[Mini-evento] I'm not a moron: the part where he kills you (Doug Rattman y Tony Stark)

Caos, locura, terror. Si alguien había estado antes en las instalaciones de Stark Industries sabría que ninguno de esos nombres definía la empresa del multimillonario Anthony Stark. Pero aquel no era un día normal para el hombre conocido como Ironman, ni para su famosa empresa.

Los habitantes de Nueva York que paseaban por las cercanías del complejo, podían observar a primera vista cómo el edificio entero empezaba a descolocarse y tomar otra forma. Las paredes de la torre se intercambiaban y algunas se despegaban del edificio hasta caer aplastando la carretera. El tráfico tuvo que detenerse por culpa de los desprendimientos, pero por suerte no hubo heridos. De las ventanas llovían cristales rotos, muebles y robots que planeaban por el cielo con una mochila de propulsión. Algunos de los empleados de Stark Industries, los más afortunados, abandonaban despavoridos las instalaciones con llantos y gritos de auxilio.

- Espera… ¿Has dicho Stark Industries? Oh, nonononono. Ahora es WHEATLEY INDUSTRIES.

En efecto, en lo alto de la torre, un pequeño robot que sobrevolaba el edificio se había dedicado a desencajar la palabra Stark que colgaba en un extremo, y en su lugar pintarrajeaba la palabra “Wheatley”, con letras grandes de color azul. El pigmento era tan espeso que goteaba por su propio peso y se deslizaba de lo alto del edificio manchando los ventanales inferiores…

- No está mal, ¿eh? De momento ya es un avance. Cuando tenga las letras de luz de neón con mi nombre ya no tendré que preocuparme por la pintura. ¡JA!

Pero los cambios no eran tan solo visibles a ojos de los civiles de Nueva York. El núcleo de personalidad llamado Wheatley se había dedicado a remodelar el edificio tanto por fuera como por dentro. Las paredes se movían, las habitaciones cambiaban a placer hasta encajarse unas con otras como si fueran un puzzle en tres dimensiones. Todos aquellos que trabajaron para Stark Industries no reconocían el interior de edificio; las habitaciones y los pasillos se habían convertido en un enmarañado laberinto…  
Los robots defectuosos y los de prototipo perseguían entusiasmados al resto de empleados del edificio con expresiones como; “Perdone, señor saco de carne” o “Permítame que use violencia”, y los trasladaban a una de las nuevas habitaciones que habían distribuido aleatoriamente. Desde una de las televisiones de plasma se podía ver esa habitación en concreto. Parecía un almacén dónde se guardaban los materiales de oficina, pero ahora lo único que se veía eran varias armaduras de Ironman apuntando con sus armas de fuego a un corralito de trabajadores del edificio, esperando nuevas órdenes. En medio de toda esa muchedumbre, también se encontraba la asistente personal del multimillonario, Virginia Potts, que trataba de calmar a la gente.

Por otro lado, Margarett y Finnigan habían sido arrojados al contenedor de chatarra, donde les esperaba una nueva vida, convertidos en cubos orgánicos. Wheatley había mandado a varios técnicos robot a arreglar la plancha. El mecanismo de la cinta se había quedado atascado por culpa de unos pequeños trozos de metal. Y en cuanto los robots lo arreglaran, la cinta mecánica volvería a funcionar y llevaría a los dos científicos directos hacia la muerte.

Y por no hablar de las neurotoxinas; ese humo verde y venenoso que empezaría a inundar el edificio al completo cuando pasaran los treinta minutos de evacuación. Daba igual si salvaban a todos los empleados del edificio y detenían a Wheatley a tiempo, las neurotoxinas matarían a cualquier ser orgánico si no se ventilaban los conductos…

Era una situación desesperada para dos hombres. Necesitaban ayuda.

-Hola gente, eh… Veréis, no es por molestar pero necesitaría una manita por aquí. El edificio de industrias Stark está controlado por una I.A. maligna como la de las pelis y todos mis empleados están huyendo despavoridos. En resumidas cuentas, que si alguien puede pasarse a evitar que me echen el edificio abajo….Estaría muy agradecido.

