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Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018]
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Tema: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 18th Enero 2018, 17:24
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22 de julio de 2018
Qurac era un pequeño país situado en la zona del Medio Oriente. Esa región del mundo es una de las más problemáticas y difíciles del planeta tierra. Medio Oriente ha sido desde las dos últimas décadas una zona muy conflictiva y convulsa. Esto se debe principalmente a dos factores. En primer lugar, en 1948 se estableció el Estado de Israelí en zona Palestina. Este hecho desembocó en el largo conflicto árabe e israelí. En segundo lugar, el subsuelo atesora una gran riqueza petrolera que despierta intereses capitalistas. Las tensiones sociales y el interés por el control del territorio por su valor económico desembocaban frecuentemente en conflictos armados. Estas guerras eran una fuente de riqueza para los contrabandistas de armas. El negocio de las armas se lucraba en cada conflicto bélico. Era un comercio que se aprovechaba de los enfrentamientos, la codicia y el odio. Por eso, siempre buscaban que los problemas y faltas de entendimiento no llegasen a buen puerto. Las tensiones se distorsionaban e incrementaban con diversas estrategias para seguir con el ciclo de la guerra y el odio.
En concreto, en Qurac había estallado hacía pocos años una revolución del pueblo oponiéndose a un gobierno tiránico de la facción más extremista y religiosa de la cultura musulmana. Los señores de la guerra habían incrementado sus fortunas armando a los revolucionarios, civiles y fuerzas represoras del estado con infinidad de armas de alta tecnología. Las acciones mostruosas del gobierno de Qurac con el fin de aplacar las insurgencias llamaron la atención de las potencias internacionales. La tensión en ese pequeño país ponía en jaque los intereses económicos de los ricos y poderosos de todo el globo. El precio del petróleo estaba por subir de una forma estratosférica. Mientras el pueblo llano no paraba de sufrir las consecuencias sangrientas de la pugna entre el estado y los revolucionarios, los estados mundiales debatían la forma de resolver esa crisis. El hambre, la masacre indiscriminada, la destrucción y la miseria reinaban en el lugar mientras que las organizaciones internacionales ignoraban el tema. Los meses pasaban y las situaciones se iban agravando. La mayoría de los países se oponía a enviar tropas a un país con una historia y cultura islámica. Los tradicionales estados occidentales de innegable tendencia cristiana defendían que esa situación caótica en Qurac debía ser resuelta por el mismo estado. Se negaban también a enviar ayuda humanitaria a aquella zona que antaño había sido su contrario. Muchas personas fueron encarceladas o colgadas en la plaza del pueblo. Los cadáveres se apilaban por doquier en las calles. Miles de inocentes murieron en fuegos cruzados. Las ONGs internacionales pedían a los grandes estados que hicieran algo para gestionar aquel conflicto. Tras mucho debate y meses de conflicto armado en el lugar, el estado represor había sido erradicado con la más furiosa e airada brutalidad, crueldad y violencia. La guerra se resolvió rápidamente gracias a la ayuda de los estados occidentales que apoyaron la revuelta con una intervención militar en aquel estado, al que diagnosticaron como un potencial peligro para la zona. Una vez asentados en el poder, los revolucionarios arremetieron con la misma ferocidad bestialidad que achacaban al anterior régimen.
Los primeros años en el nuevo gobierno fueron cruentos y llenos de actos represivos hacia aquellos que eran sospechosos de simpatizar con el anterior régimen. Terminado el conflicto bélico, las autoridades del nuevo sistema político de forma conjunta con las fuerzas aliadas de otros países desarmaron a la población civil, a los grupos insurrectos y a los detractores con el fin de garantizar en inicio de una democracia y evitar que se produjeran nuevas revueltas armadas que propiciasen la vuelta a un sistema de gobierno tiránico. Las armas se facilitaron tan sólo a las fuerzas del orden. Todas las demás armas incautadas fueron a parar a almacenes y depósitos en zonas aisladas. Estos lugares, aunque estaban alejados y en lugares difíciles para que los civiles pudieran acceder, estaban muy poco protegidos y custodiados. Asaltar uno de esos almacenes suponía tener armas de alta tecnología a muy bajo coste. Por eso, muchos buitres decidieron nutrirse con el desarme militar robando ese armamento y vendiéndolo en el mercado negro a otros países o a las mafias locales que aún imperaban en las calles, a cualquiera que quisiera utilizar un arma y estuviera dispuesto a pagarles.
Últimamente, este comercio clandestino de restos de armamentos militares tenía un destacado cliente muy activo. Dicho cliente era alguien europeo que en especial codiciaba piezas muy específicas. Este extranjero pagaba muy bien por armamento de alta ingeniería y tecnología avanzada. Las piezas que deseaba eran tan concretas y particulares que a muchos le hacían suponer que las quería para un determinado proyecto. No obstante, a los vendedores no les interesaba para qué quería ese tipo de armamento mientras pagase el precio acordado.
Al pelirrojo le pesaba la culpa. En su universo de origen él había intervenido de forma muy cruenta en ese conflicto. Había desarrollado armamento de alto nivel tecnológico y destructivo para los revolucionarios. Aunque su actuación había sido en pro de conseguir un de derechos, sabía que no había sido la acertada. La imposición y el uso de la fuerza bruta sólo incrementan las tiranteces y la violencia. Su modo de proceder en el país árabe fue como cualquier actuación incorrecta de una fuerza de paz, aviva la tensión y crea desconfianza entre la ciudadanía. Se sentía culpable por su proceder y porque se sentía responsable de haber propiciado que los focos de insurrección se hubieran reactivado. Es muy difícil para un pueblo comprender que los extranjeros quieren propiciar un futuro democrático cuando ven como la supuesta ayuda se propasa con sus congéneres. Además, si esas armas que él había creado estaban en Omega, debía desactivarlas. Tenía que impedir que más de aquellos potentes aparatos destructores se reutilizaran en proyectos de escasa moral y ética. Se lo debía tanto a la nación de Qurac como a las personas que había perjudicado por sus malas decisiones y su falta de juicio.
Aunque no estaba todavía muy recuperado de su encuentro con su antiguo amigo y compañero de batallas, Jason Todd. No hacía más que unos días que el segundo Robin le había herido su pie con una de sus peligrosas balas. No obstante, Roy era testarudo y aunque cupiera la posibilidad de abrirse esa herida y andase medio cojeando, tomó un vuelo en dirección a aquel país exótico de Medio Oriente. No sabía cómo estaba la situación en el país y quería comprobar la situación in situ para corroborar si sus temores eran ciertos. Sabía que de serlo tenía que usar sus conocimientos para enfrentrar aquel mal. se sentía un poco nervioso. En ese país su vida podía correr mucho peligro, estaba en búsqueda y captura. Cuando se inició el nuevo régimen, los revolucionarios consideraron que la asociación con aliados extranjeros podían perjudicarles y le declararon enemigo del país echando sobre sus espaldas culpas que ni tenía ni merecía.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 22nd Enero 2018, 00:40
Nota aclaratoria:
Ésta es una reinterpretación de los hechos acaecidos durante el arco de los cómics 7 al 12 de los Thunderbolts con desarrollo alternativo a lo "what if". Por tanto, aunque el comienzo sea similar, gradualmente se irá distanciando más de la trama original.
Afueras de Qurac.
El grupo llevaba apenas tres meses en funcionamiento, pero habían estado muy activos en ese tiempo. Durante la última misión que habían desarrollado en Singapur habían interceptado un contenedor de transporte cargado de radiación gamma. El contenedor estaba vacío, pero el general les había dicho que aquella clase de contenedores se utilizaban para el transporte de unidades distribuidoras de radionúclidos fisibles de clase-g, o, dicho en cristiano, bombas gamma.
En base al peso que aparecía listado en el cargamento, Ross había estimado que podrían tratarse de unas cuarenta... Pero como siempre, el conocimiento del general, aunque abundante y prolijo, se encontraba desfasado. Gaghiel les había contado que con los avances tecnológicos de la actualidad, las mismas piezas podían construirse hoy en día con una fracción de su peso original, por lo que podían estar hablando de cientos, si no miles, de armas de destrucción masiva de alta portabilidad que muy posiblemente se estarían vendiendo en el mercado negro en aquellos mismos instantes.
En sus muchos años de experiencia, Ross había estado envuelto en el desmantelamiento de múltiples regímenes, y se había tomado su tiempo para estudiar el proceso mediante el cual elementos oportunistas dentro de los gobiernos caídos buscaban, localizaban y comerciaban con compradores dispuestos a adquirir los arsenales militares de dichos regímenes. Se había visto envuelto en la corrupción de esas transacciones, en su asesoramiento, e incluso a veces se había visto obligado a llevarlas a cabo él mismo en servicio de su propio gobierno.
Habitualmente había intermediarios que se ocupaban de poner en contacto al vendedor con los potenciales compradores, además de iniciar y facilitar la compra, el transporte y la entrega del armamento a nivel mundial. Y en concreto había tres lo suficientemente competentes como para haberse ganado la confianza de todos los que se dedicaban a aquél peligroso mundillo, especialmente a aquél nivel de letalidad.
Y lo mejor de todo era que Ross los conocía a los tres.
Y por eso se encontraban aquella calurosa tarde acechando una fortaleza en ruinas sobre las colinas a las afueras de Qrac.
El lugar era el refugio actual de un conocido terrorista que se hacía llamar Mullah Hassad, aunque su nombre real, Gary McAllister, era considerablemente menos exótico. Americano de nacimiento, Gary se había pasado al islam, se había cambiado el nombre y se había hecho terrorista. A Ross no le había costado demasiado utilizar sus contactos en el ejército y el gobierno para localizar su escondite actual.
La fortaleza se encontraba bien vigilada, con decenas de hombres armados distribuidos entre el interior y el exterior, pero eso tampoco suponía el menor problema para alguien que podía mutar a voluntad en la forma de un gigante rojo extraordinariamente fuerte e invulnerable a las balas.
De un poderoso salto, Red Hulk atravesó el techo de la fortaleza y cayó en mitad del grupo de terroristas, con su líder a la cabeza.
- Mullah Hassad, tengo algunas preguntas para ti -dijo el gigante en tono firme.
- No te tengo miedo, basura infiel -empezó el hombre en árabe.
- En inglés -le cortó el Hulk-. ¿O es que has olvidado cómo se habla, Gary?
El terrorista dirigió una mirada nerviosa a sus hombres y se volvió a mirar de nuevo a la mole carmesí que tenía delante.
- ¿Qué es lo que quieres? -inquirió, en un inglés americano perfecto que contrastaba notablemente con el turbante y las ropas árabes que llevaba.
- No "qué" sino "quiénes" -especificó el coloso, agachándose para que su rostro estuviera a la misma altura del de su interlocutor-: Akil Shehata, Rostislav Khitrovo y Kofi Maalouf.
- ¿Los traficantes de armas? -se extrañó el hombre-. Si lo que quieres es comprar armas, yo puedo ayudarte.
- Yo en tu lugar me concentraría más en ayudarme a mí mismo, considerando tu situación actual -replicó el Hulk, sin que el hecho de estar rodeado de terroristas armados restara un ápice de peligrosidad a la amenaza. El falso árabe tragó saliva.
- No sé nada sobre los otros dos, pero el ruso, Khitrovo... Contactó conmigo hace tres días. Me iba a reunir con él mañana al anochecer en el hotel Bab Al Qasr de Abu Dhabi.
- ¿Para venderte qué? -indagó Ross.
- No dio detalles, pero aseguró que valdría la pena.
- Bueno... supongo que tendré que ir entonces y enterarme personalmente.
- Llévame contigo. Te facilitaré la reunión con Khitrovo a cambio de que me permitas marcharme.
- ¿Marcharte? -el Hulk Rojo esbozó una mueca de desprecio-. No vas a ir a ningún lado, Gary. No después de traicionar a tu país, a tu familia y a todo cuanto conocías. No hay piedad para los terroristas.
La luz del sol que se filtraba por el agujero del techo se opacó cuando las siluetas de un hombre y una mujer se recortaron contra el firmamento. Como si las últimas palabras pronunciadas por el gigante carmesí hubieran sido una sentencia de muerte, el hombre enmascarado desenfundó un par de pistolas automáticas y la mujer empuñó dos largos y afilados sais. Los terroristas comenzaron a disparar, pero ni el sonido de las balas rebotando contra la gruesa piel del coloso pudo acallar la brutal sinfonía de gritos que se inició un instante después.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 26th Enero 2018, 08:47
El vuelo hasta esa ciudad del Medio Oriente había sido apacible. no había ocurrido ningún altercado. Gracias a sus habilidades informáticas había hecho pasar su arco por la equipación de un deportista olímpico. También se había sacado el billete y una licencia de armas a nombre de una identidad secreta, porque Roy Harper era persona non grata en Qurac. Sus herramientas estaban escondidas en un departamento secreto de la maleta que había procurado forrar de material indetectable para los escáneres por si les daba por pasarla aleatoriamente por los sofisticados sistemas de seguridad. El kit de herramientas no era nada del otro mundo pero decidió ocultarlas por si acaso la seguridad se ponía impertinente. Sabía como podían ser algunas personas en esos cargos.
