Sobre esa familia de acogida... (Young Titans) [DC, Pre-Omega]

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Joanna andaba mirando al frente, pensativa, mientras la parte trasera de la pluma golpeaba rítmicamente contra la mesa, recordando su última conversación con Nightwing.

Le había pillado por sorpresa, desde luego, pero no iba a rehuir el contacto con uno de sus héroes, especialmente si teníamos en cuenta que el mentor de Robin, Batman, había sido su "hombre ideal" durante la adolescencia... y su carpeta del instituto tenía forradas fotos del murciélago. Incluso la de la universidad tenía fotos o dibujos del héroe enmascarado acompañado del chico maravilla.

Encima, tuvo que esforzarse mucho para no sonrojarse ante su presencia, teniendo en cuenta que las fotos no hacían ninguna justicia a su cuerpo perfectamente formado, y las mallas no ayudaban a que no se notase ese tono físico... ¡Y eso que el chaval era más joven que ella! Durante varios minutos se sintió algo violentada por la situación, especialmente porque no paraba de dar vueltas a la diferencia de edad, al menos, hasta que el hombre por fin fue al grano.

Al parecer, uno de los miembros más jóvenes de la torre era huérfano, y aunque se esforzaban en apoyarle y ayudarle, había algo que obviamente necesitaba: una familia adoptiva. Por supuesto, no valía cualquier familia, pues el chiquillo era evidente que no era normal, y necesitaban a alguien que no sólo pudiera educarle y darle el cariño que necesitaba, si no que también debía de ser discreta, de confianza. No sabiendo muy bien dónde buscar, y a sabiendas de que la alcaldesa se había mostrado abierta hacia el grupo y dispuesta a ayudar, el muchacho había terminado por decidir acudir a ella.

Joanna suspiró, cerrando los ojos, antes de abrirlos de nuevo

Decidido, voy a adoptar un niño el ruido de papeles cayendo al suelo de pronto provocó tal sobresalto a la pobre alcaldesa que por poco no salió volando de su asiento, girándose para encontrarse con su secretaria (¿cuánto tiempo llevaba ahí?) que la miraba con los ojos como platos y con cientos de formularios en el suelo. La alcaldesa arqueó una ceja, antes de suspirar



Varias horas después, Joanna se presentó a las puertas de la torre de los Titanes con un maletín lleno de todo tipo de formularios, dudando sobre cómo demonios llamar para que le franqueasen el paso. ¿Cómo entraban los Titanes en esa... mole?

-Sí, Sí, lo he entendido - La voz de Wally West sonaba al otro lado del teléfono. Ya estaba otra vez taladrándome el oído.

-¡Ni se te ocurra llegar tarde, tío! - dijo el pelirrojo con mucho entusiasmo en su voz.

-Aquí el único que llega siempre tarde eres tu, Kid.- el chico rió y tras intercambiar dos palabras más se despidió y colgó.

Descolgué el teléfono con una sonrisa en la boca y luego me llevé el café a los labios para terminármelo. Por una vez, la base estaba tranquila y no había ninguna urgencia, aunque estaba seguro de que tarde o temprano llamaría Batman para una misión de última hora. Le encantaba hacer eso.

Miss Martian, Superboy y Lobo habían salido a fuera un rato (o eso dijeron), seguramente a tener una cita, podía poner la mano en el fuego. Wally y Artemis estaban viviendo juntos y ya no pertenecían a la liga, pero venían a vernos de vez en cuando. Raquel, Karen y Cassandra tenían el día libre así que según Cass, se habían ido de compras. Jaime tenía que hacer un viaje a sudamérica por un tema familiar, así que en la base solo quedábamos Garfield, Tim, Brian, Barbara y yo.

Ah, bueno, me había olvidado de La Esfera.

La bola de metal alienígena se acercó a mi rodando por toda la habitación y lanzándome uno de esos ruiditos tan monos que hacía cuando quería llamar nuestra atención.

-¿Qué ocurre?- pregunté, y me levanté a seguir a mi metálico compañero. La esfera me llevó a la pendiente de asfalto dónde se encontraban los vehículos de la liga y entonces me di cuenta de lo que había intentado decirme. La pared desde dentro era transparente, pero desde fuera nadie podía saber que ahí debajo vivían los Young Titans.

Justo paseando cerca de la pendiente estaba la alcadesa de Happy Harbor, Joanna Hardins y parecía preocupada.

-Bien Dickie, quedas con ella y ni se te ocurre decirle dónde está la entrada - La montaña era grande y cuando algún héroe había quedado con Joanna o con cualquier figura pública de Happy Harbor, la habíamos llevado al Salón de la Justicia o la base de pega, tal y como la llamaba Kid, que resultaba ser solo una tapadera para que no encontraran la verdadera base de la liga. Ahora que Joanna tenía una relación más estrecha con nosotros, iba siendo hora de que conociera la verdadera base secreta.

-Ve a la habitación de Brian y dile que la alcaldesa ya está aquí. - le ordené a la esfera. Acto seguido, la bola metálica rodó por los pasillos y escuché a lo lejos como empezaba a golpear la puerta del chico.  

Encendí el interruptor que abría la salida del garaje y el techo de tierra y hierba empezó a retirarse, revelando la pendiente de asfalto. Salí a la superficie y me acerqué a Joanna, esperando no haberla asustado mucho cuando viera que la tierra de su lado empezaba a moverse.

-Buenas tardes, alcaldesa, siento haberla hecho esperar - dije acercándome a la morena.

Tenía los nervios a flor de piel. Ni siquiera se atrevía a jugar a hacer malabares con portales, como solía hacer en los días de aburrimiento en la base, por miedo a pifiarla por culpa de su estado. Nightwing ya lo había hablado con él días antes para prepararle mentalmente. No sabía qué le resultaba más difícil de encajar: el hecho de que iba a convertirse en un niño adoptado, o el hecho de que la persona que iba a presentarle a su futura familia adoptiva era alcaldesa y una heroína reconocida. Una un poco rara, sí, pero heroína al fin y al cabo. No sabía qué pensar.  

Apenas sabía nada de Joanna Hardins, los años que había pasado entrenando y siendo sometidos a experimentos en LexCorp no le habían ayudado precisamente a saber qué se cocía en el mundo. Había tenido que tirar de Wikipedia y la base de datos personal de la base de los Young Titans para conocer más de aquella mujer. Y lo que veía le fascinaba y asustaba a partes iguales. Por lo que sabía, sólo una persona aparte de la alcaldesa de Happy Harbour había regresado de entre los muertos... Y los informes sobre el tal Solomon Grundy no decían nada bueno sobre él.

Pero Joanna no parecía de lejos tan malévola. Aunque había visto imágenes de ella invocando esqueletos. ¿No se suponía que esa clase de cosas sólo las hacían los malos? ¿Qué clase de madre adoptiva le presentaría entonces? ¿A una bruja, como ella? ¿A una mujer muerta de la Guerra Civil Norteamericana?

Pero Nightwing confiaba en ella. No sería entonces tan mala persona. ¿Verdad?

TOC. TOC. TOC

-¡Woah! -Brian saltó de la cama de un respingo cuando la bola esférica rara que usaban en la base para pasarse recados lo llamó. No hizo falta ningún intérprete para saber lo que ya se olía. Se atusó el jersey y se pasó la mano por el flequillo, asegurándose de que estaba lo más aliñado posible.

Volvió entonces a mirarse las manos. Tragó saliva. ¿De verdad alguien iba a aceptarlo como parte de su familia... incluso así?

Respiró hondo. Venga, Brian, no te rajes ahora. Nightwing es un tío legal. Es un hermano. Todos lo son aquí. Todo irá bien.

Vas a tener una nueva familia.

-Venga, Gusiluz, no hagamos esperar a la alcaldesa.

Salió hasta el pasillo y tomó rumbo hacia el salón, procurando que no se le notasen mucho los nervios.

