Delirio colorista, realista y surrealista (Bart, Conner y Warlock) [8 de noviembre de 2018]

Necesita un poco de aire. Estar lejos de todo. No quería pensar en todo lo que había supuesto para él volver a un mundo donde los universos habían colisionado y fusionado todas las realidades en una sola. Un nuevo mundo, denominado Omega,  en donde todas las personas que él apreciaba no estaban. Tan solo existían aquellas versiones o que no le como conocían o tenían en su memoria otra versión de Bart. Se sentía incómodo y fuera de lugar. Intentaba encajar en ese mundo y recuperar las relaciones que había tenido en su universo Omega. Pero era difícil construir algo cuando te sentías muy lejos de las personas. Cuando aún seguías sintiendo una ausencia. Era difícil olvidar a las personas que fueron, aceptar que nunca volverían y concentrarse en asumir las versiones desconocidas de familiares y amigos.

Salió de la base rumbo a cualquier lugar que pudiera ofrecerle una alternativa para no estar dándole vueltas una y otra vez a la misma historia. El joven castaño se había llevado consigo su cuaderno de dibujo. El dibujo era de sus aficiones favoritas. Antaño había pensado dedicarse profesionalmente a la pintura. Cuando era un poco más joven, dibujaba una serie de cómics medio-autobiográfica en la que relataba las hazañas de un grupo de héroes adolescentes, que eran un calco de Bart y sus amigos de la Young justice: Tim, Conner, Cissie, Cassie y Secret. Extrañaba aquellos tiempos que mirados con la lupa del tiempo parecían mucho más sencillos que el presente. En esa época podía contar con sus allegados para solucionar cualquier problema. Ahora dudaba de que pudiera contar realmente con alguien. Se sentía solo y desamparado, como nunca en su vida.

Paseando había llegado a un apacible parque. Se sentó en un banco del lugar.  Cerca de un árbol de hoja caduca que había perdido toda su hojarasca. Allí se acomodó y abrió su cuaderno de dibujo y sacó sus útiles de dibujo. Se puso a dibujar todo lo que pasaba por su cabeza. Empezó realizando dibujos sobre cosas surrealistas como dinosaurios nazis de la luna, dibujos llenos de color, amaneceres, robot bailando breakdance y todas las alocadas ideas que surgieran de su imaginación. Pasado un tiempo la nostalgia empezó a invadirlo y empezó a dibujar a aquellos seres queridos que tanto añoraba.

Primero dibujó a Max Power, quien más que un tutor legal, había sido como un padre para él. Le había cuidado, guiado y apoyado en los primeros momentos en el mundo del siglo XXI. Había estado con él cuando no tenía ninguna noción sobre ningún tema y era un niño impulsivo, hiperactivo y con una gran falta de atención. Fue muy complicado para los dos pero poco a poco fueron progresando juntos. Luego dibujó a la pareja de Jay y Joan Garrick. Los Garrick eran una pareja de mediana edad que le habían adoptado cuando Max había faltado. Jay Garrick fue en su juventud un velocista, el primer flash, con el paso de lo años le había dejado el manto a las nuevas generaciones. Su mujer, Joan, había trabajado como un reputada científica. Bart los dibujó como una entrañable pareja madura que a pesar de las dificultades de la vida seguía junta tras el transcurso del tiempo. En tercer lugar dibujó a su madre biológica que seguramente estaba en el futuro y con este cruce dimensional no sabía si algún día volvería a verla.  La retrató con una pose muy elegante en un ambiente de laboratorios y ordenadores. A su prima hermana, Jenny, la dibujó corriendo con un gesto muy alegre en su rostro. Ella también era del futuro y no sabía cuando podría contactar con la joven de nuevo. Posteriormente, dibujó a Tim, Cassie y Conner. sus mejores amigos estaban en el mismo dibujo. A Cissie la dibujó sola. Porque, aunque era a la que primero había conocido, a quien más confianza había tenido desde siempre, había dejado el mundo de los héroes y se había acabado alejando del grupo. También dibujó a sus abuelos paternos, Iris y Barry; y a su padre Don Allen, al cual nunca había llegado a conocer pero su madre le había mostrado muchas fotografía y contado muchas cosas sobre él. Por último y con gran pesar y multitud de sentimientos encontrados dibujó a Wally y a la familia que tenía en su universo. De donde provenía Wally estaba casado con Linda Park, una preciosa e inteligente periodista con la que había tenido dos gemelos: Irey  y Jay. Bart había pasado mucho tiempo con los hijos de Wallace. Con Iris segunda se sentía a veces muy identificado porque ambos tenían esa personalidad inquieta, curiosa e impulsiva. Además, ella al ser llamada por la speedforce tomó su antiguo nombre de héroe, Impulse.

Fue dejando esparcidos por el suelo aquellos dibujos que eran un fiel reflejo de las personas a las que apreciaba. Un suave viento despertó cuando el joven velocista estaba distraído mirando a las personas que paseaban. Un instante más tarde, devolvió la mirada a sus creaciones para encontrarse que todos sus papeles habían sido dispersados por el viento. Uso su velocidad para ir recuperando uno a uno los dibujos que habían sido arrastrados a cada uno de los rincones del parque. Estaba por recoger el último de los dibujos mecidos por el viento cuando este se detuvo al chocar con la cara de un viandante. el dibujo que  había colisionado con la persona, era el retrato de la familia feliz de su primo Wallace West.

Sus ojos se abrieron de par en par. Estaba realmente sorprendido de que uno de sus dibujos, en especial el de la familia West, hubiera terminado en la cara de Conner Kent. Tampoco se esperó que el moreno le fuera a preguntar sobre quién eran las personas de su dibujo. Se sintió como desnudo ante aquella pregunta. Era un tema delicado, ya que, el Wallace de ese mundo tenía una novia totalmente diferente a la que era su mujer en su tierra. El joven velocista no había hablado con su primo sobre aquello porque no quería herirle ni propiciar ninguna discusión con él.

Ahora al tener que afrontar aquella pregunta directa sentía una especie de opresión en su pecho y empezó a vibrar ligeramente. Cosa que ocurría cuando empezaba a ponerse nervioso. Cuando algo le afectaba de forma brusca no podía controlar muy bien la velocidad de su metabolismo. No sabía muy bien si salir corriendo o evitar de alguna manera aquella pregunta que le generaba cierta ansiedad. Pero allí estaban los ojos tan iguales a los del Conner kent de su mundo. No podía dejar de pensar que Bart Allen y Conner Kent siempre habían sido mejores amigos: se habían ayudado, protegido y apoyado en las más diversas situaciones. Él nunca había mentido a nadie. Había ocultado verdades pero nunca a superboy. Ese no era el amigo clon de su mundo y sin embargo, no podía responder evasivamente si este le preguntaba de forma tan directa.

