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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018]
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Elektra Natchios Marvel Universe
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Ficha de Personaje Alias: Elektra Nombre real: Elektra Natchios Universo: Marvel
Tema: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 20th Noviembre 2019, 11:40
Barrington Beach. Nueva Jersey.
Encaramada en lo alto de un árbol, Elektra observaba la lujosa mansión de Evgeny Bezzubenkov, el jefe de una familia de mafiosos rusa que se había hecho de oro gracias a negocios tan lucrativos como los narcóticos, la prostitución o la extorsión. A efectos prácticos, se podría decir que controlaban aquella pequeña ciudad turística.
Gracias a los prismáticos pudo ver a través de una de las ventanas cómo su objetivo subía las escaleras que conducían a la planta superior hasta su dormitorio, donde se dirigió directamente al mueble bar para servirse una copa. Una sonrisa se formó en sus labios al distinguir, detrás del hombre, en el techo, la silueta rectangular de un tragaluz justo encima de la cama. Jo, jo, jo... Aquello iba a ser coser y cantar. Uno de sus trabajos más sencillos.
Con la paciencia de una cazadora, aguardó hasta que se hizo de noche y cada uno de los integrantes de la residencia se retiró del salón principal. Cuando todo estuvo en silencio, se deslizó desde el árbol al jardín, cogió su cuerda de gancho y, utilizando las sombras de los árboles que rodeaban la mansión, se fue acercando a la vivienda. Cuando estuvo a una distancia prudencial, arrojó el gancho, que quedó firmemente clavado en el tejado de madera. Tras un breve tirón para comprobar que el agarre no cedería, dio un ágil salto y se encaramó a la cuerda, trepando por ella con la agilidad y silencio de un gato. Una vez arriba, se asomó boca abajo por la ventana más cercana. Había dos guardias que veían la televisión mientras se tomaban unas cervezas, y no parecían haber notado nada, así que continuó su camino hasta llegar al dormitorio de Bezzubenkov. El bastardo estaba allí, sentado en la cama mientras hablaba por teléfono. Decidió esperar hasta que se durmiera para quitarlo rápida y silenciosamente de en medio. Era Navidad y no le apetecía matar secuaces innecesariamente. Quién sabe si no tendrían familia en casa esperándoles.
Entonces sucedió algo que no se habría imaginado; Llamaron a la puerta del mafioso, y cuando éste abrió, resultó que al otro lado se encontraba Uri, su único hijo. Ante la mirada asombrada de Elektra, intercambiaron unas palabras y se abrazaron amorosamente.
- Tienes que estar de broma, joder -masculló para sí.
Y es que aquella tierna escena paterno-filial podría haber tenido mucho sentido... si no fuera porque había sido el jodido Uri Bezzubenkov el que la había contratado para matar a su padre, al cual, supuestamente, odiaba con toda su alma.
El chaval había estudiado en Harvard y no deseaba seguir la estela de su padre. Quería acabar con todos los negocios turbios y utilizar el dinero de la familia para abrir una empresa de informática legal. ¿Cómo podía estar abrazándole menos de 24 horas después de haber organizado su asesinato?
No podía matar a Bezzubenkov hasta haber hablado con el chico y haberse asegurado de que el plan seguía en pie. Sí, ella asesinaba criminales, y sin duda aquél cerdo había acumulado muchos puntos para perder la cabeza bajo su mano, pero si había algo que Elektra consideraba sagrado por encima de todas las cosas era el vínculo padre-hijo. Los hijos no escogen a sus padres, y no tienen la culpa de que éstos sean unos cabrones. Si Uri de verdad amaba a su padre, Elektra no podía privarle de la posibilidad de pasar los años que le quedaban junto a él. El chaval había salido decente a pesar de haberse criado dentro de un cesto repleto de manzanas podridas. ¿De verdad quería joderle eso y traumatizarlo de por vida?
¡Joder! ¡Coño! Se suponía que tenía que ser un trabajo fácil...
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 22nd Noviembre 2019, 17:02
La festividad principal para los asgardianos y los humanos que compartían fe con este pueblo era Yule. Dicha festividad eran doce días en los que se celebraban los ciclos de muerte y resurrección presentes en cada lugar del inmenso cosmos. Era una fiesta de purificación y renacimiento. En concreto, el día 25 de diciembre se dedicaba a Eir diosa de la salud y la curación. Eir amable de carácter callado, es fina, delicada, introvertida e inexpresiva y tiene poca paciencia con la verborrea innecesaria. Eir es una mujer hermosa con un cabello que irradia luz. Como todos los dioses asgardianos, Eir es un diosa que cree en los procesos naturales. No ve la muerte como un gran enemigo, ni la vida a toda costa como un premio.
La valquiria se encontraba en el centro de culto asgardiano de Mahattan. En la fiesta de Yule el templo, como dictaba su férreo principio de hospitalidad, estaba abierto a todo el que quisiera acompañarlos. El lugar estaba adornado con hojas y ramas de muérdago, laurel, acebo rojo y tejo. Guirnaldas, coronas y lazos con bendiciones en rúnico se encontraban por doquier. Manzanas, nueces y frutos engalanaban las decoraciones. Miles de muñecos de cabras hechas con paja estaban por todo el edificio. Unas eran grandes, otras pequeñas pero todas eran únicas, diferentes, diversas, importantes y especiales. La cabra era el sagrada y más en Yule. A parte de ser las fieles compañeras de Thor, eran animales que tenían una fuerte vinculación con la muerte y la cosecha.
En el centro del templo había un árbol que se había seleccionado de un bosque cercano. Representaba simbólicamente al Yggdrasil, el árbol sagrado de la mitología Nórdica. El árbol estaba decorado con guirnaldas y todo tipo de figuras de madera talladas y pintadas a mano. Manzanas, nueces, arándanos agrios, cerezas, peras, melocotones, figuras de cisnes, caballos, cerdos, bestias sagradas y pequeños navíos, galletas con formas diversas y pequeños dulces colgaban de las ramas del frondoso abeto que había sido elegido.
En una espaciosa y alargada mesa de roble ataviada con un mantel blanco inmaculado se encontraban dispuestos los alimentos para que los celebrantes fueran comiendo cuando quisieran. Había ganso asado, pollo asado, arroz salvaje, guisantes, albaricoques,budín de solticio, , tarta de manzana, galletas de jengibre, sacos de manzana y nueces, tortas de castañas, frutos secos, ensalada, empanadillas de manzana y frutos secos. Las bebidas eran agua, sidra, cerveza, vino dulce, hidromiel y vino especiado. Después de la cena se limpiaban y guardaban los huesos para hacer un caldo bendecido con el poder curativo de Eir.
Ese año era particularmente importante y complicado para Brunilda. Era la primera vez que festejaba esa festividad lejos de su tierra, de su gente y de sus allegados. Por otra parte, su kindred (grupo de culto) la había acompañado, ayudado y acogido con gran cariño y honor. A mitad de año había llegado al templo una joven que empezaba sus estudios como sacerdotisa. Se llamaba Millie. Era alegre, jovial, dinámica, enérgica y con mucha disposición a ayudar. Su carácter extrovertido contrastaba con el serio y reservado de la rubia. Sin embargo, ambas se habían tomado un dulce cariño y habían forjado una hermosa amistad.
Se sentó junto a la alegre morena junto al fuego del hogar. La animada sacerdotisa se puso a contarle lo entusiasmada que estaba con las celebraciones, lo bien que iban sus estudios y que los seguidores en su canal aumentaban a un ritmo milagroso. La valquiria escuchaba atentamente el alegre parloteo de Millie, aunque no entendía mucho sobre los mass media, los fenómenos de las redes sociales y los influencers. Samuel, un fornido y esbelto hombre de la congregación, les trajo unas bebidas y se unió a la conversación. Luego se fueron uniendo más fieles. Brunilda se escabulló cuando empezó a llenarse de gente. La guerrera se acercó a la mesa y se sirvió una jarra de cerveza. También ingirió algunos alimentos, sobre todo carne y fruta.
No pasó mucho tiempo hasta que apareció corriendo agitada hasta Brunilda un mujer de nombre Violet, que era una de las videntes más experimentadas del templo. Violet era una mujer de mediana edad morena y menuda. Tenía un carácter cálido y ameno. Su voz resultaba agradable y jovial. Ella le comentó que había recibido una llamada de de los fieles de New Jersey. Parecía que algo extraño estaba sucediendo. La gente parecía raramente embobada. Demasiado felices. Como metidos en un extraño embrujo. Era una petición de auxilio. Con pesar tuvo que disculparse y abandonar el ambiente festivo. La valquiria salió al exterior y se reunió con Aragón, su fiel caballo alado. Rápidamente montó en su rocín y se dirigió a New Jersey.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 24th Noviembre 2019, 15:49
Hacía escasas semanas que había comenzado mi nuevo proyecto en solitario: Mi propia agencia de "manitas", es decir, mi propia página web donde por un módico precio me encargaba de los problemas de los demás. Si, se podría decir que esto era una versión más cutre de la que tenía con Roy, pero si no quería mudarme a vivir debajo de un puente tenía que empezar a ganar pasta si o si, y no sabía muy bien si podía tener un currículum vitae con toda la movida de resucitar; así que me tendría que quedar con este negocio.
Antes de pensar que el viejo Jason volvía al mundo del asesinato en masa, remarcar que solo aceptaba negocios que consideraba moralmente correctos, literalmente era podar el césped de escoria humana (mi mayor afición) y me pagaban por ello, todo el mundo salíamos ganando.
Esta vez me contactó un tal Dimitri o algo del estilo, mítico tío chungo ruso que claramente anda metido en la mafia. Parecía ser que un antiguo socio suyo, Evgeny Bezzubenkov, había huido años atrás con una gran parte de sus beneficios y acabó formando su propio imperio criminal en Nueva Jersey, y ahora su pasado quería devuelta su dinero con intereses manchados en sangre.
Aunque los mafiosos rusos no eran mi tipo de amigo, había demasiada pasta en juego como para ponerme exquisito, por lo que me mudé al instante a Nueva Jersey a un hotel pagado por mi generoso amigo y estuve un par de días investigando a mi objetivo: Prostitución, tráfico de drogas, contrabando ilegal de armas... Saber que en escasos días habría un capullo menos en el mundo provocaba que durmiese bien por las noches.
Y aquí me encontraba ahora, a escasos metros de la mansión, normalmente haría el encargo de la manera más sutil posible, pero estaba empezando de nuevo en el mundillo así que necesitaba la mayor fama posible. Decidido, bajé de la moto y me dirigí a las puertas valladas de la mansión, saltándolas fácilmente sin preocuparme de disparar la alarma.
Casualmente saqué mis dos pistolas y continué tranquilamente andando mientras tatareaba un villancico, para posteriormente dar una fuerte patada a la puerta de la entrada, asustando a los dos guardias que bajaron levemente las armas por la sorpresa.
