Sweet Home ¿Gotham? (Priv Raven) [06-12-2018]

Andrew despertó temprano, pero aun así no vio ni a Mark ni a Raven durmiendo, de hecho Mark ya se había ido y solo le había dejado un mensaje en el teléfono, y algo le decía al joven Drake que serian la ultimas palabras que tendría con aquel chico. Fue caminando hacia el comedor, donde encontró a Raven, a la cual sonrió y a continuación fue a la cocina y se hizo el desayuno, el cal fue un simple vaso de leche. Después de esto volvió al comedor y se sentó junto a Raven.

— Vale...pues lo que te dije anoche, ves a casa, coge lo que tengas que coger y nos vamos a Gotham, yo estaré recogiendo mis cosas por aquí.— Dijo el chico con bastante tranquilidad, la verdad es que ese día no tenia demasiadas ganas de hablar, después de lo que había pasado la mañana anterior.

Pasaron las horas y Drake, ya mejor vestido y con su disfraz de la convención guardado en la mochila, se encontraba en la puerta de la estación, allí espero a la chica durante unos minutos hasta que la vio aparecer en la lejanía, cuando esto sucedió camino hacia ella y sin decir ni una sola palabra le señalo el el tren, dándole a entender que debían coger este. Ambos caminaron y se subieron al vehículo, pasando las horas que duraba el viaje sin decir ni una palabra, Drake por su parte estuvo todo el rato mirando por la ventana, ausente, recapacitando sobre lo que había pasado el día anterior, sin duda nunca podría olvidar aquel acontecimiento.

La pena y el dolor invadían a Drake, más que el despliegue de sus poderes el día anterior, solo podía pensar en lo que le había sucedido a William, aquello sin duda había sido una injusticia tremenda y lo peor es que nadie podía haberle salvado, ni a él ni a ninguna de las otras victimas de aquel atentado. Se contuvo como pudo para no llorar durante el viaje, siempre había intentado ser duro pero nunca lo había conseguido, siempre acababa llorando o con mas depresión cuando sucedía algo que lo alteraba de aquella, no obstante ya no podía permitírselo, porque según le había dado a entender Raven él ahora formaba parte de algo mucho más grande que si mismo y debía de estar a la altura de las circunstancias.

Tras llegar a Gotham, Drake le tendió la mano a Raven y la guió, primero hacia la salida de la estación y después hacia los barrios bajos de la ciudad, estos se encontraban en la periferia y algunas veces no tenían servicio eléctrico durante varios días o la policía se negaba a patrullar, sin duda no era el mejor lugar para criarse. Ambos jóvenes llegaron hasta una casa de dos pisos, que pese a tener dos plantas era bastante pequeña y estaba en un lugar prácticamente desolado, sin duda parecía medio abandonada, no obstante se podía ver que allí vivía gente gracias a un pequeño balcón que tenia ropa tendida.

—Esta es mis casa, si esta mi madre le digo que te quedas y si no ya se enterara...—Dijo con una pequeña sonrisa algo forzada Andrew para después caminar hacia la casa y abrir la puerta. Dejo pasar a Raven primero y después se dirigió hacia el salón donde se encontraba su madre, una vez allí le hizo una seña a la chica para que no le siguiese y a continuación se dirigió hacia la mujer.

—Ah, estas ahí— Comento la mujer casi con indiferencia.

—Eh si...—Respondió Andrew, volviendo a sentir aquel desprecio por si mismo que había notado Raven el día anterior mientras visitaba sus recuerdos.—¿Sabes lo del atentado...?—Pregunto de nuevo, temeroso de la respuesta.

—Si.—Fue lo único que dijo la mujer. En aquel momento algo se rompió un poco mas dentro de Drake, ni su propia madre le quería y se lo demostraba cada día. Drake bajo la cabeza con un suspiro y apretó el puño, odiaba sentirse así, pero siempre que hablaba con su madre se hacia presente aquel autodesprecio que sentía.


—He vuelto con una amiga, se quedara aquí un tiempo.—Dijo Drake finalmente para después dirigirse de nuevo hacia la puerta donde estaba Raven.

—Vale, no toquéis mis cosas.

