Conviviendo con el Dios de las mentiras (Loki y Clint)

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Ya llevaba una semana conviviendo con su amigo mágico. Los primero días estaba cómodo, había salido y había conocido a una guapa pelirroja, que no sabía porque le recordaba a su amiga espía, la cual solo recordaba su cara, su profesión y su nombre. También conoció a unos chicos que eran completamente opuestos, pero que les unía su amor con la arquería, como a Clint, amor que hizo que el vengador no se sintiera tan solo en un mundo donde reinaban las armas de fuego. Pero había una persona que no se la podía quitar de la mente mientras dormía: era su amigo Loki. Siempre pensaba en el porqué el sofá donde dormía era una gran mierda, se clavaban los hierros y era imposible dormir, tanto, que acababa por dormir en el suelo.

Pero esa madrugada se canso, estaba harto de levantarse con dolores de espalda, a si que se fue dirección a su habitación. La casa muy nueva no era, parecía que se iba a caer en cualquier momento, pero eso no le preocupaba al castaño, es más, le hacía sentirse como en casa. Pero aunque la casa tuviera sus años estaba perfectamente ordenada, el pelinegro amaba el orden, cosa que Clint no compartía porque siempre era reñido por dejar sus cosas por el medio. La puerta de la habitación que siempre chirriaba no lo hizo, el ex espía estaba haciendo gala de sus habilidades sin darse cuenta, plantándose delante de la cama sin apenas hacer ningún ruido. Se rasco el pecho desnudo, solo llevaba el pantalón del pijama, mientras visualizaba la escena sin darse cuenta de que estaba siendo observado por unos viejos ojos. Con sutileza se fue metiendo en la cama donde dormía su amigo, vigilando de no despertarlo. Al principio estaba algo tenso de estar abrazándolo por la espalda ya que era la única manera de que ambos estuvieran en esa cama tan estrecha, estaba por irse pero la comodidad de la cama le llamo, tanto, que se quedo frito cayéndole esa babilla que indicaba lo cómodo que estaba durmiendo.

Amanecía un nuevo día. La luz del sol entraba cálidamente por los agujeros de la persiana, acariciando con suavidad la piel desnuda de Clint. Los pajarillos se despertaron alegres y silbaron una divertida canción. Loki, que dormía plácidamente encogido en una esquina de la cama dónde no tocaba el sol, se despertó molesto al sentir la cálida luz del amanecer en el rostro. Parpadeó varias veces, sintiéndose extrañado al notar el peso de algo encima de su torso. Siguió con sus ojos avispados el camino de la misteriosa mano que conducía a un brazo que conducía a su compañero de piso, que yacía dormido a su lado.
 
Al cabo de unos segundos, en el piso de los dos hombres se escuchó un golpe fuerte seguido de un grito. El arquero había salido volando de la cama hasta estamparse contra una pared. El edificio tembló por el golpe.
 
- ¡CLINT BARTON! ¡QUE SEA LA ÚLTIMA VEZ QUE HACES ESO! – gritó el alterado dios de las mentiras. Todavía tenía la mano alzada por haber usado la magia y propulsar a su supuesto amigo con ella.- Menudo susto me has dado…- se excusó, disimulando la vergüenza que sentía por haber tenido que compartir la cama con un hombre, y lo que era peor; con un Vengador.
 
La última vez que durmió con un hombre fue en su adolescencia, junto a su hermano Thor y su hermano Balder. El resto de ocasiones siempre había compartido cama con mujeres, damas de la noche que le habían ofrecido los más deliciosos placeres. Sin contar con sus dos anteriores esposas. La primera vez que sintió una atracción inexplicable por un hombre había sido con su compañero Joven Vengador Wiccan, pero aquellos tiempos habían quedado muy atrás y no estaba interesado en explorar ese tipo de relaciones.
 
- Bueno, ahora que estás despierto… - comentó con ironía.- Vayamos a desayunar. - El embaucador se levantó de la cama y se dirigió a la cocina. Sacó dos boles vacíos de las estanterías y dos vasos. Llenó su vaso de zumo de melocotón y su bol de leche semidesnatada. De la despensa sacó un paquete de galletas casi terminado y otro de cereales. Cuando terminó de preparar su desayuno se sentó en la mesa y dejó paso a que Clint se preparara el suyo. 

