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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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[WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019]
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Tala Reina del caos
Omega
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Omega
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Mensajes : 349 Fecha de inscripción : 10/03/2014 Localización : En el último Universo Empleo /Ocio : Cronista Humor : Y, al final, todas las realidades son una...
Ficha de Personaje Alias: Nombre real: Universo:
Tema: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 29th Septiembre 2017, 02:06
You God of many names, how shall I call you? Wanderer, which path will you choose? Hangatyr, what sacrifice will you demand? Grimnir, how will you show yourself to me? Host-Father, I will follow you! One-Eye, teach me to see Wafuðr, let me feel you Raven-God, let me fly for you.
Nornheim, Asgard.
10 de abril de 2019.
- Esta noche, mi señora, he soñado con vuestra victoria.
La voz de la anciana Haag sonaba dura y rasposa, como el crujir de los huesos en invierno. Aunque la capucha azul ensombrecía su rostro, la tela no suponía ningún estorbo para ver, pues la mirada de Haag viajaba lejos y por encima de las cosas materiales, descubriendo para su señora los secretos que los Nueve Reinos se empeñaban en ocultar.
Acomodada en su sitial, Karnilla sonrió para sí, satisfecha. La Reina de las Nornas hizo un gesto hacia la anciana para instarla a proseguir.
- Vuestros ejércitos avanzaban hacia Asgard como una fuerza imparable, anegando sus campos y haciendo temblar las murallas. - continuó.
- Eso, Haag, es ya una realidad - dijo Karnilla, haciendo un ademán de impaciencia - Mis tropas ya se aproximan a la Ciudad de Odín. Sus órdenes son matar, saquear y prender fuego a todo cuanto encuentren a su paso. Los aldeanos ya claman al “Padre de Todos”. - prosiguió, imprimiendo un tono despectivo al apelativo - Pronto tendrá que salir y enfrentarse a mí… No puede esconderse tras esa barrera mágica para siempre…
Haag sacudió la cabeza, despacio.
- Mi sueño continuaba, Señora - prosiguió - Vi cómo los campeones de Asgard huían ante vos. Os vi alzaros victoriosa. Y contemplar desde vuestro triunfo un rostro que hace mucho que anheláis volver a ver…
Karnilla se volvió hacia la anciana, con los ojos relucientes.
- … ¿Balder? - dijo, sin molestarse en ocultar su interés.
Haag hizo una profunda reverencia.
- Sí, Majestad - confirmó la vidente - Lo he visto con claridad. Balder vendrá.
Karnilla se reclinó en su asiento, con una sonrisa jugueteando en sus labios.
- El Hijo de Odín regresa de su exilio - musitó. - A tiempo para contemplar cómo la Ciudad Dorada se inclina ante mí. Ante nosotros, si él lo desea…
La reina-hechicera deslizó un dedo sobre su collar de plata, satisfecha.
- … y aceptará mi oferta. Sabe que la era de su padre toca a su fin. Asgard clama el nombre de Odín, pero él no responde. Su pueblo muere mientras él duda tras su barrera mágica. Pronto le darán la espalda. Y entonces tendremos que darles otra Reina...
Haag inclinó la cabeza y tendió sus manos nudosas hacia la mujer.
- Salve, Karnilla, Conquistadora de Asgard - exclamó.
La Reina asintió, complacida. Pronto podría reclamar aquel nuevo título. Le parecía que sonaba bien... Maravillosamente bien.
Karnilla:
***
Asgard.
10 de abril de 2019.
El humo flotaba sobre los campos de Asgard.
Algunos fuegos se habían extinguido ya; otros continuaban ardiendo, y el viento esparcía por igual chispas y cenizas, inundándolo todo del olor a madera, hierba y carne quemada. Se oía el tañido del acero contra el acero, los gritos de los asgardianos que trataban de vender cara su vida, los gruñidos inhumanos del ejército demoníaco que Karnilla había reunido. Las huestes de la reina-hechicera anegaban los campos, devastándolo todo a su paso.
El hombre había llegado al abrigo de la noche y, aunque no amaba la oscuridad, el sol que se alzaba no le traía ninguna esperanza. La luz revelaba sin atenuantes los estragos que el ejército enemigo había ocasionado en su antiguo hogar: aldeas incendiadas, campos destrozados, cadáveres aún calientes desmembrados o medio devorados. Balder sentía una intensa opresión en el pecho mientras contemplaba la llanura, lamentando cada segundo de retraso.
Balder:
El hijo de Odín retornaba del exilio para encontrarse con que las noticias que lo habían traído de vuelta no tenían ni un ápice de falsedad. Había estado mucho tiempo fuera, pero no había olvidado Asgard, y no soportaba ver cómo su gente moría, atrapada entre el ejército enemigo y las murallas de la ciudad.
- Maldito seas, padre - murmuró.
Podía perdonar a Odín muchas cosas, incluyendo su propio destierro, un año atrás. Al fin y al cabo, el Padre de Todos era severo y orgulloso, y Balder era consciente de que, en aquella ocasión, lo había desafiado y había cuestionado su autoridad. No era la primera vez que Odín castigaba a uno de sus retoños. Pero lo que estaba sucediendo ahora era un completo despropósito. ¿Por qué no abría las puertas para acoger a los asgardianos? ¿Por qué no convocaba a los ejércitos? ¿Por qué no los lideraba en una gloriosa carga, regando los campos con la sangre indigna del invasor? Balder no comprendía la estrategia que regía las acciones de su padre.
El asgardiano oyó entonces unos pasos que se aproximaban a él. Se volvió, aliviado. Había empezado a temer que su cita se retrasara. Cubrió en una zancada la escasa distancia que lo separaba del recién llegado y, sin mediar palabra, lo envolvió en un fuerte abrazo.
- Thor, hermano… me alegro de verte - dijo.
Cuando se separó del rubio, la alegría del reencuentro se vio mitigada, de nuevo, por la gravedad de las circunstancias.
- Me preocupaba que no pudieras venir. - reconoció - Ha pasado mucho tiempo. Tengo tantas cosas que contarte... Pero me temo que tendrán que esperar. Ahora mismo tenemos una invasión que detener.
Mientras hablaba, Balder dirigió una mano al pomo de su espada. No podía permanecer ocioso más tiempo.
- Ven conmigo, nos abriremos paso hasta la Ciudad. Nuestro padre tendrá que recibirnos. - dijo, esperando estar en lo cierto. Ni Thor ni él se habían separado de Odín en las mejores circunstancias. - Tenemos que convencerlo para que baje esa barrera y…
El asgardiano se interrumpió. Un inesperado resplandor acababa de llamar su atención y la de Thor. A pocos pasos de ellos, un portal mágico se abría desde la nada, trayendo consigo a cuatro visitantes inesperados.
***
El tintineo del agua era el único sonido que retumbaba en la silenciosa estancia de Nifelheim. El estanque de adivinación mostraba los últimos estragos de la masacre que sufrían los pueblos y los aldeanos del planeta Asgard. El que había sido padre de todos durante dos cortos años arrugó la nariz en cuanto vio aparecer el rostro de sus dos hermanos en la cristalina visión.
— Ya han llegado… — susurró para sus adentros. El hijo de Laufey estaba solo en la sala del trono del reino de los muertos. Se había recuperado por completo de sus recientes heridas gracias a brebajes y encantamientos que guardaba con recelo en sus aposentos. Pero no hizo nada más, ni siquiera se movió del lugar. Su mirada seguía centrada en el bello Balder y en el valiente Thor, como si sus pensamientos se hubieran quedado anclados en recuerdos del pasado que no deseaba compartir con nadie.
— Ilusos… creen que podrán hacer esto ellos solos… no saben cuánto se equivocan… — el Embaucador arrugó la frente y borró la imagen del estanque al pasar su mano por encima con repulsión.
Caminó lentamente hacia la mesa donde tenía el tablero de ajedrez y el mapa de Yggdrasil, con todas sus ramas perfectamente delineadas. Sobre los diferentes círculos que representaban los Nueve Mundos, había colocadas varias estatuillas de madera esculpidas con mucho detalle. Eran muy diferentes las unas de las otras; había altas, grandes, pequeñas, otras muy usadas y otras que parecían haber sido talladas recientemente.
Loki estiró su brazo y atrapó entre sus finos dedos la primera figura, que representaba a una mujer de largos cabellos con la mitad del cuerpo podrido. Acercó la estatuilla a sus labios y besó su pequeña cabeza silenciosamente.
— Ya es la hora...— susurró, y dejó con delicadeza la figura en su respectivo lugar del tablero, cogiendo a cambio la que estaba a su lado. Esta vez, la estatuilla representaba a una joven con un bastón y un lobo. El tacto la madera era frío, y empezaba a resquebrajarse por el uso. Se la acercó también a los labios y repitió en voz baja las mismas palabras. Lentamente, dejó descansar la estatuilla de Dalae encima del mapa y cogió otras tres figuras más del tablero. Esta vez eran dos mujeres esbeltas y un fuerte guerrero.
— Amora, Lorelei, Sigurd… sé que no hemos hecho buenas migas últimamente, pero Asgard necesita de vuestra ayuda. Si queréis volver a vuestro hogar algún día...no permitáis que Karnilla lo destruya y gobierne sobre vosotros…— susurró sin más, esperando que el mensaje telepático hiciera algún efecto en ellos.
Y la última estatuilla que Loki cogió fue la de una elegante y exuberante mujer de cabellos negros y ojos vacíos de pupilas. La madera de aquella figura era totalmente nueva, y esperaba que la hechicera a la que representaba prestara sus servicios en su empresa. No hacía mucho que habían hecho un trato conforme se ayudarían mutuamente a deshacerse de los enemigos del otro, y esta vez era él quien necesitaba de su ayuda.
— Tala, Reina del Mal...yo te invoco en los salones del Niflheim. Acude a mi llamada… — pronunció, y esperó, a que la poderosa bruja apareciera frente a él.
La diosa acudió al lugar sin problemas haciendo uso de su magia de teleportación, y una vez se presentó, Loki prosiguió con la explicación:
— Karnilla, una mujer que se proclama a sí misma como Emperatriz del Mal, quiere destruir mi reino usando a su favor la invasión demoníaca. Préstame tu ayuda para enfrentarme a ella...
Cuando estuvieron todos reunidos en la sala del trono de Niflheim, Dalae, Hela y Tala observaron como el dios de las mentiras encendía con un gesto el gran portal que había estado preparando durante las últimas horas. Cuando lo cruzaron, sus botas pisaron con firmeza los campos sangrientos que ahora eran Asgard.
— Vaya, vaya…¿A quién tenemos aquí? — empezó Loki con ironía al encontrarse frente a los dos asgardianos, como si no supiera de antemano lo que había visto en el estanque de adivinación. — Es un placer volver a veros, hermanos míos… — expresó, con un ligero tono de burla en su voz, mientras alzaba la ceja izquierda.
—¿Qué haces aquí, vieja serpiente?— preguntó Balder, con sumo desagrado.
— Curiosamente, lo mismo que vosotros dos… no voy a dejar que Karnilla arrase el reino que me pertenece por derecho...— las palabras del mentiroso no convencieron a los dos hijos de Odín. Loki era bien conocido por meter siempre sus narices donde no debía, y nunca hacía las cosas por altruismo. El dios de las mentiras sólo movía sus hilos cuando podía conseguir algo a cambio.
Pero, aunque malpensar de Loki era siempre lo más sensato, lo cierto era que, esta vez, el corazón del Embaucador había tomado partido por los héroes.
A pesar de su fama como dios del caos y la oscuridad, Loki había escarmentado lo suficiente como para no desear la destrucción de Asgard ni la de los Nueve Reinos. No deseaba volver a pasar por una experiencia similar a la de “Vacío”, ni someterse a las horribles visiones que le mostraban los heraldos sobre la destrucción de Midgard o el trono del antiguo Loki en mitad de los escombros.
Ya no era el viejo loco de Loki, para Ikol no tenía sentido gobernar un mundo donde no quedaba nada ni nadie… Loki alzó la cabeza al oír un poderoso aleteo aproximándose.
Aragorn, el corcel alado de Brunilda, sobrevolaba los campos de Asgard. Si el panorama ya era devastador desde el suelo, su aspecto desde el aire hubiera podido encoger hasta el más valiente de los corazones. La Valquiria había sido alertada por su antigua compañera de armas, Sif, de la terrible batalla que tenía lugar junto a la Ciudad Dorada. Al acudir, había podido comprobar con sus propios ojos cómo los demonios caían sobre los aldeanos, mientras el fuego se expandía por las tierras como una plaga. Sif, Fandral y Volstagg luchaban ahora para recuperar terreno, varios kilómetros hacia el este, y Brunilda había emprendido el vuelo para tratar de medir el verdadero alcance de las fuerzas del enemigo.
Desde las alturas, pudo ver al extraño grupo reunido junto a lo que parecía un portal mágico. No tuvo problemas para reconocer a Loki y Dalae. Junto a ellos creyó divisar a Thor y a un hombre vestido de violeta, con una espada al cinto y un yelmo sobre los cabellos castaños. Balder, el hijo predilecto de Odín.
—Oh, ya estamos todos— susurró Loki, al ver descender al corcel en su dirección.
FDI:
¡Bienvenidos a Padre de Nadie! Este primer turno tendrá orden libre. Podéis poner en contexto a vuestro personaje y explicar qué estaba haciendo hasta su llegada al planeta de Asgard. ¡Esperamos que lo disfrutéis! - Dick y Babs -
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Tala Reina del caos
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Ficha de Personaje Alias: Tala Reina del caos Nombre real: Tala Universo:
Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 2nd Octubre 2017, 00:27
Poco a poco volvía a sus actividades luego dé la visita y conocer a la parte de la familia qué Arion él señor dé Atlantis consideraba cómo ovejas negras tenía una buena idea dé cómo hacer qué Loki sacará provecho dé ésa situación qué parecía muy favorable pero no dudaba qué tuviera ya noticias o hasta estuviera involucrado no por nada luego dé conocerlo sé dedicó a investigar todo sobre él lo qué no fue sorpresa dé concluir lo qué confirmó con su presentación tenía un aliado con él qué podía sentirse acordé y cada vez más !quedaba Claro qué volvió al ruedo, sé encontraba en su sector infernal acomodada en un lujoso sillón qué era uno dé los tantos objetos qué tenía por comodidad le estaba dando vueltas a algunos asuntos tenía qué comunicarle las noticias sobré él cambió dé mando dé Atlantis y decirle qué estaba cerca del hermano dé Arion para darle un usó más que interesante a su cercanía.
Pero parece qué las cosas suceden adelantadas por qué él mencionado la llamó una sonrisa apareció en su rostro acomodó su cuerpo y haciendo usó dé sus poderes estaba allí para ver lo qué ocurría una llamarada intensa sé formo para desaparecer con ella luego apareció ante él formándose dé un fuego negro con un chillido producto dé las lamentaciones dé los condenados y un destelló qué eran los restos espirituales dé almas residentes dél pandemónium, no fue difícil encontrarlo escuchó lo qué parece qué todos quieren sacar provecho del desastre y bueno a veces sólo aprovechar él momento no era tan fácil lo qué Karnilla no tomó en cuenta para esto es qué tocaba interés dé otro y contestó.
No hay ningún problema con ello dé todos modos tenía qué venir tengo algunas cosas que seguro conocerás pero tengo algunos hechos dé los qué puedo y podemos hacer usó pero sera luego Rey dé la infamia.
Observó a las restantes 2 la qué reconoció primero fue Hela era la gobernante dé él inframundo Nifelhein uno dé los tantos reinos dé tormento qué existen pero quien más atrajo la atención fue la joven sé podría decir qué lo era muchos seres y razas dé tipo mistica o ajena a la humana podían tener muchos años mas dé los aparentes incluso hechiceros humanos eludían él pasó del tiempo con diversos métodos cómo la magia negra o algún preparado cómo un elixir o creaciones cómo él pozo dé lazaro o la alquimia cualquier método para eludir él tiempo o la muerte lo qué más temían todos los seres.
Vio él portal y decidió seguirlo esto era algo divertido al fin era hora dé contemplar asgard no estaba mal la presentación no estaba mal él olor dé la muerte y la desolación que estaban allí traían recuerdos dé muchas buenas obras su expresión reflejaba su satisfacción y bueno no estaba mal la nostalgia era algo qué le incitaba a hacer más pero como era habitual alguien interrumpe eso, las reuniones familiares eran algo curioso las había dé todos los colores y todas las formas pero aquí era evidente él rencor entré hermanos y decidió agregar algo.
Ahora entiendo a Loki por cierto existe algo llamado saludar pero seguro qué no sabes dé eso aunque articular un saludo debe ser difícil requiere pensar un poco y requiere más esfuerzo qué mantener tu belleza niño bonito no es así.
Sé lo dijo sin importarle su reacción era de importarle poco decirle en términos simples idiota a alguien y le valía lo qué pensara ni sé tomó la molestia dé ver si le hacía una mueca dé fastidio o algún intentó dé réplica lo ignoró completamente luego dé eso le gustaba hacer eso a veces, mientras Loki explicaba qué esto era una alianza temporal por no dejar qué alguien lleve los laureles dé lo qué debía conquistar él llegaron mas invitados a la reunión dé ése día formaban una fuerza variopinta y muy variada escuchó qué ya estaban todos y decidió preguntar la estrategia.
Ahora hay algún tipo dé estrategia pensada para encarar esto Lord Loki o haremos una ahora en conjunto.
Su tono con Loki era distinto al burlón que usó con Balder era dé respetó pues no por nada era su aliada así qué restaba ver cómo seguía esto con la respuesta dé él.
Invitado Invitado
Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 5th Octubre 2017, 21:26
Sobrevolaba los cielos de su mundo de origen montada en su fiel caballo alado. Desde aquella altura en la que se encontraba pudo divisar perfectamente como el enemigo se abría despiadadamente camino asesinando a asgardianos desprotegidos e incendiando todo a su paso. Asgard, el lugar donde estaba su hogar y las personas que consideraba amigos y familia. Tenía los sentimientos encontrados. Por una parte se sentía dichosa al regresar a su hogar. Pero la muerte y devastación que presenciaba en las afuera de la muralla le producía un tremendo pesar. El rey había puesto una barrera a la Ciudad Dorada y se negaba a abrirla para refugiar a los súbditos que vivían extramuros. La sociedad asgardiana era una sociedad jerárquica en la que al igual que en la Edad Media, la clase guerrera era la encargada de proteger a los campesinos, labriegos y ganaderos, a la clase productora que suministraba alimento a los demás habitantes del reino. Por aquel motivo para la guerrera rubia cerrar las murallas impidiendo el cobijo de estas personas era un acto de cobardía y traición a todos los valores que configuraban la esencia de Asgard. Ella no era de la capital, había nacido en un castillo un que se encontrabaen las tierras aledañas. Las tierras de su padre se encontraban en dirección nordeste. Salvando las diferencias y a pesar de pasar la mayor parte de su vida en la ciudadelala, valquiria sentía que pertenecía a aquellos parajes desprotegidos y que aquellos aldeanos que caían sin vida ante la brutalidad del ejército enemigo eran su gente. Sentía la rabia bullir por todos los rincones de su cuerpo al pensar que el Rey, quien debía cuidar de su pueblo estaba tras aquel muro sin presentar batalla. No es que tuviera en gran estima a Odin pero no se esperaba tal acto de alguien que se vanagloriaba de ser un gobernante digno y justo. Alguien que propugnaba que el monarca no podía ser arrogante ni orgulloso sino que debía pensar primero en su pueblo. Odin que les desterró tanto a ella como a Thor en el pasado por ser demasiado altivos y carecer de humildad pecaba en aquellos momentos de unas faltas que habían sido duramente reprendidas.
Al ver a ese grupito reunido, formado en su mayoría por asgardianos, se preguntó el por qué de la gran ausencia de Siff. Era ella la que la había informado de que era apremiante volver a casa, que la situación debía ser atajada cuanto antes. ¿Estaría en desacuerdo con Thor? ¿Estaría con Bill Rayos Beta? Era bien sabido por la rubia que su amiga siempre estaba entre uno y otro sin acabar de formar un emparejamiento estable con ninguno de ambos varones. No la gustaba meterse en la vida sentimental de nadie. Había ocasiones en que creía que la ex prometida de Thor quería más a Bill de lo que alguna vez quiso a Thor. No obstante, no podía asegurarlo. Ningún asgardiano era bueno en términos sentimentales y emocionales. Ella misma no sabía muy bien cómo manejar sus propios sentimientos. O es que acaso, ¿era Thor el que tenía otra pareja? Siff y Thor eran complicados: tan pronto estaban bien como estaban mal. ¿Tan mal había terminado la cosa entre ellos que ni siquiera podían mirarse a la cara? Aunque estuviera en malos términos con el heredero al trono, no se justificaba esa falta a su patria. La morena era brava, valiente y con gran destreza les sería de mucha ayuda que ella estuviera allí. Suponía que ya tendría tiempo de preguntárselo a su buen amigo pasada la batalla con una jarra de hidromiel en las manos.
Aragorn aterrizó y Brunilda se bajó del corcel. Los dos se mostraron como eran, honrables, dignos y majestuosos. Investidos de esa divinidad que surge al ser paladines de la de Verdad y la Justicia. Hacia mucho tiempo que no veía a los hijos predilectos de Asgard, Thor y Balder. Los amados príncipes sin duda alguna ellos eran el orgullo y la esperanza de sus gentes. Su corazón palpitaba de emoción al reencontrarse con ellos. Siempre se alegraba de verlos, fuera la situacion que fuera. Muy diferente era su reacción ante el cuarteto que formaban los otros que allí se encontraban. En primer lugar estaba estaba Loki, que nadie sabía nunca en que saco meterle. Seguido de Hela, la petulante diosa de la muerte con la que a veces te llevabas bien y a veces; se notaba la familiaridad. Dalae la aprendiz de Loki que la generaba siempre esa sensación de desconfianza. No sólo porque había presenciado con sus ojos su vileza sino porque además era lacaya de Loki. Y por último, Tala, que para Brunilda era una absoluta desconocida. A la que no prestaría la más mínima atención en otro caso. pero que viniera acompañada de Loki no la generaba buenas vibraciones.
- Buenos días- dirigió su mirada a Balder y Thor- es siempre un placer encontrarnos aunque sea en esta angustiosa situación.-
Inmediatamente se fundió en un abrazo con Thor. Sólo con él se permitía esos gestos. Le acarició con suavidad y mimo su largo pelo rubio. En sus ojos lucía el cariño, la amistad y la admiración que le procesaba a ese hombre. Realmente le había extrañado. Se sentía tan sólo sin él, tan perdida y sin rumbo. No sólo era su mejor amigo sino también era la persona en quien más confiaba en los nueve reinos. A Balder simplemente le dio un toquecito afectuoso en el hombre. No recordaba con exactitud cuándo había sido la última vez que había coincidido con Balder, el asgardiano más valiente del reino. Sintió avivarse un fuego extinto hacía mucho. Cuando llegó a la capital del reino, Brunilda era un adolescente que se sintió atraída inmediatamente por el menor de los hijos de Odín. Fueron unos sentimientos que nunca llegaron a florecer debidamente pero que en cierta forma aún guardaba esa consideración especial hacia el castaño.
Miro a Tala con cara de si vuelves a decirle algo así a nuestro príncipe te tragas los dientes guapa por su atrevimiento de decirle aquellas palabras al castaño.
- Creo que quien pide respeto debe ganárselo a fuerza de ser ejemplo de ello- dijo airadamente a aquella ingrata fémina. - Sonrió al diestro guerrero y le dió un golpecito en la espalda.- Pero Balder cuida tus maneras- dijo con un tono que era bastante dulce siendo ella.- recuerda que ante la tragedia y la caída de Asgard todos los asgardianos permanecemos unidos.-
Última edición por Brunilda el 14th Noviembre 2017, 16:59, editado 1 vez
Dalae Darkle Marvel Universe
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Mensajes : 927 Fecha de inscripción : 01/10/2014 Localización : Entre Midgard y Nflheim. Empleo /Ocio : Mucho empleo y nada de ocio. Humor : No.
Ficha de Personaje Alias: Dalae. Nombre real: Dalae Darkle. Universo: Marvel
Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 7th Octubre 2017, 23:58
Después de comunicarle a Hela que el Nflheim había entrado en guerra sin su permiso, la aprendiz de Loki se retiró a su habitación para prepararse. No lograba hacerse del todo a la idea de que iba a volver a casa, aunque fuera tan sólo para encontrarla al borde del desastre. Un desastre en el que, una vez más, los habitantes del Reino de la Niebla tenían que intervenir. Si a Dalae le hubiera quedado algo de sentido del humor, seguramente habría sonreído al pensar que eran ellos, los repudiados por Asgard, los que acudían en su rescate. Pero cualquier atisbo de alegría había quedado moribundo por la noche, y Karnilla le había dado el golpe de gracia esa misma mañana.
Por eso estaba allí, se dijo, mientras terminaba de ponerse la armadura. Para detener a la Reina Bruja en primer lugar, y después, sustituir a Odín por otro Padre de Todos más capaz. Para salvar a todas aquellas personas a las que había abandonado fuera de su muralla mágica… O, al menos, a las que quedaran vivas a esas alturas. Era más fácil decirlo que hacerlo, pero Dalae confiaba en que los dos dioses tuvieran algún plan. La última vez que su fe en ellos había flaqueado, había acabado lamentándolo… Y no creía que el orgullo hubiera cegado tanto a Loki como para desafiar a la Reina de los Norns sin nada en mente.
