Días del Pasado (Thor, Loki) [Pre-Omega]

El Yggdrasil o también llamado el árbol de la vida, es el conector de los nueve reinos que son Asgard, Midgard, Helheim, Niflheim, Muspellheim, Svartalfheim, Alfheim, Vanaheim y Jötunheim.

Nuestra historia comienza en el reino de Asgard, concretamente en la sala del trono,  donde Odín el gran padre de Todos esta pensando en convocar a dos de sus hijos en su presencia para ofrecerles una misión y así probar cual de los dos podría ser mejor soberano en su reino el día que desaparezca.

Odín hacía tiempo que se mostraba inquieto ante sus dos hijos que a pesar de que ellos creyeran que los veía como el día y la noche, los veía muy similares. Es cierto, que se llevaban bien pero aún les hacía falta madurar para convertirse en hombres y que mejor manera que entrenarlos mandándolos a resolver misiones en el nombre de Asgard.

- Id a buscar a Loki y Thor, decirles que el Gran padre de Todos les convoca en la sala principal del palacio!- grito a los guardias asgardianos para que se dieran prisa.

En ese momento entro por las puertas se abrieron y apareció Frigg, la reina y esposa de Odín, que se acerco hacía donde se encontraba su marido sentado en el trono mostrando su aspecto tan altivo como siempre había sido y será. Los soldados se inclinaron ante ella y prosiguieron con la orden de su gobernante saliendo de la sala en busca de los muchachos.

[…]

Al cabo de un rato entraron los dos muchachos, Thor y Loki hijos de Odín a la sala del trono y se dirigieron a la base de las escaleras del trono para esperar las instrucciones. Los guardias no habían explicado demasiado para que misión habían sido convocados.

Ambos observaron a su padre y este después de unos minutos de silencio se dispuso a hablar.

-Hijos de Asgard, os he convocado hoy aquí para enviaros a una misión para el reino. Debéis ir a visitar a los enanos para que os hagan entrega de un objeto muy valioso. Es una tarea muy simple y espero que sepáis comportaros como es debido…- dijo manteniendo una pausa pensativo- Debéis saber que los enanos son muy orgullosos de su trabajo y no podéis ofenderles. Así que cuando os den el objeto que está a mi nombre debeis volver inmediatamente a Asgard y agradecer su trabajo.

Hubo un tiempo en el que los sueños del joven Loki eran tranquilos y reconfortantes. Sueños que sólo un niño de aquella edad podría tener. El muchacho todavía no se había construido el viejo nombre que causaría tanto temor en los más lejanos lugares de este universo. Loki el príncipe de las mentiras, Loki el embaucador, el hijo del mismo diablo, el dios del mal. Ahora únicamente era Loki, el hijo de Odín y el hermano de Thor.

El travieso muchacho se despertó temprano aquella mañana. Había tenido una idea muy divertida y quería ponerla en práctica. Se acomodó en sus ropajes verdes y negros y se dirigió corriendo hacia la habitación de su hermano Thor, que todavía estaba durmiendo. Cómo le gustaba dormir a su hermano, pero sus sueños estaban a punto de acabar de golpe.

Loki agarró con fuerza las sábanas de su hermano y tiró de ellas hasta que el cuerpo de Thor en pijama quedó al descubierto. Inevitablemente su hermano se retorció al sentir el frío que empezaba a entrar por la ventana, y murmuraba molesto en sueños. El pequeño dios esbozó una traviesa sonrisa y alzó la sábana hasta conseguir con un conjuro que levitara por encima de Thor, a una distancia de dos metros aproximadamente.

- Mira hermano, ayer aprendí un truco nuevo que te va a encantar... - de la yema de los dedos salieron pequeñas y humeantes ondas verdes que alcanzaron la sábana blanca. La tela empezó a oscurecerse ligeramente y a tornarse en un gris ceniza. Entonces, una gota de agua cayó en la nariz de Thor y éste empezó a despertarse. Para cuando el dios del trueno se dio cuenta, la sábana se había convertido en una nube que desprendía una lluvia helada por todo su cuerpo.

- No hay nada mejor que una buena ducha para despertarse, hermano - rió el joven Loki cuando su hermano se levantó de la cama chorreando agua y con el puño levantado para atizarle. 

Entonces la guardia real interrumpió a tiempo la divertida pelea que se iba a iniciar entre los dos muchachos.

- Claro, decidle a padre que ahora iremos... -

Los guardias se alejaron mientras escuchaban las pequeñas risas de los dos hermanos. Loki intentó detener el conjuro de la sábana lluviosa mojándose también en el proceso, y ambos hermanos tardaron bastante en arreglar el lío de aquella mañana antes de presentarse a ojos de su padre. Una vez delante del trono, ambos adolescentes se inclinaron en presencia de su rey y su reina, y escucharon atentamente la misión.

- Eso haremos, padre... - Loki miró de reojo a Thor. La misión parecía la mar de interesante. ¿Qué objeto sería el que habrían creado los enanos para Odín? Sentía mucha curiosidad por ello.

Una vez los muchachos se encontraron fuera de la sala del trono, Loki miró a Thor con un aire travieso.

- ¿Cogemos a Sleipnir para ir al reino de los enanos? ¿O usamos a Toothgnasher y toothgrinder? - sonrió divertido ante la idea de coger prestado el caballo de Odín, pero también podría ser divertido ir montado en un carro tirado por cabras espaciales.

Ropas de Loki y Thor <3:

Thor soñaba con grandes aventuras, en el momento que se convertirían su hermano y él en los grandes héroes de Asgard.  Su vida estaría llena de hazañas y conocerían otros reinos… Pero de repente algo estiro de las sabanas y Thor desconcertado con los ojos cerrados se estremeció con el contraste de temperatura intentando buscar la sabana pero sin demasiado ímpetu. Estaba muy cómodo recostado.

En un momento dado abrió un ojo y vio a su hermano hablándole encima de él, levitándole. Había notado que algo le caía en la nariz, y al rato una tromba de agua por encima de su cabeza…

Maldición! Se estremeció de frio y con una sonrisa picara de hermanos, de complicidad en travesuras. Se lanzo para intentar cogerlo al vuelo, se tomaría su pequeña venganza inocente a modo de revancha por despertar al gran Thor de sus sueños!

De un salto llego a donde estaba su hermano y lo agarro, en el momento del agarre se quedo medio minuto suspendido en el aire pero al poco rato fue descendiendo… Thor levanto el brazo cuando el guardia entro por la puerta de la habitación y vio la escena de los dos hermanos.

Su hermano contesto primero y después Thor asintió.

- Enseguida nos presentaremos ante él…- dijo mientras se le escapaba un sonoro estornudo.
Miro a su hermano y le sonrió.

- Bueno Loki tendremos que arreglar este estropicio, lo haremos juntos y así terminaremos antes. Eso sí, te devolveré la travesura- dijo mientras se reía. Le gustaba pasar tiempo con su hermano siempre se había sentido muy cómodo con él, ya que le trataba como un igual.

Acabaron de ordenar y fueron ante la presencia de su padre y su madre. Les explico en que consistía exactamente la misión.

- Así se hará padre!- dijo con toda la emoción que cabía en su cuerpo. Era lo que había deseado desde hace tiempo, comenzar con las misiones y ser héroes.

Al salir de la sala del trono, Loki le hizo una mirada cómplice  a Thor. Sólo con verle su sonrisa traviesa sabía que propondría algo divertido e interesante.

Ante la pregunta Thor pensó las posibilidades….

-Creo que deberíamos coger el carro, iremos más cómodos y no tendremos que ir pegados uno encima del otro… Por no hablar de que Sleipnir nos huele a un kilometro y nos dara una patada...-dijo mientras se reía y le daba una palmada en la espalda- Además según lo que debamos recoger de los enanos lo cargaremos mejor. No crees?

Loki asintió ante la idea de coger el carro tirado por Toothgnasher y toothgrinder y su sonrisa se acentuó. Aunque los hermanos intentaran llevar una vida tranquila lejos de las aventuras y las emociones no podrían. Las travesuras y ocurrencias de Loki siempre hacían las cosas más entretenidas o divertidas. Aunque esas travesuras les trajeran a veces más de un problema.

Los dos muchachos no tardaron en llegar a la cuadra y compartir las riendas de las dos cabras. A su señal, las criaturas empezaron a trotar por el establo y cabalgaron por las calles de Asgard a toda velocidad, interrumpiendo el paso de sus peatones y esquivando como podían a la gente. Los Asgardianos se escandalizaron ante el alboroto matutino, pero los niños no dejaban de divertirse mientras montaban a las cabras espaciales. 

- Ups, ¡Cuidado! ¡Apartaos! - gritó Loki con la sonrisa en los labios intentando no atropellar a nadie y mirando de reojo a su hermano.

Los aldeanos descansaron tranquilos una vez los adolescentes tomaron el camino del puente del arcoiris. Loki y Thor disfrutaron del viaje espacial hasta llegar a Svartálfaheim, el reino de los elfos oscuros. Allí en la profundidad de las cavernas encontrarían a los enanos forjadores de las mil maravillas de Asgard.

- ¿Sabes, hermano? A veces incluso piensas- se burló Loki cuando a Thor se le ocurrió llevar el carro para cargar con la mercancía.

- ¿Qué crees que habrá mandando padre a forjar? ¿Un anillo mágico? ¿Una espada indestructible? ¿un armario?

Una vez llegaron al reino de Svartálfaheim los jóvenes se adentraron el los profundos bosques en busca de las cavernas...

La sensación de euforia que sentía Thor al transitar toda la ciudad de Asgard a toda velocidad lo llenaba de alegría. Miraba como manejaban  entre los dos a esas grandes bestias que mostraban un gran brío y carácter, aún así, se las ingeniaban bien para que no se encabritaran demasiado y salieran los dos hermanos catapultados hacía cualquier dirección.

Mientras se alejaban por el puente del arcoíris escuchaba como los habitantes asgardianos soltaban el aire con alivio. Siempre hacían trastadas y su padre los castigaba pero pese a todo ello seguían siendo críos que sólo buscaban la forma de divertirse en un lugar aparentemente pacifico.

El paisaje fue cambiando y mostrando las maravillas del mundo exterior hasta que llegaron a Svartálfaheim. Thor recordaba los cuentos que hablaban sobre el reino de los elfos oscuros y como Odín Gran Padre de Todos los venció, era un reino deshabitado a simple vista y los pocos supervivientes no querrían vérselas con Loki y Thor, hijos de su destructor.

Los grandes artesanos enanos vivían en las entrañas de las minas y cavernas forjando objetos que podían ser hermosos y a la vez devastadores. Su madre cuando eran pequeños les advirtió de la codicia de estos seres y como su ego en ocasiones les podía jugar una mala pasada. Con los años se fueron volviendo más y más desconfiados con lo que se convirtieron en astutos pero sin poder quitarse su gran defecto… su avaricia.

El joven tronador, escucho como su hermano se burlaba y reía de él por haber propuesto lo del transporte. Al oírlo se rió a carcajadas y le dio unas palmadas en el hombro a Loki.

- Sé lo mismo que tu hermano, estoy ansioso por saber que objeto será… Te imaginas que fuera una arma, una espada o un puñal mágico que quien lo empuñara fuera indestructible e invencible?- Lo pregunto a sabiendas de que su imaginación era demasiado grande y volvió a reírse pero esta vez de sí mismo- Bueno dejando las bromas a un lado, creo que deberíamos adentrarnos por los bosques según lo que entendí , si lo atravesamos llegaremos enseguida a las cuevas y de allí deberemos adentrarnos en la oscurdad.

Ambos hermanos se adentraron en la espesura del bosque, los arboles que les rodeaban eran retorcidos y con aspecto macabro que se elevaban por encima de ellos dejando pasar pequeños rayos de luz.  No eran el típico bosque lleno de vida, bueno sí que había vida pero presentaba un aire demasiado salvaje y muerto como para poder presentarlo como algo común.

A medida que se adentraban, Thor escucho un crujido y se paro en seco. Su hermano que lo seguía de cerca también se paro al momento…

-Loki… Lo has oído?- Le pregunto esperando confirmar que no fueran sólo imaginaciones suyas. Todo su cuerpo se tenso al notar una presión, su instinto le advertia.

Se escucho otro crujido y un jadeo animal… y en un momento dado estaban rodeados de unos lobos salvajes que eran tan altos como ellos. Bestias peludas con bocas llenas de dientes como sables…

-Loki!!! Subamos a un árbol rápido!- Lo grito con todas su fuerzas, agarrando a su hermano del brazo para evitar que la boca de una de esas criaturas infernales cerrara con un miembro o cuerpo. Le asesto una patada en el ocico y salió despedido por el aire… Pese al gran impacto se volvió a levantar preparándose junto a la manada para el siguiente ataque.

