que te fueras sin un buen motivo. - continúo - Ni creo que nos abandonaras. Lo que pasó entre Tony y tú... tenía que pasar. Tarde o temprano.
Supongo que podemos ser una moneda con muchas caras. Tony también se merece la suya.
-Alguien me dijo una vez que mi pasado no me definía. Que seguía siendo una Vengadora. Y yo me lo creí. -digo, despacio-Me gusta pensar que mis habilidades sirven para algo más que para romper cuellos en la oscuridad.
Al mencionarlo, las imágenes acuden rápidamente a mi cabeza. Y también los sonidos. Un crujido seco, como el de un tronco al quebrarse en el fuego.
Cierro los ojos un instante. No quiero invitar también a mis fantasmas a esta fiesta.
Y no quiero seguir "riñendo" a Steve. Creo que ha tenido suficiente.
Abro los ojos y busco de nuevo su mirada. Esta vez, esbozo una media sonrisa.
- Creo que voy a rechazar el escudo. No combina con el resto de mi uniforme.
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 7th Julio 2021, 02:39
Steve escuchó las palabras de Nat con atención. A veces frías como un cuchillo, otras cálidas como una caricia. Muy pocas veces había pensado en lo parecidos que eran. Un soldado mejorado americano y una súper- espía rusa. Como ella había señalado, “les hicieron para la guerra”. La principal diferencia entre él y Natasha es que Steve sí había llegado a creerse todo ese rollo de “salvar a la nación”. Ingenuamente pensó que su guerra terminaría con todas las demás. Ella parecía verlo todo con mayor perspectiva. Siempre habría un nuevo conflicto, una nueva misión. La lucha nunca acababa, y la paz tan sólo era el interludio entre dos guerras.
La mención a Tony le pilló por sorpresa. De nuevo, la Viuda Negra hurgaba sin aviso en su cabeza, aunque suponía que no era difícil deducir la deriva de sus pensamientos. “Tenía que ocurrir”. Tal vez tuviese razón y ese conflicto era inevitable, aunque eso estaba lejos de reconfortarle. ¿Podían dos personas con tanto en común, con una voluntad tan grande de ayudar a los demás, llegar a retirarse la palabra por una cuestión ideológica? Otro de los comentarios de Nat, sin embargo, sí conseguía darle un poco de consuelo: “El Capitán América hace lo que puede”. No podía estar más de acuerdo con aquella frase. El Capitán América hacía lo que podía y, por lo general, eso era mucho. Tal vez sus poderes le hiciesen perder la perspectiva ¿Era aquello orgullo? Era un poco más fuerte y rápido que los demás, pero seguía siendo un simple hombre. Ella le preguntó si prefería ser el “hombre o el símbolo”. Jamás quiso ser el símbolo y puede que ser el hombre fuese más que suficiente. Un buen hombre, uno que pudiese mirarse al espejo sin miedo a lo que le devolvía. Tal vez pensar que eran infalibles, que nunca se equivocaban, que no podían ser derrotados, había sido precisamente el motivo de su caída.
- Alguien me dijo una vez que mi pasado no me definía. Que seguía siendo una Vengadora. Y yo me lo creí. –dijo Nat llena de melancolía -Me gusta pensar que mis habilidades sirven para algo más que para romper cuellos en la oscuridad.
Sí, Steve recordaba muy bien la primera vez que Nat había sido presentada en sociedad como un miembro de pleno derecho de los Vengadores. Ella, naturalmente, había rechazado cualquier tipo de reconocimiento público. Steve habría estado de acuerdo con ella. Odiaba de la misma forma ese tipo de eventos multitudinarios. La idolatría jamás había sido un buen asunto, lo sabía por experiencia. Sin embargo, se había dicho a sí mismo que no era una muestra de vanidad. El pueblo tenía derecho a relacionarse con sus supuestos héroes, a conocerlos, a tocarlos. Era la forma que tenían de demostrar que no eran diferentes a ellos, algo que iba muy a tono con las últimas palabras de Nat. Parecía que Steve tenía muchos consejos para los demás y muy pocos para él mismo. Sólo en ese momento fue consciente de lo mucho que Nat necesitaba aquello. Por primera vez, al igual que él, estaba luchando por algo en lo que creía. Ese era el verdadero significado de la libertad. No se sentía digna, lo que era absurdo. Ese había sido siempre su ancla. Las personas pueden cambiar porque, incluso aunque ellas no lo sepan, dentro de ellas hay bondad. La Viuda Negra había luchado mucho por llegar hasta ahí. Durante gran parte de su vida, Dios sabe cuánto, había sido un instrumento al servicio de los ideales de otros. Unos ideales que, seguramente, no compartía. Jamás se le pidió opinión. Por una vez estaba haciendo lo que quería, luchando por lo que creía. Sí, ella más que nadie, necesitaba ese grupo. Esa familia. Ese pensamiento, sin él saberlo, llenó de nueva determinación a Steve Rogers.