¿Y ahora qué le contaba al héroe? Joanna dudó durante unos instantes, pensativa, mientras miraba a la torre de cristal. No estaba segura de cómo empezar, y desde luego no sabía muy bien cómo explicarle que no había encontrado ninguna familia realmente fiable, y que se consideraba adecuada para criar al chiquillo. Era algo ridículo, ella estaba muerta, y probablemente le provocase pura incomodidad su presencia, amén de...

Y entonces el suelo se abrió a un lado de la alcaldesa, lo que provocó que diese un salto de sorpresa, moviese sus brazos en el aire y terminase cubriéndose con el maletín, más sorprendida que asustada, pero reaccionando como una ratoncilla de biblioteca a la que se le daba un susto de muerte. No en vano, seguía siendo una, por mucho carácter que hubiese terminado por desarrollar

-Buenas tardes, alcaldesa, siento haberla hecho esperar - Y entonces el moreno apareció por la rampa recién creada. Joanna se sonrojó desde detrás del maletín, no bajándolo ni un milímetro durante los segundos que tardó en contestar

¡Nightwing! Me has dado un susto de muerte Bravo, Joanna, acabas de ganar el premio a la frase más inadecuada del 2014.. La alcaldesa carraspeó, bajando rápidamente el maletín e intentando superar ese rubor que en su piel cetrina daba una sensación peculiar, como si sus mejillas hubieran recuperado el rosado natural

Eeehm... llámame Joanna, por favor. No estoy en una visita oficial, después de todo no una de la alcaldía al menos. La mujer se alisó el vestido con gesto adusto, antes de por fin recuperar del todo la compostura. Miró con curiosidad al moreno y después la rampa

Esto... ¿Es correcto que entre dentro? Quiero decir, a vuestra parte más privada y todo eso... No quiero violentar a ninguno de vosotros y... bueno, eso. ¿Está el chico presente?

¡Joanna! ¿Se puede saber qué te pasa? ¡Es mucho más joven que tú! ¡Recomponte, mujer! Por mucho que tenga esos pectorales y esos abdominales que... ¡Los ojos! ¡Mira a los ojos! Vaya con el chico maravilla, sí que ha crecido bien...

"Reconocida: Batgirl; be, uno, seis"

- Yo también me alegro de verte - dije, con ironía, a la voz que me identificaba cada vez que entraba en el Monte Justicia mediante los tubos zeta.

No me hacía mucha gracia ser un número, aunque fuera consciente de sus aplicaciones prácticas. Bueno, tampoco había sido una fan del nombre Batgirl, al principio. Yo quería ser Batwoman; sonaba mucho menos... ¿cómo decirlo? a infravaloración. Pero había terminado por acostumbrarme a lo de Chica Murciélago. De todos modos, no duraría siempre. Algún día sería Barbara Gordon a secas, Congresista Gordon como mucho. Pero no todavía, aún tenía que...

- ¡Eh...! - exclamé, cuando alguien pasó por mi lado como una exhalación, casi tirándome al suelo - ¿Bri?... ¿Esfera? ¿Qué estáis haciendo?

Brian Bird, "Nexus" cuando iba de uniforme, corría por el pasillo, seguido por la "mascota" de Neo-Genesis que había adoptado Conner. No tenía ni idea de a qué venían tantas prisas, por lo que me quedé mirando al chico, perpleja. Iba vestido de calle, e incluso parecía peinado.

- ¿Me he perdido algo? - le pregunté al protegido de Dick, con curiosidad. Entonces recordé que Pantaloncitos (nota mental: deja de llamarlo así, ya no los lleva) me había comentado algo hacía un par de días, cuando habíamos coincidido en la Batcueva - ¡Ah, espera, ya recuerdo! Es por lo de la adopción, ¿no?

Se me hacía raro que Bri dejara de vivir en la base; me había acostumbrado a verlo siempre por allí. Me preguntaba qué clase de familia lo acogería. Esperaba que no tuviera problemas por el tema de su doble vida; ser un héroe sin que tus padres lo sepan es agotador. Escapadas nocturnas, dobles fondos en el armario... Yo era toda una experta en el tema, pero seguía dándome taquicardia cada vez que mi padre decía "tenemos que hablar". Lo que, por suerte, no era tan a menudo como antes.

"Hablando de taquicardias...", me dije. El chico tenía que estar de los nervios por culpa de todos aquellos trámites...

- ¿Quieres que te acompañe? - le pregunté a Brian. Sentía cierta curiosidad por quiénes serían sus nuevos padres y, además, no quería que estuviera incómodo o asustado durante la visita.

Sonreí a la irónica idea de matarla de un susto. Conocía el caso de Joanna, lo había vivido en mis propias carnes, cuando aún era un chaval. Fue uno de nuestros mayores fracasos, Batman siempre era muy oportuno en recordárnoslo, habíamos dejado morir a la Alcaldesa de Happy Harbor. 

Pero por suerte, no estaba tan muerta como parecía. Por un lado me alegré de que así fuera , pero por otro no podía permitir que el equipo fallara de nuevo, ahora que yo estaba al mando. La próxima vez que se haga un rescate, el rehén tiene que salir vivo de la misión, para eso se le llama rescate.

Estaba muy graciosa detrás de su maletín, y le sonreí divertido.

-No se preocupe señora alcalde...Joanna - corregí rápidamente y volvía a sonreír- ya hay suficiente confianza para con el equipo. Estamos encantados de tenerla aquí. 

Por no decir que éramos pocos en la base, pero casi todos los miembros de los Young Titans conocían a Joanna, así que no hubiera habido ningún problema por que ella estuviera en nuestra base. Le debíamos al menos eso.

-Pase por aquí- le indiqué a la alcaldesa que bajara por la rampa de asfalto y una vez me alcanzó, cerré la compuerta del garaje.

-Siéntese aquí, por favor, Brian no tardará en bajar.- decidí esperar unos segundos más de pie por si el chico aparecía. Recordé entonces que La Esfera no hablaba y quizás el chico no hubiera interpretado bien el mensaje, o quizás estaba nervioso y no quería salir de su escondite. 

Podía considerar su reacción natural, al fin y al cabo, yo también había perdido a mis padres a temprana edad, y empezar con una familia nueva siempre era difícil, sobretodo si tu familia era Bruce Wayne...

Brian atravesó los pasillos de la Torre como una bala. No quería llegar tarde. En realidad tampoco quería ir. Quería y no quería. ¡Argh, malditos nervios! Vamos, Brian, concéntrate. No será tan malo, ¿verdad?

Tan ensimismado iba que no prestó atención al obstáculo que tenía delante. Tuvo el tiempo justo para gritar alarmado y crear portal de entrada y salida para no darse de bruces contra ello... aunque el choque contra la pared de enfrente se lo llevó igualmente.

-Ooouh... Ya está, la próxima vez conduciré yo.

-¿Bri?... ¿Esfera? ¿Qué estáis haciendo?

Tras el impacto, Brian se volvió y se puso como un tomate al darse cuenta de que había estado a punto de pegársela contra Batgirl. ¡Su ídolo de la liga junto con Dick y poco le había faltado para placarla! Se maldijo por su estupidez, pero pronto recuperó el ánimo cuando Barbara le restó importancia al incidente.

- ¿Me he perdido algo?

-¡Ah! Eeh, p-pues... Bueno, es algo gracioso, es... -Brian intentó explicarse, pero no podía más que balbucear y reírse de forma estúpida. Malditos nervios...

- ¡Ah, espera, ya recuerdo! Es por lo de la adopción, ¿no?

Al escuchar la palabra adopción, Brian se puso en pie de un salto y se sacudió el polvo, fraguando una falsa imagen de seguridad.

-¡No, claro que no! ¿Qué dices? ¡Y no estoy nada nervioso, que lo sepas! ¡Ja, adopciones a mí! ¡Que venga el que sea, yo puedo ser tan normal como el que más! ¡Y a quien no le guste, que se vaya a su casa! ¿He dicho ya que no estoy nervioso en absoluto?

Miró fijamente a Barbara, imitando aquel gesto tan propio de Dick cuando se hacía el duro. Pero él sólo llegaba a ser risible. Y bastó una sonrisa de la pelirroja para que se le agrietara toda la máscara.