A Thor se le acelero el corazón, observo y vio que eran 7 lobos gigantes con unas ansias asesinas y voraces… La idea era subir a los arboles para que no llegaran y pensar un plan para atravesar el bosque. Por mucha fuerza sobrehumana que tuviera no podrían ellos solos acabar con esos bichos y lo que temía es que todos ellos tenían collares de huesos.

Los hijos de Odín escucharon un pequeño quejido de las ramas, y ambos se miraron con sospecha.

-Si, lo he escuchado hermano, pero no te preocupes. Seguro que es una ardilla que está paseando por el bosque...

Pero Thor sabía que no eran ni las ardillas ni los conejos. El pequeño dios del trueno no había alertado a su hermano en vano, y no empezó a creerle hasta que escucharon los primeros alaridos.  

-Pues o son ardillas muy grandes o... - empezó a comentar Loki con los ojos como platos e igual de asustado que su hermano - ¡LOBOS, SON LOBOS!

Thor ya había empezado a huir de las criaturas, y tomó el primer árbol que vio para poder escalar. Su hermano se había quedado algo más rezagado, pero no tardó en trepar también a su lado. El rubio le agarro del brazo y le estiró, a tiempo de evitar que las fauces de la bestia se cerraran entorno al pie de Loki.

-Gracias, he-hermano.... - dijo con voz temblorosa.

Thor aprovechó el momento perfecto para pegarle una patada en el hocico al lobo que había intentado subir. Pero la bestia no se había inmutado con el golpe y volvía a levantarse con la rabia en el cuerpo. Si la fuerza del dios del trueno no le impresionaba, la de Loki lo haría aún menos.

-¡Mira, Thor! Esos lobos deben de tener dueño, usan collares de huesos... - el curioso muchacho empezó a pensar en la clase de humanoides que tendrían a siete lobos gigantes y voraces como animales de compañía. Loki había leído antes sobre estas tierras, pero las conocía más bien poco.  

-Deberíamos largarnos antes de que vengan sus dueños, deben de ser mil veces peores que estos lobos... - La manos de Loki se imbuyeron de una magia verdosa y creó un gigante hueso del color del mármol que no tardó en arrojar a los pies del árbol.

Los siete lobos se abalanzaron a morder y desgarrar el hueso mágico y dejaron de prestar atención a los críos por unos instantes.

-Son canes al fin y al cabo - sonrió Loki satisfecho con la distracción- Y ahora salgamos de aquí...

Los pequeños brazos de Loki se cerraron sobre los hombros de su hermano mientras se impulsaba para saltar. Thor pudo ver como los pies del hechicero desprendían magia pura que les haría sostenerse en el aire. El moreno le había demostrado más de una vez sus habilidades de levitación e ilusiones. Eran todavía pequeños hechizos o trucos, pero cuando fuera más mayor Loki apuntaba a ser un gran hechicero.

Ambos hermanos sobrevolaron la linde del bosque hasta llegar al inicio de unas cavernas. Antes de que los muchachos pudieran alcanzar las rocas, los pies del pequeño Loki fallaron y ambos se precipitaron al suelo desde una altura de diez metros. Por suerte eran jóvenes dioses resistentes a cualquier cosa.

-¡Lo siento, hermano! - se disculpó Loki con una sonrisa- todavía no controlo muy bien este hechizo...

Justo entonces escucharon a los Lobos aullar no muy lejos de dónde se encontraban. Lo más probable era que las bestias les volvieran a encontrar si no les despistaban a tiempo.

-¡Por ahí, hermano! - señalo el más joven de los muchachos - ¡Escondámonos en las cavernas!

Una vez cayeron al suelo ambos muchachos el  hermano pequeño se disculpo por la caída tan inesperada de 10 metros. En el fondo de su alma Thor agradeció aquel impacto en su cuerpo ya que volvió a traerlo a la realidad. Su mente en todo momento había estado concentrándose en salir con vida con su hermano, sintió un pequeño temor en su interior al pensar por un segundo que casi lo perdía… Se prometió en ese mismo instante, mientras se levantaba y le ofrecía su mano al otro muchacho, que no dejaría que nada los dañará. La próxima vez que esas bestias los quisieran atacar el acabaría con ellos…

- No te preocupes hermano- le dijo mientras le sonreía- Ya sólo te queda mejorar el aprendizaje, has estado practicando, eh?

Se incorporo rápidamente ofreciéndole su mano para levantarlo.

Aún podía oler a los animales y los sentía bastante cerca. El cuerpo se le estaba tensando de rabia e ira, todos los sucesos tan rápidos e inesperados. Su responsabilidad con su hermano ya no era un juego sino un deber. Cuando Loki le grito volvió a cogerle del brazo y lo cargo sobre sus hombros.

-Lo siento hermano así iremos mucho más rápido y no quiero pensar en nada hasta que los hayamos perdido de vista. Mientras estas aquí intenta iluminar el camino mientras yo me encargo de correr- Le dijo de forma contundente.

Una vez cargado a la espalda a Loki se dirigió a la oscuridad de la cueva donde no se oía ningún sonido. El dios del Trueno descendió por las entrañas de la cueva, gracias a los poderes de Loki podía avanzar sin tropezar… Cada vez que bajaban y se adentraban más, la temperatura junto con el ambiente se enrareció hasta que llegaron a una puerta de metal que les cerraba el paso.

Era una puerta de metal oscuro con marcas de espadas y en sus laterales se observaba unas escrituras que desconocía.Thor dejo con cuidado a Loki para que pudiera ponerse derecho, al mismo tiempo que intentaba captar algún sonido de los animales salvajes… Nada… Ni un sonido… ningún olor…

Loki se quedo observando la puerta detenidamente, buscando seguramente una forma de abrirla.

-Loki, como abriremos la puerta? Padre no nos dijo nada sobre que el paso estaría cerrado- dijo esperando a que su hermano le ofreciera una respuesta- Crees que si aporreo la puerta presentándonos la abrirán?


El ambiente se encontraba turbio, Thor se extrañaba y de su boca aparecieron palabras de cautela.

- Hermano se que te sonara un poco extraño pero los lobos no han entrado en la cueva y noto el ambiente algo… No sé cómo describirlo pero por si acaso estate preparado- dijo para alertar a su hermano para que tuvieran todos los sentidos puestos.

Loki se llevó la mano al muslo para frotárselo del escozor que sentía al haberse golpeado contra el suelo. Por suerte para los pequeños, sus cuerpos de dioses eran más fuertes y resistentes que el de los mortales. Thor se levantó el primero, con el rostro serio y alarmado miraba en todas direcciones buscando un rastro de los lobos. Después, el rubio le tendió la mano a su hermano y le levantó del tirón. Por un instante, Loki apreció su penetrante mirada, y hubiera gastado una moneda de plata para escuchar los pensamientos del rubio. Sin dejarle tiempo a reaccionar, los brazos de Thor sujetaron al otro muchacho y lo subieron a su espalda. Loki dejó escapar un grito de sorpresa y después se agarró fuertemente al cuello de su hermano cuando éste empezó a correr.

- No hacía falta que me cargaras… - susurró Loki, pero se sintió cómodo al no tener que trotar por las cavernas con sus pequeños y ligeros pies. Se irguió sutilmente desde la espalda de su hermano y alzó sus manos para lanzar un hechizo.- Cualquier momento es bueno para practicar…- recitó, esbozando una traviesa sonrisa.

De los dedos de Loki salieron hilos verdes que unidos entre sí formaban esferas a su alrededor y seguían sus movimientos. Loki los llamaba “Fuegos Fatuos”; unas luces tenues que danzaban a su alrededor y les iluminaban el camino.

Los hijos de Odín descendieron por las profundidades de las cavernas a pasos agigantados, dejando atrás por fin la espesura del bosque. Loki conocía de sobras la fuerza y el valor que poseía su hermano, capaz de enfrentarse a más de diez ogros el solo y sin recibir rasguño alguno, pero no era muy despierto en otros temas. En cambio, Loki podría presumir de su gran intelecto y de su especial capacidad para escabullirse de los problemas. Muchos de los Aesir lo llamaban “Loki, el dios de la Suerte”.

Thor y Loki, cada uno con sus cualidades y sus diferencias. Juntos hacían un equipo perfecto y casi imbatible. Dónde Loki no alcanzaba allí estaría Thor para compensar y viceversa. Cuando los dioses crecieran, serían temidos a lo largo y ancho de los nueve reinos.

- Empieza a hacer frío, hermano… - el moreno se frotó los brazos con sus manos y después acercó los fuegos fatuos hacia ellos, para intentar calmar sus temblores.

Al llegar al camino sin salida, Loki se bajó de la espalda de Thor y se acercó con precaución a dónde se encontraba la puerta metálica.

- ¡No la toques, hermano! – advirtió al rubio. – La puerta no debe abrirse a golpes, si alguien la toca de forma inadecuada una maldición terrible caerá sobre él… lo noto…está imbuida de una magia antigua que no logro comprender…

Loki Odinson dedicó varios minutos a analizar las escrituras de la puerta, rozándolas suavemente con sus dedos enguantados y sintiendo el frío silencio y la nada que les rodeaba. Aquel lugar parecía como si repeliera vida alguna; el viento había dejado de silbar, los ratones se escondían entre los resquicios de las rocas, e incluso un pequeño riachuelo temía murmurar en presencia de la puerta.

- Esto no es ningún idioma conocido, esto es un lenguaje de símbolos rúnicos… que si lo traducimos al dialecto de los Aesir… – las escrituras de la puerta brillaron en un tono plateado cuando Loki las acarició con su magia, y el joven empezó a leer el acertijo en voz alta.


Loki recitó el poema como un susurro, y entonces se le ocurrió una respuesta – Es Yggdrasil, ¡está hablando del árbol de la vida!

Y como consecuencia de sus palabras, las oscuras puertas metálicas dibujaron un brillante árbol de nueve ramas en su centro y después rechinaron. Los portones empezaron a abrirse lentamente y dejaron entrever el oscuro y tétrico pasaje de su interior.

Después de ti, hermano… - dijo Loki invitando a Thor a que entrara primero.

Cuando los grandes portones empezaron a abrirse lentamente, la tierra bajo los pies de los pequeños héroes se empezó a tambalear y al cabo de unos segundos ceso. El terrible peso de las piedras había provocado los temblores y que cayeran algunas piedras del techo que el joven dios decidió sacudirse sin el menor problema.

Thor a raíz del comentario de su hermano decidió entrar primero, en su interior sólo se encontró una continuación del túnel, oscuro, tétrico y frío… El camino descendía y el paisaje era bastante monótono con tanta piedra y tierra.

Su hermano lo siguió detrás suyo sin apartarse demasiado, le gustaba tenerle cerca siempre podían complementarse a la perfección y Loki era además de su hermano su mejor amigo. No dudaría ni un segundo al confiarle su vida, se habían criado juntos y sentía un vínculo muy fuerte.

Al cabo de unos minutos de descenso llegaron a una zona donde se encontraron con que el espacio se dilataba  y vieron como el túnel terminaba. La luz se filtraba y Thor decidió ir corriendo hacia la salida. Al llegar tubo que tener cuidado de no caer porque la puerta desencadenaba a un camino hacia un lateral y delante hacia el vacio. Unos cuantos metros que podrían ocasionarle unas cuantas fracturas. Debía de tener más cuidado y no emocionarse demasiado.

Era una zona donde aparecía una ciudad subterránea y las estructuras eran de piedra y los hábitats formaban pilares como estalactitas y estalagmitas. Ambos hermanos se quedaron impresionados ante tal espectáculo, no podían creer que fuera una ciudad tan grande…

- Hermano, es impresionante… Para ser enanos su ciudad es inmensa…- Dijo con asombro e intentando que sus ojos se depositaran en mirar fijamente a algo-  Estoy viendo un caminillo que nos llevara a bajo aquí a la derecha. Podemos bajar y preguntar a algún habitante sobre la localización del paquete. Qué opinas hermano?

Acto seguido ambos fueron descendiendo hasta llegar una zona plana donde se bifurcaban las calles y se elevaban los inmensos edificios de piedra y tierra. El ambiente seguía estando algo cargado o eso notaba el pequeño dios, pero al ver que no muy lejos se encontraba un mercado donde parecía haber mucho bullicio decidieron dirigirse por esa calle para poder averiguar como llegar a su destino.

- Hermano mira! Podemos preguntarles a ellos! Parece que hay como una especie de calle principal donde comercian, quizás también podamos encontrar algo interesante!- dijo con bastante entusiasmo mientras miraba a su hermano que también se moría de curiosidad.

La tierra tembló ante el terremoto que provocaron las puertas al abrirse. Loki también se sacudió el polvo gris que llovió del techo y siguió los pasos de su hermano hasta el interior de la cueva. Pasaron un buen rato caminando, y el pasillo era largo, estrecho y tétrico. No se escuchaba el menor sonido, únicamente el eco de sus pies caminando por la húmeda roca. Loki se pegó aún más a su hermano, no le tenía miedo a la oscuridad ni a los misterios que podrían surgir, pero se sentía más protegido si tenía a Thor a su lado.