- Creo que voy a rechazar el escudo. No combina con el resto de mi uniforme.
- Y pienso que haces bien- contestó Steve con una sonrisa- Al fin y al cabo, tampoco es que las barras y estrellas estén demasiado de moda últimamente. No me extraña- dijo soltando un bufido- Con ese loco de Luthor al timón cualquiera renunciaría a los colores.
Luthor, ese era otro problema que tener en cuenta. Muchos desinformados consideraban a Steve Roges un esclavo de los dictados del poder. A pocos les parecía posible que el símbolo de una nación discrepase del gobierno que, supuestamente, representaba. No había que llevarse a engaño. Steve Rogers respetaba la democracia. Aceptaba la voluntad del pueblo de los Estados Unidos. Otra cosa es que estuviese de acuerdo con su decisión. La libertad implica muchas cosas, entre otras, la capacidad de discrepar.
Eso era un tema importante y, tal vez por casualidad, era posible que hubiesen llegado al germen de la cuestión. Steve Rogers no creía en las casualidades. Es imposible saber si se trataba del resultado de una vida de felices coincidencias, o el fruto de una educación religiosa. Pero, para Steve, nada pasaba sin motivo. El hecho era que, en ese instante, dos personas abandonadas y carcomidas por la culpa se encontraban juntas recordando la gloria del pasado. Steve, advertido de sobra de la ansiedad que eso le provocaba a la espía, colocó su mano en el hombro de Natasha.
- Nat… hoy… hoy me has hecho ver muchas cosas. Hemos discutido mucho sobre qué debe ser el Capitán América. Y, tras esta conversación, sólo puedo llegar a una conclusión. El Capitán América es un hombre, cierto, pero es un hombre que nunca se rinde y, por lo que sé de la Viuda Negra, ella tampoco lo hace. Tienes razón, no nos hicieron para una sola guerra, pero ahora tenemos una oportunidad que jamás previeron cuando nos transformaron en lo que somos. La posibilidad de luchar en nuestras propias guerras, en las que otros no pueden luchar, en las que “ellos” no quieren que participemos. Hay muchas cosas en mi vida que han escapado de mi control, pero hay una que he elegido: Ser un Vengador. Tú hiciste lo mismo y sé que, por mucho que penemos, no te arrepientes de ello- Steve clavó sus ojos en los de Nat- Luchemos esa guerra, seamos quienes elegimos ser. Traigamos de nuevo al equipo, no sólo porque el mundo lo necesita- Steve alzó la mirada y no pudo evitar esbozar una sonrisa- sino porque nosotros lo necesitamos. Volvamos a juntar a la familia, demostremos al mundo que somos más que aquello para lo que nos hicieron. Yo no soy sólo un super- soldado, y tú has demostrado ser mucho más que una espía- Steve apartó durante una milésima de segundo la mirada. No porque se avergonzara de lo que iba a decir, sino por la trascendencia de sus palabras- Tú y yo estamos aquí, y eso debería ser suficiente para, al menos intentarlo. Juntemos de nuevo a la familia. Había un sueño que tú te creíste y, debo reconocer, yo también lo hice- Steve sonrió sin ambages, sin vergüenza- Porque, una vez vengadores… Siempre Vengadores.
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 18th Agosto 2021, 08:37
- Y pienso que haces bien- Ahí está. La sonrisa en el rostro de Steve. Siento que mis hombros se relajan un poco. - Al fin y al cabo, tampoco es que las barras y estrellas estén demasiado de moda últimamente. No me extraña -resopla- Con ese loco de Luthor al timón cualquiera renunciaría a los colores.
