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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
Los Universos de DC y Marvel se han unido en uno solo. ¿Qué ha sucedido? ¿Quién está detrás de todo? Y, lo que es más importante, ¿cómo reaccionarán héroes y villanos de los distintos mundos al encontrarse cara a cara...?
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Mensajes : 344 Fecha de inscripción : 10/08/2019 Localización : Santa Mónica Empleo /Ocio : Cantante heavy Humor : Ardiente
Ficha de Personaje Alias: Wraith Nombre real: Aidan Doyle Universo: Marvel
Tema: Noise & Music (Edward Johns) [05/05/2020] 19th Diciembre 2020, 01:38
Aidan no habría podido adivinar jamás que detrás de aquella fachada de casita adorable estilo Tudor se escondía el pub gótico más antiguo de Londres además de representar un punto focal para la escena alternativa de la ciudad desde hacía décadas. Una vez dentro, el aspecto pintoresco y bucólico desaparecía a golpe de guitarra eléctrica y batería, engullido por toneladas de negro, carteles, folletos de conciertos y pósters de estrellas del rock, el punk y el metal distribuidos hasta por el techo.
Lo primero que te encontrabas al bajar era un cráneo de ciervo dándote la bienvenida sobre una barra bien surtida con toda clase de bebidas alcohólicas imaginables, y, más allá, la gente se aglomeraba en el reducido espacio del club. Aidan inspiró profundamente desde la entrada.
- Espero que seas consciente de que ésta es la clase de local en donde pueden reconocerme -musitó en voz baja al exorcista, que era quien les había llevado hasta allí-. Joder... creo que acabo de ver el logo de mi grupo pegado en una de esas paredes...
Y no se equivocaba; la mayoría de esa gente tenían pinta de metaleros a juzgar por sus ropas, y Aidan no iba vestido precisamente discreto, aunque aquél fuera, posiblemente, uno de los lugares en donde habría llamado menos la atención. Los dos hombres se abrieron camino hacia la barra, y, una vez allí, Aidan sonrió a la camarera.
- Buenas noches, amor, ¿cuál es tu nombre? -le preguntó.
- Polly -respondió ella, sonriendo ampliamente-. ¿Qué te pongo, guapo?
- Bien, Polly, me vas a poner... -su mirada reparó en ese instante en el logo de la famosa marca de sidra británica Strongbow, que representaba a un arquero, y fue como si el mundo entero se paralizara a su alrededor. La imagen de Dinah regresó a su mente, con la misma potencia que el proyectil que estaba tensando el hombre del logo.
Dinah Lance, o, más bien, Canario Negro, como había descubierto cinco días atrás durante la batalla de Nueva York. Canario Negro, que había mantenido una relación que era prácticamente un secreto a voces con Green Arrow y llevaba una floristería a la que había puesto de nombre Sherwood. Green Arrow, que había muerto junto con la mitad de la Liga de la Justicia durante un enfrentamiento contra Trigón.
"Han sido días muy difíciles. He... He perdido a alguien hace poco", le había dicho el día en que la había conocido.
Sin poderlo evitar, su mente regresó a aquél preciso instante, a la conversación que habían mantenido en la floristería.
"Esta caja... Cuando mi hijo tenía ocho meses le hicimos el molde de las manos en yeso y ahora, cada vez que viajo me gusta llevarlo conmigo y así por las noches antes de acostarme puedo tocar su manita otra vez, sabes? Lo que quiero decir es que... si te apetece, podríamos quedar algún día para...recordarlos juntos. Podrías ayudarme a limar el yeso para que encaje, y a cambio yo podría ayudarte a crear algún recuerdo para la persona que hayas perdido".
Cuando se habían vuelto a encontrar, ella había traído una cuerda de arco y una flecha para hacer un colgante. Era increíble cómo no se había dado cuenta antes... De éstas cosas que están todo el tiempo delante de tus narices pero nunca reparas en ello, hasta que un buen día el velo que te tapaba los ojos cae y de repente todo tiene sentido...
Dinah Lance era Canario Negro, una heroína.
Él era Wraith, un villano que había provocado la WWD, ayudado a Belial en la masacre de Metrópolis, asesinado a varios criminales y acabado con la vida de una de sus amigas la noche del ataque de Nueva York.
No sabía por qué aquello le devastaba tanto. No tendría por qué... Después de todo, sólo eran amigos, y ni siquiera se conocían desde hacía tanto, pero desde el primer momento había sentido una especie de conexión profunda con ella, algo que no había experimentado nunca con nadie más que con Múriel, y, por alguna razón, el hecho de saber que si ella se enteraba de quién era en realidad la perdería para siempre le resultaba casi insoportable.
Había perdido a su mujer y a su hijo, y notaba cómo su relación con su grupo se había vuelto más distante y tensa desde que se dedicaba a ahogar las penas en el bar. Después de lo que había pasado con Válerie, no sabía si podría soportar también su rechazo... O el de Edward, si descubría lo que había hecho.
- ¿Oiga? -Polly le miraba con preocupación-. ¿Le pasa algo, señor...?
Le estaba mirando fijamente, y a sus ojos empezó a asomar la luz del reconocimiento.
Oh-oh...
- Perdón... perdón, Polly, amor, estaba pensando lo mucho que me apetecía probar esa sidra -mintió con total descaro-. Ponme una Strongbow Dark Fruit. Y a mi amigo otra -dijo, pasándole el brazo por los hombros para darle un apretón amistoso-. He pensado que mejor empezamos suave, ¿no te parece? Y luego ya vamos subiendo...
Era una excusa de mierda para justificar que se hubiera quedado mirando la sidra como un tonto, pero esperaba que colara antes de que...
- Un momento... -la camarera entrecerró los ojos-. Tú eres Aidan Doyle, ¿verdad? El cantante de Deamhan.
Y ahí estaba.
- Ehm... No... En realidad...
Varias personas se volvieron a mirarle, y, entonces, Aidan se dio cuenta de que el canal de televisión en donde ponían retransmisiones de vídeos musicales se había detenido y ahora estaban poniendo las noticias de última hora, donde el plato estrella parecía ser el grupo Deamhan que se había colado en el escenario de los Take That, aparentemente sin su permiso, y habían invocado a una diosa. Estaban pasando escenas del concierto, escenas donde aparecían Edward y él, vestidos exactamente igual que en el concierto.
Sigh... Aidan suspiró. Ya, de perdidos al río.
- Pues sí, soy Aidan Doyle -respondió, dibujando en su rostro su mejor sonrisa-. Y te contaré un secreto, Polly: mi amigo y yo acabamos de salvar el mundo.