Los muchachos siguieron descendiendo hasta que a lo lejos el túnel se abría y la luz entraba por el pasillo. Sus ojos acostumbrados a la oscuridad quedaron cegados durante un segundo cuando salieron del tétrico pasadizo. Entonces Thor empezó a correr hacia la luz, y su hermano, que no quería quedarse atrás, también le siguió.

- Espera, ¡hermano! – grito el joven Loki, que no corría tan deprisa como rubio. Thor se detuvo en seco, y Loki hizo lo mismo antes de que ambos chicos se chocaran. El camino de piedra seguía hacia un lado, y delante de ellos sólo existía el vacío. No quería pensar en lo que hubiera pasado si el futuro dios del trueno hubiera caído por el precipicio.  

Los hermanos siguieron descendiendo por el camino que llevaba a la ciudad subterránea, y quedaron maravillados con su arquitectura. Thor fue el único que lo expresó en voz alta:  

- Hermano, es impresionante… Para ser enanos su ciudad es inmensa…- dijo Thor con voz entusiasta.

- Deben de vivir muchos enanos aquí abajo… - susurró Loki tratando de contar con la mirada las miles de casas y cuevas que se alzaban a su alrededor. Asintió a la idea de su hermano, y continuaron bajando por el camino hasta toparse con una avenida concurrida que desembocaba en una plaza.

- Hermano mira! Podemos preguntarles a ellos! Parece que hay como una especie de calle principal donde comercian, quizás también podamos encontrar algo interesante!- comentó entusiasmado el rubio, mientras miraba los puestos de comercio. Loki siguió a su hermano y admiró la mercancía de los dependientes. Conforme avanzaban por la calle, los enanos les miraban fijamente y con cierto aire de desconfianza.

- Parece como si no tuvieran visitas del exterior de forma habitual… - comentó el moreno ante los silencios y las miradas fijas de los enanos.

Durante su paseo por el mercado, Loki vio varias piezas de fruta con formas extravagantes que no solían cultivar en Asgard. Se detuvo en un puesto de libros antiguos, y curioseó sus páginas, buscando alguna información útil y nueva. Pero todos eran libros polvorientos de leyendas ya escuchadas, así que volvió junto a su hermano que estaba admirando una tienda de armas, de filos y cuchillas curvadas. Eran armas exóticas que no se forjaban en Asgard. Los enanos eran bien conocidos por ser los mejores herreros de los nueve reinos.

- Disculpe, buen hombre… - dijo Loki llamando la atención al tendero – ¿Sabría decirnos dónde se encuentra el mejor herrero del reino? -

Odín no les había dado el nombre del enano que les debía entregar el paquete, pero teniendo en cuenta de que va a nombre del padre de todos, Odín sólo podía encargárselo al mejor de todos los herreros. El vendedor asintió con un leve fruncido de ceño y les señaló una gran tienda no muy lejos de dónde se encontraban. Loki le agradeció su información con una sonrisa (no olvidemos que los enanos se ofendían con facilidad así que debían ser amables), y ambos muchachos se dirigieron a la gran herrería situada al final de la plaza.

Cuando entraron en la tienda, escucharon el estallido del metal contra el martillo, varios enanos estaban trabajando en armas sumamente curiosas y paseaban de un lado a otro de la habitación. Uno de ellos se acercó al ver a los muchachos y gruñó un “¿qué queréis?”

- Somos Thor y Loki Odinson, hijos del padre de todos. Venimos a por el paquete que ha encargado Odín… - habló Loki con el orgullo de un asgardiano. El enano alzó una ceja y después resopló entre dientes.

- Venid por aquí… - dijo la criatura llevando a los chicos a la trastienda.

El enano se llamaba Eitri, y era considerado uno de los mejores herreros de Svartálfaheim. Esta misma criatura forjaría en el futuro del martillo Mjolnir para Loki, y después Odín se lo entregaría a Thor. Pero esta historia la dejaremos para otra ocasión…

El enano llamado Eitri guió a los jóvenes por las calles y callejuelas de la ciudad subterránea, el ambiente se encontraba turbio e enrarecido y todos los ciudadanos observaban con cierto rechazo y respeto a los dos jóvenes asgardianos. No parecía que fueran bien recibidos pero no tanto como para ser repudiados o eso pensó el pequeño tronador.

Caminaron largo rato hasta que llegaron a una zona más apartada donde reinaba la penumbra y se colocaron justo delante de una pared rocosa. La pared era de piedra clara y en toda su extensión presentaba escrituras de un dialecto que Thor desconocía. Suponía que sería lenguaje de los enanos o de civilizaciones antiguas, pero no era algo que le llamara demasiado la atención.

El enano avanzo colocando una mano en contacto con el muro de piedra blanquecina y recito una poesía en su dialecto… Acto seguido todos los caracteres, empezaron a iluminarse y la tierra empezó a tambalearse y se empezó a partir la piedra como abriéndose en forma de puerta que se alzaba hasta donde no alcanzaba la vista en esa penumbra.

Thor tuvo que sujetar a su hermano Loki porque había tropezado y perdió el equilibrio. Se devolvieron la mirada a modo de gratitud y se reincorporaron en seguida cuando cesaron los temblores.

Al joven asgardiano no le daba buena espina todo aquello, tenía un extraño presentimiento como si las cosas no fueran tan sencillas como las había explicado su padre…


- ¿Donde nos dirigimos señor?- pregunto un tanto seco e imponente.

- Nos dirigimos a las entrañas de la montaña, donde se encuentra el castillo y la gran forja de los enanos… Allí nuestro monarca os atenderá… Hijos de Odín… O si no me mires con esa expresión jóvenes príncipes se quienes sois y en nuestras tierras estamos pasando por una serie de problemas… Nuestro rey os explicará la situación con mejores detalles… yo sólo soy un humilde siervo…- dijo girándose hacía los muchachos mostrando su hilera de dientes afilados y su sonrisa turbada.

Los jóvenes se quedaron observando esa extraña sonrisa que mas que alentarles provocaba mas desconfianza.

- Hermano… No sé porque no me fio de él… es bastante extraño… No te parece?- preguntó Thor en susurros a Loki para que el enano no se percatara de que detrás de él mientras avanzaban estaban hablando.

- Me da mala espina, de todas formas nos mantendremos preparados- le advirtió mientras observaba como el camino se iba iluminando mostrando a lo lejos una entrada de oro. Eran las puertas del castillo incrustadas de joyas y diamantes, todo ello bañado en oro.

Los dos muchachos siguieron al tosco y misterioso enano Eitri. El joven Loki no se despegó de su hermano, puesto que desconfiaba de las miradas altivas de los ciudadanos que les rodeaban. Sus maliciosos ojos y el silencio que reinaba en aquel mundo subterráneo le incomodaban.

Eitri les condujo a una zona apartada y con el roce de su mano dio vida a una pared rocosa con una poesía marcada con acento rúnico. Loki esbozó una ligera sonrisa recordando la adivinanza que les había conducido hasta la ciudad de los enanos. A esos pequeños seres les encantaban los acertijos, los juegos de palabras y las rocas brillantes. Y para Loki eso era aún más divertido.  

El suelo tembló, y donde hubo pared ahora había una puerta, un umbral tan alto que los ojos no alcanzaban a ver. La humedad y la oscuridad engulleron a los dos hermanos cuando cruzaron el pasillo de piedra, y el pequeño y frágil cuerpo de Loki se erizó al sentir el frío de las cavernas. El moreno tropezó con una roca que sobresalía en el camino, pero Thor consiguió equilibrarlo con sus fuertes brazos. El hechicero le agradeció en silencio, y siguieron al enano que se había adelantado a pesar de sus pequeños pies.

- Aquí hay enano encerrado, hermano… - susurró el hechicero cuando Eitri terminó de hablar. Los enanos parecían estar en algún tipo de apuro y necesitaban ayuda, pero la sonrisa del herrero no le pareció muy de fiar.

- Siempre estoy preparado, Thor.- sonrió el moreno con diversión en sus labios, y se llevó la mano al libro de conjuros que llevaba atado al cinto y del cual nunca se despegaba.

Los dos hijos de Odín siguieron con cautela al herrero, que les condujo hasta las mismas entrañas de la montaña, dónde se escondía un castillo de roca tallada y piedras preciosas. A pesar de la profunda oscuridad, el castillo relucía gracias a los minerales brillantes que adornaban sus ladrillos, ventanas y puertas. Y por no mencionar el lago de lava que rodeaba por completo la fortaleza. El brillo rojizo se reflejaba en las paredes del castillo dándole un aire peligroso y misterioso.

- Sinceramente, prefiero mil veces los castillos en el cielo… - confesó Loki mientras tragaba saliva al ver la ferocidad de la fortaleza del rey. – Que mal gusto tienen estos enanos…- susurró esta vez con voz más apagada, para que únicamente le escuchara su hermano.

- Por aquí, hijos de Odín… - indicó el herrero, acompañándoles hasta un puente de piedra que terminaba en la entrada del castillo. Dos guardias enanos les cedieron el paso en silencio, y llegaron a una grandiosa sala de paredes de oro y piedras preciosas, dónde les esperaba el rey enano sentado en su trono.

-¿Quién va? – dijo el rey con un gruñido ensordecedor.

- Somos Thor y Loki Odinson, enviados por el padre de todos para recoger lo que le pertenece.- dijo el joven embaucador mostrando su total respeto con una reverencia. Loki agarró la manga de su hermano e insistió en que se inclinara con él.

El rey enano se mesó la barba, pensativo, y con un chasquido de dedos uno de los guardias le trajo un cofre de plata y les mostró su contenido. Lo que había en su interior era un lujoso collar de oro blanco con motivos florales, cuentas con hermosos rubíes y un enorme zafiro en forma de corazón en el medio. La gargantilla era ostentosa y recargada, pero brillante y hermosa.

-¿Qué cursilada es esta? - Loki alzó una ceja incrédulo y entonces lo entendió. – Es para nuestra madre…

- Así es, confirmó el rey enano. Odín me pidió este hermoso collar forjado por los mejores herreros de mi reino para su esposa Frigga. Y bien… ¿traéis el pago? – dijo inclinándose desde su altivo asiento para observar mejor a los muchachos.

- ¿Pago? – Susurró, y entonces miró sorprendido a su hermano, buscando su apoyo.- Padre no nos dijo nada de esto… ¿Y ahora qué hacemos?

Cuando se abrió el cofre, Thor esperaba encontrar algún tipo de artefacto belicoso pero en su lugar apareció un collar, demasiado pomposo para su gusto… Todas sus grandes expectativas e ilusiones se fueron al garete en un segundo. A pesar de ello, consideró que era un collar brillante y bonito pero no atrajo su interés en lo más mínimo.

Era un regalo para la Madre de Todos de parte del Gran Odín…Thor se quedo con aire indignado,  ya que padre podría haber enviado a cualquier sirviente a por el regalo y no enviarles a ellos. No es que le molestará ir a buscar un encargo pero no comprendía tanto secretismo  en ir a recoger una alija.
Volvió a la realidad cuando escuchó a su hermano hablar con aire preocupado y buscando su ayuda. Se separo lentamente de la caja con aire serio y clavo la mirada en el monarca.

- El Gran Padre de Todos nos ordeno personalmente en recoger el encargo que se os encomendó. No nos mencionó en  ningún momento que tuviéramos que hacer ningún pago- dijo de forma clara y directa, pues no entendía esa actitud tan arrogante del enano- Cual era el precio que debíamos pagar según vos?

Espero la respuesta del enano y dio tiempo para que su hermano pensara algún plan alternativo por si la respuesta no era del agrado de ambos.

El joven asgardiano no pensaba que fueran a atacarlos pero quizás si esperaba encontrar la famosa avaricia que corrompía a los seres… Quizás eso es lo que les ocurrió en ese reino.

- Osas decir que nuestro soberano miente, mocoso impertinente…- dijo  el sirviente enano mientras escupía cada palabra como si los maldijera y detestara- Nuestro gran monarca quiere lo que es justo, un tesoro de este calibre merece un pago.

- Osas decir en este caso que  Odín, El Gran Padre de Todos miente?- dijo devolviendo la misma pregunta, pues Thor sabía que no debía ceder pese a las provocaciones pero… Le costaba mantener la compostura. Desde siempre su problema había sido su impulsividad.

