[mini-evento]Las profundidades del lenguaje: ruinas [Lilith, Alice, Elissa, Deadpool, Elektra] (03-03-2019)

Fue sólo un instante. Un instante y la ciudad de Nueva York, concrétamente Central Park se convirtió en un lugar que jamás habían visto... excepto dos mujeres del grupo. Fue sólo un instante, un parpadeo, pero pudieron ver una dimensión donde las barreras físicas no existían y donde arriba era abajo y abajo era ninguna parte. Después, sus ojos contemplaron una noche estrellada.

03:00 am
Bagdad

La arena les saludó cuando la pisaron levantándose en pequeñas nubes de polvo, y seguramente alguno de ellos la besara por culpa del vértigo que sentirían al hacer ese viaje por primera vez. Suele pasar cuando no se está acostumbrado a los viajes Tierra-Eldritch-Tierra. El moreno soltó al grupo por lo dicho, por si alguno tendría que vaciar el buche y se giró hacia lo que pensó sería Babilonia... peor no fue así.

- Hmmmm... Vale, creo que me he equivocado con el viaje - pensó en voz alta, más para sí que para los demás. - Vale, un segundo: esperadme aquí mientras inspecciono el lugar, ¿vale? No tardaré.

Y no tardó... Sólo que volvió sin la armadura puesta, con una bolsa de basura por bandera y cubierto de eso, basura. Apestaba que daba gusto y tenía esa expresión en la cara de quien ha intentado dialogar con una burra y sólo ha sacado rebuznos.

- Vale, he ido a hablar con la gente de por aquí: no les ha molado mucho que los despertara para preguntarles. ¿Lo que he averiguado? Que estamos en Bagdad, a unos 110 kilómetros de las ruinas de Babilonia. Entonces tenemos dos opciones: o bien buscamos un lugar donde pasar la noche, o buscamos una forma recorrer éstos 110 kilómetros  por la noche, además de provisiones y equipo para explorar como, por ejemplo, linternas y esas cosas porque vamos a ir a lo hondo. - Sloan se cruzó de brazos, luego se quitó la basura que tenía por encima para quedar algo más digno y, por qué no decirlo, porque apestaba y se cruzó de nuevo los brazos, mirando al grupo. - ¿Propuestas?

[FDI: Perdón por ser tan corto. Aun no hemos llegado al cuerpo del evento XD]

- Eso no será ningún problema -dijo Elektra.

Las personas que se dedicaban a lo que ella hacía solían construir su vida en torno a una elaborada red de identidades falsas y mentiras, y resultaba que una de sus múltiples identidades era la de Molly Williams Hassan, estudiante norteamericana de origen iraquí que ya había estado en el país hacía algunos años, supuestamente para un proyecto de cine, aunque en realidad había sido para una misión encargada por el mismísimo Nick Furia. Como no sabía que iban a viajar a Bagdad ese mismo día no llevaba el pasaporte falso encima, pero Molly Williams era la hija de un prestigioso productor americano y en su día se había cuidado de establecer una cuidada red de sobornos y contactos. No debería haber ningún problema.

Se quitó el pañuelo azul que llevaba al cuello y lo utilizó para sujetarse el abundante y espeso cabello. Después, sacó de nuevo las gafas de sol y se las volvió a poner.

- Seguidme -indicó a los demás.

Había pasado algún tiempo desde la última vez que había pisado las calles de la populosa ciudad, pero recordaba vívidamente la gigantesca estatua de las espadas cruzadas y pudo orientarse sin mayor problema hasta llegar a la Zona Verde, la zona más protegida de la ciudad, a diez kilómetros del centro de Bagdad. Furia conocía sus gustos refinados y se había cuidado de ofrecerle alojamiento en una de las zonas más privilegiadas de la ciudad. Tras pedirle a Deadpool que camuflara su llamativo aspecto utilizando el cinturón holográfico, sacó el teléfono móvil y marcó un número determinado.

- Soy yo -dijo al aparato mientras se alejaba de los demás para tener privacidad-. ¿Recuerdas aquella vez en Japón*? Me debes un favor...

