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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019
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Tema: After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019 22nd Junio 2020, 15:42
Era su último día de trabajo en la Hora Bruja. Parecía que a nadie más que a ella y a su compañero de trabajo le importaba. La clienta no la extrañaría y a ella ciertamente le daba igual. No tenía un carácter muy atrayente, extrovertido y sociable como las camareras que solían soñar los clientes. Valerie no dejaba pasar ni una y por eso no recibía muchas propinas. Ser camarera en aquel lugar no era un trabajo de ensueño para nadie. Sin embargo, ese trabajo la había ayudado a subsistir. Nunca creyó que algún día saldría de ese curro que conllevaba mucho trato con el cliente, muchas horas y muy poco sueldo. También era muy pesado turno de tarde-noche. El horario cambiado de sueño se llevaba como buenamente se podría pero no era lo que se dijera agradable.
En el local sonaba la canción Night Witches del grupo Sabaton. La canción trataba sobre el Regimiento de Bombardeo Nocturno 588. Fue una unidad de bombardeo de la Unión Soviética que estuvo activa desde 1942 hasta la finalización de la Segunda Guerra Mundial. Estaba formada exclusivamente por aviadoras militares. Se les apodó las Brujas de la Noche. Mujeres fuertes y valientes que vuelan, que combaten, que vencen y que caen. El mundo heroico, vertiginoso y terrible de la aviación de guerra, en femenino. Heroínas que se dejaron las carnes para sobresalir en un sociedad plenamente masculina. Nadie esperaba nada de ellas y sin embargo, se convirtieron en un arma poderosa. Se< volvieron el terror de sus enemigos y una esperanza para sus gentes. Val pensó que era un canción gloriosa que ensalzaba la figura de estas grandes aviadoras.
Ahora que parecía despegar se sentía un poco identificada con ellas. Alzando el vuelo libre, consiguiendo lo que nadie, ni siquiera ella misma esperaba. Nunca se había planteado dejar ese lugar. Tenía muy pocas alegrías y esperanzas en su vida presente. Había asumido el fracaso continuo y no quiso cambiar absolutamente nada porque no quería volver a quemarse, caer y hundirse en las profundidades del agua. La desconfianza en los demás y fracaso la habían llevado a dejar de cometer riesgos. Pero la verdad es que quien no arriesga no gana. Quien decide no apostar por sí mismo ya ha perdido sin empezar siquiera la travesía.
Su horizonte laboral parecía ser inmejorable. Había empezado de corista y de telonera. Rápidamente había empezado a sobresalir. De súbito le llegó una oferta de unirse a un conjunto musical formado por otras dos mujeres; un guitarrista y una batería. Estaban buscando una buena y potente voz. Su mánager no dudó en presentarle a la formación musical. Las tres congeniaron y empezaron dar por aquí y por allí conciertos. Eso había ocurrido hacía menos de quince días.
Sus sueños y visiones eran más vívidos y lúcidos. Pero algo había hecho click en ella. Algo como un despertar desde una perspectiva. Toda su vida había estado negando la existencia de esas historias. las temía. Tenía miedo de perder el control y de que todo el mundo se percatase que había algo mal y roto dentro de ella. Era esquizofrénica. Lo había aceptado. Esas visiones y sueños sobre un universo de fantasía épica no eran reales. era la forma que tenía su cerebro de escapar de su vida. Eran parte de ella. No se desvanecerán. Había dejado de temerles. Por eso habían perdido su poder en ella. había recuperado la fe en sí misma y confiaba en que sería más fuerte que esas elucubraciones. Que sabría diferenciarlas de la realidad y que no sucumbiría ante ellas.
La atractiva rubia sonrió. nunca había confiado en la amabilidad de un desconocido y fue justamente un acto amable lo que había generado una evolución en su camino. Si alguien le hubiera dicho que recoger a un borracho apalizado le iba a cambiar la vida de forma radical se hubiera reído bien fuerte. Nunca sabemos lo que puede ocurrir si le brindas la mano a un persona necesitada de la ayuda que podemos ofrecerle. Tenía que agradecerle a Aidan ese giro en su existir. Como no era muy buena contando cosas ni comunicándose con los demás, simplemente dejó un mensaje en el contestador del cantante diciéndole que se pasase el día treinta por el bar donde trabajaba . Estaba teniendo mucho existo y no sabía si podría acudir. Val tenía la esperanza que en algún momento de la noche Aidan se pasase para poder darle las gracias de forma personal y poder invitarle a algunos tragos.
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Tema: Re: After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019 15th Julio 2020, 01:46
Aidan se asomó a mirar desde la puerta del almacén para localizar a Válerie y volvió a retirarse para intercambiar unas indicaciones con su grupo. Se encontraba muy cansado; el día anterior se había levantado con una resaca espantosa y había tenido el tiempo justo para recoger todas sus cosas antes de regresar al aeropuerto a coger el avión de vuelta a Nueva York. Seattle era la última parada de la gira por Estados Unidos, así que ahora estaba técnicamente libre, aunque estaba dedicando todo el tiempo que podía a terminar la canción que le había pedido Loki. Había recibido el mensaje de Válerie, y, a pesar de todo, no podía dejar pasar la oportunidad de felicitarla personalmente por haber finalmente conseguido alcanzar su sueño de dejar aquél bar dedicándose a algo que le producía una mayor satisfacción que servir copas y fregar vómitos de borrachos. Su vida era actualmente un pozo sin fondo del que no sabía si algún día sería capaz de salir, pero tenía que hacer un esfuerzo y alegrarse porque Válerie había conseguido escapar del suyo. Ella ahora tenía la oportunidad de ser feliz, y Aidan sabía que eso era un bien escaso y preciado, y, en su caso, bien merecido.
La noche anterior no había dormido apenas; solía tener pesadillas espantosas desde la muerte de su familia, pero desde el horror que había experimentado en Metrópolis ni siquiera era capaz de dormir bien si no estaba completamente borracho. Y aquella noche no lo estaba. Había sido todo un esfuerzo mantenerse sobrio 24 horas seguidas, pero aquella era la noche de Válerie, y lo mínimo que podía hacer por ella era no cagarla. Le había prometido dar un concierto en el bar, y al músico no se le ocurría un mejor momento que la noche de su despedida, así que había hablado con el dueño y habían acordado hacerlo de tal manera que supusiera una sorpresa.