Estaba afilando y limpiando sus dagas cuando una voluta de niebla helada se filtró por las rendijas de su ventana. El lobo supo que volvía en el momento perfecto cuando su portadora comenzó a explicarle lo que había ocurrido, omitiendo todos los detalles que no tuvieran que ver con la invasión demoníaca o el peligro que amenazaba Asgard en esos momentos. No quería hablar con él de lo anterior: Ya sabía que, para Raden, cualquier error que Dalae cometiera era susceptible de verse correspondido por un comentario condescendiente. No tenía tiempo ni ganas para ello, así que, una vez terminada su narración, la hechicera continuó con lo que tenía entre manos. -Es… Curioso. Todos los reinos infernales se han levantado en armas a la vez, a pesar de que muchos de ellos no se soportan entre sí. De hecho, de vez en cuando acaban compitiendo entre ellos por las almas más jugosas… ¿Y de verdad nadie parece haber pensado que igual hay algo más?-Suspiró, hastiado por la aparente incompetencia de los asgardianos. Era imposible que todos los infiernos se hubieran alzado a la vez, en el mismo planeta, y siguiendo un patrón tan claro sin que hubiera algo detrás. Una alianza entre ellos… O algo peor.
-Todo esto ha pasado entre ayer y hoy, es muy pronto para sacar conclusiones. ¿No eres tú el que siempre dice que no me precipite?-Una vez limpias sus armas, Dalae empezó a colocar cada una en su lugar. Un par de dagas en el cinturón, una en la bota, dos en las mangas, una última en la espalda, junto al lugar en el que solía reposar su báculo. Listas para ser extraídas y usadas en cualquier momento. -Sigo diciéndolo. ¿No es más imprudente aún actuar sin saber nada?-El espectro se sentó sobre sus cuartos traseros, sonriendo con ironía. Sabía que tenía razón, y eso le encantaba. La propia asgardiana se lo confirmaba, con la expresión mortificada de su rostro mientras se trenzaba el pelo, entrelazando los gruesos mechones con un hilo metálico para que mantuvieran su forma.
-Claro que lo es. Pero no tenemos otra opción… No cuando alguien está a punto de reducir todo lo que rodea Asgard a cenizas. Descubrir qué están planeando puede llevarnos días, y no podemos esperar tanto.-Dalae envainó su espada, y ocultó el colgante de polvo de dragón bajo el cuello de su armadura. A pesar del tiempo transcurrido, la gema seguía brillando con aquellas espirales azules y rojas, siempre en movimiento. Siempre ofreciéndole un poco más de magia cuando más la necesitaba… Pero, a cambio, recordándole uno de los pocos errores que lamentaba de los muchos que había cometido. ”-Ya es la hora...”-Un susurro la sacó de sus pensamientos con brusquedad, llamándola. Conocía muy bien esa voz sin palabras, que se presentaba en su mente cuando quería y a la que siempre debía escuchar. La hora había llegado, y las dos criaturas heladas debían darse prisa para llegar a tiempo.
En el salón del trono les aguardaba una sorpresa más desagradable todavía de lo que esperaban. El olor del azufre hizo que Raden gruñera incluso antes de que su portadora abriera la puerta, revelando que en el salón del trono había tres figuras reunidas, en lugar de dos. Junto a Loki y a Leah había una mujer de pelo púrpura, tan largo que acariciaba su esbelta cintura y la sobrepasaba, renunciando a cualquier comodidad en favor de una belleza tan obvia como antinatural. Su piel, a pesar de ser de un color claro, no llegaba a mostrar signos de palidez, y quedaba expuesta gracias a la generosidad de su escote y el profundo corte que abría su falda hasta prácticamente llegar al nacimiento de sus piernas. No era el aspecto de alguien que fuera a intervenir en una guerra… O, al menos, esa impresión daría a un observador poco entrenado. Dalae sabía que el diablo estaba en los detalles, y nunca mejor dicho. Sobre su pecho había dibujado un extraño símbolo, que con toda seguridad tendría un significado mágico. Y, finalmente… Estaban sus ojos, tan muertos y a la vez tan amenazantes como los de un tiburón. ”-Un demonio...”-Musitó Raden, sin llegar a pronunciar las palabras. No era una advertencia especialmente necesaria, sin embargo. La mano de Dalae se había posado en el pomo de su espada tan pronto como la había visto, en tensión. El encontronazo con Garn aún estaba demasiado reciente en su memoria como para sentirse cómoda cerca de uno de los suyos.
Pero, sin embargo… No ocurrió nada. Con un gesto, Loki abrió un portal, y permitió que ambas mujeres lo atravesaran. Como si nada fallara en aquella escena. Es decir… Era sospechoso que, justo cuando debían enfrentarse a las fuerzas del Infierno, una demonio acudiera en su ayuda. ¿No? O… Quizás el problema era suyo. Sabía que debía creer en su maestro, él siempre veía más allá. No era el momento de cuestionar los aliados que había escogido para aquella guerra, por mucha aversión que le produjeran. Sabía que, a menudo, sus decisiones le causaban dolor, pero jamás había demostrado estar errado. Jamás… ”-Hasta esta noche.”-Pensó para sus adentros, deseando con todas sus fuerzas que ninguna de las personas que tan a menudo caminaba por su mente la oyera. Un paso tras otro, avanzó, atravesando el portal… Esperando que sus dudas quedaran atrás.
Al otro lado, la tierra ardía, y el cielo se ahogaba en humo negro. Aquello ya no era el mundo en el que había crecido, el lugar que conocía como la palma de su mano y al que había querido llevar a su hermana algún día. No, ante el grupo de magos se extendía un páramo que solo podía competir en desolación con las profundidades de Muspelheim.
El portal los había hecho aparecer junto a los dos hijos de Odín, a los que pronto se unió la valkiria Brunilda en su caballo alado. Como cualquier persona de bien que se preciara, Balder no estaba demasiado contento de ver a su “hermano”. Afortunadamente, en esa ocasión la presencia de Loki sí era una buena noticia para él… Aunque no lo pareciera, gracias a los modales de la más reciente de sus acompañantes. Su imprudencia al hablar le recordaba a Arturo y, acertadamente, Dalae sospechaba que hacerla callar y comportarse no sería fácil. Como siempre, la rubia tenía preparada la repuesta más correcta y tajante, algo que dejara bien claros sus valores y su forma de ser… Y la dulzura que le prodigaba a los príncipes, a quienes había saludado con el afecto de una vieja amiga.
-No es momento para comentarios sarcásticos. Se supone que estamos en el mismo bando, así que no tiene sentido empezar a herir orgullos gratuitamente… Será más productivo usar esas energías para hacerles daño a ellos.-Hizo un movimiento con la cabeza en dirección al campo de batalla, como si quisiera dejar claro que se refería a los congéneres de Tala. -Y, si además os dais prisa, mejor. Deberíamos localizar a la Reina, será lo más rápido para acabar con esto.-Era una solución sabia, sí… Pero guiada por la curiosidad más que por el deseo de salvar vidas asgardianas. Cualquier jugador de ajedrez sabía que la única manera de acabar con una partida de ajedrez era eliminar al rey rival, y eso implicaba sacrificar cuantos peones fueran necesarios. Sin embargo, ni Balder, ni Brunilda, ni Thor eran jugadores. No, ellos eran héroes, y les importaba bien poco averiguar cual era la causa de aquella invasión que había reunido a todos los demonios. ”-Supongo que tendré que averiguarlo por mi cuenta...”-Pensó, recorriendo con la mirada el campo de batalla; sintiendo en su pelaje la brisa cargada de sangre, ceniza y azufre. Llevaba cuarenta y cinco milenios de no-vida, y había visto como todo nacía y desaparecía. Todo, menos la guerra. La guerra era lo único que no cambiaría jamás.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 8th Octubre 2017, 23:00
La habitación se encontraba a oscuras, excepto por algunos rayos de luz de la luna que se filtraban entre las pequeñas rendijas de la ventana. En la pequeña estancia, dormía un niño de cabellos dorados envuelto entre las mantas, echo un ovillo.
El pequeño se había quedado leyendo durante la mayor parte de la noche, hasta que finalmente los ojos se le comenzaron a cerrar lentamente, dejándole con el libro encima de su regazo y cayendo en un sueño profundo. La madre que pasaba por el pasillo, pensó en asomarse al ver la luz encendida. Al ver la posición en la que se había quedado su hijo, decidió taparlo y cerrarle la luz de su pequeña lampara para que estuviera más confortable. Le acarició la cabeza con la mano y le dio un beso en la frente de buenas noches.
Pasado unas horas, los sueños dulces sobre grandes batallas heroicas donde él era el protagonista de las historias, se comenzaron a convertir en oscuras pesadillas. Un mundo apareció delante de su vista, un reino gobernado por el terror y arrasado por una gran calamidad… Él se encontraba en medio de un campo de batalla lleno de cadáveres con armadura y todo se encontraba arrasado, sin vida.
Ante la imagen apocalíptica, decidió cerrar los ojos, pues sabía que sólo era una pesadilla causada por los libros que leía y que en cualquier momento su madre lo despertaría por haberse quedado dormido cuando tenía que ir a la escuela. Le regañaría porque iba a llegar tarde a la escuela y que eso le ocurría por pasarse toda la noche leyendo.El olor a azufre y podredumbre era casi insoportable, nunca había sentido el estómago tan revuelto y en ese momento, le empezó a invadir terror y el miedo. No recordaba que ninguno de sus sueños fuera tan real, intento llamar a Thor su mentor e intento agarrar su collar con el pequeño martillo. Sus manos fueron a parar rápidamente a su pecho, pero no encontró el martillo ni oía la voz del dios del trueno. Comenzó a gritar en ese reino de soledad y oscuridad.
El pánico se apoderó completamente al ver que no podía despertar de aquella pesadilla y que no encontraba ninguna ayuda. Salió corriendo sin rumbo buscando alguna salida de aquella visión tan terrible… hasta que comprendió donde se encontraba. Era Asgard, pero no como la recordaba ni como le había descrito su mentor.
Comenzó a llorar al ver a las personas muertas a su alrededor y una voz le llamo… Le decía que su mundo lo necesitaba que esto era una posible realidad si no acudía a la llamada. En ese momento sabía que no debía de llorar sino escuchar con mucha atención.
Se despertó sobresaltado lleno de lágrimas y sudor, debía de irse rápidamente. Salió de la cama rápidamente y dejo una nota escrita a su madre. No podía decirle toda la verdad sino se preocuparía por él. Abrió la puerta de la habitación y a hurtadillas, fue recorriendo la casa cogiendo todo lo necesario para su misión. Debía de volver a Asgard como fuera y debía evitar esa catástrofe, esa visión no debía de convertirse en real.
Thor y el pequeño compartían el cuerpo, pero la pesadilla sólo la pudo ver el niño. Este le mostro su visión con sus recuerdos.
El crio se plantó en el jardín y agarrando el pequeño colgante del Mjolnir, se convirtió en Thor. En esta misión, intentaría que su imagen infantil no saliera demasiado a la luz, pues no quería entrometer al pequeño no más de lo necesario.Comenzó a girar el martillo, aumentando cada vez más su velocidad hasta que salió disparado hacia el cielo rumbo a su destino.
Cuando llego sobrevolando los cielos fuera del reino, no podía dar crédito a lo que veía… No comprendía porque el Gran Padre de Todos no levantaba la barrera y protegía los alrededores de su reino. Su misión era protegerlos a todos. Le comenzó invadir una amarga sensación de pesar ante tal espectáculo. No podía permirtlo.
Llego a su destino y su primera alegría fue encontrarse a Balder, su hermano, con el que había vivido más de una aventura y había sido su compañero de batallas. Al verlo, lo estrecho entre sus brazos levantándolo y propinándole una palmada de saludo. Después del reencuentro ambos se pusieron serios y su hermano le explicó acerca de la llamada que le ofreció al pequeño.No comprendía demasiado la situación en la que se encontraba y decidió preguntarle acerca de ella.
- ¿Porque nuestro padre está permitiendo esta situación hermano?- dijo compungido por la sensación de culpa- Si yo hubiera estado esto… No habría ocurrido. Me envió a buscar el cubo pero si hubiera sabido que esto iba a ocurrir me habría quedado batallando. Toda esta gente…
Se acordó de la visión del pequeño Thor, era una posible realidad y esta era que había gente que estaba muriendo. No podían perder el tiempo y debían de actuar deprisa.
No comprendía como Odín no podía actuar, era suficientemente poderoso como para destruir a los enemigos y además disponía de un ejército de guerreros tan bien preparados como lo podía estar él. Todo era siempre según sus designios y su voluntad, pero no compartía la estrategia de usar a víctimas inocentes. ¿Por qué el Padre de Todos estaba actuando así con su pueblo?
Thor se disponía a seguir a su hermano hasta la ciudad, pero se vieron interrumpidos por un destello de luz que hizo que ambos se giraran, de ella, aparecieron cuatro nuevos visitantes.Al dios del trueno no le extraño ver al dios de las mentiras hacer su puesta en escena, ya que, si quería ser gobernante de algo no iba a serlo de un mundo en ruinas. En el fondo, sabía que Loki conservaba algo de moral y que no desearía, quizás, ver a Asgard reducida a cenizas. Una parte de él se alegró de volver a verlo y otra quería propinarle un martillazo en esa cabeza pensante. Seguía guardándole algo de resquemor por lo sucedido en el puente del Arcoiris.
- Bienvenido hermano, espero que podamos formar equipo entre todos y que no haya ningún incidente- le dijo de forma amable pese a todo lo sucedido- No nos podemos permitir errores.
Debían de colaborar por el bien del reino, así que decidió ofrecerle la mano a todos puesto que se convertirían en su camarada de batallas. Observo a la joven Dalae, que le acompañaba, y le tendió la mano con gesto afectuoso.
A los pocos minutos apareció sobrevolando la zona una mujer montada en un corcel alado. No podía reconocerla en la distancia hasta que se aproximó hasta los presentes.Le ofreció a Brunilda un cariñoso saludo, puesto que conservaba algunos recuerdos de sus antiguas vidas y ella parecía mostrarse alegre al verle. Lástima que las circunstancias no fueran las mejores como para realizar una reunión de antiguos compañeros de batallas, con hidromiel y buen ambiente.
- ¿Ya estamos todos reunidos? – preguntó de forma ansiosa, a la espera de saber si alguien más formaría parte del equipo.
La situación lo superaba y necesitaba muchas respuestas, pero lo que más ansiaba en su fuero interno era empezar a actuar.
-Alguien podría explicarme, si es tan amable y de forma resumida porque el tiempo nos apremia… ¿Porque el reino está a punto de ser aniquilado? - dijo con aire enfadado- El tiempo juega en nuestra contra y, puesto que, no soy muy versado en estrategias complicadas, ¿debo pedir cual será en este caso?
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 14th Noviembre 2017, 20:49
- ¿Por qué nuestro padre está permitiendo esta situación, hermano? Si yo hubiera estado, esto… No habría ocurrido. Me envió a buscar el cubo pero... si hubiera sabido que esto iba a ocurrir, me habría quedado batallando. Toda esta gente…
- No sé lo que le pasa por la cabeza, Thor… - respondió Balder. Después del cálido saludo, el pesar se cernía sobre sus rasgos - Hace mucho que no veo a nuestro padre, pero me siento como si no lo conociera. En otros tiempos, nos hubiera mandado llamar de inmediato. Asgard está por encima de su orgullo. Nos hubiera dicho que volviéramos, hubiera pedido a sus hijos que defendieran el reino...
La llegada de Brunilda devolvió un poco de esperanza a los príncipes de Asgard. La valquiria abrazó a Thor, aunque fue incapaz de mostrar la misma familiaridad con su hermano. Balder le dedicó una leve sonrisa, siendo fugazmente consciente del tiempo transcurrido desde su último encuentro. No le hubiera importado recibir también un abrazo, pero se conformaría con las palmadas afectuosas y la inesperada ayuda de la guerrera. Si Brunilda cabalgaba con ellos, la batalla sería digna de ver. Tal vez, algún día los bardos la cantarían en los salones de Asgard… si quedaba alguno con vida, cuando todo hubiera terminado.
Era de esperar que las chispas saltarían entre ambos grupos al encontrarse. No en vano se trataba de los más bravos guerreros y héroes de Asgard frente a los repudiados, los despreciados por Odín y sus hijos. No era una reunión agradable para ninguno de ellos, pero no estaban allí para resolver viejas disputas familiares. Aunque, por lo visto, era inevitable que se escaparan comentarios desagradables…
Balder hizo el primero; un hosco recibimiento a Loki. Fue seguido casi de inmediato por Tala, que le devolvió el insulto burlándose de sus maneras. A Loki no le sorprendió que la primera en salir en defensa del príncipe fuera Brunilda, a quien consideraba el perrito faldero de los dos hermanos.
- Mis disculpas, llevo mucho tiempo fuera - dijo Balder, con un amago de sonrisa ante la reprimenda de la rubia. Miró a la hechicera Tala con cierta desconfianza, y después contempló a su hermanastro - ¿Desea el Príncipe Loki que le haga una reverencia? - su humor no estaba exento de acidez; el exilio había dejado sus huellas en el favorito de Odín.
Thor y Dalae se adelantaron para tratar de calmar los ánimos. Hela permaneció en silencio, con sus ojos relucientes deslizándose sobre todos los presentes. Aunque no despegara los labios, no pasaba desapercibida; al contrario, su presencia muda contrastaba con el resto del grupo. Nadie sabía lo que la Reina de los Muertos opinaba acerca de aquella guerra, y muchos no comprenderían su presencia allí. Al fin y al cabo, los que perecieran sin honor en los campos de Asgard no tardarían en arrodillarse ante ella. ¿Por qué venir a ayudar, si le convenía que la muerte se extendiera?
-No es momento para comentarios sarcásticos. Se supone que estamos en el mismo bando, así que no tiene sentido empezar a herir orgullos gratuitamente… Será más productivo usar esas energías para hacerles daño a ellos. - terció Dalae.
- Bienvenido hermano, espero que podamos formar equipo entre todos y que no haya ningún incidente- Thor se dirigió a Loki, ofreciendo una tregua- No nos podemos permitir errores.
-Por una vez estamos de acuerdo, hermano.- respondió el Embaucador- tenemos aún varios asuntos privados que saldar, pero será mejor que esta noche los dejemos a un lado. Somos hijos de Asgard después de todo, y dudo que nadie de aquí quiera ver nuestro pueblo reducido a cenizas…
Nadie lo rebatió.
- Pero no dudéis de que nuestra alianza será temporal… - Loki observó el gesto simplón del rubio alzando una de sus cejas, y escondió sus manos tras la espalda para evitar estrechar las manos con ninguno de los presentes.
- Como debe ser - replicó Balder, quien tampoco había extendido su brazo.
Thor preguntó si alguien más debía unirse a ellos, y Loki asintió.
-Aún faltan tres guerreros por llegar… -empezó a explicar.- han vivido todo este tiempo escondidos del ojo avizor de Odín… y no estoy seguro de si acudirán a nuestra llamada…
Thor hizo entonces sus preguntas, y el Embaucador se tomó la libertad de responderle.
- Veo que sigues viviendo como un chiquillo ignorante en una escuela de primaria… ¿acaso tu madre no ve las noticias? - suspiró, exasperado ante la ignorancia de su hermanastro.- Se han abierto varios portales alrededor del mundo que conectan directamente con las dimensiones infernales. Los demonios están escapando de sus tierras, y pretenden invadir todo nuestro universo… y posiblemente con la intención de hacernos sus esclavos. Han visto a varios líderes demoníacos asentarse en los edificios más representativos de la fe humana… en el caso de Asgard… es una incógnita para mí. Karnilla está usando las fuerzas demoníacas de a saber qué ejército. Hubiera apostado por el demonio Surtur.. si no fuera porque Thor y yo acabamos con él hace siglos…- Los ojos del embaucador miraron fijamente a los del rubio, recordando como el fortachón había usado para destruir al demonio de fuego su martillo, Mjolnir, unido a la espada de la sombra de Surtur, creada por Kid Loki.-Así que debe tratarse de un nuevo enemigo...
Una vez estuvieron todos al tanto de las malas noticias, Tala se avanzó a preguntar cuál sería la estrategia a seguir.
- Karnilla parece ser la cabecilla del ataque a Midgard; si nos libramos de ella, es posible que los demonios se dispersen. Nos dividiremos en dos grupos: unos irán contra la reina de las Nornas, y el resto pelearán con el ejército demoníaco y conducirán a los aldeanos a las puertas de la ciudad de Asgard. Odín no tendrá más remedio que deshacer la barrera para dejar entrar a su pueblo…
- La magia debe combatirse con magia - intervino Hela, por primera vez. Su voz sonaba fría y distante, como si proviniera de lo más profundo de los páramos de Niflheim. Sus ojos vacíos descansaron un instante sobre Tala antes de continuar - Los Príncipes de Asgard deberían llamar a las puertas de su padre… Si Odín no los escucha a ellos, no oirá a nadie más. - la diosa no lo compartió con nadie, pero temía que el Padre de Todos estuviera sordo, además de tuerto - Los demás deberemos decidir a qué grupo prestar nuestra fuerza...
Una nota de ironía impregnó sus palabras al mirar a Loki y añadir:
- Hay quien encaja en ambos papeles, por supuesto. Qué difícil elección.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 27th Noviembre 2017, 15:39
Para Brunilda no era raro olvidar las querellas personales cuando un mal asediaba Asgard. Era lo que siempre hacían en pos de un bien mayor. Dejar de lado las disputas entre cada uno de los miembros y centrarse como un equipo en solucionar el ingente problema. Cuando el reino estaba fuera de todo peligro las hostilidades entre los paladines de Asgard y los repudiados eran más directas y abiertas. Sin embargo, nunca amenazaría la vida de sus némesis. Cuando el reino estaba en una crisis cada asgardiano unía sus fuerzas con el resto para salvar su hogar. Aún recordaba cómo en uno de los tantos Ragnaröks su cuerpo fue ensartado en una espada para proteger la vida de Amora, aquella mujer que la había usado tan vilmente su cuerpo y manipulado su mente dejándola en un letargo.
Decidió aparcar su habitual actitud hosca, que muchos interpretaban con hostil, el tiempo que durase esa situación. Aunque era inusual en ella mostrarse abierta, amable y confiada. Por lo que simplemente suavizó su personalidad de base adusta. Descruzo sus brazos poniéndose en una postura corporal que indicaba su predisposición a mostrarse más colaboradora. Intentaría pasar por alto los comentarios que le resultasen desagradables o provocados. aunque iba ser un poco complicado por su carácter.
- Pero ahora estamos en casa. Así que compórtate.- Comentó con una actitud menos arisca y más afable que la que solía mostrar. Le dió un golpe en el hombro con su puño a modo de pequeño regaño. Estar en su hogar la hacía tener una calidez inusual. Sobre todo en presencia de aquellos hombres con los que se había criado y con quien se sentía que podía expresar aquellas emociones que guardaba siempre tan celosamente en su interior. - Siempre has sido más amable y más tolerante con Loki que nosotros. Que no te impregne el mundo exterior de sus malos hábitos.- Se sentía tentada a decirle que para ella siempre había sido el mejor de todos, la persona más leal, honesta y el menos rencoroso de los presentes. Que era alguien digno de alabanza por su temple y su bondad. Pero no tenía el valor para decirle lo profundamente que le admiraba.
- Quizá sí tienen algo que demostrar luchen más y mejor.- No veía nada de malo en un pique sano. Además esas cosas eran normales entre hermanos. Obligados a competir por el afecto y la aprobación de sus padres. Al menos así lo veía ella desde su perpectiva de adorada hija única.
Las bondadosas y optimistas palabras de Thor siempre hacían mella en ella. No entendía como podía seguir teniendo aquel alma gentil después de tanta traición y tanto sufrimiento, cómo podía desearles lo mejor a aquellos que le habían tratado de forma ruín. En ese momento recordó porque le apreciaba tanto.
-Temo preguntar quién son esas personas tan dignas que viven ocultas de la magnánima mirada de nuestro Rey.- Expresó con un tono de desconfianza. Después de todo los “amigos” de Loki no eran personas a las que ella pudiera llamar amigos ni apreciar por su derroche de virtud.
Puso sus ojos en blanco mientras Loki narraba con esa forma tan suya de decir las cosas. Aunque le prestó atención al relato del Dios de las Mentiras. No pudo evitar sentir cierto enfado con las palabras que dirigía despóticamente a Thor. Ella tampoco veía las noticias¿ y qué? ¿Era inevitable que relatase las cosas insultando al resto de los presentes?¿Se le hacía muy difícil controlar tu lengua viperina? Debería estar acostumbrada a esa altanería pero con los años ella se iba volviendo menos paciente y cada vez soportaba menos cosas.
Con la mención de Karnilla ella se cruzó de brazos mirando a Balder. Entre ellos había habido cierto romance. Levantó una ceja preguntandose si ese romance juvenil les podía ser de utilidad. Quizá el hombre más honorable del reino pudiera interceder por ellos yendo a dialogar con la Reina de Nornheim. Los amores adolescentes eran difíciles de olvidar y siempre despertaban un pequeño fuego de nostalgia en el interior que podía ser sabiamente utilizado para sacar beneficio. Pero no podía afirmar con seguridad que ellos hubieran tenido esa clase de relación, no después de la colisión de los mundos.