Sí, sí... Aunque posiblemente nadie se lo creería jamás y le otorgarían todo el mérito al mago ese al que iban a rescatar, pero sin lo que ellos acababan de hacer en aquél maldito escenario, nada de eso habría sido posible. Además, acababan de enviar a Kali a salvar la India.
De nada.
Y encima todavía existía la posibilidad de que tuvieran que afrontar una puta demanda de los Take That por lo de aquella noche. Pero, por el momento...
En cuestión de segundos el local entero les aclamaba, transportándoles casi en volandas hasta la mejor mesa del local. Nadie sabía quién era Edward, pero aún así, todos le daban el mismo trato que a Aidan.
- Ésta noche invita la casa -dijo Polly, que traía en la mano los dos vasos de Strongbow que había pedido Aidan-. ¿Estáis seguros de que aún queréis las sidras? -inquirió con una sonrisa maliciosa.
El cantante intercambió una mirada con Edward y se encogió de hombros.
- ¡Qué demonios! A quién pretendo engañar... Dale, preciosa. Trae tu mejor Vodka.
Sonriendo, Polly se llevó los vasos y regresó con una botella de Vodka Absolut y dos nuevos vasos. Aidan sirvió a los dos y alzó el suyo.
- Por haber salvado el mundo -brindó.
Le había pedido a la mujer su mejor marca y no les había engañado. Aquél vodka era extraordinariamente suave, y descendía de manera agradable por la garganta. Además, era particularmente dulce, con toques de caramelo y vainilla, y el regusto final era más afrutado que amargo.
Volviendo a apoyar el vaso sobre la mesa, se fijó en un grupo de mujeres sentadas en la mesa más cercana que no les quitaban ojo de encima a ninguno de los dos.
- Bueno... parece que tienes donde elegir -dijo con malicia-. ¿Qué va a ser? ¿La rockera, la metalera o la punk?
Y realmente tenía donde elegir, porque él no pensaba irse con ninguna. Bastante confundido estaba ya con todo lo de Dinah. No sabía qué era lo que sentía por ella, y hasta que no se había dado cuenta de lo que le afectaría perderla había pensado que era simplemente amistad. Ahora ya no lo tenía tan claro, y no le hacía gracia. Le hacía sentirse mal por su mujer, que no llevaba ni dos meses muerta y que, además, había muerto por su culpa.
Y, precisamente, por haberla engañado con otra.
Definitivamente necesitaba beber. Beber mucho.
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Edward Johns DC Universe
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Tema: Re: Noise & Music (Edward Johns) [05/05/2020] 4th Enero 2021, 14:20
Habían entrado en el local lleno de euforia y con el pecho erguido, sabedores de que habían salvado la vida por un pelo, habían estado cerca no solo de morir ellos, si no de posiblemente matar a todos los espectadores del concierto que había ocurrido hacía unas horas, Edward se había animado y había propuesto ir a beber para celebrar, pero a medida que habían caminado más y más, un solo pensamiento había ocupado la mente del exorcista, habían convencido a Kali, pero si Loki no lograba liberar a Arión, todo eso no habría sentido alguno, además estaba lo que Tristeza le dijo hacía unos días…Antes había estado centrado en la misión, pero ahora que ninguna muerte inminente le acechaba no podía evitar trasladar su mente a ese día, a la batalla en la estatua de la libertad.
Afirmó con la cabeza cuando Aidan le comentó de empezar a beber algo más flojo para comenzar, ni siquiera había escuchado lo que le estaba diciendo, seguía perdido en sus pensamientos, entonces la mujer reconoció al cantante y pareció que Johns volvió en si ¿Ahora tenía que lidiar con una avalancha de fans? Miró de reojo la puerta, tal vez podría largarse antes de que empezase el follón. Estaba a punto de moverse de la barra cuando Aidan le recordó a la camarera que acababan de salvar el mundo, él miró al cantante, observó con la mirada el local en el que de joven había pasado muchas noches, cómo si acabase de despertar de un sueño ¿No se merecía esa noche de tregua? Habían enfrentado a una puta diosa, se merecían beber y olvidarse de todo por una noche…Sonrió a Aidan e inmediatamente la gente empezó a moverles, saludarles, abrazarles…Hasta que finalmente llegaron a una mesa del fondo:
-¿Es así cada vez que quieres tomarte un puta cerveza? – Se sentó en la mesa mientras la camarera llegaba con la bebida y les decía que estaban invitados a todo lo que quisieran esa noche, Doyle decidió cambiar de bebida antes de que él dijera nada, si iban a beber gratis más valía hacerlo por todo lo alto: - Por no haber muerto a manos de una diosa hindú. – Entrechocó su vaso con el de Aidan y dio un trago largo del vodka, dejó la bebida sobre la mesa: - No suelo beber estas mierdas, pero tengo que reconocer que no está mal…- Apuró el vaso y se empezó a servir otra copa cuando el cantante le comentó sobre las mujeres que observaban a la pareja:
- Mira, en otro momento habría escogido a las tres a la vez…- Dejó la botella en la mesa y luego hizo girar su vaso mientras miraba el contenido fijamente, luego sonrió y levantó el vaso: - Bebamos y ya está, nos lo hemos ganado. Además… - Dio un trago al contenido, el alcohol le quemaba la garganta al bajar: - …Esas sólo se lo quieren montar conmigo porque piensan que soy famoso. –
Guiñó un ojo a una de las mujeres, que se emocionó sobre manera, cómo si fuera una puta adolescente: - Creo que podría acostumbrarme a esto. – Edward buscó en su abrigo y sacó un par de cigarros de marihuana, perfectamente liados, estiró el brazo y le ofreció uno a Aidan: - Sólo fumo hierba en las ocasiones especiales, no creo que a la camarera le importe que nos hagamos un porro aquí ¿No? Esta gente come de tu mano. – De pronto se puso en pie sobre la mesa con el cigarro en los labios, apagado:
-¡Amigos! – La gente se giró hacia ellos, emocionada, cómo si el propio Jesucristo se hubiera aparecido en medio de una Iglesia con un mensaje muy importante que dar: - ¡El mundo se va a la puta mierda! ¡Bebamos hasta que nos importe un carajo lo que pasa fuera de este bar! – Levantó la copa y dijo: - Un brindis…Por mi amigo, Aidan Doyle, el muy cabrón tiene un piquito de oro y ha salvado el mundo. – Dio un trago y apuró la copa, después le hizo un gesto a la camarera para que subiera la música.