El monarca observo la situación y decidió incidir para calmar los ánimos, pues sabía que no era inteligente enemistarse con Odín. De algún modo encontraría un pago justo sólo debía pensar muy bien en que…

- Jóvenes príncipes, podéis pasar la noche en palacio, mientras enviaré un mensajero a Asgard para que averigüen que ha pasado con el pago que se me había prometido. Puede que todo haya sido un malentendido- dijo preguntándose qué es lo que había ocurrido. Desde hacía años que algo en su reino no funcionaba bien… se olía una posible traición desde dentro-   Le ruego que disculpen a mis sirvientes y mi gente, desde hace tiempo que nos encontramos bajo una época oscura. Nosotros antes no éramos así… agradecería que descansarais mientras averiguamos que ha ocurrido. Ahora retiraros, mis sirvientes os acompañaran a una habitación del castillo.

Thor y Loki aceptaron el ofrecimiento del rey con cierta preocupación ante la situación.

La tensión crecía en el gran salón del trono del rey enano de Svartálfaheim, incluso podría llegar a cortarse con un cuchillo. Su majestad estaba indignada con el trato de los dos jóvenes y acusaba a Odín de no realizar el pago que le correspondía, a cambio del hermoso collar tallado en oro blanco, una pieza exclusiva para su señora esposa Frigga.

Thor se enfrentó a las acusaciones del enano con valentía, mientras Loki pensaba en la manera de calmar la situación de forma diplomática. No era de sabios tener como enemigo al reino enano, y lo que menos necesitaba Asgard ahora era otra guerra, puesto que acababa de salir de una muy dura y cruel. La batalla contra los gigantes del hielo de Jotunheim había supuesto una rendición definitiva de los otros reinos a favor de Asgard, y había traído la paz para todos los habitantes del Yggdrasil. Pero las heridas de guerra aún eran recientes y se abrirían con facilidad si no tenían cuidado.

El rey enano recapacitó al ver la inquebrantable voluntad del pequeño tronador, y reflexionó acerca de sus palabras mientras se mesaba la larga barba.

- Majestad, el padre de todos siempre cumple con sus promesas y de seguro que tendréis un pago por la hermosa pieza de joyería. – Dijo el pequeño embaucador tomando la palabra de su hermano e inclinándose con respeto en dirección al hombre que ocupaba el trono.-  Estoy seguro de que ha habido un malentendido. Quizás debamos informar a Odín de esta pequeña incidencia…

- Jóvenes príncipes, podéis pasar la noche en palacio, mientras enviaré un mensajero a Asgard para que averigüen que ha pasado con el pago que se me había prometido. Puede que todo haya sido un malentendido. Le ruego que disculpen a mis sirvientes y mi gente, desde hace tiempo que nos encontramos bajo una época oscura. Nosotros antes no éramos así… agradecería que descansarais mientras averiguamos que ha ocurrido. Ahora retiraros, mis sirvientes os acompañaran a una habitación del castillo.

Loki quiso preguntar acerca de esa “época oscura”, pero supuso que su curiosidad en aquel momento haría enfurecer aún más al monarca. El muchacho se mordió la lengua y siguió  a su hermano hasta la alcoba que les había asignado, dónde descansarían plácidamente hasta el día siguiente. Caminaron en silencio junto a uno de los sirvientes enanos y cruzaron los fríos pasillos del castillo de piedra, iluminados por una fila de luces rojas que provenían de las antorchas. A pesar de la calidez de la luz, Loki sintió un repentino escalofrío que recorrió su pequeño cuerpo. El moreno lanzó una mirada de terror en dirección al pasillo que dejaban atrás, pero no vio nada que llamara su atención. Aún así, no pudo quitarse la sensación de frío y muerte. Alguien no muy lejos de dónde se encontraban acababa de usar una magia muy poderosa…

-¡Hermano! – Susurró Loki alertado, mientras cogía a Thor de sus ropajes.- No es nada… - Dijo al final, al ver que había atraído la atención indeseada del enano que les acompañaba.

Una vez se quedaron solos en la habitación, Loki se tumbó en una de las camas que habían preparado y miró a su hermano con preocupación.

- No me preguntes porqué, hermano… pero tengo un mal presentimiento…

Cuando llegaron a la habitación los dos hermanos se relajaron un poco, al ver que podían estar solos. De esta forma podrían recapacitar acerca de que podían hacer ante esta situación tan inesperada… Al ver que su hermano había compartido su inquietud con él y compartía su opinión acerca sobre el mal presentimiento.

-Yo también tengo un mal presentimiento sobre todo esto… No crees que es muy extraño?- le pregunto aun sabiendo cual iba a ser la respuesta de Loki- Al Gran Padre de Todos, nuestro padre, no nos habría enviado con las manos vacías si resultaba ser una compra de un articulo. Todo esto me huele a chamusquina…

Se acerco a la cama donde Loki se encontraba tumbado y se dejo caer encima de él, chafándolo pero sin hacerle daño. Todo aquello le reconcomía la sesera y seguramente su hermano estaría dándole igual de vueltas o más… De esta forma lo podía incordiar y hacerle reír.

- Venga hermano…Si sigues poniendo esa cara de preocupación vas a acabar por echar humo por las orejas…- dijo Thor con una risa picarona para explicarle su plan- Tengo una idea, porque no salimos a hurtadillas de la habitación sin que nos vean y espiamos un poco a ver que podemos encontrar. Sé que se te dan bien los trucos de magia… porque no nos disfrazamos de enanos y lo averiguamos- le sugirió mientras seguía encima suyo riéndose y susurrándole el plan para que sólo fuera oído por su hermano, así cualquier persona que estuviera escuchándoles se pensaría que estaban jugando a incordiarse sin poder sospechar.

Mientras esperaba la respuesta de su hermano decidió hacerle cosquillas, no le gustaba ver a su hermano pequeño preocupado.

Aunque a veces le incordiaba, siempre había estado muy unido a él y sabía cuando su cabeza le hacía malas pasadas. En ocasiones, sentía que Loki se encontraba triste aunque pretendía disimularlo a él no podía engañarlo. Thor a diferencia de su hermano, tenía una mente algo más simplona pero no estúpida y sabía ver el interior de las personas.  

- Bueno, entonces… que tal si hacemos algo de provecho? Puede ser esta noche o cuando te apetezca. Eso sí, más vale que sea pronto porque si me aburro demasiado te torturare con cosquillas- Le dijo mientras se apartaba de encima suyo mientras sonreía.

Cuando los hijos de Odín entraron en la habitación, el guardia enano cerró la puerta con llave. No eran prisioneros del rey enano, pero Loki se sentía como uno después de lo ocurrido. El padre de todos les había enviado a Svartalfheim sin nada más que sus armas y aptitudes a buscar la joya más hermosa jamás creada para su mujer. Pero los enanos exigían un pago del que Odín no había hablado. ¿Qué significaba eso? El chico seguía con sus inquietudes pero estaba cansado del largo trayecto, así que se tumbó en su respectivo lecho y miró con ojos curiosos el techo de piedra rojiza. Entonces el pequeño de los hermanos soltó un quejido con una sonrisa al ver que su hermano se abalanzaba sobre él a aplastarle.

-¡Ey! – Protestó- ¡Qué tu tienes otra cama para ti! – Loki no pudo contener la risa cuando Thor se dedicó a hacerle cosquillas mientras le susurraba el plan en el oído para que las paredes no escucharan. - ¡Vale! ¡Vale! ¡Pero para ya! Jajajajajaja

Loki casi estaba llorando de la risa cuando su hermano se apartó de él. Ambos muchachos se  miraron y el pequeño embaucador le dedicó una sonrisa agradecida. Thor siempre estaba tratando de animarlo cuando lo veía triste, y aunque Loki nunca le contaba sus problemas y mayores temores, sabía que podía contar con su hermano siempre que lo necesitara.

El moreno se levantó de la cama y se acercó de forma sigilosa hacia la puerta. Metió el dedo índice en la cerradura y susurró un conjuro. Un fugaz brillo verde inundó el cerrojo y acto seguido se escuchó un ¡CLANK! El muchacho se giró entonces hacia su hermano.

- Sólo podré mantener la ilusión diez minutos, para entonces deberíamos regresar a la habitación antes de que los enanos se den cuenta de que no estamos… - susurró, y con un giro de muñeca, Thor y Loki adoptaron la forma de dos enanos feísimos; el primero con unas largas trenzas rubias recogidas en anillos de metal, y el segundo con una larga barba negra que casi llegaba hasta el suelo. Loki señaló a su hermano, que seguía siendo rubio pero enano, y se llevó la mano a la boca intentando no reírse de su nuevo aspecto. Le había hecho especialmente feo para chincharle un poco.

Los dos hermanos enanos abandonaron la habitación con sigilo, y trataron de recordar el camino de vuelta a la sala del trono. Esquivaron a los guardias que patrullaban por los pasillos  y se escondieron en una pequeña habitación llena de barriles de vino y cerveza. Escondidos detrás de dos barriles, lograron escuchar una interesante conversación entre dos guardias del rey que descansaban de su vigilancia y bebían alcohol para animarse.

- Esta semana han muerto dos enanos más…
- ¿Otros dos idiotas que querían alcanzar la gloria?
- No hay manera de deshacerse de esa criatura… y el rey ya ha perdido demasiados hombres por su culpa. Parece ser más listo que todos nosotros…

El cuerpo de Thor fue metamorfoseándose hasta convertirse en un perfecto enano, delante del espejo de la habitación podía verse a si mismo pero sin poder reconocerse. Era increíble la capacidad y los dones mágicos que tenía su hermano.

Con este aspecto no habría ningún problema en infiltrarse para poder espiar un poco y averiguar qué clase de artimañas se llevaban en el reino de los enanos. Ya que desde el inició de su aventura algo no había estado funcionando bien.

- Sólo podré mantener la ilusión diez minutos, para entonces deberíamos regresar a la habitación antes de que los enanos se den cuenta de que no estamos… - susurró Loki.

- No te preocupes sólo será una pequeña incursión para averiguar algo que nos pueda servir, además que si es una trampa podremos averiguar de qué se trata- le explico Thor con enfásis.

Ambos muchachos se escabulleron por la puerta y fueron por los pasillos  del palacio, buscando algo que les pudiera servir de ayuda para la situación en la que se encontraban.  De golpe, escucharon a dos enanos murmurar sobre la muerte de dos enanos que querían alcanzar la gloria.

Los dos aventureros convertidos en enanos se acercaron un poco más para escuchar acerca de los estragos que había sufrido la población del reino donde se encontraban.

- Esa criatura acabara con nosotros o en el peor de los casos una vez muertos seremos sus esclavos… -dijo mientras volvía a pegar un trago largo de su jarra- lo peor… es que nuestro rey no quiere saber nada de este tema… cree que son fantasías y cuentos de viejas nanas.

- Elroyd, un amigo enano de hace muchos años, logró ver a la criatura vagar por las calles de noche…- se aventuro a contar una batallita- me explicó que ese ser… se parecía al difunto hijo de nuestro rey… Que buen chico era el príncipe, lástima que muriera en circunstancias tan extrañas…El rey nunca superó su muerte y mantiene a su hija como si no existiera… Como alguien invisible…

- OH! porfavor que sandeces estas explicando… todos sabemos que circunstancias fueron… esa víbora que envenena la mente de nuestro rey es…- interrumpió su discurso de borracho al darse cuenta de que había alguien más, por temor a quedar como un mal guardia mantuvo su boca en silencio por el contrario su compañero continuo con su discurso poco inconexo y atascándose o subiéndose por las ramas en la trama.

- Pues dijo que lo vio, por mis barbas que las pongo en el fuego ahora mismo. Es mi compañero de batallas y creo en su noble… pa-pa-palabra…- le costaba continuar narrando y los muchachos escondidos y escuchando comenzaban a inquietarse porque el tiempo trasncurría muy deprisa- Elroyd… cree haber visto el cuerpo del príncipe como si fuera una criatura oscura… vagando para conseguir almas… dijo que le recordaba a un… nir...mante… - sentenció antes de caer dormido profundamente.

- Por mis barbas! Cómo puedes quedarte dormido y no terminar la dichosa historia! Qué clase de cosa es un “nirmante”… te los has inventado… tu y ese Elroyd… No sé porqué bebo contigo…- Dijo mientras pegaba un último trago y caía rendido.

Los jóvenes se miraron boquiabierto… Primero por la historia y segundo por como se habían dormido bebiendo de esa forma tan absurda.

- Hermano… que tal si vamos a la sala del trono a mirar si encontramos algún retrato del príncipe?- le pregunto- tengo curiosidad por saber como es y si es así quizás explicaría porque todo es tan raro en este lugar.

Loki había tenido un mal presentimiento desde que llegaron a las tierras enanas, y la intuición de su hermano en este asunto confirmó el mal augurio que sentía. Ninguno de los dos jóvenes estaba a gusto encerrado en aquella torre de mala muerte enterrada bajo la ciudad de tierra y fuego. Algo malvado y tenebroso yacía en las profundidades del corazón de la capital minera, y estaban dispuestos a averiguar de qué se trataba.

