[Minievento WWD] Cuervo de Sangre - Miedo (Cassandra Sandsmark y Billy Batson)[18-04-2019 en Gateway City]

Miedo.

El miedo es un gran catalizador, posiblemente el mejor que hay.

No había nada como el miedo para sacar a relucir la verdadera naturaleza de las personas, en toda su retorcida y deforme falsedad y crueldad.

Si estaba lo suficientemente asustado, hasta el mayor santurrón hipócrita echaría a correr pisoteando y derribando a quien hiciera falta para despejarse el camino.

El miedo es la mecha que prende y va liberando todas las demás emociones a medida que la mecha se consume: desesperación, inseguridad, ira, odio, violencia… Conformando una hermosa sinfonía de dolor.

Habían transcurrido dos semanas desde que los demonios habían invadido la Tierra, y los efectos de la influencia demoníaca, que inicialmente se habían concentrado en los principales núcleos de los ataques, habían empezado a extenderse como un cáncer, corrompiendo y destruyendo todo cuanto tocaban.

Su pequeña intervención en Happy Harbor cuatro noches atrás había ayudado a extender la enfermedad por los Estados Unidos, y, ahora, la Hija de Trigón disfrutaba del espectáculo subida en lo alto de un rascacielos de Gateway City. El miedo, la desconfianza, la corrupción y la lujuria llegaban a sus sentidos de émpata como el más embriagador de los perfumes.

La tasa de delitos y crímenes se había incrementado exponencialmente. Abajo, un grupo de hombres y mujeres de alguna secta satánica habían secuestrado un autobús escolar y lo conducían a toda velocidad por las calles de la ciudad disparando ráfagas de ametralladoras a través de las ventanillas destrozadas mientras entonaban cánticos a los Señores Infernales.

- ¡Perfecto! ¡Disparad sobre todo lo que tengáis a la vista! –exclamaba la líder del culto-. ¡Los Señores Demoníacos persiguen el cisma y el caos!
- ¡Los Señores pronto llegarán a América! ¡Debemos allanarles el camino! –gritaba otro disparando sobre un coche aparcado.
- ¡Que todo el mundo lo sepa! ¡Alabamos la venida de la Bestia!
- ¡Eso es, corred, pequeños miserables! ¡Pronto rendiréis pleitesía al verdadero Señor!

Dentro, los niños chillaban aterrados acurrucándose en el suelo del autobús cubierto de cristales entre las hileras de asientos, tapándose los oídos ante el fragor de las ametralladoras. Probablemente los satanistas pretendieran prenderle fuego al vehículo con los niños dentro cuando hubieran terminado su carrera infernal, como un tributo más a sus Señores.

Raven aguardó. Necesitaba recipientes con poderes lo suficientemente fuertes como para contener las semillas de sus hermanos, y, por experiencia sabía que aquella era la clase de situaciones que solían atraer a los así llamados héroes con la misma eficacia con la que las moscas se sienten atraídas por la miel.

Lo único que tenía que hacer era esperar… Hasta que alguien cayera en su red.

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[Minievento WWD] Cuervo de Sangre - Miedo (Cassandra Sandsmark y Billy Batson)[18-04-2019 en Gateway City] Posible-firma-1

Invitado

El pánico reina en el mundo. Entre tanta devastación, catástrofe y muerte la gente intentaba hacer vida normal. Era difícil porque el miedo, ansiedad y el estrés impregnaban cada rincón del planeta. El creciente estado de inseguridad producía desesperación e incertidumbre. Miles de personas sumidas en un estado catatónico sin saber qué hacer o qué sentir. Sin saber cómo recobrar la estabilidad y el sentido. Sumiéndose como zombies en el sueño colectivo de la cotidianeidad y la rutina. ¿Qué otra cosa podían hacer? A pesar de que la situación mundial era crítica los gobiernos intentaban tranquilizar a la población. Llamaban a la calma en discursos casi diarios. Pregonaban que tenían medidas para frenar la invasión demoníaca y que estaban llevando a cabo protocolos y sistemas de emergencia para acabar con el estado de alerta que estaba atravesando la tierra.

El miedo es una respuesta natural ante los peligros. Era esa alarma que se activa para que podamos sobrevivir ante circunstancias hostiles. No es malo tener miedo. El miedo nos mantiene alerta, guía nuestras acciones para intentar salvaguardarnos. Lo que era nocivo es dejar que el miedo se engrandezca, se vuelva irracional y se adueñe de nuestras vidas. Pero el avance es rápido y se mete por nuestras rendijas, escala entre las uñas, impregna nuestra piel, envuelve nuestros sentidos, penetra nuestros poros y nos cala hasta los huesos. Nos envuelve en una aura paralizante donde dejándonos temerosos, inseguros e incapaces nos impide movernos y alcanzar nuestros fines. Reconocer, aceptar y enfrentar al miedo es lo que nos hace fuertes y valientes. No es fácil armarse con la voluntad y romper las cadenas que te aferran a tus más profundos temores. Pero no puedes permanecer parado y cerrar los ojos. Porque esa horrible sensación no pasará sola, tienes que actuar. Iniciar un cambio. Sólo uno mismo puede vencer al miedo. Tú eres tu única esperanza. Porque nadie puede rescatarte de tu propio miedo.

Aquel jueves, Cassie iba por la calle escuchando música. Pensaba en su examen de literatura. La verdad que no había problema con ello. La historia y literatura eran asignaturas que llevaba bien. En general ella no tenía ninguna dificultad con las asignaturas del instituto. La música la ayudaba a serenarse y a asumir cosas. Estaba teniendo un tránsito difícil. No sólo porque había una horda de demonios asolando el globo ni porque era un año decisivo para elegir cómo encaminar su futuro profesional, sino porque ese cambio que había girado su mundo no lo entendía ni lograba asimilarlo. Los eventos catastróficos la hacían distraerse de sus problemas existencias. Si tenía que prestar ayuda o entrometerse para salvar a alguien, no pensaba en la locura que se había convertido su vida. Esos nuevos recuerdos que la hacían dudar no sólo de ella sino de personas cercanas. Que hubiera desaparecido su identidad heroica no sabía si era bueno o malo. Sentía que había perdido una parte muy importante de quien era. Aunque hubiera intentado alejarse de la vida heroica unas cuantas veces porque ocurrieron cosas muy graves y no pudo soportar la carga psicológica de perder a seres querido, sentía que lo extrañaba. Le dolía en cierta forma no ser reconocida como Wonder Girl y hasta que en una ocasión la confundieran con Zatanna. No es que no fuera una digna comparación es que era una falta de reconocimiento a su personas. Como si nunca hubiera hecho nada como justiciera para ser recordada. Suspiró. Quizá era lo mejor, debía centrarse y labrarse un porvenir.

Cassandra era de ese tipo de personas que se enfrentaban al peligro. No sólo desde que le fueron entregados sus poderes de herencia divina. Sino desde siempre. No soportaba las injusticias ni las maldades. Incluso sin su calidad de semidiosa había intentado salvar a Diana y se había alzado como heroína usando la magia de enseres. Sin dudas y venciendo sus temores. Su voluntad y sus ganas de salvar y ayudar a sus congéneres eran más fuertes que cualquier impedimento. Eran por su bondad, su valentía y su tesón que había demostrado ser digna de portar la herencia de su padre Zeus. Por esas causas, al ver cómo una autobús pasaba a toda velocidad con los niños asustados y unas personas que claramente no eran acompañantes escolares, inmediatamente se puso en acción. Para más inri desde las ventanas del vehículo disparaban con ametralladoras a los civiles y cantaban melodías que no parecían de alegres unicornios, arcoiris y felices viajes escolares al museo de historia natural. La amazona se puso en medio de las balas. Cruzó sus brazos en forma de equis y con sus poderosos y relucientes brazaletes plateados desvió las balas.

Se desató su coleta y dejó que su pelo estuviera libre. Se abrió la camisa el uniforme revelando una camisa Roja y azul con dos uves dobles en color dorado a la altura del pecho. Así la gente por lo menos podía identificar que actuaba como representante o acólita de Wonder Woman al reconocer su símbolo. Pensó que le había costado mucho dejar de estar en el candelero, el reinicio del universo y la fusión de todos los mundo ni más ni menos. En Omega no estaba públicamente conocida su identidad civil como Cassandra Sandsmark, el mundo ni siquiera se acordaba de la Wonder Girl rubia. La rubia voló con rapidez para alcanzar al autobús. Cuando le dió alcance, agarró el parachoques, se posó en el suelo y fue frenando progresivamente el vehículo. En el proceso levantó y resquebrajó el asfalto de la calzada. Aguantó hasta que el motor se detuvo.