Asintió con la cabeza ante la primera pregunta del medio krytoniano. - Son Linda, Irey y Jay. La familia de Wally en mi mundo, mi familia. - su voz sonó temblorosa y cortada como si estuviera a punto de ponerse a llorar. En el corto tiempo que llevaba en Omega no había hablado con nadie de ellos. Al salir a la luz tan de repente sin tener tiempo de asimilar o preparar el tema no se sentía con fuerzas para afrontarlo. Inconscientemente abrazó el dibujo que Conner le había devuelto, como si fuera algo muy preciado para él.

-eh?- Su rostro pasó de la tristeza a la confusión en un segundo. Conner se encontraba paseando con otro muchacho. Del que Bart no se percató hasta que Warlock hizo un comentario sobre su dibujo. Realmente agradeció que cortase el flujo de sus pensamientos de nostalgia hacia los miembros de su familia que no estaban en Omega. - Gracias. - Sonrió alegremente.- Bart, me llamo Bart. ¿Qué fallos? - Preguntó con curiosidad el castaño.

Sintió la mano de Conner en su hombro y levantó la vista para enfocarse de nuevo en los dos jóvenes que tenía enfrente. Aquel contacto con superboy, le recordó a cuando en su mundo solían hacer un choque de puños como indicando que eran junto con tim los tres mosqueteros que iban juntos frente al resto del mundo. Titanes para siempre, como reiteraban una y otra vez en el universo del que provenía el castaño.

-Un placer conocerte Warlock.-Dijo sonriendo el adolescente cuando Conner hizo las presentaciones. -Tienes un nombre peculiar- comentó con curiosidad.- oh ... , entiendo.- dijo el castaño y en un flash corrigió lo que había señalado Warlock como fallos en su dibujo. - Así están mejor¿Son más realistas?- Empezaron una amena charla sobre conceptos artísticos, tecnica y color en la que el velocista se sintió un poco más animado y entusiasta. El arte era uno de los temas que le gustaba tratar. Una vez finalizada la conversación sobre dibujo, guardó el dibujo junto a sus otras creaciones dentro del cuaderno de dibujo.

Asintió con la cabeza. Quiso confiar en ese Conner. Quiso creer que era como el de su mundo. Alguien al que podía contárselo todo sin ningún temor a ser juzgado.- Pero que  quede entre nosotros. Porque no sé cómo decírselo a Wally. No quiero que discutamos. Además  él tiene una novia que me hace sentir incómodo porque me recuerda a Cissie, una amiga a la quería mucho.- La arquera de la Young Justice por la que Bart había sentido más que amistad. Tenía sentimientos muy encontrados cada vez que veía a aquella chica. Quería correr muy lejos y  a la vez quería comprobar si era tan similar a su Cissie como él pensaba. No quería pensar en ella porque le generaba una gran inquietud. Se sentía muy acorralado cuando la veía. No sabía ni que hacer ni que decir ni cómo actuar.  Cerró los ojos un milisegundo intentando alejar de su mente la imagen de Artemis y la imagen de Cissie que siempre se le asociaba cuando recordaba a la actual novia de su primo. Suspiró y se balanceó en el banco. Estar quieto y tranquilo no era algo suyo. - Mi familia era un poco complicada pero les quería. - un brillo de ilusión se instaló en sus ojos castaños.- Nunca tuve miedo de nada, salvo de perderlos.- Su voz tembló ligeramente porque ellos ahora tan sólo eran el sueño de un recuerdo. Algo que la realidad le había negado y tan sólo podía imaginarlos. Vivía un dolor inimaginable en su corazón al perder de golpe a todas  sus personas amadas . - Wally, es el primo de mi padre. - ¿Ese Conner sabía que había permanecido toda su infancia y su preadolescencia dentro de aquella burbuja? No estaba muy seguro. No, seguro que no. Por lo que había podido notar en el mundo de ese Superboy apenas se conocían. - Estuve gran parte de mi vida conectado a una máquina, sin ninguna noción real. Solo siendo estudiado. Mi abuela Iris, la tía de Wally, me sacó de allí y  me trajo del siglo XXX al pasado para que él me ayudara con mi metabolismo.   Linda salía con Wally mucho antes de que yo llegara a la vida de mis familiares del pasado. Llevaban saliendo como desde el jurásico. Ella era buena, guapa y muy lista.  Me abrió las puertas de su corazón y su casa mucho antes de que lo hiciera Wally. Nosotros no nos llevábamos muy bien al principio. Él tenía una personalidad difícil y nos costó encajar.- Recordó el gesto y las palabras de rechazo que le dirigió el tercer Flash la primera vez que sus caminos se cruzaron. Toda la resistencia y los impedimentos que puso para que fuera un súper héroe. Esos comentarios despectivos, bordes y crueles que dirigió hacía su persona. Su abierta negativa a que tomase el legado de su familia y fuera Kid Flash. Las pullas que le tiró y la desconfianza en sus virtudes. Convivir con Wallace no había sido ni un lecho de rosas ni un paseo por el paraíso. Bart siempre había buscado la aprobación del mayor pero se encontraba siempre con el disgusto de su primo.  - Linda, que era comprensiva y ponía a mi primo en su sitio, fue la que abrió un puente entre nosotros. Oh  y Max. Max es muy importante. - Abrió su cuaderno de dibujo y rápidamente dibujó a aquel señor entrecano que fue su primera figura paterna.- Es el hombre que me acogió, crió y enseñó cuando ninguno de los otros velocistas pudo hacerlo. Jay y Joan me cuidaron cuando Max desapareció en la speedforce, ellos son como mis padres. Joan cocinaba muy bien y siempre me hacia galletas con chispas chocolate cuando creía que estaba triste. Jay siempre hablaba conmigo de muchas cosas. Fue el primer Flash, de él aprendió mi abuelo. Los domingos cuando hacía bueno Jay preparaba un barbacoa donde invitaba a mucha gente, a veces venían Wally y Linda. Me gustaban mucho esas reuniones. El olor a carne churruscada, el sabor de la comida, el sol en la piel, el tanto de la hierba fresca en los dedos, el sonido de las conversaciones y las risas, ver las caras de los seres queridos, el anaranjado atardecer en otoño ... todo era tan maravilloso, tan real. Porque cuando estás encerrado en una máquina los impulsos electromagnéticos de la realidad virtual no te producen la misma sensación que un estímulo del mundo real. - Le encantaba percibir el mundo por sus cinco sentidos. Aquellas sensaciones que se le habían negado durante tanto tiempo. Por muy perfecto que fuera el mundo virtual no llegaba ni siquiera a compararse con la perfección que tenía el universo de lo real y lo tangible. - Melony Thrawne así se llama mi madre, estoy muy unido a ella. No me pudo tener con ella y por eso me dejó al cuidado de mi familia del pasado. Ella valora mucho a los velocistas familiares de mi padre.  Ahora supongo que esté en el futuro con mi prima Jenny. Ella si es mi prima prima. Es la hija de la gemela de mi padre. Jenny es increíble. Ella está en la Legión de Súperhéroes, un grupo que lucha para los villanos no se hagan con el control de la tierra y la federación de planetas unidos. Cassie, Cissie, Greta, Tim y tu Conner ellos fueron mis primeros amigos.- Dejó que el silencio les envolviera un poco porque sentía que quizá estaba hablando demasiado y se estaba exponiendo emocionalmente a los otros dos. En una situación normal no le importaría pero todos los cambios producidos por el efecto Omega le habían afectado bastante y se sentía muy vulnerable e inseguro.

