Llevémonos bien... ¿por favor? (X-Men, Young Titans)

Eclipse maniobró el Black Bird hasta depositarlo en una zona amplia y vacía de la playa. Imaginaba que algo como eso tendría que atraer forzosamente la atención de la población local, pero estaba acostumbrado a no cuestionar a su compañera Tormenta. Al parecer, la que en principio había tenido que ser una misión de exploración de incógnito acababa de perder por completo el factor "discreción". La rampa del avión se abrió, permitiéndole apearse del vehículo.

Se trataba de un hombre alto, de largo cabello oscuro y aspecto inquietante. Al ser una misión oficial llevaba puesto el uniforme de los X-Men, el cual dejaba perfectamente a la vista su constitución atlética y bien entrenada. No usaba máscara, puesto que toda su vida social se reducía a la mansión, y siempre que salía lo hacía amparándose en ilusiones, por lo que nadie le conocía.

Drago avanzó hasta quedar al lado de su compañera, los dos al frente de sus alumnos en actitud protectora, y se tomó su tiempo para observar el entorno mientras Tormenta hablaba. Efectivamente, parecía que se había producido una batalla; Había un chico herido y dos tipos con pinta de maleantes que acababan de ser reducidos. Y a pesar de las palabras de Tormenta resultaba evidente para el perceptivo mutante que no tenía buena cara en absoluto. Podía imaginar que no habría pulsado la señal de alarma en vano, pero ya hablaría con ella sobre eso más tarde. Por el momento le interesaban más los otros dos desconocidos que tenía ante sí; uno era un chico apuesto, de aspecto jovial, pero la otra presentaba un aspecto tan tenebroso que las sombras que la rodeaban le resultaban casi palpables. Sin embargo, a juzgar por la actitud de sus compañeros, parecían estar de su parte, y no se le escapaba que era el chico de las gafas de sol el que había puesto las esposas a los dos villanos.

En silencio, aguardó a que los demás terminaran de hacer las presentaciones, preguntándose si no habrían terminado encontrando al final precisamente lo que habían ido a buscar: otros héroes.

OOC: Ha transcurrido prácticamente un mes desde la última respuesta. He enviado dos mp a Irene en el transcurso de estas últimas cuatro semanas que no me contestado pese a haberlos leído, así que procedo a saltarme su turno.

Raven avanzó hacia Brian y le tomó por el hombro, interrumpiendo su conversación con Esquirla Lunar antes siquiera de que llegara a producirse.

- De eso nada, jovencito -le cortó con su falta de tacto habitual-. Vamos ahora mismo a la enfermería a que te miren esa herida. Ya tendrás tiempo para intimar más tarde.

Y diciendo esto, envolvió al muchacho con su capa, que se oscureció hasta formar la imagen de un cuervo gigante y los dos desaparecieron.

(Nota: he buscado en Internet para asegurarme de que Raven podía teleportar gente sin riesgos. Fuente)

- Así que vosotros sois los X-Men -dijo Nightwing, estrechando la mano de Tormenta con expresión amigable- He hablado con uno de vuestros líderes, el profesor X. No se si os ha hablado de la Liga de la Justicia y su proyecto Defenders.

¿Liga de la Justicia? ¿Proyecto Defenders? ¿Por qué el Profesor no le había contado nada de aquello? Aunque a juzgar por la expresión de Tormenta, ella sí que estaba enterada. No era de extrañar, a fin de cuentas Ororo era la que solía liderar la Patrulla cuando Scott no estaba disponible.

- Nosotros nos llevaremos al Doctor Light y supongo que haréis lo propio con el otro tipo... -continuó dirigiéndose a recoger al tipo de la capa blanca.

Tormenta se volvió hacia él.

- Eclipse... ¿puedo hablar contigo un segundo?

Extrañado, la siguió hasta las proximidades del Blackbird.

- No me encuentro muy bien -confesó-. Todavía estoy algo... alterada.

Eclipse percibió un sinfín de gotitas de sudor que perlaban la oscura piel de la mujer. Tenía las pupilas dilatadas y la respiración entrecortada.

- Tormenta... -se acercó a ella, preocupado, pero la heroína le rechazó con un gesto.

- Estoy bien, o lo estaré... en cuanto me haya serenado un poco. Ahora mismo lo que necesito es estar tranquila en un lugar en el que me sienta segura. Voy a regresar a la mansión y voy a llevarme a los alumnos conmigo, pero la misión no puede terminar aquí...

- ¿A qué te refieres?

- No podemos marcharnos ahora que hemos establecido contacto con uno de los grupos de héroes del otro universo. Necesito que te quedes y hables con su líder.

Un súbito escalofrío se extendió por todo su ser, haciendo que el habitualmente callado e impasible mutante acusara una reacción de sobresalto y alarma.

- ¡Tormenta, no puedes...!

La expresión seria que le dirigió la mujer le hizo interrumpirse de golpe. Su mano se posó sobre su brazo en un gesto que denotaba confianza, y cuando respondió, pasó a hacerlo en un tono mucho más bajo, de manera que sólo él pudiera oírlo:

- Drago, por favor... Sé que no te gusta relacionarte con los demás, y que piensas que no puedes hacerlo, pero yo ahora no puedo quedarme. Sabes de sobra que mis poderes están unidos a mis emociones. En el estado alterado en el que me encuentro, quién sabe lo que podría pasar. El Profesor está tratando de establecer relaciones amistosas con este universo. Sé que confía en ti, y yo también. Eres capaz de más cosas de las que crees. Por favor, quédate y habla con su líder.

Drago se quedó mirando a la mujer con expresión perpleja. En los ocho años que llevaba en la mansión se había dedicado a recluirse de forma activa. Se limitaba a la impartición de sus clases y a responder como apoyo y refuerzo cuando se le necesitaba, pero normalmente su papel era ese; era el que se quedaba a los mandos del avión mientras los demás exploraban, el que se quedaba en la mansión para protegerla cuando todos estaban fuera. ¡No era ningún diplomático!

- No puedes, no puedes -gritaron alarmadas las alargadas sombras que se proyectaban bajo el avión-. ¡Lo estropearás todo!

- Sí, no puedes, tú no sabes hacer esto.

- ¡Les robarás su luz!

Quiso decir algo, pero vio la mirada de Tormenta y las palabras murieron en sus labios antes de ser pronunciadas. Cierto, no era un diplomático, era un mercenario. Pero como mercenario, tenía muy asumido el papel de la jerarquía en toda organización. Tormenta era la segunda al mando, y él debía obedecerla. Además, si de verdad era tan importante para Xavier, bien podía hacer un esfuerzo...

- Lo... lo intentaré -musitó, aunque la verdad era que se encontraba bastante asustado por aquella repentina e inesperada responsabilidad.

- Gracias -dijo ella, apretándole levemente el brazo y sonriéndole con sinceridad. Después, regresó hacia donde aguardaba Nightwing al tiempo que levantaba a Cassidy del suelo-. Nos llevaremos a Black Tom, pero mi compañero Eclipse se quedará para parlamentar con vosotros en representación de nuestro grupo. Es importante que empecemos a establecer relaciones, si vosotros estáis de acuerdo.

Si Nightwing aceptaba, Tormenta se marcharía en el Blackbird llevándose consigo al delincuente así como a los restantes miembros de su grupo y Eclipse se quedaría para estrechar lazos con el líder de los Teen Titans...