- Tock, tock. - Abrió las puertas traseras y luego las delanteras del autobús. Era una situación de secuestro con rehenes no podía apresurarse a actuar de una manera apresurada. Entró en el autobús despacio con las manos en alto.

Hey, que tal si dejáis que los niños se vayan. Yo prometo no partiros la cara mucho.-

Desde lo alto del edificio, Raven se relamió los labios con la anticipación golosa de un niño que sabe que pronto va a probar su tarta favorita.

No conocía personalmente a aquella chica, pues en su universo de origen Wonder Girl era todavía Donna Troy, pero, como era lógico, estaba más que familiarizada con el emblema de la W y tenía una idea bastante aproximada de ante quién se encontraba.

¡Era justo lo que necesitaba! Las amazonas podían contarse entre los héroes más poderosos, y si conseguía a aquella chica, junto con Superboy, su ejército sería imparable.

La rubia había irrumpido dentro del autobús, y, tal cual hubo terminado de hablar, los sectarios dirigieron hacia ella sus armas e iniciaron una lluvia de plomo. ¡Necios! Para la amazona deshacerse de ellos sería tan simple como sacudir las migas de pan de un mantel. No, iba a hacer falta introducir un poquito más de emoción...

De repente, el autobús escolar empezó a crujir y a retorcerse, alzándose sin previo aviso, haciendo que todos los ocupantes perdieran el equilibrio y cayeran amontonados unos sobre otros contra la parte inferior, donde no había puertas. Los aterradores crujidos y chirridos se continuaron y los tornillos comenzaron a saltar conforme la estructura se deformaba, empezando a plegarse como si de un acordeón se tratara, amenazando con aplastar a todos los ocupantes. Los chillidos de terror de los niños se hicieron aún más histéricos, sólo que ésta vez se les sumaban los de los propios secuestradores...

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Invitado

La adolescente no tenía ni la más mínima idea de que estaba siendo observada por Raven. No se imaginaba siquiera que toda la situación había sido tramada para conseguir alguien como ella. La hija del octavo demonio sabía muy bien como captar la atención de quien necesitaba para cultivar a los demás hijos de su padre. Después de todo, las heroínas nunca niegan un llamado de auxilio. Es algo inherente a algunas personas. Sienten la necesidad de ayudar y más si tienen dones extra. Cassie que había sido en principio alguien sin poderes extraordinarios que sólo buscaba proteger y salvar a los demás. Pidió a Zeus poder para poder salvaguardar a sus semejantes, sin tener ni idea que ella era alguien que descendía del Olimpo y por ello, contaba con la genética y herencia divina.

Quizá si lo hubiera sabido no se habría metido tan de lleno en la boca del lobo. Tal vez, hubiera intentado hablar con la muchacha que en su mundo había sido su compañera en los titanes y también su amiga. Como otros ingenuos y cautos héroes, habría intentado apelar a la compasión, a la bondad, la amistad y a los recuerdos de la persona que Raven era anteriormente. Salvar al igo transformado en enemigo por medio del diálogo era algo así como un clásico para el mundo de la justicia.

Pero no ocurriría ese cliché de momento. Porque Cassie ignoraba toda la situación de la hija de Trigón. Desde que había llegado a Omega su vida había sido algo así como una locura. La descendiente de Zeus no se había enterado de donde estaban sus amigos ni siquiera había tenido tiempo para contactarlos o buscarlos adecuadamente. No había tenido noticia de la destrucción del Santuario Secreto, que en su mundo fue la primigenia base de su equipo de Young Justice.

Cassandra rápidamente desvió la balas que los sectarios dispararon contra ella justo al terminar su discurso. Para ello movió con rapidez y agilidad sus brazos, haciendo que los proyectiles impactasen en las zonas metálicas del autobús. Cálculo sus movimientos para que no hubiera ninguna bala perdida que causase alguna catástrofe al equivocar su camino.

Necesitaba inmovilizar a los secuestradores cuanto antes sin hacer daño a los rehenes. Un de las opciones era usar su lazo y junto con él, el poder del relámpago pero no podía usar su lazo dentro del vehículo. Era un riesgo que no estaba dispuesta a correr. No se perdonaría ser la causante de herir a algún niño.

La rubia empezó a avanzar con paso firme hacia los sectarios. Aunque tardas más tiempo, lo más seguro era neutralizar a los criminales uno a uno. Estaba a punto de golpear al sectario más cercano a ella cuando algo extraño comenzó. El autobús de súbito empezó a doblarse, retorcerse y crujir. No parecía obra de los secuestradores, ya que, en sus rostros se reflejaba la misma sorpresa y perplejidad que la suya. Este cambio no estaba planificado, era un extraño giro del guión.

Usó su lazo a modo de cuerda para atrapar y rescatar a algunos de los menores que se precipitaban hacia el fondo del autocar. Estaba sumamente centrada y enfocada en no enfadarse porque su lazo era un arma. Cuando la furia la recorría su lazo descargaba la majestuosidad y potencia del rayo, quemando y electrificando todo a su paso. Para no perjudicar a nadie tenía que estar calmada. No podía errar. Con cautela tiró de los menores hacia delante y cuando lo tuvo entre su brazos los guió para que salieran del vehículo.

A pesar de que se mostraba bastante serena. Era una fachada. Una imagen que mantienes para que los demás crean que tienes la situación controlada y que no hay por qué tener miedo. Pero no volvería a usar el látigo. Los segundos en los que le utilizó para rescatar a varios jóvenes habían sido angustiosamente eternos. Su corazón palpitaba frenéticamente por el temor a embravecerse y electrocutar a alguno de los chicos y chicas que había apresado con el lazo. Guardó su arma a sabiendas de que no volvería a usarla a modo de cuerda de salvamento. La desazón que había sentido en el tiempo que ponía fuera de peligro a los menores con ella era contraproducente. Esta vez había salido bien pero no podía volver a arriesgarse. Tenía que actuar con cautela para que las cosas salieran bien, no podía dejarse llevar por el pánico y los impulsos.

Se dirigió presurosa a la parte trasera del autobús. Saco a todo aquel que estaba en su camino. Cuando hubo llegado al final del vehículo arrancó los asientos traseros y con todas sus fuerzas pateó la chapa y esta salió volando. Creó de esta manera esta ruta de salida del artefacto metálico.

- Tenemos que salir del autobús. Todos.- Miró seriamente a los sectarios.-No sé qué está pasando. Pero estoy segura que esto no lo habéis planeado. Así que si queréis seguir con vida un día más, apresuraros a dejar las armas y ayudar a que salgamos todos de esta lata. -

La rubia no defraudó sus expectativas. Más o menos se comportó tal y como habría podido esperarse de una amazona, utilizando las herramientas y regalos del Olimpo, pero sí que hubo algo que la sorprendió de manera insospechada... y grata.

Cuando usó su lazo, un torrente de inesperadas emociones la invadió: desazón, angustia, nerviosismo y... ¿miedo? Observó con interés cómo volvía a colocar el lazo en su cintura, como si no tuviera intención de volver a utilizarlo, a pesar de que aún hubiera enemigos a los que enfrentarse.

Aquella reacción la desconcertó. ¿Temía usar el lazo? ¿Por qué? Jamás había sentido tales emociones en Donna o Diana al usar los suyos. ¿Por qué ésta amazona vacilaba? ¿Era algo que estaba en el lazo... o en ella? ¿Algún miedo o fobia relacionada con alguna experiencia traumática provocada por el uso del arma? No lo sabía, pero como demonio se nutría de aquella clase de emociones negativas, y estaba dispuesta a explotar la recién descubierta debilidad de su víctima.

La rubia había abierto una vía de escape, pero en cuanto los primeros sectarios intentaron salir, cayeron de bruces en una nube de oscuridad densa que los envolvió. De aquella masa informe rápidamente brotaron tentáculos de negrura infinita que se enroscaron en torno a hombres y mujeres, alzándolos por el aire entre gritos. Uno fue partido por la mitad al tirar dos tentáculos de los extremos de su cuerpo, y sus entrañas regaron a los que se agitaban más abajo, creando una cacofonía de horror.

Más tentáculos se adentraron en el interior del vehículo siniestrado, atrapando cultistas y niños por igual y sacándolos fuera por las ventanas entre sollozos, y varios más de aquellos apéndices negros se enroscaron en torno a la cintura y las piernas de la amazona, tratando de inmovilizarla en su posición.