Sabía que Conner no era el mejor levantando el animo. Suspiró. La propuesta del moreno se desmoronó. Le hundió en la más profunda miseria. No quería ni interactuar con la arquera rubia como para pedirle ayuda. El clon había dicho aquello con la mejor intención del mundo intentando ayudarle. No obstante, había echado más sal a la herida. Si no había alguien más al que poder acudir para ayudarle en su relación con el actual Flash, eso significaba que estaba totalmente en un situación jodida de narices. - Linda es su alma gemela de Wally. Esa tal Artemis, no. Tampoco es Cissie y nunca será como Linda. Es una completa extraña y no le tengo ninguna confianza para contarle mis problemas o preocupaciones. Creo que puedo controlar solo la situación con Wallace.-

La situación le estaba desbordando. Negó enérgicamente con la cabeza. Bart era muy reticente a establecer una cercanía con la nueva pareja del velocista mayor.- Además, ¿Cómo podría ella ayudarme a que Wally y Linda vuelvan juntos?¿Rompería con Wally? ¿Me ayudaría a buscar a Linda? Porque yo no puedo permitir que usurpe el puesto de la esposa de mi primo. Yo no la quiero en mi vida …- se abrazó fuertemente a sí mismo.- Ojalá ella no estuviera aquí. Ella rompe mi familia ... yo creo que la odio.- En su voz se notaba frágil y rota. En cada palabra dicha se notaba la frustración, la tristeza y el desgarro interior que sentía. Se sentía mal con el mundo, con no poder cambiar aquello que le hacía daño. Se sentía mal consigo mismo por sentir ese sentimiento negativo e insano. No le gustaba aborrecer a nadie. Pero no podía dejar de pensar que todo sería mejor que  si no hubiera una persona en el puesto de Linda. El castaño estaba a punto de ponerse a llorar. Tenía unas inmensas ganas de ponerse a correr y alejarse de todo. No había nada en Omega para él. Ni una sóla persona que le recordase o a la que hiciera realmente falta. Pero por más que corriera no podía escapar de ese mundo ni de la pesadilla que era para él esa situación. La vida nunca había sido un camino fácil pero nunca se había sentido tan sólo y tal perdido, tan carente de una meta o de un sentido.

La existencia de la arquera le sentaba como un cubo de agua fría en un noche de invierno en el Ártico. Pero esa rubia entrometida era amiga de Conner. Warlock se apartó de ellos y no supo si había sido por las palabras dirigidas al sucedáneo de Linda. Así que decidió decir algo para suavizar sus crueles palabras anteriores. - Algo bueno tendrá. Las personas siempre tienen virtudes y defectos. Pero ... - dejó en el viento guardase y atesorase las palabras  de recelo hacia la heroína.

Se dejó envolver por los cálidos y fuertes brazos de Superboy. En ese momento necesitaba mucho consuelo. Necesitaba que alguien le mirase a los ojos y le dijese que todo iba a salir bien. Necesitaba sentir que alguien le conocía y le recordaba, que tenía un lugar en el mundo y un hogar al que volver. Necesitaba sentir que su existencia tenía alguna clase de sentido y que iba a poder recuperar a quien amaban y le habían sido arrebatados.

Asintió afirmativamente con la cabeza. - A mi Conner también le crearon en un laboratorio. - Él sabía mucho de las personas que en su dimensión habían sido sus amigos, aunque ellos no supieran nada de él. - Puedo ayudarte en mates y física como hacía antes … si no se te dan bien esas materias.- Comentó con un matiz interrogativo. No podía suponer ambos Conners  fueran iguales. Después de todo aquellas personas procedentes de la Tierra-16 (Tierra de Young Justice Serie) eran muy diferentes a las que él conocía en su tierra.

Notó como los brazos del amigo de Conner les envolvían también sumándose al abrazo y su suave risa se escapó de su labios.  Eran unos brazos diferentes a la anatomía humana pero eso no importaba lo más mínimo. Con el férreo y apretado abrazo se sintió más seguro, protegido y arropado. Abrió sus ojos con sorpresa cuando Warlock comentó lo de las endorfinas. Él se encontraba deprimido era lógico suponer que había una caída en las hormonas de la felicidad. Pero el muchacho no había hecho una suposición. Su frase sonaba a certeza palpable. a algo registrado y medido con exactitud. ¿Cómo podía saber cuántas endorfinas tenían?

Lo dicho por Warlock le restauró los ánimos al joven velocista. Ellos estaban intentando por todos los medios hacerle sentir mejor. Que se preocuparan por él e intentaran animarle le llegaba al corazón. Le hacía sentirse querido y apreciado. Que le importaba al menos a los dos varones que estaban con él en ese momento. Algo dentro de él se iba descongelando y el vacío de su interior se iba llenando. El velocista estaba más reconfortado y pensó que quizá había algún tipo de solución para todo el embrollo de mundo que era Omega. Quizá pudiera encontrar a quien había perdido, reconstruir los lazos con quien no le conocía o reconectar de alguna manera con ese universo.