Intercambió una mirada con el dueño, y cuando éste asintió, le hizo un gesto a los demás para salir. La poderosa música que estaba sonando se detuvo en ese instante. Aidan llevaba encima un micrófono con su soporte. Lo colocó en el espacio habilitado para ello mientras sus compañeros iban instalándose con sus instrumentos con la ayuda de los demás trabajadores del bar, los cuales, con una eficiencia entrenada, fueron colocando rápidamente los respectivos enchufes en bases y alargaderas. Cuando el micrófono estuvo conectado, dio un par de golpes con el dedo para comprobar que funcionaba, ante la mirada expectante de los parroquianos. Unos cuantos les habían reconocido y estaban empezando a cuchichear entre ellos con excitación. En otro tiempo, aquello habría provocado en él una sonrisa, pero ahora estaba demasiado abrumado por el peso de todas sus preocupaciones y pecados como para encontrar solaz en algo así. Lo que sí buscó fue la mirada de Válerie, y, por ella sí, sonrió. Y fue una sonrisa sincera, porque se alegraba de verdad.
- Buenas noches a todos y todas -comenzó, ignorando los pequeños ruidos que hacían los que estaban terminando de preparar y probar los instrumentos tras de él-. Como muchos de vosotros sabréis, hoy es la última noche de una persona muy especial, alguien que os ha estado atendiendo a todos vosotros, panda de borrachos, sin quejarse ni una sola vez. Sí, sí, te lo digo a ti -dijo en tono de broma señalando a uno con varias copas vacías ante sí. El hombre se señaló a sí mismo haciéndose el sorprendido, y luego brindó al aire, provocando una carcajada general. Incluso Aidan se permitió reír un poco-. Se trata de Válerie -volvió a mirar en su dirección, sosteniendo el micro en la mano-. Una mujer generosa y con un gran corazón. Válerie hizo algo por mí hará unas dos semanas. Me ayudó cuando la mayoría habría mirado con asco y se habría apartado para caminar en la otra dirección. Me auxilió cuando no tendría por qué haberlo hecho, y me atendió cuando podría simplemente haberme acompañado a un hospital, ofreciéndome su techo y su cobijo. Ella me ha servido de inspiración, y quiero dedicarle una canción que he compuesto en su honor. Una canción que habla de superación, de romper la cadenas que nos atan para encontrar el valor de alzar el vuelo y ser libres, libres para hacer lo que de verdad nos gusta, para averiguar quiénes somos en realidad y quiénes queremos ser. Somos Deamhan y ésta canción se titula "Cuestión de tiempo".
Se echó hacia atrás un par de pasos, enrollándose el cable del micrófono en torno a la mano para tener mayor libertad de movimiento, y miró a sus compañeros por encima del hombro para comprobar que estaban listos. Ellos simplemente asintieron y, de inmediato, el sonido de las guitarras llenó el local, ante el delirio de los asistentes. Cuando el sonido se suavizó, comenzó a cantar en un tono casi dulce, pero a medida que la canción progresaba su característica voz rota se iba volviendo más y más poderosa:
Estos sueños de invierno: mis mejores amigos Aguas oscuras fluyen, llevándome lejos Oscuros muros de hielo se alzan construyendo mis defensas Ohhhh
Deseo concebir, anhelo saber Poderosas aves celestiales y noches oscuras Rompen la apretada cadena del tedio - del tedio Ohhhh
Sí, sé que puedo volar Desearía que todo fuese mío Es sólo cuestión de tiempo
Bosques sin límites, nadie a mi lado Miro al mundo con los ojos vendados Me escapo de esta cadena de círculo vicioso
Vientos amistosos me impulsan a subir Y una risa salvaje ensordece cada palabra Es un juego extraño que cuelga de un hilo - ¡cuelga de un hilo!
Sé, y lo sé con seguridad; mi corazón es absolutamente puro deseo volar y ser libre Incluso si no crees en mí.
Su mirada acerada se clavó en Válerie, y enrolló aún más el cable del micro en su mano antes de extender la contraria hacia el público para repetir el estribillo, exudando un halo de fuerza y seguridad que hacía mucho tiempo que no sentía.
Sí, sé que puedo volar Desearía que todo fuese mío Es sólo cuestión de tiempo.
Cuando arrancaron las guitarras se dio la vuelta para mirar a sus compañeros, permaneciendo en silencio y con la mirada gacha cuando Sullivan inició el solo.
Sé, y lo sé con seguridad; mi corazón es absolutamente puro deseo volar y ser libre Incluso si no crees en mí.
Oh, si, sé que puedo volar Desearía que todo fuese mío Es sólo cuestión de tiempo. Cuestión de tiempo. ¡Cuestión de tiempo!
La canción terminó, y, mientras el público estallaba en aplausos, Aidan soltó el micro en su soporte y avanzó directamente hacia Válerie, estrechándola entre sus brazos. Sabía que la rusa no era muy proclive al contacto físico directo, pero en aquellos momentos lo necesitaba. Joder si lo necesitaba. Sólo era capaz de ver fuego y muerte por todas partes. Le gustaría tanto poder hablarlo con ella... pero no podía. Lo único que pudo hacer fue apretar los labios y forzar una sonrisa para decirle, con los ojos húmedos por unas lágrimas que nunca llegarían a salir:
- Enhorabuena, preciosa.
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Tema: Re: After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019 2nd Agosto 2020, 12:27
En el trabajo todo el mundo se había alegrado por ella. Valerie no era alguien sociable pero a base de trabajar día tras día y noche tras noche se hacía muy palpable que eran una mujer de tan nobles y bellos ideales como al más cercana, abierta y expresiva. Hacía falta bastante para traspasar la coraza que parecía llevar la rubia. No era confiada y a menudo tendía a contar lo mínimo sobre sí misma. La decisión marcada a fuego en su gesto y sus acciones hacía que mucha gente la temiera. En este mundo donde se ha enseñado que lo correcto es una mujer sonriente y que haga caso en todo, una mujer decidida, dueña de sí misma y con un sonrisa difícil despertaba muchas inquietudes. Quien llegaba a conocerla sabía que todos esos miedos y reticencias eran infundadas. Valerie era leal, honorable y siempre estaba dispuesta ayudar. Valoraba mucho el esfuerzo y el trabajo. Era alguien perspicaz que siempre tenía un gesto amable o intentaba apoyar cuando tenías una necesidad.
