Big Shadow, Big Show [28/3/2019]

Parecían satisfechos, realmente satisfechos,  ese hombre observaba desde una posición segura, en medio de todas las personas, aunque podía llamar la atención de algunos por la antena en su frente para otros era otro excéntrico accesorio como lo sería llevar alguna especie de corona, si hubieran visto la corona que antes portaba como Rey de Attilan ya no verían llamativa la antena.

Caminaría entre los ciudadanos saludando a los diferentes grupos que se presentaban, era muy común ver todo tipo de reuniones en la Quiet Room y era importante presentarse ante cada uno de ellos,  eso era necesario para poder avanzar en las relaciones entre Black Bolt y los diferentes niveles de personas, esto era útil en caso de necesitaran algo, un lugar reunión privado, quizá lo contrario un lugar donde presentar algo al público, donde hacer juegos y apostar hasta la fortuna mas grande.

A su espalda el hombre colorido conocido como Flagman  iba detrás de él haciendo todo el trabajo pesado en el sentido que le comunicaba quienes eran las persona y además de eso lo presentaba “Black Bolt dueño de la Quiet Room”, ya que ese era el nombre por el cual todos en la comunidad de héroes lo conocían por lo cual hacía un poco más sencillo que lo reconocieran en el futuro. Sin embargo eso hasta ahora le tenía sin cuidado debido a que hasta ahora solo se presentaban millonarios, creadores de aplicaciones para celulares que revolucionarían el mundo, uno que otro mafioso que se supone cuidarían de su territorio, ninguno valía la pena hasta la ahora, sería interesante conocer a alguien que pudiera prestar servicios a sus necesidades, como encontrar a la reina de Attilan o al príncipe, de hecho si Black reflexionaba un poco tampoco había odio aun de la empresa que este manejaba.

Pronto el hombre de cabellera oscura terminaría la ronda de presentaciones y pasaría a atender la barra, más que atender clientes de forma aleatoria a supervisar a quienes lo hacían, desde ahí podía respirar ligeramente de las personas  y observar a posibles buscapleitos pasados de tragos a los cuales echar con sus propias manos de su recinto. Estar sonriendo a cada uno de los que se le atravesaba no estaba del todo en su ánimo.

— Mi rey se que no es momento para estar feliz, pero por lo menos inténtelo, no podemos estar de malas toda la noche, aun es joven para eso —
Comentaría Flagman como si le susurrara algo al oído a su jefe, aun que este no le prestara total atención, sabía que él lo hacía por su bien, pero hasta ahora no había alguien o algo que realmente necesitara la atención del Rey de la media noche.

Podía respirar un poco de calma en Inhumano, a pesar del detalle de Flagman y sus preocupaciones, era un buen compañero pero siempre llegaba a ese punto donde sus sentimientos abrazaban hasta el punto de sofocar a cualquiera, de hecho era una de las cosas que mejor se le daba, Black solo podía observarlo mientras hablaba, cualquiera desearía tener un control y ponerlo en silencio para poder seguir con tranquilidad sin embargo era cuestión de tiempo para que comprendiera que no necesitaba el acoso.

Pronto una pelirroja se acercaría a la barra, parecía dirigirse a él, o eso indicaba lo obvio, al observarla podía notar que vestía con algo de clase, pero en general, todos en aquel lugar usaban ropa a cierto nivel en su vestir debido a la aceptación social de los diferentes círculos sociales en los que se manejaban, se exigían unos a los otros usar cierta etiqueta para formar parte de un grupo que por lo general no tenía otra meta más que despilfarrar ganancias en un local, y observar a diferentes especies actuar en un ambiente libre de hostilidad. Quizá libre era exagerar, siempre había uno que otro evento que se salía de control en el que tuviera que intervenir pero solo por la seguridad de los demás.  

Volviendo a la pelirroja podía notar que su cabello un rojo carmesí, inusual, podía ser artificial, pero cualquier cabello parecía artificial comparado con el de ella que con el color del fuego y se manejaba como si tuviera vida propia, no necesitaba una brisa para lucirlo, obviamente estaba hablando de Medusa. El hombre se acerca para atenderla, aunque hacer labor de campo en su propio local no era su fuerte sería descortés no atenderla,  al escuchar la orden el nombre del trago no le indicaba nada, que lo pidiera como si fuera algo tan natura eso solo decía que tenía que ser un trago que servían en todos lados.
Antes de poder interactuar con la pelirroja su compañero colorido intervendría,

—Un septimo Seco a la orden, medida de vodka ,medida de Ginebra,  medida de Whisky, medida de Campari, medida de Ron, aquí tiene señorita, que me le ha traído hasta aquí a tan elegante señorita —
Comentó el hombre con pieles de colores intentando llamar la atención de la mujer victoriana, Flagman era muy bueno atendiendo a las personas, siempre intentaba ahorrarle la necesidad de  hablar con los demás.

Black por otro lado no podía hacer mucho por ella, no ofrecerle aunque sea una conversación como tal debido al hecho que no podía hablar, de igual manera haría un gesto de agrado ante la pelirroja, asentiría la cabeza para devolverle el saludo.

—Oh Mademoiselle parle français — Comentaría de nuevo Flagman, mientras le sevía en un baso de cuello alto la bebida la cual tenía un color rojizo debido a los frutos rojos que había añadido este mismo quizá con la intención de que combinara con ella, siempre tan detallista.

Para el hijo de Agon no era sorpresa sentir la mirada de las personas, no era como que le gustara o disgustara, solo que ya era algo común, desde joven había sido observado tanto para bien como para mal, pero por la constante observación de la joven era normal interrogarse si tenía alguna intención  tras ver tanto a Black Bolt, igual no había razón para mantenerse ahí, por lo que caminaría de forma fluida y elegante y continuaría observando a los consumidores desenvolverse en el ambiente.

