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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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Mensajes : 2393 Fecha de inscripción : 12/11/2013 Localización : Blüdhaven Empleo /Ocio : Heredero de Industrias Wayne Humor : ¿Alguna pelirroja por ahí?
Ficha de Personaje Alias: Nightwing Nombre real: Richard John Grayson Universo: DC Universe
Tema: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 7th Enero 2016, 19:17
Comisaría central de Blüdhaven
2 de Febrero de 2019
11:05 AM
- Richard.
- Definitivamente, había dos armas en el escenario del crimen. No vamos a conseguir nada siguiendo las pistas del cuchillo ensangrentado…
- Richard…
- Supongamos que había dos armas, entonces tendría sentido lo que declaró el vecino, y admitir que decía la verdad cuando dijo que escuchó un fuerte ruido antes del grito desgarrador de la víctima… y ese sonido no es nada menos que el de un disparo…
- ¡Grayson!
- Claro que si fue un disparo, entonces la pistola tendría que estar por algún sitio… y no encontraron nada más en al escena del crimen a menos qué…
- ¡Novato!
- Oh, perdone agente Rohrbach… no le estaba prestando atención… - dije llevándome las manos a la nuca y sonriéndole como un bobalicón
- Ya me he dado cuenta de eso, señor Grayson. – dijo la morena repiqueteando con sus dedos la mesa del despacho.- ¡Y deja de hacer eso!
- ¿El qué, señora? – pregunté confundido.
- Actuar como un idiota después de decir cosas interesantes… - la mujer suspiró resignada y entonces se cruzó de brazos. – ¿Esa es tu teoría? Alguien mató a Craig Donovan con un cuchillo en el apartamento de su casa. ¿A qué corcho viene eso de la pistola?
- El expediente de Craig indica que tenía licencia de armas, es posible que se defendiera antes de ser atacado por su asesino…
- ¿Estás diciendo que el asesino está deambulando por Blüdhaven con la bala todavía en el cuerpo?
- Así es, jefa – asentí – y creo que vamos tarde si queremos pillarlo antes de que logre extraerse la bala…
- Genial Grayson. Estas loco, y el jefe me va a matar si sigo tus alocadas ideas… - volvió a suspirar, pero esta vez con una sonrisa en los labios – Enviaré a una patrulla detrás de ti. Tráeme a ese hijo de puta…
- ¡Si! ¡Señora! – me llevé la mano a la cabeza, haciéndole el saludo militar, y le dediqué a Amy una gran sonrisa. Salí escopeteado en dirección a los vestuarios y me puse en modo paisano antes de salir de la comisaría. Tenía que encontrar a aquel tipo como fuera… ¡Mi reputación como policía estaba en juego!
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 7th Enero 2016, 21:30
No estaba teniendo un buen día y desde luego no había empezado el año con buen pie y no porque estuviera, literalmente, pintando las calles de la ciudad con huellas de mis botas cubiertas de sangre.
Sumados a los problemas que ya de norma acompañaban mi vida se había añadido otros de carácter financiero. Me había mantenido muy poco activa en los últimos diez meses y eso significaba un alto en mis finanzas, así que me había visto obligada a expandir mis horizontes más allá de Nueva York... Hacía tiempo que esa idea rondaba mi mente. Últimamente me estaba encontrando demasiados héroes y filántropos por la gran ciudad y que uno de ellos fuera... "Un amigo", no me lo hacía más fácil y hacerme aliada de otros ladrones de la ciudad reducía los lugares en los que podía actuar.
Así que había viajado a Blüdhaven, con la esperanza de familiarizarme con el lugar y encontrar algún objetivo productivo para con mis intereses. Y la búsqueda no iba demasiado bien, de momento. Mi primera impresión al cruzar Littleneck Narrows Bridge, fue que esta ciudad no se alejaba demasiado de mi querida y conocida Nueva York, pero a medida que me adentraba en el corazón de la metrópolis, me iba percatando de que no podía estar más lejos de la realidad.
Y pasé varias horas caminando molesta por sus calles, sin poder decidir si era una buena idea estar ahí o no. La ciudad, menos concurrida que Nueva York (sobretodo tras el choque de los mundos) parecía observarme en forma de decenas de caras curiosas girándose a comprobar mi aspecto. Normalmente no me importaba en lo más mínimo que la gente se fijara en mí, solía devolverles una sonrisa altiva y seguir caminando como si fuera la dueña del lugar, pero cuando simplemente quieres echar una mirada disimulada al lugar, llamar la atención era lo último que me interesaba. Y no es que ese día fuera especialmente llamativa, si no que me había acostumbrado a NY, donde las calles sobre-pobladas solían funcionar como un perfecto camuflaje a las personas más extravagantes. Así que hundí las manos en los bolsillos de mi chaqueta y seguí caminando cabizbaja, molesta cada vez que la mirada de un transeúnte se posaba en mí o mis cicatrices, y sobretodo en estas últimas.
Así que terminé encendiéndome un cigarro y me planteaba seriamente descartar Blüdhaven como un lugar donde trabajar cuando vi a un hombre, aparentemente con bastante prisa corriendo en mi dirección, y aunque normalmente me hubiera apartado de él la idea de volver a casa con las manos vacías no era de mi agrado. Así que con toda la sutileza del mundo di un paso en el momento adecuado, de manera que ese hombre se chocara conmigo y ambos terminamos por los suelos.
O esa era mi intención.
El hombre parecía herido, puesto que al pasar a mi lado, en lugar de "chocarse" había hecho ademán de empujarme a un costado y puesto que yo esperaba el choque y no estaba tan despistada como pretendía, pude reaccionar a tiempo y me aparté, con lo cual el hombre perdió el equilibrio y se dio de bruces contra la acera. Me quedé bastante sorprendida, y dudé sobre si debía ayudarle a tenerse en pie, aprovechando el momento para vaciar lo que fuera que llevaba en los bolsillos, y fue entonces cuando me percaté del aspecto de aquél hombre.
Parecía alguien que acababa de correr una maratón y todavía no se hubiera parado a recobrar el aliento, una buena capa de sudor perlaba su rostro crispado por la irritación y el odio. No hacía falta ser muy lista para darme cuenta de que tal vez, y sólo tal vez, había escogido una mala persona para cruzarme en su camino. Y por si todo aquello no era suficientemente sospechoso, al caer, aquél hombre había perdido una bolsa de papel, cuyo interior se encontraba ahora desparramado por el suelo. Entre fotos y papeles, había un reloj de sobremesa que llamó mi atención. El marco era de plata y la esfera era transparente, dejando entrever parte de los engranajes todo montado en una estructura también de plata.
Me agaché a recoger los papeles, volviendo a meterlos todos en el interior de la bolsa y con disimulo ojeé el reloj, revalorándolo. Era una buena pieza, y podía venderse a un buen precio a las personas adecuadas... Me giré a disculparme con el hombre, con la intención de devolverle la bolsa y irme por donde había venido, pero no llegué ni a poder esbozar mi sonrisa. Me quedé helada al contemplar el cañón de una pistola apuntando en mi dirección, y mi primera reacción fue intentar ponerme de pie y apartarme, y lo único que logré fue que en lugar del pecho, la bala impactara en mi muslo.
Caí al suelo, el dolor de mi pierna forzándome a cerrar los ojos con fuerza. A lo largo de mi vida, he recibido palizas, me han apuñalado y me he roto algún que otro hueso, pero esta fue mi primera experiencia con armas de fuego. Y no me gustó en absoluto. A esa distancia, la bala había perforado limpiamente el músculo y sentí el ardor que el proyectil había causado al romper y penetrar la piel. Y era totalmente incapaz de sentir donde me había dado puesto que el dolor se extendía hasta mi cadera y bajaba hasta más allá de la rodilla y lo único que en ese momento me mantuvo consciente fue la adrenalina y la alarma de saber que había alguien a menos de un metro que acababa de dispararme y podía volver a hacerlo.
Ignorando el dolor como buenamente podía me intenté incorporar, gesto que me hizo apretar los dientes de dolor y maldecir a gritos, vi como el tío, ya de pie volvía a alzar la pistola en mi dirección y me lancé sobre él, golpeándole con todas mis fuerzas (o al menos, toda la que podía reunir en ese estado) y no sin esfuerzo logré desarmarlo.
[···]
Tres cuartos de hora más tarde me encontraba adentrándome en el parking donde estaba mi coche. Estaba aparcado en un pequeño terreno de tierra, junto a otros coches en un orden inventado a raíz del primer coche que había decidido pararse ahí. Cojeaba, aunque había terminado por envolver el pañuelo negro que llevaba atado al cuello alrededor de la herida y usado mi cinturón para mantenerlo fijo sobre la misma, en un intento de detener la hemorragia. Pues el disparo y el barullo que habíamos montado en la calle no había ayudado en mi intento de pasear discretamente por la ciudad.
En mitad de nuestra pelea, un coche se había detenido junto a nosotros y aquél hombre había tardado medio segundo en recoger los papeles y las fotos de la bolsa antes de lanzarse al asiento trasero y perderse de vista. Yo, me había quedado en la calle, con el reloj, la pistola y mi preciosa herida, y tras recoger ambos objetos y a falta de una idea mejor, había cojeado hasta mi coche, deseando retomar el camino a Nueva York, y demasiado embotada por el dolor como para plantearme intentar buscar un sitio donde me trataran.
Cuando llegué ante mi Elise, vacié los bolsillos sobre el capó, dejando la pistola junto al reloj y mi cartera, y me empecé a poner nerviosa al darme cuenta de que no tenía las llaves. Me dejé caer sobre el coche, suspirando y pensando en qué podía haber hecho con ellas. Tal vez en mitad de la pelea habían caído de mi bolsillo... Pero no podía ponerme a buscarlas ahora. Así que tiré por la vía rápida, y tras mirar que no hubiera nadie cerca, envolví mi chaqueta alrededor de mi puño. Si me sentía afligida por tener que romper el cristal de mi coche para hacerle un puñetero puente, quedaba muy bien disimulado por el cabreo del día que llevaba y el dolor de mi pierna, constantemente recordándome que ese día me habían disparado.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 30th Enero 2016, 12:26
Cogí el coche y volví a la escena del crimen, con intención de reconstruir los hechos. La zona estaba todavía acordonada y me deslicé por debajo de las cintas de "Police Line Do Not Cross" y enseñé mi placa al agente que estaba intentando calmar a las masas. Los vecinos seguían fuera del edificio, cuchicheando y murmurando. "Era un buen tipo", "Pobre señor Donovan", "Jamás pensé que algo podría suceder en este edificio". Estábamos en Blüdhaven.... ¿qué esperaban? Las calles siempre infectadas de crímenes y la peor chusma de Gotham se escondía en la ciudad portuaria. No había lugar peor dónde vivir... ¿En serio no se lo esperaban teniendo en cuenta el índice de crímenes? Nadie estaba a salvo en el 'Haven.
Entré en el apartamento de Crag Donovan y observé con ojo clínico la silueta de tiza blanca de la víctima. El cuerpo ya no estaba, y el informe médico decía que la muerte había sido por hemorragia causada por el cuchillo del asesino. Pero había algo que se me escapaba... si realmente la víctima disparó a su asesino...
Me acerqué a los restos de sangre seca que había en la moqueta y con disimulo saqué de los bolsillos el antifaz de Nightwing. Siempre llevaba mi traje debajo del uniforme por si me resultaba útil en cualquier momento. Nunca sabía cuando tenía que dejar de ser el Agente Grayson y cuando se necesitaba a Nightwing. El antifaz escaneó el suelo y detectó restos de sangre, un pequeño reguero invisible que no coincidía con el ADN de la víctima. Tampoco podía sacar una muestra con algo tan pequeño, pero lo que sí podría hacer era seguirlo...
Bajé las escaleras de edificio emulando la huida del asesino, el rastro era inestable, al asesino le costaba correr en una dirección fija. Seguí la pista hasta la calle y entonces vi que tomaba una dirección al norte.
- Vamos allá, hijo de perra... - me subí al coche patrulla camuflado y pisé el acelerador sin quitarme la vista analítica del antifaz. El teléfono oficial sonó, y con un botón lo puse en estéreo.
- Aquí agente Rohrbach, ¿Agente Grayson? - dijo una voz de mujer al otro lado del teléfono.
- Aquí agente Grayson, ¿alguna novedad?
- Sí, tenías razón. Ha llegado en análisis de la chaqueta de Craig Donovan; tiene restos de pólvora en el lateral centro. Debió de disparar una pistola antes de morir...- ¡toma esa, Grayson!
- Gracias, Amy. Yo estoy siguiendo una pista, espero encontrar algo... ya te iré informando - colgué a la mujer y volví a analizar la situación. Si Craig disparó a su asesino, la altura de la pistola según los informes estaría cerca de su cintura. Por lo tanto el asesino tendría la bala en algún punto cerca del estómago...
Di un volantazo y entonces me detuve cuando el camino de sangre desapareció. ¿Pero qué? Aparqué el coche y bajé a analizarlo de cerca. El reguero se detenía en medio de la calle, y las salpicaduras de sangre eran recientes, pero no parecían coherentes con la huida; estaban esparcidas de forma aleatoria y había muchas más.
- Mierda... ¿qué ha pasado aquí?- giré la cabeza y miré en dirección al callejón. Lo más probable es que se hubiera adentrado en él a esconderse. Guardé el antifaz en los bolsillos y saqué la pistola, sosteniéndola cerca del pecho, en posición de disparar al menor signo de violencia. Entonces una vecina de los apartamentos del callejón llamó mi atención. Me llevé un susto de muerte cuando intentó darme en la cabeza con un rodillo de cocina.
-¡Señora! ¡Qué soy agente! - le dije sacando la placa. Entonces la anciana reaccionó más positivamente y respiró tranquila.
- Primero la chica de la pistola y ahora usted... - suspiró aliviada- ha bajado la calle y ha girado a la derecha, agente.
Asentí a la señora. ¿Una chica? No esperaba que fuera una mujer la asesina, algo me decía que había sido un hombre por la fuerza en la que había incrustado el cuchillo en el pecho de la víctima. Pero cuando vives en un mundo dónde hay amazonas que podrían partir cabezas con sus muslos, la lógica policial deja de tener sentido.
Seguí la pista de la mujer de la pistola y entonces llegué a un párking, a tiempo para ver a una joven y esbelta pelirroja atarse la chaqueta al puño y reventar el cristal de un coche. Me fijé entonces en la herida de su pierna, la pelirroja parecía tener prisa así que me acerqué con cautela y la apunté con mi pistola.
-¡Arriba las manos!, ¡Policía de Blüdhaven! - mis ojos azules vagaron entonces por el capó y me detuve al ver el singular y recargado reloj de plata, que relucía con los focos del párking. ¿Dónde narices había visto yo eso? Entonces me vino como un flashback: una de las fotografías que había colgada en la casa, ocultado tras la figura de Donovan y su familia... en el mueble de madera reposaba un reloj igual...
Una pistola, una herida en la pierna y un reloj robado... Pelirroja tenía que ser...
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 2nd Febrero 2016, 15:19
- ¡Arriba las manos!, ¡Policía de Blüdhaven!
— Esto no me puede estar pasando...
Me giré con lentitud, buscando la mirada de quien fuera que era el dueño de aquella voz. Y estaba pasando. ¡Vaya si estaba pasando! Gemí mientras me daba la vuelta para encarar al joven moreno que me apuntaba con el cañón de su pistola. Mi cara tenía que ser un poema. Estaba cansada, el día había empezado mal y a medida que pasaban las horas no hacía si no empeorar, mostrando cada vez un futuro más oscuro. Y encima, policía. ¡Veinte años robando y me pillan cuando soy inocente! Bueno, de hecho, ya me habían pillado una vez, en una situación parecida, pero dudaba poder librarme de esta como lo había hecho meses atrás como Shade.
No, estaba metida en un marrón impresionante, y demasiado cansada para buscar formas lógicas para salir de él. Así que tiré la chaqueta dentro del coche y abrí la puerta. No, no iba a poder hacerle un puente mientras un policía me observaba, pero no podía demostrar que el coche era mío, pues en los papeles seguía estando a nombre de Brooks. Por suerte, meses atrás había logrado hacerme con una identidad falsa, y tenía un DNI en la cartera, aunque este no era el mejor momento para comprobar si habían hecho un buen trabajo y era una documentación capaz de burlar un policía.
Me senté en el asiento del conductor con los dos pies en la tierra, no sin antes apartar todos los cristales del asiento, y miré a al hombre con calma, alzando ambas manos para que pudiera ver todo lo que hacía. El reloj, la pistola y mi cartera seguían reposando sobre el capó y no les presté atención alguna para no alertar al agente.
— Sólo voy a apagar la alarma antes de que alerte a todas las personas en dos kilómetros a la redonda, ¿vale? No me muevo ni me voy. Pero si voy a coger el paquete de tabaco y el mechero de la guantera.
Hábilmente desmonté el panel de debajo del volante y busqué con la mirada los cables que iban a desactivar la alarma del coche. No tenía alicates ni ninguna otra herramienta así que tuve que arrancar los cables a fuerza de pulso, lo cual incrementaría los costes de reparación al forzar la instalación de un nuevo cableado... Otra cosa que añadir a mi pésimo humor para ese día. Una vez hecho esto y antes de que el hombre pudiera sospechar que iba a hacer algo más con el coche, me tensé por encima del asiento del coopiloto para abrir la guantera y tomar el paquete de tabaco y el mechero, tras lo cual volví a encararme al agente, todavía sentada en el coche pero con las piernas y el cuerpo inclinados fuera del mismo. Esperaba que entendiera que quisiera estar sentada, teniendo en cuenta la pierna herida de la que todavía brotaba alguna que otra gota de sangre.
— Señor agente, — empecé a recitar con voz cansada, mientras me llevaba uno de los cigarrillos a los labios y le prendía fuego. — Sé que no me va a creer, pero el coche es mío y estaba forzando la entrada porque he perdido las llaves. Concretamente las he perdido cuando me han agredido en plena calle en esta ciudad tan maja a la que espero no volver en toda mi vida. Estoy segura de que pueden encontrar a más de un transeunte que pueda corroborar lo que acabo de decir.
Sólo que no lo estaba. No estaba segura, no había mirado quién había a mi alrededor en el momento del incidente y mucho menos conocía a nadie para poder afirmar que testificarían a mi favor. Pero, ¿qué otra cosa podía decir? Di una calada y apoyé la cabeza en el marco de la puerta, soltando lentamente el aire mientras me planteaba como escapar de esa situación. Si me llevaba a comisaría, podía simplemente esperar un momento oportuno en el cual fugarme haciendo uso de mis poderes. Pero eso podía implicar perder el coche, y no estaba dispuesta a sacrificar mi pequeño Elise.
— Puedo recitar la matricula de memoria, puedo darle los papeles y cantar las direcciones de propiedad y el nombre completo y documento de identidad de la propietaria. Puedo incluso decirle lo que hay en el maletero y en la guantera y facilitar el nombre y dirección del taller donde hacen la reparación, y estoy segura de que podrán confirmar cualquiera de los datos que le facilite. — Otra mentira, pero él no tenía porqué saberlo. — Así que por favor... Déjeme volver a casa.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 9th Febrero 2016, 13:22
— Esto no me puede estar pasando...
- Siento desilusionarte… - esbocé una ligera sonrisa y me fui acercando lentamente hacia la chica, sin perderme ni uno solo de sus movimiento. - ¿Qué parte no has entendido de “no te muevas”?- nadie hacía nunca caso a ese tipo de advertencias, pero era el protocolo que todos los polis teníamos que seguir. Esta vez tuve más suerte, al menos la chica no parecía dispuesta a salir corriendo.
— Sólo voy a apagar la alarma antes de que alerte a todas las personas en dos kilómetros a la redonda, ¿vale? No me muevo ni me voy. Pero si voy a coger el paquete de tabaco y el mechero de la guantera. -
No sé porqué le dejé hacer eso, pero seguramente era lo mejor para los dos. Desactivó la alarma del coche arrancando los cables y entre quejidos de dolor se sentó en el lado del conductor, sacó un paquete de tabaco, un mechero y se encendió el cigarrillo.
-¿Tienes que ponerte a fumar ahora? – dije con voz cansada. ¿Qué clase de actitud burlona era esa? ¿Tan poco respeto daba como agente? Apostaba mil pavos a que no tendría los huevos de fumar si el que la interrogaba era Batman.
— Señor agente, — empezó a hablar como si nada fuera con ella. — Sé que no me va a creer- Pues no, nada de nada-, pero el coche es mío y estaba forzando la entrada porque he perdido las llaves. –Ya claro, y yo soy Superman.- Concretamente las he perdido cuando me han agredido en plena calle en esta ciudad tan maja a la que espero no volver en toda mi vida. - ¿Y para qué has venido, entonces? -Estoy segura de que pueden encontrar a más de un transeúnte que pueda corroborar lo que acabo de decir. Puedo recitar la matricula de memoria, puedo darle los papeles y cantar las direcciones de propiedad y el nombre completo y documento de identidad de la propietaria. Puedo incluso decirle lo que hay en el maletero y en la guantera y facilitar el nombre y dirección del taller donde hacen la reparación, y estoy segura de que podrán confirmar cualquiera de los datos que le facilite. – Eso ya lo veremos.- Así que por favor... Déjeme volver a casa.