A los consumidores esporádicos del lugar no les llevaban las buenas vibraciones de la atractiva mujer. Porque para que Val les calase hacía falta tiempo. Pero era seguro que a los parroquianos habituales de la hora bruja sabían muy bien cómo era esa camarera rubia atractiva y con malas pulgas. Esa gente que estaba siempre en el local podía apreciar la bella personalidad de la camarera. Aquella que salía a relucir con cada gesto amable y cada ayuda que ofrecía. Cuando se quedaba más horas para que su compañero pudiera estar con sus niños o cuando llamaba a la policía o la ambulancia para que no les pasase nada cuando había altercados. Más de una vez cuando la situación era muy urgente se había metido ella misma y sin ningún temor por recibir en su propia piel los daños había actuado en favor de quien más lo necesitaba.
Como era su último día, Bob el dueño del local se lo había anunciado a todos los buenos clientes que tenían. Esa noche había seleccionado de sus consumidores los que más fieles, asiduos y sobre todo le fueran a brindar a la camarera una noche de lo más agradable. Valerie no tenía ni idea que más que su último día de trabajo era un celebración del empiece de su nueva y próspera vida. Era algo así como un día de fiesta cerrada con la gente más selecta. Es más, su jefe se había confabulado con Aidan para darle a su camarera un pequeña y merecida sorpresa.
Avanzaba la noche y aún no había recibido noticias de su invitado. Val suspiró. era una pena no poder verle en su último día. Parecía que no acudiría a su última noche. Val pensó que no podía invitarle a unos tragos para agradecerle su ayuda. Ni siquiera podría decirle unas palabras y confesarle que él tenía razón. Cuando Aidan le dió el número de su manager, Valerie casi se rió pensando que eran ensoñaciones de un loco o un borracho, quizá de ambos. Pero en contra de todo lo que ella pensaba la jugada salió más perfecta de lo que habría creído nunca. No hacía ni dos semanas que había conocido al cantante de Deamhan y ahora estaba saboreando las primeras mieles del éxito. Todo había sido fruto de una sucesión de hechos que se había desencadenado cuando decidió presentarse ante el representante de Aidan. Parecía que la Diosa Fortuna la estaba iluminando de una forma irradiante.
Cuando Aidan subió al escenario y tomó el micrófono, Valerie se sorprendió. No se esperaba que se pusiera a dar un pequeño discurso sobre lo mucho que ella merecía triunfar en la vida.Se había sorprendido gratamente al escuchar que ella le había inspirado para hacer una canción. Ella que se sentía la persona más aburrida, tediosa y normal del mundo. Sin nada que ofrecer, sin nada que pudiera interesar a nadie y sumida en una monótona y aburrida vida rutinaria donde los días eran básicamente el mismo escenario consecutivamente. Ese gesto la emocionó. La rubia no era una persona ni muy emotiva ni muy expresiva. Para ella no era fácil mostrar sus sentimientos. Sobretodo cuando había sido criada para ser alguien fuerte y bajo el concepto de no dejar salir ninguna atisbo que pudiera expresar vulnerabilidad. Esa crianza más su personalidad tirando a seria, la hacían no ser tan cercana ni gestual. En su níveo rostro tan sólo se dejaba ser una ligera sonrisa. No había una elevada efusividad y no porque no lo sintiera sino que la forma natural en que ella mostraba sus estados de ánimo eran sutiles.
La música sonaba con una melodiosa armonía y de pronto a su compás empezó a cantar Aidan. la canción hablaba sobre sueños y esperanzas. Sobre el impulso de seguir adelante. Valerie sentía como su férreo exterior empezaba a resquebrajarse. La música y su embrujo empezaban a captar la atención de Valerie. Una cálida y bella sonrisa se posó en el gesto de la rubia, haciéndola aún más hermosa. Empezó a ver al cantante desde una nueva perspectiva. Nunca antes le había cautivado tanto el castaño. Su cuerpo vibró al ritmo de las ondas sonoras. Una sensación de atracción inundó todo su ser. En aquel momento fue como si viera a Aidan por primera vez en la vida. Veía a él hombre que conoció unas semanas atrás con unos nuevos ojos. Ahora le encontraba atractivo e interesante. Nunca antes había tenido esa consideración de él. Quizá porque le conoció en un estado detestable. Borracho y apalizado no dabas una muy buena impresión. Tampoco despertabas el deseo de ninguna mujer.
Embelesada como se encontraba, correspondió al abrazo del cantante de un a forma más apasionada y significativa de lo que hubiera hecho en un estado normal. Estaba henchida de deseo. Tras el intenso contacto, Val se movió de forma contoneante y coqueta. La rubia sabía muy bien el embrujo que eran sus rasgos físicos, así como utilizarlos.
- Muchas gracias, amigo- pronunció ese amigo con un ligero tono de jugueteo. - nunca he sido buena con las palabras- dijo haciéndose con el micrófono - Por eso, espero poder hacerte llegar lo que ahora mismo siento a través del lenguaje universal de la música.-
Valerie se hizo con una banqueta y se puso a cantar a capela con su potente voz de soprano.
Hemos pasado tantos días juntos Intentando realizar nuestros sueños Ahora que hemos llegado a la olvidada meta Por dentro el dolor nos ha dejado despedazados.
El camino está abierto Lo encontramos a través de los lazos rotos Al final el medio Fue la paz que fue hecha Para ser nuestra desde que todo comenzó.
Peleamos para ganar.
No me rendiré, pelearemos para ganar Para salir de dónde estuvimos Cantaré una canción para ti otra vez Veo por encima de la dificultad Somos más fuertes
que antes Nuestro desechos contornos se curan.
La vida como la conocemos sería tan diferente Si nuestros caminos hubieran continuado de la misma forma Aprovechado el dia con todo lo que nos fue ofrecido Lo bueno y lo malo La claridad y la neblina.
Para salir de dónde estuvimos Cantaré una canción para ti otra vez Veo por encima de la dificultad Somos más fuertes que antes Nuestro desechos contornos se curan.