-Felices fiestas capullos, como hoy estoy extrañamente de humor, os voy a dejar iros. Podéis tomar esto como un regalo navideño adelantado- dije bromeando, algo que les hizo sorprenderse aún más si cabe, momento que aproveché para disparar con cada arma a un guardia, dándoles en pleno estómago y dejándolos en el suelo.
-Balas táser, lo último de la Batcueva, hacemos descuentos si las encargas por Amazon- me burlé de nuevo mientras cambiaba mi munición por balas comunes, esta vez si que iba a ser serio.
Tenía poco tiempo antes de que ese capullo corriese a esconderse en su búnker privado o cualquier otra cosa que claramente cualquier rico psicópata tiene para refugiarse de sus enemigos, así que corrí en dirección a la habitación del ruso (dato que sabía gracias a que mi nuevo mejor amigo Dimitri me había pasado los planos de su casoplón) para entrar bruscamente ya con las armas apuntando.
La escena me sorprendió un poco, puesto que había un joven que tendría más o menos mi edad cubriendo al objetivo, el cual buscaba con la mirada desesperado cualquier forma de escapar.
-Será mejor que te apartes chaval, no me gustaría mancharme de sangre inocente, tardaría mucho en limpiar la mancha- en serio, no sabía que coño me pasaba pero hoy estaba por ser chistoso. Aún así la amenaza era de verdad, no quería bajas civiles, pero si se empeñaba en cubrir al mafioso, iba a tener que recurrir a la violencia.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 25th Noviembre 2019, 00:39
El sonido estruendoso de una alarma la hizo salir de su estupor y alzarse en el tejado de la mansión. Un chiflado armado acababa de saltarse la verja de la entrada, y eso sólo significaba una cosa: problemas. Parecía que podía irse despidiendo de su golpe rápido, silencioso y eficaz.
El tipo echó abajo la puerta de entrada de una patada, y Elektra se preparó para el inevitable sonido de disparos que vendría justo después, preguntándose qué clase de loco se metía de aquella manera en la vivienda de un mafioso sin llevar ninguna clase de apoyo. Aunque ahora que lo pensaba, se le ocurrían unos cuantos... Castle, Wade, Smith, Lizárraga e incluso ella misma.
Oook, vale... ¿por qué no escuchaba nada? Elektra sabía que la casa tenía un pequeño contingente de guardias armados porque Uri le había proporcionado todos los datos que necesitaba: nombres de cada uno de ellos, edades, y hasta las horas en las que solían ir a mear. Por tanto, era absolutamente imposible que el loco del casco rojo consiguiera llegar hasta la habitación principal sin encontrar ningún obstáculo después de una entrada tan poco discreta...
Y sin embargo, lo hizo.
- Será mejor que te apartes chaval, no me gustaría mancharme de sangre inocente, tardaría mucho en limpiar la mancha.
Si se tratara de cualquier otra persona, Elektra habría esperado arriba, oculta ante todos, hasta que hubieran terminado de matarse entre ellos, pero no podía arriesgarse a permitir que un inocente sufriera ningún daño, así que se descolgó ágilmente del tragaluz, cayendo ante Jason entre una lluvia de cristales rotos, con las piernas flexionadas en posición de combate entre Uri, su padre y él.
Extendió los sais en su dirección, aparentemente sin importarle el hecho de que el vigilante tuviera armas de fuego en sus manos. La funda de una larga espada asomaba a su espalda.
- No sé quién eres ni qué has venido exactamente a buscar, pero deja al chico fuera de ésto.
- Por favor, por favor, no os peleéis -dijo Bezzubenkov abriendo los brazos con una amplia sonrisa en el rostro. Lucía extremadamente ridículo con aquella bata larga de color verde bajo la que asomaban los calcetines blancos hasta casi las rodillas y las pantuflas-. ¡Estamos en navidad! ¿Puedo ofreceros algo de beber? ¡Urishka! ¡Trae el vodka!
- ¿"Trae el vodka"? ¿De verdad? -Elektra enarcó una ceja sin quitar la vista de encima a Jason-. ¿¿Estás seguro de que lo que querías decir no era "Tráeme las tijeras de podar"?? Porque estoy... prácticamente segura al 100% de que es lo que deberías haber dicho considerando que tienes delante tuyo en ésta misma puta habitación a dos personas que, al parecer, han venido a cobrarse tu cabeza. Tampoco es como si te fuera a ayudar de mucho... ¿Uri? ¿Me puedes decir qué significa ésto?
- ¿Qué significa el qué? -respondió el muchacho, también sonriente-. Si no te gusta el vodka, puedo traerte otra cosa...
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 1st Diciembre 2019, 12:12
El caballo alado voló raudo hasta llegar a su destino. Como Nueva Jersey estaba muy cerca de Nueva York, Aragorn tardó en llegar allí muy poco tiempo. Brunilda desmontó del su rocín y se despidió de él hasta nuevo aviso. Un “pegaso” era demasiado llamativo y vistoso para deambular con el animal por las calles de la urbe. Maryam, la seiðr(sacerdotisa) principal del templo asgardiano, había hecho una rápida lectura para saber más sobre aquel peligro al que se enfrentaban. La habilidosa mujer había leído en sus runas que el peligro que atañía a los fieles de su fe era algo de origen místico. Con presteza le confió a la guerrera una gema que podía captar la esencia del que arremetía con su pueblo. La valiente guerrera sabía que debía ser cuidadosa. Aunque en Asgard se estudiaba tanto magia como técnicas bélicas, ella no era muy buena en lo primero. Todo asgardiano tenía magia en su interior y sabía usarla a un nivel muy básico, mismamente su príncipe Thor sabía usar cuando la ocasión lo requería unos cuantos hechizos. Brunilda no era ni mediocre, era malísima. La magia era uno de sus defectos principales. No obstante, sabía cómo luchar contra ella gracias a su poderosa espada Colmillo de Dragón. Su arma era prácticamente capaz de cortar lo que deseases, eso incluía embrujos, hechizos y conjuros.
Sus ropas aunque algo estrafalarias no desentonaban en gran medida. Una población acostumbrada a las estrambóticas vestimentas de las tribus urbanas no encontraba nada fuera de lo usual en sus ropajes. La asgardiana estaba vestida con su habitual mono negro de combate engalanado con cuatro placas de metal. Dos grandes a la altura de sus pechos y otras dos más pequeñas a la altura del abdomen. Sobre su habitual uniforme de batalla llevaba una chupa de cuero marrón. Su largo y sedoso pelo rubio estaba como de costumbre recogido en dos trenzas.
Con cautela y procurando no llamar mucho la atención, la atractiva rubia caminó por la ciudad en busca del mal que se cernía sobre su pueblo. La gema de color morado le iba indicando con su ausencia o presencia de brillo la dirección que debía tomar. La graduación de intensidad del brillo indicaba a la guerrera si había más o menos esencia del desconocido peligro. Tras caminar un buen rato, la guerrera asgardiana llegó a las inmediaciones de un barrio prestigioso donde vivía la gente adinerada. Siguió avanzando por el lugar y pasando por al lado de la fabulosa mansión de Evgeny Bezzubenkov, la piedra empezó a deslumbrar. Brunilda buscó el lugar más propicio para saltar la verja sin ser vista y tras acceder a la parcela, entró sin más en la casa. La gente del lugar estaban más raros que lo que suelen estar los midgarianos. Supuso que debido al buir de la magia. Dejó a los midgarianos inconscientes y luego con su espada cortó los hilos de su embrujo. En la planta superior había mucho jaleo, así que presurosa subió. Pensó que allí se encontraría con el gran enemigo pero no. Se encontró con una situación bastante peculiar.
- ¿Son amigos tuyos?- pregunto un tanto incrédula a la cara familiar que vio en la habitación.
Luego Brunilda dirigió su mirada azul a Red Hood. Su semblante marmoleo cayó. Habitualmente la valquiria se mostraba aséptica pero en aquel momento se podía notar en su rostro de porcelana un atisbo de tristeza e incomprensión. La primera vez que había coincidido con Elektra no había dicho nada sobre lo que la mostraba su alma. Había permanecido callada sobre la muerte de la morena y su resurrección. Nunca decía ni una palabra sobre ese tipo de cosas. No le gustaba ni hablar de más ni entrometerse en la vida de los demás. Especialmente cuando se trataría de temas para los que sabía que no iba a poder dar el apoyo y consuelo que esas personas se merecían. Como diosa de la muerte había aprendido a callar tanto su curiosidad como sus emociones y sus palabras sobre toda la información que le mostraban las almas. Pero Jason era diferente. Había un tema que la producía una tremenda tristeza y pesar. Un tipo de muerte que le costaba procesar y entender: la muerte de infantes o adolescentes. Esas pobres criaturas no habían tenido mucho tiempo para vivir. No eran adultos, no se merecían que tan pronto se segasen sus hilos. Por eso, al ver a aquel joven moreno y ver cómo su forma y estructura de su alma retrataba una muerte temprana y una dura resurrección soltó un lastimero y asombroso sonido.
-¡Pobre muchacho!- Exclamó con pesar.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 1st Diciembre 2019, 14:22
De la nada (bueno, de una ventana) saltó una mujer sais en mano poniéndose en medio de mi objetivo mientras amenazante apuntaba sus armas hacia mi. Con tan solo un leve vistazo a su postura podía ver con facilidad como no era una aficionada, musculatura definida y una mirada asesina digna de la propia Talia al Ghul; si me descuidaba estaba perdido, pero no podía irme con las manos vacías.
-Habitualmente soy el primero que se alegra de ver a mujeres atractivas caer del cielo pero tengo asuntos pendientes con el viejo que hay detrás de ti, así que si tu amigo y tú sois tan amables de apartaros tengo un trabajo que hacer-volví a amenazar mientras apuntaba a la recién llegada con ambas pistolas.
Pero no pude evitar bajarlas al instante de la sorpresa de ver a Bezzubenkov actuando como si fuese un anfitrión modelo ofreciéndonos alcohol, había conocido antes gente sin miedo a la muerte, pero lo de este tío rozaba lo absurdo.
-Ya suponía yo que no eras una simple alma bondadosa que aparecía de las ventanas para salvar a gente inocente-me burlé sonriendo detrás de la máscara.-Así que parece que el chico no era tan bueno como parecía, al final estamos todos igual de jodidos parece, chaval vete a por el vodka y espero que no sea del palo, me tomaré una copa para celebrar el trabajo bien hecho, del cual me quedaré con el 100% de la recompensa claro está-volví a desafiar a la extraña mujer mientras veía como el joven se dirigía a un extremo de la habitación para buscar en elbaúl del minibar una botella y un par de vasos.