El mensaje de auxilio de Tony Stark llegó a oídos de varios héroes. Pero solo cuatro pudieron presentarse a tiempo para ayudar:

Rocket Racoon, Peter Parker, Alice Denaley y Sam Alexander entraron en Stark Wheatley Industries a tiempo de escuchar la mortífera y pegadiza canción que entonaba la esfera…


- Bueno, bueno…. ¡Bienvenidos a mi nueva empresa! – De un televisor de pantalla plana situado en la entrada, apareció la imagen del pequeño y esférico Wheatley, saludando a los intrusos con voz animada.- Disculpad el desorden, acabo de empezar a limpiar la chatarra humana y todavía me quedan unas horas para poner a punto mi… ¡NUEVA FÁBRICA DE ROBOTS! ... Ahí, está, ya lo he dicho. Voy a dedicarme a la robótica. ¡Es el futuro! Aunque todavía no he pensado en lo que voy a fabricar…umh… seguramente haga pequeños prototipos de… mi mismo. ¿No es genial? Pequeños Wheatleys correteando por los pasillos…¡Ay! Si tuviera lagrimales estaría llorando ahora mismo. Perdonad, no era eso de lo que quería hablaros, en realidad no os importa. Lo se. No os importa nada que no hable de vosotros mismos. En fin… se porqué estáis aquí. El mensaje de Stark, como no. El ingeniero se cree muy listo y se piensa que no le he oído… ¿I.A Maligna? ¿En serio? ¡Bah! Si ha sido él quien me ha puesto al mando. Pero bueno. Imagino que vosotros cuatro debéis de ser sus amiguitos… pues… ¿por dónde empiezo? Quizás sea divertido teneros por aquí después de todo. ¡Seréis los primeros en hacer el tour por MI empresa! ¿No es emocionante? ¡Espero que os guste!

- Aviso: liberación de las neurotoxinas al 10%. Tiempo estimado para el desalojo: veinte minutos. Por favor, rogamos a los empleados que abandonen las instalaciones o sufrirán una terrible muerte por intoxicación. Rogamos que…

- ¿Otra vez? ¡Pensaba que ya lo había arreglado! No le hagáis caso a esa alarma. Ignoradla. Creo que está estropeada…Esperad, dadme un segundito… - la voz de alarma no dejó de sonar, en cambio se activaron de repente los aspersores antiincendios, y una suave lluvia roció a nuestros héroes. – No, no era eso.

Mientras Wheatley estaba distraído tratando de desactivar en vano las neurotoxinas, nuestros amigos tuvieron el tiempo necesario para trazar un plan. Tony Stark les había explicado la situación desde su comunicador privado: Alice Denaley y Spiderman se adentrarían en las habitaciones subterráneas para buscar el contenedor de chatarra y salvar a los dos científicos atrapados. Rocket y Nova subirían por las escaleras en busca del famoso almacén lleno de rehenes y armaduras de Ironman. Por su parte, Doug y Tony se meterían en los conductos de ventilación para dar con el laboratorio y detener las neurotoxinas antes de que les maten a todos…




-¡Vamos señor Stark! Nos colaremos por los conductos de ventilación. Si Wheatley quiere gasear a la gente, estarán cerrados y serán un medio seguro para moverse por el edificio. Si conseguimos llegar al laboratorio, podré hackear su sistema para crear una combinación que neutralice las neurotoxinas, de modo que se liberará simplemente aire neutro, sin veneno.

El famoso multimillonario siguió al científico loco por los conductos de ventilación. Una vez dentro del túnel, el suelo se tambaleó y se escucharon varios ruidos de objetos pesados arrastrándose. Tuvieron que detenerse unos segundos dentro del conducto hasta que el pequeño terremoto cesó, y cuando salieron por una de las rejillas del otro extremo… la habitación había cambiado. Los dos hombres se encontraban en una sala completamente blanca y vacía, a excepción de un televisor de plasma y una puerta de metal cerrada a su izquierda. Estaban desorientados en su propio edificio y no había forma de subir al piso superior de manera convencional. Debían entrar en el juego de Wheatley.

- Bueno, bueno… ¿Qué tenemos aquí? Pero si son Dougie y Tony… pensaba que os habrías vuelto para casa. ¿No estaréis tratando de quitarme MI empresa? ¿Verdad? ¡Qué avariciosos son los humanos! Después del trabajo que me ha costado montarlo todo… Bueno, vamos a ver. Por lo que veo solo tenéis una salida. ¡Volved por dónde habéis venido! JA. Es decir, por el conducto de ventilación. Es obvio que no podréis pasar por la puerta que hay a vuestra izquierda. Tiene… una contraseña de máxima seguridad. ¡Imposible de resolver! Así que lo mejor es que os deis media vuelta…

La puerta tenía un teclado digital en lugar de pomo, y el teclado tenía tanto números como letras del abecedario. En la pantalla ponía una frase incompleta que tenía que rellenarse para poder pasar al otro lado. En ella recaba “W_ _ _ _ _ _ _    n _ e _ u _  c_ _ _ _ _ _”  

teniendo el cuenta que ambos eran dos genios intelectuales, no les fue difícil descifrar la contraseña de la puerta, lo que dejó a Wheatley bastante asombrado.