- ¿Quieres que te acompañe?

-... Por favor -Brian bajó la cabeza y se raspó el brazo.

Reconocida: Raven; be, seis, seis, seis La interpelada puso los ojos en blanco por unos segundos, pese a que su rostro se mantenía en una máscara de eterna indiferencia. Odiaba el número que Wally le había asignado en una broma privada, y más aún que no se pudiera cambiar, ya que encima lo habían protegido. Lo había intentado varias veces, e incluso había pedido ayuda a Dick sin éxito. Sospechaba que el joven moreno se divertía a su costa tanto como el pelirrojo, pero tampoco tenía pruebas. Y que le asignasen ese número no era tan malo, después de todo

Al contrario que Batgirl, Raven había entrado en la cueva del Monte Justicia vestida de civil, lo que significaba una camiseta de rejilla, una camiseta negra de Mötorhead por encima, unos shorts negros, unas medias de rejilla, botas grandes y un collar de pinchos con un Ankh colgando de él. Para terminar el conjunto, estaba maquillada con sombra de ojos al estilo egipcio y sus labios estaban pintados con un gloss negro que hacía que pareciesen una fruta.

Los ojos de la hechicera se centraron en Batgirl y después en Brian, antes de volver a mirar a la pelirroja con un arqueo muy leve de cejas, como si se preguntase por qué el chico estaba tan repeinado, antes de empezar a flotar hacia ellos con indolencia. Dio un giro sobre sí misma en el aire y donde minutos antes estaba una chica de dudoso gusto al vestir, ahora estaba la sobria heroína vestida con su capa, vestido simple y con algo menos de maquillaje en la cara. Lo que hacía que el tiempo dentro de tu alma fuera más lento que fuera

¿Es el cumpleaños de Nexus? preguntó con una curiosidad bien disimulada, mientras centraba sus ojos violetas en él. No, no parecía, el chico estaría emocionado y no asustado, por lo que su otra ceja se arqueó levemente, quedando esta vez perfectamente niveladas ambas Vale, Batgirl... ¿Qué me he perdido?

Joanna sonrió inocentemente al muchacho, ajena a las dos chicas que acababan de entrar al Monte Justicia. No había oído la voz de los Tubos Zeta, quizás por estar demasiado alejada, o tal vez porque simplemente estaba demasiado atenta a Nightwing. No es que le intimidase, no tanto pasada la primera impresión, pero tenía que reconocer que destilaba tal aura de seguridad que Joanna no podía evitar hacerle caso.

Asintió suavemente, antes de sonreír de forma tentativa, siguiendo al hombre por la rampa en dirección al garaje. Desvió su mirada por el lugar, con curiosidad, hasta que finalmente el hombre la llevó a lo que podía pasar por una sala de estar a través del garaje. O quizás una sala de espera, no estaba segura. Había sillas cómodas, y se sentó en una con un suspiro.

Por supuesto, estar muerta no cansaba, pero eso no quitaba que agradeciese el sentarse, especialmente sintiéndose incómoda y nerviosa de pies. Desvió la mirada por la sala y finalmente centró sus ojos en el trasero del héroe. Se sonrojó, desvió la mirada con expresión de consternación y clavó su vista en el techo, intentando disimular mal que había mirado a donde una señorita de su catadura debía mirar. Carraspeó unos segundos, y volvió a centrar la mirada en el chico del antifaz, que parecía estar esperando de pie a que apareciese Brian.

Por unos segundos sintió pena por el muchacho. Perder a ambos padres era una tragedia muy dura, ella lo sabía bien, y Brian aún era demasiado joven como para poder valerse por sí mismo de forma legal. Tras unos segundos dudando, finalmente retomó la palabra

Brian... ¿Cómo lo está llevando? La orfandad... es muy dura. ¿Está dispuesto a empezar de nuevo con una familia distinta? Joanna sabía por experiencia que esa era la parte realmente difícil, conseguir que el muchacho aceptase a alguien distinto como padre o como madre. Después de todo, ya era muy mayor como para poder olvidar a sus padres, y no creía que se encariñase de nadie pronto

Mucho menos de un cadáver andante... ¿En qué demonios estás pensando, Joanna? la alcaldesa suspiró, esta vez con algo de desazón. Sus pensamientos habían sido crueles, pero tenían sentido: ¿Realmente Brian quería rehacer su vida? y... ¿Querría rehacerla con una madre que no respiraba, que era fría al tacto? Pensándolo bien, era imposible que el chico se encariñase de alguien así. Tras unos segundos sumida en sus pensamientos, la mujer dirigió una mirada de corderillo degollado al justiciero, casi como si pidiese silenciosamente que la reconfortasen.

Y por Dios, vaya que si lo necesitaba

-¡No, claro que no! ¿Qué dices? ¡Y no estoy nada nervioso, que lo sepas! ¡Ja, adopciones a mí! ¡Que venga el que sea, yo puedo ser tan normal como el que más! ¡Y a quien no le guste, que se vaya a su casa! ¿He dicho ya que no estoy nervioso en absoluto?

Esbocé una sonrisa. Pobre Bri, sólo le faltaba un cartel de neón para resaltar aún más los nervios.

- ¿Quieres que te acompañe?

- ... Por favor - murmuró el chico, cogiéndose el brazo con incomodidad.

Pobrecito, qué mono era. Tuve que resistir el arrebato de achucharlo allí mismo y adoptarlo yo en persona. ¿Imagináis la cara que habría puesto mi padre? "Comisario, desde hoy es abuelo, ¡felicidades!"

- No hay problema, tengo ganas de ver a la alcaldesa, y así me aseguro de que Nightwing no tenga una crisis al dejar que otros adopten a su pupilo. - le guiñé un ojo a Brian, divertida.

"Reconocida: Raven, be, seis, seis, seis", dijo el ordenador, a nuestro lado.

Sonreí, como cada vez que escuchaba el número que precedía a mi compañera. Había pillado a Wally y Dick con las manos en la masa la primera vez, pero había decidido dejarles hacer. Si querían incurrir en la ira de Raven, era problema de ellos... Además, había costado la vida que la chica se decidiera a usar los tubos zeta. Al principio, se limitaba a aparecer de repente en la base, sobresaltando a todo el mundo. Durante aquella época llegué a comprender por qué mi padre se quejaba de los sustos que le pegaba Batman cuando se materializaba detrás de él sin avisar.

Raven iba de civil, pero no duró mucho. Nos miró, evaluó la situación y cambió a su ropa de heroína en un momento. No pude menos que suponer que el hecho de ver a Brian repeinado y con jersey la había hecho sospechar que sobre nosotros se cernía una terrible amenaza.

Y no le faltaba razón.

¿Es el cumpleaños de Nexus? preguntó, alzando una ceja y después la otra. Vale, Batgirl... ¿Qué me he perdido?

Sonreí abiertamente.

- No es su cumpleaños, es mejor aún. - anuncié - La alcaldesa está aquí, ha encontrado una familia de acogida para él, así que ha decidido ponerse presentable. Míralo, Raven, ¿sabe o no sabe cómo impresionar a una chica?

Empujé con suavidad a Bri para que quedara delante de mí.

- Íbamos hacia la sala de estar. ¿Qué te parece, nos acompañas? - ofrecí a Raven, mientras la esfera emitía un alegre pitido y se ponía en marcha.

Estaba algo nervioso, quizás menos nervioso que Brian pero también me moría de curiosidad por saber como serían sus nuevos padres. Entendía perfectamente al chico, pero estaba seguro de que se adaptaría muy pronto a su nueva vida. 

Iba a echar de menos tenerle por aquí a todas horas.

Entonces la voz de Joanna me sonó algo decaída y rápidamente dejé de mirar en dirección hacia el pasillo y me acerqué a ella. Me senté a su lado y la miré con una sonrisa.

-Claro, está más que preparado, lleva deseando esto desde hace más de un año. Aunque no sean sus padres de verdad, estoy seguro de que se sentirá querido sean quienes sean. Eso es lo que realmente importa.

