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¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019.
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Hellboy Dark Horse Universe
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Tema: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 2nd Junio 2016, 10:40
5 de febrero de 2019. 2:30 de la madrugada. Entrada bajo el puente de Brooklyn al mercado Troll. Barrio de Brooklyn, Nueva York.
Para el momento en que habían alcanzado la entraba oculta bajo el puente de Brooklyn, el demonio había puesto un poco al día a John de la agencia y la situación. Él por su parte había llamado a una tal Elissa, una conocida suya que al parecer estaba echándole un cable con algunos de sus problemas y que además también tenía poderes relacionados con la magia, ofreciéndole que se acercase hasta el lugar que iban a visitar para charlar y que pudiese explicarle bien todo el asunto de los jinetes y la crisis mágica que se estaba viviendo en aquel momento en el mundo. Tal vez la joven tuviese algo interesante que aportar. A esas alturas el demonio casi se conformaba con cualquiera que tuviese ganas de echar un cable. Con tres jinetes fuera del mapa y tan solo Muerte en el horizonte intentaba pensar que todo iba bien, pero en su interior estaba la horrible verdad, y es que de algún modo aquello no era más que un preludio de lo que podría venir después, algo mucho más grande y grave. ¿El qué? Esa era la pregunta del millón, la cual como no resolviesen dentro de poco sería un problema de los gordos. Confiaba en sí mismo y en la capacidad de enfrentarse al fin que ya había experimentado un par de veces en su vida, pero nunca es bueno no saber de qué va la cosa cuando hay demonios o seres sobrenaturales arcanos mezclado en la ecuación. Tan solo el tiempo resolvería todas las dudas que tenían.
Por lo menos con el paso del tiempo había conseguido gente que se pusiese de su bando. Gente como Sloan, Arión, Diana, incluso la pequeña Kim ya no era un grano en el culo como al principio. Tras los eventos de Guerra parecía más dispuesta a dar una oportunidad de redimirse para ella a Rojo. Sin contar con Johnny. Un motorista ya era un seguro de vida contra demonios, dos era un chollo. Sin contar por supuesto con toda su experiencia en criaturas sobrenaturales y mágicas. Si John accedía a colaborar también tendrían otro buen aliado que podía ofrecerles sus conocimientos, siempre y cuando no saliese por patas de una situación de riesgo, que sería lo más probable.
Una enorme puerta de metal con forma circular apareció ante ellos. El demonio se acercó y movió un par de palancas con fuerza. La primera vez que fueron allí Johann fue el encargado de abrir la puerta, y de no haber sido por él podrían haberse tirado días hasta conseguirlo. Después él mismo les explicó el mecanismo y cómo debían hacerlo y ya fue pan comido. Varios sonidos metálicos que recordaban a los engranajes y el cambio de posiciones de los plomos terminaron por anunciar con un chasquido la apertura de la puerta. El demonio tiró de ella y la luz anaranjada del lugar iluminó la cara del inglés. El olor a especias les inundó las fosas nasales y el ruido del gentío les rodeó en un momento.
- Bienvenido al mercado Troll. Vamos, adentro.- Cerró pesadamente la puerta una vez el rubio atravesó el umbral, girando por dentro las palancas con otro nuevo sonido de cambio de pesos y engranajes girando. Las extrañas criaturas les miraban alzando una ceja, ignorándolos tras un primer vistazo. Allí había de todo. Cualquier ser o raza que se le ocurriese al inglés, siempre y cuando esta fuese hasta cierto punto pacífica. Pequeños dragones, orcos, trolls, ninfas, hadas... Cualquier ser mágico o sobrenatural tenía su cabida allí si así lo deseaba. Era cuestión de saber dónde estaba aquel lugar, y aunque el B.P.R.D tenía la certeza de que existían más entradas además de la de Brooklyn, no habían sido capaces de encontrar ninguna otra. Seguramente usasen algún hechizo o teletransportación para llegar allí dentro. El demonio se acercó hasta el rubio y le indicó que le siguiese.- El mercado Troll se remonta a la guerra entre hombres y seres mágicos. Tras un tratado de paz realizado entre el rey de los elfos y los hombres, estos últimos gobernarían la superficie de la tierra, y los seres mágicos lo que había bajo ella. Vivirían en armonía y paz y así evitarían una masacre como la que sucedió entonces... Naturalmente en cuanto los seres desaparecieron de la superficie los humanos dejaron de creer en ellos, y por eso ahora nadie los recuerda y se llevan las manos a la cabeza cuando ven uno... ¿Dónde habías quedado con tu amiga? Hay un bar cerca de aquí donde podemos ir para charlar con calma.-
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 2nd Junio 2016, 15:21
Pasearse por las calles de Nueva York acompañado por un demonio que pelea contra los suyos mientras le cuenta a uno historias sobre una agencia paranormal, batallas contra los jinetes del Apocalipsis y un futuro posible fin del mundo podría considerarse como uno de esos momentos más extraños de tu vida si resulta que no estás soñado o hasta arriba de alcohol y pastillas. Así sería si el hombre que lo estaba escuchando no fuera un hombre con sangre de demonio en sus venas, con una gabardina mágica y en cuyo currículum figura la no poco famosa anécdota de cómo consiguió salvarse de la muerte engañando a los tres príncipes del infierno.
Quien tendría el día más extraño de su vida sería quien se cruzara en su camino en ese preciso instante.
John quedó al día gracias a las explicaciones del gigante rojo mientras iba dándole un vistazo cada dos por tres el móvil nuevo que tenía, asegurándose que su aplicación GPS estuviera activa. El móvil tenía unas horas de vida y el inglés todavía no se había habituado a la gran mayoría de aplicaciones que llevaba incorporado el trasto, la mayoría inútiles para los fines de John o su comprensión. "Es como comprar un coche: te meten la mierda suficiente como para llenar sus carteras".
Llegados a la entrada del mercado troll, John se la quedó mirando con el ceño fruncido, echando el humo de su cigarrillo mientras Hellboy activaba las pesadas palancas.
- Así que ésta es una de las entradas al mercado troll. ¿La ocultaron a simple vista o es que se quedaron sin presupuesto para esconderla?