-Lo siento, pero no vas a irte a ninguna parte. De hecho, tu coche es lo que menos me importa… - Me acerqué entonces a ella y aproveché que tenía la mano ocupada con el cigarro para esposarla. – Quien quiera que seas, quedas detenida por sospechosa de asesinato, todo lo que digas ahora podrá ser utilizado en tu contra, tienes derecho a un abogado y… - bla bla bla, las cosas que siempre se tienen que decir cuando arrestas a alguien. Ya sabéis por dónde voy.
- Vas a venir conmigo ahora mismo a comisaría y vas responderme a unas cuantas preguntas… - Metí la cartera, el reloj y la pistola en la bolsa que había descansando en el capó y la cargué con una mano. Con la otra mano cogí a la chica esposada por el antebrazo, y estiré hasta que saliera de “su” coche. Una vez fuera me agaché hasta cogerla por las piernas y levantar a la pelirroja hasta cargarla sobre mi hombro, sujetándole bien por los gemelos para que no se resistiera.- y también vamos a tener que mirarte esa herida de la pierna, ¿no querrás que se te infecte, verdad?
Una vez lo cogí todo (sospechosa y pruebas), me dirigí a la salida del párking para después seguir caminando cuatro manzanas hasta la calle dónde tenía el coche patrulla aparcado.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 15th Febrero 2016, 16:52
— Wow, espera, ¡Espera! ¿QUÉ CREES QUE ESTÁS HACIENDO?
No importaba cuanto gimiera o intentara resistirme, que en un instante me encontraba cabeza abajo, colgando del hombro del agente, cuyas manos aferraban con fuerza mis piernas. Me sentí como un maldito saco de patatas sin voluntad al que se llevaban a la cocina para ser cortada en pedazos y cocida. No me sentía con fuerzas para patalear, me dolía el balazo, y para colmo había perdido bastante sangre, y ahora estar cabeza abajo no me ayudaba precisamente a pensar con claridad. Así que me quedaba sin opciones sobre qué hacer.
— Por favor... El coche es importante para mí, no lo dejes ahí con la ventana rota, no quiero que nadie se lo lleve. Está a nombre de Amanda Brooks, era de ella, es importante para mí. — sentí el balanceo del hombre al caminar y quise aferrarme a su cintura, — además, te vas a quedar con toda la ropa perdida de sangre, y nos va a mirar todo el mundo.
Había perdido el cigarro, probablemente dejándolo caer en algún instante mientras él me alzaba para cargarme a su hombro. Finalmente coloqué mis manos sobre sus lumbares e hice fuerza para alzarme, al menos la parte superior de mi cuerpo, y que dejara de bajarme toda la sangre a la cabeza. Me percaté entonces de dos cosas. La primera, sentí como trabajaba la musculatura del moreno debajo de la ropa y la piel. Tal vez porque fuera policía, pero se le notaba que debía hecharle horas al gimnasio o por lo menos que tenía el cuerpo trabajado. La segunda... Era que había otro coche que me resultaba muy familiar a pocos metros de mí. Lo habíamos pasado de largo mientras estaba boca abajo y por eso no lo había reconocido.
— Ey, para, ¡escucha! ¡Ese coche es el de tu sospechoso! — Señalé el coche negro del que nos estábamos alejando, pero el agente seguía andando impassible, probablemente pensando que sólo intentaba distraerle. Gemí en voz baja, dejando de hacer fuerza con los brazos hasta quedar de nuevo colgada boca abajo — ¡Me asaltaron en medio de la calle! Choqué con un hombre, parecía llevar mucha prisa. Se le cayó una bosa llena de documentos y fotos, entre ellas había el puñetero reloj de plata. Cuando me agaché a ayudarle a recoger el muy hijo de puta me disparó y a duras penas logré apartarme. Nos peleamos, intenté defenderme y entonces un coche se paró junto a nosotros. El hombre recogió las fotos y los documentos y se fué, y tienes el puto coche a tu espalda. — Apoyé la frente contra sus lumbares, exhalando otro suspiro. — Tio, a duras penas podía andar, no voy a salir corriendo, y no pierdes nada por mirar el maldito coche. Apuesto a que el asiento de copiloto está manchado de sangre. Tu tienes tu puñetera pista para seguir trabajando y yo puedo demostrarte mi inocencia. Por favoooooooor.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 8th Marzo 2016, 13:15
-¿Te preocupas por mi uniforme? ¡Qué considerada!
Y esto, señoras y señores, es lo más me gustaba de mi profesión; que podía trabajar con mi sentido de humor, sin tener a Batman detrás diciendo “cállate” todo el santo rato. Yo no era el típico agente serio que sólo se preocupa por hacer su trabajo, o el policía corrupto que abusaría de la joven ahora que estaba indefensa. Sí, esa era la clase de gente que trabajaba en Blüdhaven: gentuza amargada. Se podría decir que mi brigada era la menos corrupta de la ciudad, y eso ya era decir mucho. No quedaban muchos polis buenos, y los que quedaban no tardaban en entregar la placa tarde o temprano, o les chantajeaban, o les hacían desaparecer… El ‘Haven no está hecho para las buenas personas. Por eso yo estoy aquí, para cambiar las cosas.
Lo cierto es que la pelirroja tenía un aspecto bastante ridículo mientras la cargaba por la calle. Los civiles que paseaban a estas horas se nos quedaban mirando y cambiaban de acera para no tener que toparse con nosotros. La chica gimoteó mientras la tenía agarrada, y la cargué algo mejor para que estuviera más cómoda. Entonces me detuve.
— Ey, para, ¡escucha! ¡Ese coche es el de tu sospechoso! — dijo señalándome un Chrysler Crossfire negro que empezaba a arrancar al vernos.- ¡Me asaltaron en medio de la calle! Choqué con un hombre, parecía llevar mucha prisa. Se le cayó una bosa llena de documentos y fotos, entre ellas había el puñetero reloj de plata. Cuando me agaché a ayudarle a recoger el muy hijo de puta me disparó y a duras penas logré apartarme. Nos peleamos, intenté defenderme y entonces un coche se paró junto a nosotros. El hombre recogió las fotos y los documentos y se fué, y tienes el puto coche a tu espalda. — La chica parecía desesperada mientras hablaba, y a primeras desconfié de su palabra y seguí caminando. Podría ser perfectamente una trola para despistarme. — Tio, a duras penas podía andar, no voy a salir corriendo, y no pierdes nada por mirar el maldito coche. Apuesto a que el asiento de copiloto está manchado de sangre. Tu tienes tu puñetera pista para seguir trabajando y yo puedo demostrarte mi inocencia. Por favoooooooor.
En eso tenía razón, con la bala en el cuerpo dudaba que pudiera salir corriendo. Pero aún así todavía no me fiaba de ella. Era cierto que por su manera de actuar no me daba la impresión de que acabara de matar a alguien. Más bien parecía la típica delincuente metida en apuros.
-Está bien… - dice con voz más seria, y empecé a correr hasta el coche patrulla sin quitarle la vista al Chrysler negro que acababa de girar en dirección este.
Empujé a la mujer para que se sentara en el asiento del copiloto y arranqué el coche. Pisé el acelerador y di un volantazo para girar en la esquina donde había desaparecido el coche sospechoso. El Chrysler estaba a dos calles de diferencia y había cogido velocidad. Sin perder la carretera de vista, activé la sirena y abrí el comunicador. La voz preocupada de Amy sonó al otro lado.
- Aquí agente Grayson. Tengo a una sospechosa del caso de Craig Donovan y ahora estoy persiguiendo a un Chrysler Crossfire negro, matrícula X1111, seguramente falsa. Dile a Johnson que vaya a la Avenida de Woolrich y que traiga una grúa. Justo al lado hay un parking al aire libre con un Lotus Elise Rojo que tiene la ventana reventada. Es el auto de la sospechosa, sí. Está herida, tiene una bala incrustada en la pierna. Ningún problema, luego iremos a comisaría.
Cuando colgué, me giré para ver a la pelirroja y le dediqué una sonrisa divertida. La había estado escuchando todo el rato aunque no lo pareciera.
- Así que no eres Amanda Brooks… ¿cómo te llamas? ¿Y qué haces en el 'Haven?
Claro que sí, Grayson. Una conversación de ascensor en medio de una persecución policial.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 12th Marzo 2016, 13:47
Ya sentada en el coche me crucé de brazos y suspiré. Al menos ahora, estaba del derecho y no me zarandeaba de un sitio a otro como si fuera un simple saco.
Pero el tío me había hecho caso. Y no sólo eso, sino que había considerado el mandar a alguien a cuidar de mi coche. Por bien que estuviera en manos de la policía, eso era mejor que no tener ni idea de dónde podía ir a parar. Y si ayudaba al agente Greyson… Le miré de soslayo, y le vi mirándome en lugar de mirar a la carretera, y me sonrió como la cosa no fuera con él. Claro que sí, como si no estuviéramos en medio de una persecución policial, como si no estuviera esposada, como si no me hubieran disparado, como si…
No valía la pena sulfurarse. En mi situación, lo mejor que podía hacer era seguirle el rollo y esperar a que las cosas cambiarán a mi favor, buscar el momento oportuno para huir o… ayudarle mientras pudiera para recuperar mi coche. ¡Qué perfecta mi visita a Blüdhaven!
Bajé la mirada a las esposas mientras me planteaba qué podía decirle. Tenía la matrícula del coche de Amanda, y sus datos sí figuraban en los registros. Con el coche podía llegar hasta el ático, así que mentir o decir cosas demasiado sospechosas podrían darme más problemas que soluciones. No es lo mismo mentir a un mindundi de la calle que a una persona con acceso a datos y registros y que puede desvelar la verdad tras el engaño con una simple pregunta por el dichoso comunicador.
— Garnet. Extraoficialmente soy la hija adoptada de Amanda Brooks. Soy Neoyorquina. He tenido problemas en casa y he salido a despejarme. A veces venir a donde nadie te conoce te ayuda a pensar en tus problemas con mayor perspectiva.
Pensé que sería suficiente. Una verdad a medias. No era del todo mentira, aunque no terminaba de explicar el verdadero motivo tras mis problemas, o el porqué había escogido Blüdhaven en lugar de cualquier otro. Aun así, la sonrisa divertida del agente había logrado calmarme, junto con el hecho de parecer más dispuesto a creer en mí inocencia. Realmente quería ganarme su confianza para poder irme de ahí. Por una vez, era verdaderamente inocente y suspiré.
— Perdóneme agente. He reaccionado mal cuando me ha pillado. Lo de fumar… No quería ni mucho menos faltarle al respeto. De algún modo pensé que si veía que verdaderamente sabía qué había y dónde, sería una buena manera de demostrar que había estado anteriormente en el coche, que lo conocía. Tal vez me hubiera comportado distinto en otra situación pero no pensaba con claridad. Nunca antes me han disparado, ¿sabe? — Miré el pañuelo vendado torpemente sobre mi muslo e hice una mueca. — Estaría bien tomar algo para el dolor, aunque sea. ¿No tendrá una aspirina, verdad? Oh… mierda, te… le estoy manchando el coche. Lo siento.
Miré hacia adelante y entonces me percaté de que el coche negro había desaparecido. Esperaba no haber distraído al hombre y que él supiera dónde habían ido a parar… pero no, no podía ser. Minutos antes, el coche estaba delante, rompiendo a mano derecha y ahora que habíamos girado nosotros, no había rastro de él, ni había calles secundarias tan cercanas como para que hubieran desaparecido tan pronto. Fruncí el ceño, escudriñando alrededor. Parecía que nos habíamos metido en una especie de zona industrial, la calle principal era espaciosa y poco concurrida, y a ambos lados se alzaban grandes naves industriales, con unas puertas suficientemente grandes como para que pasara dentro un camión. ¿Podrían haber metido el coche dentro de ellas? Si era el caso, significaba que a parte del hombre que les había recogido en el coche, había alguien más trabajando con ellos.
— Metro setenta y cinco, complexión robusta, moreno y de pelo entrecano, ojos castaños, rasgados y cejas pobladas. Rondaría los cuarenta y tenía una barba descuidada, cerca de tres días, diría yo. Tejanos, botas de trabajo, y una chaqueta de cuero marrón, de esas que parecen antiguas Es todo cuanto recuerdo de tu sospechoso, espero que le sirva.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 31st Marzo 2016, 19:58
La cara de la pelirroja fue un poema en cuanto le mostré mi mejor sonrisa. Era en plan “¿En serio, tío?”. Suspiró frustrada y se cruzó de brazos. Parecía estar hecha polvo, y la bala en la pierna le tenía que doler por narices. La persecución no iba a ayudarle mucho en ese aspecto, el viaje en coche fue bastante movidito.
- Un placer, Garnet. Siento que tengamos que conocernos de esta manera – dejé escapar otra sonrisa.- Soy el agente Richard Grayson. – volví la vista al volante y giré de nuevo a la derecha, acercándome cada vez más a nuestro objetivo.
Para la gente que le gustaba el chismorreo de Gotham, sabría que Richard Grayson era el hijo adoptivo del millonario Bruce Wayne, y por lo tanto su heredero (vamos, eso me dijo la última vez), pero dudaba que alguien como ella se enterara de las noticias del salseo o el mundillo de la alta sociedad. Además, seguro que había más Richards Grayson por el mundo. Pero yo era el más guapo. - Creo que has escogido un mal día para venir a Blüdhaven… de hecho… ¿Porqué esta maldita ciudad de entre todas las demás? ¿No lees las noticias? El ‘Haven es un nido de delincuentes y violencia… vaya unas vacaciones, ¿O es que te han regalado un “vale gratis” para la sauna?
En cuanto volví la vista al frente tuve que pegar un frenazo de la hostia, eso o me llevaba por delante a un viandante loco que le apetecía cruzar por medio de la carretera. Claro que si, hombre. Te van a dar el premio Nobel al más tonto del culo.
- ¡Vamos! ¡Muévete! – el colgado debía de ir borracho por la manera de andar, y mientras cruzaba la calle nos dedicó un “qué te jodan”, y levantó la mano con el dedo medio mirando hacia arriba.
- Mierda, joder…- aceleré cuando el hombre salió de la carretera, el Chrysler negro nos había vuelto a adelantar un par de calles. Me cago en todo… ¡casi lo teníamos al lado si no fuera por ese cretino! Si lo hubiera perseguido como Nightwing ya lo habría alcanzado. El Wingcycle era mucho más rápido y ágil que la chatarra que estaba conduciendo, y con el coche patrulla era mucho más difícil adelantar y sortear el resto de automóviles. Pero ahora era el agente Grayson y tenía que hacer las cosas con los limitados recursos que tenía un poli de Blüdhaven.
Brooks continuó hablándome, pero esta vez tenía los ojos más puestos en la carretera que otra cosa y escuché de pasada lo que estaba diciéndome.
- ¿Aspirina? Eso solo haría que te desangraras más rápido… No te preocupes por las manchas. Cuando vayamos a la comisaría el médico te atenderá en condiciones y podrás describirle al dibujante como es el tipo que te agredió.
Todavía no me fiaba un pelo de ella, era un hombre desconfiado por naturaleza pero la chica no parecía estar mintiendo. A primera vista era una mujer normal y corriente, embutida en unos tejanos ajustados normales, una chaqueta de cuero normal, y camiseta nor…escotada. Madre mía, podría ser una modelo con ese aspecto. Pero también era una chica observadora (no había perdido detalle al describir a su agresor), y no había dudado en reventar los cristales de su coche a pesar de no tener llaves. Nadie en su sano juicio haría algo así a menos que supiera hacer un puente para poder arrancar el coche… claro que todo esto eran suposiciones mías. Pero lo que más me escamaba era porqué no había acudido a un hospital antes que nada, o avisar a la policía. ¿De qué se escondía? ¿Y porqué llevar consigo el reloj y la pistola? Garnet Brooks tendría muchas cosas que explicar cuando llegáramos a comisaría.
El Chrysler Crossfire volvió a girar, y lo perdimos de vista. ¿Cómo podía ser? Acababa de girar a la derecha, era imposible que se hubiera esfumado… dejé de apretar el acelerador, y avancé con cautela por la carretera. Las calles de alrededor estaban deshabitadas, nos habíamos metido en una zona industrial, con naves grandes y garajes. Quizás el coche se habría escondido dentro de algún edificio.
- No salgas del coche. – le dije con el rostro serio y deteniéndonos en la calle dónde habíamos perdido de vista al Chrysler. ¡Qué narices! Estaba esposada a la puerta, dudaba que pudiera salir del coche de todas formas. Salí del vehículo con pistola en mano, preparado para apuntar a cualquiera que me saliera de frente. La sombra del edificio de al lado se cernía sobre nosotros, creando un ambiente oscuro a pesar de que todavía era de día.
- Mal sitio para aparcar… agente…
Cinco matones salieron a nuestro encuentro; dos con bates de béisbol, uno con cadenas y otro con pistola. El resto estaban limpios, pero no vi por ningún lado al hombre de la descripción de Garnet. Este encuentro era solo para entretenernos…
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 1st Abril 2016, 01:57
- No salgas del coche.
— ¿Qué? — No me escuchó, y contemplé anonadada como se bajaba del coche y me daba la espalda, alejandose. — ¡No! ¡RICHARD! ¡GRAYSON!
Golpeé la guantera del coche y gruñí de mala gana, para luego dejarme caer sobre el asiento, suspirando. Mi coche estaba seguramente en la comisaría de la ciudad, y hasta cierto punto iba a ser más fácil llegar hasta él si me quedaba con Dick. Pero la verdad era que al pensar en ayudarle, me había imaginado algo sencillo, como señalar el camino y esperar cómodamente. Pero las esposas rompían la parte cómoda, y que el agente se metiera vete tu a saber dónde solo, tampoco era lo que tenía planeado. Y para ser sincera, ¿Por qué iba a preocuparme? Lo que le pasara a Grayson no tenía nada que ver conmigo. Y si acababan con él, no quedaba nadie que conociera mi aspecto, puesto que no había dado mi descripción por la radio.
Durante un rato intenté hacer juego de muñeca, intentando con aire distraído deshacerme de las esposas que me mantenían inmóvil, aunque pronto me cansé y decidí simplemente atravesarlas. Tras lo cual vino un bueeeeeen rato de cotillear por el coche a ver qué encontraba. Sus contenidos eran de lo más normales, el coche estaba bastante limpio y a parte de algunas licencias y una bolsa de patatas, no encontré nada que saciara mi curiosidad. La actividad estaba siendo de lo más aburrida, cuando di con una pequeña caja bajo el asiento y mi sorpresa al abrirlo...
— Vaya vaya agente Grayson... Cómo se las gasta.
Contemplé la pistola aturdidora con curiosidad y una pizca de malicia y alcé la vista para buscar la espalda del agente... Y no le vi a él. Al menos, no solo. Un grupo de unas cinco personas habían aparecido de dios sabía donde, e inconscientemente me agazapé en el coche, planteándome qué podía hacer. Lo más lógico era irme, huir y perderle de vista...
Volví a mirarle... Y suspiré. Fue el mejor momento para recordar la sonrisa de aquel capullo, y recordar que tras el policía había una persona. Fue el mejor momento para tener remordimientos. Estábamos ahí por mí... Y quería mi coche. Si había revuelo en la comisaría por culpa de un agente muerto, no iba a hacerme las cosas más fáciles.
— Puta...
La situación estaba jodida. Y tener mi pierna herida no lo hacía más fácil. Dos de ellos tenían bates. Dos tenían cadenas. Y un quinto una pistola. En el coche debía seguir la pistola del hombre que me había disparado, pero yo nunca había usado un arma. Y no estaba dispuesta a que esa fuera mi primera vez. Suspiré, y agradecí que toda la atención de aquellos hombres estuviera centrada en el agente Grayson, pues lo que estaba a punto de hacer era una locura hasta para mí. Con mucho cuidado de moverme lentamente para no alertar a nadie, usé mis propios poderes para salir del vehículo sin hacer ningún ruido, y llevándome conmigo el aturdidor.
Podía sentir los latidos de mi propio corazón latiendo con fuerza en mis sienes, mientras rodeaba el coche por la parte exterior. El aparato parecía sencillo de usar, pues sólo tenía un botón y una cara con dos puntas metálicas por las que supuse, liberaba la descarga eléctrica. Me pareció escuchar la voz de Richard, pero no escuché demasiado bien si era él u otro de los matones… Y antes de que pudieran atacar al agente, salí de detrás del coche y ataqué al hombre de la pistola, apretando el aturdidor contra su cuello antes de accionar el botón. Sentí la vibración del aparato mientras el calambre hacía convulsionar al tío y se desplomaba el suelo. Y para qué negarlo, me había sobresaltado y dejé caer el aturdidor dando un par de pasos inseguros. Entonces, hubo un instante en el que miré al agente, el rostro denudado de toda expresión. Pero duró un solo instante, pues era consciente de la situación en la que me había metido.
Intentando reaccionar antes que el resto, me encaré al primer hombre, y afiancé la pierna derecha para pivotar sobre ella y dirigir una patada a la boca del estómago del primer hombre que tenía a mi izquierda, que iba armado con una cadena. El golpe dio donde yo quería, y el tío se dobló por el vientre, sujetándose con ambas manos allí donde le había dado con el tacón, y a mi vez, yo perdí el equilibrio al colocar ambos pies en el suelo, debido a la herida de mi muslo, apoyándome como buenamente pude en un lateral del coche. Y haciendo de tripas corazón, me incorporé y tomando su cabeza con ambas manos le di un rodillazo en la frente, dejándolo atontado y fuera de combate.