La conversación que estaban escuchando a escondidas resultó ser más útil de lo que esperaban. Los dos guardias enanos, a pesar de que divagaban por culpa del alcohol, contaban la historia de un príncipe muerto que ahora estaba maldito. A Loki le encantaban esa clase de historias; cuentos para no dormir, fragmentos de leyendas adornadas con bellas palabras para hacerlas más interesantes... Muchos trovadores explicaban sus historias como si sólo se trataran de fábulas con moraleja. Pero todo hechicero sabe que hay una parte de verdad en todas esas leyendas épicas…

De pronto uno de los enanos detuvo la charla, y Loki estiró del fuerte brazo de Thor hasta obligarle a que se agachara aún más. Parecía que el guardia se había percatado de su presencia, y miró en dirección a los barriles. Los hermanos escondidos escucharon los pasos del enano, el sonido de la sus pisadas se iba acercando cada vez más a ellos… hasta que de pronto, Loki hizo un pequeño conjuro, y una rata grisácea salió correteando de entre los barriles, huyendo en dirección contraria.

-¡Asquerosos roedores! ¡Deberían traer de una vez al exterminador! – exclamó el enano enfurecido. Había estado a punto de descubrir el escondite de los muchachos, pero tan pronto como vio al ratón, se marchó por donde había venido. Los dos guardias retomaron el relato, pero les dejaron sin el final por culpa de la gran borrachera que llevaban. Aún así, gracias a ellos tenían más cosas que investigar.

Loki se mantuvo agazapado hasta que ambos hijos de Odín salieron al silencioso y solitario pasillo. El hechicero se acercó a la puerta que tenía más cerca y la abrió, descubriendo que era un simple trastero donde guardaban las escobas y los cubos de fregar. Ambos hermanos escucharon los pasos de otro enano que provenía del final del pasillo, así que para no ser descubiertos, decidieron encerrarse en el trastero hasta que el guardia pasara de largo. Estaban un poco estrechos allí dentro, pero al menos tenían un lugar más privado para poder hablar con tranquilidad.

- Así que el rey tenía un hijo… y éste murió en extrañas circunstancias... puede que la princesa sepa más al respecto. El enano ha dicho que el rey la tenía apartada, debe de saber lo que le ocurrió a su hermano el príncipe.

- Hermano… ¿Qué tal si vamos a la sala del trono a mirar si encontramos algún retrato del príncipe?- le preguntó al moreno- tengo curiosidad por saber como es y si es así quizás explicaría porque todo es tan raro en este lugar.

-¡Es una genial idea! Vayamos a la sala del trono mientras el conjuro se siga manteniendo estable…

Tan pronto como dejaron de escuchar los pasos del guardia, Thor y Loki salieron de su escondite y avanzaron con celeridad hasta llegar a la sala del trono.

El pequeño Loki le seguía dando vueltas a la historia de los enanos: Una criatura misteriosa que vagaba por las noches en busca de almas… un príncipe muerto en extrañas circunstancias, y un misterioso personaje que envenenaba la mente del rey… pero había algo más de ese relato que lo inquietaba ¿Qué corcho era un Nir-mante?

Los dos muchachos salieron con presteza en dirección a la sala del trono para buscar más pistas sobre los últimos acontecimientos en los que se encontraban metidos. A pesar de su envoltura mágica tuvieron mucho cuidado en no ser descubiertos y pasaron inadvertidos a medida que avanzaban por los intrincados pasillos de la corte enana. Era evidente que debían  evitar por todos los medios meterse en más líos hasta descubrir y resolver los distintos enigmas de esta aventura en la que se habían embarcado.

El pequeño tronador seguía dándole vueltas a la cabeza por todo lo sucedido, ya que la situación sólo le confirmaba sus sospechas de desconfianza.  La actitud tan poco acogedora que habían recibido por parte de los enanos y el claro repudio que habían recibido, habían sido las semillas de la desconfianza.

Una vez llegado a la sala principal del trono, se dispusieron a indagar por la sala en busca de algún cuadro familiar dónde apareciera el príncipe. El resultado fue algo desalentador para ambos ya que no había ningún cuadro sobre el hijo del rey.

- ¿Cómo es posible que ni siquiera haya una sola imagen del hijo del rey?- preguntó susurrando a su hermano que se encontraba a pocos metros cerca de donde se encontraba- No entiendo porque  el rey oculta la imagen de su hijo… Quizás no quiere que los demás lo recuerden o puede ser un recuerdo doloroso…La cuestión es que si no encontramos una imagen en esta sala, quizás la podamos encontrar en algún libro.

No sabía exactamente si los enanos tendrían una biblioteca pero si estaba seguro que no accederían a oferecer sus secretos más preciados así como así. Mientras esperaba la respuesta de su hermano vio unas hachas enanas cruzadas entre si y colgadas sobre una tela larga. Se acerco y sin titubear Thor agarro una de las hachas con fuerza. Tiró de ella hasta sacarla de su soporte… En ese momento se escucho un ruido de aire detrás de la tela.

Un pasadizo secreto detrás de la tela, lleno de antorchas se abría ante los dos muchachos que se quedaron con la boca abierta.

- Sólo quería ver el hacha… No es un arma enana… - le explicaba intentando disculparse al ver que podría haber sido una trampa o una alarma que los pudiera haber metido en un gran lio- Hay inscripciones élficas en el mango. Me parece curioso que tengan estos grabados en ellas, ya que no se tienen demasiada simpatía.

Bajaron por el pasillo y encontraron que desembocaba en  una sala, parecida a unas catacumbas reales. Sarcófagos de oro y piedra, envolvían el lugar honrando a los distintos reyes y reinas enanos que vivieron desde la antigüedad. Algunos de ellos fueron reconocidos por los muchachos de los cuentos que le contaba su madre antes de acostarlos.

Les llamo la atención a ambos un sarcófago distinto a los demás, un rectángulo de piedra negro como la noches y envuelto en plata con cadenas del mismo material.

Se aproximaron a ver su interior que se encontraba vacío y unas inscripciones esculpidas en la piedra que decían: “ ….. fría y negra sobre el cuerpo maldito del ni…mante”

Loki siguió a su hermano hasta la sala del trono, evitando que por el camino ninguno de los guardias les descubrieran. Ya quedaba poco para que el hechizo de ilusión que les hacía parecer enanos se desvaneciera, así que tenían que ser rápidos en sus quehaceres si querían estar a tiempo de vuelta a su celda-habitación.

La sala del trono parecía sospechosamente vacía, y los hermanos Odinson no dudaron en aprovechar su suerte y buscar ávidamente un retrato del hijo del rey. Pero desgraciadamente para ellos no  había ni un sólo cuadro del misterioso príncipe enano que murió en extrañas circunstancias.

- ¿Cómo es posible que ni siquiera haya una sola imagen del hijo del rey?- susurró el tronador- No entiendo porque  el rey oculta la imagen de su hijo… Quizás no quiere que los demás lo recuerden o puede ser un recuerdo doloroso…La cuestión es que si no encontramos una imagen en esta sala, quizás la podamos encontrar en algún libro.

- Buena idea, hermano. Estoy seguro de que tiene que haber un registro real por alguna parte, con la biografía de cada uno de los miembros reales de Svartálfaheim. Busquemos alguna biblioteca o… - y cuando el moreno se dio cuenta, su hermano ya se había lanzado a comprobar la calidad de una de las hachas que había colgadas en la pared real.- ¡No toques nada! - exclamó apurado el hechicero, pero ya era demasiado tarde.

Cuando Thor desprendió el hacha de su pedestal, se escuchó el sonido de un cerrojo al abrirse, y la tela que cubría la pared reveló un pequeño pasadizo secreto. Loki se quedó con la boca abierta y miró a su hermano y al pasadizo varias veces. Después esbozó una amplia y divertida sonrisa.

- Sólo quería ver el hacha… No es un arma enana… - acertó Thor, su hermano tenía que reconocer que era bueno distinguiendo esa clase de cosas- Hay inscripciones élficas en el mango. Me parece curioso que tengan estos grabados en ellas, ya que no se tienen demasiada simpatía.

- ¡Esto es alucinante, hermano! - dijo con entusiasmo, acercándose al pasadizo y analizando las hachas que había cogido su hermano. Definitivamente eran hachas élficas, no solo por la lectura que había grabada en ellas, sino por su longitud y la ligereza de su material. Loki analizó uno de los versos en élfico y logró entender una frase: “De un rey para otro rey”.

Dejaron las hachas en su sitio y se adentraron en el oscuro y profundo pasadizo secreto. Ninguna luz iluminaba el camino, y Loki tuvo que realizar un pequeño hechizo de luces danzantes que les acompañó durante el largo recorrido. Bajaron unas escaleras que les parecieron infinitas y llegaron finalmente a una gran habitación. Los hermanos habían encontrado las catacumbas reales, y quedaron maravillados tras observar los sarcófagos de diferentes tamaños, esculpidos en oro plata y piedras preciosas. Pero había uno de ellos que les llamó poderosamente la atención…

-Hermano… ¡mira esto! - exclamó Loki fascinado, y trató de llamar la atención de su hermano con un gesto. El moreno se adelantó al sarcófago negro envuelto con cadenas de plata para saciar su curiosidad. En el interior del mismo no había nada, pero el hechicero logró distinguir algunas de las palabras escritas en el idioma rúnico de los enanos.

- Fría y negra sobre el cuerpo maldito del Ni...mante. No logro distinguir el conjunto de letras del medio. Pero es de lo que hablaban los guardias borrachos. ¡El Ni-mante! ¡Esta debe de ser la tumba del príncipe muerto! - dedujo el moreno.- Y si el cuerpo no está aquí, eso quiere decir que la historia de Elroyd es real, y que el príncipe está vagando por las calles en busca de almas que devorar… - dijo con un tono siniestro mientras se acercaba a su hermano lentamente, haciendo ver que tenía intenciones de morderle en el cuello, como un vampiro.

Y dicha aquella frase, el hechizo que camuflaba sus verdaderas identidades desapareció. Loki y Thor volvieron a ser los mismos de siempre, y el menor chasqueó la lengua molesto al ver que su conjuro había terminado.

-¿Thor, qué hacemos ahora? ¡Si nos pillan estaremos muertos! ¡Deberíamos volver a la habitación antes de que se den cuenta de que nos hemos escapado! - insistió Loki, sacudiendo a su hermano por las vestiduras.

Una vez terminaron de analizar las catacumbas reales, deshicieron sus pasos hasta llegar a la entrada cubierta por el trozo de tela y las hachas élficas. Loki se adelantó y asomó su pequeña cabeza para comprobar que nadie había regresado a la sala del trono. Pero antes de que pusiera un paso fuera de su escondite, el eco de una siniestra y malvada carcajada llegó a oídos de los dos hermanos. Al instante sus huesos se sacudieron del susto y la sangre de sus venas se heló. Escondidos tras el trozo de tela, buscaron de dónde provenían las maquiavélicas carcajadas, pero sólo lograron ver la sombra de un hombre encorvado y con cuernos que se alejaba de la estancia...

Los dos jóvenes volvieron hacía la entrada del túnel que daba a parar a la sala den trono real.

Durante el trayecto, la cabeza de joven asgardiano empezaba a intentar atar los cabos sueltos de la situación donde se encontraban y que pintaban ellos en esta. Ambos no comprendían los entresijos de la corte, pero poco a poco irían averiguándolo de eso estaban seguros.

Una carcajada maquiavélica surgió de entre la oscuridad, pero ninguno de los dos pudo atisbar nada salvo la silueta de una sombra curva y retorcida. En esos momentos se encontraban bastante ocupados intentando ocultarse para no ser descubiertos.

Thor comenzó a notar una sensación extraña en el cuerpo, como un cosquilleo que le recorría sobre su piel… Era el primer síntoma de que el hechizo de su hermano estaba perdiendo su efecto. Si su apariencia real era revelada, dejando de ser enanos, y los descubrían podrían ser expulsados de la corte y poner en un gran aprieto al Padre de Todos. Odín, perdería la confianza en ambos y no sólo se llevarían una gran reprimenda, sino que pondrían triste a su madre…

- Hermano, creo que estoy notando como el hechizo poco a poco se desvanece y va perdiendo su efecto. Quizás deberíamos retirarnos por hoy y descansar, así recobraremos fuerzas- le susurro cerca del oído para que el ruido no fuera percibido por ningún ser de la sala- Debemos volver a la habitación cuanto antes e intentar evitar a los guardias de la corte.

El joven saco la cabeza de su escondite y miro a su alrededor para hacer una pequeña carrera hasta la puerta por donde habían entrado anteriormente. Al no ver ningún alma en la sala real del trono, agarro de la mano a su hermano y comenzó a correr mientras tiraba de él con fuerza. No podía perder tiempo en ser descubiertos y debían de correr con presteza, pero sin levantar ninguna sospecha.
Al cabo de unos minutos a paso ligero, llegaron casi a su habitación cuando de repente fueron sorprendidos por un guardia que se encontraba justo delante de la puerta. Este se giró a recibirlos sin ningún tipo de sospecha.