- Ha funcionado plenamente. Me siento mucho mejor. Gracias, chicos. Sus unos grandes amigos - Bart le devolvió la sonrisa a Warlock. El rostro de Kid Flash recobró esa alegría tan típica del menor, que era fruto de su optimista y radiante personalidad.- Soy afortunado de teneros.- Si algo tenía la personalidad de los velocistas, en especial la del menor de ellos, es que se recomponen bastante rápido. Sus estados de ánimo pesimistas y desalentadores no les duraban más de dos telediarios.

Él siempre era positivo y enérgico. Era algo inherente a Bart. Hacía siempre gala de un carácter en extremo positivo y alegre. El castaño era alguien que pensaba en positivo, veía siempre una salida, pensaba que todo tenía arreglo y que creía sobre todo en la bondad de las personas y del mundo. Había sido criado en un ambiente donde no se respiraba la malicia y se fomentaban las conductas cálidas y esperanzadas.  -No me gusta odiar.- Hizo un mohín casi un puchero. - No es un sentimiento con el que me sienta cómodo. Es un sentimiento feo. - Bart era un muchacho que no estaba acostumbrado a tener sentimientos negativos y le afectaban profundamente cuando los tenía. No sabía cómo asimilarlos o enfrentarse a ellos. No estaba preparado para lidiar con esa clase de emociones depresoras. Además le producían cierto pavor. Más o menos cada Flash tenía una versión malvada de sí mismo que se recreaba y vanagloriaba de su odio acérrimo y su desprecio a los demás. Bart conocía muy bien a su inverso. Sabía de lo que era capaz y tenía miedo que que esas emociones negativas le apresasen y terminase siendo alguien similar a su version malvada.

-Oh entiendo- en su voz se notó la melancolía y el pesimismo inicial. La cara de Bart adquirió un gesto de incomprensión y sorpresa. Nunca se hubiera en la vida imaginado que Conner no era de su edad ni que había terminado los estudios. Otro mazazo propiado directamente por Omega. La tristeza volvió a inundarle el alma. Se sentía tan fuera de lugar. En su universo Conner y él tenían la misma edad por eso el castaño podía ayudarle con sus tareas del instituto, por eso podían hablar sobre las materias que no les gustaban o sobre sus compañeros de clase, su desajuste al tener superpoderes y tener que convivir seis horas en un centro educativo con personas sin ellos … eran temas comunes a la vida de ambos. Era algo por lo que se sentía conectado al kriptoniano. Sin eso tenía miedo de no poder tener la misma relación de hermandad e intimidad que tenía con el amigo de su universo. Esas pequeñas diferencias le hacían sentirse desplazado e inservible. Como si en el mundo no hubiera lugar para él.

El abrazo le había devuelto su estado natural de ánimo, despreocupado y carismático. El clon de superman no sabía levantar el ánimo ni consolar pero al menos lo intenta.  Aunque la historia y las relaciones de ambos Conners eran indudablemente diferentes en miles de puntos, por lo menos su personalidad no variaba. Eso le hacía sentir que en cierta manera no había perdido al joven que conocía.

- Porque somos amigos y siempre estamos cuando alguno de nosotros necesita apoyo.- Sonrió de forma cálida y jovial.

Se pensó unos momentos las preguntas de Warlock. Nunca se lo había planteado. Su Conner era un clon, el Conner de Omega también, la versión del futuro siniestro también era un clon, Superboy-prime era un clon malvado, los Conner de otros universos también eran clones …

-Sí, Superboy siempre es un clon. Por lo menos con los que yo me he topado.- Dijo mientras asentía con la cabeza. Parecía que en la mayoría de los universos era una constante que Conner fuera creado en un laboratorio.

- Oh- musitó fascinado.
- Sí lo quiero ver- expresó de forma curiosa y emocionada. Bart era un adolescente que se exaltaba con facilidad. Lo nuevo y lo sorprendente le generaba  un el ingente curiosidad. Todo eso le hacía olvidar todos los derroteros que cabeza que tenía desde que aterrizó en Omega.-

Prudencia no era algo de definiera al menor de los Allen. Aunque ya no era tan indiscreto como antes y sabía que debía mantener un perfil bajo mostrando sus poderes al mínimo No obstante, el menor de los velocistas aún seguía sin comprender muy bien el hecho de tuvieran que ocultarse. También le parecía un poco triste no poder mostrar sin peligro o temor alguno tu verdadera naturaleza. No entendía porque los denominados  “personas normales” repudiaban a los metahumanos o a los diferentes. Ese temor tan típico de la raza humana al adolescente se le escapaba de las manos. No encontraba lógico guardar esos sentimientos de reducio a otro ser por no ser igual a tí. La misma naturaleza estaba llena de de diversidad y era esa multiplicidad de formas de vida lo que hacía que la fauna y la flora fueran inmensamente bellas.  Lo mismo pasaba con las personas, era lo que nos hacía diferentes lo que nos hacía realmente hermosos. En su visión amable de la existencia no había ningún motivo para tener que encubrir quien eres. Bart había sido criado por máquinas en una sociedad perfecta y ficticia donde no existía ningún tipo de temor, miedo o repudio. Esa sociedad virtual no le había inculcado el odio ni el miedo a otras formas de vida. También desde su familia, la biológica y las adoptivas, le habían enseñado a respetar a los demás fueran como fueran, no juzgar, ser tolerante y no tener miedo a quien fuera “diferente” a tí.

Conner avisó de que había nadie en la zona en la que se encontraban y Warlock procedió a efectuar su transformación. Bart se sentía tan curioso como intrigado. Toda la tristeza inicial de aquel día había desaparecido frente al talante indagador tan presente en la personalidad del muchacho. El segundo Kid Flash no apartó la vista de la criatura tecnoorgánica. esperaba no perderse ningún detalle de aquel prodigioso cambio. Los ojos marrones  del velocista captaron como cada parte de Warlock se iba modificando hasta llegar a su forma real. en un proceso que duró un corto espacio de tiempo, aunque no tan corto para el velocista, el joven rubio y de tez blanca que tenía frente a sí, se transformó en un ser larguirucho, con un cuerpo de color negro con vetas doradas que formaban dibujos de circuitos electrónicos sobre la piel azabache, en su rostro alargado no existía la nariz y sus ojos eran como dos esferas de luz.