Poco después, los soldados que custodiaban la puerta recibieron una llamada y les permitieron el paso.


Dentro de la Zona Verde, Elektra les condujo directamente al edificio más alto del lugar, un vistoso hotel que lucía el nombre Al-Rashid en la parte superior. Con paso seguro, entró pasando por encima del mosaico con la cara de Sadam Husein y se dirigió a la recepción, donde exigió hablar con alguien en concreto utilizando un perfecto árabe. Su actitud había cambiado totalmente, de la asesina silenciosa y discreta que habían conocido, a las maneras y actitudes de una niña pija americana que rápidamente pone el grito en el cielo si no consigue lo que quiere. Los que no hablaran árabe no entenderían lo que estaba diciendo, pero demostraba una seguridad apabullante en sí misma, la clase de seguridad que por lo general viene acompañada de mucho dinero. Al final, el muchacho terminó cediendo y se retiró para regresar acompañado por un hombre más mayor y visiblemente apurado.

- Celebro volver a verla, señorita Williams -dijo en inglés-. Ha pasado mucho tiempo.

- He estado estudiando una beca en Mónaco -fue la respuesta de ella.

- ¡Oh! Dicen que Mónaco está precioso en ésta época del...

- Bah. Un aburrimiento -replicó ella torciendo el gesto en una clara mueca de desdén. Su actuación estaba resultando tan buena que casi convencía a sus propios compañeros-. Quiero habitaciones para mí y mis acompañantes. Cárgalo todo a la cuenta de papá, como la última vez.

- Claro, ¿alguna preferencia en concreto? En planta, vistas, tipo de habit...

- ¿Me importa? No. Mientras sean lujosas. Y que tengan jacuzzi. Ya he tragado suficiente polvo en ésta ciudad harapienta.

El hombre tuvo que hacer un esfuerzo visible para que el desprecio que sentía no se trasluciera en su expresión. Al final, como siempre, ganó el dinero, y, con una mueca forzada que pretendía pasar por una sonrisa, hizo un gesto de asentimiento y les entregó a cada uno la llave de una suite en las plantas superiores del edificio. Elektra prácticamente arrancó la suya de la mano del hombre antes de darse la vuelta y dirigirse a los ascensores.

- Primer problema resuelto -informó una vez estuvieron en la privacidad de su suite-. Lilith, te alegrará saber que el hotel dispone de un Centro Comercial en su interior. Por la mañana podremos ir y aprovisionarnos de lo que necesitemos, ya sea comida o ropa.

El moreno asintió con el comentario de su compañera, y asintió aun más cuando la morena del grupo, la que tenía rasgos mediterráneos aseguró que no habría problema sobre "eso". De todo lo que habían dicho, ¿qué era exactamente "eso"? Sloan se encogió de hombros mirando a Lilith comunicando que no tenían otra cosa que hacer, así que se dispuso a seguir a la morena. Si era capaz de solventar aunque fuera el problema de tener un techo donde refugiarse... pues mejor que mejor. Aquella zona del planeta por la noche solía ser bastante fría.

Entraron a la ciudad (otra vez por parte del moreno) y para sorpresa de Sloan, la morena hizo una llamada y cambió su "forma de ser" a una que no pegaba para nada con la mujer que habían conocido ese mismo día en el parque (bueno, quien dice conocer...). Incluso Deadpool cambió de aspecto a uno más... humano, y con cierto aspecto de celebridad de cine. ¿Qué estaba tramando la mujer? Y mejor dicho, ¿hacia dónde los llevaba?
No tardaron mucho más en saberlo: un puto hotel en la Zona Verde. ¡Toma ya! ¡Así si! Con duchas, y comidas, y duchas, y comidas... Sloan se quedó con el resto del grupo mientras la morena hacía su papel. No sabía el moreno si había contratado a una mujer de armas tomar o a una actriz profesional. El paripé les valió al grupo una estada en el hotel que, como no, ni se quejaría ni la rechazaría.