Sonrió mientras se sentaba, la música parecía escogida especialmente, se sentía eufórico ¿Tal vez aún durasen los poderes de Doyle? ¿O tal vez el vodka empezaba a hacerle efecto? Quien sabe, la gente cantaba y gritaba animada: - Dime Doyle ¿Cómo se siente cuando le pegas un morreo a una diosa? – Sacó el mechero y se encendió el cigarro, notando el picor del humo en la garganta al inhalarlo, sus mejillas estaban ligeramente rosadas del calor que el alcohol empezaba a generar en su cuerpo.
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Tema: Re: Noise & Music (Edward Johns) [05/05/2020] 6th Marzo 2021, 17:11
Aidan se dejó caer relajadamente hacia atrás en la silla antes de responder la pregunta del exorcista.
- Hasta hace dos meses, no, no lo era -contestó saboreando el vodka en su garganta después del brindis-. En Irlanda hay mucha oferta de metal sinfónico, así que no éramos tan conocidos, y en Estados Unidos pasa justo al contrario, no están acostumbrados a éste tipo de música. La mayoría de ellos ni siquiera conocen a Nightwish, que son como los más famosos. Y, entonces, de repente, de la noche a la mañana alcanzamos el estrellato y miles de fans perdieron la cabeza, pero aún así puedo pasar desapercibido si quiero. Es cuestión de escoger el local adecuado, la clase de lugar donde nadie haya oído hablar jamás de Deamhan. Y, obviamente, éste no es el caso.
Se detuvo al notar que alguien le tocaba tímidamente en el hombro, y, al volverse, encontró a un grupo de varias chicas tras él.
- Disculpa, eres Aidan Doyle, ¿verdad? -preguntó la que había tomado la iniciativa-. Mis amigas y yo nos preguntábamos... si podrías cantar algo más tarde... si te viene bien...
Aidan se volvió a medias para tomar entre sus dedos la mano de la chica, que se quedó sin aliento cuando depositó un beso en su palma.
- Veré lo que puedo hacer, guapa -le contestó, provocando que todas las que estaban tras ella comenzaran a chillar emocionadas. Aidan volvió a centrar su atención en el exorcista, asintiendo ante su reflexión-. Sí... conozco la sensación. A mí me pasó igual, al principio. Fue tan repentino todo que me volví un auténtico gilipollas. Yo no estaba acostumbrado a ésto, ¿sabes? Mi familia era pobre, allá en Irlanda, y toda ésta fama de golpe se me subió a la cabeza como el alcohol barato -con aire ausente acarició sin darse cuenta la alianza de boda que aún llevaba en el anular-. Todo sucedió tan rápido que no tuve tiempo de cometer demasiadas estupideces... pero las pocas que cometí fueron suficientes para garantizarme una eternidad en el infierno. Ojalá te hubiera conocido antes, Edward, aunque no sé si habría sido capaz de sacarme la cabeza del culo para escuchar tus advertencias, tan embriagado de mí mismo como estaba.
- Creo que podría acostumbrarme a esto.
Aidan negó con la cabeza.
- Te terminas acostumbrando, sí, pero no es real. El amor de éstas personas no es real. Lo único que quieren es acostarse contigo y cumplir sus fantasías de montárselo con una persona famosa, nada más. En mi caso concreto ni siquiera puedo nunca saber si de verdad les gusta mi música o es sólo producto del hechizo. Es una puta maldición si te paras a pensarlo -se inclinó hacia adelante en la silla para aceptar el cigarrillo que el otro le ofrecía-. Tranquilo, si hay cualquier problema sólo tengo que cantar... Pero francamente, no creo que nos digan nada -tomó la primera bocanada y dejó escapar el aire hacia el techo-. Yo fumaba mucho de ésto cuando estaba en la universidad, pero lo dejé cuando nació Keegan. Tratando de ser un padre responsable, y tal -el recuerdo de su hijo muerto le causó un pinchazo de dolor tan intenso en el pecho que casi le pareció una sensación física real-. Lo volví a retomar hace poco, cuando lo de Metrópolis -tomó con la mano libre la botella de vodka y se la quedó mirando un instante, pensativo-. ¿Sabes? Seguía esperando a que ésta mierda funcionase para embotar mi cerebro y dejar de ver las imágenes de la sangre y las vísceras que no paraban de pasar ante mis ojos, pero seguía sintiéndome tan mal como cuando abría la botella, así que decidí que tenía que recurrir a algo más fuerte -dio una nueva calada al cigarrillo, apoyando la cabeza en el dorsal de la silla para mirar los carteles del techo, sintiendo cómo los efectos relajantes empezaban a extenderse por su cuerpo-. A veces pienso que ni siquiera ésto será suficiente... Que nada lo será jamás...
Para su sorpresa, su amigo se subió a lo alto de la mesa, llamando la atención de la clientela del local. Aidan enarcó una ceja, intrigado, y sonrió como si ya todo le diera igual, lo cual no se alejaba mucho de la realidad. Su papel en todo aquello había terminado, y ya su suerte quedaba fuera de sus manos, aunque no podía evitar la sensación de que habían ganado una batalla, pero no la guerra. ¿Qué pasaría con él cuando los demonios averiguaran su traición? ¿Y con Edward? Volvió a rellenar ambas copas y le acercó la suya al hechicero cuando se volvió a sentar.
- Como si te hubieran metido en una centrifugadora -contestó, dando una nueva calada al cigarrillo-. Pero al menos sentí algo, que últimamente todo me sabe a ceniza. Y hablando de sentir, hace no mucho averigüe que no es recomendable mezclar ésta mierda con alcohol. Te deja hecho mistos. Pero bueno, considerando que podríamos haber terminado decapitados me da bastante igual, así que... -dejó escapar una vez más el humo y dirigió una mirada seria hacia el mago-. Al final no llegamos a hablar nunca de lo de Metrópolis... ni de lo de Nueva York... ¿Llegaste a estar allí?
>>Edward... ¿Qué crees que va a pasar con nosotros ahora?