No te rindas.
Es tan difícil encarar lo que hicimos mal Compartimos una vida que no puede ser No podemos escondernos del destino Es tan difícil encarar lo que hicimos mal Debemos hacer que funcione Darlo todo por ello.
Darlo todo y no rendirnos Hemos esperado tanto tiempo por una respuesta Hemos esperado oh, tanto tiempo Ahora estamos listos para aceptar nuestro destino.
Nuestras melodías serán recordadas Siempre y para siempre Nuestros recuerdos se desvanecerán Cuando las ramas hayan alcanzado la tierra.
No me rendiré en esta pelea Los sacrificios hechos Dimos todo de nosotros Y no me rendiré para morir en vano.
Cantaré ésta canción otra vez Somos más fuertes que antes Tenemos la oportunidad más grande Nunca cerraremos la puerta.
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Tema: Re: After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019 14th Agosto 2020, 19:52
La mujer correspondió a su abrazo, de una manera mucho más íntima y personal de lo que habría podido esperarse de un par de amigos que se conocían sólo de hace dos semanas. Aidan pudo notar cómo el cuerpo de la rubia se adaptaba al suyo, sus curvas amoldándose para conseguir el máximo contacto posible. Cuando la había conocido, Válerie se había mostrado distante, fría e incluso despectiva. Ahora, en cambio, prácticamente podía percibir el calor que emanaba de su cuerpo incluso a través de la ropa. Era una calidez acogedora, agradable, que le invitaba a perderse dentro de ella...
Y Aidan sabía exactamente el por qué, y el reconocimiento apagó cualquier fuego que pudiera haberse encendido dentro de él ante el insinuante roce.
Aunque habían mantenido contacto frecuente a través de las redes sociales, sólamente se habían visto una vez antes de aquella, y nadie pasaba de la frialdad al erotismo con unos cuantos intercambios a distancia.
Era la música. Su maldita y condenada música. La chica honesta y sincera que no dudaba en decirle las verdades a la cara se había convertido de repente en otra persona completamente diferente, subyugada por el influjo de su voz y ávida por complacer la más mínima de sus necesidades. Había perdido su libre albedrío. Le había arrebatado esa misma libertad de la que le había hablado en su canción.
Maldito, maldito fuera. Eso no era lo que él había querido, pero resultaba imposible adivinar a ciencia cierta cómo le iba a afectar a cada uno el hechizo. Y, aunque era cierto que el conjuro no obligaba a nadie a hacer nada que no estuviera naturalmente predispuesto a hacer, sí que te privaba de la capacidad de decisión al respecto. El hecho de que a alguien le guste el helado no quiere decir que le apetezca siempre.
Hubo una época en la que se había mostrado emocionado ante aquellos efectos secundarios, una época en la que no había dudado en aprovecharse de la ventaja injusta que le proporcionaba, pero aquello no le había traído más que arrepentimiento y pesar. Aidan había aprendido su lección, y no estaba dispuesto a repetir el mismo error.
Además... por si el dolor de haber perdido a su familia no fuera suficiente, estaba demasiado angustiado y preocupado por lo que estaba a punto de acontecer. El cantante no sabía exactamente cuándo, pero sabía que pronto, muy pronto, tendría que enfrentarse a una diosa para ayudar a detener la WWD, y era cuestión de días... Existía la posibilidad de que no sobreviviera.
Apoyó su frente contra la de ella en un gesto de ternura de quien se siente abrumado por la culpa.
- Valerie... -musitó-. Lo siento, yo...
Pero ella le interrumpió diciéndole que tenía, a su vez, una canción para él. Con el corazón roto por la pena la vio sentarse en una banqueta y coger el micrófono para empezar a cantar. Le dio indicación a los miembros del grupo para que la acompañaran y escuchó, sentándose en una de las mesas.
Cerró los ojos en cuanto empezó a cantar. Tenía una voz mucho más bonita de lo que le había dado a entender la primera vez que habían hablado del tema, no le extrañaba que la hubieran seleccionado.
La letra de la canción hablaba de fortaleza, de no perder la esperanza, de seguir adelante. Se trataba de una melodía poderosa, potente e inspiradora que ella parecía dedicarle a él para que no se rindiera, para que siguiera luchando...
Es tan difícil enfrentar lo que hemos hecho mal... Compartimos una vida que no puede ser No podemos escondernos del destino.
Destino... Era una palabra muy grande, demasiado. Una palabra para héroes. Él no era ningún héroe, sólo un pobre egoísta que había vendido su alma al diablo por unos minutos de gloria y había provocado la destrucción del mundo...
Tan difícil de enfrentar lo que salió mal... Tenemos que hacer que esto funcione Y darlo todo
Pero... era posible, ¿no era cierto? Había una salida. Loki tenía un plan, uno que podía llegar a funcionar... Él era el causante de todo aquello... Había algo de justicia poética en que fuese también él quien le pusiera solución...
Darlo todo y no dejarlo ir Esperando tanto tiempo por una respuesta Hemos estado esperando, oh, tanto tiempo y Ahora estamos listos para aceptar nuestro destino.
Destino... Aquella palabra otra vez. Justo cuando la hermosa voz de la mujer hablaba de nuevo sobre no abandonar, Aidan sacó del bolsillo de su pantalón una hoja arrugada con las últimas notas de la canción que Loki le había encargado componer. Estaba casi acabada... Lo único que le había impedido terminarla era el miedo. Sus dedos pasaron, temblorosos, sobre las líneas del pentagrama.
Nuestras melodías serán recordadas Por los siglos de los siglos
Aidan sacó un bolígrafo del bolsillo de la chaqueta y comenzó a trazar las últimas notas.
No renunciaré a ésta batalla El sacrificio está hecho Dimos todo nuestro esfuerzo Y no nos rendiremos para morir en vano.
La canción llevaba días completa en su mente. Lo único que había necesitado era el valor suficiente para completarla, y Válerie se lo había otorgado. Cuando las últimas notas de la canción llegaban a su fin, terminó de garabatear las suyas propias.
El punto final selló su destino a la par que las últimas notas del piano.
Aidan se incorporó, guardándose el pentagrama de nuevo en el bolsillo y fue al encuentro de Válerie para abrazarla otra vez.