Ya tenían habitaciones. Perfecto.

- Ese sería el plan, a grandes rasgos, si - comentó el moreno cuando Lissa preguntó. Entonces vino con algo que se hacía de rogar: presentarse más o menos. Tenía razón, porque si querían funcionar como un equipo tendrían que hablar sobre ellos mismos. - Hagámoslo en mi habitación. Así tenemos donde sentarnos y podemos pedir comida - comentó dirigiendo su mirada y una sonrisa a la chica muda, advirtiéndole que no se le había pasado por alto su gesto.

Una vez dentro, el moreno se acercó al teléfono de la habitación, lo descolgó y esperó a que alguien le contestara. Entonces empezó a hablar en el mismo idioma que el recepcionista, pidiendo que subieran comida para quince personas. Colgó, y volvió con el grupo.

- Bien pues, entonces... empiezo yo. Me llamo Sloan, pero podéis llamarme Project si queréis: es el nombre en clave que me pusieron cuando estuve haciendo trabajitos para SHIELD. Soy bueno en el cuerpo a cuerpo y las heridas no me suponen un problema para mí. ¡Oh! Y en términos globales se me considera como una especie de dios terrible o una mandanga de esas. Os toca. - Ahí, dejando lo menos evidente para el final y con tacto. Claro que si.

- No te lo tomes a mal, Wade, pero la respuesta a esa pregunta sigue siendo no -terció la griega al comentario del mercenario. No había desprecio en su voz, ni ninguna clase de valoración subjetiva, simplemente se limitaba a señalar un hecho.

Entonces, la castaña de los ojos azules señaló algo que debería haber sido obvio desde el principio, y todos se mostraron de acuerdo, empezando por el moreno.

Nada de lo que dijo le supuso en principio una gran sorpresa. Elektra había colaborado con SHIELD en varias ocasiones, y tanto su amigo Logan como su compañero Deadpool poseían capacidades regenerativas. Su mayor reacción fue un leve alzamiento de ceja cuando mencionó la palabra "Dios", aunque tampoco varió demasiado la expresión neutra de su rostro. Durante años había servido a un semidios cuando había trabajado para La Mano, así que tampoco le extrañaba demasiado. Cosas más raras se habían visto. Lilith, en cambio, le hizo ponerse más en guardia. Una psíquica... El entrenamiento que había recibido en La Mano le permitía bloquear cualquier intento de intrusión mental, pero necesitaba estar preparada de antemano, es decir, estar advertida. Si la pillaban con la guardia baja, era posible colarse en su mente, y aunque por lo general no solía tardar demasiado en darse cuenta gracias a su extraordinaria disciplina mental, odiaba que se asomaran en su cabeza sin su permiso. Tendría que estar ojo avizor con la pelirosa.

- Me llamo Elektra, Elektra Natchios -se presentó llegado su turno-. Soy mercenaria y trabajo junto a Deadpool en un grupo: los Thunderbolts. Poseo entrenamiento ninja; soy maestra en artes marciales y domino gran variedad de técnicas de lucha y armas.

Su entrenamiento ninja también le proporcionaba algún que otro truquito extra, pero ellos no necesitaban saberlo.

La ronda de presentación siguió su curso después de que el moreno se presentara. ¿La siguiente en hacerlo? Lilith. A ella la conocía más que a nadie, y con razón: de seguro que si se pusiera a conocer a los otros tan bien como la conocía a ella, la pelirosa entraría en cólera y aquí no ha habido nunca ni grupo, ni hotel, ni país. Claro que a saber, porque si algo le gustaba de la doctora era lo que escondía dentro de su cabeza. Una pequeña cajita bien escondida que guardaba un huracán con factor de reproducción.

Siguiente. Elektra Natchios. ¡Toma ya! ¡Una ninja! Ésto tenía cada vez mejor aspecto. Una película no es una buena película si no tenía ninjas... o a menos eso le decían.