- Habrá que ir a comprar… - susurró con desgana al ver que empezaba a escasear la comida.

Estaba sentado en el borde de la cama, observando una blanca habitación extrañamente ordenada, de golpe una pelirroja despampanante se queda delante de él. Aquella mujer le recordaba a alguien pero no caía en quien pudiera hacer, la potente luz que proyectaba la ventana causaba que el rostro de la mujer estuviera en la penumbra.

¿Quieres jugar pajarito?

El arquero no pudo evitar sonreír con picardía al ver como la mujer se desabrochaba la blusa declarando abiertamente de que iba el juego ¿Quién se podía negar a eso? La rusa, ya que cuando hablo se le notaba claramente ese acento tan característico, se había tomado su tiempo de desabrocharse la blusa. Cuando estaba apunto de demostrar su buen par de atributos apareció entre ellos la cabeza de su amigo Loki gritando su nombre completo mientras le daba un cabezazo. Al sentir el fuerte impacto abrió los ojos encontrándose la pared, para luego caerse para atrás y observar el techo ¿había sido todo un sueño?

¡Joder tío! Vaya buenos días…me cago en todo… con el genial sueño que tenia… en vez de atacarme con magia crea una cama donde pueda dormir… ese sofá es una basura…

Se levanto lentamente frotándose la frente por el golpe, con lo bonito que había empezado el sueño y acabo en pesadilla. Siguió a su amigo viendo como cocinaba para el mismo, suspiro, esperaba que le cocinara algo en plan disculpa. El vengador se fue directamente a la cafetera para hacerse la máxima capacidad que permitía la jarra de la maquina. Una vez el café recién hecho cogió la jarra y bebió directamente de ella, sin coger ninguna taza. Al parecer ese era el típico desayuno que se hacia el castaño.

Créala con magia, al igual que haces con el dinero.

Dijo tan tranquilo como si fuera lo normal o fácil de realizar. Se apoyo en la encimera mientras le daba un trajo a la jarra de café, el café le volvía loco a ese hombre, era una delicia para él, aunque fuera el peor café de todos el siempre encontraría su parte buena.

Oye…si soy un vengador…soy un superheroe y ellos tienen un apodo de esos molones para esconder su identidad y esas cosas ¿yo tenía uno, como me llaman?

Loki puso los ojos en blanco al escuchar las quejas de su compañero de piso, y siguió llenando de cereales su bol de leche semidesnatada.

- La magia supone un precio, querido amigo… - comentó con un ligero tono irónico.- Y ahora mismo no tengo recursos para “crear” una cama. Si quieres una trabaja y compratela…

Su caída por el puente del arcoíris y la pérdida de su cubo cósmico habían menguado considerablemente sus poderes sobre la hechicería. Todavía era capaz de realizar hechizos menores como la levitación, la adivinación, las esferas de energía, las ilusiones… incluso teletransportarse un par de veces si era necesario. Pero tantos trucos mágicos a lo largo del día le suponían un cansancio a su cuerpo humano que no podía soportar. Y si quería ejecutar encantamientos más poderosos necesitaba ingredientes, libros y pócimas de todo tipo… pero todo eso se encontraba en su ciudad natal. Y por no hablar de que su magia era más débil estando en Midgard. Si pudiera volver a Asgard o a alguno de los otros nueve reinos sería capaz de hacer cosas aún más espectaculares. Pero Loki no tenía lugar al que regresar, ni aliados que le proporcionaran ayuda, y mientras estuviera en la Tierra tendría que aprender a vivir como un Midgardiano hasta que se le presentara la oportunidad.

Loki había explicado a Clint que trabaja en una oficina, pero cómo buen dios de las mentiras, aquello no era más que otra de sus historias inventadas. Loki recuperó su antiguo trabajo de timador, el mismo que cuando se reencarnó en el humano Serrure. Así pues a eso se dedicaba. Robaba y timaba a hombres de la calle con juegos de manos y trucos de magia, incluso llegaba a colarse dentro de las casas de los ricos y robar sus valiosas pertenencias. Con el dinero que ganaba vendiéndolas, tenía de sobras para comprar la comida y pagar el alquiler del mugriento edificio.