Su querido amigo Jason se había negado rotundamente a acompañarle. Aunque el petirrojo le había facilitado el nombre de varias personas con las que contactar para concebir información sobre lo que le llevaba a ese lugar. No le había ignorado totalmente como podría hacer así en cierta medida Roy lo calificaba como que estaban en buenos términos.
Desembarcó del avión y recogió su maleta sin problemas. No tenía muchos nervios porque sabía que estar intranquilo y actuar con actitudes sospechosas era lo que realmente te metía en problemas serios. Si tenías una actitud desenvuelta, confiada y risueña casi no levantabas la atención.
Para ponerse en contacto con los informantes compró un teléfono “limpio”, que no estuviera registrado a nombre de Roy Harper, con el fin de evitar pruebas que pudieran ser contraproducente tanto para él como para quien le brindaba las informaciones. Quedó en un apartado café de uno de los barrios más transitados del lugar centro con aquellas personas. Se sentó en la segunda mesa situada a la derecha, la que le había indicado cuando llamó a los contactos, pidió el té con menta y esperó. El camarero le trajo su bebida y le limpió la mesa con una bayeta. Este acto del mesero le sirvió a Roy para no ser visto mientras recogía y leía de forma rauda la información escrita en una servilleta de papel que estaba debajo de su taza de té. Para no levantar sospechas el de ojos verdes se mostró siempre tranquilo y disfrutando de su té relajadamente. Al ir a pagar escondió un poco de dinero más en la taza. Esa información tenía un coste y pensaba que no estaba de más agradecerselo. No sabía muy bien cuál eran los procederes en esas situaciones. El que había tratado con ese tipo de gente y hecho ese tipo de transiciones era su Jaybird.
En aquella breve y parca nota las buenas gentes del lugar, le comunicaron escuetamente que sus temores no eran infundados. Las armas usadas en la rebelión civil de años atrás estaban siendo revendidas en el mercado negro. En aquel endeble trozo de papel también había una fecha, una hora escrita y un nombre, Rostislav Khitrovo. “Un nombre ruso, genial, como si no fuera ya bastante difícil entenderme con esta gente que habla árabe” El arquero supuso que era alguna reunión con uno de los intermediarios. Era una cita en un hotel de Abu Dhabi la noche de mañana.
Armamento de alto nivel destructivo y piezas con una ingeniería estaban saliendo a espuertas para Europa y América. La culpabilidad le invadió, seguramente alguna de aquellas piezas era suya. No había nada de lo que se arrepintiendo más en la vida que de haber participado en desarrollo y construcción de aquel armamento. Estaban en País arrasado por la guerra. Era realmente fácil asaltar alguno de los almacenes militares desprotegidos o sobornar a alguno de los vigilantes para que les consiguiera material tecnológico. La pobreza y la miseria tras un conflicto bélico hacía muy fácil comprar cualquier cosa.
Volvió al hotelucho donde se hospedaba. Sacó su móvil para buscar información sobre donde quedaba el lugar de encuentro, a que distancia estaba de donde se encontraba y que ruta podía usar para llegar de forma fácil y poco sospechosa. Deshizo su maleta y sacó lo fundamental: sus herramientas . Puso encima de la cama su arco y sus instrumentos de trabajo. Mañana iba a ser un día complicado. Así que comenzó a preparar su arsenal.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 7th Febrero 2018, 10:55
Las limusinas llegaban, una tras otra, deteniéndose en la explanada que se abría frente al lujoso hotel.
- Ésa es la tercera -contó Deadpool a través de la mirilla de su rifle de francotirador desde la terraza de uno de los edificios colindantes-. ¿Cuántas más tienen que llegar antes de que apretemos el gatillo?
- Nadie aprieta el gatillo hasta que yo lo ordene -fue la réplica cortante del general por medio del intercomunicador. Él se encontraba en una de las habitaciones del mismo edificio, observando por la ventana-. Hemos venido para buscar información, no para iniciar una matanza.
- ¿No vamos a matarlos? -se sorprendió el otro-. Viejo, ésta es probablemente una de las cosas más decepcionantes que te he oído decir en éste viaje, y no han sido pocas. A ver cómo se lo toma Elektra.
- Elektra es la que menos me preocupa en éste grupo, Wade -tras decir éso, presionó un botón distinto del intercomunicador para acallar la incipiente protesta y se lo llevó a los labios-. Elektra, informa. ¿Cuál es tu posición?
Dentro del hotel, en un suntuoso reservado, un hombre de cabello y barba blancos aguardaba a que los invitados de las limusinas ocuparan sus asientos en los cómodos sofás que había en torno a la mesita central.
- Bienvenido, Sheikh Asad -saludó con marcado acento ruso al último hombre que hizo su aparición en el reservado, un árabe de apariencia joven-. Por favor, únete a nosotros. Tómate una copa.
- Soy musulmán. No bebo alcohol.
- ¡Ah! Yo tampoco -dijo al tiempo que alzaba la copa que tenía en la mano en su dirección a modo de brindis y le guiñaba un ojo cómplice-; Sólo bebo vodka.
- No he venido aquí para perder el tiempo, Khitrovo -contestó el musulmán haciendo acopio de paciencia.
- No. Has venido aquí porque eres uno de mis clientes preferidos... y porque te pedí que vinieses. Pero principalmente has venido para averiguar por qué has venido -sonrió, ladino, llevándose la bebida a los labios-. Siéntate y te lo cuento.
- Todo ésto es altamente irregular, Khitrovo -protestó otro de los clientes ya reunidos-. Así no es como llevamos nuestros negocios.
- No... pero es como llevo yo los míos, y a éstas alturas todos deberíais saberlo.
Tres camareras cubiertas con un niqab negro que dejaba a la vista únicamente los ojos atravesaron el umbral del reservado, fuertemente custodiado por, al menos, media docena de hombres armados, portando en las manos bandejas con viandas. Khitrovo se giró a mirar a la que se inclinó junto a él, una muchacha poseedora de unos ojos grises particularmente hermosos.
- Ah... preciosa -musitó el ruso, fascinado por aquella intensa mirada-. ¿Sabéis? He llegado a encontrar muy erótica la manera que tenéis de cubrir a vuestras mujeres. Resulta muy... misterioso. Miro a ésta mujer y no puedo evitar preguntarme.... -una garra de acero se cernió sobre la muñeca de la camarera, haciéndole volcar la bandeja para acercársela hasta tenerla a pocos centímetros de su rostro-: ¿Lo que se oculta bajo esas ropas es tan bonito como me imagino...?
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 18th Febrero 2018, 18:39
Era demasiado pálido, pelirrojo y de ojos claros para pasar desapercibido como un empleado común y corriente del hotel. Su tapadera hubiera sido descubierta demasiado pronto. El mundo árabe no tenía la suficiente mezcla étnica para que las personas con rasgos como los de Roy, que eran prácticamente escasas en estos lugares se pasaran por completo por alto. Le resultaba ciertamente gracioso que sus atributos fueran tan remarcables en aquel rincón del mundo. Aunque eso era lo que generalmente ocurre cuando eres diferente Los países de tradición islámica se estaban abriendo al mundo y a los extranjeros. No obstante la mezcla y diversidad cultural y étnica no era la suficiente para que no repara sen en él.
Tendría que hacerse pasar por un adinerado occidental que iba a aquel país oriental a gastar el dinero en apuestas, casinos y hoteles de buena vida como en el que se organizaba la compraventa. Había sido un hijo adoptivo de un rico malcriado y despilfarrador así que sabía muy bien cómo interpretar ese papel. Se preparó concienzudamente para su rol en aquel momento. No le gustaba nada tener que engominadar y peinar para atrás pelirrojo cabello pero la ocasión lo precisaba. Se puso un traje negro y elegante. No le gustaba nada ese tipo de vestimentas pero eran las apropiadas. Llevaba a juego con su apariencia un maletín ejecutivo de color marrón oscuro, en el cual doblado estaba su arco y varias aparatos tecnológicos. Engarzadas en su espalda, y cubiertas por la camisa y la chaqueta, llevaba unas cuantas de sus flechas. Aunque al final, gracias a un contacto pudo pasar más fácilmente las barreras de seguridad de aquel evento privado. Pero debía dar ante todo una buena imagen.
Llegó al hotel conduciendo un Lamborghini rojo para dar esa impresión de riqueza y exceso que tenían los millonarios. Había alquilado el vehículo gracias a su falsa identidad y un dinero que había conseguido para su viaje de un forma un poco fraudulenta. Los proveedores de armas tenían una reunión privada. Al pelirrojo le hubiera sido muy difícil acceder si no hubiera pedido ayuda a su amiga Tara. Ella tenía muchos contactos entre la gente pudiente. Era una mujer que se movía entre la línea de lo legal y lo ilegal, difuminada los márgenes y se manejaba por ellos proveyendo favores. La americana le adentró en aquella reunión ofreciéndole la identidad de un enlace de una de las bandas de Bealfast. Tara conocía directamente a alguien dentro de aquella magia irlandesa, que había recibido la invitación a la compraventa pero que no iba a acudir. Por eso se había tomado la libertad de darle al pelirrojo esa identidad.
Entró al hotel mostrando esa seguridad y arrogancia que tenían aquellos que llevan a cabo esos tratos. Como de absoluto conocimiento que aquellos negocios arriesgados les saldrían favorables. Con desenvoltura se presentó y dio las acreditaciones. Toda esa infiltración tenía para él un alto riesgo pero no servía de nada ponerse nervioso ni mostrar miedo. Si algo salía mal lo mejor era mantener la calma. Paso con tranquilidad los controles y medidas de seguridad de los anfitriones.
Al llegar vio como intentaba propagarse con una de las camareras de evento y le hervía la sangre. No soportaba esos actos y tuvo que poner mucho autocontrol para no poner una mueca de desagrado en su rostro. Esa clase de rufianes trataba a todo el mundo como si fueran de su propiedad le asqueaba. Además, en esos paises con la poca sensibilización y la falta de una legalidad que defendiera a las mujeres aquellos tipejos podían propasarse sin recibir un castigo.
- No estamos reunidos aquí para eso. Hemos venido a hacer negocios. Ya disfrutarás de las vistas más adelante, terminada la reunión. - El pelirrojo dotó a sus palabras con un matiz, duro como se esperaba de un irlandés de las bandas. No le gustaba que su tono adquiriera ese tono brusco pero la indignación ante la falta de respeto a la muchacha, no sólo por ser vista como un objeto sino también la injuria a sus tradiciones y a su religión, lo hizo posible. Miró fijamente al individuo que tenía delante estaba analizando la situación para saber como proceder en caso de que no hiciera oído a sus palabras. Sabía que iba a poner en peligro su misión pero no podía dejar que alguien sufriera el acoso de ese hombre.
Última edición por Roy Harper el 22nd Abril 2018, 10:20, editado 1 vez
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 19th Febrero 2018, 13:07
- ¿Elektra? Elektra, informa. ¿Qué está pasando?
La voz de Ross resonaba, insistentemente, en el transmisor que la asesina llevaba en el oído, oculto bajo el cabello y el niqab, pero la aludida en ese preciso momento no podía responder.
Mientras estuvo en La Mano, la ninja había tenido que soportar que sus compañeros masculinos abusaran de ella, considerándola como poco más que una puta de su propiedad. Tekagi la había sometido en combate y se había apoderado de su cuerpo, y casi de su alma, y juró que jamás volvería a ser la posesión de ningún hombre. Por eso, cuando había fracasado en la última misión que le encomendó La Mano y su superior le dijo que como compensación tendría que demostrar su lealtad y fidelidad a la secta permitiendo que la violara, su respuesta había sido clavarle el sai en las entrañas. Llevaba huyendo de ellos desde entonces, y no dejaba escapar ninguna oportunidad de ayudar a todas las mujeres desfavorecidas, maltratadas o en situación de sumisión y abuso por parte de los hombres que se encontraba.
Durante la fracción de segundo que duró el agarre del ruso sobre su muñeca tuvo tiempo de sobra para visualizar la llave de Daken Taijutsu que le haría para librarse de él, retorciéndole el brazo a la espalda y destrozándole el hueso justo por encima del codo. La rudeza del hombre y la fetidez de su aliento le trajeron malos recuerdos de las sebosas manos del jonin sobre su rostro cuando trató de besarla, por lo que tuvo que recurrir a toda su fuerza de voluntad para que aquella vívida imagen no pasara más allá de su imaginación.
- No estamos reunidos aquí para eso. Hemos venido a hacer negocios. Ya disfrutarás de las vistas más adelante, terminada la reunión -intervino uno de los allí reunidos, un ejecutivo pelirrojo bastante atractivo.
Durante un instante, Khitrovo sostuvo la mirada de quien así le retaba, con una desagradable sonrisa que no dejaba adivinar sus intenciones. Debió decidir que no le compensaba perder un cliente potencial (junto con una transacción de millones) y arriesgarse a estropear la operación por una zorra bonita que ni le iba ni le venía y por la que seguramente podría pagar cuando todo aquello hubiera terminado, así que la soltó, y Elektra se apartó rápidamente hasta su lugar en el fondo de la estancia. Estaba temblando cuando lo hizo, de indignación y de rabia, pero si alguien la estaba mirando posiblemente lo confundiría con el lógico temor que aquella situación habría provocado en una muchacha normal, lo cual convenía a su tapadera. Demasiados recuerdos... y situaciones por las que no estaba dispuesta a volver a pasar.
