[Minievento WWD] Cuervo de Sangre - Eye of the dragon (Roxanne, Conner) [14 – 04 – 2019] {San Francisco}

Después de capturar a Dolphin se dio un gran festín por su buen trabajo y se puso a dormir hasta el día siguiente, recuperándose completamente. Raven le había enviado mentalmente la imagen de la chica que tenía que capturar y el lugar por donde tenía que empezar a buscar: San Francisco. Mientras desayunaba tostadas con embutido miraba el mapa de dicha ciudad, mirando por donde podía empezar a buscar. ¿Si fuera una niña donde iría? Cuando acabo de llenarse la barriga se vistió sus ropas tejanas, dándole un aire muy macarra. Siguiendo las normas de la iglesia donde vivían se fue a un lugar apartado para empezar a volar y llegar lo rápido posible a la ciudad.


Su primera parada seria el gran parque Golden gate park, era mediodía y muchas familias habían ida hacer un picnic, comiendo alegremente, al parecer aquí no había llegado la noticia de los demonios iban a conquistar el mundo.  Paseaba entre la gente que se comía su rico bocadillo, mirando a cada niña rubia para localizarla. Muchos le miraban extrañados, enfadados o asustados, pero ninguno le decía nada, mejor, así no iban a morir.

Después de haber recorrido medio parque finalmente la vio y se fue directamente hacia ella con paso calmoso, ya había atrapado una presa, esta no iba a ser diferente. Al parecer estaba acompañado por sus padres y un hombre que seguramente sería su tío, aunque no lo fuera tampoco le importaba porque le quitaría del mapa si le molestaban. Se plantó delante de la familia feliz con los brazos en su cintura, muy seguro de sus posibilidades.



Cada vez que miraba más aquella familia feliz se cabreaba por no haber tenido nunca un picnic con sus padres o lo que eran más parecido a ellos. Así que por su osadía se lo haría pagar con creces.  El primero en moverse para proteger a la niña fue uno de los hombres, el cual recibió un rayo de calor en el corazón matándolo al instante sin herir a la niña. La gente alrededor salió corriendo causando el pánico en ese pacifico parque.

En ese particular domingo de Abril el sol parecía brillar más que nunca, como si quisiera invitar a todo el mundo a salir de sus casas y a tener un grandioso dia, la familia Illios no iban a ser menos. Los padres de Roxanne habían decidido hacer un picnic en el Golden Gate Park, junto a su hija y su mayordomo afroamericano Jeremiah, la madre de este no pudo venir ya que su estado había empeorado estos últimos días y tuvo que quedarse en un hospital donde la cuidarian mejor. Se montaron en el coche, que habia tenia ciertas modificaciones para permitir llevar a las dos toneladas de la joven dragona, y se dirigieron al parque en el cual pasarían el resto del dia.

Había más familias disfrutando del hermoso día que el sol impartía sobre sus cabezas, en un pasado eso habría resultado un problema para la familia Illios; aún recordaban como su boda salió en algunas revistas de cotilleo, más una vida alejada de las lentes de las cámaras les habían proporcionado un cierto aire de anonimato; puede que te sonará su apellido, pero no sus caras Aunque bueno, Roxxy a veces llamaba la atención por las ropas que le gustaba elegir; su modelito que llevaba puesto atraía algunas miradas ajenas que se preguntaba cómo es que tenía el valor de salir así a la calle, más a la joven dragona esas miradas no le importaban lo más mínimo, de hecho si te pillaba mirandola lo unico que haria seria saludarte con la mano sonriendo. La madre sacó el mantel y empezó a sacar algo de picoteo, unas tostaditas, algo de queso, una pata de cabra para Roxxy, algo que no les quitará el hambre cuando fuesen a comer de verdad. Jeremiah estaba de pie, con las manos cruzadas a su espalda mirando hacia el horizonte, su rostro estaba fruncido mas no por un enfado sino por la melancolía que le producía saber que su anciana madre se había quedado en el hospital, Roxanne vio esto y se levantó de su lugar en el mantel y le dio un leve golpe al antebrazo del joven, que se giró para mirarla. Ella le sonrió de oreja a oreja y señaló su cuello, llevaba la pulsera amarilla que le dio el primer dia que se conocieron pero en vez de ser una pulsera, ella lo transformó en un “chocker”