- La solución es fácil entonces, basta con terminar con Karnilla.- dijo como si fuera una cosa del día a día. No era la primera vez que Asgard combatía con algún reyezuelo venido a más de las otras provincias de Asgardia. Asediar conquistar y expandir los dominios, algo muy típico de su raza. Por razones obvias aquella malvada y atractiva morena no le caía nada en gracia. - Que bien…- dijo con ironía ante el comentario de Hela de que la magia debe combatirse con magia.
Hela y Brunilda, Brunilda y Hela tramos partes del mismo camino. Nunca podía determinar si estaba a favor o en contra. Aun a riesgo de que la llamase niña petulante o malcriada, como la buena diosa solía hacer cuando la valquiria la llevaba la contraria, habló.
- No.- negó con la cabeza. Intentó centrarse un momento. Odin era malicioso, rencoroso y vengativo. Se parecía mucho a Loki cuando pensaba que alguien le había traicionado o había faltado a su deber con él. Era palpable que el carácter y la personalidad no eran solo rasgos genéticos también se transmitían en la crianza. - Si ellos están afuera es porque han sido exiliados. ¿Cuántas veces un exiliado ha ablandado el corazón de Odin por muy hijo que fuera? Os lo voy a decir: ninguna. Su corazón es implacable cuando cree que tiene la razón. - Lo sabía con certeza. Tenía la impresión de que su corazón de padre se vería sometido por el orgullo del Rey. Además, había vivido en sus carnes el desprecio del Rey aún siendo su guerrera favorita. Odin la excluido largo tiempo de su tierra natal. Dejó que fuera torturada y manipulada sin ningún miramiento. Recordaba como hacía un tiempo había pegado una brutal paliza a Thor con el fin de corregir su comportamiento. El rubio, al igual que alla, había sido exiliado varias veces. El rey de Asgard había dejado vivir a su hijo en la indigencia, la miseria y el sufrimiento. No le había permitido volver hasta que no hubiese purgado si arrogancia. Con Balder, aún siendo su supuesto hijo favorito, no había tenido ni el mínimo miramiento. Le borró los recuerdos de otras vidas para que no supiera que era príncipe. Además, le separó de su madre, la más entregada de sus esposas, y le hizo vivir sin el amor de tu verdadera familia. Posó su mirada azul en Loki. Sin duda, era de los hijos de Odin quien más había recibido su castigo y enojo. A veces merecida y otras veces no tanto. El monarca era ciertamente inalcanzable en ese estado de ira. Suspiró. No expresaría ese pensamiento en voz alta. Ella estaba acostumbrada a callar, no era de expresar ni lo que sentía ni lo que pensaba. Tampoco quería faltarle el respeto al actual rey o hacer daño a sus amigos con esas verdades crueles de cómo era Odín.
- Creo que debéis hablar con las Tres Madres. Después de todo ellas son madres y es bien dicho que una mujer es madre antes que esposa.- Se encogió un poco de hombros. Ella hablaba desde lo que veía porque no tenía descendientes. No sabía en carne propia lo que era capaz una madre de hacer por sus hijos. - O eso dicen … sin embargo creo que algo os quieren. -
Le dio un toquecito en el hombro al orgullo de Asgard.- Ten cuidado, Thor.- lo dijo en aquel tono amable y preocupado que sólo le dedicaba al heredero de Asgard. -Eres nuestro futuro después de todo. … Nuestro rey.- lo último lo dijo en un susurro casi imperfectible. - Freya, a ella es la que teneís que tener en vuestro favor.- Porque era de las tres madres la más poderosa, la que en caso de necesidad podía tanto hacer entrar en razón a Odín como liderar a Gaea e Idun para ir contra de él. Las tres madres no eran como otras esposas en un harén, ellas siempre permanecían juntas. La valquiria juraría que estaban más unidas entre ellas y se guardaban más fidelidad que a su marido y Rey. Estaba dispuesta, como antes, a traicionar su juramento, a verse despojada de su honor, si con ello contribuía a que su fiel amigo no estuviera en peligro.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 27th Noviembre 2017, 22:08
Las palabras ponzoñosas de su hermano no hicieron mella pues, no suponía ninguna novedad para él, y decidió, por el bien de todos, que sería mejor dejar a un lado tales enemistades. No sabía nada de la situación de Asgard hasta que había llegado. Ver su antiguo hogar que poco a poco se iba reduciendo a escombros, le generó un sinfín de sentimientos entre ellos el que ponderaba era la culpabilidad. Si él hubiera estado aquí nada de esto habría ocurrido, o lo habría defendido hasta su último aliento de vida.
En su interior Thor mantenía latente un gran rencor oculto debido el incidente de lanzar al crío al vacío del espacio, aún a sabiendas que lo que le esperaba a la pobre alma era una muerte lenta y dolorosa. Sabía perfectamente que, si en algún momento de la misión había un atisbo de traición, acabaría con su vida.
Observó como Brunilda ponía de su parte para calmar la situación, sabía por su actitud que estaba mostrando, que también dejaría pasar los comentarios para no entrar en trifulcas pues el destino de su hogar y del reino estaban en grave peligro. La amabilidad de sus palabras le hizo volver a la realidad y sabía que podía contar con ella a la hora de la batalla.
- Tienes razón Brunilda y agradezco tus palabras de apoyo, se que puedo contar contigo llegado el momento de la verdad. Es la hora de que les demostremos que Asgard no es un reino que se dejara aniquilar con facilidad - expreso con una sonrisa ante la idea de una nueva batalla- Asgard a sido un hogar, en mayor o menor medida para todos, y son nuestras raíces nos guste o no. Debemos trabajar juntos hasta acabar con esta nueva amenaza, después podremos seguir con las amistades y enemistades que correspondan.
Thor quería dejar bien claro que lo primordial era erradicar todo el problema sin contemplaciones pues no se podían permitir fallar, su reino dependía de todos y cada uno de ellos. Les gustara o no, debían colaborar mejor que en ninguna otra ocasión.
Sabía que debía desconfiar en parte de su hermano, pero al mismo tiempo, conocía o creía conocer a Loki lo suficiente para saber que debajo de esa fachada había una preocupación por lo que había sido su antiguo hogar.
Al escuchar el resumen de Brunilda, el dios del trueno se sintió algo aliviado pues las cosas complicadas no le gustaban demasiado.
- Debo de darle la razón, el corazón del Padre de Todos no es conocido por su compasión. Si uno es exiliado seguirá así hasta que haya cumplido sus expectativas o propósitos, pues para él, todos somos peones que debemos cumplir con una misión- dijo sabiendo que de quien estaba hablando era su padre quien lo había criado con rectitud y a la vez lo había malcriado junto con Loki.
Odín, fue un hombre, que tenía varias facetas que mostraba según la situación, a sus hijos durante la infancia no les enseño su cara cruel y despiadada. Esta fue descubierta durante la adultez de los hermanos cuando fueron de misiones y aventuras a los distintos mundos que estaban bajo la protección del Gran Padre de Todos. A lo largo de estos reinos, observaron que esta figura era venerada como alguien benevolente o detestada como un ser déspota y malvado.
Al principio todo ello, les causo controversia a los jóvenes, quienes al principio no sabían cómo aceptar esa cara tan oscura de su padre. Era un ser complejo y caprichoso. que todo debía ser según su voluntad. Pese a estos pensamientos, el Tronador seguía manteniendo unos sentimientos de cariño y admiración hacía esa figura que le había hecho tal y como era.
- Mis recuerdos son algo borrosos de las anteriores vidas que he vivido, son como pequeños recuerdos lejanos... Agradecería una pequeña explicación acerca de las Tres Madres y si nos recibirán bien- expresó con cierta confusión pues su mente recordaba unas madres, pero no tenía la certeza que fuera como él las recordaba- No pongo ninguna objeción en visitarlas. Si alguien sabe dónde y cómo encontrarlas, pongámonos rumbo a ello, pues no nos podemos demorar.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 12th Diciembre 2017, 20:33
Dalae no sabía cómo funcionaba una familia. Nunca había tenido una como tal, pero aún así tenía clara una cosa: No debería ser así. A pesar de que los tres hijos de Odín se declaraban en tregua, la tensión era más que palpable entre ellos. En ese momento, estaban reprimiendo años y años de rencillas, de rivalidades infantiles que habían crecido hasta convertirse en pura enemistad. Era sólo cuestión de tiempo que todo eso saliera a la luz de nuevo. Y si para ese momento Karnilla aún no había sido derrotada… Los dioses sabían cómo se las arreglarían para detener la invasión. El único que parecía al margen de la disputa era Thor, quien había sido sustituido por Brunilda. Quizás la suya fuera la posición más sabia. De todas formas, la hechicera de hielo ni siquiera se había planteado por un instante intervenir. O, al menos, hasta que Brunilda la invitó directamente a ello. --Temo preguntar quién son esas personas tan dignas que viven ocultas de la magnánima mirada de nuestro Rey.
-Espero que no seas tan asustadiza en el campo de batalla, Brunilda… Esas personas no están más desterradas de lo que lo estamos nosotros.-Sí, en esa ocasión había un “nosotros”. A diferencia del viaje a Atlantis, en esa ocasión todos los presentes tenían algo en común, un objetivo claro y definido. Y eso, en cierto modo, los obligaba a trabajar juntos si querían aumentar sus posibilidades. Y eso, por no mencionar que prácticamente todos ellos habían sido repudiados por el Padre de Todos en un momento u otro. En el fondo, tan sólo los diferenciaba si habían conseguido su perdón o por el contrario habían respondido al odio con odio. -Pero estoy de acuerdo contigo en dividirnos y recurrir a las Madres. Aunque no creo que sea fácil encontrarlas...-Dirigió una mirada a Thor. ¿Cómo podía no recordar a su madre?
-Hace mucho, mucho tiempo que no veo a las Madres de Todos… Pero, que yo recuerde, vivían en Asgard. Y de momento, la Ciudad Dorada es inaccesible.-Raden dirigió sus ojos hacia los príncipes, en busca de una confirmación a lo que había dicho. Quizás ellos supieran algo más del tema. -Eso nos deja en la misma situación que antes, entonces. Seguramente, Odín os verá tan pronto como os acerquéis a Asgard… Y no estoy segura de que se quede de brazos cruzados mientras lo evitáis y acudís directamente a Freya, Gaea e Idunn.
-Suponiendo que estén sanas y salvas, desde luego. No creo que permitieran algo así por su propia voluntad.-Era increíble la facilidad que tenía para dar un toque funesto a todo lo que decía. Seguramente le salía solo, tratándose de un fantasma, pero eso no evitaba que bajara los ánimos a cualquiera. La experiencia le había vuelto algo… Pesimista, y no era la primera vez que veía cómo un rey encerraba a su familia en las profundidades de su castillo para protegerla en tiempos de guerra, para atesorarla en un ataque de avaricia… O para silenciarla, de ser necesario. Y los dioses sabían que Odín tenía muchas, muchas cosas que ocultar. -Entonces, tenemos que darnos prisa. Ni el Padre de Todos ni las Reinas me escucharán… Seré más útil deteniendo a Karnilla.-Dalae no importaba, y lo sabía. Su nombre, a diferencia de los de los hijos de Odín, no abriría ni una sola puerta en Asgard, y mucho menos la muralla mágica que protegía la ciudad. Fingir lo contrario rayaba en la estupidez, y tan sólo retrasaría la organización de un grupo que tenía que ponerse en movimiento lo antes posible. -Lo mismo se puede decir de algunos de esos tres guerreros, creo… Y no estoy segura de que quieran ver a una demonio o a Hela ahora mismo.
En cuanto a los demás… Tendrían que decidir por su cuenta qué les convenía, aunque para algunos de ellos la decisión ya estuviera prácticamente tomada de antemano.
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Tala Reina del caos
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Ficha de Personaje Alias: Tala Reina del caos Nombre real: Tala Universo:
Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 12th Diciembre 2017, 21:44
Mientras los escuchaba solo prestaba atención a los dichos de sus aliados los ojos fríos como espejos que reflejaban la carencia poder saber que pasaba por su mente y de lo que opinaba de lo que estaban hablando tantas palabras sin sentido y perdida de tiempo en eso que costumbre a veces absurda de algunos de dar vueltas en un punto en vez de ir directo al grano, escuchaba con fastidio y hasta algo aburrida todo lo que decían Thor y los demás incluso siendo una muestra total de respeto se llevo la mano a la boca bostezando de forma aburrida lo que mostró como le importaba lo que pensaran ellos y nuevamente lo demostró con sus palabras.
Saben si quería oír tantas palabras hubiese ido al teatro para oír al menos algo interesante ustedes son así todo el tiempo por lo que veo es un desperdicio de letras en sus bocas esto no unas reunión de recuerdos sino para hacernos cargo de este problema que si no fuera por loki y sus aliados los dejaría que los hagan pedazos son realmente insoportables y patéticos de un modo único.
Dejo salir una sonrisa socarrona y bastante burlona sobre ellos podrían seguir hablando de tantas cosas ilógicas en un momento así acaso eran tan absurdos solo la voz de Hela junto con la de Loki ejercían algo mas de coherencia junto como era obvio con la de su otra conpañera y contesto dejando en claro lo poco que le importaba ellos si estaba allí era por loki y su trato además de que siempre era de respetar a sus aliados y hablo a lo que dijo Hela y luego la otra joven.
La Magia se combate con magia estoy de acuerdo voy con ese grupo aparte prefiero eso a tener que soportar a estos tres .....
La mirada fue directo a Balder a Brunilda y Thor los que eran como ellos francamente le eran molestos y insoportables sumado a que eran dioses no era algo que ayudara con personas como Hela y Loki se llevaba bien despues de todo tenían algo que eran en algún aspectos similar a ella con ellos no la idea de soportarlos en batalla ya le hacia sentir molesta y decidió subir la apuesta.
Además de que el Niño bonito tendría problemas con su niñera o me equivoco ?.
Sonrió burlándose de Brunilda y Balder a la vez.
Off: Aclaro que Tala es asi a veces con los seres que les caen mal espero no se enojen
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 8th Marzo 2018, 11:58
El usuario de May/Juri/Gaghiel/Tala ha sido baneado con rolear únicamente en la categoría de "Rol Libre" en Offtopic. Para que pueda continuar roleando, este tema será movido a Rol Libre hasta que se cierre. Cuando se de por terminado el tema, la administración volverá a mover este post a su lugar correspondiente (Asgard).
Edit: Dado que la user de May/Juri/Gaghiel/Tala es la única que tiene ausencia indefinida en este tema, volveré a moverlo a su correspondiente categoría para que continuéis con el rol.
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Última edición por Dick Grayson el 15th Marzo 2018, 10:58, editado 1 vez
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 15th Marzo 2018, 10:56
Hela tuvo que dejar escapar uno de sus comentarios hirientes mientras su rostro seguía siendo frío como el hielo. Loki arrugó la frente pero no dijo nada. Sabía que en el fondo tenía razón, lo más sensato era que Balder, Thor y él mismo se presentaran en las puertas de Asgard y suplicaran a su padre que deshiciera la barrera. Quizás si Odín veía que Loki trabajaba junto a sus dos hermanos, le perdonaría todas las cosas terribles que le había hecho a él y a su pueblo. Pero el Embaucador no había cambiado de parecer, sus intenciones siempre habían sido muy claras con respecto al trono de Asgard.
Antes de que se alzara la barrera de Odín, Loki había sido Rey de Asgard durante dos largos años… ¿Podría el Padre de Todos perdonar eso? ¿Sacrificaría a su pueblo por culpa de su tercer hijo? Y es que… ¿Quién podía confiar en el Dios del Engaño?
—Es una locura...— susurró Loki con una débil voz, casi convertida en un siseo de serpiente— A mi nunca me ha querido… no me escuchará. Odín conoce bien mis artimañas…
Por primera vez, de los labios del Embaucador salió una gran verdad. Y aunque lo expresó con calma y serenidad, los que conocían bien a Loki se darían cuenta de que sus ojos denotaban tristeza cuando hablaba del Padre de Todos. Quizás porqué ya estaba cansado de nadar a contracorriente, y aceptaba el destino que le habían impuesto desde que nació. Era su realidad. La cruda realidad con la que había estado luchando en vano durante años.
—Hablo de Amora, Loralei y Sigurd...— recitó el dios de las mentiras, contestando a la rubia con una ceja en alto— escaparon de Asgard mucho antes de mi reinado, y han vivido alejados de la sociedad asgardiana hasta ahora… no estoy muy seguro de que vengan. Después de todo, cada uno de ellos tiene motivos suficientes para odiar a Odín y no pisar suelo asgardiano nunca más…
— Las tres madres… Oh, si, seguramente serían de gran ayuda. Pero como todo el resto de dioses asgardianos, están encerrados en esa puñetera ciudad sin poder salir. Y nosotros sin poder entrar. —comentó el Embaucador, perdiendo ya la paciencia— Así que no podremos hacer nada hasta que Odín no decida bajar la barrera…— explicó Loki, reafirmando lo que el lobo de Dalae había expresado en voz alta.
— Entonces está decidido.— sentenció el Embaucador, mirando a todos los presentes uno por uno, como si un plan invisible empezar a hilarse en su cabeza y a tomar forma— Dalae, Brunilda y Tala irán a enfrentarse a Karnilla. El resto reuniremos a todos los que queden vivos y los llevaremos a la muralla de Odín…— el hechicero extendió su brazo señalando a la cúpula dorada y brillante que rodeaba la espléndida ciudad de Asgard. En uno de los extremos, se alzaba la gran puerta de entrada a la ciudad.— Nos reuniremos todos allí cuando hayamos terminado… ¿Alguna pregunta?
Entonces, su mirada esmeralda se posó en el rostro impasible de la diosa de los muertos.
— Y tú, querida mía… — dijo con cierto retintín en su voz— ¿Qué harás?
— Mi lugar está con los muertos… como siempre — replicó Hela, impasible. Sus ojos relucientes se perdieron un instante en la distancia y, sin mediar palabra, escogió el grupo contrario al del Dios de las Mentiras.
Mientras los defensores de Asgard planeaban su estrategia, el ejército de Karnilla avanzaba como una plaga. La hechicera, henchida de poder y segura de su triunfo, comandaba a sus sedientos esbirros en una ola de caos y destrucción. Los demonios mataban, quemaban, destrozaban todo cuanto hallaban a su paso. Los campos agonizaban bajo la humareda de los incendios.
— Vamos — exclamó Balder, y ambos grupos se separaron para dirigirse a sus objetivos.
Brunilda, Tala, Dalae y Hela se alejaron de las murallas de Asgard en busca de Karnilla. No fue difícil dar con ella. La Reina de las Nornas se encontraba en el centro de sus tropas, protegida por su propia guardia y un anillo de demonios escogidos. En su rostro relucía una sonrisa de triunfo anticipado, y sus largos y bien contorneados brazos se agitaban en complejos y furiosos ademanes, ya fuera llamando a su lado a las fuerzas mágicas o azuzando a su ejército contra las aldeas.
— Ahí está... — señaló Hela, aunque no era necesario.
Karnilla, de algún modo, parecía saber que se acercaban. Las saludó con un gesto brusco de su mano derecha, que levantó el suelo bajo sus pies, provocando que la tierra se agrietara a su alrededor como un recipiente de porcelana.
— ¡Bienvenidas! — rió la Reina de las Nornas, mientras en sus manos empezaba a tomar forma otro hechizo — ¿Esto es lo mejor que tiene Odín? ¿Esto es lo que envía para defender su Reino? La reina de los muertos, una valquiria caída en desgracia, una niña y un perro… Me siento insultada…
En aquel mismo momento, a escasos metros de distancia, los Hijos de Odín corrían en dirección a la Ciudad Dorada. Balder los guiaba, con una expresión indescifrable en el rostro. Atravesaban ahora terreno conocido, pero ninguno de ellos fue capaz de asociar aquellos esqueletos ennegrecidos con las aldeas y prados que habían conocido. Entre las ruinas, los demonios se daban un festín con el pueblo de Asgard; dedicados a la matanza, la tortura o el pillaje mientras unos pocos valientes trataban de frenarlos o plantarles cara. Los tres hermanastros recorrieron las callejuelas de aquella aldea cercana a la Barrera, siendo dolorosamente conscientes de que la habían pisado decenas de veces antes... en circunstancias totalmente distintas. Balder se detuvo bruscamente a las afueras de una taberna. Allí habían bebido juntos más de una vez, agotados tras una dura jornada de entrenamiento. El dueño del establecimiento y su familia, atrincherados junto a la puerta, trataban de detener el avance de los demonios. Aunque a los pies del viejo Oleg y de Helga, su hija mayor, descansaba ya una docena de cadáveres, no era suficiente. Los enemigos ganaban terreno a ojos vista... el pueblo de Asgard iba a necesitar toda su ayuda.
FDI: Explicación de cómo van a funcionar los siguientes turnos: Primero postearán Dalae y Brunilda en el orden que quieran, explicando lo que hacen para intentar derrotar a Karnilla. Después posteará Thor explicando lo que hace para salvar a los pueblerinos. Todos los pj luchan en el mismo campo y pueden ir a socorrer a los demás en algún momento si quieren. Como la usuaria de Tala está en ausencia indefinida, pasará a ser pnj
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 18th Marzo 2018, 19:25
Definitivamente, tenía que hablar con Loki sobre esos aliados ocasionales incapaces de mantener la boca cerrada. Es decir, parecía que los estaba renovando adrede: Al principio, había sido Clint el que la había molestado con su incesante charla. Después, había tenido que lidiar con la fanfarronería y la insensatez de Arturo, que bien podría haberles costado la vida a todos en la Casa del Misterio, y que había terminado por casi matarlo en la Midgard del pasado. Pero probablemente la peor estaba siendo Tala, teniendo en cuenta que apenas había cruzado unas frases con ella y ya estaba maldiciendo su incompetencia. Quejarse de que los demás hablaban demasiado… Hablando demasiado, ella misma. Afortunadamente, todo el mundo estaba haciendo un esfuerzo por el bien del Reino, y eso incluía contener las ganas de usar la violencia para responder a sus comentarios… Aunque toda paciencia tenía un límite, y la hechicera de hielo estaba segura de que iba a tener que soportar la compañía de Tala a lo largo de aquella misión. Al fin y al cabo, había quedado demostrado que la diplomacia no era lo suyo, y probablemente acabaría incurriendo en la ira de Odín. Más le valía saber luchar.
Pero, en ese momento, tenían cosas más importantes entre manos. -Es una locura… A mi nunca me ha querido… No me escuchará. Odín conoce bien mis artimañas…-Una mano enguantada se posó en su hombro, respondiendo a unas palabras que no había llegado a decir. Eso no significaba que no estuvieran ahí, y Dalae lo sabía. Aún se sentía mal por lo que había pasado el día anterior, por lo que se habían hecho el uno al otro. No es como si fuera a arreglar las cosas, pero… No creía que estuviera de más hacerle saber que seguía ahí, ofreciéndole un apoyo que difícilmente recibiría de su padre o sus hermanos. La relación de Loki con el Padre de Todos era infinitamente más complicada que la que pudieran tener otros asgardianos, y el hecho de haberlo suplantado durante tanto tiempo no mejoraba las cosas. Desde luego, tenía motivos más que suficientes para haber estado evitando un reencuentro familiar. Tan pronto como atravesara la muralla, si lo hacía, correría el riesgo de quedar atrapado, con una ciudad entera llena de personas que lo odiaba. Personas a las que no les importaba que, una vez más, el Dios de las Mentiras hubiera decidido hacer lo correcto.
Nadie había dicho que detener una invasión demoníaca fuera una tarea fácil.
No tardaron mucho más en acabar de decidir los grupos. Como Dalae había imaginado, la petulante demonio iría con ella a enfrentarse a Karnilla. También iba con ellas Brunilda: No era la primera vez que la morena había tenido que colaborar con ella para salvar uno de los mundos del Yggdrasil, y aunque lo habían conseguido, Dalae no se encontraba del todo cómoda colaborando con ella. La encontraba demasiado orgullosa, demasiado irracional incluso. Si por ella fuera, probablemente iría sola a intentar destruir a Karnilla. Pero no estaba sola. En el último momento, una mujer más se unió al grupo: Hela, la reina de Niflheim. La bruja inclinó la cabeza en su dirección, una muestra de reconocimiento para alguien a quien respetaba. Después de vivir tanto tiempo en su palacio, Dalae había aprendido a escuchar sus escasas palabras casi con reverencia. La diosa era antigua y sabia, y la asgardiana había intentado aprender de ella también… Aunque nunca la hubiera llamado maestra. En definitiva, agradecía su presencia… Aunque sus palabras no hubieran sido en absoluto tranquilizadoras.
-Vamos.-Balder dio la señal, y los grupos se dividieron para después marchar en direcciones opuestas. Raden comenzó a oler el aire, notando casi inmediatamente el perfume de la Reina Bruja entre la peste que representaban sus tropas. Apenas se hubieron perdido en el horizonte, el grupo que se alejaba de Asgard encontró lo que estaba buscando: La Reina de los Norns no era una mujer discreta, y menos todavía cuando su victoria parecía asegurada. Protegida por sus tropas y su magia, se creía invencible… Pero eso era lo que pensaban todas las personas justo antes de caer, ¿verdad?
¿Esto es lo mejor que tiene Odín? ¿Esto es lo que envía para defender su Reino? La reina de los muertos, una valquiria caída en desgracia, una niña y un perro… Me siento insultada…-Más insultada todavía se podría sentir Tala, quien ni siquiera había considerado digna de mención. Dalae se preguntaba si la conocía, y lo había hecho adrede para atacar directamente su orgullo. -No venimos de parte de Odín.