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Tema: Re: Noise & Music (Edward Johns) [05/05/2020] 28th Agosto 2021, 10:25
-Ya, bueno…- Edward se encendió su cigarro y dio una calada lenta, miró a Aidan, que estaba hundiéndose en un pozo de auto misericordia con lo de su música a los ojos mientras el humo empezaba a formar una fina neblina entre ellos dos ¿Cuánto hacía que no fumaba dentro de un bar? Ni se acordaba: - ¿Eran los Beatles buenos músicos? Si Samuel Epstein no hubiera comprado todos los discos de la banda se habrían dedicado a hacer collares de flores, o lo que sea que hicieran los hippies. – Johns le dedicó una sonrisa y dejó caer la colilla del cigarro en el suelo, el aroma de la hierba y su sabor hacía que le picara ligeramente la garganta y las fosas nasales:
-Creo que lo importante es lo que tu música signifique para ti ¿No? Lo que la gente piense importa una mierda…- Dio otra calada y apoyó la espalda en el respaldo de su asiento, el exorcista miró al techo pensativo mientras dejaba que el cantante se desahogara, sonrió burlón cuando le explicó como las pesadillas de lo sucedido en Metropolis le acosaban, la sangre, la muerte…La culpabilidad: - Nunca se irá colega…- Dio otra calada corte y soltó el humo hacia el techo, que se perdió formando espirales en el aire, diluyéndose poco a poco a lo largo y ancho del local: - …Algunas noches conseguirás dormir a pierna suelta, y sin embargo, otras…Verás una y otra vez aquel día, lo revivirás, te atormentará…Te golpeará y se asegurará de ponerte en el suelo de rodillas…- Miró a Doyle y le sonrió con amargura: - Esa es la vida que nos ha tocado vivir, la penitencia por nuestros pecados. – Levantó los hombros con un gesto de indiferencia: - Ambos vamos a acabar pudriéndonos en el infierno, ya sea de una forma u otra, así que hazte un favor Aidan Doyle…-
Edward cogió su copa y dio un trago dando un dramatismo intencionado a su discurso, sentía un hormigueo en la punta de los dedos, la marihuana empezaba a hacerle efecto en el cuerpo, se sentía relajado y tranquilo, dejó la copa con suavidad sobre la mesa y dijo: -…Deja de autocompadecerte y empieza a vivir. – Le dedicó una sonrisa al hombre, una sincera…Puede que la sonrisa más sincera que Johns hubiera tenido en años:
-Tal vez sea pronto para hablar de esas mierdas…- El mago no estaba listo para afrontar las cosas que habían sucedido en New York, todo lo que había hecho y visto, ni siquiera tenía aún claro que es lo que había pasado en la batalla contra Raven y sus demonios, dentro suyo aún le inquietaba aquella luz que le trajo de vuelta y le salvó la vida: - No tengo ni puta idea de que va a ser de nosotros Doyle, pero que se me lleve el infierno ahora mismo si esta noche tu y yo no nos pillamos un pedo de la ostia. – El mago brindó con su compañero de mesa y de un trago apuró su copa.
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Había pasado casi media hora y la botella ya estaba prácticamente terminada, la mezcla de la hierba y el alcohol hacía que Edward balbuceara de vez en cuando, estuvieron hablando de sus vidas, a que se habían dedicado el uno y el otro en su juventud, dónde habían vivido…Y entonces Doyle volvió a poner aquella mirada hablando de su familia, Edward suspiró y se puso de pie: - N-Necesito….- Miró a su alrededor, algo confuso, sin recordar bien para que se había levantado: - Lavabo…¡Eso! – Se encaminó hacia el baño con un paso torpe y agarrándose a dónde podía mientras tarareaba Patience de los Take That.
Al entrar en el baño se sujetó con las dos manos apoyándose sobre la pica y se miró al espejo, tenía los ojos rojos: - Joder…Menudo pedo…Necesito despejarme…- Abrió la pica y el agua empezó a correr, hizo un pequeño cuenco con las manos y se empezó a mojar, primero la cara y después la nuca, volvió a mirarse al espejo y suspiró: - Mejor…- Aidan seguía arrastrando la culpa de lo de su familia, y hasta que no dejará atrás ese peso no sería capaz de progresar…Volvió a llenarse de agua las manos y se mojó la cara de nuevo: - Si el tío pudiera hablar otra vez con su m…- Johns sonrió mientras el agua fría le caía por la cara ¡Pues claro! La respuesta había estado ahí todo el puto rato:
-Paga la cuenta o lo que sea que hagas cuando vas a estos sitios y vámonos a un sitio tranquilo colega. – Le dijo el exorcista al llegar a la mesa, con un tono entre imperativo y entusiasta: - Voy a ayudarte a despedirte de tu familia. -
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Tema: Re: Noise & Music (Edward Johns) [05/05/2020] 26th Septiembre 2021, 17:00
- Sí y no... -apoyó la cabeza en la mano, el codo afianzado a su vez sobre la mesa mientras con la otra sostenía el cigarrillo, momentáneamente olvidado-. El objetivo final del arte es compartirlo con las demás personas. Como músico experimento la necesidad de dar forma a lo que siento a través de la música, pero también de dejarlo salir y dejar una marca en el mundo. No lo sé, tío... creo que tiene que ver con la necesidad humana de perpetuarse, ¿sabes? -teorizó, sacudiendo la ceniza del cigarro en el cenicero-. La necesidad de transmitir experiencias de vida. El que escribe no escribe sólo para él, el pintor o el escultor tampoco trabajan sus obras únicamente para ellos. Es una experiencia compartida. Como músico, como artista, la opinión de mi público cuenta. Claro que cuenta.
Dio una honda calada al cigarrillo mientras escuchaba la respuesta de Edward a lo que ya se había imaginado él mismo. Que nunca se iría. "Esa es la vida que nos ha tocado vivir, la penitencia por nuestros pecados". Aquellas palabras trajeron a su mente ecos de otras que musitó para sí en voz baja: "And those who pay are you and I...".
Dejando escapar el humo de entre los labios se sacó del bolsillo interior del abrigo de cuero la libreta y el boli que siempre llevaba encima para los momentos como aquél en los que le venía la inspiración, y, abriéndola justo después de la canción que había compuesto para Kali, comenzó a garabatear palabras y estrofas que se le venían a la mente, inicialmente sin orden ni concierto, mientras escuchaba hablar a su compañero.