- Preciosa -la felicitó-. Es maravilloso, Válerie, me alegro mucho por ti, estoy seguro de que vas a triunfar muy pronto. Gracias por la canción... Me acompañará en mis momentos más difíciles para darme la fuerza necesaria para salir adelante. ¿Qué te parece si ahora ponemos el hilo musical y bailamos un rato? Ésta es tu noche, preciosa...
Y, quizás, su última noche...
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Tema: Re: After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019 24th Agosto 2020, 19:32
Valerie cantaba fuerte e inspiradora. Su voz de soprano tan abrumadoramente hermosa estaba envuelta con el candente fuego de la pasión. Miraba de forma intensa Aidan, esmerándose en cada acorde y en cada vibración. Sus ojos azules refulgían en deseo. El auditorio pareció notar ese calor que tenía en su pecho la atractiva mujer y aplaudían embelesados la canción que la rubia había elegido para dedicar a Aidan. Sabía que un gran dolor embargaba al cantante de Deamhan. Era la persona, a parte de su amigo Pauly, con quien más se había abierto en años. La noche que le recogió y brindó su ayuda Valerie había expresado muchas más emociones de lo que estaba acostumbrada. No sabía cómo sería para el cantante pero para ella, habían tenido una especie de conexión. No era sólo por aquella nueva atracción que sentía por lo que había escogido la canción que hablaba sobre ser fuertes y no rendirse. Sobre afrontar el destino con entereza y abrirse a las nuevas oportunidades que el mundo nos ofrecía. Que a pesar de las desgracias de la vida siempre se abrían ante nosotros nuevos caminos que podían ser el remedio a nuestro sufrimiento y una alivio para nuestros males. Para la rubia no era fácil relatar su pasado. Aunque hubiera contado escuetamente sus desgracias, era mucho más de lo que solía hablar sobre su pasado. Val era muy reacia a contar su pasado y lo que había sufrido.
Cantó con todo su corazón para impregnar cada palabra de la melodía de su mensaje de fortaleza y perseverancia. A ambos les había dejado trizas las muertes de seres importantes y queridos. Pero la vida es demasiado larga para vivir en un luto constante. En la existencia hay frecuentemente nuevas oportunidades para alcanzar nuestros sueños. Eso era lo que quería transmitir. Hacerle llegar lo agradecida que estaba porque con su pequeño apto de darle la tarjeta de su manager había trastocado de una forma maravillosa su miserable universo. Había llenado de luz su mundo. Una oportunidad de brillar se le había ofrecido y era todo gracias a él. Estaba muy agradecida y quería poder hacer lo mismo por Aidan. Aunque sabía que una canción no era suficiente para devolverle el favor.
La canción daba a su fin y Valerie se acercó a su "amigo". Le sonrió con una sonrisa entre coqueta y traviesa. -Muchas gracias por tus buenos deseos. Parece que eres como mi amuleto de la suerte.- La rubia abrió ligeramente sus labios y se los lamió con la lengua. - Me alegro mucho de que te haya gustado. Quizá pudiera ofrecerte consuelo de otra forma- su voz era sensual e insinuatoria y acompañó su indirecta con un gesto de tocarse el cabello. En sus ojos se mostraba tanto la fiereza como la sensualidad y elegancia de un felino cuando estaba evaluando a su presa.
Su propuesta se vio empañada por la invitación a bailar del cantante.- De acuerdo.- dijo con una voz un tanto aterciopelada. Su mano se posó suavemente en el brazo izquierdo de Aidan y empezó a delinear suavemente sus tatuajes.- Qué interesante, ¿qué significan?- preguntó mientras caminaban hasta la zona destinada a mover el esqueleto.
Valerie, deshinibida y directa se aferró al cuerpo del cantante para comenzar a bailar de una forma demasiado cercana. La rubia se contoneaba al ritmo de la música frotando su bien formado y voluptuoso cuerpo contra el de Aidan. No era algo muy descarado eran roces calculados, insinuantes y ciertamente algo juguetones. Sonría con esa sonrisa coqueta de ligoteo.
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Tema: Re: After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019 29th Agosto 2020, 16:57
Torció la sonrisa en una mueca amarga cuando ella le dijo que era su amuleto de la buena suerte.
- Créeme, Valerie... No lo soy.
Había provocado la invasión demoníaca y había colaborado, aunque fuera indirectamente, en la destrucción de Metrópolis. La sangre de incontables víctimas manchaba sus manos, así que costaba mucho creer que pudiera ser el amuleto de la buena suerte de nadie.
Se quedó mirando cómo la rubia se humedecía los labios con la lengua y tuvo que darse a sí mismo una bofetada mental para obligarse a reaccionar. Su oferta era tan tentadora... Le ofrecía consuelo. O, al menos, una forma de consuelo, una en la que podría perderse y dejar de pensar en todo lo que le atormentaba por una sola noche.
Nunca pensó que la idea del sexo pudiera volver a resultarle atrayente después de la manera en la que había muerto su mujer, pero en aquellas circunstancias, sabiendo que podía morir en cualquier momento, el pensamiento resultaba... catártico. Liberador.
Pero no podía ser, porque Valerie no estaba actuando libremente. Su deseo no era real. Hubo un tiempo en el que no habría dudado en tomar lo que le ofrecían sin darle más vueltas. Un tiempo en el que se creía merecedor de aquella adoración ciega. Después de todo, había vendido su alma para darle a su familia la vida que merecían, y un sacrificio así bien merecía alguna que otra indulgencia, ¿verdad? Al fin y al cabo era él quien iba a ser eternamente torturado en el infierno, y tampoco era como si estuviera violando a nadie, ya que su poder no forzaba a nada que la otra persona no habría estado dispuesta a hacer voluntariamente. Pero eso había sido antes. Antes de que su actitud irresponsable provocara la pérdida de su familia. Antes de que su orgullo y su codicia provocaran la muerte de miles de seres humanos, cuando aún se engañaba a sí mismo pensando que lo que hacía no era eliminar el libre albedrío de quien le escuchaba. Ahora, el mero hecho de pensar en aprovecharse así de Válerie le provocaba náuseas.
- Oh, no son nada, sólo tribales celtas. Soy irlandés, así que es una manera de conectar con mi cultura.