Se le había ocurrido una idea para aventajarla. Como todas las ideas concebidas para herir a otro, no era buena. Era, en el mejor de los casos, efectiva; aunque tenía un fallo fundamental dentro de sí: No dependía sólo de ella misma para funcionar. De hecho, era bastante probable que si las demás no cooperaban, Dalae acabaría en una situación bastante delicada y la lucha sería más difícil para los demás. -Voy a necesitar que me cubráis un momento...-Susurró a sus acompañantes, comenzando a preparar su propio conjuro. Raden asintió con seriedad, y se adelantó. Su enorme cuerpo se tensó, listo para saltar sobre los demonios en cualquier momento. Por su parte, Brunilda hizo algo inesperado. Lanzó su arma directamente a la cara de Karnilla, obligándola a utilizar el hechizo que estaba creando para destruirla y así no acabar ensartada. Detrás de ambos, Dalae susurraba unas palabras en el lenguaje de las runas, creando algo que no sería hasta dentro de unos minutos. Sólo esperaba que su plan funcionara, y pudieran acabar rápido con esa amenza.
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Última edición por Dalae Darkle el 24th Enero 2019, 15:39, editado 1 vez
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 21st Marzo 2018, 11:49
Estaba preocupada pero no varió su cara de poker. No estaba acostumbrada a mostrar emociones en la batalla. En tiempo de guerra su gesto siempre tenía aquel barniz de inexpresividad como si su rostro fuera de mármol y no pudiera articular nada con los músculos de su cara. No era parte de la familia real y sin embargo, a pesar de todas las disputas, conflictos y peleas era muy cercana al monarca asgardiano. Ella había perdido a su padre muy pronto. Cuando se volvió valquiria, destacando entre todas las candidatas a una muy temprana edad, Odín había asumido ese rol. Brunilda era su valquiria predilecta, era sabido por todas las gentes de Asgard. Tenía la confianza del rey. Él solía depositar bajo sus hombros las misiones que requerían un alto nivel, tanto de desempeño como de incuestionabilidad.
Odín se había mostrado esquivo, no sólo con ella sino también con sus herederos. Eso era muy raro. Desde hacía tiempo que venía percibiendo unos cambios de humor en el monarca que evidenciaban un problema. No quiso darse cuenta de que algo grave estaba pasando. No quiso traicionar la confianza y la lealtad que le debía al rey ni tampoco poner a un padre en entredicho a los ojos de sus hijos.
Hacía mucho tiempo que estaba lejos de su hogar, el monarca la había enviado a un misión enrevesada que se fue haciendo cada vez más compleja. Cerca de tres años estuvo apartada de los entresijos de Asgard. Y al volver a su hogar con los martillos sellados, se encontró con una barrera impenetrable. Nunca supo si aquella misión de recuperar los martillos de los Dignos fue un objetivo real o una estratagema para entretenerla mientras Odín perpetrada su plan. Meses antes de que le encargara irse en un peregrinación en busca de las armas asgardianas, había notado un particular secretismo en el monarca. Aunque con sus más y sus menos, sus discusiones y opiniones en común, el gobernante siempre había sido muy cercano a la rubia. La valquiria había notado una distancia que quiso interpretar como una preocupación paterna por sus descendientes o problemas con sus múltiples esposas.
¿La había dejado al margen de todo eso por su amistad con Thor? ¿Se cuestionaba el monarca las lealtades de la rubia? Estaba claro que siempre había sabido de la admiración de la rubia por el Dios del Trueno. Porque por más fuerte que fuera su lealtad al Padre de Todo, no podía minimizar ni mitigar esos fuertes y rebeldes sentimientos que la llevaban a querer proteger y poner en primer lugar al heredero de Asgard. Por encima incluso de los intereses de su actual dirigente.
Aragorn sí que percibió la preocupación y las dudas de su venerada dueña. El rocín restregó su hocico por el brazo de la fémina en una muestra de comprensión y afecto.
- Unos maravillosos aliados, sin duda.- dijo con gran ironía en sus palabras. Amora, Lorelai y Sigurd esa panda de granujas. Debía haber supuesto que Loki llamaría a sus camaradas de fechorías de toda la vida. Amora en especial, pues los dos guardaban la misma relación amor-odio hacia Thor que la valquiria no entendía.
-¿Perdón,? que usurpaste el trono. - Comentó un un inmoderado tono de enojo y regaño. Aragorn coceó enbravecidamente el suelo en muestra de enfado y aversión a Loki.
- Mereces ser prendido y ajusticiado.- Le dirigió una fúrica mirada puso espada en ristre. Miró a Thor y en deferencia a él, guardó a Colmillo de Dragón, no quería montar una escena en su presencia. Sabía lo mucho que quería y confiaba en sus múltiples hermanos. Su favorito era Loki. Balder era más digno de amor fraternal que Loki, no entendía esta fascinación del rubio hacia el moreno y no hacia su otro hermano.
Recordó de inmediato las palabras de las tres Norns. - El rey usurpador causará la caída y ...- Susurró. Era Loki el causante de la irremediable ruina de Asgard. ¿Había sellado la avaricia del Dios de las Mentiras el destino de todos y cada uno de los asgardianos? ¿Había sido el causante de un fatal augurio? Nadie escapa del designio del destino. No conocía fuerza capaz de frenar ninguno de los vaticinios de las tres figuras que representaban el pasado, el presente y el futuro. Ellas todo lo saben y todo lo ven. No podía decaer porque aunque su augurio fuera inamovible lo encararía de frente.
Loki lanzó aquella frase lacrimógena y victimista de mi padre no me quiere. ¿Qué decir? Ella no era muy buena consolando. Muy grabadas tenía a fuego en su alma las traiciones de Loki tanto a su persona como a su pueblo y a la familia real. Muy lejos quedaban aquellos años de amistad y aprecio juvenil. Miró a Thor para que dijera algo. Luego miró a Balder. Quizá el no querido debía sentirse él, ya que en aquella vida había sido criado por otras personas que no eran sus verdaderos padres y en la edad adulta había sido cuando había descubierto que era de linaje real. Thor era el mayor de los tres hermanos, posiblemente el más indicado para dar apoyo. También el más capaz por su personalidad bondadosa y comprensiva.
Los equipos fueron repartidos y a ella le tocó en un grupo en el que no contaba con ningún aliado salvo su caballo alado. Ambos grupos partieron y la rubia asgardiana se encontraba un tanto agitada. No le agradaba la idea de dejar a Thor en el equipo de Loki. Tenían a Balder, que era un tanto más desconfiado que el rubio, pero también era blando y se dejaba llevar por la monserga de que habían crecido juntos, que en su juventud se querían y todas esas sensiblerías para débiles. Eso lo demostraba cada una de las ocasiones en que se había aprovechado de la misericordia del más valiente de Asgard para asesinarle. Nunca le agradaba dejar a dos buenas personas con una mente traicionera y manipuladora como la de Loki.
Las palabras de aquella arrogante morena que dirigía sus tropas contra Asgard la quemaban. Internamente debía reconocer que aquella reyezuela tenía en parte razón. A Brunilda no le caían tampoco en gracia sus compañeros.
- Estás tan mayor que ya no sabes lo que dices. Desde cuando, vil mujer, soy una Valquiria caída en desgracia. Deja la contienda y dedícate al punto.-
Brunilda intentaba controlar sus airados sentimientos, porque en la batalla uno no debe dejarse influir por las emociones. Debía ser cruda y racional. Actuar con premura, reconocer las acciones del contrario y anticiparse a ellas. Sentía un profundo rencor hacia Karnilla. El dolor de saberse vencida en un terreno en el que nunca podría ganarla. No podía seguir pensando en antiguos conflictos amorosos, tenía que centrarse en el aquí y ahora.
Vio como la Reina de los Norns preparaba un hechizo para lanzarles y presurosa la valquiria, sabiendo que la magia hacía estragos, invocó su lanza y con su certera puntería se la arrojó a la cara. Si bien era un ataque muy visible, Karnilla tendría que detener el arma de alguna manera; arrojando aquel hechizo contra la lanza o bien dejando el hechizo de lado para esquivarla. Dos pájaros de un tiro; distracción creada y hechizo a punto de anularse. El hecho de atacar al líder del ejército enemigo tan directamente ya pondría durante unos instantes todas todas las miradas en la aguerrida valquiria. Por detrás, no sabía muy bien lo que la joven muchacha estaría haciendo.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 15th Mayo 2018, 20:38
La tensión del ambiente cada vez se estaba tornando más turbio, estaba claro que los presentes tenían sus reparos en trabajar unos con otros. Les gustase o no debían de estar unidos para evitar la amenaza que se cernía sobre el reino.
El dios del trueno se sentía más molesto con su progenitor que con cualquiera de los distintos miembros presentes. El nombre de “Padre de Todos” estaba siendo sobrevalorado pues todo el respeto y admiración que tenía a su padre antaño fue desapareciendo. A lo largo de los años fue entendiendo que solo era un ser, igual que el resto con sus defectos, lleno de poder.
Al escuchar las palabras de inseguridad de su hermano respecto a ser o no querido por su padre intervino.
- No es momento de lamentarnos- le dijo con severidad- si no te quisiera, dentro de lo que el considera “amor” paterno-filial no estarías vivo. Tengo que añadir, que independientemente quien se presente ante él, si no tenemos preparado un discurso convincente… No nos escuchará a ninguno. Además, sería bueno evitar mencionar acontecimientos pasados de cualquier tipo que puedan provocar su ira.
Al terminar la frase hizo una mirada general a todos los presentes pues, incluyéndose a el mismo, todos habían cometido acciones en el pasado que habían provocado su ira.
Ante el tono de ironía de Brunilda sobre Amora, Lorelai y Sigurd , refiriéndose a ellos como unos granujas, comprendió que no le resultaban de fiar. Seguramente que él mismo debió de haberlos conocido pero sus recuerdos, no eran de fiar pues aún necesitaba recopilar fragmentos de su memoria. La dichosa gema había convertido la cabeza del tronador en una licuadora.
- Cualquier aliado en estos momentos es bien recibido – dijo el señor del trueno para intentar suavizar la situación y hacer comprender que no había mucho donde elegir - La gente de Asgard que sepa luchar, tendrá que echarnos una mano para defender su propia vida y la de aquellos que les importa. Me gustaría ser optimista y decir que no deseo ninguna baja, pero siendo realistas ante la amenaza… No esta de más ir bien preparados y evitar cualquier temeridad.
Se acerco a Brunilda, posando una mano en su hombro y se le acerco a la oreja para susurrarle.
- Siento no tener mis recuerdos sobre nosotros, pero una parte de mi sabe que puedo contar contigo- le dijo con tono amable- Ves con mucho cuidado.
Se aparto de la mujer con cuidado, pues no quería mostrarse maleducado con ella ni hacerla sentir incomoda. Era extraño, sin saber por qué, cada vez que la miraba sentía que podía confiar en ella. Balder decidió que ya era momento de partir y dividirse en los grupos previamente explicados, cada cual con un objetivo claro.
Mientras caminaban entre ruinas, el dios del trueno, expresó que era momento de tener un plan para rescatar a su pueblo. Estaba claro que debían de mantenerse juntos y evitar separarse, debido a que les superaban en número. No se podían confiar de sus poderes, debían de establecer un plan.
- Hermanos, mientras nos encaminamos hacía la misión de salvar a los ciudadanos… quizás deberíamos establecer una estrategia- dijo exponiendo la situación- Nos superan en número y no podemos confiarnos en sólo nuestro poder. Debemos trabajar juntos de forma coordinada para evitar el menor número de bajas posibles. Mientras Balder y yo arremetemos contra esos seres, Loki deberías ir apartando a los civiles y explicarles el punto de reunión. Si tienen armas deberán utilizarlas, les abriremos el paso de manera que limpiaremos el área. ¿Alguna duda? Es el momento de poner todas las objeciones que creías convenientes.
Después de unos minutos caminando a paso ligero entre las ruinas calcinadas y destrozadas, se escucho una multitud de gritos…
Thor sabía que tocaba ponerse en acción y apretó con fuerza el gran Mjolnir entre sus manos para cargar de electricidad. Se escuchaba el sonido de una tormenta lejana, pues era la señal para atacar a los enemigos.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 19th Enero 2019, 21:47
FDI: Como la user de Barbara anda ausente, me responsabilizaré de la totalidad de este tema para que se pueda avanzar en el evento de la WWD y no dejar a ningún personaje estancado en la cronología. Sentimos mucho las molestias, espero que podáis seguir disfrutando del tema a pesar de todo.
Antes de aventurarse a la sangrienta batalla, los asgardianos habían aprovechado para ponerse al día de sus vidas en Midgard. Los príncipes de Asgard llevaban demasiado tiempo sin verse por varios motivos, entre ellos la traición de su hermano Loki, pero aquel momento no era el más adecuado para compartir sus preocupaciones. En cambio, sirvió para que Brunilda obtuviera una valiosa información sobre el Padre de Todos. Odín había estado ausente durante el reinado de Loki, sumido en el mundo de lo sueños.
—Yo no usurpé el trono. Te recuerdo que también soy hijo de Odín.— protestó el dios de las mentiras— Balder y Thor estaban desaparecidos, así que no me quedó más remedio que ocupar el trono… — confesó, con muy poca modestia en sus palabras.
Pero poco duró el reinado de Loki, el odiado por todos. Odiado por Odín, odiado por sus hermanos, odiado por Brunilda, odiado por Hela y odiado por su pueblo… seguramente, la única persona con la que podía contar en aquellos momentos era con su aprendiz. Dalae fue la única que demostró su apoyo acariciándole el hombro con el guante. Y para él, aquel gesto era más que suficiente. No necesitaba a nadie más… ¿lo necesitaba?
— Ten cuidado y no hagas ninguna tontería… — advirtió con seriedad a la hechicera de hielo. —Te necesito con vida… Quizás esta fuera la única forma que conocía el dios de las mentiras de demostrar su afecto a un ser querido. Siendo severo, amenazador, poco cariñoso y nada empático. ¿Cómo se lo hacía siempre para apartar a todo el mundo de su lado a pesar de que se preocupaba de verdad?
El embaucador voló detrás de sus hermanos Balder y Thor, y su figura se perdió en el pueblo más cercano a la ciudad de Asgard, en busca de ciudadanos y refugiados que siguieran con vida en aquella espantosa masacre demoníaca.
Parte de Thor:
Pasear por aquellas calles desoladas debería considerarse otra clase de tortura. Los cadáveres se apilaban unos sobre otros y la sangre de los inocentes salpicaba las baldosas. Los diablos no parecían tener piedad con sus enemigos, y los masacraban de las formas más horribles e inimaginables. Rompían sus miembros a golpes, los degollaban con el filo de sus espadas y decoraban con sus tripas los caminos de piedra. Algunos incluso se tomaban su tiempo para saborear la victoria y los devoraban, hundiendo sus afilados dientes para desgarrar la carne fresca de los Asgardianos.
Aquellas prácticas resultaron repulsivas a los tres príncipes, que lucharon por disimular el malestar que les causaban aquellas visiones.
—¡Rápido! ¡Por aquí!— indicó Balder al escuchar el más mínimo signo de lucha en la lejanía. Cuando llegaron a la taberna que tantos recuerdos les traía a los dioses, el mediano de los hermanos desenvainó su espada y se enfrentó con furia a los demonios que trataban de echar la puerta a bajo.
Loki, a pesar de que nunca seguía órdenes de nadie, decidió hacer caso de lo que Thor esperaba de él. Se adelantó a sus compañeros y entró por una de las ventanas del local para ayudar a Oleg y su hija Helga. Lanzó vario hechizos que aturdieron a las criaturas más cercanas y las sumieron en un estado de desorientación. No era difícil encantar el cerebro de unos demonios de menor poder, normalmente no eran capaces ni de pensar por sí mismos. Únicamente sabían luchar y destruir.
—Corred hacia la entrada de la ciudad dorada. —indicó Loki, con voz acelerada.— Os cubriremos la salida…
Los ojos del tabernero y su hija mostraron dudas durante un instante, puesto que era el dios de las mentiras quién se había dirigido a ellos. El mismo que había reinado cruelmente la ciudad de Asgard durante dos largos años… finalmente, al ver que Balder y el mismísimo Thor estaban de su parte, decidieron armarse de valor y correr por sus vidas.
De pronto, el embaucador se dio cuenta de que su hermano Thor estaba lidiando con demasiados demonios a la vez, y decidió seguir el impulso de su corazón. El mismo corazón con el que consideró al tronador, tiempo atrás, su mejor amigo.
—Veo que necesitas un poco de ayuda, hermano… —susurró el dios de las mentiras a espaldas de Thor. El moreno colocó firmemente su espalda contra la del rubio, para evitar que las criaturas les atacaran de forma desprevenida.— ¿Quién lo diría? ¿No eres suficiente fuerte y valiente para derrotarlos a todos?
El dios de las mentiras susurró algo en el idioma rúnico que ninguno de los presentes fue capaz de interpretar. Pero una bola de energía negativa empezó a formarse en la palma de su mano, con intención de lanzarla al primer demonio que se abalanzara sobre ellos...
Parte de Dalae y Brunilda:
Cuando las cuatro mujeres y el lobo llegaron al encuentro de Karnilla, la mujer se adelantó a sus tropas para poder hablar con ellas justo antes de iniciar el ataque. Estaba rodeada y escoltada de una inmensa horda de demonios y diablos poderosos, que a la mínima orden empezarían a atacar a sus enemigos sin escrúpulos.
Ante la cháchara, la reina de las nornas dejó escapar una terrible y ruidosa carcajada, que resonó temblorosa por todo el campo de batalla.
—¿Ah, no? ¿Y por quién lucháis? ¿Por Balder? — preguntó interesada, mordiéndose el labio inferior de forma juguetona mientras se imaginaba a su amado luchando no muy lejos de allí. Ya había sido advertida por su presencia gracias a la anciana Haag, pero… ¿Por qué no había venido en persona a su encuentro? No le gustaba andar jugando al escondite a aquellas alturas de la vida…
—En cualquier caso… vosotros ya sois historia...— pero antes de que la bruja lanzara su mortal hechizo, Brunilda hizo aparecer una lanza de la nada, y la arrojó con furia hacia la reina de las nornas, con la intención de atravesarle la cara. El conjuro que Karnilla tenía preparado se desvaneció cuando intentó esquivar el ataque directo a su bello rostro. Eso provocó aún más la ira de la mujer, que empezó a impacientarse.
—¡Adelante!— ordenó a su ejército demoníaco, con una furia de mil truenos. Los soldados empezaron a marchar en dirección a Brunilda y sus aliados, con la intención de rodearlos para cerrarles el paso y que no tuvieran ningún hueco por el que escapar.
La reina susurró en voz baja y con rapidez los encantamientos que tenía bailando por su mente. Primero de todo, creó una cúpula semitransparente que la protegería de cualquier ataque físico, como el realizado anteriormente por la valquiria. Un segundo más tarde, impregnó sus manos de las más peligrosas llamas del infierno y las lanzó en forma de proyectiles de fuego contra Dalae y el resto de sus enemigos.
Conforme iban avanzando, los demonios se hacían cada vez más con el control de la situación. Eran demasiados enemigos para ellos, así que debían concentrar sus fuerzas en debilitar a Karnilla si querían detener aquel ataque en masa y no perecer en el intento.
FDI: ¡Alzad vuestras armas, jugadores! Podéis describir con libertad como vuestros personajes luchan con varios demonios y los vencen, mientras eso no suponga la derrota de Karnilla.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 24th Enero 2019, 21:02
-Ten cuidado y no hagas ninguna tontería…Te necesito con vida.-Eso era todo lo que el dios del engaño le había dicho, después de escuchar a todo aquel que quiso protestar. A Dalae no le molestó la brusquedad de sus palabras: Tenía razón, y sabía que eso sería lo máximo que se podía obtener de él en ese momento. Loki jamás había sido precisamente expresivo, y la situación no ayudaba, con un mundo al borde del colapso y una audiencia frente a la que no se podía mostrar debilidad. Pero ella no lo necesitaba. No después de todo lo que había pasado el día anterior. -Lo mismo digo, maestro...-Le había respondido en un susurro antes de que volara junto a sus hermanos, sabiendo que seguramente estaba tomando un camino más peligroso que el suyo.
Había pasado un rato desde entonces, y la chica morena seguía teniendo intención de seguir ese consejo. Era muy consciente de su propia debilidad, sabía que las fuerzas que en el pasado le habrían permitido tener alguna oportunidad de enfrentarse físicamente a los demonios habían desaparecido. Pero, a cambio, había ganado el don de la magia, y no pensaba desaprovecharlo.-¿Ah, no? ¿Y por quién lucháis? ¿Por Balder?-No le contestó, aunque sí tomó nota. Estaba ocupada conjurando, y agradeciendo internamente la rápida reacción de Brunilda. Con un poco de suerte, ese ataque directo centraría la atención de Karnilla en la rubia… Aunque poco importaba eso, ya que los demonios estaban empezando a rodearlos, y la reina de los Norns se había cubierto con un escudo para volver a preparar otro hechizo. ”-Ya casi está...”
Unas últimas palabras, un último movimiento circular, y el portal apareció frente a Dalae y Brunilda, tragando algunos de los proyectiles de fuego que Karnilla les había lanzado. ”-Justo a tiempo...”-Suspiró, aliviada. No estaba del todo segura de que fuera a funcionar… Pero la alternativa era mucho peor, y abrir el portal tenía otra función aparte de escudarlas de ese primer ataque. Raden también parecía estar más o menos ileso: Había sorteado las llamas convirtiéndose en bruma, pero había tenido que retroceder mucho en el proceso. La hierba seca estaba empezando a arder, y ese lugar no tardaría en incendiarse si seguían así… Por suerte, eso tenía arreglo.
”-Nuestro turno.”-La morena hizo un gesto con la mano, y una ráfaga de nieve surgió del interior del portal, apagando las llamas cercanas. Si alguna de sus compañeras miraba en su interior, vería que al otro lado había un páramo helado, con un cielo plomizo y una espesa tormenta de nieve que enmascaraba unas figuras inmóviles, vagamente humanoides, observando desde la distancia.
-Jotunheim...-Gruñó Raden, reconociendo su reino natal al otro lado. Y no sólo eso. Aquel era el lugar en el que Dalae lo había encontrado, hacía ya dos años. -Exactamente.-En el fondo, la magia elemental es sencilla. Es una cuestión de afinidades: Basta con estar en tu elemento para que la energía fluya mejor, para ser más fuerte. Y era eso lo que pretendía la aprendiz de maga: Aprovechar el frío y el hielo de Jotunheim en lugar de crearlos ella, para así ahorrar parte del esfuerzo que le costaba hacer magia en primer lugar y centrarse en lo importante. Hacer que Karnilla cayera, fuera como fuera. -¡Brunilda! No creo que tu lanza pueda atravesar ese escudo. -Apostada junto al portal, Dalae golpeó con el extremo de su báculo a uno de los demonios, congelándolo. Sabía que no tardaría en volver a la normalidad, así que para asegurarse, cortó su cabeza con un tajo limpio. Estaba lanzando una ráfaga de estalactitas cuando escuchó un crujido desagradable a su espalda, seguido un gruñido ya familiar. Ni siquiera se giró: No tendría que preocuparse ya por el demonio que había intentado atacarle por la espalda.
Pero sí por todos los demás. Si seguían así, acabarían agotadas, y solo sería cuestión de tiempo antes de que las tropas de Karnilla las sobrepasaran. Ni siquiera eso: Si dejaba de luchar por un momento, alguno de los demonios la alcanzaría. No apostaría por ella misma si eso llegara a pasar, la verdad. Tenían que acabar con la reina. Bloqueó con una barrera de hielo el zarpazo de uno de aquellos monstruos, sumando a la cacofonía un chirrido, y la proyectó hacia delante en forma de aguja para atravesarlo. Desde detrás de ese parapeto improvisado, Dalae probó a lanzar un proyectil de energía pura contra el escudo de Karnilla. No sabía si surtiría efecto, y aunque así fuera, la derrota de la Reina Bruja tampoco garantizaba nada.
Se preguntaba qué estaría haciendo el otro grupo… Estaba mal que ella lo pensara, pero sería el momento perfecto para un poco de intervención divina.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 6th Febrero 2019, 18:32
-Descuida- le susurró. Le dió un golpe afectuoso sobre el pecho haciendo una O con sus dedos pulgar e índice y luego impulsando al segundo dígito.
Acogió con agrado el toque amable de Thor. No la recordaba pero se había tomado un momento para dirigirle aquella palabras. Era bondadoso y considerado. Eso le agradaba de su amigo. Su considerable belleza física, característica racial asgardiana, era por mucho el menor de sus atributos.
Sin embargo, con Loki no podía permitirse el lujo de relajarse el más mínimo instante. Siempre estaba con sus maquinaciones y sus excusas buscando poder.
-Las tres madres- replicó Brunilda a Loki. Ellas eran las esposas de Odín. Personas en quien debía recaer el reina si su marido desaparecía. Pero aún quedaban muchos rastrojos de machismo en Asgard. Una imposición patriarcal de la herencia y la adquisición del trono que excluía de manera sistemática a las mujeres. Una hegemonía dominante formada únicamente por varones parecía ser.
