Era cerca del mediodía cuando el sol radiante iluminaba la ciudad de San Diego, un día veraniego con la ciudad en su auge de actividad. Cientos de autos iban y venían por las autopistas y distintas calles, dando lugar a habituales embotellamientos aunque lejos de ser tan graves como las de la infame Nueva York. Sin embargo, algo se atrevía a romper la relativa paz del lugar. Una humareda se hacía notar en el centro de la ciudad, más precisamente en el banco central de San Diego, dejando en evidencia que, una vez más, los problemas habían comenzado.
Una segunda detonación retumbaba en la zona, algunas luces de tráfico parecían comenzar a titilar en lo que el caos se sumía en las calles del centro de la ciudad. Gritos de personas huían de la escena del crimen y sirenas eran escuchadas acercándose desde lejos, más aquello no era lo único que se acercaba con intenciones de ayudar.
En el mismísimo aire se mantenía elevada una reconocida figura para los ciudadanos de San Diego, un hombre de cabellos rubios que sobresalían por encima de su máscara que poco realmente ocultaba su rostro. Aquel hombre de látex azul con brazos en blanco y la letra “A” adornando su pecho se encontraba nada menos que volando por los cielos de la ciudad con celular en mano, apenas un instante previo a la explosión.
- Lo se cariño, sé que sale a las 12:30, no te preocupes, llegare a tiempo, tu sigue pintando y no te preocupes por Cliff que yo lo llevo a casa.- Respondía el héroe, con cariño y tranquilidad, a su esposa Ellen.
- Me prometes que estarás allí ¿Si? No quiero que pase como la última vez que tuve que llamar a mi madre para que vaya a recogerlos tras que estuviese esperando media hora solo en la calle. - Reclamaba la mujer tras el teléfono. Más justo antes de que Buddy pudiese responderle la susodicha explosión se hace escuchar.
- … Lo siento cariño, debo colgar, ya sabes ¡El deber llama!- Diría repentinamente, intentando sonar lo más confianzudo y relajado posible para no delatar que acababa de escuchar una explosión.
- ¡Buddy lo promet-! - Fue lo último que se escuchó de Ellen, antes de que la llamada fuese cortada. Pocos segundos después la segunda explosión se hizo escuchar, dejando sin tiempo al héroe de pensar y pasando directo a la acción. “Lo siento amor, tratare de hacerlo lo más rápido que pueda.” Pensaría para sus adentros, en lo que su vuelo se reanudaba ahora a una velocidad apabullante digna de un halcón peregrino cayendo en picada directo hacia el centro de la ciudad.
La policía no tardaba demasiado en llegar a la escena y cercar el banco en un intento de prevenir el escape de quien indudablemente lo estaba asaltando, más lejos estaban de tener la capacidad de retener al criminal en esa ocasión, pues aunque aún no lo sabían, se trataba nada menos que de un metahumano.
Baker finalmente descendía a gran velocidad, quedando cerca de uno de los oficiales de policía presentes oculto tras su vehículo dispuesto justo frente a la salida del banco.
- ¡A-Man! ¡Llegaste justo a tiempo! - Exclamaba el oficial con emoción de ver al afamado héroe protector de la ciudad llegar a la escena del crimen. - No tenemos ni idea de que haya allí dentro, pero esas explosiones sin duda se habrán cargado la bóveda, tememos por la vida de los civiles que haya allí dentro… -
- No se preocupe oficial, yo me encargo desde ahora. Manténganse cerca para recibir a cualquier civil que logre escapar mientras retengo a quien sea que este causando este desastre.- Respondería con confianza el héroe, sin siquiera dudar un instante antes de comenzar a avanzar directo a la entrada del banco, esbozando una relajada sonrisa.
Mas su heroica y quizá algo desmedida confianza se vería aplacada en lo que justo otra explosión reventaba ahora la misma entrada, dejando ver a una figura extravagante salir del lugar portando varias bolsas de dinero en sus manos. El criminal parecía una masa amorfa de algún tipo de goma, caminando con total tranquilidad y riendo a todo pulmón como si todo lo que estaba causando no fuese más que un simple juego.
