En la misma red (Gwen Stacy-Savage,Viernes 30 de Marzo del 2018)

OOC: ¿Te parece bien el Viernes 30 de Marzo para el rol? Por dejarlo ya cuadrado en la cronología ^^


Oh, lo he visto y Central City está muy muy lejos de NY (Donde vive Gwen) Así que voy a suponer que a los que les invitan les pagan un tren de alta velocidad y listo, ¿Te parece? Te dejo aquí una imagen de un mapa que ubica algunas ciudades de cómic.

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Adoraba escuchar música bien alto. Mi padre más de una vez me había llamado la atención sobre que me quedaría sorda tarde o temprano. ¿Pero quién no se queda sordo tarde? Tenía mis cascos azules puestos, abrazando mis orejas con su cálido punk. Bueno, “punk”. Era un buen tema de Green Day. Después de esto creo que no hicieron nada como el trabajo original. Me quedé apoyada en la ventanilla del tren, con la mejilla descansando sobre mis nudillos pensando en la banda y en el ritmo de batería de la canción, moviendo la punta del pie cuando tocaba el bombo. La profesora Harper había insistido en que fuese sólo por haber sacado un nueve en su materia. Nunca he sobresalido como alumna, aunque me gusta lo que hago. Cuando tienes que salir por las noches, ir a las clases, a las prácticas, comer y dormir tus horas de estudio se reducen mucho. Pero aprobaba como podía, simplemente su asignatura me gustaba. La organografía era una de las ramas de la bioquímica que más te permitía acercarte a lo que conoces, ¿cómo no iba a motivarme?


Me froté los ojos y me bajé en la última parada haciendo un ritmo con la palma de la mano sobre mi muslo, agradecida de levantar el culo tras varias horas de viaje. En cuanto me bajé al andén me retiré junto a una pared para no molestar al resto de gente. En las estaciones siempre me da la impresión de que la gente va con mucha prisa. Abrí el móvil desbloqueándolo con la fecha del cumpleaños de mi padre y utilizando el Google Maps intenté ubicarme lo mejor posible mientras salía al exterior por las escaleras mecánicas una vez tenía la dirección. No llego a tiempo ni de coña, como siempre. Busqué estaciones de bus cercanas, no tenía el dinero para un taxi.


El autobús que iba directo a la reunión estaba en la plaza de la estación, junto a los taxis. Así que ahí esperé con los cascos puestos viendo los taxis que iban, venían y se paraban, imaginando que era mi autobús. No sé si yo soy demasiado impaciente cuando llego tarde o si estaba nerviosa por la reunión (o quizá ambos) pero se me estaba haciendo eterno. Me separé de la parada dispuesta a ir de una carrera, pero me paré en seco cuando vi una de esas cosas tan típicas de Nueva York. El robataxis profesional solo que este venía con cursillo de placaje y rugby incorporado. Menudo capullo.


-¿Te encuentras bien?- dije tendiendo la mano al chico que había caído para ayudarle a levantarse. -No pasas mucho por Nueva York eh, esto te lo hacen siempre que mides menos de metro noventa[/b]- dije sonriendo para denotar el tono de broma, algo sorprendida porque estas cosas también pasasen fuera de la gran manzana. Esperé a que me corroborase que estaba bien para comentarle mi realidad - Oye, no te ofendas, pero tengo que ir a un sitio y tengo…- miré el reloj de mi móvil - una prisa horrible. Tengo que estar en los laboratorios CYAK en diez minutos y no vuelo- no siempre. Recé porque fuese paisano y me dijese algo parecido a “Oh, claro! si vas por ese callejón automáticamente te teleportas allí” o “No te preocupes, te cedo el próximo taxi y te lo pago” Pero claro #GwenPorQuéNoFumasMásCrack

El chico se quedó totalmente paralizado, en shock. Habría jurado que el golpe no había sido para tanto, y de hecho parecía haber sido bastante suave. Me quedé pensando en la prisa, la urgencia que tenía y las ganas de echar a correr para no llegar tarde - ¿Hola?- pregunté como quien llama a la puerta -Te... encuentras bien?- pregunté con el ceño levemente fruncido por ver que se había ido directo a un viaje mental a raticulin.


