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La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019]
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Elysia Stavridis Marvel Universe
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Tema: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 17th Enero 2020, 02:52
Por fin había vuelto a casa.
Había echado de menos el quejido de la puerta de la entrada al abrirse, esperando recibir la calurosa bienvenida de mis seres queridos, pero nadie llegó a recibirme. Era bien entrada la noche, y seguramente todos estuvieran durmiendo pacíficamente en sus respectivas habitaciones. Como no quise molestar, y por qué también estaba muy cansada del viaje, me fui directa a la cama para olvidarme de todo lo ocurrido.
Cuando desperté eran ya las once de la mañana. Me sentía aún ligeramente mareada por el trayecto en la Milano y tardé por lo menos media hora más en estar despierta del todo. Me metí en la ducha y después fui a prepararme tranquilamente el desayuno. Lo cierto era que me extrañaba que hubiera tanto silencio en aquella casa de locos. N debía de estar paseando a Lycos, y no había rastro de Jake ni de Elissa. Me encogí de hombros y no le di demasiada importancia, quizás todos tenían recados que hacer aquella soleada mañana.
Fue entonces cuando recibí la llamada de mi hermana. Al mirar la pantalla del móvil, me di cuenta de que tenía varias llamadas de Elissa Stavridis el 3 de abril, pero que acaban de llegar ahora, once días más tarde. Al parecer, en el espacio no había demasiada cobertura que digamos, y mi móvil se estaba volviendo loco actualizando ahora los mensajes de hacía una semana. Descolgué el teléfono y me disculpé por haber desaparecido sin avisar. Había sido una urgencia, y por suerte, había vuelto a casa sana y salva. Elissa me explicó lo que le había pasado en el Asilo de Arkham y palidecí ante la noticia de la fuga de presos y la valoración especial que le hizo al sujeto llamado Cedric. Después me contó que iba de camino al Helicarrier a hablar con Elektra, y que ya nos pondríamos al día más tarde.
Colgamos, y con la taza de café en mano, me senté frente al ordenador y entré en Twitter para leer las noticias. Estaba desconectada completamente del mundo real y pensé que lo mejor sería actualizarme un poco de las novedades antes de continuar con el trabajo. No imaginaba que aquello tan sólo era la punta del iceberg.
Tío, me había ido unos días al espacio, y al parecer el mundo se había vuelto loco. El B.P.R.D. lo predijo el día de la reunión de Shadowpact. Los demonios estaban preparando una invasión, y de un día para otro, varios portales que llevaban directamente al infierno se habían abierto por todo el mundo. No podía creerlo, era todo una puñetera locura, y empezaba a sentirme como la protagonista de una peli de zombies, pero con demonios. Y yo que pensaba que ya lo había visto todo desde la misión de los jinetes del apocalipsis...
Dejé el café encima del escritorio, y con el corazón en un puño, empecé a buscar las noticias con el hashtag “demonios” e “invasióndemoníaca”, que parecían ser los más populares de esta semana. Cada Tweet que abría era peor que el anterior, y no pude dejar de leer mientras me sentía más y más horrorizada por las imágenes que mostraban de los demonios. ¿Cómo habíamos llegado hasta aquella situación?
La inquietud y el miedo treparon hasta mi garganta y volví a intentar llamar a Elissa, pero no contestó. Después lo intenté con Constantine y ocurrió lo mismo. Así hasta llamar a todo el maldito elenco de amigos y/o miembros de Shadowpact, a ver si alguno se dignaba a cogerme el puto teléfono. Pero nadie respondía a mis llamadas. Empecé a ponerme muy nerviosa, y decidí continuar leyendo por si encontraba alguna pista en las noticias.
Una de ellas me llamó la atención sobre todas las demás. Era de hacía dos días, en la ciudad costera de Happy Harbor. El Monte Justicia ardía en llamas, y los medios hablaban de un ataque demoníaco directo al corazón de los miembros de Justicia Joven. Aquel era el grupo de los amigos de Roy, lo recordaba bien, incluso reconocí a la dulce Dolphin a lo lejos, al pie de la montaña, siendo interrogada por la prensa.
Mi primer instinto fue agarrar el móvil, y volver a marcar el número de Roy Harper. Necesitaba saber que estaba bien. Empezaron a sonar los primeros tonos, hasta que finalmente salió el mensaje automático que cortaba la llamada. Nadie respondió al otro lado. Volví a intentarlo, quizás estaba ocupado y no podía cogerlo. O conociéndole, seguramente estaba enfundado en su traje de Arsenal, tratando de salvar el mundo él solo.
— Vamos, idiota… cógelo...— susurré en voz alta por culpa de la alteración que amenazaba con invadir mi cuerpo. La paranoia aumentaba a medida que seguía marcando su número una y otra vez. Quizás estaba exagerando, quizás lo mejor sería dejarlo estar y esperar a que él me llamara. No hacer nada, y esperar a que las cosas se solucionaran solas, como una princesa protegida que esperaba pacientemente en su castillo a que volviera su príncipe de una de sus aventuras.
De pronto, el teléfono se me resbaló de las manos y cayó al suelo. Mis ojos azules miraron atónitos las nuevas grabaciones que se habían filtrado por internet. En ellas se veía claramente a Arsenal, en su piso de Star City. Era una pequeña manchita roja que caía en picado por la ventana hasta ser arrastrada por la escalera de incendios, que se retorcía como un alambre y atrapaba al joven arquero en su telaraña de metal. En el vídeo también aparecían una bruja de capa violeta que surcaba los cielos y una gárgola gigantesca de color verde que agarraba a Roy como si fuera un pulguita y se lo llevaba de la escena.
En aquel instante, mis puños se cerraron con tanta fuerza que empezaron a tornarse amarillos. Aquella grabación había sido tomada ayer por la tarde. Si tan solo hubiese regresado un día antes… quizás yo… ¿Quizás qué? No podrías haber hecho nada, Elysia. Nadie podía haber previsto lo que estaba a punto de suceder. No podías haberle protegido…
Me alejé del escritorio para no mirar más la pantalla del ordenador, y me llevé las manos a la cabeza, retirándome el flequillo de la cara en un ademán. Estaba al borde de un ataque de nervios y mi mente se había nublado por completo. No sabía qué hacer en esos momentos, ni como poder ayudar. No tenía ni idea de dónde se encontraba Roy Harper ahora mismo, ni de nadie en general. Ni siquiera tenía una manera para poder contactar con sus amigos de la Justicia Joven. Me sentía completamente inútil y frustrada. ¿Por qué siempre llegaba tarde a las cosas que se suponía que eran importantes? Al menos Omegadust había llegado sana y salva en Terra, pero a cambio habíamos tenido que dejar a nuestro amigo Peter Quill prisionero en el espacio. Y eso sin contar la paliza que nos dio el Adversario de Villa Fábula, o de cuando no pude impedir la masacre de alienígenas en Gotham el año pasado.
Ya había pasado mucho tiempo de aquello y ahora me había convertido en una Elysia más fuerte y menos cobarde. Había adquirido un poco más de control sobre mis impredecibles poderes, y tenía la firme decisión de usarlos para ayudar a los demás siempre que fuera posible.
No podía simplemente no hacer nada. Debía encontrar algo que hacer, en lo que ser útil. Quería devolverle el favor a Arsenal por lo que hizo por mi y por Erin en Tahití. No era justo que solo él arriesgara su vida por los demás y luego nosotros desaparecieramos cuando él nos necesitaba…
Céntrate, Elysia. En este estado no puedes pensar con claridad. ¿Qué es lo más urgente? ¿Qué pista tienes? El piso de Roy. El lugar donde le habían secuestrado. Si podía presentarme allí, quizás encontraría algo sobre los demonios que se lo llevaron…
Golpeé mis mejillas con las dos manos a la vez y dejé escapar un suspiro hasta asentir finalmente con la cabeza, completamente decidida con lo que estaba a punto de hacer.
Recogí el café frío, apagué el ordenador y me puse lo primero que pillé en el armario. En cuanto estuve lista, me dirigí a la puerta del trastero de nuestro piso, que conectaba directamente con el Bar Oblivion. Como era de esperar, el local estaba cerrado y completamente vacío a causa de la invasión. Busqué entre los trastos de mi despacho el lápiz y la libreta especial que tenía para las misiones, con algunos dibujos ya preparados para realizar conjuros de forma más rápida en caso de emergencia, y dudé por un instante en si coger o no el nuevo traje de Sóma. Lo miré unos instantes y decidí dejarlo colgado en su respectiva percha. Todavía no había llegado el momento de usarlo.
Agarré una de las tizas del bolso y tracé un círculo en la pared de piedra con mucha precisión.
— Llévame al piso de Roy Harper... — concluí, y la magia empezó a hacer su efecto. Al otro lado de la esfera pude distinguir el salón de su casa. El sofá y la mesita estaban bañados con los cristales de la ventana, que se había convertido en un boquete gigantesco en la pared. Sólo tenía que dar un paso al frente y ya me encontraría en Star City.
Una vez dentro del piso, me acerqué al agujero gigantesco del salón para encontrarme, efectivamente, con la escalera de incendios que se retorcía sobre sí misma. Me asomé para ver si encontraba algo útil en aquella escalera, pero era mucha altura y rápidamente me entró el vértigo.
Volví a coger aire, respirando hondo, y continué la investigación por el interior. Analicé el sofá, los cristales y cualquier objeto que pudiera servirme de ayuda, hasta que finalmente me topé con el teléfono que Roy usaba para trabajar. Era igualito al que se había dejado en la cafetería el primer día que nos conocimos, él que había pertenecido a su amigo Jason.
De pronto, tuve una idea. Si conseguía desbloquear su teléfono, podría acceder a los contactos del arquero y saber acerca de su paradero.
— Άνοιγμα— susurré en mi idioma natal. Al poner en palabras el hechizo, noté como la magia vibraba por mi voz hasta hacer efecto en el teléfono. Aquel pequeño truco era algo que me había sugerido el maestro Aureole y que reforzaba aún más mi magia de manipulación de la realidad. Tras varios segundos en silencio, la pantalla de bloqueo del móvil desapareció, mostrando directamente el menú principal. —¡SÍ! — grité emocionada, y rápidamente busqué en sus contactos el nombre de “Dolphin”, que era la única miembro de la Justicia Joven, a parte de Roy, que yo conocía.
Lo que yo no sabía, era que aquel teléfono tenía un sistema anti-hackeo, y estaba enviado una señal de alarma a otro teléfono hermanado…
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 18th Enero 2020, 12:11
Me encontraba en mi piso, a escasas horas de atacar la capilla y darle para el pelo a ese tal Blood, pero ni yo estaba tan loco para ir sin preparación, por lo que decidí armarme con lo que pudiese antes de empezar el plan.
-Mmm, granadas:sep, bazooka:corecto, pistolas:afirmativo...¿mala hostia? Siempre- me reía de mi propio chiste mientras colgaba el bazooka en mi espalda y colocaba las granadas en la banda del arma lista para ser usadas. Sin duda necesitaba recuperar a mi mejor amigo cuanto antes, o esto de hablar solo se iba a volver algo demasiado recurrente como para no preocuparme; a saber como hubiese acabado Bruce si no hubiese tenido a Alfred todo el rato soplándole a la nuca, quizás el que hubiese acabado en Arkham hubiese sido él.
Por un momento me quedé embobado pensando en que ya no iba a volver a escuchar sus constantes broncas, o rechazar todas esas pomposas cartas que seguramente Alfred le obligaba a enviarme para cuando organizaban una cena "familiar".Pero tenía que centrarme, Bruce ya estaba perdido, no podía dejar que a Roy le pasase lo mismo.
Hablando del demonio (jejeje) mi móvil empezó a producir un estridente sonido de alarma, así que interesado lo saqué del bolsillo para ver la señal de antihackeo que Roy y yo nos habíamos instalado en caso de que nos pasase algo o alguien quisiese sacarnos información.
-Me da igual quien o que seas, te voy a patear tu culo demoníaco y voy a devolverte lo que le estáis haciendo a Roy multiplicado por 10, así que yo si fuese tú no le tocaba ni un solo pelo más a esa melena de hippie que lleva-amenacé al instante, puesto que pensaba que la única posibilidad era que uno de sus captores hayan intentado entrar en su teléfono en busca de más formas de hacerle daño a él o a sus cercanos.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 18th Enero 2020, 18:16
Se me resbaló el teléfono del susto, cuando una voz de hombre con mucha mala leche, salió de aquel aparato del demonio y empezó a insultarme. Ni siquiera me había dado tiempo a marcar el contacto de Dolphin, así que no entendía de dónde provenía aquel sonido ¿Había estropeado el teléfono? ¿Mi magia estaba haciendo de las suyas? ¿Es que ni siquiera en los momentos de emergencia pensaba hacerme caso?
No, no se trataba de eso. Al contrario. La persona que había al otro lado, a parte de estar muuuuy cabreada, parecía conocer a Roy. ¿La pista? Los dos sabíamos que el pelirrojo era un hippie.
—¡Espera! ¡No cuelgues!— me exalté, agarrando de nuevo el teléfono y colocándomelo en la oreja, antes de que la persona al otro lado se hartara de mi y decidiera colgar. — ¿Conoces a Roy? ¿Por casualidad no serás Jason? — improvisé, recordando al instante que aquel teléfono estaba hermanado con el de su amigo del alma. Roy me había hablado bastante del moreno y me acordaba de la fotografía que guardaba en su cartera, donde salían los dos juntos.— Soy una amiga de Roy. Acabo de enterarme de lo que le ha pasado y estoy en su piso de Star City… — expliqué algo apurada, por si la conexión se cortaba y no me daba tiempo a contarle nada más. Ya que, probablemente, esa era la única oportunidad que tenía para contactar con alguno de sus amigos. — ¿Sabes si está bien? ¿A dónde se lo han llevado? — se me encogió el corazón al pensar que podrían estar haciéndole daño...— Yo… tengo que... Tengo que ir a ayudarle...
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 19th Enero 2020, 13:40
No pude evitar arquear una ceja ante las declaraciones de le mujer, Roy nunca me había hablado de ella, pero tenía que admitir que desde la colisión de mundos casi no había contactado con él, siempre estaba ocupado y dejaba para más tarde el tomar unas birras con mi mejor amigo, y quizás nunca más pudiese hacerlo.