El siguiente. Deadpool. ¿Qué decir de Deadpool? Sloan le habría dicho que tenía una camiseta suya en casa si no fuera porque ¡PUUM! Al suelo. Silencio absoluto... excepto el gritito y el improperio que soltó Lissa. Sloan siguió la trayectoria del cuerpo de Deadpool al caer al suelo, se lo quedó mirando como quien admira una alfombra nueva pero ni le viene ni le va. Alzó la cabeza hacia el techo para contemplar el manchurrón de sangre que había dejado la presentación del bueno de Deadpool. Eso se lo iban a poner en la factura a Elektra, fijo.

La siguiente fue la que parecía ser la más joven de todos. Una chica que podía alterar las emociones. Eso sería bastante útil dependiendo de la situación.

Y la última, Lissa. ¿Qué decir de Lissa? Qué decir..... pues eso: Qué decir.

- Bueno, ya que estamos todos presentados... vamos a descansar, o preparanos, o lo que querráis hacer en vuestra habitación. Mañana por la mañana, cuando salga el sol, nos reuniremos en la entrada del hotel para prepararnos. ¿Perfecto? En ese caso... rompan filas..... Siempre he querido decir eso.


La salida del sol. Anda que no tardó la puñetera salida del sol. Parecía que no iba a llegar en su puta vida.

Como dijo Sloan, al despuntar el alba esperó a que se reuniera por completo el grupo para repartir las tareas.

- Bien, vamos a prepararnos. Como dijimos, necesitamos lo siguiente: provisiones, una forma de transporte, algo de armamento nos iría de fábula, y también algunos artefactos de esos... de espeología... vamos, para poder ver en la oscuridad y no caernos por un agujero. Me da la sensación que los vamos a necesitar. Yo me adelantaré y buscaré las ruinas que buscamos, con la ruta más rápida que haya. - Se giró hacia Lilith. - Cariño, necesito que hagas de mami y cuides al grupo, ¿vale? - Le dejó un beso, y después desapareció, dejando al resto del grupo con dichos quehaceres.

Si alguno del grupo empezaba a pensar que había sido una mala idea apuntarse a esta travesía liderada por ese... por ese, seguro que iba por la tercera fase de "yo creo que me voy para casa" a jugar a la play".

...

Y de repente: ¡Bang! Otra vez lo mismo; sesos desparramados por todas partes, sangre...

La chica de aspecto inocente profirió un chillido de sorpresa y horror, a la del pelo castaño se le escapó una exclamación en griego que dejaba clara su ascendencia, la pelirosa abrió desorbitadamente los ojos mientras que Sloan pasaba olímpicamente del tema y se lo quedaba mirando como quien mira una bonita alfombra o un reposavasos de Star Wars.

Elektra estaba tan irritada que no se molestó en tratar de sujetar el cuerpo inerte para que no cayera de golpe, llevándose de regalo el hostión padre contra el suelo. Al menos la había pillado con la ropa de calle, y no con la de trabajo, así que no tendría que llevar al día siguiente el uniforme manchado de masa encefálica.

- No os preocupéis -comentó, quitándose pedacitos de Deadpool del pelo con evidente fastidio, ya que al ser la que estaba más cerca de él, había resultado la más afectada por el evidente desastre subsiguiente al disparo-. Hace cosas como ésta continuamente. Una vez nos encontrábamos viajando en carretera y teníamos por delante un trayecto de 16 horas... Deadpool pidió que le pegáramos un tiro en la cabeza y, que si se despertaba antes de haber llegado a nuestro destino le volviésemos a disparar otra vez, simplemente porque se aburría ante la perspectiva de un viaje tan largo*. Pero siempre se recupera... por desgracia -añadió farfullando entre dientes. No es que lo deseara de verdad, ¡pero a veces podía llegar a ser tan exasperante!

Una vez hubo pasado el susto inicial, la ronda de presentaciones se sucedió. La chiquilla que había chillado resultó tener poderes de lo más útiles relacionados con la persuasión y el estado de ánimo, además de valiosos conocimientos en medicina, y la griega era maga, una psíquica, al igual que Lilith.