- ¿Buenas hermanos, que se os ha perdido por estos pasillos?  - dijo echando su aliento borracho sobre los dos jóvenes envueltos en el hechizo- Me he pasado a ver a estos dos estúpidos pequeños asgardianos… Os lo podéis creer que el OH! Gran Padre de Todos no es capaz de venir a nuestro reino… Envía a un par de mocosos malcriados a solventar los problemas.

- Buenas her-hermnano! Hemos salido a dar una vuelta por… los alrededores… No fuera que esos mocosos se hubieran atrevido a salir de su habitación- contestando lo más creíble posible. Para el joven tronador mentir no era una de sus virtudes y el mismo lo sabía.

El enano saco de debajo de su capa una pequeña bota llena de sin ninguna duda de alguna substancia con alcohol. Cuando destapo la bota, surgió de su interior un hedor que hizo que los jóvenes se pusieran tensos de incomodidad.  Ambos se aguantaron las ganas de vomitar cuando ese olor llego a rozar sus fosas nasales.

- ¿Camaradas, que os pasa? ¿No me digáis que no habéis probado nunca el licor de mi querido hermano? Destilado en las mismísimas minas – Añadió con orgullo mientras sacudió la bota delante de ellos y se iban esparciendo gotas de licor por el suelo.

- No hemos probado esa delicia digna de los enanos como nosotros- fue explicando toscamente, ya que poco a poco se iba quedando sin ninguna idea. No tenía ganas de probar esa porquería que olía peor que a estiércol.

Thor se giró para hacerle una mirada cómplice a su hermano en busca de ayuda. Cuando se volteo para verlo la cara de su hermano estaba contraída de asco y espasmo… Asco por esa bota llena de ese hedor nauseabundo y espasmo porque los ojos de Thor se tornaron azules. Era el color de sus ojos original… Si no se daban prisa serían descubiertos por ese borracho estúpido.

Por alguna extraña y mágica razón, Loki sintió como un escalofrío recorría todos los rincones de su cuerpo y le erizaba los cabellos de la nuca. Todo fue a causa de aquella misteriosa risa maquiavélica, que se desvaneció gradualmente a medida que avanzaba por el pasillo por donde habían venido los hermanos.  

Loki se sobresaltó cuando Thor le susurró al oído. En cuanto se giró para mirarle, se dio cuenta de que el hechizo ya se estaba desvaneciendo, y de que estarían en un aprieto si alguien les descubría de esa guisa. Trató de remediarlo, lanzando un conjuro prolongador que era más sencillo de realizar que volverles a cubrir con la magia de los disfraces. Eso agotó al pequeño, y supo que si realizaba algún hechizo más aquella noche caería exhausto.

— Tienes toda la razón, hermano...— susurró el moreno, tratando de evitar los oídos indiscretos de la corte Enana. — Volvamos a nuestra habitación en el más absoluto silencio…

En cuanto salieron de su escondite, Loki volvió a mirar la pared donde se había reflejado la sombra torcida y tuvo un mal presentimiento. Tragó saliva, y siguió corriendo detrás de su hermano como pudo. El rubio le había cogido de la mano, y era indudable que el joven Thor era mucho más atlético que el astuto embaucador, así que le costó bastante seguir el ritmo.

De pronto, el tronador frenó en seco y Loki chocó inevitablemente con su hermano. Se agarró la nariz dolorida y observó al causante de aquel tropiezo. De pie, delante de su habitación, había uno enano que estaban vigilando la puerta.

Loki se llevó la mano al rostro al notar lo poco convincente que había resultado la pequeña mentira de Thor, y después esbozó una mueca llena de asco cuando le llegó el hedor de la bota del guardia enano. ¿Cómo podían ser tan estúpidas aquellas criaturas de Svartálfaheim? Podría describirles con tan solo dos palabras: borrachos y gruñones.

— E-Estamos de servicio, buen amigo.—  explicó Loki, rechazando educadamente la invitación a la bebida. —  ¿No es ya la hora del cambio de guardia? —  dijo con sorpresa, intentado rescatar la conversación. —  ¿Por qué no nos dejas a mí y a mi compañero guardar la habitación de esos… eh… ¡Estúpidos Asgardianos! ¡Sí señor! ¡Parecen dos mocosos malcriados!—  exclamó, esta vez con mucho entusiasmo.

Trató de ser lo más convincente posible, pero el enano se quedó un segundo paralizado, intentando asimilar las palabras de Loki. La bruma del alcohol nublaba su mente. Loki se dio cuenta entonces de que Thor había perdido el castaño de los ojos de su disfraz de enano, y ahora eran de un azul marino brillante. El moreno se alarmó, y dio un paso en frente tratando de llamar la atención del borracho para evitar que se fijara en el cambio brusco de los ojos de su hermano.

— Creo que deberías ir a descansar, viejo amigo… ya nos encargamos nosotros...— apremió a decir, indicando amablemente al enano a que se marchara rápidamente. Pero al acercarse a él, Loki sintió otra vez las arcadas del nefasto licor del famoso hermano de su interlocutor, y tuvo que llevarse la mano a la boca para no vomitar en medio del pasillo.

Fue entonces cuando miro a sus pies, y se percató de que sus botas de hechicero habían vuelto a su sitio. ¡Maldición! Esperaba que el borracho se fuera tan pronto como lo había advertido, sino, tendria que usar la magia una última vez para dejarle dormido como un tronco...

La situación tornando más complicada por momentos y la tensión iba en aumento de forma gradual. Se les estaba escapando de las manos y no podían controlarla…

Para evitar complicaciones Thor decidió mirar hacía el suelo para evitar que el enano borrachuzo se fijara en sus ojos, lo cual, no fue una gran idea porque al dirigir la mirada hacía el suelo pudo ver las botas de su hermano. No las botas de un enano sino las de un hechicero que obviamente el guardia se percataría de ello.

Debía de tomar una decisión rápida y decidió jugársela… Al todo o nada. Siempre les quedaba la opción de darle un golpe en la cabeza para dejarlo dormido. Ya que sus verdaderas formas no habían sido devueltas.

Miro hacía el enano directamente a los ojos y este le devolvió la mirada. Al instante, escupió en ráfaga todo el contenido de la bebida que mantenía en su boca, mojando a los dos muchachos. Se percato de sus ojos azules, un color que no era común entre los habitantes de su mundo…

Thor noto desde la retaguardia de Loki como el líquido fue derramado sobre ellos, notando el hedor en aumento y observando la cara de su pobre hermano que estaba en primera línea de fuego. No tenía ganas de reírse de la situación, por el momento, debido al estrés, pero sabía que después se lo recordaría… durante mucho tiempo. Aunque él no se libró tampoco de su ración de substancia apestosa.

- ¿Que ocurre compañero? – le dijo Thor con mucha seguridad, sabiendo que cualquier error podría enviar el plan al garete- Haces muy mala cara, creo que deberías descansar. Has bebido demasiado y no creo que a nuestro señor le haga gracia verte así.

- Si… creo que he bebido demasiado- se dijo para si mismo el enano- Tu le ves los ojos azules a tu compañero?


Se giró en busca de la respuesta hacía Loki, que intentaba mantener la compostura.

El enano se mostró muy dubitativo, ya que, la realidad era que había estado bebiendo durante toda su guardia. Si su jefe se enteraba de dicha situación, lo más seguro, que se llevaría un castigo ejemplar y no solo una llamada de atención. Lo más sensato era cederles la guardia que le pertocaba y excusarse en encontrarse mal para evitar ser descubierto.

Después de meditarlo unos segundos decidió darles el relevo y se despidió dándoles un fuerte apretón de manos. Se marcho por el pasillo y cuando giro la esquina, los muchachos entraron con presteza en la habitación con una sensación de alivio y pánico.

Cuando se encontraron en la habitación el hechizo de Loki fue desapareciendo hasta convertirlos de nuevo en dos pequeños asgardianos. Lo único que no desapareció fue el hedor del licor escupido por el enano…

Ambos se miraron con cara de asco ante la substancia que tenían en sus ropas, debían de lavarlas antes de acostarse.

- Hermano… deberíamos lavar nuestras ropas o esta peste nos acompañara durante el resto de nuestras vidas- le propuso a Loki que por su cara compungida deseaba librarse de ese olor.

El enano alcohólico no parecía muy convencido de su embaucadora palabrería, pero lo cierto era que Loki era incapaz de discernir si aquel incómodo silencio del guardia fue provocado por la duda o por su mala borrachera.

Thor trató de salvar la situación al ver que por tercera vez, el enano no se movía de su sitio. Y cuando el guardia se dio cuenta de que el compañero con el que estaba hablando tenía los ojos azules, echó a fuera todo lo que tenía dentro, empapando a los dos jóvenes Asgardianos con aquel apestoso licor…

Loki sintió una desagradable arcada que luchaba por salir de su boca cuando sintió el líquido derramarse por su cara de enano barbudo. Se llevó la manga al rostro, y se limpió lo más bien que pudo sin perder la expresión de póker. Su hermano estaba interpretando un buen papel de loco, haciendo creer a su interlocutor que se había pasado bebiendo hasta el punto de tener alucinaciones.

—Si… creo que he bebido demasiado— algo en lo que estaban de acuerdo los tres, pensó Loki—. Tu le ves los ojos azules a tu compañero?

—¿De qué hablas, amigo? Creo que ese licor te está nublando la mente… — dijo totalmente convencido. No había dudas de que Loki estaba hecho para la interpretación.

Una vez el enano quedó convencido de su estado, se despidieron del hombre con un fuerte apretón de manos y observaron cómo desaparecía por la esquina del pasillo de piedra antes de entrar discretamente en la habitación.
—¡Menudo bruto!— exclamó Loki mirándose la mano dolorida.— Casi nos descubre…

El embaucador miró a su hermano, y de la tensión acumulada del momento no pudo evitar romper en carcajadas. A pesar de todo, la travesura le había resultado muy divertida.

—Tienes razón, hermano. Este licor es apestoso...— y sin más miramientos, Loki empezó a desabrocharse el verdoso peto de cuero y a quitarse la camisa grisácea que llevaba debajo. —Esto está mucho mejor.—suspiró aliviado al dejar de sentir el fuerte olor de licor enano.

Lo dejó todo en el suelo y acercó el barreño de agua que le habían dejado los guardias para asearse por la mañana. La decisión fue unánime. Los dos hermanos acordaron asearse antes de irse a dormir, y así ya estarían vestidos y preparados para enfrentarse a lo que sucediera mañana en las extrañas tierras de Svartálfaheim.

—¿Crees que padre habrá arreglado el malentendido con el rey de los enanos?— preguntó el menor de los hermanos una vez se hubieron acostado en sus respectivos lechos improvisados.
 
Ninguno de los dos pudo imaginar lo que pasaría al día siguiente. Y es que la vida de los hijos de Odín nunca faltaban las aventuras, las traiciones, los malentendidos y las emociones.

Los dos niños quedaron sumidos en un profundo y agotador sueño, hasta que su puerta fue aporreada nada más salir el sol por el oeste.

—¡Hijos de Odín! ¡Ha llegado vuestra hora!— espetó el guardia enano, que acto seguido abrió la puerta y condujo a los dos muchachos hasta las dependencias de su rey. La cosa no pintaba bien. El gobernador no tenía muy buen aspecto, aunque era difícil de distinguirlo de su estado natural ya que era bien conocido por todos que los enanos eran unos gruñones. Pero Loki tenía un sexto sentido para estas cosas.

El rey estaba sentado en su trono con la mirada perdida, y a su lado había un hombre enano de avanzada edad que le susurraba cosas al oído en una débil sonrisa. Parecía ser el consejero real, y el gobernador no dejaba de asentir con la cabeza a todo lo que le decía, con una mirada vacía y llena de tristeza.

—Os he dado el tiempo que me pedisteis… y vuestro padre me lo compensa así… — dijo con seriedad. Chasqueó los dedos, y dos guardias trajeron el cuerpo de uno de sus compañeros y lo arrojaron frente a los dos chavales. Loki dio un paso atrás cuando se percató de la sangre en el peto y de la ausencia de vida del individuo.

—Vuestro querido Odín ha matado a nuestro mensajero. ¿Cómo debería tomarme esta ofensa? ¿Declarándole la guerra? ¿Enviando en un paquete los cadáveres de sus dos hijos?— preguntó, frunciendo el ceño.

De pronto, la guardia enana desenvainó sus armas y apuntó a los pequeños Asgardianos. Estaban rodeados, y no parecía haber ninguna forma de escapar de aquella trampa...

—Eso no es posible, padre no haría algo así...—susurró para que solo su hermano mayor le escuchara—. Hay algo que se nos escapa… y ese hombre de ahí...— señaló Loki con la mirada.— Reconozco un hechizo cuando lo veo… el consejero real no es lo que parece ser...