Un segundo con un bate se abalanzó hacia mí y alcé ambas manos en posición defensiva. Por cómo sujetaba el bate supuse que era zurdo, y me preparé para recibir la bateada, agachándome. El tío pareció leer mis movimientos y cambió la trayectoria del batazo para intentar darme de nuevo, esta vez realizando un arco vertical. Me tiré de espaldas, quedándome sentada y retrocedí como pude hasta que mi espalda dio en el neumático. Un segundo golpe se dirigió directo a mi cabeza, y sin tiempo para reaccionar como era debido, alcé ambos brazos, preparándome para intentar pararlo con las manos desnudas.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 26th Abril 2016, 12:38
Tenía en frente a los tipos más feos de Blüdhaven mirándome con una sonrisa siniestra. La situación les debió parecer divertida, se sentían como depredadores rodeando a una pobre e inocente oveja descarrilada. Pero yo era un lobo con piel de cordero.
Los dos del bate empezaron a golpear su arma contra la palma de la mano de forma impaciente mientras se acercaban lentamente. Los otros dos empezaron a girar las cadenas generando un escudo metálico que les protegía de los ataques frontales. Y el quinto, el más peligroso, era el de la pistola. No se acercó como sus compañeros, mantuvo una distancia prudencial para poder apuntar y disparar. Y después estaba yo, un agente de policía con una pistola que no iba a usar para matar.
¿Y Brooks? Eché un rápido vistazo al coche y no vi nada desde la ventanilla. Ha debido agacharse para que no la vieran. Bien hecho, si los matones se daban cuenta de que había alguien más conmigo la pondría en peligro. Pero de pronto escuché una descarga eléctrica, y mis ojos volvieron a analizar al hombre de la pistola, que yacía desplomado en el suelo. La pelirroja estaba detrás de él, y en ese instante dejó caer el aturdidor golpeando el asfalto con un ruido sordo. Ella me miró durante un instante y no supe decir si estaba tranquila o asustada. Aproveché el instante que me había dado para volverme hacia los matones.
Con una grácil acrobacia salté por encima de uno de los hombres que sostenía la cadena. El matón se había quedado pasmado ante la aparición de Brooks, y había dejado de prestarme atención. No tuvo tiempo ni de girarse. Le golpeé en los laterales del cuello con la fuerza de mis dos manos y cayó inconsciente en el suelo. Sus ojos se quedaron completamente en blanco, esperaba no haberle asestado con demasiada fuerza…
Eché otro vistazo a Brooks en medio del combate. Esperaba verla refugiada dentro del coche, pero me la encontré propinando una patada tipo de las cadenas y dejándole K.O. Vaya con la pelirroja, uff… y esos tacones en la cara debían de doler un montón.
Sentí una vocecilla de alarma en mi cabeza y me agaché a tiempo. Vi pasar un bate por encima de mi cabeza y la expresión de felicidad del matón cambió drásticamente a una llena de rabia tras haberle esquivado. Aproveché mi baja altura para propinarle un puñetazo fuerte en el estómago. El hombre encogió el cuerpo hacia adelante y se llevó las manos al vientre, retorciéndose de dolor. Fue ahí cuando cogí impulso para darle una patada en toda la cara. El hombre giró varias veces sobre si mismo y dos o tres dientes salieron volando de su boca. Si ese tío ya era feo, imaginároslo sin dientes.
Me giré a tiempo para ver a Brooks acorralada entre el último matón y el coche patrulla. La mujer había esquivando el golpe, pero el hombre arremetía de nuevo en dirección a su cabeza. Corrí hacia ellos y de un salto agarré al matón y lo tiré al suelo antes de que golpeara a la pelirroja. El bate salió volando y se estrelló contra el capó del coche, aboyándolo en el proceso. Fijo que me metían bronca por eso.
Forcejeé con el matón mientras rodábamos por el suelo. Yo le di un puñetazo en toda la cara y él me dio un golpe de cabeza a cabeza, dejándome ligeramente aturdido. Joder, si que la tenía bien dura ¿llevaba cemento ahí dentro o qué? Noté entonces como un hilillo de sangre bajaba por mi frente hasta detenerse en la ceja. El desgraciado aprovechó para colocarse encima de mí, pero le agarré de la chaqueta a tiempo y con la ayuda de mis piernas lo levanté y lo lancé hacia atrás. El bastardo se estampó contra una pared de ladrillos que teníamos detrás y no volvió a levantarse. En aquel momento me di cuenta de lo que tenía estampado en la chaqueta. Era el símbolo de una de las mafias del 'Haven.
-¡Joder! – me quejé mientras me levantaba del suelo y me limpiaba la sangre de la cara con la manga de la camisa. - ¿Estás bien?- miré a Brooks. A excepción de la bala que seguía en el muslo no parecía haber recibido más golpes.
Se escuchó varios disparos que provenían del fondo del callejón. Rápidamente ayudé a Brooks a levantarse y a que se metiera dentro del coche. Pasé por encima del capó rodando y entré lo más rápido posible en el asiento del conductor, preparado para arrancar y pisar el acelerador.
Desde los balcones del callejón empezaron a aparecer varios matones más, pero esta vez iba bien armados; con pistolas y rifles de asalto. Obligué a Brooks a que se agachara mientras le daba la vuelta al coche y seguía la carretera para hacer el camino inverso. Varios de los cristales reventaron pero ninguna bala dio en el blanco. Salimos del callejón sin problemas y nadie nos siguió.
- ¿Nos hemos metido en la boca del lobo, eh? – Intenté bromear para relajar un poco la situación, pero a Brooks no le hizo ninguna gracia.
- ¡Grayson! ¡Richard Grayson! – empezó a sonar el comunicador, y respondí apretando un botón.
-¡Aquí agente Grayson! Hemos perdido al objetivo y…
-¡Grayson! ¡Ya estás moviendo tu trasero hasta la comisaría! ¡AHORA!- la comunicación se cortó de un plumazo y no me dio tiempo a seguir informando.
- Ups… - cuando la agente Rohrbach se enfadaba, daba mucho más miedo que mil matones con pistolas…
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 30th Abril 2016, 14:23
Me subí al coche en cuanto empezaron a llegar los disparos desde los tejados.
— Joder, y yo me pensaba que Nueva York era peligroso. — susurré entre dientes, mientras Grayson le daba al pedal para sacarnos de ahí.
En cuanto dejábamos atrás los edificios, Dick empezó de nuevo con sus bromas. Sonreí, y apoyé la cabeza pesadamente contra el asiento de su coche. En un pequeño halago de flexibilidad colé mi mano dentro de las esposas. En realidad dolió, mucho, pero antes de que Dick empezara a preguntarse cómo me había liberado de ellas, prefería que diera la impresión de que podía simplemente… quitarlas. Tras lo cual, cerré los ojos, dándome cuenta entonces de lo cansada que estaba. Llegó un nuevo mensaje por la radio y me reí viendo cómo su jefa le gritaba y le colgaba el sin darle tiempo a responder.
— Suena amargada… será la persona más agradable del mundo pero habla como si le faltara que le den… ya me entiendes. Veo que volver a poner las pulseras es buena idea… no fuera a ser que tu jefa se enfade por no llevar al sospechoso debidamente… atado. — suspiré, dándome cuenta de que me estaba durmiendo en el coche. Sí, viva yo, durmiendome en esa situación. — despiértame al llegar… — susurré débilmente, al percatarme de que se me escapaba la consciencia.— creo… creo que he perdido demasiada…
Lo próximo que supe, estábamos aparcados en la puerta de la comisaría y cuando escuché la puerta del conductor abrirse y cerrarse, busqué a Dick con la mirada. Éste dio la vuelta al coche y abrió mi puerta. Le sonreí intentando bromear.
— Algo bueno tenía que tener que me disparen… despertarme junto a un chico atractivo me parece una buena compensación. Aunque tener que pedirte ayuda… bueno, según como se mire.
Pasé las dos piernas hacia el suelo, y alcé los brazos para que Dick me pudiera ayudar a incorporar. Y juntos entramos a la comisaría de policía de Blüdhaven. No presté demasiada atención a la gente que nos cruzábamos, pues estoy acostumbrada a las miradas indiscretas y… tampoco estaba mucho por la labor. Sentía la cabeza ligera, así que si me miraban por mi físico, por mis cicatrices o ni siquiera me miraban, pasaba muy desapercibido a mi cansada mente. Fui ligeramente consciente, de la voz de Dick, quien pese a estar más serio no dejaba de intentar hablarme en ese tono amistoso y animado que ya empezaba a atribuir como algo típico en él y la que supuse que era su jefa, una mujer de largos cabellos negros recogidos en una prieta coleta, se plantó delante de él a gritarle.
De lo que fui terriblemente consciente, fue de dos ojos oscuros, que fijos en los míos, parecían desear mi muerte. El fuego que ardía en ellos de algún modo logró abrirse paso entre la maraña espesa de pensamientos que nublaban mi mente y me fijé en el rostro que enmarcaba esos ojos. A diferencia de Dick, ese hombre vestía el uniforme de la policía, pero yo le había visto antes… en mitad de la calle, un hombre que parecía llevar prisa, con quien yo había chocado para intentar robarle…
— Dick… — susurré con una nota de pánico en mi voz. En cuanto el hombre se dio cuenta de que le había reconocido avanzó entre escritorios, hacia nosotros. En cuanto llegó a mí me agarró del brazo, con fuerza, casi haciéndome daño, y dijo algo de llevarme a la enfermería y dejarme descansar en una de las celdas. — Puedo quedarme aquí, estoy bien, gracias. — mentí, con frialdad en mi voz. Pero la mujer que discutía con Dick hizo un ademán para que el “policía” me llevara consigo, y aunque Dick parecía poco dispuesto a dejarme ir y mencionó algo de llevarme él mismo, al final tuvo que ceder ante la jefa.
Tenía que pensar algún modo de avisar a Dick. Pero nadie iba a creer a una sospechosa por encima de un policía. Ni siquiera las tenía todas conmigo con que Dick fuera a creerme, pero… tenía que intentarlo. Me costaba centrarme, estaba dispersa y… casi sin pensarlo, hablé.
— Mal sitio para aparcar… agente. — recé para que captara la referencia, y desee que mis ojos fueran capaz de transmitirle la urgencia que sentía.
El policía tiró de mí y lejos de llevarme a la enfermería, fuimos directos hacia las celdas. Su voz era grave y me susurró al oído.
— Quien me iba a decir a mí que serías tan amable de dejarte atrapar. Me has dado la cobertura perfecta.
Apreté los labios, callada. No tenía la cabeza para más comentarios inteligentes, y todos mis esfuerzos mentales se estaban centrando en buscar un modo de salir de ahí. Me planteé volverme intangible en cuanto llegáramos a la celda, pero antes de cruzar la puerta de barrotes el muy cerdo me golpeó en la cabeza. Me caí de rodillas, y mi torso se dejó caer levemente hacia adelante, apoyando la frente en la fría superficie del suelo, todo mi cabello cediendo como una cortina a ambos lados de mi rostro mientras sentía la espesa y caliente sangre goteando lentamente por mi cuero cabelludo.
— Tranquila… será rápido. — dejó caer a mi lado un cuchillo. No tenía nada de especial, un cuchillo típico de cortar carne. — diré que ofreciste resistencia.
Tomé el cuchillo entre mis manos, y apoyándome en los barrotes me puse en pie. El muy malnacido se estuvo riendo de buena gana.
— No voy a tener ni que fingir tus huellas, ¡tu misma las has colocado en el arma! Eres verdaderamente estúpida.
Me quedé quieta, contemplando a ese hombre en silencio, mientras él retiraba la pistola de su cinto y quitaba el seguro, apuntando directamente a mi vientre. Aferraba el cuchillo con fuerza por el mango, esperando el momento en que el tío fuera a dispararme. Tal vez debido a la adrenalina, sentía la cabeza algo más despejada, mis ojos contemplando el dedo, esperando el momento en que apretara el gatillo. Momento en que dejaría que la bala atravesara mi cuerpo sin herirlo, las esposas caerían en un golpe sordo en el suelo, y envuelta en mi poder me vería libre de ataduras para robarle el arma, y su vida…
Y mientras esperaba, un disparo trajo consigo el silencio al interior de la comisaría del ‘Haven.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 27th Mayo 2016, 01:43
El coche patrulla, ahora con el capó aboyado, giraba en dirección a la calle principal, donde los matones tendrían más dificultad para seguirnos. Pero no lo hicieron, se quedaron en su cubil de apestosas ratas. Menos mal, no me gustaba la idea de tener detrás a varios matones con rifles que pusieran en peligro la vida de civiles. La bronca que me iba a meter Amy iba a ser de las grandes…
- Es una chica muy maja, en realidad. Lo que pasa es que se toma demasiado en serio su trabajo… pero es una tía legal. La poli más guay que verás por aquí, te lo aseguro…- teniendo en cuenta que éramos pocos los polis que aún tenían un sentido de la justicia en esta maldita ciudad.
Brooks me siguió las bromas con una débil sonrisa, seguía abatida y su pierna continuaba perdiendo sangre a pesar del torniquete. No había sido buena idea seguir a aquel Chrysler negro…
- Y sobre las esposas… - miré las muñecas de Garnet y vi como se las colocaba de nuevo. Tenía unas hábiles manos, pero le costó volver a introducirlas en las pulseras.- ¿Cómo lo has hecho? Te has liberado muy fácilmente y…podrías haber cogido el coche y haberte largado, después de todo estás arrestada… - dije con un tono algo más serio mientras miraba a la carretera.- … gracias... por haberme ayudado con esos tipos, te prometo que…
Pero cuando volví a girarme vi que Brooks había cerrado los ojos y su pecho subía y bajaba a un ritmo relajado, completamente dormida.
- No importa.- sonreí para mí mismo, y continué conduciendo hasta llegar a la comisaría. Bajé del coche y abrí la puerta del asiento del copiloto a tiempo de Garnet se despertara.
- Creo que sigues soñando… - dije aceptando su cumplido con una sonrisa. Vaya con la pelirroja, al parecer le gustaba tontear con la ley. Me acerqué a ella y dejé que se apoyara en mí para levantarla de nuevo. Esta vez fui un poco más delicado y la llevé en brazos hasta el Hall. Allí me estaba esperando Amy, con los brazos cruzados y el ceño fruncido, mientras pisoteaba con inquietud el suelo de baldosas.
-¡Richard Gayson!- gritó en cuanto me vio, y caminó con paso firme hacia nosotros.- ¿Te das cuenta del escándalo que acabas de montar? ¿A dónde te crees que ibas tu solo?
- Seguí una pista del asesino, era un Chrysler Crossfire negro que ha visto la testigo…- dije señalado a Garnet. Los ojos castaños de la agente se clavaron entonces en ella, analizándola de arriba abajo con mirada severa.
- ¿Esta no era la "acusada" del asesinato? – dijo confundida y cruzándose de brazos.
- Sí, pero verás… la historia es algo más larga…
- Dick…
- Seguí la pista hasta el aparcamiento…
- ¿Llevo a la testigo a la enfermería?
El agente Hammond apareció de repente y nos interrumpió. Amy volvió a repasar con la mirada a Garnet y asintió al policía al ver la gravedad de la herida en su muslo.
- Sí, después envíala a descansar a las celdas. Grayson tiene que contarme muchas cosas antes de interrogar a la "acusada"…
- Puedo quedarme aquí, estoy bien, gracias.
- ¿Cómo vas a estar bien? – protesté, recordando que se había desmayado en el camino de vuelta a la comisaría. Entonces dijo algo que llamó mi atención.
— Mal sitio para aparcar… agente. —
Mis ojos y los de ella conectaron durante un segundo antes de que el agente Hammond la acompañara por el pasillo en dirección a la enfermería. Durante un instante noté la mirada de auxilio que me dedicó Brooks. Claro, ¿cómo podía decir que estaba bien con una bala en el muslo? Algo iba mal.
Amy me dedicó otra mirada de desaprobación mientras miraba a Garnet doblar la esquina con el agente Hammond. Me giré para ver a mi superior con una sonrisa facilona, como si no estuviera pasando nada malo.
- ¿Tienes idea alguna de donde te metiste? ¿Y encima ibas con la testigo? ¡Ese barrio es propiedad de la mafia de Giovanni! ¿Cómo te atreviste a entrar allí tu solo? ¿En qué estabas pensando? Esto traerá consecuencias a la comisaría, Grayson.
- Oye, lo siento, ¿Vale? No me di cuenta hacia dónde nos llevaba ese coche... pero escucha, esta pista nos indica que el sospechoso que mató a Craig Donnovan tiene una estrecha relación con la familia Giovanni y la mafia. Y estoy seguro de que el secreto lo esconde este maldito reloj… - dije mostrándole la bolsa de plástico dónde había guardado todos los objetos relevantes del caso. Amy la cogió y la miró durante unos segundos antes de relejar su rostro.
- Estas loco, Grayson… - la mujer esbozó una ligera sonrisa.
- Ya me lo has dicho dos veces hoy, Amy. - le devolví la sonrisa, entonces ella pareció sorprenderse de algo.
- Tienes… ¡Te está sangrando la cabeza!
- ¡Oh! Si, la cabeza… - me llevé la mano a la frente y noté con los dedos el líquido rojo bajar hasta la ceja. Sólo tendrían que darme un par de puntos y quedaría perfecta otra vez. - Será mejor que vaya a la enfermería en un momentito, ¿Vale? ¡Vuelvo enseguida!
- Espera Grayson... ¡Grayson!
Corrí por el pasillo y giré la esquina por dónde habían desaparecido Garnet y Hammond. Llevaba rato pensando en lo que la mujer me había dicho antes de irse y recordé la descripción que me dio de su agresor. Brooks no conocía a Hammond.
" Metro setenta y cinco, complexión robusta, moreno y de pelo entrecano, ojos castaños, rasgados y cejas pobladas. Rondaría los cuarenta y tenía una barba descuidada, cerca de tres días, diría yo."
Robert Hammond. No podía ser una coincidencia.
Llegué a la enfermería, pero no había rastro de Brooks ni del agente. Mierda... ¿dónde narices se la había llevado? Entonces se escuchó un disparo que provino de las celdas. La sangre se me heló de golpe. Tuve un mal presentimiento. Corrí como nunca hasta bajar las escaleras del piso subterráneo y encontrarme a Hammond sosteniendo la pistola humeante y Garnet abalanzándose sobre él con un cuchillo. Tenía que hacer algo.
- Te ha dado... yo lo he visto... - dijo el agente conmocionado, sin creerse lo que acababan de ver sus ojos. La bala había atravesado el cuerpo de Garnet y se había quedado atrapada en la pared de detrás suyo. Brooks estaba intacta.
Sin pensarlo dos veces arremetí contra Hammond y le obligué a que soltara la pistola cuando le torcí la muñeca con una maniobra. Le hice una presa y lo dejé inmovilizado. En esos momentos llegó Amy y varios policías más.
- ¿Qué está pasando aquí?- preguntó la mujer al borde de la desesperación. El caso se le estaba yendo de las manos.
- ¡Esa zorra ha intentado matarme con un cuchillo! ¡Se ha liberado de las esposas de repente!- mintió Hammond.
- Esa "zorra" iba desarmada cuando entró a la comisaría, Hammond. Yo la registré antes de esposarla.
- Pues no miraste bien, Grayson...
- ¡Ya basta! Richard, suelta a tu compañero.
Liberé a Hammond de la presa y me puse delante de él, impidiendo así que se acercara a Garnet.
- Hammond, vuelve al trabajo.
Antes de irse, el agente de oscuros ojos nos dedicó una mirada llena de odio, y después de sacudirse las ropas con toda la tranquilidad del mundo, esbozó una sonrisa de suficiencia. Hammond no iba a dejar las cosas así. Pero claro... ¿cómo iba yo a explicarle a Amy que él era de los malos?
- Richard, llévate a la testigo a la enfermería y mírate esa frente. Hablaremos después. - la mujer seguía con el ceño fruncido, y se giró tan bruscamente que su coleta sonó como un latigazo. Una vez nos quedamos a solas, me acerqué por fin a Brooks le pregunte:
- ¿Estás bien?
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Última edición por Dick Grayson el 10th Agosto 2016, 19:53, editado 1 vez
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 31st Mayo 2016, 13:51
Escuché el disparo, ensordecedor y sentí la rabia creciendo en mi estómago, como una serpiente que envolvía mis entrañas. Quería lanzarme a por él, quería herirle, quería sobrevivir, con ese instinto salvaje que una vez me había salvado en las calles, con uñas y dientes. Dejé que mi poder me envolviera, y la bala atravesó mi etéreo cuerpo, mientras mis ojos se fijaban en los suyos, como si quisiera abrasarle con la mirada.
- Te ha dado... yo lo he visto...
— Hijo de la gran puta… Te juro que no sales vivo de esta.
Quise abalanzarme contra él, pero Dick se me adelantó. Parpadeé, algo desorientada. ¿Dick? ¿Qué hacía aquí? La idea me golpeó en el pecho como si fuera algo totalmente obvio que había pasado por alto. Me había entendido. Había escuchado el disparo y había acudido en mi ayuda. De una sola maniobra, forzó al policía a soltar su pistola y le inmovilizó. Yo por mi parte dejé caer el cuchillo, sonriendo débilmente, pensando que ya habría acabado todo. Tenían a su sospechoso, me devolverían mi coche, y sería libre de volver a mi ático a lamerme las heridas.
- ¿Qué está pasando aquí?- Amy había venido, también atraída por el disparo.