La boca de John se llenó de un extraño sabor cuando Rojo terminó de abrir las puertas. Tosió, movió la mano para apartar aquella mezcla de olores extraños y en los trámites, perdió el cigarrillo. "Y ya llevo tres que no me he terminado". Cuando dejaron de llorarlo los ojos, la luz anaranjada del mercado le cambió la cara, quedándose sin palabras cuando vio el interior. Le costó lo suyo terminar de entrar porque se le iban los ojos: tantos seres mágicos reunidos en un sólo punto, tantos conocimientos y tantas especies... Reaccionó cuando un pequeño duendecillo le dio a probar unas hierbas que según el pequeñajo eran aromáticas. John por suerte conocía esa variante y declinó la oferta: eran laxantes.
- Será mejor que no nos apartemos mucho de la puerta. Lissa no conoce el mercado y le he mandado mi ubicación por el gps del móvil. Podemos esperarla mientras llega. - Una bonita escusa adornada con veracidad para echar un vistazo por las varias paradas que habían a un lado y al otro de la calle. Si quería volver aquí debería acordarse de la combinación de palancas que usó el demonio para abrir la puerta.
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Elissa Stavridis DC Universe
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 29th Junio 2016, 19:57
- Me has decepcionado, John. Uniéndote a la secta y usando uno de estos... trastos...
Elissa hablaba con tanta seriedad a la pantalla del móvil que cualquiera podría pensar que tenía una llamada en curso... o que su smartphone respondía al nombre de John. Ninguna de las dos cosas era cierta. La verdad era que Elissa Stavridis hablaba en voz alta, pero a nadie en particular, o al menos no a nadie que la estuviera escuchando realmente, ya que John Constantine ni siquiera estaba allí.
Elysia era la que había insistido en lo del móvil, pese a saber que a su otro yo la tecnología no se le daba nada bien. El mensaje de texto "estamos donde el puente de Brooklin" sí que era algo que pudiera descifrar, pero aquel "John ha enviado una ubicación" ya se le escapaba de las manos. Al tocar la pantalla táctil, se había abierto algo llamado Google Maps, y el resto de mensajes había desaparecido como por arte de magia. Sólo que no era magia. Elissa resopló. Constantine podría haber mandado una carta, o algo así.
- Vale, ya estamos en el puente de Brooklin. Ahora dime dónde está John. - le dijo al ya bautizado trasto, sin demasiado entusiasmo.
Jake se asomó para echar un vistazo a la pantalla por encima de su hombro, lo que no le resultó difícil, dada su altura. Teniendo en cuenta que aquel chico venía del Londres de principios del siglo XX, donde no había visto jamás un teléfono inalámbrico, Elissa no tenía muchas esperanzas de que interpretara las crípticas señales del móvil mejor que ella. Pero, eh, mejorarla a ella no era tan complicado. Con otro suspiro, se guardó el aparato en el bolsillo de la chaqueta, y decidió que echaría un vistazo a su alrededor de la manera tradicional.
Por una vez, Jake no iba revoloteando por todos lados, sino caminando como un adolescente normal y corriente. El chico, quien supuestamente era el aprendiz de su desaparecido padre, había insistido en acompañarla cuando mencionó que iba a acompañar al mago y un amigo suyo al llamado Mercado Troll. Supuso que el nombre le debía de sonar como alguna de las ciudades de aquel videojuego al que se había vuelto tan aficionado últimamente. ¿Cómo era? Ah, sí, Word of Beachcraft. O algo similar.
La cuestión es que ambos llevaban unos quince minutos dando vueltas por los alrededores del puente, buscando algo que se pareciera remotamente a una entrada secreta. De momento no había habido suerte, pero entonces...
¡Ha llegado a su destino! -exclamó alegremente una voz en el bolsillo de Elissa, sobresaltándola.
- Odio esta cosa... - se lamentó la psicóloga, aunque se alegraba de haber dado con el sitio de pura casualidad.
Echó un vistazo. La entrada no era evidente a simple vista; se habían ido alejando de la zona más concurrida del puente y ahora podía verla; una puerta redonda con un diseño de lo más particular.
Elissa le tendió el móvil a Jake. Como iba diciendo, el chico aprendía deprisa, y al menos ya sabía cómo se jugaba al ordenador. Para un chaval de la época de la Primera Guerra Mundial, no estaba nada mal.
- Jake, ¿puedes enviar un mensaje a John y decirle que ya estamos aquí? - le pidió, mientras examinaba con evidente curiosidad la puerta ante la que se encontraban.
Dudaba que se fuera a abrir simplemente empujando...
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Jake Omega Universe
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 21st Julio 2016, 12:48
Jake estaba muy asqueado esa mañana. Tenía que entregar a primera hora un trabajo para la clase de Plástica que consistía en moldear una figura de barro de temática libre. Sus compañeros de clase se habían emocionado con la idea y habían dejado libre su imaginación, creando figuras increíbles. Durante las clases siguientes, algunos de sus compañeros habían optado por modelar macetas con flores, otros se propusieron imitar la forma de animales… y los más atrevidos modelaban el cuerpo humano. Los que reconocían que no tenían mucho talento con la escultura, se habían resignado a crear formas inorgánicas, como Jarrones, teteras, sillas… escogían cualquier objeto que fuera un poco más original de lo normal para trabajar, pero aún así que fuera sencillo para modelar. Pero ninguna de las obras de sus compañeros se acercaba a la aberración que había modelado Jake.
Por alguna razón, a casi todos los niños les gustaba la clase de Arte, muchos decían que era porqué era la clase más divertida del curso, y los más vagos explicaban que era la única asignatura en la que no tenían que estudiar, y que sus exámenes eran demasiado fáciles de aprobar. Jake aborrecía la clase de Plástica con toda su alma, la encontraba de lo más aburrido e inútil del mundo. Pero si decía eso en voz alta, sabría que se llevaría una buena colleja por parte de Elysia Stavridis.
“La imaginación estimula tu cerebro” “El arte es un tipo de comunicación” “Es terapéutico” “Blablablabla” Ya conocía de sobras el discurso de la gemela, y no iba a hacerle cambiar su manera de pensar.
Al principio, Jake se envalentonó diciendo que haría la mejor figura de barro de toda la clase. Era un chico que tenía todo tipo de talentos y una sobrada autoestima y confianza en si mismo. Pero a medida que avanzaban las clases… la bonita escultura que tenía en su cabeza se iba distanciando cada vez más de la figura original; una masa deforme y sin sentido. Las extremidades eran unas más largas que otras, lo que pretendía ser una falda se parecía más a una campana, y del torso de la deformada mujer salían dos montañas desniveladas. Tenía dos bolitas pequeñas como ojos, una nariz de triángulo y dos finas tiras rectas y aplastadas en lugar de la boca. El pelo era otra bola grande mal incrustada a la cabeza, y se hacía cada vez más fina al llegar a media espalda. Sólo le quedaba una hora para terminarla antes de que empezaran las clases…
- Esto es horrible…- dijo finalmente el castaño cuando terminó la figura de barro.