- ¿Qué hacemos con él? Y con la sangre...

- Ya no debe tardar mucho en regenerarse... Me ocuparé de que la sangre la limpie él mismo, por la cuenta que le trae -aseveró con expresión furibunda.



La salida del sol la pilló en lo alto de la terraza del hotel a donde había subido a meditar en las horas previas al amanecer, ya con su uniforme rojo habitual. En cuanto los primeros rayos del alba acariciaron su semblante, la mercenaria se incorporó, observando el impresionante espectáculo de la estatua de las espadas cruzadas y lo que podía verse más allá.

No le tomó más de unos pocos segundos descender hasta donde aguardaban los otros. No en vano, gozaba de una agilidad, fuerza y reflejos sorprendentes, y solía desplazarse utilizando los tejados de manera natural.

Asintió ante las palabras de Sloan y Lilith y se volvió hacia Deadpool:

- ¿Vienes? Creo que "los expertos en lucha y armas" somos nosotros, y conozco lugares en donde conseguir armas y "cosas que hagan boom".

[...]

[•••]

Al cabo de una hora, el grupo volvió a reunirse allá donde se habían separado, y al hacerlo verían a un moreno esperándoles, apoyado en un jeep preparado para las largas distancias y la geografía accidentada. De esos que tienen buena suspensión, ruedas duras y preparadas para el terreno, espacio para seis personas y un buen maletero. El amigo de todo excursionista, vamos.

Cuando todos volvieron a estar juntos, Sloan se apeó del vehículo, descruzando los brazos.

- Bien, parece que habéis tenido éxito en vuestra búsqueda - lo comentó como si fuera el mago sabio y viejo de una partida de rol. - En ese caso metamos el equipaje atrás y subamos: ya sé como llegar a las ruinas y va a ser un paseo largo.
- ¡LADRÓN! ¡DETENED AL LADRÓN! - dicho en árabe.
- Yyyyyyyyyy esa es nuestra salida. ¡Todo el mundo a bordo!


Babilonia. O mejor dicho, las ruinas de Babilonia. Esa era su destino, donde se encontraban las ruinas de Etemenanki, "el templo de la creación del cielo y la tierra. Para muchos ese nombre no les diría nada, pero si uno cambiaba El templo de Etemenanki por La Torre de Babel, la cosa cambiaba, ¿verdad?
La ciudad de Babilonia estaba a 110 km de distancia saliendo desde Bagdad, por lo que tendrían un buen rato en jeep bajo el sol del medio-oriente. Tiempo que aprovecharía Sloan para hablarles un poco de lo que sabía sobre la "sombra de la Torre".

- Más o menos os he contado de qué iba el asunto, ¿verdad? Bueno pues, si tenéis un momento me gustaría seguir con la explicación. No me haré muy pesado: no tengo ni puta idea de lo que vamos a encontrarnos exáctamente allá abajo. Es decir, sé lo que habita pero no sé de lo que es capaz, ni si ha cambiado, mutado o tiene compañía. Lo que puedo deciros es lo siguiente: esperad cualquier cosa. Es posible incluso que intente penetrar en vuestras cabezas y si eso pasa, veréis alucinaciones tan brutas que ninguna droga será capaz de meteros eso en la cabeza nunca más. Hablo por experiencia, en serio, y aquí Lilith y Lissa os lo pueden confirmar. Otra cosa: por lo general el fuego y la electricidad van bastante bien con éstas criaturas así que espero que os haya pasado por la cabeza traer algo por el estilo.

Lo siguiente que les comentó fueron cosas más de conocimiento sobre las ruinas de Etemenanki y su historia. Cualquier información que pudiera darles sería de gran utilidad llegado el momento.


- Señoras y señores, hemos llegado a nuestro destino: Babilonia.

Si algo quedaba de la antigua ciudad, venían en forma de recuerdos e historias. La arena y el polvo cubrían las ruinas que el antiguo dictador Saddam Hussein había mandado reconstruir, y el único edifico que se levantaba sobre aquellas tierras era el palacio del mismo dictador, desde el cual se podían ver las ruinas.
Sloan condujo rodeando las ruinas hasta que se detuvo justo frente a una roca que sobresalía del suelo. Se bajó y miró por todas partes, como si buscara algo en concreto.