- ¡Esa zorra ha intentado matarme con un cuchillo! ¡Se ha liberado de las esposas de repente!- mintió el hijo de puta. Le fulminé con la mirada, con el mismo odio que había experimentado momentos antes.
- Esa "zorra" iba desarmada cuando entró a la comisaría, Hammond. Yo la registré antes de esposarla. - Bien dicho, Richard. Hasta voy a perdonarte que me hayas llamado zorra.
- Pues no miraste bien, Grayson…
— Bastardo malnac-
- ¡Ya basta! Richard, suelta a tu compañero.
No… No puede estar pasando esto. Dick no va a soltarlo, va a contarle a Amy que él es quien…
Dick se levantó, liberando a Hammond de su presa, y colocó su cuerpo entre nosotros, casi con ademán protector. Encantador. Si no fuera porque estaba dejando libre a quien había intentado matarme, dos veces, y que iba a jugármela para hacerme parecer culpable de sus crímenes. Sentí que la sangre se drenaba de mi rostro, y me lamenté con un gemido que a medio camino se tornaba suspiro, dejándome caer en la camilla de la celda. Sentí una punzada de dolor en mi pierna y me lamenté, otra puta vez, por mi suerte aquel día. Parecía que no se fuera a acabar nunca.
Amy mandó a Hammond al trabajo, y a mí y a Dick a la enfermería. Me lleve una mano al rostro, mordiéndome el carrillo interno de la mejilla. Esto no estaba pasando. No podía estar pasando. Para colmo la voz de Dick a mi lado hizo que terminara de desmoronarme, negando con la cabeza. Me sentía frágil, y eso es algo que no soporto. Muestra debilidad, y tus enemigos sabrán que han logrado herirte. Eso es algo que no tolero, por encima de mi cadáver, y como siempre que no quería mostrarme como era realmente, negué con la cabeza e intenté cubrirlo todo en una falsa apariencia de frialdad e indiferencia.
Sólo que a veces no es tan fácil.
— Casi me mata…
Se me puede tachar de temeraria. He hecho mil y una cosas que desafían toda lógica, y mil veces he puesto mi vida en riesgo por cosas que, a mi entender, valían la pena. Y no era la primera vez que alguien intentaba llevarse mi vida a sangre fría. Viviendo en la calle, era una situación a la que me había acostumbrado… Y casi olvidado. La vida con Brooks había sido demasiado cómoda, y durante mucho tiempo había evitado ese riesgo, y ahora que lo había revivido, hacía temblar todo mi ser con la dura realidad… Que hoy casi me muero. No es tan fácil fingir que algo así no te afecta, cuando toda tu vida ha sido una lucha constante para evitar este momento.
La mano que cubría mis ojos bajó hasta taparme los labios. Estaba demasiado disgustada, necesitaba calmarme, algo con lo que distraerme.
— Dick… quiero un puto cigarro. De hecho querer sería menos tener la necesidad que ahora mismo siento por un poco de nicotina en mis venas. — Sentí que se me iban a llenar los ojos de lágrimas. Y por eso si que no paso. Golpeé con el puño contra la pared, de modo que la ira y el dolor se sobrepusieran a lo que fuera que estaba sintiendo en ese momento. — ¡Joder! ¡Casi le teníamos! ¡Como puede ser tan ciega tu jefa! Es que… ¡ARGH! — Me incliné, apoyando los codos en mis rodillas, y cubriendo mi rostro con ambas manos.
Luego estaba el tema de las esposas. Y de la bala que había atravesado mi cuerpo sin herirme, como antes en el coche también me había librado de ellas y había logrado salir del coche sin siquiera abrir las puertas - detalle que en apariencia a Dick se le había pasado por alto, o que deliberadamente había ignorado-. Si Hammond mencionaba cualquiera de esas cosas, me podía ver en serios problemas. Podían relacionarme con Shade, lo cual pondría un punto final a mi cómoda vida en Nueva York. Necesitaba hacer algo. Y necesitaba a Dick de mi parte. Lo que iba a hacer ponía en grave riesgo mi… identidad. Pero de algún modo, valía la pena jugármela en un todo o nada.
— Necesito tu ayuda… — Vale, se me da de puta madre mentir. Y si hay algo a lo que un hombre no suele negarse, es a una mujer débil que necesite ayuda. Y ahora no necesitaba mucha ayuda para parecer necesitada. Con tanta verdad de mi parte, era imposible que no pareciera que contaba la verdad. Alcé la mirada hacia Greyson, mordiéndome el labio inferior y haciendo mi mejor cara de cordero degollado. Hablé en susurros, de modo que si tenían cámaras o había alguien escuchando no pudieran oírme — Estoy metida en un buen lío… No… no te he sido del todo sincera. Dick yo… joder, soy un puto monstruo, ¿vale? Soy una de estas frikis con poderes. Un triste intento de ponerte un antifaz y ayudar a la gente. Y Hammond me ha visto. Si lo cuenta, estoy jodida. Tengo enemigos, gente que vendría a por mi y que me quiere ver muerta, y como ese inútil utilice eso en mi contra para que tu jefa se crea que soy la ladrona que están buscando, me vere en serios problemas. Como Lex Luthor se entere… — Me llevé una mano a los labios, encarnando la viva imagen de la angustia. — Joder, en Octubre fui con los Guardianes a robarle un virus, para que no pudiera utilizarlo como arma. Ese tio tiene recursos, como se corra la voz de lo que soy me puedo dar por muerta.
Los datos eran verídicos. Si la policía tenía algún modo de averiguar lo que había sucedido ahí, demostraría que había trabajado con los buenos. Me daría la mínima credibilidad que necesitaba para salir del paso. Tan solo deseaba que Dick me creyera, que me ayudara a salir de la situación y poder llevarme mi puto coche. Y si no lo hacía… Bueno, en pocos segundos podría disponer nuevamente de mis habilidades, y pensaba irme de ahí sí o sí. La diferencia radica en salir con un amigo en la comisaría, o con la fuerza de policía de Bludhaven pisandome los talones y queriendo encerrarme.
Intenté incorporarme, y tuve que tender una mano y apoyarme en el hombro de Dick para conseguirlo. Teníamos que ir a la enfermería.
— Mierda... Necesitamos pruebas. Hammond ha vuelto a la comisaría demasiado rápido, no sé si le habrá dado tiempo a esconder lo que se llevó. Las... las fotos y los documentos, ¿sabes? O las tiene en su taquilla o en el almacén ese donde nos han atacado. Tiene que haber algo con lo que señalarle como culpable...
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 6th Junio 2016, 14:00
— Casi me mata…
La voz de Brooks sonó quebrada, y aunque la mujer disimulaba su inestable estado con un rostro de inquebrantable frialdad, las manos y los labios le temblaban, no sólo de impotencia, sino también de miedo. Mis ojos volvieron a la pared con la bala incrustada, y que según Hammond había atravesado como si nada el estómago de Garnet sin herirla. ¿Qué había pasado aquí minutos antes del disparo? ¿De dónde había salido el cuchillo que había dejado caer la mujer?
— Dick… quiero un puto cigarro. De hecho querer sería menos tener la necesidad que ahora mismo siento por un poco de nicotina en mis venas.— Sus ojos se humedecieron de repente y golpeó con el puño la pared de su izquierda, con rabia e impotencia.— ¡Joder! ¡Casi le teníamos! ¡Como puede ser tan ciega tu jefa! Es que… ¡ARGH! — La mujer terminó de desmoronarse y cubrió su rostro con las dos manos.
- No es tan fácil como crees acusar a un compañero de trabajo. La jefa lo entenderá en cuanto se lo expliquemos todo. Pero ahora lo que corre prisa es esa herida de bala que tienes en el muslo y que se te puede infectar. De hecho no se como te has podido mover si quiera con eso dentro del cuerpo… - normalmente las víctimas de disparos sienten un dolor profundo en la zona afectada y ésta queda totalmente inmovilizada. Pero Brooks parecía estar hecha de otro material que no era carne. – Y lo del cigarro… me temo que no vas a poder fumar hasta que no salgamos de la comisaría…
— Necesito tu ayuda… — Ya está, aquí vienen los problemas. Se supone que Garnet era la sospechosa del caso y ahora se había convertido en una victima directa. Aún no era capaz de creerme su coartada del todo, y yo era un hombre desconfiado por naturaleza, sobretodo con las mujeres guapas que no se como siempre acababan metiéndome en problemas. Especialmente las que son pelirrojas. Pero Brooks casi tenía lágrimas en los ojos, y no soporto ver a una mujer llorar, es lo peor del mundo. Me hacen sentir culpable, y mi primer instinto es dejarlo todo para ayudarlas. Joder, ¿porqué seré tan buena gente? No tienes remedio, Grayson.
— Estoy metida en un buen lío… - de eso ya me he dado cuenta.- No… no te he sido del todo sincera.- Ya sabía yo que algo escondías. - Dick yo… joder, soy un puto monstruo, ¿vale? - ¿Cómo?- Soy una de estas frikis con poderes. Un triste intento de ponerte un antifaz y ayudar a la gente. Y Hammond me ha visto. Si lo cuenta, estoy jodida. Tengo enemigos, gente que vendría a por mi y que me quiere ver muerta, y como ese inútil utilice eso en mi contra para que tu jefa se crea que soy la ladrona que están buscando, me vere en serios problemas. Como Lex Luthor se entere… — Vale, eso si que no me lo esperaba. ¿Así que es una Metahumana? Las cosas empiezan a tener más sentido ahora. Espera… ¡¿Ha dicho Lex Luthor?! — Joder, en Octubre fui con los Guardianes a robarle un virus, para que no pudiera utilizarlo como arma. Ese tio tiene recursos, como se corra la voz de lo que soy me puedo dar por muerta.
Ya había escuchado esa historia antes, a la Batfamilia no se le escapaba ningún tipo de información. Los Guardianes de la Galaxia habían entrado en uno de los edificios de Lex Corp para impedir que el empresario expandiera el virus… ¿Technarch, era? Y claro, la liga se había enterado de eso y más… Lex Luthor era el enemigo mortal de Superman, todos teníamos un ojo sobre él, sobretodo desde que se hizo con la presidencia de los estados unidos… menuda basura de elecciones, hay que ser tonto.
La historia empezaba a encajar por si sola. Garnet no parecía tener relación ninguna con el crimen de Craig Donnovan, estaba huyendo por sus propios problemas; posiblemente su identidad secreta como mutante. Todavía no podía confiar en ella al cien por cien, pero quise creer en que se había metido en este lío solo porqué se encontraba en el peor sitio y en el peor momento posible. Pero de lo que sí estaba seguro, es que iba a descubrir al asesino fuese quien fuese. Nadie iba a escapar delante de las narices del agente Grayson. Y si por alguna casualidad lo conseguía… bueno… se encontraría con Nightwing, y entonces se arrepentirá de haber nacido.
- Tranquila. Todo irá bien, ya verás.
Di la conversación por terminada y me acerqué a ella. Garnet se apoyó en mí mientras subíamos las escaleras y cuando llegamos a la enfermería, los auxiliares la ayudaron a tumbarse en una cama improvisada. Dejé a Brooks en manos de los profesionales y le asentí con la cabeza para que supiera que iba a estar protegida allí dentro mientras la operaban.
Deshice mis pasos hasta el despacho de Amy Rohrbach. La mujer me esperaba sentada en su butaca y con el ceño fruncido, su pierna izquierda se movía con un tic nervioso mientras pataleaba el suelo. Bueno, es hora de que saque mi carisma a relucir.
No se cuanto rato estuvimos hablando, pero Amy me escuchó desde el principio hasta el final, sin interrumpir. Repasamos el caso desde el principio hasta el final:
- El asesino llegó al edificio, forcejeó con la víctima, Craig Donnovan, y la apuñaló hasta matarla. Craig se defendió y usó la pistola contra él hiriéndole seguramente en el estómago (de ahí los restos de pólvora). El asesino cogió la pistola y el reloj y se fue corriendo del apartamento hasta toparse con Brooks. Se le cayó el reloj y la pistola y ella… umh… - ¿Porqué Garnet cogería el reloj y la pistola? Amy se dio cuenta del vacío de la explicación y alzó las cejas para después volver a fruncir el ceño. Mierda, eso tendría que justificarlo Garnet durante el interrogatorio.- Seguimos al Chrysler Crossfire negro porqué Brooks había visto al asesino meterse dentro de ese coche. Seguramente el asesino había vuelto a la calle dónde se topó con Garnet para recuperar el reloj que había perdido… ¿no? Eso tendría sentido. Pero entonces fue cuando le perseguí con el coche patrulla y llegamos al barrio de la mafia de la peligrosa familia Giovanni…
-¿Y qué tiene que ver el agente Hammond con todo esto?- dijo cruzándose de brazos.
- La descripción que hizo Garnet del hombre que la atacó es bastante detallada y me la hizo antes de que llegáramos a la comisaría. Encaja con la del agente Hammond, y era imposible que pudiera describirle tan bien sin conocerle de antes. También es sospechoso que él mismo se ofreciera a llevar a la acusada a la enfermería apenas llegamos a la comisaría, y que además, en vez de acatar tus órdenes llevara a la acusada directamente a las celdas.
- Vale, Grayson, es una buena historia… ¿pero cómo quieres que me crea todo esto? Quiero una prueba.
- Amy… necesito que confíes en mí. Se lo que digo. Estoy seguro de que el reloj es la clave de todo. El motivo real de porqué se cometió el asesinato. Es un reloj realmente caro, diría que una pieza de coleccionistra… y si averiguamos la historia de ese reloj estoy seguro de que nos llevará directamente al asesino…
En aquel momento abrieron la puerta y la auxiliar de enfermería dejó pasar a Garnet al interior del despacho. Amy no le quitó los ojos de encima hasta que Brooks se sentó en otra de las butacas. Los ojos castaños de la agente volvieron a mirarme en silencio, como si estuviera tomando una importante decisión dentro de su cabeza.
- Garnet Brooks, tendrás que acompañarme a la sala de interrogación. Mandaré a analizar el reloj y la pistola del caso y… - el rostro de Amy palideció como un muerto y se levantó de su asiento con brusquedad, abriendo los cajones de su escritorio como si le fuera la vida en ello.- ¿Dónde está el reloj? ¿Y el resto de pruebas? ¡Estaban aquí hace un momento!
- Hammond se nos ha adelantado otra vez…- susurré con la voz grave.
FDI: Amy llevará a Garnet a la sala de interrogaciones. Puedes llevar a Amy para escribir la conversación y cualquier duda envíame un mensaje. En el post siguiente hablaré de lo que pasa con Dick y las pruebas del reloj
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 7th Junio 2016, 17:13
Por encima de toda la mierda que pueda pensar de nuestro Universo, América tiene una cosa que el resto de países no tienen. Es algo grande, una cosa que termina siendo fenómeno de internet, por sus hilarantes repercusiones y divertidos efectos secundarios.
Dios bendiga la anestesia americana.
Para cuando me dejaron salir de la enfermería, sentía la cabeza ligera, como si hubiera estado toda la tarde bebiendo. Sonreía divertida a todos cuanto se nos cruzaban, e incluso cuando estaba frente a Amy y Dick, seguía con una sonrisa divertida tensando la comisura de mis labios. Amy me dijo que tenía que acompañarla a la sala de Interrogatorios. Interrogarme a mí. Ahora. Mi pecho se sacudió con la risa contenida. Risa que dejó de esconderse, en cuanto Amy abrió el cajón y se encontró con que toda la evidencia había volado.
— Pfffff.... hehe... hahaha... — negué con la cabeza, sin dejar de sonreír. Amy me atravesaba con su mirada, como si hubiera deseado que me muriera ahí mismo. Pero no podía importarme menos.
Amy pasó caminando junto a Dick, y me sujetó con fuerza por el brazo, seguramente para llevarme a la famosa sala de interrogaciones. Al pasar junto a Richard, le dediqué una sonrisa divertida. Ya me daba igual. Todo me daba igual. Pero habían dicho algo del reloj. Algo me decía que yo tenía la respuesta, pero no lograba dar con ella, no ahora que me encontraba bajo los efectos de la medicación.
— Tic, toc, tic, toc. Quien gana la carrera al final siempre es la tortuga. — No sé porqué se lo dije. Pero sonreí. Como si hubiera sido la cosa más inteligente que se me había ocurrido en mucho tiempo. — ¡Ven a bailar conmigo, liebre! — Amy volvió a tirar de mi brazo, y gemí molesta. — ¡Me vas a arrancar el brazo so bruta!
Minutos más tarde me encontraba en una sala pequeña, con poco más que una cámara, dos sillas, una mesa y una pared de cristal que parecía un espejo. Sólo que no era un espejo, y en algún punto de mi mente yo ya era consciente de ello.
- Señorita Brooks... - seguía mirando mi reflejo en el espejo, alzando e inclinando el rostro para ver la cicatriz de mi mentón. - ...señorita Brooks... - su voz sonaba cada vez más impaciente, pero de algún modo... era como si no me hablara a mí. Yo miraba a la muchacha del reflejo que me miraba fijamente. ¿Era por ella que me sentía tan observada? Amy golpeó la mesa con furia. - ¡Brooks!
Fijé en ella la mirada, cansada y molesta por su actitud. ¿Qué narices le pasaba? Intenté llevarme una mano a mi chaqueta, a coger un cigarrillo, pero me tenían esposada a la mesa. Gruñí molesta y malhumorada. Resbalé ligeramente hasta tener el trasero a nada de salirse de la silla y apoyé la cabeza en el respaldo.
— ¿No tenéis asientos más cómodos en esta comisaría? Esto es un asco.
Vi cómo las aletas de su nariz se dilataban de puro odio. Y de algún modo, tenía la sensación de que debía importarme. Pero era como si hubiera perdido totalmente los filtros. Sus ojos castaños se quedaron fijos en mí y apoyó las palmas de las manos en la mesa, inclinandose con una actitud que supuse que debía ser intimidante. Y supuse que lo sería de no ir drogada.
- Brooks... ¿Qué estaba haciendo esta mañana, a las once?
— Y a tí qué te importa. — le susurré de vuelta, imitando su tono de voz. — Me parece increíble que sigas pensando que soy sospechosa después de que te hayan robado en tu propio despacho, delante de tus narices.
- ... - Vi el odio en su mirada, y ojalá hubiera sido lo suficientemente inteligente como para cerrar la boca. Ojalá. - Señorita Brooks, creo que no es totalmente consciente de la situación en la que se encuentra.
— Oh, soy plenamente consciente, dulzura — Sonreí. Mentía. Aunque no me daba cuenta de que lo hacía. — Lo único que quiero y he estado pidiendo es un puñetero cigarro. ¿Es tanto pedir? ¿Que se me de mi pequeña dosis de adicción? Tal vez entonces me vería más inclinada a responder tus estúpidas preguntas.
Tuve suerte de que Amy realmente fuera buena persona, tal y como Dick me había dicho. Era una tía legal, seria en su trabajo, pero pese a las apariencias, tenía su cierta paciencia. Y si ya a veces soy una persona dificil de tratar... Dudo que los medicamentos me hagan más dócil. Sin embargo, Amy caminó hasta donde estaba mi chaqueta, que muy amablemente habían recuperado del coche de Dick y retiró de ella mi cajetilla. Colocó el cigarro en los labios y lo prendió. Aspiré la primera calada y mantuve el humo tanto rato como pude dentro de mis pulmones. Bendito tabaco. Al exhalar, di otra calada algo más rápida, ansiosa como estaba por fumarme el pitillo.
— Vale, agente. Vine a Bloodhaven por puro afán de exploración. Soy Neoyorquina, y nunca antes había estado en esta ciudad. Todo esto ya se lo he contado al agente-culoprieto Greyson. Ese tio es un encanto, se merece un aumento y que dejes de tratarle como si fuera la última mierda de esta porquería de comisaría. — El ceño de Amy se arrugó tanto que parecía que sus cejas buscaran besarse. Le sonreí. — Por la calle me crucé con el agente almendras, choqué con él, se le cayó una bolsa de papel. Fotos, documentos, y un reloj. Me agaché a ayudarle, y cuando me di cuenta tenía el cañón de un arma entre los ojos y una bala con mi nombre. Me aparté, me hirió en la pierna y le ataqué, en puta defensa propia. Un coche le recogió, un Chrysler Crossfire negro, Dick tiene su matrícula. Cuando intentaba volver a mi casa, me di cuenta de que había perdido las llaves, así que tuve que forzar el coche. Dick me vio, y me puso las esposas. — Moví las manos, significativamente. — El resto es historia, te lo ha contado él y puesto que mi palabra vale mierda en comparación a la de un poli, voy a ahorrarme la saliva. Pero luego llegamos aquí y vuestro querido agente Almond me tira un cuchillo y me amenaza con matarme. Y lo ha intentado. Y ahora os la ha jugado y se ha pirado con las pruebas.
- ¿Y el arma homicida? ¿Y el reloj? ¿Porqué te los llevaste?
— És una pistola, y esto es América. Primera visita a vuestra hermosa ciudad, me llevo un souvenir de plomo. — Di otra calada. Todo en conjunto me estaba haciendo sentir náuseas, pero no quería dejar de fumar. Me daba la opción de pensar en otras cosas, de no tener en cuenta las repercusiones. — Le desarmé en defensa propia y conservé el arma por esa misma razón. En cuanto al reloj, si merecía la pena matarme por conservarlo, es que era importante, y no me pareció buena idea dejarlo tirado por la calle, así que también me lo llevé. No sabía que era robado.