Una vez divididos y cada uno de ellos en su terreno de juego, ellas se encontraron de frente con la reina de los Nors. Brunilda miró intensamente a su contrincante. Ambas féminas se conocían desde antaño. No era el primer intento de Karnilla de conquistar la Ciudad Dorada. Nornheim era una de las provincias asgardianas que estaba en contra del reinado de Odín. Su reina era una consabida enemiga de la Ciudad de Asgard y había intentado socavar el gobierno del Padre de todos. Odín había completado la expansión territorial de su Padre Bor, había anexionado a la Urbe ingentes tierras y circunscripciones colindantes. Muchos condados y naciones próximas rindieron pleitesía a Odín. Sin embargo, Nornheim le hizo frente y la Ciudad Dorada nunca pudo adueñarse de él. El reino de las Nornas era aguerrido, fuerte y grande. Sus bastiones nunca fueron sometidos.
- Por el bien mayor; soy representante de mi pueblo y del destino. Ningún hombre lidera mi lucha ni mi misión. - La miró con un gesto cansado y aburrido, no estaba para esas peleas verbales inútiles. No eran unas gatas adolescentes peleandose por el mismo macho. En su vida había mucho más que un amor de adolescencia no correspondido. Estaba terriblemente harta de que siempre se hiciera mención a los varones de su vida, como si no fuera tan hábil como ellos o como si sus esfuerzos contasen menos que los de ellos. Ella era un líder nata, una guerrera y la mejor valquiria. Eso se lo había ganado ella, no le había venido regalado por ninguna de sus amistades masculinas.
Sentía ira, enfado y enojo. El ardiente fuego que provoca la cólera. Tenía que reconducir ese sentimiento para aprovechar esa inusitada energía que producían los arranques de coraje. Una corazón ardiendo en llamas era poderoso si se aprovechando ese fuego consumido todo a su paso, dejando consumido al enemigo hasta las cenizas.
- Soy dificil de matar, bruja.- Comentó con tono jocoso Brunilda y se rió de forma sarcástica ante el rostro frustrado e iracundo de su adversaria. Que validase y aceptase la elección de Balder no hacía que sintiera el más mínimo aprecio por Karnilla.
La mujer de cabello negro azabache comandó a su ejército de demonios y les imperó a atacar. Sin sentirse amedentrada por el creciente aumento de las tropas enemigas, Brunilda dió varios paso adelante encarándose con los demonios. No esperó a que sus rivales arremetieron contra ella. La rubia asgardiana se lanzó directa al combate. En un ágil movimiento con su espada seccionó por la mitad al esbirro de Karnilla y su sangre negra y espesa salpicó la cara pálida de la valquiria. No tardó ni dudo en asestar otro golpe mortal a otra de los demonios, clavó con fuerza a Colmillo de Dragón en el vientre del enemigo desgarrando sus entrañas. A continuación con un corte limpio decapitó a otro enemigo. La guerrera sintió como su arma se complacía al bañarse en la sangre. Fuertemente la llegó el deseo de desatar todo el hambre y segar más vidas hasta quedar saciada la vorágine de deseo sangriento. De esta manera, fue causando bajas en las filas contrarias. No hacía más que matar pero no era suficiente. Nuevos enemigos aparecían con más rapidez de la que ella segaba una vida.
La reina les lanzó un ataque de fuego, que la bravía guerrera no detectó concentrada en su labor. Dalae abrió un portal que conectaba este reino con Jotunheim. La aliada de Loki se sirvió de la energía del elemento hielo que tenía dicho lugar para realizar sus conjuros. Mientras tanto, la honorable valquiria seguía despedazado enemigos.
Miró con un gesto interrogante a la joven bruja. Ella la impelía a que lanzara su arma contra la barrera de la reina. Su lanza no sería suficiente para romper un escudo mágico. Porque aunque la líder de las valquirias era una de las más hábiles lanceras de los Diez Reinos(por no decir la mejor), usaba una lanza de un metal corriente. No tenía el suficiente poder místico para contrarestar la hechicería de Karnilla. En ese tipo de casos y protecciones mágicas sí que sabía que como para romper un cristal, tienes que apretar con mucha presión en un pequeño punto. Para producir una grieta que se propagase y resquebrajase todo el mágico escudo. Dalae tenía más conocimiento en el campo mágico que ella. Por eso la rubia supuso que igual buscaba distraer al enemigo. La aprendiz de Loki era usuario de ese talento. Brunilda solamente estudio aspectos teóricos en la Academia Asgardiana sobre magia hacía ya largo tiempo. Por lo que debía saber que con su lanza no conseguiría nada.
-Resiste y golpea hasta que rompa. ¿No siguen usando ese lema en la academia?-
Aunque a la guerrera no se le daba bien jugar en equipo. Llamó a su lanza y rápidamente asumió perfectamente la postura que requería el arma arrojadiza. De forma bella y mecánica, hizo un movimiento ligero hacia atrás para coger impulso. En el último segundo antes de lanzar cambió de arma. Invocó a Colmillo de Dragón y la arrojó al escudo de la bruja.
- Ruge y despedaza, Colmillo de Dragón- comandó la asgardiana a su feroz y sádica espada.
Mediante su vínculo transmitió a su espada el deseo de no dañar a Karnilla. Había que detenerla. No podía manchar sus manos con la sangre de la de Reina de los Norns. Balder era su aliado, su amigo y le guardaba un gran cariño no se perdonaría herir su corazón matando a la dueña de sus anhelos.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 17th Febrero 2019, 20:28
El sonido de los gritos comenzó a inundar el ambiente, la parte guerrera del dios del trueno supo de inmediato la cruel realidad. La parte de la población de Asgard que no se dedicaba a la batalla sería la primera en perecer...
Víctimas inocentes caerían bajo esas fuerzas diabólicas puesto que era una guerra y como en todas hay bajas. Su instinto lo sabía desde siempre pero pese a ello, pese a todo él era el protector de los reinos y no lo permitiría. Intentaría salvar a todos a todos los que pudiera y de los que no sé vengaría. No por sed de venganza sino para que ningún otro ser pueda sufrir a manos de ese ejercito de las tinieblas.
Se aseguraría que su pueblo vencería esa crisis como en anteriores ocasiones y se antepondría ante cualquier adversidad. Tenía que protegerlos a todos aunque tuviera que perder la vida en ello.
Sin perder más tiempo, salieron rápidamente los tres hermanos a cumplir su misión como príncipes de su reino. Se dirigieron en la dirección de las llamadas de auxilio pero ni en sus peores pesadillas podían haberse encontrado con una escena tan grotesca. Los demonios se estaban deleitando con sus víctimas, disfrutándolas verlas sufrir.
Ante la imagen el dios tronador se quedo dejo paralizado y vio a sus hermanos intentar mantener la compostura. Notaba como se sentían porque él lo estaba experimentando en sus propias carnes. No era por el miedo sino por la ira que le corroía las entrañas al toparse con los demonios devorando sus víctimas sin contemplaciones.
Sabía en su mente que habrían bajas y pese a ello, deseaba en lo más profundo de su alma haber podido salvar aquellas personas que en ese instante eran un cumulo de sangre y huesos machados.
Sus hermanos actuaron rápidamente y él no se quedo atrás, cogió toda su fuerza y arremetió contra un demonio que estaba terminando de devorar a su víctima. Sorprendió al ser por la espalda, sujetándolo por el cuello y dirigiéndolo hacía el suelo. Sostuvo con fuerza el mango del martillo dejo caer sin piedad el arma aplastando el craneo del monstruo.
Varios seres del averno vieron como su camarada caía víctima del asgardiano, el joven dios les ofreció una sonrisa para provocarlos.
- Vaya, así que esta es la gran fuerza de los demonios... La recordaba algo más poderosa- les dijo con sorna- Parece que sólo sois capaces de vencer a gente más pequeña que vosotros... Me habéis cabreado y mucho. No voy a dejaros marchar a ninguno de vosotros. Por cada víctima me cobrare una vida vuestra. Espero que hayáis disfrutado del banquete porque ahora viene el postre con espectáculo final.
Los demonios de su alrededor comenzaron lanzarse sobre el dejando de esta forma a los aldeanos en paz. Su plan había funcionado, ya que deseaba ser el centro de atención de esos bichos asquerosos. De esta forma, los asgardianos podrían escapar.
Un demonio intentó agarrarlo por la espalda pero el dios del trueno le arranco el brazo sin contemplaciones. Su sangre serbia en el fulgor de la batalla...
Necesitaba cubrir sus espaldas, ya que esos engendros aprovecharían cualquier oportunidad para abalanzarse sobre él. Confiaba en su fuerza pero no podía ser temerario ni estúpido... Era gracioso porque eso se lo había dicho su padre hace décadas. Les demostraría a todos, que ya no era ese joven cabeza loca sino un guerrero.
Sintió algo en su espalda que se apoyaba con fuerza pero con compañerismo... Sin verlo sin escucharlo, sabía que era Loki. Era de agradecer que su hermano se tomara las cosas enserio.
—Veo que necesitas un poco de ayuda, hermano… —susurró el dios de las mentiras a espaldas de Thor. El moreno colocó firmemente su espalda contra la del rubio, para evitar que las criaturas les atacaran de forma desprevenida.
- Me alegro de que me cubras las espaldas hermano- dijo con alegría
— ¿Quién lo diría? ¿No eres suficiente fuerte y valiente para derrotarlos a todos?
- Es que les he dado un discurso y creo que ahora mismo vienen todos a por su ración de galletas- le dio un codazo amistoso- Dejando las bromas a un lado hermano... No quiero dejar escapar a ninguno. No quiero que más víctimas inocentes perezcan en esta guerra. ¿Estás de acuerdo conmigo?
Thor y Loki, espalda con espalda se preparaban para arremeter contra todo demonio que se les acercará. Era como en los viejos y buenos tiempos donde eran hermanos.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 28th Julio 2019, 18:02
Parte de Dalae y Brunilda:
Desde su posición de superioridad, Karnilla veía el combate como si de algo ajeno a ella se tratara. Los demonios no paraban de aumentar en número y no tardaron en rodeaban a sus tres enemigas y al lobo, eliminando cualquier vía de escape. La bruja lanzó una traviesa carcajada al aire, si la cosa seguía así, la batalla terminaría antes de lo esperado, sin ni siquiera haberse manchado las manos de sangre.
—Por el bien mayor; soy representante de mi pueblo y del destino. Ningún hombre lidera mi lucha ni mi misión.
— Quizás no sea un hombre… pero sí es el amor por él y por tu pueblo… — susurró la mujer de cabellos oscuros y rizados. Y con un gesto de muñeca, volvió a lanzar una ráfaga de bolas de fuego en dirección a la Valquiria.
Brunilda no vio venir el mágico ataque, pero por suerte Dalae sí. Como usuaria de la magia, hizo bien en traer a su elemento más útil al fulgor de la batalla. La aprendiz de Loki consiguió abrir un portal directo a Jotunheim, el reino dónde había nacido su maestro, y su compañero Raden. El fuego demoníaco desapareció, tragado por la tormenta de nieve que asomaba por el portal, como si de un agujero negro se tratara. El granizo y la ventisca adornaron con un hermoso manto blanco las tierras del padre de nadie, y Dalae usó ese poder para defenderse del fuego de los demonios.
— ¿Jotunheim? — gritó la reina de las Nornas — ¿Cómo te atreves? — pareció entrar en cólera con aquel giro de los acontecimientos. La encantadora suprema utilizó sus habilidades mágicas para cerrar el portal, antes de que ningún gigante de hielo fuera capaz de penetrar por el umbral. — Me aseguraré de destruir ese reino una vez conquiste Asgard… — explicó, con un deje de odio en su voz. — Ningún gigante de hielo volverá a hacerme prisionera jamás…
Karnilla había dejado de divertirse con las marionetas de Odín, y decidió pasar a la acción. La mujer voló por encima de sus enemigas y sus manos empezaron a cargarse peligrosamente de energía mágica. Cuando vió que Brunilda iba a lanzarle de nuevo su lanza, la sonrisa de la mujer se acentuó.
—¿Piensas que tu estúpida arma mortal podrá hacerme daño? — rió, sabiendo que no tenía nada que hacer contra el escudo protector que envolvía su cuerpo y la protegía de cualquier ataque.
Pero de pronto, Dalae surgió de la nada, lanzándole a la vez su proyectil de energía pura. A mitad de camino, la lanza de la valquiria se convirtió en colmillo de dragón, y para sorpresa su sorpresa, el arma encantada y el proyectil mágico hicieron mella en su escudo, que empezó a resquebrajarse.
—¿Qué es esto? — de pronto, un rayo oscuro como el abismo impactó también en el escudo e hizo caer a Karnilla de su pedestal en el aire. Parecía que todo el mundo se había olvidado de que la diosa de los muertos, Hela, también estaba luchando contra la bruja.
El cuerpo de Karnilla se perdió entre la oscura y rojiza masa de demonios, que estuvo a punto de engullir también a nuestras improvisadas heroínas. Cuando de pronto, un camino a sus espaldas se abrió a espadazos. Cuatro guerreros Asgardianos aparecieron en el mejor momento para socorrerlas.
—¡Rápido! ¡Por aquí! — gritó la hermosa y valiente Sif. Detrás de ella estaba Frandal con su encantadora sonrisa. Y Hogun y Volstagg, a su espalda, lidiando con los demonios que trataban de cerrarles el camino de huida.
Dalae, Brunilda, Hela y Raden siguieron a los amigos de Thor hasta alejarse provisionalmente de la marabunta insana de demonios. En la lejanía, ya se podía divisar la ciudad de Asgard con su enorme puerta dorada. A su alrededor, se habían congregado cientos de civiles a los que Thor, Balder y Loki habían salvado de una muerte segura. Seguían a la espera de que el padre de todos les abriera la puerta y les refugiara en su ciudad.
De pronto, el suelo tembló, y la ira de Karnilla creció hasta que nuestros héroes la volvieron a divisar en el aire.
— Veo que habéis llamado a más de vuestros amiguitos… ¿Es que no erais suficientes para enfrentaros a mí? —exclamó, con poderosa soberbia. Se sentía humillada y mancillada por aquellas mujeres que la habían hecho caer. — Voy a tener que daros una lección... — el rostro de la reina se veía cada vez más demacrado por la ira. Juntó sus manos y susurró en el idioma de las runas nórdicas para realizar un nuevo y poderoso conjuro.
Frente a ellos, apareció un oscuro portal. Del tenebroso umbral se asomó una gigantesca figura metálica que Brunilda reconoció al instante. Era la armadura encantada que una vez había pertenecido a Odín.
El Destructor empezó atacando con fuerza. De sus ardientes ojos salieron unos mortales rayos de energía que impactaron en el suelo que había bajo los pies de la Valquiria y sus amigos. Frandal y Volstagg salieron disparados por el aire y aterrizaron a varios metros lejos del campo de batalla. Mientras que el resto de presentes, consiguieron esquivar a duras penas el fulminante ataque, que había convertido el suelo firme en un enorme cráter negro.
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Parte de Thor:
Los demonios se exaltaron ante la intervención de los tres hijos de Odín. Algunos, los más pequeños, decidían cambiar de dirección y huir por sus vidas, puesto que lo más probable era que quedaran aplastados bajo el poderoso martillo del tronador. En cambio, los más temerarios se abalanzaban sin pensarlo sobre ellos, con el deseo voraz de desgarrar su piel y saborear su sangre. Pero ningún demonio encontró el camino para hacer frente a Thor, Balder y Loki. A pesar de llevar tantos años separados, el trío de hermanos sabía coordinarse a la perfección cuando se trataba de repartir leña.
Los que respondían con furia a las provocaciones de Thor, terminaban siendo una mancha roja y negra bajo Mjolnir. Pero cada vez eran más los diablos que les rodeaban, esperando pacientemente a que se cansaran de luchar para poder engullirlos poco a poco en un remolino de desesperación. Pero los dioses no retrocedieron. Sus ojos brillaban, llenos de determinación, y su corazón no mostraba miedo alguno. Mientras tuvieran la atención de sus enemigos, los aldeanos supervivientes tendrían alguna oportunidad para escapar en dirección a la barrera mágica que rodeaba la ciudad dorada. Ellos eran los Vengadores de Asgard.
Balder cubría uno de los flancos mientras Loki y Thor estaban espalda contra espalda, protegiéndose mutuamente. No se esperaba aquel discurso amistoso por parte del tronador. Después de todo lo que había pasado entre ellos… el rubio se alegraba de tener al moreno a su lado. Y por alguna razón, eso le había arrancado una sonrisa.
—Es que les he dado un discurso y creo que ahora mismo vienen todos a por su ración de galletas —Thor le dio un codazo amistoso y Loki volvió a sonreír— Dejando las bromas a un lado, hermano... No quiero dejar escapar a ninguno. No quiero que más víctimas inocentes perezcan en esta guerra. ¿Estás de acuerdo conmigo?
Un rayo de energía negativa salió de la mano de Loki, y cruzó toda la estancia hasta desintegrar la fila de demonios que tenían delante, destruyendo parte de la pared de la posada.
— Vamos a repartir esas galletas… — asintió el embaucador. Sus ojos esmeraldas también estaban llenos de venganza. Ver a su pueblo masacrado de aquella manera tan violenta no le causaba ningún placer, aunque muchos creyeran lo contrario.
Aprovecharon el hueco que había formado el dios de las mentiras para salir de la posada y enfrentarse al resto de demonios al aire libre. Balder estaba cerca de ellos, agitando su espada en el aire con habilidad, mientras rebanaba las desdichadas cabezas de sus enemigos. Loki seguía cerca de Thor, lanzando sus poderosos hechizos y convirtiendo a los diablos en polvo y cenizas. En un momento de descanso de la ardua batalla, el embaucador decidió finalmente preguntarle a su hermano.
—¿Clint sigue contigo?
Aunque jamás lo admitiría en voz alta, el arquero se había convertido en alguien cercano a él. Durante el tiempo en que Loki y Hawkeye vivieron juntos, lo había considerado su compañero, su amigo, y ahora que notaba su ausencia, sentía una pequeña punzada de culpabilidad por todo lo que le hizo.
De pronto tuvieron que retroceder. Cada vez llegaban más y más demonios, y ahora que habían liberado a todos los aldeanos de sus garras, Balder, Thor y Loki decidieron correr en dirección al punto de encuentro.
La puerta a la ciudad de Asgard era del color del oro, adornada con runas nórdicas perfectamente grabadas en el metal pulido. A su alrededor, se habían reunido cientos de civiles que gritaban al unísono el nombre del padre de todos, suplicándole que les abriera la puerta para refugiar a su pueblo. Pero la barrera mágica seguía en pie, y Odín no había pronunciado palabra alguna. A lo lejos, los tres hermanos vieron a Dalae, Raden, Brunilda y Hela luchar contra algo gigantesco que no entraba en sus planes…
— No puede ser… — susurró horrorizado el hermano mayor. — Es el Destructor…
El ejército de Karnilla avanzaba sin piedad a pesar de que sus amigas resistían duramente. Minutos más tarde se unieron a la pelea Sif, Volstagg, Fandral y Hogun...Pero nada podía hacer frente a la gigantesca y poderosa armadura, que una vez había sido creada por Odín para destruir a los mismísimos Celestiales.
— ¡Maldita sea! ¡Tenemos que conseguir que Odín levante la barrera y resguardar a todos los aldeanos antes de que nos alcance el Destructor! — El dios de las mentiras miró entonces a su hermano. Por primera vez, Thor vio la duda y el temor en los verdosos ojos del embaucador. La debilidad no era algo que Loki mostrara fácilmente ante nadie. — Thor… llama a tu padre… Odín sólo te escuchará a ti.
El resto de hombres, mujeres y niños que estaban junto a los tres dioses, miraron a Thor con esperanza en sus ojos. Habían sobrevivido a la destrucción de su pueblo, pero muchos de sus amigos y familiares habían perecido durante la invasión. Ahora era los últimos que quedaban del pueblo de Asgard… y el dios del Trueno era el único que podía salvarles a todos.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 2nd Agosto 2019, 18:45
La valquiria continuó atacando con maestría y destreza a las tropas enemigas. Los demonios eran más a medida que el tiempo pasaba pero la guerrera siguió combatiendo con tesón. No dejó que la superación numérica del enemigo minase sus ánimos. Las tres asgardianas estaban siendo rodeadas por las tropas de Karnilla. La bruja rió creyendo que las había dado un jaque mate. Brunilda se enfureció al escuchar la risa de la bruja. Atacó a los enemigos de forma más rápida y brutal, con arrojo de energía que produce la ira.
- Mi pueblo resistirá por más que nos ataques.- Respondió con dignidad a la reina de los Norns.
La reina pensó que sus tropas acabarían con aquellas tres insensatas y el lobo que se atrevían a presentar batalla. Sin embargo, la altiva Karnilla no previó el ataque combinado de las tres para reducirla. Era algo bien sabido en estrategia militar que cuando las fuerzas del enemigo te sobrepasan tienes que lanzar tu ataque contra el líder. Como en el ajedrez en la guerra, cuando el rey cae el juego termina. Una sonrisa altiva adornaba el rostro de la rubia asgardiana cuando el escudo de Karnilla empezó a resquebrajarse.
- Es un arma que no deberías subestimar tan pronto. - Por qué un arma corriente podía servir para cubrir un ataque con Colmillo de Dragón.
La morena no había previsto que Dalae, Brunilda y Hela se pudieran coordinar para lanzar un ataque combinado. Eran enemigas y no se llevaban bien. Pero les unía la idea de salvar y ayudar a su pueblo. La energía del proyectil junto con la espada y el rayo oscuro despedazaron la protección mágica de Karnilla.
La ahora desprotegida reina, se vió afectada también por el incremento de las tropas demoníacas. No obstante, a las heroínas se las abrió un camino. Brunilda sonrió al ver a cuatro personas que conocía muy bien. Eran compañeros de armas, crianza y tal vez lo más cercano a lo que la rubia podía llamar amigos de infancia. Sif, Frandal, Volstagg y Hogun habían aparecido frente a ellas. Sif les invitó a seguirles. Brunilda hizo caso de las indicaciones de Sif. Ellas eran amigas desde hacía mucho tiempo. Se conocían y entendían. La valquiria confiaba en el juicio y el criterio de la otra guerrera asgardiana. Siguió a la morena por el camino que junto a los tres guerreros habían abierto. El camino que habían abierto los amigos de Thor, les alejó de aquel número creciente de demonios.
Aragorn que se encontraba también batallando con las fuerzas enemigas, al ver partir a su ama se deshizo de los demonios que tenía alrededor y alzó el vuelo para encontrarse con la valquiria.
De inmediato, Karnilla contratacó. La bruja se presentó donde se encontraban los héroes. Altiva les dirigió unas palabras. Se notaba que su anterior derrota la había enfurecido. El ego de Karnilla se vio afectado por la derrota y preparó un ataque destinado a hacer caer a sus rivales. La reina usó las runas y su poder mágico para lanzar un hechizo. La bruja había abierto un portal. De aquel agujero oscuro emergió un gigante de metal. Los ojos de Brunilda se abrieron de par en par fruto del asombro. No podía ser. Aquel artilugio devastador había sido activado. La armadura que el Padre de Todos había creado para matar dioses. Una formidable arma fruto de la ingeniería y la magia. El coloso lanzó el rayo destructor por los ojos que lanzó por los aires a Frandal y Volstagg. Los demás habían conseguido librar el ataque por los pelos.
El destructor era un enemigo formidable. Podía causar una ingente muerte y devastación si no era detenido. El artilugio que había sido creado para defender al pueblo asgardiano, había sido profanado y se usaba para destruirlos. Sin dudar la valquiria se puso en posición y atacó al monstruoso aparato. Clavó a Colmillo de Dragón en empresas pecho del gigante. Tenía que detener el avance de aquella armadura como fuera.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 2nd Agosto 2019, 23:41
Gracias a la ayuda de sus dos hermanos, los tres príncipes de Asgard pusieron rumbo hacía el punto de encuentro mientras batallaban, sin ceder, sin darles ninguna oportunidad a las criaturas enemigas. Debido a la provocación realizada, los demonios se centraron en ellos y dejaron de lado al pueblo. Los más sensatos de ellos dejaron de atacarles por temor a ser destruidos, pues cada ser que intentaba provocarle algún daño a cualquiera de los tres era masacrado al momento. No observaban ningún tipo de agujero en su estrategia de batalla.
Las carencias de batalla que podía tener cualquiera de los tres guerreros asgardianos era compensada, pues la combinación y la estrategia, pese a ser escasa, estaba dando grandes resultados. El tiempo transcurrido separados no había echo mella en ninguno, combatían como antaño en sus aventuras por los reinos bajo la protección del Gran Padre de Todos. Al tronador, esta situación le transmitía nostalgia pero no había tiempo para ponerse emotivos... Ya no eran unos críos al servicio de Odín que intentaban buscar su aprobación y admiración.
Ese viejo testarudo, seguramente estaría durmiendo en uno de esos estados espirituales de desconexión... Cómo detestaba esa parte de su padre y más cuando su pueblo estaba en peligro. Su comportamiento era censurable en todos los sentidos y seguramente después de tener una charla con el Padre de Todos... Recibiría una amonestación pero le daba igual. Estaba preparado para asumir cualquier tipo de castigo con tal de abrirle los ojos... Aunque fuera a golpes de martillo.
Mientras batallaban, Loki mostró una de sus facetas más profundas al realizarle la pregunta acerca del vengador arquero. Siempre desde pequeños intento evitar mostrar cualquier tipo de debilidad. En la mente del embaucador, tener amistad o mostrar cualquier tipo de afecto o sentimiento era una que deseaba ocultar.
