Nombre: Kevin Russell Anderson
Alias: Poltergeist
Edad: desconocida
Organización: X-men
Nacionalidad: desconocida, probablemente inglesa
Raza: mutante, posiblemente Neyaphem (metahumano)
Mentor: Charles Xavier
Bando: héroe
Descripción Física: la apariencia de Kevin recuerda a la de los Neyaphem, los mutantes de aspecto diabólico. Al igual que muchos de ellos su piel es oscura y de un innatural color verde azulado. Su pelo es negro con brillos azules al darle la luz, y lo lleva algo largo y descuidado. Los ojos, algo hundidos, también son azules, y están permanentemente iluminados con un pálido resplandor. Sus rasgos (en particular la nariz y la barbilla) son afilados, y las orejas puntiagudas y algo alargadas, pero lo que más destaca es su boca: las comisuras casi llegan hasta las orejas y tiene muchos más dientes que la de un humano común, todos incómodamente afilados. Normalmente los labios se mantienen sobre ellos, pero cuando está enojado o usa alguna de sus capacidades se repliegan mostrándolos por completo y dándole un aspecto similar al de una calavera. Verle bostezar es bastante... inquietante. El cuerpo de Kevin es ágil más que fuerte, acostumbrado desde pequeño a trepar a todas partes, y parece que carece de regulación interna de la temperatura. La mayor parte del tiempo la piel de Kevin está fría al tacto; la única excepción es cuando está haciendo uso de sus poderes. Del mismo modo, el ejercicio no le hace sudar (aunque sigue cansándose), pero sí transpira durante las sesiones de entrenamiento psíquico, alcanzando temperaturas bastante más altas de las que soportaría el cuerpo de un humano normal. Su metabolismo tampoco es normal; su edad exacta se desconoce, pero desde que fue recogido por Xavier su crecimiento ha sido más rápido que el de un humano medio, por lo que parece tener cerca de veinte años, pero seguramente no tenga más de dieciséis.
Su vestimenta varía dependiendo de dónde se encuentre o con quién trate. Cuando se encuentra en un ambiente sin tensiones respecto a su apariencia (el Instituto Xavier para Jóvenes Talentos concretamente) viste ropa normal y corriente, por lo general una simple camisa de manga corta con unos vaqueros y deportivas. Cuando no se encuentra en lugares de ambiente tan distendido para con los mutantes lleva ropa amplia, por lo general abrigos y prendas de manga larga que puedan ocultar su piel. La cara la suele llevar cubierta bien por una bufanda, mascarillas y objetos similares, o el propio cuello de la prenda que lleve puesta. Completa su atuendo en estos casos con gafas de sol para esconder el brillo de sus ojos, y una gorra para tapar sus orejas puntiagudas. El conjunto le suele hacer ver como un vagabundo.
Kevin conserva todavía el traje distintivo que usaba cuando colaboraba (y cuando colabora) con los alumnos de Xavier, consistente en una camiseta sin mangas y unos pantalones de color azul oscuro, con rebordes de color amarillo. Kevin cubre con refuerzos de tela parte de la vestimenta (principalmente en brazos y rodillas), amén de llevar la cara cubierta por una gran pieza de tela sujeta con una máscara para evitar que se deslice y deje la cara al descubierto. La parte inferior de las piernas están vendadas, dejando los dedos del pie y el talón al descubierto, lo que según él le ayuda a conseguir mejor agarre al trepar.
Traje X-menDescripción Psicológica: a primera vista, Kevin parece el tipo de persona indiferente a todo y que carece de interés en nada. Cuando se le conoce por primera vez puede ser tan frío como su propio cuerpo. Sin embargo, esto es en realidad el resultado de un entrenamiento especial ideado por el profesor X. Originalmente, parte de los poderes de Kevin estaban vinculados a sus emociones, por lo que a menudo perdía el control y terminaba afectando a los que le rodeaban. Como contramedida, Xavier y él mismo modificaron su conducta mediante un condicionamiento psíquico que le permitiera tener sus emociones y sentimientos bajo control de forma permanente.
Bajo esta “máscara” Kevin es una persona tímida e introvertida, de naturaleza tranquila y amable y muy creativo. No le gusta llamar la atención si puede evitarlo y el hecho de que pase la mayor parte del tiempo callado y no se mueva demasiado le hacen ver como un mueble más. Gracias al condicionamiento psíquico, ahora es más capaz de tratar con la gente que antes y hasta demuestra algo de sentido del humor (aunque su risa sigue siendo más falsa que un billete de dos dólares). Es más entusiasta de lo que parece, si bien su cara no refleja nunca nada que no sea el habitual gesto serio o, como mucho, una sonrisilla que esboza cuando ve algo gracioso y que suele incomodar bastante. Es mejor fijarse en el curso de sus acciones que en el tono de sus palabras.