-¿Es algún monstruo del World of Wishcraft? -
La presencia de Elysia le sobresaltó, y pegó un leve brinco desde la silla del comedor de las Stavridis. Jake no tardó en sentirse ofendido con la pregunta de la gemela.
- Es Lissa… - susurró muy bajito, sin quitarle los ojos de encima a la figurita de barro mal hecha.
- Ah… - la gemela de repente se quedó muda, y caminó por el comedor en silencio hasta encerrarse en su habitación y romper a reír de forma escandalosa.
Jake se puso colorado como un tomate, y en cuanto salió la psicóloga de su habitación, el muchacho barrió la mesa con el brazo y la deformada figura cayó directa a la papelera. La mujer le miró extrañada y le preguntó acerca de las clases.
- Hoy… ¡Tenemos el día libre! La profe se ha puesto enferma, así que nos han dicho que nos quedemos hoy en casa – se excusó el muchacho con una amplia sonrisa en la boca, tratando de que la mentira fuera lo suficiente creíble para la psicóloga. - ¿Qué vas a dónde? ¿Al Mercado Troll? ¿Puedo acompañarte? Porfaporfaporfaporfaporfa… ¡Bieeeeeeen!
La figura de barro quedó olvidada en la papelera, y Jake y Elissa se pusieron en marcha hacia el puente de Brookling. Por el camino, el muchacho se aburrió un poco de seguir las indicaciones del móvil de Elissa e ir caminando a todas partes. ¡Con lo fácil que era llegar al lugar en cuestión sobrevolando la ciudad! Si ella se lo hubiera pedido, Jake podía haber utilizado sus poderes para encontrar a su amigo John en un momento. El castaño funcionaba mejor que cualquier GPS.
- Claro.- dijo cogiendo el móvil y enviando un mensaje que decía “Ebstamos aki”. Aún tenía que pillarle el truco a los aparatos tecnológicos, pero gracias a Erin y a sus compañeros del World of Wishcraft, empezaba a entender la informática poco a poco.
El muchacho le devolvió el móvil a la psicóloga, y observó la puerta redonda con sorpresa. Acarició uno de los pomos de las palancas que tenía incrustadas y miró a la Stavridis con una sonrisa traviesa en la boca.
- Hay que estirar esas tres palancas y después la del extremo… - y tal y como lo dijo, Elissa ayudó al chico a moverlas, y con la fuerza de ambos consiguieron abrir la puerta.- El maestro y yo solíamos venir aquí…
Hellboy Dark Horse Universe
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 3rd Noviembre 2016, 21:17
- Está oculta... A simple vista cualquier humano normal y corriente no se acercaría a ella. Pero tú no eres un humano corriente, ¿verdad John Constantine? Además, aunque llegasen hasta aquí no encontrarían la forma de abrirla... A mí me costó casi un año aprenderme la maldita combinación...- Una vez dentro el rubio dijo al demonio que esperasen a que su amiga llegase, a lo que Hellboy asintió con paciencia mientras sacaba un cigarrillo de su bolsillo y se lo encendía. Aquel día el mercado estaba bastante abarrotado de gente que iba y venía a toda velocidad. Se notaba que el carnaval estaba cerca. Año tras año los seres mágicos celebraban el carnaval como una fiesta de desenfreno y jolgorio en honor al antiguo dios romano conocido como Baco, el dios egipcio Apis y muchos dioses antiguos. Tal era la antigüedad de esta fiesta. Con el paso de los años se habían ido adaptando y añadiendo a estas fechas muchas otras fiestas, aunque probablemente la más importante fuese el culto a Dilpóneme, un famoso dios de los gnomos cuya sabiduría habían liberado al pueblo mágico de las garras de los demonios en un combate que consistió en un baile durante más de cinco días seguidos. Dilpóneme había vencido al rey de los demonios gracias a unas botas mágicas que un hada le regaló la víspera del combate. Estas botas tenían vida propia gracias a lo cual no se cansó. Finalmente el demonio, rendido y con los pies llenos de heridas se rindió. La leyenda de Dilpóneme el bailarín era bien conocida por todos los seres mágicos, y una de las tradiciones más populares era el duelo de baile. Naturalmente a día de hoy los bailes duraban a lo sumo un par de horas y no los cinco días del famoso héroe, pero todo el mundo disfrutaba con ello. Muchos eran los que juraban que cada año el ganador del concurso era Dilpóneme encarnado en un joven apuesto que terminaba por llevarse a todas las mujeres, aunque nunca nadie había sido capaz de demostrarlo.
Habían pasado algunos minutos desde que entraron y la amiga de John no daba señales de vida. El demonio se aclaró la garganta tras apurar el cigarrillo y pisar lo que quedaba de él.
- Ya te dije que encontrar este sitio no es fácil. Dicen que sólo quienes han estado aquí saben dónde és, y aún así hay muchos que no vuelven a pisar este lugar... ¿Conocías este sitio?- La puerta crujió metálicamente y el demonio volvió la vista a esta. Lentamente se fue abriendo y entraron una joven muchacha de cabellos castaños acompañada por un chaval joven de pelo enmarañado y pinta de gamberro. Por la reacción de John Hellboy supuso que eran a los que esperaban, así que se acercó para saludarles tendiéndoles la mano.- Hola, soy Hellboy. Tú debes ser Elissa. Os estábamos esperando. ¿Os ha costado mucho encontrar este lugar? No es fácil... Venid, vayamos a un lugar más apartado.-
Se acercaron a una cafetería y el demonio habló con el camarero quien llevaba cuatro bandejas, una en cada uno de sus brazos. El tipo les señaló con un movimiento de cabeza una mesa de madera con cuatro pequeños taburetes y se sentaron en ella. Al poco rato llegó el mismo tío de los cuatro brazos, dándoles la bienvenida y preguntando qué desearían beber.
- Para mí una jarra de hidromiel de los elfos del bosque... Vosotros pedid lo que queráis... Bueno... Sed bienvenidos al mercado troll. No es el lugar más acogedor para tener una charla, pero tal vez sí el más indicado para el tema que vamos a tratar... Pero habladme un poco primero de vosotros.-
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 4th Noviembre 2016, 19:11
- Casi un año... Doy gracias de no ser tú - lapidó al demonio mientras recordaba de forma manual usando sus dedos la combinación de la puerta, rememorando las posiciones del demonio y proyectándolas en uno, dos o tres dedos a la vez. Un palacio de los recuerdos en la palma de la mano. Le iba a costar recordarla, pero un año seguro que no...