Amy pareció sopesar mis palabras. Al fin y al cabo no le había contado nada nuevo, que no le hubiera repetido ya a Dick. Pero supuse que necesitaba escucharlo de primera mano. Me sentía mareada. Terminé el cigarro y apagué la colilla tirándola al suelo, y apretándola con la punta de la bota. Al alzar la mirada para volver a mirar a Amy, sentí que se me iba la cabeza, y entrecerré los ojos apretando los labios. Amy se alzó de repente, como si estuviera preocupada, y tendió una mano hacia mí aunque el gesto se quedó a medias. Miré de nuevo al cristal y estaba tan pálida y enferma como me sentía, lo cual teniendo en cuenta el tono tostado de mi piel, era mucho.
— ¿Damos por finalizada la interrogación? — pregunté. Aunque mi tono de voz era más una súplica que una pregunta. Amy suspiró, y me sorprendió la dulzura con la que, tras quitarme las esposas, me ayudó a alzarme de la silla.
- Vamos a la enfermería, anda...
Me llevó guardando silencio durante todo el camino. Su brazo me sujetaba con fuerza, pero ya no era tan brusca como cuando habíamos ido a la sala de interrogación. Ni siquiera se quejó cuando a medio camino me separé repentinamente de ella y vacié el buche en una papelera. Creo que parte de ella intentaba ser comprensiva con lo que había pasado, y con el hecho de que andaba bajo el efecto de la anestesia y los calmantes. Incluso lamenté haber mentido sobre el reloj, o el cómo había chocado con Hammond, puesto que en realidad, había sido un intento frustrado de robo.
Pero al menos... Yo había podido fumarme mi cigarro. Y en aquél momento, en ese estado, esa pequeña victoria sabía a gloria.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 10th Agosto 2016, 21:19
El espectáculo que ofreció Garnet al entrar en el despacho de Amy, fue para inmortalizarlo. Hubiera sido una entretenida actuación en el Circus Haley, el lugar dónde me crié, pero dudaba que alguien más a aparte de mí hubiera entendido el chiste. La anestesia la había dejado colocadísima, algo en lo que mi jefa y yo no caímos al enviarla a la enfermería, teniendo en cuenta que ahora le tocaba ir a la sala de interrogatorios. Me moría de ganas de ver a la pelirroja desde la ventana espejo, pero tenía trabajo que hacer.
Cuando Amy y Garnet abandonaron el despacho, dejé escapar una leve risilla que había estado conteniendo durante toda la conversación y moví la cabeza ligeramente de derecha a izquierda. Que locuela era esta Brooks.
Me levanté y registré el despacho de Amy. La cerradura del cajón había sido forzada, Hammond sabía dónde descansaban las pruebas, y se había asegurado de hacerlas desaparecer. Pero había algo raro en su manera de actuar... lo había notado "diferente". Casi no le había oído aparecer cuando se acercó a nosotros para llevarse a Brooks a la supuesta enfermería... y desconocía por completo que supiera como forzar una cerradura, aunque fuera sencilla. Algo se me estaba escapando...
Recordé entonces la fotografía que había en el piso de Craig Donnovan, dónde se podía ver el reloj descansando en una de las estanterías del comedor. Por suerte, aquella prueba aún seguía registrada en la base de datos del caso. Accedí mediante el ordenador de Amy, y reparé en la fecha de la fotografía. No hacía ni dos meses que la había hecho, era una fotografía reciente.
Tras volver a revisar las pruebas de esta mañana, no encontré nada más destacable, y empecé a buscar en referencia al reloj basándome en lo que recordaba de él y lo que se veía de la foto. Por suerte, mi memoria eidética me permitía acordarme de hasta el más mínimo detalle...
Tras varias llamadas, encontré el modelo y la tienda dónde lo vendieron. No había sido muy difícil teniendo en cuenta que habían tan solo diez ejemplares de ese reloj por todo el mundo. De repente, un agente abrió la puerta del despacho de Amy con una voz de alerta, y me llevé la mano al corazón del susto.
-¡Agente Rohrbach! ¿Grayson? No te lo vas a creer...
***
Me adelanté para llegar antes a dónde se encontraban las dos mujeres. Garnet seguía descansando en la enfermería, y Amy la miraba todavía con sospecha, ahora no se trataba de su implicación en el crimen, sino más bien de sus modales. No dudé ni un instante en entrar para llamar la atención de ambas.
- Jefa, tienes que ver esto... -dije con una sonrisa en los labios, mientras señalaba con el dedo pulgar a mi espalda.
Detrás de mi apareció Robert Hammond esposado y en calzoncillos. Recalco, el verdadero Robert Hammond.
- ¿Pero qué demonios? - espetó la policía.
- Nos enfrentamos a un maestro del disfraz, y uno muy bueno. Posiblemente..."con poderes". Ya sabe, eso que está tan de moda últimamente. Y eso no es todo... el reloj pertenecía a Marcelo Giovanni, uno de los capos de la mafia. ¿Porqué lo tenía Donnovan? Le preguntaría, pero está muerto...
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 6th Septiembre 2016, 23:38
Tres días.
Había estado encerrada en esa enfermería, tres días. Mi pierna se estaba recuperando a buen ritmo, y aunque a menudo dolía, podía apoyarla en el suelo y podía andar. Sobreviviría. Pero vivir, literalmente, en una comisaría estaba poniendo a prueba mis nervios, me crispaba y aunque lo disimulaba de puta madre, me irritaba. Al menos, me dejaban fumar. Pero no era suficiente. Me costaba dormir, y tan a menudo estaba feliz como me cabreaba, y encima, había perdido completamente el apetito. Y así fue, como al tercer día, decidí que llegaba el momento de hacer algo al respeto.
Necesitaba salir, y si eso era un efecto derivado de pillar al cabrón Hammond, o quien fuera que le hubiera substituido, entonces, eso era exactamente lo que tenía que hacer. Y lo celebraría con un cubata. O una docena. El día anterior le había pedido a Richard que le colara una petaca con alcohol. Cualquier cosa. Llegados este punto, me hubiera bebido incluso el alcohol de uso médico.
Además... Enterarme de que el tío iba disfrazado, no me había hecho ningún bien. Maestro del disfraz, le había llamado Dick. Una patada directa y con potencia a mi orgullo. Yo, que durante años había aprendido a hacer de mi cara un lienzo, en convertirme en mil personas dejándo de ser yo misma, me habían dado mi propia moneda y me la había tragado enterita. Este tío se iba a enterar de quién era Shade.
Pero no iba a ser fácil. Necesitaban averiguar quién era, porqué había robado el reloj, y si pretendía entregarlo a alguien, a quién. ¿Y qué pasó con todas esas fotos que le vió robar? Tal vez nos habíamos dejado por el camino parte de la evidencia.
De estar en Nueva York, podría acudir a sus propios contactos para enterarse de dónde y cuando se vendía el reloj, si se vendía. Pero Blüdhaven era nuevo para ella. No era su territorio... Así que necesitaba esperar y tratar el tema con Dick. Pero ya había decidido, que la vía rápida para salir de todo el marrón, era resolver el caso.
Y pensando en eso me encontraba, dándole vueltas a mis opciones, mordiéndome las uñas de puros nervios, esperando a que llegara el agente Grayson y me acompañara al patio a fumarme un pitillo y hablar de lo que fuera que íbamos a hacer respecto al caso.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 22nd Noviembre 2016, 23:01
Comisaría central de Blüdhaven 5 de Febrero de 2019 8:30 AM
Tres días habían pasado desde que encontramos a Craig Donnovan asesinado en su propio piso. El asesino había robado un reloj de su apartamento, que supuestamente pertenecía al famoso capo de la mafia de Blüdhaven: Marcelo Giovanni. Pero las cosas no le salieron a pedir de boca tras toparse inesperadamente con Garnet Brooks. Ella recibió un disparo en la pierna, pero a cambio, se quedó su reloj. Eso hizo que el asesino cometiera un error: volver a la escena del crimen.
Tras la persecución en del Chrysler Crossfire negro, el asesino nos metió de lleno en una trampa mortal, de la que salimos airosos milagrosamente. Esa pelirroja sabía cómo dar una buena patada en la boca. Pero cuando volvimos a la comisaría, el asesino se hizo pasar por Robert Hammond, e intentó asesinar a Garnet allí mismo. Pude detenerle a tiempo, pero aprovechó su disfraz para llevarse las pruebas que le acusaban como asesino de Craig. Ahora no teníamos nada, nos habíamos quedado sin material para continuar la investigación, y el jefe, Delmore Redhorn, iba a cerrar pronto el caso. Es normal, él estaba corrupto hasta las cejas, como lo estaban también Macklin Arnot y Dudley Soames. Todos ellos tuvieron tratos con el antiguo jefe de la mafia del 'Haven, el peligroso Blockbuster. Pero sólo el último acabó con la cabeza al revés. Uff... solo de pensar que casi termino igual que él me da escalofríos.
Por mucho que insistiéramos Amy y yo, no nos iban a dejar seguir con la investigación. Emboscar al falso Hammond sería meterse de nuevo en la boca del lobo. El barrio de la mafia del Blüd era casi intocable, ni siquiera los más valientes se metían allí dentro. Pero no iba a rendirme, fuera el Agente Dick Grayson o el enmascarado Nightwing, iba a meter a ese hijo de perra en la cárcel.
- He investigado lo que me pediste. La historia de ese reloj. - la imagen de Barbara Gordon se iluminó en la pantalla del ordenador. Llevaba puestos esos grandes cascos verdes, y tenía unas buenas ojeras. Para variar se habría quedado despierta toda la noche, y el café no sobraba en su escritorio.
- ¿Y ke af aferiguado? - dije entre el crunch y el crunch de mis cereales con leche. Acababa de levantarme, y todavía estaba despeinado y sin vestir.
- Al parecer pertenecía a la familia Giovanni desde hace generaciones. El reloj fue creado por un famoso artesano del siglo XIX y tiene un gran valor económico y familiar.
- ¿Qué tiene que ver eso con Craig?
- No te adelantes, Chico Maravilla.- Sonrió la pelirroja.- Al parecer, al hijo de Marcelo Giovanni le encanta apostar. Se lo jugó todo a una mano y metió el reloj de su padre en el último momento. ¿Adivinas quién ganó la partida?
- No es justo matar a un hombre si ha ganado la apuesta limpiamente... te jodes y pierdes tu reloj por gilipollas.
- ¿La mafia? ¿Justa? ¿Desde cuándo, Dick?
- Así que el hijo de Marcelo ha contratado a un sicario para recuperar el reloj de su papaíto y evitar la bronca del siglo. Entiendo.
- Eso es todo lo que he conseguido. Y por cierto, acuérdate de que el jueves que viene es la boda de tu mejor amigo. Por una vez no llegues tarde, Grayson.
- ¿Cómo voy a olvidarme de algo así? Pero estoy indeciso, no sé que ponerme... ¿cuál te gusta más, el traje azul o el negro? - dije bromeando mientras enfocaba la cámara en el armario.
- Será mejor que te vistas, Zapatitos, o también vas a llegar tarde al trabajo...
Mierda. Me despedí de Barbara y apagué el ordenador y la cámara. Tras ponerme el uniforme a la velocidad del rayo, no tuve más remedio que ir por las azoteas de los edificios con la WingGarra si no quería otra bronca más de Amy Rohrbach. Tras hacer unas cuantas obligaciones como agente del BCPD, fui directo a ver como estaba mi enferma favorita.
Garnet Brooks seguía en la enfermería. Había pasado allí tres días y cuatro noches en la comisaría. No debía de ser muy fácil para ella, con las ganas que tenía de irse a su casa el primer día. En cuanto pude, la llevé fuera del edificio para que pudiéramos charlar en privado y con tranquilidad.
- ¿Cómo estás? ¿Te encuentras mejor? Te he traído un regalito... - saqué de una pequeña bolsa de plástico dos latas cerveza Sixpoint. Suerte que estábamos en un rincón apartados, porqué estaba prohibido beber durante el servicio.- Tengo noticias frescas.
Le expliqué lo que me había contado Barbara esa misma mañana. Claro que no le dije quién era mi contacto ni cómo había conseguido aquella información. Cuantas menos cosas supiera mejor, pero al menos se merecía una explicación de porqué se había metido en este lío hasta las cejas, y no dejarla con la intriga para siempre.
- El jefe me ha dicho que hoy te van a dar el alta. Quedas libre de los cargos a pesar de que perdiéramos las pruebas contra el verdadero asesino. Los de arriba se quieren limpiar las manos con el tema, y piensan cerrar el caso. La buena noticia es que podrás irte a casa. Estarás contenta.
Era lo mejor para todos, que cogiera su Lotus Elise y se marchara muy lejos de Blüdhaven. A nadie le gustaba quedarse a vivir en este peligroso lugar. Ella ya había sufrido bastante con solo pisar el asfalto, y no quería continuar poniendo su vida en peligro si se quedaba.
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Última edición por Dick Grayson el 23rd Noviembre 2016, 00:11, editado 1 vez
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 22nd Noviembre 2016, 23:35
En esos momentos en los que odiaba todos y cada uno de los aspectos de mi vida, me odiaba por meterme donde no me llamaban, pero a la vez agradecía el ser… especial. O al menos, que Ruby lo fuera. Pasé varias noches en aquella puta comisaría. Pero al menos estaba en caliente, me daban de comer, y no tenía mucho de qué preocuparme… A excepción de que me dejaran irme y pudiera volver a mi rutina de hacer lo que me diera la gana sin tener ninguna expectativa para el día siguiente. Aprovechaba mi poder para pasarme la noche fumando, y escaparme ocasionalmente para hacer un piti entre horas a lo largo del día, y tuve suerte de que Dick me mimara un mínimo y de vez en cuando hubiera logrado colarme una cerveza. Me anuté un tanto a tratar al agente con algo más de respeto, bromeaba e intentaba…
Vamos a ser francos. Intentaba camelarmelo. No quería acostarme con él, no me acercaba en ese sentido. Pero estaba dando mi mejor esfuerzo para ponerme en su lado bueno, que me tuviera aprecio y asegurarme así de que mi coche volviera sano y salvo. Precisamente, ese era mi gran problema. El coche de Brooks. Le tenía mucho aprecio y no quería dejarlo allí, y sabía que la policía podía rastrear la matrícula hasta el apartamento, y que apareciera en Nueva York un grupo de agentes buscándome por huir cuando era sospechosa de un asesinato, no era mi idea de discreción.
Así que paciencia, y racionando alcohol y tabaco, sobrevivía como en uno de esos ridículos concursos televisivos en los que no tienes puta idea de por qué hacen lo que hacen o por qué la gente los mira, pero aun así, tienen la audiencia por las nubes.
Al tercer día, resucité. O más bien, me dieron la noticia de que podía volver a casa. Richard vino a buscarme a la habitación, como siempre, con una sonrisa que correspondí de muy buena gana. Porque estar de buenas con Grayson, tampoco era algo especialmente difícil. Era un tío fácil de tratar y hablar con él se hacía cuesta abajo. Para darme la buena noticia, Dick me hizo acompañarle a un rincón de la azotea, y tras preguntarme si estaba bien, me ofreció una cerveza. ¡Cerveza! Pasé un brazo por su cintura y apoyé la frente en su hombro, presionando levemente para darle una especie de abrazo agradecido antes de deleitarme en el sonido de una lata abriéndose y darle un beso a la lata, sintiéndo el néctar divino bajar por mi garganta.
— De verdad Dick… Salvas mi estancia. Dios, me moría por un trago. — Di buena cuenta de la lata en cuestión de segundos, y le miré atentamente mientras me resumía todo lo que tenían hasta la fecha del caso. Y finalmente, la sorpresa. — ¿El alta? En serio, ¿puedo irme? — se me iluminó el rostro con una sonrisa de alivio palpable. — Oh, joder, ¡qué bien!
Me reí y estuve a punto de despedirme de él directamente y salir corriendo en dirección al parking. Y sin embargo… Algo no terminaba de gustarme. Tenía la sensación de que irme en ese momento, me dejaba un mal sabor de boca. Un final abrupto e inesperado. Insatisfactorio. Me quedé mirando a Dick, en silencio y planteándome el por qué querría quedarme, después de todo lo que había sucedido. Él me había tratado mejor incluso de lo que merecía, - no pretendo decir que me merezca que me disparen y me encierren cuatro días por un crimen que no he cometido, pero todos sabemos que no soy una santa -, y me daba la sensación de que le dejaba con un marrón encima, marrón que en parte, por pequeña que fuera, era culpa mía.
— Saber que puedo irme es la leche pero… ¿Y si decidiera quedarme? Por lo que dices parece que os habéis quedado sin cabos del que tirar para resolver el caso y la policía lo va a cerrar. Si me quedo, ¿no podríamos seguir indagando? Ya sabes, fuera del registro... — Si, acababa de proponerle a un policía actuar de manera ilegal para terminar de resolver un caso que su comisaría planteaba cerrar. Ni siquiera parpadee, mirándole por encima del aluminio y sin dejar de beber de la lata. — O al menos podría intentar recuperar el reloj. Quiero decir, si sabéis que lo han robado para ese tio de la Mafia, sabemos dónde vamos a terminar encontrándolo. Igual podemos dejar ver al padre lo que ha hecho el hijo manchando su nombre o algo. Creo que se supone que los padres se cabrean con estas cosas ¿no? Además… Puede ser divertido. — Le di un breve codazo, como si le hubiera propuesto una noche de copas en lugar de meternos en problemas con la Mafia.
Lo más normal del mundo, oye.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 5th Enero 2017, 18:11
Garnet Brooks era la persona más fácil de hacer feliz del mundo. Me divertí mucho viéndola beber aquella cerveza fría. El licor debía de saberle como el cielo por la cara que estaba poniendo.
— De verdad Dick… Salvas mi estancia. Dios, me moría por un trago.
No pude evitar devolverle una amplia sonrisa. La tía no paró de beber hasta tener la lata casi vacía, como si las enfermeras no le hubieran dado agua suficiente para saciar la sed. Bajé la mirada y vi mi cerveza. Ni siquiera me había dado tiempo a probarla.
- Oye, que si quieres te doy la mía también... -bromeé, y entonces solté una pequeña carcajada.
— ¿El alta? En serio, ¿puedo irme? — su rostro se iluminó por unos instantes, lleno de ilusión— Oh, joder, ¡qué bien!
Bueno, ya está. Aquí acaba todo. Las aventuras del Agente Grayson y su superamiga Brooks. Ahora se despediría, cogería su coche y volvería a Nueva York con toda la tranquilidad del mundo. Y así, su vida volvería a la normalidad, si alguna vez había sido normal, claro. Poco sabía de la mujer, y teniendo en cuenta lo que me había contado de sus poderes y lo de Lex Luthor... estaba seguro de que se habría metido en más de un lío. Todos los mutantes lo hacen, quiero decir. Sobretodo cuando sus poderes aparecen o no saben controlarlos. Por suerte nunca he tenido que vivir algo parecido. Cuando fundé los Titanes recuerdo que muchas veces me sentía frustrado por ser el único humano de mis amigos.
— Si me quedo, ¿no podríamos seguir indagando? Ya sabes, fuera del registro...
Me atraganté bebiendo y casi escupo la cerveza. Me llevé rápidamente la mano a los labios para limpiar el resto de la bebida que bajaba por mi barbilla. ¿En serio? ¿Es que me leía la mente o algo? Estaba claro que no quería dejar que el caso se cerrara sin haber encontrado al asesino, pero no me parecía bien arrastrar a Brooks conmigo y ponerla en peligro. Era una mala idea. Una malísima mala idea.
— Además… Puede ser divertido. — recibí su codazo acompañado por una sonrisa traviesa. En serio, esta chica me puede.
- ¿Te das cuenta de lo que estás diciendo? - estaba bastante sorprendido, pero soné todavía más escandalizado para interpretar mejor el papel de buen poli.- La mafia es algo muy chungo... esos tíos tienen metralletas y podrían volarnos la cabeza a los dos... ... ... ... claro que...
De pronto, empecé a tomarme en serio su propuesta. No era tan mala idea. Garnet tenía poderes, ¿no? Había conseguido evitar el disparo del falso Hammond días atrás. Ese tipo de magia podría resultarnos útil para una misión de infiltración. Y nadie tenía por que enterarse de lo que hagamos. Ni la mafia, ni la pasma, ni siquiera Batman
Sólo tendríamos que coger el reloj y largarnos. Y si le dábamos una paliza al asesino mejor que mejor. Lo difícil de la misión sería seguir siendo el Agente Grayson y no utilizar ninguno de mis Night-cachibaches para no levantar sospechas. Bueno, no todo puede ser fácil en esta vida. Además... todo el mundo sabe que me encantan los retos.
- Vale, tu ganas.- le respondí con una sonrisa traviesa en los labios.- Pero tienes que prometerme que si las cosas se ponen feas te irás de allí y volverás a Nueva York...
Cuando acabé con mi lata de cerveza, la estrujé y la tiré dentro de la papelera en un arco perfecto. Después volví a mirar a Brooks con ojos curiosos.
-¿Qué es lo que sabes hacer? Es decir... la bala atravesó tu estómago sin hacerte daño. - acentué entonces mi sonrisa.- ¿Tienes algún apodo de super-heroína? ¿Algo como... La mujer letal?
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 8th Febrero 2017, 12:50
— Si las cosas se ponen feas, — respondí con una traviesa sonrisa. — Créeme, soy la última interesada en quedarse aquí. Me iré tan lejos como pueda.