- "Dijo el Capitán América" - señalo, divertida - Puedo buscarte otros colores, si quieres. Te he visto por los monitores: parecías interesado en esos pantalones viejos de Banner. El lila te sentaría bien.
Mi tono es festivo pero, por una fracción de segundo, mi gesto se ensombrece. Alexander Luthor. Ese hombre activa mis alarmas. Me recuerda a otros que he conocido; tipos que, a primera vista, no comparten nada con él: altos cargos de la KGB, CEOs de grandes multinacionales... Todos con ese mismo brillo en los ojos.
Un animal de presa reconoce a otro animal de presa.
Steve pone una mano sobre mi hombro, devolviéndome al presente.
- Nat… hoy… hoy me has hecho ver muchas cosas. Hemos discutido mucho sobre qué debe ser el Capitán América. Y, tras esta conversación, sólo puedo llegar a una conclusión. El Capitán América es un hombre, cierto, pero es un hombre que nunca se rinde y, por lo que sé de la Viuda Negra, ella tampoco lo hace. Tienes razón, no nos hicieron para una sola guerra, pero ahora tenemos una oportunidad que jamás previeron cuando nos transformaron en lo que somos. La posibilidad de luchar en nuestras propias guerras, en las que otros no pueden luchar, en las que “ellos” no quieren que participemos. Hay muchas cosas en mi vida que han escapado de mi control, pero hay una que he elegido: Ser un Vengador. Tú hiciste lo mismo y sé que, por mucho que penemos, no te arrepientes de ello- Tiene razón. Salió mal, sí, pero era lo que había que hacer... Y, en aquel momento, no había nadie más para hacerlo. - Luchemos esa guerra, seamos quienes elegimos ser. Traigamos de nuevo al equipo, no sólo porque el mundo lo necesita... sino porque nosotros lo necesitamos. Volvamos a juntar a la familia, demostremos al mundo que somos más que aquello para lo que nos hicieron. Yo no soy sólo un super- soldado, y tú has demostrado ser mucho más que una espía. Tú y yo estamos aquí, y eso debería ser suficiente para, al menos intentarlo. Juntemos de nuevo a la familia. Había un sueño que tú te creíste y, debo reconocer, yo también lo hice. Porque, una vez vengadores… Siempre Vengadores.
Sus palabras tienen un extraño poder sobre mí.
He sido una patriota antes, por las razones equivocadas. He bebido opiniones y lealtades de otros desde que no levantaba tres palmos del suelo. He sentido un orgullo artificial, implantado, al ver ondear la bandera roja. He matado en nombre de la Madre Rusia. He sangrado por ella.
Y, sin embargo, todo eso se hizo añicos hace tiempo.
No he vuelto a creer en banderas. No he vuelto a entonar himnos. No he vuelto a llevar insignias.
Pero, si queda algo que pueda encarnar las cosas en las que creo...
Es el hombre al que tengo delante, y los ideales que representa.
- Estoy a sus órdenes, Capitán - digo. Una vieja broma. Hace mucho que no sigo órdenes de nadie.
Aunque, si vienen de Steve, puede que me lo piense.
Me incorporo, dispuesta a encarnar mis siguientes palabras.
- Si quieres reunir al equipo, tenemos mucho que hacer -digo. Incapaz de volver a sentarme, empiezo a caminar frente al banco, pensativa. - No sé dónde está Tony. Y Clint... hace mucho que no me llama. Lo último que sé de Banner es que salió de misión al Espacio. Y Thor... Hay rumores, gente que asegura haberlo visto...
Me detengo frente a Steve.
- Y luego está Luthor -digo, sencillamente. Ambos sabemos a qué me refiero.
El camino que tenemos por delante no es fácil. Ni corto.
Pero, al menos, ahora somos dos...
- Echaba de menos tus discursos, por cierto - añado, al final, con una leve sonrisa.
Y, aunque ninguno de los dos lo haya mencionado hasta ahora, hay dos palabras... Dos palabras que estoy deseando oír de nuevo de labios de Steve.
Dos palabras que nos llaman a su lado en el campo de batalla.
Dos palabras que son más que una llamada. Más que una orden.
Son un grito de guerra.
- ¿Y bien? ¿Por dónde quieres empezar?
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 20th Agosto 2021, 20:26
- Estoy a sus órdenes, Capitán- dijo Nat con su sorna habitual. Sin embargo, aunque fuese una pequeña chanza, algo en ella le reconfortó.