Las tiendas que habían más cerca de la puerta eran algo pequeñas, pero no estaban desprovistas de artículos bastante interesantes y curiosos. Los vendedores pasaban por un goblin bastante bajito que usaba un taburete enorme para poder mirar más allá del límite de su tiendecita; un tipo larguirucho con la piel pálida y los ojos enormes que hablaba demasiado lento para la paciencia de John; una mujer enorme cuyas carnes se desparramaban entre la parada y la pared de atrás; una criatura peluda que no había visto en la vida y que el inglés quiso no volver a ver jamás debido al hedor que desprendía. En definitiva, una cálida y curiosa bienvenida al mercado troll.
Imitando al demonio llevándose otro cigarrillo a los labios, se puso junto al grandullón esperando a que Lissa diera señales de vida. Si se había perdido de camino sería una auténtica putada: al mago no le apetecía nada de nada tener que salir, hacer de faro en medio de la calle y perder el tiempo de forma estúpida. Por suerte para todos le vibró el móvil, con un mensaje escrito... digamos que "escrito" y "comprensible".
- ¿No eres demasiado grande para ser tan melodramático? - le comentó el mago con forma de puya hacia el demonio mientras escribía los pasos para abrir la puerta por el móvil. Tenía la cabeza metida completamente en recordar las pautas y ordenarlas, pero a su vez podría responderle a Hellboy. - Es la primera vez que piso éste sitio, pero reconozco algunas de éstas criaturas y lo que... venden.... Joder, no era es-
Sin haberle dado a "enviar", la puerta empezó a abrirse. John levantó la cabeza y observó con sorpresa a Lissa tras la puerta. ¿Cómo había entrado sin el mensaje de John? El mago se fijó en el chico que la acompañaba. ¿Habría sido él?
- Ya iba siendo hora. ¿No encontrabas el pomo para llamar? - se burló el inglés con esa familiaridad que solía tomar ya fuera con alguien conocido que con alguien que acababa de conocer y quien le importaba una mierda.
El demonio grandullón les llevó hasta un café donde un camarero con cuatro brazos les preguntó que querían. John pidió algo "exótico" y "con cuerpo". Era la primera vez que visitaba el mercado troll y por dios que iba a salir de allí habiendo probado algo que su cuerpo pudiera recordar al menos tres días seguidos.
Dejó que el silencio diera a pie a las respuestas de Lissa y así entablar la conversación con el grandullón. Allí John era el intermediario. La pregunta era, ¿quién era el chaval que la acompañaba?
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Elissa Stavridis DC Universe
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 6th Febrero 2017, 22:20
El Maestro. Genial, ¿así que su padre se pasaba por allí a menudo? Si todos los lugares que frecuentaba tenían una combinación digna de la cámara de las Joyas de la Corona, no la sorprendía no haber logrado conocerlo.
- Ya iba siendo hora. ¿No encontrabas el pomo para llamar? - cuando la puerta se abrió, la recibieron Constantine y su encanto británico. Elissa resistió el impulso de poner los ojos en blanco; aún estaba digiriendo la facilidad con la que Jake había descifrado el mecanismo y la idea de que Patroklos Sarantos había estado allí.
- Hola, John - respondió, burlona - Es que no tenía claro cuál era el timbre y cuál el interruptor de la luz.
La joven vio entonces a la imponente figura que había junto al inglés. Era algo parecido a un hombre de cabello oscuro, pero su piel tenía un color rojo tan intenso que desmentía cualquier otra coincidencia. Vestía una amplia gabardina y llevaba un puro encendido en los labios.
- Hola, soy Hellboy. Tú debes ser Elissa. Os estábamos esperando. ¿Os ha costado mucho encontrar este lugar? No es fácil... Venid, vayamos a un lugar más apartado.-
Elissa tendió una mano algo vacilante.
- Sí. Elissa Stavridis. Es un placer. - entonces, recordó a su acompañante volador - Oh. Y él es Jake. Viene conmigo. La verdad es que nos ha costado bastante... Está bien escondido. No me puedo creer que todo esto esté debajo de Nueva York...
Echaron a andar, cerrando la puerta tras ellos. Hellboy propuso ir a un local, y la griega se dejó llevar. No había estado nunca en aquel lugar, y los ojos se le iban tras las misteriosas mercancías de los puestos, el exótico aspecto de los transeúntes y la imponente figura de Hellboy.
- Tendría que haber traído mi gabardina - dijo, a nadie en particular. Tomó asiento con sus nuevos compañeros y esperó a que ambos hubieran pedido lo suyo, haciendo un esfuerzo sobrehumano por no mirar demasiado al tipo de los cuatro brazos que se encargaba de servir.
- Para mí una jarra de hidromiel de los elfos del bosque... Vosotros pedid lo que queráis... Bueno... Sed bienvenidos al mercado troll. No es el lugar más acogedor para tener una charla, pero tal vez sí el más indicado para el tema que vamos a tratar... Pero habladme un poco primero de vosotros.-
- Un... eh... - Elissa se quedó en blanco. No tenía ni idea de qué pedir, y no parecía la clase de lugar donde fueran a servirle una coca-cola - ... té con... uhm... ¡melocotón! - dijo, finalmente. Supuso que era lo bastante estándar para que lo tuvieran, y lo suficientemente sobrenatural como para que no la miraran raro - Pues... - miró a Hellboy, bastante intrigada por el "tema que iban a tratar" - Mi historia no es nada del otro mundo... - explicó, mientras el camarero le dejaba delante una tetera humeante con su respectiva taza de porcelana - Soy la hija de un mago. No lo conocí. Pero parece que heredé algunas... habilidades.
Dejó una pausa para no contarlo todo de sopetón. No sabía muy bien cómo resumir sus habilidades.
- No he tenido nunca un instructor formal. Así que puede decirse que aún estoy aprendiendo. Mi magia se basa en la... exploración del subconsciente. Es algo así como una proyección astral. - No le gustaba nada hablar de aquello, pero sus habilidades no eran exactamente un secreto a aquellas alturas. - Digamos que puedo entrar en el alma de las personas. Y estoy siendo literal.
Supuso que John Constantine podría confirmar sus palabras, si el grandullón rojo tenía alguna duda.
