Perfil bajo, perfil alto (Martha R.) [X/Y/2019, 20:30h]

Nueva York. La gran manzana emponzoñada. A la gente la volvía loca esta ciudad, ya fuera por la multiculturidad de sus calles, porque era el símbolo de la libertad, porque querían mantener el anonimato o simplemente su ritmo. En algunos casos era algo figurativo, y en muchos, demasiados, era literal.

Por fortuna, mi caso no era literal, pero eso no quitaba que desease mucho uno de los rasgos de esa ciudad. La había pifiado hacía unos cuantos días en Gotham y lo mejor era desaparecer si no quería un murciélago o varios pajarillos tocándome los ovarios. Malditas ratas voladores en spandex, todos y cada uno de ellos.

Hoy iba de "civil", vestida de un modo que no llamase demasiado la atención: Una sudadera de los Pingüinos de Pittsburg Negra y amarilla, unos vaqueros ajustados y botas altas con tacón de color marrón. Me había maquillado un poco para parecer más morena, el pelo estaba teñido de color negro y llevaba lentillas de color marrón para mis ojos, en un intento de modificar mis rasgos un poco y dificultar que me identificaran.

Suspiré, enfurruñada, mientras me escurría levemente en el enorme y cómodo sofá de la cafetería, mirando fijamente mi café. Con mucho caramelo, avellana y... bueno, de todo menos café. No sé por qué lo llamaban café cuando eran más bien muchas cosas muy dulces con extra de café. Pero necesitaba el dulce para arreglarme un poco el humor.

Hacía ya un día que había llegado a la ciudad y la cantidad de gente que había por las calles había agriado mi ya de por sí mal humor. Suspiré, me acaricié la sien y me incorporé. Llevaba ya más de media hora chupando del wi-fi de la cafetería y el café estaba ya frío. Y, además, había sufragado mi viaje con tres cuentas bancarias desde esa wi-fi, y tampoco quería que me rastreasen hasta aquí si llamaba demasiado la atención.

Recogí mi bandeja, la dejé en el mostrador dirigiendo una sonrisa a la dependiente que hizo un gesto similar, con cansancio. Al menos, su sonrisa era sincera, y no me extrañaba: La gente es sucia, zafia y egoísta, y rara vez se molestan en recoger un poquito, por lo que cuando alguien hace el gesto y les ahorran unos minutos de dar vueltas por el bar, suelen agradecerlo.

Hice un gesto con la cabeza y me despedí, como si tuviese intención de volver un día más. Ja, ilusos.

Giré a la izquierda, en dirección hacia la novena avenida mientras echaba un vistazo a mi fría bebida. El nombre que estaba escrito era... bueno, indescifrable. Ni si quiera se parecía al nombre que había dado, Diana. Es más, ¿parecía que ponia Dianjanne? ¿Dirianne? ¿Quién demonios enseñaba a escribir así a los baristas?

Y entonces lo oí. Era un sonido que cualquier Gothamita reconocía bien, una discusión que posiblemente acabase en una pelea. A veces, en una puñalada, y otras en varios disparos y un niño huérfano. Me giré hacia el paseo peatonal a mi izquierda. Ya estaba anocheciendo, y no había mucha gente allí, pero me pareció vislumbrar un grupo indeterminado de personas, que parecían acosar a otra. Fruncí el ceño y me acerqué con paso decidido, taconeando en el asfalto con mis botas de tacón alto

¡Eh! ¿Qué pasa aquí? exclamé, mientras me acercaba, metiendo la mano derecha dentro de mi sudadera y agarrando la porra eléctrica con fuerza. Esperaba no tener que usarla, pero... bueno, nunca se sabía.

Hoy había empezado mal su día y parecía que seguiría yéndole mal hasta que se volviera a acostar por la noche. Dentro de dos días tendría que ir a Arkham Asylum para su visita de inspiración y eso la ponía nerviosa; tendría que presentarse frente al director del manicomio y le daba un poco de miedo ya que no sabía cómo era el tipo y tampoco lo miraría por internet ya que si lo hacía a lo mejor cambiaba su opinión sobre ir.

Prefirió no pensar mucho en eso y si en que se había quedado sin comida precocinada para cenar por lo que tendría que salir… al mundo exterior que no le aterraba para nada, esas calles llenas de gente, esos edificios  que aun teniendo luces no dejaban ver el cielo y sobre todo que su piso no es que estuviera en la mejor parte de la ciudad, para llegar a la tienda más cercana tenía que pasar por un callejón  que de día no era para tanto ya que la luz traspasaba lo suficiente como para dar visibilidad pero al estar anocheciendo no estaba segura si sería así.

Se vistió casualmente con su chaqueta y su camisa a cuadros, cogió su llavero-linterna en forma de Ford GT y se preparó para salir a comprar su comida de las próximas dos semanas.

Salió de su pisillo intentando hacer el menor ruido posible para no despertar a ningún vecino… a quien quería engañar, no parecía tener vecinos y si los tenía ya se habían mudado hace mucho tiempo, pero también intentaba no hacer ruido por si alguna mala fiera se encontraba rondando por los alrededores y a ella no le gustaría encontrarse con nadie sobre todo cuando anochecía ya que por la noche es cuando ese tipo de gente salía para lo que ella llamaba en su español más basto: dar por culo.
Llego al callejón que tenía que atravesar como atajo para llegar a la tienda y al verlo se preguntó si no sería mejor hacer el viaje completo, aunque fuese más rápido al menos era mucho más seguro… ¿Cuánta gente se habría salvado de ser asesinada o robada si pensaran como ella? Se decidió a hacer el camino largo, pero entonces pensó un momento… ella no estaba del todo indefensa gracias a la gema que le otorgaba los poderes, aunque no quería usarlos mucho, y a la defensa personal que había estado entrenando desde que era muy pequeña así que si un ladrón se le ponía en frente a lo mejor podría con él, por lo que se aventuró al callejón.

Al entrar se dio cuenta de que era más largo y estrecho de lo que recordaba o a lo mejor era que las sombras del anochecer lo hacían parecer mucho más tenebroso y oscuro por lo que empezó a andar rápidamente de manera nerviosa, chocándose en el proceso con un cubo de basura que, como si fuera un espasmo, corto por la mitad con su cuchilla de energía, que oculto mientras miraba hacia los lados esperando que nadie la hubiese visto y así era, no había nadie allí.
Sintiéndose más segura salió del callejón sin un rasguño y se dirige a la tienda en la que solía comprar sus provisiones. El tendero ya la conocía o al menos sabía quién era por lo que entrar con la bandana en la cara no supuso ningún problema para el hombrecillo de origen indio.

Compro comida congelada lista para calentar en el microondas y alguna que otra chuchería para tomar algo dulce y al pagar se fijó en un pequeño están con paquetes de cigarrillos, le hacía gracia esto ya que en España los cigarrillos solían estar en los bares en máquinas expendedoras, pero aquí estaban en las tiendecitas… aunque no había entrado a ningún bar desde que llego así que no podía decir nada.
Termino su compra y salió con un poco de prisa por llegar a su piso sana y salva por lo que volvió a pasar por el callejón que ella ya sabía que estaba vacío, pero al llegar casi a la mitad escucho una voz que le hizo parar

-Eh tú, jirafa

Martha se congelo, como si pensara que estando quieta no la vería, o no la verían ya que varios hombres de mal aspecto la empezaban a rodear

- ¿Qué pasa chica? ¿Tu mama no te dijo de no ir sola por la noche?

Martha no sabía que decir o hacer, no como la voz en su cabeza “Mátalos, son inútiles, no sirven para nada solo deben morir” no podía dejar que tomara el control en esta situación o si no algo muy malo sucedería por lo que se concentró en no dejar que el ente la controlase

- Esa bandana no está muy de moda, déjame arreglarte el modelito

Uno de los hombres se le acerco navaja en mano con intención de quitarle la bandana y probablemente su compra o algo mas, pero al estar cerca de ella lo primero que hizo Martha fue cogerlo de la muñeca y con un rápido movimiento lo dejo en el suelo. Después de hacer esto escucho la voz de lo que parecía ser una mujer y esperaba sinceramente que fuera una policía

- ¿Y tu que quieres eh?

Le dijo de forma amenazante a la chica desconocida mientras se acercaba con una navaja hacia Martha, todo el grupito estaba listo para atacar a las dos mujeres si era necesario, y Martha se estaba empezando a poner nerviosa, dejando escapar al hombre que tenia agarrado con una llave, el cual no estaba muy contento de que le tumbara una mujer por muy alta que fuera

Suspiré, negando con la cabeza. Qué típico, cuatro machitos armados con navajas que creían que podían aprovecharse de... una de las mujeres más altas que jamás había visto.

Aunque no tengo una mala vista en la penumbra, no podía ver sus rasgos desde aquí, pero podía adivinar por su expresión corporal que no estaba a gusto con la situación. ¿Quién lo estaría? Ni después de haber pasado por Black Gate te acostumbrabas a que te arrinconasen con un pincho. Maldije mentalmente mi maldita manía de meterme donde no me llamaban. Si no hubiera ido, no me habría fijado en las armas y por tanto no habría intervenido.

Porque cuando tienes un arma sacada, vas a usarla, es otra cosa que aprendes en la trena. Y esos tipos o bien la usaban para matar a esa pobre mujer, o bien la usaban para... Me estremecí. No quería pensar en eso, por muy posible que fuera.

Uno de ellos se me acercó, aparentemente con intención de amenazarme, a lo que suspiré, agarrando bien la porra eléctrica

Sólo que me aguantes esto le dije, tirándole el café a la cara. No estaba caliente, ni iba a hacerle mucho daño, pero le confundiría y distraería lo suficiente como para poder sacar la porra en un movimiento rápido, incrustarla en sus tripas y activarla.

Con un desagradable chisporroteo eléctrico, olor a café quemado y carne, el tipo cayó al suelo, mientras yo me echaba atrás quitándome algo del café que había saltado al haberle electrocutado. Lo último que necesitaba era estar mojada como para electrocutarme con mi propio arma. Los tipos miraron a su compañero en el suelo, y luego me miraron a mí, lo que me permitió levantar la porra y dejarles ver el chisporroteo eléctrico que soltaba. Metí mi mano en el bolsillo y sonreí

Tenéis tres opciones añadí, sacando una granada. Era la única que llevaba, por si acaso la pasma me identificaba y necesitaba huir Esto es una granada los tipos que ya estaban acercándose a mí pararon de golpe. Incluso uno dio un paso atrás podéis marcharos, y aquí no ha pasado nada. Podéis quedaros, y tendré que tirarla

No te atreverás masculló uno, bastante aterrado

Pruébame le repliqué, atravesándole con la mirada. Los tipos dieron un paso atrás

Y la tercera opción es que me inmolo con vosotros. Veréis, estoy muy loca, y hoy me apetecía matar a un trío de gilipollas. Así que... ¿Qué va a ser? ¿Bum, o huir como los pendejos que sois? pregunté, haciendo énfasis en el español cuando menté el insulto, pronunciando muy fuerte la jota como para que relacionasen rápidamente hispano con problemas.

En apenas unos segundos sólo quedábamos la mujer enorme, el tipo inconsciente y yo en el callejón. Suspiré, guardándome la granada. Le di una patada al tipo para ver si se estaba haciendo el inconsciente y al no recibir respuesta, me acerqué a la mujer

¿Estás bien, te han hecho daño?

Martha estaba muy impresionada con lo que acababa de ver y también un poco asustada, o sea al ver que un hombre se le acercaba la mujer desconocida le tiro su café en la cara que al parecer no estaba caliente ni nada por que el hombre no grito de dolor, pero lo que más le impresiono fue cuando lo tumbo en el suelo pero no como lo hizo ella, que utilizo defensa personal, sino con algo eléctrico como una porra o algo así que soltó un chisporroteo y dejo al hombre en el suelo.

Todo esto dejo a Martha un poco perpleja que no sabía que responder a las acciones que estaban tomando lugar ante sus ojos, claro podría haber intervenido o ayudado a la mujer, pero esta parecía tenerlo todo controladísimo.

Después de intimidarlos un poco más y de hacer ver que al menos sabia algo de español, no sabría decir si era hispanohablante por eso de ser rubia y tal, pero sabía que en otros países se hablaba el español… lo que no sabía era si por allá la gente era rubia natural. Lo importante es que la mujer la había salvado de los tipejos que la estaban molestando y le estaba agradecida, aunque no mucho.

La actitud tan agresiva que esta había tomado le recordaba a todos esos héroes que luchan contra los “malvados” sin si quiera saber por que lo hacen o porque son así, ella solo vio chusma, gente sin nada que hacer, aunque a decir verdad ella había visto lo mismo, chusma, pero la diferencia es que ella era la asustada, pero la mujer que aún no había dicho su nombre era la que si tenía poder para al menos intentar hablar con los hombres pero prefirió amenazarlos con una granada… ¿Por qué se quejaba tanto si la había salvado? A veces no se entendía ni a si misma, a lo mejor se estaba volviendo ya loca tras estar con el ente en su cabeza todo ese tiempo.

Le pregunto si estaba bien así que se hizo un chequeo rápido por el cuerpo y por la bolsa de la compra para ver si estaba todo en su sitio

-Es… estoy bien

Aún estaba impactada por todo lo que había sucedido, casi la matan o algo por el estilo, luego casi explota una mujer en su cara, un hombre esta inconsciente bajo sus pies, todo era super extraño para ella, casi como estar en una peli

-Oye eso… ¿Eso no será una granada de verdad no? Porque esas cosas ya sabes… petan, hacen pum pum

Estaba ablando como si fuera una niña pequeña o algo, pero no lo podía evitar, estaba demasiado nerviosa para pensar en lo que decía

-Ah muchas gracias por sal… salvarme y eso… Me llamo Martha R. ¿Y tú?

Ahora que lo pensaba, ¿Y si esta mujer le pedía dinero por haberla salvado? No podía ir derrochando dinero ya que el viaje a Gotham la iba a dejar tiesa, pero tampoco tenía ganas de luchar contra alguien que tenía una porra eléctrica y una granada… o peor, podría ser una “heroína” y que luego le dijese a todo el mundo como salvo a una mujer indefensa o algo así, lo que le hizo pensar que a lo mejor podría habérselas apañado ella sola… puede ser que sí hubiera podido, pero más gente habría resultado herida además del pobre hombre inconsciente.

Aproveché el momento que la chica usó para recomponerse para echarle un buen vistazo ahora que estaba cerca. Era alta, muy alta, eso era lo primero que llamaba la atención de ella. Lo segundo, era ese pañuelo en la cara (¿sería alguna de esas locas de los gérmenes?) que le tapaba los rasgos. Una pena, no podría quedarme bien con su aspecto, pero bueno. También tenía unas ojeras de órdago, y de eso puedo hablar, porque he llegado a coleccionar las mías.

Aparte de eso, era algo paliducha y nada más. No parecía destacar por nada, aunque también era verdad que no usaba una ropa que la realzase demasiado. Pero ¿quién soy yo para hablar, que voy con sudadera? El caso es que me aseguré también de que no le hubiera pasado nada y entonces le ayudé a recoger sus bolsas con tranquilidad, encogiéndome de hombros después de haber guardado ambas armas

Sí, es una granada, pero es aturdidora. No les habría hecho más daño que provocarles un dolor de cabeza. comenté con tranquilidad, lanzando una mirada de reojo a la chica. No parecía excepcionalmente nerviosa, no más que alguien que había tenido un desagradable encontronazo con unos rateros. Vamos, que no parecía haberme reconocido.

De hecho, se me presentó, algo que por lo general no suele hacer la gente conmigo. No al menos los civiles como ella, lo normal es que la gente de mi entorno o salga corriendo, o se presente con un sobrenombre estúpido o sea muy teatral mientras hace gestos en su spandex y deja a la vista su estúpido logotipo de murciélago. Odio los héroes.

Sonreí suavemente y le tomé la mano, dudando sólo unos segundos sobre si dar mi nombre real o no. Al carajo, no creo que me reconzcan sólo por mi nombre de pila

Victoria. No pasa nada, Marta, si no hubiera sido yo, seguro que algún otro te hubiera salvado comenté con una sonrisa cansada. Sí, los cojones. Los héroes no se molestaban en ayudar a la gente de verdad, no si no había cámaras o fama que ganar. Les importaban más los "peces gordos" y su jodido ego ¿Quieres que te acompañe un poco? Parece que andas algo impresionada, pero tampoco quiero imponer, por supuesto añadí, devolviéndole una de las bolsas.

Sonreí algo azorada. La verdad es que lo de la sociedad nunca se me había dado del todo bien, para empezar siempre había sido una friki en el instituto, después además tenía ese... bueno, ese problema. Y para colmo, lo de Killer Moth no había ayudado mucho a mis habilidades sociales. Dame a un criminar con la cara desfigurada y sabré cómo hacerme la tonta. Dame al Pingüino y seguro que puedo hacer un trato con él. ¿Pero una chica de la calle a la que acaban de atracar? ¿Cómo cojones la ayudo a calmarse? ¡Ni si quiera tenía un teclado o una pantalla tras las que esconderme si la cagaba!

O... ¿quizás sea mejor que me vaya? Lo siento, no se me dan bien estas cosas

Se fijo un poco en su salvadora, solo un vistazo rápido que le dejo ver que era más baja que ella y rubia, le gustaba la gente rubia ya que solían ser buena gente, una idea un tanto estúpida que tenía en la cabeza desde que vio una peli de pequeña de la cual no podía acordarse mucho, solo se quedaba con que la gente rubia de esa peli era buena gente.

La explicación de la granada la tranquilizo, no mucho, pero al menos sabía que si accidentalmente explotaba solo sentiría dolor de cabeza y nada más, algo a lo que ya estaba acostumbrada.

-Ah… ¿Dónde consigues esas cosas? Me vendrían bien unas cuantas

Bromeo, pero no tanto ya que pensaba que, si tenía una granada aturdidora de esas, cada vez que el ente tomase el control podría aturdirse a si misma antes de perder totalmente el control “Eso no me detendría niña” lo dejo muy claro, eso no le pararía o al menos eso quería hacerle creer.