Mis ojos no se apartaron de la alcaldesa. Parecía preocupada por algo y entonces me miró con tristeza, como si supiera algo que yo debía saber.

-Joanna, ¿estás bien? - le pregunté después de escuchar su silencio y coloqué mi mano en su hombro para reconfortarla- ¿Ha pasado algo? ¿hay algún problema?

Sonrió levemente cuando Barbara confirmó que le acompañaría. Se sentía mucho más seguro junto a ella, su personalidad afable y extrovertida ayudaban mucho a combatir los nervios que sentía en ese momento. No sabía dónde meterse. Lo de la familia de acogida le alegraba por un lado y le hacía temblar de miedo por otro.

-Bueno, Babs... La verdad, no estoy seguro de que quiera...

"Reconocida: Raven, be, seis, seis, seis"

La súbita aparición de Raven le hizo dar un respingo y mirar a sus espaldas. Aunque no sabía qué le impresionaba más; que apareciese así, aun avisada por el ordenador, o que lo hiciese con su ropa de civil. La verdad, daba más miedo así, aunque jamás se había atrevido a confesárselo. Se sintió un poco más cómodo cuando regresó a su vestimenta heroica, pero pronto volvieron los motivos para los nervios.

¿Es el cumpleaños de Nexus? Vale, Batgirl... ¿Qué me he perdido?

- No es su cumpleaños, es mejor aún. La alcaldesa está aquí, ha encontrado una familia de acogida para él, así que ha decidido ponerse presentable. Míralo, Raven, ¿sabe o no sabe cómo impresionar a una chica?

Batgirl le dio un empujoncito para animarle a presidir la marcha, pero Brian apenas pudo dar un paso. Se quedó mirando fijamente a la Titan con la cara que pondría uno ante un perro que puede morderte en el cuello en cualquier momento. Finalmente suspiró y decidió mandar la máscara a hacer gárgaras. Se llevó las manos al cabello y se despeinó, recuperando su aspecto juvenil de siempre.

-Oh, vamos, ¿a quién intento engañar? ¡Esto no va a funcionar! ¿Qué clase de familia de soplagaitas iban a querer adoptar a... a... bueno, a un monstruito de feria como yo? ¡Venga, por favor, esto no es como en un maldito cuento de hadas! ¡Y tú lo sabes, Raven! Es decir... ¡Por Dios, miradme!

Les enseñó los guantes metálicos a ambas chicas, los mismos que ya no podría quitarse jamás. Había empezado la marcha con optimismo, pero los nervios habían terminado por destruirlo. Bueno, en realidad seguía ahí, pero enterrado bajo una gruesa capa de inseguridad que se había abierto camino y bloqueaba cualquier otra reacción emocional.

-¿Sabéis qué? Lo mejor es que hable con esa alcaldesa... y le diga que lo olvide. No creo que quiera hacer esto, la verdad.

Suspiró y volvió a agachar la cabeza. Si las circunstancias hubiesen sido otras, tal vez... Pero así, ¿cómo?

Raven se quedó mirando fijamente a Batgirl, inexpresiva, antes de desviar la mirada a Brian, estudiándole con esa manera de mirar que incomodaba tanto

Impresionar, desde luego. Ni el gas del miedo del espantapájaros lograría ese efecto comentó la mujer en lo que era un... ¿chascarrillo? Con esa maldita cara de póker era imposible saberlo con certeza. Su capa ondeó suavemente, y sólo una mirada muy entrenada podría percibir que sus labios estaban curvándose muy levemente en una suave sonrisa.

Lo habían tenido un tiempo ya en la torre, y para bien o para mal la poco más que indigente hija de Trigon había coincidido muy a menudo en la torre con él. Y sin embargo, el chaval había sido capaz de mantener una respetuosa distancia, no había husmeado entre las cosas de la gótica y, en general, había actuado de tal modo que no había supuesto ninguna amenaza para la semidemonio. Le miró unos largos segundos, viendo cómo el muchacho se deshacía de ese peinado tan repelente con aprobación perfectamente contenida, acercándose en una lenta levitación

Mucho mejor así, Brian. Si quieres dar una buena impresión, lo mejor es ser uno mismo. Las primeras impresiones son determinantes, pero que descubran que lo que vieron no eras tú mismo es mucho peor y lo sabía por experiencia. Notó la duda en el muchacho, que tampoco parecía querer ocultarla, cruzándose de brazos en cuanto él habló

Quizás sea mejor que primero escuches lo que tenga que decirte. A lo mejor el mensaje es lo suficientemente importante como para desecharlo a la primera de cambio. se quedó unos segundos en silencio, lanzando una mirada a Batgirl. No era buena expresando sus emociones, y precisamente evitaba como la peste el contacto físico, así que ni si quiera comenzó el gesto de apoyo que más que de seguro la pelirroja estaría empezando a realizar

Os acompaño... Me parece que Brian no es el único nervioso en la cueva sentenció finalmente, mientras desviaba la mirada en dirección a Dick y Joanna, aunque desde su ángulo no pudiera verlos con claridad.

Joanna notó la mano del héroe sobre su hombro casi como si fuera una losa, lo que hizo que su gesto se convirtiese en un rápido abanico de expresiones: Sorpresa, miedo, aprensión y finalmente aceptación. La mujer suspiró suavemente

Bueno... es sólo que estuve revisando las familias de acogida y... se mordió el labio inferior, antes de agachar la cabeza. Lo mejor era no seguir con rodeos, pero... pero no sabía cómo abordarlo de forma elegante y diplomática. Así que suspiró, levantando de nuevo la mirada, con una expresión de determinación


La mujer suspiró, bajando de nuevo la cabeza antes de volver a elevarla

A pesar de mi intento por animarlo, Brian apenas dio un paso, y lo hizo con el mismo entusiasmo de un animal al que llevan al matadero. Un segundo después, ya había acabado con su peinado, y empecé a temer que la ropa siguiera el mismo camino.

-Oh, vamos, ¿a quién intento engañar? ¡Esto no va a funcionar! ¿Qué clase de familia de soplagaitas iban a querer adoptar a... a... bueno, a un monstruito de feria como yo? ¡Venga, por favor, esto no es como en un maldito cuento de hadas! ¡Y tú lo sabes, Raven! Es decir... ¡Por Dios, miradme! - exclamó.

Nos mostró los guantes, como si no los hubiéramos visto nunca antes, como si aquello significara algo. Se me encogió el corazón. Brian siempre intentaba hacerse el fuerte; incluso ahora, su manera de pedir ayuda se parecía demasiado a enfadarse consigo mismo.

-¿Sabéis qué? Lo mejor es que hable con esa alcaldesa... y le diga que lo olvide. No creo que quiera hacer esto, la verdad.

Sabía que estaba mintiéndose. No había nada que Brian deseara más que una familia, me lo había demostrado más de una vez. Claro que estaba nervioso, y claro que tenía miedo. Era normal. Pero no podía dejar que la inseguridad siguiera hablando por su boca de aquella manera. ¿Acaso no se había ganado el afecto de todos sus compañeros titanes? Yo adoraba a aquel chico tozudo, y estaba segura de que no era, ni sería, la única. Los guantes se les harían un poco raros al principio, de acuerdo, pero Joanna Hardins no habría escogido a una familia cualquiera. Hacer las cosas a medias no era propio de ella, seguro que habría pensado en todos los... problemas... que suponía llevar una vida de superhéroe.

Quizás sea mejor que primero escuches lo que tenga que decirte. A lo mejor el mensaje es lo suficientemente importante como para desecharlo a la primera de cambio., oí decir a Raven, mientras yo me ponía delante de Brian, colocando mis manos sobre sus hombros.

- Raven tiene razón, Bri. Te estás adelantando. - le reprendí, con suavidad, mirándolo a los ojos - No eres ningún monstruito de feria. Eres Brian Bird. Te gusta la pizza, te aburre estudiar; nunca te peinas ni recoges tu habitación, exactamente igual que cualquier otro chico de tu edad. Y además eres Nexus, eres un Titán, y cualquier día de estos te vamos a necesitar para salvar el mundo. Si fueras mi hijo, estaría muy orgullosa de ti. De hecho, ya lo estoy.