La respuesta en francés quizá algo técnica disparo algo Flagman, quien con una sonrisa luego de haberle entregado el trago noto muy fácilmente que no había sido a él el centro de su mirada si no el hombre a su lado y habia caído en cuenta de eso un poco tarde, igual habría tenido que ser él quien sirviera el trago, Black Bolt sabía varias cosas pero no lo suficiente como para atender los gustos de la barra.

Resignado ante la cruda realidad el hombre de cabello anaranjado terminaría por bajar la mirada pero al volverla a levantar la pelirroja no estaba fue una sorpresa para él que ya ella estaba cerca de su jefe intentando tener comunicación con él, eso no iba a ocurrir, él lo sabía, su jefe lo sabía y todos los que trabajan ahí lo sabían pero la mujer victoriana no, le daría un poco de tiempo y luego intervendría, quería probar un poco a su jefe y hacerlo interactuar con otros, aunque fuera un poco, eso lo ayudaría.
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Manteniendo la distancia con los presentes parecían estar todo bastante tranquilo, los 2 o 3 trabajadores de la barra si estaban un poco más tensos; típico de tener a tu jefe husmeando de la nada en tu zona de confort, no estaba supervisándolos ni nada esa clase de cosas las solía hacer Frank como mi ojo en el cielo juzgando cada una de sus acciones para discutirlas luego con Flagman, lo hacían muy bien ellos dos solos y eran bastante buenos aunque era como una especie de secreto que se turnaban la rutina de policía bueno y policía malo. Por otro lado el dueño del local no tenía razón para intervenir, tampoco es que pudiera decir algo para abogar por alguno de sus empleados en particular.

Sería cuestión de tiempo para tomar un pequeño respiro y recostar ambos codos sobre la barra, aunque los demás no lo vieran se estaba relajando observando a los demás relacionarse unos con los otros, no había porque preocuparse, no dentro de ese ambiente, era muy posible que la petición de Flagman de unirse entre la multitud fuera lo correcto, no era nada del otro mundo, tampoco tenía que ser el alma de la fiesta, solo disfrutar de las buenas vibras a medida que se sintiera en comodidad.

Pronto la pelirroja se acercaría nuevamente, sorprendentemente era una de esas chicas que “atacaban” si tuviéramos que ponerle un término y habría estado contento de seguirle el juego y devolverle el piropo solo por haber sido agradable,  casi nadie le trataba de esa manera era posible que por el simple hecho de no tener pajolera idea de a quien se dirigía. “Hola, me llaman Black Bolt, un gusto en conocerla pero con ¿quién tengo yo el placer de hablar?.” Sería lo mínimo que podía contestarle pero si quiera emitir un el más mínimo ruido muchas cosas malas pasarían.

Bolt no emitió ninguno ruido, de hecho cuando la joven termino la oración no expresó agrado o lo contrario, solo alzó ligeramente una ceja debido al hecho de que quería conocerle, o algo así, no bajaba la guardia en ningún instante pero no por eso iba a tratarle como a una invasora. Por lo general para este clase de cosas siempre había un intermediario el cual no había aparecido mágicamente para salvarle. Metería la mano en su traje y de ella sacaría una tarjeta, siempre las tenía mas que nada para entregarla a posibles personas que desearan alquilar algunas de los salones en niveles inferiores, pondría dicho cartón con su nombre y número del lugar en cuestión entre otros datos en la barra y arrastraría hacía ella, sumado a esto unos pequeños detalles que hacían esto una comunicación agradable: un ligero contacto visual a los ojos no superior a dos segundos, movimientos fluidos, un pequeño movimiento en la comisura de los labios como si quesera sonreír, aunque ni cerca de hacerlo.

Aun con la duda de lo esperaba ella que ocurriera el no haría mucho mas de ahí, solo le observaría, en otro momento la hubiese ignorado pero no podía hacer eso, mantendría la imagen de la Quiet Room donde todos son recibidos, quien sabe,  quizá esa fémina traería cosas buenas o problemas o ambas.

Para el Inhumano, los comentarios en francés no reflejaron nada en absoluto, la conversación con su compañero, sin embargo la cercanía entre ambos le mantenía de cierto modo en la al tanto aunque no comprendiera totalmente lo que esos dos comentaban, una pequeña punzada en la espalda le hacía sentir que hablaron de algo relacionado con él, era ligeramente incomodo sentir que no comprendía lo que mencionaban o suponer que era sobre él.

Estaba a punto de retirarse a atender a cualquier otra persona hasta que escucho que comenzaba a cantar, usando nuevamente esa lengua humana que no comprendía, en ocasiones sería todo bastante sencillo si se limitaran a hablar una sola lengua, como hacían en la sede principal inhumana que existía en el espacio; pero eso eran detalles. La melodía de la pelirroja era en un tono que llegaría que hacía deleite para los oídos de todos los presentes, captando la atención incluso para los otros un poco más alejados en la barra, aun con la canción y la música de la Quiet Room podrían apreciar la canción que reflejaba una sensación de esperanza de quienes las escuchaban. A Blackagar parecía resbalarle las palabras cada una de las palabras como si fuera una especie de estatua, no sentía, o no lo expresaba realmente. Terminada la canción arquearía una ceja y observaría a su alrededor al ver el contacto visual, era obvio que la canción que había generado un cambio en el ambiente y al ver el asombro en los demás una idea curso su mente.