-¿Te gusta? Ahora puedo llevarla siempre conmigo

Jeremiah respondió con una sonrisa, Roxxy tenía un aura de alegría siempre que era difícil de ignorar; podía hacer que la persona mas triste del planeta sonriera simplemente estando cerca suya

-Roxanne…

El joven volvió a mirar al horizonte, mientras que la dragona se colocó a su lado e inclinándose hacia delante le miraba a la cara, con su dedo meñique apoyado en su labio inferior

-Que… ¿Que quieres hacer cuando seas mayor? Es decir, tienes la empresa de tus padres y eso pero… ¿Qué es lo que tu quieres hacer

Jeremiah cambio la posición de sus brazos echandoselos hacia delante y apretando los dedos de su mano derecha con la palma de su izquierda, esperando la respuesta de la joven que no tardó en responder. Con la energía y vitalidad que le correspondian, colocó ambas manos en sus caderas, sonrió y de un salto se puso delante de su amigo-mayordomo

-¡Voy a cambiar el mundo!

La exclamación de Roxxy pilló un poco desprevenido a Jeremiah, sin embargo, sonrió ya que se esperaba una respuesta similar a la que acababa de recibir

-Viajaré por todo el mundo ayudando a las personas y haciendo del mundo un lugar mejor y tu- le señaló enérgicamente con el dedo índice, sonriendo como era normal para ella de oreja a oreja -vendrás conmigo. Cambiaremos el mundo juntos.

Volvió a sonreír ante la proposición de la jovencita, la verdad es que viajar por el mundo ayudando a las personas no sonaba tan mal aunque como plan de vida… bueno, por el dinero no tenían que preocuparse teniendo a los padres de Roxxy que eran asquerosamente ricos, de las familias más ricas de todo el mundo. Jeremiah le pasó la mano por la cabeza, revolviendole un poco el pelo

-Eso es muy bonito, Roxxy, pero ahora lo que tenemos que hacer es comer algo ¿No crees?

La joven asintió enérgicamente con la cabeza y centró su atención en la pata de cabra metida en una bolsa hermética que su madre había preparado para ella más ni ella ni Jeremiah tuvieron tiempo de sentarse cuando una desconocida voz amenazó a Roxxy, pillando por sorpresa a toda la familia que pensaban que hoy sería un día tranquilo. La joven siguió sonriendo ya que para ella esta situación no le producía ningún temor, sin embargo para sus padres y para Jeremiah, la situación era algo peliaguda; el desconocido la acababa de llamar niña dragona y eso era un secreto que solo ellos sabían. El mayordomo, que intento usar su aire intimidante al medir dos metros y algo, se puso enfrente de Roxanne echando a la joven un poco para atrás con su mano izquierda

-No sabemos quien eres, así que mejor márchate antes de que llamemos a la policía

Giró la cabeza para decirle al padre que fuese marcando el numero de la policía, cuando de repente sintió una extraña calidez en su pecho seguida por un frío que le dio escalofríos por todo el cuerpo. Volvió a girar su cabeza y la agacho para ver un agujero en su pecho donde antes estaba su corazón, con su mano izquierda se pasó la mano por la herida los cuales se llenaron de sangre. Hizo una amén de girarse hacia Roxanne, pero ya no había nada para mover la sangre de su cuerpo y no tuvo oportunidad de darle sus últimas palabras a la dragona; se desplomó en el suelo con un gran estruendo.