Solo me quedaba encargarme de nuestra visitante inesperada y ya no habría obstáculo alguno, supongo que ella ya estaría acostumbrada a un par de balas, por lo que volví a apuntar y justo antes de poder apretar el gatillo una fuerte voz hizo eco en la habitación.
Ya estaba un poco hasta los cojones de invitados especiales, así que bruscamente giré la cabeza junto a una pistola en dirección a la nueva intrusa mientras que con el otro arma seguía apuntando a la ninja. Para hacer las cosas más raras, la nueva invitada estrella a este show tan extraño resultó ser una pivonazo vestida con un extraño atuendo (no pude evitar pensar en Artemis, quizás si que la echaba un poco de menos en el fondo) que parecía conocer a mi rival y que no me quitaba el ojo de encima.
-Sin ofender rubia, ¿pero qué miras? ¿quieres un autógrafo o algo?-pregunté sarcásticamente. Sin despegar la mirada, la nueva pareció dirigirse a mi llamándome pobre chaval, sin duda esto cada vez era más raro.
-No sé que os pasa a la gente de Nueva Jersey, pero lo más normal cuando alguien te está apuntando con un arma no es sentir pena, más bien yo me estaría cagando en su puta madre-declaré.
De repente Uri volvió a posicionarse en el medio de la habitación con un tercer vaso y la botella.
-Pensé que nuestra nueva invitada querría también una copa-dijo sonriente mientras señalaba la botella de una marca que no reconocía.
Toda esta situación me estaba volviendo loco, a este ritmo iba a empezar a liarme a balazos con todos los de aquí, o eso o me bebía de golpe toda la botella, algo que cada vez me estaba pareciendo más apetecible.
Elektra Natchios Marvel Universe
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 3rd Diciembre 2019, 23:22
Elektra no le quitaba ojo de encima a Jason, sin dejar de apuntar los sais hacia él. El ruso idiotizado no le preocupaba. Considerando que en aquél preciso momento ella era lo único que se interponía entre una muerte segura y él, tendría que ser muy estúpido como para atacarla por la espalda, incluso aunque su aparente embobamiento fuese fingido. Porque sí, era muy probable que ella le matara también, pero con el del casco rojo parecía tener aún menos posibilidades y eso resultaba evidente. Su expresión, seria y grave como la misma muerte, no se inmutó lo más mínimo ante su chanza. Su entrenamiento era demasiado bueno como para permitir que sus palabras pudieran distraerla de su objetivo: las pistolas que empuñaba.
Contrariamente a lo que su reputación pregonaba, Elektra no tenía una capacidad mágica o sobrenatural para esquivar balas. Simplemente hacía un cálculo en su cabeza de la trayectoria que seguiría el proyectil basándose en la posición del brazo del tirador, el posible movimiento del mismo al apretar el gatillo, que en sí podía variar en función de su experiencia y nerviosismo, elementos que había aprendido a identificar analizando su movimientos y lenguaje corporal. Una vez tenía todos esos datos, simplemente se movía un segundo antes de que el proyectil saliera disparado, apartándose del camino. A pesar del casco, el motorista no era difícil de leer. Su tono de voz era firme, las chanzas denotaban seguridad, y los brazos que empuñaban las pistolas no temblaban ni se desviaban un milímetro de la trayectoria estipulada. A pesar de su amenaza sobre el no compartir el dinero de la recompensa (cuestión sobre la que ella coincidía 100%), estaba tomándose su tiempo para disparar, demorándolo con más palabras innecesarias. Normalmente eso solía ser un indicativo de que la persona tras la pistola era un novato, pero en su caso la impresión que le daba era la de ser un profesional entrenado (y Elektra entendía bastante de eso), así que la única explicación posible para que no hubiera apretado ya el gatillo era que la idea de llevársela por delante no le emocionaba tanto como parecía dar a entender. Eso significaba que, si atacaba ahora, podría pillarle mínimamente por sorpresa y contar con algunos milisegundos de ventaja antes del disparo, por lo que la trayectoria que debía seguir calculando el posible arco de la bala tendría que ser por debajo, deslizándose para golpear sus piernas de una patada. Con suerte, eso le desequilibraría y, una vez en el suelo, podría cruzar los sais sobre su garganta y obligarle a soltar las...
- ¿Son amigos tuyos? -dijo de repente una voz desde el umbral. Tan concentrada había estado en mantener controlado a Jason que aquello la pilló de imprevisto.
- ¿Qué coj...? ¿Brunilda? -inquirió, con los ojos abiertos como platos.
¿Qué estaba haciendo allí la valquiria? No parecía que los negocios turbios de Evgeny Bezzubenkov en Barrington Beach pudieran ser de tanto interés como para atraer la atención de los Vengadores...
Y entonces, sucedió lo más extraño: Brunilda miró al tipo del casco y de improviso su semblante se tornó lívido, teñido con una impresión de desolación.
-¡Pobre muchacho!-exclamó sin venir a cuento.
Ok... La pregunta inicial de la rubia, así como la reacción del motorista, sugería que no se conocían, y aunque Elektra sólo había conocido a la asgardiana por un día, le había quedado muy claro que aquella no era una reacción habitual en ella. Por desgracia, no la conocía lo suficiente como para aventurar qué podía haberla trastocado tanto. El motorista tampoco parecía entender la reacción de la asgardiana, y estaba empezando a ponerse nervioso. La alegre efusividad de Uri tampoco estaba ayudando, así que Elektra alzó las manos para mostrarle a Jason cómo ponía los sais boca abajo y los volvía a guardar en las fundas de sus muslos.
- Va a ser mejor que nos tranquilicemos todos, ¿de acuerdo? Después hablaremos de asesinatos y recompensas. Si Brunilda está aquí quiere decir que está pasando algo gordo. Quizá ella pueda decirnos algo más.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 12th Diciembre 2019, 14:57
La rubia se adentró en la habitación como quien llega a casa de un amigo. Aunque no comprendía muy bien lo que estaba ocurriendo, ella era una guerrera y estaba habituada a guerras y situaciones extremas. Siempre se mostraba impertérrita a pesar de que en su mente se amontonan las preguntas sobre la extraña situación en la que se hallaba. ¿Qué hacía allí Elektra? ¿Quién era ese muchacho que había muerto y resucitado?¿ Por qué había tenido que asumir una carga de desesperación tan pronto?
- Los midgarianos se comportan de manera extraña. - Explicó el por qué qué de su pregunta cuando captó la sorpresa en el rostro de la ninja. Su mirada azul penetrante y eléctrica se encontró con la grisácea de la griega. Luego como si nada se volvió hacia el moreno para contestar sus preguntas.
- Miro tu alma desgarrada por un muerte prematura y una resurrección impura. Es triste cuando la vida de alguien se sega sin haber dejado que se termine - Habló sinceramente como si fuera lo más normal del mundo con ese tono algo seco que la caracterizaba. A veces se olvidaba de que en la cultura midgariana no era tan popular y conocida como en la asgardiana. Además, a este hecho se le sumaba el desconocimiento de que en la tierra no había ese reconocimiento de las valquirias y los dioses de la muerte. Se habían perdido muchas consideraciones y conocimientos del mundo mágico, místico y cósmico que en la Ciudad Dorada seguían muy presentes.
- ¿Qué es un autógrafo? - Preguntó sin ningún tipo de pena o pudor. Había mucho conceptos modernos que no entendía. Sobre todo los del fenómeno fan porque ella no era muy asidua de seguir a nadie y porque los asgardianos no estilaban coleccionar firmas de la gente.
- Yo soy de Asgard y estamos acostumbrados a lidiar con todo tipo armas. Incluso con las que dan mucho más miedo. -
Se la acercó un hombre sonriente con una copa en la mano. Aquel desconocido le ofreció la bebida y la valquiria la tomó.
- Gracias..- cuando se acercó a ella, le golpeó para dejarle inconsciente. - Lo siento, yo sólo bebo hidromiel. -
Sacó a Colmillo de Dragón y trazó un dibujo en el aire. Con una muda order cortó la magia que envolvía a aquel hombre. Miró a Elektra y Jason. ¿Estarían ellos también presa del embrujo de la criatura que amenazaba a los fieles de fe nórdica? Por si acaso, pasó la mística espada por encima de las cabezas de ambos, en un ráìdo y grácil movimiento.
- No sé mucho. Estoy aquí porque una magia extraña amenaza a mis congéneres. Con la piedra guía de la sacerdotisa - explicó enseñando el enser mágico que le había entregado su venerable Sedir. -he seguido la perturbación mística hasta este lugar. No soy buena en brujerías pero no había nadie más disponible. He oído que los midgarianos celebráis algo similar al Yule y también es tiempo de pasar con personas queridas. -
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 31st Diciembre 2019, 13:24
Estaba a favor del alto el fuego temporal, aquella nueva participante parecía valérselas por si misma pero parecía bastante perdida, ¿ pero quién no? Lo que parecía un simple trabajo de asesinato se estaba volviendo una telaraña de tramas que no paraba de enredarse cada vez más.
Tras las súbitas declaraciones de la rubia no pude si no sorprenderme aún más, poca gente fuera de la Batfamilia y algunos de sus aliados más íntimos conocían mi antigua identidad, y que de repente una desconocida lo soltase como si nada sin tan siquiera saber como me llamaba me parecía demasiado extraño.
Me tentó volver a levantar las pistolas para sonsacarle más, pero cuando dijo de donde procedía, comencé a entender todo. Después de todo el caos tras la unión de mundos, me estuve informando de todas las posibles amenazas nuevas que me podría encontrar en este nuevo universo; y sacando a relucir mi lado más friki sobre la mitologia, no pude evitar interesarme por Asgard y toda su historia.
No era la primera vez que trataba con sucesos paranormales o mágicos, pero que existiese sobre nuestras cabezas un mundo repleto de literalmente dioses, me fascinaba. Al decir todo eso con naturalidad, demostraba que la mujer se había criado en un entorno lleno de magia, lo que explicaría que supiese tanto sobre mi al tan solo verme.
-¿Me lo dices o me lo cuentas?-dije en un tono irónico aunque un poco apagado, los recuerdos y emociones sobre ese fatídico día no paraban de roer en mi cabeza cada vez que alguien mencionaba el tema.
Rápidamente la mujer llamada Brunilda noqueó al chaval, pareciendo que iba a acabar con él al sacar su arma, pero con un sutil movimiento la pasó por encima de su cabeza, repitiendo dicha acción con nosotros dos en cuestión de segundos.
Se notaba que era diestra con esa espada, ya que me había pillado con la guardia baja y sin poder contraatacar, iba a tener que tener cuidado.
En verdad no sabía porque me estaba tomando tan bien la situación, se suponía que era fácil: entrar, matar,salir y cobrar; pero de repente tenía que encontrarme a dos mujeres con altas posibilidades de que pudiesen partirme el cuello con facilidad y una maldición mágica que ni yo entendía.