- Ésa era mi intención, al principio -respondió, masajeándose el puente de la nariz. ¿Por qué le dolía tanto la cabeza de repente?-. Cuando comprendí que lo que había hecho era real... que iba a ir al infierno... Decidí que más me valía vivir la vida a tope, y puesto que había entregado mi alma para que a mi familia no le faltara de nada... supuse que no pasaría nada si me aprovechaba un poco de los efectos que mi música provocaba en los demás... ¿no? -mientras hablaba, escribía en su libreta, sin mirar directamente a Edward-. Sólo un poco... Nada grave... -suspiró-. Mi música no... no te obliga a hacer nada que sea contrario a tu naturaleza, o tus deseos. Únicamente potencia anhelos que ya están ahí, los hace florecer, te vuelve más... predispuesto a ciertas... sugestiones. No sé si me explico -su mirada azul se cruzó brevemente con la del americano-. No era violación. La chica... ya se sentía atraída por mí de manera natural, de lo contrario el hechizo no habría podido forzarla. Eso quise decirme a mí mismo. Pero, en realidad, la estaba privando de su capacidad de elección. Puede que se sintiera atraída hacia mí, pero eso no quiere decir necesariamente que hubiera querido tener sexo esa noche, ¿sabes? Pero... no lo pensé. O, más bien, no quise pensarlo. Me dije... qué diablos... si voy a terminar en el infierno de todos modos, más me vale disfrutar del paseo, ¿no? Y dado que todo lo he hecho por mi familia, para que no les falte de nada... seguro que podrán perdonarme que me eche una canita al aire... ¿no? No pretendía... no pretendía que se convirtiera en algo habitual. Sólo fue... tendría que haber sido cosa de una vez. Y ella era... Tendrías que haberla visto, amigo. Era... lo más erótico que había conocido en toda mi vida...
Se interrumpió, dejó el cigarrillo apoyado en el cenicero y el bolígrafo en la mesa y tomó la botella de vodka para rellenarse el vaso hasta arriba.
- Resulta que Múriel lo descubrió... Discutimos... -bebió del vaso todo cuanto pudo antes de que la alta gradación le hiciera lagrimear y tuviera que interrumpirse-. Y tuvimos un accidente de coche... Keegan... Keegan iba en el asiento de atrás. Yo fui el único que sobrevivió.
Se limpió las lágrimas con el dorso de la mano y agotó de un trago lo que quedaba del vodka.
- Soy un mierda. Soy la mayor mierda que ha existido. Ahora ya no puedo... ¿Cómo voy a vivir? Después de lo que he hecho... He matado a mi mujer, a mi hijo... He provocado la invasión demoníaca... Todas las muertes... todo lo que ha ocurrido... ha sido por mi culpa...
Miró a Edward con una honda expresión de arrepentimiento en el rostro. No sabía cómo se lo iba a tomar el exorcista. Aquella era la primera vez que confesaba cuál había sido su papel en la WWD, o la verdadera razón por la que había muerto su esposa. Lo de Sasha... No sabía si era el alcohol, la marihuana o el profundo peso que sentía en el pecho, pero tenía la desesperada necesidad de soltarlo, de confesarse con alguien. Y, en aquellos momentos, Edward era lo más parecido a un cura con lo que podía contar...
- Y lo de Metrópolis... Belial me obligó a cantar, a atraer a toda esa gente... Todos los que murieron aquella noche... También fue por mi culpa... Debería haber muerto con ellos.
Había esperado que Edward se pusiera serio, que le soltara alguna bronca, o cualquier otra cosa, pero en lugar de eso, se produjo un momentáneo silencio y de repente dijo que necesitaba ir al servicio. Cuando su amigo se puso en pie y se marchó, Aidan se quedó durante un instante desubicado, pero después se dirigió hacia el escenario y le hizo señas a los camareros para preguntarles si podía coger la guitarra. Cuando le dijeron que sí y apagaron la música de ambiente, se sentó al borde del escenario y empezó a dejar salir las frases aparentemente inconexas que había ido construyendo durante la conversación, dándoles el tono musical sobre la marcha. Era parte del don demoníaco que había recibido con el pacto, la capacidad para componer e hilar palabras y música con una facilidad sobrenatural. Pronto, la clientela del local había formado un corrillo a su alrededor, y le escuchaban hipnotizados, a pesar de ser un estilo radicalmente diferente a lo que se solía escuchar allí.
Cuando vio salir a Edward del baño, saltó del escenario y se dirigió hacia él, imprimiendo mayor intensidad a la canción y al rasgueo de la guitarra:
Fearing our doom is pointless Realizing our deeds Humanity is in dept, my friend And those who pay Are you and I...
El tono de la canción volvió a dulcificarse con la siguiente estrofa, mientras Aidan cantaba mirando a su amigo como si aún siguieran charlando en la mesa:
The ideal of civilization is grand But few know why we even try Fulfilling the great ancient vision in truth Is all that will count in the end
The only purpose for our struggle Is to reach a certain point Where we can feel were close to god To realize corruption rules
Sometimes I can swear it's opening, It's shifting Sometimes I can swear it's glaring, Laughing...
Una vez más comenzó los rasgueos que transmitían una impresión casi medieval antes de repetir la estrofa principal por última vez:
Fearing our doom is pointless Realizing our deeds Humanity is in dept, my friend And those who pay Are you and...
The only purpose for our struggle Is to reach a certain point Where we can feel were close to god To realize corruption rules To realize that it all are lies To realize that we all have to die To realize that we all have to die
Los últimos acordes llegaron a su fin, y cuando Edward le dijo que pagara la cuenta, le ofreció la guitarra de vuelta al camarero más cercano con una sonrisa que resultó deslumbrante para todos los que le miraban fascinados.
- Creo que podemos considerar la cuenta saldada, ¿no es así, amigo? -inquirió, sonriente, a lo que el aludido respondió con un gesto de asentimiento que repitieron como un eco absolutamente todos los presentes en el bar. Casi parecía que en aquél momento le habrían ofrecido todo cuanto hubiera pedido, aunque hubieran sido las ganancias de toda la semana.
Se colocó bien el abrigo antes de salir y miró intrigado al exorcista cuando dijo la última frase.
- ¿Despedirme de mi familia? ¿A qué te refieres, tío? Mmmmm... viniendo hacia aquí vi una antigua iglesia abandonada vallada con un pequeño mausoleo. Dudo que podamos encontrar un lugar más tranquilo a éstas horas de la noche, aunque tendremos que saltarnos la valla, pero con mis poderes no tenemos nada que temer de ningún policía, te lo garantizo.
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Tema: Re: Noise & Music (Edward Johns) [05/05/2020] 18th Mayo 2022, 16:02
La tenue luz de la Luna que se filtraba a través de los huecos entre los tablones de madera que tapaban las ventanas de la iglesia daban a la capilla un tono lúgubre y desolador, era un lugar frío y húmedo, con pintadas variopintas y restos de lo que antaño debió haber sido el refugio de varios sin techo.