Extendería su mano hacía Flagman y lo tomaría, este casi tan pasmado como los otros, pero se cortaría al tener que atender a su jefe, señalaría un punto vacio, prácticamente en el centro de todo y este de forma inmediata comenzaría a movilizarse. Aquel hombre con cabellos oscuros saltaría de la barra y la guiaría caminando delante de ella para que supiera hacia donde se dirigían, un gesto para que se mantuviera cerca. Con los ligeros gestos por parte del hombre a otros que le saludaban de entre la multitud pronto estarían próximos a donde todas las mesas podían observarlos, en cuestión de segundos reflectores saltarían sobre ella de forma sorpresa, Flagman arrojaría un micrófono a Black Bolt y este lo llevaría hasta ella dejándola como centro de atención de la Quiet Room, incluso la música se detendría y cuando ella decidiera hacer algo la música del lugar la seguiría.

El miedo escénico no parecía formar parte de ella, el cantar delante de un público lleno de extraños para la pelirroja no parecía ser problema alguno de hecho había sido capaz de llamar la atención de la mayoría del público para no decir que a su totalidad, las canciones de tristeza siempre solían llegar a las personas con una gran facilidad; cautivan con su triste historia que hacía a las personas sentirse identificada con su propia versión de historia de mala suerte, despecho, traición.   Al inhumano escuchar la melodía era entretenido y obvio que tenía su propia versión sin embargo no expresaba el tormento que podía significar para él.

El inhumano volvería a la barra y se sentaría en la barra mientras la canción comenzaba, sentado con espalda recta y daría vuelta a su asiento para poder apreciar el espectáculo, la música lentamente fue siguiendo el estilo con el que ella cantaba, él podría notar que ella enfocada en cantar a toda voz intentando hacer llegar su sentimiento a todos y eso era lo que hizo que casi todos centraran su atención en ella.

El rey Boltagon observaba y era como si realizara un estudio de ella en todo momento, incluso notó que ella se había percatado de su posición y le había mirado fijamente, lindo gesto. La primera canción que al culminar estaría seguido de aplausos que la llenarían de confianza, demasiada confianza. Se encontraba a punto de ordenar a los reflectores volver a sus posiciones iníciales cuando se podría escuchar la voz nuevamente intentando cautivar a los presentes en la Quiet Room, esta vez una canción conocido por los que ahí estaban eso causó reacciones diferentes entre las personas, a los cercanos a la posición donde ella estaba centraran más atención, así como a los que gustaban de su acto; por otro lado los que estaban lejos de ella comenzaban a hacer otras cosas el estilo de la canción perdió efecto entre las personas un tanto más jóvenes, estaba bien no a todos tenía que gustarle era un clásico.

Por alguna razón Gaghiel quería robarse la noche y tener unos minutos de atención y el publico a su alrededor comenzaba a retribuirle su acto con aplausos, era algo de esperar, sin embargo aquel elegante caballero seguía sin inmutarse prestando atención a los desperfectos de tener un acto principal y aunque parecía que ella era el centro de atención de sus ojos, también podía observar como el panorama se veía afectado con su presencia. Estaba meditando si era realmente necesario tener un acto arriba y solucionando los pormenores, había que hacer un acto de estudio, ¿Quién era ella? ¿tenía trabajo?... comenzaban a relucir preguntas que aunque eran típicas ella tendría que contestar más adelante.

Frank McGee se acercaría hacia él mientras observaba bajándose los lentes oscuros de forma ligera mirando a la cantante con sus iris como perlas. El inhumano voltearía a ver al policía, que era un hombre muy productivo, verse el uno al otro era suficiente haría un gesto con su rostro para señalarla con un movimiento de su cabeza y luego indicaría que loquería escrito simulando escribir en su mano. investígala por mi… no quiero que entre una persona que pueda hacernos daño… Habían dudas habituales de las que tendría respuestas más adelante, por lo  tan le permitiría sus 5 minutos de fama de los iban 3; alzaría su mano mostrando el típico gesto del amor y la paz terrestre, ese era su tiempo restante.

Una ultima canción, tenía que ser muy selectiva ella tenía que intentarlo de una manera donde dejara sentimiento en su canción para que sus cinco minutos de fama fueran lo más duraderos posibles; su última elección, curiosa, con una dedicatoria para el público; interactuar con los demás indiferente de su color de piel o planeta de del que proviene.  Comenzada su la pista tras ella, la canción tenía bastante aceptación entre las personas cautivarlos era algo bueno pero aun faltaba un algo que llenara el ambiente pero estaba muy bien entrenada como hubiera tenido ya una larga y preparación a base de experiencia en otros lugares.

Por otro lado el inhumano era desconocedor del conocimiento sobre la música terrestre, no por no haberla escuchado antes, no ocupaba demasiado tiempo en esas costumbres. Observador del espectáculo se podría notar que el hombre a su lado se retiraría entre las demás personas, estaba complacido que quienes le rodeaban, los que quedaban, podía entenderle un poco eso le hacía más fácil la tarea en un lugar donde había que hacer tantas cosas en un lugar donde el hablar era exageradamente fundamental. Los reflectores se apagarían  de golpe al terminar de despedirse sin dejar mayor tiempo para hacer cualquier en la oscuridad llena de aplausos un hombre se acercaría a la Gaghiel sujetando su brazo de una forma un tanto gentil.

—Sígame señorita por aquí podemos continuar.—

Aprovechando la oscuridad el inhumano colorido conocido como Flagman en un intento amable por conducir a la pelirroja lejos de donde estaban todos, la guiaría a un pasillo, las luces de los reflectores volverían y sonaría algo nuevamente similar a la del principio, llamativo para los oídos, suave como para tener una conversación tranquila quizá con eso brindar, un posible receso para ellos. La vos tranquila del inhumano llenaba de halagos y de comentarios sobre su presentación:

—Wow, señortia no imaginábamos que tuviera tales habilidades para él canto, nos gustaría hablar con usted, pudo cautivar a casi todo nuestro público y encanto a todas las edades, de verdad que se podía escuchar sus sentimientos en cada nota, mi jefe estaba encantando con su actuación.