- Hago aparecer dinero cuando lo encuentro necesario… pero eso no son más que billetes falsos que al cabo de unas horas desaparecen. No puedo hacer ese truco muchas veces o perderá su gracia. – y también enfurecerá a los timados. Loki no podía arriesgarse a que también le persiguiera la policía de Nueva York, ya tenía bastante con los Vengadores y un ejército Asgardiano enfurecido. – Créeme… tengo tantas ganas como tu de irme de este sitio…

Los ojos de Loki se detuvieron en la jarra de café que estaba tomando el moreno, y frunció el entrecejo, molesto.- ¿Podrías servirte el café en una taza? Esas no son maneras de beberlo…

Después vino otra de esas preguntas existenciales que le hacía Clint durante el día. Haber perdido la memoria también tenía sus desventajas. No podía estar mintiéndole todo el tiempo o habría incongruencias con la propia historia. Tenía que llevar mucho cuidado con lo que le decía y con lo que no.

- Si… si… - dijo restándole importancia a su pregunta.- Claro que tenías un apodo. Te llamaban Hawkeye, ojo de halcón. Supongo que por eso de que tiras flechas…

Como si fuera tan fácil encontrar trabajo teniendo amnesia, solo sé que soy bueno lanzando flechas, no puedo ir por ahí en plan “hola señor, tengo amnesia y solo se tirar flechas como buen hombre del siglo XXI ¿tiene algo para mi?”

Comenzó a hablar con voz grabe haciendo ver que imitaba a alguien para luego dar un trago a su jarra.

Oye ¿en tu oficina no tienes algún sitio para mi? Seguro que para chico de almacén serviría…

Recordó el tipo de trabajo que se invento para hablar con esa pelirroja. Ante la regañina del dios murmuro de forma baja un “ninininini” mientras cogía una taza y vertía en ella lo que quedaba de café, para luego voltearse y enseñarle su gran proeza. Cuando dio otro trago se quedo mirando la ventana, empezaba a oscurecerse el día con nubes oscuras, indicando que se acercaba lluvia o en pero de los casos, una fuerte tormenta.

Será mejor ir ahora a comprar antes de que empiece a llover, no quiero que se me mojen las plumas.

Se rio ante su chicte malo y se bebió de golpe lo que le quedaba de café mientras pensaba en su mote: ojo de halcón ¿por eso en el sueño esa mujer le había llamado pajarito?

- ¿Y esperas a que siga manteniéndote?- dijo el hechicero frunciendo levemente los ojos.- Tienes muchas otras cualidades a parte de saber tirar flechas, y ni siquiera te has puesto a descubrirlas. Además, para según que trabajos no necesitas habilidades de ningún tipo… podrías hacerte dependiente del McDonalds, por ejemplo.

El hijo de Odín disimuló la sonrisa mientras bebía con elegancia su taza de café. Le resultaba bastante divertido imaginar al Vengador en una situación tan ridícula como la de trabajar en un restaurante de comida rápida. Con su gorrito hortera y su ridículo delantal. Hubiera pagado para ver a cada uno de sus enemigos llevar una vida tan indigna y miserable.

- Por desgracia, en mi oficina no hay puestos de trabajo libres… pero preguntaré de todas formas.- mintió el embaucador. Sus ojos verdes observaron de nuevo a Clint mientras bebía desde la cafetera y luego arrugó la frente. Tendría que buscar algo con lo que entretener al Vengador y así dejaría de molestarle con sus tonterías.

El castaño pareció hacerle caso, y vertió de mala gana lo que le quedaba de café en una taza. El hechicero pensó que además de buscarle un trabajo urgente no estaba de más enseñarle un poco de educación y modales.

Cuando Loki terminó su café y el zumo, dejó la taza y el vaso encima del mármol y después se dirigió al primer espejo de la habitación para admirarse. Con un chasquido de dedos, el pijama del dios desapareció, y fue sustituido por una camisa oscura, unos tejanos y unos zapatos elegantes.