Esta fue la única respuesta que obtuvo de la mujer y simplemente el chico continuo caminando, tomando de la mano a Raven y forzando de nuevo una sonrisa, para comenzar a guiarla por las escaleras hasta llevarla a su habitación, la cual estaba llena de libros y cómics, así como decorada con un monto de posters de películas y juegos de fantasía.

—Bueno Raven tu dormirás aquí...así que ponte cómoda y eso...yo dormiré abajo en el sofá, hasta que sepa donde pillar un colchón hinchable...ah y si usas el baño de arriba para ducharte o lo que sea avísame antes porque no hay puerta y no quiero momentos incómodos.—Indico el joven con un leve rubor en las mejillas, pues se habia imaginado aquella situación nada más comentarselo.

—Y bueno...eso es todo supongo, si tocas mis libros ten cuidado  los cómics mételos siempre en el plástico de nuevo... y eso...—El joven hizo una pausa, pensando en que mas le quedaba por decir, para después sonreirle con levedad— Y cuando me digas empezamos a entrenar¿O  necesitas mas indicaciones...?

El joven escucho a la contraria y asintió con suavidad, claro que quería empezar, se moría de ganas por saber como era todo aquello, el ya había hecho magia por su cuenta varias  veces, pero sabia que no era nada del otro mundo hacer que la pizza levitase hacia ti y así no tener que usar las manos para comer. Ahora es cuando aprendería de verdad y podría lanzar  hechizos y cosas que sirviesen para algo, quizás bolas de fuego o quizás poder caminar por el agua, aunque mejor no adelantarse.

—Claro que quiero empezar ya, me muero de ganas.—Comento con un tono algo mas animado, para después dejarla que siguiese hablando, reviviendo sus indicaciones.

Andrew asintió ante la petición de la contraria y fue de nuevo hacia el piso inferior, entro a la cocina y cogió uno de los vasos que había allí, sin ni siquiera cruzar al mirada con su madre. Su relación siempre había sido así, cuanto menos hablaran mejor y cuanto menos se miraran también, puesto que el sabia que ella a penas lo soportaba y lo cuidaba simplemente porque no tenía nada mas que hacer, por lo que siempre que estaba en su casa el joven tenia estos pensamientos a flor de piel y por eso le costaba tanto estar con su madre, muchas veces se dormía en casa de Will cuando ella venia, aunque eso ya no podía hacerlo, aunque al menos tenia a Raven, la compañía siempre era buena a la hora de tener que convivir con su madre.

Tras coger el recipiente volvió a subir las escaleras y observo a la contraria, antes de entregarle el vaso y después dirigirse hacia la cama sin tener muy claro que aceite coger. Comenzó a olerlos uno a uno, pero ninguno le transmitía ninguna emoción o algún recuerdo feliz, la verdad es que tampoco tenia muy claro por que estaba haciendo esto, pero Raven era la maestra, así que ella sabría.

Tras un buen rato oliendo los aceites el joven se encogió de hombros y observo a la azarina, la verdad es que no sabia como elegir un aceite, ya que ninguno le transmitía tranquilidad o le recordaba algo agradable o cosas así, es más, todo aquello le parecía demasiado hippie.

—Oye Rave...¿Te puedo llamar Rave?Bueno, el caso, creo que el de jazmín ira bien.—Dijo el chico antes de sonreirle de manera forzada y acercarse a ella, adoptando su misma posición.— Quiero decir, no hay ninguno que me llame la atención, así que me fio de tu criterio.—confesó el chico.

Tras aquellos instantes el joven la observo, la verdad es que no sabia muy bien como había pasado todo, pues hacia un par de días no sabia ni que existía aquella chica, y ahora, de repente, se habia convertido su discípulo, más o menos, pues toda aquella situación le parecía más sacada de una película vieja de artes marciales que de algo que pudiese pasar realmente, no obstante, estaba ocurriendo.

Drake comenzó a escuchar los pasos al tiempo que los reproducía poco a poco, se quitaba las zapatillas lentamente para depuse sentarse frente a la contraria y tratar de adoptar aquella posición, no obstante le fue algo difícil y tuvo que ayudarse con las manos para poder colocar bien cada pie sobre el muslo opuesto, no sabia como aquella posición podía ayudarle, porque la verdad, le molestaba un poco, se le hacia difícil mantenerse en aquel estado y le dolían un poco los muslos.