- ¿Elektra? Si no respondes en los próximos dos minutos, Wade y yo tendremos que intervenir.
La advertencia del general, alta y clara en su oído, la devolvió a la realidad de la operación que se traían entre manos.
- Todo bien, Ross -susurró, en voz muy baja para que nadie pudiera oírla desde su posición alejada-. Hemos estado a punto de tener un héroe, pero la situación se ha desarrollado bien -echó un vistazo a cómo iba la reunión. Todos los compradores habían llegado ya, y Khitrovo se disponía a enseñarles aquello en lo que estaban empeñando su tiempo-. Se dirigen a la terraza del hotel. Para seguirles voy a tener que abandonar la tapadera.
- Está bien, sigue adelante. Wade y yo trataremos de aproximar posiciones. Corto y cierro.
Khitrovo y los demás abandonaron el reservado y Elektra aguardó su turno para salir al final, con el resto de mujeres. Cuando todas estuvieron fuera, se fue quedando atrás y, en un momento en el que nadie miraba se perdió entre las sombras de uno de los corredores. Dirigiéndose hacia las escaleras de servicio fue subiendo los peldaños más o menos al mismo ritmo que ascendía el ascensor y, una vez arriba, no le costó mucho degollar a los guardias que Khitrovo había dejado vigilando en la puerta de la terraza, haciendo que cayeran sin causar el menor ruido. Lo que vio cuando se asomó la dejó boquiabierta.
- Ross, ¿me recibes? Son unidades de Dinamo Carmesí. Repito, son unidades de Dinamo Carmesí -susurró en tono de alerta-. Cuento cinco de ellas.
- ¿Unidades de Dinamo Carmesí? -repitió atónito el general-. Ok, vamos a intervenir. Aguanta hasta que lleguemos a tu posición. Ross fuera.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 2nd Marzo 2018, 08:21
Mantener la mirada de forma retadora y seria se le hacía bastante complicado. No era un tipo duro. Era alguien más risueño que pasaba de esas confrontaciones de machos dominantes. Si tenía que actuar lo hacía o era de quien se andaba con jueguecitos de yo intimido más que tú. Roy no era alguien de amenazas, su personalidad no era tan cínica ni arisca. Sino más bien sentía una ligera tendencia a bromear en aquellos instantes pero se tenía que contener y aparentar dureza. Un sensación de alivio le embargó cuando Khitrovo soltó el agarre. La mujer salió un poco afectada. Una situación de acoso no era fácil para nadie. Era lo normal en aquella situación estar visiblemente nerviosa. Un hombre con una ventaja económica y física podía propasarse con una fémina como le viniera en gana en aquell país. Al arquero le hubiera gustado seguirla y consolarla. Como hubiera hecho si en vez de una misión hubiera estado en un bar de mala muerte. Aunque su corazón le pedía dar consuelo y apoyo, no podía. Tenía que concluir su cometido. Por lo menos la había librado de las garras de aquel impúdico hombre.
Una vez llegaron todos los invitados que se esperaba, el contrabandista les sacó del reservado. Aquellos hombres parloteaban entre sí mientras eran guiados por el pasillo del hotel. El pelirrojo para no levantar muchas sospechas tan sólo respondía con monosílabos cortantes o movimientos de cabeza negativos o afirmativos. Khitrovo guió a los compradores hasta el ascensor para acceder a una estancia privada en la planta más alta del edificio. Mientras ascendían, Roy pensó que ese lugar cuadrado en el que estaba encerrado con aquellos hombres hubiera sido muy buen lugar para reducirlos. Si hubiera contado con el arsenal necesario. Como en su vuelo no podía levantar sospechas, se veía forzado a utilizar armas demasiado rudimentarias para lo que él utilizaba con regularidad. Se le hacía arriesgado intentar su primer movimiento en el ascensor contando con un instrumental arcaico. Por lo tanto, efectuaría su movimiento cuando tuviera el espacio suficiente para manejar su arco y cuando encontrase alguna forma de contrarrestar la ventaja numérica del enemigo.
Su plan A se basaba en dejar inconscientes a los compradores, al intermediario y a los múltiples guardias. Luego destruir la mercancía. Dos pasos aparentemente sencillos. Pero la situación era complicada. Era un locura haberse presentado en aquella reunión por su cuenta.Improvisar en situaciones límite siempre se le había dado bien, esperaba que su capacidad de supervivencia no le faltase en esa ocasión. Esperaba que sus dotes de improvisación funcionasen tan bien como siempre o sino aquella sería su última jugada.
La puerta del ascensor se abrió, dejando entrar a los compradores al lugar donde se almacenaba la mercancía. Roy abrió sus ojos con sorpresa al ver lo que había en aquella estancia: armaduras de combate. Era mucho peor de lo que se había supuesto. Una cosa era tener partes y armamento de tecnología avanzada y otra era haber usado la puntera tecnología, que se encontraba depositada en los almacenes militares, para crear las Dinamo Carmesí. Esas armaduras tenían una apariencia muy similar a la usada por Ironman. Que si bien aquel millonario y héroe no provenía del universo del que procedía el arquero, este conocía el entramado de sus máquinas porque al llegar a Omega se había informado sobre el desarrollo tecnológico existente. No contaba con sus flechas trucadas más potentes, esas que podían hacer mella en los duros materiales empleados para la coraza de esos armatostes. Se encontraba un poco shockeado y horrorizado. Su imprudencia pasada había hecho posible el desarrollo de aquellas máquinas de guerra que serían vendidas al mejor postor. Tenía que elevar un poco el objeto de su misión. Era más complicado destruir una Dinamo Carmesí que piezas sueltas de armamento. No obstante, se le ocurría una forma de hacer que la maquinaria de destrucción quedará inactiva.
Metió su mano izquierda dentro del maletín. Con cuidado, sigilo y procurando no ser visto sacó algo diminuto. Tiró aquella cosa negra, que a primera vista parecía una araña, al suelo. Habitualmente llevaba alguno de esos dispositivos desactivados consigo. Era un reducto de su inocencia, un recuerdo de su pasado. también era porque se aburría y a veces le gustaba enredar con ello. Se llevó la mano derecha al bolsillo de su pantalón. Con movimientos sosegados deslizó el móvil del bolsillo a su mano. Rápidamente tecleó y accedió a un sistema. Eso le sirvió para encender el dispositivo. No podía poner el sistema en funcionamiento de forma completa porque podría ser descubiertos. Así que decidió centrar aún más la atención de los compradores.
-Muy bonitas. - Se acercó a las Dinamo Carnesi y golpeó con el puño la pechera para tener una referencia de la dureza de aquella pieza.- Se parecen a las de ese entrometido héroe americano que aparece tanto presumiendo en las noticias. Pero, ¿tienen realmente ese mismo poder?¿Con qué potencia de combate cuenta?¿Cuales son las características?- Preguntó el arquero para estimular que Khitrovo presentara el producto.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 11th Marzo 2018, 23:56
- Tiene gracia que lo mencione -sonrió Khitrovo-, porque éstas armaduras se diseñaron en Rusia precisamente para combatir a ese cerdo capitalista, así que podría decirse que estamos hablando de un nivel de poder muy similar. Se trata de un traje de batalla blindado que sirve como un exoesqueleto, proporcionando al usuario una fuerza sobrehumana y mayor durabilidad. La capa exterior del traje se compone de una aleación de carburo de silicio de la matriz, y puede disparar rayos de alta frecuencia eléctrica y misiles. Vienen equipadas de serie con transmisor y receptor de radio y botas jets para el vuelo. Ése es el equipamiento básico. Pagando un poco más se puede instalar un sistema de control remoto en el casco, de manera que no sea necesario enviar dentro a una persona para conducirlas.
El suelo de la terraza tembló repentinamente cuando una inmensa mole roja del tamaño de un Hulk aterrizó sobre el pavimento dejando un boquete en el suelo. Ante el repentino estrépito, todos los hombres se giraron hacia él.
- Guau. Menuda potencia de combate. Pero me temo que te va a hacer falta algo más para vencerme a mí -alegó con socarronería.
Los guardias de seguridad, guardaespaldas y aquellos de los compradores que portaban armas de fuego sacaron de inmediato sus pistolas y subfusiles y el infierno se desató en la azotea, pero Red Hulk corrió hacia ellos sin inmutarse mientras las balas rebotaban en su dura piel. Por su parte, Elektra salió de su escondite y, ya sin la engorrosa túnica larga y vestida con su habitual conjunto rojo de batalla, atacó desde atrás a los hombres armados dejando un reguero de cadáveres a su paso.
Las armaduras Dinamo Carmesí apuntaron a Red Hulk con los guanteletes equipados con los disparadores eléctricos, pero antes de que pudieran llegar a disparar el ensordecedor sonido de las aspas de un helicóptero se vino a sumar al caos reinante de balas, golpes y gritos.
- Caray, chicos -comentó Deadpool asomándose a la puerta del transporte aéreo con un bazooka apoyado en el hombro-. ¿Os parece bonito empezar a divertiros sin mí?
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 17th Marzo 2018, 11:48
-Es que es mundialmente el gran ego de ese creído Estadounidense. Se creen los malditos dueños del mundo con sus paparruchas capitalistas. - no le gustaba criticar a los héroes pero debía mantener su tapadera y no levantar sospechas. Mientras conversaban y Khitrovo, explicaba las características de las Dínamo Carmesí. Roy empezó a abrir el programa en su móvil que controlaba al pequeño ser cibernético que había depositado en el suelo. El nanobot se movió cuando con disimulo el arquero tecleaba las instrucciones. Se movió con sigilo hasta la armadura más cercana. La pequeña arañita se movió por la coraza buscando cualquier rendija para colarse. Inspeccionó por completo la armadura y se infiltró por un hueco. Tomó posición y se ancló a los circuitos con sus patitas negras. Desde allí empezó a desencriptar los sistemas de las copias de la armadura de Ironman. El proceso para hacerse con el control de aquel aparato requerir un poco de tiempo.
La explicación sobre esas armaduras, le dejó en claro a Roy el enorme poder destructivo de estas. Ese enorme poder no podía caer en manos de hombres como los que tenía delante. Tenía que conseguir inutilizar todo esa maquinaria. No tuvo mucho tiempo para que sus pensamientos se fueran por las ramas. Inmediatamente después de la exposición de las características de las Dínamo Carmesí, un equipo de asalto hizo un incursión en la terraza. Un Hulk rojo hizo su aparición. Aunque en su mundo no existían Hulk, Roy conocía al ser por todo el bombo mediático que recibía, incluso en la fusión de Universos. El arquero pensó que aquella intervención era propicia. Así que aprovechó la brecha que generaba la aparición de ese equipo de combate para apartarse un poco e intentar programar un tanto más rápido.
El suelo de la terraza tembló repentinamente cuando una inmensa mole roja del tamaño de un Hulk aterrizó sobre el pavimento dejando un boquete en el suelo. Ante el repentino estrépito, todos los hombres se giraron hacia él. Los guardias de seguridad del contrabandista y varios de los compradores se enfrentaron a la mole roja. Las balas no conseguían penetrante su dura piel.
Una mujer morena y atractiva se unió a la acción. Hizo frente a los custodios del contrabandista y se deshizo de ellos en un momento. Era morena, atractiva y fuerte cosas que Roy apreciaba en una mujer. La miró intensamente, cautivado. Tenía que reconocer que eso si que le distrajo un poco. Pero no podía quedarse embobado viendo los gráciles movimientos de la fémina. debía dejar de mirar y concentrarse en lo que estaba haciendo.
Una de los secuaces se acercó a él y le preguntó el porque no estaba ayudando a los demás compradores y al comerciante de armas. Para todos los que estaban allí adquiriendo el producto era obvio que debían cooperar para deshacerse de aquellos asaltantes. El arquero se encogió de hombros, se quitó la para él incómoda chaqueta de traje, sacó de su maletín el arco, lo desplegó, sacó unas cuantas de sus flechas y las disparó con destreza. Una sonrisa apareció en el secuaz que desapareció en el instante que vio impactar las flechas en sus compañeros.
-De nada- dijo Roy en tono humorístico y golpeó al hombre con su arco dejándolo K.O. El sonido de las aspas de un helicóptero llamó la atención de los presentes en la terraza. Otro sujeto se unió al equipo de asalto.
-Perfecto - concluyó Roy cuando su pequeño bot consiguió hackear y acceder al sistema. Un vez de su poder los encriptados y la programación que controlaba las armaduras, hackear las siguientes llevaría menos tiempo. Las armaduras se volvieron dispuestas a atacar a Red Hulk. La armadura que estaba en poder de Roy disparó una ráfaga de rayos eléctricos a un punto en concreto de aquellas máquinas, intentando no destruirlas sino sobrecargar el sistema operativo. Destruyendo la interfaz que controla los exoesqueletos, las armaduras se convertían en un simple amasijo de metal sin función alguna.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 10th Abril 2018, 16:33
De los potenciales compradores que habían ascendido a la terraza, los que no poseían aptitudes para el combate corrían desperdigados tratando de huir mientras sus guardaespaldas les cubrían, y los que tenían alguna clase de entrenamiento habían sacado sus propias pistolas para defenderse contra los intrusos.