La madre de Roxanne no pudo evitar vomitar al ver la horrible muerte de su joven mayordomo y llevandose el mante a rastras con ella, empezó a echarse para atrás arrastrando sus piernas y trasero por el suelo, su incapacidad para hablar también le hacía imposible gritar, más en su rostro se podía ver la sorpresa, el miedo y el horror perfectamente, como si de un cuadro del siglo XIX se tratase. Su boca abierta se abría y cerraba con el temblar de su barbilla y por sus brazos corría un sudor frío que le helaba los brazos dificultando así su intento de huida. La reacción del padre fue la de sacar su móvil lo más rápido posible para marcar el número de la policía, acto seguido levantarse y correr hacia su hija para intentar que salieran corriendo de ahí; el desconocido acababa de matar a Jeremiah y no quería dejar caer la posibilidad de que le hiciera lo mismo a su familia.

Roxanne… ella estaba congelada. Su rostro se mantenía intacto y sus ojos miraban al frente como si nada hubiese pasado, una sonrisa aun lo adornaba, más algunos tic nerviosos empezaron a reflejar en él el horrible acto que acababa de presenciar; sus brazos empezaron a temblar, sus cejas también se estremecieron haciendo que sus ojos vibrasen y de ellos algunas lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas y la sonrisa empezó a deformarse con la vibración de sus labios, era como si el cuerpo de la dragona parecía darse cuenta más rápido de lo que acababa de pasar que la propia Roxanne

-Je… ¿Jeremiah?

Levantó su mano izquierda, que temblorosa señaló al cadáver de su amigo. Su sonrisa ya había desaparecido totalmente de su rostro transformándose en una mueca de horror y las lágrimas llenaron por completo sus mejillas. Congelada, sus piernas eran incapaces de hacer el menor movimiento, lo unico que podian hacer en esa instancia eran temblar, estaba en shock y su padre se dio cuenta. Se colocó en frente suya y le puso ambas manos en los hombros, evitando así que viera el cadáver de Jeremiah, e intento hacer que volviera en si para que salieran de ahí corriendo, también protegiéndola con su cuerpo de cualquier otro ataque que el desconocido pudiese lanzar, el hombre no iba a dejar que se llevará a nadie más de su familia, incluso si eso significaba que él tuviese que correr peligro. Siguió intentando hacer que Roxanne reaccionara mientras la protegía con su propio cuerpo e intentaba contactar con la policía, el peso de la dragona le hacía imposible moverla contra su voluntad y ahora mismo, por su estado de shock, nadie que no tuviera una increíble fuerza conseguiría que moverla y el padre no era uno de ellos. Se giró hacia el desconocido y mirándole con unos ojos que intentaban parecer desafiantes, mas temblaban por el miedo, tapo a Roxanne con todo su cuerpo para intentar protegerla

-¡No harás más daño a mi familia!

Grito el hombre que estiró sus brazos a los lados dejando caer su movil al suelo al serle imposible contactar con las fuerzas del orden en la situacion en la que se encontraban, cubriendo así más a su hija que aún se encontraba a su espalda esperando que si distraia asi al desconocido diese a su mujer e hija la oportunidad necesaria para poder escapar. El grito del hombre hizo que Roxanne reaccionara por un segundo, su poder, el poder de proteger a los demas, no podia dejar que a su  padre le ocurriese lo mismo que a su amigo, no podría soportarlo. Intentó levantar su mano para posarla en la espalda de su padre proporcionandole así un escudo, más sus brazos seguían tembloroso y sus movimientos fueron demasiado lentos.

Aclaracion:

¡No harás más daño a mi familia!

Sonrió con malicia ante esas palabras, al parecer las cosas se iban a poner emocionantes y todo.



Dijo al ver como la chica al fin había salido de su shock y protegía a su padre, o eso intuyo el demonio cuando dijo su familia, así que el pobre infeliz que mato solo era un conocido. La gente ya empezó a correr por su vida, dejando el lugar en pocos minutos bien desértico. Al ver menos gente pudo distinguir como la madre luchaba por sobrevivir a todo eso, el demonio al verla no pudo evitar hacer una mueca de asco y la mato con un rayo de calor en la cabeza. Que hubiera vomitado le habrá parecido repugnante, pero peores cosas pasaban en el infierno.





Se puso en guardia y comenzó a golpear con fuerza al escudo, notando que no tardaría en hacerlo añicos y de paso llevarse la vida del padre.