Cuando al fin cogió mi mano tiré de él hacia arriba para levantarle, controlando la fuerza de la mutación ya más que acostumbrada a ella, mientras sonreía. - Creía que te habías dado en la cabeza- sonreí para luego perderme en la conversación e ignorar la prisa - ¿Gotham? ¿Vienes de allí?- Mi padre había ido a hablar con el comesario de allí. Después de aquel día empezaron a aparecer un montón de comentarios, críticas y artículos sobre un tal James Gordon, y ambos parecían compartir mucho más de lo que creían así que fueron a conocerse y a hablar sobre cómo reestructurar la fuerza policial de sus comisarías.


¡Oh! Compartir taxi. Cagadón Gwen, aborta, aborta. Empecé a soltarle la mano - Bueno, es que yo solo me he traído el dinero de la comida, pensaba ir co- pero me tiró hacia el taxi. Nada violentamente, algo sutil pero… tirando. Cuando me quise dar cuenta estaba dentro. Mi padre siempre me advertía sobre meterme en taxis con extraños, aceptar chuches y esas cosas, pero ya casi era mayor de edad y desde la mutación…
Sí, sé que está mal meterse en un taxi con un desconocido pero el chaval era joven y eh, a cortas distancias soy yo más peligrosa que la mayoría de gente. Eso sí lo tengo que reconocer… el fenómeno spider me había dado mucha confianza en mí misma. Al menos ya que me había metido en el taxi pagaría él, qué menos.


Dijo que iba al mismo sitio. Juraría que el centro se cerraba sólo para los de la convención…
Ok, en serio, no, no puedo dejar de darle vueltas. Estoy con un tipo que no conozco en un taxi. Que si fuese mayor, alto, fornido o cualquier cosa, bueno… tendría sentido. Pero juro que he visto de todo desde la colisión y… tengo motivos para desconfiar.
¡PERO BUENO!
Dejando en un segundo plano los planes que trazaba en mi cabeza. Noquearle de una patada y salir por la puerta rodando, sostenerle las muñecas con fuerza, tirar de la mano que aún tenía agarrada con firmeza y darle un codazo en la sien,  darle contra el cristal de su ventanilla…
Segundo plano he dicho.
Dejando todo eso en un segundo plano de mi cabeza, mientras se creaban más opciones, volví a centrarme en lo que me decía -Ah… sí, sí, estudio en el campus de Nueva York y una profesora ha insistido en traerme. Nos reuniremos allí.- Vale, por lo menos había pedido perdón por la intromisión. -Gwen- dije moviendo las manos que ya teníamos enganchadas de arriba a abajo en cortos movimientos, a modo de saludo mientras sonreía. Pareció darse cuenta entonces de que las teníamos agarradas y soltó mi mano.


Agradecí volver a recuperar mi mano, abrí un par de veces los dedos y los volví a cerrar tratando de que no lo viera para no ofenderle. - Estudias química supongo. ¿Qué asignatura te gusta más?- pregunté distraída mirando por la ventana viendo cómo el coche bajaba en una línea recta hacia donde estaba el barrio de los laboratorios. Me esperaba la típica conversación. Y qué estudias, y qué te gusta, y qué profesor te ha traído, y qué profesor es el capullo etc etc, lo típico.


Empecé a ponerme nerviosa y a mover mi pierna derecha levantando y bajando la rodilla rápidamente como tic nervioso. ¿Y si no encontraba a la profesora Harper? ¿Y si me perdía dentro del edificio? ¿Y si la cagaba enormemente? Cerré los ojos respirando hondo para calmarme, pensando que el traje descansaba en el doble forro de mi mochila y que quizá después de la convención podría dedicarme a volar un rato por la ciudad desconocida. - Dios, espero que sólo sean charlas porque como me hagan hablar me pego un tiro en la puerta- dije viendo cómo poco a poco el taxi se acercaba a la puerta.

OOC: Te lo dejo aquí para que tú decidas que hacer. Que savage se vuelva loco, huir juntos de la poli... ¡Lo que tú quieras!

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Shawn parecía agradable a pesar de su extraña actitud. Osea, sí, vale, me había prácticamente secuestrado al taxi y eso, pero una vez se calmó parecía muy correcto. Y si no, al menos tenía el físico como para que pudiese hundirle la nariz y salir corriendo si las cosas se ponían feas, así que a medida que el taxi arrancaba me tranquilizaba por eso, mientras me ansiaba por la charla.


