[Minievento] El tiempo en sus manos - Le Moonshiner (Thunderbolts y Hellboy) [16-03-2019]

En el número 5 de la Rue Sedaine de París se alzaba una pizzería conocida como Pizzería Da Vito, con sus mesitas fuera para tomar una copa al raso cuando hacía buen tiempo y todo lo que se esperaría de una pizzería normal.

Lo que casi nadie sabía era que, entrando por la puerta de servicio que daba al callejón de atrás, podías acceder directamente a la cámara frigorífica que conducía, a través de una segunda puerta, a un local mucho más privado que se reservaba para aquellas operaciones que requerían, por su naturaleza, de un cariz más clandestino.

Entre los muchos contactos de los que disponía el general Ross, se encontraba aquél que les había permitido reservar la privacidad de aquél lugar para la importante reunión que iba a tener lugar, pues se trataba de decidir, ni más ni menos, que sobre la vida de un hombre que hasta hacía no demasiado había sido uno de los mayores campeones del Orden.


La parte del grupo que había decidido aceptar la misión, Jhonny Blaze, Wade Wilson y Thaddeus Ross, aguardaban sentados en los viejos (aunque cómodos) sillones de cuero a que apareciera su invitado estrella, acompañados por sendas botellas de whisky y por la suave y sensual voz femenina que sonaba a través del antiguo tocadiscos.

Tan sólo el día anterior el general les había informado de cuál iba a ser su nuevo encargo: ocuparse de eliminar ni más ni menos que a Arión, Señor de la Atlántida, que parecía haber perdido la cabeza desde algunos días atrás, y Jhonny había sugerido encontrar la manera de hacerse con un arma capaz de enfrentar el poder del mago. Sabía, de cuando había estado en el BPRD, que allí coleccionaban una ingente cantidad de artefactos místicos muy poderosos, así como raras y valiosas reliquias, así que se había puesto en contacto con Hellboy para solicitar su ayuda en todo aquél asunto. No le había explicado gran cosa a través del comunicador, sólo que necesitaba verle en París por un asunto urgente relacionado con Arión y que debía traerse la espada mágica que había utilizado durante el enfrentamiento con Guerra. El demonio había asegurado que acudiría a la reunión. Ése sería el momento para explicar los detalles y trazar un plan de acción...

El general miró a Hellboy de arriba abajo, frunciendo levemente el ceño mientras mantenía los brazos cruzados frente a su poderoso pecho. ¡Un jodido demonio, sin ir más lejos! ¿A dónde iban a llegar? Pero bueno, él no era el más indicado para juzgar a nadie, tratándose como se trataba del más firme defensor de la premisa: "el fin justifica los medios". Como abanderado de esa causa había realizado actos más que cuestionables en su enfermizo y obsesivo afán por acabar con Hulk, entre ellos la alianza que había mantenido con M.O.D.O.K, el Líder y la Abominación, hechos de los que no se sentía particularmente orgulloso y que habían terminado por convertirle en el monstruo rojo que ahora era. Además, Jhonny tenía un demonio dentro y era uno de sus chicos, así que Ross confiaría en él así como en los aliados que hubiera decidido escoger para la causa.

- Buenas noches -saludó en respuesta-. Yo soy el general Thunderbolt Ross, de los Estados Unidos de América.

Normalmente, cuando mencionaba su apodo de batalla, "Thunderbolt", mucha gente lo reconocía como el héroe de guerra que había sido durante la Segunda Guerra Mundial, pero si aquél demonio pertenecía a otro universo era posible que no le sonara.

- Jhonny, a quien ya conoces, y Deadpool.

>>Llamarlo "problema" es decir poco -empezó el general-. Tu "amiguito" ha asesinado a Arthur Curry, soberano de la Atlántida y supuestamente el hombre al que, como su consejero y Sumo Mago, debía proteger.

Éste acto de traición, como viejo militar que daría la vida por su país y su presidente, posiblemente fuera lo que más le indignaba de todo.

- Aparte, hace algunos días acabó con la vida de un muchacho menor de edad que intentaba hacer un robo en una tiendecita aquí en París, y cuando la dependienta de la tienda empezó a gritarle que qué había hecho, acabó con ella también. Tu "amigo" está descontrolado, y es perentorio pararle antes de que haga más daño. Jhonny dijo algo acerca de una espada...

