042Superman
Insignia de Fidelidad :
Mensajes : 146 Fecha de inscripción : 12/11/2013 Humor : "Los sueños nos salvan. Los sueños nos elevan, nos transforman. Y lo juro por mi alma: Hasta que mi sueño de un mundo donde la dignidad, el honor y la justicia sean una realidad que todos compartamos, nunca dejaré de luchar. Jamás."
Ficha de Personaje Alias: Superman Nombre real: Kal-El (Clark Kent) Universo: DC Universe
| Tema: Casting Superman 6th Mayo 2014, 16:30 | |
| [FDI: Aunque sé que ya tengo el personaje, he considerado que lo más correcto es que yo también haga prueba de rol, dado que es un personaje muy importante y no debería quedar en manos de cualquiera. Dicho esto, espero estar a la altura. ]
El Sol... La fuente de toda vida en la Tierra... ¿Cuántas veces habría visto él su superficie, se habría beneficiado de su calor? ¿Cuántas le habría salvado de una muerte segura? Había perdido la cuenta. Quizá jamás hubiese podido llevarla, para ser honesto. Hasta él tenía sus límites y el número de batallas en que había participado era demasiado grande, con más esperándole a cada segundo que pasaba. Sólo pensar en ello le agotaba pero, incluso sabiendo que su lucha nunca terminaría, no podía hacer más que seguir adelante. Era el único que podía hacerlo, al menos, el que más responsabilidad tenía de de ello.
¿Cómo se había referido Bruce a él, aquella vez? ¿Como un dios? No le gustaba pensarlo. Sabía que considerarse superior a nadie era sólo el primer paso: Se empezaba así y se acababa creando un régimen dictatorial en el que hasta sus amigos más cercanos acababan siendo considerados enemigos, donde aquellos que una vez había protegido pasaban a vivir con el miedo y la incertidumbre anidando en sus corazones. Y por su culpa. Clark había visto esto de cerca más de una vez, y era perfectamente consciente de ello. Quizá Bruce tuviese razón en una cosa: Sus poderes no eran algo corriente. Sabía que en el preciso instante que perdiese el control, pocos habría que pudiesen pararlo, y no sin grandes pérdidas... Justamente por eso era que no podía hacerlo. Bruce tenía su regla de oro. Pero él... Él no podía plantearse siquiera la posibilidad de desatarse. Un solo paso en falso y las muertes de inocentes se contarían por millares. Una sola equivocación, un error... Era algo que no se podía permitir bajo ningún concepto.
Y, sin embargo, mientras estaba allí, observando todo desde arriba... Su carga parecía ligera, como si no existiese. Desde el Sol, desde el Espacio, podía ver el mundo que había adoptado como el suyo propio como pocas personas podían. Y era hermoso. Más hermoso de lo que nunca había imaginado que pudiese haber sido Krypton. Sus mares azules, sus masas de tierra, incluso su fragilidad... Todo en él le daba fuerzas, le inspiraba a luchar. Y entonces escuchaba las voces. Una madre acunando a su niño en algún lugar de Nuevo México. Una vida gestándose en Europa. En Nigeria, un niño llevaba comida y agua a sus hermanos pequeños tras la muerte de sus padres. Un anciano contando historias a sus nietos en España. Un abogado defendiendo a un inocente de las acusaciones de asesinato, y protegiéndolo de las miradas ya condenatorias únicamente por el color de su piel. Una reportera llevando a lugar seguro a niños en Gaza. No. Se equivocaba. De plano. Él no era el que salvaría el mundo. Él no era la única esperanza de la humanidad, como decían muchos. La verdadera esperanza de los seres humanos se hallaba en ellos mismos. En cada uno de ellos, incluso en el corazón del más malvado de todos ellos, residía el potencial para hacer grandes cosas, para hacer el bien. Pero era un camino difícil, y eran seres falibles. Tenían miedo, dudas. Sufrían. Pero incluso así, estaba seguro, deseaban hacer el bien. Lo creía firmemente, por mucho que día tras día viese cosas que le hacían plantearse lo contrario. Pero necesitaban algo más... Una señal de que las cosas podían cambiar. Necesitaban algo que les diese fuerzas, algo que les inspirase a ser mejores, a levantarse aún cuando todos sus huesos estaban rotos, a recoger los pedazos cuando algo destruía su moral. Algo que les ayudase a ser fuertes en la debilidad.