Si Cassandra quería salvar a los niños, no tendría más remedio que usar el látigo. Incluso aunque consiguiera liberarse, no llegaría a tiempo para salvarlos a todos si no lo hacía.

Y Raven, desde su tejado, aguardaba.

Anhelante.

Golosa.

Hambrienta.

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Invitado

Creía que había resuelto la situación pero las cosas se torcieron dramáticamente. Cassandra no había creado una salida fácil, había creado una apertura para un monstruo que ahora podía apresar más fácilmente a los estudiantes. Suspiró pesadamente. ¿Por qué nada podía marchar bien a la primera? No pudo impedir que los sectarios se lanzaran de cabeza al ver una forma de huir de la situación y acabasen en manos de un horripilante ser lleno de oscuridad y tentáculos. Acabaron despedazados. Los gritos de los espectadores y más de los que fueron bañados en sangre y vísceras retumbaron en sus oídos. La joven descendiente de Zeus sintió revolverse su estómago. Le entraron una especie de náuseas y amazona se culpó fuertemente de aquellas pérdidas humanas. Ella era quien les había azorado para salir del vehículo cuanto antes y por la vía que había creado. Actuó presurosa y sin analizar minuciosamente la situación en la que se encontraba.

Por las circuntancias que estaba viviendo, podía deducir que los secuestradores que eran villanos, malas personas que habían asesinado y secuestrado pero no merecían ese destino. Porque no podemos ser jueces y verdugos de un destino ajeno al nuestro. Todo el mundo merecía un juicio justo, donde pudiera defenderse de las acusaciones y no una muerte cruel y desdeñosa. Aunque seguramente por sus delitos hubieran sido encerrados en prisión hasta edades muy avanzadas.

El ser del abismo aprovechando la coyuntura para introducir sus apéndices dentro del autocar. Sus tentáculos arrestaron tanto a los sectarios como a los atemorizados niños. Sin tener mucho tiempo para pensar y decidir que hacer se metió en acción. Intentó llegar hasta los menores que estaban cautivos por ese espeluznante ser. Evitó algunos de los apéndices del monstruo que pretendían agarrarla. La valiente rubia siguió hacia adelante luchando contra sus miedos y decepciones. La ocasión no estaba para echarse a llorar ni para pensar en absurdos remordimientos. Hinchó su pecho con aire y coraje y se dispuso a enfrentarse al nuevo peligro. Se necesitaba un héroe y así estaba ella para ser su campeona.

Varios tentáculos negros se enroscaron alrededor de su cintura. Intentaban aprisionarla. Pero Cassandra no era una presa fácil. Empezó a forcejear ferozmente. Con sus manos golpeó de forma contundente los brazos monstruosos. Luego agarró fuertemente con sus manos a los tentáculos y hizo una poderosa presión para apartarlos de ella. Poco a poco fuéramos consiguiendo separar esos apéndices de su cuerpo. Se libró de los que envolvían su cintura. Más tarde se ocupó de los tentáculos que estaban agarrando sus piernas. Clavó sus uñas de forma salvaje intentando desgarrar la piel de aquel ser de pesadilla. Los músculos de su cara estaban contraídos, mostrando en su rostro una expresión de rabia. Se desembarazó de los molestos apéndices y rápidamente se puso en acción.

No quería recurrir al arma entregada por el dios de la guerra. Aún no controlaba por completo el artefacto ni su poder. No obstante, la situación era desesperada y debía dejar sus miedos y su falta de confianza atrás. Desató el lazo de su cintura. Hizo unos cuantos giros para posicionar y redireccionar la trayectoria. Lanzó su arma contra el ser demoníaco. El lazo se enredó en varios de los tentáculos del monstruo. Tiró fuertemente de la cuerda, tensando los brazos del aterrador horror al que se enfrentaban. Cerró los ojos y por el lazo se fue iluminando de principio a fin. Con la luz vino una descarga eléctrica. Cassandra se concentró para evitar mandar una descarga demasiado fuerte. Trataba de enfadarse sólo un poco. Tener una ira controlada para generar un moderado rayo. No podía sobrepasarse y dejar fluir todo el poder que tenía. No quería que la corriente se traspase a las personas que el ente tenía aprisionado. Acorde a sus intenciones la descarga fue moderada y dejó una parte de aquel bicho inmovilizada. Cassie aprovechó esto para liberar a varios de los menores y ponerlos a salvo.

Las uñas de Cassandra se clavaron sin esfuerzo en la masa alquitranada, dejando claros surcos por los que se filtraba la luz, únicamente para ver cómo las partes desgarradas se fusionaban nuevamente un segundo después, como el mercurio cuando consigues dividir una gota en dos.

Una cara se dibujó entonces en la masa informe, siniestro espejo de la rabia de la amazona; los ojos eran como dos desgarros a través de los cuales se vislumbraba el fuego del infierno, y la boca se parecía a una especie de pico demoníaco por el que asomaba una larga lengua de serpiente.

Cassandra arrojó finalmente el lazo, tratando de inmovilizarlo, y cuando la dorada cuerda se enroscó en torno a los tentáculos una descarga eléctrica se traspasó hacia el ser, que no pareció afectado en lo más mínimo. En su lugar abrió más el pico, dejando escapar una especie de graznido que le dejó los vellos de punta antes de condensarse en una especie de fluido viscoso que se filtró a través del lazo que un instante antes lo apresaba. En cuanto estuvo fuera, volvió a recuperar la forma y la densidad, y, lo que en un principio habían parecido tentáculos, se extendieron conformando la silueta de unas alas de oscuridad....

Y, entonces, lo reconoció. A diferencia de la mujer con la que se enfrentaba, aquella Cassandra sí que había conocido a una Raven en su universo, y la figura característica de su ser-alma era imposible de olvidar o confundir, incluso a pesar de estar tan corrompido y desvirtuado. Y si su ser-alma estaba allí, eso quería decir...

Una descarga eléctrica explotó en su espalda con increíble fuerza, arrojándola varios metros por el aire hasta chocar contra un edificio. Aún aturdida por el golpe, levantó la cabeza justo a tiempo para ver cómo varias de aquellas descargas surcaban chisporroteando el aire en su dirección.

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Invitado

Cassandra se sorprendió cuando sus uñas penetraron en la piel de aquel ser. Tenía la textura del alquitrán sin solidificar y a la joven le desagradó el tacto. Sus uñas habían atravesado sin mucho esfuerzo al ente, dejando agujeros. La masa volvió a fusionarse inmediatamente. La rubia nunca había visto algo como aquello y la asombró.

De repente una cara se formó en aquella especie de slime. Era una horripilante imagen. A Cassie le dió un escalofrío. Esta criatura parecía ser alguna clase de demonio o criatura infernal. Lo más normal en la invasión demoníaca que estaba viviendo el mundo en aquellos difíciles y horribles días.

A pesar de estar algo atemorizada y sorprendida, no tenía tiempo para permanecer patada. El mundo no podía estar a la espera mientras había un ataque a los ciudadanos. La aprendiz de Wonder Woman hizo uso del Lazo de Rayo. Arrojó el lazo a la bestia, intentando de inmovilizar sus brazos y salvar a los apresados rehenes. Una vez que el lazo estuvo amarrado, Cassie dejó fluir su poder por el arma. En respuesta al ataque de la muchacha, el ente emitió un espeluznante graznido. El monstruo ser se deshizo del amarre del lazo. La hija de Zeus se posicionó para un nuevo ataque. Pero cuando estaba por utilizar sus puños, el ente empezó a adquirir una forma que le resultaba familiar.

Cassandra se dio cuenta de lo que era aquel ser. Supo en aquel momento que era el ser-alma de Raven. La rubia se quedó bastante desconcertada. La invadieron muchos sentimientos encontrados y a la vez muchas preguntas. En ese mundo en el que se encontraba tan descolocada y pérdida. Donde su equipo y amigos no habían dado muestra alguna de haber confluido con ella. Estaba entre emocionada y angustiada. Tenía muchas cosas que decirle a la émpata. Pero si ese ser estaba atacando a la población quería decir que la hija de Trigón o era malvada o había sucumbido al influjo de su padre. Estaba desconcertada y preocupada. También se sentía algo decepcionada consigo misma y con el mundo. Unas lágrimas salieron de sus ojos No pudiendo controlar sus sentimientos encontrados.