Pero bueno, si te dan limones haz limonada...
-Oh si, la Navidad, gran época donde te atiborras a ponche de huevo y finges que te caen bien tus primos lejanos que ves una vez al año; una noche mágica sin duda. Pero centrándonos ahora en lo serio, yo vine aquí a cargarme a un ruso cabrón, pero no creo que me pueda ir sin más sabiendo que todo el jodido New Jersey se están volviendo unos zombies descerebrados, por lo que señorita rubiales, cuenta conmigo para tu caza mágica-dije animado mientras imitaba una reverencia.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 21st Enero 2020, 17:32
"Una muerte prematura y una resurrección impura...". Elektra no era una mujer impresionable, y, sin embargo, al oír aquellas palabras sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo entero. No guardaba recuerdos de cuando había estado muerta, pero sí había retenido algo parecido a impresiones cuando La Mano había iniciado el ritual de resurrección para traerla de vuelta. Recordaba cada insuflado de energía vital oscura y corrupta por cada miembro de la Mano que entregaba su vida para poder revivir la suya, como empellones en la oscuridad que la empujaban hacia la luz causándole un dolor agónico, como el árbol que es arrancado de sus raíces, al tiempo que la invadía una profunda sensación de repulsa y náusea. Y, entonces, la calidez absoluta del amor de Matt llenando cada rincón de su ser, limpiando la podredumbre y la corrupción como un bálsamo curativo sobre la herida gangrenada, eliminando por completo el dolor e inundándola de paz...
¿Aquél hombre había pasado por lo mismo que ella? ¿Cómo podía ser? Era raro que un asesino de La Mano empleara armas de fuego, pues se trataba de un culto aferrado a sus antiguas tradiciones. Tenía muchas preguntas... Pero estaba claro que no debía de resultar un tema agradable para el joven, igual que no lo era para ella. Quizá más adelante podría hablar con él, en circunstancias más propicias.
- Heh -sus labios se curvaron en un esbozo de sonrisa cuando la rubia le pegó el puñetazo al chico, cruzando los brazos al pecho mientras la miraba con una ceja enarcada-. ¿Has hecho un chiste? ¿Brunilda de Asgard ha hecho un chiste? Guau. Esto tiene que ser un milagro navideño.
- ¡Uri! -exclamó el ruso corriendo a arrodillarse a su lado para tratar de reanimarlo. Ni siquiera entonces la sombra del enfado perturbó su semblante-. Oh, eso no ha sido muy cortés, pero...
Elektra le golpeó en la nuca con la empuñadura del sai, haciendo que se desplomara sobre el cuerpo de su hijo. Habría podido matarle y tendría terminado el trabajo, pero matarle así perdía toda la gracia. Elektra se aburría cuando no trataban de resistirse o correr. Le quitaba la mayor parte de la diversión.
Ya había visto la espada de la valquiria en acción cuando había cortado el hechizo de fuego que la rodeaba durante su pequeña aventura en la mansión Ruthschild, así que el gesto de Brunilda no le resultó tan extraño como podría haber parecido en un principio, aunque no quedó del todo claro hasta que la rubia se explicó:
- No sé mucho. Estoy aquí porque una magia extraña amenaza a mis congéneres. Con la piedra guía de la sacerdotisa he seguido la perturbación mística hasta este lugar. No soy buena en brujerías pero no había nadie más disponible.
Magia. Genial. Elektra odiaba la magia. No confiaba en nada que no pudiera tocar con sus cinco sentidos. El chico del casco empezó a resolver las dudas de Brunilda acerca de la Navidad, pero la griega estaba más centrada en otra cosa...
- ¿Esa roca... se supone que tiene que brillar así? -inquirió, señalando hacia la piedra que les acababa de mostrar la valquiria, y que estaba empezando a emitir un tenue resplandor.
Casi al mismo tiempo, pudieron escuchar sonidos de fuegos artificiales provenientes del exterior, y Elektra se asomó a la ventana.
- Los fuegos vienen de la bahía. ¿Nos acercamos? Por algún sitio tenemos que empezar a buscar lo que sea que está causando ésto... Mi nombre es Elektra, por cierto -dijo, dirigiéndose al desconocido.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 7th Febrero 2020, 19:24
El tono de voz del joven la hizo saber que se había extralimitado un poco. No debería haber dicho nada. Las valquirias habían actuado y actuarían siempre de forma impasible vieran lo que vieran. La rubia sabía muy bien que no se podía dar información ni comentar sobre los designios del destino y la muerte. Pero no sé pudo contener. Sí había un tema que la llegase y afectase sobre manera era cuando la muerte elegía a personas demasiado jóvenes. Nunca se cuestionaba ni su labor ni lo que pedían las tres normas, salvo en aquellos casos. Su sensibilidad era más palpable cuando a quien tocaba abandonar el mundo de los vivos era alguien que no había tenido tiempo ni de formarse ni de cometer conscientemente errores.
-Lamento haber sido poco profesional. Una valquiria no comenta lo que ve.-Hizo una semireverencia a modo de disculpa. -A pesar de los años nunca me acostumbro a cuando le ocurre a alguien tan joven.- Las valquirias veían constantemente las peculiaridades de las almas. Pero no es cuestión suya comentarlas o hacérselas llegar a los propietarios.
Notó que a la ninja su comentario también le había hecho mal. Era normal, también había vivido un proceso de resurrección impura. Debía decir algo, pero ¿qué? No era especialmente buena en dar ánimos a la gente. Luego Jason habló sobre la Navidad y suspiró aliviada.
- Navidad, que nombre más raro. - Por lo que exponía Red Hood, el concepto era bastante similar al Yule. Una celebración del clan. Un tiempo de unidad y celebración. - Valquiria o Brunilda, nada de apodos o nombrecitos.-
Brunilda no estaba muy culturizada en fiestas midgarianas. Desde la fusión de los universos en Omega menos pues no contaba con nadie que la ayudase a integrarse o enseñase las señas de identidad social del planeta tierra. Las personas que más la ayudaban a conocer y aprender de ese mundo que le era muy ajeno ya no se encontraban.
-Es por el Yule; me ponen de mejor humor el hidromiel y la comida. También estar rodeada de belleza ayuda. - dijo en un sutil galanteo.
Entre la charla, las explicaciones y presentaciones la asgardiana se había olvidado de la piedra de la sacerdotisa. Cuando Elektra la señaló que había comenzado de nuevo a brillar miró el objetivo.
-Sí.- Asintió también con la cabeza. - Su brillo indica la dirección en que se encuentra la magia que afecta a la gente.- Escuchó unos ruidos que para ella eran extraños. Se la asemejaban a los estruendos que dejaba el del trueno al surcar el cielo.
-Vayamos, pues.- dijo confiando en el buen juicio de la ninja.
Última edición por Valerie Kozlov el 15th Marzo 2020, 18:03, editado 1 vez
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 5th Marzo 2020, 12:05
Mentalmente seguía replanteándome como cojones había acabado con estas dos tías apunto de enfrentarnos a una amenaza mágica que podría esclavizar toda Nueva Jersey, mira que lo de matar rusos era fácil, pero como siempre;al final alguien la tenía que liar.
Dejé que las dos intercambiasen chistes, mi buen humor ya se había pasado y ahora mismo quería centrarme en el trabajo,sin contar con que no quería meterme y molestar a una semidiosa cuyo bíceps era del tamaño de mi cabeza.
-Parece que habrá que posponer lo de los rusos,una pena,siempre me gusta librar de un par de escorias al mundo. Así que sigamos esa piedra mágica que brilla, total, ¿qué puede salir mal?-dije irónico mientras comenzaba a salir de la mansión rumbo a mi moto.
Tras llegar al vehículo me di la vuelta con esperanza de que me hubiesen seguido:
-Puedo llevar a una copiloto,no se si los Asgardianos pueden volar o montar en nubes mágicas o así, pero espero que esta humilde moto os sea de vuestro agrado-bromeé haciendo una reverencia.
Tras esperar un momento a ver si alguna decidía montarse me dirigí rápidamente a la bahía, aparcando un poco alejado de la vistosa feria que se había organizado.
Bajé de la moto y me acerqué a la entrada mientras dejaba el casco en la moto y me abrochaba la cabeza,puesto que no quería llamar la atención. Ya al entrar, un niño de unos 5 años se acercó corriendo hacia mi y agarrándome de la manga me ofreció un poco de algodón de azúcar mientras mantenía una brillante sonrisa en la cara.
-Va a ser que no chaval,estoy a dieta. Pero gracias-dije mientras le acariciaba suavemente la cabeza y seguía mi trayecto. Mientras paseaba no pude evitar observar como todos los transeúntes no paraban de sonreír y reírse, algo normal en una feria,pero tras oír todas las movidas que había dicho Brunilda, no podía bajar la guardia. Instintivamente metí una mano en la chaqueta, donde guardaba las pistolas, mientras me giraba en busca de mis aliadas temporales.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 15th Marzo 2020, 18:01
De 0 a 5: Fracaso. De 6 a 10: Éxito.
Tirada 1: Elektra Tirada 2: Brunilda Tirada 3: Jason
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 15th Marzo 2020, 18:01
El miembro 'Elektra Natchios' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados
#1 'Dado de 10' : 10
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#2 'Dado de 10' : 1
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#3 'Dado de 10' : 2
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 15th Marzo 2020, 18:17
No les fue muy difícil encontrar el lugar. Lo único que tuvieron que hacer fue seguir a la gente que, como ovejas en un rebaño, iban saliendo de sus casas para dirigirse todos en fila hacia la playa, desde donde se estaba produciendo todo un despliegue de fuegos artificiales. Había un festival organizado a la luz de la luna sobre la arena, con puestecitos vendiendo bastoncillos de caramelo, buzones para entregar las cartas a Santa Claus, decoración con nieve artificial falsa y muñecos de nieve montados sobre barcas de pesca que resultaban altamente inquietantes bajo la luz artificial de las guirnaldas y un gigantesco árbol junto a un gazebo, con un faro en miniatura en la cúspide en lugar de la estrella. Una mujer vertía una botella de champán por encima de una torre de copas perfectamente dispuesta, la gente brindaba, charlaba, se reía, bailaba y comía, la pura imagen de la alegría. En el gazebo había un coro cantando villancicos clásicos, otorgando a todo el ambiente un aire irreal, falso, como sacado de una película navideña de los años 50. Las sonrisas artificiales que tenían todos pintadas en las caras no ayudaban en absoluto a disminuir la sensación de desasosiego que generaba aquella estampa de felicidad perfecta, tan perfecta que parecía forzada. En el aire flotaba una extraña sensación de expectación, como si estuvieran esperando algo... o a alguien.