- Vístete. Nos vamos.- dijo con un tono más serio mientras se acercaba lentamente a la ventana y miraba con ojos cautelosos las nubes oscuras que empezaban a cubrir el cielo.

Oye… pues no había caído en eso… pero no creo que cojan alguien de mi edad, la edad no perdona… que por cierto… ¿Cuántos años tengo? Yo creo que mas de unos veinte y picos seguro

Se quedo mirando el espejo para luego empezar a limpiar los cacharros del desayuno que habían utilizado, sabia que el dios de las mentiras era un poco tiquismiquis, no le dejaba hacer nada, así que al menos limpiaría para no despertar su cólera. Cuando acabo se seco las manos en el trapo de cocina, que para eso estaba.

¡He, no vale! ¡Yo también quiero cambiarme a si de rápido!

Cogió las primeras prendas de ropa que vio y se fue al cuarto de baño a vestirse. Cuando acabo salió en sigilo, utilizando sus habilidades de espía sin darse cuenta, se acerco por detrás a Loki y le soplo en la oreja al verlo tan metido en sus pensamientos. Cuando realizo su travesura corrió por su vida, saliendo del piso para encontrarse con la vecina, iba a ser su seguro de vida.

Buenos días vecina, aunque el tiempo no acompaña mucho…parece que va a llover.

Como no, el tema del tiempo nunca fallaba. Espero a su amigo con cara de no haber hecho nada malo.

Loki estaba tan cautivado con el paisaje de Nueva York y las nubes que cubrían el cielo, que no se percató del agradable silencio que reinaba en la habitación. La calma que sentía era grande al notar que Clint por fin había cerrado su bocaza. Pero duró menos de lo que hubiera querido el dios Asgardiano, pues sin percibirlo, notó una suave brisa que acarició su oreja y le transmitió un terrible escalofrío por el resto del cuerpo.

Al girarse, apuntó sus verdes ojos en dirección a Clint, como si fueran agujas bien afiladas. Por suerte para el Arquero, había sido rápido en salir huyendo de la habitación, y alcanzó el rellano a tiempo de que salía de su casa la vecina de en frente y casera de los dos hombres. Había tenido mucha suerte de que la mujer decidiera salir a aquellas horas, y se contuvo de realizar magia delante de ella.

- No se porqué tanto interés en conocer tu edad real, cuando tienes la mentalidad de un niño de diez años… - contestó Loki con amargura mientras cerraba la puerta de su improvisado hogar y le daba al botón del ascensor.

La vecina repasó en silencio a los dos hombres con la mirada y frunció el ceño. Las puertas del ascensor se abrieron y los tres se metieron dentro como sardinas en lata. Loki sintió el silencio incómodo de inquilina, pero no dijo nada. Prefería no tener que hablar ningún mortal durante su breve estancia en la ciudad de Nueva York.

- Ya podríais hacer menos ruido por las mañanas.- dijo de repente, sin venir a cuento de nada. La mujer debió de estar dándole vueltas al tema todo el rato. Seguramente el ruido que escuchó esa misma mañana era la cabeza hueca de Clint estampándose contra la pared.- ¡Sois unos escandalosos!

Las puertas del ascensor se abrieron al escuchar las plegarias de Loki y la mujer abandonó el portal murmurando algo sobre parejas homosexuales. Loki miró la espalda de la señora con ojos inexpresivos, y en su mano empezó a formarse una pequeña e intensa llamarada. No le importaría a nadie si aquella mujer moría en ese mismo instante. Y seguro que sus nietos se lo acabarían agradeciendo. De hecho, Loki pensó que en cuanto encontrara un lugar mejor dónde vivir le prendería fuego a ese condenado edificio.

Clint sonrió por las palabras de su amigo, había sido muy divertido. Al no tener recuerdos de su dura infancia la inocencia del veterano arquero se hacía más presente de lo habitual. Definitivamente era un hombre nuevo.

¡Vamos tío! Ha sido muy divertido, ojala me hubiera quedado a ver la cara que ponías… pero me hubieras dado duro contra el muro… otra vez.