Lo abracé con fuerza, tratando de infundirle ánimos. No tenía por qué sentirse así. Era un buen chico y se hacía querer; no iba a salir mal. Estaba segura de ello.

Cuando me separé de él, Raven volvió a hablar.

Os acompaño... Me parece que Brian no es el único nervioso en la cueva, dijo. Rae era bastante más perceptiva de lo que le gustaba aparentar, y no sólo a nivel sobrenatural. Me pregunté si con sus palabras se referiría a la alcaldesa o a Dick.

- ¿Estás listo, Bri? - pregunté, dedicándole una sonrisa. Quería demostrarle que, aunque él no estuviera seguro de sí mismo, yo sí lo estaba de él.

Escuché atentamente las palabras de Joanna, mirándola con comprensión y aceptando sus miedos y sus sentimientos contradictorias. Me sorprendió ver a la mujer tan insegura de si misma, y de alguna manera sentí que debía de reconfortarla con mis palabras, unas palabras sinceras.

-Creo que... subestimas a Brian - le respondí con una ligera sonrisa - él es un chico fuerte y ha pasado por muchas cosas horribles. Lo mejor que puede tener ahora mismo es una familia que le acepte- empecé.

-Estoy de acuerdo en que no debería esconder su identidad, hacer algo así solo provocará más daño a sí mismo y a sus padres, así que creo que haces bien en ofrecerte como su madre.- le sonreí, intentando que mirara de forma objetiva la situación. - es cierto que no estás viva, pero no por eso vas a dejar de ser una buena madre. Creo que eres perfecta para Brian, él no va a rechazarte por esa nimiedad.

Dejé escapar un leve suspiro y entonces miré en dirección a la puerta, justo para ver como el pequeño Brian entraba a la sala de estar junto con Batgirl y Raven.

-¿Por qué no se lo preguntas directamente? - dije con una sonrisa, dándole dos palmaditas a Joanna en el hombro para que reuniera fuerzas.

Quizás sea mejor que primero escuches lo que tenga que decirte. A lo mejor el mensaje es lo suficientemente importante como para desecharlo a la primera de cambio.

- Raven tiene razón, Bri. Te estás adelantando. No eres ningún monstruito de feria. Eres Brian Bird. Te gusta la pizza, te aburre estudiar; nunca te peinas ni recoges tu habitación, exactamente igual que cualquier otro chico de tu edad. Y además eres Nexus, eres un Titán, y cualquier día de estos te vamos a necesitar para salvar el mundo. Si fueras mi hijo, estaría muy orgullosa de ti. De hecho, ya lo estoy.

Brian no pudo evitar encoger la cabeza al principio, como un niño pequeño, ante la riña inicial de Batgirl. No podía evitar darle la razón a Raven, y casi le agradecía su eterno tono monótono. Pero las palabras de la vigilante pronto cambiaron de tono y le hicieron sonrojarse, y tuvo que mirar a la pelirroja con la ternura reflejada en los ojos. No podía evitarlo: llevaba demasiado tiempo sin presencia materna, y las palabras cariñosas de una chica lo ablandaban enseguida.

-Tienes razón, Babs. Y tú también, Raven. Perdonadme, es que estoy tan nervioso... -dijo, dejándose abrazar.

Os acompaño... Me parece que Brian no es el único nervioso en la cueva.

El comentario de Raven le hizo mirar confuso a Batgirl, aunque no parecía que ella fuese la aludida. De hecho, la que era su hermanita mayor le sonreía con su natural encanto.

-¿Estás listo, Bri?

-Claro, supongo... -suspiró largamente y sonrió de vuelta-. Venga, Bri, ahora o nunca...

Se armó de valor finalmente y empezó a caminar en dirección a la puerta del salón. Al menos, al estar en compañía de las dos Titanes, se sentía más seguro.

Allí se encontraban Dick, y la alcaldesa Joanna Hardins. La reconoció en el acto por las fotos de prensa y los archivos que se tenían de ella, pero no pudo evitar sentir un leve escalofrío. No le cabía la menor duda de que era una de los buenos, pero aún así resultaba inquietante. Su voz sonaba como un eco lejano que retumbase por las paredes de una cueva, y su piel parecía mortecina y fría al tacto. Aún así, entendía que quería ser agradable. Era... un poco extraño, realmente.

Pero ya no había vuelta atrás. Y había que ser educados. Carraspeó y trató de hablar.

-Uuhm... H-hola. D-Dick, a-alcald*hip*esa Hard*hip*ins... M-mi nom*hip*bre es B*hip*rian B*hip*ird, un p*hip*lacer...

Genial, Brian, genial. Otra vez el maldito ataque de hipo que te da cuando se te comen los nervios. Ahora parecerás un palurdo ante todos. En serio, ¿qué más podía salir mal?

Finalmente, el trío llegó ante el par que se encontraba esperándoles. La alcaldesa parecía inquieta, y el joven circense preocupado por ella, lo cual era muy de esperar conociendo el carácter del hijo adoptivo de Bruce Wayne.

La hija de Trigon, por su parte, asintió suavemente y decidió quedarse en un discreto segundo plano, quedándose casi tan inmóvil como uno de los muebles del lugar. Al menos, hasta que Brian comenzó a tartamudear e hipar

Si Raven fuera de las que mostraban expresiones faciales, ahora mismo sus labios estarían curvados en una sonrisa burlona ante el ataque de hipo que el joven titan estaba sufriendo. Pero Raven no era de las que mostraban ninguna expresión, por lo que se aseguró perfectamente de ocultar bajo su capucha la sonrisa que pugnaba por aparecer en su rostro. No le llevó mucho tiempo, pero sí el suficiente como para que Richard, que la tenía frente a sí, pudiera verla durante unos instantes.

La traducción al inglés del peculiar dialecto que habla mi compañero vendría a ser "Hola, Dick, Alcaldesa Hardins... Mi nombre es Brian Bird, un placer" finalmente, no puedo evitarlo, el sarcasmo y las pullas eran algo que resultaban tan naturales en ella como el uso de su proyección astral, o percibir las emociones de la gente a su alrededor. Casi incluso como respirar.

Con un gesto de la mano, la mujer envolvió un vaso de agua en esa energía oscura que le permitía interactuar con el mundo físico a distancia, y se lo tendió a Brian

Es un placer, alcaldesa... He oído hablar bastante de usted. He de decir que no se parece en nada a como la pintan sus detractores. ¿Quiere un vaso de agua? ¿Un piscolabis?

Mi discurso no tuvo todo el efecto que yo esperaba. Brian seguía muy inquieto y, al encontrarse finalmente frente a la alcaldesa, su ansiedad lo traicionó, convirtiendo su bien ensayada frase en un conjunto de hipidos nerviosos. Para mi sorpresa, fue Raven la que le quitó hierro al asunto antes de que la cosa fuera a más.

La traducción al inglés del peculiar dialecto que habla mi compañero vendría a ser "Hola, Dick, Alcaldesa Hardins... Mi nombre es Brian Bird, un placer"

Casi al instante, Raven conjuró un vaso de alguna parte y se lo tendió a Nexus. Yo sonreí con suavidad. A pesar del sarcasmo, la chica acababa de romper el hielo. No pude evitar preguntarme por qué la gente la tacharía tanto de antisocial: la hija de Trigon tenía sus momentos.

Es un placer, alcaldesa... He oído hablar bastante de usted. He de decir que no se parece en nada a como la pintan sus detractores. ¿Quiere un vaso de agua? ¿Un piscolabis?

Mi sonrisa se acentuó. Alfred hubiera dado cualquier cosa por tener aquel superpoder de teletransporte para aperitivos. Aproveché el momento para rozar levemente el hombro de Brian, dándole ánimos, y adelantarme para presentarme yo también.