Se presento como Victoria, un nombre que le parecía curioso debido a que siempre se imaginaba a la gente llamada asi como personas muy competitivas, la cabeza de Martha además de estar llena de imágenes de su familia muerta estaba llena de pensamientos un poco tontos a su parecer, pensamientos parecidos a los que tendría una niña pequeña.
Su voz le resultaba muy familiar, era como si ya antes la hubiese oído, pero no sabía muy bien con quien situarla.

Soltó una carcajada sarcástica cuando Victoria le dijo lo de que alguien más vendría a salvarla, como si un héroe fuese a venir en cualquier momento a socorrerla como una dama en apuros

-Je, no soy un banco, ni un super villano así que no, no creo que viniese nadie.

Pensó un momento en lo del villano… Si al final de todo ella se convertía en alguien malo no sabría muy bien que hacer, siempre ha llevado una vida normal incluso después del incidente, pero ahora estaba conociendo a gente, y no gente normal, era casi como si se hubiese metido en un mundo de héroes y villanos del que no podía escapar.

El ofrecimiento de Victoria si le agrado más, no es que le gustase estar siempre acompañada, pero hacía tiempo que no hablaba con una chica normal, bueno con una chica que podía reducir a un hombre con una porra electrice, pero normal, al fin y al cabo, además su voz la tranquilizaba y la hacía sentir… como en casa ¿Por qué le sonaba tanto? Empezaba a parecerle un poco extraño.

Cuando esta le pregunto si sería mejor que se fuese d alguna forma eso la relajo, sintió que esto era raro para ella también y que no estaba acostumbrada a salvar a gente por la calle

-No pasa nada, me puedes acompañar… no tengo nadie con quien hablar… o hacer nada

Estaba bastante sola, era una pena ser tan alta y tener un aspecto amenazante con su bandana tapandole la cara, sus ojeras y sus ojos sin vida, pero esas cosas no parecían impórtales a Victoria, a lo mejor era como ella y ni se fijaba en lo exterior si no en lo interior… sería mejor que su salvadora no se fijara en lo interior, no le gustaría lo que encontraría dentro suya.

Sonreí suavemente cuando me preguntó dónde podía comprar las granadas. La respuesta era fácil: En casi cualquier tienda de armas en el estado de Texas. Y posiblemente en cualquier otro

Te sorprenderías de lo que puedes encontrar en cualquier tienda de armas cuando te conocen comenté, más divertida que otra cosa. No era mala idea ir armada por la calle, teniendo en cuenta lo peligrosas que tendían a ser. Una pena que en el estado de Nueva York no estuviesen permitidas.

Y entonces hizo el comentario de que no era ni un banco ni un super villano, lo que me arrancó una sonrisa ligeramente triste. La comprendía demasiado bien, esos idiotas en spandex sólo se preocupaban por sí mismos: Al final, la única diferencia entre los llamados villanos y los héroes era simplemente la opinión pública. Todos teníamos vidas, y nada era blanco o negro

Tienes más razón que una santa, Martha comenté, cargando con una de las bolsas y comenzando a caminar a su lado Al final el hombre es un lobo para el hombre, ¿eh? quizás eso explicaba la mirada como ida o muerta de la mujer, quizás era porque había visto también su propia paletada de mierda. Y a juzgar por cómo de peculiar sonaba su voz, sus ojos no serían lo único que lo delatase. Eso explicaría la bandana, claro.

Noté una punzada en el corazón cuando dijo que no tenía a nadie más con quien hablar. O hacer nada. Eso... eso era triste, y se parecía mucho a cómo podría definir mi propia vida, lo que hizo que me mordiese el labio inferior mientras lanzaba una mirada a mis pies. Mírame, un año en la trena, y otros tantos codeándome con la peor calaña, y una pequeña historieta para llorar ya me hace sentirme mal. Menuda villana de segunda que estoy hecha.

Alcé mi mano y cogí la suya unos segundos, apretando suavemente mientras miraba al frente para intentar hacerme la dura, posiblemente sin mucho éxito, y después soltarla con suavidad.

Nadie tendría que decir eso, nunca. Pero te entiendo. añadí mirándola a los ojos unos segundos. Aparté la mirada, algo avergonzada por mi momento de debilidad, y me centré en mirar al infinito, al frente. En este mundo, o eras fuerte o te devoraban, lo había aprendido por las malas. Por mucha empatía que me despertase, no podía permitirme bajar mucho la guardia. Y no sólo por mí, si no por ella. Quizás lo mejor sería mover la conversación en una dirección un poco menos deprimente

Y... ¿A qué te dedicas, Martha? Si no es mucha indiscrección... Sí, mejor. La vida profesional solía generar una conversación, y ayudaba a conocer más a la gente.

Y eso me preocupaba un poco. ¿Por qué demonios quería yo conocer a Martha? Sí, vale, parecía algo taciturna. Y tenía esa mirada, ese aspecto, de alguien que ha visto demasiado, una mirada que podía parecerse a la mía en ocasiones. Y que parecía que algo le pesaba en los hombros. Suspiré, mirando al frente al darme cuenta de que me había quedado mirándola fijamente unos segundos de una forma que podría considerarse un poco maleducada, cerrando los ojos unos segundos. Lo mío no era la gente, a mí dadme ordenadores, que dan menos problemas...

Y además, Martha era nerd. Eso la hacía muy adorable, la verdad, y me arrancó una sonrisa. Me recordó cuando mi ex del instituto me llamaba "mi pequeña Adorkable".

Aunque Martha de pequeña tenía más bien poco, pero bueno.

Lo de que fuera escritora no me sorprendió demasiado. Siempre que no fuera de esas que escribían fanfics infumables por internet, me parecía bien. Es más, esperaba que no fuera de esas o mi interés y curiosidad se iban a derretir más rápido que el culo de Jack Frost en una fundición.

Entonces, obviamente, la pregunta me vino de vuelta por cortesía, supongo. Ajusté el peso de la bolsa, incómoda ante esa pregunta, aunque yo misma la hubiese propiciado.

Era programadora. Y de las mejores. Ahora soy freelance... Se paga mejor, pero ves más mierda. comenté, mirando al frente. No deberíamos estar muy lejos de su casa ya... y fue cuando la enorme mujer me pilló desprevenida con su pregunta, lo que me hizo parpadear, antes de sonreír de lado de forma pícara

Vaya, cuánta pregunta personal, y ni si quiera me has invitado a cenar... comenté, divertida Tu español es bueno, podría preguntarte lo mismo añadí, en español, divertida Pero tengo la garganta seca y un gilipollas se ha quedado con todo mi café... Con una cerveza, podría soltárseme la lengua

Me paré y le miré a los ojos. Su tamaño no me intimidaba, como tampoco lo hacía la cara tapada, y le mostraba una sonrisa algo altiva y divertida. Asumí que estaríamos cerca de su casa, después de todo llevaba congelados y no estaban en bolsas de esas de conservación del frío...

Es más, si me dejas sentarme un rato contigo, te hablaré de mi colección de cascos de Stormtrooper añadí, riendo levemente

Programadora que curioso nunca había conocido a uno, o mejor dicho a una programadora, lo que le hacía pensar si todos los programadores tenían acceso a granadas, rio un poco sarcásticamente pero su risa fue un poco ahogada por lo que sonó como una respiración forzada.
Lo que sí que no entendía eso del “freelance”, pero no quería parecer estúpida o inculta preguntándole que era, así que asintió como si tuviera idea, luego lo buscaría por internet para informarse.

Ya estaban cerca de su piso y fue entonces cuando dijo lo de la cena, parecía una broma, pero a ella no le importaría cenar con alguien

-Si quieres te puedo invitar, hoy iba a cenar…- miro en su bolsa a ver que era lo primero que pillaba -lasaña, por si te quieres unir.

El español de Victoria le sorprendió al principio, pero le agrado encontrar a otra hispanohablante por los estados unidos con la que hablar en su idioma natal

-Pues cerveza creo que tengo en mi casa, todas para ti si quieres, yo ya no bebo

Respondió con su perfecto castellano que tenía un leve pero muy muy leve acento andaluz, había aprendido a disimularlo con el tiempo. Lo de que ya no bebía era cierto, desde lo que paso la última vez que probo el alcohol se le habían quitado las ganas de beberse las latas que se había comprado días antes del incidente en la gala benéfica.

Ya estaban en la puerta de su edificio, abrió y se metió hacia su piso con la puerta negra un poco, como se diría vulgarmente, en la mierda. Al entrar se vio lo pequeña que era, el salón/despacho de Martha estaba unido a la cocina y el cuarto de baño era estrecho e incómodo, pero al menos se podía mover dentro

-Esta es mi “suit royale”

Bromeo para luego suspirar un poco derrotada, se dirigió a la cocina para dejar la bolsa, haciéndole señas a Victoria para que la acompañara. Por un momento se le olvido que en la pared de su ordenador tenía enmarcado el periódico que anunciaba la muerte de su familia, esperaba que ella no se fijara en eso

-Siéntate en…- cogió una silla de madera un poco cochambrosa y la puso en la pequeña mesa del salón -Lo siento no tengo mucho…

Su piso era muy pequeño, pero cuando su carrera como escritora de el bum estaba segura de que se compraría un piso mucho mejor

Era agradable, una vez superaba la primera impresión que te causaba la enorme mujer. Lo reconozco, Martha me caía bien. Le dedique una sonrisa cuando aceptó invitarme a algo en su casa, sorprendida internamente de que hubiera funcionado: por lo general, me mandaban a la mierda cuando hacía alguna broma similar imitando a algún tipejo pagado de si mismo.

Supongo que el que ambas fuéramos unas raritas ayudaba. La seguí hasta su piso y noté de nuevo un poco de pena por ella. Su casa era pequeña, muy pequeña, y destilaba una sensación de... Soledad que tuve que abrazarme un poco a mi misma. Mi taller también daba esa sensacion, pero era grande, con pantallas por todas partes y mucha luz.

Martha parecía que no podía permitirse eso del todo.

La seguí hasta la cocina, aceptando la silla con una sonrisa dulce eso significa que me ofreces mucho más con un gesto que alguien que dispone de más medios. No te preocupes, esta bien. Es mejor que mi motel, para empezar

Lo peor es que no mentía en absoluto. Me senté en la silla y la observe moverse por la cocina, sonriendo suavemente

mi madre era medio mejicana, de padre americano. Se esforzó mucho porque aprendiese el idioma de mis raíces. Al final hasta lo he necesitado en mi vida laboral.

Oye, me has dicho que eres escritora, ¿verdad? ¿Has publicado algún libro ya? Me gustaría echarle un vistazo a tu estilo... ¿Que géneros sueles escribir?

Se puso a preparar la comida, cogió la lasaña congelada, le quito el papel protector y la metió en el microondas, eso era lo único que hacía y lo único que comía ya que era lo más barato y la verdad ya se había acostumbrado al sabor de la comida precocinada.

Lo que le dijo al entregarle la siga la alegro un poco, ella no tenía mucho pero siempre ofrecía algo, eso se lo habían dicho sus padres “Si tienes menos, tienes que dar más, y el mundo será feliz” aunque no creo que lo dijeran pensando a gran escala ya que los pobres no es que puedan dar mucho.

Victoria le explico su procedencia y ahora entendía el por que era rubia y hablaba tan bien el español

-Oh siempre quise conocer a alguien mejicano… lo que más odio son los estadounidenses que piensan que España es México… incultos

No le gustaba que confundiesen España con México, ambos eran diferentes y de hecho se podría decir que una de las pocas cosas en las que se parecían era en el idioma e incluso eso variaba un poco, pero ahora que lo pensaba parecía que lo hubiera dicho como si eso fuera malo

-No es que no me guste México, es un país fantástico… bueno no lo sé, no eh estado

Se estaba empezando a poner nerviosa otra vez, así que respiro suavemente y escucho la pregunta de Victoria sobre su libro. Tenía uno escrito por lo que que fijándose en el tiempo que quedaba en el microondas y al ver que tendría tiempo, fue a coger el ejemplar que tenía en su casa, su libro “La historia de dos hermanas” que entrego a Victoria

-Va sobre dos hermanas que se querían mucho y tenían un plan para irse a viajar por el mundo, pero son separadas por el divorcio de sus padres y de mayores se encuentran sin saber quién es cada una y se enamoran y… si quieres te lo puedo dejar

Se había dado cuenta de que le podría estar explicando todo el libro si no paraba, asi que pensó en otra cosa que decir

-Pero mi próximo libro es mas de suspense, novela negra

Por algo tenía que ir a Arkham Asylum dentro de dos días, para pillar una buena ambientación. Al mirar la portada del libro, una luz se ilumino en su cabeza, como la bombillita que salía en la cabeza de los dibujos animados cuando se daban cuenta de algo

-Ya decía yo que tu voz me sonaba tienes la misma voz que mi nov ¡Hermana! - exclamo al casi confundirse en sus palabras -Perdón, casi me confundo…

Se rio un poco nerviosa y se fijó en el microondas, la lasaña ya estaba así que la saco, la corto por la mitad y la sirvió en dos platos que tenía, sentándose en la mesa con Victoria.
Fue entonces cuando se percató de que tendría que quitarse la bandana para comer, y le ponía nerviosa de que lo que más se parecía a una amiga que había tenido en mucho tiempo, aunque solo la conociera de unos pocos minutos, la mirara raro, pero no tenía otra opción por lo que se quito la bandana poco a poco, mostrando su rostro

-Es que tenía un grano, y rascando y rascando…

Bromeo un poco, para que el ambiente estuviera menos tenso al revelar su aspecto ante ella

Sí, era adorkable. Enormemente adorkable. La pobre tendía a, como decían los americanos, meterse el pie en la boca con mucha frecuencia. Se notaba que no estaba cómoda en una situación social, y eso consiguió arrancarme una leve sonrisa. Me hacía gracia ver cómo intentaba disculparse continuamente por una ofensa que no me había causado.

Creedme, si me hubiera ofendido, se me notaría, no era buena actriz a la hora de ocultar mis sentimientos. ¿Por qué si no iba a usar un casco que me tapase la cara? ¿Para que no me la rompiesen? Bueno, aparte de eso...

Escuché atentamente lo que me contó sobre su novela y me arrancó una leve sonrisa divertida. ¿Escribía novelas eróticas, o simplemente la sinopsis me había sonado así? Fuera como fuese, me había hecho gracia, por lo que cogí el libro divertida, echando un ojo. Y entonces vino la siguiente exclamación de la grandullona que me hizo reírme y taparme con el libro.

¿Que sonaba como su novia? ¡Ay, carajo! Esa era buena

¡No mames! exclamé, aún tapándome con el libro, extremadamente divertida ¿Que sueno como tu novia? Quiero decir... ¿Tu hermana? Nunca me habían dicho algo así. No sin que sonase siniestro. añadí, dejando el libro en mi regazo mientras mi sonrisa bailaba en mi rostro. Con esa simple frase acababa de alegrarme del todo el día. Bueno, era un decir, pero me había hecho mucha gracia, y con la naturalidad que lo había dicho, no podía ofenderme. Simplemente, ni se lo había pensado.

Tampoco quería avergonzar al hallazgo del mes ¡Qué digo! del año, por lo que decidí esconderme un poco detrás del libro, leyendo divertida el prólogo de la obra, aún negando con la cabeza. Como su novia, decía... Esto estaba siendo tan extraño que sólo podía dejarme llevar.

Entonces, Martha desveló por fin cómo era su rostro.

Y no voy a mentir, es una cicatriz desagradable. Después de todo, las desfiguraciones no son del gusto de cualquiera. Alguien con menos estómago habría reaccionado de alguna manera desagradable y habría humillado a la pobre escritora que había hecho algo tan íntimo como habría sido quitarse la camisa en mi presencia.

Y la verdad, había visto cara a cara (si se podía decir así) a Dos Caras. Y a algún otro matón en Black Gate. Estaba muy curada de espantos. Así que simplemente le dediqué una sonrisa tierna mientras cerraba el libro, mirándola a los ojos para intentar evitar avergonzarla si miraba demasiado a su problema

Cariño, te recomendaría mi crema para el cutis, pero se me ha acabado añadí, siguiéndole la broma. Eso explicaba por qué tenía esos aparentes problemas sociales. También me daba un poco de pena el saber que no tenía dinero para una reconstrucción facial. Y eso era un problema para alguien que quería una vida más... bueno. Más social. Porque ser una autora exigía firmar libros en público

No te preocupes. ¿Me creerías si te digo que he visto sarpullidos peores? guiñé un ojo, sin desplazar mi mirada de sus ojos, esos ojos tristes y "muertos". Cuando vives en Gotham, te acostumbras un poco a todo. Desde idiotas con spandex y problemas de monocromía estilística hasta a locos obsesionados con aves que no vuelan. Añadí, dándole un mordisco al corte que había hecho en mi lasaña precocinada. Y mientras masticaba en silencio, mi mente estaba dando vueltas a toda velocidad, mirando al frente sin realmente percatarme de dónde clavaba la mirada, en un punto indeterminado por encima de la cabeza de mi anfitriona.

Se me ocurrían un par de personas que podrían ayudarla, resolverle ese problema, pero también era cierto que le iba a costar un pastizal: Después de todo, la cirujía reconstructiva no era barata, y yo no conocía a médicos plásticos... legales del todo. Esos costaban más, pero hacían muchas menos preguntas. Claro que tampoco quería ofenderla... Casi mejor, arreglaba mi vida primero antes de intentar arreglar la de otros

¿Por qué no me hablas de tu hermana? Me dijiste antes que mi voz es parecida. ¿Cómo es? ¿Le da también a la escritura?