Rápidamente rechacé esa idea de la cabeza, Roy iba a salir de esta por mis santos cojones. Al parecer no era el único que quería salvar a Roy, o al menos esa preocupación parecía genuina, aunque nunca se sabe; los demonios pueden llegar a ser unos actores muy retorcidos.
-Es muy largo de contar, pero en resumidas cuentas, voy a ir literalmente al infierno a sacar a Roy de esa mierda.No sé si puedes ser de ayuda o no, no obstante será mejor que te acerques a mi piso en caso de que los demonios decidan ir a por su círculo íntimo, o algo peor...-no sé que haría en caso de que me pasase como Grayson y tuviese que enfrentarme a una versión demonizada de mi amigo, suelo hacer de tripas corazón ante todo, pero no creo que pudiese tomarme la lucha en serio.
-Te acabo de pasar la ubicación de mi piso franco en Gotham, tenemos aún un par de días hasta que empiece la operación, sé lo más rápida que puedas; y porfa no le digas nada a nadie, no me gustaría tener invitados indeseados- dije mientras enviaba los datos a su móvil.
No sabía cuanto podría tardar, una persona normal aún tardaría numerosas horas en llegar, pero sabiendo que puede ser un demonio o una persona con habilidades peculiares, decidí tener las pistolas ya listas en caso de casi no tener tiempo a reaccionar.
Aunque antes a modo de coña puse un último mensaje:
-PD:Trae unos pastelillos si quieres, me encargo yo del té -
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 20th Enero 2020, 13:11
—¿Al… infierno?
No podía estar hablando en serio. ¿O si? No conocía a la persona que había al otro lado del teléfono, así que no podía asegurar al cien por cien que la información fuera fiable. Pero si realmente los demonios se lo habían llevado de paseo por su hogar natal, estábamos jodidos.
—¡Ahora mismo voy para allá! — contesté, emocionada, y tras colgar el teléfono hackeado, abandoné el piso de Roy Harper en un santiamén, y volví al Bar Oblivion.
De momento, aquella llamada era la única pista que tenía sobre el paradero de Arsenal, así que más me valía espabilar y llegar lo antes posible al lugar de encuentro. Borré el círculo de la pared con la mano a toda prisa y busqué las coordenadas que el “Jason-por-confirmar” había enviado al móvil de Roy. Fue entonces cuando vi el mensajito de los pastelitos y el té. ¿Era algún tipo de broma o también hablaba en serio?
— Pues… va a ser que no tengo nada de eso, pero… — me giré para buscar algo útil en las estanterías del bar, y finalmente decidí meter dos cervezas en mi mochilita, junto a los utensilios de dibujo. — Creo que voy a necesitar algo de alcohol para digerir todo esto de los demonios…
Dejé escapar un largo suspiro, y traté de concentrarme todo lo posible. Si no estaba calmada, el hechizo no iba a funcionar. Y no estábamos para ir perdiendo el tiempo en esta situación.
— Tranquilo, voy a ser lo más rápida que hayas visto jamás… — susurré para mi misma, mientras trazaba el nuevo círculo con la tiza, pensando en las oscuras calles de Gotham. Todavía me preguntaba a quién narices le gustaba vivir en la ciudad con más crímenes por minuto de los Estados Unidos.
El portal se abrió al cabo de unos segundos, y lo atravesé con decisión, aterrizando en un callejón frío y poco iluminado. La puerta al Bar Oblivion se cerró tras de mí, y miré hacia ambos lados por si alguien me había visto cruzar. Esta vez sí, saqué mi propio teléfono (siento haberte robado, Roy, ya te lo explicaré todo cuando nos veamos), y con el gps traté de localizar el piso franco del contacto.
Estaba a menos de diez minutos caminando, y como era mediodía, las calles de Gotham eran menos peligrosas de lo normal. Una vez frente del lugar de encuentro, decidí picar tres veces a la puerta. No tenía ni idea de como funcionaba eso de los pisos francos, pero imaginaba que se tendría que avisar antes de entrar, ¿no?
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 20th Enero 2020, 16:46
En cuestión de minutos unos suaves golpecitos sonaron de mi puerta, sin duda la tipa o era maga o una demonio, si no no encontraba forma no mágica de explicar como pudo atravesar tantos km en tan poco tiempo. Lo mejor sería no fiarse por ahora, por lo que me coloqué el casco y con pistola en mano miré por la mirilla.
La chicha en cuestión no parecía un demonio, o por lo menos era el demonio más normal que había visto en mucho tiempo, por lo que lentamente abrí la puerta mientras dejaba a su vista la pistola a modo de advertencia.
-Espero que con las prisas no te hayas olvidado los pastelitos-bromeé mientras me hacía a un lado y realizaba un ladeamiento de mi cabeza como señal de que pasase.
-Normalmente esto estaría un poco más organizado, pero ya sabes, el apocalipsis no te deja mucho tiempo para barrer el polvo- mis pisos nunca eran muy lujosos, ya que estaban diseñados para simplemente darme un techo donde caerme muerto y guardar mis armas. Pero actualmente había tantas armas y ropa sucia tirada por el suelo que la única opción para tener una charla era sentarse en el colchón que usaba por cama. Por lo que me acerqué y me senté para dar unas suaves palmaditas al lado esperando que me imitase.
-Tranquila, no muerdo, o al menos con el casco puesto-seguí intentando bajar la tensión mientras dejaba reposar mi pistola al otro lado de la cama.
-Ahora en serio, será mejor que te sientes, la información que te tengo que dar no es fácil de digerir, y no tenemos tiempo para suavizar las cosas.-Al instante pulsé un botón de mi casco apareciendo una pantalla digital donde poco a poco se iban proyectando imágenes de Blood y la capilla.
-Te presento a Blood, el segundo al mando de toda esta invasión y el capullo que retiene a Roy. Lamentablemente se encuentra dentro de la estructura, no sabemos 100% donde ni su estado actual, pero viendo como son las cosas fuera, tenemos que sacarlo de ahí cuanto antes. Un pequeño equipo y yo vamos a dirigir un ataque combinado, unos hacia una fuente de poder de la invasión y nosotros nos encargaremos de los rehenes, seré claro: Si eres útil y no vas a ser un estorbo, toda ayuda es bienvenida, en caso de que no quieras participar puedes quedarte aquí o en otra ubicación más resguardada, la decisión es tuya.Aunque siempre hay la tercera opción y que seas una marioneta a la que le comieron el coco y solo me quiere sacar todo lo que sabemos, algo que notaré y hará que tengas una bala en la cabeza antes de que puedas contactar con tu líder emo.-amenacé mientras me sacaba el casco para mirar fijamente a Elysia.
-Siento ser así de neurótico, pero a lo largo de mi vida he visto demasiadas cosas como para fiarme de una cara bonita, así que por tu bien espero que no nos la estés jugando-
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 21st Enero 2020, 02:02
Y por fin, tras varios segundos de una espera que para mi se hizo casi eterna de lo nerviosa que estaba, alguien decidió abrir la puerta del piso franco. El brillante cañón de una pistola fue lo primero que asomó por la abertura, y no pude evitar sentir un escalofrío al verlo. Vale, ya está. Adiós mundo cruel. Aquí termina la historia de Elysia Stavridis. ¿Si es que para que coño te fías de un tío que te insulta por teléfono?
Una vez quedó la puerta totalmente abierta, observé con cautela la figura inquietante de aquel hombre. Era más alto que yo, y tenía un aspecto imponente con aquella máscara roja tan inexpresiva. Bajo la chaqueta marrón, pude intuir que tenía un cuerpo bastante entrenado, aunque era un poco más delgado que el de mi amigo Roy.
— Pues… no tenía pastelitos en casa...— respuesta incorrecta, Lyz. Ahora será un friki de los pastelitos y te pegará un tiro —¡Pero he traído cerveza! Si te sirve de consuelo…
Al menos no parecía molesto con mi presencia, y me dejó pasar al piso sin problema. Estaba hecho un desastre, y por alguna razón, me acordé de que Arsenal también tenía su piso de Star City bastante desordenado, sin contar con el boquete que tenía ahora en la pared del salón, claro. A ver cuando vuelva cómo arregla todos los destrozos...
— No te preocupes, tendrías que ver como está mi casa un sábado por la mañana...— bromeé, tratando de relajarme yo también ante la tensa situación. Y es que no me hacía ninguna gracia estar allí sola con ese desconocido, pero bueno, tenía que tratar de ser lo más positiva posible para no salir corriendo por patas.
Vamos, Lyz, piensa en que todavía no te ha pegado un tiro. ¿Eso es positivo, no?
Vale, tenía que reconocer que el chiste había resultado bastante gracioso, aunque me parecía muy creepy que un hombre con casco raro y pistola en mano quisiera que me sentara a su lado en un colchón viejo y sudado. Si salía viva de esto, le preguntaría a Roy que clase de amigos tenía por qué vaya tela…
Finalmente me senté en el famoso colchón y le presté toda mi atención al enmascarado ahora que por fin había dejado de gustarle a la pistola. Fruncí el ceño al ver al líder de los demonios y la cara que puse después fue todo un poema. Mi mirada de odio atravesó el holograma con rabia. Aquel capullo engreído se iba a enterar cómo le hiciera algo malo a Roy. No pensaba permitir que mi amigo siguiera allí atrapado con tanta gentuza a su alrededor.
—¿No podemos ir ahora mismo a ayudarle? — pregunté, aunque seguramente hubiera un buen motivo para no ir ahora mismo, estaba realmente preocupada por el pelirrojo, y no quería darle más tiempo de vida a esos demonios...
— ¡Claro que puedo ser útil! ¡Soy hechicera! ¿Cómo crees que he llegado tan rápido desde Star City?— le contesté, aunque no podía prometer que en algún momento mi magia fuera un estorbo. No podía asegurar que algunos hechizos funcionaran al cien por cien, pero estaba dispuesta a dar todo lo que tenía para sacar a Roy de esa jauría de demonios. ¿Eso debería contar, no?
El tipo raro sugirió que yo podría ser un demonio y me volvió a amenazar con pegarme un tiro. Joder, otra vez no. Negué con la cabeza, nerviosa, y de pronto el chico se quitó el casco para después dedicarme una intensa mirada. Cuando reconocí su careto no pude evitar sorprenderme y señalarle automáticamente con el dedo.
— ¡Pues si que eras Jason! — dije, emocionada de haberle reconocido gracias a aquella vieja foto en la cartera de Roy. Estaba orgullosa de mi memoria visual, y su rostro de amargado junto con aquel mechón blanco en el flequillo le habían delatado. Sus ojos azules me atravesaban como estacas de hielo, y si me fijaba lo suficiente, podía distinguir unas tímidas pequitas manchando su nariz. — Perdón, que ni siquiera me he presentado...— me disculpé cuando me di cuenta de que probablemente estuviera siendo maleducada por señalarle a la cara con el dedo, y bajé la mano de inmediato.— Yo soy Elysia, y no soy ningún demonio. No tengo ningún líder emo (Aunque ya va siendo ahora de que mi maestro Aureole se corte el pelo), y tampoco me han lavado el cerebro. Así que antes de que haya más malentendidos, te diré que estoy aquí para ayudar. En serio.
Reuní algo de valor para dejar los nervios atrás y retar a aquella mirada con mis ojos azul eléctrico. Que fuera el mejor amigo de Roy Harper tenía que ser un indicativo de que era alguien en quién pudiera confiar. Aunque pareciera un maníaco psicópata a primera vista.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 21st Enero 2020, 17:40
-A no ser que seas la Rambo del mundo mágico no creo que sea muy buena idea ir a pelo contra ellos, soy el primero en apuntarme a los planes kamikaze, pero hasta yo conozco mis límites. Soy el primero que quiere sacar a Roy de ahí cuanto antes, pero de nada le servimos si morimos haciendo el cafre. Y para resolver tu duda, oí que últimamente los trenes estaban de puta madre-le tomé el pelo mientras decidía fiarme de ella, ganas no le faltaban de ayudar, y una persona que es capaz de casi cualquier cosa en un combate siempre puede ser un factor diferencial.
La tal Elyssia si que tenía carácter, se le notaba nerviosa, (normal teniendo en cuenta que antes de verla ya le estaba apuntando con una pistola) pero tenía una energía y espontaniedad que me resultaban muy interesantes. -Un consejillo: es de mala educación señalar a las personas, aunque que lo diga yo que hace dos minutos te estaba apuntando con una pistola es un poco irónico. Y para dejar las cosas claras, no sé que barbaridades te habrá contado ese idiota de mi, pero todo es culpa suya- me reí suavemente recordando viejas anécdotas de Roy.
-Me fiaré de ti solo porque me mola el peinado, dicen que ese estilo es la última moda-comenté mientras señalaba su pelo y luego con una sonrisa irónica mi mechón decolorado. Posteriormente me acerqué a la mochila que llevaba y metí la mano para sacar las dos birras y abrir ambas con los dientes, dándole una a Elysia-Así que empecemos de: Encantado de conocerte bella dama, mi nombre es Jason Peter Todd- dije en un tono burlesco remarcando un acento pijo mientras hacía una leve reverencia de forma cómica y chocaba la cerveza con la suya a modo de brindis.
-Aún tenemos tiempo antes de que me contacten para dar los últimos retoques al plan, así que cuéntame, ¿Cómo tuviste la desgracia de conocer a mi pelirrojo amigo? O mejor aún, me encantaría ver una demostración de lo que puedes hacer con tus poderes, siempre está bien saber quien me cubre las espaldas antes de empezar a liarme a tiros-pregunté curioso mientras daba un pequeño sorbo a la bebida.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 22nd Enero 2020, 01:39
—Menos mal que has llegado a la conclusión de que no estaba bien apuntarme con la pistola… Empezaba a preocuparme — alcé una ceja, siguiéndole la broma. Tenía una manera de hablar muy irónica y eso me gustaba. Me recordaba mucho a mi cuando tenía un día de perros.
Terminé de relajarme gracias a nuestro intercambio de palabras, y también ayudó bastante poder hablarle a la cara y no a una máscara roja inexpresiva. Menos mal que se la había quitado, porqué como mínimo, parecía estar sacada de una peli de terror de los ochenta.