- Anda… pues… si que lo habéis adivinado rápido… - dijo con un tono de decepción.- Bueno, es normal que al principio sea todo más sencillo, ¡pero la siguiente prueba no será tan fácil! ¡JA! En fin… no quería que llegarais a esta sala pero no hay más remedio. No importa. Improvisaré algo. Improvisar se me da bien. ¿Sabes?

Al cruzar a la siguiente habitación, nuestros héroes se encontraron con un pequeño pedestal con dos pistolas blancas en su centro. Una de ellas tenía el borde de color azul y la otra el borde naranja. Eran tan grandes que debían sujetarse a dos manos, así que cada uno de ellos tenía que llevar una consigo. El resto de la sala era igual de blanca y sencilla que la anterior, a diferencia de que había un pequeño lago de agua envenenada que no podía cruzarse a pie ni saltando.

Había llegado el turno de que Douglas y Tony trabajaran en equipo y probaran el primer y más antiguo prototipo de pistolas de portales que había creado el científico tiempo atrás…

FDI: He de añadir que Tony tendrá que trabajar como el ingeniero que es y no podrá acceder a ninguna de sus armaduras de Ironman. También tendréis en cuenta que Tony lleva una mochila con el núcleo de Jarvis para poder enchufarlo una vez encontréis la sala dónde está Wheatley. Cualquier cosa que necesitéis o queráis hacer enviadme un MP.

Douglas contempló la situación aterrado; Ignoraba por completo que la torre Stark estuviese compuesta en buena parte de su estructura interna por elementos móviles mecanizados. Ello explicaba por qué pese a anunciar reformas, jamás vio a un sólo obrero en las plantas, pero una vez desvelado este misterio, dejaba ante ellos el gran problema... Wheatley no les dejaría llegar al laboratorio. Puede que fuese inexperto y algo idiota, pero sabía perfectamente cuáles eran sus puntos débiles, y los iba a proteger bien...

...o al menos eso creía, hasta que les "desafió" con aquélla puerta con contraseña. Los dos hombres contemplaron el panel, se lanzaron mutuamente una mirada incrédula casi cómica, y le devolvieron la misma a la pantalla de plasma. Era imposible que fuese tan predecible, debía haber algún truco, pero no se les ocurría ninguna forma de desvelarlo, así que procedieron debidamente:

- Argh, acabemos con esto...- Douglas rellenó los huecos formando la frase "Wheatley no es un cretino", haciendo que la puerta se abriese ante ellos, despejando el camino y sembrando confusión en la I.A.

Tras dejar atrás la puerta sellada, recorrieron algunas áreas ruinosas más seguidos desde los plasmas por la atenta mirada de la lente azul, y obsequiados de vez en cuando con sus crueles burlas "Wheat, ¿Por qué? ¿Por qué has hecho esto? Lo has estropeado todo..." Finalmente, dieron con una sala, cuyas ruinas recordaban remotamente a una de las salas de pruebas donde Doug solía investigar con sus inventos, y al ver los dos dispositivos de portales en la plataforma, corrió a analizarlos inmediatamente. Lo sabía... Sin poder reprimir el gesto, echó una mano a su rostro con desespero, y se dirigió a la pantalla más cercana con genuino enfado:

- ¡¿En serio, Wheat?! Te proclamas rey todopoderoso del edificio, formas todo este alboroto con tu revuelta de robots dándote espectáculo ¡¿y pretendes que nos pongamos a jugar?!-Resoplando, se acercó al confuso Tony Stark ofreciéndole su dispositivo y una explicación sobre lo que debían hacer, casi en un susurro para que no les oyera la I.A- Verá señor Stark... llegué a crear un exoesqueleto de pruebas para Wheat, con tal de que se acostumbrase a tener un cuerpo y de paso, me ayudase con las pruebas, pero ya sabe cómo es él, y bueno... acabó convenciéndome para modificar un par de aparatos y pasar las pruebas en conjunto, como si fuera un "juego" cooperativo, cada uno manejaba o los portales de entrada, o los de salida, de modo que tu camino era en parte decidido por tu compañero. Ahora quiere que hagamos eso mismo. Tenga, le doy los de entrada, ahora tendremos que trabajar como una sola mente...

Se alejó un poco para analizar la sala y sus posibilidades mientras activaba el dispositivo de portales de salida, y se dio la vuelta dirigiendo una media sonrisa a su jefe.

- ¿Siguen dos mentes trabajando mejor que una?