Pero antes que nada me gustaría saber unas cuantas cosas antes continuar esta conversacion en un lugar menos poblado. —

La llevaba a una oficina en una planta superior, una oficina donde se podía observar la parte más social de la Quiet Room desde una ventana grande con un vidrio que no permitía ser observados, con un una alfombra que cubría todo el suelo, era algo oscura, por ahora solo entraba iluminación desde afuera, unos cuados de arte abstracto en las paredes, un escritorio y otros muebles mas.  Una voz diferente se haría presente había un hombre de traje marrón bastante mayor, llevaba lentes oscuros y observaba para afuera.

—Hace mucho no teníamos una cantante así en la Quiet Room y me alegra mucho que viniera pero es extraño que una joven con sus dotes llegara y se presentara así aquí de forma tan espontanea, Imagino que comprenderá que levanta dudas nos gustaría saber quien digo, hay varías pelirrojas en Nueva York, no nos gustaría olvidar a la que trajo tan buen show.—

Su voz era ronca y grave, era una clara señal de que trataba con alguien estricto mas allá de su aspecto, no sonría aunque le trataba de forma formal, no parecía contento con la señorita, pero era su trabajo, uno tenía que encantar sus oídos y otro tenía que ser la parte firme. Las sombras le daban un aspecto un poco tétrico como si hubieran mas ojos ahí, aunque con la música que se escuchaba de forma ligera hacía el ambiente menos helado, las respuestas que ella diera serían su guillotina a partir de ahora tendría que hablar con coherencia, de embarrarle eventualmente se sabría y eso no estaría bien..

Había que ser muy buen observador para notar cada uno de los detalles que la pelirroja dejaba a la vista y así poder hacer un correcto análisis, la falta de sorpresa, no había tic nerviosos o algo que desvelara que podría estar mintiendo. Estaba tratando con alguien que no parecía quebrarse a ese nivel de presión, era realmente interesante y sospechoso. La observación por debajo de los lentes del policía en busca de cualquiera grieta por mínima que fuera era lo que anhelaba encontrara. Mientras relataba su historia sin chistar, sin interrupciones una foto mental quedaría retratada hasta cada detalle, color de ojos, los dientes, contextura y color de piel.  

Camino por la oficina de una manera tranquila, las manos a la espalda agarradas, se podría apreciar el sonido de sus zapatos en cada paso, acomodaría sus lentes de forma ligeramente para evitar que hiciese algún contacto visual de forma directa con él, intentaba mantener su estilo. Frank concentrado en la historia que la mujer frente a ellos parecía no encajarle, como si algo realmente faltara, con su experiencia como policía era fácil notar cuando una versión de los hechos no era cierta, o no estaba completa.

—Me parece totalmente extraño que una joven que trabaja para el Gobierno, que le gusta beber y fumar decide en una de sus noches libres salir y divertirse en una ciudad donde hay bares, restaurantes, sitios nocturnos en cualquier esquina, viene hasta la estación central a la Quiet Room.
Tengo que admitir que no suena tan bien dicho así.—

—Disculpe, madame, lo que mi compañero quiere decir, es que, es que bueno…  nos parece un poco peculiar que una mujer con su clase y sus capacidades para tratar con las masas aparezca de manera tan sorpresiva en nuestro humilde hogar.  Nos preocupa un poco su repentina visita y queríamos saber si había algo realmente importante que necesitáramos saber. —

Dijo saltando al rescate de  la pelirroja, Flagman, que como siempre intentando llevar las cosas por un camino pacifista, o donde era el no se viera realmente en peligro, ni él ni su hogar, se pondría en frente del policía, no lo estaba retando pero lo cierto es que quería evitar cualquier maltrato hacia la visitante. No había razón aparente para asediarla o cuestionarla, aunque si era extraño.

Black Bolt tenía una relación llena de baches con el Gobierno americano y el hecho que de mencionara algo así ponía tenso los demás presentes en la habitación. Defenderla tenía la intencion de hacerla sentir que podía confiar en gente de los presentes, de que no había razones para temer, y si había alguna razón de la cual debieran preocuparse ella se los haría saber. No era la primera vez que ocurría que enviaban a un mensajero para la Quiet Room con algo relevante que decir e intentaban salir de dudas una interesante actuación por parte de los Inhumanos.

Las sombras y las luces que cambiaban de ángulo y colores revelaban una silueta en un rincón del cuarto que observaba a la pelirroja desde detrás de ella en completo silencio como un fantasma estaba completamente falto de presencia,  siendo cauteloso de no hacer algún ruido que lo revelara, como en una espera donde lo único que  importaba era la siguiente reacción, el siguiente comentario ante lo que indicaba el policía.

— Como sabremos que ella no viene a espiarnos (o algo peor), no podemos fiarnos en absoluto, insisto en que nos comente mas sobre esos trabajos del Gobierno en los que ella participa. —
— La madame vino a divertirse yo creo que lo dejo bien en claro por qué no intentas ser un poco más suave.  —
— Intentas decirme como hacer mi trabajo pues vas mal. ¡ Eres muy blando! —
— ¡Suficiente! Creo que ya contestaron todas tus preguntas. La Madame … —

Parecía que la discusión iba para largo pero algo los detuvo en ese instante y se quedaron observando uno al otro iba con mucha seriedad lo que decían por lo menos eso indicaban sus tonos de voces, no parecían miradas a muerte, pero ambos hacían su trabajo cada uno tenía un campo de labor y ambos chocaban con la llegada de la Húngara.