Me arrancó una sonrisa eso del mechón de pelo, y con timidez, me coloqué parte del flequillo detrás de la oreja. Me pareció curioso que se hubiera vuelto de pronto un tío tan enrollado. Eso quería decir que había pasado por fin la prueba del juicio. A sus ojos yo ya no era ningún demonio, aunque ya me dirás tu que tengo yo de demoníaca. Como no sea que se me pone la cara roja cuando alguien me saca de mis casillas... Pero más miedo daba él con ese casco. Hubiese sido terrible continuar una conversación con la versión desconfiada y encabronada de Jason. No quisiera hacerle enfadar jamás, a saber de lo que era capaz de hacer…
— Un placer, señor Todd. — contesté con el mismo tono pijo burlesco, e hice rodar mis ojos ante lo de “bella dama”, hasta que me llamó la atención que quisiera abrir la cerveza con los dientes— ¡Pero el tapón no se come! ¿No tienes un abridor? — se escuchó entonces el sonido del destape. — Argh… tarde.
Nuestras cervezas se chocaron de forma animada y me bebí un buen trago de aquel líquido dorado y refrescante. Me iría bien un poco de alcohol en las venas si quería digerir toda aquella información sobre los demonios y el secuestro de Roy. Así, mi cerebro no se detendría a pensar si en aquellos momentos le estarían torturando o si ya lo habrían dejado medio muerto...
— Pues… lo cierto es que me tiró un café encima. — le miré divertida— yo estaba en la calle, paseando a mi Malamute, y por culpa del despiste se me escapó el perro, y acabamos salvando a una viejecita de un atraco a mano armada… es bastante surrealista contado así. — sonreí, ahora que aquel día ya no me parecía tan terrible como cuando lo estaba viviendo. Después de todo, la historia acabó bien, y tuve la suerte de conocer a alguien tan guay como Roy. — ¿Y tú de qué le conoces?
Lo cierto era que el arquero apenas me había hablado de su mejor amigo. Sólo sabía que habían trabajado juntos hacía un par de años, y que tenían los teléfonos hermanados. En aquella foto también salía la despampanante pelirroja de su ex-novia, y rápidamente cambió de tema. Se puso algo triste después de eso, la verdad.
— Me dijo… que te echaba de menos. — me salió sin querer, y quizás me estaba metiendo donde no debía, ya que no conocía la historia completa. Pero lo que si sabía, era que Roy no estaba del todo cómodo con la situación, puesto que el Jason que tenía frente a mí, era probablemente diferente al de su universo de origen.
—Oh, si, los poderes. — dejé la cerveza a un lado, y metí la mano en la mochilita para sacar una de las tizas que había usado previamente con los portales. Siempre hacía lo mismo cada vez que tenía que demostrarle a alguien, de forma rápida, concisa y sin demasiadas explicaciones..., cómo funcionaba mi magia. Y es que era la mar de efectivo. — Verás… — me incliné hacia el suelo, y empecé a dibujar con la tiza azul unas mariposas en las baldosas que teníamos bajo nuestros pies. — Puedo hacer realidad lo que dibujo o que trato de imaginar… digamos que es un tipo de magia que modifica el espacio que nos rodea.
De pronto, las mariposas azules abandonaron el improvisado lienzo, y se alzaron para después revolotear a nuestro alrededor con un aleteo frágil y a la vez hermoso.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 22nd Enero 2020, 13:35
Empecé a reírme por la regañina de Elysia sobre las cervezas, me recordaba demasiado a las incontables veces que Alfred me echaba la bronca por mis malas maneras, pero en mi vida iba a comerme una hamburguesa con tenedor y cuchillo...NUNCA.
-¿Malamute? Buen nombre la verdad. Y como no Roy viviendo en su mundo hasta chocarse literalmente con la realidad, mira que si se enfrasca en sus movidas tecnológicas o así no hay quien lo haga volver en sí-volví a soltar una carcajada mientras tomaba otro sorbo.-Temo que mi historia no sea tan interesante, ambos formamos parte desde peques del selecto grupo de ayudantes fracasados que no paraban de decepcionar a una exigente e imperfecta figura paterna; aún buscamos nuevos integrantes si te interesa jeje. Pero se podría decir que nos volvimos uña y carne cuando lo ayudé a salir de una prisión de máxima seguridad, después de eso Kory, él y yo formamos los Outlaws y el resto es historia- comenté nostálgico mientras le daba un último grolo a la bebida.
Claramente no estaba preparado para ese último comentario, casi atragantándome. Tosí suavemente y sin saber que decir me quedé callado unos momentos para después incómodamente intentar excusarme: -Culpa mía, la vida del mercenario me tiene muy ocupado y todo eso del choque de mundos, ya sabes lo típico-intenté sonar indiferente mientras me rascaba nerviosamente la nuca y miraba al suelo. Pero la verdad era que tenía miedo a descubrir que Roy era totalmente distinto al que conocía, o peor, que yo no fuese ni la mitad de buen amigo de lo que había sido su Jason; había decepcionado a tanta gente que no quería que pasase lo mismo con mi supuesto mejor amigo. Pero después de todo esto de la invasión, había decidido charlar con él al acabar, no podía seguir evitándolo hasta el fin de los días.
Por suerte Elysia captó mi incomodez y decidió cambiar rápidamente del tema, pasando a hablar de sus poderes. Claramente quedé flipando al ver como las mariposas cobraban vida y comenzaban a revolotear alrededor.
-Wow, supongo que tendrás tus límites, porque si no quizás seas la persona más poderosa que conozco. O sea, dime que puedes dibujar un robot gigante que lanza rayos evangelizadores por los ojos que se cargan a los demonios de un solo disparo; porque eso agilizaría mucho las cosas-volví a bromear mientras me levantaba y cogía un papel arrugado del suelo.
-Llevaba planeando esto desde hace tiempo y quizás me puedas echar un cable señorita maravillas, adoro el cuerpo pero creo que no es lo ideal para enfrentarme a bichos apocalípticos cuyas garras cortan el acero como si de papel se tratase- dije mientras le entregaba el folio. En él a duras penas se distinguía un horrendo dibujo parecido a una persona con armadura y unas extrañas orejas de murciélago y el símbolo de batman en el pecho.
-Si, ya lo sé, tanto innumerables dotes pero el arte no es una de ellas, no podía ser tan perfecto-dije burlón mientras reposaba mi espalda en la pared con los brazos cruzados esperando la reacción de la maga.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 22nd Enero 2020, 17:34
— No, me refería a que es un Malamute de Alaska. — se me escapó una carcajada al ver que Jason se había confundido— Es un tipo de perro muy parecido al Husky, pero bastante más grande. Cuando se pone a dos patas, es igual de alto que yo, y pesa por lo menos 50kg— volví la vista a mi cerveza y le di otro trago— Mi perro en realidad se llama Lycos.
Ayudantes fracasados… aquello llamó poderosamente mi atención. Había escuchado un discurso parecido en boca de Roy. No sabía demasiado del tema; era algo sobre su tutor legal, un padrastro ausente, que le había desatendido más de una vez. Intuía que había sufrido una infancia y una adolescencia bastante lejos de lo que se consideraba normal, probablemente a causa de su doble vida. ¿Le habría pasado a Jason algo similar?
— Mi padre también era un capullo, si te consuela… — volví a fijar la vista en mi cerveza, con cierto aire pensativo. Era un poco triste pensar que lo que teníamos los tres en común era la figura de un padre disfuncional— El mío nos abandonó a mi madre y a mi cuando era muy pequeña.
No me imaginaba a Roy metido en una prisión, la verdad. Se le veía bastante bonachón, de carácter justiciero y con una moralidad impecable. Seguro que había una buena razón para que estuviera en un lugar así, no le veía quebrantando la ley porqué sí.
Y esa tal Kori de la que hablaba era la ex de Roy, una despampanante mujer que parecía una modelo sacada de una revista de bikinis. ¿Qué clase de relación tendrían esos tres? Cuando Roy hablaba de aquella época se le iluminaban los ojos, llenos de nostalgia. Estaba claro que ambos echaban de menos la compañía del otro, pero algo debió de pasar para que el famoso grupo de los Outlaws se separara. Umh… ¿Sería algo tan clásico como un lío de faldas? No quería ser malpensada (aunque suelo acertar bastante en estas cosas), pero quizás la pelirroja medio desnuda tuviera algo que ver en la ecuación. Los tíos pierden rápidamente la cabeza cuando tienen un par de tetas delante, y conociendo a Roy, que era capaz de intentar ligar con una piedra, no hubiese sido tan extraño…
Me sentí ligeramente culpable cuando Jason se atragantó con la cerveza. Tampoco quería meterme en su vida privada, apenas le conocía. Lo mejor sería que nos centráramos en la misión y dejáramos los sentimentalismos para más tarde.
—Sí, claro, ahora mismo te lo dibujo…— alcé una ceja, respondiendo con ironía a su comentario sobre el robot gigante. Menuda imaginación tenía. — Es un poco más complicado de lo que parece a primera vista. Para ello, primero tendría que diseñar muy bien al robot y tener muy claro cómo funciona tanto por dentro como por fuera. Y no tengo ni idea de ingeniería robótica, así que… — me encogí de hombros. — De momento sólo puedo crear cosas sencillas y con mecanismos no demasiado complicados... — expliqué. Todavía me acordaba del día en que dibujé una pistola cuando atacaron el parque de atracciones y me explotó en la cara de lo mal diseñada que estaba…
Me llamó la atención el dibujo del folio, y esbocé una ligera sonrisa cuando me lo entregó. Parecía que lo hubiese hecho un niño de cinco años, pero se le notaba el esmero y la ilusión en los trazos.
—¿Crees que a Batman le importará que usemos sus derechos de imagen? ¿O nos denunciará después de ver el prototipo en acción? — sonreí, divertida, la cerveza estaba haciendo su efecto, y entre broma y broma, íbamos aliviando cada vez más la presión que ejercía sobre nosotros la difícil situación de la invasión demoníaca. —
— Tienes razón, deberíamos prepararnos lo mejor posible si vamos a enfrentarnos a una horda de demonios, pero no había pensado en el traje… — de hecho, pensaba en usar el de Chroma, pero sería una buena idea hacerle algunas modificaciones antes, teniendo en cuenta que ésta misión iba a ser más peligrosa que todas las anteriores juntas. — No es la primera vez que hago un traje especial, pero necesito mis instrumentos y un par de horas como mucho. Ah, y también tus medidas ¿Te parece bien? — le miré, totalmente convencida de que podría hacerlo. — ¿Te importa si abro un portal a mi casa y trabajamos los dos con un pie aquí y otro allí?
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 22nd Enero 2020, 23:16
Un fuerte sonrojo apareció en mi cara al descubrir la cagada que había hecho con el perro, carraspeando intenté quitarle peso al asunto:-Ejem,si, le pega más ese nombre.-volví a rascarme la nuca nervioso, entre esto y el dibujo debía pensar que era un cabeza de chorlito, buena esa Todd.
-Vas un poco fastidiada en el concurso de peor familia, mi padre ingresó en la cárcel y no volví a saber de él casi desde que tengo uso de razón, y mi madre era una yonki que me vendió al propio Joker, y digamos que no salí muy bien parado-dije esto último sin fuerzas, casi susurrando. Aún no había pasado una noche en la que fuese capaz de conciliar el sueño tranquilo sin que me viniesen imágenes del payaso moliéndome cada hueso y el maldito sonido de la palanca golpeando constantemente.
Por instinto aumenté la fuerza de agarre de mi mano, casi rompiendo la muñeca, pero por suerte Elysia hizo que me distrajese volviendo a hablar sobre sus poderes, los cuales eran sin duda fascinantes. La chica era un arsenal mágico andante cuyo único límite era su imaginación y los conocimientos que poseyese, sin duda iba a ser de gran utilidad en la lucha.
-Hazme caso, Batsi no pondrá pegas-señalé el símbolo en mi pecho para al instante recordar su pérdida y dejé reposar mi mano sobre el corazón.-Mi historia fraternal no acaba aquí, porque...¡plottwist!, Batman se volvió mi padre adoptivo, y ahora que esos capullos se lo han cargado, tengo el doble de razones para darles por culo a cada uno de ellos-solté sin tapujos dando un último trago a mi cerveza. Normalmente no diría nada de esto, pero la birra me estaba afectando, o quizás fuese la botella de vodka previa que me había tomado justo al llegar para intentar aliviar un poco mis problemas.
-¿Primera cita y ya me pides que me quede desnudo mientras me manoseas? Si que es usted atrevida señora Stavridis-la vacilé mientras hacía el amago de quitarme la camiseta.
-Que va es coña tranquila, muchas gracias por la ayuda, te debo una o más birras como mínimo, eso si sobrevivimos claro. Tú eres la que manda jefa, con tal de tener una buena armadura para patear culos, como si tengo que saltar a la pata coja entre dimensiones-volví a vacilar mientras una sonrisa se formaba en mi cara. Después de lo de Bruce me había entristecido un poco, pero entre el alcohol y la agradable compañía, mis ánimos estaban volviendo.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 6th Febrero 2020, 15:50
No quería ganar ningún concurso, y menos quedarme con el premio al peor padre del año. Estaba claro que Jason tenía todas las de ganar con la lectura de cartilla que acababa de hacerle a su familia. Parecía que estuviera sacada directamente de un informe policial, y no me extrañaba nada que el chico hubiera acabado desquiciado después de estar cara a cara con el Joker. Eso sin contar con su extraño gusto por las armas de fuego.
—Jo-der— me salió del alma mientras lo explicaba, y palidecí de inmediato ante la mención del Joker. Había leído las noticias, y se le consideraba uno de los peores criminales que tenía Gotham. Esa ciudad no existía en mi universo de origen, pero cuando puse un pie en Omega, me fue imposible no saber quién era Batman y su variopinto grupo de villanos. Y más siendo yo una friki de los cómics de superhéroes.
— Pero… ¿Estás bien?— le pregunté, preocupada. No sonaba nada bien eso de que no salió muy bien parado. Todo era posible cuando se trataba del Joker. Aunque quizás me estaba metiendo donde no debía y lo mejor era hablar de otra cosa. — He oído por las noticias que hace poco escapó del sanatorio ese, el Arkham Asylum creo que se llama…
Me acerqué a una de las paredes libres para abrir un portal que nos trasladara directamente a mi piso, mientras Jason seguía explicándome su historia, cuando de pronto, se me rompió la tiza a medio camino de completar el círculo.