Se dio un masaje con la mano en la parte del cuello y hombro al recordar la forma de despertar que tenía su mágico compañero de piso. Ante las palabras de la mujer mayor Clint se le disparo de nuevo la curiosidad pero al ver lo que hacia Loki con su mano se quedo embobado mirándola, aun ese tipo de cosas le sorprendía. Cuando el dios de las mentidas había hecho gala de su gran autocontrol y siguió con el camino, el vengador ataco de nuevo con preguntas.

¿Somos gay? ¿O solo tú? ¿O solo yo? ¿O somos heteros? ¿Tengo pareja? ¿Tú tienes pareja…? Oh

En medio de esa metralleta de preguntas miro al cielo, verlo tan gris le había distraído tanto que no sabia ni lo que estaba preguntando.

Que feo se ha puesto el día, tendríamos que haber cogido un paraguas antes de salir ¿tenemos algún paraguas en el piso?

Le miro confundido mientras le seguía por esas transitadas calles llenas de gente, esperando llegar rápido al supermercado para comprar lo que necesitaban para llenar la nevera e irse a casa antes de quedar empapados por la inminente lluvia que las nubes oscuras anunciaban.

Las frases del arquero de los Vengadores sonaban siempre tan ambiguas, que Loki tuvo que llevarse las manos a la sien y apretarse ligeramente el tabique de la nariz para aligerarse el dolor de cabeza que le estaba provocando el rubio escandaloso.

- Así que ahora dudas de tu orientación sexual... bueno, pues por suerte - para el dios embaucador.- eres heterosexual. Tengo entendido que te casaste al menos tres veces, y eres un rompecorazones divorciado. Espero que ahora tengas más clara tu vida sexual, una parte importante de tu existencia en la cual no estoy interesado... así que si no tienes más preguntas continuemos hasta la tienda de víveres... - dijo el malhumorado príncipe de las mentiras, dirigiéndose con paso firme hasta el supermercado.

- No me gustan los paraguas... atraen a los rayos...- explicó nada más entrar en el establecimiento. Las nubes negras anunciaban una fuerte tormenta y en la calle ya había empezado a chispear. La gente se aglomeró en las tiendas de alrededor, y el supermercado empezó a llenarse. El joven dios buscó con la mirada la carnicería y le pidió a la dependienta varias pechugas de pollo, hamburguesas y bistecs.  

- Tu coge lo que quieras... - le indicó a Clint, mientras metía varios paquetes de bacon en la cesta. Tenía que reconocer que el bacon le chiflaba, o al menos eso hubiera dicho el niño Loki.

Mientras le contaba su vida amorosa las contaba con los dedos: tres veces casado y tres veces divorciado. No sabía si alegrarse de ser un conquistador nato o entristecerse porque todas acabaran en fracaso. Ahora de nuevo otra pregunta se le apareció en la cabeza mientras se acercaban al supermercado.

¿Llegue a tener hijos con ellas? Como tenga algún polluelo por ahí perdido y no recordarme de el…

Se llevó la mano a la boca un poco preocupado, las madres les daba un poco igual pero sus hijos era un tema sagrado y no sabía porque, sería algo del subconsciente. Le miro un poco raro con los de los rayos pero no dijo nada, andando a su lado mirando lo que compraba. Cuando le dijo que cogiera lo que quisiera le miro de arriba abajo.

Como coga lo que quiera vamos a tener una dieta de real mierda.

Dicho eso cogió otro cesto y se fue a coger lechugas, tomate, quedo en lonchas y pan de hamburguesas. Al menos ya tendrían un plato para esta noche. Luego se fue a la parte de congelados y cogió verdura congelada, siempre iba bien para acompañar a la carne. El pescado lo cogería otro día. Una vez su cesto cargado fue a buscar a su amigo y se puso a su lado.

Yo ya estoy ¿el agua del piso es potable? Es por si tenemos que coger agua embotellada

Clint seguía con sus dudas existenciales mientras Loki seguía llenando el carrito de la compra de bacon, salchichas, jamón, ketchup y algunos panecillos para hacer perritos calientes.