Una vez dentro de la habitación respiró con más calma y tranquilidad, ya que, no había ningún tipo de peligro dentro de aquella habitación, donde sólo se encontraban los pequeños asgardianos.

Loki se desprendió de sus ropajes rápidamente para sumergirse en el recipiente con agua y Thor decidió imitarlo, pues no quería seguir manteniendo aquel detestable olor de vómito de enano borracho por más tiempo. Se introdujo en el respectivo barreño y comenzó a frotar con fuerza para arrancar cualquier resto de sustancia no deseada. No quería ir a Asgard acompañado de ese regalo de los enanos, eso si conseguían salir del reino con vida.

Una vez arreglados y vestidos su hermano le preguntó acerca de si su padre Odín habría arreglado el malentendido con el rey de los enanos. Ante dicho interrogante no supo muy bien que contestar.

- No estoy muy seguro hermano, creo que acompañante del rey de los enanos quiere que haya algún tipo de “malentendido”. ¿Sabes a lo que me refiero? - le pregunto sabiendo la respuesta- Parece que no tiene aprecio hacía los asgardianos, incluso me atrevería a decir que nos odia.

Thor se colocó al lado de su hermano para intentar molestarlo un poco y que no le diera tantas vueltas a la cabeza. Conocía a Loki y sabía que podía tener batallas internas dentro de su cerebro. Agarro la cabeza de su hermano comenzó a despeinar su cabellera negra, mientras se reía.

- Loki, eres mi hermano y pase lo que pase no dejare que nadie te haga daño y al igual que yo te digo estas palabras, nuestro padre no permitiría que nadie nos matara. Estoy seguro de ello, pues es sabido que la ira del Gran Padre de Todos es temida en todos los reinos- le dijo con voz cariñosa y protectora.

No le importaba nada de lo que dijeran las habladurías sobre su hermano, porque para el pequeño tronador Loki sólo era su hermano y nada más. No dejaría que nadie le pusiera un dedo encima y lo protegería aún acosta de su vida.

Una vez terminada la conversación y molestado al muchacho de cabellos oscuros como la noche decidió volver a su cama para recostarse. Al cerrar los ojos se sumergió en un profundo sueño donde vislumbro el espacio con las estrellas y los distintos reinos. Aquel paraje se interrumpió por un terrible estruendo acompañado de un grito.

Lo cierto es que Thor era algo difícil de despertar y cuando el enano entro en los aposentos para agarrar a los muchachos, este no opuso ninguna resistencia. Se mantuvo obnubilado casi todo el trayecto que fue arrastrado por tres enanos mientras que Loki le estaba gritando algo que no podía entender.

Una vez llegaron a la sala del trono, el joven de cabellos dorados comenzó a comprender que había ocurrido. Miro a su alrededor, se centró por un momento en analizar que estaba ocurriendo y como podían escapar.

Su hermano se encontraba a su lado fijando la mirada en el rey y su serpiente viperina que no paraba de susurrarle al oído, seguramente palabras ponzoñosas referente a ellos dos con un objetivo no muy agradable para la vida de los muchachos.

Los guardias arrojaron sin miramientos el cadáver de un hombre sin vida y con la mirada completamente vacía. Thor notaba como la sangre le comenzaba arder en su fuero interno lleno de rabia por la vida de esa persona. No merecía morir, porque sólo estaba haciendo su trabajo…

Seguramente tendría familia que lo esperarían y que no volverían a ver nunca. La gente de Asgard no hacían este tipo de actos debido a que no tenían ningún motivo y reconocía las heridas causadas en ese cuerpo… No eran de armas del reino.

—Vuestro querido Odín ha matado a nuestro mensajero. ¿Cómo debería tomarme esta ofensa? ¿Declarándole la guerra? ¿Enviando en un paquete los cadáveres de sus dos hijos?— preguntó, frunciendo el ceño.

—Eso no es posible, padre no haría algo así...—susurró para que solo su hermano mayor le escuchara—. Hay algo que se nos escapa… y ese hombre de ahí...— señaló Loki con la mirada.— Reconozco un hechizo cuando lo veo… el consejero real no es lo que parece ser...

El cuerpo del pequeño tronador comenzó a erizarse y en su mente sólo pensaba en el acompañante del rey. Ese maldito consejero había algo que le repugnaba de él… Esto no quedaría así, pues ese cadáver desprendía un olor a alcohol y había muerto por la espalda porque alguien le propino todos los golpes por la cara posterior.

- ¿Por qué lo habéis matado? ¡Era sólo un hombre que estaba cumpliendo con su deber y no merecía morir de esta manera! No hay honor en matar a un emisario que no se puede ni defender- dijo lleno de molestia- Se reconocer las heridas causadas por nuestras armas. No se cual es vuestro propósito, pero matar a un inocente para crear esta situación no tiene perdón.

La guardia enana desenvainó sus armas y apuntó a los muchachos, rodeando cualquier tipo de posible escapatoria.

Un soldado de la guardia enana elevó su hacha para descargarla encima de Loki pero Thor sujeto a su hermano para sacarlo de la trayectoria del arma y en ese preciso momento decidió rápidamente la estrategia.

- ¿Querido hermano confías en mí? - le dijo con tono de risa burlona pues era una estrategia efectiva- Yo confío en ti y en que conseguirás deshacer el hechizo o sino… siempre puedes caer encima de él.

Loki observó con cara de estupor mientras su hermano lo levantaba con sus dos brazos hasta mantenerlo en el aire y salió corriendo para coger carrerilla. Comenzó a marchar en dirección al trono y hacia algunos soldados.

Saltó por encima de algunos pisándoles la cabeza y seguidamente lanzó a su hermano con todas sus fuerzas. La ruta estaba decidida lanzaría a su pequeño hermano encima del consejero.

— ¿Por qué lo habéis matado? ¡Era sólo un hombre que estaba cumpliendo con su deber y no merecía morir de esta manera! No hay honor en matar a un emisario que no se puede ni defender— dijo Thor molesto— Se reconocer las heridas causadas por nuestras armas. No se cual es vuestro propósito, pero matar a un inocente para crear esta situación no tiene perdón.

—¿Cómo osáis insinuar…?— gruñó el rey.

La ofensa que provocó Thor con sus palabras acusatorias fue lo que inició el primer ataque. El rey enano se levantó del trono con el rostro lleno de furia, y ordenó a sus soldados terminar con la vida de los hijos de Odín.

—¡Qué les corten la cabezaaaaaa!— espetó el rey furioso, mientras el consejero, que se inclinaba a su lado, esbozaba una sonrisa inquieta y perversa.

Los guardias apuntaron con sus lanzas a los pequeños Asgardianos, y Thor no tardó ni un segundo en reaccionar, cogiendo a su hermano de golpe y levantándolo por encima de su cabeza, como si se tratara de un jarrón o un saco de patatas. A Loki no le gustó en absoluto el tono de voz que usó su hermano al empezar la frase. El embaucador tuvo un mal presentimiento...

—Sí, confío en tí, pero… — pero no tuvo tiempo de decir ni una palabra más. El joven tronador lanzó a su hermano por encima de las cabezas de los enanos, mientras Loki dejaba escapar por sus labios un grito desgarrador en el aire. La parábola fue casi perfecta, y el cuerpo enclenque del hechicero cayó encima del consejero real, que no se esperaba ni por casualidad que le llovieran niños encima.

El moreno se acordó de la promesa que le hizo ayer su hermano mientras volaba: “pase lo que pase no dejare que nadie te haga daño”. Pero en aquellos momentos no sintió consuelo alguno. ¿Y quién diablos iba a protegerlo a él de las locuras de Thor?

Loki reaccionó con rapidez, y justo antes de que el consejero real se levantara del suelo, el moreno tocó su torso con la palma enguantada mientras susurraba un contraconjuro. El enano hechizado se apartó de él con brusquedad, y antes de que pudiera hacer nada más, su rostro cuadrado y duro, digno de su raza…, se cayó al suelo. Sus orejas, su calva y su grandiosa barriga siguieron el mismo destino que su cara, y se desprendieron del cuerpo esquifido que había oculto bajo la falsa cáscara...

El hombre que había debajo del disfraz del enano consejero era mucho más alto, pero andaba encorvado. La edad había castigado su malvado rostro, y sus vestiduras eran fácilmente reconocibles por los hijos de Odín. Pero lo que más destacaba era el casco de cuernos de toro que llevaba dignamente sobre la cabeza. Se trataba de un hombre Asgardiano… ¿Pero de quién?

—Uy, me habéis pillado— dijo el anciano esbozando una sonrisa llena de travesura y encogiendo sus estrechos hombros como si quisiera restarle importancia al asunto. Con un solo chasquido de sus largos y finos dedos, el hechicero desapareció en una nube esmeralda que dejó confundida a toda la corte.

—¿Qué ha sido eso?¿Qué está pasando?— espetó el Rey enano sin entender nada, al ver como su consejero real se evaporaba en una nube verdosa.

—Mi señor, habéis sido engañado por un hábil hechicero, sin duda— empezó Loki con cautela— lo que posiblemente esto indique, que alguien ajeno a nuestros reinos quería una confrontación Svartálfaheim y Asgard…

El rey Enano se volvió a sentar en su trono con aire abatido y ya no supo que creer de aquella locura. Los guardias bajaron las armas y se miraron también confusos, esperando las nuevas órdenes de su soberano.

—Señor, está claro que Asgard no ha tenido nada que ver con la muerte de su mensajero. nuestro padre, Odín, no querría empezar ninguna guerra después de las cientos que ha librado para unificar los nueve reinos… ¿Por qué no nos da una oportunidad para demostrarle que hemos venido en son de paz?— la mirada del rey se volvió triste y distante, pero escuchó las palabras bien hiladas del embaucador.

—¿Y cómo pensáis hacer eso?— preguntó sin ningún tipo de ánimo.

—Usted… tenía un hijo. ¿No es así?— el embaucador miró entonces en dirección a las hachas enanas cruzadas sobre una tela larga que descansaban en el lateral de la sala del trono. Conocían el secreto que había detrás de aquella habitación secreta… ¿Por qué no llegar hasta el final?

Thor observaba cómo su hermano lanzado hace pocos minutos por los aires impactaba contra el consejero real de forma estrepitosa.

Por una parte se preocupo de sí podía haberse echo daño durante la caída pero por lado recordaba que en anteriores ocasiones habían tenido juegos más peligrosos e incluso mortales... Nadie nunca salía herido salvo por tres o cuatro golpes (quizás algún hueso roto pero nada importante que la mente del tronador quisiera destacar). También estaba convencido que Loki se tomaría una pequeña venganza por arrastrarle a semejante situación e incluso sabía que no le había dejado mucho margen de actuación.

Pese a todo eso, como era de esperar actúo acorde a los pensamientos de Thor, desenmascarando al farsante.

La mente del dios de ojos verdes era más afilada y compleja de lo que la mayoría creía. Estaba acostumbrado a ver cómo la gente de Asgard lo infravaloraba a Loki y era el mayor error de todos, puesto apuntaba a convertirse en alguien muy poderoso. Esta idea se solía repetir en su cabeza puesto que en varias ocasiones se había enzarzado en peleas con otros chicos, algunos de estos más grandes y poderosos que él, sólo por defender el honor y el nombre de su hermano.

El pequeño tronador se abrió paso entre los soldados que no opusieron ninguna resistencia hasta quedar a pocos metros del culpable.

Cuando observaba como la cascara se desvanecía y dejaba al descubierto al oculto asgardiano, el tronador se quedo en estado de shock. No esperaba encontrar a otro ser del reino en aquellos parajes y menos con esas oscuras intenciones de provocar una guerra.

La situación se escapaba de toda su comprensión. ¿Qué podía ganar ese asgardiano en provocar una guerra? ¿Porqué motivos y qué le impulsaba? Mucha gente podía morir si todo se hubiera torcido.


- ¿Cómo has podido hacer esto?¿Quién eres?- preguntó casi exigiendo al farsante enano que observaba al joven con ojos llenos de burla. Le mantenía la mirada fija esperando provocarle.

Un pensamiento de descontrol se apodero del pequeño dios, era uno de sus defectos, el orgullo.Su cuerpo se tensó mientras observaba cómo iba avanzando la escena.

El rey enano parecía cansado y consumido en su trono. Preso de sus pensamientos y quizás al borde de la locura miraba a los muchachos sin saber qué opción escoger.

—Señor, está claro que Asgard no ha tenido nada que ver con la muerte de su mensajero. nuestro padre, Odín, no querría empezar ninguna guerra después de las cientos que ha librado para unificar los nueve reinos… ¿Por qué no nos da una oportunidad para demostrarle que hemos venido en son de paz?— dijo Loki mientras la mirada del rey se volvió triste y distante, pero escuchó las palabras bien hiladas del embaucador.

—¿Y cómo pensáis hacer eso?— preguntó sin ningún tipo de ánimo.