Genética no estaba mal, un poco coñazo, mucho leer y poco experimentar los primeros años, pero no era lo peor ni por asomo de la carrera. Cuando mencionó a Spiderman me giré despidiéndome de la vista de la ventana para ver sus ojos verdes con fijación. ¿Lo había mencionado por algo en particular o me estaba emparanoiando? De todos los bichos raros que estamos por ahí fuera… -Desde luego, la ciencia es vital. Ha habido más avance científico en el último siglo que en el resto de historia humana- dije como dato al aire mientras reflexionaba sobre sus conocimientos de Spiderman. En mi dimensión ese hombre no existía… Y aquí parecía que le conocían más personas que a mí. Pero volviendo al tema -En realidad no es miedo escénico ni nada parecido, de hecho toco en un grupo, las MJs, no me sorpendería que no me conocieras, nadie se acuerda de los baterías- dije desganada-Pero tiendo a cagarla cuando abro la boca, eso es lo que me asusta- terminé viendo cómo el edificio se hacía cada vez más y más grande a nuestros ojos hasta que el taxista aparcó. Sacó su cartera bastante rápido y lo cierto es que no me resistí. Un leve balbuceo a modo de “no, bueno, no hace falta…”. Pero realmente sí lo hacía, así que susurré casi por educación y bajé del coche.


En cuanto apoyé los pies en el suelo el sentido arácnido me mandaba malas vibras por todas partes, me estiré en tensión-Yo tampoco me esperaba que fuese tan grande- dije secamente, siendo más “Gwen” de lo que estaba siendo hasta ahora, permaneciendo alerta. Dimos un par de pasos para acercarnos pero en cuanto llegamos a la puerta pasó una hilera de sirenas a todo volumen que hicieron que me preocupara. Casi prefería las cosas demasiado serias como para que la policía no se implicase, pero no podía evitarlo. Más que heroicidad o sentido del deber era que no podía evitar ver a mi padre dentro de cada coche patrulla, pensando que si yo no pudiese hacerlo, me gustaría que alguien le salvase si ocurriese algo. Vale Gwen, empieza a pensar. ¡Se ha dado la vuelta! ¿Y si aprovecho ahora y…? Nah, no me va a dar tiempo. Piensa joder, piensa. -¡Ha sido un placer conocerte Gwen, ya nos veremos luego!- Oh, ¡PERFECTO! -Claro Shawn, luego nos vemos - dije despidiéndome con la mano y corriendo fugaz a los baños del edificio, que por suerte estaban antes de los controles de seguridad. Me aseguré de que tenían ventana y de que yo cabía por ella. Me cercioré de que no tuviese cámaras y… leña al mono.


Abrí mi mochila todo lo rápido que pude tirando un par de bolis por el suelo para sacar el traje. Me desnudé a toda la prisa que pude, convirtiendo toda la ropa en un burruño de tela desordenado y arrugado que volvió a la mochila junto con los bolis del suelo. Me puse el mono de Spider sobre la ropa interior estirando la tela sobre mi cuerpo, haciendo que se ciñese como de costumbre. Por último me arranqué la diadema del pelo y me quité con papel higiénico el pintalabios negro tirando el papel a la papelera. Moviéndome todo lo rápido que podía en el hueco entre la taza y la puerta me coloqué el pelo hacia atrás para ponerme la máscara, subir la capucha y hacer reversible la mochila, para que no pareciese la misma que la que llevaba Gwen, la estudiante. Perfecto. Me habría gustado ponerme música, pero no había tiempo. Me cargué la mochila al hombro y me puse en marcha.


Trepé por la pared del edificio hasta llegar a lo más alto. La tremenda medida de la instalación me permitía ver de dónde venía la luz brillante de los coches de policía a pesar de ser de día. Fui saltando entre los edificios con la mayor celeridad posible, apoyándome en pies y manos, lanzándome con una telaraña a modo de liana cuando era necesario o la distancia entre los edificios muy grande.


Caí en el tejado de un banco rodeado por los coches patrulla. Permanecí pegada al suelo, caminando lentamente para evitar que me viesen. Asomé la cara en un tremendo agujero que me daba vista y entrada directa. Vi cómo un.. Ay no, por dios… otro bicho de esos no…


No pude evitar pensar en la bestia negra con lengua retorcida y dientes afilados de Nueva York. (Luego ya acudí a mi amigo Google y descubrí que se llamaba Venom) Recuerdo cómo Capitán América le disparaba directamente y era inefectivo, o casi. Pero… No me apetecía nada tener otro encontronazo así. ¿Cuántos de esos había?