—¿QUÉ TE ADOPTÓ BATMAN? —Inmediatamente, giré la cara para mirarle con los ojos bien abiertos de la impresión. Cuando pensé que eso era todo, vino la otra bomba— ¿CÓMO QUE SE LO HAN CARGADO? — volví a flipar.— ¿Pero quién demonios eres tu? — exclamé, ya atacada de los nervios con aquella información tan difícil de digerir. Definitivamente, aquel Plot twist me había desarmado por completo.
Volví la mirada de nuevo a la pared, observando el estúpido garabato que acababa de dibujar y borré con la mano la última línea deforme. Dejé entrar aire en mis pulmones, para luego expulsarlo con algo más de calma. Vale, concéntrate Lyz. Esta vez conecté los dos extremos de la línea de tiza a la perfección, y el círculo brilló al cabo de unos segundos. Al otro lado aparecieron imágenes de un amplio y acogedor salón a medio recoger.
Sin perder el tiempo, cruzamos por el portal de la pared hacia el otro lado, y en un instante ya estábamos en mi piso de Nueva York.
— Yo no tengo una base molona de esas que soléis tener los vigilantes nocturnos, pero al menos te puedo ofrecer té y un sofá — le sonreí, pensando para mis adentros que era mejor que estar sentados en aquel maltrecho colchón del suelo.
Entré un segundo en mi habitación y cogí todos los utensilios y bártulos de dibujo que necesitaba para realizar la operación, y después salí por la puerta cargada con el típico papel de embalaje de color marrón-cutre que usábamos en la universidad para hacer esbozos de modelo al natural.
—¿Primera cita y ya me pides que me quede desnudo mientras me manoseas? Si que es usted atrevida señora Stavridis
—¿Eh? — noté como en un segundo, el rubor me llegaba hasta las orejas y fruncí el ceño al instante. — ¡Ni se te ocurra hacer eso!— le tiré una de las gomas que llevaba encima para que dejara de subirse la camiseta. Es que encima era guapo el tío, menudo morro tenía. Menos mal que era una broma, porque si no lo llegaba a ser, lo siguiente que le iba a arrojar era el tocho de psicología que tenía Elissa en la estantería.
— Luego si quieres te hago el tour de los invitados, pero primero necesito que te coloques aquí...— le indiqué que se pegara contra la pared del salón, y es que había forrado toda la superfície vacía con el papel de embalaje, de la misma forma que cuando creé a N meses atrás. La altura del papel marrón quedaba justo unos centímetros por encima de la cabeza de Jason, para poder cubrir todo lo que necesitaba dibujar.
— ¿Sabes lo típico de cuando eres crío de dibujar tu propia mano poniéndola encima del papel y resiguiendo los bordes con el lápiz? Pues voy a hacer lo mismo pero con la forma aproximada de tu silueta. Así que estate quieto y no te muevas — advertí, con aire de profesionalidad— Cuanto más detallado y realista sea el traje, mejor funcionará.
Dicho esto, cogí un carboncillo y totalmente concentrada, empecé a reseguir la figura de Jason. Tracé primero la cabeza, cuello y hombros, mientras iba marcando fuera del papel las líneas clave que necesitaría rellenar después; como la clavícula, la altura del pecho y la cadera. Después bajé hasta la pierna, rodillas y botas, hasta que finalmente completé de forma aproximada la silueta de mi compañero.
— Listo, ahora te mueves un poco a la izquierda y te colocas de cara a la pared, como un niño castigado. — bromeé. — Tengo que coger las medidas para hacer la armadura por la parte de atrás, y ya habremos terminado y podrás descansar.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 11th Febrero 2020, 11:01
-Lamentablemente todos los maníacos tienen suerte, pero mis aliados también se van a encargar de él mientras nosotros vamos a por Roy y el resto de rehenes, nunca rechazaría la oferta de volver a darle una paliza a ese cabrón, pero Roy es prioritario-
Sonreí ante la reacción sobre todo mi pasado, claramente era demasiada información para digirirla al momento, y tenía ganas de ver como reaccionaría ante tantos bombazos seguidos.
-Me alegra saber que la hiperactiva lengua de Roy se calló sobre mi pasado, pero si vamos a meternos en la boca del mismo infierno, prefiero tener 100% de confianza en quien me cubre las espaldas, así que ahí va: Soy el segundo Robin,el malote que murió y fue sustituido en un abrir y cerrar de ojos. Parece que era demasiado cabezota para quedarme fiambre y volví al mundo de los vivos, tuve una etapa "rebelde" y ahora mismo se podría decir que vuelvo a llevarme con mi disfuncional familia. Bruce me adoptó cuando siendo una rata callejera le eché los cojones de intentar robarle las ruedas a su cochazo, el resto es historia-dije nostálgico recordando los buenos tiempos que había pasado a su lado antes del accidente con el Joker.
-Bruce y casi toda la Liga de la Justicia cayó ante los demonios poco después de empezar la invasión. Así que prácticamente la última línea de defensa de la humanidad somos nosotros, sidekicks fracasados o héroes novatos, pero sin presión- dije en todo de broma al final para quitar hierro al asunto, se veía que Elysia era nueva en esto y no quería meterle aún más tensión de la que ya tendría.
Me quedé boquiabierto ante la apertura del portal, dudando un poco de entrar hasta que vi a Elysia a salvo en el otro lado, dando el paso que me llevó al acogedor salón de la Stavridis.
-Si llamas base molona a esa pocilga donde duermo y guardo la munición, esto es mejor que la jodida Batcueva-declaré mientras echaba un vistazo a la habitación mientras Elysia desaparecía en busca de sus materiales.
Mientras me reía esquivé la goma y seguí sus instrucciones colocándome en la pared.
-Mmm,depende en que habitación acabe el tour-seguí coqueteando mientras la miraba fijamente aprovechando que los dos estábamos muy cerca debido a que me estaba pintando las clavículas.
Normalmente no actuaría como un mujeriego empedernido, en la familia con tan solo Grayson nos bastaba y sobraba, pero tenía que admitir que la chica era muy atractiva y pocas veces podía charlar con una mujer que no estuviese intentando matarme. Aunque no sabía exacto su relación con Roy, por lo que en parte me sentía mal por mi actitud, aunque estando borracho estaba desinhibido. El bros before hoes me rondaba por la cabeza cada vez que pensaba en la dibujante, pero era ver esos ojos azules eléctricos y una parte de mi quería mandarlo a la mierda y hacer una locura que no signifique un tiroteo posterior por primera vez en mucho tiempo.
-No sabes la de veces que los polis me ponían así en mi infancia,aunque reconozco que nunca me tocó una tan guapa. Aunque quizás el que no me estés dando una paliza con una porra suba levemente la valoración-seguí bromeando mientras me colocaba mirando a la pared.
Dejé que pasase un poco de tiempo en silencio mientras me mentalizaba para hacer la pregunta que no me paraba de comer la cabeza...
-Y bueno,cuéntame, Roy te ha dado con su flecha del amor o solo tienes la mala suerte de ser su amigo como me pasa a mi-intenté decir de forma casual mientras un sonrojo aparecía en mi cara, agradeciendo estar mirando hacia el lado contrario para que no lo notase.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 11th Marzo 2020, 18:20
Esbocé una ligera sonrisa. Me parecía muy tierna la manera en la que Jason hablaba de su mejor amigo. Minutos antes, su voz se había endurecido a causa de lo que le hizo el Joker, pero estaba priorizando a Roy a pesar de las ganas que tenía de vengarse de aquel maníaco homicida. Cada vez me sentía más tranquila al lado de Jason, supongo que influía el hecho de que fuera el mejor amigo de Arsenal. Y eso que la primera impresión no había sido demasiado buena, pero tenía la intuición de que se hacía el tipo duro más que serlo de verdad. En el fondo se le veía un tío guay, con sentido del humor y que la vida le había apalizado más de una vez…
— Así que Jason Todd, el segundo Robin y Red Hood son la misma persona… — parpadee varias veces, intentando despertar de mi incredulidad. Me costó bastante digerir toda aquella información, y seguramente mi cerebro necesitaría unos cuantos días para asimilar todo lo que me había contado Jason. Ahora mismo mi cabeza tenía demasiadas cosas en las que pensar, y muy poco tiempo para ejecutarlas correctamente. Debía centrarme en hacer las armaduras y focalizarme en el rescate de Roy o no acabaríamos nunca.
— Gracias por contarme todo esto. Me imagino que no ha sido fácil para ti, pero no te preocupes que guardaré el secreto. — prometí, con una sonrisa dulce en los labios. Me sentí abrumada con la repentina confianza que el chico había depositado en mi persona. Yo, en cambio, no podía corresponderle de la misma manera aunque quisiera. Era muy reservada para estas cosas, y me costaba hablar con los demás, exponerme y explicar con palabras mis sentimientos. Eso sí, era muy buena escuchando a los demás y guardando secretos — Puedes confiar en mí, y aunque yo no tenga ningún secreto revelador sobre mi pasado que te pueda resultar interesante... siempre podemos hacer un café y charlar tranquilamente otro día para intercambiar batallitas… —reí, aunque luego mis ojos se clavaron en el suelo con algo de desánimo. — Si salimos vivos de esta, claro…
No era nada esperanzador que el jodido Batman y la poderosa Liga de la Justicia hubiera caído ante la invasión demoníaca. Lo más probable era que acabáramos siendo pasto rico y suave para los demonios. Joder, y yo que quería terminar el capítulo del webcomic para mañana… mierda de vida super-heróica.
— Mmm, depende en qué habitación acabe el tour...— susurró el moreno cerca de mi oído, con una voz muy sensual.
De pronto mi corazón se saltó un latido y tragué saliva al instante. Fui demasiado consciente en aquel momento de la cercanía de Jason, y de cómo me estaba mirando. Sus ojos azules estaban casi engullidos por la negrura de su pupila, con una intensidad que me dejó sin aliento. Casi se me tuerce la línea al pasar la tiza por su clavícula, pero intenté con todas mis fuerzas mostrarme impasible en la medida de lo posible.
— Acabarás de una patada en el balcón si vuelves a decirme otra tontería de esas… — le lancé una mirada asesina a pesar de que notaba mis mejillas ligeramente encendidas. ¿Me estaba tirando la caña o es que se le había subido la cerveza a la cabeza? Apenas había bebido, pero tampoco me conocía de nada, así que aposté por la segunda opción. Quizás ya se había tomado algo antes de que yo llegara a su piso franco.
Cuando se colocó contra la pared, volvió a lanzarme otro piropo, y dejé escapar un suspiro de resignación para después poner los ojos en blanco.
— Ahora ya sé porqué eres amigo de Roy… — susurré, mientras trazaba una línea cerca de su espalda y luego bajaba hacia la cintura. Ambos chicos hacían demasiadas tonterías cuando tenían a una chica delante. Pero tenía que admitir que lo de Roy era ya otro nivel, mira que chocarse conmigo en la calle porque estaba empanado mirando a una rubia despampanante… hombres.
Después vino la pregunta incómoda y aquello sí que me hizo reaccionar como una adolescente en plena crisis emocional.
— ¿Qué? ¡NO! Osea… — el rojo tomate se me había subido hasta las orejas, menos mal que tenía a Jason de cara contra la pared porque sino me hubiera muerto de la vergüenza. — Quiero decir, no es mala suerte tenerle de amigo. Yo me alegro mucho de conocerle… — tragué saliva, intentando enterrar todo ese torbellino de sentimientos incómodos que empezaban a trepar hasta mi pecho. Una parte de mi sabía que en el fondo estaba coladita por él, y la otra luchaba por ahogar todas esas emociones innecesarias e inútiles. Nunca antes me había gustado tanto un chico, pero yo sabía que no debía alimentar aquel fuego porqué tenía la certeza de que no llegaría a ninguna parte. Que Roy no se fijaría en mí de esa manera estando rodeado de chicas mejores que yo, superheroínas increíblemente guapas y fuertes, o alienígenas de piel bronceada con cuerpo de infarto. Los chicos atractivos como Roy y Jason jugaban en otra liga. Jamás se fijarían en una chica normal. Además de que la experiencia ya me lo había demostrado antes. Nadie en su sano juicio había intentado coquetear conmigo antes, normalmente era yo la que se sentía atraída por alguien que luego no me convenía.
— Roy es uno de mis mejores amigos… — conseguí explicar, finalmente, cuando pude ordenar toda esa amalgama de palabras inconexas que habían surgido de aquel torbellino de sentimientos contradictorios. — Es de las pocas personas con las que me siento realmente bien y puedo ser yo misma… — terminé de hacer la última línea de su silueta y le pedí a Jason que ya podía relajar la postura. — Así que no tienes nada de lo que preocuparte, Roy es todo tuyo… — bromeé, alzando una ceja mientras esbozaba una sonrisa pícara para después soltar una carcajada. Aquello alivió mis nervios y volví a sentirme algo más cómoda con la conversación.
— Vale, ahora solo tengo que rellenar los huecos y ya tendrás tu traje… — le expliqué, empezando a trazar algunas líneas auxiliares para tener un esquema básico antes de pintar la armadura. — Te doy permiso para que abras la nevera, cojas lo que quieras y te sientes en el sofá si te apetece descansar un rato.— le propuse, esbozando una sonrisa amable. — Voy a tardar un par de horas como mucho, pero podemos seguir charlando un rato más si quieres. Por suerte, las mujeres sabemos hacer dos cosas a la vez.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 12th Marzo 2020, 01:42
-Ey tranquila,si yo salí como nuevo de mi tumba,tú vas a poder pasarte por el forro a todo demonio que te pase por delante.En serio,si perdemos la fe estamos jodidos,es difícil pero no imposible,tu confía.-dije intentando animarla mientras realizaba el mítico gesto de chocar el puño.
Tras eso,mis flirteos aumentaron,viendo como ella caía picada ante todos ellos,sacándome un par de sonrisas. La verdad era que me parecía adorable cuando me echó la mirada asesina,mira que había sido víctima de miles de ellas a lo largo de mis años como vigilante,pero ninguna que generara en mi tanta ternura.
Finalmente di en la tecla que hizo disparar todas las alarmas en la cabeza de Elysia,Roy. En parte no pude evitar sentirme decepcionado al notar la reacción nerviosa que tuvo,quisiera o no admitirlo,la dibujante sentía algo por el pelirrojo,y yo no era nadie para meterme entre ellos. Aunque me costase iba a tener que reducir mis coqueteos,aunque el alcohol en sangre que tenía no es que ayudase mucho.
-Si tú lo dices querida,aunque ¿segura que no hay un ticket de devolución?-volví a bromear para intentar quitar hierro al asunto y reducir la tensión que se estaba palpando anteriormente.
