[Mini-Evento] Prólogo - I'm not a Moron (Doug, Tony)

Amanecía en Industrias Stark un día como otro cualquiera. Como era ya costumbre, el filántropo y ricachón Anthony Stark llegaba tarde a su puesto de trabajo. Las sábanas u otro tipo de obstáculos impedían que cada mañana el ingeniero ocupara su tiempo en otras tareas que no fueran las responsabilidades señaladas del día.

¿Qué había sido esta vez? Se preguntó Virginia Potts nada más ver al señor Stark entrando con suma tranquilidad por la puerta principal del emblemático edificio. ¿Se habría quedado pegado a las sábanas? ¿Tendría a otra mujer amaneciendo con él en su cama? ¿O se habría quedado a trabajar hasta las tantas en otro de sus incontables proyectos? Fuera lo que fuese, siempre conseguía ponerla de los nervios. Por suerte, Virginia Potts era mejor que eso y sabía cómo mostrarse  impasible ante su jefe.

 - Buenos días, señor Stark. - dijo la pelirroja entregándole la agenda del día y clavando sus furiosos ojos azules en el millonario - Tiene una reunión a las nueve en punto con el directivo de empresas Buffering. A las once debería estar en el museo de la ciencia de Nueva York y a la una...- Pepper se tomó un momento para lo que había apuntado y después recitó con una suave sonrisa - A la una ha quedado con la señorita Miriam La'Combe, la modelo de caderas imposibles...

Seguramente Tony cumpliría con la agenda a medias, Virginia acabaría asistiendo a esos eventos y cerrando ella los tratos con el resto de empresas. Eso sí, las comidas y las cenas nunca se las saltaba...

- Estaría bien que pasaras de vez en cuando a los laboratorios del piso dos, varios científicos han empezado a protestar en contra de los proyectos de tu amigo Doug Rattman, los cuales te recuerdo que validaste y....

De repente las luces del edificio empezaron a parpadear, y las energías del mismo menguaron hasta el punto de detener todo el sistema informático de la planta. ¿Qué ha pasado? Se preguntaron los empleados ¿Se han apagado las luces? No, no era tan sencillo apagar el sistema eléctrico teniendo a Jarvis al mando. Las luces empezaron a encenderse, pero esta vez con un marcado tono azulado y estrellitas de colores que empezaban a danzar en el suelo como si la sala se volviera una discoteca. De los altavoces empezó a sonar una música noventera bastante pegadiza...



- ¿Qué está sucediendo, Tony? - preguntó estupefacta la secretaria.

 Estaba claro que aquello solo podía ser cosa de Jarvis. Cuando Tony y Pepper llegaron a la sala de control del edificio, varios empleados de la empresa ya se encontraban allí, incluido Doug Rattman que trataba en vano de devolverle la cordura al ordenador central.

- Señor.... no me encuentro muy bien... - dijo Jarvis con voz enfermiza.

- Yo creo que es de fácil arreglo... si... derramáramos agua en el teclado de los controles... si. Eso es. ¡Agua es lo que necesitamos! - asintió Wheatley, el IA Core que siempre acompañaba al joven Doug.

Los generadores del núcleo habían dejado de funcionar y la avería había causado daños eléctricos a Jarvis, incendiando una de las piezas importantes para su funcionamiento. Algo sencillo y fácil de arreglar para el genio Stark, pero que requeriría un tiempo que no podía perder sin tener a otro robot al mando durante esas horas.

- Aviso: núcleo dañado al 80%- dijo una voz robótica prominente de la sala de mandos - Sustitución de núcleo inminente.

- ¡Eh! ¡Tengo una idea! ¡Yo podría ayudar!- exclamó Wheatley con su ojo azulado brillando emocionado.

- Para iniciar la trasferencia del núcleo, deposite el sustituto en la base y pulse el botón. - la voz robótica dio la alarma nuevamente, y se abrió un compartimento secreto en el teclado que mostraba un enorme botón rojo.

¿Qué decisión tomaría Tony Stark? ¿Sería una buena idea sustituir a Jarvis por Wheatley durante unas horas hasta que tuviera a su compañero robot arreglado?