Martha volvía a estar nerviosa, la confusión parecía divertir a su compañera que parecía divertirse por su error, y es que en vez de decir solo “hermana” casi dice “novia”, y eso era un “pequeño” errorcillo, pero la exclamación de Victoria daba entender otra cosa

-Ah lo siento es que… que he estado viendo Juego de Tronos y no sé si te la has mirado, pero ahí, buff, mucho… ya sabes eso que es “tabú” y me confundí…

Era verdad eso de que se había puesto a ver Juego de Tronos, pero no es que se acordara mucho de la serie porque eso era para ella, una simple serie y nada más, lo veía por diversión. Esperaba que esa explicación bastase a Victoria.


Movió un poco su plato con el tenedor, la pasta no era de la mejor calidad y la carne no se podría decir de que animal ni de que parte de ese animal la habrían sacado, pero al menos estaba rica y eso es lo que importaba así que se dedicó a comer, intentando calmar sus nervios.
La broma sobre la crema le hizo gracia, el auto-humor siempre le había parecido divertido, tampoco es que tuviera mucha estima por si misma así que no le importaba hacerse bromas con ella como sujeto.

Al parecer Victoria vivía en Gotham y eso le interesaba ya que tendría que ir allí en dos días

-Pues pasado mañana tengo que ir allí para ir a Arkham Asylum… para inspiración sobre mi libro, aun no estoy del todo loca

La verdad es que la visita a Arkham la intimidaba un poquito, pero también le intimidaba Gotham ya que sería una ciudad nueva en la que jamás había estado y según la pintaba Victoria, no había gente muy agradable y eso la incomodaba en cierto modo, al menos lo de la monocromía estilística le hizo un poco de gracia lo que le provocó una risita, era muy extraño verla reír porque su cara no podía mostrar emociones, solo sus ojos y no es que estuvieran muy vivos

Y entonces llego la pregunta sobre su hermana ¿Cómo era ella? Oh más bien, como fue

-Oh, era la mejor escritora que jamás he leído- dijo en tono nostálgico, mirando a la nada mientras recordaba a su hermana menor -Solo con leer dos líneas de cualquier cosa que ella escribía, te enganchaba, sabia darle vida a sus personajes, sabia como hacer que vivieras lo que ella escribía… era la mejor.

Su hermana era la mejor escritora que jamás había conocido, pero era una lástima que ya no estuviera con ella, con los ojos y la cabeza señalo el periódico enmarcado en el que salía la muerte de su familia, la conversación se había vuelto muy triste

-Ella ya no puede cumplir su sueño de ser la mejor escritora… pero yo si

Estaba decidida a redimirse por lo que había sido obligada hace años atrás y si conseguía ser la mejor escritora a lo mejor encontraría el auto perdón

-También era la chica más hermosa y amable que jamás he conocido- agacho un poco la mirada de forma melancólica -Una vez mientras paseaba psio a un caracol y casi le da una depresión

Rio un poco, intentando animar el ambiente que se había vuelto tan triste

La sonreí divertida, con esa expresión propia de un gato que acababa de comerse a un ratón y sabía que la cosa sólo podía ir a mejor. Claro que sí, te confundiste entre dos palabras que no se parecen en nada y te gustaban los Lannister... Bueno, cada uno tenía sus secretos, pero me hacía gracia que el de la escritora fuera el incesto.

Medité si debía decirle algo sobre los peligros inherentes tanto de Gotham como de Arkham, pero finalmente decidí que no era una buena idea. Por un lado, podría asustarla, y tampoco quería demostrar que sabía demasiado para ser una simple ciudadana más. Para algo que se empezaba a parecer a una amistad que tenía desde lo de los laboratorios, prefería no chingarla.

Al menos, no tan pronto, porque si hay algo de lo que estoy segura es de mi capacidad para cagarla sin ayuda. Casi parecía una expendedora de diarrea. Cerré los ojos ante la imagen mental que acababa de darme, algo asqueada por la idea, pero centré finalmente mi atención en lo que mi anfitriona me estaba contando.

De hecho, no tuve que cambiar mucho el gesto de tristeza después de lo que me estaba contando. Le recordaba a su hermana muerta. Genial, habíamos salido del territorio gracioso pero incómodo para terminar en el directamente deprimente. Si había alguien a quien el universo parecía haber puteado tanto como a mí, estaba comiendo delante mío. Y la diferencia es que yo al menos estaba bien económicamente por métodos de dudosa moralidad... que me afectaban, por supuesto. No estaba hecha para la vida a la que me habían arrojado

Lo siento, Martha, no ha sido una buena pregunta se me notaba que no me había gustado hacerla daño, mientras jugueteaba con la lasaña en silencio, dando vueltas con el tenedor lo que ahora era un revoltijo de todos sus ingredientes Yo soy hija única, ¿sabes? Mi madre era madre soltera, y nunca me habló de mi padre. No me sorprende, creo que era un capullo. añadí, suspirando, antes de seguir comiendo. Pero seguro que lo logras, ya lo verás sonreí suavemente, intentando mostrar mi apoyo sincero. Me quedé en silencio unos segundos, pensativa

Creo que será mejor que elijas tú el tema de conversación, parece que se me da demasiado bien dar donde duele...

Notaba que le había contado algo a Victoria muy íntimo de su pasado, pero no sabía exactamente si era lo que ella estaba pensando así que intento evitar preguntarle si se había enterado o no, además no fue su intención decirle su secreto más guardado, si se había enterado había sido sin querer.

Hubo un poco de silencio que para ella fue incomodó, pero a, la que ya podría llamar amiga o al menos conocida, Victoria le parecía gracioso hasta que se dio cuenta de lo de la hermana y todo se volvió a un tono triste y deprimente que Martha quería evitar, no le gustaba que la gente se compadeciera de ella ya que no sabían toda la historia, no sabían que ella mato a su familia y tampoco sabían que el ente que la obligo seguía con ella, esperando a cualquier oportunidad para salir.

-No pasa nada, no lo sabias además ya no me afecta tanto como hace 10 años

Le afectaba pero mucho menos, si toda tu familia muere siempre te afectara para todo lo que hagas en la vida, pero “gracias” a que estaba obligada pensar siempre en su familia y más concretamente en la muerte de ellos ya no es que le pusiera tan triste como hacía muchos años atrás, pero seguía poniéndose un poco tristona.

Victoria le explico que era hija única y se acordó que cuando era pequeña y se enfadaba con su hermana ella decía que quería ser hija única… que equivocada estaba. Pasando de eso, al parecer el padre de su… ¿Amiga? Intentaba no pensar que era su amiga ya que la conocía de muy poco y si la empezaba a llamar amiga a lo mejor la espantaba… que fáciles serían las relaciones sociales si no tuviera ansiedad…  Victoria nunca había visto a su padre ni si quiera le habían hablado sobre él porque era un capullo… no estaba segura de si ella hubiese hecho lo mismo, o sea, vale que sea una mala persona, pero padre solo hay uno… la mayoría de las veces


- ¿Y nunca has tenido curiosidad? Aunque sea un mal tipo… es tu padre

La familia para ella era lo más importante de este mundo ya que era lo que ella no tenia, bueno tenía a su tío, pero eso era muy raro debido a que él tenía una vida muy… extravagante para Martha, además él dijo que no hablase de el por ahí a saber por que.

Le deseo suerte con lo de ser la mejor escritora y se lo agradeció haciendo el dibujo con su dedo de una sonrisa en su cara, para hacer ver que estaría sonriendo si pudiera. Luego le dijo que sería mejor que fuera ella misma la que eligiera tema de conversación y eso la puso en un aprieto ya que debido a no haber entablado conversaciones “normales” con gente desde, bueno desde hace mucho tiempo y no sabía de que hablar así que le dijo lo primero que se le vino a la cabeza

- ¿Cuál es tu peli favorita? O sea ¿Qué pelis te gustan?... parece una pregunta de un test o algo

Se rio un poquito porque era verdad, parecía una pregunta de un test para saber que personalidad tienes o algo asi, pero al menos podía dar conversación

Bueno, al menos no era una herida reciente, pero... Me rasqué la nuca, algo incómoda. Eso no quitaba que hubiera sido incómodo, aunque al menos no le había hecho tanto daño como pudiera. De todos modos, avanzamos un poco la conversación, que llevó a un terreno... pantanoso.

¿Qué hacer? ¿Mentía a Martha, y me sentiría como una mierda durante un buen rato, o le decía la verdad y me arriesgaba a desvelar mi identidad? Era una decisión difícil, pero estaba tardando demasiado en responderla. Suspiré, mirándola a los ojos un poco avergonzada por haberme hecho la estrecha con esa respuesta

Es... complicado. Al parecer no era trigo limpio comenté, tirando por la calle del medio. No quería mentirla, por alguna razón sentía una cierta afinidad con ella. Quizás porque parecía comprender demasiado bien el sufrimiento ajeno La verdad es que tengo entendido que lo mataron, así que tampoco me pierdo nada. Mis cenas de navidad tienden a ser algo silenciosas añadí, riendo algo azorada. No éramos buenas con estos temas, visto lo visto.

Menos mal que habíamos cambiado de tema rápidamente, y a uno lo suficientemente neutro como para poder sonreír abiertamente

¿La verdad? No soy muy quisquillosa. Me gustan sobre todo de aventuras y de ciencia ficción, pero puedo disfrutar de la típica comedia romántica de cuando en cuando. Para que te hagas una idea, mis clásicos favoritos son Cortocircuito, Gremlins, Mulan, Matrix y la trilogía completa de la Guerra de las Galaxias. Pero la buena, ¿eh? La del episodio cuatro al seis. añadí, sonriendo ya más abiertamente. Qué cojones, era hora de mostrar mi lado nerd, seguro que no espantaba a la escritora con ello

Bueno, y le doy a los videojuegos siempre que puedo. Es un campo que me gusta mucho, ¿sabes? Ahora ando jugando al último Fallout, está ambientado en una época postapocalíptica, después de que la humanidad se haya destruído con una guerra atómica total, y vas con unas pintas a lo Mad Max, matando maleantes y sobreviviendo y tal. Tiene su gracia

Puede que no hubiera sido buena idea preguntarle sobre su padre ya que podía ver que eso, no es que le afectara, pero como dijo que no era trigo limpio pensó que sería un criminal o algo por el estilo así que prefirió no seguir con el tema. Cuando dijo lo de la cena de navidad se acordó de que… estaba muy sola dese hace mucho, la última vez que paso la navidad con alguien fue 5 años atrás, cuando aún vivía con su tío, pero no dijo nada ya que si no volvería a ser todo muy deprimente y ella no quería eso.

Escucho atentamente a lo que Victoria le contaba sobre el tipo de películas que le gustaban y a decir verdad conocía la mayoría, se había visto la guerra de las galaxias cuando era muy pequeña ya que su padre era un fan, no como su madre a la que le gustaban las películas antiguas de romance, como “Lo que el viento se llevó” por lo que su gusto en películas estaba un poco raro

-Si te digo la verdad de pequeña me perdí con las películas de la guerra de las galaxia- confeso mientras terminaba su plato de lasaña -No entendía por que las 3 últimas se hicieron antes que las 3 primeras… niña tonta

Rio un poco recordando como de pequeña su padre solía confundirla diciéndole esto y ella no se lo creería para luego ir a su madre diciendo que papa la estaba engañando, esos recuerdos nunca se le irían de la mente.

Le empezó a hablar de videojuegos y la verdad es que ella tenía que hablar en ese tema, pero no tanto ya que ese juego del que ella hablaba no le sonaba para nada, ella era más de juegos antiguos que jugaba en la playa 2 cuando era más pequeña por lo que ese juego llamado “Fallout” no le sonaba para nada

-Ese juego no me suena… creo que lo vi en alguna parte, pero nada más… yo es que soy más de jugar Crash Bandicoot en la play 2

Admitió mientras se levantaba y recogía su plato para echarlo a lavar, no se fijó si Victoria había terminado o no así que decidió esperar para recoger su plato mientras cogía agua del frigorífico y fue entonces cuando se acordó de que tenía un paquete de cervezas totalmente intacto en la nevera así que cogió una lata y se la dio a su invitada

-Te prometí que tenía cerveza

Le dijo de forma más alegre mientras se la daba, pero se dio cuenta de que se la dio de tal forma que podía ver perfectamente la gema “en su guante” por lo que dejo la lata rápidamente sobre la mesa y bajo la mano para ocultarla, no quería que le preguntase nada sobre la gema porque eso podría llevar a hablar sobre… no quería pensarlo.
Se puso nerviosa y busco algún otro tema de conversación antes de que le preguntara sobre lo que seguramente había visto, así que, imitando a un tipejo de un bar, la señalo con el dedo, le guiño el ojo y

-Hola guapa, ¿Tienes novio?

Para luego reír de forma nerviosa, lo había hecho como broma para distraer toda atención posible de la gema en su mano, pero sería mejor decirle que era una broma vaya ser que todo se pusiese incomodo

- ¿Te gusta mi imitación de tipejo de bar? Me falta la chupa negra, pero casi igual

Esperaba que esto diese lugar a una risita y que se le olvidara lo de la gema, o que al menos la distrajera un poco

Martha me estaba resultando realmente adorable. En un sentido ligeramente torpe, posiblemente por su falta de experiencia en situaciones sociales debido a su pequeño handicap, pero eso le daba un cierto y gracioso encanto. Incluso parecía animada con la conversación.

Sonreí dulcemente cuando me habló de su confusión cuando era pequeña sobre los episodios de la Guerra de las Galaxias, y de cómo jugaba a Crash bandicoot en la play 2. Me dio algo de nostalgia y todo el pensar en una infancia más feliz. Aún con todo, no dije mucho, ya que tampoco es que yo fuese el ser más social sobre la tierra. Los silencios no eran incómodos, al menos para mí.

Finalmente, Martha terminó un poco antes que yo en comer, supongo que por ansiedad o porque no tenía que rebañar y perseguir la lasaña que había sido destrozada en un pequeño ataque de nervios. Se llevó el plato y yo aproveché para estudiar la espalda de la mujer. Era grande, con unos buenos hombros, pero no parecía especialmente musculosa, es más, al contrario que yo, no parecía tener un buen tono físico en general. Pero tampoco tenía una mala figura, con la ropa correcta podría atraer bastantes miradas.

Claro que con el problema de su cara... era comprensible que no quisiese. Observé cómo me dejaba la cerveza en la mesa y cómo intentaba tapar rápidamente su mano, lo que me hizo asumir que esa gema en ese guante era mucho más que un accesorio. Ya sabéis, cuando te pasas tanto tiempo liándome a tortas con héroes, terminas fijándote en ese tipo de cosas.

Su intento rápido de broma me arrancó una sonrisa coqueta, mientras recogía la lata con cuidado, divertida No, cariño, no tengo novia comenté, con la sonrisa bailoteando en mis labios mientras abría la lata de cerveza, mirándola de reojo No ha estado mal esa imitación, no añadí, echándome hacia atrás en la silla, mientras cruzaba una pierna sobre la otra

Y ¿Te puedo ser sincera? Una chupa de cuero te quedaría genial, sobre todo si tiene hombreras o galones añadí, desviando la mirada hacia la tele. No me llevó mucho, en cuestión de unos pocos segundos se encendió sola, e hice un poco de zapping hasta dar con un programa musical, bajando el volumen para dar un ambiente un poco más acogedor a la casa. Hecho eso, me giré hacia ella y le guiñé un ojo

No tienes por qué contarme nada si no quieres, pero no necesitas avergonzarte de nada delante mío, ¿vale? Tenemos que cuidarnos, los que destacamos añadí, con una sonrisa de gato de Cheshire revoloteando en mis labios.

A Victoria le gusto su broma, perfecto, así podría pasar desaparecida su gema por un tiempo o al menos eso pensó ella. Cuando esta le dijo lo de la chupa negra se lo pensó ya que literalmente tenía como 4 o 5 prendas de ropa y un cambio en el vestuario le iría genial en verdad

-A lo mejor estaría bien pillarme un poco de ropa, hace mucho que tengo la misma ropa

Puede que salir de compras le animase el ánimo un poco asta recordar toda su situación, pero por lo menos podría pasar un tiempo divertido, sobre todo si era acompañada.
La tele se encendió sola por lo que dio un respingo un poco asustada, no sabía cómo ni por que había sucedido eso, de hecho, lo primero que pensó fue que había fantasmas en su piso, lo que le faltaba ya, vivir entre fantasmas… aunque a lo mejor eran mejor compañía que el ente.

Dejo de pensar en fantasmas cuando vio que Victoria estaba mirando a la tele y se preguntó si ella había encendido la tele ya que sería una respuesta más lógica a lo de los fantasmas

- ¿La ha encendido tú? ¿Cómo?

Se sentía confusa, pero a la vez quería saber más si resultaba que era ella la que la había encendido, a lo mejor era una maga o una super hacker, lo único que sabía es que de todas maneras sería algo impresionante.

Fue entonces cuando se percató de que Victoria si se había dado cuenta de la gema y eso le puso un poco nerviosa, si le decía la verdad a lo mejor se metía en problemas así que tuvo que mentir para salir de esta

-Es que es un guante muy caro, me lo encontré y nunca he querido quitármelo

Mentir se le daba bien pero como estaba nerviosa por lo de la gema y por lo de estar hablando con una persona se le noto mucho la mentira… las relaciones sociales no eran lo suyo

-Perdón era mentira…  Es que es algo de lo que no quiero hablar, pero ya que estas aquí…

Aspiro un poco de aire para relajarse y se sacó el guante de la mano, mostrándole su mano llena de heridas, quemaduras y varices con la gema incrustada en el centro, dando un aspecto hermoso y a la vez desagradable al estar rodeada de tanta herida.

-No es algo de lo que me guste hablar… No sé porque te lo enseñe perdona

Se volvió a poner el guante mientras se encogía de hombros y se “abrazaba” a si misma, había sido muy abierta con Victoria y eso no era algo nato en ella, solía ser más cerrada con la gente, pero al parecer ella le hacía querer abrirse más, no sabía por que.