Los ojos de Bart se abrieron sorprendidos mostrando en sus luceros castaños ese brillo dorado de curiosidad que envolvía siempre  la personalidad del más joven. - WOW- Expresó con fascinación y se puso a correr en círculos alrededor de Warlock.  -¿Por qué gritaría?- el menor no conocía el concepto de miedo y muy pocas cosas le producían pavor, eso era lo que le hacía ser tan despreocupado la mayor parte del tiempo.- Eres fascinante.-

Después de fijarse en cada uno de los detalles de la anatomía de su nuevo amigo, Bart  extendió su mano para hacerla coincidir con la que el tecnoorgánico les estaba saludando.y tocó a Warlock. Estaba analizando cada una de las diferencias y cada una de las semejanzas entre las dos manos. Después posó su mano en el torso de Warlock de este sintiendo lo terso de aquel cuerpo. Fue una acto impulsivo causado por su curiosidad. El tacto nos proporcionaba mucha información sobre las cosas y el castaño quería saber.  Era un contacto inocente y lleno de fascinación. Era suave y delicado sin ninguna intención de producir daño o agresión.

El velocista corrió a hipervelocidad varias veces alrededor de Warlock para poder analizar tanto rápida como minuciosamente cada uno de los detalles del ser tecnorgánico. delineó con sus dedos los surcos dorados y puso cara de tremenda curiosidad. Parecían circuitos eléctricos, líneas que transmitían la información por el cuerpo como si de un sistema nervioso se tratase. Le intrigaba como algo que tenía apariencia de androide podía asemejarse en cierta manera a un ser vivo. Le dio la impresión de que no era ni un androide ni un ser vivo sino la mezcla de ambos. Al castaño le resultaba realmente intrigante cómo podían fusionarse dos elementos que en principio inconjugables. pero las excepciones siempre existían y Bart sabía que si no toco casi todo era posible. El velocista conocía un ser parecido a Warlock, Brainiac 5 que también era una mezcla entre lo tecnológico y lo orgánico. Tan ensimismado estaba en su observación y en sus conclusiones preliminares, que no se dio cuenta de que se aproximaba gente. Dio gracias a que su amigo conner estaba pendiente. Bart era muy despistado en ocasiones y más cuando le generaba fascinación algo. Cuando algo despertaba su interés sólo centraba su atención en ello, olvidándose del resto del mundo.

Ante el aviso del moreno, Warlock se transformó de nuevo en aquel joven rubio que Bart había conocido en primer lugar. El castaño no apartó la mirada, miró cómo se producía aquel cambio de apariencia. Como no podía determinar cómo sucedían esos cambios para el menor de los velocistas era como magia.

Le agradó la propuesta de Conner y asintió enérgicamente con la cabeza. Seguramente en el centro recreativo venderían algo de comer o quizá hubiera establecimientos de comida cerca. No era muy tarde pero Bart necesitaba alimentarse muy a menudo. Cuando llegaron a la zona donde estaba el área de juegos, el castaño se emocionó. su cuerpo vibraba un poco inquieto.  Hizo lo posible porque su estado de excitación pasase por el de una persona hiperactiva normal, no por el de un velocista con una superhiperactividad.Se encogió de hombros ante la pregunta de superboy. No podía elegir un solo juego, al inquieto castaño le gustaban absolutamente todos los videojuegos.

- Hay muchas clases de videojuegos: lucha, plataformas, disparos, estrategia, de conducir … pero conducir se puede hacer en la vida real en cualquier momento.- dijo como si cualquier adolescente pudiera acceder a manejar vehículos. no era consciente de que tenían una especie de  privilegio por ser héroes adolescente y provenir de las familias que provenían- está la máquina de bailar, hay karaoke … ¿Que os gusta más?-

Se sintió un poco desplazado por la respuesta de Warlock. Él no había sido nombrado como si fuera invisible o alguien que estaba de pegote con los otros dos. A nadie le gustaba ni se sentía nada bien ser pasado por alto. Conner que fue uno de sus mejores amigos y con quien compartía prácticamente todo en su mundo, tenía más relación en Omega con otras personas que con él. Eso dolía. No ser tan importante para alguien como esa persona lo era para tí. Nunca había tenido que esforzarse tanto por entablar una relación de amistad con el moreno, en su mundo siempre encajaron de la forma correcta al instante. Siempre se sintieron comprendidos, unidos y con una confianza recíproca.

- Sí, yo suelo jugar mucho a los videojuegos y  como tengo el meta ...- En un instante varió su discurso. Estaban en una zona donde la gente iba y venía constantemente. No podía dejar patente que contaba con algún poder relacionado con la Speed Force porque eso suponía un peligro para su vida de civil. Se le apareció una imagen clara de su mentor Max Mercury diciendo: identidad secreta, Bart. -eh ... aprendo rápido, si eso.- Asintió con la cabeza.- Aprendo rápido a usar todo tipo de cosas. Os puedo enseñar.- dijo con entusiasmo.

- A mí me gustan todos los juegos. Cuando me aburro de uno me paso a otro.- Era habitual para el velocista cambiar de un videojuego a otro rápidamente. Aprendía en poco tiempo las pautas del juego y llegaba un momento en el que necesitaba otra diversión porque llegaba un momento que lo sentía tan mecánico que le acababa hastiando.

- Será divertido.- Comentó el castaño con un brillo de emoción en sus ojos dorados ante la propuesta del Superchico de matar zombies.  Siempre era más placentero jugar con alguien que solo. Por lo menos para el Allen por su nivel de extroversión. No sólo para su amigo Kon, para Bart también era poco habitual manejar pistolas. En su familia no se usaban armas de fuego. Nunca le habían dejado ni siquiera oler ningún tipo de arma. No es que sólo fue alguien demasiado impulsivo y nervioso para poder enredar con esos artilugios, sino que consideraban que el menor ya tenía suficiente carga de poder como para además añadirle un potencia de fuego.

Los tres chicos estuvieron un rato jugando en las máquinas pero no tuvieron mucho rato de ocio. Un raro ajetreo cautivó su atención. Entraron cinco personas haciendo un estruendoso ruido. No pareció llamar la atención de nadie. La juventus era ensordecedora, estrepitosa y alborotada. Por eso, nadie se extrañó que que un grupo de jóvenes entrase en una zona recreativa montando jaleo. Pero lo que vino a continuación de su entrada si que no era algo común. Los ruidosos entraron con armas de fuego: uno llevaba un cuchillo de caza, dos de ellos llevaban unos AK-47, otro llevaba un magnum desert eagle y el último un Remington - RP9.  Las atracadores dieron varios tiros al aire para captar la atención de los clientes y que se hiciera el silencio.