Botellas rotas, jeringuillas utilizadas y latas de conservas vacías, todo mezclado con un olor a humedad y al olor característico de las patatas cuando se pudren. Edward despejó a patadas el pasillo central, le costaba mantenerse en pie debido a la borrachera, y aún así seguía dando tragos cortos de una botella de whisky que se había llevado de la barra del bar en el que habían estado:
- Vvvvaaaaaaaleeeee.... - Murmuró arrastrando las sílabas: - Este sitio es ideal, ahora podría descuartizarte y no desentonaría para nada. - Se rió de forma exagerada, le guiñó un ojo a Aidan y se dejó caer de culo al suelo, cruzando las piernas al llegar a la superficie: - Puede que esto que vamos a hacer no salga bien... Nunca lo he intentado con nadie que no sea yo mismo...Ni borracho, pero si lo logramos podré... - Miró hacia un lado distraído al escuchar un ruido de pisadas de un pequeño animal, una rata, probablemente: - ... A ver, si... Te enviaré a la tierra de los muertos. -
Sacó un cigarro y se lo encendió, la frágil luz del mechero iluminó su rostro en un tono siniestro: - Siéntate delante mío, por favor. - El mago se puso el cigarro en la oreja, colocó las palmas abiertas apoyadas sobre las rodillas, mirando hacia el techo y empezó a murmurar en un idioma extraño, un idioma antiguo... Un sonido que sonaba como unas uñas desgarrando una pizarra empezó a salir de la boca del exorcista, estaba hablando la lengua del inframundo...
Como una respuesta a su reclamo, el viento empezó a rugir con violencia en el exterior, los listones de madera y la gran puerta de madera que acababan de cruzar para acceder crujían y se agitaban, casi como si quisieran echarlos del lugar... La oscuridad fue engullendo poco a poco la estancia y un frío sepulcral empezó a inundar la sala: - Mírame. - Ordenó el exorcista que se puso de rodillas y sujetó a Aidan por la cara, clavando sus ojos en los de él: - Sigue mi voz. Ahora vamos a un lugar muy peligroso. - Cogió el cigarro, que brillaba con un tono púrpura e inhaló el humo para tirarselo en la cara al cantante, el olor de la nube era terrible, a carne quemada y sangre: - Inhala. No tragues. - Forzó al hombre a abrir la boca para que tragara el humo y entonces acercó sus labios a los de el en una suerte de boca a boca y absorbió el humo quien había inhalado el hombre, para posteriormente arrojarlo al aire en una columna que se fue expandiendo poco a poco.
El humo empezó a danzar a su alrededor, ya habían iniciado un viaje que no podía pararse, se dirigían a la línea que separan lo físico y lo espiritual....El mundo giraba a su alrededor y el suelo se precipitaba con fuerza... Y de golpe el silencio, la calma absoluta... Y un frío sobrecogedor: - Ya estamos.... Cuando el cigarro se apague, se acabará nuestro tiempo. Ahora... Deja que las entrañas te guíen. -
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Tema: Re: Noise & Music (Edward Johns) [05/05/2020] 27th Junio 2022, 02:29
El espectáculo era sorprendentemente hermoso a pesar de la degradación. Las vidrieras rotas dejaban pasar la luz de la luna, iluminando el interior de la iglesia y revelando el polvo que cubría los bancos y las estatuas caídas. Las telarañas colgaban de las esquinas como si fueran doseles creando un efecto decadente a la par que nostálgico. Parecía una metáfora de aquello en lo que se había convertido su vida, un puñado de ruinas destrozadas de lo que una vez había sido puro y hermoso.
El pensamiento le hizo tener deseos de llorar, pero no lo hizo. En lugar de eso, bebió con tanta ansia de la botella que llevaba en la mano que habría podido ahogarse, y, quizás, era lo que deseaba.
- No, tío, descuartizado no -resopló. Estaba tan borracho que sentía la boca pastosa y le costaba hasta despegar los labios-. No le hagas eso a mi grupo. Llevan años usándome para ganar dinero, lo mínimo que les debemos es dejar un cadáver bonito -afirmó volviendo a beber.
Guau... ¿Humor negro? ¿Cómo de borracho estaba?
- Vamos, eres un tío listo, seguro que se te ocurre otra manera más comercial de acabar conmigo -continuó, dejándose caer en el suelo con la espalda apoyada contra uno de los bancos. No creía tener fuerzas para sostenerse por sí mismo. Estaba tan derrotado que ni siquiera reaccionó cuando escuchó el sonido que hizo lo que posiblemente sería una rata al apartarse de donde ellos estaban. Se echó a reír con voz ronca-. A la tierra de los muertos, claro. Sí, ya... -repitió, pensando sin lugar a dudas que Edward todavía estaba de broma. No fue hasta que vio la resolución dibujada en su rostro y escuchó los perturbadores sonidos que emergían de sus labios que empezó a tomárselo en serio-. Espera, espera -intervino, repentinamente alarmado, la inquietud abriendo un pequeño vestigio de lucidez en el pesado manto de embriaguez que le embotaba.
El viento comenzó a arreciar en el exterior, azotando las puertas de la iglesia cuando hasta hacía diez minutos había hecho una noche primaveral perfecta. Para colmo, fue como si la oscuridad devorara la luz de la luna, y un frío antinatural se extendió por la sala como el gélido roce de la muerte.
- Tío, no sé si deberíamos... -su protesta quedó interrumpida en seco cuando el exorcista, sin previo aviso, le sujetó la cara con ambas manos, obligándole a fijar los ojos en los de él, a apenas unos centímetros de distancia.
Aidan estaba asustado, pero el tono de Edward fue tan imperioso que obedeció por instinto, devolviéndole la mirada sin resistirse, ni siquiera cuando le arrojó el humo a la cara. Intentó hacer lo que le pedía, pero no pudo. El olor... el olor le trajo al instante vívidos recuerdos del horror que había vivido en Metrópolis, donde el acre hedor de la sangre y las vísceras de las personas devoradas y descuartizadas se mezclaba con el de la carne quemada por el fuego de Belial. Había sido, posiblemente, su mayor terror hasta la fecha, una experiencia que le había revuelto las tripas y le había llevado a la determinación de rebelarse contra los demonios, y ahora de nuevo volvía a encontrarse en el centro de aquél escenario mientras los demonios alados desgarraban a los pobres desgraciados que habían acudido al concierto atraídos por su canto, y los sabuesos infernales los devoraban en sus asientos.
- No... no puedo... -trató de desacirse del agarre del exorcista, pero estaba demasiado borracho, y aunque el otro también lo estaba, parecía movido por una especie de determinación sobrenatural que le confería una fuerza inusitada, forzándole a tragar el espantoso humo.