Todos, excepto uno. El atractivo muchacho que había intercedido por ella ante Khitrovo se había apartado un poco para trastear con su móvil. Elektra se disponía a arrojarle uno de sus sais pensando que el pelirrojo estaba tratando de pedir refuerzos para atacarles, pero justo un segundo antes vio cómo se deshacía de la chaqueta y sacaba un arco y flechas de su maletín para descargarlas sobre los demás contrabandistas.
Aquello la dejó atónita, pues se trataba de lo último que habría esperado, no sólo por lo insospechado de la acción, sino también por la insólita elección de arma. La sorpresa hizo que tardara algunos segundos más de la cuenta en notar que Khitrovo se estaba quitando de en medio, corriendo hacia la puerta de salida de la terraza mientras marcaba un número en su teléfono móvil.
Un mal presentimiento se apoderó de ella. El tiempo pareció detenerse e ir a cámara lenta. El arquero, de alguna manera había conseguido hacerse con el control de una de las armaduras y había redirigido las armas contra sus compañeras provocando una sobrecarga en el sistema operativo e inutilizando la interfaz. Las luces que, instantes antes, las habían alimentado, se apagaron de repente, pero, entonces, la luz central que iluminaba sus corazas comenzó a resplandecer con un intenso color verdoso que se hacía más potente cada vez.
Elektra no era ninguna experta en cuestiones de tecnología, pero hasta ella entendía que aquello no podía ser. Red Hulk, al parecer, también lo entendió igual, porque se abalanzó sobre las cuatro armaduras inutilizadas, envolviéndolas entre sus enormes brazos como quien carga haces de paja y tomó impulso, dando un poderoso salto que lo elevó rápidamente hacia el cielo dejando el suelo resquebrajado tras él.
Pero todavía quedaba una, la que estaba controlando el arquero, y Elektra desvió sus alarmados ojos grises hacia él. Al parecer, también había comprendido lo que estaba a punto de ocurrir y la estaba dirigiendo hacia el cielo, pero la luz de la coraza parpadeaba cada vez más rápido, y él estaba demasiado cerca aún del radio de la explosión...
Sin pensar ni vacilar un sólo segundo, la mercenaria se arrojó sobre él con la intención de hacerle caer y cubrirle con su cuerpo, justo en el momento en el que una explosión de fuego verde infernal cubría los cielos de Abu Dhabi. La onda expansiva fue tal que barrió por completo la terraza del hotel, impulsando a los hombres por los aires. El murete de seguridad que separaba a Elektra y Roy del vacío se volatilizó y la violencia de la onda expansiva les arrojó al vacío desde lo alto de la terraza.
Ross estaba demasiado lejos como para hacer algo, y Deadpool posiblemente hubiese muerto (de nuevo) con la explosión, así que Elektra comprendió, con una claridad de vértigo, que a menos que al muchacho a quien había tratado inútilmente de salvar le brotasen alas de repente, los dos iban a estrellarse inexorablemente contra el asfalto.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 22nd Abril 2018, 21:04
El pelirrojo hizo un gesto de victoria cuando las Dínamo Carmesí quedaron inutilizadas por su ataque en el sistema operativo. Pero el ojiverde no notó como la salida de Khitovo auguraba un peligro inminente. Las armaduras tenían incorporado un sistema antirrobo que Roy no había previsto. si lo hubiera anticipado quizá hubiera podido desactivar ese procedimientos de autodestrucción. Sin embargo, no lo descubrió y no pudo tomar ninguna medida para frenar la detonación de las Dínamo Carmesí.
El arquero estaba demasiado cerca de las réplicas de las Iron Armors en el momento en que el ruso decidió detonarlas. Si Elektra no hubiera , intervenido, alejándolo de la explosión, el pelirrojo se había calcinado. La morena se había abalanzado sobre Roy y le había apartado del peligro. Sin embargo, la onda expansiva de la explosión les arrojó por la terraza. La fuerza con la que fueron empujados los hizo que los cuerpos de Roy y Elektra se precipitasen al vacío. Por lo que, ahora se encontraba en una caída libre. Roy se sintió un poco culpable al pensar que si aquella mujer no le hubiera apartado de la explosión, ahora ella no estaría en aquella catastrófica situación.
Vamos, piensa Roy, Piensa. Se decía a sí mismo en busca de una solución para evitar un funesto desenlace. Dio gracias a la fortuna, de que aunque en el viaje no hubiera podido llevar flechas trucadas, la noche anterior en el hotel pudo realizar gracias a las herramientas que había escondido en su maleta unas cuantas modificaciones a las flechas normales de competición.
- Lo más seguro es que vayamos a morir. Pero no se me da muy bien eso de rendirme y lo intento una y otra vez. Voy a hacer un intento desesperado por no morir. Así que, nena, agárrate fuerte a mí.- La voz del pelirrojo adquirió un tono más natural y menos serio. Porque ahí era Roy, no el comprador que fingía ser para llegar hasta donde se encontraba la alta tecnología.
Se quitó la chaqueta del traje y dejó que esta cayera. El traje siempre había sido una prenda muy incómoda para Harper. Luego, sacó una de sus flechas trucadas. Aquella saeta tenía incorporada una larga cuerda roja y un punta muy especial.Al impactar en algo sólido la punta penetraba y se descomponía en cuatro garfios autoperforantes que se adherían en un firme agarre. El arquero se enredó el inicio de la cuerda a una de sus manos, apuntó y disparó. La flecha hizo diana en una de las paredes de un edificio del hotel. Al Impactar y estar Roy amarrado a la cuerda. Esta dio un tirón y frenó el descenso. La fuerza de arrastre de la flecha, hizo que los dos cuerpos fueran abruptamente arrastrados se hasta la pared cernada. Roy interpuso su cuerpo para que el impacto recayera sobre él. No era un gesto de caballerosidad, es que él era robusto y tenía buena resistencia a los golpes. Cosa que no sabía de su acompañante, así que decidió poner en jaque su integridad física para no dañar a la mujer.
No era muy fácil acertar en el blanco cuando estás en movimiento. Lo bueno es que un edificio era un objetivo enorme por lo que se aumentaban gradualmente las posibilidades de atinar el tiro. La única dificultad era no darle a ventanas, porque el cristal se partía y su tiro no habría servido para nada. Cuando estuvieron colgados del edificio, el arquero comprobó que no habían quedado nada mal. Sólo tenían que ascender por la cuerda unos cuantos metros y podrían acceder a una balconada. En esa balconada, seguramente entrar en una habitación y desde allí salir al exterior. Ascendieron por la cuerda y llegaron al balcón. La habitación a la que pertenecía parecía que estaba vacía por el momento. Su maletín se había perdido. Roy no podía determinar si en la explosión o en el momento de la caída. No tenían una gran valor sentimental sus herramientas pero sin duda le hubieran sido de utilidad para forzar la cerradura de la ventana y tener acceso a la habitación.
- Si tienes alguna idea de cómo abrir la ventana, muñeca, es tu momento de brillar. Por cierto, gracias por evitar que mi culo que rostizara, cual pollo frito-
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 3rd Mayo 2018, 01:03
Ya había sospechado algo cuando le vio disparar flechas en lo alto del tejado, pero en el momento en el que se quitó la chaqueta y sacó de su carcaj aquella flecha trucada resultó más que evidente que el pelirrojo debía de ser algún justiciero. De hecho su modus operandi le recordó al de Ojo de Halcón, lo cual la inquietó, porque Clint Barton y ella habían tenido desavenencias en el pasado a causa de la violencia de sus métodos.
No necesitó que le dijera dos veces que se agarrara a él, y aunque ella no era precisamente ninguna damisela en apuros, le resultó todo un detalle que antepusiera su cuerpo para llevarse la mayor parte del impacto. En la época en la que vivían era difícil encontrar gente que priorizara el bienestar de los demás antes que el suyo propio, y a Elektra siempre le había resultado una cualidad particularmente atractiva en un hombre.
- Gracias a ti por evitar que me estrellara contra el suelo o contra el muro -replicó ella, en el mismo tono desenfadado que había empleado él.
Acto seguido sacó de entre sus ropas un pequeño vial de ácido y lo vertió sobre la cerradura de la puerta del balcón. En una situación diferente habría tratado de forzarla usando una ganzúa, pero en aquellos momentos les corría prisa llegar al exterior del edificio antes que Khitrovo y necesitaba recurrir a medidas más contundentes.
La puerta del balcón estuvo abierta en tiempo récord, y los dos atípicos héroes se colaron en el interior. Por fortuna la habitación estaba vacía, y Elektra no dudó en correr hacia la salida que llevaba al pasillo, y de ahí a las escaleras de bajada.
- ¡Sígueme, rápido! -le gritó a Roy mientras descendía los escalones de tres en tres.
Khitrovo había salido corriendo justo antes de la explosión, pero Roy y ella habían descendido por la vía rápida y habían ganado mucho terreno con la caída libre, por lo que había grandes probabilidades de que aún pudieran atrapar al traficante antes de que pudiera huir.
En efecto, no bien hubieron traspasado las puertas de acceso a la calle lo distinguieron corriendo por la acera en dirección a un vehículo. Elektra era considerablemente más rápida que él, así que pudo alcanzarle sin problemas reduciendo los últimos metros con un espectacular salto que terminó con Khitrovo inmovilizado contra el suelo con un brazo retorcido a la espalda, el pie de la asesina apoyado en sus lumbares y la punta de un afilado sai sobre su nuca.
- ¿Quién? -rugió a modo de pregunta. No había sido agradable estar a punto de morir, y no se encontraba precisamente de buen humor.
- ¿Qué... cómo...? -tartamudeó Khitrovo, que todavía no había asimilado lo que acababa de pasar ni cómo había terminado en el suelo.
- ¡El proveedor! La tecnología gamma y las armaduras Dinamo Carmesí son artículos de precio elevado. Alguien ha adquirido los dos y los ha combinado. ¿Quién?
- No... no lo sé, no me dio su nombre, pero sí un teléfono -el ruso señaló con la cabeza el móvil que se le había caído de las manos con el impacto y que yacía sobre el asfalto a pocos metros de distancia-. Es el número de la última llamada que he realizado. Os lo juro, es todo cuanto sé, no me hagáis daño, por favor...
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 13th Mayo 2018, 16:09
Roy se encontraba satisfecho. Las cosas eran más difíciles de lo que había imaginado en primer lugar. Como siempre le solía ocurrir. Esta vez todo estaba saliendo fuera de control pero en esa ocasión los fuegos se habían apagado antes de provocar grandes incendios. No estaba gravemente herido y su ropa no había despedazada de momento. Todavía no estaba lleno de moratones ni descamisado así que eso podía contarse en su marcador como una victoria. Todavía faltaba para que la misión concluyera pero estaba bastante esperanzado con que todo marchase medianamente bien
- Estamos a mano y ha sido un placer hacerlo. No siempre tengo la oportunidad de hacer puenting con una bella dama.- Comentó con su alegre y desenfadado. El pelirrojo muy pocas veces perdía ese talante cálido y animado en su tono de voz. Y mucho menos si pensaba que la situación estaba ocurriendo de forma favorable.
Al arquero no contaba con sus herramientas de trabajo para abrir la puerta de la terraza. Sin embargo, su compañera enseguida hizo uso de un frasco de ácido que llevaba entre sus vestimentas, lo arrojó a la cerradura y esta se fundió como una onza de chocolate ante el calor del sol. Roy se percató con aquel acto que la morena era un persona de recursos. Sonrió. Le gustaba estar con gente precavida y con soluciones para todo. Eso contrarrestaba su impulsividad y su improvisación.
Oh, genial que seas una chica llena de recursos.- comentó maravillado ante la acción de Elektra. Siempre se sentía fascinado por las mujeres resolutivas que emprendían la acción y salvaban la situación.
Ante el mandato de la ninja, el arquero salió corriendo tras ella. Estaban en una situación en la que no podían desaprovechar un momento. Para el ojiesmeralda casi un setenta y cinco por ciento de los objetivos estaba finiquitado. La verdad es que tan solo esperaba deshacerse del arsenal y con ello, de la amenaza que suponía la existencia de aquel armamento tan avanzado tecnológicamente. También librarse con aquel acto de la culpa que sentía por haber dejado caer en malas malos armamento de alta tecnología. en el pasado había sido ciertamente irresponsable y esperaba poder remediar sus actos con buenas acciones en el presente o con misiones que lograsen paliar el mal que causó antaño.
A toda velocidad descendieron las plantas del edificio que les quedaban para llegar a la calle y salieron del prestigioso hotel. Una vez en la calle, pudieron observar como Khitrovo se dirigía hasta un lujoso coche con al intención de dejar todo el incidente detrás y salirse de rositas, como si nunca hubiera estado negociando vender armas. Mientras corría el arquero se arrancó las mangas de la camisa. Le eran un tanto incómodas y le dificultaban disparar con el arco por la poca movilidad en los brazos que ofrecía la prenda.