Entre el miedo y la desesperación, otro de los policías en el lugar abrió fuego contra el objetivo, solo para ver sus balas chocar contra la masa de chicle andante y no hacer nada más que hundirse sin causarle nada. - ¡Jah! ¡Imbéciles! ¡Soy inmortal! ¡Soy invencible, ninguno podrá detenerme! - Exclamaría el villano, riéndose de los disparos.
A-Man todavía allí presente se dispuso a enfrentar al criminal, canalizando las capacidades voladoras del halcón peregrino, se elevó en el aire, haciéndose escuchar. - ¡Eso ya lo veremos! - Y procedió a caer en picada para soltarle un potente golpe a la figura de goma, solo para salir rebotado inútilmente hacia el lado contrario.
- ¡Ja! ¿¡Que es esto, un héroe local?! ¡No tienes ninguna oportunidad contra mí, héroe de pacotilla!- Exclamaría la figura.
- Ugh… es como chocar contra un trampolín… tendré que probar algo más fuerte.- El villano comenzaba a bajar por las escaleras del banco ignorando al héroe y a los ocasionales disparos de los policías que poco hacían y pronto eran detenidos por un grito del oficial, alegando que podían darle a Animal Man y que dejaran que él se encargue.
Buddy comenzó a rodear a su enemigo y cuando finalmente lo tuvo por el flanco exclamo. - ¡A ver si soportas la fuerza de un rinoceronte y la carga de una cabra al mismo tiempo! - Y tal como había dicho, cargo con una fuerza abrumadora, llevándose puesto al villano y esta vez logrando arrancarle los pies del suelo y lanzarlo contra la pared, forzándolo a soltar las bolsas de dinero que había robado.
- ¡Aja! ¡Con que eso si funciono! Sera mejor que te entregues si no quieres terminar peor. - Exclamaría en un principio el héroe, solo para relajarse un poco y ofrecerle la oportunidad de rendirse al criminal. No le gustaba la idea de tener que golpear personas si no era necesario. Mas para su sorpresa lo que vería a continuación sería una mano gigante de goma que se estiraría y tomaría la forma de un puño directo hacia su persona, lanzándolo bruscamente contra la pared contraria de la entrada del banco.
- Agh… que suerte que alcance a activar la dureza de una ballena, o eso hubiese dolido mucho más…- El héroe procedía a levantarse lentamente, viendo como su enemigo volvía a dirigirse hacia las bolsas de dinero, totalmente inerte y con un rostro de enojo terrible.
- Vamos Buddy, piensa… la fuerza bruta no sirve… parece como si estuviese hecho de goma o algo así… goma… ¿Fuego? ¿De dónde voy a sacar fuego? Oh, espera ¡El escarabajo bombardero que estudio Cliff el mes pasado!- Y fue en ese momento que decidido, Animal Man canalizo la capacidad de escupir del escarabajo bombardero, lanzando un repentino escupitajo a casi cien grados Celsius, derritiendo el pie de goma del villano y anclándolo al suelo sin dejarlo moverse en lo que este soltaba un furioso grito de dolor.
- ¡AAAHH! ¡Maldito! ¡Juro que te matare por esto!- Exclamaba el villano enfurecido, mas antes de tener tiempo de contraatacar, Buddy soltaba otro escupitajo sumamente caliente, derritiendo ahora el otro pie y haciendo que el ser de goma cayese de rodillas, apoyando ambas manos al suelo. Lejos de querer dejarse golpear otra vez, su mano se volvió un puño gigante que busco nuevamente atacar al héroe, mas este se había preparado ante esa posibilidad.
- ¡Veamos que logras contra esta combinación, reflejos de mosca, fuego de escarabajo bombardero y velocidad del chita! - Exclamo Animal Man, en lo que repentinamente se movió hacia un lado a una gran velocidad, evadiendo el golpe con sus reflejos aumentados, procediendo a soltar otro escupitajo hacia la otra mano del villano, con la cual se estaba sosteniendo en el suelo, pegándola al igual que sus otras dos extremidades al asfalto. Cuando la mano atacante regreso tras haber fallado, le esperaba nada menos que otro escupitajo hirviente que le derretía la mano y se la pegaba al suelo, dejándolo completamente inmóvil e incapaz de atacar o defenderse.
- ¡AAHH! ¡Hijo de puta! ¡Cuando salga de esta te voy a matar, lo juro!- Exclamaba y gritaba de furia y dolor, en lo que el combate finalmente se acababa. No había forma de que se liberase pronto de aquella situación.