-¿Si tuviste hijos? –comentó el joven dios más bien para si mismo.- Veamos… -dirigió su mirada al techo del establecimiento y se llevó la mano al mentón. Había observado durante muchos años a los Vengadores, pero no tenía toda la información privada que hubiera deseado para aclarar las dudas del joven arquero. Jamás hubiera dicho que convivir con uno de sus enemigos fuera la mejor forma de conocerlos, y esperaba que el resultado fuera provechoso. – No lo tengo por seguro, pero creo que no tienes hijos…

Si en vez de Clint hubiera sido Loki quien hubiera perdido la memoria, le hubiera resultado extraño que le dijeran que había tenido varios hijos. Hubiera tachado de loco al que le dijera que había engendrado al monstruoso lobo Fenrir, a una serpiente gigante, a un caballo de ocho patas, y a la mismísima diosa de la muerte, Hela. Aunque esa última parte de la historia no estaba del todo clara.

Cuando acabó de llenar la cesta, se puso a hacer la cola del supermercado. Había tantísima gente esperando, que por un instante se le ocurrió hechizar a los que tenía delante para que le dejaran pasar. En ese momento llegó Clint con otra cesta llena de comida basura y algunas verduras.

- No te preocupes por la dieta, querido amigo, a mi también me gustan estas porquerías midgardianas… -dijo echándole un vistazo a los diez paquetes de bacon de su cesta. – Y sobre el agua… las cañerías están encantadas para que salga agua de manantial, así que no nos hará falta comprar nada más.

Tras esperar diez minutos en la cola, los dos amigos llegaron a donde la cajera, y Loki sacó de su billetera el dinero necesario para pagar todas las compras. Nadie más que el embaucador conocía el origen del mismo, y os puedo asegurar de que no era dinero ganado honradamente.

FDI: Siento mucho haber tardado tanto en contestar!!! >o< Como es un tema más relajado lo he ido atrasando mucho sin querer. Perdóname!! D:

Suspiro aliviado al saber que no tenia hijos, por un momento su vena paternal se había despertado. Ahora que sabia que no tenia familia se sintió un poco solo en el mundo, podría contar con los amigos pero tal como dijo Loki estaban cansados de el por no tener poderes. Clint miro al dios de las mentidas con un extraño brillo en sus ojos, al menos le tenia el que tanto le estaba ayudando a recuperar la memoria. En la caja vio una oferta de pack de cerveza y no dudo en coger uno, logrando que el mago lo pagara también.

Si vamos ha saltarnos la dieta, que sea a lo grande.

Metieron toda la comida en bolsas dejando los carritos en su sitio como personas civilizadas que eran. Cuando iban por el medio del camino de vuelta al piso empezó a caer cuatro gotas que cada vez iban a mas.

Maldita sea. Ya tenemos aquí la lluvia Loki, tendremos que acelerar el paso si no queremos mojarnos

Mientras la dependienta iba pasando por la cinta producto a producto, Clint aprovechó uno de los huecos para meter por en medio un paquete de seis cervezas. Loki alzó las cejas sorprendido ante la agilidad del arquero para añadir más cosas a su cuenta. Cómo se notaba que él no tenía que pagar las facturas. 

El Asgardiano le entregó los billetes a la mujer sin mucho entusiasmo. La joven chica buscó el cambio, y cuando le devolvió las monedas se quedó mirando durante varios segundos a los dos compañeros de piso. La rubia tenía los ojos muy abiertos y se había quedado fascinada, tanto que incluso había dejado de masticar el chicle que tenía en la boca.

- ¿Sois actores?- preguntó con asombro.

Loki hizo rodar los ojos y cogió las bolsas para marcharse del supermercado sin mediar una palabra. Cuando ambos hombres salieron del establecimiento, pudieron escuchar a lo lejos los comentarios de las trabajadoras sobre un tal "Tom Hiddleston" y alguien llamado "Jeremy Renner".

- Odio las tormentas... - susurró el embaucador cuando escuchó a Clint. El Arquero tenía razón, el tiempo estaba empeorando cada vez más rápido, y cuando llegaron al piso estaban los dos casi empapados. Por suerte la comida iba bien protegida en las bolsas de plástico.