La explicación del uroboros era algo más complicada, pero la situación subió rápidamente de temperatura y el tema de los tatuajes dejó de tener sentido. Por alguna razón pensó que ofrecerle ir a la pista de baile sería una manera exitosa de desviar la atención de aquél espinoso tema y generar distancia entre los dos, ya que, después de todo, se encontraban en un garito heavy, y ese tipo de música normalmente lo que favorecía era la liberación de adrenalina, no el acaramelamiento romántico, pero lo que consiguió fue, justamente, el efecto contrario. Al pegadizo ritmo del "I wanna rock" de Twisted Sisters, la rubia se pegó a su cuerpo, moviéndose de una manera que habría bastado para volver loco a cualquier hombre, con sutiles roces en los lugares adecuados y movimientos que destacaban las increíbles curvas que... Ok... mala, mala estrategia. Se le estaba volviendo muy difícil resistirse. Después de todo sólo era humano, joder. Tenía que cortar aquello como fuera si no quería terminar haciendo algo de lo que después se arrepentiría. Válerie era su amiga, maldición. No podía hacerle eso. De una manera un tanto más ruda de lo que había pretendido la sujetó del brazo y la sacó de la pista de baile, llevándola fuera del bar.
La noche estaba tranquila; como era martes pasaba poca gente por la calle, pero aún así estaban en un lugar público, donde sería más fácil evitar ciertas tentaciones. La abstinencia se estaba empezando a hacer notar. Llevaba demasiadas horas sin tomar un trago y el nerviosismo le consumía, así que trató de paliar una ansiedad con otra encendiéndose un cigarrillo, aunque el temblor en las manos lo volvió una tarea bastante más difícil de lo que habría podido parecer. Joder... se secó el sudor de la frente con el antebrazo. Estaba seguro de que también tendría las pupilas dilatadas...
- Válerie, necesito que dejes de hacer eso, ¿de acuerdo? Es difícil de explicar, pero... no estás siendo tú misma -tomó aire, tratando de darse valor. Era la primera vez que admitía voluntariamente lo que estaba a punto de decirle-. Tengo un poder... No puedo controlarlo, se activa solo y hace que la gente se sienta atraída por mi música... y a veces por mí.
Era una simplificación, pero tampoco quería ahondar más en los detalles.
- Sólo funciona cuando canto en directo. Tienes que perdonarme, yo... no caí en que ésto podría ocurrir, pero lo que estás sintiendo... no es real. Sólo quería animarte y motivarte, pero se me ha ido de las manos. Sé que a ti te parece otra cosa, pero si me acostara contigo me estaría aprovechando de ti, ¿entiendes? Te conozco, y eres una mujer fuerte y autosuficiente. Ésto no es lo que tú querrías.
Esperó conteniendo el aliento a ver cuál sería su reacción. Fuera cuál fuese se lo tendría merecido.
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Tema: Re: After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019 4th Septiembre 2020, 00:13
Valerie tocó el hombro a Aidan. A modo de darle un poco de ánimo. Intuyó tanto por la reacción del cantante como por sus palabras que estaba algo desanimado.
-Tal sólo lo seas para mí o quizá sea yo la que está robando toda tu suerte - se rió coqueta.
La rubia no sabía las turbulencias preocupaciones y culpabilizaciones del moreno. Quizá sí las hubiera conocido le habría prestado más atención y apoyo. Pero al ignorarlas pensó que tal vez eran las mismas de siempre. Recordar las desgracias del pasado. Pero Val tenía muy claro que ese no era el momento de dejarse arrastrar por la tristeza, la depresión y la nostalgia.
Su cuerpo caliente y sediento de pasión buscaba calmar el ansia. Sus movimientos sensuales y sus gestos sutiles iban encaminados a conseguir despertar en Aidan la misma necesidad de tener un encuentro físico. Pensaba que sus actos habían atraído la atención del cantante. Después de todo ella era una mujer sensual y atractiva. Muy pocas veces resultaba indeseada o indiferente. Su belleza y su atractivo eran casi mágicos. Por ello, tenía una desbordante seguridad en llevarse a la cama a Aidan.
- Es fantástico poder tener un nexo con la cultura de la que provienes.- sus ojos miraron de forma seductora a Aidan mientras sus dedos se deslizaban lentamente por el brazo del moreno delineando las líneas dibujadas.
Sus cuerpos juntos y deslizándose ardientemente el uno cerca del otro. Roces que incitaban, invitaban y alimentaban la imaginación. El calor subía y Valerie pensó que dentro de poco esos contactos llevarían a un contacto más intenso y directo. Sus ojos cargados de deseo miraron a Aidan con lujuria. Pero el un instante el ambiente erótico y sensual se vio roto. El moreno la agarró del brazo de forma ruda y la sacó del local. No parecía una actitud muy pasional, lo que descolocó por completo a la rubia.
La cara de la rubia tenía una interrogante muy grande y sus brazos cruzados pedían una explicación a aquella extraña situación. Cuando el cantante empezó a hablar la sorpresa se hizo muy grande. Las palabras del moreno la contrariaron.
- Sé perfectamente lo que hago-dijo una tanto molesta ante el comentario del cantante. - Aidan, somos atractivos y nos llevamos bien. No veo por qué no podemos pasar un buen rato. -
Todo lo que le estaba contando sonaba un poco a excusa. Valerie supuso que no era su tipo. Suspiró. Quizá es que los problemas que tenía en su vida le habían llevado a manifestar ese tipo de "salida". Después de todo, ella no podía tildar a nadie de loco teniendo esos raros recuerdos y sueños en su cabeza. Suficiente tenía con aquel extraño marcador que veía en la gente y que sabía que cuando llegase a cero era el final. El ambiente para ella se enturbió. No era una noche divertida en la que festejaba un ascenso. Se había convertido en una situación extraña de rechazo. Y no quería pensar en cosas que no tenían malditas explicaciones normales.
- Tranquilo Aidan. Yo puedo afrontar un rechazo. Mira, estoy segura que me he tirado a personas muchísimo peores que tú y en peores circunstancias. Pero yo no te puedo forzar a algo que tú no quieres.-
La rubia emprendió el camino hacia dentro del local. Al darse cuenta de que Aidan se había quedado un poco atrás, le hizo un gesto con la mano invitándole a que la siguiera. Llegó a la barra y sirvió dos jarras de cerveza. Un poco de alcohol en sangre haría que su humor subiera. Tras la jarra, se sirvió unos cuantos chupitos.