-¿Jugar? ¿Quién está jugando aquí? Oh, nononono – su voz se tornó grave y con una pizca de malicia.- Os di la oportunidad de marcharos, de largaros de MI edificio. Pero aquí estáis otra vez, desafiándome… ¿creéis que no se lo que queréis? Es desenchufarme, ¿verdad? Después de todo lo que he hecho por vosotros, de todo lo que he sacrificado para llegar hasta aquí. Y queréis destruirme. Lo siento, pero no os voy a dejar hacer eso.  

La I.A. miró con su estrecha pupila azulada como sus dos enemigos le robaban las pistolas de portales y se las colocaban. Douglas le hizo un rápido tutorial a Stark para saber cómo funcionaban y el ingeniero lo captó a la primera. Tony creó un portal azul en la pared del otro lado del lago envenenado y Doug colocó un portal naranja en la pared de sus espaldas. Ambos pasaron por los portales, evitando cruzar directamente el líquido envenenado.

- Muy bien… lo habéis resuelto. ¿Ingenioso, eh? Pues la siguiente prueba os va a gustar más. – la voz de Wheatley volvió a ser aguda, con ese acento inglés del este tan característico del robot. – Doug… ¿recuerdas cuando usamos la pistola de portales en aquel callejón? Fue divertido, ¿verdad? Extraño aquellos tiempos en los que trabajábamos juntos y éramos amigos.  En los que tú me decías “Wheatley, eres genial” y yo te decía “Lo sé”. Y éramos amigos. Éramos amigos, Doug. Antes de que tú me traicionaras…

La nueva habitación era blanca e impoluta como la anterior. En el extremo izquierdo, había un botón rojo en el suelo que estaba conectado con la puerta de salida. En el extremo derecho, había un receptor de láser igualmente conectado a la puerta. Si Doug y Tony miraban hacia arriba, se encontrarían con una plataforma superior en la que descansaba un cubo, pero no había rastro de ninguna máquina que proyectara un láser para poder encender su receptor. La prueba estaba incompleta.

- Ah, por cierto, ha sido una mala idea traer a más amiguitos vuestros para que os ayuden. Mis LETALES torretas, han eliminado a dos de vuestros aliados, y el resto van por el mismo cami… ¿PERO QUÉ? – El edificio tembló con un repentino terremoto, y el techo empezó a dejar caer varios trozos de yeso.- ¡NO-REVENTEIS-MIS-PUERTAS! – Wheatley se distrajo un segundo y desapareció de la pantalla de la sala donde se encontraban Tony y Doug. Era el momento perfecto para realizar la prueba, sin distracciones y sin la voz del robot tratando de despistaros.


Off Rol: Tony, que quieres decir con fuera de contexto? Hay algo que no hayas entendido del primer post? Escríbeme un MP si tienes dudas. Otra cosa es el tema de Pepper Potts. Ella está encerrada con los científicos y no ha podido mandarte una fotografía de tu edificio. Eso lo habrá hecho otro empleado o quien sea.

Le dejo a Tony tener una de las manos de Ironman, con la que pueda lanzar energía con la palma para encender el receptor de láser. Con el botón presionado y el receptor del láser encendido conseguiréis abrir la puerta.

Las pistolas de portales funcionan igual que el juego. Ninguna es siempre la entrada o siempre la salida. Los dos portales (azul y naranja) están conectados, no importa quién dispara primero y quién después.

El científico recorrió la sala con la mirada buscando posibles soluciones al problema. O su robot era un tramposo, cosa que dudaba, o había algo que se le escapaba, pero sus ojos se toparon con la lente azul mirándoles con indiferencia. Otras personas no notarían el cambio, dirían que era inexpresivo siempre, pero al igual que la gente que tiene mascota sabe distinguir gestos en los rostros de sus compañeros animales, él sabía cuándo esa lente te contemplaba con desprecio. Apretó su puño libre, lanzándole una mirada furibunda, y al apartar sus ojos de él, respondió a su rencorosa cháchara.

- No, tus recuerdos son confusos. Yo nunca dije eso... Tú no eres genial, aún no. Y después de esto, dudo que llegues a serlo nunca..., y no, no era una pistola de portales, era mi traje de pruebas mejorado, en el cual te montaba para que ganases agilidad mental, por eso me lo llevé del laboratorio a escondidas- Observó con apuro a su jefe, y cabizbajo, continuó- Lo siento, señor... necesitaba más estímulos, y sabía que usted jamás lo hubiera permitido... pero ya no importa, ¡¡por que este pedazo de chatarra cree que le he traicionado, y ya no tiene en cuenta los sacrificios que hice por él!!