Pronto, tanto Brunilda como Jason empezaron a verse contagiados por el espíritu de la fiesta, sintiendo como poco a poco la alegría y la magia de la navidad inundaban sus corazones. Una atractiva joven se acercó a Brunilda ofreciéndole una copa de vino especiado caliente, y Elektra se sorprendió al ver que la valkiria lo aceptaba a pesar de encontrarse en la situación en la que estaban. Si algo había sacado Elektra en claro de la vez que trabajaron juntas era que Brunilda era toda una profesional, y a pesar de saber que no le hacía ascos a un buen licor, era raro verla beber en dichas circunstancias, especialmente cuando la vio ponerse a charlar y a reír con la chica que le había traído la copa. Iba a decirle algo cuando descubrió a Jason devorando una porción de pastel de chocolate con cobertura de menta que le habían ofrecido en uno de los puestos. Vale... a él sí que no le conocía de nada, pero no le daba la impresión de ser la clase de persona que se entregaba a aquella clase de placeres estando en una misión de asesinato, y si lo era, bueno, iba a afectar mucho a su imagen de badass siniestro y tal.
Rápidamente fue hacia él y le tiró de la manga.
- ¡Eh! ¿Qué pasa con tu "dieta"? -inquirió dándole un codazo disimulado en las costillas-. ¡Deja eso!
Quitándole el plato de las manos lo volvió a dejar sobre la superficie del puesto y tiró de él en dirección a Brunilda. Tenían que averiguar qué estaba pasando.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 21st Marzo 2020, 16:06
La diosa nórdica era algo seria y no se reía con facilidad. Con Electra al haber entrado en confianza la costaba menos mostrar ese lado amable y divertido que se escondía entre el deber, la seriedad y su carácter un tanto frío. En las misiones siempre se mostraba distante y un poco apática.
- Seguro que sabes que muchas cosas. No se puede estar desprevenido ante la magia.-
Salieron de la mansión y se dispusieron a encontrar el origen del mal que amenazaba a la población de Jersey. Al llegar a donde se encontraba la moto de Jason, éste se ofreció a llevarla. Brunilda le miró con una ceja alzada. Intentaba seguir el hilo de pensamiento de Jason. Porque no entendía las locuras que estaba soltando sobre su raza. ¿Nube mágica? Qué era eso un antiguo cuento midgariano para niños. La valquiria no lograba entender la referencia a Bola de Dragón.
- No te preocupes, yo tengo montura.- No se fiaba mucho de los vehículos a motor. Mentalmente llamó a su caballo alado Aragorn, que acudió de inmediato. El "Pegaso" aterrizó con elegancia y maestría. La valquiria acarició el hocico del animal y se subió a él.
Aragorn se elevó pero se mantuvo a una distancia cercana, en un vuelo bajo con el que seguía el compás de sus compañeros de equipo. Al poco rato llegaron a la bahía. En el lugar había mucha gente divirtiéndose. Un niño se acercó a Red Hood y le ofreció un algodón de azúcar. Este lo rechazó bromista. Brunilda se fijó en ese inusual felicidad que parecía impregnar a toda la gente que se encontraba allí. Justo como había pasado en la mansión de los rusos. Raro. Parecía que ese era alguna clase de efecto de lo que estaba amenazando a sus fieles.
El grupo de justicieros, formado por dos antihéroes y una heroína, siguieron a la gente que hipnotizada e idiotizados se dirigía a la playa. En la playa estaba teniendo un festival de luces. La asgardiana no sabía lo que eran los fuegos artificiales. Era la primera vez que los veía. Se quedó entre sorprendida y maravillada. Pero disimuló su curiosidad y asombro. Ya preguntaría luego. Lo primordial era librar a la población del mal cuanto antes. También le llamó la atención la cantidad de puestos que vendían comida y dulces junto con la decoración para su gusto excesiva. Le recordaba a un día de mercado pero exagerando las decoraciones y el ambiente festivo. Encontraba todo el lugar muy extraño. Ella no estaba acostumbrada al despliegue navideño y la impactaba bastante ver esas coloridas, iluminadas y estridentes decoraciones.
Brunilda sintió como algo pasaba. De repente se vio de inmersa en una desbordante e inusitada alegría. Sus deberes y preocupaciones ya no importaban. No recordaba por qué había venido a la playa. Sólo sabía que tenía que divertirse y bailar. Su mente iba dejándose llevar por el embrujo. No podía discernir que había algo mal o extraño. Pensaba que todo estaba bien. Que había que disfrutar y ser feliz. Un chico la ofreció vida no caliente y tomó el vaso alegre. La rubia se metió a festejar con aquellas felices personas teniendo en su rostro la misma sonrisa despreocupada que el resto de los asistentes a la fiesta de navidad playera. Una atractiva doncella se la había acercado y galante Brunilda empezó a charlar y coquetear con ella. Jason por su parte estaba devorando la comida que le ofrecían en el dicharachero lugar.
Mientras Elektra arrastraba a Jason, Brunilda empezó a bailar una especie de danza tradicional vikinga. Sus pasos no eran metódicos sino llenos de despistes y absurdeces. A cada instante que pasaba la valquiria iba perdiendo más y más su individualidad y volviéndose parte de la maza de zombies felices. La guerrera, aunque asgardiana y con magia en su mundo y en su raza, no era muy buena lidiando con la magia. Era especialmente vulnerable cuando se enfrentaba a hechizos o embrujos. Su férrea fuerza de voluntad se domaba ante las maquinaciones mágicas y le era muy difícil despertar de las ensoñaciones.
Última edición por Valerie Kozlov el 21st Marzo 2020, 16:10, editado 2 veces
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 21st Marzo 2020, 16:06
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 22nd Marzo 2020, 19:43
De repente ese antiguo sentimiento de felicidad volvió a invadirme,siendo incapaz de resistirme a tomar un pedazo de tarta que tan amablemente me habían ofrecido.Total el negocio de dar palizas a los malvados quemaba de por si muchas calorías y estaba en etapa de crecimiento ¿no?. En cuestión de segundo pasé a tomar una segunda porción,pero lamentablemente Elektra apareció y de forma no muy sutil hizo que dejase de comer.
No sé como demonios no se animaba un poco,estábamos en una maldita feria donde todo el mundo era feliz,¿qué mal había en relajarse un poco?Noté un tirón en mi mano mientras la ninja me arrastraba hacia la multitud,por lo que en vez de resistirme decidí seguir el ritmo de la música y el resto de la masa de gente mientras permitía que me siguiese llevando.
Finalmente aparecimos al lado de Brunilda,la cual estaba bailando una extraña danza junto a otra mujer casi tan atractiva como mis dos acompañantes,emocionado me safé del agarré de Elektra y a duras penas intenté imitar ese extraño baile entre risas,pero paré cuando penosamente casi me caigo.
Rápidamente me giré en dirección a la morena:-Anímese señorita Elektra,tanto tiempo con esa cara de mala hostia va a provocar que le salgan arrugas en ese bonito rostro-bromeé mientras me acercaba a ella y agarrándola de los hombros comenzaba a bailar y a dar giros entre carcajadas.
Debido a la cercanía pude fijarme mejor en su rostro,no pudiendo evitar comparar sus similitudes con mi mentora/enemiga/figura materna/¿amante? Talia al Ghul. Quizás me fuese ese rollo de mujer dominante,algo que tampoco le faltaba a la diosa nórdica, o al menos eso indicaba su bíceps del tamaño de mi cabeza.
Mi yo normal desecharía esos pensamientos a la primera de cambio,alegando que eso era mucho más del estilo de Grayson que del nuestro,pero tenía ganas de divertirme al fin y al cabo,por lo que en un instante acerqué mis labios rápidamente a los suyos intentando depositar un suave pico para luego reírme y seguir bailando al son de la música.
Última edición por Jason Todd el 22nd Marzo 2020, 20:49, editado 1 vez
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 22nd Marzo 2020, 19:43
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 23rd Marzo 2020, 01:00
Elektra abrió unos ojos como platos ante el roce de sus labios, y, durante un instante, se quedó inmóvil viendo cómo el moreno se reía y seguía bailando junto a Brunilda. Totalmente quieta, analizó en silencio la fiesta que se desarrollaba a su alrededor, registrando cada detalle extraño, cada elemento fuera de su lugar.
Una de las muchachas que danzaba en el grupo de Brunilda y Jason se desplomó exausta sobre la arena con una sonrisa de oreja a oreja. Elektra se arrodilló junto a ella y le tomó el pulso; estaba muerta. No sabía si la había matado estar horas y horas bailando sin detenerse siquiera para ingerir comida o bebida o si había sido otra cosa, pero aquello tenía que parar.
Decidida, avanzó con paso resuelto hacia Brunilda y, de un tirón firme, sacó a Colmillo de Dragón de su funda. La valquiria, presa del influjo que gobernaba a todos los demás, ni siquiera se dio cuenta. Elektra la había visto usarla para apagar el fuego mágico en la mansión Ruthschild, y la había visto pasarla por encima de sus cabezas en casa de Bezzubenkov, así que no le costó deducir lo que tenía que hacer.
La pasó primero por encima de la cabeza de Brunilda, que estaba más cerca, y después hizo lo mismo con Jason, aguardando hasta que la confusión reemplazó a la expresión de felicidad absurda que habían mantenido hasta hacía unos segundos.
- Seré breve -dijo una vez la atención de ambos estuvo enfocada sobre ella-. Hay una especie de influjo mágico sobre Barrington Beach que afecta a todos los que permanecen demasiado tiempo en el pueblo y les hace ser total, completa y estúpidamente felices hasta que mueren, no sé exactamente de qué. Acabo de salvaros de correr el mismo destino. Tenemos que encontrar qué es lo que lo está produciendo y matarlo. Y tú -con la punta de la espada que aún aferraba en su mano apuntó hacia Jason-; mientras estabas hechizado, me has besado.
Bajó la espada y se le quedó mirando mientras asimilaba la noticia, tomando buena nota de sus características físicas. Era bastante guapo, pero parecía también muy joven. Escandalosamente joven, de hecho.
Tomando la espada por la hoja, se la ofreció de vuelta a Brunilda por la empuñadura, y, cuando ésta la cogió, se acercó más a él, alzando la cabeza para mirarle a los ojos sin saber muy bien qué esperar. Estaba bastante sola y llevaba varios meses sin acostarse con nadie. Para ella, el sexo funcionaba como una vía de escape, una manera de encontrar algo de consuelo para la clase de vida que llevaba, pero le sacaba como mínimo diez años a ese chico, y además, ni siquiera le conocía ni sabía si tenía alguna clase de moral. La primera vez que se habían visto había estado a punto de matarla, y ni siquiera le había temblado el pulso. Claro que precisamente eso era lo que podía hacer que fuera más tolerante con su propia forma de vida, ¿no?