Ella deicidio interrumpir la pequeña discusión de los Inhumanos frente a ella de una manera un tanto peculiar, eso había llamado la atención de los presentes en la habitación "Ella tiene que estar falta de algún tornillo." compartieron de nube de pensamientos ambos al observarla coincidiendo casualmente en la imagen que tenían de ella. Sin embargo la actuación había sacado algo de provecho ella había decidido soltar un poco mas de información, no era mucho pero podían comenzar a indagar por ahí; el trabajo policial era algo que eventualmente conectaría una cosa con la otra.

Mientras ella estaba de cabeza el hombre con los lentes oscuros se bajaría los lentes de una manera sutil y fluida al inclinar hacia adelante su cabeza y estirar la nariz, le observaría con unos ojos blancos, que para la poca atención que prestaba la rubia no se daría cuenta de realmente ocurría.  El otro hombre por dentro comenzaba a arrepentirse de defenderla pero él había trabajado en la Quiet Room antes que Frank, si algo había aprendido era si sentían raros, que no encajaban, como si el mundo allá afuera no los aceptara; como si no tuvieran a donde ír, aquí tendrían un hogar que los recibiría y cuanto más decidieran integrarse más hermanos encontraría.

Por otro lado unos ojos llenos de experiencias distintas estudiaban y habían escuchado lo suficiente, obviamente era la punta de iceberg llamado Gaghiel Metallium, explorarlo era trabajo que  haría de forma progresiva, no tenía que volar tan a prisa. De las zonas donde la luz no llega, un rincón tras la pelirroja el Inhumano líder de los dos anteriores tomaría a la joven de la pierna y la alzaría para ponerla, de manera delicada, en alguno de los muebles;  si se sentara de forma correcta sería un plus. Una mirada fría  distante, así era él, su manera de actuar era extraña pero de cierta manera había agradado al público y en ese nuevo mundo no había demasiados inhumanos a los cuales darles casa.

“Tendrás una oportunidad para trabajar aquí si lo necesitas, pero si incumples con alguna de las reglas yo mismo te hare pagar” El rey extendió su mano hacia ella con la intención de hacer un trato, realmente esa intención puso nervioso a Frank, no confiaba en ella y ahora Black Bolt le ofrecía un trato, era extraño, aun mas extraño que estar bajo el liderazgo de Medusa, por lo menos ella explicaba la razón de sus decisiones mientras que los demás alrededor de Inhumano siempre se quedaban con la duda hasta el final.

La mujer acepto,  de no hacerlo no habría generado ningún problema, pero hubiera señalado que todo lo que acaba de ocurrir significo una pérdida de tiempo, que bueno no fue así. Cada uno de sus gestos y movimientos eran observados por el Rey silente, nunca bajaba la guardia, por otro lado Frank hacía evidente su descontento, que era verdadero pero era sobreactuado. Flagman si estaba contento y no se guardaba nada, pero no se iba a poner a bailar con Gaghiel, a él le gustaba la compañía en casa y su aspecto inusual hacía que sintiera simpatía por la mujer de aspecto inusual frente a ellos.

Blackagar caminaría saliendo de la recamara y por ese mismo pasillo mas al fondo, llegaría a una puerta en especifico y la abriría, tras él sus dos compañeros todo con la intención de que ella supiera  donde podría descansar si deseaba quedarse. Una orden directa hacía Flagman de que tuviera un ojo sobre ella todo el tiempo y luego de eso una orden a Frank para que continuara con sus labores, tenía trabajo por hacer.

Ambos Inhumanos captaron sus órdenes y Flagman se retiró de ahí para continuar con su trabajo de seguridad, Flagman con una sonrisa grande iría con la pelirroja.

Comenzó a guiarla por los pasillos explicando de forma breve que habían habitaciones en las cuales habían diferentes juegos de azar, típico del os casinos, barajas, la ruleta, dados y habían habitaciones a las cuales no se debía acceder mientras estaban en sesión. Por supuesto no todo era apuestas, también había entretenimiento: por lo general habían aliens que quería probar su suerte y en combates mano a mano y si eran conocidos entre los de su raza siempre habían muchos espectadores. Como si fuera eso suficiente había el “One vs Ajax” donde la gente probaba su suerte al intentar vencer a Ajaxis otro de los miembros de la Quiet Room.

Debido a las normas de no armas y no poderes ella tendría terminante prohibido usar cualquiera de ellas, a menos que la vida de un compañero estuviese en riesgo y solo para inmovilizar, sin dañar al lugar o a los otros. Nada de traer enemigos, ni atacar a otras personas la Quiet Room aceptaba a todos debido a que no era un lugar combate.

Al terminar la explicación la habría llevado al cuarto donde se comía y aunque no habría ningún plato en la mesa había alguien esperando por atenderla.

El tiempo que Flagman estuvo con pelirroja fue bastante cómodo para él, notar la felicidad en ella  por la expresión de su rostro, prestaba atención a todo y al escuchar su exigencia por la bebida ordeno al joven mozo; haciendo un gesto con la mano para que le sirviera dicho trago. Este saldría de la habitación y volvería  al comedor, el joven volvería con una bandeja y en la misma un vaso con la bebida.