Thor sabía desde que eran un par de mocosos que la forma de escudarse de Loki ante el mundo era esa. Nunca intento cambiar esa parte de su hermano problemático pues sabía que en el fondo había bondad en su alma. Aunque estuviera enterrada debajo de toda aquella cabezonería autodestructiva que a veces le sacaba de quicio.
Se giro para mirarlo y le guiño un ojo, pues no quería contestarle a la pregunta de forma directa, así de decidió torturarlo un poco.
- Creo hermanito que si deseas realmente saber cómo esta alguien deberías preguntárselo directamente...- le dijo con una sonrisa llena de picardía- No hace falta que me digas las cosas, nos conocemos desde pequeños junto con Balder. No voy a meterte el dedo en la yaga porque no es el momento pero creo que si una persona hace algo mal debe compensarlo de alguna forma aunque sea indirectamente.
Esperaba que ese comentario le calara y moviera su culo por querer saber sobre el vengador. Cuando se encontraron Loki, Clint y Thor, el guardián observo la relación de ambos. Incluso cuando decidieron atacarlo a la vez. No guardo ningún rencor a su camarada arquero favorito de batalla puesto que no tenía memoria... Los vio cómo amigos realmente. Cosa que su hermano del alma no reconocería ni aunque estuviera entra la espada y la pared.
Después de seguir avanzando entre las calles, llegaron a las grandes puertas doradas de la ciudad de oro de Asgard. Los ciudadanos se comenzaron a aglomerar cerca de las grandes puertas con deseos de ser protegidos.
La barrera mágica de Odín seguía en pie de guerra , el ejercito de Karnilla seguía avanzando sin vacilar y la guinda del pastel fue observar al guardían, el gran Destructor. La suerte no estaba de su lado ese día...
Su hermano comento:
— ¡Maldita sea! ¡Tenemos que conseguir que Odín levante la barrera y resguardar a todos los aldeanos antes de que nos alcance el Destructor! — El dios de las mentiras miró entonces a su hermano. Por primera vez, Thor vio la duda y el temor en los verdosos ojos del embaucador. La debilidad no era algo que Loki mostrara fácilmente ante nadie. — Thor… llama a tu padre… Odín sólo te escuchará a ti.
A Thor se le pusieron los ojos como platos ante la idea de Loki, pues parecía en su mente tan simple y lógica que no dudo en acatar su proposición. No podía perder nada por intentarlo.
- Padre de Todos, soy Thor, tu hijo el poseedor del martillo Mjolnir, guerrero y protector de los reinos... Me presento ante ti para solicitar que bajes la barrera para que tu pueblo sea salvado de ser masacrado!- dijo esperando una respuesta por parte de algo pero el silencio reino en el ambiente.
La ira le comenzó a subir por la garganta y pequeñas muestras de electricidad se apoderaron del ambiente. El cielo comenzó a mostrarse más oscuro, enturbiado como de tormenta.
Esta vez, se dejo de formalismos y dijo lo que realmente pensaba para provocarlo.
- Vaya, será verdad que al final te has muerto sentado en tu trono sin hacer la única cosa de la que eres responsable? Tu deber es con tu pueblo y con los reinos. Tu deber es protegerlos como nos has inculcado desde mocosos a tus hijos pero esta claro que todo era palabrería, no? - comentó de forma despectiva y agarrando el martillo golpeo la barrera sabiendo que no produciría ningún efecto, necesitaba descargar su mal humor y frustración... la barrera era perfecta.
Continúo hablando a su padre y esperaba que todo lo escuchara:
- Si tu no proteges a tu pueblo lo haré yo. Por respeto a mis hermanos y todos los guerreros presentes que están arriesgando su vida por salvar esta situación... Los salvaré y si no los vengaré. Cumpliré con mi deber con Asgard. Aunque me cueste la vida, los protegeré a todos y no se podrá nunca decir nada sobre si soy digno o no!- dijo volviendo a golpear la barrera con rabia pero sin descanso, volcando cada pizca de su alma en cada golpe.
Vio las caras compungidas de su pueblo y en su mente sólo pensaba en que Odín podría levantar la barrera pero prefiere estar durmiendo como ha ocurrido en anteriores veces. Maldito sea pensó el tronador mientras el ambiente se iba cargando más.
Golpeaba mientras gritaba...
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 5th Agosto 2019, 17:38
Era una lástima que Hela, Brunilda y ella no cooperaran más a menudo.
Era entendible, por supuesto. La reina del Nflheim tenía cosas más importantes que hacer la mayor parte del tiempo, a Dalae no le gustaba demasiado estar acompañada, y la valkiria odiaba a las otras dos lo suficiente como para evitarlas o enfrentarse a ellas cada vez que las veía. El mero hecho de que se las hubieran arreglado para hacer enemigo común dejaba clara la seriedad de la situación… Y lo mismo se podía decir de la intervención de los Tres Guerreros, acompañados de Lady Sif. A pesar de que las tres mujeres habían logrado hacer caer a Karnilla, no habían conseguido derrotarla por completo, y la multitud de demonios les impedía darle el golpe de gracia. De hecho, llegó un punto en el que fue imposible hacer cualquier cosa que no fuera pelear por mantener a los demonios a raya.
Por suerte, los refuerzos llegaron, permitiéndoles salir del centro de la horda de demonios y reagruparse en una zona ligeramente más elevada, desde la que podían divisar tanto a sus enemigos como la ciudad en la distancia. Balder, Thor y Loki debían de estar ya delante de las puertas, junto con toda esa gente… Pero el mero hecho de que siguieran ahí ya indicaba que algo había salido mal. La cúpula de luz dorada que rodeaba Asgard no se había abierto, tal y como Loki había predicho. -Veo que el Padre de Todos quiere a sus hijos tan poco como siempre.-Bufó Raden, antes de arrojarse sobre uno de los demonios que se estaban empezando a acercar demasiado para su gusto. -Debe de estar durmiendo.-Musitó Dalae, el resentimiento impreso en sus palabras. -Porque si no lo está haciendo… No entiendo por qué aún no ha hecho nada.-Todo el mundo sabía que Odín era un estratega. Alguien frío y calculador, que había convertido Asgard en un reino temido y respetado entre los Nueve gracias a sus campañas. Pero la gran mayoría de las cosas que había hecho, al menos hasta donde la asgardiana sabía… Habían sido por el bien de sus súbditos, por horribles que fueran. O al menos, eso parecía desde fuera. Porque la realidad era que muy pocas personas (si es que había alguna) sabían con seguridad qué ocurría en la cabeza del hijo de Bor. Si estaba dejando morir a su gente adrede… Sus motivos serían tan incomprensibles como la cacofonía de gritos y blasfemias que los demonios les lanzaban mientras peleaban con ellos.
No era una perspectiva tranquilizadora.
Veo que habéis llamado a más de vuestros amiguitos… ¿Es que no erais suficientes para enfrentaros a mí?-Ah, ahí estaba por fin. Le había costado un poco recuperarse… Quizás no fuera tan fuerte como Dalae había calculado desde el principio. Sin embargo, lo que sí estaba era enfadada… Y eso significaba que, si bien era más peligrosa, también era más probable que cometiera errores. -Seis asgardianos, una diosa y un jotun contra una reina Norn y un millar de demonios… No tenemos honor alguno, desde luego. Cómo nos atrevemos a...-Un destello de magia helada surgió de la punta de sus dedos, estrellándose contra la cabeza la cabeza del demonio que tenía más cerca. -...Abusar de los débiles así. Odín debería desterrarnos por esta injusticia.-No estaría mal, a decir verdad. Así, al menos quedaría claro que el Padre de Todos prestaba atención a lo que estaba ocurriendo… En lugar de dormir o centrarse en algún plan incomprensible.
Por poco que le gustara a Dalae, necesitaban su ayuda. Especialmente cuando el Destructor entró en escena, y sus rayos de energía alcanzaron a dos de los Tres Guerreros. Frandal y Volstagg habían sufrido ataques peores, pero aún así, a nadie le gustaba ver a unos de los mejores guerreros de Asgard derribados de un solo golpe. Especialmente si estás en su bando, aunque fuera temporalmente.
Sobrevivirían, Dalae estaba segura. Pero dudaba que se pudiera decir lo mismo de ella: Gracias a su conexión con Raden, su cuerpo se había vuelto casi tan débil y quebradizo como el de los midgardianos, y no quería imaginarse qué haría una de las armas secretas de Asgard con ella si le daba la oportunidad. No podía arriesgarse a ser alcanzada… Y, por lo tanto, luchar directamente le resultaba imposible.
Era una suerte que otra persona estuviera dispuesta a hacer el trabajo sucio por ella. Brunilda no dudó en correr hacia la armadura encantada, esquivando los rayos que surgían de su yelmo, para hundir a Colmillo de Dragón en su pecho. Pero… No era suficiente. El Destructor sólo se detuvo un instante, lo suficiente como para siquiera reparar en el ataque, antes de arrancar la espada de su pecho y, con el mismo gesto con el que la lanzaba lejos… Golpear a Brunilda en la cara, lanzándola varios metros hacia atrás.
La aprendiz de Loki mentiría si dijera que no lo había disfrutado al menos un poco.
-A veces os parecéis demasiado.-Gruñó Raden, volviendo junto a ella justo a tiempo para ver cómo la más joven del grupo hacía crecer alas de hielo en su espalda. Ambos sabían de qué estaba hablando, pero Dalae no respondió nada. Por un momento, los demonios parecían haberle dado un descanso… Y pensaba aprovecharlo para atacar a su reina, obviamente. Tenía un plan, y viendo la situación, no perdería mucho mas de lo que ya habían perdido por intentarlo. -Quédate en el suelo. Si algún demonio intenta dispararme para hacerme caer, mátalo. ¿Crees que podrás hacer eso?
-Puedo hacerlo. Pero empiezas a hacer que no quiera, niña.-Respondió el lobo, la ironía resonando como un eco en su voz. La bruja se había acostumbrado a las “sonrisas” que formaba a veces, pero no pudo evitar sentir un escalofrío al ver sus fauces manchadas de icor negro. -Me basta con eso.-Con un movimiento brusco de sus alas de hielo, la aprendiz alzó el vuelo, y se dirigió sin dudarlo hacia Karnilla. No necesitó esquivar ningún proyectil desde el suelo: A pesar de todo, Raden estaba haciendo su trabajo; y el Destructor estaba demasiado ocupado encargándose de los asgardianos y la diosa que se le oponían en tierra como para mirar arriba. Sus únicas preocupaciones eran la tormenta que tan rápido se había empezado a formar en el cielo… Y Karnilla en sí misma. ¿Cómo se habría hecho con el Destructor? En principio, debería estar en las bóvedas de Odín, junto con el resto de los artefactos mágicos que el Padre de Todos guardaba para precisamente esa clase de situaciones. A menos que la Colisión de Mundos lo hubiera hecho aparecer en algún lugar menos seguro… Robarlo tenía que haber sido una empresa casi imposible, incluso para alguien como Karnilla.
Ojalá eso hubiera consumido una buena parte de su magia. Así, tendrían menos con lo que lidiar ahora.
Sus manos se llenaron de energía blanca azulada mientras preparaba su magia, antes de lanzarla hacia el cuerpo desprotegido de la reina bruja sin aminorar la velocidad a la que volaba. -No me puedo creer lo que ven mis ojos… ¿La poderosa Karnilla, demasiado cansada para crear otro escudo siquiera?-Otro disparo, y Dalae se “paró” delante de ella, batiendo sus alas translúcidas para mantenerse en posición. -¿O quizás demasiado asustada de que volvamos a romperlo, y hacerte caer como para seguir luchando por tí misma?
Era una locura. Dalae era completamente, dolorosamente consciente de ello. Pero… ¿Cuántos habían muerto ya? ¿Cuántos más morirían, si Odín no abría las puertas y los asgardianos se encontraban entre los muros de su propia ciudad y los colmillos de los demonios? Tenían que acabar con eso cuanto antes. Por su propio bien, por los centenares de asgardianos a las que los dioses habían abandonado… Y por la persona a la que tenía que encontrar, a pesar de que estuviera a cientos de mundos de distancia.
Karnilla no tardó en responder a la provocación. Dalae observó con atención sus gestos, las runas que se trazaban en sus dedos a medida que recogía energía en sus manos y le daba forma para materializar un ataque. Su ira le impedía pensar mucho más allá de un rayo de energía simple: Al fin y al cabo… No necesitaba más para quitarla de su vista, ¿verdad?
Cierto.
La hechicera de hielo sabía que era frágil. Sabía que Karnilla lo sabía, y que por lo tanto, seguramente la subestimara lo suficiente como para no esperar ninguna artimaña… Y eso era algo que ella podía aprovechar. En un instante, sus alas de hielo se quebraron, haciéndola caer antes de que el rayo de energía mística la alcanzara. Así, el ataque pasó de largo… Hacia lo que lo que la chica morena tenía justo detrás: El Destructor. La nube de polvo y cenizas hizo casi imposible saber si el ataque había dado en su nuevo blanco en el momento, pero al menos, sirvió de distracción. Justo lo que necesitaban en ese momento. Con un poco de suerte, eso haría tambalear el control de Karnilla sobre la armadura, y les daría algo de tiempo.
Los demonios sintieron una corriente de aire frío sobre sus cabezas cuando Dalae regeneró sus alas en el aire, para volar con ellas rápidamente hacia donde estaban los demás. No sabía si su plan había tenido todo el éxito que habría querido, pero fuera como fuera, no podía quedarse sobrevolando ese mar de monstruos. No con una flecha saliendo de su hombro. Un quejido salió de sus labios cuando usó su magia para cortar el asta y congelar la zona, tratando de minimizar los daños e inmovilizarse. Alguna de esas… Cosas debía de haberle acertado mientras caía antes de que Raden se hiciera cargo de él. Dolía, pero todo lo que podía hacer en ese momento para mitigar el dolor era repetirse que podría haber sido peor, y que probablemente Loki la curara cuando se reunieran. Tanto su voz como la mancha roja delataron su herida, a pesar de que sus palabras estaban tan cargadas de ácido como siempre. -Ngh… No es que crea que no podéis detener al Destructor tan fácilmente...-Sí que lo creía. -Pero deberíamos salir de aquí. No sé vosotros, pero yo diría que esta tormenta que ha aparecido de repente… Podría significar algo. O bien Odín nos ha escuchado de una vez... O Thor está a punto de aplastar algo. Y ambas nos interesan.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 8th Agosto 2019, 01:48
FDI: El grupo se ha reunido de nuevo, así que Dalae, Brunilda y Thor presenciarán todo lo que se escriba en este post:
No era momento para dar lecciones morales, y Loki no se tomó demasiado bien la contestación de su hermano acerca del vengador arquero. Quizás había desvelado demasiado rápido su preocupación, y no quiso que Thor se burlara de él. No quería que pensara en ningún momento que había sido su amigo. Ni siquiera el propio Loki era capaz de admitir sus verdaderos sentimientos, y jamás lo haría delante de su hermano. Pero las palabras de Thor le dieron una idea. Quizás podría ir a buscarle y comprobar por sí mismo el estado de Clint Barton. Si salían vivos de aquella batalla, claro está.
—Vamos, viejo cabezota… abre la maldita puerta...— susurró Loki con rencor en su voz, escuchando atentamente el discurso de su hermano. Pero no pareció funcionar. Thor se fue calentando cada vez más y más, hasta que al final, una nube de tormenta formada por la ira del hijo de Odín los envolvió, y el rubio empezó a golpear la barrera dorada duramente con su martillo.
Loki le observó, atónito, sin saber a qué atenerse. Odín no se dignaba ni a contestar. El padre de todos no hizo absolutamente nada, ni siquiera mostró un atisbo de interés a lo que estaba sucediendo a las puertas de su gran ciudad dorada. ¿Pero qué sentido tendrían un puñado de edificios bonitos si quedaban vacíos? ¿Qué sería de Asgard sin su pueblo? ¿Necesitaba el segundo ojo para ver la gravedad de la situación? A este paso, Odín gobernaría sobre un puñado de ruinas… igual que la visión que tuvo del Viejo Loki.
—Esto es culpa tuya, mentiroso— espetó Sif, con rabia contenida. La mujer nunca se había fiado del dios del caos, y nadie la culpaba por ello. Seguramente seguía enfadada por aquella vez en la que Loki cogió prestado su cuerpo sin su permiso, o cuando una noche le cortó sus hermosos cabellos dorados.— El padre de todos no nos dejará entrar mientras sigas aquí. Tu usurpaste el trono, y seguramente crea que estás aprovechando esta situación para traicionarnos de nuevo… no pienso permitirlo— contestó duramente la mujer guerrera, y sin pensarlo dos veces, apuntó con su espada al dios de las mentiras.
Loki palideció al instante, creyendo por un momento las palabras de la mujer de Thor. Sintió la culpabilidad anidar lentamente en su pecho, y pensó que quizás tenía razón. ¿Y si de nuevo, todo lo que estaba sucediendo era directa, o indirectamente, por su culpa? No podía negarles que lo había pensado por un segundo. Seguramente habría aprovechado la oportunidad de volver a sus retorcidos planes si Odín abría sus puertas. Pero realmente… ¿El Padre de Todos sería capaz de sacrificar a su pueblo por el error de un hijo?
—¿Padre de todos? — dijo con ironía— Si nos deja morir aquí no será Padre de Nadie. —escupió con desprecio las últimas palabras mientras miraba a Sif con determinación.
—No es momento de enfrentarnos entre nosotros.— calmó Balder, interponiéndose entre la espada de Sif y colocando su mano en el hombro de su hermano menor. Como siempre, el corazón del hijo mayor de Odín era el más comprensivo y bondadoso.— Padre jamás nos abandonaría a la muerte, esperemos un poco más...
Pero la situación no cambió ni un ápice. El ejército de Karnilla seguía avanzando, marchando al tempo de los golpes del Mjolnir. Thor seguía intentando, una y otra vez, romper la barrera dorada que rodeaba la ciudad de Asgard. Los aldeanos se miraban unos a otros, atemorizados. La desesperación se olía en el ambiente. No querían morir. Todos esos niños, mujeres y hombres inocentes no habían hecho nada para merecer el desprecio del dios tuerto.
El Destructor seguía avanzando sin detenerse, arrasando todo cuanto tenía a su paso. Sus llameantes ojos rojos brillaban, esperando a tener el alcance suficiente para atacar a los asgardianos. Sus ruidosos pasos eran acompañados por los gritos de ira del resto de demonios y la melodiosa carcajada de la reina de las Nornas. Como si estuvieran componiendo un réquiem que le daría punto y final a sus historias.
Brunilda ya había agotado toda su paciencia esperando a que el Padre de Todos se pronunciara. Tampoco esperó a que se ideara una estrategia. Se abalanzó directamente contra la armadura encantada, llevando únicamente consigo la valentía sobre su pecho y a colmillo de dragón en su mano. De un brinco, llegó a donde estaba el gigante y consiguió magullar el pecho metálico con el arma, pero el Destructor la lanzó automáticamente por los aires de un manotazo. Pronto, Karnilla y su hueste de demonios les alcanzaría, y ya no habría escapatoria, a menos que Odín abriera las puertas...
— Eso es... —dijo finalmente el embaucador, como si acabara de tener una gran idea.— No muy lejos de aquí hay una entrada al Sueño de Odín… Podemos intentar escapar por allí. Es el único portal con el suficiente poder para dejarnos pasar a todos...— explicó, con la desesperación marcada en el rostro. Pero ninguno de los amigos de Thor le creyó, nadie quiso escuchar las palabras de un dios mentiroso.
—Lo siento, querido, pero esto ya no es mi problema...— respondió Tala, desvaneciéndose en cenizas. La bruja había decidido romper su contrato y huir de la forma más cobarde. Loki maldijo entre dientes, y después se dirigió a dónde seguía Thor golpeando la barrera. La primera oleada de demonios ya les había alcanzado, y Dalae, Raden, Brunilda, Balder, Sif, Hela, Volstagg, Frandal y Hogun tuvieron que volver a la batalla.
—¡Déjalo ya, hermano! ¡Tenemos que salir de aquí! ¡Si nos quedamos, moriremos!— se acercó con desesperación al tronador, colocando sus manos de hechicero en el fornido brazo del guerrero, tratando de detener un nuevo golpe contra la barrera— No conseguiremos nada con la fuerza, sólo lograrás cansarte…
Mientras, Dalae se enfrentaba a Karnilla, con intención de provocar a la bruja para que dañara sin querer a su propia armadura. El Destructor se tambaleó ligeramente ante el rayo de energía negativa que había lanzado la reina de las Nornas. Aquel movimiento resultó efectivo, teniendo en cuenta que la esencia de la misma Karnilla controlaba la armadura de Odín. Balder vio el momento perfecto para atacar, y se abalanzó sobre el Destructor. Brunilda, que estaba a su lado, se dio cuenta de que Karnilla empezaba a conjurar a sus espaldas, esperando el momento oportuno para vengarse de su antiguo amante. La mujer de cabellos dorados no dudó ni un instante, y apartó al hijo más querido de Odín de la trayectoria del conjuro. La magia de Karnilla paralizó el cuerpo de la Valquiria, dejándola suspendida en el aire, convirtiendo su cuerpo en una diana humana, a lo que el Destructor respondió con lo único que sabía hacer; destruir.
Nada ni nadie hubiera podido impedir lo que estaba a punto de suceder.
El mortífero rayo del Destructor traspasó la armadura completa de la Valquiria, dejando un enorme boquete en el centro de su cuerpo. Balder dejó escapar un grito de desesperación qué alertó al resto de sus compañeros. Atónitos, los que habían sido amigos de Brunilda se acercaron a socorrer su cuerpo, que aún luchaba con todas sus fuerzas por mantenerse con vida. La ira de Thor creció hasta el límite de abandonar lo que estaba haciendo para golpear con todas sus fuerzas la armadura encantada con su poderoso martillo. El Destructor quedó doblado por la mitad, y eso fue suficiente distracción para que Balder cogiera el cuerpo de Brunilda y lo alejara del combate. De pronto, Karnilla fue lanzada por los aires tras recibir un letal hechizo creado por Loki. Rápidamente, el embaucador se acercó a dónde se encontraba su hermano Balder, que abrazaba el cuerpo de la Valquiria entre sollozos.
—Por favor, por favor… no te mueras... Te necesito conmigo, Brunilda...— las lágrimas del primer hijo de Odín mancharon las mejillas de la rubia. Ella le devolvió la mirada con una débil sonrisa. No le quedaba mucho tiempo de vida, pero aún podía ofrecer unas últimas palabras a los que estaban presentes. Loki se agachó al lado de ambos asgardianos, y colocó sus manos temblorosas en la herida, manchando sus dedos con la sangre de la Valquiria. El embaucador usó todos los conjuros posibles para intentar salvarle la vida. Lo intentó con todas sus fuerzas, sosteniendo la mirada de la rubia, mientras una minúscula lágrima bajaba por su mejilla. Pero no existía ningún hechizo capaz de salvarla.
—Lo siento...—susurró finalmente el embaucador, al ver que ya no había remedio.—Perdóname… — y por un momento, el dios de las mentiras deseó que su relación con la Valquiria hubiera sido como la que tenía con Thor y Balder. Ojalá hubieran sido amigos y las cosas hubieran sido diferentes entre ellos. Ojalá le perdonara por todas aquellas veces que la había hecho enfadar, o la había intentado engañar. A pesar de sus diferencias, Loki nunca quiso que le pasara algo así...
Brunilda dejó escapar su último suspiro, y Balder cerró sus hermosos ojos azules, rezando para que el alma de la valquiria ascendiera a los majestuosos salones del Valhalla, donde le esperaba un festín en honor a su enorme valentía. Entonces, Loki notó una presencia conocida a sus espaldas. La diosa Hela observaba en silencio lo ocurrido. El moreno recordó las palabras de la reina de Niflheim antes de marchar a la batalla.
—Como siempre, mi lugar está con los muertos.
Ella lo sabía. Ella lo había sabido desde el principio. Y no había hecho nada para impedirlo. Loki se irguió y se enfrentó a la mirada de la mujer cadáver, a pesar de que en el fondo sabía que perdería aquella batalla verbal. El dios del caos conocía muy bien las pequeñas jugadas del destino, y si la historia necesitaba que Brunilda muriera, lo habría hecho tarde o temprano. Loki sabía cómo funcionaban aquellas cosas. Sabía que no importaba las veces con las que luchabas contra tu propio destino. El mismo acabaría por encontrarte y aplastarte bajo su yugo…
Cuando parecía que la situación ya no podía ponerse peor, el cuerpo del hijo mediano de Odín empezó a menguar lentamente. El musculoso cuerpo de Thor se volvió frágil y flácido, hasta convertirse en un crío que apenas llegaba al metro de alto. El tronador había invertido la mayoría de su energía golpeando la barrera y finalmente la había gastado enfrentándose al Destructor. Pero la armadura encantada no había quedado inutilizada del todo. El gigante de metal todavía era capaz de andar y lanzar rayos, a pesar de que se movía con dificultad.
—¡No escaparéis, malditos!— rugió Karnilla con un odio creciente en las entrañas. Se había recuperado del hechizo mortífero de Loki, y se notaba que le quedaban muy pocas energías para seguir combatiendo. —¡Todos seguiréis el mismo destino que la ramera de vuestra amiga!