Cerro los ojos y la escucho atentamente, debía concentrarse en cada parte de su cuerpo pero...¿Como demonios se hacia eso? Primeramente trato de centrarse en los dedos de los pies y consiguió notar la  tela del calcetín, pero aun así notaba el dolor en sus muslos y la verdad es que eso no ayudaba demasiado a la relajación. Poco a poco iba subiendo por sus piernas y su abdomen, pero aun así no conseguía dejar de estar tenso, aquella posición era bastante incomoda para el a decir verdad, y ademas se le hacia difícil concentrarse en la  posición de loto, era mas fácil relajarse en una cama.

Poco a poco comenzó a concentrarse en su respiración, pero aun así le costaba hacerlo todo de manera tan pausada y armónica, es más, a penas sabia en que debía centrarse, si en la voz de Raven o en su propia respiración o en mantener la postura correcta, pues el chico ya se  había encorvado un poco y sus pies luchaban por dejar sus muslos y volver a tocar el suelo.

Tenia que dejar la mente en blanco, sin pensamientos ni cosas que le perturbasen, pero aquello era imposible ¿Como iba a dejar de pensar? Si perdía la concentración y se relajaba perdería la posición y habría que volver a empezar de cero otra vez. Todo ese rollo kung-fu molaba mucho y demás, pero no parecía que fuese real, era imposible dejar la mente en blanco estado en posturas tan complicadas y tampoco se podía dejar de pensar, los pensamientos surgían de forma natural.

—Ahora, abre los ojos.

Al escuchar aquello Drake suspiro y así lo hizo, aun manteniendo como podía la posición mas correcta y tratando de estar relajado y ahuyentar todos aquellos pensamientos de su mente, pese a que no podía hacerlo.

<> Se repitió mentalmente, si tenia lógica, el vació es lo que te permite poner el agua, es decir, sin el no existiría el vaso...pero ¿Vacío en su propio interior?¿Hay un vacío que hace humano al  humano? Eso desde luego no tenia sentido para el.

—No lo entiendo Raven...¿Como que el vacío de mi  interior?Los seres humanos estamos llenos por dentro ¿no?—Dijo el chico sin apartar la vista del vaso.

El chico asintió y se comenzó a levantar poco a poco, la verdad es que le dolía todo el cuerpo de la cintura para abajo, no era un dolor muy fuerte y podía soportarlo, pero en cualquier caso, el dolor estaba ahí.

—Eh si...algo de eso tengo.—Dijo el chico antes asentir suavemente y dirigirse al piso de abajo, la verdad es que no se imaginaba para que podía ser todo aquello, pero era Raven la maestra, así que ella sabría. Al poco rato volvió con los instrumentos que el había pedido y ambos se pusieron en marcha.

Estuvieron caminando un rato, Andy conocía bien el sitio y era donde solía ir a comprar marihuana cuando quedaba con Will y Mark, así que conocía ese lugar bastante bien. Finalmente ambos llegaron a un parque infantil, aquel sitio había sido el hogar de una de las bandas latinas de Gotham, aunque la verdad nunca fueron demasiado peligrosos, quizás ya habían dejado de ir al parque, lo que explicaría por que en ese momento estaba completamente vacío, en cualquier caso eso no importaba ahora mismo, debía centrarse en lo que fuera que Raven estuviese planeando.

Nada mas escuchar sus palabras el joven parpadeo un par de veces, eso de limpiar el parque para entrenar era un nuevo nivel de “Dar cera, pulir cera”. No obstante el joven asintió y se agacho para comenzar a recoger latas, papeles y botellas de cristal, pese a no estar del todo convencido de la idea.

—Me parece bien limpiar el parque y tal, es todo muy ecologista y demás...pero sigo sin entender como esto va ayudar al entrenamiento.— Comento antes de ponerse en pie y caminar poco a poco hacia ella.

— Los sentimientos y emociones negativas son una carga en tu interior. Es preciso apartarlos, crear un espacio, un vacío. La fuerza de ese vacío absorberá y atraerá todo cuanto necesites eliminar de tu vida, dejando tan sólo la calma.—Dijo la chica tan serenamente como de costumbre, cosa que le permitió a Andrew captar mas o menos aquella comparación, el parque era como su interior, estaba lleno de mierda y había que limpiarlo, si, ahora todo tenia un poco mas de lógica, seria algún truco de entrenamiento rollo vacía tu mente o algo así.