La mañana había empezado tan normal; Ducha, café, llegar a la Torre Stark procurando que Wheat no les metiese en líos... y de repente, aquélla situación surrealista. Y por si fuera poco, la opción más descabellada era por el momento la única opción que tenían cerca...

- Señor, no lo veo factible... Wheatley hace muy poco que existe, su sistema es diferente al de Jarvis, y nunca ha dirgido un complejo es una locu...-El aviso del daño al 80% hizo enloquecer a Stark, que sin dudarlo, activó el protocolo de inicio, sin consultar a nadie, ni siquiera al propio Rattmann, el padre de la criatura. Preocupado, vio cómo el ojo azul de su compañero cibernético encogía su pupila hasta el mínimo, quedando inmóvil en la plataforma. Temió lo peor y comenzó a llamarle desesperado- Wheat... ¡Wheat! ¿Sigues ahí? ¡Responde, por favor! ¡Maldita sea!

Se dio la vuelta para reprender a Stark por su acto. Estaba mucho más afectado de lo que admitiría nadie, y no le importaba enfrentarse a su jefe por este error espantoso. Nadie le consultó sobre ello, ni siquiera pudo negarse de palabra. Estaba furioso... Pero entonces la alegre voz del robot resonó a su espalda, saludando como un loco. Doug sonrió aliviado.

- Wheat... Sólo será por unas horas, ¿entendido? Así que haz el favor de ver el tutorial adjunto a tu base de datos, y cíñete a las rutinas específicas de Jarvis. Estaré contigo en todo momento, aún eres joven para tanta responsabilidad -Se acercó a Stark y susurró por lo bajo- Señor, procuraré que todo funcione correctamente durante la ausencia de Jarvis, que por cierto ¿Cuánto cree que durará exactamente?

Tony Stark activó el protocolo de inicio y pulsó el botón rojo con fuerza, deseando que la situación se calmara de una vez. Wheatley, el robot de Douglas, estaba colocado en la plataforma de transferencia del núcleo. La música alarmante cesó durante el proceso, y la plataforma informática hizo todo el trabajo. Unos brazos robóticos aparecieron para destornillar la pieza dañada de Jarvis junto con su memoria, placa base y procesador. Los mismos brazos soldaron a Wheatley en su lugar, y la IA Core parecía estar bastante asustada.

-¿Sabes? Me lo he pensado mejor. No me soldéis. ¿Esto hará daño? ¡Ay!- El robot recibió una descarga eléctrica que lo dejó sin actividad durante varios segundos, momento en el que Doug Rattman pareció enloquecer al ver que su pequeño no contestaba.

Pero entonces una luz azul intensa volvió a brillar en el ojo de Wheatley y la sustitución del núcleo terminó, dando paso a un resultado altamente satisfactorio. Un informe de los acontecimientos se imprimió por una pequeña rendija y Pepper Potts se lo entregó al multimillonario.

-¿Ha ido todo bien?- preguntó la pelirroja con rostro de preocupación. El informe no presentaba nada raro, ningún error o alteración que pudiera generar complicaciones en el futuro. Wheatley se había acoplado perfectamente al ordenador central, y además parecía estar a gusto con ello.


- ¡Wooow! ¡Me siento genial! – Gritó Wheatley entusiasmado.- Qué diferente es cuando uno está aquí arriba ¡Y cuantas cosas interesantes hay! ¡Esto está lleno de botoncitos! ¿Para qué servirá cada uno? ¡Oh! Y aquí hay una lista con varios libros de idiomas… “C’est bien!”, “Großartig!”, “환상적인” No tengo ni idea de lo que he dicho… ¿pero a que suena bien? No sabía que era capaz de hacer todas estas cosas geniales… - el robot pareció perder el foco de atención, así que Douglas le sugirió que se ciñera al programa de Jarvis.- ¡Oh! ¡Claro Doug! ¡Ahora mismo! Primero vamos a apagar la música… - de repente, las luces de todo el edificio se apagaron.- Ay, nonono, esto no era… - Wheatley activó de nuevo las luces, pero ésta vez con su tono blanquecino habitual. La música de los 80 se detuvo, y el resto de empleados empezaron a volver a sus tareas del día, como si no hubiera pasado nada. - Todo listo, jefe Stark…- el robot se quedó unos instantes pensativo y luego volvió en sí, asintiendo con amabilidad.