Me quedé pendiente y observando la situación desde arriba. Vi cómo el hombre...bicho dejaba al niño en el suelo y luego… ¿¡lanzaba telaraña!? ¿¡Estás de coña!? No parecía Spiderman… O.. al menos… Era como si Spiderman y Venom se hubiesen fusionado… No bajes la guardia, Gwen. Luego escuché a los policías a través del megáfono. Lo típico. Entrégate, pórtate bien, no te quejes, no hables… Estaba más que acostumbrada a esas palabras. Claro que también estaba acostumbrada a no hacerles ni puto caso. Escuché un disparo y busqué la bala, en su hombro. Cómo no. Atracan un banco y van a por el bicho raro. Cuando un dedo apunta al cielo, el tonto (y la policía) mira al dedo.


Salté directa a su lado, apoyando una mano en el hombro que no estaba herido, no sin cierto esfuerzo, el cabrón era alto. Escuché un disparo prematuro que esquivé flexionándome hacia atrás. - ¡ A LO MATRIX!- Jódete, agente… quien seas - ¿En qué pensabas?- recrimino mientras escucho las glock preparándose - Esto no va a salir bien- Dije cuando mi sentido arácnido me hacía mirar a las pistolas. Vi cinco disparos más, dos a mi abdomen, uno a mi pierna y dos al torso del de la mandíbula del pacman. -¡VÁMONOS!- Dije dando una voltereta lateral, viendo cómo me pasaban las balas una junto al costado y dos entre las piernas. - Joder…- Fuese peligroso o no, tenía que sacarlo de allí. Intenté agarrarle de la muñeca y salir disparados hacia el tejado del rascacielos de al lado. Lancé con puntería una cinta de telaraña que nos dejaría en esa nueva azotea y traté de subirle a plomo. Tirando de él.

OOC: Lamento la tardanza, de verdad, hemos estado trabajando en el evento global y tenía que priorizar eso. ¡Al fin he contestado!


Fruncí el ceño con el comentario bastante asqueroso por parte del...bicho. Luego se la devolvería. Ya me harté y tiré de él con todo lo que podía hasta sacarle de ahí haciendo una suerte de fuerza pendular para catapultarle y luego salir disparada con él. Durante el vuelo noté cómo me recolocaba a placer sosteniéndome por los hombros. Luché por recuperar mi posición, me resistí todo lo que pude y al llegar a la azotea vi la típica caseta con una puerta para acceder a las escaleras del interior del edificio y vi el cielo. Lancé una telaraña hacia esa esquina, esperando poder tirar y alejarme de ello, pero todo pasó demasiado rápido y choqué de lleno con el suelo. Recibí el golpe con el torso al completo, notando cómo me costaba respirar, por no decir que me era casi imposible. Cuando recibes un golpe tan fuerte en el cuerpo el diafragma se queda comprimido y no permite que los pulmones se expandan, así que empecé a boquear como un pez, luchando por conseguir oxígeno mientras las manos, temblorosas trataban de ponerme en pie con la ayuda de las rodillas. “Vamos Gwen… Arriba”

Noté cómo mis pies se despegaban del suelo, pero no era gracias a mi esfuerzo. Me elevó sosteniéndome de la muñeca hasta asfixiarme aún más contra la pared. “Gwen… piensa en papá”.

Debajo de la máscara fruncí el ceño, tratando de hacer respiración intercostal y vi cómo la boca se desencajaba por completo. Empecé a recordar mi encuentro con el otro bicho negro, la lengua y los dientes… Aún herida me dio un escalofrío.
Los marfiles enormes se acercaban a mi, noté el aliento cálido por toda la cara y empecé a generar con la mano izquierda una enorme bola de telaraña para encajársela en la garganta. Tal vez perdiese el brazo… pero no la vida. Cuando creía que iba a arrancarme medio cuerpo cargué con el brazo libre que tenía, sacando fuerzas de flaqueza y justo cuando iba a introducirla se alejó de mí, llevándose una mano a la cabeza y pidiendo perdón.
Eh… ¿Qué?

Caí apoyando los pies en el suelo y acariciando mi abdomen con la mano. Forcé poco a poco la respiración abdominal hasta que pude volver a respirar con normalidad. -Es… ¿una broma no?- tenía que ser una trampa. ¿Cuántas veces buitre o cualquiera de mis enemigos pedía perdón como un cristiano en misa? Así, súbitamente, en arrebato de culpabilidad.
Me quedé en guardia, esperando cualquier movimiento sospechoso. Trepé a la caseta, por si saltaba tener una posición ventajosa y poder huír. Apoyé los pies y me puse de cuclillas, apoyando una mano entre mis piernas para sostenerme.