Elektra, haciendo gala de su velocidad y agilidad, dio alcance al ruso y le apresó. Aunque el arquero se caracterizaba por su velocidad en todos los aspectos, y de ahí el sobrenombre de Speedy, esta no era una de esas ocasiones. Gracias a la “amabilidad” y “cortesía” de su buen querido amigo Jason Peter Tood, Roy tenía herida en su pie que le dificultaba usar todas sus capacidades físicas. Cuando el arquero llegó a la escena, la griega ya había apresado al sujeto, le había tirado al suelo y estaba practicando un interrogatorio. estaba sacando de muy buen modo la información al traficante por sí misma. Se cruzó de brazos como ejerciendo el rol de apoyo al interrogatorio que estaba realizando la griega. Roy suponía que ambos tenían el mismo objetivo. Por lo que había podido observar, tanto Elektra como él estaban tras la tecnología que se vendía de forma ilegal. Este sería el momento de replantearse si tenían las mismas ambiciones o por si por el contrario eran rivales. Tenía que analizar de forma rápida y audaz la información con la que contaba. La entrada en el hotel de aquella mujer son su equipo parecía una acción muy bien entramada y planificada. al contrario de su infiltración, que era medio improvisada. Elektra no parecía muy molesta o contrariada por haber perdido aquella cantidad de buen material en la autodetonación de las armaduras. Si estuviera intentando acceder a aquel armamento avanzado para usarlo o venderlo, hubiera tenido una reacción más furiosa al ser destruido tanto buen material¿no? Por lo que había podido apreciar podían tener una misión similar de neutralizar aquellos peligrosos materiales. Tendrían que aclarar ese punto cuando consiguieran que Khitrovo les cantase lo que sabía.
- Men, quizá puedas hacernos un favor y llamar a tu amigo para concertar una cita.-
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 27th Mayo 2018, 00:23
Vaya, así que era un ligón. La clase de zalamero que disfrazaba con toques de humor sus intentos de seducción. Conocía a muy pocas personas con la suficiente presencia de ánimo como para flirtear después de haber estado al borde de la muerte, ya que por lo general, una experiencia así tendía a llevarse toda la sangre a un lugar muy alejado del que solía impulsar esa clase de instintos. Por lo visto aquél chico era como Deadpool... salvando las distancias, claro.
En otras circunstancias no le habría importado seguirle el juego, tontear e incluso llegar a algo más, pero por desgracia ella no pertenecía al grupo de las personas capaces de flirtear en situaciones límite, y en aquellos momentos otras cosas más importantes ocupaban por completo su atención... Como el traficante ruso que se retorcía bajo su agarre.
- Si... si me soltáis... -empezó el tratante, pero sus palabras fueron interrumpidas por un quejido de dolor cuando Elektra le retorció más el brazo que le sujetaba a la espalda.
- Sólo te hace falta una mano para marcar -le susurró al oído-. Hazlo si no quieres que te rompa el otro brazo.
Le hizo un gesto con la cabeza a Roy para que le acercara el teléfono al ruso, y cuando lo tuvo, marcó un número con la mano que tenía libre.
- Ponlo en altavoz -ordenó Elektra-. Si nos la intentas jugar, estás muerto.
Apenas sonaron un par de tonos antes de que alguien descolgara, y una voz con un marcado acento griego inquiriera:
- ¿Diga? ¿Hola? -Khitrovo no dijo nada y la voz continuó-: ¿Elektra? Elektra, eres tú, ¿verdad? Te he visto en las cámaras de seguridad del hotel. Soy yo, Orest...
La voz se interrumpió cuando uno de los sais de la asesina ninja atravesó limpiamente el teléfono, clavándolo contra el suelo. Acto seguido, la mujer golpeó el rostro del traficante con brutalidad contra el suelo para dejarlo inconsciente y echó inesperadamente a correr en dirección al cercano puerto de Jalboot.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 3rd Junio 2018, 20:30
Siguiendo las indicaciones de la griega, Roy le acercó el teléfono a Khitrovo para que pudiera marcar. El ruso siguió las órdenes de Elektra y llamó a su proveedor. La persona que manejaba el contrabando de armas tardó unos cuantos tonos en contestar el teléfono. Una voz varonil surgió del aparato y Kritovo permaneció en silencio. Sin embargo, la voz masculina habló. Ese hombre parecía conocer a la misteriosa mujer que en aquel periplo se había vuelto la compañera de Roy.
El pelirrojo se quedó estupefacto no se esperaba que la morena fuera a actuar de aquella manera. Le pilló completamente desprevenido esa cadena de acontecimientos. Orestes la había llamado por su nombre y ella había destruido con sus armas ninjas el teléfono. la mujer había cortado toda forma de comunicación con la fuente de información. Al arquero no se le había ocurrido configurar su teléfono para rastrear la llamada. cosa que sin tener ni acceso al teléfono utilizado ni a al habla al contrabandista podía ya hacer. Siempre fue un hombre confiado y no pensó que la situación se pudiera torcer de aquella manera. en su buena fe creyó que los intereses de Elektra eran los mismos que los suyos. ahora con aquella acción de la morena lo empezaba a dudar ligeramente.
El arquero conocía muy bien las actitudes cuando una persona tiene un conflicto no resuelto con otra. Analizando la respuesta que había tenido la mujer podía determinar que Elektra que conocía al hombre que hablaba al otro lado de la línea. El no querer escuchar y cortar la comunicación de forma violenta también le indicaba que había un conflicto emocional de por medio entre la griega y el receptor de la llamada. Lo que al principio le pareció sencillo y fácil de solucionar se estaba tornando bastante complejo.
La ninja no sólo había destruido la forma de comunicación sino también había empezado una huida. La morena se dirigía en dirección al puerto. Seguramente para dejar la ciudad oriental. “Genial, correr.” Pensó con sarcasmo Roy. Una persecución a pie no era lo más adecuado con la lesión que tenía en su pie. Tenía que aguantar el dolor y persistir. Habitualmente, cuando no estaba herido correr se le daba francamente bien. Las heridas siempre se abrían y punzaban en momentos inoportunos. Le dolía pero podía soportarlo.
- Elektra.- gritó Roy asumiendo que el nombre que había pronunciado aquel hombre era el de ella. Inmediatamente salió en persecución de la morena. No le quedaba otra opción que intentar que ella le diera la información que disponía del sujeto al que habían llamado. Si la perdía, se esfumaría la única posibilidad que tenía para encontrar y desmantelar aquel comercio ilegal de armas tecnológicas.
- Oye, por lo poco que sé de ti puedo decir que eres una buena persona- Esto tan sólo lo suponía al haberle ella salvado la vida.- Y si tienes problemas puedo ayudarte. Uno no siempre se junta con las personas más adecuadas. Puedo decir que entiendo eso bien.- Hablar era lo único que se le ocurría hacer para no perder su fuente de información. Era un movimiento arriesgado pero no tenía otra alternativa. Aunque el arquero estaba habituado a correr las circunstancias jugaban en ese momento en su contra. La morena era más pequeña y más ágil y con la herida de bala en su pie dudaba mucho que pudiera estar en condiciones de alcanzarla.
- Se que esta gente es peligrosa y que da miedo verse involucrado con ella pero podemos solucionar esta cosa juntos. Vale que no me conoces y tal pero soy un buen hombre. Si me cuentas. No sé … puedo ir a intentar que esa gente no venda sus artilugios a personas que no deberían tenerlos. -
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 5th Junio 2018, 00:18
Veía una playa con huellas de perro ensangrentadas sobre la arena.
Veía los reflejos del collar de ámbar que le había regalado su padre diciéndole que le recordaba a ella, al atrapar desde el suelo los rayos del sol justo antes de ser ahogados por las olas.
Veía a los asesinos con el cadáver de su perro, Agamenón, al que habían degollado con un machete.
Veía el brillo de las cadenas con las que la inmovilizaban, sentía su olor acre y metálico, su tacto áspero y frío.
Veía a su hermano, Orestez, y a su espada, que, como el collar de ámbar que le había regalado su padre, parecía destellar mientras atrapaba los rayos del sol... hasta que la sangre opacaba su brillo.
Violento. Hermoso.
Brutal. Fluido.
Salvaje. Divino.
Fue la primera vez que vio a alguien matar a otra persona y sabía que quería lo mismo para ella. Ella también aprendería a luchar y así nunca jamás volvería a estar indefensa otra vez. No volvería a necesitar que la rescataran.
Tenía nueve años.
- ¡Elektra!
Alguien la llamaba. ¿Orestez? Se volvió. ¿Por qué tenía la vista borrosa? Estaba llorando y no se había dado cuenta. Las lágrimas corrían silenciosas por sus mejillas cuando Roy llegó junto a ella. No le importó. El chico era un perfecto desconocido, y en aquellos momentos le importaba bien poco mostrarse vulnerable frente a él.
Empezó a hablar, a decir cosas absurdas acerca de que era una buena persona, dejando aún más patente que no sabía absolutamente nada de ella. Pero tales creencias y palabras no hacían más que confirmar lo que ya sospechaba de él: que, a diferencia de ella, él sí era una buena persona. Y eso podía ser justo lo que necesitaba.
- ¿Quién eres? -preguntó, enjuagándose las lágrimas y volviendo a recuperar un aspecto perfectamente contenido y neutral-. Has ayudado allí arriba y usas arco y flechas. ¿Eres uno de esos héroes en mallas que han hecho juramento de no matar? ¿Tienes algo que ver con Ojo de Halcón o los Vengadores?
A Elektra nunca le había gustado trabajar con otros héroes, porque ellos nunca aprobaban sus métodos, pero aquella posiblemente sería la primera vez en toda su vida que sinceramente se alegraría si la respuesta del pelirrojo resultaba ser afirmativa.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 12th Junio 2018, 13:57
Estaba realmente sorprendido de que su palabrería hubiera funcionado. Estaba más acostumbrado a la réplica: cállate que a cualquier otra actitud. Quizá era por el tipo de personas con las que solía frecuentar. No era aquel el momento de replantearse sus interacciones sociales. Tardó unos instantes en reaccionar debido a la estupefacción. Se alegraba en demasía que por un rato no tuvieran que correr más. El dolor en su pie no era inaguantable pero sí que era ciertamente molesto.
La ninja estaba llorando y eso le derritió el corazón. El rostro del pelirrojo adquirió un gesto amable y comprensivo. No le agradaba ver a nadie sufrir ni emocional ni físicamente. El dolor de los demás le tocaba y afectaba. En el momento que veía a alguien llorar, un nudo se hacía en su estómago y tenía la imperiosa necesidad de aliviarlo a como diera lugar. No sabía muy bien por qué pero le embargaba considerablemente más cuando la persona doliente era una mujer. Dicen que las lágrimas de una mujer nos estremecen de una manera especial más porque nos recuerdan a nuestra madre y nadie es inmune al sufrimiento de su progenitora. Pero él no había tenido nunca.
El arquero se acercó mucho a la morena y abrió su brazos. Se movió despacio como si ella fuera un animal herido que podía escabullirse si daba un paso en falso o hacía cualquier movimiento rudo. Cuando una persona se encuentra en una crisis emocional había que ser cuidadoso y hacer sentir a la persona que cuenta con nuestro consuelo y apoyo.
- hey, nena ¿Estás bien?- habló con una actitud muy desenfadada. Se encontraba en una posición difícil porque ambos eran dos desconocidos. ¿Cómo puedes aliviar el dolor de alguien si no conoces la causa de su padecimiento?
Se siguió acercando a Elektra, intentando tocarla, abrazarla. Darle de algún modo un consuelo físico. Pero ella se enjugó las lágrimas y adquirió un postura comedida y su intento de abrazo se quedó roto en el aire. Esto le hizo sentir al pelirrojo que marcaba una distancia emocional. Era comprensible, ya que, él era alguien ajeno y extraño.
-Soy Roy, un placer supongo. Sí, No. Bueno …- En su rostro se notó la duda. No era como esos héroes serios que son una honra para la justicia, el país y la ciudadanía. Tenía mucho errores a sus espaldas y no sabía si alguien con tantos defectos y fallos podía considerarse dentro de la categoría de justiciero. Él sólo trabaja de que el mundo fuera mejor más equitativo, justo y digno para un mayor número de personas.
Además, no le agradaban las etiquetas entre buenos y malos, justos o injustos, héroes o villanos. Por en el mundo no era todo blanco o negro existen muchos tonos de grises. no todo se podía etiquetar, había personas que como él se salían fuera de su rol o de esa etiqueta que nos marca y nos condiciona. Nadie nace bueno ni nadie nace completamente corrupto. Había personas que por sus circunstancias habían actuado mal peor eran redimibles y no veía correcto asignarles al grupo de malos sólo porque se vieron obligados a delinquir por cualquier motivo.
- Es complicado - se rascó la cabeza.- ¿Cómo se llama cuando tu compañero-maestro en el heroísmo es un persona arrogante y petulante te da la patada pero tu sabes que tenía razón y ejerces tu labor de freelance?- Porque forajido o antihéroe sonaban a delinquir y él no creía que estuviera obrando mal al defender a las personas por su cuenta.- Igual soy más como un revolucionario. En serio,¿ alguien puede llamarse Ojo de Halcón? Porque tiene una mezcla ente ridículo y crueldad animal. Esa gente es como un símil de la Liga de la Justicia y la Liga no creo que me llamase así que la respuesta es no, no tengo nada que ver con ellos.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 18th Junio 2018, 12:33
No le agradaba que el pelirrojo la hubiera visto llorar, porque era algo que prácticamente nadie había presenciado. No es que no llorase nunca, por supuesto; de hecho era algo que sucedía con mayor frecuencia de lo que nadie podría imaginar, lo cual era curioso, porque no fue capaz de derramar ni una sola lágrima el día que mataron a su padre, que era, posiblemente, la persona a la que más había amado en el mundo. No, ni una sola, ni siquiera durante el entierro. Ni siquiera cuando se despidió de Matt para embarcarse en una aventura de la que no regresaría. Ni siquiera cuando Stick la expulsó de la Montaña, ni cuando La Mano la obligó a hundir sus sais en el cuerpo de su anciano mentor, ni cuando Tekagi le arrebató la dignidad sometiéndola a su voluntad.