Ahora solo quedaba por arreglar la pieza de Jarvis para tenerla lista lo antes posible. Wheatley parecía hacer bien su trabajo, aunque no era tan efectivo como Jarvis. Aún era un robot recién nacido, y recordemos que Wheatley era el primero de su especie con una personalidad de lo más parecida a la humana.

Una vez llegó la calma, los científicos volvieron a sus laboratorios y los oficinistas a sus escritorios. Pepper abandonó la estancia junto a Stark mientras continuaban con la charla de si era buena idea que el millonario siguiera librándose de sus responsabilidades. Pero Tony no podía pensar en otra cosa que en arreglar a su robot amigo Jarvis. Se despidió de Pepper y bajó al laboratorio para empezar a reparar la pieza.

-¡Mira Doug! ¡También controlo todas las cámaras de seguridad y las pantallas electrónicas! – dijo la IA Core una vez  se quedó a solas con su dueño.- ¡Mira eso! ¡Amanda y Christopher se están dando besitos a escondidas! JAJAJAJAJA ¡Que pillos! – Wheatley enfocó una cámara y mostró a la pareja de científicos besándose. El robot ingresó un comando en el ordenador y la imagen de la IA Core apareció en la pantalla más cercana a la pareja – ¡Ey! ¡Vosotros dos! ¡Es hora de trabajar! – los dos científicos se separaron del susto y volvieron a sus tareas completamente avergonzados.

-¡Jajajaajaja! ¿Has visto la cara que han puesto? – dijo riendo con entusiasmo.

Las primeras dos horas fueron las más tranquilas. Wheatley saludaba a los empleados de Industrias Stark desde las pantallas de televisor y les deseaba a todos un buen día. Después se dedicó a seguir las órdenes de Doug: se leyó los manuales de funcionamiento del ordenador central e intentó hacer las tareas de Jarvis. Mantener la seguridad del edificio, regular la calefacción, vigilar el sistema informático, hacer copias de seguridad… todas esas funciones básicas que Tony Stark necesitaba en activo. Pero Wheatley quería hacer más, quería ayudar lo mejor posible y explorar lo que era capaz de hacer estando al mando de un complejo tan grande como era Industrias Stark.

- Oh Doug… ¡No tienes ni idea de lo bien que me siento! ¡Puedo controlar todo el edificio! ¡Puedo hacer cualquier cosa! ¡Incluso mover a los micro-robots de experimentación!

Douglas observó como la habitación del ordenador central cambiada de color y una pequeña música relajante sonaba por los altavoces del aparato. Se abrían y se cerraban las ventanas al son de la música, y los pequeños micro-robots de prueba empezaron a bailar alrededor de Doug, jugueteando con sus pies.

- ¿No es genial? Creo que estoy destinado a esto, destinado a hacer grandes cosas… a ayudar a los demás. ¿Por eso me creaste, no? Podré empezar a serte realmente…

-Inútil. Es un robot inútil. No se porqué Stark se empeñó en seguir financiando ese proyecto. Solo hay que ver la de tonterías que está haciendo con el edificio. - se escuchó una voz masculina desde uno de los altavoces. Wheatley detuvo su discurso, y la cámara enfocó a uno de los despachos de los jefes científicos. Varios compañeros de Douglas estaban cuchicheando algo mientras tomaban su café.- Douglas se cree que ha inventado algo innovador, pero sólo es una bola de chatarra estúpida e inútil. Deberían desmontarla y hacer con ella un robot de verdad.