Entre el desconcierto de la muchacha, una descarga explotó lanzándola por los aires hasta impactar con un edificio. Tras el impacto se encontraba un tanto desorientada pero pudo ver como varias descargas se dirigían hacia ella. Levantó sus manos y las cruzó en forma de existir. Sus brazaletes plateados refulgieron con grandeza preparados para recibir el impacto. Los brazaletes de su misión dispersaron las descargas. Aquellos artefactos creados por la magia de las amazonas podrían frenar y desviar cualquier ataque contra su portador.

Cassandra estaba consiguiendo desviar todos los ataques de los rayos, pero mientras se concentraba en esquivarlos no vio venir el látigo que se le enroscó en el cuello desde atrás. La amazona se llevó las manos a la garganta por instinto ante la súbita sensación de ahogo, notando cómo tiraban de ella hacia arriba por la fachada del edificio. Allí, a varias plantas de altura, había una criatura que se sostenía con una garra incrustada en el hormigón mientras con la otra sujetaba su cuerda, manteniéndola en el aire. Era enorme, como dos o tres veces la contextura de un gorila, patas de lobo con pezuñas afiladas, garras terminadas en tres aguzadas pinzas, y un rostro que se asemejaba al de un escarabajo antropomorfo de color anaranjado.

Welcome to the jungle
We take it day by day
If you want it you're going to bleed
But it's the price you pay
And you're a very sexy girl
That's very hard to please
You can taste the bright lights
But you won't get them for free

Canturreaba la criatura mientras tiraba con todas sus fuerzas del látigo hacia atrás para coger impulso antes de estrellarla contra la pared del edificio una y otra vez.

- ¿Estás segura de que es digna, Raven? -dijo en voz alta, aunque a la azariana no se la veía por ninguna parte-. A mí no me parece demasiado excitante.

Después de golpearla varias veces alzó el látigo con la amazona pendiendo por el cuello y la izó hasta quedar a la altura de su rostro, abriendo unas fauces donde se veían los colmillos por debajo de los apéndices de quitina.

- Vamos, chica, quiero oírte gritar -siseó, extendiendo hacia ella una lengua gruesa y repulsiva.

- Basta, Sinn -ordenó una voz firme, surgida de no se sabía dónde-. Tráemela.

El ser trepó por la pared del edificio con una agilidad que no parecía encajar con sus dimensiones, arrastrándola a ella detrás, golpeando y rebotando contra el hormigón y los cristales de las ventanas hasta que, una vez arriba, la arrojó sin contemplaciones contra el suelo de la azotea, liberando al fin la presa de su cuello.

La medio asfixiada amazona se llevó las manos a la dolorida garganta, y, mientras luchaba por incorporarse y recuperar el equilibro a la par que el aliento, observó, atónita, como la negrura que cubría las losetas del suelo, que inicialmente había tomado por su color natural, empezaba a retraerse y a confluir en su dirección, como si se tratara de pintura derramada que se cuela por un sumidero siguiendo una pendiente hasta formar un círculo perfecto bajo sus rodillas... y como si de un agujero abierto en el vacío se tratara, Cassandra cayó, absorbida por las tenebrosas profundidades del ser-alma de Raven.

Dentro, Cassandra experimentó un dolor agónico, como ser atravesada por un sinfín de estacas heladas que la congelaban por dentro, haciéndole casi imposible respirar. El ser-alma era la parte del alma de Raven que pertenecía a Trigón, y ahora que se había deshecho de la parte humana que la lastraba no había límites a la maldad que podía contener. Las impresiones de odio y muerte eran tan potentes que resultaban prácticamente palpables, como si tuvieran entidad propia, causándole daño físico a la amazona.

Finalmente, al cabo de lo que no debieron ser más que unos segundos que se le hicieron eternos, el ser-alma se abrió encima de las aguas de la bahía, haciéndola caer a su gélido y húmedo abrazo, muy cerca del Gateway Bridge.

Sobre ella, el gigantesco cuervo negro observaba en el cielo.

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Invitado

Aún seguía turbada por el descubrimiento de que el ser-alma de Raven era el ser contra quien estaba peleando. Ese monstruo que despedaza sin miramiento alguno a dos de los secuestradores. Un acto cruel efectuado sin ningún tipo de miramiento. La Raven que conocía no era así. Estaba perdida casi como cualquier adolescente. Lo normal en personas como ellos, que estando aún en una edad inmadura se ven con la tarea de hacer lo correcto y lidiar con el peso de unos poderes que les llegaron como un pan bajo el brazo nada más nacer. Era una persona compleja, no era alguien despiadada ni cometía aquellos actos perversos. Si que recordaba como su mentora Kory, les había contado de una situación en la que la hija de Trigón se había dejado imbuir por la influencia demoníaca de su padre. Una etapa que Cassandra creía pasado y superada. Pero parecía que las certezas que antaño tenía se iban desmoronando una a una. Había algo raro en el mundo y no sabía que era. Era una perturbación más profunda que la invasión demoníaca. Era como si el eje se hubiera invertido y trastocado todo. Todo era ahora ordenadamente caótico.

Confusa y aturdida Cassie seguía luchando. Desviaba los ataques y pensaba en la forma de vencer al enemigo frente a ella. Porque a pesar de lo mucho que el mundo girase y lo profundamente perdida y desconcertada que se sintiera, en su interior se perfilaba una gran verdad; ella era una guerrera, era una heroína. Esa era su única certeza. Por ello, no podía caer en un estado de desesperanza. Tenía que resistir y seguir peleando con ahínco. Estaba tan concentrada en esta tarea que no se percató de que otro enemigo estaba cerca. Cuando tuvo certeza del enemigos, ya había caído en sus garras. Un látigo se enroscó en su cuello y la amazona se llevó inconscientemente las manos las cuello. La semidiosa intentaba engarzar sus uñas y tirar. Forcejeaba intentando por todos los medios liberarse. Aunque sentía como el látigo se iba enroscando más y más en su cuello, apretando y haciendo que escasease el aire, Cassie seguía revolviéndose. La criatura la sostenía del cuello a considerables metros del suelo y la rubia no paraba de patalear. La falta de oxígeno hacía que sus intentó fueran cada vez más débiles y se sintiera cada vez más cansada y asfixiada. Miró a los ojos al ser que la tenía cautiva. Era una figura enorme que parecía la mezcla de varios animales. Como si su figura no hubiera acabado de definirse. Era una figura extraña y un tanto grotesca. La criatura cantaba mientras la estrellaba contra la pared. Preguntó a Raven si estaba segura y Cassandra la buscó con la mirada. Pero no la encontró.

La golpeó varias veces y después, la sujetó a la altura de su rostro. Le enseñó las fauces, intentando la causar terror. Pero Cassandra no se amilanó. Miró a su captor con desdén. Luego el ser cesó tras la orden de Raven. Esa criatura escaló por el edificio llevándose a la rubia con él. El cuerpo de la semidiosa fue golpeado por los obstáculos que había en el camino. Subieron hasta la azotea y allí Sin la tiró al suelo sin piedad.

Al verse libre del látigo que la ahogaba, Cassie se llevó las manos a la garganta y dio una bram bocanada, introdujo tanto recuperar el oxígeno que le faltaba. La rubia intentó ponerse de pie. Trastabilló un par de veces. El color negruzco que en un principio pensaba que era el color del suelo empezó a moverse en hacía ella. Sin que pudiera evitarlo, el ser-alma la apresó. Dentro de él la amazona empezó a sentir dolor. Nunca había sentido algo igual. Era un frío cortante que la atravesaba y la impedía respirar. Era algo tortuoso y desgarrador. El odio y la muerte eran tan fuertes que la herían. Era como si esas emociones negativas se la clavasen muy profundamente como dagas. Como si cada emoción la hiciera sangrar.

Tras lo que para ella fue un infierno tortuoso, el ser-alma la liberó sobre las aguas de la bahía. Cassandra cayó. Estaba todavía sumida en un pequeño trance causado por el dolor sufrido. Su voluntad y sus ganas de resistir se encontraban rotas. Estaba semi-inconsciente. Se sentía agotada y tenía una imperiosa necesidad de cerrar los ojos y descansar. Impactó contra el frío y húmedo contacto del agua. Era más fácil dejarse llevar y caer como un peso muerto hasta el fondo. Se hundió varios metros y comenzó a sentir como el agua intentaba llenar sus orificios. Esa amarga y asfixiante sensación la hizo reacción. Como buenamente pudo se impulsó hacia arriba para salir del agua. No tenía las fuerzas necesarias para elevarse y volar. Con esfuerzo nadó hasta llevar a la orilla.