Un detalle curioso sobre él es que muchas veces se le escapan referencias y alusiones a cultura general que otros consideran muy comunes. Debido a su pasado ha necesitado de bastante tiempo para ponerse al día solo en materia de educación, con lo que la cultura popular aún se le escapa en muchos casos y el protocolo en determinadas situaciones le es tan ajeno que le desconcierta aun si se lo explican. No obstante, es lo suficientemente inteligente como para evitar meter la pata más de la cuenta, y su habilidad para pasar desapercibido ayuda a que la gente no se dé cuenta de sus errores.
Historia: de orígenes inciertos, este mutante se dio a conocer por primera vez en el Instituto Xavier para Jóvenes Talentos. El profesor X lo había encontrado con Cerebro, malviviendo él solo en el ático de una vieja mansión solariega olvidada, en la ciudad de Rouen. A pesar de haber sido encontrado en Francia, una de las pocas cosas que Kevin recuerda y que Xavier ha podido rescatar de su memoria es el recuerdo de una noche lluviosa en la que se coló como polizón en un barco que partía de Londres en dirección a Francia. Si bien ese es el primer recuerdo de Kevin (con excepción de una vaga sombra del rostro de su madre), no hay nada que corrobore que sea de origen inglés. Su edad exacta es desconocida, y dado que su metabolismo no es el de un humano o mutante corriente se hace aún más complicado concretar. Su desarrollo como adolescente ha sido, y seguramente seguirá siendo, muy rápido. A pesar de no poder tener más de dieciséis años, Kevin ya aparenta casi veinte. Por el momento es difícil saber si su cuerpo seguirá creciendo al mismo ritmo o se estancará en algún momento.
A su llegada a la Mansión X, Kevin no hablaba con nadie (pasó un tiempo antes de que sus compañeros se dieran cuenta de un pequeño detalle: Kevin es mudo) ni se relacionaba más allá de lo estrictamente necesario. Caminaba encogido, tratando de pasar siempre desapercibido. Se sobresaltaba ante cualquier ruido demasiado fuerte, lo que dio como resultado que en más de una ocasión una inocente broma de un compañero terminara con un susto de ambos. Eso llevó al profesor Xavier a llevar a cabo una serie de pruebas para comprobar la naturaleza y alcance de su poder. Tras dichas pruebas, el profesor determinó que Kevin era un telépata, pero sus resultados revelaron también un segundo don que, si bien estaba relacionado con la telepatía, no era tan común entre los mutantes de tipo psíquico.
Kevin era un empático, un mutante que puede alterar las emociones y sentimientos de quienes le rodean. Debido a su personalidad tímida e introvertida, el joven era muy susceptible a que un sobresalto vertiera parte de su nerviosismo al exterior. Otro tanto sucedía con la frustración o la alegría. El propio Xavier fue consciente de esto cuando, observando a Kevin, empezó a sentir una especie de calidez y bienestar que identificó al instante con el propio contento del muchacho, quien estaba dibujando tal como lo había hecho durante años en el ático de la vieja mansión. Consciente de que un poder así podía descontrolarse en un momento dado, Xavier le enseñó maneras de detectar y atenuar sus emociones para evitar “escapes”. Era todavía demasiado pequeño para poder aplicar cualquier otra solución, y aún esta no era del todo fiable.
Los maestros se encontraron también con otro problema. Kevin había estado solo durante la práctica totalidad de su vida. Sin padres, tutores, amigos ni nadie a su lado, jamás había ido al colegio ni había visto la televisión u oído la radio. Hubo de recibir numerosas clases de apoyo hasta que pudo encontrarse al nivel del resto de alumnos. También hubieron de enseñarle lenguaje de signos, algo que al comienzo no entendió. La explicación era simple: no toda la gente es comprensiva con quien les transmite sus palabras a la mente sin más. Llegado el caso de que no pudiera utilizar la telepatía, tendría que hacerse entender con las manos. Ni que decir tiene que los años en soledad y sin gran cosa con la que llenar la mente le hicieron asimilar los conceptos a gran velocidad. Así y todo, a día de hoy se le siguen escapando muchas referencias populares, nombres de famosos o títulos de películas.