Rattman se dirigió a Tony tratando de relajarse, pero había muchas cosas que le inquietaban en ese momento; Por un lado, necesitaban algún proyector de energía, y no veía ninguno en aquél momento, y por el otro, dudaba que Wheatley fuera a llevarles ante él, por lo que aunque hicieran prueba tras prueba, no llegarían a ninguna parte, ni ayudarían a nadie. Era un gran absurdo.

- Señor, necesitamos un foco de energía, ¿Se le ocurre algo?

Había otra cosa que aterraba a Doug Rattmann en ese momento; No necesitaba medicarse cuando Wheatley estaba a su lado, pero ahora era el enemigo, y empezaba a ver oscuras siluetas por el rabillo del ojo a su alrededor. Decidió no comunicarlo a su superior; Ante todo, necesitaban serenidad, y pensaba resistir todo lo posible.

Sonriendo satisfecho, Doug contempló cómo el haz de luz que surgió del guante de Tony activó el sistema, abriendo la puerta. Ignoraba de dónde había salido aquél fragmento de armadura, pero seguramente se tratase de parte de algún equipo inoperativo que Wheat no tuvo en cuenta "Muy agudo, jefe..." Apartó entonces la mirada analizando la situación; Si Tony dejaba de disparar, la puerta se cerraría, y ese condenado botón necesitaba también algo que lo presionase, o el sistema de apertura conjunto no funcionaría. Podrían usar el cubo para presionar el botón, pero quedaba por resolver el asunto del láser...

-Señor discúlpeme, pero tomaré prestado esto- El científico se agachó a recoger el arma de portales de Tony del suelo, y con ambas armas en su poder, se dirigió a un rincón disparando un portal de entrada con una de las pistolas, y otro de salida que daba a caer a la plataforma donde estaba el cubo. Siempre se había preguntado qué eran exactamente esas cajas metálicas que se apilaban por los diferentes departamentos. Incluso él tuvo un par en su laboratorio, pero los usaba como mesas auxiliares... Sin embargo, tenía pensado algo muy diferente para éste en concreto. Lo agarró bajo un brazo con algo de esfuerzo y puso la pistola que se quitó bajo el otro, para volver por donde había venido- Aguante un poco más señor, ¡ya casi lo tengo!

"¿Quieres hacer trampas, Wheat? ¡Pues juguemos con tus reglas!"

Disparando un portal de salida junto a la puerta abierta, Doug se dispuso a entrar de nuevo, pero entonces una sombra se escurrió por el límite de su campo de visión, y se dio la vuelta nervioso. Asustado, dios un traspiés y casi cae por el borde de la plataforma elevada, pero recuperó el equilibrio a tiempo. Su respiración era acelerada; las visiones estaban al acecho, debían darse prisa. Esperaba que Stark no hubiera percibido su breve momento de pánico, y una vez sereno, cruzó el dichoso vórtice, apareciendo junto a la puerta cargando con el pesado cubo, que colocó cuidadosamente en el trayecto de cierre. Luego se volvió hacia Tony y cambió el portal de entrada justo frente a él.

-¡Señor, en cuanto le avise, salte al agujero que tiene a sus pies! ¡Ignoro cuánto tiempo tendremos antes de que falle el bloqueo, y ésta será la forma más rápida de que llegue hasta aquí!

Una gota de sudor recorrió su sien por la tensión. Aquéllo tenía que funcionar. Miró a la pantalla y frunció el ceño, dejando escapar un grito:

-¡¡AHORA!!

- ¿Douglass? ¿Cómo vas con eso? - repetí, esperando esa respuesta que no llegó. En contrapartida el científico estaba ya trabajando en ello, así que permanecí todo lo paciente que podía, sosteniendo el láser activado. Desvié la mirada un instante a una pantalla diminuta en la parte interior del brazo para comprobar una cosa,  el guante estaba cargado al 80%, tenía aún tiempo. - ¡Claro! Tú tranquilo y con calma - Dijo desenfadado cuando le pidió el arma de portales  

Le vio moverse por la sala, cuando podía, cargando las cosas a matacaballo, como si le costase sangre sudor y lágrimas. - Insisto, ve tranquilo. No es como si se nos cayese el techo encima - dije algo más nervioso.
A mi lado apareció uno de esos óvalos brillantes - ¡Claro! Si tú saltas yo salto - dije de coña mentando una de las películas americanas más grandes de todos los tiempos.

Esperé la señal paciente y... Salté, manteniendo el láser encendido hasta que la mano pasó al otro lado. La gravedad tiraba naturalmente de mi mientras saltaba, haciéndome caer. Hasta que todo dio un giro y la presión y equilibrio de mis oídos cambió por completo. - WOW - se me escapó mientras caía de pie, en un grito gravitacional repentino. - Esto mola más de lo que parece... - Y marea que te cagas. Pero merecía la pena seguir adelante.