Los gritos de terror de los allí presentes inundaron los oídos de la dragona, a su alrededor las personas salían despavoridas huyendo del ser que acababa de matar a Jeremiah con un rayo de calor, algunos tropezaban para luego levantarse y seguir corriendo, otros aún paralizados se quedaban mirando la escena mientras sus familiares les tiraban de la ropa intentando así que se movieran de una vez por todas; estaban intentando ponerse a salvo. La familia Illios se encontraba en una situación muy diferente y mucho más peligrosa; tenían enfrente a la causa del peligro y venía a por ellos, mejor dicho a por Roxanne. La adolescente aun seguia detras de su padre con sus movimientos ralentizados por el shock no tuvo tiempo a proporcionarle el escudo a su padre… tampoco consiguió ponerlo a su madre, la mujer extendió la mano intentando llegar hasta su hija la cual, con el mismo gesto, llegó a estar centímetros de poder salvar a su madre… tan cerca y a la vez tan lejos, lejos de que todo hubiera sido una pesadilla, lejos de que se despertase de ese horrible sueño, de bajar a la cocina para ver a Jeremiah ayudar a su madre a preparar el desayuno con su padre sentado a la mesa que mira las noticias en el periodico del dia… demasiado lejos. La joven madre ni siquiera pudo decir nada a su hija, nada de últimas palabras ni miradas reconfortantes; su muerte fue instantánea cuando el rayo de calor atravesó su cabeza. Nada se sangre, el calor sello las heridas evitando que la sangre saliera de ellas, no fue hasta que su cuerpo cayó al suelo que se abrieron y la sangre tinto de rojo las briznas de hierba y el mantel sobre el que antes estuvo una familia feliz.

Miró el cuerpo de su madre, sus ojos le temblaban, de sus lagrimales salían gotas como si de un manantial se tratase y su brazo, el cual aun seguía extendido hacia su madre, le pesaba como si cargarse en él el peso de toda una vida, una vida que no pudo pudo salvar y todo por su culpa, por no reaccionar lo suficientemente rápido. Sus piernas no aguantaron el peso de la situación y cayó al suelo, sujetando su tembloroso cuerpo con los brazos que aún se mantienen lo suficientemente firmes como para no dejar que su rostro, húmedo por las lágrimas que recorrían sus mejillas, tocase el suelo. Su vista aun seguía fijada en su madre, en su cadáver, en la sangre que bajaba entre la hierba como un sanguinolento río, cuando el rojo líquido rozó sus dedos la dragona apartó las manos y se echó hacia atrás, haciendo uso de sus brazos para moverse, cuando levantó las manos vio la sangre de su madre en la punta de sus dedos. Su boca, abierta de par en par, intentó suscitar un grito, algo, pero nada, de su boca no salió ni el más mínimo sonido salió de sus labios que temblaban queriendo gritar.

Su padre era el unico bastion de seguridad que quedaba, el hombre que a pesar de haber visto cómo habían matado a su mayordomo,amigo de la familia, y a su mujer aún seguía firme, con abundantes lágrimas que le caían por la barbilla hasta el suelo, seguía protegiendo a su hija con su cuerpo y de ahi no se movería, el escudo de su hija resistió los golpes de su atacante, pero si se movia de ahi podria capturar a su hija y no dejaría que eso pasara. Apretó los dientes y giró la cabeza lo más rápido posible

-¡Hija sal de aqui, rapido!

Eso fue las últimas palabras que le dijo a su hija adoptiva antes de que Conner le atravesase el pecho con su brazo cuando uno de sus golpes atraveso porfin el escudo, salpicando sangre tras la espalda del hombre que llegó hasta Roxanne manchando su ropa y partes de su cuerpo de un mórbido color rojo. El hombre sintió un dolor indescriptible, miro a los ojos de su asesino con los dientes apretados y sangre saliendo de su boca, bajando por sus labios para llegar al suelo en donde el salpicar de las gotas manchaban sus zapatos. Cuando el brazo salió de su cuerpo, se derrumbó en el suelo de la misma manera quedando a menos de un metro del cadáver de Jeremiah; ahora solo quedaba Roxanne.