Inmediatamente después, ella se levantó y, entre cortos paseos, la afilada mente de la Viuda se puso a trabajar. Estaban haciéndolo, habían comenzado a planearlo. Lo que sólo era una idea absurda de un viejo nostálgico estaba empezando a materializarse gracias a Nat. No quería hacerse ilusiones, albergar banas esperanzas… Pero con ella a su lado, puede que empezase a ser posible. Pude que tuviesen alguna oportunidad.
- Si quieres reunir al equipo, tenemos mucho que hacer –dice, y él se siente con energías de hacerlo todo esa misma noche - No sé dónde está Tony. Y Clint... hace mucho que no me llama. Lo último que sé de Banner es que salió de misión al Espacio. Y Thor... Hay rumores, gente que asegura haberlo visto...- Nat se detiene frente a él muy seria- Y luego está Luthor.
Sí, luego estaba Luthor.
El nombre del empresario, ahora presidente, bajó la temperatura de la sala unos diez grados. Todo sería mucho más difícil con él al mando. No le gustaba juzgar a la gente a la ligera, pero había algo en él que no le gustaba y Nat parecía compartir su opinión. La Viuda Negra rara vez cometía un error de juicio.
- Echaba de menos tus discursos, por cierto- apuntó al final sonriendo. Siempre le decían lo mismo acerca de sus “discursos”. Él no tenía la sensación de darlos, las palabras simplemente salían de su boca. Era una operación sencilla. Simple y llanamente, decía lo que pensaba- ¿Y bien? ¿Por dónde quieres empezar?
Era una buena pregunta. El panorama que le había pintado no era ni mucho menos halagüeño. Le costaba recordar un momento en que el equipo hubiese estado más desunido. Pero aquel no era tiempo para la duda. Si se detenían demasiado a pensar, no comenzarían nunca.
- Tony…-dijo Steve casi en un susurro- Creo que sabes muy bien por qué me fui la última vez. Estaba preparando un proyecto, uno con el que no podía estar de acuerdo. No sé si era una buena idea en aquel momento, pero desde luego no lo es ahora, no con Luthor en el poder. Tenemos que averiguar hasta qué punto tenían adelantada… el Acta, y si están buscando alguna forma de implementarla. Cuando sepamos eso, podremos preocuparnos de buscar a los demás- Steve cruzó los brazos, su cerebro ya había empezado a funcionar como una locomotora- A Tony Stark le gusta demasiado llamar la atención como para que llevemos tanto tiempo sin noticias suyas. El primer paso es encontrarle a él- se detuvo unos instantes- Yo me encargaré de eso. Aprovecharé la vuelta a SHIELD para hacer algunas indagaciones. Además… le debo una disculpa a Tony.
Steve volvió a detenerse, buscando afirmación o desapruebo en la mirada de Nat. Estaba a punto de pedirle algo que desearía no tener que pedirle.
- Luthor es tuyo- dijo finalmente- Necesitamos saber con qué libertad de acción contamos, y con qué trabas nos encontraremos en el futuro. Siento tener que pedirte esto pero el trabajo se amolda más a tus habilidades. Tranquila, sólo tendrás que sortear a las agencias de inteligencia más poderosas del país para descubrir los planes secretos del hombre más inteligente del mundo- Steve sonrió- Suena al tipo de cosas que te gustan.
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 19th Septiembre 2021, 10:49
Sé que Stark es un tema delicado. Pero, de la misma forma que no podemos obviar a Luthor, tampoco puedo pasar por alto lo que ocurrió entre Tony y Steve.
No estuve presente en su discusión; sólo puedo intuir lo que se dijeron el uno al otro, y no debió de ser muy bonito. Al volver a la Mansión, encontré a Tony solo, con las luces apagadas y una botella vacía a su lado. Ni rastro de Steve. “La he cagado, Nat”, repetía continuamente. La letanía me persiguió toda la noche, incluso después de haberlo dejado sentado bajo la ducha. Happy llegó una hora después para recogerlo. Y, al día siguiente, él mismo me comunicó que Iron Man se retiraba temporalmente de Los Vengadores.
—Estoy de acuerdo —respondo a Steve, volviendo al presente y al Acta.
“La he cagado, Nat”.