Quizá pudiese aprovechar estas armas... Incorporar una en cada guante mecánico no debería ser complicado y si aprendía a manejarlo podría darle muchísima utilidad.. ¡Practicamente tendría el espacio a mi entera disposición!


Y con la tripa algo revuelta pero nervioso y excitado, seguí con el único objetivo claro de recuperar mi edificio.

Wheatley se hubiera enfadado aún más si hubiera escuchado las palabras de su creador. "Tú no eres genial" No, lo cierto es que a la IA le faltaba mucho trabajo duro por hacer si quería llegar a impresionar a alguien. De hecho, él estaba impresionando a todo el mundo, pero de una manera totalmente equivocada... Por suerte para todos, el núcleo de personalidad estaba bastante ocupado intentando que Rocket y Nova no se cargaran el edificio a fogonazos.

Doug y Tony hacían muy buen equipo con las pistolas de portales y activando botones. El millonario se las ingenió para encender el láser, a tiempo que el científico colocaba la caja en el botón rojo que había en el suelo. La puerta se mantuvo activa durante unos instantes, y los dos hombres atravesaron los vertiginosos portales hasta llegar sanos y salvos al otro lado de la habitación.

Habían pasado la prueba, pero Wheatley no estaba para felicitarles, debía de seguir ocupado con el resto de intrusos del edificio que trataban de desbaratar sus planes. Eso supuso un tiempo muy valioso que debían aprovechar. Si seguían adelante, se encontrarían con otra sala diferente, llena de pruebas preparadas por el chiflado Wheatley. Empezaban a estar cansados de seguir en aquel laberinto de habitaciones blancas, y no tenían más tiempo que perder. ¿Cuánto iba a durar el mortal juego del robot? La cuenta atrás no iba a detenerse, y a las Neurotoxinas les faltaban tan solo diez minutos para inundar el edificio y provocar una dolorosa muerte a todo ser vivo que quedara en la Torre Stark.

Una sombra oscura volvió a colarse por el rabillo del ojo de Doug Rattman. Pero gracias a eso, se percató de un fallo en los planes de Wheatley, un agujero en su historial. Justo en el pasillo donde se encontraban y antes de llegar a la siguiente sala, una de las paredes blancas tenía una baldosa rota. El cuadrado blanco se inclinaba en dirección al suelo y parecía poder despegarse de la pared. Si lo sacaban, verían por el pequeño agujero otro pasillo que llevaba hacia el interior de edificio, donde se encontraba la maquinaria que movía la estructuras de las habitaciones. Tony conocía al dedillo cada uno de los rincones de la Torre Stark, y si conseguían llegar hasta ese pasillo escondido, podría guiar al científico hasta el centro donde se programaban las neurotoxinas.

Aquél hueco hacia la oscuridad absoluta sólo podía significar una cosa; Ausencia de cámaras, y eso era justo lo que necesitaban. Perder de vista al androide enajenado y hallar una vía directa hacia la ansiada sala de mando de los laboratorios químicos. Muy a su pesar, esta vez sus alucinaciones les habían mostrado el camino.

-¡Señor, por aquí, vamos! Aquí no podrá controlarnos, ¿Tiene ese guante suyo alguna iluminación?

Ambos hombres se asomaron al hueco con preocupación mientras Wheatley se jactaba de sus trampas para Rocket y Nova. Doug comenzó a oír voces provenientes del hueco, pero poco tenían que ver con los empleados que aún correteaban asustados por el edificio. sacudió la cabeza tratando de alejarlas, y entonces planteó una duda que le inquietaba a su jefe antes de tomar esa ruta d eforma definitiva.

-Señor... Deduzco que por lógica estos brazos mecánicos que mueven los paneles no se tocan entre ellos, pero... ¿Habrá hueco suficiente para poder desplazarnos nosotros ahí?

El robot enloquecido pronto se volvería d enuevo hacia ellos. Tenían que tomar una decisión cuanto antes.

Doug y Tony hicieron caso a sus instintos de supervivencia, y en vez de seguir con “las alocadas pruebas de Wheatley”, decidieron detenerse en el camino y terminar de arrancar una de las baldosas blancas de la pared que estaba mal sujeta. El dueño del edificio metió el cañón de su pistola por el agujero y consiguió apuntar al pasadizo secreto que había entre las habitaciones. Doug siguió las órdenes de su jefe e hizo lo mismo con su pistola de portales, disparando a una de las paredes blancas de donde se encontraban.