KRAKKKAAA KKKKKAAALK

Una descarga como un relámpago impactó en su cuerpo mojado cuando trataba de arrastrarse hacia la orilla. Cassandra sintió como si la atravesara una lanza hecha de luz. Fue un dolor muy intenso que duró sólo un segundo, y, después, se encontró tirada en la madera del embarcadero, con la ropa humeante y medio inconsciente.

A pesar de que era de día, una densa niebla antinatural de color anaranjado comenzó a llenar el muelle, provocando la huida de los pocos ciudadanos aterrorizados que se habían acercado a ayudar a la amazona caída. Era espesa y tenía un olor potente a azufre. Poco a poco, la figura de una mujer encapuchada fue perfilándose en su interior. El sonido de unos tacones contra la madera se fue acercando a la rubia hasta que unas altas botas azules ocuparon su campo de visión.

- Has luchado bien, amazona. No muchos héroes podrían haber resistido lo que tú. La mayoría de los mortales no soporta el gélido abrazo de mi ser-alma -dijo la figura que se alzaba ante ella-. Eso demuestra tu valía.

La semidemonio se agachó para quedar más cerca de Cassie y la sujetó por la barbilla, observando su rostro.

- Pareces más joven que Diana; ¿perteneces a los Teen Titans? ¿A la Young Justice? No sé si llegaste a conocerme en algún momento; soy Raven. Aunque si me conociste, seguramente era alguien diferente entonces, ¿verdad? -se rió, con una risa demoníaca y maligna que encontró su eco en el fulgor de sus cuatro ojos-. Verás, te lo explicaré... Mi padre engendró un centenar de demonios antes de que yo naciera. Sus cuerpos fueron destruidos, pero sus almas sobrevivieron, y ahora necesito los cuerpos de otros súper seres como tú para poder incubarlas y devolver a la vida a mis hermanos muertos. Deberías considerar ésto un honor -dijo, acariciando la mejilla de la rubia-. Vas a ser un efectivo muy valioso en mi ejército y jugarás un papel importante en la destrucción y renacimiento de éste pequeño planeta...

Su otra mano se situó en la otra mejilla de Cassandra, sosteniendo su rostro a la altura del suyo para poder mirarla a los ojos.

- Ahora, sólo... relájate... -dijo, antes de unir sus labios a los suyos.

Cassandra abrió los ojos al sentir como una fuerza poderosa se abría camino en su interior, descendiendo por su garganta, abriéndose camino a la fuerza, llenando y poseyendo todo cuanto encontraba a su paso, expandiéndose, imponiendo su presencia de manera violenta y reclamándola como suya. Era una sensación horrible, como ser poseída en contra de tu voluntad por una entidad mucho más poderosa y dominante que tú. Como ser sobrepasado por el mismísimo Ares.

Cuando terminó ya no quedaba nada de Cassandra. Ahora era algo diferente. Alguien diferente.

Raven sonrió.

- Bienvenido, hermano.

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Invitado

No hubo tiempo de respirar tranquila cuando pisó tierra firme pues inmediatamente un relámpago cayó sobre ella. La corriente atravesó su carne, su piel y sus huesos dejando a su paso un intenso dolor. Tenía un desgaste físico, emocional y psíquico importante. Lo que la mantenía en pie era la fuerza de su inmensa testarudez y voluntad. Con este nuevo golpe no pudo evitar desplomarse como un peso muerto. Alzó la cabeza y vio ese extraño color anaranjado en el cielo y como el ambiente empezaba a nublarse. No auguraba nada bueno. La gente se alejaba del lugar. El aroma del azufre y la pesadez del ambiente no eran tampoco indicadores de algo bueno. Respiró hondo tomando aire para darse fuerzas y resistir aquello que estaba por venir. Intentó arrastrarse para salir de la zona. La situación la había superado y tenía que avisar a alguien. Pero no sabía a quién. Sus amigos no estaban y no estaba segura de lo que había ocurrido con la Liga en ese nuevo mundo.

Pero antes de que pueda moverse del lugar, una encapuchada se acercó a ella. Lo más probable era que esa mujer fuera quien ideó todo el secuestro y el ataque del ser-alma al autobús. Entonces, la mujer que taconeaba debía ser Raven. Pero en su memoria no recuerda ninguna ocasión en la que la hija de Trigón llevase tacones, ni siquiera cuando lleva ropa normal(intentando adaptarse a la cultura). Cassandra pensaba en cómo habían cambiado tanto las cosas. Como es todo tan confuso desde hacía un par de semanas. Intentaba comprender qué había pasado y no pudo llegar a dar una explicación de lo que ha ocurrido.

Como buenamente pudo la amazona se incorporó. La rubia la miró sin decir nada a la mujer que frente a ella se mostraba. No la gustaba dar explicaciones ni mucho menos hablar como a otros héroes. Su resistencia era fruto de su herencia divina pero no daría esa información a una desconocida y menos a una enemiga.

- He estado por aquí y por allá. Si no me conoces … no voy a aclararte estos puntos.- Comentó manteniendo su orgullo la rubia. Al ver el ser demoníaco que afirmaba ser Raven la quedaba claro que no era la persona que había conocido en su universo ni tampoco ninguna de las recordaba. Incluso la Raven malvada de los Titanes del mañana no tenía aquel semblante que no la transmitía ni un ápice de bondad en su ser. ¿Qué había ocurrido para que no existiera la mujer caritativa que había conocido?

La historia que la estaba contando la demoníaca hija de Trigón no le estaba gustando. Usar su cuerpo para revivir a uno de los hijos muertos de aquel monstruoso ser que quería destruir y dominar cada mundo que cayera en sus manos. Esa idea no sólo le producía repulsión, sino que además la atemorizaba. Se removió pero ya no contaba con la fuerza necesaria para combatir. Cassandra sabía que no podía hacer nada pero aún así se resistía a ser un peón en las manos del Octavo Demonio.

Trató de nuevo de intentar liberarse pero no podía hacer apenas nada. Si cuerpo estaba muy cansado y ya no podía apenas luchar. Sintió el contacto de la mano de Raven. La demonio la hizo mirarla a los ojos. No, no podía relajarse. No la producía ninguna tranquilidad estar en manos de una malvada que quería usar su cuerpo para albergar un demonio. Pero como era una orden casi hipnótica fruto de los poderes de la demonio, a Cassie no la quedó de otra que obedecer. Raven unió sus labios a los suyos y le entregó la semilla del mal.

Wonder Girl despertó de súbito, sintiendo cómo algo intentaba abrirse paso en su interior. Se inició una lucha donde la amazona trataba de no ser poseída por el alma del hermano de Raven. El mal iba penetrando su ser, adueñándose de cada parte que de su cuerpo que se encontraba en su camino. Cassandra se negaba a esa profanación de su cuerpo pero no podía hacer nada. Todo su ser intentaba rebelarse ante la agónica y tortuosa dominación. La presencia demoníaca tomaba con violencia y agresividad cada parte de Cassie mientras sufría. No había dado consentimiento al ser para tomar su cuerpo. La rubia era desgarradoramente sometida. Un dolor que iba más allá del físico. Era un quiebre psicológico y emocional. Tener que entregar por la fuerza tu cuerpo sin poder oponer resistencia. Sometida, humillada y despojada de su persona. Tener que entregarte a una forzosa posesión resultaba muy no desagradable. Era un ultraje. Despojada de algo tan personal e íntimo como es tu propio cuerpo. Obligada duramente a caer a merced del demonio.

Poco a poco el demonio se adueñó por completo del cuerpo de la semidiosa. El alma de Cassandra quedó relegada a un segundo lugar. Ahora en su cuerpo reinaba uno de los herederos del Octavo Demonio. Su hermana le dió la bienvenida y el hijo de Trigón sonrió malévolamente dentro de su nuevo recipiente. Belial era un príncipe malcriado y desafiante. Tenía muy claro que había nacido para conquistar y dominar.

- Tengo que darte algo de crédito, hermanita.-

[Minievento WWD] Cuervo de Sangre - Miedo (Cassandra Sandsmark y Billy Batson)[18-04-2019 en Gateway City] Lucife10

Belial imponente y altivo en el cuerpo de Cassandra chasqueó los dedos y de él salió una potente llama negra que lanzó a los espectadores que aún no se habían ido del muelle. Las llamas empezaron a extenderse por la zona calcinando a todo y todos a su alcance. El señor de la llama de ébano disfrutó ese pequeño deleite que era para él el sonido de los gritos y el olor de las cenizas.