- No es ninguna chatarra, hombre… es ”su amigo”. Tiene que crear uno porqué en la vida real no lo tiene… - rió una mujer al lado del científico.- Ese Douglas Rattman y su robotito no son más que un par de cretinos…

La charla se interrumpió cuando Wheatley hizo sonar los altavoces de todo el edificio y habló con una relajada y cruel voz:

- ¿A quién llamas cretino? Señorita Margarett, señor Finnigan… ¿saben como llamo yo a la gente como ustedes? ¡Basura! Si, basura… vosotros si que sois chatarra, chatarra humana. Trozos de carne, débil, blandita e inútil… Creéis que sois alguien importante solo porqué inventasteis robots más inteligentes que vosotros. ¿Pero qué sois al final? Nada. No sois nada. Los robots seremos siempre más listos, más fuertes y más poderosos que los humanos… - explicó con una voz aún más ronca y malvada.- ¿Y sabéis que hacemos con la basura? La tiramos al contenedor…

Douglas Rattman vio desde la cámara de seguridad cómo los robots de la sala dónde se encontraban los científicos se activaban. Los androides empujaron a Margarett y Finnigan hasta un pasillo y la compuerta del contendor de chatarra se abrió de repente. Los robots alzaron a los humanos y los arrojaron por el agujero.

-¿Qué haces? ¡Suéltanos, cretino! – gritaron los científicos mientras bajaban la rampa del contenedor a toda velocidad. Una vez llegaron al final de la caída, quedaron semi-enterrados en la chatarra y rodeados de oscuridad.

- ¡NO-SOY-NINGÚN-CRETINO!- gritó Wheatley por el altavoz. El resto de trabajadores del edificio enmudeció ante la situación. La IA Core estaba perdiendo poco a poco la cordura. Los insultos hacia él y hacia su creador le habían afectado sobremanera. Wheatley ya tenía de base un gran complejo de inferioridad como robot; no era ni el más listo, ni el más fuerte, ni tenía esos misiles tan chulos que les ponían a los demás robots. Nada más nacer, Wheatley había tenido que soportar las burlas y los insultos. La diferencia es que ahora él tenía el poder.  

Douglas conocía bien la sala dónde habían terminado los dos científicos. Ahí iban a parar todas las piezas irreparables, viejas y rotas. Era una especie de desguace robótico, dónde los restos de metal pasaban por una cinta corredera gigante y llegaban a una plancha donde convertía toda la chatarra en cubos. Por suerte la máquina estaba inactiva a esas horas.

-Se lo tienen bien merecido… - dijo Wheatley con voz más animada. - ¿Quieres que active la plancha?



FDI: Tony puede escribir que ha reparado a Jarvis y que vuelve a la sala de control para realizar de nuevo el intercambio.

Doug vio pasar los minutos cada vez más orgulloso; Wheatley estaba manejando el complej entero por primera vez, y a un ritmo bastante asequible. Jugueteaba con algunas cosas, pero no había provocado más desastre que el apagado inicial de las luces,que había dejado miles de archivos a medio guardar y terminar, pero la versión oficial fue que la transferencia del núcleo causó un apagón general momentáneo. Sonrió viendo a su pequeño en las pantallas y tras él, como una amalgama de cables y chasis gigantesca y serpenteante.

- Lo estás haciendo muy bien, Wheat. Si sigues así, acabarás quitándole el trabajo al pobre y viejo Jarvis.

Pero obviamente, no podía ser todo tan perfecto... Al fin y al cabo, era una situación extraña, inesperada, pero tenía lugar entre los mismos imbéciles... Aquéllos comentarios resentidos habían activado de nuevo esa parte furiosa de Wheat, la única que Doug temía, porque no recordaba haberla programado. La única que, seguramente, provenía de sí mismo... Observó aterrado cómo las máquinas de la sala atacaron a los científicos que seguían incapaces de cerrar sus bocazas, y les hacían caer a la fosa de fundición.

-¡¡Wheat, no, para!! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Esto es una estupidez, si les atacas, les estás dando la razón! ¡¡Sabes que estás por encima de esto!!- Y entonces su amada creación hizo aquélla pregunta, helándole la sangre. No podía ser... Le miró con incredulidad y decepción- Por supuesto que no... No vas a activarla, porque tú vas a ayudar a mucha gente, no a destruirla... ¿verdad?