Me quedé vigilándole hasta que vi que realmente estaba azorado, arrepentido y que era… inocente. Al menos él. Se levantó acercándose a mi y yo me puse en tensión, con una mano hacia atrás por si hacía falta. Pero hablaba calmado y parecía… otro spider más. Bajé lentamente de la caseta, sin terminar de fiarme. Vi sus pies y lancé una telaraña atándolos para derribarle con un tirón rápido. -Esto es por lo de las tetas- Fui tirando del hilo poco a poco hasta que le acerqué a mi viéndole tumbado en el suelo, bien de cerca. - Deberías vigilar tus problemas de bipolaridad… y de alitosis- dije mientras me disponía a agacharme, pero entonces noté una punzada de dolor en el costado derecho que me hizo caer de rodillas. -Ugh..!!!- Me llevé una mano al costado, tenía un bulto bastante feo. - Joder… -Solté la telaraña y me dispuse a dar media vuelta y largarme. Tenía que cambiarme y buscar un hospital con urgencia. Ese tío me había roto una costilla…

Me colgué la mochila del hombro bueno y lancé una telaraña, moviéndome con muchísima lentitud. Era un infierno. No comprendía cómo mover la rodilla hacía que me doliese la costilla, pero así era. Respirar, hablar… Todo me generaba un dolor cálido desde el pecho a la cadera. Fui trepando con tres pies y una de las manos como podía, sosteniéndome la costilla con la otra como si eso fuese a calmarme, como si fuese a ser útil.

Ya no me importaba demasiado lo que pasase con él, estaba jodia y bien jodida. Él estaba bien, la gente también… Ahora me tocaba a mí y me daba igual lo que era del otro chaval. Además los problemas nunca me visitan una sola vez… Nos volveríamos a ver.


OOC: Aquí podemos hacer lo que creas. Si crees que Shawn no saldría detrás de ella, lo cerramos y hasta el próximo encuentro. Si crees que sí, que la siga. ¡Me está gustando mucho el tema!

El dolor del costado se me hacía insufrible y me preguntaba si algún día de mi vida podría ser normal. Sin discutir, sin pelearme, sin hacerme daño… No pude ni contestarle a las bromas, ni seguir con fuerza andando con normalidad. Sólo notaba el dolor punzante a cada movimiento. Me pareció que sólo parpadear ya era un suplicio. -Mira…- mi voz sonaba débil, como la de un asmático. Y es que no quería forzar la máquina ni respirar más de la cuenta. Hacía respiraciones débiles para no forzar el costado y susurraba - Savage.. no te ofendas. Pero no necesito ayuda- Seguí caminando a paso lento. Si estuviese en perfectas condiciones podría darle esquinazo a este imbécil.

Normalmente acostumbraba a colocarme los hombros dislocados yo sola, a desbloquearme algún hueso con un chasquido, a cuidarme en general..
Pero lo de la costilla era un infierno en tierra. Me paré un segundo para tomar aire, cuando noté que me cargaba como a las novias de las bodas. - ¡TE HE DICHO QUE NO NECESITO AYUDA!- grité justo antes de llevarme la mano al costado. Era inútil. No podría resistirme. Y.. si quisiera matarme o hacerme más daño, ya lo habría hecho. No tenía nada que perder… así que, por una vez, me dejé cargar.

- Y no es una herida. Me la has roto. ¿Sabes que el hecho de que me la cures no cambia tu culpa, verdad?- dije, esta vez sí, muy molesta. ¿De qué mierda vas? Primero me rompes una costilla y luego me la curas, ¿Qué se supone que soy, tu puta Barbie?