Se me encogió el corazón. Yo, una supervillana de esas que salen en las portadas (¡Ja! Más quisiera) cuando me mostró su mano. Carajo, no quería estar incomodándola continuamente, pero parecía que tenía ese poder. Estaba hecha una pinche de cuidado.

Me separé de la mesa, dejando la cerveza en esta y me acerqué hasta Martha, abrazándola con toda la fuerza que podía tener (que, siendo sincera, era más bien poca). La verdad es que la mujer era enorme en comparación conmigo, yo apenas le llegaba al pecho, y seguro que hubiera sido más efectivo eso de intentar consolarla si nuestras estaturas eran distintas. ¿Tendría que subirme a una silla para hacerlo bien? ¿Por qué carajo me preguntaba eso?

Eh, ya está, Martha. Todas tenemos nuestras cicatrices, ¿vale? Algunas sólo las tenéis más visibles Bravo, Victoria, te has ganado el premio Miss pinche pendeja del 2019. Y apenas hemos empezado el año.

Soy émpata, pero de las que no se nos dan bien los humanos. Mi poder se basa en la tecnología, puedo afectarla y controlarla. Y ya se me daban bien antes de tener mis poderes me separé un poco de ella, pero sin dejar de rodear su cintura. Ahora mismo le acariciaría la cabeza si llegase, pero me tuve que conformar con sonreír triste y cansada

He tenido problemas por mis poderes, por ser distinta. Entiendo que quieras ocultarte tú también, ¿vale? No me cuentes nada si no quieres. Después de todo, apenas me conoces... aunque reconozco que he sido más íntima contigo en unas horas que en meses con mi anterior ex. ¿Podía considerar a Lucía una ex? Lo nuestro nunca fue serio, sólo sexo carnal entre dos presidiarias, y tampoco es que durase mucho después de nuestra fuga en Black Gate... Y hablando de Black Gate. ¿Debería decírselo a Martha? Sentía que ella se estaba abriendo mucho más a mí que yo a ella, pero... ¿Cómo reaccionaría si supiera que era una criminal convicta? ¡Acusada de homicidio a un agente de la autoridad, ni más ni menos! Me mordí el labio inferior, insegura.

No es justo que me lo cuentes todo, no si yo no te cuento nada... pero tienes que creerme si te digo que es mejor así. ¿Le decía algo, aunque fuera? Soy una enclenque, ahí estoy, abrazando a una desconocida y dudando sobre si confesar mis crímenes. ¿Qué sería lo siguiente, entregarme para la silla eléctrica? No es como si yo hubiera querido matar a nadie... ¡Y para empezar, no debería haber estado en esa cárcel! Suspiré, cerrando los ojos, intentando apartar las imágenes del cadáver de mi mente

Me caes bien, Martha, y no quiero hacerte daño, ¿entendido? No soy ese tipo de mujer, no es mi estilo me separé del todo de ella, aunque aproveché para coger con cuidado la mano de la gema Debió dolerte mucho... me quedé unos segundos en silencio, pensativa Conozco... gente. Quizás alguien pudiera ayudarte con cirugía... No sé. me quedé en silencio. Tampoco quería ofrecerle algo, ¿y si no podía pagárselo? ¿Y si no quería que se lo pagasen? ¡No me conocía de nada! ¡Y no estaba hablando del cambio para comprar una coca-cola! Por favor, si ni si quiera tenía para comer decentemente... Solté la mano con un suspiro. No tenía nada claro sobre qué hacer. ¿La ayudaba? ¿Y si la metía en un lío precisamente por juntarse conmigo? ¿Y si hacía que alguien se fijase en ella? Había demasiadas variables que no controlaba...

Cuando le enseño la mano y lo que en ella había estaba nerviosa ya que no sabría cómo reaccionaría, pero Victoria opto por abrazarla para consolarla lo que hizo que Martha se pusiera roja y sudara un poco ya que no estaba acostumbrada a nada de esto, por lo que su mente estaba en blanco.

No sabía que decir a lo que Victoria le estaba contando ya que le costaba escuchar sus palabras con su mente intentando reaccionar a su abrazo, incluso cuando la dejo de abrazar seguía nerviosa ya que su brazo seguía rodeando su cintura fue entonces cuando se dio cuenta de que era mucho, mucho más alta que su amiga, si la podía llamar así.

Por fin pudo escuchar lo que decía, al parecer ella tenía el poder de controlar la energía un poder bastante fuerte en esta era tecnológica

-Vaya es… es

Se mordió la lengua al intentar hablar estando tan nerviosa por lo que soltó un gritito de dolor y se tocó la lengua, le dolía, pero no mucho, podría seguir hablando.

-Me parece chulísimo…- pensó en contarle su poder pero que demonios, ella le había contado el suyo -Yo controlo la energía… mira

Y moviendo su mano derecha hacia el tenedor que estaba usando Victoria este se rodeó de un aura azul y comenzó a flotar en el aire, para luego caer torpemente, no usaba mucho sus poderes ya que tenía miedo de que el ente saliera “¿Ya no salgo en esta historia? Sabes que saldré” de eso mismo tenía miedo

-No me gusta usarlo mucho porque… puedo descontrolarme y no me gusta

No le iba a confesar que tenía dentro de su cabeza un ente que podría salir en cualquier momento y cuyo único deseo es acabar con toda existencia sea cual sea porque eso no es una buena forma de conocer gente nueva.

Le dijo que era mejor no saberlo todo sobre ella y la verdad es que podría decir lo mismo de si misma, no mucha gente sabe que ella fue la responsable de la muerte de su familia… o al menos se sentía culpable.
Victoria se separó de ella por lo que su nerviosismo se relajó bastante, pudo suspirar un poquito esperando que eso no la molestara.  No era la primera vez que alguien le ofrecía hacerse cirugía para arreglar su problema de la cara y la mano, pero otra vez tendría que declinarlo.

-Tengo que decir que no… Si ya no lo tuviese podría olvidarlo… Pero gracias de todos modos

No quería dejar de tener esas heridas ya que eran un recordatorio, un recordatorio eterno de las cosas que había hecho además estaba muy segura de que las heridas de la mano no se irían tan fácilmente, la piel parecía muerta cerca de la gema por lo que pensaba que ese era el motivo

Martha, cariño... No pretendo saber cómo piensas, ni tu pasado. Tampoco sé qué quieres recordar, pero sé sumar dos más dos. Supongo que es la razón por la que la informática se me da bien. Martha, no sé por qué te sientes culpable, pero no deberías huir de tus poderes: cuanto más tiempo estés sin practicar con ello, más posible es que se te descontrolen. Créeme, he estado ahí.

Suspiré, sentándome en la silla. La verdad es que no sé, tenía la sensación de que Martha y yo éramos mucho más parecidas de lo que creía, o quizás simplemente es que llevaba demasiado tiempo sola, sin poder hablar con nadie de esto. Ni si quiera Calculador hablaba tanto conmigo. Era un mentor, sí, pero siempre iba al grano, y lo de las emociones no se le daba bien

Y... no te pienses que porque tu aspecto cambie cogí con un dedo una de las lentillas, sacándomela y mostrando el color de ojo real que había debajo, antes de suspirar y volver a ponerla. Mi ojo lloraba un poco, no me quedaba claro si por haberme metido el dedo o por algo más puedas olvidarte. Hay cosas que no se olvidan jamás, y nuestros errores los cargamos toda la vida me encogí de hombros, suspirando y ahora abrazándome yo a mí misma en la silla.

Hacía años que no me sentía tan vulnerable, y era ridículo, apenas conocía de nada a esta mujer. Por todo lo que sabía, bien podría ser una espía que estuviera ahí para capturarme, pero... si fuera así, ya estaría entre rejas otra vez

Al final es una huída, hacia adelante o hacia dentro de tí misma, pero no dejas de huir. Y un día, tropiezas y sea lo que sea de lo que huías te encontrará. cerré los ojos con fuerza, antes de negar con la cabeza de nuevo. Joder, no era yo, yo no era una chica tan débil, tan frágil

Lo siento, me estoy poniendo agorera. No debería haber dicho eso, quizás sea mejor olvidarlo. No quería deprimirte.

Lo que le decía Victoria le sonaba bien y convincente pero no era porque se descontrolaran sus poderes el porqué de que no quisiera usarlo, era por el miedo de que si los usara a menudo el ente pudiera tomar poco a poca más el control hasta perderse por completo, pero… ¿Cómo le decía esto? No estaba del todo segura de si debería decirlo o no.

Entonces Victoria le mostro su ojo, lo que hizo que se fijara en él un poco ya que eso le dio de que pensar, ambas se estaban abriendo mucho y alguna razón habría, pero eso no es lo que importaba, lo importante es que ella le había enseñado por lo que se decidió en contarle lo del ente

-Veras no uso mis poderes porque… Dentro de mi cabeza hay un… un ente que puede tomar el control… no sé cuándo puede, pero puede tomarlo

Podía notar que al ente no le molestaba que se supiese de su existencia y eso la asustaba un poquito, sabia perfectamente que el tenia un plan para todo, por lo que seguramente tenia un plan para Victoria... eso es lo que le daba miedo, que cada vez que conociera a alguien el ente tubiera planes con esa persona para destruirla como hace con todo

-Yo no tengo mucho control en los poderes, pero el… no sé que puede hacer si llegase a tomar el 100% del control

Se estremecía al hablar de esto ya que era un tema que siempre estaba en su cabeza, si alguna vez se desmallara el ente podría salir y volvería hacer todo lo que hizo en el pasado, era esa su razón de que no hiciera nuevos amigos y el porqué de su soledad tenía un miedo constante de que eso saliera.

La frase casi inspiradora que dijo Victoria le recordó mucho a su situación, huía y huía del ente sabiendo que cualquier caída le haría perder el control, pero tampoco podía dejar de huir y hacerle frente porque sabe que no puede ganar si lucha contra el, lo único que puede hacer es dejarse ser consumida poco a poco.

Su invitada pensó que se estaba poniendo agorera, pero todo lo contrario, hablar con esto de con una persona y que a la vez esa persona parezca entenderla y que su vida sea similarmente difícil le ayudaba mucho y se sentía a gusto al estar con ella por lo que esta vez decidió abrazarla ella, apretando contra su pecho con los ojos cerrados, para separarse poco después

-Es bueno hablar con alguien… nos viene bien a las dos

Lo del ente... joder. Y yo pensaba que estaba jodida. Martha me ganaba por goleada, en todo. Y aún así, no era capaz de decirle la verdad, estaba demasiado aterrada. ¿Y si me echaba a patadas de su lado? ¿Y si me juzgaba? ¿Y si...?

Y entonces me abrazó. Así, sin más. Era un gesto muy íntimo, y era estúpido el que me estuviese afectando tanto, yo había abrazado a Martha. ¿Por qué iba si quiera a afectarme algo así? Pero lo hacía. Hacía años, desde que mi madre murió, que nadie me abrazaba con ternura. Con pasión, o quizás con lujuria, sí, por supuesto, en un intento de encontrar algo de solaz en los brazos de alguien. ¿Pero un abrazo genuino? ¿Con intención de reconfortarme? No.

De esos hacía ya demasiado que no recibía. Y claro, empecé a llorar, en silencio. Como si acabaran de romper un embalse, simplemente no podía pararlo, y me hacía sentir más indefensa, pero a la vez protegida. Como si me hubiera dejado caer la máscara de tipa dura.

Vamos, que estaba dando un espectáculo que me faltaban los monos y elefantes para tener el circo completo

Nicrom murmuré, apretando muy fuerte los ojos en un intento de que las lágrimas dejaran de salir. Se me estaba corriendo todo el maquillaje, pero la verdad es que ya daba igual Me... llaman Nicrom. No habrás oído hablar de mí, no bien me sequé las lágrimas como pude, pero no paraban. Joder, no podía ni ver con claridad, y las lentillas prácticamente me las quité con frustración, poniendo mala cara

Lo siento... no sé qué me pasa... sollocé, moqueé un poco y me eché la capucha por encima, desvalida Estoy hecha un desastre, lo siento...

Inspiré. Espiré. Solté varios hipidos, y repetí de nuevo el proceso, hasta calmar mi respiración lo suficiente. Las lágrimas se habían secado, y con ellas se había ido al garete gran parte de mi maquillaje facial, lo que dejaba bien a la vista mi pálida piel debajo de los surcos marrones-tostados

Joder... Me culparon de algo que no hice tragué saliva. Ahí iba la bomba, si de esa salía con vida o sin que se me echase toda la policía encima, habría sido la apuesta más acertada de mi vida Te haces una idea, ¿verdad? Sólo puedo vivir entre criminales, si me encontrasen, me encerrarían... o peor hipé de nuevo. Dios, ¿Cómo podía ser tan patética? Los medios me jodieron lo poco que me quedaba de reputación, me chingaron como si fuera un deporte nacional. temblaba como una hoja. Estaba desnudándome, no literalmente, pero sí de una forma figurada. Estaba totalmente desarmada, y encima llorando y hecha un desastre

Lo siento... lo siento... si... si quieres me voy. Será lo mejor murmuré, intentando levantarme. No me entendía a mí misma. ¿Por qué me había dado tan fuerte? ¿Por qué no podía controlarme? ¿Por qué?

Martha se quedó muy callada, ahora no veía a la mujer fuerte que la salvo si no a una chica que necesitaba a alguien al igual que ella, por lo que eso le ayudaba a empatizar aún más con ella. La veía llorar, pero es no le importaba, todos llorábamos y no por eso éramos menos.

Le dijo su verdadero nombre y no es que no le gustase es que le impresiono que la gente le hubiese puesto un “mote” y no sabía el porqué de esto, solo sabía que parecía estar pasando un mal rato diciéndole esto ya que estaba soltando unas pocas lagrimas más, limpiándoselas un poco con el dedo.

Entonces Victoria, bueno Nicrom, le soltó la bomba, al parecer había sido apresada por un crimen que ella no cometió y por eso llevaba una vida entre criminales, siempre intentando escapar de la ley. No sabía cómo reaccionar a todo eso, por lo que pensó un momento para encontrar las palabras adecuadas

-Cuando era pequeña… entro a mi casa un ladrón- pensaba que esta anécdota ayudaría un poco- Pero mi padre lo pillo… en vez de llamar a la policía le preguntamos por que lo hizo, al parecer tenía una familia, pero no tenía dinero para mantenerlos, por lo que mi madre decidió ayudarles dándoles el dinero que había ahorrado durante toda su vida

Se puso un poco nostálgica cuando le conto la historia, esa era la razón de porque era tan abierta con los “malos” y tan cerrada con los héroes.

Tambien penso en que ella deberia estar en la carcel, deberia estar encerrada o ser considerada al menos una villa gracias al ente pero esto no era asi debido a que ella habia luchado por mantenerlo oculto, solo se lo habia revelado a Victoria... y por alguna razon, no le importara que ella lo supiera

-El caso es que… me da igual como te llamen o si hiciste o no hiciste algo… eres una persona, una buena persona y eso es lo que importa

Estas palabras le recordaban a su madre ya que ella habría dicho lo mismo, por lo que una lagrima cayo por su mejilla.
Victoria dijo que sería mejor si se fuera, pero ella no pensaba lo mismo, si puede que las dos estuvieran llorando y mostrándose como son y no quería que acabase

-No te vayas yo…

Y paso algo que Martha no le pudo dar explicación, la cogió de la mano y se la quedo mirando a sus ojos un poco enrojecidos por el sollozo durante un tiempo hasta que se la soltó, con la cara un poco roja

-Quédate, no… no pasa nada

¿Que yo era una buena persona? Era... algo que no me habían dicho en años. Hacía mucho que nadie me decía nada de eso, pero podía ver una analogía con aquella vez en la que mi madre me estaba consolando por aquella vez que me habían expulsado tres días del instituto por "escándalo público".

En aquel entonces era una chiquilla adolescente y también muy frágil emocionalmente, y el que hubiera besado a mi novia en público se considerase un "escándalo" me había afectado muy negativamente. Y no ayudó con mi identidad sexual tampoco, la verdad. Sólo me hizo un poco más amargada con las autoridades

Suspiré, agachando la cabeza. Martha no quería que me fuese. Joder, estaba albergando a una criminal ex-convicta en su casa. Vale que no era violenta, que yo odiase los crímenes de sangre, pero no era precisamente trigo limpio. Y sin embargo, esa mujer, de rostro particular, había decidido abrirme las puertas de su casa y no sólo eso, si no también apoyarme y recordarme que el mundo no es blanco y negro

¿Por qué eres tan buena? murmuré, hipando e intentando contener los sollozos. Era difícil, no podía recuperar el control de mi cuerpo tan fácilmente, pero me abracé un poco contra ella. Podía notar la tela de su ropa humedecerse con el contacto de mis lágrimas, y esperaba que no la incomodase

El mundo no es blanco ni negro, ni si quiera yo misma sé si soy o no una buena persona. Sólo quiero sobrevivir, que me dejen en paz. ¿Es mucho pedir? murmuré, más para mí que para ella. Tras un par de sollozos más, recobré por fin la compostura, separándome de mi anfitriona y sonriendo cansada

Lo siento, mi maquillaje está hecho un desastre comenté, sacándome un pañuelo para intentar secarme el rostro, un poco azorada. Estaba roja, y congestionada, por lo que acababa de pasar, y sobre todo, por las implicaciones que podría tener haberme abierto tanto a alguien.