- Si si, lo que digas…- Relajado y con una sonrisa en su rostro, el héroe restaba valor a las amenazas del villano en lo que se acercaba por ultimo hacia la policía allí presente.
- Increíble A-Man, lo lograste. Ya contactamos por radio que se trata de un criminal metahumano para que traigan refuerzos y especialistas para apresarlo. Gracias por ayudarnos.- Expresaba gratitud el oficial de policía al ver como el héroe de San Diego había nuevamente salvado la situación.
- No hay nada que agradecer, es a lo que me dedico oficial. ¿Creen poder tener todo bajo control desde ahora? Estoy algo apurado, ya sabe, chicos saliendo de clases.- Buddy esbozaba una relajada sonrisa hacia el oficial.
- Por supuesto, no te preocupes, nos encargaremos desde aquí. - Diría en primer lugar el oficial, para luego revisar su reloj de muñeca, notando la hora. - ¿A qué hora sale tu chico? Ya solo faltan veinte para la una. -
- … ¡Demonios, Ellen me va a matar si se entera! ¡Lo siento oficial, debo partir, adiós!- Dijo totalmente apurado en lo que volvía a canalizar la capacidad de vuelo del halcón peregrino, elevándose a toda velocidad y desapareciendo en el cielo.
Cerca de cinco minutos más tarde fue que finalmente llego a la escuela de Cliff, bajando del cielo y cayendo justo frente a su hijo.
- Ya me parecía que mama no vendría a buscarme, ella nunca llega tarde… - Reprochaba el joven adolescente, mirando el celular en su mano.
- Lo siento Cliff, ya sabes, el deber llama. Vamos campeón, te llevare a casa volando y te mostrare el humo de las explosiones del banco.- Diría con una sonrisa en lo que repentinamente le tomaría el brazo libre y se elevaría en el aire para llevarse al chico con él.
Luego de una pequeña rabieta y gritos de negación apagados por el sonido del viento corriendo por sus oídos, Cliff se resignó y se dejo llevar. Tras un pequeño momento le pico la curiosidad de las explosiones, notando las humaredas a lo lejos. - ¿Hubo explosiones?- El chico alzaba la voz para hacerse escuchar a través del ruido del viento.
- ¡Sí! ¡Volaron la bóveda del banco central, fue un tipo extraño hecho de goma! ¿A que no sabes cómo lo vencí?- Pregunto Animal Man, esbozando una clara sonrisa de orgullo.
- Pff… ni idea.- El muchacho estaba en su fase algo rebelde y desinteresada, típica de adolescentes, sin darle demasiado interés al asunto y todavía haciéndose el ofendido por que su padre habia llegado tarde a buscarlo.
- ¡Lo vencí gracias a ti, Cliff! ¡Le dispare como un escarabajo bombardero, el que me mencionaste hace unas semanas!- El muchacho no pudo evitar sonreír al notar que su padre no solo lo había recordado sino que lo había usado para luchar contra el crimen y salvar la ciudad. Tras aquellas palabras, el dúo continuó volando por encima de toda la ciudad en dirección a su hogar. El muchacho se mantuvo asombrado con la hermosa vista de la ciudad y disfrutando del agradable vuelo. Cuando bajaron, el chico le dio un pequeño abrazo a su padre y menciono por lo bajo.
- Gracias por traerme volando papá. No le diré nada a mama que llegaste tarde. - Acto seguido se separó rápidamente y se adentró al hogar.
Buddy no pudo evitar sonreír en lo simplemente apoyaba su mano sobre la cabeza de su hijo, sacudiéndole todo el pelo por un momento y adentrándose a su hogar, pasando a ser recibido por un abrazo de su hija.
- ¡Ya llegamos, amor! - Y con aquellas últimas palabras, otro conflictivo día en la vida de Baker llegaba a su fin, o al menos a un pequeño receso. Así era la vida cotidiana del héroe de San Diego, así la había sido desde la llegada a ese nuevo mundo, buscando un balance entre el caos de la Tierra, su vida de héroe, y sus obligaciones familiares. Después de todo, antes que un héroe, Buddy no dejaba de ser un padre, y un esposo.