Me quedé con el ceño fruncido todo el viaje, suspirando en pequeñas bocanadas hasta que llegamos a la cama. Por algún misterio, respirar era más fácil tumbada. Relajé todo el cuerpo cuando noté la superficie blanda debajo de mi cuerpo y conseguí hacer un suspiro completo. Justo para cuando abrí los ojos, ví que su garra se acercaba a mi traje, sujetando la tela con la otra mano - NO NO NO! Tú sabes lo que cuesta arreglar este traje? No, joder! - Me incorporé con ayuda de mi brazo y costado sanos, me quité la capucha y luché para llegar a la cremallera de la nuca, a la que habitualmente llegaba, pero que el dolor me impedía alcanzar ahora. Tras un par de intentos finalmente me rendí, dejando caer la mano sobre mi muslo - Joder… No me llego- dije molesta. - Bájala hasta la cadera- bájala un milímetro más y te juro que lo lamentas. Saqué ambos brazos del traje, luciendo un sujetador deportivo negro, básico, de tirantes anchos con una franja azul y verde cruzando a modo decorativo. Los tirantes tenían forma de X en la espalda y estaban llenos de agujeros para ventilar. Tenía una cicatriz en la espalda, ya casi cerrada, que conectaba las escápulas, y un moratón sobre el pecho que asomaba por encima del sujetador hasta casi la clavícula. - Dime que sabes colocar una costilla... - volví a echarme sobre la cama, con el rostro cubierto, el torso descubierto, y las piernas cubiertas. Como un sandwich de pan blanco y carne.

Se acercó con el equipo a la cama y empezó a tratarme la herida. No le iba a dar la satisfacción de que me escuchase quejarme, así que simplemente jugaba a contener la respiración y apretar los dientes y las manos entre ellas cuando algo me dolía hasta el horror. Cuando terminó me moví con más facilidad. Tampoco se lo iba a agradecer… me la había roto él. Me incorporé con las piernas por el borde de la cama. Metí las mangas y coloqué la parte delantera del traje, cuando me acerqué a él para pedirle que me subiera la cremallera, sonó el contestador.

Me quedé de piedra, en la vida se me había ocurrido una putada así. Shawn Wilde… ¿Dónde..?

Y me vino el flashazo a la retina, él dentro del taxi conmigo, presentándose. Ahora también conocía su apellido. ¿Cuántos otros “Shawn” con una carrera relacionada tan estrechamente con la genética y que hayan abandonado la convención en el último momento con una excusa tan mala habría? Por dentro de la máscara, el color rojo de mi piel seguramente fuese la realidad. Pero por dentro de esa piel estaba lo importante de mí. Esa Gwen que ahora tenía ventaja, y que se encontraba mejor -Así que… Bizcochito de mamá, eh…?- Se me notaba la sonrisa sólo por el tono de voz. - Puedes estar tranquilo, Shawn… Tu secreto está a salvo conmigo. También el de las pellas que te acabas de marcar de la convención- Una parte de mí aún luchaba por asimilarlo. Estas cosas nunca me pasaban a mí, sólo mi padre descubrió mi identidad, y por accidente. Nadie, NADIE, sabe quién está detrás de la máscara. Quizá.. él fuese alguien con quien poder compartirlo. Al fin y al cabo, ella tenía la identidad de alguien malo. Una visita a los avengers y sería blanco fácil. Yo seguramente fuese objetivo de… más frikis todavía, parecidos a los que ya enfrento. Agité la cabeza, volviendo a la realidad. - ¿Puedes? - pregunté dándole la espalda, para que me subiera la cremallera. Ahora debía plantearme cómo actuar… pero primero.. ¿Cómo actuaría él ahora que su máscara era innecesaria?

La actitud de este tío era de lo más rara. Ha estado a punto de devorarme, de comerme puto viva… ¿Y ahora era el chico tímido de instituto que se había sonrojado por compartir taxi conmigo? ¿Qué locura es esta? Entiendo lo de los grandes empresarios y que luego les mole el rollo de tener una dominatrix… pero esto era el ejemplo llevado al máximo extremo.

Después de quitarme la parte de arriba, empezó a tratarme -Esos moratones son de otra vez, puedes dejarlos- y, honestamente, no jodas, los moratones es lo que menos me molestaba de todo el dolor. -No hace falta que…- le iba a interrumpir, pero ya nos interrumpió a los dos el teléfono sonando.

No lo podía evitar. Es que bizcochito… me parto. Quizá mi padre había sido tan duro y con unos adjetivos tan chulos que ahora lo blando me parecía extra blando, pero tuve que aguantarme la risa para que las costillas no me doliesen.