Los cinco componentes del grupo iban ataviados con ropas dispares: una mujer con indumentarias góticas, cabello castaño oscuro y con un máscara de zorro cubriéndose el rostro; un hombre rubio con el pelo en un careta alta, vestido con un traje gris y una careta de Bill Clinton; una mujer pelirroja  con un pelo a lo Bob, envuelta en un vaporoso vestido lila y en su rostro cubierto por Guy Fawkes; un  moreno, con vistosas ropas de colores y en su cabeza una máscara de gas; y una mujer alta de cabello cano, embutida en ropa ajustada de cuero, llevando en el rostro una máscara de médico de la peste.

Cuando se hizo la expectación y todo el mundo tenía su atención fija en ellos; una mujer de los integrantes exigió agresivamente a los presentes que les entregaran todos los objetos de valor. También, capturaron al encargado del local y le ordenaron que les diera todo el dinero recaudado y abriera las máquinas para recoger todo el dinero que habían ganado esa tarde.

Como justicieros que eran sabían muy bien que esas personas armadas que acababan de entrar en el recreativo no tenían unas amigables intenciones. Los tres se miraron entre sí. Escuchó  lo que Warlock  le pedía  que hiciera. En su rostro se figuró  un gesto de incomprensión. ¿Qué quería el tecnócrata que hiciera? ¿Debía  poner fuera de peligro a la juventud  que se agrupaba en los recreativos o desmantelar las armas de los atracadores? Era un poco confuso para el velocista que le dieran dos tareas y le permitieran elegir lo que debía  hacer.  No sabía  muy bien en qué cometido  focalizarse.

- Poner a las personas a salvo es siempre la prioridad. Vuelvo en un flash.- Soltó la coletilla que era muy habitual en su familia.

El castaño dejó que sus amigos se enfrentasen a las personas armadas mientras él evacuaba a gran velocidad a todos los jóvenes que se encontraban en la sala de juegos. No sabía muy bien cúal eran los poderes de Warlock. Pero Kon era inmune a las balas y supuso que podría plantarle cara a los atracadores y protegerle si hacía falta unos instantes hasta que hubiera desalojado la sala. Una a una fue sacando a las personas allí agrupadas. No tardó mucho, tan sólo un minuto.

El velocista evacuó el lugar con presteza, poniendo a todos los civiles fuera de peligro. A pesar de que era rápido tardó un poco debido a la cantidad de personas que había en la zona recreativa. Muchos no querían irse. Querían quedarse mirando lo que ocurría y algunos tomar fotos para postearlo en las diferentes redes sociales. No obstante, el speedster no les dió opción.  Sacaba a la gente con tal velocidad de los recreativos que las personas no sabían muy bien porque en un instante estaban en otro lugar. Cuando terminó su labor y quiso ir a ayudar a sus compañeros todo el embrollo ya estaba resuelto. Warlock  y Conner habían reducido a los atracadores.

-oh me he perdido toda la diversión.- comentó ligeramente desilusionado.

Los delincuentes estaban inconscientes en el suelo. No era muy seguro dejarles allí. Así que, activó la alarma silenciosa del local, que se encontraba tras el mostrador del dependiente. Los atracadores no habían llegado a cometer ningún delito y quizá ni siquiera fueran enjuiciados pero una charla con la policía podía, si había suerte, minar sus esperanzas de cometer futuros delitos.

-Sigue siendo un pueblo pequeño, ¿verdad? - comentó  con duda en su voz. Hizo un mohín con los labios. No le gustaba los ambientes campesinos. Bart era un chico de ciudad. Se aburría con facilidad y más en lugares tan apacibles como el campo. Antes de mudarse a Keystone, había pasado la mayor parte de su existencia en Manchester. Pero Manchester era un entorno rural no era tan agreste y rupestre como Smallvillage.  La agricultura y ganadería no estaban tan a la orden del día como en el pueblo donde residían los Supers.

-oh, vamos a ir a ver a Ma Kent. Me encanta su tarta de manzana. ¿Crees que nos hará una?- Sin embargo, le gustaban los ambientes familiares. Martha Kent le recordaba mucho a su tutora. Ambas eran amables y buenas en la cocina. Le gustaba estar en la comida hablando con Joan mientras ella cocinaba.

- Sé  el camino. He ido muchas veces. Si voláis un poco bajo puedo veros. Aunque supongo … -Puso una cara pensativa- Que si queréis ser discretos- Bart intentaba serlo pero pocas veces lo conseguía. Había nacido en el siglo XXXI donde muchos tabúes habían sido rotos. Donde el universo era un gran crisol misceláneo de razas y culturas. Era usual encontrarse con cualquier forma humanoide. En el futuro no ese miedo a quien tenía un aspecto extraño o alienígena. Los prejuicios y estereotipos basados en el color de piel, la anatomía y la procedencia habían sido superados hacía varios siglos. Aún quedaban ciertas reminiscencias a racismo y alienfobia pero era en pequeños reductos del universo. Por ello, Bart no entendía el afán de discreción de sus compañeros. había sido educado en un mundo donde no se inculcaba el miedo a la diferencia sido que la diversidad imperaba. Nadie era igual a otro. No había concepto de extranjero ni de raza. Los mundos se habían unido superando sus diferencias y tensiones basadas en la imagen para hacer frente a la gran amenaza de los Dominadores. - lo mejor es que me miréis desde arriba. -Estaba seguro que Kon podía captar su movimiento. - Yo paso totalmente desapercibido cuando corro.-

Llegaron  a la granja de los Kents y mientras que Conner buscaba a sus tutores legales, Warlock y Bart se quedaron junto a los campos de maíz. El alien miraba las plantas de maíz y en su rostro apareció un gesto de decepción. Al velocista le intrigó. Porque no sabía muy bien a qué se debía. No se podía explicar que le causó esa sensación de tristeza al más alto. Cuando Warlock explicó su actitud, a Bart  le recordó a cuando tras salir de la realidad virtual, Jessy le explicaba que eran las cosas. Recordó la primera vez que tocó las hojas de un árbol. La fascinación que le producían las cosas normales y cotidianas. Porque por mucho que hubiera avanzado la tecnología y la realidad virtual estuviera muy acertada a lo que ofrecía el mundo real, no podía imitar por completo las sensaciones de los sentidos. Al velocista le pareció encantadora la naturaleza tan curiosa y táctil como la suya. La forma en la que habían sido criados era muy diferente pero las ganas por descubrir y apreciar el mundo que les acogía eran las mismas.