—  Mejor traes algo de comer para nuestra nueva compañera.—

Indico el joven la dirección de la cocina y que fuera por algo para ella,  el joven volvería con la bandeja llena de diferentes platillos par que degustar la mujer, no era diferentes a los que encontraría en cualquier otra cocina, panecillos, algunas salsas, varios tipos de queso a cuadros, algunos dulces, camarones, rodajas de brazo gitano. La intención era deleitarla que se sintiera bien recibida y si quería comerse toda la bandeja o no, era cosa de ella. Una sonrisa del Inhumano que la había acompañado se mantenía a la expectativa de cualquier necesidad que tuviese para ayudarle, también era libre de salir ir a su cuarto y ponerse cómoda, o ir afuera con los demás y pasar la noche.

Pasarían unos minutos aproximadamente en la cual servirían a la joven en todos los lujos que ella pidiera, antes de que quien era conocido “Rey de la media noche” se hiciese comenzara a revisar los estados de las habitaciones de los juegos, siendo cuidadoso de no notasen su presencia. Darles a las personas de distintos círculos sociales su espacio para tirar el dinero sin sentirse juzgados mantenía parte de las ganancias del lugar. Grande sería su sorpresa al ver el rostro de Flagman preocupado.

— Mi  señor no ha visto a Gaghiel, estaba con ella en el comedor y se me ha perdido de vista.—

Qué curioso, no era muy agradable que ella se le hubiera escapado a su compañero, pero ahora tendrían que encontrarla, lo más pronto posible. El inhumano no se inmutaría ante la noticia, pero le preocupaba que ella se metiera en una habitación en la cual no sería permitido su acceso, y eso si que la metería en problemas.

El tiempo era un factor que siempre buscaba la manera de engañarte, era muy bien sabido que cuando se estaba pasando un rato realmente complicado, iba tan lento que hasta los mas mínimos segundos se te hacían eternos; pero cuando estabas pasando un tiempo agradable con buena compañía, al parpadear ya habían pasado horas de conversación.  Era similar lo que le ocurría a Flagman, sintiendo como cada segundo a buscar entre las personas de la Quiet Room, ella había sido una responsabilidad adicional, tenía que cuidar que la pelirroja no se metiera donde no le correspondía.

Segundos se hicieron minutos, minutos se hicieron horas, y las horas lentamente se fueron acumulando, en la búsqueda de aquella pelirroja dientes de piraña, la cual se estaba disfrutando las primeras manos de su juego, se revisaría desde la oficina de Black Bolt; que guardaba información que aun no debía salir a la luz, hasta la donde descansaban los empleados, curiosamente sin encontrarla.

—No puede ser que ella realmente este desaparecida, Black me va a vaporizar si no la encuentro pronto. —

Sería su comentario, ante la gran preocupación. Aun sin tener nadie que le escuchara, la presión que ejercía el saber que podías ser convertido en ceniza, para él, era mucha.

Por otro lado, quien fue Rey de los Inhumanos en la tierra se encontraba tranquilo, no parecía hacer algún gesto de enojo, quizá por confiaba en la eficiencia de sus trabajadores, o era algo de soberbia ya que confiaba en su seguridad. Invertiría su tiempo, atendiendo a quienes decidían estar a su alrededor, saludaba a quienes le tendían la mano, algunos empresarios le plantaban usar la sala de proyecciones para una exposición una nueva fuente de poder, que rivalizaría con las fuentes de energía existente.  Realmente interesante, algunos humanos parecía tener grandes habilidades para ciencia,  lástima que en ocasiones sus peores obstáculos eran ellos mismos.

Observó donde detalle con quienes conversaba, dando baja importancia al asunto de Gaghiel. ¿Cuál sería la peor cosa en la que se podría meter una pelirroja en un lugar con mucho alcohol juegos de azar? Interesante adentrarse al hecho de que había una fuente de energía la cual provenía a altas velocidades, le costaba un poco comprender todos los términos, pero parecía que había una fuente de energía presentándose como destellos,  buscaban la manera de generarla y aprovecharla y así llevar a un nuevo nivel a la tierra.

Quizás estaría bueno participar para comprender mejor la conversación que tenían los científicos intentando comprenderla,  aceptaría por lo interesante del tema pero su atención sería necesaria en otro lugar cuando enhorabuena llegaría Flagman.

—Mi señor, hemos encontrado a Gaghiel, pero creo que no le gustara del todo donde está. —

Intentando ser lo más formal se retiraría tratando de ir lo más directo posible pero sin levantar sospecha alguna, al parecer la habitación donde se encontraba Gaghiel. La habitación donde se encontraba  habían algunos jugadores peculiares, emocionaban a los novatos para luego arrebatarles todos. Esa información era grave, ya que en cuestión de tiempo buscarían la manera de sacarle el dinero.

Quienes estaban en la mesa jugando cartas con la pelirroja, al notar que comenzaba a sacarles con ventaja, comenzarían a preparar su treta, poco a poco, preparándose para sacarle lo que les estaba costando, por la fuerza, quizá aprovechando que le superaban en número. ¿Qué podría hacer una mujer indefensa contra 7 hombres?

Sería cuestión de minutos cuando los Inhumanos en busca de su nueva compañera llegarían a la habitación y en el momento que la manilla se girara ellos asediarían casi de manera simultánea, y aunque no parecían tener armas algunas, pero algo pronto le diría que no eran hombres comunes.

Que curiosa la imagen de ver a la pelirroja intentando sofocar a uno de los hombres por la espalda, tenía la sensación de que esa imagen sería repetitiva. Ambos inhumanos pondrían sus manos en acción luego de ser invitados por Metallium, siendo efectivos cada uno a su estilo; Flagman optaría por inmovilizar a uno de ellos, utilizando esa tela que provenía de sus brazos haciendo un amarre a todo su cuerpo y evitar que causara más problemas; Black Bolt cerraría la puerta evitando llamar la atención de cualquiera que pudiera y se integraría al bardo de manera sutil, evitando los golpes como si los observara en cámara lenta, secuencias predecibles que no lo entretenían en el combate hasta que la situación subió ligeramente de nivel.