De pronto sintió como la chica se acercaba y ponía la mano en su pecho, aquello provocó que las mejillas del joven se tiñesen de color rojo y este se quedase atontado por unos instantes, solo pudiendo mirarle a los ojos. Sin duda las palabras de ella las había escuchado pero no les había podido prestar atención, pues se había quedado embobado. Aquellos instantes parecían eternos hasta que de repente ella se separo de una manera quizá algo brusca, que permitió al Drake volver a la realidad, no obstante aun estaba ruborizado.

Pese a que hablase bajo Andy pudo entender lo que la chica había dicho al final y asintió con suavidad, antes de volver al trabajo de recoger latas y papeles.

—Tu idea suena muy bien Raven...pero en este parque es donde suele pasarse droga y si venimos a meditar, a parte de que nos llamaría frikis...seguramente nos meteríamos en un lio.—Respondió el chico algo angustiado, la verdad es que se la veía ilusionada con la idea y por eso le sabia mal desmontarsela, pero tenia claro que, si podía evitarlo, no iban a tener problemas con nadie de aquella ciudad.—Aunque podemos venir cuando no haya nadie...si quieres...—Remató el joven antes de sonreirle con cierta timidez, la verdad es que a el también le gustaría tener un lugar donde estar cómodo.

Hacia poco que había pasado Navidad, aquella fiesta siempre le resultaba extraña al chico, pues supuestamente consistía en estar con la familia, no obstante, su madre, la única familia que tenia, nunca estaba en casa en aquellas fiestas, por lo que Andrew no la celebraba. Estas ultimas Navidades las había pasado con Raven, aunque tampoco había hecho nada salvo meditar y ver las películas que conservaba de su padre, las cuales aun estaban grabadas en cinta.

El chico se había estado debatiendo en si comprarle un regalo a ella, no obstante, con todo el entrenamiento, que parecía no avanzar absolutamente nada y el no saber que podría gustarle a ella, finalmente no compro nada. Esa era otra cosa, el entrenamiento, era desesperante, no avanzaba absolutamente nada, al principio era normal, pero ya llevaban tres semanas, entrenando todos los días y seguía en el punto de partida, cosa que ponía a Drake de los nervios, nada le había costado tanto de hacer nunca en la vida.

Hoy se encontraban en el parque que estaban rehabilitando poco a poco y que parecía ser el único proyecto capaz de avanzar. Ahora los niños jugaban allí y las bandas dejaron de intercambiar las mercancías después de un par de encontronazos, en los cuales, Raven calmo a los pandilleros y les hizo irse del lugar. El moreno estaba asustado, sabia que si habían ido allí era por alguna razón y temía que fuese la renuncia de Raven ante la incapacidad que tenia él mismo para aprender, cosa que vería totalmente lógica, pues le estaba haciendo perder el tiempo la émpata, o al menos lo sentía así.

Llevaban mucho rato los dos sentados cuando de repente la chica rompió el silencio, él esperando una reprimenda o su abandono se tensó, no obstante al escucharla se alivió, pero solo en parte. Es cierto que tenían mucha confianza, o al menos Andy confiaba mucho en ella, de hecho confiaba más en ella que en el mismo, pero aun así no le gustaba del todo lo que le proponía. Dejar que se adentrase en su mente era dejar que viese todo lo que le había sucedido en la vida y eso le ponía nervioso, mucho además, su vida nunca fue buena, en ningún momento. A parte de eso tampoco le gustaba que la gente supiese que sentía realmente y mucho menos el por que se odiaba tanto a si mismo y por que solamente sentía rabia contra casi todo, el sabia cual era la raíz de todo esto, pero no lo aceptaba, al menos no completamente y sabia que si otra persona se daba cuenta de ello tendría que aceptarlo, pero no quería hacerlo.

El joven suspiró, aquello era mucho. Si la dejaba entrar quizás podría avanzar en su entrenamiento, pero a cambio tendría que aceptar aquello que no quería. Tendría que aceptar que siempre había estado solo y que toda esa rabia que sentía era porque necesitaba que la gente le ayudase, le comprendiese y le diese compañía y amor, pero no sabia como pedirlo y por eso se había aislado y llenado de odio y rabia contra todos y todo, incluso contra si mismo.