La horda de enemigos contraatacó con más fuerza que nunca. Loki corrió hacia dónde se encontraba Thor, y lo sacó del campo de batalla, esquivando los flamantes ataques de los demonios. Intentó abrirse paso por el campo de batalla con la ayuda del resto de presentes, pero rápidamente se encontraron en un callejón sin salida.
De pronto, en medio del caos, cayeron del cielo tres figuras deslumbrantes que cegaron a los presentes y aturdieron a los diablos.
—Hola Loki. Espero que estés cuidando bien de “mi” espada...— se presentó Sigurd, con un tono lleno de ironía. Parecía que todavía no había perdonado al embaucador por haberle quitado la espada de la verdad en su último encuentro.
—Escuchamos tu llamada, querido.— saludó Amora la encantadora. Su mirada recorrió entonces a la magullada Dalae, mientras esbozaba una ligera sonrisa. — Y de veras, que me hubiera encantado ignorar tu mensaje...
—Pero Asgard es nuestro hogar… — añadió Lorelei— No podemos quedarnos de brazos cruzados. Así que… sentimos la tardanza...— se disculpó la pelirroja, guiñándoles un ojo.
El rostro de Loki se relajó al ver que sus antiguos compañeros de engaño habían venido a sacarles de allí.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 17th Agosto 2019, 17:34
Las circunstancias de la batalla habían vuelto a reunirlos. La situación parecía cada vez peor. Al ver emerger al destructor la valquiria decidió atacarle de inmediato para impedir o al menos frenar sus mortales ataques. Hasta que aquella máquina fruto de la magia y la ingeniería fuera inutilizada debían hacerle frente y resistir. si permitían que el destructor avanzase se perderían muchas vidas inocentes. Era un artilugio que había sido construido para enfrentarse a fuerzas muy superiores a las suyas. Tenía una potencia mortífera y destructiva sin igual. No podían permanecer parados mientras aquella amenaza seguía moviéndose.
El primer ataque de la valquiria fue infructuoso. Colmillo de Dragón no consiguió penetrar la dura coraza de la armadura encantada y esta la repelió como si fuera un mosquito. Brunilda se puso en pie enseguida. Su espalda había sido lanzada lejos estaba a punto de ir a recuperar su arma cuando se dio cuenta de un nuevo peligro. Karnilla había dirigido un conjuro hacia un desprevenido Balder. Sin pensarlo un momento, se introdujo en la trayectoria del encantamiento. Quizá hubiera conseguido desviarlo si hubiera contado con su espada mística. Pero estaba segura de que si hubiera intentado llevar al arma, no hubiera podido salvar al más valiente de todos los asgardianos de la ira de la reina de las Nornas. El cuerpo de la guerrera asgardiana quedó paralizado, vulnerable y muy suculento para cualquier tipo de ataque. Sin tener ni un momento para contraatacar, una rayo de energía del destructor atravesó de forma fácil su torso. Cuando el rayo del destructor traspasó su pecho y le dejó una ingente y grave herida sintió un devastador dolor. Ese sufrimiento cuando tu cuerpo es perforado en una zona vital importante. Pero el tortuoso dolor duró tan sólo un instante porque mientras su vida se apagaba empezó a sentir cada vez menos. En aquel momento, consciente de que su tiempo se acababa los recuerdos de su vida se agolparon en su cabeza.
Recordaba vivamente como había sido su entrenamiento para llegar tan alto en su casta. Dolor, lágrimas, agonía, sangre, tormento, huesos rotos y colapso. Luego me despertaría y comenzaría otra vez. Antes de los catorce años todos los huesos de mi cuerpo se habían roto. Eran regalos que debías apreciar y agradecer. Sanarás más fuerte. Era lo que cada día escuchaba postrada en mi cama con un indecible dolor recorriendo mi cuerpo. Porque para hacer a alguien fuerte hay que quebrarlo una y mil veces. Sumirlo en un estado de dolor y sufrimiento. Para aprender a no tener miedo, a asumir el dolor y que tu cuerpo aguante estados extremos y no se paralice ante nada. Día tras día de entrenamiento cayendo herida en el suelo como un manojo de sangre, lágrimas y huesos. Preparándose a cada momento para caer en batalla. Un guerrero debe estar preparado para el fin todos los días. Porque cuando llegue será sin advertencia ni misericordia. Siempre pensó que cuando se agota la vida y no hay más camino estaría sola. Pero no era así, en aquella ocasión. El valiente Balder había tomado su cuerpo antes de que cayera a la húmeda y marrón tierra. Sus brazos la sujetaban fuertes. Sentía el calor del cuerpo del hermoso guerrero mientras el suyo se iba tornando a cada instante más frío y yermo. Se sentía bien así. Era como quedarse dormida. Sus preocupaciones iban desapareciendo y en su mente sólo estaba Balder que la acompañaba en su último momento en Asgard. No le gusta decepcionar al valiente guerrero asgardiano pero ese era el final de su tiempo vital. Supo al entrar en batalla que aquel lugar era el que salía en el presagio en el que las Norns habían vaticinado su muerte.
- Es mi hora y lo acepto. - le sonrió era un partida bastante hermosa. Terminar tu existencia entre los brazos de una persona querida. Sus últimos momentos de forma dulce. Su mortal herida ya ni siquiera le dolía. Alzó de forma un tanto errático su mano para limpiar las lágrimas de Balder. No le gustaba ver su agradable y bello rostro entristecido por su partida. Quizá era el único momento en el que una valquiria se permitía ser algo más emotiva y sentimental.
Negó con la cabeza débilmente al ver los esfuerzo de Loki por sanarla. Sabía que sus esfuerzos eran inútiles. Era mejor que el hechicero usase su magia para quien todavía tenía esperanza. - Cuida de Thor. Me arrepiento de no poder llegar a ver su reinado.- Su cuerpo temblaba convulsivamente y su boca regurgitó sangre. - He sido feliz.- Así la vida se escapó de su cuerpo. Sus ojos permanecían abiertos y vacíos. Ese intenso azul que siempre había en ellos, ahora estaba apagado. Había querido mucho a sus compañeros asgardianos, a su gente y a su pueblo. Aunque no supiera cómo ponerlo en palabras. Esperaba que ellos hubieran entendido el cariño y el afecto que les profesó y les profesaría por siempre. Balder cerró sus ojos y siguió con la rubia en sus brazos.
Aragorn emitió un relincho que pareció un grito cuando la valquiria fue atravesada. Su enlace psíquico empezaba a desintegrarse. Supo enseguida que su adoraba ama iba a fallecer. Para el animal era no sólo un sufrimiento físico sino tanto emocional. Con presteza se dirigió hacia donde se encontraba su ama. Coceó bravamente el suelo para luego encabritarse entorno a Balder. Instó al guerrero a que dejase sobre la tierra el cuerpo de Brunilda. Cuando el castaño hubo depositado a la rubia en el suelo, el fiel rocín se agachó alrededor del cuerpo de su amiga. El caballo alado cubrió a la valquiria con sus alas unos instantes. Golpeó con su hocico el rostro de la rubia. Tan rápido como había acudido se fue. Desplegó sus alas y abandonó el campo de batalla. Asgard no era su hogar y aquella tampoco era su batalla. Él sólo estaba en el combate por ella. Muerta la causa de estar allí, no tenía sentido para el animal permanecer más tiempo en el lugar.
El alma de la bravía guerrera abandonó su ser, partiendo hacia el lugar donde era reclamada. Tres figuras féminas hicieron presencia. No eran visibles para los vivos. Ellas raramente hacían su aparición. No obstante, no era una situación corriente. Una de sus heroínas había perecido en batalla. Era el momento en que las tres entidades del destino cerrasen el círculo. Las tres mujeres se hicieron cada vez más presentes para la valquiria. Brunilda se dirigió hacia aquellas tres figuras. Le resultaban familiares. Al estar frente a ellas se dio cuenta que cada una de ellas era una tenía la apariencia de una figura importante en su vida. Una era el vivo retrato de las narraciones sobre su madre, otra era igual que Valautrata; su mentora y anterior líder de las valquirias, y la última era una antigua amiga y compañera de batalla. Eran idénticas físicamente pero Brunilda su de inmediato que no eran esas mujeres, simplemente vestían su piel.
- Nornas, podéis presentar vuestras verdadero rostro.- pidió la asgardiana porque no le agradaba que usasen las apariencias de sus seres queridos. Se sentía incómoda al ver a esas mujeres y saber que no eran ellas.
Urd, Skuld y Verdandi siempre aparecían en apariencias que su interlocutor conociera y le fueran amadas y cercanas. Pero ante la petición de su honorable guerrera, retomaron una de sus formas clásicas. Eran tres esbeltas y bellas mujeres de largos y pelirrojos cabellos. sus ojos eran de una azul cristalino y estaban ataviadas con resplandecientes túnicas doradas. La hermana de enmedio portaba un ovillo de lana dorado con el que tejían los hilos de la vida de las heroínas y personas relevantes para el cosmos, como era aquella beligerante y atractiva asgardiana que se encontraba en su presencia.
- Es el momento en que cortamos tu hilo y te liberamos de tu carga. Descansa, bravía y fiel Brunilda.- Su tono era extraño. Daba el aspecto de cariñoso y amable pero dejaba una resonancia y una sensación antinatural.
Las tres entidades del destino acompañaron a la asgardiana hasta su paraíso. Todo estaba bañado por una radiante y hermosa luz. Unos verdes y hermosos campos verdes llenos de coloridas flores empezaron a verse. Al fondo se perfilaba una aldea, llena de casas circulares y amenas. Parecía como un poblado vikingo. Salvo que no había penas ni dolor. empezaron a aparecer diferentes personas. todas parecían felices y animadas. Habían dejado todos sus pesares en la tierra mundana. Ya nada les afligía ni les hacía daño. Era un descanso feliz y esperado. Un lugar para permanecer por siempre en una infinita y feliz paz.
No llevaba mucho en lugar cuando algo empezó a irrumpir en su idílica paz. Comenzó a ver figuras en negro, Draugs, almas perdidas e infinitos peligros. Tenía la vista cansada y cerró los ojos un momento. Pero las imágenes se agolpaban en su cabeza. Estaba empezando a sentirse mal y confusa. No entendía qué estaba ocurriendo. Su sueño eterno empezó a desmoronarse. Sentía vértigo, mareos, como si estuviera cayendo en el infinito. Todo su ser se sentía patas arriba. todo la daba vueltas. Era una sensación abrumadora. Un sentimiento de estar en un sitio incorrecto, como si no perteneciera allí y su cuerpo se lo mostrase de forma física con aquel creciente malestar.
“ Oigo sus dos voces mezclándose ... indistintamente, como el viento entre los árboles. Pero debajo ... una canción ... llamándome ... Asgard. Lo veo ... flotando sobre la tierra corazón de un mundo nuevo como si perteneciera allí y me mostrarse cómo se siente bien.”
- Naces para morir. Mueres para nacer. -
“Puedo seguir esa canción ... su canción ... y dejo que su antigua melodía me guíe a casa. No, estaba muerta y mi alma debería haber perdido la llamada sagrada, excepto que alguien más me despertó del sueño eterno de Hela.”
- No estás muerta, sólo dormida. Ahora despierta.-
Despertó empapada en sudor. Había tenido un extraño y mal sueño pero no lo recordaba. Miró el reloj de la mesilla de noche marcaba las siete. En unos diez minutos tenía que levantarse para ir al trabajo por lo que no la compensaba seguir en la cama. Con pereza se quitó las mantas y se levantó. Un bostezo se escapó de sus labios. Otro día más comenzaba en su monótona y aburrida rutina.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 18th Agosto 2019, 22:36
Thor obcecado ante la injusticia de la situación y la desesperación de querer salvar a todo el mundo, siguió golpeando la barrera. Golpe tras golpe, fue imbuyendo al martillo toda su energía para intentar tirar abajo aquella defensa impenetrable. El sonido del Mjolnir, retumbaba en el ambiento pero la horda de enemigos comandados por Karnilla seguía avanzando sin mostrar ninguna vacilación. Se vanagloriaban ante la desesperación de sus víctimas y de los guerreros asgardianos que pronto no serían más que alimento.
El cuerpo y mente del tronador se encontraban anestesiados, su juicio completamente nublado sólo podía vocalizarse en destruir la fortaleza creada por su padre.A penas pudo sentir el contacto de las manos de su hermano, Loki, en el hombro, que quería despertarlo de ese trance de ira que le embargaba para ahorrar energía. No estaba en sus cabales y la falta de energía comenzó a hacerle mella.
Después de que el embaucador le gritará de nuevo, su mente seguía espesa y confusa, pero pudo girarse en su dirección. En ese instante, deslizo su vista por encima de la cabeza de Loki y fijo su mirada perdida en ver cómo la valkiria y el Destructor batallaban sin descanso. La mujer de cabellos dorados no se lo puso nada fácil.
Se sentía terriblemente agotado y con muchísimo sueño... La vista se le comenzó a nublar. Le resultaba cada vez más complicado seguir mirando la batalla. Tenía que ayudar... tenía que salvarles... Para el horror del Tronador, hubo algo que si hizó emerger las pocas fuerzas que le quedaban, puesto que vio cómo esa guerrera se interponía entre Blader y el ataque de Karnilla.
La magia de aquella mal nacida, consiguió suspender el cuerpo de la mujer guerrera en el aire, inmobilizandola y dejándola completamente indefensa. Al momento, el Destructor ataco sin piedad perforando el cuerpo de ella... El cuerpo cayo desplomado hacia el suelo.
La ira volvió a apoderarse de Thor y luchando contra el agotamiento, salió impulsado en dirección al Destructor. Se colocó encima de su enemigo y dejo caer su martillo junto con toda la energía que le quedaba. Noto el impacto del martillo golpeando el duro metal. Este cedió deformándolo y arrojándolo hacía el suelo sin piedad... Quería vengar a su compañera al precio que fuera, había salvado a su hermano Balder de una muerte segura y él no pudo hacer nada...
Su vista se nubló y todo se volvió oscuro, el hijo Odín sucumbió a un sueño profundo... No le quedaban fuerzas y necesitaba descansar un poco...
El cuerpo del guerrero descendió de los cielos y fue encogiéndose hasta quedar reducido al cuerpo de niño pequeño.El jovencito Thor, quedo sentado en el suelo perplejo ante la situación. Se había quedado paralizado al notar cómo su alter ego adulto había agotado su energía. No podía comunicarse con él ni siquiera le escuchaba...El Mjolnir se convirtió como en anteriores ocasiones en el collar que siempre llevaba.
Había podido observar todo lo sucedido, pero las tornas habían cambiado y ahora éll era el que estaba al volante de su cuerpo y no sabía cómo reaccionar. No era lo mismo ser el espectador de la batalla que el protagonista.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 19th Agosto 2019, 12:51
Era fácil olvidar que hasta los dioses podían morir.
Dalae había crecido escuchando cientos de historias sobre ellos, sobre la familia real, los héroes y las valkirias. En ellas, sus protagonistas sufrían dificultades, pero… Rara vez encontraban algo que no pudieran superar, de una forma o de otra. Al final, cuando parecía que no quedaba esperanza, solía ocurrir algo inesperado que igualaba la batalla o rescataba a quien parecía perdido sin remedio. Y, a pesar de que la bruja de hielo sabía que la historia que estaban viviendo poco tenía que ver con los cuentos que había oído en Asgard… Era difícil para ella ignorar ese aura de invencibilidad que habían conferido a ciertas personas. Ese mismo aura que le producía una mezcla extraña de sentimientos, a medio camino entre la envidia, el respeto a regañadientes y el resentimiento. El rencor que había movido su mano en parte el día que firmó su contrato con Loki se había atenuado con el tiempo, pero jamás había llegado a desaparecer. Al menos, hasta ese día.
Delante de ella, Balder, el primer hijo de Odín, lloraba desconsolado con el cadáver de la mujer que le había salvado la vida entre sus manos.
Era… Sobrecogedor. No sólo ver caer a una de las personas a las que había admirado desde que era una niña, quien le había metido en la cabeza el deseo de ser una valkiria algún día. Sino, también… Descubrir en el peor momento posible lo equivocada que estaba respecto a los dioses. Hasta ese día, había creído que eran… Perfectos, casi irreales. Vacíos de los sentimientos y la debilidad que los acompañaba. Y, por eso, había llegado a detestarlos. ”-Pero supongo que nadie escapa a sus emociones por mucho tiempo… ¿Verdad, maestro?”-Pensó, observando desde la distancia los intentos de Loki por sanar a Brunilda. Por un instante, se había olvidado de lo que estaba diciendo, de sus planes para escapar del ejército que se acercaba a ellos, inexorable. Había olvidado incluso el desprecio que la rubia le había profesado durante tanto tiempo, y el hecho de que hasta entonces casi siempre habían sido enemigos. ¿Tanto le había importado, a pesar de que nunca lo pareciera? ¿O sólo lo hacía para ganarse el favor de Balder, aprovechando la situación?
Al fin y al cabo, Loki sabía mejor que nadie que el amor era una debilidad… O, más bien, una espada de doble filo. Una espada con la que Brunilda había terminado por cortarse sin remedio. Sería fácil encontrar en ello un motivo más para negarse a querer a nadie, para encerrarse dentro de su propia armadura por miedo a sufrir o morir por otras personas. Y, de hecho, eso era lo que habría hecho Dalae hacía no demasiado tiempo. Pero, por una vez en su vida… La asgardiana se había cansado de tomar el camino más fácil.
—Como siempre, mi lugar está con los muertos.-Hela lo había sabido. Como diosa de la muerte y señora de Nflheim, entendía mejor que nadie que todas las cosas tenían un final. Y esa era una lección que Dalae estaba aprendiendo también, por poco que le gustara. Sin embargo… Había algo retorcidamente esperanzador en esa promesa de que, antes o después, todo el mundo moriría. Así… Morir para salvar a otra persona no parecía, ni de lejos, la peor forma de marcharse.
-Enternecedor. ¿Deberíamos pedirle a Karnilla un alto el fuego, para que los príncipes puedan lamentarse sin preocupaciones?-Las duras palabras de Raden fueron tragadas por las amenazas de Karnilla, que a pesar de su debilidad, se negaba a rendirse. Y, para su desgracia, lo mismo podía decirse del Destructor: A pesar de que los daños resultaban evidentes, su derrota aún parecía preocupantemente lejana. El combate se había cobrado un alto precio en todos los presentes… Aunque se había cebado especialmente con Thor. Poco a poco, su figura se transformó, disminuyendo hasta quedar reducida a la de un niño pequeño. Justo como Loki había rejuvenecido al volver al pasado, cuando Arión había destruido Midgard tal y como la conocían. Pero el tiempo en el que se encontraban se había mantenido intacto… ¿Sería un hechizo usado por Karnilla? ¿O era un efecto de intentar destruir la barrera? Dalae odiaba esa clase de sorpresas, especialmente cuando implicaban perder uno de sus aliados más poderosos justo cuando el ejército enemigo embestía de nuevo. O, mejor dicho, dos aliados, ya que Loki no perdió un instante antes de ir a salvar al niño rubio. Parecía que ni siquiera vidas enteras de rivalidad podían borrar el hecho de que eran hermanos… Lo cual habría hecho que Dalae se alegrara por su maestro, de no ser porque, en ese momento, no había tiempo para sentimentalismos.
La bruja de hielo retomó la posición de combate, aunque esta vez, no se molestó en desenvainar su espada. Estaba herida, sus enemigos eran más fuertes que ella. El combate cuerpo a cuerpo estaba más que descartado… Y eso la hacía sentir frágil, débil.
Por suerte, Karnilla parecía aún más agotada que ella, y la idea de verla caer le daba fuerzas.
Una mirada bastó para que el lobo y su portadora se pusieran de acuerdo, y ambos entraron en combate junto al resto de sus aliados, interponiéndose entre la horda de demonios y los supervivientes asgardianos que aún esperaban a que las puertas de su reino se abrieran para protegerlos. Raden se lanzó sin dudarlo a por las criaturas más cercanas, uniéndose a lo esfuerzos de los Tres Guerreros y Sif, mientras que Dalae comenzó a disparar en dirección a la Reina Norn. La distancia y la herida de su brazo lo hacían difícil, pero la adrenalina y el deseo de terminar esa batalla de una vez por toda compensaban con creces. Pronto, Karnilla se encontró a sí misma esquivando por poco los rayos de energía que tanto Dalae como Hela lanzaban en su dirección… Aunque no pasó mucho tiempo antes de que todos los presentes fueran tragados por una luz cegadora, que invadió todo el campo de batalla.
Dalae parpadeó, algo aturdida… Y cuál fue su sorpresa cuando descubrió que Amora, Lorelei y Sigurd habían decidido salir de sus respectivos escondites para salvar la ciudad que tantas veces los había rechazado. Su aparición supuso un momentáneo alto en la batalla, y la chica morena lo aprovechó para recuperar el aliento y asegurar el hielo sobre su herida. Fue un gesto que no pasó por alto a Amora, quien recibió una mirada venenosa como respuesta a su sonrisa. -Llegáis tarde.-Espetó la aprendiz de Loki, en voz baja, un instante antes de lanzar una esfera de energía blanquecina directamente dirigida a la cara de su enemiga. Si algo había aprendido de ese enfrentamiento, era lo mucho que le gustaba a Karnilla hablar… Y pensaba aprovechar la distracción que Sigurd y las dos hermanas podían suponer. Quería acabar con eso lo antes posible. Antes de que murieran más asgardianos, antes de que perdiera más sangre por la herida de su hombro. Antes de que Arión sufriera más.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 19th Agosto 2019, 18:49
"Cuida de Thor"
Las palabras de la Valquiria se grabaron a fuego en la retorcida mente del hijo pequeño de Odín. Brunilda le había perdonado. Estaba confiando la vida de un ser querido en aquel hechicero que había intentado arrebatársela más de una vez. Había vivido feliz a pesar de su larga existencia como guerrera Asgardiana. Las miles de batallas luchadas, las victorias, las derrotas, las muertes de compañeros… todo aquello ya no importaba. Brunilda estaba muerta, y había dejado de sufrir por fin.
Y ellos serían los siguientes si no hacían algo para escapar de las garras de Karnilla y su ejército demoníaco.
— No hay tiempo que perder. Debemos irnos ya...— admitió finalmente Balder, mirando desesperanzado la puerta impenetrable de la dorada Asgard. Cargó con el cuerpo sin vida de Brunilda y marchó junto al resto de Asgardianos. No dejaría que aquellos infames demonios se dieran un festín con la carne de la Valquiria.
Loki no tardó en regresar a dónde se encontraba el grupo. Cargaba en sus débiles brazos al niño Thor, que hacía tan solo un instante había sido el alto, musculoso y poderoso dios del trueno. El muchacho parecía frágil y estaba confuso. No entendía qué hacía en mitad de aquella guerra ni porqué le llevaba en brazos el mismo hermano que hacía tan sólo un año que le había arrojado por el puente de Bifrost de un empujón.
—Te lo explicaré más tarde— contestó el embaucador cuando su aprendiz le dedicó una mirada de asombro e incomprensión. —No te sueltes— dijo entonces el moreno al rubio, colocando al pequeño Thor en su espalda para cargar con él con mayor comodidad. El hechicero necesitaba las manos libres si pensaba abrirse camino entre los demonios mediante conjuros. Unas manos que aún seguían manchadas de la sangre de la Valquiria y que habían empapado los ropajes del muchacho.
Agradecidos por la repentina ayuda, los hijos de Asgard unieron sus fuerzas con los recién llegados, protegiéndose unos a otros de los ataques de Karnilla y sus demonios. Tan pronto como les dejaron, los héroes consiguieron salir de la zona de fuego y alcanzar el lugar dónde Loki había usado alguna vez como entrada al sueño de Odín.
El lugar dónde se encontraban estaba en ruinas debido a la confrontación demoníaca. En pie, solo quedaban dos columnas de un gris negruzco con inscripciones nórdicas a sus laterales. El dios de las mentiras, junto con la ayuda mágica de sus compañeras hechiceras Hela, Amora y Lorelei, consiguieron abrir el portal que llevaba directo a las entrañas del lugar más secreto de todo Asgard. La dimensión a la que el Padre de Todos, y otros poderosos guerreros Asgardianos, marchaban a descansar cada vez que necesitaban recuperar sus energías. Tras las batallas más feroces, Odín caía en un profundo sueño regenerativo que le ayudaba a volverse más poderoso. Algunas veces, se había pasado días enteros, semanas, o incluso meses en aquel estado comatoso. Y aunque el dios tuerto ya se había recuperado de su última siesta, el sueño de Odín funcionaba como un universo propio, en el que podría adentrarse cualquiera que supiera cómo hacerlo. Y Loki había estado allí una vez.
—¡Deprisa! ¡No hay tiempo!— insistió el dios embaucador, justo cuando el portal de bordes verdes y brillantes se materializó en mitad de las dos columnas. El pueblo de Asgard pasó el primero. Los niños, mujeres, hombres y ancianos avanzaban entre gritos de pura desesperación, con el simple deseo de ponerse a salvo de los demonios. Después lo hicieron Sif, Hela, Sigurd, Volstagg, Amora, Frandal, Lorelei, Hogund, Dalae y Raden. Finalmente, los últimos en traspasar el portal fueron Balder, Thor y Loki. Los tres hijos de Odín miraron por última vez las devastadas tierras que habían consumido los demonios. Los gritos de una Karnilla furiosa se escucharon desde el otro lado del portal, y se desvanecieron en cuanto el conjuro desapareció.