- Venga, una competición a quién termina más rápido.-
Colocó unos cuantos shots más. Eran variados y de alcoholes fuertes. Una ronda tras otra. No quería hablar. No quería esa puta mierda sentimentaloide. Por mucha autoestima que tengas los rechazos siempre eran un palo pero era su celebración no le iba a amargar la noche no gustarle sexualmente a alguien.
Miró a la clientela del lugar. Buscaba una presa. Su líbido estaba muy alta y quería disfrutar. Ahora unos cuantos tipos buenos en el libro cal. Quizá más tarde probase suerte con alguno o con varios. También había un par de féminas interesantes. Pero aquel día le apetecía estar con un macho.
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Tema: Re: After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019 4th Septiembre 2020, 11:06
Aidan dejó escapar un suspiro exasperado.
- Eso no fue lo que me dijiste la primera vez que nos vimos, Valerie. Soy un borracho, ¿recuerdas? Si de verdad te sintieras atraída por mí, ¿no crees que habrías intentado mover ficha antes? Pero no lo hiciste porque en realidad no...
- Tranquilo Aidan. Yo puedo afrontar un rechazo -le cortó ella-. Mira, estoy segura que me he tirado a personas muchísimo peores que tú y en peores circunstancias. Pero yo no te puedo forzar a algo que tú no quieres.
- No, no, no... Eso no es lo que yo quería dec...
La ex camarera se dio la vuelta, dirigiéndose de nuevo hacia el local, obviamente contrariada y disgustada. Joder... Eso era precisamente lo último que habría deseado. Aquella tenía que ser su noche, maldición. Todo aquello lo había organizado para ella, lo único que quería era que fuera feliz porque lo había pasado muy mal en su vida, porque se había portado bien con él cuando lo necesitaba y porque lo merecía, joder. ¿Cómo había conseguido literalmente el efecto contrario? Estaba tan frustrado que sintió el impulso de darse de cabezazos contra la pared, pero en aquél momento ella le invitó a seguirle con la mano. Bien... al menos no estaba enfadada hasta el punto de no querer hablarle. La siguió porque necesitaba aclarar las cosas con ella. No quería que acabara la noche con una idea equivocada en la cabeza, pero, para cuando llegó a la barra se quedó helado al ver la jarra de cerveza.
Dios... Sí... Aquello era exactamente la encarnación de todo lo que necesitaba en aquél puto instante. Fría, dorada y seductora como la propia rubia que la había servido. Si no fuera un alcohólico que llevaba prácticamente un día entero sin beber al que le acaban de poner por delante una jarra de cerveza, si la mera visión del recipiente no le hubiera enturbiado el cerebro, se habría sorprendido de que precisamente Válerie se la sirviera, considerando lo mal que le había sentado al conocerle el saber que era un borracho. Él le había explicado su problema y ella le había reprendido por su falta de autocontrol y voluntad, lo cual era toda la razón de que precisamente hubiera hecho el esfuerzo de no beber el día de su fiesta. Sin embargo, la jarra le llamaba y no era capaz de pensar en nada más. Joder... era justo lo que necesitaba, justo lo que...
Casi sin darse cuenta se encontró a sí mismo sentado en la barra del bar dando un largo trago a la jarra. Sabía tan deliciosa como aparentaba, aún más por las horas que llevaba sin beber. Aidan se aferró al recipiente como un viajero perdido en el desierto que acabara de encontrar una cantimplora de agua. Era todo lo que necesitaba, todo... Aquella frescura amarga que se deslizaba por su garganta calmando todos sus pensamientos oscuros, acunándole, tranquilizándole, acallando los gritos y las sordas acusaciones de sus propios remordimientos, anegándolo todo con el alcohol. Al acabar la cerveza se sintió inmediatamente mejor. Las palpitaciones disminuyeron, su ansiedad remitió, pero todavía no era suficiente. Necesitaba más.
Aidan siempre había disfrutado del alcohol, pero no había empezado a volcarse en serio en aquél consuelo líquido hasta la muerte de su familia. Inicialmente no era tan grave, pero había ido a peor tras cada nueva desgracia que le acontecía. Tras provocar la invasión demoníaca había comenzado a deslizarse por una rampa descendente que era cada vez más y más empinada y después de la masacre de Metrópolis se había transformado en caída libre. Últimamente cada vez que empezaba a beber ya no podía parar hasta que caía inconsciente. Si seguía a aquél ritmo no terminaría en morir, pero una parte de sí mismo casi lo deseaba. Así, todas las voces callarían para siempre...
Como si le leyera los pensamientos, la rubia le colocó delante una fila de chupitos, planteándolo como una competición. No necesitó repetírselo dos veces. Rápidamente fue vaciando cada pequeño recipiente de un sólo trago, y, cuando se acabaron, Válerie puso una nueva ronda ante él. Y otra. Y otra más. Hasta que llegó un punto en el que ya no era capaz de mantener la cuenta. Sólo se limitaba a beber lo que ponían ante él. Quería hablar, quería aclarar las cosas con Válerie, pero ella no le daba opción. Prácticamente ni le miraba, poniendo toda su atención en los clientes del local. Sabía que estaba dolida y eso le mataba. Le acarició suavemente el brazo, esperando que le mirara.
- Válerie... Sé que ahora mismo no quieres hablarme pero necesito que sepas que eso no era lo que quería decir... Eres... joder... eres preciosa... Habría que estar loco para no querer acostarse contigo. Eres... eres ardiente, y sexy... -la lengua se le trababa por culpa del alcohol, pero con un poco de suerte la rubia estaría tan borracha como él y no lo notaría-. También eres inteligente, y buena persona... Tienes buen corazón... Me ayudaste, me llevaste a tu casa... Pero lo que te he dicho es cierto... Tú no habías mostrado antes ninguna clase de interés en mí... Es evidente que estás bajo el influjo del hechizo...