—Esta bien Raven...haz lo que tengas que hacer, pero quiero que sepas que lo que vas a ver no te va a gustar y espero que no cambie tu opinión de mi.—Contesto el chico antes de forzar una sonrisa y tomar la mano de ella.—Adelante, puedes empezar cuando quieras...

Tras esto, Andrew Drake cerro los ojos y esperó.

Caminaron hasta su casa, en la cual estaban solos, cosa que en parte era una bendición, ya que así tendrían tranquilidad para realizar aquella conexión. Subieron a la habitación de Andrew, la cual era también la de la chica y ambos se sentaron en posición de loto, mirándose atentamente el uno al otro. Acto seguido y como ya ocurrió la ultima vez todo se volvió negro para Andrew, Raven acababa de entrar a su subconsciente.

Sabia que algo malo estaba ocurriendo, pues al contrario de la ultima vez, en esta ocasión no sentía tranquilidad, sino más bien como algo reptaba dentro de él, algo que le producía incomodidad y malestar. De pronto despertó, para encontrarse  con una especie de ser tentacular, negro, que parecía como una sombra que había tomado vida, en parte le recordaba a aquel cuervo que había salido de Raven en la convención, no obstante, no era igual y parecía mucho mas agresivo.

—¡Corre! ¡Márchate!¡No puedo controlarlo!

Ante aquella orden que le había dado la azarina, el joven hizo todo lo contrario, ya que cargo contra aquel ser para intentar apartarlo de el lugar, en el que estaba el cuerpo de Raven, o al menos el lugar en que el creía que estaba, que era justo debajo de aquel ser. Con un latigazo tentacular, Andrew fue repelido y se golpeo contra una de las paredes, provocando la ruptura de una de las estanterías y por consiguiente, que todos los libros que sujetaba cayesen al suelo.

El joven no sabía como actuar, quería librar a Raven de aquel ser, no obstante era mucho más fuerte que el y no podía atravesarlo, tendría que pensar otra cosa. Veloz como un rayo el joven se volvió a levantar y observo a aquel ser, que parecía estar retorciéndose más que atacando...parecía sufrir. No obstante, su sufrimiento estaba destrozando a golpes los muebles de la habitación.

—¡Eh!—Exclamo el chico para tratar de tomar la atención de aquella amalgama informe de sombras.—¡Mírame!—Grito a continuación, pero no consiguió nada salvo recibir otro latigazo, el cual lo estrello contra otra de las paredes.

Captar su atención no funcionaba, al menos no para evitar que le golpease. Suspiró. Debía cambiar de estrategia o seguiría recibiendo golpes y Raven continuaría...a saber como, porque no podía verla, estaba o dentro o detrás de la sombra, y eso le preocupaba enormemente al chico.

Andrew trato de pasar por uno de los costados de aquella bestia, no obstante lo único que consiguió fue recibir otro golpe y escuchar una especie de gemido ahogado, el cual podía ser de Raven. De golpe todos su sentidos se enfocaron en aquel gemido, si era de Raven no era para nada algo bueno, pues estaría sufriendo. La preocupación del chico, más la tensión de aquella situación, más el miedo provocaron que algo se rompiese en la mente del moreno y de repente lo sintió, no había nada, el vacío existía. Miro a aquel ser y estaba completamente paralizado, no obstante esto a penas duro un instante, pues, pese a haber sido como una eternidad para Andrew, en un abrir y cerrar de ojos la bestia pasó de estar aparentemente controlada a desatarse de nuevo y agarrar al chico con uno de sus tentáculos, para después comenzar a apretarle con una fuerza descomunal que provocó que Andrew comenzase a soltar gritos de dolor.

—¡Raven!¡Ayuda!—Pidió desesperadamete en un grito.

Sus propios gritos impidieron al chico escuchar lo que la azarina le intentaba decir, aquel ser apretaba muy fuerte al muchacho, tanto que parecía que tuviese la intención de romperle los huesos del cuerpo en base a hacer presión, no obstante aquel ser se detuvo y el joven cayo al suelo, golpeándose contra este, por suerte dolía menos que cuando lo había hecho contra la estantería. Mientras tanto aquella sombra se replegaba hacia el cuerpo de Raven, volviendo a introducirse en este. Todo aquello fue muy extraño, pero el joven no se quedó en el suelo, pues al ver a su amiga desmayada a su lado saco fuerzas de flaqueza y como pudo la levanto y la coloco en su cama, la cual, por suerte, no se había roto. A continuación el buscó una silla y se sentó en ella, observando el cuerpo de la chica, estaba preocupado y no sabía que debía hacer, por lo que simplemente le tomo el pulso y al comprobar que aun tenia simplemente la dejo descansar.