Cuando llegaron al rellano de su apartamento, un estruendoso rayo sonó de pronto, iluminando las sombras en un fugaz parpadeo. Loki se puso tenso y sus manos temblaron por un instante, dejando caer las llaves al suelo. Un escalofrío recorrió su espalda estrecha. Aquel trueno le había recordado a su hermano Thor... y las tormentas siempre le traían malos recuerdos. Sólo esperaba que esta vez fuera una Neoyorquina lluvia y no un hermano furioso aparecido de la nada.

Le sonrió de forma picara pero inocentona al darse cuenta que su amigo le había pillado introduciendo un paquete de cervezas, eso le hizo pensar si le gustaban o no. El comentario de la cajera le animo mucho, eso significaba que era guapo porque la gente solo se acuerda de la gente guapa y sexy. Al ver que su mágico amigo tenía prisa se despidió con la mano.

¿Somos famosos colega? Ya lo veo: de día soy un famoso actor y de noche un espía secreto. ¡Hey Loki! ¿Por qué no vemos una peli de esos dos? Podríamos verla mientras comíamos.

Al parecer la lluvia no hacia callar al ilusionado y curioso Clint que tenia ganas de ver cuanto se parecía a ese actor ¿y si eran parientes lejanos? Entre risas y risas llego al piso bastante empapado, pero poco importaba hasta que el rugido de un rayo le callo de golpe, poniéndole en alerta.

Creo que va ha haber una grande Loki ¿tenemos velas por si se va la luz?

Se volteo optimista esperando que las tuviera pero la tensión que veía en el rostro de su compañero le puso serio. Con cuidado le quito las bolsas de la compra y las dejo en la cocina para luego quitarse la chaqueta y colgarla en la entrada, para luego empezar a quitarse la ropa empapada.

¿Tienes tijeras? no sé dónde lo he sacado, pero dicen que si dejas tijeras abiertas la tormenta se va, a lo mejor me lo dijo mi madre, quien sabe. ¿Quieres ducharte tu primero o voy yo? También si quieres nos podemos duchar juntos y nos ayudamos a lavarnos la espalda… no olvídalo, olvide que tienes un humor pésimo.

Le miro de forma seductora para luego reírse de su pésima broma, para finalizar con una sincera, dulce y afectuosa sonrisa. Esas sonrisas que demuestran que siempre estarás al lado de alguien cuando más lo necesiten, una sonrisa de amigo a amigo. Fácilmente se podría burlar de que tuviera miedo a los truenos como a un niño, pero eso habría sido muy feo después de acogerlo en su casa y ayudarle a tratar la amnesia sin abandonarlo como habían hecho los que se hacían llamar sus verdaderos amigos. Se puso a rebuscar en los cajones mientras esperaba respuesta del dueño, solo llevando los pantalones ya que el señorito se asustaría de verle en calzoncillos.  

Cuando quieras empezamos hacer la cena.

Ahora se le había metido en la cabeza a Clint que posiblemente su identidad civil fuera famosa y no lo supiera. Lo cierto era que el arquero sí era famoso, pero más por su parte como miembro de los Vengadores. Dudaba que el midgardiano estuviera interesado en recuperar su legado… y es que actualmente, en su cabeza solo cabía la diversión, las chicas y el dinero…

–¿Una pelicula?– preguntó no muy entusiasmado. El embaucador dejó que Clint le cogiera las bolsas de la compra y las dejó encima del mármol de la cocina. Loki se peinó los cabellos hacia atrás con la mano, estaban chorreando por culpa de la lluvia, y lo que le apetecía en aquel momento era cambiarse y estar más cómodo. El arquero debió de tener el mismo pensamiento, porqué se desprendió de la chaqueta con suma facilidad y empezó a desvestirse en mitad del comedor. ¿Es que aquel hombre no tenía ningún tipo de pudor?