Una oleada de arcadas le invadió al instante al saborear la sangre en su lengua. Podía notarlo dentro, ahogándole, asfixiándole y dejándole una pátina negra de hollín en los pulmones. El desasosiego se apoderó de él; quiso abrir la boca para expulsar el vapor infecto, pero en el momento en el que sus labios se separaban, sintió el beso del exorcista, sellando el pacto entre ambos, absorbiendo en su interior toda aquella maldad condensada, permitiéndole respirar una vez más.
La situación había sido tan angustiosa que el mero hecho del beso en sí resultaba irrelevante, y desde luego era lo último en lo que pensaba cuando jadeaba y tosía en el suelo, pugnando por recuperar el aire al tiempo que se esforzaba por expulsar de su organismo cualquier vestigio de la asquerosa fumarada que había invadido su interior.
Entre jadeo y jadeo fue vagamente consciente de que el humo estaba dibujando figuras extrañas a su alrededor, casi como... como si tuviera consciencia propia... Entonces, el mundo comenzó a girar, y el suelo, que se encontraba tan cerca, se precipitó con tanta violencia hacia él que cerró los ojos esperando un impacto que nunca llegó. Al cabo de varios segundos los volvió a abrir... únicamente para descubrir que se había quedado ciego... Desde algún lugar le llegó la voz de Edward, pero no podía distinguirlo.
Quiso llamarle, preguntarle a qué se refería, pero enmudeció al sentir que algo le llamaba sin emitir sonido alguno. La oscuridad, comprendió. La oscuridad le estaba llamando.
Poniéndose en pie, empezó a caminar, vacilante, sin tener nunca la certeza de si su pie se hundiría o no en el vacío, hasta que, de repente, se encontraba caminando en una playa al atardecer. La arena blanca centelleaba como diamantes bajo sus botas hasta que una tormenta decidió descender sobre las olas, azotando su corazón con la misma virulencia con la que se agitaba la marea.
Había una silueta de mujer al final del embarcadero, y aunque la oscuridad hacía imposible distinguir sus rasgos, en lo más profundo de su alma supo quién era.
Cerró los ojos, permitiendo que la tormenta le abrumara, los rayos palpitando al mismo ritmo que su corazón, deseando calmarse. Cuando los abrió de nuevo, la figura aún continuaba allí, iluminada ahora por una luz surgida de no se sabía dónde. Múriel le sonreía, con los brazos abiertos, y, en ésta ocasión, el irlandés no pudo contener las lágrimas.
No supo cómo recorrió los metros que le separaban de ella. Sólo supo que, de repente, estaba perdido entre sus brazos, inhalando el dulce perfume que emanaba de su cabello y que tanto había llegado a añorar.
- Múriel... -musitó entre lágrimas-. Estoy perdido... Me siento perdido sin ti.
- Lo sé, y lo siento -respondió ella con ternura-. No fue culpa tuya.
Se apartó, furioso.
- ¿Cómo puedes decir eso? No juegues. No juegues con eso -sollozó-. Yo firmé ese pacto. Me acosté con aquella mujer en París. Te traicioné... Provoqué el accidente... Haberos perdido a ti y a Keegan aún duele... No sé si dejará de hacerlo alguna vez.
Ella le miró con una piedad que tan sólo sirvió para incrementar aún más el odio y el desprecio que el irlandés sentía hacia sí mismo.
- No fue culpa tuya -insistió acariciándole la ceja derecha hasta bajar por la mejilla-. El verdadero nombre de Gob es Gul Xaos... Debes decírselo a tu amigo... Entonces lo entenderás. Pero Aidan... tienes que seguir adelante. Dejaste que nuestras muertes controlaran gran parte de tu vida. Es hora de dejar atrás esa tristeza, y para eso necesitas dejarnos ir. No va a ser fácil, lo sé, pero también sé lo fuerte que eres.
- Fuerte -repitió con escepticismo-. No soy fuerte. Si lo fuera no habría caído todas las veces que lo he hecho. No me habría dejado tentar desde un principio, me habría revelado... Contra Gob, contra Belial... No habría permitido que hicieran todas las cosas horribles que hicieron. Pero lo hice... porque soy un cobarde...
- Shhhh... -Múriel le interrumpió con un nuevo abrazo-. Estoy orgullosa de ti. Tenías miedo y aun así tomaste la decisión correcta con lo que has hecho ésta noche. Eres un superviviente, Aidan... Sobrevivirás a ésto.
Un millón de pensamientos se agolpaban en su mente. Tenía tantas cosas que decir que no sabía por dónde empezar.
- Fuiste la mejor compañera que podría haber tenido y doy las gracias por haberte conocido. Siento intensamente tu ausencia cada día. Te amo y nunca te olvidaré.
- Yo también te amo -susurró ella, cerrando los ojos.
Finalmente se separaron, y Aidan hizo un esfuerzo por refrenar las lágrimas.
- Keegan y tú... ¿estáis bien?
Ella esbozó una sonrisa beatífica, repleta de paz, y se giró para mirar algún lugar más allá de la niebla, en el mar. Aidan siguió su mirada y su corazón se detuvo al ver cómo la niebla se apartaba para revelar tierra... y sobre ella, en la orilla, una figura menuda que sólo podía ser un niño.
- Tengo que irme... él me espera -musitó ella, adelantándose para depositar un suave beso sobre sus labios-. Adiós, Aidan... Recuerda lo que te he dicho...
Su mano se deslizó sobre la de él, y, en un abrir y cerrar de ojos se había ido, y el único recuerdo que quedó de su presencia era el regusto a mar en su boca.
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Edward Johns DC Universe
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Tema: Re: Noise & Music (Edward Johns) [05/05/2020] 6th Octubre 2024, 16:31
El mago se agitó por dentro: - ¿Doyle…? - Parecía que el tipo no podía escucharlo, ahora estaba solo en la tierra de los muertos…Los párpados le pesaban a Edward y el cuerpo le dolía, toda la tensión del idea estaba saliendo a flote ahora: - Tú puedes colega…- Colocó de lado el cuerpo de Aidan para evitar que se pudiera ahogar con su propio vómito (aún recordaba con mucho asco su primer regreso de la tierra de los muertos) y se puso en pie.
Después del ritual la iglesia había quedado envuelta en un silencio sepulcral, la oscuridad era ahora un manto cálido que les envolvía, como una manta en la cama en pleno invierno…Johns no podía hacer mucho más por Doyle, él solo tenía que encontrar el camino de vuelta y él solo tenía que resolver sus asuntos pendientes:
- Estoy hecho una mierda…- Se puso en pie usando las pocas fuerzas que le quedaban y movió pesadamente hasta uno de los bancos, en el que se derrumbó boca arriba…No debía, pero los párpados le pesaban mucho, cada fibra de su ser le pedía una pequeña tregua, un minuto para relajarse….