No sabes cuánto, Tony.
Espero que estés bien.
—A Tony Stark le gusta demasiado llamar la atención como para que llevemos tanto tiempo sin noticias suyas. El primer paso es encontrarle a él… Yo me encargaré de eso. Aprovecharé la vuelta a SHIELD para hacer algunas indagaciones. Además… le debo una disculpa a Tony.
Asiento, despacio. Si él se ocupa de nuestro amigo común, eso me deja…
A nuestro enemigo común.
—Luthor es tuyo —dice, finalmente— Necesitamos saber con qué libertad de acción contamos, y con qué trabas nos encontraremos en el futuro. Siento tener que pedirte esto, pero el trabajo se amolda más a tus habilidades. Tranquila, sólo tendrás que sortear a las agencias de inteligencia más poderosas del país para descubrir los planes secretos del hombre más inteligente del mundo… Suena al tipo de cosas que te gustan.
Mi sonrisa se va acentuando a medida que él habla. Sí, definitivamente… suena a mi tipo de misión.
—Gracias por pensar en mí —comento, burlona—. Sé por dónde empezar a buscar. Los hombres como Luthor siempre están rodeados de traidores de dos tipos. Los que tienen tan poca conciencia que lo venderían a cambio de dinero o poder; o los que tienen tanta que harían cualquier cosa para poder volver a dormir tranquilos por la noche.
Sé que daré con un topo si empiezo a pulsar las cuerdas adecuadas. Pero Luthor no es imbécil. Querrá silenciarlos. Así que puede que necesitemos más de un soplón. Puede que entremos en un equivalente monstruoso del juego de Whac-A-Mole.
Yo los hago salir. Él los mata.
Y por eso mismo sé que no es la clase de trabajo que puedo pedirle a Steve.
—Me pondré a ello enseguida —añado, sin dejar que esos pensamientos asomen a mis ojos—. Te mantendré informado —al menos, de lo estrictamente necesario—. Si me necesitas, contáctame. Recuerdas cómo usar un móvil, ¿verdad?
Tiendo la mano para pedirle el teléfono y apunto de memoria un número. La línea que estoy usando actualmente. Esbozo una sonrisa al bautizar el perfil como “Red telephone”.
—Toma —digo, devolviéndole el móvil—. Si mantenemos la Mansión como punto de reunión, bastará con que me mandes un mensaje con la hora. Prefiero no usar las líneas de teléfono para nada más.
Hay una pausa.
Para ambos, significativa.
Soy yo quien la quiebra.
—Y… Steve. Ten cuidado.
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 28th Septiembre 2021, 17:41
Steve sonrió con pesar cuando Nat comenzó a contarle sus planes. No había dudado, no se había quejado, y el capitán se sintió aún más culpable por ello. Acababa de soltar uno de sus discursitos acerca de cómo serían mejores, de cómo demostrarían ser algo más que lo que les enseñaron a ser, y acto seguido le había pedido que hiciera exactamente lo mismo a lo que le habían obligado todos los hombres horribles de su vida. Tendría que haberse quedado él con Luthor, pero le faltaba la capacidad… o tal vez las agallas. Sabía que Nat no se lo estaba diciendo todo. No lo veía en su rostro, ella es demasiado buena, pero lo sabía. Siempre era así, y él fingió que no lo recordaba.
Acto seguido, su gesto pesaroso se convirtió en una sonrisa genuina cuando le preguntó “si recordaba cómo usar un móvil”. Se abstuvo de responder. Por mucho que fingiera que no era tan difícil usarlos, en su fuero interno reconocía que aún tenía algún que otro problema serio con esos condenados cacharros. El nombre “Red Telephone” le hizo chistar con ironía. Se preguntaba qué nombre en clave habría elegido para él. Esperaba que, por una vez, no tuviese que ver nada con su trasero.
Poco podía añadir a su plan, más que asentir. Aquel era el campo de Nat y, a lo largo de los años, había descubierto que lo mejor al meterse en estas aguas era abandonarse y dejarse guiar por ella. Sin embargo, a la agitada actividad de planificación le sucedió, como así solía ser, el silencio.
Steve miró al suelo.
Al contrario de lo que la gente pensaba, no siempre sabía qué decir.
—Y… Steve. Ten cuidado.