Contemplé como Dick se terminaba su cerveza y la lanzaba con un arco elegante a la papelera. ¿Cuántas habría bebido a lo largo de su vida? Tal vez no tantas como yo. Pero desde luego, la puntería la tenía. Una carcajada brotó de mi garganta cuando comentó si era una súper heroína, a lo mujer letal. Pero al fin y al cabo, era mi propia mentira. Le había hecho creer que lo era para que me ayudara, y francamente, cuando se trata de sobrevivir, mentir no me quita el sueño. Pero ahora me había hecho otra pregunta, esta más directa, y me arriesgaba a destaparme si la respondía sinceramente.
El problema de mentir mucho, es que necesitas tener muy buena memoria para recordar todo lo que has dicho. A la que empiezas a contradecirte, podías cometer el error de delatarte a ti mismo. No es que Richard diera la impresión de ser el tio más avispado, pero tampoco quería correr el riesgo. Además, el tio me caía bien. Tampoco quiero ser una carga o arriesgarme a joderlo.
Así que podría responder que mi nombre era Shade. ¿Hasta dónde habría llegado mi fama? ¿Era cosa sólo de Nueva York o podía arriesgarme a que él también me reconociera? Al fin y al cabo, Shade era un nombre ligado a una cantidad de robos nada menospreciable, y Nueva York no estaba tan lejos del Haven. Esa misma duda también se podía atribuir a mis poderes. Una persona mínimamente avispada, relacionaría a Shade con los poderes de intangibilidad con relativa facilidad. Y de nuevo, me negaba a pensar que Dick fuera tan tonto como para pasar todo eso por alto. Así que,
— No, no tengo nombre de súper-heroína. No soy la chica letal — me reí de nuevo, restándole importancia. — Simplemente soy, alguien que por suerte o por desgracia tiene un don.
¿Cómo podía describir mi don? Chica fantasma era dolorosamente cercano a ello y daba demasiadas pistas sobre mi alter ego. Entonces se me ocurrió una idea estúpida. Una tontería, una mentira tan irreal que era hasta plausible. Parte de mí estaba totalmente en contra de usarla, pero para qué negarlo... Era una idea divertida. Y pocas cosas me pueden más que hacer "travesuras". Me terminé la lata de cerveza antes de imitarle y lanzarla a la basura. Mi canasta no fue tan limpia como la suya, pero entró, que es lo que cuenta.
— Soy una chica fantasma o lo que sería lo mismo, una mujer intangible. La primera vez que me crucé al tal Almond me pilló desprevenida y no pude activar mi poder a tiempo. La segunda vez... Contaba con el factor sorpresa, que él no supiera nada de mí, y que yo me esperaba el ataque. Así que pude hacer que la bala me atravesara justo a tiempo. Eso también significa que puedo colarnos donde tu quieras, cuando tu quieras... Aunque no estoy muy a favor de hacer cosas ilegales, supongo que puedo hacerlo con permiso de un agente de policía y la motivación de una buena causa.
Le sonreí. Mucha gente cree que soy un libro abierto, porque soy muy expresiva. Sin embargo, me gusta pensar en mi como una muy buena actriz. Mi expresión facial no es si no otra herramienta para mi trabajo, algo que he cuidado a lo largo de muchos años para tenerlo bajo mi control y mi voluntad. Cuando me lo proponía, sabía jugar muy bien el papel de inocente. Y esta vez, me lo estaba tomando muy en serio.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 20th Febrero 2017, 00:28
— No, no tengo nombre de súper-heroína. No soy la chica letal —
- Pues es una verdadera lástima, porqué te queda como anillo al dedo.- sonreí divertido, continuando con la broma de los apodos. Era muy malo poniendo nombres, lo reconozco. Incluso para mi mismo. ¿Robin? Se me ocurrío únicamente porqué soy un gran fan del mejor arquero de Inglaterra. ¿Nightwing? Ni siquiera lo había inventado yo. Ala Noctura era un justiciero de Kyrpton, el planeta dónde había nacido Superman. Fue el mismo hombre de la S en la capa quién me dio la idea. Dijo que me quedaba bien. Nightwing también fue un paria como yo, marginado por su familia y que soñaba con la justicia y con ayudar a los más débiles. Quería demostrar a su familia que era mejor de lo que ellos penaban, tal y cómo yo había pensado cientos de veces con Batman
— Simplemente soy, alguien que por suerte o por desgracia tiene un don.
Nunca mejor dicho. Quizás no sepa lo que se siente al tener poderes y poder hacer algo único y diferente a lo que hacen los demás. Pero sé lo que se siente cuando no los tienes, y cuando ves que la mayoría de tus amigos si pueden hacer cosas increíbles como volar, poder aplastar rocas como si fueran latas de refresco, correr a la velocidad de la luz o incluso hablar con los animales. Todos mis compañeros de los Titanes tenían ese “don” del que yo carecía. Pero no me preocupaba por ello, porqué sabía que ese don tenía también un lado negativo, y que cuando ellos fueran incapaces de pelear por culpa de un trozo de roca de color verde… yo estaría ahí para poder ayudarles.
La pelirroja me hizo un resumen de más o menos cómo funcionaban sus poderes y qué era capaz de hacer. La mujer intangible sonaba muy bien, y por lo que me explicó se parecía mucho a aquella niña que vi traspasando paredes el día que fui a visitar la Mansión X. Era un buen poder, sin duda, y ya hubiera sido la hostia que también pudiera volverse invisible. Entonces seguro de que podríamos terminar la misión antes de las dos de la madrugada y podríamos ir a tomar unas cervezas.
- Es alucinante… - expresé con una gran sonrisa.- con esos poderes podrías entrar a donde quisieras cuando quisieras… incluso podrías traspasar el suelo ahora mismo y viajar hasta el centro de la tierra.. - a medida que iba hablando, se me iban ocurriendo más utilidades para sus poderes. Garnet podía hacer tantas cosas siendo intangible…- Menos mal que no te gusta hacer cosas ilegales porqué tienes todas las cartas… -bromeé y entonces la miré de forma traviesa.- y no me gustaría tener que detenerte otra vez...
- Muy bien, haremos lo siguiente… - empecé a hablar en susurros, y me me acerqué a ella para que pudiera escucharme mejor. Saqué del bolsillo de la camisa un bolígrafo y una libreta, y garabateé en la hoja de cuadros la dirección de una calle y un número de Blüdhaven.- Quedaremos aquí, en un callejón que hay en frente de la pizzería a las doce. Ponte ropa negra y trata de no llamar la atención cuando llegues.
Me separé de ella en cuanto cogió la nota y me puse de pie, levantando los brazos al cielo para hacer unos estiramientos antes de ponerme a caminar.
- Yo de ti aprovecharía esta tarde para hacer algo de turismo en el 'Haven. Como el Mealtide Park, el puente de Narrows, la colina de Avalon… no todo en Blüdhaven es peligroso…- le guiñé un ojo como despedida, y después bajé las escaleras de la azotea de vuelta al edificio central del BHPD.
El día pasó en un suspiro. Llegué a mi casa sobre las ocho y media, y me dio tiempo a cenar, ducharme y relajarme viendo alguna peli mala de la tele. Cuando llegó la hora de la patrulla se me hizo raro no vestir el traje de Nightwing aquella noche. Por una vez, el que iba a salvar la ciudad era el Agente Grayson.
Me puse un jersey de cuello alto negro y unos tejanos del mismo color más las botas. Guantes, y una braga para cubrirme la boca y ocultar el rostro. Cogí otra para Garnet, con esa melena roja llamaría mucho la atención. Cogí también una mochila y la llené con un táser, varios Wing-cachibaches (como las bombas de humo y los Wing-dings) que podían ser útiles en momentos de emergencia. Sólo tenía que acordarme de usarlos cuando Garnet no mirara. También puse dos pistolas Bren Ten de calibre 10, una para mi y otra para Brooks, aunque esperaba no tener que usarlas esa noche. No me gustaban las armas de fuego.
Metí la mochila en el maletero de mi coche personal y lo cerré con llave. Quedaban tan sólo diez minutos para las doce en punto, pero me dio tiempo de sobras a llegar y a aparcar cerca del callejón dónde habíamos quedado. Saqué la mochila del maletero y esperé a Garnet en aquel oscuro callejón.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 5th Abril 2017, 01:34
“Eres imbécil”
Gritaba una voz de una consciencia que no tenía. Tal y como me había planteado en un primer momento, dar demasiada información de mi misma daba un punto privilegiado al policía, que tarde o temprano ataría cabos y descubriría quién era realmente Garnet Brooks. Cuando bromeó, comentando la suerte que tenía que no me diera por utilizar mi don de un modo ilegal, no pude evitar fingir, sonreír y reírme con él, con toda la inocencia del mundo.
— No me des ideas, Richard, que aún me lo plantearé en serio para volver a verte — le guiñé un ojo, intentando que el estúpido flirteo ocultara verdaderamente el nerviosismo tras mis palabras. Sin embargo, el intento pasó totalmente desapercibido en cuanto Dick se acercó a susurrarme la estrategia para esa noche.
Cuando vi que sacaba una libreta y un bolígrafo, pensé que iba a dibujar un mapa… Pero en cuanto empezó a escribir, me mordí el labio y miré de soslayo su perfil. Enfrascado como estaba en darme explicaciones, no se percató de la mirada apurada que le dediqué. Era el momento de decirle que era analfabeta. De explicarle que no tenía modo alguno de entender las indicaciones que me estaba dando y que me forzaba a encontrar el punto de encuentro basándose en una pizzería que tuviera un callejón delante. Por muy buena suerte que uno tenga, es difícil encontrar un lugar con una información tan vaga. Además, ¿cuántas posibilidades había de que existiera en el Haven más de una que se adecuara a dicha descripción?
Tenía que decirle que no sabía leer. Pero en cuanto me armé de valor y separé los labios para pronunciar su nombre, me di cuenta de que no era buena idea. Demasiadas incógnitas. La primera de ellas, ¿cómo te sacas el carnet de conducir cuando no sabes leer ni escribir? Sencilla respuesta, no lo haces. Aprendes como puedes y falsificas el carnet. Había demasiadas cosas que dependían de un conocimiento tan “básico” del que yo carecía. Y cuanto más se viera lo vacío que estaba en realidad mi “curriculum” más cercana quedaba la realidad. ¿De qué podía trabajar alguien que no sabe leer ni escribir? Seguro que lo podéis adivinar por vuestra cuenta.
Así que tomé el papel que me ofrecía Dick, con una sonrisa despreocupada que en nada reflejaba cómo me sentía yo realmente. Ropa negra y no llamar la atención. Claro. Entonces iba a necesitar comprar ropa, porque obviamente no iba a volver a casa para cambiarme. Si volvía a casa, por muy bien que me hubiera caído Dick, le iba a dejar completamente tirado. Lo cual, pensándolo en frío, no era tan mala idea. Asentí mientras me decía dónde podría pasar la tarde y repetí algunos de los lugares, para demostrarle que le había escuchado, aunque probablemente entre descubrir el lugar del dichoso papel y comprar toda la ropa tendría más que suficiente labor para no aburrirme.
Pero no se lo iba a decir. Mi falta de cultura era un secreto a voces para todo aquél que pasara varios días conmigo. Y por eso, siempre desaparecía antes. No soy muy propensa a darle a mis “enemigos” razones para buscarme, o debilidades que explotar.
Como fuera… La cuestión es que la tarde fue de lo más divertida. Me habían devuelto la cartera y mi coche y cuanto más avanzaba la tarde, más tentada me sentía a huir del Haven. Eso no iba conmigo y si bien antes me había parecido buena idea ayudarle, ahora me daba cuenta de que no era verdaderamente necesario. No necesitaba limpiar mi nombre cuando habían decidido juzgarme inocente, y la investigación iba a proceder con o sin mí. Y no era mi problema. No había tenido que robar mi coche y me lo habían devuelto todo de buena gana. Lo más lógico, hubiera sido irme, sin más. Richard Grayson no era mi problema, y probablemente me olvidaría de él a los pocos días. Otra cara simpática que había ido y venido por mi vida. Así que tras hacer el idiota para conseguir un mapa y fingirme una turista francesa con poco dominio del inglés, — y del francés también, para que mentir. — para que me dejaran bien indicado la pizzería donde habíamos quedado, y comprar un conjunto de ropa negra… Estaba en la carretera, de camino a Nueva York.
Richard Grayson, no era mi problema. Mis dedos tamborilean al volante mientras veo el paisaje perdiéndose a mi espalda. Aunque fuera mi culpa haberle animado a ir a por un grupo de tíos probablemente en desventaja numérica a hacerse el héroe, no era mi problema. Seguro que Dick era un tío listo y cuando se diera cuenta de que le había dado plantón, dejaría ese estúpido plan de lado. Volvería a su casa, sano y salvo. Y ya se encargaría la policía, otro día. Me pasé una mano por el cabello, suspirando. Quería pensar que no era mi problema. Pero llegaría la hora acordada, y Dick Grayson estaría solo.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 3rd Mayo 2017, 11:34
Doce. Doce y media. Una. Una y media… Definitivamente, Brooks no iba a aparecer.
Miré el reloj por última vez y dejé escapar el treceavo suspiro frustrado de la noche. No había otra frase mejor para describir la situación: Te la han vuelto a colar, Grayson. Si es que pelirroja tenía que ser…
No sería la primera ni la última vez que me dejaría engañar por una cara bonita. Siempre he sido un blando con las chicas. Es inevitable, me sale solo. Puede que sea por culpa de mi lado caballeroso (bien entrenado por Alfred), o simplemente porque las mujeres me gustan demasiado. Eso me convierte en un blanco fácil para las supervillanas, y es que la mayoría de las veces trato de no hacerles el mismo daño que cuando le pego puñetazos a Deathstroke. Además de que tengo un imán para las psicópatas, está comprobado. Un claro ejemplo: Huntress. La cosa no acabó muy bien, y ahora que se ha pasado al bando de “los buenos” no me apetece nada coincidir con ella. Nunca sabes lo que puede pasar cuando te reencuentras con una ex-novia ex-psicopata ex-asesina. A veces me pregunto qué narices vi en Helena Bertinelli...pero dejaré esa historia para otra ocasión.
Los minutos iban pasando rápidamente, y si no me ponía manos a la obra el hijo de los Giovanni se iba a ir de rositas. No podía seguir esperando más a Garnet Brooks, aka la rajada. Después de todo el armamento que había traído para ella sola, va y me deja más plantado que un árbol. ¿Entonces para qué me dice que quiere ayudar si al final no aparece? ¡Si fue ella la que propuso la idea! No entiendo nada, en serio. No habría pasado nada si me hubiera dicho que no iba a venir, pero así al menos no habría perdido el tiempo esperándola. Podría haber avisado o algo, claro que no tiene mi teléfono. Bueno, no pasa nada, porque eso significa que esto es un trabajo para…
-¡Nightwing!
Siempre he querido hacer algo parecido a lo de Superman. Y es que el tío tiene estilo, cambiándose a supervelocidad dentro de una cabina telefónica. Yo a duras penas puedo moverme en la parte de atrás del coche.
Guardé las ropas negras y las pistolas dentro de la mochila, y me la puse a la espalda. Pensándolo mejor, era una buena idea que Brooks no hubiera aparecido, así no se exponía a los posibles peligros y yo podía trabajar con más libertad sin tener en vigilar continuamente de no meter la pata con mi identidad civil. Una vez terminara el trabajo, ya me dedicaría a rastrear la matrícula de la pelirroja, no fuera que en realidad le hubiera pasado algo malo y por eso no hubiera acudido a la cita.
Dejé esos pensamientos atrás y me concentré de lleno en la misión. Lancé la Wing-garra al tejado más cercano y aterricé en la azotea de un edificio a tres manzanas del barrio de la mafia. Con mi sigilo y rapidez habituales, no tardé en llegar al lugar en cuestión. Las oscuridad de la noche devoraba el callejón iluminado únicamente por el débil parpadeo de unas inquietantes farolas. Mi visión nocturna me daba cierta ventaja sobre el lugar, y cuando activé el escáner calorífico de mi máscara, distinguí a los dos matados que patrullaban la calle y a los otros dos que había en el balcón de la casa de los Giovanni. Los cuatro llevaban rifles, genial. ¿Adivináis a por quién iré primero?
Lancé dos Wing-dings desde mi posición, y salté a los balcones antes de que los matones se dieran cuenta de lo que acababa de hacer. Los Wing-dings se habían clavado limpiamente en la boca de los rifles, impidiendo así que se pudieran disparar. En cuanto se dieron cuenta del ataque, no tuvieron mucho tiempo para reaccionar. Caí encima del primero, dejándole totalmente noqueado. El segundo recibió un puñetazo y un empujón directo a la barandilla, que provocó que el mercenario doblara su torso a la mitad. En esa fracción de segundo, le cogí de la cabeza y se la di de morros contra el borde de la barandilla, dejándole totalmente K.O.
Los dos matones que patrullaban las calles se dieron cuenta de que algo no iba bien, y al no ver a sus compañeros vigilantes, empezaron a disparar hacia los balcones con toda la rabia del mundo. Me agaché rápidamente para no recibir las balas, y lancé una bomba de humo hacia la calle para despistar. Los matones del callejón empezaron a toser como condenados, y uno de ellos decidió disparar en todas direcciones por miedo de que alguien le atacara de repente. Menudo imbécil, acababa de darle a su compañero sin querer.
Aproveché la humareda para bajar del balcón y deslizarme por una de las escaleras de incendios hasta aterrizar en una esquina del callejón. Lancé la Wing-garra en dirección al matón que no dejaba de disparar, pero esta vez cogiéndole el rifle y tirando de él hasta quitárselo de las manos. Al encontrarse desarmado, el rostro del mercenario se desencajó y después se comió mi puño. Otro menos.
Por último, quedaba el hombre que estaba sangrando en el suelo por culpa de la imprudencia de su compañero. Lo até contra el poste de una farola y luego arranqué dos trozos de su tejano en forma de largas tiras. La primera se la puse en la boca, evitando así que diera la alarma. Con la segunda le hice un torniquete en la pierna, no quería que la policía se lo encontrara desangrado.
Una vez estuve listo, analicé el edificio desde fuera para buscar una buena entrada. El reloj debía de estar en su sitio, probablemente en algún gran salón o en el despacho del mismo jefe Giovanni. Lo mejor sería entrar al interior de la mansión desde uno de los balcones despejados y aprovechar el tiempo que tenía hasta que los vigilantes inconscientes despertaran.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 10th Mayo 2017, 18:23
Permanecía en el techo del edificio, mordiéndome las uñas sin romperlas, y mirando al vacío a mis pies. Dick, vete ya. Ha pasado media hora, no estoy ahí, lárgate a tu puta casa. En serio, fuera. No pintas nada ahí.
Y dieron la una, y el muy ingenuo seguía esperando. Casi me estaban dando ganas de bajar, aunque fuera para decirle que no iba a acompañarle, y que se fuera ya, treinta minutos más y la impaciencia me hizo ponerme en pie. Iba a girar sobre mis talones y bajar al callejón, a llevarme a Richard de las orejas, pero al dedicar una última mirada abajo, le vi en marcha. Se iba.
Suspiré, más tranquila. Dick parecía inocentón, pero no creía que fuera idiota. No iba a lanzarse a la boca del lobo sólo y sin nadie que lo respaldara. Así que podía quitarme la maldita mosca de la conciencia y volver a Nueva York. Volver a mi ático, emborracharme e irme. Olvidarme de todo lo que había sucedido en Blüdhaven, emborracharme y fumar hasta perder el sentido. Esperé a que el callejón quedara desierto, y me dejé caer por la cornisa, activando mi poder a medio camino para detener la velocidad hasta quedar dignamente de pie en el suelo donde minutos antes, se encontraba Dick. Solté la melena que había recogido en la alta coleta, deslicé las manos a mis bolsillos y empecé a caminar para salir de ahí…
… Y esconderme en la esquina, al ver el coche de Dick, con el mismo moviendose con dificultad en su interior. Mi primer pensamiento, había alguien más con él y se lo están montando en el coche. Pensaba que montarselo en público era un delito y sonreí como una idiota al imaginarme al poli cometiendo una infracción. Luego me di cuenta de que no podía ser. Ahí sólo había un par de brazos, lo cual o bien quería decir que ella era una estirada que le dejaba hacer todo el trabajo a Dick, o bien estaba solo. Por un momento, pensé en Amy, pero inmediatamente me dije que alguien tan estirada, seguro que era una fiera en la cama. La gente cambia mucho, de como actúa normalmente a como reacciona ante el sexo.
No, la que estaba dentro del coche no era Amy, ni ninguna otra mujer. Era Dick, cambiándose de ropa. ¿Pensaba ir él sólo? Sentí como me hervía la sangre. Menudo idiota.
Y menuda cara de idiota se me debía quedar, escondida en la esquina de un callejón, contemplando a Dick Grayson abandonar su coche vestido en mallas y traje negro ajustado. Tenía un símbolo azul en el pecho, una especie de pájaro. Me llevé una mano a los labios, debatiéndome entre la diversión y la incredulidad.
Dick Grayson, era el puto Nightwing.
Le seguí con la mirada mientras utilizaba uno de sus artilugios para subirse a una de las azoteas, y desde ahí avanzando hasta la guarida de los malos. No tardé demasiado en hacer la acción más lógica en ese momento. Por supuesto, activar nuevamente mi poder, y con toda la discreción que sólo una persona intangible y que lleva prácticamente toda su vida viviendo del robo podía tener, le seguí.