Por fin estaban fuera de peligro.
El silencio reinaba en el sueño de Odín. Tan pronto como respiraron tranquilos, se dieron cuenta de que habían acabado en un páramo de hielo. Una espesa capa de nieve les rodeaba, y los copos del mismo color blanquecino caían lentamente, como si danzaran en el cielo, hasta descansar en sus ropajes y pieles. A pesar de la veracidad de la naturaleza y de sus consecuentes sensaciones, había algo en aquel lugar que les inquietaba. Al fin y al cabo, las tierras del sueño del dios tuerto no eran reales por mucho que lo parecieran. Aquella era una tierra simulada por los pensamientos del Padre de Todos.
Finalmente, fue Sif quién dio el primer paso, y desenvainando la espada, apuntó de nuevo a Loki con el afilado acero.
—Suelta a Thor, y dinos cómo salir de este lugar.— ordenó, desafiante. La mujer no tenía miedo del dios de las mentiras.
El embaucador, sin embargo, alzó una ceja, sorprendido ante la repentina amenaza. Estaba claro que aquella mujer no iba a perdonarlo tan fácilmente, a pesar de que acababa de salvarles a todos de una muerte segura. El príncipe del engaño se agachó para dejar a Thor en el suelo, y esperó a ver la reacción del muchacho. ¿Iría junto a Sif, o se quedaría al lado de su hermano menor?
De todos modos, los tres hijos de Odín tenían que debatir sus próximos pasos. Balder dejó el cuerpo de Brunilda en la nieve y miró a sus dos hermanos. El hombre bueno alzó la voz para que todos los presentes le oyeran con claridad.
—Asgard ya no es un lugar seguro. Lo único que podemos hacer es establecernos en otro lugar temporalmente hasta que encontremos la manera de volver a casa...— afirmó el mayor de los hermanos, con seguridad en su voz. Aún se le notaba abatido por la decepción, pero debía mantenerse firme si quería levantar el ánimo de su pueblo.
—Pueden quedarse aquí a vivir. Estarán seguros en el sueño de Odín aunque sea un lugar ficticio. Pero si lo preferís, puedo abriros un portal a Midgard. Aunque no os aseguro que sus habitantes vean con buenos ojos a nuestro pueblo...Al fin y al cabo, ese planeta está sufriendo también los estragos de dioses demoníacos...— explicó el embaucador, barajando los pros y los contras en el caso de tomar una decisión.
Balder y Loki miraron entonces a Thor, esperando que el pequeño dios del trueno les ayudara a tomar una decisión. Los tres hermanos sabían perfectamente lo que significaba intentar volver a casa después de lo ocurrido. Tendrían que declararle la guerra al mismísimo Padre de Todos.
—Nuestra tarea aquí ha concluido—dijo finalmente, despidiéndose de todos los presentes con un rostro imperturbable. Hela dio un paso atrás, y conjuró un portal que llevaba directo al corazón de Niflheim. Lo mismo hizo Amora, y junto con Sigurd y Lorelei, se despidieron sin más dilación.
— Mejor llegar tarde que nunca— contestó Lorelei mientras dedicaba una rápida mirada a Dalae antes de irse.
— Es una lástima que tengamos que marcharnos ya, apenas acabábamos de llegar. Pero tenemos otros asuntos que atender...— la seductora hechicera lanzó un beso a los presentes desde su posición y siguió a su hermana.
— Si a final encontráis una manera de patearle el culo a Odín, estaremos encantados de participar... — y dicho esto, Sigurd también se unió a sus compañeras y los tres desaparecieron por otro portal.
Antes de que Hela, Dalae, Raden y Loki hicieran lo mismo, éste último sintió cómo le estiraban de la túnica.
—Gracias, señor Loki...— dijo uno de los pequeños niños Asgardianos a los que había refugiado. Por primera vez en mucho tiempo, alguien no le dedicaba una mirada llena de terror ni de odio. La familia de aquel chico, se sentía muy agradecida por la intervención del dios de la oscuridad en aquella batalla. Y Loki, confuso, no supo cómo responder a aquella muestra de cariño. Pero de alguna manera, aquel respeto que provenía del agradecimiento le había revuelto el estómago en un agradable cosquilleo. El embaucador apartó al niño de su lado con delicadeza, y le acarició la cabeza como respuesta.
—Nos volveremos a ver…—Loki miró por última vez a sus dos hermanos y se dirigió a cruzar el portal sin mirar atrás. Hacía mucho tiempo que los ojos del embaucador no se mostraban tan cálidos.
Justo antes de cruzar el umbral mágico, el eco de una voz grave en la lejanía llegó a sus oídos, como un susurro que sólo el menor de los hijos de Odín pudo escuchar.
...Loki... Loki... Loki...
Le estaba llamando. Sintió su pesar. Su dolor. Era una advertencia. Necesitaba ayuda. Y por extraño que pareciera, aquella sensación le resultó familiar… como si ya la hubiera oído antes. Hacía mucho, mucho tiempo atrás.
Cuando el dios del caos se dio la vuelta con el rostro exaltado, ya se encontraba frente al frío mármol gris del castillo de la diosa de los muertos. Y fue incapaz de responder a la llamada.
FIN DEL TEMA
FDI: ¡Por fin hemos llegado al final del evento Padre de Nadie! Espero que lo hayáis pasado bien y siento haber tenido que acelerarlo un poco con todos los problemas que hemos tenido para postear. ¡Gracias por todo! Lo he disfrutado mucho.
Dalae y Thor deberán escribir sus últimas reacciones a este post y ya podremos cerrar el tema. Thor deberá decidir en su post lo que quiere hacer con el pueblo Asgardiano. Pueden quedarse allí a vivir en el sueño de Odín hasta que Asgard sea liberada, o pueden marchar junto a Thor por un portal que cree Loki a Midgard. Balder se quedará junto a su pueblo decida lo que decida Thor.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 20th Agosto 2019, 02:08
Loki no necesitó usar el anillo que los conectaba para hacerse a la idea de las decenas de preguntas que pasaban por la cabeza de su aprendiz. No sólo por el hecho de que Thor se hubiera convertido en un niño, sino por todo lo que estaba pasando a su alrededor. La situación no había salido ni muchísimo menos como esperaban, de hecho, era la primera vez que Dalae conocía la derrota junto a su maestro. Había pasado el tiempo suficiente junto a él como para reconocer sus pequeños defectos, las imperfecciones que tanto se cuidaba de mostrar… Así que debería saber que no era infalible. Pero, aún así, el avance imparable de los demonios, la muerte de Brunilda y el silencio de Odín la habían pillado tan por sorpresa como a cualquiera de los presentes. Nada de eso tenía sentido para ella.
-Te lo explicaré más tarde.-Pero… No había tiempo de plantearse esa clase de cosas, no en ese momento. Sus preguntas, al igual que su confusión y sus sentimientos encontrados, podían esperar al momento en el que todos ellos estuvieran a salvo. Si es que ese momento llegaba finalmente: Tanto la chica como el lobo habían oído el plan de refugiarse en el sueño de Odín, y ambos temían que el Padre de Todos también les hubiera vetado la entrada a ese lugar. Al fin y al cabo, era su sueño… Y Odín había dejado muy claro hasta qué punto les había dado la espalda. Pero parecía que era la ruta de escape más rápida, y quizás fuera la única que les permitiera salvar a todos. Al menos… Tenían que intentarlo. -Cierra los ojos, y no tengas miedo.-Susurró al pasar junto a los dos hermanos, tomando una mejor posición para proteger al grueso de los supervivientes mientras escapaban. El camino hasta las ruinas en las que se encontraba el portal era corto, pero lleno de peligros… Y no podían permitir que los demonios se cobraran más vidas inocentes.
Para cuando las dos columnas que conformaban el portal se divisaron en la distancia, Dalae ya había agotado casi por completo sus reservas mágicas. Los escudos de hielo que podía formar eran cada vez más débiles, y el miedo a que uno de ellos fallara en cualquier momento era cada vez más real. Pero las flechas seguían cayendo sobre ellos, y los demonios no se detenían a pesar de su evidente victoria. Al fin y al cabo, no habían llegado hasta allí simplemente para conquistar… Sino para destruir, para consumir todo aquello que cayera entre sus garras hasta que no quedara nada. Eso era lo que habían hecho con todas las aldeas y sus habitantes antes de que ellos llegaran… Y eso era lo que harían con ellos, si les daban la oportunidad. -¡El niñ...!-La advertencia de Raden se interrumpió, ensordecida por el crujido de una placa de hielo chocando contra el cuerpo de ese demonio que había tratado de escabullirse y alcanzar al pequeño Thor. El escudo se mantuvo en el aire un instante, antes de que algunas estacas de hielo surgieran de él, clavándose en el cuerpo y las alas de la criatura. En un parpadeo, la estructura había desaparecido… Y el invasor se precipitaba al suelo, a pocos metros de la hechicera que se apoyaba en su bastón para mantenerse en pie. Se sentía cansada, casi febril. Podía notar la punta de flecha en el interior de su carne, las puntas de sus dedos entumecidas por el sobreesfuerzo. Pero no podía permitirse ni un instante de descanso. No hasta que volviera a Nflheim, lejos de la destrucción que la rodeaba y los gritos de los asgardianos, aterrorizados y aliviados al mismo tiempo al ver el portal verde. Era su única salvación… Así que no dudaron en atravesarlo, a pesar de la desconfianza que les pudieran producir los magos que lo habían abierto. Al fin y al cabo, hubiera lo que hubiera al otro lado… No podía ser peor que lo que dejaban atrás.
Eso fue precisamente lo que pensaba la maga, mientras cubría su retirada antes de atravesar el umbral junto con el resto de “héroes”. Sin embargo, para su sorpresa… El sueño de Odín resultó ser un lugar perfecto para ella. El viento helado la envolvió, acariciándola y renovando sus energías. -¿Jotunheim? ¿Por qué Odín soñaría con un lugar así?-No era una queja, desde luego. Aunque no fuera real, el frío la reconfortaba, y en cierto modo, hacía que sus heridas dolieran menos. Dalae miró al cielo, dejando que los copos de nieve cayeran sobre su cara y su pelo… Pero fueron apenas unos instantes de paz, antes de que el sonido de una espada al desenvainarse llamara su atención de nuevo.-Suelta a Thor, y dinos cómo salir de este lugar.-Dijo Lady Sif, acercando peligrosamente su arma al cuello del dios de las mentiras. Dalae se tensó por instinto, a pesar de que sabía que eso difícilmente acabaría en una pelea. Al fin y al cabo, ninguno de los presentes estaba en condiciones de luchar… Y ella, menos que nadie. Pero eso no le impidió situarse a su lado, casi de forma… Defensiva. Como si la idea de proteger a alguien a todas luces más poderoso que ella no fuera ridícula, mirada con lógica. -No parece que haya ninguna amenaza cerca, Lady Sif… No deberíamos precipitarnos a la hora de decidir qué haremos a continuación. -Al fin y al cabo… Llevaban con ellos heridos, ancianos y niños pequeños. Cualquier elección que tomaran tendría un efecto muy importante en todos ellos, y podía suponer tanto su supervivencia como su muerte. Lo único que estaba claro en ese momento… Era que, hicieran lo que hicieran, no podrían volver a Asgard mientras el Padre de Todos permaneciera en su trono, y las tierras de alrededor estuvieran infestadas de demonios. En un solo día, el reino dorado había pasado de ser uno de los lugares más hermosos de los mundos del Yggdrasil a ser una trampa mortal.
La bruja de hielo escuchó con atención mientras los tres hermanos decidían qué hacer con sus… ¿Súbditos? Le resultaba extraño pensar en esas personas así, teniendo en cuenta que sus supuestos gobernantes no encajaban en absoluto con la idea que tenía Dalae de cómo funcionaban esas cosas. Los tres príncipes estaban cubiertos de sangre y cenizas, despojados del resplandor divino que siempre los había envuelto mientras gozaban del favor de Odín. Y no hablaban de gloria o de conquistas futuras… Sus palabras dejaban ver lo mucho que se preocupaban por su pueblo, valorando las escasas opciones que las circunstancias les habían dejado. Y eso le hacía pensar que, quizás, había estado equivocada respecto a ellos todo ese tiempo. Quizás… Su odio hacia Odín le había hecho creer que el resto de los dioses eran como él, cuando no era cierto.
Ojalá hubiera llegado a esa conclusión de otra forma.
No tardaron en despedirse. Dalae ignoró en gran medida a las dos hermanas, Lorelei y Amora, y dirigió un asentimiento a Sigurd. No confiaba en él más de lo que confiaba en cualquiera de los presentes… Pero era cierto que Odín los había empujado al conflicto, y ninguna espada estaba de más a la hora de enfrentarse al Padre de Todos. Ni siquiera la de un antiguo enemigo. Porque, si en algo se habían puesto de acuerdo todos los presentes… Era que debían liberar su hogar, y hacer pagar a Odín por lo que había hecho. Así que, aunque de momento se separaran… Todos sabían que volverían a verse, en circunstancias tan graves como las de ese día. Sin embargo… No todo era tan oscuro.
Agotada como estaba, Dalae caminaba mucho más lento de lo normal. Fue la última en atravesar el portal que la llevaría a Nflheim, y por eso, le dio tiempo a ver lo que ocurría a sus espaldas. El niño que se había atrevido a tirar de la túnica del antiguo dios del mal, para darle las gracias. La despedida, que prometía días mejores de ahora en adelante. ”-Eres un hipócrita, Loki.”-Pensó Dalae, sonriendo para sí como nunca hacía delante de él. No sabía si estaba escuchando o no sus pensamientos en ese momento… Pero, sinceramente, no le importaba. Cuando atravesó el portal, lo último que escuchó fue el grito de sorpresa del niño, al ver que un copo de nieve casi tan grande como su mano descendía hacia él. Ojalá pudieran encontrar un nuevo hogar para todos, antes de que se derritiera.
Finalmente, los tres asgardianos y el lobo atravesaron el portal. Dalae descartó rápidamente la idea de pedirle a cualquiera de los otros dos que la curara, ya que sus reservas mágicas debían de estar tan agotadas como la suya. Además, no estaba segura de que Hela, diosa de los muertos, pudiera sanar a nadie… Y no se veía capaz de pedírselo a Loki, cuyas manos aún estaban empapadas de la sangre de Brunilda. La valkiria había muerto a pesar de todos sus esfuerzos, y no era difícil de ver cuán profundamente le había afectado aunque no entendiera del todo su relación. No, definitivamente sus propias necesidades podían esperar… Así como debía hacerlo Arión, ya que sería inútil tratar de ayudarle en ese estado. Por mucho que le doliera admitirlo. Lo único que podían hacer en ese momento era recobrar energías, y planear su siguiente movimiento.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019] 22nd Septiembre 2019, 18:34
El pequeño Thor notaba como su cuerpo reaccionaba de forma extraña, había vuelto a su cuerpo pero se encontraba bastante cansado y fatigado. Tardó unos instantes en darse cuenta de todo lo que le rodeaba y lo que se le venía encima.
La guinda del pastel fue que no tenía la acceso a su alter ego adulto para pedirle ayuda. En otras aventuras, su yo adulto le había sabido aconsejar y siempre le reconfortaba el hecho de tenerlo cerca, pese a los momentos más difíciles, pero en esta ocasión no fue así. En su interior sólo reinaba el silencio y la oscuridad… Por más que intentará reconstruir o reparar su vínculo para comunicarse, no funcionaba… Era como cuando llamaba a su madre por teléfono y daba en línea de espera, sabía que estaba ahí pero no había comunicación. Sabía que el Tronador se encontraba en algún recoveco pero no podía despertarlo.
Nunca había sido un niño temeroso ni asustadizo pero estar en el medio de campo de batalla, siendo un trozo de carne de fácil acceso a los demonios no era la mejor de la situaciones. Incluso el simple hecho de que, de todos los presentes, sólo podía recordar a su supuesto “hermano”, aquel hombre alargado, de cabello negro y ojos verdes que una vez le asestó una patada en el estómago con la esperanza de librarse de él no ayudaba… Todos se quedaron observándole (aquella multitud incluyendo a los guerreros).
Notaba cómo el pánico se apoderaba de todo su ser, paralizando su cuerpo hasta dejarlo inmóvil . La presión que sentía iba aumentando hasta el punto de querer vomitar de nervios…
-No porfavor… - susurró para si, intentando aguantarse una arcada y disimulando muy tristemente cualquier tipo debilidad- Piernas reaccionar de una maldita vez… he de levantarme del suelo.
Notaba como las manos le temblaban y decidió pegarse un pellizo en una de sus extremidades inferiores para poder moverse. A duras penas consiguió levantarse sin volver a caer al suelo. Estaba fatigado y el miedo no le ayudaba.
Todos le miraban esperando algo de él… Se sentía culpable… No era el gran Thor, era uno pequeño que pese a ser algo fuerte no tenía ni la mitad de lo que era el vengador… Eso le hacía sentir un inútil cuando aquella pobre gente lo necesitaba…
En un segundo, antes que ni siquiera pudiera reaccionar, vió como su hermano de ojos verdes se acercaba a toda velocidad hasta él con el ceño fruncido...
-Oh… mierda…- susurró, sólo faltaba que lo rematará.
Para el asombro del muchacho, el dios de las mentiras rodeo su cuerpo con los brazos para cargarlo y sacarlo del peligro. Le sujetó con ambas manos y lo levantó en el aire sin ni siquiera inmutarse. Su aspecto no era de un hombre fornido como el resto de guerreros pero tenía la suficiente fuerza como para sujetarlo y salir corriendo de todo el marrón.
Esto dejó a Thor descolocado… Lo estaba salvando? Pero no quería acabar con él, para así librarse de una vez de la existencia de su Yo adulto?... Se quedó mirándolo a los ojos y él también lo miro.
Una sensación de calidez le reconfortó por dentro, no es que se pudiera alegrar, ya que estaban en serios peligros y aún estaban los demonios siguiéndoles pero… no se sentía tan solo. No ofreció el pequeño ninguna fuerza. Se dejó guiar y proteger, sosteniendo en el colgante apretándolo contra su pecho esperando poder recuperar sus poderes y ayudar...
Se aproximaron a una muchacha con el cabello oscuro llamada Dalae que se mostró sorprendida de ver a su hermano sujetándolo. Cuando la observó de cerca, no pudo evitar pensar debía de tener algún tipo de conexión con el Embaucador y que era muy bonita. Seguramente debía de ser una guerrera muy valiente si estaba aquí luchando por el pueblo de Asgard.
—Te lo explicaré más tarde— contestó Loki y volviendo la mirada al pequeño diciendo- No te sueltes.
Thor terminó colocado en su espalda para mayor comidad del hechicero para seguir avanzando y abrir el paso. Todos los guerreros y el pueblo de Asgard fueron avanzando mientras se iban defendiendo a duras penas… Era evidente que estaban agotados y necesitaban salir de la zona mortifera cuanto antes. Si la situación se perpetuaba demasiado las bajas irían en aumento.
Consiguieron llegar a un lugar lleno de ruinas, fruto de toda la guerra provocada por los seres infernales. Su hermano estaba guiandolos hacia una zona segura… Algo en su interior le decía que el dios de las mentiras no era un ser tan malo como quería aparentar.
El embaucaror junto con unas mujeres, seguramente hechiceras como él, abrieron una especie de puerta o portal a otro lar. Eran impresionantes todos ellos con sus poderes estaban unidos con el fin de ayudar a la gente. Eran héroes no cabía ninguna duda.
El pueblo de Asgard y sus heroes pasaron por la luz magica entre las columnas y fueron a parar a un lugar silencioso. Atrás quedaban los demonios junto a su líder chillando… que señora tan pesada y gritona. Sintió lástima por ver el reino arrasado… sólo había podido visitarlo dos veces. Le habría gustado poder explorar y conocer a toda aquella gente feliz…
Ojalá hubiese podido defenderlos o ayudarlos...
Según pudo comprender estaban en el sueño de Odín, aquel señor que se hace llamar Padre de Todos pero que no hace de Padre de Nadie. El silencio, el frío y los animos caidos reinaban pese a que se encontraban fuera de cualquier peligro.
Una mujer llamada Sif se acercó a donde se encontraban, se sacó la espada y la sostuvo cerca de su cuello amenazó al moreno. No estaba muy contenta por lo que se podía observar... Otra persona más con la que no parecía llevarse bien Loki. Cuantos enemigos se debe haber creado su hermano a lo largo de su existencia? Si seguía así estaba claro que no podría tener amigos ni mejores amigos. Quizás era un negado para hacer amigos?
—Suelta a Thor, y dinos cómo salir de este lugar.— le ordenó.
El hombre de ojos verdes hizo un gesto para avisar de que tenía que bajar de su espalda. El pequeño decidió mantenerse cerca de él.
Sif parecía una buena mujer que sólo se estaba preocupado por su seguridad y veía a su acompañante como una potencial amenaza para todos. Sin dudarlo un instante le agarro la mano a Loki y le dirijió una sonrisa.
No es malo, si quisera matarme me habria dejado ser el aperitivo de uno de esos demonios- le dijo para poder tranquilizarla. No parecía muy convencida pese a justificarle que era su salvador.
Los tres hijos de Odín tenían que debatir sus próximos pasos. Balder dejó el cuerpo de Brunilda en la nieve y miró a sus dos hermanos. El hombre bueno alzó la voz para que todos los presentes le oyeran con claridad.
—Asgard ya no es un lugar seguro. Lo único que podemos hacer es establecernos en otro lugar temporalmente hasta que encontremos la manera de volver a casa...— afirmó el mayor de los hermanos.
—Pueden quedarse aquí a vivir. Estarán seguros en el sueño de Odín aunque sea un lugar ficticio. Pero si lo preferís, puedo abriros un portal a Midgard. Aunque no os aseguro que sus habitantes vean con buenos ojos a nuestro pueblo...Al fin y al cabo, ese planeta está sufriendo también los estragos de dioses demoníacos...— explicó el embaucador, barajando los pros y los contras en el caso de tomar una decisión.
Balder y Loki miraron entonces a Thor esperando una respuesta. Su Yo adulto seguía sin dar ninguna señal de vida…
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Se sentía muy nervioso y intentó hacer sonar su voz de forma firme.
-Esta claro que el pueblo de Asgard debe de quedarse aquí, en el sueño del Padre de Todos, porque no podemos volver al reino y Midgard no está en su mejor momento. Seguramente interpretarían la llegada como una posible amenaza y nos atacarán de nuevo- dijo mientras meditaba- debemos dejar a los ciudadanos a salvo. Estamos heridos, cansados e indefensos. No es un buen momento para pasar a otro mundo.
Escuchó una voz, fría que le susurró al oído… Guerra…Muerte… El Padre de Todos debe morir... No sabía de dónde provenía pero parecía que sólo pudo detectarla él. Su boca empezó a articular palabras sin su voluntad.
-Mi decisión es que se queden aquí y recuperar el reino- dijo con un tono de voz extraño- El Padre de Todos no ha cumplido con su misión… No ha proteg… de...mo...
Balder le tapo la boca en el acto impidiendo que pudiera decir algo más.Thor miró a sus hermanos con los ojos confusos y ellos supieron lo que el mocoso quería decir o intentaba insinuar. No deseaba causar más alboroto pero deseaba la guerra contra Odín.
Estaba decidido y no había más que añadir. Varios de los presentes fueron despidiéndose unos de otros y Balder tomó la decisión de quedarse junto a su gente. Thor le expusó su deseo de volver a casa junto a su madre en Midgard, ya que en su estado actual no podría hacer mucho.
Deseaba ayudar pero debería volver a casa… Necesitaba descansar… Dentro suyo algo no funcionaba… él no deseaba la muerte de nadie… Quería ser un héroe.
Su hermano mayor le observó preocupado pero le dió un abrazo para reconfortarlo.
-Si necesitas cualquier cosa pídemelo, me alegro de volver a tener a mi hermano cerca y a ti- le dijo Balder mientras se separaba- ahora tengo otro hermano pequeño. en cuanto te recuperes volveremos a vernos.
El niño se puso a llorar, no sabía exactamente si existía un sólo porque o un todo en general que le había superado. Se sentía cansado, confundido y algo no iba bien pero no sabía el porqué. Entre sollozos y lágrimas, se intentó serenar y se acercó a su hermano Loki que se encontraba junto a la mujer llamada Dalae.
Le hizo un gesto para que se pusiera a su altura porque quería contarle un secreto, que seguramente podía escuchar la acompañante.
-Muchas gracias… her…quiero decir Loki - le dijo algo avergonzado y cohibido, no sabía muy bien si llamarle hermano -Cuando nos volvamos a ver te enseñaré a hacer amigos y a cómo conservarlos. Se que eres bueno en el fondo pero no quieres que nadie lo sepa.
Acto seguido, le rodeo con sus pequeños brazos y le dio un rápido abrazo para que no se sintiera incómodo.
-Eres un héroe… - le termino de susurrar
Se separó rápidamente de él y atravesó el portal que le dejó justo en su hogar.
Prometo que volveré y esta vez os ayudaré!- gritó mientras se despedía de todo el mundo.
Ya estaba en casa.
Se dirigió rápidamente a la puerta y sintió cómo su cuerpo sucumbía. La mente se le nubló y se precipitó hacia el suelo golpeando la puerta de forma aparatosa.
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Tema: Re: [WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019]
[WWD] Padre de Nadie (Thor, Brunilda, Dalae, Tala, Loki y Hela) [10/04/2019]