Así que la espada sólo podía utilizarla el demonio... Eso suponía una obvia contrariedad, ya que ninguno de ellos (salvo quizás Jhonny) estaban realmente preparados para enfrentarse a criaturas mágicas, por lo que necesitaban la espada, lo cual significaba que iban a necesitar al demonio. Bien, pero tendría que ser en los términos de Ross. El militar no estaba acostumbrado a subyugarse ante nadie y desde luego aquella no iba a ser la primera vez.

- Mira, Hellboy -dijo apoyándose en la mesa de una manera similar a como lo había hecho éste-, yo también voy a ser claro. Mi trabajo es defender inocentes y proteger mi nación. Es evidente que, por norma, no me dedicaría a cazar a alguien que no es un criminal. No sé si estás al tanto de la paliza que el tal Arión le propinó a Supermán hace un año y medio. El gigantón de azul pertenece al otro universo, pero a éstas alturas de la película ya todos sabemos que no se encuentra precisamente del lado de los "malos". También raptó a un muchacho llamado William Knightley, lanzó sobre él un hechizo de ilusión que le haría parecerse a él y dejó que la Liga de la Justicia lo encerrara en su lugar, lo cual tampoco me resulta muy ético. Ha asesinado al jodido rey de Atlantis. Si me preguntas, dados sus antecedentes, yo diría que éste tipo está fuera de control, y lo que me preocupa es precisamente su nivel de poder. Si a alguien como Ojo de Halcón se le fuera la cabeza, ¿a cuántos podría matar antes de que los demás héroes le parasen los pies? ¿Diez? ¿Quince? ¿Veinte? ¿A cuántos puede matar Arión? No se trata de lo que ha hecho, sino de lo que es capaz de hacer. Hay que detenerlo antes de que llegue a realizar alguna desgracia de proporciones aún mayores. Como te he dicho, amigo, no suelo cazar a gente que no sea malvada, y si las cosas son como tú dices y algo o alguien le está controlando, estaré encantado de desviar mi objetivo de él para centrarlo sobre el auténtico culpable, pero hay algo que tengo muy claro, y es que si en algún momento veo que el hecho de perdonarle la vida pueda perjudicar gente inocente de alguna manera, o poner a alguien en peligro, yo mismo le arrancaré la garganta, y no me importa si tengo que pasar por encima de ti para hacerlo.

La mirada fría de sus ojos azules como el hielo se clavó fijamente en los de Hellboy de manera desafiante, imbuidos de determinación, la misma que le había hecho perseguir durante años a Bruce Banner, sin que pareciera importarle en lo más mínimo el tamaño o la aparente fuerza del demonio, sin el menor rastro de miedo o temor.

- ¿Estás conforme, o no?

>>Respecto a los planes, antes que nada necesitaría saber lo más posible sobre él, dado que todos los aquí presentes excepto yo habéis tenido relación con el sujeto. ¿Qué es capaz de hacer, cuáles son sus hábitos, sus fortalezas, sus debilidades...? ¿Tiene familia, alguien que le importe? ¿Existe algo que pudiéramos utilizar en su contra? Deadpool sabe dónde se encuentra su casa, pero no creo que fuese lo más inteligente atacarle en su núcleo de poder.

Y ya estaban metiendo a más gente en la ecuación: Zatanna Zatara, otra fulana a la que no conocía de nada, pero que al parecer también era amiguita del mago. A Ross no le hacía gracia que hubiera tanta gente dispuesta a anteponer el bienestar de un maldito psicópata criminal antes que la seguridad nacional (y posiblemente mundial) pero por mucho que le fastidiase tenía que admitir que necesitaban de todos los recursos que pudieran conseguir. Ninguno de ellos era mago, y posiblemente la idea de ir a enfrentar a alguien como Arión utilizando pura fuerza bruta, aunque contaran ni más ni menos que con la jodida Excalibur, no sería la opción más inteligente. Necesitaban enfrentar fuego con fuego, lo cual, en éstas circunstancias, significaba más magia, por poco que le gustara el asunto. Después de todo, él era un soldado. Desconfiaba de todo cuanto no pudiera controlar, y la magia escapaba claramente a su control. A decir verdad, no estaba muy seguro de lo que opinar al respecto de aquella alianza, pero se les agotaba el tiempo y tampoco tenían una estrategia definida.