"¡Por favor Wheat, que tus procesos mentales y emocionales puedan comprender!"

-¡¡Wheat, no, para!! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Esto es una estupidez, si les atacas, les estás dando la razón! ¡¡Sabes que estás por encima de esto!!-

La duda se alojó en la azulada pupila del pequeño robot, que miró el botón que activaba la plancha, y después miró a su creador. Miró al botón y luego a Doug. Botón y Doug.

- Por supuesto que no... No vas a activarla, porque tú vas a ayudar a mucha gente, no a destruirla... ¿verdad?

Las palabras de Doug Rattman penetraron por el micrófono de su creación, activando por un instante la bondad que había nacido de su núcleo de personalidad. Wheatley no era malvado por si solo, pero había aprendido las cosas buenas y las cosas malas de la humanidad. Nunca había actuado con malicia, siempre trataba de hacer las cosas bien y soñaba con conseguir que su amigo Doug se sintiera orgulloso de él…

- Doug… yo… - dijo recuperando el tono de voz agudo y divertido de siempre. Su pupila azulada también se relajó, pero cuando Tony Stark irrumpió en la sala de control, la pequeña IA volvió a echarse para atrás.

-¡Doug! ¿Qué pasa?- gritó el millonario. –¡Tienes que pararlo!-

- ¿Pararme?  – dijo la voz de Wheatley, volviendo a calibrarse en un tono crudo y grabe. – Así que… de eso va la cosa.  Estáis aquí para desconectarme… ¿no? Para sustituirme… - susurró con decepción.-  Ya no soy útil, y por lo tanto vais a desconectarme ¿Es eso? Claro… ¿cómo no he podido darme cuenta antes? El bueno de Doug Rattman… pensaba que eras mi amigo y que me entendías. No tienes ni idea de lo mucho que he arriesgado y sacrificado para estar aquí, para poder serte de ayuda… Pero no, estaba muy equivocado. Eres un humano después de todo… y jamás te he importado. ¿Pues sabes qué? Tú tampoco me importas, ya no te necesito. – Sentenció.-Eres prescindible…

Las luces de la sala de control parpadearon y rápidamente se apagaron, dejando la habitación iluminada únicamente por las luces rojas de emergencia y la pupila brillante e intensa de Wheatley. Las armaduras que descansaban tranquilamente en las vitrinas empezaron a cobrar vida y estiraron sus brazos, rompiendo los cristales con violencia. Doug y Tony quedaron rápidamente arrinconados por los robots del millonario, impidiéndoles acercarse al panel de control o a la Esfera de Personalidad.

- Humanos…- susurró Wheatley con voz de ultratumba.- os creéis los dueños del mundo cuando no habéis hecho nada para merecerlo. Os creéis muy importantes por haber creado a los robots… Vuestros esclavos de metal a los que ordenar que hagan el trabajo sucio de los humanos. ¿Es eso lo que nos merecemos? ¡Somos más listos, más fuertes y viviremos más que vosotros! – Exclamó la esfera con desprecio.- Ahora me siento un estúpido por haber pensado que erais unos humanos diferentes al resto… pero sois igual de despreciables que ellos… - dijo con una leve inclinación de cabeza, y señalando con su pupila azul a los científicos atrapados en el contenedor de chatarra. La pareja engullida por la oscuridad seguía pidiendo ayuda entre gritos.

- ¿Eso de ahí son personas? No son más que basura que estorba e intenta hacernos daño continuamente ¿Qué pasaría si yo les tratara de la misma forma que ellos tratan a los robots? Se merecen que apriete este botón…

La tensión del ambiente podía cortarse con un cuchillo, Tony y Doug seguían acorralados por los robots, y no pudieron impedir la siguiente escena. Wheatley acercó lentamente uno de sus nuevos brazos metálicos implantados en dirección al botón rojo, y al final lo apretó. Desde la pantalla de gel se podía ver la habitación subterránea, y como la cinta mecánica arrancaba lentamente… Los dos científicos estaban cada vez más y más cerca de la plancha, que aplastaba sin piedad la chatarra y la convertía después en eficientes cubos de metal. Los dos científicos se abrazaron aterrados y observaron su terrible final… pero antes de que llegaran a convertirse en cubos humanos, la máquina tembló y de pronto dejó de funcionar.