- Reflexiona sobre ello, y si quieres volver a hablar del tema cuando termine todo ésto, búscame -ofreció, dejando la puerta abierta por si él, libremente, quería cruzarla.
En ese instante, un hombre que estaba comiendo en la mesa de los pasteles, se desplomó también al suelo con la boca y las manos manchadas de chocolate y menta. Antes de que pudieran reaccionar, la música que tocaba la banda cambió, pasando de los villancicos tradicionales a una mucho más festiva, y la gente comenzó a reunirse junto a la entrada del paseo marítimo y a aplaudir con expresiones de felicidad radiante. Los tres justicieros no tardaron en averiguar el motivo: una inmensa carroza verde y dorada con un diseño que recordaba vagamente a una barca, sólo que tirada por seis renos artificiales, avanzaba movida por alguna clase de motor, y, sobre ella, Santa Claus sonreía y saludaba a su público, que le aclamaba y vitoreaba sin cesar.
- Apuesto a que ahí está el origen de nuestro problema -musitó Elektra, sombría.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 23rd Marzo 2020, 16:30
Brunilda se rió de forma histérica y aplaudió ante el beso de Jason a la morena. Estaba desposeída de su sentido del deber y su carácter adusto.
- ¿Es el día de los besos? Quizá deberíamos besarnos todos. - tiro besos al aire y se rió como una desquiciada. La caída de una de las mujeres que danzaban junto a ellos hizo que Brunilda se volviera a reír de forma demente. Como si todo fuera una gran broma y la jovencita muerta estuviera haciendo el tonto. A la valquiria no pareció importante el resplandor del alma abandonando el cuerpo de la muchacha.
- Si. En la casa noté que algo raro pasaba y corte la magia con mi espada. Era extraño la felicidad despreocupa y estúpida que había en el lugar. - Reflexionó sobre la nueva información proporcionada por la ninja.- Es como si al proporcionarles felicidad idiotizante les robase además la energía vital-
Brunilda se sorprendió ante la revelación del beso de Jason a Elektra. Se agachó un momento para ocuparse del alma de la muchacha muerta.
- Tranquila. - Usó sus poderes de diosa de la muerte para facilitarle el paso al más allá a la chica. - Ahora vas a descansar, irás a un buen lugar. - vio acceder la brillante bola de luz hacia el camino correcto y sonrió.
Tomó de vuelta su espada. Agradecía que Elektra la hubiera usado para sacarlos del embobamiento fruto de alguna clase de sortilegio. Pero se había expuesto de una forma muy real. Aunque la valquiria sabía sobre el alma de la ninja y como la espada no podía intentar devorarla. Había otro asunto. Colmillo de dragón inducía a la matanza y a la sangre. La espada usaba su influjo para que los usuarios se completarán de formas crueles y agresivas. Aumentaba los deseos de muerte y derramamientos de sangre. Brunilda tenía sometido al arma por si férrea voluntad. Pero en otras manos podía ser un objeto peligroso y ruin. Porque Colmillo de Dragón era un espada oscura. No fue creada para los paladines de la luz. No obstante, la aguerrida rubia parecía ser la dueña que el arma necesitaba. La asgardiana calmaba al arma y la doblegaba convirtiéndola en un poderoso arma para su pueblo.
Parecía que Jason y Elektra tenían algo que resolver. No era momento para arreglar tensiones sexuales. Tras la propuesta de la ninja habló, cortando aquel ambiente entre sus compañeros.
- Debo advertiros sobre Colmillo. Fue creada por un mago malvado. Es un arma que influye para conseguir muerte, caos, almas y sangre. Es peligroso usarla y es necesaria una voluntad honrada y firme para mitigar el influjo. - Habló con ese tono serio que se nos pone al contar sobre algo peligroso.
- Aunque supongo que esto último lo tenéis. Atravesar la puerta a la inversa te destruye si no tienes un alma fuerte. Pero no toquéis mi espada a menos que sea necesario.-
Nuevamente alguien volvió a fallecer debido al mal que les amenazaba. La valquiria se acercó al cuerpo y separó la alma de el cuerpo físico de aquel hombre. Ayudó a que su alma ascendiera y encontrase la paz. Con la joven había sido fácil pues su alma salió dolsy solo tuvo que mostrarle el camino. Con el hombre resultó un poco más complejo porque el alma se negaba a dejar la corporeidad. La música cambió. Algo en el interior de Brunilda se removió. Seguramente el perpetrador de aquel mal estaba actuando más intensamente. La gente comenzó a reunirse en un mismo lugar. Una carroza verde y dorada con un Santa Claus feliz y amigable, que animaba a los asistentes parecía ser el causante de aquel embrollo. Rápidamente se dirigieron hacia allí. Brunilda puso se espada en ristre, atenta a los posibles ataques y peligros que le salieran al paso.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 16th Mayo 2020, 00:47
Antes de que pudiese reaccionar la afilada espada de la valquiria me estaba apuntando a la yugular mientras que Elektra me comunicaba tranquilamente que le había besado. Un leve sonrojo apareció en mi rostro mientras que apartaba sútilmente con un dedo el filo de mi cara, obviamente la asesina era atractiva, pero sin el influjo de esa extraña magia jamás hubiese sido tan atrevido.
-Vale, nada de tocar la espada chupalmas, todo ok-intenté bromear para reducir mis nervios tras escuchar el comentario de Elektra sobre hablar con más calma sobre lo que acababa de suceder.
Rápidamente mis pensamientos se centraron en ver de forma solemne como Brunilda despedía a otra alma. Mejor sería no tocar nunca esa arma mágica, me daba miedo pensar en lo que podría hacerme teniendo una mente tan retorcida como la mía. Si algo tenía claro en esta vida era que no era una buena persona y tenía la cabeza demasiado tocada. En mi defensa he de decir que es lo normal cuando tienes que salir de tu propio ataúd a base de hostias.
De repente todo el mundo comenzó a acumularse en un mismo punto, empujándose entre ellos de forma ansiosa buscando hacerse espacio para observar más de cerca una carroza verde dirigida por un Santa Claus.
Estaba cansado de tantas gilipolleces, en menos de media hora había sido hipnotizado mágicamente, humillado por una de las mujeres más sensuales que había conocido y había tenido que reflexionar sobre lo imperfecto que era como persona; estaba hasta los cojones.
Levantando las pistolas disparé en dirección al motor de la carroza mientras apartaba a la muchedumbre, con intención de obligarla a detenerse. Tras los disparos seguí empujando a los conmocionados ciudadanos hasta llegar a estar cara a cara con la carroza, dando un salto para colocarme a la misma altura que el Santa Claus, sin mediar palabra puse el extremo del arma reposando sobre su frente.
-Como este año he sido muy bueno espero que me regales un par de respuestas gordito, o si no ya te digo que tu regalo va a ser mucho peor que cualquier carbón que hayas enviado-amenacé mientras mantenía la mirada fija en el hombre.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 16th Mayo 2020, 01:28
De 0 a 5: Fracaso. De 6 a 10: Éxito.
Tirada 1: Elektra Tirada 2: Brunilda Tirada 3: Jason
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 16th Mayo 2020, 01:28
El miembro 'Elektra Natchios' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados
#1 'Dado de 10' : 8
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#2 'Dado de 10' : 10
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#3 'Dado de 10' : 6
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 21st Mayo 2020, 18:00
- ¿Una voluntad honrada y firme? -Elektra arqueó una ceja y se apartó de la espada como si se tratara de una serpiente-. Tranquila, no volveré a tocar esa cosa.
Tan pronto Jason inició su ataque la gente del pueblo se movió, avanzando todos a una para formar una sólida y sonriente barrera humana entre sus dos compañeras, el Santa Claus siniestro y él. Estaban tan inmóviles que si no fuera por los sutiles movimientos reflejos de sus cuerpos (respiración, pestañeo, etc) habrían podido pensar que se habían convertido en estatuas de piedra. En ese momento, un intenso zumbido empezó a hacerse oír por encima de sus cabezas. Los tres guerreros miraron por instinto hacia arriba justo a tiempo para ver un gigantesco enjambre, tan poblado que amenazaba con oscurecer toda aquella sección del cielo por encima de la playa. El enjambre estaba conformado por cientos de diminutas hadas que poco o nada tenían que ver con la bucólica imagen que de ellas ofrecían los cuentos, si es que aquellas fauces repletas de colmillos eran indicativo de algo.
Las criaturas descendieron en picado hacia ellos, y Elektra no vaciló un segundo, desenvainando la katana que llevaba a la espalda y utilizándola para decapitar a las tres primeras hadas que se acercaron lo suficiente de un sólo tajo. Un grupo numeroso de ellas se abatió sobre Jason como una colmena de avispas furiosas, obligándole a retroceder para evitarlas al tiempo que disparaba como loco tratando de acertar al mayor número de ellas. No tenía más remedio que tener la atención fija en las letales hadas para evitar que llegaran a desgarrarle la carne con los colmillos, así que no pudo ver cuándo llegaba al final de la carroza y cayó de espaldas al suelo.
Al mismo tiempo, la superficie del mar comenzó a arremolinarse y a burbujear, al tiempo que unas espantosas criaturas con cuerpo humanoide, cabezas de pulpo y alas de mariposa negras empezaban a reptar hacia la superficie por la arena de la playa, llevando armas básicas y primitivas en las manos (arcos de madera, cachiporras, machetes oxidados, dagas...).
Y entonces, Brunilda comprendió al fin contra qué se enfrentaban: aquellas eran las antiguas hadas, las verdaderas que protagonizaron los escritos de H.P. Lovecraft, y si eso era así, entonces el falso Santa Claus no podía ser otro más que el rey de las hadas, que había tomado aquella forma tan aparentemente inocua para conquistar la Tierra...
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 29th Mayo 2020, 10:38
La reacción de Jason ante la mención de Elektra del beso la hizo gracia. Por la actitud bromista y chulesca no se esperaba esa reacción tan "inocente" de Jason. Bueno, después de todo el chico no pasaba muchos años de la edad imberbe y la ninja estaba bien curtida. Pero recordó inmediatamente que estaban en una misión y que estaba muriendo gente. No había tiempo ni para risitas ni para cuchicheos ni amorios.
- Ciertamente es una espada temible- parte de su ser se sentía orgullosa de poder domar un arma maldita. -Pero en mi quehacer es mejor llevar este tipo de armas.- Porque Brunilda al cumplir su trabajo de diosa nórdica y mensajera de la muerte se enfrentaba a cosas inimaginables. No era una de las labores más sencillas y fáciles de realizar. Había dedicado toda su vida a enfrentar amenazas y cuando se realiza una labor así más vale estar bien armado.
Cuando avanzaron hacia el Santa Claus, la gente feliz empezó a cerrarles el paso. Brunilda les apartaba con las manos y se abría paso entre ellos cómo podía. Si no fuera una situación urgente hubiera quitado a esa gente de en medio de forma más gentil pero no era el momento de estarse con remilgos. Cuando la ocasión apremia tienes que valerte de cualquier cosa para conseguir tu objetivo antes de que el tiempo mine tu plan de acción.