Me sentía como una verdadera espía. De tener una mínima idea de tecnología, me hubiera dedicado a perseguir sacando fotos. De bien seguro les hubiera encontrado un uso, aunque fuera reírme de él. Le perseguí, mientras se encargaba de los matones de la calle, mientras tiraba la bomba de humo y se subía al balcón. Y mi sentido de la… “diversión” se llevó lo peor de mí. ¿Prudencia? No gracias. Aquí podía reírme. Calculé el tiempo, me hice intangible una vez más y bajé lentamente hasta el balcón por el que acababa de colarse Dick, sin dejar de contar los segundos. Y es que gracias a la naturaleza de mis poderes, tenía siempre presente el tiempo que pasaba con ellos en activo, y así siempre sabía cuando se me acababa el tiempo o podía refugiarme de nuevo en ese “modo fantasma”.
Entré en la mansión detrás de él, aun sin hacer ruido… Y cuando me cerciore de que estábamos solos en esa habitación, dejé escapar un leve silbido de apreciación. Seguro que Dick se llevaba un susto de muerte.
— ¡Mira este lugar…! Tiene que ser caro de cojones… — No alcé la voz. No soy tan idiota como para alarmar a quien estuviera al otro lado de las puertas. — [color:9062=cc0033]¿Cuanto crees que nos pagarían por uno de estos? — Alcé un jarrón cercano. Mi codicia me gritaba ahora que había hecho bien en quedarme y que aprovechara para llenarme los bolsillos antes de irme.
Me giré a mirar a Dick, con la sonrisa más descarada y atrevida que fuera capaz de esgrimir. Mis ojos divertidos buscaban los suyos tras la máscara. Hola, Dick. Hola Grayson. Sé tu secreto~
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 28th Junio 2017, 11:36
Llevaba un rato que tenía la sensación de que algo o alguien me observaba, pero cuando echaba la vista atrás nunca encontraba nada. Era extraño, no era la primera vez que me sentía así de desprotegido. Y eso que había sido entrenado por el puto Batman y se suponía que era un maestro del sigilo y la discreción. Pues nada, ni aún así.
— ¡Mira este lugar…! Tiene que ser caro de cojones… — susurró Garnet detrás de mí. Di un pequeño respingo al escuchar su voz burlona y se me paró el corazón. Esto no me puede estar pasando...
— ¿Cuanto crees que nos pagarían por uno de estos? — la pelirroja buscó mis ojos azules tras la máscara y sonrió de manera burlona, incluso descarada. Me estaba provocando. Sólo le faltaba decirme: “Conozco tu secreto, Dick”.
La has cagado Grayson. Has metido la pata hasta el fondo. Garnet podría ser perfectamente una espía, una de los malos. Y me la había colado. Podría vender mi identidad civil a cualquier villano si se lo propusiera, y no sería difícil encontrar al resto de la Batfamilia escribiendo mi nombre en el jodido Google. El multimillonario Bruce Wayne es mi padrastro, sería muy fácil deducir que él es Batman, aunque nadie de Gotham lo creería. Por culpa de mi error estaba poniendo en peligro las vidas de mis personas más queridas. No podía permitirme un paso más en falso.
Lancé cuatro Wing-dings al instante, y el filo de los proyectiles agujereó la ropa de Brooks y clavó su cuerpo contra la pared. No le di ni un sólo segundo de margen que le permitiera deshacerse de la presa, cuando me abalancé sobre ella y le intenté agarrar del cuello.
—Dame una buena razón para no dejarte inconciente ahora mismo… — susurré cerca de su oído con una voz grave y cara de pocos amigos.
¿Qué parte de encontrarnos en el callejón no había entendido? ¿O es que era ella quién me había estado siguiendo todo el rato? ¿A qué jugaba? ¿Qué escondía Garnet Brooks tras esa fachada de mujer encantadora?
Ante mi se abrieron varios frentes de posibilidades. Si era enemiga tendría que dejarla noqueada hasta terminar el trabajito del reloj y después llevármela de aquí. Si era amiga, podríamos terminar el trabajo juntos y hacer ver que esto no había pasado. Luego pensaría en algo. Podría ponerme en contacto con la Liga de la Justicia, admitir mi error delante de todos los mejores héroes del mundo, sufrir la bronca del siglo a manos de Batman, y después de todo el rollo, Zatanna encontraría a Brooks y le borraría la memoria, como si la pelirroja nunca hubiera pisado Blüdhaven. La hija de Zatara ya había hecho lavados de cabeza antes, cuando la necesidad lo requería. Batman, Catwoman, Dr. Luz… no le importaría hacerlo una vez más, ¿verdad?
Aunque para ahorrarme todo el tema de las broncas se me ocurrió una idea mejor. Llamar a Oráculo. Oh, sí. Eso sí que podría ser divertido. Pagaría a Brooks con la misma moneda.
Eso te pasa por meterte con uno de los grandes, guapa.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 3rd Julio 2017, 12:18
— Quien hubiera dicho que eras tan buen actor, Grayson. — sonreí con malícia. Debo admitir, que la rapidez y precisión con la que había lanzado aquellas “estrellas ninja” había sido digno de impresionarme, pero no iba a dejar, o más bien no me podía permitir el lujo de mostrarme asustada. Además, cierta griega morena me había llegado a asustar muchísimo más con sus malditos sais, podía aguantar estar fijada en la pared unos segundos. — Juegas el papel de inocente demasiado bien. Ahora estoy segura de que seríamos un gran equipo. — susurre, subiendo una mano por su pecho y acariciando la forma de su cuello y su mandíbula. — Pero no entiendo por qué ibas a dejarme inconsciente cuando lo más divertido lo podemos hacer estando despiertos. Además, hablaría muy mal de tu hombría si lo hicieras. Un hombre como tú puede conseguir a las que quiera sin recurrir a esos métodos, ¿no crees?
Tal vez me la estaba jugando. Pero la seguridad en mi misma a veces me hace pecar de temeraria. Podía hacerme intangible y escaparme de él en cuanto quisiera. Dick lo sabía. Y esperaba que su curiosidad le llevara a darme un minuto de tiempo para convencerle antes de que intentara llegar a las manos.
— La mejor manera de asegurarte de que guardaré tu secreto, es matándome. — borré el tono burlón de mi voz, pero no la diversión que transmitían sus ojos. Si había calado bien a Richard, conseguiría que me escuchara antes de que fuera tarde. Y si no, me haría intangible y me iría por donde había venido. — Y tu no eres un asesino, así que no vas a herirme. Dejarme inconsciente suena bien pero si quieres asegurarte de que no voy a hablar cuando despierte, te conviene mantenerme sana y salva, por ahora. — Me reí, sonriendo con inocencia. — Eres de los buenos, Di-... Perdón, Nightwing. — Por un instante, mi voz sonó con genuina preocupación. Tampoco soy imbécil, no voy a joder su identidad si alguien nos puede escuchar. Una cosa es que lo sepa yo, eso me da cierto control sobre la situación. Otra es que lo cuente a los demás. Eso… Eso sí me metería en problemas. — Eres de los buenos. No vas a hacerme daño mientras dudes de cuál es mi bando, ¿verdad?
Hice ademán de retirar las piezas metálicas que habían perforado mi ropa y me dejaban fija contra la pared, deseando que Nightwing no me detuviera y me dejara liberarme. Sabía que me la estaba jugando… Pero de algún modo me resultaba placentero. Tal vez todo este tiempo me estaba volviendo adicta a la adrenalina y todavía no me había dado cuenta.
— Iba a irme. Te dejé tirado. Pero luego me arrepentí. Pensé que podías ser tan ingenuo y venir aquí solo y estúpida de mí, pensé en volver para protegerte. Para mi sorpresa, te vi cambiandote de ropa dentro del coche. Por lo cual, — de nuevo sonreí, coqueta, — debería darte las gracias. Por el espectáculo, ya sabes. El uniforme ya me parecía tentador, pero este traje… No está nada mal, encanto. Pero la cuestión es que volví para ayudarte, y me encontré con que no necesitas ayuda de nadie y eres perfectamente capaz de desenvolverte por tu cuenta. Pero mi intención no ha cambiado. Estoy aquí para ayudarte y no pensaba decirle a nadie quién eres. Así que… ¿por qué no me dices a donde hay que ir y te llevo? Conozco un atajo. — Sonreí, traviesa. No había mejor manera de asegurar la integridad propia que hacerle ver a la otra persona que puedes serle útil.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 19th Septiembre 2017, 18:34
La confianza da asco. En serio. Sobretodo siendo yo uno de esos tipos que confía en los demás a la menor oportunidad que se muestran buenos y amables conmigo. Soy de los que dan segundas, terceras y cuartas oportunidades, porque en el fondo, sé que la gente puede cambiar si encuentra un buen camino a seguir.
Fui el único en confiar en Rose Wilson, la hija del Exterminador, cuando nadie más creía en ella. La saqué del oscuro remolino de desesperación al que la había arrastrado su padre. Pasó de ser una asesina psicópata a un miembro imprescindible de los Teen Titans. Si había podido ayudar a Rose podía cambiar la vida de más personas que habían tomado malas decisiones en su vida.
Por eso había querido confiar en Brooks a pesar de que no la conocía de nada. Y yo había caído como un tonto. Me había creído la inocencia de Garnet, su cara de niña buena en la comisaría y sus ojos angustiados por el miedo de que alguien descubriera sus poderes metahumanos. ¿Dónde quedaba eso ahora? No, había algo más. Brooks era más complicada de lo que parecía ser, y estaba dispuesto a descubrir la verdad. Y hasta entonces, seguiría teniendo puesta mi confianza en ella. No había más remedio.
— Podría decir lo mismo de ti Garnet… ¿Ha sido toda una farsa? — sentí un leve cosquilleo cuando los dedos de la pelirroja jugaron con mi cuello hasta acariciar mi mandíbula. Estreché los ojos ligeramente, no me iba a dejar amedrentar por sus palabras. Su tono de voz había cambiado, era más coqueto y juguetón, ¿Estaba intentando seducirme o algo?
— Eres de los buenos. No vas a hacerme daño mientras dudes de cuál es mi bando, ¿verdad?
— Lo que está claro es que no eres de los malos. Al menos en esta ciudad. Y por un momento me has hecho creer que tenías algo que ver con el asesinato de Donnovan y el robo del reloj. Pero si fuera así, ya estarías bien lejos del ‘Haven. —mis músculos adoptaron una postura más relajada y me separé de Garnet, dándole un respiro de mi violento acercamiento. Ella no se mostraba hostil, así que podía intentar solucionar este lío dialogando —Y sabes que no voy a hacerte daño porque va contra las reglas, pero no necesito matarte para que no cantes, pajarito. —Esbocé una leve sonrisa, intentando volver a tomar el control de la situación. Si Brooks notaba la seguridad en mi voz, podría intentar colarle el farol. Ninguno de los dos sabíamos lo suficiente del otro como para disuadir las pequeñas mentiras.
La pelirroja empezó a retirar los Wing-dings de su ropa, y yo le ayudé con los que habían perforado la pared. Los devolví a su lugar de origen; el compartimento secreto de mis guantes. No era cuestión de ir perdiendo la munición así como así. Garnet no era el enemigo ahora, así que tenía que reservar mis recursos para el pez gordo de la mafia.
Estoy aquí para ayudarte y no pensaba decirle a nadie quién eres. Así que… ¿por qué no me dices a donde hay que ir y te llevo? Conozco un atajo.
—Qué generoso por tu parte… — sonreí divertido— ... y mira que no tenías pinta de hermanita de la caridad.
¿Cómo podía creer en su palabra? ¿Cómo sé que no tenía intención de decírselo a nadie? O de traicionarme en cualquier momento… No podía asegurarme, pero quizás sí que tenía cosas que perder. Yo le había prometido guardar el secreto de sus poderes antes de que ella descubriera el mío. Y también sabía lo de su asalto a Lex Corp. Luthor no era de mis personas más allegadas, pero si se había metido con el rival de Supes significaba que las cosas no le iban a ir muy bien cómo él se enterara de que seguía vivita y coleando.
—Muy bien. Lo primero es lo primero. —me decidí—Llévame al despacho del jefe, seguro que el reloj está allí. Ya hablaremos más tarde de cómo solucionar nuestros problemas personales...— dicho esto, le ofrecí mi mano derecha para que la estrechara, como símbolo de nuestro provisional y conciliador acuerdo.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 10th Octubre 2017, 10:51
— Y sabes que no voy a hacerte daño porque va contra las reglas, pero no necesito matarte para que no cantes, pajarito.
De lleno en la boca del lobo y vacilando. Por un momento me planteé si no seguiría bajo los efectos de los medicamentos de comisaría o que tal vez me hubiera sentado mal mezclarlos con alcohol. Pero al menos había acertado en algo. Richard Grayson era demasiado buena persona para matar a alguien en sangre fría. Y con cuero o sin él, seguía siendo el mismo Rick que había confiado en mí cuando no debía.
— Tweet tweet — susurré en broma, cuando me hubo liberado de todas sus estrellitas murcieloninjas. Y aun así, cuando le ofrecí ayuda, volvió a aceptar.
Siempre pienso en mi misma como alguien que se columpia en el muro que separa el bien del mal. Considero que no existe una justicia justa e imparcial, que la situación y el contexto juegan papeles importantes y que los sentimientos humanos son demasiado complicados para juzgar si una acción o no fue correcta. Matar está mal. ¿Y alguien que mata en defensa propia para salvar a su familia? ¿Y alguien que mata a un psicópata que se va a cargar a miles? La moral humana no siempre debería imponer el límite a lo que se debe o no se debe hacer. Cuando el juicio nos lleva en contra del orden natural de las cosas, cuando el hombre se cree superior a la naturaleza, toca decir basta. ¿Qué te lleva a confiar en mi, Dick Grayson? ¿Es moral o instinto? Pues déjame decirte que no deberías. Pero en este caso concreto, en esta precisa situación... Respuesta correcta.
Encajé la mano de Dick, y en cuanto lo hice, una sonrisa traviesa volvió a tensar mis labios a ambos lados. Probablemente se iba a llevar un buen susto. La parte mala, probablemente haría que el heroe se lo pensara dos veces antes de volver a confiar en mi. La parte buena, si intentaba golpearme ahora, me atravesaría totalmente. A medida que mi cuerpo "dejaba" este mundo, mi cabello se alzaba y flotaba a mi espalda, y dejé de sentir. Mi cuerpo carecía de peso, no había frío ni calor, no sentía nada en absoluto, y de hecho, carecía de respiración. Me sumergí en aquel extraño plano astral y arrastré a Dick conmigo, esperando que su cuerpo sintiera también esa sensación, subiendo por sus dedos, hasta la punta de sus cabellos y los dedos de sus pies. Nuestras manos, todavía unidas, era el único lugar donde se adivinaba el tacto, pero era como sostener aire comprimido, algo con forma que no desprende calor absoluto, y que tienes la sensación que podrías atravesar de hacer la fuerza suficiente, como si fuera nieve sin temperatura. Yo no recordaba lo que era experimentarla por primera vez, pero de bien seguro, tenía que ser cuanto menos curioso. Tal vez, incluso desagradable. Me aseguré de mirar el reloj de mi muñeca.
— Bienvenido al mundo de los fantasmas, Nightwing. Déjame que te guíe. Y sobretodo no intentes sacar manos y pies fuera de la atracción.
Era de noche. Algunas de las habitaciones, como la que estábamos ocupando en aquél mismo instante, carecían de luz artificial y eso jugaba en nuestro favor. Pero había riesgo de que los pasillos estuvieran en guardia, que hubiera gente en alguna de las salas. Imaginé, con todo lo que había visto de ese edificio hasta ahora, y utilizando un poco la lógica, cuales serían las zonas menos transitadas y dónde se encontraría el despacho. Y una vez decidida la ruta, tiré de Dick tras de mí y avanzamos, entre paredes y techos, atravesando puertas y muros. En algunas habitaciones nos cruzamos con algún maleante, pero pasaba demasiado rápido, y si intentaban herirnos, ni tan siquiera podíamos sentirlo.
Hasta que encontré el despacho.
— Cuidado con los pies. — Susurré, dejándonos a ambos a unos pocos centímetros del suelo, procurando no deshacer la intangibilidad con las botas a medio camino. Inmediatamente me separé de él y me coloqué junto a la puerta, pegando la oreja a la misma, y escuché voces al otro lado. Miré a Dick, llevándome el índice a los labios. Me pesaba el pecho. Hacerme intangible, ya de por si, era extenuante. Pero hacerlo a dos personas, lo era todavía más. Miré de nuevo la hora. Habían pasado cerca de 6 minutos. Eso implicaba otros doce, antes de poder sacarle de ahí. Si nos teníamos que ir antes... Tendríamos que abrirnos camino a la fuerza.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 17th Enero 2018, 11:26
Garnet Brooks tenía mucha suerte. Sí, señor. Había tenido la suerte de toparse con Nightwing y no con Batman. Claro que Batman no se hubiera dejado pillar tan tontamente… pero esa es otra historia. Yo era capaz de mantener el optimismo y el sentido del humor, y no dudé en esbozar una sonrisa traviesa cuando la pelirroja se puso a imitar la música de los pajaritos.
Llega a estar con Batman y ni siquiera hubiera sido divertido. En serio… ¿Cómo lo hace? ¿Cómo consigue siempre que los demás le teman y le respeten? ¿Qué haría Bruce en mi lugar? Probablemente, hubiera hecho alguna de sus extorsiones violentas para que Garnet fuera incapaz de hablar sobre el murciélago el resto de su vida…pero ese no era el estilo de Dick Grayson.
—Jooodeeeer...— exhalé, pero ni siquiera noté el aire de mis pulmones. Él único contacto que tenía con el mundo material, si se le podía llamar a eso contacto, era la mano de Brooks que sostenía la mía con firmeza. Tragué saliva, y después me mantuve en silencio durante lo que ella llamaba “una atracción”. Aquella sensación si que no me hizo ninguna gracia. Era parecido a cuando Raven usaba su ser alma con nosotros, y a la vez era muy diferente.
Los objetos nos atravesaban; las paredes, las puertas, los muebles… ¡Incluso los techos! Y cada vez que mi cuerpo se topaba con algo que creía sólido, tenía la extraña sensación de que en cualquier momento nuestros átomos se fusionarían y me quedaría atrapado para siempre en cualquier rincón de esa maldita mansión. La parte buena era que podíamos llegar rápido a dónde quisiéramos, y sin llamar la atención, ni activar alarmas. Era como estar caminando sobre el aire, pero sin poder sentir nada. Como si no existieras. Como si fueras un fantasma...
—¿Haces esto todos los días…? — dije con un ligero jadeo en la voz. Nunca me había sentido tan aliviado de volver a recuperar las sensación de tener un cuerpo sólido. Me toqué brazos, piernas, pecho y cara con las palmas de las manos, y suspiré agradecido de que no me faltara nada.
Entonces ella se acercó a la puerta y me mandó guardar silencio moviendo su dedo índice a los labios. Era de esperar que el despacho del jefe estuviera protegido por matones de poca monta. Pero aquello no me preocupaba, tenía mi objetivo delante de mis narices, descansando magníficamente en la estantería del jefe.
—Y aquí está la razón de todos nuestros problemas...— susurré, caminando despacio hasta acariciar el lomo dorado de la pieza de colecionista. Abrí el compartimento secreto de mi guante, y saqué una bolsa de tela negra con la que cubrir la reliquia, y la separé de la plataforma de madera en la que estaba colocada.
—Y con esto, ya nos podemos ir, pelirroja… pero esta vez lo haré a mi manera, ¿Vale? No es nada personal, pero no me ha gustado mucho la experiencia. —confesé, dedicándole una sonrisa socarrona— Puedes venir conmigo si quieres, o si lo prefieres, puedes escapar a tu manera… es tu decisión.
Y dejando unos segundos para que Garnet Brooks pudiera decidir su destino, cogí carrerilla con el paquete en la mano, y reventé la puerta de una patada, dejando a los dos matones que la custodiaban aplastados contra el suelo de alfombra roja y parquet.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 7th Febrero 2018, 23:30
— Sólo los días pares. Los impares me teleporto directamente a la destinación designada. — Comenté con un deje de ironía en lo que era una broma tan obvia como estúpida — Los festivos viajo en limusina — añadí, buscándole con la mirada, divertida.
Me mantuve en silencio mientras Dick se paseaba por el despacho, y finalmente cuando encontró el reloj. Primero admiré en silencio ese guante tan práctico, y luego contemplé el reloj. Ese reloj que tantos problemas me habia dado, que me habia hecho perder mi coche y habia puesto una bala en mi muslo, con todos los dolores de cabeza posteriores. Y me planteé seriamente robarlo y llevarmelo conmigo. Y luego me planteé robarle a Dick el guante.
— ¿Tienes más de esos en casa? — Comenté de un modo totalmente inocente y casual entre susurros. — Me sería práctico algo así en el trabajo. Llevar bolsas en el aro del sujetador no es cómodo y el sudor... Puaj — Hice una mueca, antes de girarme y volver a pegar el oído a la puerta.
Todavía no parecían haberse alertado de nuestra presencia. Dick hizo patente su voluntad de querer salir por métodos más convencionales, y no le dije que aunque quisiera, yo no podía sacarnos de ahí. Así que en lugar de hacerle saber que mi plan consistia en contar con su apoyo para abandonar el lugar, podía hacerme la sueca y hacerle creer que yo le estaba haciendo el favor de ayudarle a él.