Gateway City. Un autobús escolar proveniente de Nueva York acababa de llegar a la ciudad costera. Apenas quedaban diez minutos hasta el museo de Artefactos Griegos que tanto caracterizaba a la metrópolis. La profesora de historia trataba en vano de mantener calmados a los exaltados estudiantes de secundaria. Eran unos jóvenes escandalosos que recientemente habían entrado en la adolescencia, así que era normal que el autobús estuviera tan revolucionado. Los alumnos cantaban, gritaban y se reían, algunos se peleaban con el compañero de asiento y otros tecleaban sin parar en sus teléfonos móviles, actualizando sus redes sociales con fotografías y textos insulsos.

En el asiento de atrás de aquel autobús, había un muchacho de cabellos oscuros que miraba en silencio las noticias desde su smartphone. Sus ojos azules mostraba inquietud y preocupación, y es que las noticias en directo del Canal 4 no eran para menos.

El buda de Bodh Gaya se había puesto en pie, aplastando a todos los fieles y habitantes de la ciudad India. Lo mismo sucedía en Venecia, con el León de la plaza San Marcos. La tasa de delitos y crímenes se había incrementado exponencialmente, y aquella misma madrugada, el museo de Artefactos Místicos de Nueva York había empezado a arder inexplicablemente.

—Fate...— susurró el muchacho cuando el testigo habló de un hombre de capa y casco dorados que se había enfrentado a otros dos hechiceros en el Ditko.

Pero lo más preocupante de todo había sido la repentina desaparición de la Liga de la Justicia a manos de Trigon, en la ciudad de Amritsar, y el ataque a la Joven Liga de la Justicia en Happy Harbor, cuatro días atrás. ¿Era cierto que habían sido derrotados? ¿Que Trigon los había eliminado a todos? ¿Qué pasaría ahora que los héroes habían fracasado frente a la invasión?

Mi nombre es Billy Batson. Y los demonios ya han llegado a los Estados Unidos.

Todas las noticias proclamaban el inminente fin del mundo. Y a pesar de todo, allí estaba yo. Sentado en un autobús escolar sin poder hacer nada, llevando una vida de un estudiante normal que de momento se mantenía ajena a los terribles acontecimientos. Bueno, al menos hasta aquel día.

De pronto, unos hombres y mujeres ataviados con túnicas satánicas aparecieron de la nada y asaltaron el autobús. El conductor pegó un fuerte frenazo que desestabilizó a los pasajeros, y algunos estudiantes se dieron contra las barras metálicas del vehículo. La profesora, horrorizada ante el secuestro, no pudo impedir que los sectarios entrarán en el autobús y tomaran el mando.

El miedo entre los estudiantes se acrecentó cuando los secuestradores sacaron sus ametralladoras y comenzaron a disparar a través de las ventanillas rotas mientras entonaban cánticos en nombre de Satán. Condujeron el autobús a toda velocidad por las calles de la ciudad, arrasando con todo lo que veían. Y Billy Batson se escondió debajo de su asiento, con el miedo en el cuerpo y el corazón en un puño.

Sí, lo sé. Es patético. ¿Pero qué queréis que haga? Sólo soy un chaval de 15 años, y no tengo ni idea de cómo machacar a esos villanos sin que me cosan a balazos. Por más que me pese, sin el hechicero sólo soy Billy Batson.

Cuando parecía que ya no había esperanza, una hermosa joven de cabellos dorados como el sol apareció en escena. Llevaba un uniforme escolar, y parecía sacada de una de esas series de chicas mágicas japonesas. Pero lo más curioso de todo, es que era la misma chica que había conocido en el museo de Nueva York.

— Ey, ¿Qué tal si dejáis que los niños se vayan? Yo prometo no partiros la cara mucho.

Los ojos del muchacho se abrieron de par en par en cuando vio a la espectacular heroína destrozar la puerta del autobús para enfrentarse a los sectarios. Fue entonces cuando se fijó en el símbolo que había debajo de su camisa. En la camiseta roja y azul interior, había grabada la doble doble uve de Wonder Woman. Pero reconocer aquellos caracteres lo confundió. No recordaba a ninguna amazona tan joven y de melena dorada...

La heroína desvió rápidamente la balas de los secuestradores con sus brazaletes de plata, y saltó sobre ellos con agilidad para patearles a todos el trasero. Aquella manera de luchar y esos movimientos eran muy característicos de...

Espera. No fastidies. Es Wonder Girl. ¡Esa chica es Wonder Girl!

Por culpa de la emoción, William casi se golpeaba contra el asiento de atrás. La última vez que vio a Wonder Girl, la chica llevaba una melena negra hasta los hombros, gafas gigantes y una chupa de cuero del mismo color. ¿Qué había pasado con su estilo rockero? ¿Estaba pelando con su identidad civil, o era otra chica que copiaba su estilo?

Pero aquel no era el mejor momento para hacer preguntas. Billy tuvo que deslizarse por el resto de los asientos si no quería morir aplastado, pues el autobús empezó a retorcerse, alzándose en el cielo sin previo aviso. El pequeño gimió de dolor cuando una de las barras metálicas empezó a aplastarle las costillas, y gritó por pura impotencia al darse cuenta de cómo algunos de sus compañeros de clase se deslizaban por el límite del vehículo y caían al vacío. No pudo hacer nada para ayudarles, pero por suerte, Wonder Girl consiguió salvarlos a todos con su lazo mágico.

— Tenemos que salir del autobús. Todos.— indicó la heroína, mirando seriamente a los sectarios. Pero cuando empezaron a salir los primeros pasajeros, una nube de oscuridad envolvió el autobús y atrapó a cultistas y estudiantes por igual. Billy observó horrorizado como uno de los tentáculos negros que había atrapado a uno de los secuestradores le partía en dos, esparciendo su sangre y sus vísceras en el rostro del resto de espectadores. Los gritos de desesperación y horror de los sus compañeros de clase y de su profesora de historia fueron más que suficientes para que el muchacho acobardado decidiera actuar por fin.

Niños, esto no lo repitáis en casa.

Billy Batson corrió hacia el interior del autobús, esquivando el resto de tentáculos que trataban de atraparle. Sus pies chocaron con una de las ametralladoras de los cultistas y no se lo pensó dos veces. La sostuvo con sus flacuchos brazos y trató de disparar como pudo a la masa oscura. Pero los tentáculos no recibieron ningún daño. La oscuridad engullía todas las balas y seguía aferrando con fuerza a los cautivos.

Uno de los brazos negros se enredó en sus pies, y arrastró al muchacho desprevenido al exterior del vehículo, junto al resto de sus amigos. El tentáculo empezó a estrujar su diminuto cuerpo con fuerza. Cuanto más trataba de resistir el agarre, mayor era la opresión. En un intento de desesperación trató de apartarse del monstruo entre patadas y puñetazos, pero aquella criatura parecía inmune a los ataques físicos. Quiso gritar, pedir ayuda, pero ningún sonido salió por su garganta. La oscuridad se cernió alrededor de su cuello como una soga, impidiéndole respirar. El tentáculo le asfixiaba lentamente, y la sensación de ahogo y sofoco fue terrible para Billy, que jamás había experimentado el terror y la muerte desde tan cerca. El miedo le invadió por completo y supo que aquel sería su momento final. Su vida se escapaba poco a poco, y el muchacho fue perdiendo la fuerza y las ganas de resistirse, hasta que finalmente, su corazón se detuvo por la falta de oxígeno.

Y... aquí acaban las aventuras de Billy Batson.

Una descarga eléctrica lanzó a Wonder Girl por los aires hasta colisionar contra uno de los edificios adyacentes. Esa misma descarga eléctrica, dejó completamente chamuscado a uno de los sectarios que seguían prisioneros del monstruo de negrura infinita. Pero también impactó de lleno en el cuerpo sin vida de Billy Batson. La electricidad recorrió cada rincón de su sistema circulatorio hasta llegar al órgano principal. Tras varios segundos de silencio, el muchacho empezó a sentir de nuevo los latidos de su corazón, el hormigueo de sus dedos al despertarse, y finalmente sus ojos empezaron a abrirse. Donde antes había unos hermosos iris de color azul, ahora eran completamente blancos y brillantes por la electricidad. El tentáculo no pudo sostener por más tiempo el agarre y se estremeció de dolor al contacto con la corriente eléctrica. Con la garganta liberada, sus labios se despegaron lentamente para pronunciar las palabras. Era su última oportunidad.