Entonces, miró a Jake y esperó a que el chico dijera algo más.
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 9th Febrero 2017, 19:26
La combinación era la correcta, y el mecanismo se activó, abriendo la puerta con facilidad. Tras ella les esperaba el extenso Mercado Troll, un lugar que Jake recordaba muy bien de sus viajes con el maestro. Pero a pesar de la nostalgia que sentía al estar rodeado nuevamente de criaturas tan extrañas y tan distintas entre ellas, siempre se mostraba sorprendido, como si fuera la primera vez que visitaba las calles mágicas bajo Nueva York. El muchacho miró a su alrededor con un brillo en los ojos y una amplia sonrisa.
-Ahora que lo pienso… se parece mucho al callejón Diagon. Es que el otro día una niña de mi clase me dijo que tenía que ver Harry Potter y… - empezó a explicar el adolescente a su acompañante, cuando reparó en las dos figuras que tenía enfrente. Una de ellas era un hombre rubio de gabardina gastada y el otro era una mole roja con un puro en la boca.
- ¡Que pasada!- dijo mirando a Hellboy de arriba abajo, con la boca medio abierta de la impresión. - ¿Este es tu amigo? ¡Mola!
El grupo decidió moverse a un lugar más tranquilo para hablar, y el demonio les llevó a una cafetería que no quedaba muy lejos de la entrada. El castaño miraba en todas direcciones, curioseando y observando a la gente que de su alrededor. En ningún momento perdió la sonrisa, y se sintió como un niño pequeño en medio de un gran parque de atracciones.
El camarero que les atendió tenía nada más y nada menos que… ¡Cuatro brazos! Jake se le quedó mirando mientras imaginaba lo que sería capaz de hacer si tuviera cuatro manos. Podría comer y beber a la vez que se rascaba la espalda y se hurgaba la nariz. No, eso no podría funcionar...
Le tocó el turno de pedir y sin saber que hacer, el chico pronunció la palabra “limonada”. Tampoco se había mirado la carta, así que no conocía las exóticas bebidas del lugar.
Jake escuchó la conversación de los adultos mientras sorbía su limonada con una caña de plástico y balanceaba sus piernas por debajo de la mesa. Tras la escueta explicación de Lissa, las miradas recayeron en el chico de la sudadera verde. Jake les miró sin comprender, y de pronto cayó en lo que tenía que decir.
- Oh... yo soy un chico maravilloso -sonrió, mostrando sus blancos dientes perlados.
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 25th Abril 2017, 13:16
El camarero alzó una ceja con las peticiones de la chica y el muchaco. Un té con melocotón y una limonada. Luego se encogió de brazos y, tras terminar de apuntar las cosas se dirigió a la barra. El demonio miró a John con su petición y negó con la cabeza. Pedir allí algo exótico y con cuerpo podía variar desde un licor de salamandra hasta orina de dragón. Todo dependía del humor del camarero. Hellboy sabía que lo que debían tratar era delicado, y agradeció el bullicio que había montado en el mercado, principalmente debido a las celebraciones, así que dudaba que fuesen molestados o que tuviese que meterse en alguna pelea. Dio una larga calada a su puro y luego prestó atención total a los invitados del inglés. La chica estaba compungida, como si hablar de sus poderes o habilidades fuese algo malo, o puede que solo estuviese distraída. De lo poco que pudo sacar de ella fue que tenía poderes mágicos de algún tipo, y la capacidad de encontrar almas. Desde luego sonaba como algo interesante o útil en el mundo en el que se movían. Ser capaz de encontrar un alma en concreto podía haberles sido de gran ayuda en algunas de sus misiones, sobre todo en las de rescate.
El camarero volvió trayéndoles las bebidas. Una enorme jarra para el demonio, el té y la limonada (a la cual incluso le habían añadido una pajita) y para John una jarra casi tan grande como la de Hellboy rellena con un líquido dorado burbujeante y humeante cuya superficie se movía dibujando extraños patrones. El demonio dio un buen trago a su bebida y suspiró, mirando a los presentes.
- Bueno, John me ha dicho que sois amigos y que os ayudáis mutuamente. Como sabréis, el mundo ha cambiado bastante... Y no para bien. De hecho, se está yendo todo al carajo desde esa mierda de choque llamado "efecto Omega". Cada día la cosa está peor y no tiene pinta de que vaya a mejorar mucho, a menos que alguien decida hacer algo... Y por eso estáis aquí. Al parecer alguien o algo está jodiendo con el mundo mágico y sobrenatural más de la cuenta. Ya sabéis, posesiones, criaturas demoníacas casi a diario, flujos de magia descontrolados... Un auténtico cagarro si queréis mi opinión, pero si hay algo que de verdad me tiene preocupado es lo siguiente... Hace menos de un año, poco después de la mierda del choque, unos extraños seres comenzaron a vagar por el mundo con ganas de armarla y bien gorda. Se hacían llamar a sí mismos los "jinetes del Apocalipsis", pero después de vencer a tres dudo enormemente que se tratasen realmente de ellos, así que me asaltó otra teoría, y es que alguien está manipulando el espectro mágico de una manera tan brutal y cabrona como para traer a bichos de ese potencial a la tierra. Seguramente sabréis de lo que hablo. Si visteis las noticias estas Navidades oiríais acerca de la catástrofe de Metrópolis y de que el B.P.R.D, la organización para la que trabajo, decidió salir a la luz para calmar los ánimos... Algo que no ha terminado de cuajar y la gran mayoría todavía sigue pensando que el mundo se va a la mierda... Yo incluido. Son muchos los que ya se han puesto en movimiento para ayudar, pero toda ayuda al final parece ser poca...- Dejó que digiriesen toda aquella parafernalia que les acababa de soltar mientras daba un nuevo trago a su bebida y una calada al puro. Miró alrededor de la mesa y más allá de esta. Nadie parecía estar vigilándoles ni poniendo la antena. Tenía que tener mucho cuidado con lo que dijese allí. Al fin y al cabo no tenía ni idea de quién o qué podía estar detrás de todo aquello o de qué enemigos o futuros enemigos podían estar pululando por las calles, preparando alguna conspiración o plan para liarla todavía más si eso era posible.