Gracias... por escuchar. No se lo había podido contar a nadie desde ese día. Yo... no sé qué ha pasado, ni por qué. Pero gracias

Estaba en un momento complica y es que ambas lo habían pasado mal en la vida, pero Martha ya no podía escapar, estaba apresada con el ente que se quedaría en ella hasta el día en el que muera, pero sabía que Victoria podía llegar a ser más feliz de lo que ella misma había sido, por eso no dijo nada ni se puso nerviosa cuando volvió a abrazarla, esta vez apoyo su cabeza en la de su compañera, notando su suave pelo

Cuando le pregunto lo de por que era tan buena pensó un poco en contarle el verdadero motivo, pero Victoria le había dicho que ella era una criminal así que decirle la verdad no cambiaría nada

-Cuando tenía… 15 años- trago un poco de saliva, esto era difícil para ella -Encontré esta gema y al cogerla… el ente me poseyó y cuando pude recuperar el control… lo último que vi fue la cara de mi hermana siendo apretada por mis manos mientras nos rodeaba el fuego…

Se estremeció un poco, aun recordaba la cara de miedo y confusión con la que su hermana la miraba, aun recordaba cuando se despertó en el hospital esperando que estuviera viva… Todos malos recuerdos que servían para mantener al ente a raya

-Yo debería estar en la cárcel… Puede que no fuese yo quien lo hiciera, pero soy la responsable… No quiero que nadie vuelva a pasar por eso.

No era una heroína, no se iba a buscar gente e problemas para ayudarlas, pero si veía a alguien que lo estaba pasando mal por una situación parecida a la suya no dudaría en intentar consolarla o hacer algo ya que sabía lo que dolía, sabia el dolor de no tener control sobre tu vida y tener que vivirla como si fuera un rio, pudiendo solo dejarse llevar por la corriente

-Yo quiero sobrevivir… y no volver a dañar a las personas que quiero… Pero cada día que pasa siento que mi mente… no quiero saber que pasara ni que hare en el futuro

Esto le daba miedo, mucho miedo ya que si el ente no se iba y no parecía tener intención de irse poco a poco Martha iba a perder su cordura, acabaría loca o peor a merced del ente… Tenía miedo de conocer a gente o amigos y perderlos o que ya no los recordara, tenía miedo de olvidar a su familia, esos eran algunos de los motivos de porque no se hacía cirugía, no quería olvidar.

Se volvieron a separar pudiendo ver que en efecto el maquillaje de Victoria estaba hecho unos zorros, pero eso no le molestaba a Martha ya que ella misma no es que se maquillase mucho con sus enormes ojeras que delataban que no dormía mucho y que solía tener pesadillas al dormir.
“Gracias por… escuchar” ella pensaba lo mismo, ambas habían estado escuchando a la otra, era como si fueran viejas amigas que se encuentran para hablar de cómo les había ido en la vida y ambas acababan llorando

-Cuando has llegado a lo más hondo… solo queda subir

Y volvió a dibujarse una sonrisa con el dedo pulgar ya que le era imposible sonreír.
Se quedo callada un poco pensativa para después coger las dos manos de Victoria y entrelazarlas con las suyas y cero los ojos mientras le cantaba una canción que de pequeña le cantaba su madre cuando estaba triste o inquieta. Cuando termino volvió a mirar a Victoria

-Ya no estamos solas…

La verdad es que estaba cómoda con Martha. Me acababa de quitar un gran peso de encima, y me sentía segura entre sus brazos, apretujada contra ella. Supongo que se debía a la afinidad que podía sentir, por tener un pasado trágico.

Entonces ella siguió hablando, siguiendo la marea de desnudar nuestros miedos y dolores la una a la otra. Y por supuesto que la escuché. Ahora todo encajaba. Yo le recordaba a su hermana, la que había perdido, y por eso había confiado tan rápido en mí. Su vida estaba maldita, y estaba sola, condenada a huir hacia adelante como yo.

Se sentía culpable, y se castigaba con esas cicatrices que le dolían cada vez que se miraba. Bajé la cabeza unos segundos, mordiéndome el labio inferior, antes de volver a levantarla, encontrándome con esa mirada. Martha podría decir lo que quisiese, pero esos ojos expresaban mucho más que mera muerte. Sonreían cansados, y el gesto de la mano, emulando una sonrisa en su peculiar cara, me arrancó una leve carcajada

Tienes razón, ahora sólo podemos subir. Y tampoco estamos solas comenté, sonriendo levemente. Tenía que tener unas pintas horrendas, desde luego, así, con la cara roja, los surcos de las lágrimas en el maquillaje...

Y eso va por tí también, señorita añadí, frunciendo el ceño aunque sonriendo, dejando claro que sería algo parecido a una broma estoy segura de que tu situación también tiene solución. Y la primera va a ser trabajar en la confianza. No sé mucho de cosas mágicas o entes extraños y demás, pero sí sé que controlar mi poder requiere de voluntad y esfuerzo. Y tu caso no va a ser diferente, solo que compites contra otra voluntad. Vamos, digo yo. la verdad es que era terreno farrangoso

No puedo hacer mucho, de todos modos. Como sabes, no es mi área de experiencia, y aunque conozco a gente que sepa de magia... no apostaría por su integridad a la hora de ayudar. Pero encontraremos algún modo. Juntas. Como un equipo me sentía rara diciendo eso, e incluso intenté callarme a media frase, pero las palabras salían solas, como un torrente. Me puse un poco roja, avergonzada por haber tomado la delantera y el liderazgo de una situación en la que ni pinchaba ni cortaba y aparté la mirada

P-perdón, no sé qué me ha dado... Pero volviendo al tema carraspeé, enderecé bien la espalda e intenté parecer un poco más digna ¿Has investigado algo sobre la gema o el ente? Si he aprendido algo por experiencia, es que el conocimiento es poder. Y si queremos que el ente no pueda hacerte nada, hay que saber. sonreí, un poco intimidada Lo siento, a lo mejor estoy siendo demasiado metomentodo y mandona...

Ahora se sentía por fin feliz de estar hablando con alguien, con una persona que no la llamaba loca al contarle que tenía un ente en la cabeza, una persona con la que se entendía mutuamente y podían hablar de sus problemas sin ser juzgadas… se sentía en casa como cuando era pequeña.

Cuando le comento de la confianza se quedó un poco pensativa y es verdad, nunca había tenido la confianza como para luchar por el control de sus poderes y solo los usaba si era estrictamente necesario, a lo mejor si tuviera más confianza podría controlar mejor sus poderes y a lo mejor podría ayudar a más gente así, pero no como lo hacen los héroes… de una manera diferente. Competía contra otra voluntad, eso era cierto lo malo es que esa otra voluntad era demasiado extraña como para identificarla solo quería… el fin de toda vida, no quería poder, pero lo necesitaba para llevar esa tarea a cabo por lo que a lo mejor entrenar sus poderes no era tan buena idea al fin y al cabo… ¿Y si él también se hace más fuerte? Todo esto le daba un poco de miedo

Lo del equipo le hizo sonreír internamente, era la primera vez que se sentía apegada a alguien, bueno no la primera vez, pero si desde hace mucho tiempo por lo que eso que dijo la hizo feliz. Vio como Victoria se ponía roja, pero a ella no le importaba, aunque también estaba un poco roja por la situación, pero no pasaba nada era normal en ella estar así en situaciones sociales, incluso cuando dijo que no sabía que le había dado le seguía haciendo feliz que contara en ella como un “equipo”

-No pasa nada, me gusta cómo suena eso de… equipo

Dijo un poco tímidamente y es que de verdad le gustaba ya que así podría contar con alguien y ella también podría contar con Martha, las dos juntas se ayudarían a si mismas con sus problemas, las dos podrían.

Cuando le pregunto sobre si sabía algo de la gema la respuesta inmediata fue un si con la cabeza, pero no es que hubiese investigado si no que en su mente estaban apresados las antiguas entidades que albergaron al ente, pero no solían hablarle mucho ya que el ente las hacia callar, ellos habían perdido la lucha y temía que le pasara lo mismo a ella

-Pues sé que ha estado en otras personas… bueno y en otras cosas que no sé que son- había figuras en su cabeza que ella no podía identificar, ¿Acaso el ente había “infectado” a demonio o alienígenas? -Pero parece que… ellos eran buenos, no parecen malas personas, creo que el ente elige gente buena para corromperlos por dentro a ellos y a todo lo que les rodea

Esto no sonaba muy bien porque eso traería problemas con la gente ya que, si el ente quiere destruir todo lo que la rodea podría conseguirlo, y no quería que su amistad que acababa de empezar terminase así de rápido porque el ente quisiera… pero también tenía miedo de que tuviera un plan con Victoria y parecía que era así al estar tan callado durante su conversación con ella

-Bueno, seguro que podremos descubrir más sobre esto juntas

Y entonces se tocó la gema con la punta del dedo y se quedó como ida por un momento, mirando a lanada, para luego separar el dedo gritando aterrada, cerrando los ojos y moviendo la cabeza hasta que se dio cuenta de que seguía en su piso, con Victoria y al segundo se abrazó a ella con fuerza, esta vez no era por compasión si no por terror, estaba temblando a mas no poder… algo había visto y no era precisamente bonito.

Me acaricié el mentón, pensativa. Así que sabíamos más bien poco, aparte de que había más gente con ella, como... ¿Sombras? ¿almas? de las personas que posiblemente el ente hubiera consumido. Eso significaba que nunca había conseguido su objetivo, y eso era bueno... a escala global. Obviamente, para Martha no significaba nada bueno, a no ser...

Había mencionado que podía hablar con los atormentados (un nombre adecuado, visto lo visto) por el ente... ¿Y si reclutaba su ayuda? No sería una voluntad contra otra, sería un ejército y...

El grito de Martha me hizo dar un bote de la silla, cayéndome incluso de esta. Solté un "valeroso" gritito agudo y el televisor estalló por culpa de la sobrecarga emocional que me había causado. Parpadeé, y antes de darme cuenta, tenía a Martha abrazada a mí, sollozando aterrada. ¿Había ocurrido algo? ¿Le había hecho daño la gema?

Por supuesto, no dudé en abrazarla contra mí, acurrucando su cabeza contra mi pecho mientras le acariciaba el pelo, aún confusa y... Bueno. Tendría que comprarle un nuevo televisor, a juzgar por el humillo negro que salía por detrás de éste.

Shhh... estoy aquí, Martha. No estás sola murmuré, con toda la dulzura que pude reunir en ese momento. El susto me había afectado más de lo imaginado, después de todo. Yo también temblaba Ya ha pasado, sigues aquí, conmigo... ¿Estás bien, te duele algo? miré a mi alrededor, buscando una mantita o algo. Viendo que no había nada, me quité con brusquedad la sudadera y se la eché por los hombros.

No tenía mucho más debajo, sólo una camiseta de tirantes del Mass Effect (sobria, con el N7 y ya) y se podía ver un poco las partes en las que no me había molestado en maquillarme para parecer morena, con un tono de piel tan pálido que hacía daño a la vista de lo mucho que reflejaba. Suspiré, apretando a la otra mujer contra mí

¿Y ahora qué hacía? No era precisamente la más hábil en estas cosas... no era hábil socialmente antes de ser una marginada... es más, siempre había sido una marginada. Ahora simplemente lo era más que antes. Suspiré, apartando un mechón de pelo de mi cara. ¿Y qué hago?

Decidí que lo mejor sería seguir acariciando su cabeza con suavidad, y apretarla contra mí. Con suerte, bastaría para calmarla un poco...

Estaba muy asustada y sabía muy bien el porqué. Ya se había acostumbrad a tener pesadillas todos los días, pero era la primera vez en mucho tiempo que tocaba la gema y esta hizo que tuviera una… ella lo calificaría como una pesadilla, pero era más una visión, una horrible visión.

Se separo de Victoria un poco más calmada, entendiendo que solo era producto de la gema y no estaba pasando en verdad. Dejo de temblar y la miro directamente a los ojos intentando calmarse del todo, no quería que se marease y acabase el ente por tomar el control de la situación.

Tendría que contarle lo que había visto a Victoria por que el susto que se había dado y que luego por consecuencia le había dado a ella no era ni medio normal así que pensó que decirle lo que había visto era lo mejor y así hizo.

En la visión vio nada al principio, pero luego todo se volvió negro y una figura azul aparecía, pero no venía sola, traía con ella un montón de personas levantadas en el aire por una especie de energía azul, luego se acercó a Martha y pudo ver que era ella misma pero diferente, ya no tenía la herida en la cara y parecía otra persona. A continuación, la gente que flotaba en el aire empezaron a descomponerse, dejando ver como poco a poco sus cuerpos eran consumidos por la energía y luego esta era absorbida por la versión extraña de Martha que lo único que hacía era sonreír y llorar una sustancia negra, para luego ir corriendo hacia ella al grito de “LB FBL RY SVA” que al parecer no significa nada si no que eran un montón de letras aleatorias, pero eso basto para asustar a Martha que fue en ese momento cuando dejo de tocar la gema.

Se lo conto a Victoria tal y como lo había visto, no esperaba que ella le diese una explicación o nada, solo pensaba que si se lo contaba a lo mejor le dejaba de asustar tanto, pero no era así, al verlo había sido tan real que se sentía como si fuese una experiencia que tuvo, como si fuese un recuerdo o algo parecido sabiendo que no es así

-Suelo tener pesadillas todos los días… pero esto se sintió muy real.

Ahora estaba un poco más tranquila después de haber hablado con su amiga, además escuchando una risa en su interior que no podría clasificar ni como diabólica le dio a entender que todo había sido una maniobra del Ente para intentar hacerle perder el control… ¿Pero y si era una vision de verdad? No quiso pensar mucho en eso…

Miro por la mini ventana que daba a la calle, literalmente a la calle ya que lo único que se veía por ahí eran los pies de la gente y el suelo, pero se podía ver que ya era muy de noche y que si Victoria se iba a lo mejor se encontraba con más gente desagradable, además después del susto con la visión tenía miedo de quedarse sola.

Se sacudió un poco ya que tanto abrazo y sollozo le había arrugado y mojad un poco su camisa que la tendría que llevar a lavar porque ya no era posible llevarla por la calle. Pensó en si decirle a Victoria si se quería quedar a dormir con ella, pero claro esto podría sonar como una invitación indecente y ese no era el caso, aunque no es que ella no quisiera, pero es que se había abierto tanto con Victoria que ya parecía casi su hermana y eso era bueno y malo, bueno porque tenía confianza con ella, malo porque tenía demasiada confianza con ella y la conocía de muy poco, pero ¿Por qué ahora tenía esos pensamientos?  Seguro que era cosa del ente que quería hacerla desconfiar de Victoria y no porque ella estuviera nerviosa de haber empezado a conocer a una persona nueva y se había “desnudado” metafóricamente ante ella, algo que no hacía desde hace mucho, mucho tiempo

Decidió que lo mejor sería preguntarle sin más pero claro esto era difícil ya que no es que tuviera las mejores habilidades sociales así que al principio le salió un pequeño hipo que paro dándose una palmada en el pecho y respirando, calmándose a la vez que hacia esto

-Oye si qui…quieres- se sonrojo y se rasco la cabeza, mientras miraba para todos lados menos a la cara de Victoria -te puedes quedar a dormir… tengo espacio… no pasa nada si no quieres…

Noté cómo poco a poco Martha se iba relajando entre mis brazos, y suspiré, mirando hacia el televisor. Se iba a llevar un disgusto de órdago, fijo... pero mi mayor preocupación ahora mismo era ella, y no su televisor. Algo la había asustado, mucho, y eso no me gustaba ni un pelo. Se separó de mí y me miró a los ojos, lo que me hizo intentar sonreírla, algo insegura. Me miraba muy fijamente, y no me quedaba claro si era porque estaba intentando aclarar sus ideas o porque me veía como un madero en medio de una marea.

Entonces empezó a contarme la visión que acababa de tener, y yo intenté encontrarle algún tipo de sentido. Busqué las palabras por internet echando un vistazo a mi móvil y no me salió nada, me sonaban a ruso, o chino si lo prefieres. Negué con la cabeza, frunciendo el ceño. No, nada de nadaa

No me suena de nada, Martha, he intentado encontrarle sentido, pero nada suspiré, volviendo a clavar mi mirada en sus ojos, entre preocupada y apenada. Posé mi mano en su hombro y lo masajeé levemente, con los labios hechos una fina línea, antes de sonreír levemente

Sé lo que es tener pesadillas recurrentes. Black Gate no es un sitio que se olvida añadí, cerrando los ojos unos segundos Aunque no te miento si te digo que no puedo imaginarme hasta qué punto de horrible puede ser lo tuyo. añadí, mirándola de nuevo a los ojos, con firmeza

Pero te lo voy a repetir todas las veces que lo necesites, ¿entendido? No estás sola. No es una carga para que la lleves sola. Y no vas a volver a hacerlo. No sé, sentí que tenía que decirle algo así. Quizás porque yo también necesitaba oírlo

Y entonces me reí al verla tan azorada al invitarme a quedarme a dormir. ¡Por favor!

Sólo si me dejas darme una ducha. Después de este día, necesito una con urgencia. No puedo quedarme mucho tiempo de todos modos, no quiero atraer atención sobre tí de forma indeseada, pero por esta noche, no pasa nada sonreí suavemente, posando ahora ambas manos en sus hombros Pero puedo volver, si quieres. Estaré un tiempo en Nueva York, ¿vale? Así que podrás verme tan a menudo como quieras añadí, con cierto cariño.

No sé, era raro, me sentía cómoda con ella. Quizás simplemente era afinidad, quizás me caía bien... No sé. Tampoco importaba, estaba ahí, ella me necesitaba y ya está. No necesitaba excusas. Además, era cierto que estaría un tiempo, y siempre podía crearle una línea directa en su móvil para que me llamase si lo necesitaba

Oh, y... lo siento por la tele. Te compraré una

Ya no estaba asustada, desde que le conto sus visiones a Victoria se sentía relajada y despejada, aunque un poco nerviosa ya que esas imágenes no se le irían fácilmente de la cabeza. Lo que no esperaba era que Victoria buscase el significado de las palabras por internet y la verdad es que no esperaba que esas palabras tuvieran sentido, seguro que eran o un idioma antigua o simplemente el ente se las había inventado para insultarle, aun así, las guardo en su memoria para una futura investigación.