Esas palabras fueron peores que un puñal ¿Por qué no le insultaba? ¿Por qué no le soltaba un puñetazo en la mandíbula? ¿Por qué no le decía que se fuese a la mierda y buscase a otra persona a la que dejar abandonada en la cuneta?
- No tengo por qué- dijo al final con una media sonrisa- Estás tú cubriéndome la espalda.
Steve se acercó con cuidado y con un gesto dubitativo y delicado colocó su mano sobre el antebrazo de la espía.
- Y yo la tuya… No… no pienso... No pienso volver a cagarla, Nat.
Steve no solía usar ese lenguaje, y menos delante de una dama.
Pero Natasha Romanoff no era cualquier dama ante quien mantener el protocolo.
Natasha Romanoff era su amiga.
Y esas eran las palabras adecuadas.
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 25th Diciembre 2021, 19:32
—No tengo por qué. Estás tú cubriéndome la espalda.
Pongo los ojos en blanco, únicamente porque pienso que es mejor que bufar.
Steve no ha terminado. Su mano se posa en mi antebrazo, despacio, como si me estuviera pidiendo permiso.
—Y yo la tuya… No… no pienso... No pienso volver a cagarla, Nat.
Algo atraviesa mi rostro. Algo que suaviza mi expresión tensa en una breve sonrisa. Se me ocurren una docena de réplicas, pero ya tengo más que comprobado que el sentimiento de culpa de Steve Rogers no puede calmarse con palabras vacías.
—Podría decir lo mismo. Pero será mejor que no hagamos demasiadas promesas —le digo—. Los dos sabemos que eso da mala suerte.
Mi mano libre se cierra sobre la suya, apretándola brevemente.
—Te veo pronto, Steve —añado, porque sé que no es ninguna promesa.
Es algo que va a ocurrir.
Me encargaré personalmente de que sea así.
Me dirijo a la puerta, sintiéndome extrañamente ligera. Por primera vez en mucho tiempo, siento algo cercano a la esperanza.
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019) 26th Diciembre 2021, 02:58
Off: Este post final es producto del engorile combinado del Capitán Rogers y la Agente Romanoff ________________________________________________________________________________________
Steve sintió el apretón y una sensación familiar recorrió su cuerpo. Una vieja amiga, una aliada ya olvidada. De pronto volvió a sentirse fuerte y el contraste con el hombre que había entrado en aquella mansión se le antojó imposible. El día y la noche, casi como cuando volvió a abrir los ojos tras recibir el suero. Pero, esta vez, no era fruto de una mutación química, sino espiritual.
Nat abandonó la sala en silencio y Steve la siguió al poco. Dos viejos soldados, sí, pero ya nunca cansados. Un fuego vivo en sus ojos y en su pecho. Una lucha, un objetivo, una misión. Con sus heridas a cuestas, algunas una pesada carga, otras una prenda de orgullo. Las que recibieron juntos y las que aún estaban por llegar. Y puede que aún hubiera tiempo para cerrar algunas. Nada más se dijo. Sin promesas, sin garantías. Sólo el silencio y un juramento. Pues un juramento no es una promesa. La promesa es algo que se hace a los demás. El juramento es una obligación para con uno mismo. Y existen algunos juramentos, tan poderosos y firmes, que ni siquiera hace falta pronunciar.
Soy Steve Rogers
Soy Natasha Romanoff
Me han llamado soldado, héroe, líder, símbolo, paria, criminal, proscrito y fraude.
He sido un arma. Una sombra. La clase de historia que se cuenta a los niños para que tengan miedo a la oscuridad.
He pasado mi vida luchando batallas de otros. Mucho se ha dicho sobre mí. La mitad es falsa. La otra no se ajusta a la verdad.
He vestido muchos rostros. He espiado y asesinado. He seguido órdenes sin hacerme preguntas. Hasta ahora.
Un hombre vive muchas vidas. En alguna de ellas puede que fuera aquello de lo que me acusan. Pero hay algo que jamás podré dejar de ser: Aquello que he elegido.
Porque alguien me enseñó que no importa de dónde vengamos. Que aún podemos cambiar. Que siempre podemos decidir.
Hoy decidimos que seremos:
Siempre Vengadores.
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Tema: Re: "Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019)
"Siempre Vengadores" (Steve Rogers y Chernaya Vdova) (01/06/2019)