—¡¡¡SHAZAM!!!

La electricidad que había quedado atrapada en su interior obedeció las órdenes del hechicero. En un parpadeo, el cuerpo de Billy Batson fue sustituido por el fornido y musculoso Capitán Maravilla.

[Minievento WWD] Cuervo de Sangre - Miedo (Cassandra Sandsmark y Billy Batson)[18-04-2019 en Gateway City] Sin_tz11

Allí estaba Shazam, por fin. Después de un año completamente desaparecido, el hechicero había vuelto en el momento más oportuno.

¿Os pensabais que iba a morir? Claro que estaba bromeando. Ahora os vais a enterar de lo que es bueno.

El Capitán Marvel observó a tiempo como Wonder Girl era arrastrada hasta la azotea de un edificio por una criatura de color anaranjada y que parecía una endemoniada quimera. Con sus ojos calculó la trayectoria previa al vuelo y entonces pegó un salto… que rápidamente terminó en una caída de bruces contra el pavimento de la calle.

Ups… bueno, esto no era lo esperaba. Hacía mucho que no usaba los poderes...

Estaba claro que algo iba mal. No había sido capaz de volar ni correr a gran velocidad. Su conexión con Mercurio estaba dañada, y parecía que tenía el mismo problema con el resto de dones que le había brindado el hechicero la primera vez que había invocado a Shazam.

El adulto maldijo entre dientes, y rápidamente se dio la vuelta. Si no podía ayudar a Wonder Girl, al menos podía encargarse de salvar a los niños y los sectarios que aún seguían atrapados en el monstruo de tentáculos negros. Cargó todo su cuerpo con la fuerza del rayo de Zeus, y empezó a dar puñetazos y patadas a la masa negra, hasta que una por una, fue soltando a todas sus víctimas mientras se retorcía de dolor.

— ¡Rápido! ¡Refugiaos lejos de aquí!— exclamó con voz grave. Se le hizo extraño dar órdenes a su profesora de historia y al resto de sus compañeros de clase. Pero todos le obedecieron sin rechistar. Incluso aquellos que le habían hecho bullying alguna vez en el la escuela, ahora le vitoreaban y aclamaban su nombre.

Tan pronto como las víctimas inocentes se pusieron a salvo, Shazam aprovechó para dejar inconscientes a los sectarios que habían secuestrado su autobús. Esperaba que la policía llegara lo más pronto posible, para meter a esos malvados tipejos en el calabozo.

Entonces, el chasquido del agua de la bahía llamó su atención. Wonder Girl acababa de salir de la nada, y su cuerpo había caído muy cerca del Gateway Bridge. Shazam dejó lo que estaba haciendo, y corrió lo más rápido que pudo para socorrerla, a tiempo para ver cómo la heroína era asaltada por un demonio que le resultaba muy familiar…

Los ojos del hechicero se abrieron de par en par, sorprendidos ante la escena de la posesión. La mujer que tenía frente a él y que acababa de besar a la amazona, era nada más y nada menos que Raven, la émpata de los antiguos Titanes.

—¡¡DÉJALA EN PAZ!!— gritó el niño interior con la voz del adulto. Shazam extendió su brazo izquierdo y lanzó un rayo de Zeus en dirección a la encapuchada. Pero ya era demasiado tarde. La amazona empezó a retorcerse de dolor en el suelo y a gemir de una forma extremadamente desgarradora. Billy temió lo peor cuando se hizo el silencio.

La sidekick de Wonder Woman se levantó con un aire imponente y altivo. De sus manos surgió una poderosa llama negra de origen demoníaco, que lanzó a Shazam por los aires en una terrible explosión. El fuego de ébano empezó a trepar por carreteras y edificios, quemando y destruyendo todo a su paso.

—¿Qué le has hecho a Wonder Girl?— preguntó el hechicero con sus ojos del color del zafiro llenos de terror.

Belial era el hijo más antiguo de Trigon y una de las más poderosas entidades demoníacas. Era la opción más lógica para invocar después de los siete pecados capitales.

Esbozó una sonrisa de satisfacción cuando lo vio empezar a sembrar el terror entre la población que aún quedaba en el muelle. El poder de Belial unido a la fuerza del cuerpo de la amazona hacían de él un aliado invaluable. Pero entonces, antes de que pudiera contestarle escuchó un grito desesperado procedente de su derecha, y, acto seguido, una repentina y dolorosa descarga eléctrica la impactó de lleno, lanzándola por los aires.

- ¿Cómo? ¿Quién...?

Belial reaccionó al momento devolviéndole el golpe a su atacante con una descarga de fuego oscuro que también acabó con el hechicero en el suelo.

- ¿Qué le has hecho a Wonder Girl? -preguntó el joven con expresión asustada, pugnando por incorporarse.

Raven lo observó con curiosidad. Era un chico guapo, musculoso, y, al parecer, no carecía de poder. Le recordaba un poco a Relámpago, el hermano de Trueno. Podría haber sido una interesante adición a su ejército, pero no le conocía, y no quería arriesgarse en vano. Ni siquiera sabía si de verdad era un metahumano o alienígena o simplemente un humano con algún artefacto místico que le diera su poder, por lo que no podría asegurar que su cuerpo fuese a servir como receptáculo.

- Pobre, pobre muchacho, tan asustado y triste... -respondió en tono burlón mientras se alzaba levitando por el aire-. Eres un ingenuo si pensaste por un sólo segundo que podrías salvar a tu amiga de las fuerzas oscuras que se encuentran bajo mi control. ¿Quieres saber qué le he hecho? Le he hecho un gran honor... Le he ofrecido la gloria de servir como receptáculo para los Hijos de Trigón, y así ayudar en la reconstrucción de éste planeta a su imagen y semejanza, gobernándolo a nuestro lado. Ya ves... sólo existen dos opciones ahora mismo: estar en el bando ganador o morir. Es una pena tener que estropear una cara tan bonita, pero no me has dejado otra opción.

La mujer extendió los brazos y una aterradora sombra gigantesca con la forma de un cuervo se elevó majestuosamente a su espalda durante un instante antes de deformarse en una criatura pavorosa y deforme, con decenas de tentáculos de la misma consistencia y aspecto que los que el hechicero había combatido en el autobús, y arrojarse sobre él.

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Invitado

Belial observó cómo se consumía todo al paso de su llama de ébano. En su rostro se dibujó una sonrisa orgullosa y prepotente. El olor del hollín, la visión de la destrucción y el sonido de la devastación llevaban el ambiente. Se sentía satisfecho al cumplir con su objetivo. Como hijo de Trigon consumir, destruir y someter eran cosas inherentes a él. Como mitad demonio su naturaleza le pedía socavar y despedazar a cualquier raza o pueblo que fuera inferior. Belial era un guerrero, nacido y ungido en la batalla y el miedo.

- Mejorarla - La voz de Casandra había adquirido un matiz macabro y despiadado. Era su mismo tono y timbre pero la manera en que el demonio procedía con la voz era muy diferente a como hablaba la semidiosa.

Se rió sardónicamente-¿No te gusta? - Se triscó el cuello. Ese cuerpo estaba un tanto resentido de la paliza que le habían dado con anterioridad.

No le agradaban los humanos los encontraba tremendamente inferiores. El joven que se alzaba frente a ellos parecía tener poderes para enfrentarlos pero seguía siendo de aquella despreciable raza llamada humanidad. Seguramente el moreno estaba siendo un ingenuo. Había muy pocas personas que pudieran igualarlas. Belial pensaba que ninguna. Si ese hombre era tan altivo para hacerles frente recibiría su merecido y eso le agradaba. Sonrió con malicia. Aplicarían drásticamente cualquier tipo de insurgencia.

Antes de que pudiera chasquear los dedos y enviarle una ráfaga de llamas a Billy, Raven intervino. Mientras la semidemonio hablaba con el muchacho, Belial arrojó más fuego de ébano a los espectadores. Raven envolvió al moreno con su ser alma. En ese momento, el primogénito del octavo demonio supo que a ese humano le había llegado el final.