Que bien, ambas tenían pesadillas por lo que si al finan dormía en su piso no se extrañaría que se despertase a media noche con sudores fríos y que luego no se pudiese volver a dormir, esa era la causa de que tuviera esas eternas ojeras debajo de sus ojos. Le volvió a repetir lo de que no estaba sola y en parte era verdad, estaba con ella, una persona que la entendía, que también tenía un pasado turbio del que quería escapar para… simplemente para vivir en paz, ninguna de las dos pidió lo que les pasaba, es como si estuvieran dentro de una historia y fueran nada más que meros personajes… eso era muy raro así que Martha prefirió no pensar en eso.

Victoria acepto al final quedarse a dormir esa noche en su piso lo que la alegro bastante ya que así no dormía sola y si se despertaba por la noche a lo mejor le seria mas fácil reconciliar el sueño si tenía a alguien cerca. El problema era la ducha, a ella le parecía que era muy pequeña pero claro ella media casi dos metros así que seguro que su amiga no tenía ningún problema

-Pues el baño esta al fondo a la izquierda si quieres ducharte… ¿Te dejo ropa limpia?

Le podría dejar algo que tuviera por ahí tirado, la cosa es que le fuese bien cosa que dudaba debido a la diferencia de tamaño entre las dos mujeres, pero aun así podría taparse con una camisa suya y seguramente usarla de vestido.

Se acordó de que, si se quedaba a dormir, tendrían que dormir juntas ya que, aunque la cama era lo más grande del piso, literalmente había una habitación solo para ella aun así no sabía si era lo suficientemente espaciosa como para que Victoria no se sintiera incomoda.
La cama estaba en una habitación al lado del baño, era la más grande del piso y es que dentro estaba la cama “matrimonial” que así la llamaba Martha, aunque solo fuese una cama más grande de lo normal, fue lo único que se compró a parte del portátil y el ordenador ya que cuando se puso a dormir en la cama que traía el piso, sus piernas daban en el suelo al dormir.

Tambien estaba alli su armarito en el que guardaba su escasa ropa, aunque podria dejarle una camisa o un pantalon a Victoria si asi queria, seguia pensando que con una camisa suya bastaría para cubrirla y además le parecia mono ver a una chica con una ropa que le quedase grande, le parecia divertido

-Te... tendríamos que dormir juntas, o si quieres yo duermo en el sofá… no tengo sofá

No entendía su nerviosismo ante esta situación, iba a dormir con una amiga en la misma cama si ella quería, no era nada raro ni especial, muchas chicas hacen “fiestas de pijama” y no les pasa nada… Puede que tuviera que ver con que desde hace 10 años no había tenido y no había visto a nadie como pareja y a lo mejor al dormir con alguien hacia verla como si fuera su… ¿pareja? Todo esto le sonaba a chino a Martha que intentaba pensar simplemente en dormir.

Le sonreí suavemente, divertida con la reacción de Martha. Hacía tiempo que no me relacionaba con una chica tan tímida, desde mi época en el instituto. Especialmente que reaccionase de ese modo de forma contínua. O estaba acostumbrada al rechazo por culpa de su cicatriz, o quizás era más bien porque su sexualidad no era un secreto y había recibido rechazo por ello.

O quizás simplemente cualquier situación social le producía ansiedad, que también podría ser

Me reí, negando con la cabeza

Tranquila, Martha, no muerdo. No me importa compartir cama, no sería la primera vez que lo hago, y tampoco la primera que es de forma inocente solté una leve carcajada, sin poder evitar pensar en aquellas de esas veces que habían empezado de forma inocente... y habían terminado en jadeos, sudor y muchas sábanas arrugadas Y... sí. Agradecería una camisa o camiseta. No había venido con mi camisón, como habrás imaginado Eso, sin contar que además el dormir en top-less me habría dado un poco de reparo si compartía cama.

No te preocupes tanto, ¿vale? Simplemente déjate llevar. Voy a ver si me quito todo... me hice un gesto en general, aunque realmente me estaba refiriendo al maquillaje esto de una vez y me pongo cómoda. Estaré fuera en un periquete, ¿vale? Y... lo siento de nuevo, te compraré una tele nueva. Cuando me pongo nerviosa y tengo algún aparato Hackeado, a veces... bueno, a veces explotan un poco. me encogí de hombros y me separé de ella. La miré a los ojos unos segundos, no pude evitar darle un abrazo (¿Por qué estaba tan cariñosa con ella? No me entendía ni yo) y me marché hacia el baño.

Estuve unos segundos jugando con el grifo (soltando grititos acordes a las temperaturas del agua) hasta que conseguí que estuviera en el punto perfecto y me dediqué a darme una ducha larga, placentera y reparadora. Aproveché durante ese tiempo para intentar aclarar a mis ideas. No me quedaba muy claro por qué despertaba mi lado más cariñoso (lado que creía desaparecido) y por qué tenía tantas... ganas de protegerla.

Y al final, a la única conclusión a la que llegué es que sabía que Martha necesitaba ayuda. Necesitaba a alguien. Y yo la comprendía, y no me juzgaba, por lo que me estaba erigiendo como... no sé, ¿protectora? ¿hermana mayor? Tampoco es que lo tuviese muy claro. El caso es que cuando salí de la ducha, había pasado ya media hora, y no sabía muy bien cómo estaría mi anfitriona, o dónde. Sentí la inseguridad de nuevo: ¿Y si me había traicionado en ese tiempo? ¿Y si...?

¿Martha? Ya he terminado. Si quieres ducharte, es el momento, el agua está perfecta...

Victoria había aceptado a dormir en la misma cama con Martha lo que puso a esta última muy feliz, por fin podría dormir acompañada así que a lo mejor no tendría pesadillas esa noche, oh si, no estaba segura del todo, de lo que si estaba segura es de que se sentía bien estando acompañada por la noche, sobre todo después de lo que había visto al tocar la gema.

Mientras buscaba ropa para su compañera esta le decía que se tranquilizase y es que era verdad que estaba muy nerviosa, hacía mucho que no traía a alguien a su piso, por no decir casi nunca y mucho menos dormir con alguien en la misma cama además había visto muchas películas y series para saber cómo eso solía acabar.

Después de darle una camiseta que tenía guardada en el armario que por cierto era bastante grande y estaba segura de que le serviría como un camisón, por eso el motivo de que solo le diera eso, ya que lo demás que tenía no sabía si le quedaría bien así que decidió no prestarle ropa interior ya que sus tamaños no eran… los mismos.

Le dio lo que pudo dé ropa y se sentó en la silla del salón, esperando a que saliera pero claro no podía simplemente quedarse sentada así que se acercó a su ordenador lo encendió y empezó a buscar una canción para escuchar mientras ella se duchaba y la encontró, una de sus canciones favoritas que puso mientras miraba a la televisión rota y se preguntaba si sería muy caro repararla ya que no quería hacer que Victoria se gastase mucho dinero, aunque en verdad no veía mucho la tele así que le daba un poco de igual.

Se quito su camisa sintiéndose un poco liberada tras estar todo el día vestida y fue a su armario a por su ropa para dormir que era básicamente una camiseta que tenía vieja, la única diferencia con la que le había dejado a Victoria era que a ella si le cabía bien por lo que se le vería un poco de su ropa interior negra pero no pensaba que eso fuera un problema por lo que no le importo.

En el salón se puso, antes de vestirse, a bailar un poco la canción que había puesto en bucle mientras su amiga se duchaba, le gustaban ese tipo de canciones, además de bailar también cantaba un poco y no tenía mala voz para cantar solo que no lo hacía cuando había gente cerca.

Escucho a Victoria salir de la ducha así que cuando le pregunto si se iba a duchar ella declino con la cabeza, se duchaba todos los días por la mañana ya que odiaba ducharse por las noches, si puede que fuese más higiénico y que dormías más fresquito, pero ella no lo soportaba, aunque eso no significaba que le molestara que los demás lo hicieron.

-Ah lo siento por la música, la quito ya si quie…

Y entonces se dio cuenta de que mientras hacia su baile, que no era la gran cosa sino un típico baile de barra de discoteca, y cantaba se le había olvidado ponerse su camiseta para dormir por lo que había recibido a su amiga al salir de la ducha en ropa interior. Se puso muy roja y al instante se puso la camiseta para después parar la música, y en verdad la camisa blanca resaltaba un poco el color negro que llevaba puesto debajo, pero como era de noche al apagar las luces no se vería mucho.

Ahora estaba muy roja y no sabía que decir así que se limitó a parar la canción que seguía sonando y vestirse rápidamente para dormir, yéndose silenciosamente al cuarto en el que estaba su cama, esperando a que Victoria la siguiese ya que ni miro atrás debido a la situación tan vergonzosa que acababa de pasar.

Spoiler:

Bueno. Ya no podía decir que Martha tuviera mal tipo. Tampoco podría decir que me esperaba lo que me acababa de encontrar al salir del baño. Parpadeé, confusa, y ese fue el tiempo que invirtió la mujer en apagar la música, vestirse y desaparecer por su cuarto. Y yo que pensaba que no había mujeres velocistas... Supongo que subestimaba la capacidad de correr con vergüenza.

Y la verdad, no sabía muy bien qué pensar. Siendo sincera, soy una mujer muy densa, y no suelo enterarme de eso de la atracción y tal a no ser que me golpee en la cara con la contundencia de un tren descarrilando. Sin ir más lejos, Lucía tuvo que preguntarme, después de un mes de tonteo, si quería acostarme con ella. Y por supuesto me puse como un tomate y asentí, pero eso ya es agua pasada.

Parpadeé y me di cuenta de que me había quedado en la puerta del baño, mirando al vacío como una completa gilipollas cuando mi amiga acababa de sentirse avergonzada y huido a toda velocidad.

Sonreí para mí mientras salía del baño: Ahora me tocaba a mí ser la que no se avergonzaba... Y se me hacía raro pensar en Martha como amiga. Supongo que en el fondo, había intentado evitar ese pensamiento por el peligro que conlleva, pero... qué coño. Es mi amiga. Me enrollé la toalla a la cabeza para no ir mojando todo, y me encaminé hacia la puerta del cuarto en el que ella había desaparecido

Llamé con cuidado a la puerta, antes de abrir lentamente Siento haber tardado tanto, no hacía falta que apagaras la luz y vinieras corriendo a la cama comenté, riéndome mentalmente. Lo mejor sería no sacar demasiado a colación el tema, no quería avergonzarla más ¿Puedo pasar?

Estaba muy avergonzada por lo que acababa de pasar, su amiga la había pillado bailando con solo la ropa interior puesta, era una situación que ella nunca se podría haber imaginado, sobre todo porque nunca se habría imaginado que un día podría dormir acompañada de otra persona.

Cuando se fue al cuarto se sentó en el centro de la cama, tapándose la cara totalmente roja con la mano, intentando esconde su rojez y vergüenza tras sus manos, sabía perfectamente que eso no podría tapar nada y que su amiga vería perfectamente como estaba.  Espero a Victoria sentada en la cama, en verdad seguía queriendo que viniera para dormir, aunque hubiese visto lo que había visto, la chica llamo a su puerta para luego abrirla lentamente lo que hizo que Martha se alegrara levemente, aunque aún seguía un poco roja por no decir mucha.

Victoria le dijo que su reacción había sido un poco exagerada, o lo dejo caer, y la verdad es que se puede que fuese un poco cierto, eran amigas y las amigas se solían ver la ropa interior, de hecho, según las pelis se daban consejos sobre sujetadores y esas cosas, pero como ella nunca había tenido a nadie se sentía rara en la menor de las situaciones.

Se dio cuenta de que había dejado a Victoria esperando en la puerta a que le diera permiso para entrar, pero es que ahora mismo le estaba dando calor por todo el cuerpo como si tuviera fiebre o algo así, lo que le faltaba, ponerse mala con fiebre para tener que estar en cama una semana entera, perfecto.

-S… Si pasa… siento por lo de antes es que… no sabía que hacer

Se puso la mano en la frente, de verdad que tenía mucho calor, pero empezó a pensar que no era posible que hubiera pillado fiebre, no tenía mucho contacto con personas, no salía a la calle, ¿Puede que fuera cuando la intentaron atracar? Lo único que sabía es que tenía mucho calor y que no podía mirar directamente a Victoria a la cara.

-Ten… tengo mucho calor… creo que me voy a acostar

Y casi sintiéndose desfallecer, se tumbó en la cama sin taparse, debido al calor, y se durmió casi al instante, era como si e hubiese desmayado, se hecho y se durmió al segundo… en un sueño profundo que permitió a “algo” tomar su lugar.

Su cuerpo se levantó de una manera muy artificial, salió de la cama y miro a Victoria directamente a los ojos, se podía notar en su mirada que algo estaba raro, algo no iba bien del todo dentro de ella

-Hola “Circuito”, hagamos un trato.

Ya no era Martha, era el “ente” el que estaba el control aprovechando el profundo sueño de Martha debido al calor que sentía y que ella no podía darle explicación, pero él la encontró rápidamente y sin ningún problema

-Vaya, parece que Martha quiere- olisqueo un poco el ambiente, sintiendo el calor alrededor de Martha -aparearse contigo, no creo que sea útil ¿No? - se acercó lentamente a Victoria para a continuación rodearla de un aura de energía para evitar cualquier movimiento de su cuerpo -Vosotras no podéis aparearos eficazmente

La miro con una mirada llena de odio y superioridad, pero si hubiese querido deshacerse de ella ya lo habría hecho cuando la tenía inmóvil ante él, quería algo más de ella y obviamente no sería nada bueno

-Pobrecita Martha, siempre atormentada por terribles pesadillas- puso énfasis en la i, notándose que lo decía con sarcasmo ya que en realidad no le importaba -Seria genial que eso parase ¿no?… Hagamos un trato, yo dejo de “atormentarla” en sus sueños para que pueda dormir en paz y sea “feliz ”y tu… bueno ya te diré que hacer cuando llegue el momento ¿Qué me dices?

Y este le estrecho su mano derecha, esperando a que Victoria dijera que si o que no para dejar de controlar su cuerpo con el aura de energía, de su mano salía un símbolo que claramente dejaría su marca en la mano de Victoria si esta aceptaba el trato, aun que hacer un trato del que no sabía las consecuencias no era muy seguro, pero tampoco podría luchar contra él ya que eso haría daño al cuerpo de Martha… el ente tenía todo bien planeado.

Sonreí con ternura ante la reacción de Martha. Era adorable, y su vergüenza le hacía resultar tremendamente mona. Me reí y negué con la cabeza, cerrando la puerta tras de mí.

No pasa nada, Martha. A mí también me gusta bailar en ropa interior comenté, girándome sobre mí misma. Vi cómo comentaba que estaba cansada o algo afiebrada y me preocupé, lo reconozco, pero antes de poder reaccionar, se había dormido... y vuelto a levantar

Me puse tiesa como una vara en cuanto ocurrió: No necesitaba saber de magia o demonios para sumar dos más dos, pero como confirmación, y antes de poder echar mano a ningún arma improvisada, me vi rodeada por un campo de energía y con el cuerpo de Martha mirándome fijamente.

Te sorprendería lo divertido que puede resultar no quedarse embarazada comenté con sarcasmo cante la frase de "aparearse". Así que le gustaba... madre mía, mira que puedo llegar a ser ciega con estas cosas. Y entonces el "Ente" dejó las cartas sobre la mesa. Así que querías manipularme, ¿eh? Pues te iba a resultar caro, graciosete... no soy una mujer fácil

Alto ahí, "Ente". Me estás diciendo qué harías por Martha, pero no qué harías por mí. Es un buen bonus, sí, pero tengo que decirte que hay maneras de evitar las pesadillas. O sobrellevarlas. ¿Cuántos años lleva resistiéndote? No, no es una buena propuesta. Me ofreces algo que no te perjudica en absoluto, y a cambio me pides algo desconocido. Lo siento, pero he trabajado con mejores manipuladores, ¿sabes? comenté, sonriendo de forma lobuna.

Está claro que quieres algo de mí, y te soy más útil viva que muerta, así que vamos a negociar. ¿Quieres algo de mí? Bienvenida a las grandes ligas me crucé de brazos, mirándola directamente a los ojos. Si pensaba que me iba a intimidar, lo llevaba claro No me has matado ya, así que me consideras más útil viva que muerta. Quizás por mis habilidades, o quizás porque Martha confía en mí. Así que estamos en tablas, no vas a encontrar a nadie más que cumpla esas condiciones ahora mismo. Pero verás que soy una mujer muy amoldable, mi moral es bastante laxa.

Así que sí, te deberé un favor desconocido que no me pondrá en peligro mortal ni a mí ni a Martha, ni que implicará muertes de forma directa cuando llegue el momento, y a cambio... ¿Qué me ofreces, además de dejar a Martha en "paz"? Pregunté, altiva, sonriendo.

En realidad estaba algo acojonada, lo de la magia y entidades sobrenaturales me superaba en gran medida, pero también conozco las reglas de negociación, especialmente entre villanos. Y la regla de oro es "nunca aceptes la primera oferta"

El ente bajo la mano que le estaba ofreciendo a Victoria mirándola a los ojos mientras esta le negaba su trato y explicaba que era porque Martha ya le estaba resistiendo y ella había tratado con “mejores manipuladores” eso provocó una reacción en el Ente, diversión, una diversión tan profunda que no pudo evitar reírse, pero no como un humano si no como un sonido extraño que a pesar de no sr como una risa de una persona se podía identificar como cual

-Ser estúpido, ella no puede resistirme- confeso, elevando un poco a Victoria en el cielo para mostrar el poder que tenía ahora mismo sobre ella -Yo he controlado a seres mucho más antiguos que tu sistema solar ¿Crees que una mente humana tan débil podría contra mí? No, solo le hago pensar que puede controlarme si piensa en su familia… esa autodestrucción me será muy útil y tranquila, no podrás contarle nada de esto, yo lo negare en su memoria, como si nunca se lo hubieras dicho

Apretó a Victoria contra la pared, acercándose a su cara tanto que casi se tocaba su nariz con los agujeros de Martha. Lo de que había tratado con mejores manipuladores también le divirtió y le enfureció a la vez, le estaba metiendo en el mismo saco que el resto de seres y él era diferente.