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 8th Mayo 2017, 13:55
Mientras esperaban sus bebidas, John abrió su lista mental de bares, locales y antros en los que había estado y sacó su pluma invisible para apuntar un nuevo nombre, poniéndolo en una posición bastante alta. El ambiente era extraño, interesante y magnético. Cualquiera que se considerase un coleccionista de lo sobrenatural podía darse con un canto en los dientes si le invitaban a sentarse a pedir algo en aquel bar, y pagar para que le dieran otra nueva para sus dientes hasta quedarse con una sonrisa desdentada. Los parroquianos parecían haber salido de alguna película de los años 60 u 80 como "Dentro del Laberinto" o "La historia Interminable", y la cantidad de aromas que se respiraban en el aire mareaba, aletargaba y te excitaba si no estabas acostumbrado. Un lugar sacado de un mundo entre el sueño y la pesadilla, y John empezaba a sentirse a gusto.
Llegaron las bebidas, y la suya tenía pinta de tener vida propia. El mago esperó un buen rato, observando la superficie de la jarra mientras consumía el cuerpo de marfil de otro cigarrillo, esperando que saliera algún tentáculo de su interior o que la jarra se pusiera en pie y saliera corriendo. Nada de eso pasó - por desgracia - así que John cogió la jarra y le dio un tiento mientras su compañero rojo daba los primeros golpes de batuta para cantarles la sinfonía que hacía vibrar el mundo. Lo primero que notó fue el líquido bajar por su garganta, entre líquido y espeso. Tenía cuerpo, eso no podía negarlo. Después quedó una sensación chispeante que provenía de su estómago y llegaba hasta la punta de su lengua. Pero lo más curioso de todo vino cuando John hizo una nueva calada y exhaló: el humo era de un color verde, y luego cambiaba a uno amarillo, marrón, rojo y lila. Una mezcla de colores que iba creciendo a medida que el humo subía hasta el techo, y en lugar de disiparse se quedaba ahí. El olor era diferente, casi inexistente y para nada era como el tabaco normal. Entre dulzón y ácido que te hacía picar la nariz lo suficiente para tener la sensación de que ibas a estornudar pero no.
John volvió a sacar su lista, bajó hasta la parte de sus bebidas favoritas y anotó un nuevo nombre con un montón de asteriscos.
- Estamos en clara desventaja, de eso no hay duda. Su organización - cuyas siglas aun no ha conseguido memorizar del todo bien - es de las pocas que pueden hacer algo, según me ha explicado. La Liga de la Justicia Oscura se puede considerar chapada. Zeta y yo somos los únicos que he visto por aquí y dudo que se vuelva a abrir las puertas dentro de poco. Si no queremos que ésto vaya a peor y ver nuestros preciosos culos usados para practicar el medievo tenemos que encontrar una solución, urgir un plan y prepararnos.
Para quien conociera a John Constantine, escucharle decir cosas como éstas podía ser como ver un grifo negro escupe-arcoiris o un billete de 20.000 dólares. Mitos que si te los cuentas no te los crees y que si los ves es que hay gato encerrado. ¿Lo había? Tal vez... Tal vez el inglés estaba preparando el terreno para escabullirse en cualquier momento y dejar toda la mierda del mundo en manos de otros. Tal vez estaba siendo sincero por una vez en su vida (¿quién se va a creer eso?). Tal vez... tal vez es un espectro demasiado amplio para adivinar si el inglés iba de buenas o iba al estilo Constantine, sin nada que lo atara.
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 24th Mayo 2017, 14:19
La psicóloga escuchó la historia de Hellboy en silencio. Lo cierto era que sí, había visto las noticias, pero tal vez no les hubiera prestado la debida atención. Para la Elissa de hacía unos meses, el mundo sobrenatural era algo que intentaba evitar a toda costa. De acuerdo, tenía pacientes muy implicados en el tema, pero la magia y los seres mitológicos eran mucho más fáciles de contemplar desde un punto de vista vicario que cara a cara con su realidad.
Desde hacía un tiempo, sin embargo, lo sobrenatural no dejaba de llamar a su puerta en forma de seres extradimensionales con muchos tentáculos, niños voladores o ingleses con gabardina. Se preguntaba si alguien había grabado en la entrada una runa que dijera "se ofrece maga en prácticas", como la de aquel famoso Saqueador.
Desde luego, Elissa no tenía ninguna intención de ponerse una túnica, coger un bastón y afiliarse a aquella organización llamada BPRD. Si aquello era lo que pretendía John invitándola a aquella reunión, tendría que cambiar de plan.
- Ya veo... - optó por una respuesta diplomática. Tenía la sensación de que el inglés, con su ambiguo discurso, intentaba que ella misma se ofreciera para ayudar. No estaba preparada para algo así - ¿No hay nada que hacer con la Liga de la Justicia Oscura? Tal vez podrías... no lo sé, reconstruirla, intentar contactar con otros magos... - "que no fueran yo...". Ella no estaba en el negocio. Estaba segura de que el gigante rojo podía matar a muchos jinetes del apocalipsis sin su ayuda. Aunque, pensándolo bien, sí había algo que podía hacer para echarle un cable. - Yo tengo algunos pacientes que están familiarizados con la magia. Podría hablarles de la situación. Ponerlos en contacto con tu organización. - ofreció a Hellboy.
El demonio parecía tenso, y Elissa lo vio dirigir varias miradas furtivas a su alrededor. Tal vez temiera que alguien escuchara la conversación.
- También puedo intentar contactar con una vieja amiga... - reflexionó. June Moone, Enchantress. Hacía mucho que no la veía. Se preguntó si seguía en Belle Rêve, o si al fin sus servicios al Escuadrón Suicida habrían compensado su larga condena. - Ella se dedica a la magia. Es de las buenas. Quizá se preste a ayudar...
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 31st Mayo 2017, 13:58
Jake estaba sorbiendo con mucho ruido su limonada. Le gustaba el color de su pajita, y mientras escuchaba la aburrida conversación de los sus tres acompañantes, se dedicó a mover las piernas que colgaban de su asiento y que no llegaban a tocar el suelo.
El castaño no dijo nada durante un buen rato, se limitó a mirar a su alrededor y a escuchar las teorías del apocalipsis que les traía Hellboy. Básicamente, según él, el mundo se iría a pique si nadie hacía nada al respecto. El chico no parecía muy escandalizado ni preocupado por el tema, puesto que dudaba que el universo desapareciera así como así, habiendo tantas fuerzas cósmicas e incomprensibles que lo protegían. No sería la primera vez que los hombres le daban una fecha al fin del mundo, y éste nunca llegaba. Y si habían sobrevivido a una catastrófica colisión, podían sobrevivir a mucho más.