Unos extraños seres empezaron a rodearlos. Parecían una versión distorsionada de las bellas y amigables hadas de los cuentos. Rápidamente, la asgardiana se puso en posición de ataque, preparada para actuar cuando aquel enjambre de Campanillas hicieran el más mínimo movimiento usar sin remordimiento a su preciada Colmillo de Dragón. Con precisos y majestuosos golpes de espada la guerrera iba abatiendo a cuantas criaturas se acercaban a ella. Poco a poco iba avanzando hacia el Santa Claus. Eran unas criaturas endebles peor había muchas y cada paso era difícil.
Del mar salieron unos seres horrendos con cabezas de calamar. Brunilda había visto todo tipo de criaturas en sus aventuras y menos agraciadas de las que tenían delante. Pero eso no le quitaba que aquellos seres cabeza-pulpo eran bastante difíciles de mirar. Pensando en los bicharracos esos le vino a la memoria un relato pronunciado por la caza monstruos Elsa Bloodstone. En su historia, Elsa hablaba de unos seres que se parecían mucho a los que estaban viendo. La cazadora de monstruos los llamó a esos seres de aspecto Cthulhuesco y alas de cuero antiguas hadas. Estaban lideradas por Oberoth'm'gozz, el verdadero Rey de las hadas antiguas. Oberoth'm'gozz usaba una especie de conjuro que inducía a una felicidad idiotizante. Dejaba al afectado incapaz de cumplir su cometido.
- Cuidado- advirtió a sus compañeros - No podemos ser presas de su magia o seremos como esa masa de idiotas felices. Este ser es poderoso y si caemos en su embrujo es muy posible que fracasemos. -
La valquiria siguió avanzando mientras su espada rugía satisfecha con la sangre de aquellas hadas primigenias y antiguas. Cada vez estaba más cerca del gordo vestido de rojo. La asgardiana calculó bien su situación. Invocó su lanza y la usó junto con su espada para librarse de más enemigos. En un momento dado, arrojó su lanza hacia el rey hada. Rápidamente la rubia se movió para que la lanza funcionase como distractor y poder derramas la furia de su espada sobre Oberoth'm'gozz.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 16th Julio 2020, 14:55
Aún cuando la muchedumbre me dificultaba el paso a modo de barrera humana, fui capaz de llegar a la carroza, listo para poner una bala entre ceja y ceja de aquel gordo; pero nunca me hubiese imaginado la peculiar forma de defensa que tenía el grandullón.
Unos fuertes zumbidos llenaron el aire y en cuestión de segundos unos colosales bichos alados comenzaron a atacarme como si de aves de presa se tratasen, por lo que tuve que desviar mi atención del premio gordo y comenzar a disparar a estas extrañas criaturas para defenderme. Asqueado al verlas de cerca, me fijé que eran una versión retorcida de las hadas de mis cuentos de la infancia, como si no tuviese ya suficientes traumas. Intentando librarme de esa bandada de criaturas, mi visión se nubló tanto como para perder de vista el final de la carroza y caer torpemente de espaldas al suelo.
Las hadas aprovecharon ese momento para lanzarse en picado en mi dirección intentando rematar a una presa fácil, pero lo que no sabían era que esta presa tenía un jodido táser equipado en su ropa, por lo que esperé a que un gran número de ellas se aproximase hacia mi torso para activarlo y achicharrarlas a todas, literalmente me había vuelto un matamosquitos humano, y que bien se sentía.
Sin tiempo que perder me levanté ágilmente y convoqué las all blades, sabiendo que tendrían un efecto mucho mayor ante seres mágicos. Por el rabillo del ojo observé como Brunilda se centraba en Santa, por lo que decidí no molestarla y me dirigí directamente hacia la horda de bichos pulpo que se aproximaba desde la orilla.
Si mi cabeza no me fallaba, parecían la viva imagen de Cthullu, pero tampoco tenía mucho tiempo para reflexionar mientras comenzaba a dar espadazos a diestro y siniestro intentando rebanarlos, sabía que eran demasiados para mi solos, pero contaba con que Elektra me echase una mano. Si tenía suerte y el táser se recargaba a tiempo, quizás podría usarlo en el propio agua para intentar acabar con la marea incesante de monstruos que parecían surgir de ella.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 8th Agosto 2020, 16:23
La heroína y los dos antihéroes combatían ferozmente contra las criaturas salidas de una pesadilla lovecraftiana. Elektra alternaba el uso de la katana contra las que habían salido del mar con el lanzamiento de shurikens contra las hadas que se acercaban demasiado, tumbando una otras otra con letal eficacia. Sin embargo, eran demasiadas, y, eventualmente habrían terminado superándola, pero cuando ya la asesina empezaba a perder la esperanza, un siseo flamígero junto a ella le llamó la atención; Jason Todd acababa de partir por la mitad a una de aquellas bestias utilizando lo que parecían ser espadas de fuego.
- ¡Espalda contra espalda! -le gritó para evitar que les rodearan, y, rápidamente, se abrió paso entre las hordas de monstruos hasta colocarse a espaldas del moreno. Katana en ristre, le miró de soslayo por encima del hombro sin poder evitar una sonrisa pletórica en el rostro. En mitad de la batalla y sin tener que preocuparse de vidas inocentes (pues todos los aldeanos se encontraban rodeando a Santa Claus) se encontraba justo en su elemento-. Hey, guapo, menudas espadas tienes ahí -le dijo mientras decapitaba a otra de las criaturas abisales-. ¿Qué edad tienes? Porque creo que hacemos un equipo fabuloso, ¿tú no?
Mientras tanto, Brunilda se defendía empalando a las bestias en mitad del aire con su lanza mientras un fluido pegajoso del color de los arándanos se deslizaba por el mango de la madera hasta sus manos y lanzando tajos a diestro y siniestro hasta que logró abrir un hueco para arrojar su lanza hasta el rey de las hadas, logrando acertar a Oberoth'm'gozz justo en la mitad de su gorda panza. El falso Santa Claus rugió lleno de ira aferrando el mango de la lanza.
- ¡Me comeré la alegría de tus huesos! -rugió, enfocando hacia ella su poder de aura de felicidad.
Tirada enfrentada:
En su próxima respuesta Brunilda deberá tirar los dados a ver si supera la tirada enfrentada contra Oberoth'm'gozz
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 8th Agosto 2020, 16:23
El miembro 'Elektra Natchios' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados
'Dado de 10' : 3
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 24th Agosto 2020, 16:47
Brunilda hacía gala de una sincronización perfecta de movimientos. Su espada Colmillo de Dragón asestaba golpes fuertes y contundentes a quien osase hacerle frente. No sólo era el poder de la espada. La formidable destreza y habilidades de combate la hacían una perfecta y lustrada guerrera. El entrenamiento diario y la dura enseñanza militar asgardiana eran el origen de sus actitudes como metódica y estratégica combatiente. Su camino hasta el gordinflón vestido de rojo se empedró con la sangre de las hadas original en que salían enfrentarla. Un asqueroso líquido morado salía de los cuerpos de las hadas-Cthulhu al ser cortados.
La guerrera asgardiana miró un segundo por el rabillo del ojo a sus compañeros de equipo. estaban dando buena cuenta del séquito de Oberoth'm'gozz. Elektra y Jason estaban haciendo más que buenas migas. A la valquiria le pareció que lo tenían todo bajo control así que siguió con su estrategia. había lanzado su arma con precisión y certeza. no por ser una maniobra de distracción tenía que hacer un mal ataque. Era la mejor lancera de las lanceras asgardianas. su capacidad y destreza con la lanza no tenían rival. había realizado hazañas increíbles con aquel arma arrojadiza. Por eso, no la extrañó que su preciada arma diera en la gran barriga del rey hada. Una sonrisa un tanto cínica y prepotente surcó su rostro. Se enorgullecía de sí misma.
El ataque de la valquiria dio certero en el señor de las hadas. Este colérico lanzó una amenaza en forma de alarido. Por sus palabras y sus movimientos la valquiria pudo leer que Oberoth'm'gozz iba a realizar un ataque contra ella. Sabiendo la naturaleza mágica de los poderes de la criatura a la que se enfrentaban, con una singular presteza la rubia y entrenada guerrera se posicionó defensiva. el hechizo iba dirigido a ella. El rey de las hadas quería idiotizarla y así robarle toda su energía vital, pero no se lo permitiría. Tenía que cortar su hechizo y lanzarle un mandoble para derrotarle. A través de su enlace psíquico ordenó a su espada mágica cortar el ataque de Oberoth'm'gozz. Un espadazo de Colmillo hizo frente al ataque de el señor de las hadas primigenias. Potente y brutal despedazó el conjuro lanzado contra su ama. La valquiria al verse a salvo del conjuro embistió contra el gordo vestido de rojo. La habilidosa guerrera lanzó una serie de ataques con su preciada espada.
Última edición por Valerie Kozlov el 24th Agosto 2020, 17:58, editado 1 vez
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 24th Agosto 2020, 16:47
El miembro 'Valerie Kozlov' ha efectuado la acción siguiente: Tirada de dados
'Dado de 10' : 4
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 29th Agosto 2020, 13:51
La mole de bichos raros seguía viniendo y viniendo, sin importar cuantos desgraciados matase parecía que otros dos lo sustituían en cuestión de segundos.Por suerte no es que fuesen enemigos muy inteligentes o hábiles, siendo más un estorbo que una amenaza real.
La ninja parecía seguir el ritmo sin problema, apareciendo entre la marabunta eliminando a todo aquel se cruzaba en su camino para indica que nos cubriésemos la espalda el uno al otro, idea que apoyé al instante rozando mis escápulas con las suyas mientras seguía lanzando espadazos a diestro y siniestro.
-Siempre me dicen que lo único más afilado que estas preciosidades es mi sentido del humor-bromeé mientras seguía el coqueteo de Elektra. El beso que le había dado bajo los efectos de la magia había sido bastante inoportuno, no podía evitar sentirme atraído sexualmente por ella, tengo ojos joder; pero ese aire a Talia me hacía recordar cosas que eran mejor olvidar.
-Una pregunta un poco difícil de contestar, digamos que tengo dos cumpleaños-dije en un tono sombrío mientras hacía referencia a mi resurrección forzada tras la paliza del Joker.
Un breve pitido en mi traje me indicó que el táser por fin estaba cargado de nuevo, buenas noticias para nosotros, malas para los bichos pulpo.
-Ey, me voy a adelantar hasta el mar, tengo un regalito de despedida para nuestros amables amigos, sigue cuidándome así de bien la espalda y quizás te acabe diciendo mi edad-dije de forma traviesa mientras guiñaba un ojo y empezaba a avanzar hacia la entrada del puerto.