Volvió a reír mientras dejaba de apretarla contra la pared pero aun así la seguía levantando un poco en el aire como si su cuerpo estuviera echo de aire, pero esta vez con un tono más profundo, se podía notar que estaba un poco molesto por lo que ella había dicho

- ¿Crees que soy como… esos seres? No no no, soy mucho más que un… demonio o que un “jefe del crimen”, yo no sigo el caos o la destrucción, soy más que eso soy una idea, un pensamiento eterno antiguo como el universo y yo llevare el final de todo existencia.

Dejo a Victoria en el suelo para esta vez sentarla en la cama, era muy extraño como manipulaba el cuerpo de Victoria como si fuera nada sin esforzarse, ese era el poder que tenía cuando salía “a la superficie”

-Modifiquemos el trato, tú lo aceptas y yo no hago que ella se auto destruya, porque- cogió el hombro de Martha y delante de Victoria se lo disloco -Yo no siento el dolor, pero creo que ella si

Rio de forma siniestra mientras volvía a colocarse bien el hombro como si nada hubiera pasado, Martha no podría haber hecho eso ni en un millón de años y el ente lo hacía sin siquiera pestañar. Pensó que Victoria podria volver a negar el trato así que rápidamente encontró la manera de convencerla, no fue muy dificil

-No te gusta la vida que llevas ahora… quieres cambiar … yo puedo conseguirte eso. Que me dices ¿Trato?

Volvió a extender su mano con la misma marca que antes, esperando ahora que Victoria aceptase el trato, la verdad es que no tenía otra ya que le era útil pero no tanto, si no lo aceptaba tendría que librarse de ella o puede que siguiera esperando a la oportunidad perfecta para ahcer un trato con ella, tenia tambien otros seres con los que les gustaria hablar en este planeta.

El ente diría lo que quisiera, pero era tan previsible que lo habría llamado Spoiler si no estuviera ese nombre ya cogido. Cuando me elevó del suelo puse los ojos en blanco con una expresión de fastidio, como si no me diese ningún miedo que estuviese haciendo eso. Por supuesto que lo tenía, a nadie le gusta la posibilidad de morir, pero es imprescindible mantenerse firme en estas situaciones.

Pero claro, si me quería muerta, lo hubiera hecho hacía tiempo. Quería un agente, pero lo quería en sus términos. Eso me daba algo más de espacio de maniobra, y me quitaba bastante miedo por mi propia integridad física. Por supuesto, no me resistí a que me levantase: No podía.

La criatura siguió soltando el típico discurso manido de opereta que ya empezaba a ser cansino. En serio, si me pagasen un dólar por cada vez que había escuchado un discurso así, me habría retirado a las Bahamas ya. Casi parecía que con el paquete de bienvenida a la villanía te entregasen un cargamento de megalomanía y narcisismo... ¡Y yo me lo había perdido! Aunque supongo que era para mejor...

El caso es que mientras estaba elevada, aproveché y busqué con la mirada hasta encontrar mi móvil en la mesa del salón. Tenía suerte de tener ángulo desde las alturas, pero me valdría para salir al paso. No me costó nada abrir una línea con mi contacto en Nueva York, mandándole la ubicación actual

Necesito un equipo aquí, entresuelo, entrad en caliente con escamas

Entendido. T-5

Reprimí una sonrisa altiva mientras me bajaba y me ponía cara a cara. Joder, qué siniestra era la cicatriz de Martha cuando tenías la nariz a escasos centímetros...

La bicha siguió hablando sobre lo distinta que era de los demás (haciendo lo mismo que los demás, y me sentó en la cama). Me estremecí cuando se dislocó el hombro como si nada, algo asqueada. Joder, Martha iba a estar dolorida un día por lo menos.

Y finalmente, volvimos de nuevo al tema principal. "¿Hay trato?"

Lo siento, cielo, pero mientras hablabas mi equipo estaba en camino. Te contaré lo que va a pasar: Puede que mueras o puede que no durante el tiroteo, junto con Martha. Si no mueres, puede que yo muera, o puede que no, a tus manos. Pero llamarás la atención, porque vienen con armas pesadas. ¿Cuánto vas a durar en cuanto aparezca algún héroe enmascarado? Porque no sé si sabrás, pero aquí en Nueva York están los Vengadores, por ejemplo. Y tengo entendido que tienen un dios entre sus filas. O también puede aparecer El Castigador.

Y seguro que esa organización que caza criaturas sobrenaturales, el BPRD, se fija en tí en cuanto llames la atención. Es decir: Estás jodido. Te van a tirotear con las mismas ganas que si fueras un pato de feria.

Por tanto, tienes dos opciones: O seguimos por las malas, o bien no hay trato... por ahora, pero me vas a demostrar qué puedes hacer por mí. Como un acto de buena fé, de tú a tú. Y entonces, si me gusta lo que puedes hacer por mí, negociaremos el trato.

Y por favor, deja de usar a Martha de rehén, es mi amiga, sí, pero ya he visto a varios de mis amigos terminar dos metros bajo tierra. Uno más, o uno menos, no va a marcar la diferencia. Me dolerá en mi tierno corazón, pero lo superaré ¿Capisce?

Y sonreí. Ya le había dicho que le tenía por los huevos, y lo cierto es que tampoco quedaba mucho tiempo para decidir. Con suerte, sería consciente de lo que se le echaba encima y sería complaciente. Con mala suerte, tendría que luchar por mi vida, pero tenía refuerzos para ayudarme, y venían con mi armadura. Algo de ventaja me daría.

Se volvió a quedar callado, escuchando a Victoria y como ella estaba tomando el control de la situación, pero una carcajada sarcástica del ente probó que no era así en absoluto y que ella solo hacia lo que el ente pensaría que haría. Había llamado a su equipo que según ella entrarían aquí para tirotearle, bueno no a él, si no al cuerpo de Martha, pensando que así le matarían, pero no podía evitar reírse en la cara de Victoria ante tal estúpido plan al que ya se había enfrentado en miles de ocasiones

- ¿Eres estúpida? - le pregunto entre risas -Venga, matadme ah no, que una IDEA no puede morir, estupido ser inferior

Luego esta dijo que, si eso no lo mataba seguro que uno de los héroes enmascarados lo haría, que vendrían “Los Vengadores” y que estos acabarían con él y eso como de costumbre le divertía. La tierra no era especial, había estado en otros planetas que también tenían héroes que lo defendían y era muy fácil deshacerse de ellos o mejor aún, hacer que se pongan de tu parte sin que se den cuenta. Lo del BPRD ya le fastidio un poco pero aun así le seguía haciendo gracia los planes que Victoria se había hecho en la cabeza

-Déjame decirte lo que va a pasar- empezó dar vueltas por la pequeña habitación mientras hablaba -Vendrá tu equipo, tirotearan el cuerpo de Martha, ella morirá, pero yo seguiré vivo, entonces, como tú has dicho, vendrá un grupo de héroes… ¿Qué crees que harán cuando descubran una gema irrompible que guarda un “ente”?... Me esconderán en el mismo lugar en el que guardan las cosas que ellos no pueden entender o que esconden de gente que las utilizaría para fines cuestionables y… ¿Sabes que hare cuando tenga esas cosas que ellos con tan ansia esconden? No creo que tengan una forma de defensa anti-ideales.

Yo no estoy en tu juego niña, soy bastante superior a cualquier ser de este planeta y eso de que tengan un “dios” en sus filas ¿Crees que me asusta? Yo he visto dioses y demonios y todos sucumbieron ante mí, incluso ellos pueden morir, pero los ideales, oh eso siempre vivirá así que, si crees que estas al mando de la situación está muy confundida, tu eres solo una marioneta como son todos los seres, marionetas esperando a ser utilizadas para llenar sus vidas volviéndose protagonistas de una historia que se repite y se repite

El discurso se estaba haciendo pesado, pero es que eso de que Victoria se pensara que estaba al mando de la situación le hacía gracia y le molestaba a la vez, no le gustaba cuando seres inferiores se hacían los listos con el como si fueran parecidos en algo. Finalizo el discurso cerrando los ojos, dando un gran suspiro para luego mirar a Victoria directamente a los ojos

-Pero ahora tengo… otros planes en mente, ¿Crees que me eres tan necesaria? Tampoco te matare, yo prefiero la aniquilación en gran escala, de tamaño multidimensional y multiuniversal, pero no creo que entiendas eso…. Volveremos a vernos y cuando nos veamos seguro que podremos volver a hacer el trato… será mejor que canceles lo de tu equipo o Martha se va a sentir muy asustada ¿No crees? NQVBF PVEPHVGB

Volvió a sentir una carcajada y de repente el cuerpo de Martha cayó encima de Victoria, para luego levantarse frotándose la frente ya que tenía un dolor agudo en la cabeza, se había despertado del sueño muy abruptamente así que tenía que ser eso ya que no había escuchado nada de lo que había pasado.

-E... ¿Eh? ¿Qué ha…?

Y entonces levanto un poco la mirada y vio que estaba en los brazos de Victoria por lo que se sobresaltó y se hecho un poco para atrás, volviendo a tener la cara sonrojada demostrando así que era Martha de verdad

-L… lo siento, no sé porque he hecho eso

Se pregunto si es que había empezado a andar en sueños porque si no no entendía como había acabado en los brazos de su amiga, estba aun poco avergonzada por lo que habia hecho aunque no sabia muy bien lo que habia hecho

No dije nada, mirando a los ojos al ente. Estaba claro que había dado en un sitio donde le molestaba, ya que se veía en la necesidad de reafirmarse en el poder. En su superioridad.

Como volviera a oír lo superior que era una vez más, le iba a vomitar en la cara, en serio. Qué tipo más jodidamente pesado

Francamente, me contuve de seguir con ese tira y afloja en el que parecía empeñado en meterme. Él solito me estaba dando información sobre sí mismo, sin necesidad de tirarle de la lengua: Acababa de dejarme claro que no habitaba en el cuerpo de su portador, si no en la gema, y que por eso no podía morir. Por supuesto, perder el huésped le retrasaría e incomodaría, de eso no cabía duda, porque si no, sería mucho más directo.

También quería provocar cosas a gran escala, por lo que lo mejor era simplemente estar preparados para ese tipo de actos. Y posiblemente le cansase o le hiciese gastar energía usar a su huésped, o quizás lo usaba para camuflarse mejor y llegar al máximo de daño y víctimas posible. Y que tenía un ego enorme, posiblemente para compensar su pequeño tamaño.

Vamos, esa gema era peligrosa, y lo mejor era no tocarla directamente, cosa que al parecer había hecho Martha en algún momento de su vida, y por eso la tenía alojada. Encerrarlo en algún sitio, preferiblemente en un plano aparte.

Si no fuera porque no me trataba con héroes, le habría puesto un lacito y se la hubiera mandado a Zatanna.

Pero ahora lo más urgente era evitar un tiroteo. Sonreí a Martha, la aparté como pude y conecté con mi móvil en el salón al asomarme por la puerta

Protocolo Alacrán, chicos.

Roger. Ha faltado poco, Nicrom

También me ha faltado poco aquí, no te creas, Alfa. Gracias por la ayuda

A mandar

Suspiré, aliviada y me giré hacia Martha, posando mi mano en su cabeza No pasa nada, cariño, estabas inconsciente y me diste un susto de muerte. He tenido que cancelar la ambulancia en cuanto te me has echado encima. ¿Te encuentras bien? Tenías bastante fiebre añadí, aprovechando para acariciar su pelo. Con suerte colaría, aunque no era la mejor mentira de mi vida, la verdad

No me pegues estos sustos, anda, que no soy precisamente la mejor enfermera del mundo. De hecho, tampoco soy de las que se pueden estar quietas en mucho tiempo. Murmurabas en sueños, por cierto. ¿Has tenido alguna pesadilla?

Estaba muy confusa por la situación, había perdido la conciencia y había acabado en los brazos de su amiga y al parecer había tenido una especie de fiebre, pero al final no fue nada solo un pequeño dolor de cabeza que aun sentía, pero aun así se seguía sintiendo confusa como si nada hubiera pasado y que todo solo había un sueño, pero si lo decía Victoria seria verdad, no pensaba que ella le mentiría sobre eso

-V…vaya… si estoy bien no te preocupes… ¿No hice nada raro verdad?

No sabía si es que con la “fiebre” se había puesto a bailar o a hacer algo raro como cuando la gente se despierta durmiendo y hace cosas, esperaba que no hubiera hecho nada raro si no se morirá de vergüenza.
Le había pegado un susto a su amiga y eso no le entusiasmaba, no quería que ella se tuviera que preocupar por si le pasaba algo o por si el “ente” se apoderaba de su cuerpo, cosa que ya había pasado solo que ella no lo sabía, y nunca lo sabría. También se dio cuenta de que ya no tenía el sueño que tenía antes, era como si después de quedarse inconsciente el sueño hubiera desaparecido, así podría hablar con Victoria sin tenerse que ir directamente a la cama.

Se levanto para dejar de estar en los brazos de su amiga y así no atosigarla demasiado mientras esta le decía que había estado hablando en sueños y si había tenido una pesadilla… la pregunta era más bien cuando tenía sueños normales.

-Desde… desde que encontré la gema no he tenido ningún sueño normal

Miro hacia abajo, un poco triste por su situación y también triste por tener que compartir sus penas con alguien que tampoco es que tuviera una situación sencilla, se sentía muy mal y de sus ojos cayeron algunas lágrimas que bajaron por su cara hasta llegar al suelo

-Son horribles y… no puedo hacer que paren… veo cosas que….

Empezó a temblar, recordando todas las pesadillas que había tenido a lo largo de su vida, cada una era diferente y siempre que se las contaba a alguien o le decían que buscase ayuda psicológica o no sabían que podía significar ese sueño. Si solo no hubiera salido ese día a sacar a su perra, si no hubiera tocado la gema… su vida sería diferente, feliz o no, seguro que sería mejor que la que tiene ahora.

-Si… si no hubiera salido ese día yo….

Se miro la mano de la gema y apretó los dientes, haciendo que se escuchase un rechinido y un crujir, pareciendo que se fuesen a partir en cualquier momento, pero Martha estaba furiosa, triste, confundida, sentía muchas cosas a la vez, solo quería parar el mundo, volver a ser una niña, despertarse y que todo fuese una pesadilla… pero eso no iba a pasa.

-Si no fuera por… ¡ESTO!

Exclamo y estrello la mano derecha por la parte de la gema contra la pared con toda la fuerza que pudo, provocando un pequeño bollo en la pared dejando la gema intacta, pero ella seguía dando golpes, mientras lloraba y apretaba los dientes

- ¡VETE! ¡VETE! ¡VETE! ¡VETE! ¡VETE! ¡VETE!

No paro de golpear hasta que volvió a darse cuenta de que estaba Victoria ahí así que se sacudió la mano mientras miraba a la pared que ahora tenía un par e boquetes y luego miro a Victoria, a su amiga, una persona con la que podía hablar y sentirse bien a su lado, no le quedó otra que abrazarlo con fuerza, apretándola contra ella. No estaba muy segura de que le había parecido el espectáculo que había dado al golpear la gema contra la pared, pero cuando la abrazaba se sentía muy segura y feliz, como si volviese a ser pequeña… se sentía bien a su lado

-Lo… lo siento por el espectáculo… se me fue un poquillo

Sonreí intentando ocultar cualquier posible desazón ante la pregunta de si me había hecho algo raro. ¿Contaba lo que había hecho el ente? Lo mejor era seguir el paripé, ya bastante tenía encima, y para colmo, la criatura borraría su memoria o alteraría los hechos para ponerla en contra. No merecía el esfuerzo, aún. Cuando se hubiera liberado se lo contaría, pero no antes.

Podía entender que la criatura la había torturado noche sí y noche también. Era así, una criatura sádica y ególatra, como muchos de los villanos con los que me había codeado. El tipo de criatura que hacía el mundo un mejor lugar cuando dejaba de existir.

Di un respingo cuando Martha comenzó a golpear la pared en lo que parecía un ataque de histeria. Intenté incorporarme, pero viendo cómo estaba golpeando con fuerza la pared, lo más probable es que no pudiera pararla: Después de todo, su masa era muy superior a la mía, y... bueno. Casi era mejor que ella misma se desahogase un poco

No pasa nada, todas tenemos malos momentos. No me has visto darle al saco en mi casa comenté, intentando quitarle hierro al asunto. Quizás te vendría bien el poder golpear algo que no se vaya a desconchar, de todos modos. ¿Has pensado en unirte a algún gimnasio o algo así? Conozco algunos en los que no harán preguntas si no te cubres la cara. Claro que esperarán lo mismo si ves cosas... bueno. Ya me entiendes

Suspiré. ¿Cuándo me había convertido en una delincuente del todo? Supongo que fue cuando casi muero en Blackgate

Lo siento, me temo que todo lo que conozco a día de hoy no es muy apropiado para una vida tranquila y legal

Volvió a mirar donde había golpeado y la verdad es que le había hecho bastante daño, no solo a la pared si no a su brazo también; no estaba acostumbrada a hacer tanto esfuerzo ya que su vida era tranquila y s trabajo se basaba en sentarse a escribir en el ordenador o a veces salir para buscar cosas en las que inspirarse, sobre todo edificios o barrios, pero no muchas veces tenía que luchar ni nada así que su forma física no era la mejor pese a su altura.

Que su amiga no la juzgase al habérsele ido la olla y golpear la pared la reconfortaba, podía contar con ella si volvía a salirse de control. Escucho atentamente la pregunta de unirse a un gimnasio y la verdad no es que no lo hubiera pensado, pero ella tenía miedo de que al ser tan alta y tener el aspecto que tenía la gente la miraría rara pero luego dijo que en los gimnasios que ella conocía no le importarían que tuviese la cara tapada, aunque eso conllevase no poder decir nada si veía cosas que seguramente no serían del agrado de la policía.