Pero Jake no creía necesario decir nada de lo que pensaba a esos dos desconocidos, y menos compartir los secretos arcanos de su maestro. Cuando eres un niño en un mundo lleno de adultos, estos últimos tienden a ignorarte y a no tomarte en serio. Luego es cuando vienen los problemas y los “ya os lo dije”. Pero los adultos nunca aprenden a escuchar a los demás, y los dos conocidos de Elissa parecían ser ese tipo de personas que no prestan atención a nada que no sea su ombligo.
Cuando pasaron a hablar de cómo solucionar el problema, Jake prestó más atención que antes. Los adultos hablaron de unas organizaciones que se dedicaban a resolver fenómenos paranormales y a defender el mundo mágico. Pero ninguna de las mencionadas le sonaba: el B.R.P.D., La Liga de la Justicia Oscura… No, a él sólo le venía un nombre a la cabeza:
-Shadowpact - dijo por fin, tras un largo rato en silencio.- Era un grupo de poderosos magos que se dedicaban a luchar por causas perdidas. Hacían lo que nadie podía hacer… - explicó tras un largo sorbo de su limonada.- Tu padre era miembro de Shadowpact.- le dijo como si nada, clavando sus ojos verdes en Elissa.
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 7th Junio 2017, 21:01
- El problema reside en que nosotros solos no somos capaces de enfrentarnos a ellos. La razón por la que John os ha llamado, a petición mía, es porque necesitamos a todos los que puedan echar un cable. En Metrópolis fuimos un grupo bastante amplio y salimos por los pelos. Lo que se avecina es algo más complicado. Me da igual si es la liga de la justicia Oscura, la justicia Brillante o el jodido Mickey Mouse. Si no hacemos algo y pronto lo vamos a lamentar...- Realmente pensaba eso. Si el B.P.R.D pudiese hacerse cargo del tema por su cuenta nunca habría involucrado a nadie más. Se habría presentado delante de los jinetes, les habría roto los morros de un buen puñetazo y habría vuelto a casa para la cena. Pero no era tan fácil ni muchísimo menos. Era como intentar evitar que se desbordase una bañera. Uno solo es incapaz de hacerlo. Puede parar una parte, incluso dos costados, pero de ningún modo es capaz de frenar todo el agua. Era necesario ayuda, ayuda externa. Por primera vez en su historia, el B.P.R.D era insuficiente para enfrentarse a una amenaza sobrenatural a gran escala, y eso preocupaba al demonio más de la cuenta.
Dio un largo trago a su bebida mientras tanto John como la muchacha hablaban. Según el inglés lo de la liga de la Justicia Oscura era inviable, entre otras cosas porque sólo quedaban dos representantes de la misma. Aunque el demonio sabía de sobra que dos podían cambiar perfectamente el transcurso del mundo. Abe y él lo habían hecho antes, o Abe, Liz y él. Lo importante no era tanto la cantidad sino la calidad y la predisposición. Puede que no necesitasen ser la liga. El demonio aspiró por la nariz tras las palabras de John.
- Las agrupaciones son lo de menos. No pedimos que os unáis al B.P.R.D ni que vengáis una organización entera. Lo que hace falta son manos que quieran ayudar, gente dispuesta a luchar por el mundo.- Y entonces el chaval, que llevaba callado desde que habían llegado dijo una palabra: Shadowpact. Un grupo de causas perdidas. Eso, eso era lo que necesitaban, alguien a quien no le importase meterse en una misión suicida o que no sabían cómo terminaría. Hellboy se quedó pensativo unos instantes y luego miró a los presentes.- ¿Es eso viable? Lo del Shadowpact que dice el chaval. Reunir a un grupo para preparase cuanto antes. O hablar con Ceta o esa amiga que dices que sabe de magia.-
Esto último se lo dijo a Elissa. A Rojo no le hacía especial gracia pensar en involucrar a más gente que pudiese desequilibrar el ya de por sí caótico espectro mágico, pero a estas alturas ya pocas opciones les quedaban.
- Habladme más de ellos y de eso del Shadowpact. ¿Qué hay que hacer para llamar a sus miembros?-
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 10th Junio 2017, 17:05
- Cielo, pides un cacho de cerdo cuando ya se ha vendido - comentó John mientras seguía embelesado por los efectos secundarios de su bebida, a la cual le dio otro tiento más que nada para extender aquel curioso humo que entraba a su boca por el filtro del tabaco y salía por su nariz cuando lo exhalaba. - Ya probé de toparme con ellos, llamarlos tanto por teléfono como por otras vías: no sé si siguen existiendo en éste nuevo universo pero lo que está claro es que si es así, no quieren ni verme en pintura. - Esa fue la conclusión a la que llegó, teniendo en cuenta que algunos de sus últimos recuerdos en la Liga de la Justicia Oscura no eran precisamente... agradables.
Lissa trató de poner contactos sobre la mesa, con más entusiasmo del que John había mostrado al hablar de sus antiguos compañeros. Incluso habló sobre algunos de sus pacientes, cosa que sorprendió al inglés. Teniendo en cuenta lo que le costó al mismo que la psicóloga volviera a sus viejos hábitos para salvarle la cordura, que de repente los valorara como una opción a tener en cuenta era... curioso. O bien no valoraba la seguridad de sus pacientes como dictaminaba su pacto doctora-paciente, o sí lo hacía y los valoraba más de lo que el mago creía. El demonio rojo se quejó, como no, y apuntó que le era igual quienes fueran con tal de tener refuerzos. Y al final, el niño habló. La imagen de un padre dándole una hostia al niño para que no hablara cuando no le tocaba le vino a la cabeza y casi se le plasmó dentro de su mente cuando escuchó el nombre que soltó cuando abrió la boca.
Shadowpact.
Un incipiente recuerdo le taladró la cabeza. Un grupo de personas en un lugar apartado de la realidad, hablando sin cesar, discutiendo, y en medio de todo eso John, levantando las manos y gritando tras lo cual, abría una puerta y se iba. Aquello disparó todas las alarmas de su cabeza. No recordaba haber estado en aquel sitio ni tampoco recordaba el nombre o las caras de las personas que estaban con él. Sólo sabía, casi a ciencia cierta, que en algún momento había estado en aquel grupo de suicidas arcanos.