- Bienvenida, señorita Hardins - dije, animadamente.- ¿Cómo está? - no necesitábamos muchas presentaciones; habíamos coincidido alguna vez, y no era que mi uniforme, con aquel murciélago amarillo en el pecho, ofreciera alguna duda acerca de mi identidad.

Tras saludar a la alcaldesa, intercambié una mirada con Dick y me retiré un poco, para que Brian y Joanna Hardins pudieran hablar con tranquilidad.

Joanna bajó la cabeza unos segundos ante las palabras del moreno, y finalmente sonrió, levantando de nuevo la mirada

Yo... gracias, Nightwing. Tienes razón. Quizás sea la mejor oportunidad que el chico tenga añadió, justo a tiempo de ver aparecer la comitiva de dos chicas y el susodicho.

La alcaldesa observó a ambas, reconociendo rápidamente a batgirl (de quien, siendo cercanos a la verdad, había sentido una profunda envidia). No supo recordar del todo a la otra mujer, sospechaba que se llamaba Raven o algo así, pero no la había visto nunca en acción. Sin embargo, era su deber aprenderse los nombres de todos los héroes que habitaban en su ciudad, así que la saludó con un suave asentimiento de cabeza.

Al menos, hasta que Brian intentó romper el hielo, poniéndose a hipar nerviosamente. La alcaldesa lo miró unos segundos estupefacta, antes de empezar a reírse levemente, tapándose la boca con la mano en un intento de contenerse para no reírse en la cara del muchacho, que claramente lo estaba pasando mal. Afortunadamente, Raven salió en su ayuda, rompiendo del todo el hielo, lo que provocó que la no-muerta le dedicase una amable sonrisa

No es necesario, Raven, muchas gracias. Brian, cielo... ¿Por qué no tomas asiento? la mujer le indicó con cierta naturalidad que se sentase con ella, antes de inspirar, espirar y eliminar todos los nervios que sentía en ese momento. Ahora, debía tomar las riendas de la situación como cuando decía algún discurso, y dejar escondida esa faceta suya de timidez.


La mujer se quedó unos segundos en silencio, mirando fijamente a Brian, antes de suspirar

Lo que quiero decir, Brian es... ¿Quieres ser mi hijo? Hala, ya está. Lo había soltado. La bomba ya estaba en juego, y no tenía ni idea de cómo reaccionaría el chaval. Su rostro, hasta ese momento serio y tranquilo, mudó por una expresión levemente nerviosa durante unos segundos, mientras se apretujaba las manos, antes de volver otra vez a retomar la fachada tranquila.

Justo cuando entraron Brian, Raven y Batgirl a la estancia, apoyé mi mano encima del hombro de Joanna para darle ánimos y rápidamente me dirigí a dónde se encontraba el muchacho. Andaba de una forma extraña, como si sus piernas se hubieran convertido en palos de escoba. Cuando abrió la boca para saludarnos, el muchacho empezó a tartamudear.

No pude evitar esbozar una sonrisa, el chico estaba demasiado nervioso y necesitaba una pequeña ayuda.

- Señorita Hardins, este es Brian Bird. - miré entonces al chico y sonreí de nuevo - Brian, esta es la alcaldesa Joanna Hardins.

Le di un pequeño empujoncito a Brian para que se acercara un poco y me eché hacia atrás, dejándoles un poco de intimidad.

Me sentía muy orgulloso de aquel chaval. Recordaba perfectamente el día que lo encontré en la calle, era un muchacho triste, desconfiado, un niño perdido en una ciudad muy grande. Ahora había recuperado bastante el Brian que había sido, y traía alegría y optimismo a la torre. 

Le iba a echar mucho de menos.

Me aparté un poco y me coloqué al lado de Barbara. Miré entonces a Raven con una sonrisa como respuesta a la frase traductora. No sabía si acababa de ayudar a Brian o le había puesto más nervioso, así que le indiqué que era mejor que conversaran ellos solos y no dijéramos nada más.

-¿Te ha dicho algo Artemis? - susurré a Barbara mientras escuchaba la conversación - Wally me ha llamado esta mañana y quiere que quedemos con ellos después...

Wally siempre tramaba algo, pero por una vez, no sabía por dónde iba a salir este chico. 

Joanna explicó la situación y reunió el valor suficiente para decirle a Brian la verdad, lo que habíamos hablado minutos antes. Sonreí y esperé a qué Brian le respondiera. Estaba seguro de que la alcaldesa se llevaba una bonita sorpresa.

- Señorita Hardins, este es Brian Bird. - Dick hizo las presentaciones con aquella sonrisa tan natural que lo caracterizaba. Si la alcaldesa Hardins y Bri no se sentían mejor después de aquello, no sabía qué otra cosa podría conseguirlo - Brian, esta es la alcaldesa Joanna Hardins.

Nightwing empujó con suavidad al chico en dirección a Joanna. Pobre Bri, parecía destinado a que fuéramos arrastrándolo hacia delante. Después, Dick se retiró ligeramente, para que la política y el muchacho pudieran hablar sin sentirse cohibidos por su presencia, y se quedó observando al chico unos instantes con aquella mirada de orgullo que yo había sorprendido alguna vez en el rostro de Bruce al mirarlo a él.

Se colocó a mi lado mientras la alcaldesa y el chico hablaban.

-¿Te ha dicho algo Artemis? - susurró - Wally me ha llamado esta mañana y quiere que quedemos con ellos después...

-¿Arty? No, no me ha dicho nada - respondí, extrañada - Dime que no quieren que vayamos a aguantarles la vela otra vez.

En una ocasión, Wally y Arty nos habían pedido que los acompañáramos al parque de atracciones, habían desaparecido en un momento indeterminado de la tarde, seguramente para ponerse acarameladitos en alguna parte, y Dick y yo habíamos pasado el resto de la tarde buscándolos sin éxito... hasta que reaparecieron inexplicablemente poco antes de la hora de cerrar. Si tenían pensado volver a hacernos algo así, me aseguraría de que al menos me invitaran a algodón de azúcar antes de esfumarse.

Pero había algo más interesante en lo que pensar en aquel mismo momento. Joanna Hardins acababa de pedirle a Brian que fuera su hijo adoptivo. No pude menos que sorprenderme y, a continuación, esbozar una suave sonrisa. Todas las preocupaciones de las que nos había hablado Brian parecían haber sido tenidas en cuenta incluso antes de que él lo supiera... No crecería rodeado por una familia "normal", suponiendo que esa clase de familia existiera, pero... ¿no era mucho mejor así? No era que la situación de los Gordon, con mis padres separados y mi hermano bajo custodia, fuera precisamente la de una familia modelo... pero, incluso de haberlo sido, el problema seguiría siendo el mismo; mi padre no sabía nada de mi otra identidad, tenía que inventarme excusas continuamente y salir de casa a escondidas... y disimular cada vez que Batgirl salía en la portada del periódico que leía con el desayuno. Al menos, a Brian no le pasaría aquello con Joanna.

Me quedé mirando al chico, a la espera de su respuesta, igual que la alcaldesa. Hasta ahora no me había dado cuenta de lo nerviosa que estaba ella; su aplomo lo había ocultado a la perfección, pero podía intuirse en los pequeños detalles.

No pude menos que esperar que Brian dijera que sí. Era su decisión, por supuesto, pero yo ya sabía cuál habría sido mi respuesta de haber estado en su lugar...

Todas las miras estaban puestas en él. Hizo lo que pudo por aguantar el ataque de hipo, pero era como bailar por la cuerda floja a la pata coja y soportando una morsa sobre sus hombros.

La traducción al inglés del peculiar dialecto que habla mi compañero vendría a ser "Hola, Dick, Alcaldesa Hardins... Mi nombre es Brian Bird, un placer"

Y la socarronería sin emotividad de Raven no ayudaba precisamente. Al menos la chica mostró tener buenas intenciones y le tendió un vaso de agua, que tuvo que sujetar lo mejor que pudo para que no se le rompiera. Miró una vez más a la alcaldesa. Se le hacía muy extraña y fría a la vista, pero sorprendentemente cálida y de confianza al oído, a pesar del tono de su voz.