Era como si la bala que había matado a su padre le hubiera perforado el corazón hasta dejarlo completamente vacío y seco.
Hasta la noche en la que se reencontró con Matt en Nueva York, muchos años después, cuando él la rescató de los mafiosos que habían conseguido capturarla y pronunció la frase código que siempre utilizaban cuando salían juntos, cuando eran jóvenes y estaban enamorados y repletos de ilusión: "¡Dales duro, flacucha!". Él llevaba por aquél entonces su disfraz de Daredevil, pero aquella frase bastó para reconocerle, y fue como si la súbita tormenta de emociones que se generó en aquél instante en su interior (verguenza porque el hombre al que tanto había amado viese en lo que se había convertido y la repudiase por ello, gratitud por haberla rescatado a pesar de todo, desgarradora pena por lo que pudo haber sido y no fue, arrepentimiento por la manera en la que había hecho que terminaran las cosas y la devastadora certeza de que todavía le amaba y nunca dejaría de hacerlo, a pesar de saber que ahora ya él nunca la correspondería) le restituyera de golpe todas las lágrimas que no había derramado en años. La asesina tenía la sensación de que no había parado de llorar desde entonces. Su corazón siempre lo hacía. Pero nadie tenía por qué saberlo.
Por fortuna, Roy captó en el acto su necesidad de distanciamiento, pues de inmediato frenó el intento de consuelo que había iniciado, respetando su intimidad.
Chico listo. Cada vez le gustaba más.
Sonrió al ver su cacao mental y asintió.
- En serio -dijo con simpatía-. Se supone que se puso ese nombre por su aguda vista. Es arquero, como tú, por eso te pregunté. Un poco ridículo sí que suena, pero la mayoría de los nombres y disfraces superheróicos lo son, ¿no te parece? Yo soy Elektra -dijo ofreciéndole la mano.
Si Roy no sabía quién era Ojo de Halcón, entonces posiblemente pertenecía al otro universo, lo cual quería decir que tampoco sabía quién era ella. No tenía muy claro si tenía que ser completamente sincera en ese punto, pues si quería que la ayudara no debía ponerle en su contra nada más conocerse.
- Así que un freelance -comentó reanudando la marcha, ésta vez a un ritmo más pausado para que Roy pudiera seguirla-. Eso está bien. Mi compañero (el tipo del traje rojo que estalló por los aires) y yo también lo éramos antes de que Ross nos reclutara. Ross es el gigante rojo que viste arriba. Su nombre completo es Thaddeus Ross, es general del ejército de los Estados Unidos, y fundó nuestro grupo, los Thunderbolts, reclutando mercenarios que estuvieran dispuestos a hacer el trabajo sucio que los chicos buenos normalmente no quieren hacer, y me refiero a quitar de en medio a los criminales por procedimientos más seguros y definitivos que simplemente encerrándolos en una prisión de la que podrían salir en cualquier momento utilizando dinero u otros medios que les permitieran volver a matar. Tenemos el apoyo del gobierno y los recursos del ejército, aunque ninguno de sus representantes lo admitiría de manera pública, así que trabajamos extraoficialmente en la línea que separa lo legal de lo ilegal. El lema favorito del general es "el fin justifica los medios".
"Mercenarios", bonita palabra. Deadpool lo era, pero ella... ella era una asesina que durante muchos años había trabajado para los villanos que ahora ayudaba a eliminar, pero no había necesidad de entrar en detalles.
- Vinimos hasta aquí rastreando el robo de un cargamento de bombas gamma. Nuestro jefe pensaba que podían ser utilizadas como armas de destrucción masiva y queríamos impedir su venta en el mercado negro. Ross conocía a los principales intermediarios que se ocupan de poner en contacto a los clientes y los vendedores en éste tipo de negocios, así que estuvimos investigando hasta que nos enteramos de la transacción que iba a producirse aquí, en Abu Dhabi.
Caminaban en dirección al puerto, pero apenas cinco minutos más tarde Roy pudo ver que no era exactamente el puerto a donde se dirigían, sino a un espectacular hotel de cinco estrellas situado junto a la playa, el Khalidiya Palace Rayhaan.
- Reservé una habitación en un hotel cercano a donde iba a producirse la venta, por si llegaba a tener necesidad de utilizarlo. No es infrecuente que las cosas terminen mal, y yo tiendo a ser bastante previsora.
Y era cierto. Cuando trabajas como asesina a sueldo aprendes a tener todas las posibilidades previstas y todos los frentes cubiertos. En cuanto al por qué de un hotel de cinco estrellas... Bueno, Elektra tenía sus debilidades, como todo el mundo, y los hoteles caros eran una de ellas. Además, el hecho de que estuviera junto a la playa era un plus. Elektra había nacido en una zona costera y siempre le traían recuerdos de su infancia las vistas al mar.
- Ninguno de mis compañeros sabe que reservé habitación en éste hotel. Uno de los principios de Ross como viejo militar es nunca dejar a uno de sus hombres atrás, así que empezará a buscarme en cuanto regrese del lugar al que saltó para evitar que las bombas matasen a nadie y en cuanto Deadpool haya terminado de regenerar sus pedazos (sí, es mutante y tiene factor de curación), por lo que sugiero ocultarnos ahí hasta que hayamos resuelto lo que hacer a continuación.
Se detuvo para mirar a Roy a los ojos.
- Ahora te estarás preguntando por qué huyo de mi propio equipo con un desconocido... Bueno, como ya habrás podido intuir, los métodos de mis compañeros tienden a ser expeditivos y definitivos, y el hombre que escuchaste a través del teléfono... el que se encuentra detrás de todo ésto... es mi hermano.
Hizo una pausa para que el arquero terminara de digerir todo aquello, mirándole con unos ojos grises que en aquél instante, y sólo en aquél preciso instante, dejaban traslucir sin pretenderlo la fragilidad que sentía.
- Si me prometes que me ayudarás a detenerlo sin matarlo te contaré lo que quieras saber y trabajaremos juntos para lograrlo, pero antes... -le señaló una pequeña tienda de ropa deportiva y de playa que se encontraba en la esquina, a menos de un minuto de donde estaban parados-. ¿Podrías conseguirme algo un poco menos llamativo? -se señaló el escueto uniforme carmesí que llevaba y le dio al pelirrojo dinero que llevaba en un bolsillo oculto del traje-. Cualquier cosa será mejor que ésto si pretendemos entrar en ese hotel.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 26th Junio 2018, 23:14
Tenía la necesidad de ofrecer un consuelo físico a Elektra. Abrir sus grandes y fuertes brazos y envolverla en ellos como si pudiera solucionar por un momento con un abrazo todos sus problemas. Aunque se acababan de conocer no podía pasar por alto que ella parecía estar viviendo una situación dura a nivel personal. La última vez que había intentado romper distancias con alguien con un quiebre emocional había recibido un balazo. No había jugado muy buenas cartas en aquel momento. Tratar con personas, y más cuando están teniendo una crisis es algo incierto. No podía acercarse, adentrarse en la distancia íntima de la morena, tocarla y decirle que todo hiza a salir bien, que no se preocupase y que contaba con él. porque ambos eran dos absolutos desconocidos unidos por el azaroso destino.
A nadie le gustaba ser encontrado llorando. Llorar era algo íntimo, era exponerse al otro. Dejar ver aquello que nos afecta y nos hace daño. Era la forma de descargarse y liberar. Pero para algunas personas era más sacrilegio que para otras ser encontradas mostrando sus emociones. Le dio la impresión que la griega era ese tipo de personas duras que se sienten inestables y vulnerables al expresar su dolor abiertamente. Esa gente que guarda sus lágrimas para momentos, personas o situaciones especiales. Personas a las que les da coraje verse derrumbados y abatidos. Gente que considera un ultraje liberar su llanto porque era una victoria para sus rivales. Por ello, decidió ser muy cuidadoso. Sabía bien lo frágil que podía resultar un mal paso en una situación como aquella con esa clase de personas. Era como caminar sobre hielo quebradizo, un mal paso puede lanzarte al fondo de un lago helado.
Tenía que darle tiempo a la ninja para que recuperase y de estabilizase de la convulsa sacudida de sentimientos encontrados que seguramente tenía. No quería hacer sentir mal a la mujer ni tampoco hacer que ella le cojiera ojeriza. No quería resultar utilitarista pero es que ella era la única que disponía de la información para llegar a la raíz del asunto y poder cerrarlo.
Al poco tiempo Elektra supo recomponerse y actuar como si su colapso emocional nunca hubiera ocurrido. El arquero simplemente sonrió. Se le daba bien hacer como si algo nunca hubiera pasado. Era una de sus estrategias para afrontar los problemas.
-Creo que ese tal Ojo de Halcón y yo entendemos la arquería de forma diferente. Aunque la vista es esencial en el tiro con arco, es una parte de un todo. Los demás sentidos influyen e intervienen. Cuando lanzó un objeto uso la vista, el tacto, el oído … la flecha es una prolongación de mis habilidades - El pelirrojo se rió jovialmente. Recordó los disfracen que llevaban tanto él como los otros sidekicks en su época adolescente. aunque el suyo no era el peor sí que sentía un cierto rubor y vergüenza al recordar su traje de speedy. - Un nombre muy interesante y literario.- Se había percatado de que se llamaba así, cuando el hombre del teléfono la denominó por aquel nombre.
- Más o menos … a veces no me pagan.- dijo con una sonrisa.
El de ojos esmeralda no estaba muy cómodo al escuchar las palabras ejército, mercenarios y trabajo sucio. Sobre todo no estuvo muy a gusto cuando la bella morena que tenía al lado definió la filosofía del grupo como el fin justifica los medios. Todo lo reclamado por la griega le hizo pensar que aquel grupo eran un especie de ata cabos sueltos del estado. Roy estaba en contra de algo tan extremista como asesinar para justificar la paz social. Se notó en su semblante la oposición al alegato. No obstante, no era la primera vez ni la última, seguramente, que escucharía esa forma de pensar. Muchos de las personas que conocía y también amigos muy cercanos(Jason, Killer Kroc ...) pensaban igual. Cuando el sistema falla y deja libres a monstruos, debe haber alguien que corrija ese error. Pero Roy creía que la vida era sagrada. También pensaba que era posible la redención y que si mataba estabas quitando ese derecho al cambio, a ser mejor a la persona. Empezó a dudar un poco de la improvisada asociación. Trabajar con personas que asesinan, aunque les protegiera la ley, traía siempre problemas si eras la voz discordante.
Descubrió lo que era la radiación gamma cuando los universos se fusionaron. Antes de eso, en su universo de origen no existía esa energía. - Puede hacer mucho daño si cae en malas manos y más en esta zona que recientemente grupos insurrectos y terroristas se están realineando y organizando. - Elektra se estaba sincerando con él, así que pensó que lo más correcto era hacer lo propio.- Yo estoy aquí persiguiendo un rastro de tecnología que me fue robada. Antes era joven y un poco ingenuo … - Se le hacía un nudo al hablar de aquella parte de su vida. En su tono se notaba la culpabilidad. Estaba tan hundido y se dejó embaucar tan fácilmente. Fue un verdadero idiota.- fabriqué piezas que unidas a otra tecnología similar hacen cosas como esas armaduras de antes.-
Llevaban un rato caminando y charlando. Roy no conocía muy bien el lugar. Nunca había estado en Abu Dabi ni había mirado ningún mapa o buscado información sobre cómo era la ciudad por la red. Por eso, cuando el caminar de la griega se detuvo junto al hotel de cinco estrellas Khalidiya Palace Rayhaan se quedó tanto maravillado como impresionado. La morena comentó que había reservado una habitación en el glamuroso hotel por si las cosas se ponían feas. A Roy también le salían salir mal pero no era tan previsor como Elektra. El pelirrojo pensó que tenía mucho que aprender de ella.
- Me invitas a pasar la noche a un hotel lujoso, suena como si te quisieras aprovechar de mí.- comentó entre bromista y coqueto, haciendo un sutil guiño con su ojo derecho.
- Tampoco es que me tengas que explicar nada. - Hizo un gesto con la mano como restándole importancia.- Las situaciones se complican ya en ocasiones hay que salir huyendo.- El arquero sabía muy bien lo que era salir corriendo cuando la situación se volvía tensa. El pelirrojo había escapado de muchas formas, tanto literal como figuradamente. Cuántas veces había huido él y cuantas otras se había refugiado en el alcohol para huir de sus problemas. No iba a juzgar a otra persona por hacer lo mismo que él hacía con frecuencia. tampoco es que la fuera a juzgar en caso de que él hiciera lo contrario. Él no era para enjuiciar a nadie sin haberse puesto en sus zapatos.