—Ya basta de juegos previos — en ese momento tomaría de su cinturón y giraría una perilla que cualquiera creería que era un adorno brillante. Sus compañeros pronto harían lo mismo, a excepción de quien estaba a punto de ahogarse; a ese lo ayudaría otro de los hombres. Pronto el cuerpo de ellos comenzaría a cambiar, tornándose de grande musculatura, y para algunos si piel tendría manchas verdes.

El notar el cambio en los hombre haría que Rey Inhumano estaría contento, su lado como guerrero obviamente, parecían oponentes ligeramente dignos, al ver que iba a ser golpeado notó más velocidad y fuerza en el swing que hacía,  sin embargo era carente de técnica lo que lo hacia fácil de esquivar.  Al devolverle el golpe si notaría que habían dejado de ser humanos comunes puesto a que con una fuerza suficiente para quitárselo de encima, este segaría peleando.

—Mi señor me temo que esta pelea se está tornando complicada—  Comentaba su compañero mientras evitaba quedar fuera de combate de un golpe, parecía ocupado ya que sus amarres no eran tan efectivos debido a nueva fuerza de esos hombres, viéndose obligado a atrapar sillas para golpearlos, esperando debilitarlos. Los objetos poco a poco fueron volando de una dirección a otra y algunas botellas, que ellos mismos habían ordenado al ser arrojadas se quebrarían contra las mismas paredes, que desperdicio.

Todo iba pintando interesante, aunque el hijo Agon y Rynda, al notar ese cambio se contendría un poco menos,  para dejar a uno de ellos fuera de combate, fue propinarle un gancho derecho en un descuido.  El cuerpo al volar de un rincón de la habitación a otro llamo la atención de los compañeros, haciendo a Black Bolt por un momento centro de miradas y objetivo a eliminar.

El combate se estaba prolongando demasiado para su gusto y podían hacer daños al lugar que podrían tardar varios días en ser reparados,  y eso no estaba dentro de lo que él quería. De manera inmediata su estilo de combate se tornaría un poco más fuerte, propinando golpes a puntos de manera de dejar fuera de combate a la mayoría de los mismos, no tenía tiempo para juguetear con idiotas como ellos.

Había estado concentrado en esquivar los ganchos sucios que hacían esos hombres, y como intentaban intimidar con esos fuertes movimientos. No era nada interesante había aprendido que la fuerza sin agilidad ni técnica era solo peso muerto. Esos hombres combatían en cámara lenta para él, incluso notaría que sus dos compañeros estaban algo entretenidos tambien combatiendo con otro de los hombres a su manera.

Al final notaría que entre Flagman y la chica nueva estaban intentando dejar fuera de combate al quién era el restante.  Fue espectador de la manera de combatir de la misma, antes no la había alcanzado a apreciar, el estilo de combate de la pelirroja, pero antes había percatado que entre ella y Flagman habían derribado a otro sujeto,  antes de con el que ya estaban luchando haciendo un poco de trabajo en equipo y algo de desastre.

Flagman de manera inmediata comenzaría a hacerle amarres a sus brazos y piernas, uno tras otro para inmovilizarlo lo suficiente como para Gaghiel pudiera acertarle un buen golpe, lo suficiente fuerte para ya acabar con quienes la atacaron.  —Mi señor, creo que con este, ya todos han quedado, noqueados. — A este le faltaba un poco el aliento.

El rey inhumano estaba insatisfecho con lo ocurrido, dejarlos fuera de combate no parecía suficiente, tenía quienes eran y si había alguna razón en particular por la cual habían decidido venir a causar problemas, la situación hubiese sido complicada de ellos no haber llegado a tiempo.  Siguiente él haría unas señales a Flagman, este de manera inmediata salió de la habitación en busca  de ayuda, para ser concreto de alguien en especifico, Frank, sus habilidades como investigador y las facilidades de ser un ex policía le serían de gran ayuda esta ocasión. Mientras el se quedaría vigilando para asegurar si alguno recobraba la conciencia no quisiera escapar.

El  inhumano estaba vigilando los cuerpos aun inconscientes de aquellos hombres mientras que la mujer con dientes de piraña estaba rondando la habitación, parecía que estaba en busca de algún objeto perdido, o de algunas pista, por otra parte el inhumano observaba los cinturones de aquellos hombres y se haría con uno de ellos para observa a detalle que detrás de cada cinturón había un sistema complicado que siniestraba sustancia al portador.

No alcanzó a descifrar cómo funcionaba dicho artefacto cuando la aquella mujer volvería con un par de objetos. El inhumano los observó sin notar nada inusual, parecían objetos sencillos que cualquier fumador usaría, tendrían algo especial mas allá de su comprensión que no fue visible hasta que ella propino una información bastante detallada. Era extraño tanta la evidencia como el hecho de que ella tuviese esos conocimientos un tanto inusuales.

La entrada de Frank y de Flagman a habitación fue otra interrupción, al notar que la situación estaba claramente neutralizada, no se alarmó el policía y comenzó a indagar observando los objetos y las marcas que ya la pelirroja había señalado.  Al parecer alguien envió a esos matones al a Quiet Room y tendrían que averiguar antes de que hiciese algo peor.  Los tres hombres se vieron las caras un instante, habría que poner manos a la obra, inmediatamente participaron.

—Yo llamare a las autoridades, así se creara un registro sobre este ataque.— Comentó Flagman.

—Parte de la evidencia esta comprometida por la pelea, necesitare algo de tiempo. —Dijo el policía.  El inhumano se coloco un trapo en la mano y se llevo los objetos señalados, para comenzar a realizar la investigación.