-A sus órdenes general Yo si que sé hacer dos cosas a la vez-me burlé mientras imitaba un saludo militar y me acercaba a la nevera para sacar dos cervezas, las cuales abrí con la boca ofreciendo una a Elysia mientras me sentaba en el sofá de la sala.
-Ahora en serio,gracias por la ayuda.El cuero es molón y tal,pero para luchar contra demonios creo que me iba a ser igual de útil que ir con solo una toalla. Pero bueno,dejemos de hablar del Apocalipsis y esos rollazos, me habías dicho que tu vida era mazo aburrida pero no me lo creo,todos tenemos nuestros chutes de adrenalina. Ya que yo te hice un monólogo sobre mi lastimosa vida,háblame un poco de ti Sra.Stradiviris,aunque si prefieres seguir en el misterio puedo empezar a chulearme de todas las cicatrices raras que tengo-seguí bromeando mientras daba un largo sorbo de mi cerveza.
Tenía ganas de que se abriese un poco conmigo,últimamente conocía a poca gente con la que hablar que no fuesen matones a los que interrogaba para luego plantarles un tiro,por lo que un poco de cháchara me vendría bien antes de de afrontar el fin del mundo.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 12th Marzo 2020, 13:51
No pude evitar esbozar una sonrisa ante las bromas de Jason. El muchacho abrió la nevera con interés, hasta encontrar lo que andaba buscando. Abrió las dos cervezas, sin usar el maldito abridor (debía de ser alérgico a él), y me ofreció una. Me lo pensé dos segundos antes de agarrar el frío cristal amarronado, y es que no sabía si me convenía tomar otra bebida alcohólica, aunque era cierto que era lo único que parecía aplacarar los pensamientos de una posible muerte a manos de los demonios.
Estaba dispuesta a hacer lo imposible para salvar a Roy, incluso meterme de cabeza en una guarida infernal de sectarios psicópatas que adoraban a ese tal “Blood”. No tenía ni idea de lo que nos esperaría allí dentro, y tampoco me sentía preparada para ello. Jamás me había enfrentado antes a un demonio, y no me consolaba nada en absoluto saber que la Liga de la Justicia había perecido bajo su mano. Si Batman no lo había logrado… ¿Cómo lo íbamos a hacer nosotros?
Jason tenía razón, no podía perder la esperanza. Si flaqueábamos ahora todo estaría perdido antes de empezar. Hasta ahora había tenido mucha suerte; había sobrevivido a una invasión alienígena, pasado una noche entera bajo la oscuridad de Nox, me enfrenté cara a cara con el Adversario de Villa Fábula (aunque la cosa no terminó demasiado bien) y conocí a muerte de los jinetes del apocalipsis… creo que está bastante bien para ser solo suerte. Podía haber muerto en cualquiera de esas ocasiones y aún así, aquí sigo. Compartiendo una cerveza con el mercenario de Red Hood mientras planeamos meternos en otro lío…
—Idiota… — sonreí, esta vez algo más animada, y choqué el puño de mi compañero cuando me lo ofreció. Volví a ignorar los piropos de Jason y le di un trago a esa cerveza fresquita. El moreno no tenía remedio…
Seguí escuchando su palabrería mientras preparaba las cretas y las barras de pastel de color rojo, blanco y negro, dejándolas descansar encima de la mesa. Agarré la de color rojo y me acerqué de nuevo a la pared donde descansaba el papel de embalaje con el dibujo de la armadura de Jason. Tracé las cuatro líneas que faltaban para resaltar el símbolo de Batman que había en el pecho, y empecé a rellenarlo con el intenso tono del rojo escarlata.
— Agradécemelo cuando esté terminada y funcione… — le advertí, no todos mis dibujos funcionaban al cien por cien, pero dedicándole tanto tiempo de preparación, aumentaría las posibilidades de que le protegiera bastante más que ese uniforme de motero que llevaba.
— No deberías estar orgulloso de eso... — me permití soltar una pequeña carcajada cuando Jason empezó a hablar de sus cicatrices. Tenía que reconocer que el chico tenía buen sentido del humor y empezaba a cogerle el tranquillo a su personalidad tan particular.
— Vale, empezaré por el principio. En resumidas cuentas; nací en la ciudad de Atenas, al otro lado del charco. Mi padre se marchó de casa cuando tenía seis años y no volví a verle jamás. Mi madre a veces me saca de quicio porque es una persona con dependencia emocional y necesita en su vida una figura masculina para sentirse segura y completa. Mi época de instituto fue un maldito infierno, y nos fuimos a vivir a los Ángeles, donde me saqué la carrera de Bellas Artes. Después me harté de los estúpidos ligues de mi madre y me mudé a este piso de Nueva York, donde encontré trabajo en una editorial de cómic. Estuve muchos años dibujando para ellos hasta que me harté de lo miserables que eran las condiciones de trabajo, y ahora soy autónoma y me dedico al cómic online. — expliqué de una tirada. Por supuesto, me salté las partes incómodas de mi vida. No me gustaba hablar de mi misma, y pensé que con ese resumen conseguiría saciar la curiosidad de Jason.
— Bueno, como ves mi vida es bastante normal en comparación…
Cuando creí que no podría haber aburrido más al sidekick de Batman, que de seguro había vivido mil y una aventuras emocionantes, la puerta del piso empezó a abrirse lentamente hasta revelar a un joven muy apuesto, de cabello rubio ceniza y ojos azules.
— Ya estamos en casaaaaa— dijo Ene medio canturreando. — ¿Sigues en la cama, Lyz? Creo que ya va siendo hora de levantarseeeee
—Oh, Mierd…
De pronto, un gigantesco Malamute de Alaska de 50 kilos y metro y medio, corrió con todas sus energías hasta el sofá y se abalanzó encima de Jason para lamerle en toda la cara.
—¡Lycos! — abandoné el dibujo tan pronto como vi el desastre, y me tiré también al sofá para coger a mi perro de mentira del collar y liberar al pobre chico del ataque inevitable de mimos.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 13th Marzo 2020, 17:30
-Le echaste cojones,espero que te vaya bien.Si necesitas un superhéroe molón para dibujar, ya tienes mi número-seguí bromeando cuando de repente un tío entró en el piso,para acto seguido ser atacado a base de lametazos por una colosal bola de pelo que daba por hecho que era la famosa mascota de Elysia,Lycos.
Rápidamente cotraataqué haciendo numerosas cosquillas a Lycos,el cual pareció disfrutarlas, comenzando a girar hasta que me dejó la tripa al aire,momento en el que empecé a acariciarla. Parecía que mi nula capacidad social con personas había sido compensada con caerle bien a los animales,y casi que mejor,estos al menos no decían tantas gilipolleces.
-¿Y se supone que tú eres capaz de aguantar de la correa a esta adorable mole? Ya me dirás donde escondes los músculos-dije mientras me levantaba del sofá para darle una última caricia en la cabeza a Lycos.
Tras eso me giré hacia el recién llegado,parecía el mítico influencer de Instagram sin tan solo una imperfección en la cara, aunque no pude evitar notar algo extraño en él. Sabía que era demasiado tarde para ocultar los diseños de la armadura y el casco,por lo que tendría que asegurarme que el tipo no hablase.No obstante Elysia no parecía muy preocupada por su presencia,por lo que suponía que sería de confianza.
-Buenas,soy Jason Todd-dije mientras me acercaba y le apretaba la mano de manera un poco ruda,para dejar claro que no me andaba con coñas
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 10th Mayo 2020, 17:53
Lycos es un perro de mentira. Sólo los que vivimos en esta casa sabemos que está hecho de papel y tinta, y eso le convierte en algo muy especial. Tiene un olfato y un oído increíbles, pero lo más alucinante de todo, es que es capaz de distinguir a las personas que no son de fiar. Aunque normalmente se muestra siempre amigable, Lycos gruñe y ladra con frecuencia a los desconocidos. No es un perro que se dejaría acariciar de buenas a primeras. Por eso, me quedé bastante parada cuando Jason le atacó con cosquillas y el malamute le llenó de babas en respuesta.
Respiré aliviada al ver que aquel animal de 50 kilos había reaccionado pacíficamente ante la presencia de Jason, y no pude evitar esbozar una sonrisa divertida al verles jugar. Eso me confirmó dos cosas: la primera, que Jason era buena gente. La segunda, que le encantaban los perros. ¿No puedes ser mala persona si te gustan los animales, no?
— Perdona… es demasiado entusiasta y no controla mucho su fuerza… si Lycos te molesta, sólo tienes que decírmelo— me levanté del sofá, dejando a los dos machos jugar.— La mayoría de veces suele hacerme caso cuando le doy una orden… pero está claro que no lo hace siempre...—dejo escapar un largo suspiro, y de pronto recuerdo el día en el que Roy me tiró el café encima en mitad de la calle. Lycos aprovechó el encuentro para escaparse y corretear por la avenida principal hasta toparse con una abuelita y su atracador… ¿Tendrá también un olfato contra el crimen?
Cuando Ene dejó el abrigo en el recibidor y entró al salón, Jason se acercó a él para estrecharle la mano, lanzándole una mirada furtiva llena de desconfianza. Me mordí el labio algo incómoda por la situación, se podía palpar la tensión del moreno. Pero el rubio no pareció darse cuenta y respondió con una sonrisa de anuncio de dentífrico. N apenas notó la fuerza que Jason ejercía en su apretón, seguramente porqué su nuevo cuerpo poseía una resistencia asombrosa.
— Hola, amigo, yo soy Nikandros...— Bien. Hasta ahí bien, al menos recordaba cómo debía presentarse ante los desconocidos. Pero entonces siguió— El novio perf…
—Es el novio de mi hermana Lissa. —le corté al instante, al ver que estaba a punto de meter la pata. Y de pronto, N suspiró enamorado y volvió a sonreír, de una forma todavía más radiante, como si realmente estuviera proyectando luz desde su perfecta dentadura.
— Ah, mi querida Elissa Stavridis…es una mujer tan maravillosa... —dijo con la mirada perdida, como si estuviera soñando despierto.— Estoy deseando que termine pronto de trabajar para poder prepararle algo rico de cenar. Algo que la haga sentir la persona más especial del mundo, y que me recompense con una de sus preciosas sonrisas, para finalmente perderme en la profundidad de sus ojos azules...—de pronto se detuvo, como si recordara algo.— Oh, claro que también cocinaré para ti, Lyz, no te preocupes. Tú no eres menos que tu hermana, eres una mujer hermosa, fuerte, magnífica y…
Puse los ojos en blanco y después me llevé la mano para ocultar mi rostro, sintiendo una terrible vergüenza ajena. Odiaba cuando N se ponía en el modo adulador, no entiendo cómo había adquirido esa personalidad tan inaguantable, y eso que yo misma le había creado. Pero su estúpido discurso de enamorado me dio una idea. Revisé la hora en mi reloj de muñeca y después miré en dirección a Jason, esperando que no hubiera escapado al baño a vomitar arcoiris tras conocer a Nikandros.
— Jay, ¿Te parece si hacemos un descanso? Pronto será la hora del almuerzo y estaba pensando que quizás te gustaría quedarte a comer...— propuse, la verdad es que me empezaban a rugir ya las tripas a aquellas horas.
— No sabía que hoy ibas a traer amigos a casa, sino hubiera preparado algo… — dijo el muchacho con asombro en sus perfectos ojos azules.
— Yo tampoco lo sabía...— confesé, y después le guiñé el ojo al segundo Robin. Habían pasado demasiadas cosas inesperadas esta mañana.—Jason y yo somos compañeros de “trabajo”, ya sabes.— maticé, y el rubio pareció pillar la indirecta. — Probablemente vayamos a necesitar el salón toda la tarde, así que si quieres puedes ir luego a dar otro paseo con Lycos…
Nikandros me miró, después miró a Jason, después me volvió a mirar, hasta que desvió la mirada de nuevo hacia el moreno y finalmente cayó en la cuenta de algo y me sonrió.
—Ah… ya, sí. Es verdad. ¡Hoy tengo planes! Así que no os preocupéis, podéis trabajar tranquilos. — comentó, con una de sus radiantes sonrisas.
A pesar de que era un poco corto de mente, sabía que podía confiar en Nikandros. Era amable y de buen corazón, y entendería perfectamente la situación en cuanto se la explicara más tarde. Pero ahora mismo era demasiado incómodo tenerle en casa. Seguramente Jason se haría muchas preguntas si no le veía comer o si se comportaba de una manera extraña, casi artificial, y no quería darle explicaciones en este momento. Ahora mismo teníamos cosas más importantes que hacer.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 15th Mayo 2020, 02:17
Sorprendido noté como el rubito no soltaba ni un leve gemido por la excesiva fuerza del apretón, si no que era todo lo contrario, devolviendo la fuerza sin problema alguna mientras mantenía esa sonrisa petulante en su rostro.
De repente parecía que el espíritu del Grayson adolescente había poseído al tío comenzando a soltar piropos como si fuese una ametralladora. Por suerte la dibujante le calló la boca antes de que tuviese que hacerlo yo, siendo sincero podía aguantar que dijese todas esas gilipolleces sobre la tía que no conocía, pero no podía evitar mostrarme molesto cuando comenzó a lanzar ficha tras ficha a Lyz. Claramente era todo por Roy, se suponía que había algo entre mi pelirrojo favorito y ella, no tenía nada que ver con que en apenas un par de horas se hubiese abierto más con Liz que con muchas personas en años y que esos ojos azules le hayan robado el aliento; por su puesto que no.
Rápidamente deseché esos pensamientos mientras un leve sonrojo cubría mi cara, por suerte Liz cambió rápidamente de tema, invitándome a comer.
-La verdad es que te lo agradecería, debo llevar como un mes tomando solo comida basura, y estos abdominales no se pueden mantener solos-bromeé mientras daba unas palmaditas a mi abdomen.
Una ceja se me levantó al instante al oír como sugería al recién llegado irse con el perro para dejarlos solos. Cosa que el tal Nikandros obedeció sin rechistar, cogiendo de nuevo la correo del perro y despidiéndose con otra gran sonrisa. Que raro era.
Decidiendo dejar de pensar en el fulano, me acerqué de nuevo al sofá.
-¿Así que para ti solo soy un compañero de trabajo? Y yo que pensaba que teníamos una conexión que trascendía las simples palabras- me burlé imitando la voz de N mientras dramáticamente señalaba mi corazón y me dejaba caer sobre el sofá.
