El universo era tan grande...Planetas, estrellas...Todo tan cerca y a la vez tan distante...A veces Clark se sentía igual, a pesar de todo lo que tenía en la Tierra, no podía evitar pensar que seguía estando solo en el universo, el último de su especie, condenado a estar entre dos mundos y sin pertenecer realmente a ninguno...Sentado a 15 000 kilómetros de la Tierra en el vacio del espacio, observando el brillante y poderoso Sol...Sólo allí podía sentirse a salvo, tranquilo, y a pesar de todo, lo seguía oyendo, oía los gritos de ayuda, los rezos inútiles, los orgasmos de placer...Incluso ahí, podía oírlo todo...Se movió con lentitud y se puso en pie, dando la espalda al Sol y mirando a la Tierra, el hogar que le había acogido, había algo extraño...Apenas era perceptible, pero sin duda inconfundible...El latido del corazón del reportero Jimmy Olsen, estaba acelerado, más de lo normal, apenas una milésima de segundo después, un pitido agudo llegó a los oídos de Clark:
- ¿En qué lío te has metido ahora...? – Susurró al vacío del espacio profundo, cerró los ojos y para cuando los abrió, ya se encontraba desplazándose a una enorme velocidad, en apenas unos segundos ya había entrado en la atmósfera terrestre, en dirección a la posición exacta de Olsen.
No le hizo falta estar muy cerca del lugar para darse cuenta de lo que ocurría, a apenas unos 50 km de Metrópolis ya oía los gritos de cientos de personas, pisadas, empujones, la gente huía de algo...Algo grande...Superman aceleró el vuelo y apenas llegó a tiempo para destrozar unos escombros que iban a caer sobre unos rezagados:
- Marchaos de aquí. Vamos. – Dijo sin apenas dirigir una mirada a la familia, pero cubriéndoles por si algún escombro más caía sobre ellos, una vez desaparecieron fijo la vista a unos 500 metros, donde un flash delató la posición del fotógrafo Jimmy Olsen, apenas en un parpadeo Superman se colocó a su lado: - ¿Qué ocur...? – No tuvo tiempo de terminar su pregunta, un grito monstruoso proveniente de encima suyo le hizo callar, rápidamente cogió al chico, esquivó el potente golpe que cayó desde el aire moviéndose a toda velocidad hacia atrás y dejando a salvo a Olsen a unos 500 metros del lugar, luego volvió y observó a su enemigo a través del humo que el impacto había levantado.
Era un ser monstruoso, pero no era algo que a Kal-El le sorprendiera, enorme, descomunal, con la piel grisácea, similar a las rocas...Frunció el ceño y dijo: - ¿Doomsday? – No le dejó tiempo para responder, salió disparado abalanzándose sobre su contrincante y lo llevó hacia el aire, no iba a pelear con él en la ciudad, no dejaría que destrozase su hogar, voló a gran velocidad hasta unas montañas al Oeste de Metrópolis, a varios cientos de kilómetros y salió disparado hacia la roca, estrellando a su rival contra esta con un fuerte impacto, se apartó con calma flotando en el aire y dijo: - ¿Qué haces aquí? – La respuesta fue un rugido y la bestia volvió a la carga, saltando hacia su rival, Superman ya estaba preparando un gancho de derecha cuando de repente, un estallido le puso en alerta, un segundo y todo empezó a desmoronarse, ciudades, montañas, mares, todo estaba cambiando, Superman recibió el golpe de Doomsday de pleno, cayendo en picado hacia el suelo mientras oía los miles de gritos de terror por todo el globo: - Maldita sea, no tengo tiempo para ti monstruo!!!! – Sus ojos despidieron un fulgor rojizo, se incorporó en el aire y aprovechó que su enemigo estaba en el aire para lanzar un potente rayo desde sus ojos, que impactó de pleno en el pecho de Doomsday, carbonizando su piel, luego, salió disparado hacia este, y le sujetó los brazos con fuerza: - Se que esto te dolerá...Pero acabaras por recuperarte...Lo siento...- Con sus piernas hizo palanca y con una fuerza descomunal, arrancó los brazos de la bestia y de la misma fuerza, Doomsday salió disparado hacia el suelo, cayendo varias decenas de metros a una gran velocidad e impactando contra el suelo.
Superman no comprobó el estado de la bestia, lanzó los brazos bien lejos y emprendió un rápido vuelo hacia Metrópolis, temiendo lo peor...Efectivamente, al llegar, la ciudad estaba arrasada, muchísimos edificios habían caído, aunque al parecer, las bajas humanas no parecían ser tantas, a toda velocidad, el hombre de acero trató de rescatar a todos los que pudo de los escombros, ya había pasado una hora y media cuando hubo revisado todos los edificios derribados rápidamente y había sacado a todo el mundo de allí, estaba anocheciendo...Y al parecer, el amanecer no aguardaba nada bueno.