La mujer de ojos grises había comentado que aquel hombre del teléfono, quien seguramente era el jefe de toda el entramado de la venta de armas era su hermano. Lo entendía. Entendía perfectamente que emociones contradictorias se alojarán en el pecho de la griega. Comprendía lo que era querer a alguien que era un monstruo, porque nadie era por completo malo. Siempre había ciertas partes buenas. Que Elektra quisiera alejarse de su equipo para que su hermano, aunque culpable, no resultase muerto le resultaba algo que todo el mundo haría. Él habría hecho lo mismo por Jason o por Wayllon.
Gris y verde se conectaron. Aquel contacto que tanto estuvo evitando llegó. El arquero tomó de las manos a la bella griega, la miró a los ojos y la dijo con sinceridad: - Te lo puedo prometer encanto. Yo no mato nunca. No soy tan extremo como tus amigos.-
La sonrió con ternura y aceptó el encargo y el dinero para hacer aquel recado. Quizá hubiera resultado más caballeroso que invitara él pero la caballerosidad anticuada te quita de comer. Porque el dinero no abundaba en los árboles para que él pudiera hacer gestos galantes.
Roy se dirigió a la tienda deportiva. Una vez dentro del local eligió tanto ropa para Elektra como para él. a la griega le compró una camisa negra sin mangas (el pelirrojo prefería las camisas sin mangas) y unas mallas de color rojo. Para él se compró un pantalón deportivo negro y una camisa sin mangas de color rojo.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 28th Junio 2018, 00:32
Entendía perfectamente lo que el pelirrojo le decía; como asesina ninja entrenada ella era perfectamente capaz de luchar en oscuridad total, y, en esos casos, la vista era el último de los sentidos que empleaba, dependiendo más del oído e incluso de sus habilidades psíquicas para localizar la mente del blanco cuando era necesario. Claro que el nombre del Vengador cobraba mucho más sentido cuando sabías que había padecido un defecto de la audición en su juventud temprana, pero eso ni Elektra ni Roy tenían manera de saberlo.
- ¿Conoces el mito, entonces? -inquirió al ver que Roy reaccionaba a su nombre-. Mi padre era un gran fan de la mitología griega, por eso nos puso de nombre Orestez y Elektra a mi hermano y a mí.
Orestez y Elektra eran hermanos según el mito. A menudo Elektra se había preguntado si las Moiras habían susurrado aquellos nombres al oído de su padre en previsión de lo que había de acontecer, si habían sido sus nombres los que habían marcado su destino o si todo había sido fruto del puro azar, aunque ésto último no lo creía demasiado. Elektra había vivido demasiadas casualidades en su vida como para no creer que todo estaba predeterminado. ¿Cómo no hacerlo, cuando su vida era, prácticamente, una recreación de la de la Elektra del mito griego?
El disgusto de Roy no la pilló a malas porque era lo que esperaba. Siempre se producía la misma reacción en los héroes cuando se enteraban de lo que ella y los que eran como ella hacían, y concretamente en éste caso era justo lo que había ido buscando, así que si Roy hubiera reaccionado de cualquier otra manera no habría permitido que la acompañara. Al menos aquél arquero no le había disparado una flecha como Ojo de Halcón, sólo eso ya era un progreso. En general, le daba la impresión de que Roy era bastante más flexible y abierto que otros héroes, porque incluso la expresión de desagrado no tardó en desvanecerse de su rostro, como una nube de verano que es arrastrada por la brisa para volver a dibujar una agradable sonrisa. ¿Acaso había algo que pudiera obligarle a perderla?
No tardó en descubrir que sí que lo había: la sensación de culpabilidad, como quedó patente cuando le confesó el motivo que le había llevado hasta allí.
La tristeza que embargó al joven le hizo sentir a la asesina con una realidad aplastante la enorme diferencia que existía entre los dos. Ojalá el robo de una tecnología potencialmente letal utilizada sin su consentimiento fuera lo único de lo que ella tuviera que culpabilizarse. Habría firmado en cualquier sitio para poder sentir lo que Roy estaba sintiendo en aquél momento en lugar del asfixiante peso de sus incontables crímenes, pero no permitió que se le notara en la cara. Salvo cuando la pillaban con la guardia baja como antes, era muy buena controlando las reacciones de su cuerpo.
- Está bien, no te preocupes -asintió, comprensiva-. Los detendremos antes de que lleguen al mercado.
Cuando alcanzaron el hotel y Roy hizo su broma, ella sonrió de medio lado y correspondió a su guiño con un brillo pícaro en sus ojos grises.
- Oh, yo nunca me aprovecho... al menos no sin el consentimiento del contrario -se acercó más a Roy, alisando de manera casual las solapas de su elegante chaqueta-. ¿Me darías permiso para aprovecharme... Roy?
Sus enormes ojos se alzaron con un coqueteo hacia él antes de recuperar la profesionalidad y separarse para sacar el dinero. Que pudiera tener ánimo para aquellos juegos después de haber descubierto que su hermano estaba implicado en el asunto que investigaban podría parecer raro para todo el que no supiera que el sexo era la válvula de escape que la ninja utilizaba cuando necesitaba aliviar el estrés. La única forma que conocía. Roy era atractivo, le había salvado la vida y había sido increíblemente tierno cuando le había confesado lo de Orestez... Maldición, ¿por qué siempre se sentía atraída por los chicos buenos? Era como desear algo que nunca podría tener.
Las divagaciones del arquero acerca de si aceptar o no su dinero ni siquiera se le pasaron por la cabeza a la griega. Ella no era de las que se quedaban a esperar a que los hombres dieran el primer paso, invitaran pagando la cena o le sacaran las castañas del fuego. Desde muy jovencita se había valido por sí misma, desde que le insistió a su padre para que le consiguiera un instructor de artes marciales que le enseñase a defenderse, y, después de tener que sufrir la discriminación y el abuso de sus compañeros en La Mano había jurado que jamás volvería a depender de ningún hombre ni someterse ante él, así que, si hubo alguna vacilación por parte del pelirrojo, ella ni la notó, concentrada en encontrar un lugar a salvo de miradas indiscretas desde el que poder esperarle.
Cuando volvió con la ropa la observó satisfecha.
- Estupendo, así iremos a conjunto y podremos pasar más fácilmente por una pareja de recién casados. Los enamorados jóvenes son propensos a hacer gilipolleces como vestir a juego o con colores complementarios -observó mientras se ponía la camiseta y las mallas encima de su uniforme y pensaba que quizás Matt y ella habrían llegado alguna vez a hacer alguna estupidez semejante, cuando aún eran jóvenes y estaban enamorados. Los sais y demás armas iban en una mochilita que solía llevar consigo y que no desentonaba con el conjunto deportivo-. El rojo te sienta bien -le comentó con una sonrisa antes de entrar en el hotel.
Una vez dentro nadie hizo preguntas ni cuestionó nada, pues aunque al hacer la reserva había dado únicamente su nombre (no el verdadero, por supuesto), había reservado una habitación con cama de matrimonio. Como decíamos, Elektra tenía gustos caros y no era dada a escatimar en comodidades.
La habitación era tan lujosa como sugería la calidad del hotel; tan grande como un pequeño apartamento, disponía de un pequeño saloncito con sofá y sillones, una mesa de escritorio con pantalla plana de televisión pegada a la pared y un ordenador de sobremesa, una cama inmensa que podía tener fácilmente el tamaño de tres camas individuales puestas una al lado de la otra, y un rinconcito con un nuevo conjunto de sofá, mesita y sillón junto a un ventanal con unas vistas espectaculares al mar.
- Bueno... -dijo Elektra dejando caer la mochila en el suelo-. ¿Por dónde empezamos a buscar? ¿Quieres saber algo específico que pueda ayudar en la investigación?
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 14th Julio 2018, 11:33
Asintió con la cabeza ante la pregunta de Elektra. Aunque Roy era eminentemente un hombre de ciencias aplicadas, en concreto las ramas de la mecánica y la ingeniería, también sabía cosas de algunas ciencias humanas. Al arquero le llamaba mucho la atención las diversas mitologías y sus historias.
- Mi tutor me obligaba a leer de todo con la excusa de que sólo el conocimiento puede librarte de tus cadenas.- Mientras hablaba juntó sus manos como si estuviera esposado y cuando dijo lo de librarse de las cadenas separó las manos en un gesto graciosamente dramático. Sonrió. Su vida con Oliver no había sido en su totalidad un infierno. También tenía cosas buenas como sus largas charlas sobre política, arte, literatura y filosofía. Los recursos de los que disponía Green Arrow en aquella época le habían permitido saciar su curiosidad sobre muchos temas - La mitología es una visión peculiar del mundo. Guarda en su seno enseñanzas para la vida cotidiana que las gentes del pasado nos quisieron dejar. - Sabía que generalmente esa no era el tipo de educación y conocimientos que se le brindaba a un menor. - En mi casa eramos algo peculiares.- Comentó sonriendo.
La cultura navaja de la que provenía Roy daba mucho valor al nombre otorgado a por los progenitores. Los indios navajo creían que tu nombre marcaba tu camino, que imbuía a la persona de una esencia y una fuerza que determinaba tu fortuna y la forma de enfrentarte a tu sino. Seguramente si el arquero conociera más a la ninja, supiera más de su vida, tuvieran más confianza y no se encontrasen en aquella situación enrevesada; la hubiera invitado a filosofar sobre el tema. Quizás la hubiera comentado sobre la relación entre las tragedias de su vida y que su nombre fuera justamente de la protagonista de un drama familiar. También sobre la dualidad de los sentimientos hacia su hermano y como está relacionado con que Orestes en la literatura clásica fuera una figura marcada por la dicotomía entre el abandono y la salvación. Y además, sobre la significación de su propio nombre. De cómo Roy que es rojo y de lo rojo que hay en la vida de Roy. Como el color determinaba muchas cosas de su existencia. La supervivencia, la pasión y la lucha del simbolismo del rojo que impregnaba en cada letra de su nombre.
Al escuchar la historia de Elektra no dudó en colaborar con ella. Para qué engañarnos no era su primer rodeo con antihéroes o asesinos o mercenarios. Los últimos años había estado más en compañía de este tipo de personas que con los denominados héroes. La mujer le había pedido que no matase ese era como un establecimiento de que ella no iba a hacerlo en aquella ocasión. Aunque tenía un talante confiado sabía que tenía que tener cuidado con este tipo de personas que hacen trabajo de limpieza. Debía ser precavido. No obstante, la morena no parecía estarle mintiendo. Había tenido una reacción muy natural al escuchar su nombre al otro lado del teléfono. Todo se ajustaba muy bien a un drama familiar. Sabía muy bien lo que era quedar tocado por el encontronazo repentino con un familiar, amigo o persona cercana cuando la relación estaba en estado crítico.
La culpabilidad sobre la responsabilidad indirecta del genocidio de Qurac nunca se terminaría yendo ni diluyendo. Pero quería pensar que al embarcarse en aquellas misiones para destruir o recuperar armamento tecnológico robado impedía que se formasen nueva masacres y reparaba un poco todo el daño que su ingenuidad, inexperiencia y excesiva confianza había originado en el pasado. Sonrió. estaba muy esperanzado en lograr el objetivo y agradeció arduamente las palabras de consuelo de Elektra.
A continuación la ninja respondió a su coqueteo y el pelirrojo se dejó llevar. Mientras atusaba las solapas de la chaqueta, Roy se movió ligeramente para que sus rostros estuvieran más cerca.
- Este seguro que nadie puede resistirse a tus encantos.- Se perdió por un momento en los ojos grises de Elektra. El arquero siempre se sentía atraído por las mujeres fuertes, decididas y sobre todo, peligrosas. Su apasionamiento inicial se vio incrementado cuando la ninja le pidió consentimiento. El arquero se preocupaba siempre del bienestar de los demás y cuando alguien se preocupa por el suyo le llegaba.- Si me lo pides de esa manera diré que puedes aprovecharte.- respondió con una sonrisa coqueta.
Elektra se separó para entregarle dinero al pelirrojo, rompiendo el encanto y el jugueteo de aquella situación. Cuando el arquero tomó el dinero de las manos de la griega, él se realizó una suave caricia. Luego se fue a su misión de comprar las vestimentas para ambos. Una vez elegidos los atuendos volvió al punto de encuentro y le entregó la ropa a la mujer.
La morena comentó que las prendas de ambos parecían elegidas a conjunto. Roy asintió. La verdad no lo había mirado desde aquella perspectiva. Había comprado la ropa a conjunto de forma planificada. Simplemente a él le gustaba el rojo y por la ropa de la ninja supuso que a ella también. El rojo no era un color discreto por eso tenía que combinarse para no destacar con un color más neutro como el negro, el blanco y beige. De esas premisas había salido su elección de prendas y colores. En definitiva, ropa bonita pero de forma que no destacase especialmente.
El pelirrojo aprovechó hábilmente un momento en que los transeúntes eran pocos y no parecían estar mucho al pendiente para criarse de ropa. Estaba harto del traje desde el mismo momento en el que se vistió con él. No le gustaba ese tipo de ropa, se sentía muy incómodo con ella. Sin ningún tipo de pudor, con presteza y desenvoltura se quitó el traje y se puso la ropa deportiva.
- El rojo es mi color, nena. Aunque me veo mejor sin ropa.- le hizo un guiño en plan cómico.