-¿Qué tenemos hoy en el menú? ¿Alguna sugerencia de la chef? ¿Quizás necesite un poco de ayuda?-le dije mientras le miraba a los ojos.
Decidido, quizás un poco condicionado por el alcohol, no esperé su respuesta y me dirigí a la cocina para rebuscar en los cajones hasta localizar dos platos con sus respectivos cubiertosy colocarlos en la mesa. Tras eso me acerqué a la nevera y saqué otras dos birras, las cuales abrí con la boca para repetir el proceso anterior y colocarlas en la mesa.
-No es que sea un cocinitas, pero lo mínimo que podía hacer era ayudarte con los platos-dije un poco avergonzado al darme cuenta que quizás me había tomado demasiada confianza con su espacio personal.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 23rd Julio 2020, 20:49
Finalmente, Nikandros se despidió. Agarró su gabardina de color mostaza y se la colocó en el hombro mientras miraba con aires de enamorado al infinito. Aquella actuación reforzaba aún más su aspecto de Dandy rompe-corazones. Nos dedicó un gesto con la mano y rápidamente Lycos marchó a su lado con el mismo entusiasmo con el que había entrado en casa, no sin antes, darle un último lametón a Jason.
Cuando se cerró la puerta, sentí un alivio inimaginable. Dejé escapar un suspiro y quise disculparme rápidamente por el comportamiento de mi amigo.
— Perdónale… es que… está muy enamorado de mi hermana y a veces desvaría. — quise restarle importancia a la situación, pero no había lugar a dudas de que Nikandros era un tipo bastante extraño. Menos mal que me había evitado el marrón de explicarle quién era Ene. Quizás algún día tendría la suficiente confianza como para explicárselo con calma y sin que hubiera malentendidos. Pero de momento, ya estaba bien así.
—¿Así que para ti solo soy un compañero de trabajo? Y yo que pensaba que teníamos una conexión que trascendía las simples palabras— se burló Jason en cuanto N cerró la puerta. Se llevó la mano al corazón y se dejó caer al sofá con aire dramático. No pude evitar soltar una carcajada ante semejante imitación. Estaba siendo 100% fiel al personaje.
— Bueno, vamos a arriesgar nuestra vida juntos, creo que es una bonita conexión para conocernos sólo de esta mañana. — sonreí, esta vez sin timidez. Jason era capaz de arrancarme una sonrisa sincera con sus carácter desenfadado y sus descaradas bromas.
No quería adelantar acontecimientos, pero si hacía un poco de introspección, me daría cuenta de que con Jason me sentía más cómoda que con algunas de mis amistades recientes. No es que tuviera muchos amigos en general, siempre me costaba conocer gente nueva. Pero por ejemplo, no podía quitarme esa sensación de inquietud cuando quedaba con Sloan. Y no tenía nada que ver con la existencia de una entidad alienígena tentacular e interplanetaria que vivía dentro de su cuerpo. Creo.
—¿En serio? — pestañeé dos veces, incrédula. Comer una hamburguesa con patatas fritas en un McDonalds de vez en cuando no hacía daño a nadie, pero... — ¿UN MES?— Ah, no. Eso sí que no lo iba a permitir.— ¿Sabes el daño que le estás haciendo a tu salud? ¿No has visto el documental de "Super Size Me"? — señalé en su dirección, justo en el momento en el que palmeaba sus abdominales. No pude evitar hacer una mueca con los labios después de eso. — Hoy vas a comer sano. Voy a prepararte una de mis especialidades. — le respondí con un guiño cuando el moreno preguntó por el menú. — ¿Has probado alguna vez la Moussaka?
No quería complicarme demasiado, así que pensé en algo típico de mi tierra, y que fuera fácil de preparar. Me dirigí a la cocina sin más dilación, y saqué del congelador la bechamel que había preparado el otro día. Sólo tenía que picar la verdura, mezclarla con la carne y el resto de ingredientes, y dejar que se hiciera todo en el horno durante 35 minutos.
Pensaba protestar si Jason no se movía del sofá para echarme una mano. Eso de tener a la mujer en la cocina mientras el hombre miraba la tele en el sofá no iba conmigo. Pero no hizo falta llamar su atención, el moreno se levantó de un salto y empezó a rebuscar en los cajones sin pedir permiso. Lo observé en silencio, curiosa, y en menos de dos minutos ya había reunido todo lo necesario para poner la mesa sin que le diera ningún tipo de indicación previa.
— Se nota que te crió el mejor detective de Gotham... — bromeé, pero la verdad es que me había sorprendido mucho. Mientras colocaba la carne picada sobre las tiras de berenjena, vi de reojo como, por tercera vez en un día, el moreno volvió a hacer uso de su blanca dentadura para abrir las botellas de cerveza. —Está decidido. Te voy a regalar un abridor de botellas para navidad…
Coloqué la bandeja en el horno, y pensé en preparar algo para picar de mientras se hacía la lasaña de carne y berenjenas. Abrí la nevera en busca de alguna idea y sonreí al ver el Tzaziki. Elissa debía haberlo preparado el día anterior, así que lo saqué de la nevera, y piqué un poco de pepino y de cilantro para mezclarlo con la salsa. Unte la mezcla en varias rebanadas de pan y me dirigí a donde estaba Jason para ofrecerle un poco del aperitivo.
—Prueba esto, a ver si te gusta — le acerqué el plato con una suave sonrisa, sin perder detalle de los movimientos del moreno.— A esto se le llama Tzaziki, es una salsa/ensalada típica en Grecia. Lleva yogur griego, pepino, ajo, eneldo, cilantro...— observé como le daba un mordisco sin perder detalle y esperé impaciente a que me diera su veredicto.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 19th Agosto 2020, 21:46
No pude evitar emocionarme un poco cuando ella reconoció que si que había buena química entre nosotros, me alegraba de haberla conocido antes del teórico fin del mundo.
-Hazme caso, cada noche me suceden cosas bastante más perjudiciales para mi salud que que se me obstruyan un poco las arterias por exceso de grasas-bromeé mientras me levantaba la camiseta y señalaba un par de cicatrices de balas o de navajas, mejor una imagen que mil palabras. Tras rozar un par de ellas con los dedos, ya me estaba imaginando un sermón de Bruce sobre que todas esas eran solo fruto de mi imprudencia e incompetencia, pero que le jodan, al final ¿Quién coño seguía vivo de los dos?. Al instante me cabreé conmigo mismo por pensar eso, el cabrón había dado su vida por defender a toda la Tierra mientras que yo seguramente estaría en algún callejón dándole una paliza a un mero camello.
Levanté una ceja curioso ante el extraño nombre:
-Aún no tuve el placer, pero si es una de tus mundialmente famosas especialidades voy a tener las expectativas muy altas-sonreí mientras seguía utilizando un tono burlón.
Tras ayudar a poner la mesa, solté una suave carcajada por su comentario:
-Oh no por dios, el que nos ponía finos si no aprendíamos modales era el bueno de Alfred, nuestro mayordomo. Era bastante gracioso de ver como hasta el mismísimo Batman cumplía cada una de sus reglas si quería cenar esa noche-me reí nostálgico.
Después de meter el plato en el horno, Elysia se me acercó con otro.
-Espero que no llene mucho, tengo que tener todo el estómago preparado para el fino manjar que me estás cocinando-seguí vacilando mientras cogía un poco de pan y lo mojaba en el plato, para luego darle un pequeño mordisco a modo de prueba.
Una fuerte mezcla de sabores inundaron mis papilas, era una sensación extraña, pero me estaba gustando. Rápidamente mojé lo que me quedaba de pan y con otro gran bocado me lo acabé, chupándome los dedos al terminar.
-Delicioso la verdad, esto no ha hecho si aumentar aún más el listón del plato principal, parece que la comida griega no es moco de pavo. ¿También lo has hecho tú?-
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 29th Agosto 2020, 02:23
—Hazme caso, cada noche me suceden cosas bastante más perjudiciales para mi salud que que se me obstruyan un poco las arterias por exceso de grasas...
— Ya, supongo que la vida del superhéroe no es la más saludable del mundo. Aunque... ¿Qué quieres que te diga? Ser contable o administrativo es igual de peligroso. Podrías moriiiiiiirte del aburrimiento…— bromeé, pensando en lo infeliz que sería mi vida si tuviera que dedicarme a cualquier otra cosa que no fueran dibujar cómics. Y la verdad, es que también le estaba pillando el gusto a eso de patrullar las calles de Nueva York junto a mi sidekick Fangirl. Éramos el nuevo dúo dinámico de magical girls.
Pero a ver. ¿Cuántas veces se había levantado Jason la camiseta en lo que llevábamos hablando? ¿Dos? ¿Tres veces? Empezaba a perder la cuenta. Pero esta vez no lo había hecho con intención de coquetear conmigo. Me sorprendió bastante ver todo aquel cuerpo hermoso marcado por la violencia y la rabia. Tenía que haberlo pasado muy mal, no me quiero ni imaginar lo que es sentir como una bala te perfora la piel, rompiendo músculo y huesos. Tenía que ser muy doloroso...
— Has tenido mucha suerte… — le comenté, con un tono de voz más triste y severo. Esta vez no aparté la mirada de su torso desnudo, y me fijé en todas las heridas que salpicaban su pálida piel. Era como ver un cuadro pintado de forma caótica, casi con rabia, dejando que los colores cayeran y resbalaran por su piel sin ningún sentido, sólo expresión. Cuando pasó sus dedos por las heridas, me detuve en la formación de los músculos y me di cuenta de que ninguna herida había alcanzado los puntos vitales, pero por muy pocos centímetros de diferencia.
— No me gustaría que te murieras ahora que nos acabamos de conocer— Tardé en darme cuenta de que me había quedado mirando más rato de lo normal el pecho de Jason. Empecé a enrojecer como un tomate, y como un acto reflejo, me llevé la cerveza a los labios, para desviar rápidamente la mirada hacia la dirección contraria de su existencia, esperando que mi interlocutor no se hubiera dado cuenta de ese pequeño despiste. Por suerte, la conversación siguió por otro lado.
— Espera… ¿Que tienes mayordomo? Bffff — sin poder evitarlo, solté una sonora carcajada. No me lo podía creer, algo así no parecía encajar con la personalidad de Jason, y su solo pensamiento me resultaba demasiado desternillante— ¿Y como es que en todo este tiempo has preferido dormir en un colchón gastado en vez de en una de esas enormes camas con dosel, adornadas con cortinas de terciopelo y perfume de rosas?— bromeé, tratando de sonar igual de irónica que cuando él me hablaba.
Le di otro trago a la tercera cerveza del día. No solía beber tanto y menos tan seguido. Pero de alguna manera, Jason había conseguido que le siguiera el ritmo. Al menos, la sensación de ligereza y de buen humor que me proporcionaba el alcohol, mantenía los nervios a raya y alejaba los pensamientos sobre demonios y sectarios psicópatas.
—Esto es solo un tentempié— le dediqué una suave sonrisa al ver que finalmente le había gustado la salsa de yogur —La Moussaka es más... como una especie de lasaña de carne y berenjena. A ver si te gusta.
Y fue entonces cuando Jason quiso demostrarme la gran aceptación que había tenido el Tzaziki con un gesto que llamó mi atención. Se llevó los dedos a la boca y me fijé en la forma curvada de sus labios. Tuve que contener la respiración ¿La cerveza me estaba subiendo a la cabeza? ¿O es que empezaba a encontrar a Jason muy atractivo?
— Bueno, no he tenido que preparar mucho la verdad, son platos sencillos y la mayoría de ingredientes y salsas ya estaban hechas de días anteriores. Es lo que tiene que haya tres griegos viviendo en esta casa— sonreí, aunque técnicamente Nikandros no fuera griego de nacimiento, más bien era griego de imposición. No le había quedado más remedio que parecerse un poco a su creadora.
El pitido del horno llamó mi atención, y después de darle otro suave sorbo a mi cerveza y dejarla en la mesa, me dirigí hacia la cocina para sacar la Moussaka de la bandeja y partirla en dos trozos iguales. El olor de la cocina llegó hasta el comedor, impregnando el salón de un suave aroma a carne, bechamel y queso parmesano gratinado.
— ¡A comer! — le dije, dejando los dos platos encima de la mesa y sentándome al lado izquierdo de Jason. La verdad es que aquellas horas ya empezaba a rugirme la tripa y casi tuve que contenerme para no devorar el plato. Le dediqué varias miraditas a mi compañero, esperando que estuviera complacido por mi hospitalidad.
Aquella situación era bastante inusual, ya que nadie de esta casa solía traer a mucha gente de visita, y menos a completos desconocidos. Pero con Jason, las cosas se hacían tan fáciles que casi parecía que fuéramos amigos de toda la vida. Creo que era parte de su descarada personalidad, tan arrolladora que aplastaba mi introversión y mi timidez, y me hacía reaccionar a sus gestos y sus palabras. Era como si me fuera incapaz ignorarle.
— Seguro que no es como la comida que te prepara tu mayordomo, pero espero que te guste — volví a bromear acerca de ese tal Alfred. Con ese nombre seguro que tenía pinta de ser un santo. — Todavía no me creo que haya alguien capaz de domar así a Batman. Con lo serio y rígido que parece siempre... bueno, al menos es así en los cómics que he leído sobre él.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 30th Agosto 2020, 00:56
La verdad era que nunca se me había pasado por la cabeza el camino fácil: siendo hijo de Bruce Wayne podría haber ingresado en cualquier universidad privada, sacarme la carrera sin despeinarme y acabar siendo un jefazo administrativo de las miles de sucursales que Wayne Tech tenía a lo largo del mundo. Adiós balas, adiós sangre, adiós a la capucha... Pero tanto yo como el resto de la familia éramos demasiado adictos a la justicia, pena que ninguno de ellos comparta mi punto de vista sobre ella.
Reflexionando casi me pierdo la mirada que Elysia estaba echando a mi pecho descubierto, menos mal que se había tomado su tiempo, lo suficiente como para poder hacer contacto con su mirada y guiñarle el ojo coquetamente.
-Es el mayordomo de la familia, lleva más tiempo que el propio Bruce. Aún no sé como no se pegó un tiro intentando criarnos a todos nosotros, pero por ahora lo más parecido a un lunático que salió de esa casa fui yo, así que bien por el viejo Al-brindé con la birra mientras chocaba con la botella de la griega.