Vivir con Clint en aquel piso de mala muerte le hacía olvidar a veces que era un poderoso y temible dios asgardiano. Se sentía como si fuera un desgraciado Midgardiano que había terminado en aquel cuchitril con el compañero de piso más cansino del mundo. Quizás en aquel momento no supo valorar la convivencia, pero más a delante recordaría aquellos días con algo más de cariño.

–No nos hacen falta velas...– sonrió travieso el embaucador. Chasqueó los dedos y de pronto aparecieron pequeñas y brillantes lucecitas que flotaban en el piso como luciérnagas en la noche.

–Curiosa costumbre la de las tijeras… pero no soy supersticioso, gracias– comentó el príncipe sin dejar de mirar la lluvia que salpicaba con fuerza el cristal de la ventana. El cielo volvió a iluminarse con un estruendoso rayo, y el rostro de Loki se ensombreció. quizás estaba siendo demasiado temeroso, esperando que Thor apareciera de un momento a otro para saldar cuentas con su hermano. pero era inevitable que se sintiera inquieto. En su vida de más de mil años, había presenciado montones de veces la misma escena. Las tormentas nunca traían nada bueno consigo.

Loki puso los ojos en blanco ante el tercer, o cuarto (ya había perdido la cuenta), chiste sexual del día y dejó que Clint entrara solo en el baño para ducharse. En silencio, el embaucador continió mirando pensativo por la ventana, como si realmente esperaba a que sucediera algo.

Cuando el arquero terminó con su aseo personal, Loki procedió a hacer lo mismo y ponerse una ropa mundana más cómoda. Había estado pensando en la radiante sonrisa de Clint, y en como confiaba ciegamente en las palabras del mentiroso. Por alguna razón, Loki se sintió mal por él, aunque rápidamente abandonó aquel tipo de pensamientos.

Quizás llegue el día en el que Clint se de cuenta del engaño, o quizás no llegue nunca… pero de momento, Loki se iba a aprovechar de las cosas malas y de las cosas buenas de aquella peculiar convivencia entre el Vengador y su mortal enemigo.

–Prepara lo que quieras para comer, ahora vengo–comentó el Asgardiano, y un parpadeo el dios desapareció del apartamento.

Tras varios minutos de espera, Loki volvió a aparecer, esta vez sentado en el sofá y con un DVD en sus manos. El dios sonrió divertido mirando a su compañero y mostrándole la portada de la película en la que salían justamente los actores anteriormente mencionados: Tom Hiddleston y Jeremy Renner.

Dejó la carcasa encima de la mesita que había delante del sofá, y extrajo el CD de su interior para hacerlo levitar e introducirlo mágicamente por la ranura del reproductor.

–He bajado un momento al videoclub de la esquina...– comentó como si nada, esperando pacientemente a que Clint terminara de cocinar y ambos se pusieran a ver la película.

FDI: Haz un post más y cerramos el tema si te parece bien. ¡Me ha encantado nuestro rol! <3

Se alegro de que le contestara de esa forma tan seca y antipática, eso significaba que Loki había vuelto y superando por momentos el miedo hacia los truenos como se pensaba el arquero. Ver todas esas lucecitas le embobo y las fue a cazar con lentitud como si fuera un niño. Cuando atrapo una se le escapo de entre los dedos, demostrado que no era ningún ser vivo, solo la bolita de luz que era.

Acabo de recordar que de pequeño capturaba insectos y ranas con otro niño algo mayor que yo... ¿será mi hermano?

Miro por unos segundo al Dios para irse al baño a darse una ducha rápida y calentita sabiendo que esa pregunta no seria contestada, su supuesto amigo ya le había recordado varias veces que no sabia nada de su niñez. Cuando acabo se vistió de forma cómoda y dejo el baño en perfecto estado para no escuchar las quejas del asgardiano.  Hizo caso a su petición y se fue a la cocina a ver que iban a comer una vez había colocado todas las cosas de la compra. Solo se le ocurrió preparar un par de hamburguesas, pero señoras hamburguesas con todos los ingredientes posibles, que las fue dejan en la mesa para luego ir a por la cerveza y ver la película. No podía esconder que le había hecho mucha ilusión que fuera a por ella y esa gran e inocente sonrisa lo demostraba.