Pasaron varias horas, el chico no sabia cuantas con precisión, pero seguramente ya seria cerca de las cuatro de la tarde cuando Raven despertó. En aquel momento Andrew se tranquilizó, aunque solamente un poco, pues aun necesitaba comprobar si estaba bien del todo o si necesitaba algún tipo de ayuda, ir al hospital o cualquier otra cosa, no obstante cuando el joven se disponía a levantarse para atiborrar a preguntas del tipo “¿Quieres que vayamos al hospital? o “¿Necesitas tal cosa?” las palabras de la la morena le dejaron paralizado en la silla.

—Andrew... Hay algo que... que he estado evitando contarte.— Y en aquel momento la joven hizo una pausa, cosa que casi le provocó un paro cardíaco a Drake, por el simple hecho de que no entendía que podía ser tan importante como para tener que decírselo ahora que estaba en una situación tan poco optima. No obstante, se quedo quieto y la escucho sin interrumpir.

—Es sólo que... No sé cómo explicártelo. Mi padre es un demonio. Uno de los más poderosos, y desde que llegué a la Tierra, ese estigma me ha perseguido siempre. La Liga de la Justicia percibió en mí la maldad de mi padre y me expulsaron... Cuando reuní y formé a los Jóvenes Titanes, la hechicera Zatanna fue a verles para contarles lo que yo era, y así evitar que confiaran en mí. Durante todo éste tiempo, la sombra de mi padre ha pesado sobre mí. No había nadie que no me mirara y pensara: "esa es Raven, la hija del demonio Trigón". Aunque no lo dijeran, podía percibirlo. Su desconfianza, su miedo, su rechazo... Pero... desde que me mudé contigo a Gotham... Lejos de los Titanes, lejos de todo... Por primera vez he sentido que estaba teniendo una vida normal... ¿sabes?  Como la que podría haber tenido cualquier adolescente. He aprendido a limpiar... y un poco a cocinar... más o menos. Hasta me estaba planteando entrar en la universidad. Y tú nunca me preguntaste por lo que pasó en la Convención. Nunca noté en ti el miedo o la desconfianza que he notado a menudo en otros. Estaba... tan bien... Creo que he estado evitando el tema porque quería... seguir sintiéndome "normal". Pero... ahí lo tienes, Andrew... Mi alma está dividida, y día tras día me veo obligada a luchar contra la parte de mí que ansía tomar el control. Por eso me ves siempre meditando, para mantener mis emociones a raya, pues, si el demonio venciese, el mundo tal y como lo conoces llegaría a su fin.  

Tras toda esta confesión Andrew se quedo completamente descolocado, la verdad es que no se esperaba para anda aquello, no obstante no entendía por que no confiaban en ella y sabía que lo mejor era calmarla así que simplemente le sonrió con suavidad y  le tomo la mano con bastante delicadeza, más de la que era normal en el chico.

—Yo...no se que esperas que diga, la verdad...pero...confió en ti y me da igual que seas la hija de un demonio o que, no se, tu padre quera traer el fin del mundo porque se aburre, eres buena persona y eso es lo que importa.—En aquel momento hizo una pausa y le sonrió de nuevo.—Y bueno...si tu nos has dejado que tu padre venga hasta ahora no vas a dejarlo ahora, no te preocupes por eso.—Añadió finalmente.—Y no te preocupes...tendremos esa vida normal en cuanto acabe el entrenamiento, prometido.

Tras esto la joven azarina continuó hablando y por ende, Andrew se callo y se dedico a escucharla, sin duda lo que le proponía parecía una locura, viajar a un sitio del que ni siquiera había oído hablar para poder llevar a cabo su entrenamiento. Nadie “Normal” como decía Raven aceptaría aquella proposición, no obstante, Andy a parte de que no era normal y no tenia nada que perder, aun tenia en mente la necesidad imperiosa de ser entrenado.