Ya con lo que debían ser catorce años dominaba bien su poder telepático, siendo eso lo que más empleaba para comunicarse. Por entonces, Xavier le llamó a su estudio. Aunque el número de incidentes se había reducido, el hecho de encontrarse en plena adolescencia no facilitaba que sus emociones fueran comedidas. Por ello el profesor X le propuso llevar a cabo un condicionamiento con el cual sus emociones quedarían ocultas bajo una coraza de fuerza de voluntad que impediría que afloraran normalmente. La decisión de llevar a cabo el proceso era peliaguda, razón por la que el profesor no había querido darle a conocer esa posibilidad hasta ser algo más mayor. Kevin dudó. Se trataba de bloquear sus emociones a cambio de un mayor control de su poder empático. Los incidentes que habían sucedido por ese motivo no habían sido especialmente graves, pero quienes los habían experimentado solían evitar acercarse. Para ellos, era como si un telépata leyera sus mentes sin su permiso, algo rigurosamente prohibido, y tampoco les hacía gracia sentir emociones extrañas en cualquier momento por su causa.
Kevin aceptó. Sus emociones fueron suprimidas en gran parte y con ello el control de su poder fue por fin completo. Una vez todo estuvo dispuesto, incluso acompañó a algunos de los maestros junto con otros de su promoción en sus tareas fuera de la mansión. Aunque ahora no resulta lo que se dice una animada compañía, los demás alumnos de la escuela le tienen en mejor consideración, pues no sólo sus poderes telepáticos son tan útiles como los de otros psíquicos, sino que además su don puede hacer que el descanso sea más reparador, que los ánimos encendidos se calmen o inspirar valor a quienes estén cerca de él. Para ello tan sólo debe concentrarse en una escena que le provoque a él ese mismo sentimiento, y luego verterlo sobre los demás. A ese talento inusual se añaden sus otras capacidades psíquicas, aunque por desgracia no es tan diestro en ellas como otros mutantes de mayor experiencia y especialización. Su nombre en clave fue Poltergeist, aunque sólo él y el propio Xavier conocen el motivo de esta elección.
Poder: Kevin es un telépata. Es capaz de leer la mente y proyectar su pensamiento, esto último con sutileza suficiente como para hacer creer a algunos que lo que les ha comunicado es idea suya. Como otros psíquicos, puede proyectar también ilusiones en la mente de sus adversarios, haciéndoles ver, oír y hasta oler cosas que realmente no están ahí, u ocultando las que sí están. Su potencial telecinético es más bien débil. Puede hacer flotar un objeto de su propio peso como máximo, y desplazarlo a escasa velocidad. Sus dos formas tradicionales de ataque mental incluyen la descarga de energía eléctrica (aunque es incapaz de darle forma y se produce como un relámpago en miniatura) y un alarido psíquico capaz de sobrecargar el sistema nervioso de los enemigos, paralizándolos temporalmente. Su mudez no tiene nada que ver, pues es un grito de origen psíquico que llega a manifestarse casi como real (aunque sólo produce una potente vibración). Este ataque no produce daño real a no ser que el afectado padezca de alguna enfermedad del corazón, en cuyo caso podría provocar un ataque.
Un don que posee y que es poco común entre los psíquicos es su capacidad empática: es capaz de alterar las emociones y sentimientos de los que le rodean. Sus propios sentimientos son instilados en cuantas personas estén a su alrededor, pudiendo provocar súbitos estallidos de alegría, euforia o rabia entre otras cosas. Este poder secundario es lo que hizo que Xavier bloqueara sus emociones, pues cuanto más intensas son más difícil es controlar la emisión de las mismas hacia las mentes de los demás.
Habilidades:-es un experto escalador y saltador.
-su sentido del oído está bien entrenado y desarrollado.
-es sumamente sigiloso.
-conoce el lenguaje de signos.
-domina algunos golpes de combate cuerpo a cuerpo de su tiempo como X-men.
Debilidades:-es mudo. Se comunica únicamente mediante telepatía o lenguaje de signos.
-apariencia diabólica. Debe ir disfrazado o emplear continuamente sus ilusiones para evitar llamar la atención.
-debe mantener continuamente su “máscara” o de lo contrario su poder puede descontrolarse.
-sus conocimientos sobre temas de saber popular o cultura general son limitados. Por el momento es un negado para la ciencia avanzada y no sabe conducir ni pilotar.
-la sangre sanadora de otros mutantes no sólo no le cura, sino que le hace daño como si fuera ácido.