El Rey de los inhumanos señalaría a la pelirroja y luego le haría un visto bueno, había sido de ayuda y decirle “buen trabajo” era lo mínimo que él podía hacer, aun quedaban cosas por terminar y la noche aun se veía joven.

La mirada perdida de la pelirroja lo estaba incomodando la verdad aunque lo estaba observando a él podía notar con demasiada facilidad que pensaba en otra cosa, no le incomoda la distracción pero por alguna razón se sentía involucrado, sus ojos oscilarían buscando alguna otra persona pero tristemente él estaba solo ahí.  Chasquearía los dedos, cerca de su rostro,  para hacer que la mente de la pelirroja dejara de volar con cosas innecesarias, su rostro serio pasó a ser un poco desaprobatorio. Se peinó el cabello utilizando las manos y cómodo su camisa que durante la pelea se había escapado.

Afuera era muy probable de que las personas en el club no se hubiesen enterado de que rayos ocurría en esa habitación por lo que procedería a salir de ahí una vez estuviese nuevamente presentable. Señalaría a la pelirroja y luego con el dedo pulgar señalaría hacia afuera de la habitación, ya ella no cumplía función alguna ahí dentro y lo mejor era guiarla a hacía el área publica, ahí varias de las personas comenzarían a chismear y para el inhumano fue evidente que no hablaban de él si no de la pelirroja que le seguía.

Podrían ser personas que les había agradado su canto, lo cierto era que por esa noche no habría demasiado espectáculo, por ahora tendrían que disfrutar de las luces que quedaban y que se relajara un poco, por otro lado el rey inhumano tendría personas que atender, se notaba que algunos entraban y otros salían, he ahí su labor en recibir a quienes llegaba.  Él le miraría a ella con unos ojos serios y le haría un gesto de silencio colocando el dedo índice frente a sus propios labios. Ella estaba en la Quiet Room ahora y tendría que comenzar a comportarse como una si deseaba permanecer ahí, y evitar que problemas como esos salieran a la luz innecesariamente era importante.  

Le haría un ademan por si deseaba algo de la barra seguramente el joven Woz no tendría problema alguno en atenderla con algún pedido que ella deseara o si prefería ir a descansar a su habitación estaba en todo su derecho. Volver a escuchar la música de afuera, que era distinta a aquella en las zonas internas, está ahora era un poco más tranquilo quizá no había tanta acción en la pista esa noche por lo mismo.  Respiró de manera profunda y continua su camino al trabajo, recibiendo a las personas adineradas y no tan adineradas que entraban a su castillo esa noche, ahora la pelirroja quedaba algo más libre, pues podía hacer lo que deseara lo que le quedara de noche, podría ver al inhumano tratar con cortesía a los demás sin decir una sola palabra, utilizando sus gestos.

Que riña interesante, ver como esa mujer podía ingerir copa tras copa sin chistar de manera alguna y ver como aquel sujeto se desgastaba cada vez más al punto que el pos su sano juicio decidió retirarse de la contienda, muy sabio aunque iba tambaleándose de lado a lado eventualmente le mostrarían la salida. El inhumano observó con mucho detalle lo ocurrido, copa tras copa, ella parecía estar bebiendo agua, sin afectarse, sus ojos no parecían desviados en ningún segundos, de hecho podría afirmar que ella lo estaba observando aun tras su celebración agitando sus brazos al aire.  Expectante de lo que ella estaba por hacer parecía que no existía una pisca de “normalidad” en ella, cosa que podía funcionar para pasar entre los inhumanos, pero su marcado excentricismos le hacían llamar demasiado la atención, le hacían comenzar a sospechar que tal vez su decisión no había sido buena, generalmente le gustaba tener cierto control de lo que ocurría dentro de la Quiet Room.


La música como el gatillo que le disparó los interruptores y la hizo comenzar a moverse de un lado a otro danzando a su manera y pasando entre las personas. No la definiría con movimientos necesariamente femeninos pero si llamando la atención de cualquiera que estuviese moviendo el esqueleto cerca de ella. Incluso algunos la observaban como una atracción, debido desde que llego con las canciones y los espectáculos que parecía tener la intención de ser el centro de todos los reflectores en todos los sentidos. El inhumano tuvo que acomodarse un poco los cabellos peinándolos hacia atrás, estaba cerca de estar arrepentido hasta que pudo notar algo, se movía bailaba, pero no estaba ebria, eso solo decía que todo era con alguna intención. Las razones ocultas no eran algo que le agradaba pero ahora podía ver con algo de sentido toda esa actitud inusual.


No se acerco  a la pista de baile por que no era su show el que estaba rodando, era él de ella. Pudo detallar como ella le observó durante su baile, debido a que sus ojos azules se encontraron con los de ella, estaba casi seguro de que eran verdes o tal vez las luces de la Quiet Room no lo ayudaban a definir con absoluta precisión. “Si ella está escondiendo algo, debe haber una razón para ello. Me parece que alguien que traerá problemas y espero soluciones.” Nadie escuchaba sus pensamientos, pero eso era su cierta impresión sobre ella mas allá de lo que hacía por esta noche le iba a permitir celebrar mientras no destruyera su local.  Ademas de él seguramente había otro par de ojos que gustaría que evaluaran a la pelirroja pero en ese instante no se encontraban.


Esa noche había intentado sobrellevar el hecho de que no estaba y había estado entretenido con otras cosas hasta ese instante. No tenía que preocuparse necesariamente por ella sabía defenderse perfectamente, lo había demostrado antes, así que lo mejor era dejar la noche continuar y seguir haciendo su trabajo.