Durante ese intento falso y cutre de mentira, me crucé de brazos, mirándole de arriba a abajo con un gesto exagerado para que se viese bien a pesar de la máscara. -Ahá- fue lo único que me limité a decir después de ese intento del todo a cien. Ahora venía la parte en la que él se habría dado cuenta de que yo le había confesado mi identidad con el comentario sutil de la convención y -soy Shawn Wild, y gracias por mantener la boca cerrada. Iba de camino a una convención de…-


¿No?... ¿EN SERIO? Dios, no. Definitivamente no. No podía permitir que un idiota del palo supiese mi identidad así como así. Vamos a ver Gwen, vamos a ver, que casi la cagas. Imagina que lo hubiese entendido, que se lo hubieses dicho más directa o que lo hubiese pillado. Alguien tan falto de tacto, de sutileza y de capacidad para las indirectas… ¡Habría sido fatal! Por suerte, seguramente ahora dudase de sí mismo sobre si me lo habría dicho o no, ya que AHORA SÍ me lo había dicho a mí como White-Spider. Es más fácil dudar de uno mismo que dudar de los demás.

Vale, por suerte, no ha sido así. Sigue con la conversación, tan normal. Si… total… ¿Qué posibilidades hay de que le vuelvas a encontrar? Tú tranquila, actúa como la spider que eres y sigue con tu vida cuando todo esto acabe. - ¿Qué tecnología usa tu traje para poder desaparecer?- pregunté tratando de desviar la atención de mi espalda desnuda y de mi incomodidad máxima y absoluta ante tremendo amago de cagada. - No necesito explicaciones, yo…- dije casi por educación. Sí, las quería, y sí, era lo mínimo que me debía después de todo.

-Eh… Wow. Vale, es complicado… Aunque ya he detenido a un simbionte una vez. Podría detenerte si fuese necesario. Al menos...tú tienes algo de humano. ¿Sabes si el agua le hace daño? Porque al que me enfrenté yo le tiré a un lago, pero no le vi salir- dije con indiferencia, como quien cuenta una anécdota. - Ah… no, no voy a ir a un hospital- No tengo dinero como para pagar una operación de costilla… regenerará… espero… en unas semanas… (Seguro, campeona) - Esto se regenera solo... - Entonces vi cómo tomaba una bolsa de hielo mientras me contaba la anécdota que había vivido justo enfrente de mí. - Y ahora, contesta a lo que te he preguntado antes- mi tono era mucho más relajado, despreocupado. Ahora sabía que en parte tenía ventaja- Tu traje, y lo de los simbiontes…- Me sujeté yo misma la bolsa, sentándome en la cama para no tener que estirar todo el torso y hacer que fuese más doloroso. En un momento de despiste, miré por la ventana y el sol parecía haberse calmado un poco. Observé un reloj que había en la mesilla de la cama, cuestionándome la hora por la luz que vi en las calles, era casi la hora del almuerzo y me moría de hambre, tampoco había desayunado por los nervios. - Oye, Shawn, ¿Verdad? No puedo salir así a por unas pizzas- dije señalándome la máscara con la mano libre- Si me consigues algo de comer empezaré a plantearme seriamente eso de empezar a perdonarte por lo de hoy- Buena jugada, Gwen, buena jugada.

De verdad sentí un alivio inmenso cuando le vi inmóvil, sin reaccionar y como un completo pasmarote. Fue esa pequeña vida extra que me ayudó a que la situación dejase de ser tan jodidamente extraña para mí.

Entonces empezó a hablar, y mis dotes de actriz (de doblaje) salieron a la luz. Soy malísima, NEFASTA ocultando mis reacciones a nivel físico. Me sonrojo, se me humedecen los ojos, sonrío cuando no debo… Precisamente por eso me hacía tanta falta la máscara. Y precisamente por eso aprendí a usar tan bien mi voz. Cuando lo único que te salvaguarda tu identidad secreta es saber mantener una voz diferente, aprendes algo sobre modular las cuerdas vocales. En este caso era solo hacerse la lista, así que no sería muy complicado. Aparte de eso, tenía la cara cubierta por la máscara y me quitaba de encima un problema enorme que no podía controlar.

-Sí, claro- dije asintiendo con la cabeza ante lo que me iba contando, de lo que yo no tenía ni pajolera idea. Precisamente porque no tenía ni pajolera idea me fui haciendo una lista mental con espacio en el disco duro que tenía por memoria. Fui repitiéndomelo todo a mí misma, como una lista de la compra. Esas cosas están vivas, son aliens, al que me enfrenté yo se…¿unió? con Spiderman y volviéndolo un-¿Monstruo? Pero si todo el mundo que yo he conocido trata a Spiderman como un héroe inimitable, amigo y vecino y no sé qué más mierdas- Eso no tenía sentido. ¿Por qué iba la mayoría de gente a alabar a un monstruo? Nadie era reconocido con cariño por serlo. Me senté en la cama, con las piernas estiradas para no hacer esfuerzo con las costillas, apoyando los talones en el suelo.