- Resucitar a los muertos - dijo John sin pensar. Cuando se dio cuenta de lo que hacía, retomó las riendas de su lengua. Tomó otra bocanada de humo y lo soltó, apoyando ambos codos sobre la mesa. - Escucha: tienes más posibilidades de contactar con Zeta y convencerla de que trabaje contigo sin decirle que yo estoy de por medio a reunir de nuevo Shadowpact. No se les llaman "causas perdidas" por nada. Entre los círculos ocultistas, cuando sale el nombre de Shadowpact algunos escupen al suelo y otros hacen el gilipollas con sal y partes de lagarto. Puede que con toda ésta mierda de los posibles falsos jinetes el mundo se vaya a la mierda, pero te aseguro que si reúnes Shadowpact sus integrantes lo harán antes.
Con aquel comentario, John trató de zanjar el tema sobre el grupo. Sabía que el demonio era cabezota como una mula, y se intuía que no dejaría ese caramelo sobre la mesa sin desenvolverlo y probarlo antes. Sabía que estaba apostando al caballo perdedor, pero al menos tenía que cruzar los dedos. Una parte dentro de él cruzaba los dedos. Unos dedos que apestaban a ceniza y polvo.
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 24th Junio 2017, 12:52
- ¿Mi padre qué?
Elissa se arrepintió inmediatamente de su reacción, pero su voz había sido más veloz que su cabeza. Miró a Jake de hito en hito, sintiéndose terriblemente frustrada (¿¡por qué no me lo habías dicho!?), terriblemente asustada (¿¡causas perdidas!?) y terriblemente todo lo demás. Shadowpact. Aquella palabra acababa de convertirse en el centro de sus pensamientos, y sólo quería saber más; quiénes eran, qué hacían, dónde estaba su padre. John hablaba de muertos y del mundo yéndose al traste, y algo en el interior de Elissa rebullía de preguntas. ¿Está muerto? ¿Lo conoces? Dime quién es, por favor. Dime dónde está.
Se obligó a apartar la mirada de Jake y de John, algo que consiguió con relativa facilidad. Lo que no fue tan sencillo fue apartar sus pensamientos de aquel inesperado filón. Luego, se dijo. Luego interrogaría a Constantine y al joven Jacob hasta que le hubieran contado todo lo que sabían.
- Yo no puedo hablarte de Shadowpact... - dijo a Hellboy, y notó un sabor extraño en la boca al pronunciar el nombre en voz alta - Acabo de enterarme de que existe. Aunque estoy segura de que Jake podrá contarnos algo más... y Constantine, también - dijo, mirándolos con intención - Mi amiga... - suspiró - La última vez que la vi, estaba en la cárcel. - confesó. No tenía ningún sentido esconderlo. - Puedo averiguar si sigue allí.
Cuanto más hablaba, más se daba cuenta de que ella era un apoyo de escaso valor para una situación así. No era una buena combatiente, y ni siquiera llegaba a maga decente. Simplemente conocía gente. Gente más poderosa que ella, a la que tal vez pudiera dirigirse para proponerles la causa de Hellboy. Sí, tal vez pudiera construirle su propio Escuadrón Suicida; un grupo de gente sin nada que perder, que estuviera listo para enfrentarse a la crisis que el gigante rojo les exponía.
Bien pensado, le sonaba un poco a "campeones de las causas perdidas".
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019. 12th Diciembre 2017, 19:51
FDI: Tenía esta respuesta escrita desde hace mucho, pero con la ausencia de Hellboy no sabía que pasaría con este tema. Si queréis podemos intentar cerrarlo con los que quedamos.
El muchacho del suéter verde siguió sorbiendo su limonada mientras escuchaba a los adultos hablar y alterarse por la inminente amenaza mágica. Según Hellboy, los jinetes del apocalipsis a los que se había enfrentado eran unos farsantes, pero aún así, le había costado un riñón y parte del otro deshacerse de ellos. Lo que le hacía preguntarse continuamente: ¿Existirían entonces los jinetes, o eran una leyenda? Y si los de verdad atacaban… ¿Tendrían alguna posibilidad de vencerlos?
Jake imaginó el mundo totalmente destruido… y no sintió nada. Las guerras que libraban los hombres no iban con él. El muchacho había vivido hasta ahora completamente desapegado del universo y de la humanidad. Si el mundo desaparecía, lo harían también los niños, quienes eran la esperanza del planeta. Y eso significaría que su trabajo habría terminado. Que podría quitarse por fin las cadenas que lo ataban a su destino. Volvería a ser libre como el viento. Aunque su libertad también significara su propia muerte.
Sus ojos esmeralda se posaron entonces en Elissa, mientras su boca seguía en silencio. Si el mundo era destruido… ella también desaparecería. Y Elysia también. Y Lycos, su perro idiota. Y el descerebrado de N. Y la silenciosa Tanith. Y el pequeño Jack. Y Alice, Bart y Zoey. Y Kim, la motorista fantasma. Y también lo haría la molesta y pecosa de Erin...
De pronto algo se removió en su pecho y agitó los latidos de su corazón. El chico se llevó la mano al torso, con el rostro lleno de total confusión. Sus dedos acariciaron el lugar donde se encontraba su corazón humano, encogido por la angustia. Muy pocas veces había tenido un sentimiento tan profundo y amargo.
— Yo también conozco a gente que puede ayudar — dijo por primera vez, implicándose en el asunto. Le vino a la mente el sermón de Patroklos sobre la balanza del universo, eso de alterar los acontecimientos a favor del bien o a favor del mal. E ignoró deliberadamente las enseñanzas de su maestro.
- Habladme más de ellos y de eso del Shadowpact. ¿Qué hay que hacer para llamar a sus miembros?- preguntó Hellboy.
Jake había atraído la atención del grandullón de rojo, y eso le gustó. Le encantaba ser el centro de atención, y ahora lo era. Tenía a los tres adultos mirándole fijamente, esperando a que les contara algo más sobre el grupo secreto de Shadowpact.
— No se les puede llamar...— dijo el muchacho como si nada, encogiéndose de hombros.— Están todos desaparecidos...— se mostró pensativo, y tras varios segundos, retomó la frase. — Sé que se reunían en una especie de local, llamado “El Bar Oblivion”, pero hace ya mucho tiempo de eso. Creo que puedo llevaros hasta allí...
Pese a las advertencias del rubio, la idea de volver a abrir Shadowpact era cada vez más palpable. La primera parada iba a ser el bar Oblivion. La segunda, abrir sus puertas y dejar que la esencia de la perdición hiciera su trabajo llamando al nuevo grupo de místicos. Con las bebidas secas y las mentes limpias, se pusieron en marcha.
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Tema: Re: ¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019.
¿Nos echamos un parchís? (John Constantine, Elissa Stavridis, Jake). 5 de Febrero de 2019.