Abrió los ojos asustado, cómo cuando te estás durmiendo en un evento importante, recuerdas de golpe dónde estás y te despiertas sacudiendo la cabeza: - ¿Qué coj…? - Ya no estaba en la Iglesia ni le envolvía oscuridad, unas imponentes llamas moradas ardían delante suyo con un extraño olor que le recordaba a Samigina, a unos 3 metros de distancia de donde estaba estirado…Alrededor suyo había unas formaciones rocosas similares a estalagmitas de las cuales goteaban un denso líquido de color amarillo y olor a pus ¿Podían ser las entrañas de alguna bestia? ¿Acaso habían muerto en la batalla y no se habían dado cuenta hasta ahora? Se puso en pie, el cuerpo no le dolía, de hecho, de sentía extrañamente confortable.
Se acercó que palpitaban a cada paso y cuando apenas estaba a unos centímetros de estas la fogata estalló cegándole unos instantes, se tapó los ojos unos momentos y cuando pudo volver a ver la oscuridad le había vuelto a envolver: - Dos eran uno…- Dijo una voz en la oscuridad.
Volvió a abrir los ojos agitado, esta vez si estaba en el banco estirado y el cuerpo volvía a dolerle ¿Cuanto llevaba durmiendo? Se puso en pie muy mareado y se puso la mano en la cabeza, se encontraba fatal, entonces reparó en Aidan y se puso en pie de golpe: - Joder... - El cantante convulsionaba en el suelo, viajar al mundo de los muertos era peligroso, una invasión a otro plano de la realidad y sin un guía o saber por dónde se movía el cantante podía convertirse fácilmente en presa de las criaturas que allí habitan:
- Mierda…- Edward pensó unos segundos mientras el cuerpo de Aidan se agitaba ¿Qué podía hacer? Empezó a repasar todos los conjuros que conocía, toda la magia y a su cabeza no venía ninguna forma magistral de salvarle, ninguna forma de traerlo de vuelta…Si sólo estuvieran juntos sería fácil hacerle volver…
Entonces abrió mucho los ojos y sonrió: - Claro. - Rápidamente cerró los ojos y empezó a murmurar un conjuro, su piel se llenó de unas marcas verde esmeralda que brillaban con fuerza: - Lo que ayer fue uno…Sea dos. - Cogió las manos del cantante, que seguía agitándose en el suelo y en la piel de este aparecieron las mismas marcas de color azul: - Lo que ayer fue uno…Sea dos. - Parte de las marcas de Edward empezaron a pasar al cuerpo de Aidan y lo mismo empezó a suceder con las marcas del cantante, sus almas se estaban reescribiendo, ligándose de forma inquebrantable para siempre…Sintió el dolor, el miedo, la vergüenza del cantante, todas sus emociones y recuerdos concentrados atravesándole en una punzada de dolor: - Vamos. -
Edward no esperó un segundo, puso su dedo índice en la frente de Aidan y murmuró: - Regresa. - El cantante abrió los ojos mientras las marcas verdes y azules de la piel de ambos iban desapareciendo poco a poco y el mago caía desmayado, acababa de partir su alma con el cantante, y había hecho lo propio con Aidan, ahora, aún no siendo conscientes, era uno solo.
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Tema: Re: Noise & Music (Edward Johns) [05/05/2020] 5th Noviembre 2024, 00:48
Edward despertó sobre un lecho tan confortable que, por un momento, pensó que había muerto y estaba en el cielo. Fue la realización de que si moría era el infierno lo que le aguardaba lo que le hizo abrir los ojos a la intensa luz del mediodía. Inicialmente no fue capaz de procesar dónde estaba o cómo había llegado hasta allí. Su último recuerdo era de haber estado tirado en una iglesia en ruinas londinense y ahora se encontraba sobre una comodísima cama en lo que parecía ser una suite de hotel. Parpadeando para acostumbrarse al exceso de luz, fue hacia la ventana y comprobó que, como mínimo, la localización no había cambiado, si es que la visión del río Támesis y la noria gigante que se alzaba al fondo no formaban parte de algún conjuro de ilusión. Todavía algo tambaleante fue hacia la puerta de la habitación y, al traspasarla, se encontró en un elegante salón en tonos grises. Detrás de una de las puertas entreabiertas se vislumbraba un baño del que Aidan acababa de salir secándose el pelo con una toalla. Al verle, se detuvo en seco.
- Hey, al fin despiertas, ¿estás bien?
El cantante parecía completamente sobrio, lo cual era más de lo que podía decirse de él.
- Empezaba a preocuparme. Llevas dos días inconsciente.
Aidan fue hacia él y le ayudó a sentarse en el amplio y cómodo sofá.
- Busqué sitios apartados y privados en Internet y encontré éste sitio. Está en una zona muy tranquila. También pensé reservar un albergue de mala muerte por el tema privacidad, pero qué demonios... No hay privacidad que el dinero no pueda comprar, y creo que nos hemos merecido algo de relajación después de salvar el mundo, ¿no? La habitación tiene jardín privado y jacuzzi, y el hotel tiene una piscina enorme que está desierta por la noche, ya la he probado un par de veces. Ha sido toda una suerte que los dos apestáramos a alcohol; el recepcionista asumió que te habías desmayado por la borrachera en lugar de pensar que yo era una especie de asesino en serie -hizo una mueca burlona-. Eso sí... sospecho que en el momento en el que le pagué para que se preservara nuestra intimidad debió de pensar que éramos pareja o algo. No respondo por la idea que se haya formado en la cabeza, lo importante es que no salga de aquí.
Cualquier atisbo de humor desapareció en cuanto se sentó a su lado, mirándole con gravedad.
- Vi a Múriel. En el lugar ese al que me enviaste -dijo-. Después ella se fue y los recuerdos se tornan borrosos... Lo único que tengo marcado es la sensación de angustia, como cuando en un sueño intentas salir de algún lugar y siempre hay algo que te lo impide. Era como... como si no encontrara la salida. Pero entonces, de repente, me desperté y tú estabas inconsciente a mi lado. Usaste magia, ¿verdad? Para sacarme. No sé cómo agradecerte lo que has hecho por mí. Debes tener hambre, ¿quieres que llame al servicio de habitaciones?
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Tema: Re: Noise & Music (Edward Johns) [05/05/2020]