- No soy un chico del maíz.- Se rió alegre. Quería decir que no era un muchacho muy de campo- Pero parece que no es momento aún. La cosecha ha sido hace poco así que tienen que volver a brotar. -

Así comenzó una divertida explicación del velocista aderezada con anécdotas y canciones sobre el desarrollo de las plantas y su desarrollo. De cómo las plantas dedicadas al consumo, tenían diferentes épocas de floración y necesitaban diferentes climas para germinar y dar un fruto sano y rico.  A veces, se despistaba y distraía un poco. No era la persona más centrada y focalizada del universo. Pero trataba siempre de conversar y solventar cualquier tipo de dudas que tuviera Warlock.

El chico de Kansas llegó  e interrumpió la alegre y dinámica charla de los otros dos. Les informó de que Martha y Jonathan habían ido a comprar suministros. Después,  Kon propuso ir a un depósito cercano y pasar un rato entre amigos. Conner saltó hasta el techo y Warlock subió también. Bart hizo uso de las speedforce y la velocidad que esta fuerza le otorgaba para correr increíblemente rápido. De esta manera, el velocista corrió en horizontal por las paredes del depósito hasta alcanzar la cima.

- Hola.- dijo sentándose junto al  jovenzuelo de Smallville. Warlock estaba convertido en colibrí y al castaño le hizo gracia. Rió alegremente, muy feliz.

Desde donde se encontraban se podía ver casi todo el pueblo junto con sus maravillosos campos. Bart quedó sobrecogido por la hermosa visión. Debajo de ellos la gente inmersa en su rutina hacía su labor y parecían pequeñas hormigas tan ordenadas y trabajadoras. Era como si pudieran ver el mundo bajo un lupa. Todo el amor, el cuidado y el esfuerzo de esos granjeros produciría los ricos manjares que miles de personas se llevarían a la boca. El castaño pensó que era hermoso dedicarse a alimentar a los demás.

El menor de los tres observó ilusionado cómo Warlock pasaba a ser un muñeco de acción en el regazo de Conner. Bart movió sus piernas, que estaban colgando, ligeramente emocionado. La curiosidad era muy fuerte en él. ¿Cómo podía hacer Warlock todos esos cambios de  forma y tamaño? Le miró de forma intensa, como cuando alguien trata de hallar la solución a un problema y mira pensativamente los números en una pizarra. No lograba entender por qué tenía que cambiar su aspecto. Un gesto de duda se reflejó en su rostro cuando el tecno-orgánico se refirió a sí mismo como grotesco.  Su aspecto era poco convencional. Pero para el velocista era bastante normal que algunos de sus amigos y conocidos tuvieran una apariencia fuera de la norma. Su cabeza se movió lentamente de una lado a otro tratando de comprender la situación. Mil preguntas se empezaban a alojar en su mente y el velocista se dejó llevar.

- ¿Eres alien?¿Cómo conseguiste tus poderes?¿Te puedes  transformar en cualquier cosa? ¿Cómo conociste a Kon? Los Kents son muy permisivos, ya es el segundo alien que crían. Además, seguro que están acostumbrados a las peculiaridades de todos los miembros de la Liga.- Tocó el minibrazo de Warlock como muestra de apoyo y para darle seguridad. Martha y Jonathan eran muy amables y no entendía que alguien pudiera estar nervioso por conocerles. Bart sonrió de forma agradable. Se levantó y correteó un poco en círculos alrededor del Technarch y de Kon. Sus pies eran ligeros y a veces saltaba al semikriptoniano y otras le pisaba levemente. Cuando sus pies hacían contacto con las piernas del más fuerte, a este le hacía ligeras cosquillitas. El impulsivo velocista volvió a sus preguntas. - ¿De dónde procedes? ¿Es bonito? ¿Qué sientes al transformarte? ¿Es divertido?-

Bart era un terremoto. Siempre estaba inquieto. Era energía en estado puro. La quietud le producía cierta intranquilidad.

-Por eso los pueblos son aburridos, no se puede hacer nada.- comentó desinhibido.

Kon contestó alguna de las preguntas que le había formulado a Warlock. Ya que, el tecnorgánico parecía un tanto avasallado por el castaño. Bart escuchó atentamente cómo su amigo del alma le explicaba lo acontecido.

-Oh cómo me encontrasteis a mí. - Se rió jovial y cálidamente. Le hizo gracia la casualidad de que Kon coincidiera con gente en Happy Harbour, como si fuera un punto de encuentro.

- Eres de los X-men- dijo emocionado y con una desbordante ilusión en su ambarina mirada. Casi dio un brinco. Bart sentía una fascinación absoluta por los héroes. -Son muy cools los  equipos heroicos que han surgido en la colisión. ¿Por qué elegiste los  X y no Alpha Flight? Canadá es un lugar bonito para vivir.- No pudo evitar preguntar curioso.

-Kon también me rescata muchas veces. Es un héroe genial -Dijo con orgullo y plena confianza en el superchico.- La colisión ha hecho muchas cosas raras- se puso un poco triste al recordar que lo había perdido todo.-Yo acabo de llegar hace nada a este universo y me cuesta acostumbrarme a los a cambios.-

En su universo Kon y Bart tenían una extrema relación de amistad. Con sus más y sus menos se lo contaban todo. Casi con pelos y señales. Pero en Omega costaba recobrar aquella intimidad. Más siendo el velocista un desconocido para el joven de Kansas. A Bart no le costaba nada entrar en confianza. Sin embargo, Conner era harina de otro costal. El moreno no era tan accesible como el joven Allen.

-WOW - La pregunta de Warlock sobre que el por qué preguntaba tanto le había tomado por sorpresa. La gente solía decir que era poco paciente o que iba demasiado rápido. Pero nunca nadie había sido tan directo con su desbordante necesidad de información.- ¿Pregunto mucho?- Pasó su mirada de Warlock a Kon. Se quedó un segundo pensativo. Movió afirmativamente con la cabeza mientras repasaba mentalmente sus interacciones con los demás.- Es cierto. No sé por qué es simplemente quiero saber. Supongo que me interesas porque eres amigo de Kon y además te encuentro fascinante.- El castaño le miró con emoción en sus ojos dorados.-No sé cómo expresarlo. Sabes esa sensación cuando miras la lluvia y quieres saber por qué llueve y miras caer las gotas extasiado hasta querer desentrañar su misterio. Es eso.- Se rió cálidamente.-Pero soy demasiado impaciente para descubrirlo así que pregunto. -