-Respecto a porque no sigo viviendo en casa de papi, digamos que tuvimos demasiadas movidas familiares. Supongo que siempre tuve sangre rebelde, y para estar en una casa donde se iba a juzgar cada paso que doy, prefiero dormir en un colchón que en su defensa es mucho más cómodo de lo que parece. Y tengo que reconocerte que si, había un exceso de terciopelo, pero el olor era más tirando a biblioteca vieja que guarda secretos que a rosas- me reí dando otro trago.
Ya en la cocina, me fijé como la mirada de Elysia volvía a escaparse esta vez en dirección a mi boca mientras chupaba la deliciosa salsa que había preparado.
-Si quieres me puedo encargar yo del postre-dije sensualmente mientras dejaba reposar la cerveza en la mesa y acercaba mis manos a la cintura de la griega mientras mi cara iba poco a poco acercándose peligrosamente a la suya.
De repente el sonido agudo del horno hizo que me separase bruscamente de la peliazul. Avergonzado me toqué el pelo mientras el rojo de mi cara rivalizaba con el de mi casco.
-Lo siento eso estuvo fuera de lugar, y más por Roy. Espero no haberla cagado, no es que tenga muchas amigas, y menos aún que sean unas sastres mágicas de puta madre-intenté aligerar la tensión en el ambiente mientras cogía de nuevo la cerveza y de un profundo trago me la acababa.
Incómodamente me senté y esperé a que Elysia me sirviese un poco, ella al instante atacó al plato muerta de hambre, por lo que seguí su ejemplo. La mezcla de sabores era perfecta, sin duda tenía talento en esto de la cocina.
-Está delicioso, me vas a tener que pasar la receta, si empiezan a servir más de esto en la mansión quizás si que tenga que empezar a pasarme más.-llené mi boca de nuevo para masticarlo con ansias.
-No sabía que ya estaban empezando a rular por ahí cómics suyos, aunque no sé como no me lo esperaba, tiene una jodida licencia de restaurantes de comida rápida en su honor. Prueba el menú Red Hood con extra de salsa picante por cierto, delicioso.-Esta última broma no me ayudó a alegrarme, pensando de nuevo en todo lo que había sufrido Bruce desde joven y como había acabado reducido a polvo. -Crió a Bruce como si fuese su hijo desde antes de que pudiese atarse los cordones por su cuenta, Alfred era el ancla que mantenía la cordura de Bruce y mantenía la familia junta. Y ahora su hijo estaba muerto, mientras que el resto de nosotros estábamos haciendo el gilipollas perdidos por distintas partes del mundo creyéndonos guays-al final de la oración se me escapó un leve temblor, fruto de la combinación de tristeza e ira sobre mi mismo que sentía.
Intentando distraerme me levanté y cogí los dos platos acabados junto a los cubiertos y me dirigí al fregadero para empezar a lavarlos.[/color]
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 30th Agosto 2020, 21:39
— Si quieres me puedo encargar yo del postre…— dijo en un tono que no esperaba. Su voz se volvió más ronca y por un momento pude adivinar su deseo tras esa mirada azul, tan intensa que me contagiaba.
La diversión de aquella conversación acabó en el momento en el que Jason se acercó a mí con aquel descaro tan característico suyo. Le eché la culpa al alcohol y al agradable roce de sus manos sobre mi cintura. Era la segunda vez que aquellos labios me dejaban sin aliento, y me despojaron de cualquier otro pensamiento que no fuera el de que me besara allí mismo.
—Yo no...— conseguí recuperar la cordura en el último instante, justo antes de que nuestros labios se rozaran. Su aliento acarició suavemente mi rostro, y siendo muy consciente de su cercanía, le coloqué las manos sobre el pecho y le empujé con suavidad para poder retirarme de su abrazo.
Mierda, mierda, mierda, mierda, jodeeeeeer. Estúpido alcohol y estúpido e insensible cuerpo humano, que reacciona a los estímulos externos cuando a uno menos le conviene. ¡Maldita sea! ¡Yo no quería eso! No ahora… No con él...
Quería que la primera vez que estuviera con alguien fuera especial, con un chico que me hiciera perder la cabeza. Y aunque Jason me gustaba, apenas le conocía lo suficiente como para entregarme a él. Y estaba claro que por su actitud, el moreno parecía hacer eso continuamente con otras chicas. Con mi personalidad, y mi poca experiencia en ese ámbito, me sentía incapaz de querer un rollo de una sola noche. Pero una parte de mi me estaba gritando que dejara de encajar forzosamente la lógica a mis inestables sentimientos. Que por una vez en la vida me dejara llevar por las emociones y apagara el cerebro durante un rato. Que no pasaba nada malo si me lanzaba a sus brazos, ya que posiblemente sería la única oportunidad que tendría en la vida de estar con alguien. Qué probablemente muriera en los próximos días en esa misión suicida a la que nos íbamos a meter de cabeza...
Pero no, yo no era así. No era ese tipo de chica. No era ninguna princesa.
Di gracias al repentino pitido del horno, que cortó totalmente el rollo y pude escapar, zafarme de su abrazo, como si me hubiera acorralado el mismísimo diablo. Las piernas me flaqueaban y mi rostro había enrojecido hasta pintarme las orejas. Por suerte, le estaba dando la espalda a Jason todo el rato, y no pudo ver como cogía aire con toda la capacidad que tenían mis pulmones, para luego expulsarlo lentamente, a ver si así me tranquilizaba.
Estúpida, estúpida, estúpida, estúpida. Que sea la última vez que bebes tanto, ¿me oyes? ¡Casi haces algo de lo que podrías haberte arrepentido!
Jason se disculpó, a su manera, y se lo agradecí en silencio. No me apetecía hablar de lo que había pasado en esos momentos, todavía tenía que procesarlo. Pero me alivió saber que ambos estábamos actuando fuera de nuestros papeles, viviendo el momento como si realmente el mundo se fuera a acabar mañana...
El resto de la comida la pasamos en silencio, mientras mi cabeza no paraba de darle vueltas al tema. Y si mi compañero seguía nervioso, lo demostraba de una manera muy curiosa, enganchando una palabra tras otra sin parar de hablar...
— ¿Todos vosotros? ¿Es que tienes hermanos o algo así? — pregunté, aliviada de poder hablar de otra cosa mientras ordenaba mis pensamientos. Lo de la cadena de comida rápida me pareció desternillante, tendría que pasarme un día para probar ese menú Red Hood.
— Así que Batman se llama Bruce…— y entonces me percaté de algo. — Oye... ¿Está bien que yo sepa todo esto? Es decir… hay mucha gente querría conocer la identidad de Batman para haceros daño…
Y de pronto, noté como los músculos de su antebrazo se tensaban, y sus manos temblaron ligeramente sobre la mesa. Era normal que siguiera afectado por la muerte de su padrastro, y aún así tenía el valor para seguir hablando de sus recuerdos con él. Supongo que era la forma que tenía de afrontar la pérdida.
— Oye… — me di cuenta de que mi mano estaba a medio camino de acariciar la suya, cuando Jason se levantó de la mesa abruptamente, y empezó a recoger los platos sucios hasta dirigirse al fregadero. Le seguí con la mirada, en silencio, y después me levanté para ir tras él. El moreno había empezado a fregar los platos, me estaba dando la espalda y yo le coloqué una mano en el hombro, a modo de apoyo y consuelo.
— Siento mucho lo de Bruce y … si necesitas charlar sobre cualquier cosa sólo tienes que decírmelo... Se me da bien escuchar — mi voz sonó más suave y comprensiva de lo habitual. Me apenaba profundamente verle así, tan dañado por su padre disfuncional y la noticia de su reciente muerte. — Y sobre lo de antes… quiero que sepas que me encantaría ser tu amiga, de verdad...
Me acordé entonces de lo que me había dicho después de casi besarnos. ¿Y más por Roy? ¿A qué había venido eso? ¿Es que se había dado cuenta de que me gustaba su amigo? No, no era posible…
— Roy y yo sólo somos amigos. — aclaré, con la verdad que yo conocía, por mucho que me doliera admitirla. Otra cosa distinta era que preguntara directamente sobre mis sentimientos. Una respuesta a la que todavía no estaba preparada a exponer en voz alta. — Él no tiene nada que ver con lo que ha pasado antes… es sólo que… no he tenido buenas experiencias con chicos — por no decir que no había tenido ninguna, y que todas habían llegado al fracaso antes siquiera de empezar. — Y me entra el pánico cada vez que alguien me toca de esa manera y sin avisar...
Era innegable la química que había entre nosotros. Ya sé que parece una locura, pero era la segunda vez en mi vida que me había sentido atraída de aquella manera por alguien. Y no estaba bien, me sentía… rara. Nunca pensé que algo así llegaría a ocurrirme. Nunca le daba importancia a estos temas, y de verdad que me hacía muy feliz que alguien como Jason hubiera visto algo interesante en mi como para querer besarme y… lo que quisiera que tuviera planeado después. Pero yo estaba enamorada de Roy, y no paraba de sentirme culpable a pesar de que sabía que el pelirrojo jamás iba a corresponderme...
No, eso estaba mal. Estaba muy mal. Debía recordarme a mí misma que esos dos hombres jugaban en otra liga, y que además, eran mejores amigos entre ellos. Sabía de sobras de qué palo iban los tipos guapos, y que tan pronto te desean que te dejan tirada. Y que no podía seguir permitiéndome pensar en Roy día y noche. Desearle. Si lo hacía, volvería a cometer el mismo error que cometí con Alec. Y si dejaba sueltos mis pensamientos más ocultos... si se me ocurría expresarlos en voz alta… si deseaba con todas mis fuerzas que correspondiera a mis sentimientos…
Mi magia se descontrolaría y volvería a alterar mi propio destino. Como aquel dibujo de dos personas besándose bajo el florecido almendro en una noche de luna llena.
Ahora conocía mejor mis poderes que en aquel entonces, y había aprendido que no sólo afectaban a lo que dibujaba, sino que también podía cambiar la realidad con tan solo imaginarla con mucha intensidad. Mi maestro Aureole me explicó, que por alguna razón, nada de lo que deseara para mí se cumpliría, y que si trataba de usar mi poder para conseguirlo, acabaría cumpliéndose, pero con otra persona como protagonista.
Y es que al final, siempre pasaba lo mismo. Era una cobarde, y mis miedos me dejaban paralizada, estancada, anclada... incapaz de seguir pintando en mi propio lienzo. Admirando en silencio como el resto de vidas de mi alrededor continuaban y se desarrollaban con normalidad. Mientras que yo... seguiría siendo una hoja en blanco rodeada de cuadros de colores.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 23rd Septiembre 2020, 17:56
Esas manos en mi pecho empujándome suavemente se sintieron peor que algún que otro balazo que me habían dado, me había tirado a la piscina y estaba vacía. No sé si todo esto había sido causa del alcohol, del estrés de los últimos días o simplemente porque era imbécil; seguramente una mezcla amarga de todo.
Tras algunos de los minutos más incómodos de mi vida (ninguno comparable a la mierda de despertarse en tu propio ataúd, nada recomendable por cierto), intenté aligerar el tema hablando continuamente. Por suerte Elysia debió pillar mi táctica y decidió darme bola para una nueva conversación.
Una risa amarga salió de mi boca al escuchar la palabra "hermanos". Se me ocurrían mil y una palabras distintas para calificar nuestro estatus quo, pero legalmente hablando la artista no estaba equivocada. Y aunque no lo quisiese admitir, en el fondo coincidía con la peliazul, habíamos luchado y sangrado juntos (muchas veces por culpa mía), y ninguna otra persona aparte de nuestra desestructurada familia sabía lo que era vivir a la sombra del murciélago.
-Hasta ahora-pensé al instante mientras notaba como el estómago se me cerraba.
-Wayne, Bruce Wayne. Y sí, antes de que lo preguntes, me podría haber regalado un poni por mi cumpleaños si quisiese-intenté bromear para animarme un poco, aunque no surtió efecto.
Sabía que se me estaba escapando la lengua, pero el alcohol me decía que Elysia era de fiar, y aunque está mal hablar de un muerto, no creo que sin más pistas fuese capaz de unir los hilos y descubrir las identidades civiles del resto.
-¿Sabes Nightwing el vigilante de Blüdhaven?¿El de las mallas oscuras con un "culo de infierno"?-pronuncié lo último imitando el tono de una mujer locamente enamorada, jodido Dick con su superhabilidad de ligar.-Mi hermano mayor. Luego está mi "cuñada", luego está el friki nerd de mi hermano menor, Red Robin y como no, el enano con más mala hostia que estatura, el actual Robin y el más pequeño de la familia literal y figuradamente-bromeé. Preferí dejar fuera de la conversación a Babs, Cassandra, Stephanie... Podía apañármelas con el cabreo de cualquiera de los otros pringados, pero ver a cualquiera de ellas en mi contra era casi volver a meterme en la tumba.
-Me fiaré de ti, pero bueno, si te vas de la lengua ya sabes-imité una pistola con mis dedos y apuntando a mi cara disparé el gatillo haciendo que mi cuello descendiese bruscamente mientras hacía ruidos raros y sacaba mi lengua.
La pava era demasiado amable, casi le entro y en vez de mandar a la mierda a mí y toda mi parafernaria de sad boy estaba intentando animarme, sin duda al capullo de Roy le había tocado la lotería.
-El que lo siente soy yo, y más escuchando eso último. Pasé una línea que no debería haber pasado, no se repetirá más-dije avergonzado mientras me volvía a girar para intentar mirarla cara a cara, provocando que volviese a aparecer un leve sonrojo en mi rostro.
Mira que era capullo, seguramente solo había conocido cabrones, y yo acabé actuando como cualquiera de ellos, pensando más con mini Hood que con la cabeza. Acababa de ser mal amigo y mala persona, y el alcohol no era excusa.
Aún así no me tragaba lo de Roy, había asistido o hecho demasiados interrogatorios como para notar cuando alguien estaba ocultando algo. Había algo especial entre ellos, de eso estaba seguro.
-Hagamos una cosa: Yo me creo esa mentira y tú haces como si lo de antes nunca hubiese ocurrido. Después de eso, tú y yo nos metemos de lleno en el infierno y por nuestros santos cojones rescatamos al desgraciado de Roy. Después nos emborrachamos tanto que todo esto del apocalipsis parecerá un campo de flores en comparación a la resaca del día siguiente. ¿Trato?-comenté esperanzado mientras levantaba mi puño con intención de que me lo chocase y diese por cerrado nuestro pequeño "acuerdo".