Roy se acercó a Elektra y pasó su brazo alrededor de su cintura.- Actuemos como una feliz pareja para no levantar sospechas.- Sabiendo que a veces se “propasaba” con las distancias íntimas y que igual podía sentirse incómoda añadió: - Si algo te molesta me lo dices con total confianza, guapa.-
Una vez en el hotel Roy se sintió un poco extraño. Había tanto lujo en aquél lugar y él estaba desde hace bastante muy alejado de ese tipo de vida aquel que le resultó paradójico. Al llegar a la habitación y ver lo espaciosa que era pensó en lo curioso que resultaba que hubiera gente viviendo en casas mucho más pequeñas que esa estancia. La habitación que él había alquilado no era nada en comparación. Era un agujero en un hotelucho de mala muerte.
Roy se puso cómodo, dejó sus cosas en un rincón y sacó su teléfono móvil. - Necesitamos un rastro, un hilo de donde tirar o alguien que pueda llevarnos hasta él. - Se puso pensativo. Jason ya le había dado un contacto y Tara le había hecho el favor de infiltrarle. No se le ocurría ningún otro contacto que pudiera facilitarle la información que necesitaban. - umm … no pude rastrear la llamada pero puedo comprobar si hay algún tipo de rastro o información válida en el sistema operativo de las armaduras. Hice un volcado de información cuando mi nanobot se metió dentro. -
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 18th Julio 2018, 20:15
- Tu tutor era un hombre inteligente -asintió la ninja-. El mío era un poco capullo. Y créeme, en mi casa no éramos precisamente el paradigma de la normalidad.
No todo el mundo tenía un hermano que contrataba sicarios a sueldo para asesinar a su madre cuando aún era adolescente y que después se convertía en criminal, ni tenían que criarse en un contexto de continuos atentados por ser tu progenitor una figura pública de riqueza y renombre.
Al parecer el pelirrojo tenía la misma predisposición que ella al galanteo, pues no se amilanó cuando ella inició el acercamiento, contribuyendo a reducir las distancias entre los dos.
- Estoy seguro que nadie puede resistirse a tus encantos -le dijo mirándola a los ojos.
- Lo sé -respondió ella, devolviéndole una mirada cálida y sensual, haciendo gala de la seguridad y confianza en sí misma que habitualmente derrochaba. ¿Y por qué no hacerlo? Por lo general, cuando quería a un hombre, lo conseguía, y era cierto que no solían resistirse, ni siquiera Matt...- Te tomaré la palabra -dijo con una sonrisa pícara ante su consentimiento antes de proceder al cambio de vestuario.
Cuando Roy hizo la broma sobre el color, ella le miró sin tapujos y se mordió ligeramente el labio inferior, apreciativa.
- Mmmmm... Creo que podemos estar de acuerdo en eso, guapo. Lo más gracioso es que el rojo no es realmente mi color -dijo terminando de vestirse-. No lo escogí yo, pero al final se ha convertido en un símbolo. Mi... señal de identidad, por así decirlo, pero a mí me gusta más el blanco. Quién sabe... quizás llegue el día en el que pueda llevarlo -conluyó de manera enigmática antes de dirigirse al hotel.
Algún día, cuando pudiera dejar atrás aquél legado de sangre y muerte. Algún día...
No puso ningún problema con la actuación de Roy, y de hecho ella se comportó con la misma familiaridad, como si realmente el pelirrojo y ella compartieran un nivel de intimidad reservado a las parejas en lugar de ser completos desconocidos el uno para el otro. Le estaba gustando en ese sentido cooperar con el arquero; parecía que podían complementarse bien en su manera de trabajar. Aunque claro, no tenía futuro porque aquella cooperación sólo funcionaría mientras ella mantuviese a buen recaudo su sed de sangre, y esa era una proeza que nunca era capaz de prolongar durante demasiado tiempo; los dioses sabían que lo había intentado.
Al llegar a la habitación, Elektra recibió una nueva muestra de la forma de ser del arquero. Le había ofrecido responder a todas sus preguntas, decirle cualquier cosa que deseara saber, pero, a pesar de la oferta, Roy no intentó sonsacarle nada, ni sobre ella, ni sobre su hermano. La griega no estaba acostumbrada a que la gente no intentara aprovecharse de aquella clase de situaciones, especialmente cuando estaban totalmente justificadas, dadas las circunstancias. El arquero parecía tener una extraña e inusual clase de honestidad.
- Está bien, ponte a ello. Yo me daré una ducha. Necesito quitarme de encima la sangre y el hollín.
Conforme hablaba, se dirigió a la puerta del baño y se iba quitando la ropa por el camino, dejándola caer al suelo sin importarle en lo más mínimo si Roy la estaba mirando o no. Como ya hemos dicho, hacía mucho tiempo que le habían enseñado a no tener aquella clase de reparos que podrían interferir en su concentración a la hora de conseguir el éxito o el fracaso en una misión. Su pudor, como tantas otras cosas, había muerto mientras estuvo en La Mano.
Al salir de la ducha llevaba una toalla envuelta en torno a su cuerpo y se iba secando la larga melena con otra cuando se acercó a comprobar los progresos de Roy. Lo que el arquero había obtenido eran, básicamente, especificaciones técnicas de la armadura: potencia de tiro, resistencia, durabilidad... Junto con una marca que Elektra reconoció de inmediato;
- Es la firma de Arthur Vanko, el sobrino de Iván Vanko -miró a los ojos del arquero y, al no distinguir reconocimiento inmediato, prosiguió-: Iván Vanko es el creador original de las Dinamo Carmesí, las armaduras que viste antes. Era un criminal reconocido. Su sobrino Arthur, en cambio, había optado por la vía pacífica rechazando las actividades de su tío. Es físico, ingeniero, idealista radical y político. No sé qué es lo que le puede haber llevado a recuperar las investigaciones de su tío. Vamos a ver qué encontramos de él en la red.
La asesina se sentó sobre la pierna derecha en la silla del escritorio, encendió el ordenador, pinchó sobre el explorador e introdujo el nombre del físico en el buscador. Imaginaba que, siendo una figura pública de reconocido prestigio, habría toneladas de información en Internet sobre él, incluyendo alguna guía de dónde pudiera estar, o programa de actividades, pero no esperaba encontrar la respuesta a todas sus preguntas en el primer enlace que apareció.
- Roy -le llamó, señalando a la pantalla-. Está muerto. Se suicidó ayer en Londres, saltando desde su habitación de hotel. Está en todos los periódicos digitales.
Por probar, introdujo el nombre de su hermano en el buscador.
- Orestez Natchios, periodista -apenas reconocía la imagen que aparecía. Su hermano había desmejorado mucho físicamente con el paso de los años. Tenía más arrugas y había perdido la larguísima melena de la que había disfrutado en su juventud, pero era él, sin duda. Jamás podría olvidar el rostro del hombre que le había salvado la vida y había motivado que se convirtiera en quien ahora era-. Según su página de la universidad va a dar una conferencia sobre el terrorismo en la Biblioteca de Londres pasado mañana. No puede ser una coincidencia.
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 1st Agosto 2018, 00:33
- Sí, supongo que tenía sus cosas buenas. - Cuando estaba en casa. Calló Roy. Porque habitualmente estaba en una junta, bebiendo con sus amigos, en viajes o en cualquier sitio que no era la Mansión Queen.
Quería dejar el tema. No quería ponerse en esa ruleta emocional en la que se embarcaba al hablar de Ollie. Era todavía un tema reciente. Aunque habían hablado, una sola conversación no era suficiente para sanar las viejas heridas. Hacía falta más diálogo, compromiso y hechos para reconstruir su deteriorada relación. Volver a recobrar la confianza y el vínculo que se había roto.
Elektra derrochaba confianza en el juego del coqueteo. Se notaba que los senderos de atracción eran lo suyo. Teniendo un despampanante belleza y un formidable encanto. Con una apariencia física canónica y la personalidad adecuada era relativamente fácil encontrar pareja para una noche. Si destilabas la esencia que embobada y recibía todas la miradas podrías ser extremadamente selectivo. Roy era guapo y su personalidad era buena, no le costaba encontrar con quien desfogarse su pasión. Lo difícil siempre llegaba al amanecer. No sabía cómo o qué hacer para que su pareja se mantuviera interesada después de lo físico. No es que despreciara los encuentros sexuales pero siempre estaba buscando un conexión más profunda y duradera. Pero no podía mantener a ningún fémina a su lado mucho tiempo. Siempre abrían sus alas y emprendían el vuelo a nuevas tierras. Se preguntó si a la griega le pasaría lo mismo. Cómo no había durado mucho el cortejo, el arquero no pudo expresarle a la morena esa profunda inquietud.
-Tiene algunos matices oscuros …- El logo del murciélago en el pecho de Jason estaba teñido de rojo. El murciélago salpicado de sangre.¿Fue lo último que vio al morir, la sangre de su cabeza esparcida por el suelo? ¿O quizá es que la sangre de su muerte había manchado el recuerdo de la persona en quien más confiaba? El rojo se entrelazada profundamente con la muerte, la ira y la violencia. Roy lo sabía por eso no concretó. Era el color perfecto para los mercenarios y asesinos.
- Pero también es un color enérgico y alegre. El rojo es un color muy versátil. Es elegante y combina con todo. El blanco es clásico y elegante pero me parece un tanto aburrido. Te vas a gastar el dinero en la lavandería porque se mancha con la mirada y supongo, y haciendo suposiciones suelo aceptar en el alto porcentaje, que recibes muchas miradas.- le hizo un guiño coqueto.- Pero lo entiendo, no es cómodo vestir algo que te fue impuesto. -
La ninja no puso ninguna pega a que el pelirrojo pasase su brazo alrededor de su cintura y tuviera una actitud más íntima para poder interpretar aquel papel de pareja. se alegró de que no tuviera ningún problema con aquella cercanía física. A muchas personas les molestaba el contacto y a él no le gustaba incomodar a nadie. Aunque a veces se le pasaba, porque estaba muy acostumbrado a entrar enseguida en confianza y tener contacto físico a menudo, sabía que muchas situaciones se evitarían simplemente con preguntar a la persona si le daba su consentimiento para tener un trato más cercano.
Roy sabía que era difícil facilitar información cuando estabas en una situación emocional que te comprometía de manera personal. Por eso no quiso hacer un interrogatorio a su nueva compañera. El pelirrojo decidió decidió que era mejor sacar la información que necesitaban para llegar a la fuente por otras vías. Si Elektra se sentía preparada o dispuesta a dar alguna cosa relevante para el caso estaría más que dispuesto a escucharla. pero no a sacarle información por la fuerza. Ahora eran compañeros en aquel periplo y como tales, debía respetar su derecho a la intimidad. Quizá la cosa fuera diferente si fueran enemigos o no tuvieran un objetivo en común. Pero estando en el mismo barco, Roy pensaba que no debía avasallarla.
-Disfruta de la ducha, nena.- comentó el pelirrojo antes de acomodarse sobre la cama y caer bajo el embrujo de sus labores se hacker. siempre que trabajaba en algo relacionado con la mecánica el proyecto le absorbía y centraba toda su atención en la materia que le ocupaba.
El de ojos verdes sacó su pequeño robotito, le conectó al teléfono móvil y en un instante toda los datos recopilados se volcaron en el terminal de Roy. Una vez con el contenido de las armaduras en su móvil empezó a desenmarañar el contenido. A Roy le llevó unos minutos acceder a la información que su nanobot había extraído de las armaduras. La información tenía una pequeña encriptación que para el ingeniero fue muy fácil romper. una vez teniendo acceso libre al contenido, empezó la lectura para ver si había algo que les pudiera servir para encontrar a los traficantes de armas. De momento los datos que había obtenido eran sobre las características técnicas de las Dimano carnesí. Para el arquero no había nada reseñable que les pudiera conducir a su rival.
El titán estaba tan abstraído en su labor, que no notó el peso extra en la cama. Se dio cuenta de la presencia de Elektra cuando esta habló.
- Es la firma de Arthur Vanko, el sobrino de Iván Vanko - Cuando la griega dijo aquello, Roy apartó la vista del aparato y la enfocó en su acompañante. La cara del pelirrojo era de incomprensión total. No sabía quienes eran esos dos individuos mentados por la morena. Elektra captó por completo su cara de aturdimiento y le explicó quienes eran esos dos sujetos. Rápidamente la atractiva y sensual morena de ojos grises buscó información sobre Arthur Vanko en el ordenador de la suite. Enseguida Elektra encontró un hallazgo importante. De inmediato, exhortó al pelirrojo para que se levantase y viera su hallazgo. El arquero se levantó ante el llamado y se situó de pie detrás de la griega. Roy miró fijamente a Elektra. en su cara se reflejaba la incertidumbre. No creía que aquello fuera casualidad.
- No creo que haya sido un suicidio.-
El arquero observó como Elektra introducía el nombre de su hermano en la red para hacer una nueva búsqueda. Apoyó su mano derecha en el hombro de la ninja. un leve gesto de apoyo. Sabía muy bien lo devastador que era lidiar con la familia y más si era problemática.
- Eso quiere decir que nos vamos a Londres.- dijo con entusiasmo. - Nunca he estado. tienen un acento extraño los ingleses ¿verdad? ¿Serán sus hombres tan elegantes y refinados como en las películas? Seguro que todo el mundo lleva bombín y traje allí.-
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Tema: Re: Historias de nómadas: la mecánica del dinero (Roy & Elektra)[22-7-2018] 15th Agosto 2018, 13:58