Sus ojos, no, su mente no podía ni llegar a entender lo que estaba pasando, todo pasó tan rápido y fue un shock tan grande que sus reacciones eran lentas y erráticas. Con su padre en el suelo, se pasó los dedos por la cara al sentir como su rostro fue salpicado y necesitaba limpiarlo,mas al retirar sus dedos de la cara vio el causantes de su sensación de suciedad; la sangre de su padre, algunas gotas de sangre le alcanzaron la cara dejandole una marca de la muerte de toda su familia; su padre, su madre… Jeremiah, todos habían muerto. Se encorvo mirando al suelo, alejando la mirada de todos los cuerpos sin vida que delante suya yacían, sus manos apretaron con fuerza la tierra e hicieron surcos en ella mientras arrastraba su mano derecha por el suelo con la derecha se sujetaba y apretaba su pelo dorado, el suelo poco a poco humedeciendose por las lágrimas que llenaban sus ojos. Un grito desgarrador, eso fue lo único que pudo salir de su boca mientras lloraba y su cuerpo se revolvía seguido por gimoteos y más alaridos que hacían derramar su saliva que se mezclaba con sus lágrimas en el césped, todo lo que acababa de sufrir por fin haciendo mella en su subconsciente, golpeó el suelo, arrastró la mano por el llevandose algunos hierbajos y trozos de tierra, sus piernas se movían de arriba abajo, su espalda temblaba y se encorvaba. Ella tenía que protegerlos, podría haberles protegido si no hubiera reaccionado tan despacio, tanto sus padres como Jeremiah ya no estaban, ya no volvería a hablar con ellos nunca mas, no mas viajes familiares, no más cumpleaños que celebrar con su familia, ni siquiera podría viajar por el mundo con su mejor amigo como le había prometido hace unos instantes, todo eso desapareció en un momento. No era más que una niña pequeña en un mundo que le venía demasiado grande.

Un último grito surco los cielos, un grito de dolor, de sufrimiento pero sobretodo… uno lleno de de rabia. Algunas plumas blancas como la nieve cayeron lentamente hasta el suelo cuando Roxanne se transformó en dragón y se abalanzó a por Conner rugiendo, con las patas delanteras mostrando sus afiladas garras, su mandíbula bien abierta enseñando sus dientes como cuchillas y lo que ahora eran sus patas delanteras intentando dar zarpazos una y otra a su atacante, los músculos de sus extremidades traseras tensados para darle más fuerza en cada movimiento que sus patas traseras producían. Ya no era la pacífica Roxanne que jamás haría daño a alguien, ahora era una Dragona en cuya mente solo existía el pensamiento de hacerle pagar lo que hizo a su familia, lo que le hizo a ella; la furia, la ira y la tristeza llenaban su mente, y entre todas esas emociones, entre toda esa oscuridad, una voz, una voz que le susurro de la misma manera que una madre susurra una nana para que se duerma su bebé

“Roxanne”

Sin embargo, ella no prestó atención a sus palabras; lo único que le importaba en ese momento era seguir atacando a Envidia, Roxanne estaba en piloto automático y no hacia mas que lanzar zarpazo tras zarpazo usando toda su fuerza sin limitarse ni por un segundo y sin pensar en los daños que podía estar causando. Algunas de las personas que estaban huyendo vieron a lo lejos como un dragón acababa de aparecer de la nada y grabaron con sus móviles a Roxanne, la cual dentro de poco estaría por todo internet como prueba de que los dragones existen de verdad. Nada de eso le importaba la dragona, nada… salvo dejar de sentir lo que estaba sintiendo, esas horribles emociones que nunca antes había sentido, dejar de ver en su mente los cuerpos sin vida de su familia recordandole que no pudo salvarles  y lo único que se le ocurría a su aturdido y enfurecido cerebro era acabar con el causante de tanto sufrimiento.