No es necesario, Raven, muchas gracias. Brian, cielo... ¿Por qué no tomas asiento?

Bueno... De perdidos al río. Asintió, tragó un buche de agua, y se sentó a su lado. La miró unos instantes, pero luego posó de nuevo la mirada en las rodillas. Maldita sea, no estaba preparado, por mucho que se mentalizase. Aquello iba a ser un desastre.

Bien. La situación es la siguiente: He estado revisando las diferentes familias de la ciudad que están buscando activamente hijos para adoptar. Desafortunadamente, el número es muy escaso debido a que precisamente Happy Harbor no es especialmente grande.

La cosa no empezaba precisamente bien. Brian se limitó a asentir y volvió a beber, pero algo le decía que ya conocía la respuesta a su pregunta de si volvería a tener una familia, más allá de los Titanes.

Además, he estado barajando el historial que Nightwing me cedió y me temo que tus... peculiaridades físicas llamarían demasiado la atención de una familia convencional. Esto implicaría que deberías mentir a tus padres adoptivos, y considero que no es la manera correcta de crecer para un joven, ya que una familia debe ser un pilar sobre el que sustentarse. Sí, sé que suena a discurso político, pero no sólo lo digo, también lo siento.

Se le escapó un suspiro, y no apartó la mirada de sus guantes. Era de esperar. Ya se lo había dicho a Batgirl. ¿Qué familia en su sano juicio aceptaría tener a semejante fenómeno de feria como familia? Si la propia alcaldesa lo veía como a tal, no había nada que hacer. En fin, no le disgustaba la vida del superhéroe. Tan sólo esperaba poder aspirar a algo más...

Es por esta razón que me temo que debo darte una mala noticia. Sólo hay una familia de acogida que podría aceptarte tal y como eres, que no tendría problemas ni tapujos con que fueras un héroe y que tampoco te impediría tus tareas como miembro de los Titanes.

Alzó la cabeza y miró fijamente a Joanna. ¿Sólo una familia? ¿Eso quería decir que había alguien dispuesto a querer acogerle y tenerle como hijo, a pesas de sus rarezas? ¿Pero quién, quién entre toda la gente de la ciudad podría...?

La respuesta le llegó con la fuerza de un mazazo.

Lo que quiero decir, Brian es... ¿Quieres ser mi hijo?

Eso sí que no se lo vio de venir. Bajo ninguna circunstancia. Miró a la alcaldesa, se miró las manos, luego de nuevo a Joanna, luego a su vaso, luego a Joanna, luego... hacia ningún sitio en particular. ¿Ella, ella le estaba pidiendo a él...? ¿En serio...?

Vale... Era una tipa muy extraña. Una no-muerta, para ser exactos. Pero luchaba por el lado de los buenos y era una de las mayores aliadas de los Jóvenes Titanes y por ende de la Liga de la Justicia. Lo que la convertía, en todos los sentidos, en superheroína. ¿Y él iba a ser el hijo adoptivo de una heroína? ¿En serio?

Quiso responderle algo, pero se le trabaron las palabras. Y no se dio cuenta de que había apretado el vaso de agua de más.

-¡¡Ah!!

El vaso estalló y los cristales saltaron por todas partes. El agua salpicó y estuvo a punto de darle en la cara a Joanna. Con un veloz acto reflejo, Brian disparó un portal justo delante de ella, y filtró el agua antes de que la empapase. El problema fue que no miró por dónde había lanzado el segundo portal. Y el líquido le cayó justo a él sobre la cabeza.

Tosió y se revolvió, calado hasta los huesos. Y después miró de nuevo a Joanna, con la aplastante sensación de haber hecho el ridículo.

-Lo... Lo siento, yo...

Raven observó el intercambio entre el chico y su posible madre adoptiva, alejándose de forma discreta en dirección a Richard y Bárbara. Escuchó el intercambio entre ambos y arqueó una ceja bajo su capucha, manteniendo su rostro tan impertérrito como le era posible

Pues a mí no me miréis, tengo bastante haciendo de vuestro candelabro musitó con cierto sarcasmo, flotando cerca de ellos Si es algo importante, ya nos lo dirán. Y si no, ya se encargará Kid Flash de contárnoslo. Con pelos y señales añadió, cruzándose de brazos.

Desvió la mirada hacia Brian y vio cómo hacía explotar el vaso y cómo se mojaba entero. Una sonrisa bailoteó unas micras de segundo en sus labios, antes de volver a girarse hacia Richard y Bárbara

Parece que Brian no necesita ayuda para aguarse la fiesta...

Los otros héroes habían desaparecido de la escena para la alcaldesa, que miraba con intensidad al niño. Sus labios eran una fina línea, y sus manos se habían crispado, cerrándose la una contra la otra. Casi parecía preparada para recibir un golpe en las costillas en cualquier momento...

Y entonces el vaso de agua estalló entre las manos de Nexus, lo que la hizo dar un respingo, intentando apartarse del líquido. No es que le fuese a matar ni nada por el estilo, pero convertirse en Miss Blusa Mojada 2018 no era uno de los objetivos que se había impuesto para ese día. Sin embargo, antes de poder reaccionar, un portal apareció delante de ella y encima de Brian, que rápidamente obtuvo el premio a Camiseta Mojada Boy 2018. El silencio se podía cortar con un cuchillo mientras Joanna, aún con las manos apretadas, parpadeaba patidifusa.

Abrió la boca, la cerró y de pronto la comisura de sus labios empezó a bailar, subiendo y bajando, como si no supiera si reírse o intentar contener la compostura. Carraspeó, aún con la comisura derecha torcida en una sonrisa, intentando contener el gesto sin éxito

Eso ha sido... captó una pequeña risita ... impresionante, cielo los ojos de la alcaldesa brillaban algo más intensamente, y se tapaba la boca con un gesto algo femenino y comedido, intentando ocultar la sonrisa que pugnaba por inundar toda su cara. El chico se sentía inseguro y no quería reírse de él, pero... era una situación tan ridícula...

Finalmente, tras unos segundos más luchando contra la risilla, la compostura de la ya curtida política tomó el control, y rápidamente echó mano a su bolso, sacando un pañuelo de él. Casi sin dudarlo un segundo, se echó sobre Brian y empezó a secarle la cara y el cabello

No pasa nada, cielo... tenías que haberme visto cuando presenté mi tesis en la universidad. la mujer sonrió cordialmente. Entendía que el muchacho estuviese asustado, pero tampoco debía permitir que perdiese el control, o se asustase más. Continuó secándole en silencio, de un modo... sorprendentemente maternal. Tanto, que incluso Joanna se estaba sorprendiendo a sí misma internamente

¿Por qué no me preguntas algo, cielo? Seguro que tienes muchas dudas, y puede ayudarte a tomar una decisión...

Brian había perdido los nervios y el vaso de agua que sujetaban sus manos metálicas estalló en mil pedazos. Por suerte, o no tanta suerte para él, el chico fue capaz de desviar la trayectoria del líquido que rápidamente cayó en su cabeza, dejándole el pelo, el rostro y la camiseta empapados. 

Di un paso al frente, con el ceño fruncido y preocupado por el muchacho, pero me detuve a medio camino. La alcaldesa se acercó al chico con un pañuelo y empezó a secarle la frente. Sonreí aliviado, con ese simple gesto la mujer lo decía todo, y esperaba que Brian se diera cuenta de que era la madre perfecta.

Podía ver claramente como Joanna tenía reprimido el amor de madre, un amor y un cariño que deseaba salir de su interior y dedicárselo a alguien. Estaba seguro de que después de todos esos horribles acontecimientos que la convirtieron en una no muerta, habían afectado a su autoestima y a su relación con las demás personas. Si Brian se convertía en su hijo adoptivo, también sería un cambio positivo para ella.

Volví a colocarme junto a Raven y Barbara y esperé a que el muchacho se desenvolviera solo y le diera a Joanna una respuesta, dejando la timidez y la vergüenza a un lado.