- Vale... es aquí... Tiene que haber algún tipo de entrada. Id preparando el equipaje que me huelo una entrada cerc-

Dicho y hecho: los tentáculos surgieron del suelo, quebrando roca esculpida y un par de árboles cercanos, rodearon al moreno y tiraron de él, hacia abajo, dejando tras de si un temblor que sacudió las palmeras que aún se mantenían rectas y un agujero enorme, del cual solo se escuchaba un eco profundo y una oscuridad insondable.

Y fuera por suerte o por puro humor negro, uno de los fragmentos del suelo dejó a la vista la susodicha entrada: unas escaleras que descendían hacia abajo, hechas de piedra y cubiertas por los años.

[FDI: Os dejo a vosotros decir qué habéis traído para la expedición.]

...

Sloan los había dejado solos, y no por gusto. Nadie en su sano juicio deja a su grupo siendo devorado por una maraña de tentáculos por puro gusto. Vicio tal vez, pero no gusto...... o tal vez si.

El agujero dejado por la criatura era desproporcionado, y sumamente peligroso si se acercaban demasiado a según qué partes de los bordes: algunas piedras mantenían un acalorado debate sobre si debían o no lanzarse al vacío junto al resto de sus hermanas. La conclusión hacía que se declinaran hacia uno de los lados.
La entrada a las grutas de aquel enorme y antiguo complejo se presentó en forma de escaleras y, para terminar de encajar, algunos peldaños estaban medio sueltos. Un paso en falso y la caída sería tremenda, tal y como podrían comprobar al dar unos cuantos pasos hacia la entrada, encender una linterna y observar la enorme nada que había al otro lado de las escaleras: la torre invertida estaba hecha de forma cilíndrica, rodeando las paredes internas una escalera que daba la vuelta a toda la construcción mientras descendía en la completa oscuridad. Lo que fuera que hubiera allá abajo no se podía ni adivinar ni ver.

Así pues, emprendieron la marcha hacia el descenso, hacia lo desconocido. Una vez pasado el primer umbral tendrían que encender la luz, o serían incapaces de ver nada.

Por suerte la estructura interna de la torre se mantenía estable. Habían grietas aquí y allá, pero nada serio. El paso del tiempo no perdona a nadie, ni siquiera a lo desconocido. La erosión de las piedras cubrían los peldaños que pisaban con una capa de polvo que dejaba sus huellas según descendían.
Otra característica de aquel lugar era el olor. De normal se esperaría el típico olor a cerrado, angustioso... pero lo que podían oler allí dentro era incluso... dulce. Era un aroma agradable que les impregnaba las fosas nasales. Evocaba a caramelos de fresa, goma de mascar... a verano fresco. Era agradable, y eso lo hacía aun más extraño.

Al fin pudieron encontrar algo más que peldaños. La escalera moría en una plataforma con una pared delante y el vacío a la derecha. Sólo a mano izquierda se les presentaba una forma de continuar que no fuera un salto a la desesperada sobre la nada.
El camino se dividía en siete puertas, las siete con escrituras sobre sus marcos.

Estaba escrito en arameo antiguo.

[FDI: Si alguno de vuestros personajes sabe leer el arameo antiguo, que contacto conmigo para que le diga lo que pone. Ahí tenéis la primera prueba. ¿Qué será? ¿Qué será? 8D]

Los sentidos telepáticos de Lilith, por el momento estaban en calma. Eso no le iba a quitar esa sensación de inquietud que la mayoría del grupo sentía en sus carnes (excepto Wade. Wade es un caso aparte) por estar en aquella oscura torre y por lo que habían visto momentos antes de entrar. Todo estaba en calma, o eso parecía. Una extraña imagen les cruzó la mente a todos sin excepción. La de un ente enorme, tan grande y ancho como la oscuridad que les observaba desde las profundidades de la tierra.
No era una sensación agradable.