Conner Kent se esforzaba mucho por "encajar". No sabía muy bien cómo actuar para ser parte del grupo. Tenía conductas bruscas, serias y frías. No sabía cómo interactuar de forma normal con sus congéneres. Le costaba estar cómodo y hacer cosas un tanto desenfadadas. Parte de su personalidad de chico cool se debía a que no quería ponerse en evidencia haciendo algo que le avergonzase frente al resto. No había tenido una infancia normal y eso había derivado en aquella conducta tan cerrada. El carácter de introvertido y serio del mayor de agravaba por no tener claras las instrucciones a seguir en las situaciones sociales. Ninguno de los allí presentes había tenido una infancia normal para un terrícola. Quizá por eso encajaban tan bien y se entendían de aquella forma especial. No era fácil tener que aclimatarse de golpe a un entorno nuevo. Desde bebés aprendemos a movernos en la cultura y la sociedad que nos rodea. No obstante, ni Bart no Conner ni Warlock habían hecho ese proceso de aprendizaje a una edad temprana. cuando van pasando los años es más difícil acostumbrarse a las normas tácitas del mundo.

Bart sintió la mano del moreno sobre su rodilla y le sonrió de forma amigable y cálida. Apreciaba mucho el contacto cuando estaba decaído. Además, sabiendo que al mayor no le hacía mucha gracia el contacto físico. Por lo que, ese gesto era la manera de Kon de darle consuelo. lo agradecía mucho. Conner le había estado ayudando con todo desde que un buen día la fuerza de velocidad quiso soltarle y apareció en el universo de Omega. Superboy se había encargado de cuidarle respecto a su primo y las personas del equipo con las que tenía disonancias. No sólo le había cuidado de un forma física sino también de una forma emocional brindándole consuelo, apoyo y afecto. Asimismo, había sido su cómplice en cada una de sus locuras y aventuras. Siempre estaba dispuesto a acudir si lo necesitaba y a ser parte de sus dinámicas.

En un momento dado, ante la pregunta directa del otro alien, Conner se empezó a reír. Bart no lo entendió y siguió a lo suyo. No comprendía qué era lo que le hacía gracia al superchico pero le gustaba. Le hacía sentirse bien que el moreno riera con tanta naturalidad y felicidad. Era hermoso ver como Conner, que siempre parecía tan encorsetado y  frío, se dejase llevar por el buen humor. Un sentimiento agradable y cálido recorrió su ser cuando  Kon comentó que le gustaba su forma de ser.

No entendió lo que Warlock proponía. No estaba muy habituado a captar indirectas ni a relaciones de amistad que fueran muy exclusivas. ¿Es que no podían ser los tres amigos? Tampoco podía captar que los demás no entraban tan de prisa en intimidad, ya que, siempre entraba muy rápido en confianza. Nunca se paraba a pensar que ese no era el ritmo de los demás. Se dejó hacer por el alien y  se rió de una forma tan cálida, amena y risueña. De una forma muy espontánea y natural. Tan relajado y feliz. Le gustaba mucho que le acaricia en el cabello. Lo cuidaba mucho porque creía que era loas bonito que tenía su físico. Era tan suave y voluminoso. Además, le hacía gracia lo rebelde que era. Se despeinados frecuentemente y se movía como si tuviera vida propia.

- Bien. - sonrió al terchnarch esperando sus preguntas.- Bueno … sí pero no de una forma como dices. No nací en un laboratorio. Mi madre y mi padre se reprodujeron de la forma habitual. Yo no tengo ese vínculo especial. No pude crecer con ellos. Mi padre murió antes de que yo naciera y fui separado de mi madre. No estuvo en mi infancia. Nadie estuvo en mi infancia. Hubo un problema conmigo y vivía dentro de una máquina. ¿Habéis visto el chico de la burbuja de plástico? Pues así viví hasta los doce años dentro de mi cápsula.- Recordaba con cariño su mundo virtual. A veces lo extrañaba. Ser criado por una máquina no estaba mal, introducía conceptos en su cabeza y creaba imágenes felices. Era un mundo donde siempre ocurrían cosas felices. No obstante, sentía un frío emocional muy fuerte del que fue consciente cuando conoció a su familia y amigos. Aunque ser criado por una máquina no estaba mal, hubiera deseado crecer con una familia y amigos.

- Pero tengo figuras parentales. Está Max que era mi tutor legal cuando llegue aquí y me enseñó a controlar mis poderes y a no ser como su yegua blanca. También está Jay y Joan. Ellos son lo más parecido a padres que tengo. Mi madre biológica, Meloni sé qué me quiere y la quiero pero … no estoy tan unido como a las personas que me criaron.-

Bart se rió jovial y cálidamente ante los actos de Warlock. El alien lo apretujó un poco y el velocista se rió. A él no le importaba tener al alien sobre él. Mientras ellos estaban en esta posición, Kon hizo una serie de gestos que Bart no entendió. ¿Estaría cansado? Porque si estaba molesto no les sonreía tras ese gesto, ¿no? Conner siguió el jugueteo del tecnorgánico y Bart no tomó mucha más en cuenta los gesto del moreno.

- No, estoy bien.- le gustaba el contacto físico. Le hacía sentir cercano y cómodo.

Entonces el tecnorgánico se percató de los peculiares ojos del castaño. Warlock hizo la mención al color de sus ojos muy felizmente, de una forma muy agradable. Bart parpadeó. No era muy habitual que la gente se percatase de sus ojos dorados.

- Sí, les heredé de mi madre. Ella los tiene dorados también. - Sonrió bellamente.

Luego Warlock estiró los brazos y unió a Conner al abrazo. El alien dijo traviesamente que podían compartirle.

- Hay mucho Bart para los dos.- comentó sin caer en los dobles sentidos y pensando que se trataba de algo amistoso.Lo sentía como una especie de juego aunque no entendía muy bien.

Entre bromas, charla y del versión el sol había caído y en el cielo se mostraban resplandecientes y hermosas las brillantes estrellas. Bart no acostumbra a ver algo así. Era un joven de ciudad y había mucha contaminación lumínica en las grandes urbes que impedía apreciar la cósmica belleza de un cielo estrellado. Bart miró un momento el esposo cuadro que era aquella noche con miles de luminosos astros en todo su esplendor. Le gustaba como los colores eran tan agradables y mágicos. Como si todo el cosmos estuvieran compuesto de una inexplicable magia.

Martha mandó a su marido Jonathan que avisase a los chicos. Se empezaba a hacer tarde y tenían que comer algo. La mujer se preocupaba mucho por qué Kon y sus amigos estuvieran en buenas condiciones.