Cuando habló del cáncer tragué saliva. Ouch… eso… no me lo esperaba, aunque parecía estar aprovechando bien su segunda oportunidad de vivir y parecía haberlo superado con creces. -No te ofendas, pero vestirte como los Sims a cambio de matar inocentes sin control no es una oferta muy buena- dije haciendo un apunte que creía necesario. Mientras, apunté lo más importante, por si volvía a toparme con algún simbionte que viendo el historial, sería más pronto de lo que me esperaba. Altas temperaturas y sonidos fuertes, no se me olvidaría jamás. Pensaba en las múltiples posibilidades, en lo que podría haber hecho en el combate con Venom y… -Espera, ¿¡Qué!? ¿¡Se supone que tengo que ser tu niñera!?- dije alzando la voz más de lo que quería. Luego respiré y la volví a bajar. Señalé una por una la punta de mi dedo mientras hablaba -Primero, si alguien está en peligro voy a estar, me da igual el culpable. Segundo, casi me matas ahí fuera, ¿Qué me garantiza no morir la próxima vez que se te vaya la olla?. Tercero, me has dicho cómo derrotarte, pero no sé si es mentira, porque podría serlo perfectamente. Has dicho que estabas conectado con él mentalmente, y él ha intentado matarme. ¿Cómo puedo tener la certeza de que no es él hablando a través de ti para que me confíe y a la próxima, conseguirlo?- Llamó al servicio de comida, pero yo no iba a dejar pasar esas preguntas. - ¿Así que? Dime- Me erguí levemente en la cama y le miraba todo lo atenta que podía.

Luego hizo lo peor que podía hacer. Tratarme como me trataban todos -¿¡Admiradora de-!?- Me esforcé por respirar hondo, y noté el calambrazo de dolor que me relajaba y hacía que no estuviese tan enfadada. -En mi mundo no había cabrones que intentasen matarme siendo aliados. Ni Spiderman. En mi mundo sólo estaba yo- A pesar de sus bromas, yo no estaba de humor. Me había puesto a la defensiva y estaba frustrada y furiosa por esa actitud. Sí, me había pedido perdón, pero ¿qué mierda de actitud es esa? ¿Me rompes a saber cuántos huesos, casi me matas y en cuanto te disculpas dos veces ya estás pidiendo y exigiendo cosas? Negué con la cabeza y justo llamaron al timbre para el pedido.

Luego, como si me hubiese leído la mente al pensar que era un inepto, cayó en la cuenta. ¿Tendrán los simbiontes también lectura de mente o algún tipo de habilidad psíquica…? Por si acaso no lo descartaré de las opciones…  -Mira, Shawn no sé quién coño es esa ni a qué vienen esos gritos, pero no quiero seguir aguantando esto.- Lancé una red hacia una de las cajas de pizza y tiré hacia mí mientras caminaba de espaldas a la ventana por la que había entrado. No estaba para nada tensa y en ningún momento mi cuerpo reflejó necesidad de huir. Eso habría sido demasiado obvio por mi parte, así que puse especial atención en no fallar. Simplemente fingí estar cansada de toda esa movida (aunque no me costó demasiado) y caminé con lentitud -No te ofendas, seguro que eres muy buen tío… Simplemente estos rollos no me van- me encogí de hombros y salté por la ventana, de lado, apoyándome con la mano y los dos pies, sosteniendo con la diestra, el lado de la costilla rota, la pizza. - Haz que tu madre esté orgullosa de ti bizcochito y no me obligues a matarte. A ti y al otro- Y empecé a trepar por la pared exterior del edificio. Salté una vez en la azotea, lo justo para alejarme a un callejón de dos edificios cercanos a su hotel. Si quería perseguirme, seguramente pensase que me habría ido más lejos.

Me senté en la parte alta del muro, apoyada sobre la pared en mis talones, para que no me viese si echaba una ojeada por arriba. Me giré y saqué de mi mochila mi iPod y mis cascos, volviendo a colocar el primero dentro una vez le di al play. Abrí la caja y me levanté la máscara lo justo para poder comer en paz antes de volver a la convención a toda prisa. Cambiándome de ropa y enseñándoles el moratón del costado seguro que valía para convencerles de que mi ausencia estaba más que justificada. Ni tan mal, Gwen. Papá estaría orgulloso.

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OOC: ¡Y podemos cerrarlo aquí si te parece bien!