Los dos hombres entraron rápidamente por el portal y llegaron en cuestión de segundos al pasillo secreto. Estaban casi a oscuras de no ser por el guante que llevaba encima el señor Stark, que hacía de linterna. Tomaron todo el camino recto y subieron por unas escaleras de andamio hasta llegar por fin a la esperada habitación de mantenimiento del edificio.

Quedaban tan solo cinco minutos para que las neurotoxinas terminaran de infectar todo el edificio y mataran a cualquier ser viviente que aún estuviera en la Torre Stark. Tony y Doug empezaron a notar los síntomas, y no pudieron evitar empezar a toser algo de sangre al inhalar el verdoso gas tóxico que salía por las tuberías. Si no se daban prisa, acabarían muriendo en vano.

La puerta que tenían frente a ellos estaba nuevamente bloqueada, y el panel de control de su izquierda les pedía teclear una contraseña para entrar. Era una puerta muy parecida a la que se habían encontrado al principio de su aventura, así que esperaban que el puzzle en cuestión fuera igual de fácil y absurdo que el primero.

Por favor, introduzca la contraseña: E_ _ _  n_  t_ _ _ _  n_ _ _ _ _  s_ _ _ _ _ _.

Una vez resolvieron el acertijo, la puerta se abrió automáticamente revelando la sala de ordenadores. Las luces rojas de su interior parpadeaban incontrolables mientras una vocecilla robótica daba el aviso. Atención: Liberación accidental de las neurotoxinas. Tiempo estimado para el desalojo: cinco minutos. Ya solo les quedaba desactivar el lanzamiento del gas tóxico e intercambiarlo por aire puro para que desintoxicara el edificio.

A lo lejos, todavía se escuchaba la pequeña vocecilla de Wheatley, hablando solo.

-¿Hola? ¿Dónde os habéis metido? ¿Seguís en el pasillo? ¿Por qué no puedo veros? ¿Es que os da miedo entrar en mi nueva sala de pruebas? Lo entiendo, de veras. Esta vez os he colocado un reto mayor. Es insuperable. No tenéis ninguna posibilidad de completarlo… así pues… ¿Por qué no rendís de una vez?

Siguiendo las indicaciones de su superior, ambos lograron introducirse en el hueco y tras un rato, localizaron la sala de mandos. Curiosamente, no estaba vigilada. Seguramente Wheatley creyó que al controlar el complejo entero, cualquier orden ejecutada desde ese ordenador sería rebatida por él, pero Doug sabía que si protegía los procesos con un par de cortafuegos sencillos, el empeño de Wheatley se derrumbaría. Era demasiado inexperto para luchar contra códigos informáticos complejos, y demasiado torpe, para qué negarlo...

- Voy a revertir la dirección de los sistemas de ventilación, de modo que el flujo de toxinas se dirigirá a los respiraderos de la azotea conforme los vayan absorbiendo. De este modo, pondremos a salvo a la gente que quede aquí dentro. También trataré de saber dónde se ubica ahora la sala en la que se encuentra. Señor, yo... quisiera intentar hablar con él. Sé que puedo frenarle.

Mientras esperaba respuesta de su jefe, sus dedos volaron sobre el teclado y deslizando pantallas volantes, mientras las diferentes funciones se iban reordenando. Después de unos minutos que parecieron eternos, finalmente un mensaje en pantalla, acompañado de una agradable y aguda señal auditiva, confirmó lo que empezó a notarse también en la propia sala, así como en el edificio entero; El aire se notaba más fresco y limpio, y un extraño zumbido empezó a oírse al producirse el cambio de dirección del aire.

El científico se encogió de hombros.

- Voilá.

Tony siguió en silencio al científico. Parecía bastante preocupado por la situación en general, y tosió varias veces sintiendo un profundo dolor en su pecho. Las neurotoxinas empezaban a afectarles seriamente, y si no las detenían antes de cinco minutos estarían en serios problemas. Toda vida que hubiera en el edificio se extinguiría pronto.

Traspasaron los portales sin ningún problema hasta llegar a la sala de ordenadores. Pero la puerta estaba bloqueada por otro estúpido acertijo de Wheatley. Tony miró a su acompañante, que parecía más confundido y desorientado que cuando la misión empezó. Al verlo tan incapacitado para pensar, Tony se dirigió al panel de control y tecleó la posible contraseña que les dejaría entrar en la sala.

- Vamos a ver… E _ _ _  n _  t _ _ _ _  n _ _ _ _ _  s_ _ _ _ _ _.- el ingeniero miró a la pantalla y después al contador. Les quedaban tan solo tres minutos para desactivar las neurotoxinas.- Vamos, Tony, vamos… este robot es estúpido… ¿qué clase de contraseña es esta? No parece tener ninguna lógica… espera. Claro, eso es. - El hombre tecleó con mucha confianza la siguiente frase en la pantalla: Esto no tiene ningún sentido. De pronto, la puerta se abrió de golpe.