Ya no sabía ni de lo que estaba hablando. Se le mezclaban las palabras en el cerebro y no conseguía formular nada coherente, pero lo que parecía evidente es que se había saltado todas las fases previas de euforia para pasar directamente al sentimiento de culpa y al auto rechazo.
- Yo sólo quería devolverte de algún modo lo bien que te portaste conmigo... Quería animarte y alegrarte la noche. No quería... no quería hacerte sentir mal. Parece que haga lo que haga no consigo hacer nada a derechas, ¿sabes? Lo único que hago es estropearlo todo. Lo siento, Válerie, lamento haberte fastidiado la noche... Soy un mierda.
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Tema: Re: After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019 5th Septiembre 2020, 17:32
- Bueno … nuestro primer encuentro tenías unas pintas y una actitud que daban ganas de echar a correr. Pero las primeras impresiones dicen que son engañosas.- sonrió zorrunamente. - Hay veces que se tiene que evadir los problemas de formas que no son adecuadas pero son las que tú más necesitas en ese momento. No soy quien para juzgar.-
Valerie intentó aclararle a Aidan que la atracción puede cambiar según unas circunstancias se den o se den otras.
-Déjalo …- no quería estar discutiendo ni aclarando nada en su fiesta. Esa iba a ser una gran noche y nada iba aguarselo. La rubia se metió de nuevos en el local. No estaba de humor para temas profundos, culpabilizaciones o reflexionar sobre tristezas de la vida. No quería sentirse mal y no quería pensar. Quería ser feliz, disfrutar y pasárselo en grande. Sin ganas de pensar en nada, empezó a beber incontroladamente acompañada de Aidan. Quería que la sensación de embobamiento y falsa felicidad que producía el alcohol la envolviera por completo y la hiciera olvidar todo lo que le produjera malestar. Tras unas cuantas rondas de bebidas Aidan empezó a hablar.
No le agradaban ese tipo de discursos que empezaban con eres maravillosa pero no suficiente. Pero además el cantante estaba diciendo que su atracción hacia él era por causa de magia. Que no era ella misma la que estaba decidiendo. Eso era algo muy duro para ella. Estar lidiando con una esquizofrenia y saber que no eres dueño de tus actos. Que no te puedes fiar de tu propia mente era una tortura. Que la gente pudiera captar su inestabilidad psicológica la ponía mal. La rubia se enfadó. No quería hablar. No, no quería escucharle más. Dio un golpe fuerte que resonó. Ella ya tenía suficiente con sus propios devaneos de cabeza. Valerie no quería tener que lidiar con explicaciones mágicas y ese tipo de cosas que alteraban por completo su mundo. No quería volver a un estado inestable, a no saber lo que era la realidad y la ficción. No quería volver a no dormir y a sentirse una maldita demente.
- Mira Aidan - dijo en un tono brusco- Yo tengo suficiente con mi basura emocional. No necesito además la tuya. ¿Por qué no respetas mi decisión de dejarlo estar? Ni es el momento ni quiero hablar de eso. - se cruzó de brazos. - Cada uno procesa las mierdas de una forma diferente. Joder - se llevó las manos a la cabeza- ¿Te crees que para mí es fácil sobrellevar que veo el tiempo vital de las personas? No lo es. Pero me callo la puta boca e intentó ignorar esa puta mierda.- sacó de su bolsillo su medicación y se la tiró bruscamente al cantante. - Hazte un favor y busca ayuda. Te las puedes quedar. Luego, hazme un favor y piensa que estoy muerta. Ni me llames, ni me escribas ni me hables.-
Valerie se alejó de Aidan y se acercó a un hombre grande y atractivo. Le acarició sensualmente la espalda y cuando se giró, le sonrió de forma traviesa
-Oye, ¿Me llevas a tu casa?- dijo con una voz cargada de deseo.-
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Tema: Re: After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019 5th Septiembre 2020, 19:49
¿Sabéis la sensación cuando cae una losa de granito grande y pesada en una habitación cerrada? El estrépito parece multiplicarse por diez, y los ecos continúan reverberando bastante tiempo después de que se haya asentado el polvo.
Así fue como se sintió Aidan después de que Valerie le mandara a la mierda.
El alcohol enturbiaba su cerebro, impidiéndole procesar bien la información. No entendía cómo habían llegado a esa situación. Cómo había podido empezar la noche queriendo hacer algo bueno, por una vez en su maldita existencia, animando a una amiga cuando empezaba una nueva etapa de su vida y había terminado con ella odiándole a muerte.
Pero tampoco era una sorpresa, ¿verdad? Así era él, el inigualable Aidan Doyle, que tomaba todo lo bueno de su vida y lo retorcía hasta convertirlo en mierda.
Había matado a su mujer y a su hijo porque no había sido capaz de mantenerla en sus pantalones, había liberado el infierno en la tierra, había participado en la destrucción de Metrópolis... Destrozarle el corazón a una amiga parecía algo nimio en comparación. Tan sólo una más de sus hazañas.
Se terminó de un trago el contenido de su último chupito para ahogar el impulso de echarse a llorar. El alcohol descendió por su garganta, quemando hasta la última lágrima. No pensaba llorar. No. Estaba harto. Aquello debería servirle de lección. Debería dejar de pretender ser una buena persona, ya que estaba claro que no lo era.
Había hecho un pacto con un demonio. Se había acostado con una mujer que estaba bajo el influjo de su poder, precisamente lo que no había querido hacerle a Válerie. Había secuestrado a una persona, por el amor de Dios...
Rattman...
Giró entre sus dedos el pequeño botecito que le había dado Válerie. ¿Había dicho algo sobre... ver el tiempo vital de las personas? ¿Qué narices significaba eso? Pero en aquél momento lo que más le interesó fue otra cosa... Reconocía aquél botecito. Era uno de los medicamentos que Rattman le había encargado robar como parte de su tratamiento para la... ¿esquizofrenia? Eso podría explicar muchas cosas. Maldita sea... no podía pensar.
Echó un vistazo al local. Válerie se acababa de largar con un maromo impresionante, y los miembros de su grupo estaban demasiado entretenidos socializando y ligando como para reparar en él. Sin dedicar una sola mirada más a la gente que estaba en el bar se levantó y se marchó.
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Tema: Re: After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019
After the rain (Valerie & Aidan) 30 de abril de 2019