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 30th Octubre 2020, 12:53
La leche. Bruce Wayne. El puto Batman era Bruce Wayne. El filántropo multimillonario más conocido de toda Gotham. Jamás lo hubiese imaginado, y estaba segura de que los guionistas de los cómics del murciélago tampoco se lo esperaban.
— Entonces… ¿No es Rodrigo Hernández? ¿El mayordomo de un multimillonario de ciudad Gótica? —sonreí, entre divertida y nerviosa ante tal revelación. —Que decepción...— dejé escapar un suspiro, acordándome de la charla que tuve con mis amigos mutantes de la Mansión X en la que discutimos sobre cuál era la mejor identidad secreta de los cómics de Batman.
—¿Nightwing? ¿Robin? Si, algo me suena… mi hermana Elissa me habló mucho de los héroes de su universo. Ella tuvo problemas con la ley hace muchos años, y Batman la metió en la cárcel. Estuvo en uno de esos programas del Escuadrón Suicida… — aunque no es que hablara mucho de aquella época, pero la podía entender. Lissa también estaba pasando por muchas cosas difíciles últimamente.
— Vaya… ¡Esos son muchos hermanos! Has debido de estar muy entretenido… — sonreí, tratando de animarle, dándole un golpecito amistoso con el codo en el brazo.— Yo… yo siempre he estado sola. — tragué saliva, pensando por un momento en lo divertido que hubiese sido tener un hermano. — En realidad… Elissa no es mi hermana. Siento haberte mentido, pero es que es más fácil de explicar nuestra relación cuando la gente nos ve. Fue un poco creepy encontrarte con otra persona que tiene tu misma cara, tus mismos padres y tus mismos amigos. Todavía no entiendo muy bien qué pasó el día de la colisión, pero la teoría de uno de nuestros amigos es que somos la misma persona pero de diferente universo. Y tiene sentido, hay cosas de nuestro pasado que coinciden a la perfección… Yo diría que Lissa es mi yo de mayor si hubiese estudiado psicología. —eché a reír para tratar de aligerar un poco mi nerviosismo, y es que explicado así sonaba todo demasiado raro. Aún había demasiadas cosas que no sabíamos del padre que nos abandonó, y estaba segura de que tenía mucho que ver con nuestros poderes tan particulares.
—Me fiaré de ti, pero bueno, si te vas de la lengua ya sabes — expresó el moreno, haciendo ver que se disparaba a sí mismo en una mueca rara, pero muy graciosa. Y es que no pude evitar sonreír con sinceridad al verle hacer el tonto.
—Vaya… ¿Otra vez amenazándome con dispararme? Creo que con el susto que me has dado esta mañana ya he tenido suficiente… — comenté, burlona y luego le apunté a la cara con uno de los lápices que había dejado encima de la mesa. — A ver si le voy a tener que hacer unos agujeritos a tu traje nuevo… ¿O prefieres que lo pinte de rosa fosforito?
Era muy divertido hablar con Jason, me sentía muy cómoda en su compañía. Y la verdad, después de haber estado a punto de besarnos apasionadamente (dios sabe por qué casi hacemos esa locura), me sentiría fatal si todo se estropeara por un malentendido.
Pero al parecer no se tragaba lo de Roy. Y maldita sea, lo peor es que tenía razón.
—Hagamos una cosa: yo me creo esa mentira y tú haces como si lo de antes nunca hubiese ocurrido. — ¿Qué mentira? ¡Yo no…! —Después de eso, tú y yo nos metemos de lleno en el infierno y por nuestros santos cojones rescatamos al desgraciado de Roy. — ¡Vale, pero yo te he dicho…! —Después nos emborrachamos tanto que todo esto del apocalipsis parecerá un campo de flores en comparación a la resaca del día siguiente ¿Trato?
— Trato. — le dije, chocándole el puño— Pero me pones de los nervios…— dejé escapar un leve suspiro de frustración y me llevé las manos al rostro, tratando de evitar volver a sonrojarme. Me aparté el pelo azul y castaño de la cara, y le dediqué una mirada desafiante. Estaba molesta, pero no con Jason, sino porqué había sido capaz de entender más de mis sentimientos que yo misma.
— Vale. Lo pillo. Puede que… puede que Roy me guste un poquito. — Mucho. Bastante.— ¡Pero ya está! No ha pasado nada entre nosotros y no creo que pase nada. ¿Tu has visto el tipo de chicas que le rodean? ¿Y esas despampanantes ex-novias de cuerpo y músculos de infarto? ¡No puedo competir con algo así! — Ale, ya está. Ya lo he dicho. No pensé que me aliviara tanto decir en voz alta lo que llevaba rumiando varios días, y he tenido que emborracharme para hacerlo.
Era más probable que a este paso me muriera virgen y sin conocer el amor, que que Roy Harper me correspondiera. Pero bueno, tampoco era ningún drama, es decir, estaba segura de que muchas chicas de mi edad tenían el mismo problema de inseguridad y no sabían cómo reaccionar cuando les gustaba un chico. Pero bueno, así era yo, rindiéndome antes de intentarlo. Podía ser valiente para muchas otras cosas, incluso para meterme de cabeza en un nido de demonios, pero no para declararme a ningún chico. La verdad es que me sentía demasiado cómoda viviendo dentro de mi burbuja, sin exaltaciones ni alteraciones, evitando todo tipo de situaciones incómodas que me hacían sentir vulnerable.
—Y tú… —señalé a Jason con el ceño fruncido.— Antes de intentar besar a una desconocida deberías invitarla a cenar ¿O es que no aprendiste nada de modales en esa mansión? — volví a retirarme el cabello de la cara, y terminé de ayudar a Jason con los platos.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 13th Noviembre 2020, 17:49
-Ups casi, el bueno de Rodrigo es el mayordomo de nuestro vecino. Aunque tengo que reconocer que siempre le vi un lado oscuro... a saber en que anda metido-bromeé mientras me reía ligeramente.
-Parece que tu hermana es la malote de tu familia, quizás tendría que probar más suerte con ella...es broma antes de que me claves un lápiz en mis bonitos ojos azules-levanté las manos en señal de rendición mientras sonreía irónicamente.
-A mi Batman and company me mandaron a chirona un par de veces, hasta estuve trabajando brevemente con el Escuadrón Suicida, es triste decir que no fueron las peores condiciones laborales que tuve-esa última broma me hizo recordar cuando la jodida Batwoman nos arrastró a B Artemis y a mí a manos de la jodida Amanda Waller, pero al menos pude librarme rápidamente de sus garras; hasta esos lunáticos me daban pena dependiendo de los mandatos de aquella colgada.
-No te creas, nos íbamos turnando para servir al jodido Bruce. Cada vez que uno se rompía lo sustituía por otro, así que imagínate como nos debió ir como Robins para ser tantos-dije resentido mientras pensaba como Drake tardó solo un par de semanas tras mi muerte en colgar el manto de Robin, no creo que ni les hubiese dado tiempo a limpiar las manchas de sangre.
-Ya era jodida la familia como para meternos en tramas espacio-temporales, aunque si te llevas bien con ella supongo que guay. Yo creo que en esta dimensión solo existe un yo, si no el universo explotaría de santo sex apeal junto-imité una explosión con las manos mientras silbaba.
Como esperaba mi cara quedó expuesta a un afilado lápiz listo para ser clavado, cosa que me tomé con humor: -En mi defensa diré que el rosa favorece mis caderas-utilicé un tono agudo mientras hacía una pose de modelo.
Tras eso empezamos una breve discusión sobre como claramente estaba colada por Roy, cosa que acabó admitiendo, reconociendo también sus inseguridades respecto a sus peculiares compañías femeninas. Tenía que reconocer que tener a Starfire como ex de tu novio era una putada, con tan solo tener ojos cualquiera podría reconocer que estaba hecha para atraer físicamente. Pero también sabía con certeza que esa historia había terminado, el Roy de ahora era muy distinto al de antes, y si no era capaz de reconocer al pedazo de partido que tenía delante es que era aún más gilipollas de lo que recordaba.
-Deja de minusvalorarte tanto, si Roy está rodeado de tipas así y no hace nada con ellas será por algo. Tú eres una persona demasiado genial como para ir comparándote con él resto y si Roy es tan imbécil de no darse cuenta, que no lo es, él se lo pierde. Así que cabeza arriba y cuando lo saquemos de allí quiero verte saltarle a la yugular-dije animándola mientras le revolvía un poco el cabello con mi mano.
Mmm, aprendí como 173 maneras de dejar inconsciente a una persona sin que esta pueda reaccionar a tiempo, pero los modales siempre fueron algo que no me entraba muy bien. No obstante si que sé cuando es hora de marchar, y viendo el estado de mi nueva flamante armadura creo que lo mejor es que vuelva para prepararme-me levanté para quedarme cara a cara con la nueva armadura. Esa mezcla de medieval mezclada con lo tecnológico le daba un buen toque, aparte de que esa espada parecía muy afilado... molaba.
Con cuidado cogí toda la estructura de soporte de la armadura y lo llevé con cuidado al portal que acababa de activar Elysia, mandándola al otro lado.
-Bueno, ha sido un placer señorita Stavridis, nos vemos en el infierno...literalmente-lancé la última broma para rodearla con mis brazos en un suave abrazo, momento que aproveché para colarle en un bolsillo del pantalón un papel con mi número.
Tras ello recogí mi casco y me despedí con un guiño antes de cruzar el portal que me trajo de regreso al piso. Ahora solo tocaba prepararse para ir al Apocalipsis, poca cosa.
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019] 18th Noviembre 2020, 22:44
Cuando Jason bromeó con intentar ligarse a Lissa para ver si tenía más suerte que conmigo, volví a amenazarle con lo del lápiz. Los dos nos miramos con una sonrisa sincera y después nuestras carcajadas se unieron en una melodía divertida. La tensión que había habido entre nosotros se había casi relajado por completo. Era bueno ver que a pesar de los malentendidos y los actos llevados por el alcohol, no habían mermado el buen rollo y la conexión que indudablemente nos atraía el uno al otro. Me sentía tranquila al lado de Jason, sentía que podía confiar en él.
Jason parecía ser el chico malo de esa “Bat-familia”, como la llamaba él. Incluso insinuó claramente que alguno de sus hermanos le había metido en la cárcel alguna vez. Roy también me había hablado sobre sus días en prisión. Y eso hacía que me preguntara ¿Qué actos habían cometido esos jóvenes que les habían llevado a ir en contra de la ley? Aún desconocía demasiadas cosas sobre esos dos forajidos, pero no me parecían malas personas. Estaba segura de que había una razón de peso tras sus actos vandálicos.
Y cada vez tenía más claro que el tal Bruce Wayne no se había ganado el premio al mejor padre del siglo. Los ojos de Jay se tornaban fríos y crudos cada vez que hablaba de su padre adoptivo y su familia. Algún día, me gustaría que me contara la versión extendida de esa historia. Dejarle libertad para que expresara sus sentimientos y expulsara todo ese dolor que llevaba anclado bien adentro. Se le notaba resentido, y se contenía cada vez que hablaba de esa época oscura . No podía culparle, yo tampoco solía expresar en voz alta lo que llevaba dentro. Pero no quería que ese rencor y esa ira contenida se hicieran más grandes. Ya parecían hacerle suficiente daño ahora...
— Eres un fantasma— sonreí con lo del sex appeal. Si existieran dos Jason Todd, estaba segura de que tratarían de matarse el uno al otro para poder ser el único en el universo. — Sí, aunque seamos como dos gotas de agua, Lissa y yo tenemos personalidades muy diferentes. Es curioso como puede cambiar tanto una misma persona dependiendo de sus condiciones de vida y sus experiencias tan diferentes.
Enrojecí hasta las orejas ante los piropos, y me pareció muy tierno que me revolviera el cabello, con aquel aire tan amigable y despreocupado.
— No se me da bien eso de saltar a la yugular… — sonreí, divertida con la metáfora que había utilizado como sinónimo de ligar.— Pero gracias por los ánimos…
No todos los días te dicen que eres una tía genial y que vales un montón. Así que me pareció muy amable y tierno por su parte. Realmente me sentía muy contenta de haberle conocido, y ahora entendía por qué era el mejor amigo de Roy Harper.
— Bueno, pues esto ya esta listo...— le avisé, nada más terminar de dibujar. Nos acercamos los dos a la pared forrada de papeles, y concentré todas mis fuerzas en sacar la armadura de la superficie plana y volverla real, física, palpable...
Una luz de color azulado iluminó el salón, haciendo desaparecer el dibujo, para después sostener con mis manos la armadura roja y negra reforzada, preparada para aguantar los duros golpes de demonios y repeler su fuego. Me había quedado bastante chula y me sentía muy orgullosa de mi creación.
— Ahora sólo tienes que probártela.— sonreí, al ver como Jason quedaba fascinado con su nueva y flagrante armadura machaca demonios.
Jason se despidió con un abrazo y un divertido guiño, y yo deseé por un momento que se quedara a hacerme un poco más de compañía. Pero entendí que todavía le quedaban muchas cosas que preparar antes de la batalla, y yo tenía que ponerme a diseñar una nueva armadura para mi también, si quería sobrevivir al rescate de mi amigo. Así que asentí con una suave sonrisa, y me separé de su abrazo, a tiempo para ver como desaparecía por el portal que había invocado horas antes en su piso franco de mala muerte.
— Nos vemos...— dejé escapar un pequeño suspiro, y volví a mis tareas pendientes, dándole varias vueltas a algunos pensamientos. Al asunto de la iglesia de Blood, el ataque demoníaco, el rescate de Roy… cuando me di cuenta, noté que había algo en el bolsillo de mi pantalón que no estaba ahí antes.
Desenvolví el papelito y observé la fila de números con una divertida sonrisa.
— Qué tío...— sonreí para mi misma mientras apuntaba el número de Jason Todd en la agenda del móvil, y después pensé en enviarle un mensaje para que supiera de quién era, y recordé algo gracioso...
“Espero que tu traje nuevo te dure más que hasta medianoche, Ceniciento. Cuídalo bien. Tu sastre mágica”
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Tema: Re: La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019]
La chica que nunca quiso ser princesa (Jason Todd) [14/04/2019]