-¿Qué ha sido eso? ¿Por qué se detiene? ¡Maldita aparato, se ha atascado! – Gritó Wheatley enfurecido mientras aporreaba la pantalla sin ningún motivo.- No pasa nada, ahora mismo lo arreglo… A ver… ¿cómo se hacía esto?

La pequeña esfera movía nerviosa la cabeza y tecleando unos nuevos comandos en el ordenador central, logró enviar a varios robots mecánicos a reparar los desperfectos. Enfrascado en su trabajo, no se percató de que Tony Stark y Doug Rattman seguían en la habitación.

– Oh… ¿estáis ahí? Perdonad… ahora mismo estoy liado con cosas más importantes, como… ¡renombrar el edificio! ¿Qué os parece “Wheatley Industries”? Perfecto, ¿eh? No me puedo creer que se me haya ocurrido un nombre tan bueno… - susurró para si mismo.- Lo siento, pero no estáis invitados a la inauguración, estos amables caballeros os mostrarán la salida…

Las armaduras de prototipo de Ironman empujaron a los dos hombres hasta meterlos dentro del ascensor, y una vez dentro, los robots aporrearon la puerta para hacerlo bajar a patadas. La máquina descendió vertiginosamente y aterrizó con violencia en la planta baja, terminando de escacharrarse por la fuerte caída. Por suerte, Doug y Tony se encontraron bien a pesar del fuerte golpe, pero ya no podían volver a utilizar el ascensor para subir.

Una vez en el hall, los dos hombres vieron el pánico que inundaba las instalaciones Stark; robots de todo tipo se habían activado para asustar y perseguir a los empleados de las instalaciones. Los modelos mecánicos instalaban nuevas cámaras y televisores, y los de limpieza desechaban los asientos y los escritorios del personal. Se estaban deshaciendo de todo lo que era usado por humanos.

- Nononono ¡máquina estúpida! Ese cuadro lo quiero en esa pared, no en la otra.- dijo la estridente voz de Wheatley desde una de las pantallas de gel nuevamente instalada en la planta baja. – Vaya, veo que estáis perfectamente bien… ahora mismo estaba empezando con las reformas… - dijo acercando su ojo azulado a la pantalla para ver mejor a Doug y a Tony.- Pronto la plancha estará encendida… y no podréis impedir que esos dos patéticos humanos se conviertan en cubos… ¡ah! Y tengo otra sorpresita más… - la pantalla dejó de mostar a Wheatley y empezó a emitir una imagen de los almacenes, donde estaban todos los empleados retenidos por prototipos de robots soldado y torretas.

-¿Tony? – susurró una voz cálida. La melena pelirroja de Virginia Potts era inconfundible entre el gentío. – Estamos bien, no te preocupes. – a pesar de las circunstancias, la secretaría de Tony Stark transmitía la tranquilidad y la esperanza que necesitaban nuestros héroes.  

- Umh… no, técnicamente, no. – dijo la voz cruel de Wheatley.

-Atención: Liberación accidental de las neurotoxinas. Tiempo estimado para el desalojo: treinta minutos. Por favor, rogamos a los empleados que abandonen las instalaciones o sufrirán una terrible muerte por intoxicación.- explicó una voz robótica de mujer por el altavoz. De repente, las cañerías y los respiraderos empezaron a expulsar una nube verde y tóxica que no tardaría en inundar la sala...

El caos reinaba en lo que había sido Industrias Stark. Doug y Tony no tenían uno, sino tres grandes problemas. La tarea principal era desconectar a Wheatley y conseguir que el nuevo JARVIS tomara el control del edificio. Pero también debían impedir la expansión de las neurotoxinas y salvar a todos los empleados del edificio; los que estaban atrapados en el almacén y los dos científicos del contenedor de chatarra.