— Podría irme sola. Pero no sabes cuanta gente hay en el edificio y no has limpiado el camino hasta aquí, así que admítelo, Nightwing. — Cuando se encaró a la puerta, preparándose para salir, caminé hacia él, parándome justo a su lado. Acompañé mis últimas palabras con una sonrisa cargada de picardía y una caricia a su mentón, a la vez que giraba sobre mi misma. — Me necesitas~
Me quedé junto a él, también mirando la puerta y esperé a que se abalanzara contra ella y la derrumbara, corriendo detrás de él. Salté por encima de la puerta y miré a ambos lados. Yo tampoco me conocía el interior de ese lugar como para conocer el camino más rápido o más seguro para llevarnos al exterior. Pero sabía que hacia la derecha, y buscando las escaleras, podíamos intentar llegar a aquella habitación por cuya terraza habíamos entrado en primer lugar, y era tan buena idea como cualquier otra. A los pocos pasos, salió a mi encuentro un tío y vi como alzaba la pistola hacia nosotros. Golpeé la parte interna de su brazo con mi codo y lo apreté contra la pared, forzándole a soltar el arma. Entonces le golpeé las ingles con la rodilla y le di un puñetazo a la sien. Mi estilo de lucha no era bonito, era total y absolutamente sucio y callejero. Pero funcionaba, que es lo importante.
Me giré a ver a mi compañero.
— ¿Preferencia para la ruta de escape?
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 15th Febrero 2018, 19:05
Garnet no había perdido el sentido del humor en todo el rato que llevábamos juntos. Eso me gustaba. El humor, conversar, hacer del trabajo algo divertido... Como siempre digo, es muy aburrido trabajar con alguien serio a tu lado. Sí, todos sabéis a quién me estoy refiriendo. Pero creedme cuando os digo que Batman es un soso cuando patrulla a pesar de que parezca muy guay verle patear traseros de los criminales de Gotham. Sobretodo si vives con el 24/7.
—Lástima que no te hayas traído la limusina.— bromeé yo también. Después dijo algo acerca de mi guante y levanté una ceja— Si quieres te hago uno a tu medida. Este modelo no está muy a la moda que digamos… —acentué la sonrisa y mientras observaba a la mujer de arriba a bajo— ¿Sabes? Me has roto el mito del agujero negro en el sujetador...— mejor no comentar la de cosas que se habían llegado a sacar del sujetador algunas mujeres que deteníamos durante las patrullas.
Cuando pasamos a la acción y dejamos inconscientes a los matones que tenían protegida la puerta del despacho del jefe, volví a mirar a mi acompañante y le dediqué una sonrisa socarrona.
—No te engañes, lo que pasa es que eres fan de Nightwing y no sabes que excusa poner para venir conmigo.
Me estaba divirtiendo mucho con ese estira y afloja que había entre nosotros, pero no teníamos más tiempo para tonterías. Un mafioso acababa de entrar por el pasillo desde la esquina, y estaba a punto de dar la alarma...
—Luego si quieres te firmo un autógrafo, pelirroja…
Apareció otro tipo duro más, pero vi que Garnet se encargaba de él así que le dejé hacer. A la chica se le daba bien eso de patear culos. Yo lancé mi Wing-ding en dirección al hombre que tenía en frente y el proyectil hizo un arco en el aire hasta atravesar la pistola de lado y dejándola encallada. Al ver que no podía disparar el hombre dio un paso atrás, pero yo me deslicé rápidamente por el suelo hasta hacerle un barrido con el pie. El matón cayó de bruces y finalmente le dejé inconsciente de un golpe en la cabeza.
—Si no hay inconvenientes… ¿Qué tal saltando por el balcón?— sonreí, y una vez el pasillo quedó despejado corrimos en dirección a la habitación por la que habíamos entrado y bajamos las escaleras hasta el primer piso.
Pero antes de que pudiéramos entrar en la habitación dónde estaba el balcón, alguien nos estaba esperando en la puerta.
—Volvemos a vernos...— dijo con voz grave. El hombre con el rostro de Robert Hammond esbozó una sonrisa siniestra y yo me paré en seco, esperando a que el sicario diera el primer paso para atacar. Pero no se movió de su sitio. En cambio, su piel empezó a cambiar de color y su carne se desplazó de forma desagradable por todo su cuerpo, hasta cambiar completamente de aspecto. Ahora, el asesino de Craig Donnovan se había convertido en una copia exacta de Garnet Brooks, cuidando hasta el mínimo detalle de su ropa.
De pronto, el asesino se abalanzó sobre la verdadera Brooks y ambas mujeres se enzarzaron en una calurosa pelea cuerpo a cuerpo. Con tan rápidos movimientos perdí la pista de cuál de las dos era Garnet y cuál era el Mutante disfrazado… ¿Cómo narices iba a poder intervenir en aquella situación? Una de dos; o la verdadera Garnet se cepillaba al mutante ella solita, o me hacía el favor de darme una pista para saber cómo ayudarla...
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Hailey Sullivan DC Universe
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 22nd Febrero 2018, 16:27
— Lo hubiera hecho, pero me dejé el móvil en el coche — bromeé. Ni siquiera tenía móvil. Y mi coche había estado en el precinto policial y fuera de mi alcance una gran parte de los últimos días. Pero Dick tenía un humor contagioso. Es de esta clase de personas que era capaz de robarte una sonrisa sin importar la situación en la que te encontraras. — ¿Harías eso? La verdad es que algo así... Vendría de fábula. Los murciélagos tenéis un montón de aparatos guays. ¿No os plantearíais adoptarme? — Respondí a la broma del mito del sujetador sin siquiera girarme a mirarle. — Puedo romperte los demás, si quieres...
Avanzábamos con relativa facilidad. Me alegré que ese edificio no estuviera llevado por ninguno de aquellos idiotas que terminaban saliendo por la televisión. Los tan llamados villanos que realmente llegaban a provocar problemas en mayúsculas hasta el nivel de salir en las noticias y de que la gente recordara su nombre. Nadie se quedaba con el nombre del ladrón que se había colado la semana pasada en el paquistaní de la esquina. No, se acordaban de Joker, de Harvey Dent y de Kingpin.
— No me negaré al autógrafo, no te mentiré. Se puede ser fan del... traje. Te quedaría de lujo el cuero.
Nighwing dió la llamada de salir por el balcón y yo no me negué. Corrí tras él hasta que llegamos al despacho acordado. Pero no estábamos solos. Almond estaba allí. Iba a quejarme, tal vez soltar algún comentario ingenioso, pero vi como si piel cambiaba, su cabello crecía y en definitiva... Tenía ante mí una copia exacta de mí misma. Con eso, no había broma posible.
— ...No... ¡No!
No pensé. De algún modo antes de darme cuenta de lo que estaba haciendo, me había lanzado contra esa copia barata, sin cuestionar ni mis propios movimientos. Buscaba golpearle y herirle, buscaba destrozarle la cara hasta no verme a mi misma en ella. Era algo que nunca había soportado. Era una idea que me resultaba devastadora, a mi, que tal vez había perdido a una hermana gemela, el ver a alguien con mi mismo rostro... Era demasiado. Tan sólo quería hacerle desaparecer de mi vista. Me forcé. Pero ni el dolor de mi muslo cuando se abrió de nuevo la herida de la bala era capaz de detenerme en ese momento en que había pedido el norte. Tan sólo quería dañar a la persona que tenía delante de mí, hasta no poder reconocer aquellos ojos verdes, tan traviesos y tan vivos, que eran incapaces de reflejar el dolor que sentía en ese momento.
No tardó demasiado tiempo en ganarme terreno. Yo ya estaba herida y en ese momento ni siquiera pensaba con lógica. Si tuviera un poco más de calma, tal vez me hubiera dado cuenta de que ya habían pasado los doce minutos, pero no iba a pensarlo hasta más tarde. La mano de la falsa Brooks se cerró en torno a mi cuello y me inmovilizó contra la pared. Mi mano libre fue directa a su cara. Ya ni me importaba hacerle daño. Sólo quería dejar de verla. Me doblé como pude y hundí mi rodilla en su abdomen, para luego volver a golpear su cabeza con mi puño. Y en el momento que me detuve para recuperar el aliento, me vino todo encima. Sentí que iba a terminar de perder el control, me di la vuelta, corrí junto a Dick y tomé su mano, arrastrándole tras de mi, atravesé la pared y no paré hasta estar parados en el techo del edificio vecino. Ese día descubrí que en mi modo fantasma, podía volar más rápido de lo que me pensaba. Siempre lo había usado con calma y parsimonia. Esta vez intentaba huir de verdad. No sólo de un enemigo. También de mis propios demonios.
El dolor de mi muslo cedió y me aferré a Dick para no caer. Estaba parcialmente doblada sobre mi misma, y la vista se me nublaba... Entonces cayeron las primeras lágrimas y vi su forma redonda salpicada contra el suelo. Intenté hablar pero me di cuenta de que iba a romper a llorar si lo intentaba... Así que sin dejar de usar a Dick de apoyo, intenté recobrar la compostura. Pero sabía que no podía dejar eso sin explicar... Así que dije la opción más viable que conocía, aunque desde hacía tiempo sospechaba que podía ser la realidad.
— Tuve una hermana gemela... Falleció. Ver a alguien copiar mi aspecto... Nuestro aspecto. Perdona, es que no... — No dije más. Me llevé una mano a los labios y apreté con fuerza. Era todo cuanto podía hacer.
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Dick Grayson DC Universe
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Ficha de Personaje Alias: Nightwing Nombre real: Richard John Grayson Universo: DC Universe
Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 9th Marzo 2018, 11:06
Iba a decirle que desgraciadamente, Batman sólo adoptaba a chicos. Esa realidad podía ser claramente malinterpretada, pero de todas formas, aquel no era el mejor momento para bromear.
Garnet respondió con furia al verse a sí misma reflejada en la piel de aquel mutante capaz de tomar la forma de los demás. Mi primera reacción fue dar dos pasos hacia atrás, separándome inevitablemente de la pelea. Entonces miré a las dos pelirrojas, que sin lugar a dudas iban a matarse la una a la otra como no las detuviera.
No fui capaz de hacerlo. Primero porque no sabía cuál de las dos era la verdadera Garnet, y segundo, porque sentí que aquella pelea tenía que ganarla por sí misma. Al fin y al cabo, había sido el hombre que la había disparado en la pierna nada más poner un pie en Blüdhaven, y quién intentó matarla por segunda vez estando en comisaría. Sin lugar a dudas, era una venganza personal, y sus ganas no hacían más que aumentar ahora que él también era “Garnet Brooks”.
Se me encogió el corazón durante un instante cuando Garnet intentó estrangular a la otra Garnet y la empotró contra la pared. Intenté pensar en algo, aunque fuera simplemente lanzar una bomba de humo para distraerlas… ¡Lo que fuera! Cualquier cosa que las alejara la una de la otra. Pero por suerte no hizo falta. La pelirroja que parecía estar perdiendo arremetió contra su oponente y la apartó de ella con un rodillazo. Entonces me miró, con el rostro cansado y voz jadeante. Corrió en mi dirección y por un momento pensé en esquivar su arremetida… ¿Y si en realidad era Hammond? Pero por alguna razón confié en la determinación de sus ojos verdes. No parecían mirarme con odio ni con intenciones hostiles. Garnet me cogió de la mano, y sentí de nuevo ese vértigo desagradable en el estómago.
—Oh dios… te dije que no volvieras a hacer eso...— sentí de pronto las náuseas e intenté llevarme la mano al estómago, pero no sentía mi cuerpo, no sentía absolutamente nada. Aquella extraña sensación de ser intangible volvía a marearme.
Cuando me soltó, caí de bruces en el tejado y escupí al suelo para quitarme la sensación amarga de encima. El viaje había sido demasiado desagradable, había sido incluso peor que la vez anterior. Supongo que era porque Brooks tenía unas ganas tremendas de salir corriendo de allí. Y no me extraña. Su agresor nos buscaba con la mirada desde el balcón, apretando los dientes y asqueado al ver que nos habíamos esfumado en un abrir y cerrar de ojos. Menos mal que ese tipo sólo cambiaba de forma y no se había puesto a volar. Ya sólo nos faltaba eso.
Vi como Brooks perdía el equilibrio de repente y se aferraba a mi traje de justiciero. La agarré lo más rápido que pude y dejé que los dos nos deslizáramos despacio hacia el suelo, quedándonos de rodillas contra él. Debía de dolerle la herida de bala, y necesitaba descansar. Entonces vi como la primera lágrima caía al suelo, y Brooks me confesaba algo que no me esperaba para nada. Maldita sea, no soporto ver llorar a una mujer.
—Eh...eh… tranquila. Ya está. Ya ha pasado todo…—la abracé con fuerza contra mi pecho, y acaricié sus cabellos pelirrojos. Después me quedé en silencio, escuchándola. Iba a dejarle los minutos que fueran necesarios hasta que se tranquilizara.
—¿Crees que puedes caminar? Tengo por aquí cerca un piso franco. Si quieres te puedo cargar hasta allí y miramos esa herida… ¿Vale?— le expliqué con tranquilidad. Por alguna razón, ya no me sentía tan enfadado con ella. Garnet Brooks tenía también sus debilidades...
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks) 18th Abril 2018, 01:44
Spoiler:
He escrito el tema con esta canción... Y bueno, no sé por qué, he pensado que no tenía por qué quitarla. Así que escúchala al leer. Y mil gracias por el tema. Me ha encantado <3 De mis favoritos, sin duda.
El contacto físico jamás me ha sido ajeno.
Aunque me hubiera criado bajo las circunstancias en que lo había hecho, o quizás precisamente por ello, mi cuerpo siempre había sido un instrumento más a mi alcance para cumplir mis metas. Lo había usado durante años para alimentarme, vendiéndolo como si fuera un producto, y lo había maltratado durante muchos más cuando me había cansado de él. Mi integridad física jamás había sido una prioridad, y todas y cada una de mis cicatrices eran testigo de ello. Un recordatorio constante, un mapa de mi vida, las cien historias que cargaba a mi espalda. Me había dejado apalear más de una vez, me había entregado al alcohol, al tabaco y al sexo sin preocuparme en absoluto por todas las repercusiones que podría haber arrastrado al comportarme como alguien a quien poco le importaba seguir con vida. Y alguna vez me había planteado si en el fondo no debía encontrar una cierta satisfacción en todo aquello. En el dolor de mi cuerpo maltrecho y los días posteriores, encerrada lamiéndome la heridas. Alguna vez ya me había planteado, que todo aquello fuera un estúpido intento de demostrarme a mí misma que seguía viva, y que no había terminado apuñalada en un callejón la noche anterior. Todas esas cicatrices habían sido causadas por mis descuidos, mi indiferencia, mi negligencia.
Todas menos una. Aquella que acompañaba mi ojo izquierdo, pero me dolía en el alma. La única cicatriz que no recordaba y no conocía, aquella extraña que había estado desde tiempos inmemoriales acompañando todas y cada una de mis travesuras. Todas y cada una de mis desdichas. Todos mis momentos felices, por escasos que fueran.
Y pese a todo, jamás me planteé que fuera infeliz. Estaba satisfecha simplemente con sobrevivir y seguir adelante, dejándome llevar por los placeres que podía costearme, sin pensar demasiado en lo que haría el día de mañana. Porque esa era la realidad. No me importaba. El instinto podía mantenerme con vida y hacerme luchar, pero cuando pensaba en ello de un modo consciente... No me importaba. Tal vez porque no tenía recuerdos de mi infancia, y en el fondo no conocía nada mejor. Todo cuanto podía recordar, era sobrevivir y seguir adelante, sin tener una razón, un por qué.
Hasta que conocí a Brooks. Dick Grayson, Nightwing, me había dado mucho más que unos días de reírme y hacer el gilipollas, pues pese a ser un policía en aquella maldita ciudad, nada de lo que había vivido con él iba a dejar un impacto negativo en mi memoria. En aquella terraza, protegida por sus brazos, recordé la noche en que Brooks me había "rescatado" de mi misma. Tirada en el callejón como un trapo usado, en uno de aquellos momentos en que la vida parecía pasar de largo y llevarme consigo, Brooks me encontró en un callejón, y agachándose a mi lado, me abrazó. Tal y como lo hacía ahora Dick. Como si me fuera a romper, y sus brazos fueran aquello que me mantenía unido. Había cosas que había olvidado en conocerla a ella. El temor a pasar la noche al raso y no poder despertar al día siguiente. El dolor de tu estómago cuando parece que se ha pegado a tu espalda tras días sin comer, y peor aun, cuando pasado el hambre ya no lo sentías. Todos los sonidos que se escuchan en la calle, y que sólo aprecias cuando de tu vida depende que sepas reconocer cuando uno de ellos supone un peligro para tí. Brooks me había hecho olvidar las cosas "malas" de la calle, y aquellas no las echaba de menos. Fue ahora, con Richard, que me di cuenta de que había olvidado también lo que aprendí de ella. Que en perderla, había olvidado lo que era llegar a casa y que alguien te esperara, que alguien se preocupara de si llegabas o no tarde, o si pasabas demasiado tiempo fuera de casa o si habías comido lo suficiente. Y desde luego, había olvidado lo reconfortante que podía llegar a ser. El cómo era que otra persona te tratara como si le diera a tu vida todo el valor del que tú carecías. Que te ofreciera seguridad. Que te la hiciera sentir, incluso cuando tu mente despierta se negaba a aceptarlo.
Y lloré. Lloré contra su pecho, acunada en el calor de su piel y el latir lejano de su corazón. Lloré recordando esa cicatriz en mi rostro, la historia desconocida de aquellas dos hermanas que tal vez sólo existían en mi imaginación. Lloré porque tener a alguien a mi lado había hecho más presente lo sola que me sentía en realidad. Y finalmente lloré... Lloré porque sentí miedo. Porque aquel dolor en mi pecho era una sensación nueva largo tiempo atrás olvidada y tenía miedo a volver a perderlo. A sentir de nuevo que tenía alguien a mi lado sólo para que terminara desapareciendo. Tenía miedo de mi misma, de mi nula capacidad de expresar lo que realmente siento y las cien máscaras con las que siempre me protejo. De que me importe alguien lo suficiente para dejar de protegerme a mi misma. Y en el fondo...
...En el fondo sé que no me entiendo...
...
Dick esperó, paciente, a que yo terminara de desahogarme. Cuando al fin dejé de llorar, tiró de mi y me ayudó a ponerme en pie. Me trataba con una delicadeza inusitada y que desde luego no esperaba teniendo en cuenta la noche que acabábamos de pasar. Y me ofreció de ir a un piso franco. Yo tenía la mente en blanco, y a duras penas si me atrevía a mirarle a los ojos.
— Vale... vale. — Recapacité. No me atrevía a mirarles a los ojos. Yo. Me llevé ambas manos a la cabeza, y me sequé los ojos, con lo que se me quedaron las palmas ligeramente ennegrecidas de sombra de ojos y rimmel. Había sido una noche tremenda, sin duda. Ver mi propio rostro en otra cara había sido un golpe tremendo para mi moral, y había logrado sacarme de mis casillas. Era algo que no me esperaba. Pero dejar que Richard me llevara a su piso franco... ¿Y luego qué? ¿Nos sinceramos y le cuento mi vida? ¿Le digo que no soy una heroína como insinué, si no una ladrona profesional? ¿Aprovecho y le digo que soy Shade y que me pueda atrapar por todos y cada uno de mis crímenes? No. Porque en el fondo sabía que no podía hacerlo. Tal y como estaban las cosas, seguir adelante tan sólo complicaba la situación mucho más. — No.
Había pasado... ¿Tres? ¿Cuatro días con él? Ya era mucho más del que estaba acostumbrada. No tenía necesidad de seguir alargando ese contacto más de lo necesario. Y algo me decía que ese era el momento. Más que suficiente. Y sin embargo... admitiré que me había gustado Dick. Había algo en su bondad y en su actitud aparentemente despreocupada que no me hubiera importado mantener conmigo un tiempo más. Si no fuera por todas las complicaciones que implicaba intentarlo. No, había llegado el momento de hacer aquello que siempre terminaba haciendo. Recuperé el control, y recuperé mi máscara, volviendo a esbozar aquella media sonrisa juguetona, y antes de que Nightwing pudiera reaccionar o apartarse, aprovechándome de que había bajado la guardia conmigo, me acerqué para darle un beso. Presioné mis labios contra los suyos en lo que tardó en latir mi corazón una única vez, y me aparté de él, entrecerrando los ojos traviesa, esperando que eso le cabreara, pero sin pararme a ver su reacción. Le guiñé un ojo, y simplemente... desaparecí.
Dejé que mi poder me llevara a través del edificio a nuestros pies, y bajé hasta volver a estar a nivel de calle. A esas horas, no debería verme nadie y si me veían... bueno, nadie iba a creerse que había visto un fantasma cruzando el techo y la pared en cuestión de un segundo. Tenía la ventaja de que Dick no sabía dónde había aparcado mi coche, puestos que en realidad, se pensaba que le había abandonado esa noche. Y terminé como era de esperar. Largándome en mitad de la noche, sin una dirección dónde encontrarme, ni un modo de contactarme, un recuerdo que quedaría siempre estancado y sin un final.
Al menos, ilusa de mí, eso es lo que pensaba yo.
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Tema: Re: Pelirroja tenías que ser (Garnet Brooks)