- ¡Bingo! - el multimillonario chasqueó los dedos y sonrió a Douglas. - Vamos, rápido. ¡Hay que restaurar el sistema de ventilación!

Y así fue cómo lo hicieron, antes de que el contador llegara al último minuto, Doug Rattman utilizó la poca concentración que le quedaba para detener el avance del veneno por los conductos del aire. De pronto, el mensaje que corría por los altavoces cambió:

- Neurotoxinas detenidas. Sistema de ventilación invertido. Iniciando protocolo de desintoxicación.

Estaban a salvo.

-¿Qué? ¿Qué ha sido ese sonido? Ohhh… así que las Neurotoxinas se han detenido. Bien, sí. Mejor. Empezaba a preocuparme de que fuera algo grave. Al final se ha solucionado solo. Esto… ¿Por dónde iba? Ah, si. ¿Doug? ¿Dónde te has metido? ¿Sigues escondido en el pasillo? ¿En serio no vas a continuar jugando conmigo? ¡Empiezo a aburrirmeeee!

- Douglas… -susurró Tony a su lado, evitando que el científico siguiera escuchando las palabras de la IA.- Entiendo lo que sientes, pero es un robot. Está estropeado y no va a razonar por mucho que hables con él. Hay que desconectarlo y repararlo. - seguramente no era su intención, pero las palabras del multimillonario fueron frías.

Rattman encontró la sala donde ahora se escondía su pequeño robot. No estaban muy lejos de allí, así que no tardarían más de cinco minutos en darle caza. Tony tecleó varios comandos en el guante de Ironman que tenía operativo, y envió las coordenadas de Wheatley al resto de sus compañeros que merodeaban por el cambiante edificio.

El final estaba cerca.

FDI: Doug puede postear una última vez y cerraré este tema.

"Hay que desconectarlo y repararlo"

Esas palabras se clavaron aún más frías de lo que sonaron en su cabeza, llegando a disipar las sombras y formas que comenzaban a arremolinarse cerca de ellos, fruto de la paranoia. ¿Es que Stark no había entendido nada de lo sucedido? No podía contener su impotencia, y la enorme decepción que sentía, que quedó reflejada en su rostro ceñudo. Apagarle... como si fuera un televisor o algo parecido. Aún había debates sobre la ética de "apagar" a ciertas personas, y en cambio nadie veía problema en apagar a su androide.

Sintió una punzada en el corazón. Por un lado, todo sería más práctico si lo hacían así, sin sentimientos de por medio. Apagar el artefacto defectuoso y apartarlo en un rincón mientras salvaban a las personas y al edificio de la destrucción...

...¿pero entonces, para qué lo había creado tal como era? ¿Para qué le había brindado un supersistema capaz de emular las emociones humanas, si iba a ser tratado igualmente como un maldito objeto? ¿Dónde quedaba entonces su dignidad? ¿O la suya, como creador? ¿No iba a defenderle siquiera? ¿Acataría órdenes nuevamente como un peón y se mantendría a la sombra ante la destrucción de la que posiblemente fuese su obra maestra?

- Señor... Discúlpeme, pero Wheatley no está estropeado- Observó a su superior con una firmeza gélida en sus dispares ojos- Conozco a esa máquina, conozco sus procesos, pero ante todo, me conozco a mí mismo, y créame si le digo que ese prototipo no puede fallar, por que yo jamás entregaría una programación errónea. JAMÁS entrego un proyecto sin corregir sus posibles fallos. Esa extraordinaria máquina funciona perfectamente, sólo se ha visto desbordada por la situación, y está aterrado ante la posibilidad de ser desconectado, que es justo lo que pretende usted ¿No lo recuerda? ¡Toda esta locura comenzó cuando usted me ordenó pararlo y él creyó que querían apagarle!

Llevándose las manos a la cabeza, miró los monitores un instante antes de volverse hacia Stark. Era una locura, pero debía intentarlo, debía luchar hasta el final. Emprendió una carrera alocada contra Stark y le propinó un puñetazo que nunca hubiera esperado del apacible científico. Si bien el golpe no fue muy fuerte, sirvió para que aflojara la mano donde llevaba el otro dispositivo de portales, y en un abrir y cerrar de ojos, Doug lo tomó y desapareció tomando una ruta a través de los mismos hacia la guarida de su creación.

Sabía que podía salvarle, pero ignoraba quién le salvaría a él tras todo ese desastre.