El sonido que índico que había atravesado la barrera no se podía comparar con la de los huesos rotos del humano. Para Envidia era una hermosa estrofa de una gran sinfonía que presentaba su gran poder. Cuando acabo con su víctima se quedó mirando la mano ensangrentada, disfrutando de su tacto y su color tan vivo, el color de la vida que tanto le fascinaba. Ante la pataleta y lloros de la niña se apartó, esta parte no le gustaba para nada, preferiría que se quedara callada, ese lloriqueo era estúpido y molesto. Envidia quería acción y finalmente la tuvo, esquivando el zarpazo de la dragona.



Sus movimientos eran fáciles de predecir y esquivar al estar cejada por el dolor y la ira.  Por estos estúpidos sentimientos veía débiles los humanos, solo sirven para ser utilizados sin miramientos. Una vez que se cansó de bailar en el aire decidió iniciar el contraataque: aprovecho un zarpazo de Roxanne para aumentar su velocidad de vuelo y asestarle un tremendo gancho en la barbilla, para luego rematar el combo con una patada giratoria mandándola a volar unos metros de donde estaban. Con prepotencia se quedó volando con los brazos abiertos y una sonrisa traviesa.



Se quedó en la espera por si decidía atacarle de frente o definitivamente la había dejado k.o. De mientras pensaba porque su hermana quería un dragón, porque si no él también iba a tener el suyo, no iba a ser menos.

Ira. No se podía describir de otra manera lo que sentía Roxanne en ese momento; lo más importante para ella le fue arrebatado sin poder y como estuvo tan cerca de, al menos, salvar a su padre, se culpaba de no solo su muerte sino la de todos los miembros de su familia y eso no solo la llenaba de un sentimiento de tristeza sino de furia, de ira contra aquel que le arrebató todo. Y mientras atacaba a Envidia cegada por sus sentimientos negativos, la voz volvió a resonar en su cabeza

“Roxanne, hija, escuchame”

La imagen de su madre, de su madre biológica, empezó a aparecer en su mente justo cuando recibió el gancho que le hizo saltar dos dientes por los aires que luego su atacante enlazo con una patada que le mandó dolorosamente por lo aires con algunos dientes más que salieron despedidos. Cuando cayó, con un gran estruendo debido a su peso y dejando también un gran rastro en el suelo por la misma razón, todo su peso fue a parar a, lo que ahora era, su pata derecha y con un doloroso crujido se partió dejando, de momento, inmovilizada. Su madre se hizo aún más clara, casi como si la tuviera delante y ya no sabía si lo que veía y escuchaba era real o simplemente estaba alucinando por el dolor tanto físico como mental que sufría

“Tienes que levantarte, puedes levantarte”

Roxanne negó con la cabeza, en el “mundo real”, entre jadeos

“No puedo es… muy fuerte y yo” miro a su alrededor, sus ojos volvieron a la escena en la cual los cuerpos de su familia yacían sin vida “lo… lo he perdido todo… no tengo a nadie” las lágrimas llenaron sus ojos de dragona, bajando de pluma en pluma hasta llegar al suelo que salpicaron con su gran tamaño

“No has perdido nada”

En el mundo real, las lágrimas de Roxanne cesaron y pareció quedarse quieta unos segundos, incrédula ante lo que su madre le dijo ¿Cómo que no había perdido nada? Los cadáveres estaban ahí, a unos metros de ella y su sangre bañaba sus manos y sin embargo, su madre reiteró su afirmación con una pregunta

“¿Sabes por que yo no maté a los que asesinaron a mi marido, tu padre?” dejó una pausa para que le respondiera, más al no recibir respuesta continuó “Porque sabía que mientras yo viviera el seguiria conmigo, en mis recuerdos, en mi corazón…. Y tu padre no querría que hiciera tales cosas”