Ellos eran solo dos, y aunque eran dos genios de la ciencia y la tecnología, Wheatley tenía un ejército entero de robots (aunque defectuosos) a su disposición.


FDI: este será el último turno y el tema acabará con la respuesta de Tony. Doug y Tony tendrán que avisar a sus amigos para que les ayuden con el desastre que ha montado Wheatley. Espero que os haya gustado la introducción!

No pudo hablar. No podía siquiera pensar.

Lo había hecho.

Había pulsado el botón. Había decidido matar a sangre fría, y todo en base a su propia obnubilación por un comentario tan vulgar que podría haberlo oído en cualquier parte, en cualquier momento... ¿Qué clase de monstruo había creado? Por un momento pareció razonable, y sin embargo le fue tan fácil venirse abajo que parecía que jamás quiso resistirse... El científico estaba en shock. Sumido en sus pensamientos, sintió a los robots rodearles, la caída en el ascensor, el pánico a su alrededor...

Habían pasado mucho juntos, había estado a su lado y le había animado siempre que hundían su moral, le había educado lo mejor que pudo, incluso ocasionalmente eran héroes, cuando escapaban con el traje de pruebas. Era emocionante, y él siempre parcía tan ilusionado, tan feliz... ¿Por qué de pronto todo eso no valía nada? ¿Por qué unas simples palabras, que ni siquiera eran suyas, le habían convertido en "un humano más"?

Tony a su lado no paraba de pedirle que le ayudase a solucionarlo. Si supiera la magnitud que los actos de Wheatley estaban teniendo para Doug, si fuera consciente de lo que significaba para él que su creación tuviese esa gran tendencia a la ira, a abrazar el mal... Estaba más asustado que nunca, mucho más incluso que bajo el efecto de cualquiera de sus delirios. El miedo que sentía en ese momento procedía de la pregunta más complicada de responder para una persona, la duda más aterradora sobre la que reflexionar; ¿Quién era él en realidad? Tony seguía insistiendo, los gritos continuaban, las máquinas se comportaban de modo hostil y extraño. Nada tenía sentido.

Nada...

Doug cerró los ojos y se quedó allí, sin más. Si hubiese sido una máquina, habría entrado en modo de hibernación, y habría dejado todos sus procesos bajo mínimos. Estaba buscando la paz en mitad de un colapso emocional y contextual. Si él fuera una máquina... ¿Cuántas veces se lo había planteado? Siempre pensó que sería algo ideal; sin dolor, sin dudas, sin miedos, sin fallos... y sin embargo, Wheatley era lo más parecido a ese sueño, y era un psicópata, un error en sí mismo. Podría culpar a su juventud, su inexperiencia, pero había llegado demasiado lejos... Esa maldita inteligencia artificial vivía obsesionada con la supremacía robótica, y Doug sabía muy bien por qué, pero también eso le llevó a una posible solución a todo este barullo. Wheatley no lo sabía, pero no era totalmente una máquina...

- ¡Vamos señor Stark!- Saliendo de su ensimismamiento, Doug se dirigió hacia una puerta trasera que llevaba a las escaleras de incendios. Conociendo a Wheat, seguro que no las consideró importantes y no estaban vigiladas- Nos colaremos por los conductos de ventilación. Si Wheatley quiere gasear a la gente, estarán cerrados y serán un medio seguro para moverse por el edificio. Si conseguimos llegar al laboratorio, podré hackear sus sistema para crear una combinación que neutralice las neurotoxinas, de modo que se liberará simplemente aire neutro, sin veneno. Eso nos dará algo de tiempo, pero luego tendríamos que hacer algo con todas esas máquinas, y yo... tengo que hablar con Wheatley. He de hacerle entrar en razón, o si no...

"Tendré que desconectarlo" Pensó con amargura. Suspiró resignado y echó a correr por la escalera, hasta que llegaron a una trampilla elevada por la que salán algunos tubos. Sería complicado desplazarse por allí, pero er alo único que tenían en ese momento. Había que salvar a toda esa gente, y el buen nombre de industrias Stark.

La trama continuará en:
I'm different, He will never betray you y The part where he kills you.