Abrió la boca para contestar a Johnny... pero nunca sabrían cuál habría sido su respuesta, porque, en aquél preciso instante, un dolor agónico les invadió a todos.

Era como si les estuvieran aplastando el cráneo pero al mismo tiempo se les ensanchara la mandíbula y alguien estuviera tirando de todos los huesos de sus cuerpos. Cada uno de ellos cayó al suelo, retorciéndose de dolor mientras el cráneo se achataba y su pensamiento se iba volviendo cada vez más confuso, como si algo o alguien les estuviera drenando el cerebro (más de lo habitual en el caso de Deadpool). Las ropas que llevaban se rasgaron a causa del incremento de masa muscular y tamaño de sus cuerpos, dejando escapar el grueso vello que de repente se extendía por toda su piel.  

En el caso de Hellboy, su cuerpo se hizo aún más grande, ensanchando su pecho hasta límites imposibles. El cabello le creció y los colmillos inferiores se alargaron adoptando proporciones bestiales. Sus músculos también crecieron, remarcando cada una de las venas, y sus ojos adquirieron un fulgor infernal, pues el humano que había dentro de él, y que hasta ahora había llevado el control, había retrocedido hasta alcanzar un nivel primitivo, y su lado demoníaco era ahora el predominante.


Algo similar le ocurrió a Johnny, aunque su cambio físico no fue tan espectacular como el de Rojo ya que el recipiente que albergaba a Zarathos era completamente humano. Así, la frente y la nariz se ensancharon, los ojos se empequeñecieron como indicativo de una menor inteligencia, el mentón desapareció y su cuerpo se tornó más grande y robusto. Sin embargo, a pesar de lo espectacular de la transformación, el mayor cambio se llevó a cabo en su interior, ya que Zarathos ya no tenía la conciencia de Blaze para reprimirle. El lado humano de Johnny aún estaba allí, pero a un nivel tan básico y primitivo, y tan lleno de confusión, que al demonio no le costó nada tomar el control. Si quería que aquello llegara a buen puerto tendría que ser él quien llevara las riendas...


El caso de Deadpool era peculiar, pues aunque había experimentado la misma transformación física que su compañero Johnny, su factor curativo acelerado trabajaba a marchas forzadas para evitar la degeneración de su código genético y restituirlo a su aspecto de siempre, lo cual provocaría, de ahora en adelante y hasta que consiguieran solucionar lo que fuera que estaba pasando, que estuviera continuamente evolucionando e involucionando. Paradójicamente, eso podría significar que, por primera vez desde que habían realizado en él los experimentos que le habían transformado en Deadpool, podía ser, a ratos, el más inteligente de todo el grupo, y, a la vez, el más humano y con mayor capacidad para distinguir el bien y el mal. Sin duda todo un reto para el que tendría que saber estar a la altura...


Pero el grupo no había sido el único en sufrir aquellos cambios... Tanto el bar como la propia ciudad habían desaparecido, y ahora se encontraban en una pradera natural repleta de vegetación y de otros seres como ellos.


Y Ross... ¿qué había sido de Ross?

De detrás de un árbol caído cercano a la posición donde lo habían visto por última vez, emergió un brazo moreno recubierto por vello cano. No tardó en seguirle el resto del cuerpo, un Homo erectus bastante anciano que parecía tan confundido como todos los demás.


El cavernícola que hacía sólo unos instantes había sido el general Ross se contempló las manos y el cuerpo, miró lo que le rodeaba... y lanzó un aullido de furia pura nacida de la incomprensión más absoluta ante un suceso que su nueva y primitiva mente era incapaz de asimilar. Y, como cada vez que se cabreaba, una nueva transformación se abrió camino desde su interior; su tamaño aumentó, el cabello se hizo más corto y negro, la piel se volvió roja y un furibundo brillo amarillo resplandeció desde el interior de sus ojos.


Volvió a rugir, ésta vez con la potencia que le brindaban los pulmones del Hulk Rojo. Las venas se marcaron en sus poderosos músculos al tiempo que las llamas recubrían su cuerpo para reflejar la ira que le consumía. Los Homo erectus que estaban cerca salieron corriendo, aterrorizados.

Parecía que Hellboy y los Thunderbolt se encontraban en serios problemas...