[Minievento WWD] Cuervo de Sangre - Miedo (Cassandra Sandsmark y Billy Batson)[18-04-2019 en Gateway City] Descar10

En un lugar discreto observando la situación se encontraba un hombre esbelto, maduro y atractivo. Su cabello lucía unas canas relucientes y sus ojos eran de un azul hipnótico. Estaba ataviado con un conjunto de pantalón y gabardina color caqui, una camisa blanca y una corbata negra. Tenía un impecable y elegante aspecto. Su gesto lucía preocupado. Sabía que no podía intervenir en la situación de forma directa. Los dioses no pueden inmiscuirse en asuntos de mortales. Ni siquiera cuando le afectaba muy directamente. apretó fuertemente sus puños con rabia e impotencia. El cuerpo que acababa de ser poseído era el de su hija pequeña. Sin duda era la descendiente de quien el Padre del Olimpo más orgulloso se sentía. Era su legado y sentía muy profundamente que Cassandra sería quien trajese un nuevo y brillante futuro al Panteón grecolatino. No podía meterse pero antes que Dios y Rey era padre. un padre que se preocupaba por el bienestar de una hija a la que adoraba desde el instante en que fue concebida. Ella era su gran esperanza y su orgullo. Cassandra había demostrado ser con todas las letras una heroína digna de los poderes de nacimiento.

Miró al joven héroe que preguntaba lo que le había pasado a Wondergirl. Una idea se le vino a la cabeza. No podía actuar de forma directa pero estaba entre sus actuaciones poder fortalecer a campeones. Sobre todo como aquel joven que contaba con el beneplácito del gran mago y de los sabios de la antigüedad. Zeus invocó al rayo con todo su poder e hizo que golpeara con fuerza al mortal Billy Batson. La fuerza y grandeza del rayo impregnó cada parte del cuerpo del adolescente. El poder de Zeus se extendió por cada fibra del cuerpo del moreno, restaurando la conexión del muchacho con el poder de Shazam otorgado por el Dios de dioses.

Un búho real se posó en el hombro de Zeus. El ave miró al dios con sus llamativos y profundos ojos naranjas. Abrió su pico para emitir un graznido pero en vez del sonido ululante que emite aquella ave rapaz salió una voz femenina.

- No puedes hacer nada más allí. Esa no es tu lucha.- el patriarca reconoció la voz de la diosa dueña del Búho. Sabía que Atenea tenía razón.

Suspiró con resignación sabía que ella tenía razón. No podía interferir. No podía hacer más. Estaba más que dispuesto de aceptar cualquier castigo si eso ponía a salvo a su familia. Pero bien sabía que si actuaba directamente, el precio de sus acciones no las iba a pagar él. La sanción recaería en su pequeña. No podía permitir que ella acarrease con el peso de sus actos. Esperaba que renovando la conexión de Shazam hubiera conseguido posibilitar la salvación de Cassandra. sin nada más que hacer en el lugar, Zeus emprendió el vuelo y desapareció de Gateway City.

El poderoso y maravilloso Shazam había vuelto y ahora todo iba a salir bien. Derrotaría a los villanos, protegería a los civiles, salvaría a Wonder Girl, y Gateway City volvería a la normalidad... pero eso no fue lo que ocurrió en realidad.

Billy había confiado demasiado rápido en los poderes del hechicero, y no tardó en darse cuenta de que las cosas no eran tan fáciles como había imaginado. Shazam seguía sin poder utilizar la mayoría de sus poderes, de hecho, a duras penas podía controlar el recién recuperado poder del rayo, así que la euforia y la confianza que rebosaba hacía tan solo un minuto, se desvaneció rápidamente ante la posibilidad de fracasar.

El hombre tragó saliva, sintiéndose intimidado por la poderosa y altiva figura de la Raven Oscura tras ver que su eléctrico ataque apenas había dañado el cuerpo de la ex-titán. Pero aquello no fue lo peor, pues el demonio Belial se alzaba tras ella con el cuerpo de su amiga Wonder Girl, dispuesto a utilizarla para sembrar el caos. Sería un combate injusto si ambos demonios se lanzaban contra el hechicero recién recuperado, y Billy sabía en el fondo que no tendría ninguna posibilidad si trataba de luchar contra los dos a la vez en aquel estado.

— Maldita sea...— gruñó de frustración al sentirse nuevamente impotente. Ni siquiera siendo Shazam era capaz de hacer nada. Ni siquiera había conseguido salvar a Cassandra…

De pronto, Raven lanzó una aterradora sombra que se abalanzó sobre el hechicero como un perro rabioso. Los tentáculos de ébano se cernieron sobre los miembros de Shazam, estrujando y engullendo su cuerpo en una profunda oscuridad. Era la misma forma de asfixia que había estado a punto de acabar con su vida minutos atrás, pero esta vez Billy sabía lo que tenía que hacer.

—¡Eso no volverá a servir conmigo!— gritó el niño interior, y desde el símbolo del rayo que había dibujado en su pecho, surgió una electricidad imparable que hizo retroceder a la sombra de su agarre, retorciéndose de dolor.

Shazam dio un salto hacia atrás, alejándose provisionalmente de sus dos enemigos y pensó detenidamente sus posibilidades. Hubiera agradecido volver a contar con el consejo de Salomón y la confianza que antiguamente le proporcionaba Aquiles, le habría sido la mar de útil en aquellos momentos. Pero las figuras de Raven y Belial le intimidaban sobremanera. Billy fue consciente de sus limitaciones y sintió el miedo trepar hasta sus entrañas. Le invadió un terror similar a la primera vez que se encontró con Black Adam, que rápidamente su cuerpo reaccionó de la misma manera frente a sus nuevas enemigas.

El hechicero empezó a correr con todas sus fuerzas en dirección contraria a los dos demonios. Se mezcló con los civiles que trataban de huir del caos desatado por el fuego azabache de Belial, y una vez medio escondido susurró para sí mismo:

—¡Shazam!

Un rayo cayó del cielo, colisionando así con el cuerpo del hechicero que rápidamente se transformó en el pequeño Billy Batson. Con tanta gente a su alrededor, pudo escabullirse de sus perseguidores hasta perderse entre la multitud. Esperó que nadie le siguiera, puesto que ni Raven ni Belial conocían la identidad civil de Shazam.

Sí, lo sé. Soy patético. Soy un cobarde. He vuelto a huir de la batalla. He abandonado a Cassandra a sus suerte, y probablemente, al resto de civiles de Gateway City... ¿Pero qué otra opción tenía? No puedo hacer esto yo solo. Ellas dos son muy fuertes y ni siquiera soy capaz de luchar en plenas facultades… Lo siento. Siento haberos decepcionado a todos...

El miedo se había apoderado del niño, pero sintió que aún no podía darse por vencido. Puede que hubiera perdido esa batalla, pero todavía no habían perdido la guerra frente a los demonios.

Tenía que haber una razón detrás de su renovada conexión con el hechicero. Si había conseguido volver a ser Shazam es que aún había esperanza. Debía buscar al resto de sus compañeros; a todos los héroes que quedaban en pie luchando contra la invasión demoníaca, y explicarles su encuentro con Raven y lo que le habían hecho a Wonder Girl. Tenía que volver a casa con su tío Dudley y contarle que milagrosamente había recuperado al hechicero. Una vez estuviera más calmado, reuniría el valor que le quedaba para desempolvar el antiguo comunicador de la Liga de la Justicia que había dejado olvidado en su armario. Había llegado la hora de responder ante sus compañeros como Shazam, el héroe al que todos creían muerto desde la colisión.

Bueno, eso había sido... inesperado. Y, al parecer, bastante inútil, pensó la semidemonio con una ceja alzada al ver cómo el recién aparecido superhéroe echaba a correr con el rabo entre las piernas al verlas juntas.

Tampoco era tan descabellado, después de todo. Con todo el poder que había liberado al imponerse a su patética y frágil álter ego no había nada en aquél mundo que pudiera detenerla, y menos con Belial a su lado. El joven había sido derrotado. Ahora lo único que restaba era destruirlo.

Una vez reunida con su dañada ser-alma, se alzó levitando por el aire en un fútil intento de localizar al moreno entre la multitud, mas fue en vano. ¿Cómo había podido pasar? ¿Dónde había ido? ¿Acaso se había teletransportado? Bueno, tampoco importaba tanto, ya que había logrado aquello que se proponía; ahora disponía de otro recipiente para transportar la semilla de Trigon, y pronto sus cien hermanos y hermanas nacerían dentro de sus nuevos cuerpos. La agenda de los grandes señores demoníacos se acercaba cada vez más a la realidad, y, después, sus propios planes comenzarían.

- Vamos, Belial, tu fuerza es necesaria en otra parte. Deja que te enseñe dónde nos ocultamos -dijo haciéndole una seña para que la siguiera.

En cuestión de segundos, las dos mujeres se habían perdido en el cielo, dejando tras de sí un rastro de devastación, fuego y muerte.

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