Esperanza.
Sus ojos, cerrados, se abrieron. Volvieron a ver la belleza de aquel mundo, la fragilidad del mismo, los cientos de vidas que se extinguían y las que renacían. Quizá, sólo quizá, así fuera como un ser superior veía las cosas. Pero él no lo era. Él era como ellos. Fallaba. Se equivocaba. Pero, como ellos, contaba con algo que le impulsaba a seguir adelante... Una luz en el cielo, en forma de murciélago. Un grupo de superhombres protegidos por una luz verde. Las criaturas marinas, acudiendo a la llamada de auxilio de un hombre rubio. Una mujer de cabellos oscuros liderando a sus aliadas a la batalla. Los chascarrillos de un hombre vestido de verde mientras disparaba una flecha tras otra, y un niño pronunciando las palabras que le convertían en un protector sin parangón.
Sus labios se curvaron en una leve sonrisa. No importaba lo que ocurriese, cuántas veces se cayesen. Incluso si los destruían por completo, volverían a levantarse. Incluso si él no estaba, incluso si llegaba el día en que todo él desapareciese por completo, ellos nunca dejarían de luchar. Y, por un momento, sintió que no estaba solo. Podía ser el último Kryptoniano... Pero no estaba solo. Sus fuerzas volvieron a él. Sólo que esta vez no fue únicamente el Sol el responsable. Un instante después, un destello rojo y azul cruzó el cielo. Los gritos se dejaron escuchar, el silbar de las balas, el crujir de las vigas doblándose bajo su propio peso... Pero no hubo llantos, ni pérdida, ese día. No más. No por ahora.
El edificio tronó al derrumbarse, pero encontró el soporte de un hombre vestido de rojo y azul. El metal volvió a combarse, esta vez el de un arma bajo las manos de aquel que acababa de llegar. Y los gritos de miedo y sorpresa pronto se tornaron en sonidos de esperanza. Los que habían estado en el suelo se levantaron, los que lloraban dejaban de hacerlo... Ante él, un ser de roca lo miró, cambiando su expresión. Él también lo hizo, sonriendo. Crujió los nudillos levemente y su enemigo se retiró, sólo un par de pasos.
- Doomsday... Lo siento, pero no será hoy ese día. Prepárate. Tú te vienes conmigo.
Un rugido, pretendiendo ser amenazador. El ser se lanzó contra él, y Clark lo esperó. En los segundos siguientes, ambos habrían desaparecido de la faz de la Tierra, merced a un puñetazo del Hombre de Acero, que llevaría la batalla a las alturas, donde la fuerza magnífica de sus puños no correría el riesgo de causar pérdidas colaterales. Un par de horas después, el ser de roca caería cuando las fuerzas combinadas de él mismo, Hal Jordan y Diana de Themiscyra consiguieran reducirlo. Pero se levantaría de nuevo, otra vez, algún día. Y, cuando lo hiciera, le estarían esperando. Como todas las veces previas.
Quizá la lucha no terminase nunca. Quizá siempre habría un enemigo al que combatir, tal vez llegaría el día en que ni siquiera él fuera capaz de mantener la esperanza. Pero aquel no era ese día. Mientras le quedase un solo hálito de vida, mientras una sola gota de su sangre permaneciese en su cuerpo, nunca se rendiría. Hasta que llegase el día que aquellos a los que protegía pudiesen unirse a él en el Sol, jamás dejaría que el miedo, o las dudas, le impidiesen hacer lo que era correcto. Era Clark Kent, reportero del Planet, hijo de Jonathan y Martha. Era Kal-El, el último Kryptoniano, descendiente de la casa de El, hijo de Jor-El. Pero, ante todo, era el protector de aquel mundo.
Era Superman. Y así seguiría siendo. Hasta el fin de los días. | |
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Barbara Gordon DC Universe
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| Tema: Re: Casting Superman 9th Mayo 2014, 01:00 | |
| ¡Prueba de rol superada!
¡Metropolis está a salvo! _________________ - :We are the Night:
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