Pero lo pensó un poco y llego a la conclusión de que no necesitaba ir a un gimnasio para “descargarse” para eso ya estaba su trabajo de escritora en el que descargaba su furia y si no también estaba su almohada a la que en ocasiones golpeaba o incluso mordía para desahogarse, hoy había golpeado la pared porque era lo que tenía más cerca

-No creo que un gimnasio sea para mi… me gusta como estoy además si necesito descargarme ya tengo mis sistemas

Tenía otro sistema, pero ese no quería ni pensarlo ya que para ella era vergonzoso, aunque tenía claro que más de la mitad de los seres humanos usaban esa técnica para desahogarse, pero para ella era vergonzoso admitirlo. Entonces dijo lo de una vida tranquila y se acordó de un regalo que le hicieron. Se levanto y fue a buscarlo en el armario

-Me regalaron esto para que pasara desapercibida, pero yo no lo quise así que solo tengo una parte… aquí esta

Y se giró para mostrar una "mascara" o la parte de una mascara de tela que solo le cubria la parte de la boca y que era basicamente una tela color carne con unos labios pintados que si no mirabas de cerca no se notaba mucho que fueran labios pintados sobretodo si los mirabas de frente ya que de lado solo se veria algo plano. Se lo ato a la nuca y ocultando la sujecion con su pelo se creo un efecto como de que no llevaba nada puesto, como si tuviera labios normales pero claro al faltarle la parte que le cubriria la nariz quedaba un poco extraño.

-Mi tío me regalo esto dice que lo encontró en su trabajo… ni idea en que trabaja- los labios pintados se movían un poco con la boca de Martha simulando el movimiento natural de los labios que aunque de cerca se notase su falsedad, seguro que de lejos se veria mas real -Se supone que tenía también una nariz pero no me gusto así que solo me quede con los labios para no faltarle al respeto… no sé que pensaba que haría con ellos la verdad, salir con esto es super vergonzoso

Me encogí de hombros cuando Martha dijo qe pasaba de lo del gimnasio. Podía entender que le diera reparo la posibilidad de ver algo ilegal, y la verdad es que en el fondo a mí también me lo producía y por eso prefería entrenar en casa. Era todo más seguro también, no tenía muchos amigos en el mundillo y no me gustaría que ningún idiota intentase nada sólo porque era una mujer sola en un gimnasio.

Es triste cuando tu concepción del ser humano cae hasta el punto de que te resulta más fácil asumir la maldad de la gente que su bondad. Suspiré, centrando mi mirada en el aparato de tecnología que acababa de mostrarme Martha.

Parpadeé, lo miré bien y me acerqué lo suficiente para ver que era algún tipo de pigmento que hacía emular unos labios de verdad sobre la tela. Curioso, cuando menos

No sabría decirte, la verdad. Esto podría tener utilidad en el mundo de la moda... o también aplicaciones militares. Estamos hablando de una tela que se adapta a su entorno para emular algo. En este caso, son unos labios, pero imagina si en vez de eso estamos hablando de camuflaje. Un uniforme de camuflaje adaptativo sería algo por lo que se pagaría mucho... Y si algo he aprendido en este mundo es que donde se hace una evolución tecnológica no suele ser en el campo civil.

Intenté sonreír, sin mucho éxito. Supongo que me estoy volviendo una cínica y una pesimista

Pero es un buen regalo. Es algo raro, pero no está nada mal tampoco. Es una pieza de tecnología realmente interesante. ¿Vocaliza sólo tu voz, o cualquier voz que esté lo suficientemente cerca?

Cuando Victoria le hablo un poco de las utilidades se quedó un poco confundida, no podía ver un trozo de tela como algo militar a lo mejor era debido al tamaño, si se hacía más grande a lo mejor si podría tapar a una persona entera, pero no sabía dónde había conseguido esto su tío a lo mejor lo había robado… la verdad es que no quería saberlo.

-Puede que sea especial, pero si viese a mi tío se lo devolvería- dijo mientras se lo quitaba de la cara y lo apretaba en su mano -Ya me mira la gente por la calle, lo que me hace falta es que me miren aún mas

Sabía que si se ponía eso por la calle atraería muchas miradas y eso era lo último que necesitaba, su altura y su… cara tapada ya atraían miradas que no deseaba, ella era una chica muy modesta no quería ir por la calle y ser reconocida, algo en lo que no pensaba cuando decía que sería la mejor escritora del mundo, si lo conseguía seguro que si la reconocerían por la calle todo el rato.
Y entonces sonó la puerta, dos toques producidos por el choque de unos nudillos contra la puerta de madera barata, una visita por la noche ¿Quién podría ser? ¿Y si era uno de los criminales que habían espantado antes y venía a por ellas? Con Victoria a su lado estaría segura pero tampoco es que quisiera que hubiese un altercado en su piso

-Vo… voy a ver quién es.

Y silenciosamente se acercó a la puerta, para no hacer ruido ya que si era un criminal haría como que no había nadie, y poso su mirada en la pequeña mirilla que había en la propia puerta y fue a través de esta que vio a la persona que menos se esperaba en ese momento, su tío.
Le dejo entrar, por supuesto, aun con la cara de sorprendida, no llegaba a entender que hacía en Nueva York y mucho menos visitándola, no lo entendía

- ¿Qué haces aquí?

Fue lo primero que le salió de la boca a Martha al verlo, lo que hizo que su tío arqueara una ceja, sintiéndose un poco “ofendido” por la frialdad de su sobrina. El hombre no era tan alto como Martha, era más bajito que ella por lo que lo de su altura no venía de él, tenía una barba recortada y un pelo largo, pero no mucho, lo suficiente como para que entre todo pareciese un vagabundo, si no fuera por su camisa azulada y unos pantalones bien planchados parecería que acababa de salir de un albergue para gente pobre

- ¿Eso es lo único que me dices? Encima que vengo a verte

Martha comprendió su error así que de forma modesta se acercó a su tío y le dio un cariñoso abrazo, no tenía pantalones puestos, pero sabía que su tío no tendrá ningún pensamiento sobre ella, no era un enfermo, y tampoco se preocuparía por Victoria ya que durante todo el tiempo que había estado con su tío jamás había mostrado interés por ninguna mujer.

Ya decía ella que se olvidaba algo, presentarle a Victoria su tío, parecía que se le habían olvidado todas las convenciones sociales que había estado aprendiendo en cursillos gratis por internet

-Se me olvidaba, Victoria este es mi tío B…

Y Martha fue silenciada por su tío, que había puesto su dedo índice en sus propios labios y le estaba dando una señal de que no quería que revelase su identidad y ella lo entendió. También se acordó de que le quería devolver su regalo y eso hizo, se lo puso en su mano y se lo acercó al pecho dando a entender que no lo quería

-Oh ¿No te gustó? Pues vaya… espera, falta una parte- empezó a mirar de arriba abajo la tela, como buscando algo -Te la habrás dejado en donde la tenías guardada ve a buscarla anda

Martha suspiro un poco, pero hizo lo que su tío le dijo y se fue al cuarto dejando solos a Victoria y a su tío en lo que para ella sería una situación incómoda pero no estaba segura de que fuera igual para esos dos

-Pobre Martha- dijo en voz baja el tío -Con ese ente en su cabeza… y yo no puedo ayudarla

El tío haba rebelado ante Victoria que él conocía la existencia del ente, no había dicho desde cuándo, pero se suponía que desde hace mucho y al parecer había intentado solucionarlo antes, pero sin éxito

-Victoria… sé quién eres, se para quien has trabajado y lo que has vivido, lo que quiero decir es que- se apoyó en la pared, mientras con una uña se rascaba un poco la barba -No me hagas volver a intervenir… soy un buen hombre… no hagas que nada de eso llegue a Martha, se su amiga te lo pido por favor ella necesita a alguien no quiero que este sola con… eso, yo no puedo estar con ella es… demasiado peligroso

El hombre se puso derecho otra vez ya que Martha llegaba con las manos vacías, preguntándose si su tío la había engañado o algo por el estilo ya que no había encontrado nada en su armario, ninguna pieza ni nada así

-Ah perdona, se me olvido que la tenía yo guardada… bueno, será mejor que me vaya tengo mucho trabajo, adiós

Martha no tuvo tiempo ni de despedirse de su tío ya que con rapidez salió por la puerta y la volvió a cerrar, pareciendo así que nunca hubiese estado en su piso. Se le quedo una cara de tonta al no saber que decir en esta situación

-Que hombre más… imposible, si, y extraño también

Hay gente que tiene un talento especial: Algunos simplemente son bellos, otros son buenos con las máquinas... El tío de Martha era capaz de ser odioso en cuestión de segundos, y el muy cabronazo había tenido unos cuantos minutos enteros.

Toda la situación acababa de llegar a un nivel tan absurdo que parecía haber salido de un sketch de los Monty Python. En serio, ¿Quién abre la puerta de su casa a las tantas de la madrugada y se queda tan tranquila al ver a un familiar? No, en serio, a mí me viene mi madre a las doce de la noche a mi casa y lo primero que hago es encañonarla con una pistola.

Vale que Martha no se haya encontrado antes con cambiaformas, pero chica, se un poco más desconfiada. O al menos diles que no son horas y que vuelvan mañana, como cualquier hija de vecina.

También es verdad que estar en bragas delante de un tipo que acaba de venir de la calle tampoco es de mi agrado, pero... ¿Holaaa? ¿Horas intempestivas? ¡¿Pero en qué mundo vives, mujer?! No, si cuando decían que los artistas viven en su mundo...

Cuando el tipejo encima no quiso que Martha dijese su nombre, mi expresión fue la que se esperaría de alguien que acaba de intentar pegarle un mordisco a una rata muerta y en descomposición, junto con un ceño fruncido, las manos cruzadas y el móvil en la mano bien apretado. Entre las horas intempestivas y ese gesto de no querer tener la decencia de presentarse (más mi teoría de que trabajaba en el ejército) hizo que rápidamente fuera escrito en mi agenda mental de gente a la que evitar como la peste.

Y ya cuando la mandó al dormitorio con esa maña y me miró, me coloqué de forma inconsciente en guardia, una pierna adelantada, ligeramente flexionada y mirándole fijamente a los ojos.

No tardó ni dos segundos en dejarme claro que no era de fiar: Me acababa de soltar lo del ente así, sin más. Como quien habla de que llueve. Y ya lo siguiente me hizo fruncir más el ceño

Lo voy a dejar claro, "B". No me das órdenes. No me das amenazas. noté cómo el hombre se erguía y no seguí hablando, viendo cómo Martha aparecía con las manos vacías por la puerta de su habitación. Se disculpó y se marchó, así, como si nada.

Hasta que Martha no habló no me di cuenta de que seguía tensa y dispuesta a liarme a patadas con alguien que ya no estaba, lo que hizo que suspirase, acariciándome la sien izquierda con la mano libre

Y no me gusta. comenté, desbloqueando mi móvil. Llamé a una de mis bases secretas y puse el altavoz, comenzando a andar por el salón mientras movía mi teléfono como si estuviese escaneando: Y eso es lo que hacía. Si había algún micrófono o alguna cámara, el móvil captaría las interferencias y empezaría a hacer un ruido algo molesto.

No sé cuál es tu relación con "B", Martha, pero ha aparecido demasiado oportunamente, ¿No crees? Como si nos hubiera estado escuchando. Ojo, no digo que lo haga, pero en mi campo, cuando pasan estas cosas ser un poco paranoico te salva la vida. comenté, lanzándole una mirada a la mujer que pronto se tornó en un gesto más dulce Debo parecerte loca, ¿verdad? Ponte un poco en mi lugar: He tenido encontronazos con otro villano llamado Clayface en el pasado, antes de la colisión. Un metamorfo, vaya. Y no te puedes imaginar lo peligrosos que son cuando tienen el aspecto de alguien de tu familia. Y lo dicho, para tí a lo mejor es normal que un familiar te visite de madrugada, pero en mi ciudad eso suele significar problemas sonreí cansada

Después de todo, Gotham no es una de las ciudades con más índice de criminalidad de los Estados Unidos por algo... Añadí

Martha se había quedado contenta de que su tío se fuera ya que venir tan tarde no es que diera una buena imagen, ademas irse tan de repente como vino tampoco ayudaba y eso se demostraba al escuchar a Victoria decir que no le gustaba su tío y entendía el porque, tampoco entendía que hacia con el móvil pero se entero cuando busco en su memoria una película de espías

-¿Estas escaneando mi piso?

Lo pregunto con un tono de extrañeza e incredulidad ya que no sabia si quería creerse que su amiga se fiase tan poco de su tío como para pensar que le estaba espiando y entonces soltó algo que si no fuera porque ella tenia mucha imaginación no se lo hubiera imaginado ¿Su tío un metamorfo? O no, a lo mejor el hombre que había entrado antes no era su tío si no un metamorfo que había pillado su imagen

-No... no creo que estés loca, pero si no fuera mi tío lo notaria... ¿No?

Muy segura de eso no es que estuviera, si un metamorfo se convertía en su tío a lo mejor también transformaría sus sentimientos y sus palabras para parecerse mas a el pero eso podría convertirle en el “realmente” ya que si te pareces a una persona y piensas como esa persona.... te conviertes totalmente en ella ¿No? Prefirió no pensar mucho en eso, si se quedaba tiempo pensando en un tema como este al final volvería a pensar que el mundo estaba siendo gobernado por hombres-lagarto que controlan todos los gobiernos.

Volvió a mirar a su amiga y no le faltaba razón, que te visitaran tan tarde no es que fuera muy buena señal, pero su tío siempre había sido muy raro de hecho se acordaba que cuando era mas pequeña y tenia que vivir con el a veces se iba un día y volvía a las 5 de la madrugada pero claro poniendo que ahora la había visitado de repente si que quedaba mas raro

Pero todos sus pensamientos sobre si era raro o no fueron interrumpidos por, otra vez, unos golpes suaves en la puerta, cuatro golpes exactos muy suaves que parecían casi una canción pero aunque fuera muy bonito sabia que la única persona que podría llamar era... el. Así que otra vez con cuidado se asomo por la mirilla y suspiro al ver que, en efecto, era su tío. Volvió a abrir la puerta un poco abatida, mirando a su tío, que en realidad no sabia si era el de verdad, pero por ahora confiaría

-¿Que haces aquí otra vez?

Le pregunto a su tío ya que ahora si que no entendía la razón de su vuelta, ya le había devuelto el regalo que no le gustaba y había causado una mala impresión a su amiga por lo que no le quedaba nada que hacer ahí, pero el pensaba lo contrario

-Bueno, como no te gusto tu regalo... toma este

Y de detrás suya el hombre saco una guitarra española que entrego a Martha en las manos, quedando esta muy sorprendida por lo que le acababa de entregar

-¿Que?.... ¿Por que?

No entendía por que ahora de repente le regalaba una guitarra española, que no es que no le gustase pero no sabia de donde la podría haber sacado tan tarde, ademas cerca de su piso no había ninguna tienda de música en la que comprar algún instrumento y mucho menos a esta hora

-Bueno, de pequeña tu madre me dijo que te gustaba tocar la guitarra así que ale, ya puedes volver a practicar

El hombre sonreía pero Martha, después de dejar la guitarra en el suelo bien apoyada en la pared, miro a Victoria y empezó a pensar en lo que le había dicho y armándose de valor decidió preguntarle algo a su tío

-T... ti... ¿Eres mi tío? ¿O eres un metamorfo que me esta espiando o algo así?

Se puso un poco roja de vergüenza cuando le pregunto esto ya que no sabia cual seria su reacción pero dejo de estar roja cuando su tío se empezó a reír ante la idea que su sobrina le proponía

-No soy un metamorfo y no, no eres la primera que me lo pregunta y para demostrarlo- se acerco a su sobrina y le susurro algo en el oído que hizo que se pusiera la mano en la cara y se la frotara con vergüenza ajena -¿Que?

-Si, es el- lo dijo con un tono cansado y se podía notar la vergüenza ajena por lo que le había contado, algo muy vergonzoso del pasado de su familia -pero no me has contestado lo segundo

El tío entonces miro a su sobrina y a Victoria y suspiro un poco, mirando al suelo para luego volver a mirar hacia arriba

-Lo admito....- y empezó a andar hacia una lampara que estaba en el techo y estirando un poco el brazo metió la mano por la lampara y saco una especie de... no se sabia muy bien que era -Te estaba espiando ¡pero! Solo por que me preocupaba de que en Nueva York te pudiese pasar algo... hice esto para que nadie pudiera detectarlo, si supieras cuanto pagarían los gobiernos por esto

Apoyo en su dedo la extraña mini-maquina que tenia forma de uña y tenia un bonito color metalizado, Martha no sabia muy bien porque Victoria no lo había detectado y porque su tío había creado ese objeto, pero no pudo preguntar nada de eso ya que el tío la destruyo entre sus dedos

-Pero como creo que ya estas en buenas manos,  no me hará falta

Y el hombre miro a Victoria, confiando de que si a su sobrina le pasaba algo ella podría hacerse cargo, si no el tendría que actuar y eso no era bueno... para nadie. Volvió a acercarse a la puerta, preparándose para irse

-Espiar no esta bien pero... si lo hacías por protegerme supongo que no esta tan mal ¿No?

Si al menos lo hacia para protegerla entonces podía excusarse un poco que la espiase o almenos eso pensaba Martha

-Lo siento por haber venido tan tarde, mi trabajo me deja muy poco tiempo- aun nadie sabia en que trabajaba -Y Victoria, siento la mala impresión que puede que te haya causado pero confía en mi, mejor que nadie sepa como me llamo de verdad, os pondría en peligro y no quiero que pase eso.

Martha ahora se daba cuenta de que el nombre que le había dado su tío hace tantos años atrás podría ser falso también pero no pudo preguntarle nada ya que otra vez volvió a irse tan rápido como había venido, dejando sin palabras a Martha que no sabia que decir por lo que se quedo mirando a su amiga, esperando que ella dijera algo