Los ojos de Roxanne se iluminaron. No, su familia no había muerto, no mientras ella se pudiera levantar. Los recuerdos de sus viajes, las memorias familiares, los momentos felices, los menos felices, todo eso aun seguia con ella y siempre estaran alli hasta que ella dejase de respirar; su madre, su padre… Jeremiah, ninguno de ellos moriría del todo si con ella sus recuerdos permanecen. A pesar de todo esto, Roxanne seguía delante de alguien mas fuerte que ella y del cual probablemente no podría escapar y como no podía hacer otra cosa, espero el consejo de su madre

“Los fuertes no ganan todos los combates… ¿Pero aquellos valientes como el Sol? Siempre vencerán”

Y Roxanne volvió al “mundo real” por así decirlo ya que nunca se fue, pero si que estuvo conversando con su madre dentro de su mente, justo para escucha como Envidia la llamaba débil y que parecía sentirse decepcionado con su poder. Se transformó de vuelta en humana y levantó la mirada al cielo, tendría que idear un plan si quería escapar de su atacante; aún no estaba en esa “liga” en cuanto a fuerza se trataba. Su boca le sangraba por sus dientes que, aunque salieron de su boca de dragona, también desaparecieron en su boca humana al igual que la heridas que sangraban de su barbilla, cinco dientes perdió en total y claro su pata rota se transformó en una pierna rota. Aun así, se levantó del suelo, con los puños fuertemente apretados, y se ergio sin miedo con la mirada puesta directamente en Envidia, ni siquiera su pierna rota le hizo balancearse y se alzó firmemente

-¿Debil?

Casi fue un susurro, una voz temblorosa debido al dolor que le impidió por un segundo hablar con un tono más elevado, no obstante al segundo retomo un tono mucho más fuerte y “desafiante”. Se pasó la mano por la boca, lo que de lejos pareció que era para limpiarse la sangre cuando en realidad lo que hizo fue preparar algo de sangre en el interior de la boca, todo parte de su plan para huir

-Después de- por un segundo su mirada se desvió hacia los cuerpos de su familia y tuvo que cerrar los ojos y apretar la barbilla para no volver a humedecer su rostro en el cual se secaban las lágrimas que antes derramó sobre la tierra -Después de todo lo que has hecho… aún estoy aquí, de pie y tú- le señaló con el dedo, unido a un brazo que por el momento no parecía temblar lo más mínimo -Estas ahí, lejos, volando. A mi parecer... tu eres el débil, el cobarde.- sus ojos, como si los de un boxeador que fijaba la vista en su contrincante, se clavaron en los de envidia y firmemente le dijo -No te tengo miedo.

No parecía ser buena idea provocar a Envidia y sinceramente, no lo era. Aun así, el plan de la dragona consistía en hacer que el viniera hacia ella y pincharle parecía ser la manera mas rápida de hacerlo. En efecto, su provocación hizo que volase hacia ella, más lo que él no sabía es que el plan de Roxanne no se basaba en ganar a base de fuerza, o de huir de él a plena vista, no. Cuando vio que se la acercaba movió su brazo derecho haciendo como si fuese a intentar darle un puñetazo, mas en vez de hacer nada de eso le escupió la sangre que tenía en la boca en los ojos dejando de esta manera a Envidia temporalmente ciego lo que le dio tiempo para salir corriendo al vecindario más cercano.

Correr con una pierna rota no era menester de nadie y alguien con dos dedos de frente no se le ocurriría siquiera apoyar el pie en el suelo. Si sucumbía al dolor, si no salia corriendo de ahí perdería mucho más que una pierna y, al menos por su parte, no dejaría que eso sucediera incluso si significaba aguantar ese dolor así que forzó a su pierna a moverse incluso si no debería ser posible. Las chanclas que llevaban se le rompieron lo que casi le provocó que se tropezara y se cayera, por suerte pudo sujetarse con su pierna derecha, con un quejido al ser justamente la que estaba rota, y siguió corriendo dejando su calzado atrás. Algunas personas huían despavoridas como ella, otras se quedaban mirándola y la grababan con el móvil al ver cómo la joven se transformó dos veces en un dragón o en algo muy parecido a uno. Ignoro eso, la adrenalina de su cerebro no le permitía pensar en nada más que salir de ahí con vida, escapar de su atacante y por fin vio la salida, mejor dicho la entrada, a su problema cuando al llegar a las casas vio la tapa de una alcantarilla que levantó para dejarse caer por las escaleras que llevaban hasta las cloacas, no sin antes volver a cerrarla para que no se viera que escapó subterráneamente.