—Usted… tenía un hijo. ¿No es así?— preguntó su hermano mientras miraba en dirección a los tuneles secretos ocultos.

El tronador supo enseguida que tramaba su hermano y decidió ayudarle para así corroborar todo lo que le había explicado al soberano de los enanos. A veces, una imagen vale más que mil palabras.

Debido a toda su energía acumulada, decidió caminar por la sala real hasta colocarse delante de la pared de las hachas.  Dirigió una mirada a su hermano de complicidad y al farsante una mirada de amenaza.

Sabía perfectamente cómo accionar de nuevo el mecanismo pero no iba a hacerlo porque quería enviar un mensaje de amenaza al farsante con aires de burla. Arremetió una patada contra la pared de piedra. La estructura empezó a resquebrajarse hasta dejar a la vista el pasillo con las escaleras que descendían hacía las entrañas de la tierra. Donde aguardaban los secretos de esa familia.

- Eres digno hijo de tu padre pequeño tronador... lástima que tu hermano no se par...- antes que el farsante acabara la frase Thor se lanzó sobre él para asestarse un puñetazo. Iba a matar a ese bastardo por todo lo que había echo.

El falso enano se reía mientras era vapuleado y los soldados enanos intentaban separar al dios del trueno.

- Muchacho no vale la pena. Nosotros también tenemos ganas de machacarle hasta dejarle como el polvo de diamantes por habernos engañado- dijo un enano guerrero mientras sujetaba de la melena al rubio para contenerlo

- Si no nos creéis bajad y comprobar lo que ha dicho mi hermano- escupió mientras mantenía la mirada de odio intentaba zafarse de los agarres.

El rey enano tras meditar la petición, decidió acceder y solicitó la presencia de su general real.

- Traedme inmediatamente al general Wendel- ordenó el monarca.

Uno de los soldados presentes se aventuró a comentar:

- Majestad... verá una de sus ordenes fue encerrar al general por orden de su consejero...- dijo totalmente inquieto a la espera de lo peor.

- ¿Cuándo ha ocurrido eso soldado?- preguntó ya impaciente.

- Hace dos meses...mi señor-expresó con toda la delicadeza posible.

- Traedlo de todas formas! - estalló en gritos- YA!

En pocos minutos, se presentó un enano de cabellos blancos vestido con armadura y esposado. Su rostro estaba surcado por cicatrices y una de ellas le atravesaba un ojo blanco.

No parecía muy complacido de estar delante del rey pero había jurado por sus barbas servir a ese estúpido monarca antes de que le emponzoñaran la mente. Los jóvenes desconocían que Wendel y el rey eran hermanos de sangre.

Anteriormente, habían sido grandes guerreros inseparables muy parecido a la relación de los dos hermanos asgardianos. Sus caminos se separaron cuando sentimientos negativos empezaron a arraigarse en sus corazones permitiendo que un consejero terminara de romper la relación, aprovechándose de esa debilidad.

- Necesito que tus guerreros y tú, acompañen a los jóvenes a los túneles- dijo sin apartar la mirada del viejo guerrero- si confirmas lo que dicen estos muchachos los dejaré libres. Mientras tanto te informarán de la situación actual.

Loki sonrió satisfecho al haber descubierto el enigma del falso consejero y esperó a que Thor hiciera lo propio para demostrarles, a todos los presentes, a lo que se referían con lo de ayudar al Rey de los Enanos…

—Su hijo, majestad...— empezó a explicar el príncipe embaucador, cuando de pronto, Thor hizo uso de su fuerza bruta para reventar el muro de una patada, algo que dejó al joven Loki completamente descolocado. — Thor… las hachas… solo hacía falta que… —pestañeó, dos veces, y vio que era mejor dejarlo estar.— Perdonad los modales de mi hermano, ejem. Lo que queremos decir… es que tras esas paredes hay un pasadizo secreto que lleva hasta las catacumbas reales… y hemos descubierto una misteriosa tumba que está completamente vacía…

El Rey de los Enanos se tensó de pronto, mientras que la sonrisa del consejero traidor se acentuaba, como si escuchar las brillantes deducciones del pequeño Loki le causaran mucho interés.

— Sabemos por varios de vuestros súbditos, que hay una extraña y misteriosa criatura rondando por las calles de Svartálfaheim, con la intención de llevarse las almas de aquellos que vagan solos a las tantas de la noche... Y dicen, que ese monstruo se parece al príncipe que murió… vuestro hijo…

Loki estrechó sus ojos, analizando la reacción del rey de los enanos, buscando en su rostro alguna perturbación que delatara si había alguna información más que les escondía...

—¿Qué sabe usted de eso, majestad?— presionó el hechicero, buscando una confesión. —Cuéntenos... ¿Cómo murió su hijo?— De pronto, el falso consejero habló.

— Eres digno hijo de tu padre pequeño tronador... lástima que tu hermano no se par...— y de pronto su voz se acalló bajo el puño de su hermano. Loki se cruzó de brazos, observando por encima del hombro al extraño viejo, que ahora se retorcía de dolor en el suelo tras ser duramente golpeado por su hermano mayor. Pero por desgracia, los enanos impidieron que continuaran divirtiéndose con aquel sucio traidor.

Loki podría haber continuado disfrutando de aquellos gritos de agonía, sino fuera porque lo que más le sorprendió de toda aquella situación, era que el hombre del casco con cuernos no estaba aterrorizado. No tenía miedo. No. Más bien… ¿Estaba sonriendo? 

Un escalofrío recorrió su pequeña columna vertebral ante la desencajada sonrisa del anciano traidor y decidió apartarse de él, hasta colocarse detrás de su fuerte hermano. Agradeciéndole en silencio por volver a defenderle...

—Traedme inmediatamente al general Wendel— ordenó el monarca.

Esperaron entonces, hasta que finalmente el general Wendel entró en escena y no tardaron en explicarle la situación.

—¿Y cómo pensáis atrapar a esa criatura?— preguntó finalmente el hermano del rey.

—Sólo hay que esperar… hasta que se haga de noche...— explicó Loki, desviando su mirada al sol que estaba a punto de posarse en el horizonte desde una de las ventanas del castillo.— Y falta muy poco para eso, así que… sugiero que exploremos las catacumbas, son más grandes de lo que parecen y podría estar escondiendo otros misterios…

Y es que había demasiados misterios que resolver. La muerte accidental del hijo del rey… la historia de la princesa...¿Por qué la mantendría apartada el rey?… Y sobretodo la descripción de la losa del Ni-mante… 

Había algo. Algo en toda esa historia familiar que no terminaba de encajarle... le faltaba, le faltaba tan solo un pequeño engranaje que pusiera un poco de luz al asunto para que… 

De pronto, se escuchó un golpe, y uno de los enanos que vigilaban al falso consejero cayó de pronto al suelo, desmayado. El anciano brujo de sonrisa retorcida soltó una terrible carcajada, y todos vieron cómo el traidor desaparecía por el interior de las catacumbas, zafándose de todos los guardias del general.

—¡Apresadlo!— gritó el rey— ¡Que no escape!

Loki miró a su hermano, y los dos asintieron al unísono, como si supieran lo que pensaba el otro. Se pusieron a correr y a correr, y se adentraron sin temor en las tenebrosas catacumbas reales. Con sus infinitos y peligrosos pasillos, que juntos formaban un laberinto de piedra y losas de mármol pesadas. Loki no había visto nunca unas losas tan negras como las de la tumba del príncipe muerto. El Ni-mante, tal y como los hermanos de Asgard le llamaban.

Cuando quiso darse cuenta, Loki se había quedado completamente solo dentro de aquel laberinto… 

A lo lejos, escuchó los gritos de varios soldados, que rápidamente se desvanecieron... en un silencio sepulcral…

—¿T-Thor…? — tembló el pequeño príncipe de las mentiras, asustado por las oscuras sombras que empezaban a rodearle...—¿Her... Hermano?

Loki no entendía cómo se habían separado dentro de aquel tenebroso laberinto engullido por la tierra. Juraría haber sentido a su hermano a su lado mientras corrían, pero fueron las sombras que les rodeaban las que le confundieron, pues parecían estar vivas y latían bajo las paredes de mármol y piedra.

—¿T-Thor…? — pronunció el pequeño hijo de Odín, con un hilo en la voz—¿Her...Hermano...?

El pequeño Loki se sobresaltó al escuchar varios gritos en la lejanía, que le llegaron como un eco hasta su posición. El joven sintió un pequeño escalofrío recorrer su espalda a pesar de que su cuerpo no percibía el frío y la humedad del mausoleo. Si las piernas le temblaban, era más bien a causa del miedo. Un miedo de estar completamente solo y en la oscuridad…

El asgardiano conjuró un pequeño haz de luz y lo cargó en la palma de su mano para que pudiera acompañarle en la oscuridad. Se sintió un poco más tranquilo al notar el calor que desprendía su hechizo, que disipaba las sombras de su alrededor y le permitía ver los pasillos con más claridad.

Por un instante, creyó ver las paredes cambiar a su paso. Y es que cuando le pareció ver una apertura por la que virar, acababa topándose con un muro sólido e impenetrable. No sólo las sombras parecían moverse a su alrededor por sí solas… sino que era como si todo el laberinto tuviera vida propia...

—Loki...Loki...Loki...— susurró una decrépita voz a sus espaldas.

El niño se dio la vuelta, y se encontró frente al rostro aterrador del consejero real. El joven lanzó un grito y se echó hacia atrás de un salto, chocándose contra la pared de Mármol. No tenia lugar donde esconderse ni escapar de su agresor.

—No debes temerle a la oscuridad… Loki. Después de todo… te convertirás en el dios del caos y del mal...— El viejo lanzó una terrible carcajada al aire, mientras la sombra de su casco de buey se proyectaba en el rostro del niño de forma amenazante.

—¡Atrás!— amenazó el chico, apuntando al anciano con sus manos cargadas de magia ígnea. — ¡Yo no soy el dios de la oscuridad! ¡Soy Loki, hijo de Odín y hermano de Thor! ¡Soy el dios de los trucos y las travesuras!

—¿Hijo de Odín? Pfff JAJAJAJAJAJAJA— El viejo Loki rió al ver como su versión más joven le amenazaba con tanto entusiasmo. Un conjuro como ese no le haría ni cosquillas… aún le quedaba mucho trote si pretendía convertirse en el hechicero más poderoso de Asgard.— Tonterías… no sabes ni quién eres.

—¡Claro que sí! — respondió el chico con una gran firmeza en su mirada de esmeralda.

—¿Nunca te has preguntado por qué eres tan diferente a tu hermano Thor? ¿Por qué él siempre se lleva toda la gloria y los aplausos del pueblo asgardiano? ¿Por qué Odín jamás ha considerado que fueras un digno sucesor al trono? ¿Por qué le brinda su cariño a Thor a pesar de que os crió a los dos juntos?

Los ojos del pequeño embaucador se fueron abriendo cada vez más ante las abrumadoras preguntas del consejero real de Svartálfaheim. Hasta que de pronto, el viejo Loki pilló desprevenido al joven, y lo agarró por las muñecas, consiguiendo desvanecer su magia de fuego y transformándola instantáneamente en un témpano de hielo.

—¿Sabes por qué siempre has tolerado mejor el frío que tus dos hermanos, Loki...?

El rostro del pequeño príncipe de las mentiras se desencajó por la sorpresa, al ver como su piel se tornaba de un escamado azul intenso a medida que la magia de hielo avanzaba por su cuerpo. El viejo Loki soltó una terrible carcajada, y en un parpadeo, desapareció entre las sombras, dejando al pequeño niño agazapado entre dos losas de piedra helada. Tembloroso, el niño Loki se miró las palmas de las manos hasta que todo rastro de piel azul y fría como el hielo desapareció sin más.

—¿Hermano?

La voz de Thor le despertó de sus pensamientos y le dibujó una sonrisa en sus labios, liberándolo de todo rastro de miedo. Se lanzó contra su fuerte cuerpo y lo estrechó entre sus brazos con gran entusiasmo, como si no le hubiera visto en días.

—¡Hermano! ¡He visto al consejero, está por aquí! ¡Debemos ir a por él, rápido!— exclamó el embaucador, pero la mirada de Thor no parecía compartir la alegría de su reencuentro.

—No, Loki. Tu debes quedarte aquí. Padre no quiere que vuelvas a casa… nunca más.— dijo el tronador con voz grave. — Esta misión se ha ido al traste por tu culpa. Siempre estás metiendo la pata y retrasando a los demás con tus trucos y engaños. No eres un digno guerrero de Asgard, eres una deshonra para la familia, un lastre...—gruñó Thor— Y tampoco quiero que vuelvas a llamarme hermano...

El pequeño Loki se separó del abrazo de su querido hermano y le miró a los ojos con incredulidad, sin poder dar crédito a sus palabras.