Como diría Kara si estuviera presente, aquellos dos estaban hechos el uno para el otro. Brian estaba pidiendo a gritos llamarse Brian Bird-Hardins, aunque era posible que no se hubiera dado cuenta aún. Una sonrisa me llenó el rostro mientras los observaba, sintiendo una débil punzada de nostalgia. Mi madre solía hacer aquel tipo de cosas, pero el divorcio me había dejado mucho más cerca de papá que de ella. Aún iba a visitarla de vez en cuando a Chicago, pero no era lo mismo que haber crecido a su lado. Para Brian tal vez sería parecido cuando creciera; igual que yo había echado de menos a una madre, tal vez él también echaría de menos un padre.

Arqueé las cejas al ver la reacción inicial de Dick cuando su pupilo se empapó. Bueno, desde luego había alguien que se sentía un poco "hermano mayor" del chico. Y yo no podía negar que a mí me pasaba exactamente lo mismo. Aunque Brian Bird encontrara una familia de acogida fuera del Monte Justicia, no dejaría de tener otra familia justo aquí.

"¡Vamos, di que sí, Bri!", pensé, mientras entrelazaba mis dedos enguantados de amarillo con cierto nerviosismo.

Lo que para él había empezado como un auténtico desastre, luego terminó por encarrilarse mejor de lo que esperaba. La alcaldesa Hardins no sólo le restó importancia al accidente, sino que alabó sus reflejos. Le gustaba lo que era capaz de hacer. Y eso encendió una pequeña luz al final de un túnel angosto del cual no creía que pudiera ver salida.

Mientras Joanna se acercaba a él para limpiarle el agua, el chico se fijó en sus facciones. Más allá de la palidez de su rostro y de su presencia inquietante, Brian pudo presentir que había un alma buena dentro de aquella carcasa muerta. Se preocupaba por él, le trataba ya como a un hijo. Y todo conociendo sus condiciones. Le aceptaba tal y como era. Tal vez porque ella también sabía lo que era sentirse diferente a los demás. Brian empezó a darse cuenta de que no eran muy diferentes.

¿Era por eso que ella se quiso ofrecer como su madre? ¿Porque deseaba tener un hijo con el que entenderse?

Brian la miró a los ojos, atento a su pregunta. El hipo cesó, los nervios pasaron a un lado, y el chico preguntó, mucho más decidido, al tiempo que se animaba a sonreír.

-Sólo una pregunta, señora Hardins... ¿La puedo llamar "mamá"?

Raven observó en silencio el intercambio entre ambos, manteniendo la compostura tal y como se esperaba de ella. No había ningún gesto que delatase sus emociones en ese momento, mientras los eventos se iban desarrollando ante ella.

Al menos, hasta que finalmente Brian aceptó ser adoptado por Joanna. Sin comerlo ni beberlo, todos los presentes pudieron notar una gran sensación de alivio mientras Raven se inclinaba levemente hacia adelante, tapando con su capucha una incipiente sonrisa. Había temido que ese momento nunca llegase, pero ahora Brian tenía una oportunidad que ella nunca había tenido, pero tampoco había querido.

Su lugar era entre justicieros, entre gente que pudiera sobrevivir a sus pérdidas de control. Entre gente a la que quería e incluso amaba con locura. Pero Brian necesitaba una familia, pues él la había conocido antes, había vivido en una y necesitaba de una.

Entonces, aún con la sonrisa, Raven se giró y comenzó a andar hacia la cocina, embozada, intentando controlar sus emociones. Se alegraba, por supuesto, pero no iba a reconocerlo en público. Ni muerta, vaya.

FDI:

Ahora mismo la alcaldesa no se preocupaba por la respuesta de Brian, demasiado centrada en no reírse por lo ridícula que había resultado la situación. Después de todo, lo último que necesitaba Brian era que sintiese que se reían de él.

Así que cuando Brian le preguntó si podía llamarle mamá, la alcaldesa se quedó helada en el sitio, con el pañuelo a mitad de camino de la mejilla del chico. Parpadeó un par de veces y finalmente le dedicó una enorme y maternal sonrisa, volviendo de nuevo a secarle la cara

Sólo si me dejas enseñarte tu nueva habitación respondió con una alegría mal contenida, antes de suspirar. Le miró a los ojos y no se lo pensó más. Al cuerno todas las normas sociales.

La mujer se echó hacia adelante y estrechó contra sí al muchacho, conteniendo las lágrimas con bastante aplomo

No te imaginas lo feliz que me has hecho, Brian... Es lo que más quería oír en toda mi vida

Admiré la enternecedora escena, ese gesto tan maternal que le había dedicado a Brian, la felicidad del chiquillo al ver que por fin tendría una nueva familia... me habían encogido el corazón. 

- Y ahora que estamos todos contentos, te dejo los papeles legales de Brian que había hecho Batman- le dije a Joanna y se los dejé encima de la mesita que había en frente del sofá - con esto, ya seréis legalmente madre e hijo. Enhorabueba.

Les dediqué una última sonrisa y le revolví el cabello al pequeño Brian para después estrecharle la mano a Joanna. El pequeño parecía estar a punto de ponerse a llorar tanto o más que la alcaldesa.

Miré como Raven se escabullía en dirección a la cocina y entonces miré brevemente a Batgirl, indicándole que lo mejor sería irnos y dejarlos solos.

Brian y Joanna tendrían mucho de que hablar. 

FDI: Yo también me voy de la conversación ;p

Me daba demasiado corte vitorear delante de la alcaldesa, y tampoco tenía tanta confianza como para abrazarlos a los dos a la vez, así que resistí ambos impulsos y me limité a esbozar una sonrisa de oreja a oreja. Lo que, en otras palabras, era un entusiasmo mal reprimido.

Raven desapareció con naturalidad de la escena, y Dick se dispuso a hacer otro tanto tras darle a Joanna los papeles de Bri y despedirse de madre e hijo. Entonces llegó mi turno, y no pude hacer otra cosa que felicitarlos también.

- Estoy segura de que Brian no podría haber encontrado una familia mejor - le dije a la alcaldesa, poniendo mis manos sobre sus hombros.

Y entonces me volví para mirar a Bri y le di un breve abrazo.  

- Iré a verte - le prometí - Así que ten la habitación un poco decente- añadí, sin poder evitarlo, con una sonrisa traviesa.

Había captado la mirada de Nightwing, de modo que le seguí fuera de la estancia. Ahora que nuestro Nexus había perdido un poco la vergüenza, lo mejor era que no estuviéramos todos mirándole. Alcancé a Dick en el pasillo; seguía sonriendo, aunque algo melancólico. Sabía qué sensación tenía ahora mismo; yo me sentía igual.

- ¿Listo para aguantar a Wally y Artemis durante toda una tarde? - pregunté, mientras nos alejábamos juntos.

Brian seguiría estando cerca, al menos. No dejaría los Titans, y Happy Harbor estaba, literal y figuradamente, a la vuelta de la esquina.

Además, Nexus nunca se perdía una buena misión con los mayores.


FDI: y Babs se va también, para dejaros some quality family time! ^^

No cabía en sí de gozo. El tacto con la piel de Joanna estaba frío, pero la actitud de la mujer no podía ser más cálida. Tras tantos años sin recordar cómo era ser abrazado por una madre, aquello le supo a gloria al pobre Brian. No fue capaz de contener las lágrimas de la emoción y se aferró a Joanna con todas sus fuerzas, apoyando la cabeza sobre su hombro para que no se le viese totalmente de llorar.

-Yo... Yo sí que soy feliz... N-no sabes cuánto...

Miró con extrema felicidad a Nightwing y Batgirl cuando se despidieron. A la segunda le devolvió el abrazo y una risilla por el comentario de la habitación.

-Claro, hermana mayor...

Y por fin estuvieron solos. Miró de nuevo a Joanna, y sintió que tras aquel abrazo profundamente sentido su máscara de la vergüenza había quedado hecha pedazos. Ahora podía ser sincero con ella sin miedo alguno. Y eso lo pudo notar la no-muerta en el brillo de seguridad que iluminaba sus ojos.

-Pues... Estoy listo. Cuando quieras.