Al llegar abajo y apoyar sus pies se cayó, dándose con el culo en el húmedo suelo de la alcantarilla rompiendo parte del cemento del que estaba construido. Las lágrimas volvieron a inundar sus ojos y no por el dolor físico que en cierta medida aún podía aguantarlo, no, este llanto fue por su tormento interno. Puede que su madre biológica tuviera razón, que ellos siempre estarían con ella, no obstante era difícil no llorar cuando toda tu familia fue asesinada uno tras otro delante de ti sin poder hacer nada. Su madre no apareció en ningún rincón de su mente para darle consuelo así que se levantó entre temblores y volvió a erguirse con firmeza, pasando su mano unos segundos por la pulsera que le regaló Jeremiah convertida ahora en un choker y se secó las lágrimas con el puño. No podía quedarse ahí, no podía dejar que la tristeza, el miedo o la ira tomasen el control. No sabia donde ir, no sabía a quién acudir ya que sus abuelos maternos vivían en Grecia y su abuelo paterno vivía a cientos de kilómetros de ahí. A pesar de todo, Roxanne siguió andando, descalza, con la pierna rota, los pies descalzos descuidados de cualquier objeto punzante que haya en las alcantarillas, la barbilla sangrando y con los dientes perdidos, no se detendría, no ahora. Su único objetivo; sobrevivir, para que la historia de la familia Illios y Jeremiah no se pierda en el tiempo.

Ante su estúpido discurso no pudo evitar poner los ojos en banco, ¿ella más fuerte que él? Por favor, que estaba hablando con un Kryptoniano, un kryptoniano desatado que no seguía ninguna conducta ética. Una verdadera arma viviente que no le tenía ningún tipo de miedo a una niñata. Quiso seguirle el juego pero empezó a escuchar un molesto ruido, si quería sacar la niña con vida de ahí tendría que actuar con rapidez para no ser molestados. Sin perder más tiempo se lanzó hacia ella topándose con su contraataque, cejarlo con sangre, que estupidez ya que podía seguir sus pisadas. Pero lo que no espero para nada es que le dispararan sin previo aviso llenando el lugar de humo y su ropa como un colador.

Avión A10 warthog:

Después de limpiarse la cara con su camisa desgarrada levanto la vista para encontrarse con semejante avión, y no solo uno, sino cuatro, al parecer habían llamado demasiado la atención. Sin dar explicaciones le lanzaron todo lo que tenían encima, con lo que pasó en Europa y lo de ahora el ejército ya no iba con medias tintas con el joven súper héroe ni con el parque que lo estaba dejando bien hermoso. Envidia no era tonto y equipo los proyectiles que más daño le causarían, también podía encararlos pero prefería conservar algo de ropa para la vuelta. Por culpa de esos desgraciados había perdido la pista de la niña y eso le enfado demasiado, odiaba no cumplir una misión después de tantos éxitos seguidos. Sin mucho en que pensar se lanzó hacia el avión más cercano pegándole tal puñetazo que le hizo estampar contra el más cercano, haciendo que los dos explotaran con espectacularidad. Ante tal demostración los dos aviones restantes se separaron para mantener las distancias, los cuales fueron derrotados con la visión de calor de Superboy. Movió el cuello para relajarlo y observar el caos que creo con una divertida sonrisa pero enseguida se le borro al escuchar a la lejanía ese molesto ruido, por lo cual opto para retirarse; ya había hecho bastante en esa penosa ciudad. Bajo altura para perderse entre edificios y así evitar que el ejército le siguiera y le lanzara fuego. Se refugió en los barrios pobres para robar la ropa de su talla que estaba extendida para poder camuflarse entre la gente que corría de un lado para otro. Una vez fuera de peligro volvió a la base vigilando siempre no ser perseguido.