Ya en posición saqué dos cables de la placa en forma de murciélago de mi pectoral, los podía utilizar tanto para uso ofensivo como para ,en el peor de los casos, ser un desfribilador casero. Lancé los cables al agua haciendo contacto, para posteriormente accionar el táser de mi traje lanzando así una potente descarga eléctrica hacia el agua.
Siendo esta una potente conductora de la electridiad, contaba con que afectase bastante a la marea de enemigos que no paraba de emerger de las profundidades.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 5th Septiembre 2020, 13:34
Al ver que no estaba consiguiendo frenar a la valquiria, el rey de las hadas redobló la fuerza de sus ataques.
- ¿Cómo es posible que aún estés consiguiendo avanzar? ¿Cómo? -exclamó, frustrado-. ¿Qué eres? ¡Conseguiré verte feliz! -aulló.
La intensidad del hechizo se había incrementado tanto que Brunilda podía experimentarla como una fuerza física tangible que la empujaba hacia atrás, cegándola con su brillo. No obstante, aquello no le hizo ceder, sino que empuñó a Colmillo de Dragón con aún más determinación, esgrimiéndola de un lado a otro para ir abriéndose camino a través del hechizo hasta que tuvo a Oberoth'm'gozz a alcance de su espada, momento en el que, de un tajo horizontal, le descerrajó las tripas.
El rey de las hadas cayó hacia atrás en la carroza, inerte, recuperando al morir su auténtico aspecto, el de una criatura de apariencia humanoide con la cabeza repleta de tentáculos, como si fuera un pulpo.
Al momento, todos los habitantes del pueblo recuperaron el control sobre sí mismos, mirándose unos a otros con aspecto confundido y con terror hacia las criaturas inhumanas que infestaban la playa, y que, al ver a su rey muerto, comenzaron a huir en desbandada, retirándose por donde habían surgido. La descarga que Jason dio al agua terminó de desmotivar a los que aún quedaban en el mar; los que no murieron o quedaron incapacitados se apresuraron en darse la vuelta y retirarse. Pronto sólo quedaron los dos antihéroes, la heroína, los habitantes de Barrington Beach, el cadáver de Oberoth'm'gozz y las entrañas de las hadas muertas decorando la playa.
Varias furgonetas negras con el emblema de S.H.I.E.L.D. en el lateral comenzaron a aparcar en el paseo marítimo, y de ellas surgieron numerosos agentes ataviados con una versión diferente del uniforme que Elektra conocía, decorado con motivos negros y dorados. Una mujer afroamericana con los brazos repletos de tatuajes y símbolos cabalísticos avanzó hacia ellos acompañada por un hombre, de tez también negra, que anotaba cosas en una tablet mientras el resto de agentes se dispersaba por la playa; Algunos se ocupaban de ir atendiendo a los habitantes del pueblo mientras otros se dedicaban a ir limpiando los restos de la carnicería.
- Soy Pandora Peters, directora de W.A.N.D., la división de defensa mágica de S.H.I.E.L.D. -se presentó la mujer-. Éste es Todd, agente de W.A.N.D. Lamentamos haber tardado tanto en intervenir, pero hasta que no habéis empezado la batalla no nos hemos dado cuenta de que el rey de las hadas había extendido sus tentáculos por éste pueblo. Os pedimos disculpas, normalmente ésto es algo de lo que nos tendríamos que haber ocupado nosotros mismos.
Detrás de ellos, dos agentes estaban retirando el cuerpo destrozado de Oberoth'm'gozz.
- Brunilda, Elektra y... Red Hood, ¿no es cierto? -el llamado Todd le hizo un gesto de asentimiento desde su tablet. Aún estaban actualizando su registro con los nuevos individuos con capacidades aumentadas que habían surgido del otro universo-. Tenéis el reconocimiento de una nación agradecida. Podéis retiraros. Ah, si alguno de vosotros ha caído en algún momento bajo el hechizo de felicidad del rey, os vendrá bien ésto -les entregó a cada uno un pequeño botecito lleno de pastillas de serotonina-. Seguramente os vais a sentir algo... vacíos durante un tiempo, pero las pastillas deberían ayudar.
Tras decir todo ésto, ella y Todd se alejaron a continuar impartiendo instrucciones, dejando a los tres improvisados héroes en la orilla de la playa, cubiertos de pies a cabeza en entrañas de hada.
- ¿A alguien le apetece un baño? -dijo Elektra, rompiendo el silencio.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 18th Septiembre 2020, 14:33
Mientras la aguerrida valquiria se enfrentaba valerosa y con un gesto férreo a Oberoth'm'gozz, Red Hood y Elektra se encargaban de las vastas hordas del Rey Hada.
La poderosa rubia sentía como el ingente poder de aquella extraña y antigua criatura mística se hacía presente. El cuerpo asgardiano de Brunilda notaba oposición de una formidable fuerza mágica que trataba de bloquear sus embistes. Un destello de ese poder la cegó. Pero la valquiria era terca y siguió resistiendo y enfrentándose. Colmillo de Dragón rugió con más determinación y con sus fauces rasguñó y despedazó el hechizo del señor de las hadas antiguas. El hambre de la espada se calmó cuando su filo cortó el vientre de Oberoth'm'gozz. Esta criatura cayó derrotado y la rubia sonrió. El cuerpo muerto del Rey Hada mostraba su aspecto original.
Una vez muerto Oberoth'm'gozz, se rompió su hechizo en los lugareños mostrando su desconcierto. Brunilda miró a sus compañeros de misión, que carecían haber cumplido su cometido de forma muy digna.
De súbito, varios vehículos empezaron a llegar. La asgardiana reconoció el logo de S.H.I.E.L.D. Pensó que se cruzaría de frente con Nick Fury y grande fue su sorpresa al no ser así. En el lugar de Furia se encontraba una mujer afrodescendiente que se presentó como Panadera Peter. La directora de algo llamado W.A.N.D. que parecía ser una división de S.H.I.E.L.D. se ocupaba de las batallas místicas. La asgardiana escucho lo que la mujer decía. La atractiva rubia asintió con la cabeza cuando el agente Todd la nombró. Tras las palabras y agradecimientos del hombre, Elektra propuso darse un chapuzón.
- Estoy deseando probar el agua - Brunilda empezó a destrenzar su cabello y sin vergüenza alguna se quitó su traje, dejando sus agraciados y hermosos atributos femeninos a la vista.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 30th Septiembre 2020, 19:47
Lo habíamos logrado, o mejor dicho, la diosa rubia lo había logrado. Parecía que todos esos truquitos mágicos de ese cara pulpo no habían afectado a la colosal fuerza de Brunilda, rebanándolo sin piedad ninguna. Menos mal que durante nuestro primer encuentro no le había cabreado, la tía no se andaba con coñas; me mola eso.
Al instante de su derrota, los habitantes volvieron a la normalidad mientras que las hordas de bichos raros que habían sobrevivido a mi descarga estaban volviendo al mar con el tentáculo entre las piernas. Todo esto de la magia había sido una locura, pero bien está lo que bien acaba.
Me acerqué hacia mis dos inesperadas aliadas cuando un grupo de furgonetas con un logo que me sonaba comenzaron a rodear la zona. De ellas surgieron tíos con un traje extraño semejante a Elektra que comenzaron a acordonar la zona y a limpiar la mierda que habíamos dejado atrás.
La que parecía la mandamás apareció junto a lo que suponía que era su mano derecha, cuando mencionó el nombre de SHIELD las piezas comenzaron a encajar en mi cabeza: Bruce nos había mandado información sobre todo tipo de organizaciones con las que nos podríamos topar desde la colisión, siendo SHIELD la de mayor presencia entre ellas. Si una organización tan bien equipada y organizada a nivel mundial hubiese existido en mi mundo, este no necesitaría de gente como yo para quitar de en medio a todos los capullos, aunque supongo que para ellos yo también era considerado un peligro.
-Buen apellido tío, me gusta. Pero cambiando de tema, menos gracias y más pasta. Por culpa de todo ese brillibrilli mágico no he podido realizar mi trabajo y alguien me tiene que compensar las horas extras-dije mientras cogía las pastillas que ofrecía a la vez que alzaba la mano en busca de que me diesen un buen fajo de billetes.
Tras eso, guardé el bote en los bolsillos y me giré hacia las chicas mientras me quitaba el casco y me ponía un antifaz rojo que guardaba en la chaqueta. Aún con casco, muchos "fluidos" de los bichos se me habían colado a mi pelo, teniendo todo mi cuerpo impregnado de mierda.
Estaba a punto de apoyar la idea de Elektra cuando Brunilda de repente se quitó la armadura, enseñando algunas de las "armas" más peligrosas que había visto.
-OH wow wow, no sé si son costumbres Asgardianas, pero cada vez me gusta más tu hogar rubia- dije coqueto mientras intentaba disimular mi sonrojo cepillándome el pelo con una mano en un nulo intento de sacarme el pringue de la cabeza.
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Tema: Re: ¡Ho, ho, ho! ¡Feliz Navidad! (Brunilda, Jason Todd) [25/12/2018] 2nd Noviembre 2020, 01:12
La mujer frunció el ceño ante las demandas de Red Hood.
- Claro que sí, amigo, excepto que, en lugar de eso, vamos a dejar que recuerdes todo ésto como una de tus patrullas habituales.
La mujer hizo un gesto circular con el dedo índice ante el rostro del justiciero, que puso los ojos en blanco y cayó inconsciente al suelo. Ante un nuevo gesto de la mujer, varios de sus hombres fueron hacia él, le cogieron en volandas y lo fueron a introducir en una de las furgonetas.
- No os preocupéis por él -explicó la mujer a Brunilda y Elektra-. Le vamos a llevar de vuelta a Gotham y cuando despierte no recordará nada de lo que ha ocurrido aquí hoy. Teníamos autorización de Furia para borrar la memoria de cualquier testigo si llegaba a ser necesario. En ti confiamos, Brunilda, y tú, Elektra, nos has ayudado otras veces y es probable que volvamos a contactar contigo, así que... -hizo un saludo formal antes de retirarse.
Elektra se encogió de hombros. Ahora ya seguro que no podría conocer mejor al muchacho, aunque algo le decía que no hubiera salido nada de ahí de todos modos.
- En fin, fue bonito mientras duró -pensó antes de volverse hacia Brunilda. La asgardiana, ni corta ni perezosa se quitó toda la ropa para meterse en el agua-. Iba a sugerir ir a una cala más apartada, pero... Me vale.
Dijo, y, quitándose ella misma sus propias ropas, fue a reunirse con la rubia en el agua.
Fin. Muchas gracias por rolear conmigo, chic@s! Espero que lo hayáis pasado bien y os hayáis reído un poco