Deadpool escogió la puerta número cinco, sin saber lo que en el marco restaba escrito. ¿Una advertencia? ¿Un nombre? Por ahora, era un dato desconocido. Empujó la puerta no sin esfuerzo, pues los años hicieron que aquel pedazo de roca esculpida pesara una barbaridad, y sonó como debían sonar las viejas puertas de los templos abandonados: lúgubre y amenazante.
El polvo se dispersó por el suelo a medida que se separaban las juntas, hasta que no hubo polvo por remover y si una ancha oscuridad que les daba la bienvenida a su elección.

De haber estado Sloan en el grupo, ésto no habría pasado. De poder tener algo de cobertura para traducir los textos de los marcos habrían tenido más cautela. De no dejar a Wade como "guía/líder" del grupo tal vez hubieran escogido otra puerta.
Pero como todo simplemente, las cosas pasan.
Empezó como un ligero zumbido, una brisa que procedía del interior. ¿Tal vez una descompresión? ¿Un cambio de la atmósfera de ahí dentro por haberse abierto la entrada de arriba? No, era algo más... arcaico. La brisa se convirtió en un torrente de viento y casi al instante, el torrente se invirtió, tirando del grupo sin contemplaciones, separando sus pies del suelo y elevándolos, arrastrándolos hacia dentro de la sala. Y justo en medio de la sala, pudieron ver algo que seguramente a la mayoría les haría subir la adrenalina y esa sensación de asco en la garganta y en la boca, con esa opresión en el pecho que te deja sin aliento: un enorme agujero.

De haber podido leer los letreros, habrían sabido que la puerta número 5 ponía "pozo".

Cayeron por el pozo a toda velocidad, y sin avisar chocaron contra una superficie viscosa y lo más importante, amortiguó la caída. Aquella sustancia era líquida como el agua en la superficie, babosa bajo ésta y dura en lo más hondo, por lo que tras la caída pudieron ponerse de pie sin dificultades, llegándoles la sustancia hasta debajo de las caderas.
Fue entonces cuando la mente de Lilith le mandó una señal: no estaban solos ahí abajo. La pelirrosa pudo captar varias mentes a su alrededor, primitivas, que se asustaron con la llegada del grupo al pozo pero que rápidamente cambiaron su parecer y se volvieron... hostiles. Los demás podían escuchar un eco de crujidos y pasos en una suelo duro. Eso significaba que allí donde estaban la apertura se expandía y no todo estaba cubierto con esa sustancia. Tal vez fuera una cueva, un pasillo... eso solo lo sabrían si conseguían luz.

[FDI: Si encendéis alguna luz veréis que estáis en una gruta enorme, con estalactitas y toda la pesca, y que la zona viscosa solo está en el centro. Eso si, en cuando encendáis la luz veréis unos seres deformes, como una especie de Gollums con la piel rugosa como si fuera piedra y musgo, pero siendo carne. Y en cuanto encendáis la luz se asustarán, porque están acostumbrados a las sombras, pero no tardarán mucho en querer apagar ese foco de luz y mataros. Hay un total de 20 criaturas repartidas por las cercanías.
PD: Doy permiso a Elissa para hacer sus trucos de Psique XD]

El fenómeno Omega había afectado a todos en mayor o menor medida, de una manera o de otra. Algunos se veían obligados a coexistir con una amalgama de voces en su cabeza, resultado de la inclusión de todos sus yoes de los múltiples universos, mientras que en otros casos, de alguna manera y siguiendo algún proceso de selección desconocido, las personalidades sobrantes habían sido absorbidas por una dominante, eliminando los recuerdos de todas las demás. Pero siempre quedaban vestigios, remanentes, en forma de sueños o memorias extrañas de acontecimientos que no recordabas haber vivido.

Pues uno de éstos particulares "déja vu" asaltó a Elektra cuando se alejó con el mercenario a hacer las compras. Se vio a sí misma junto a Frank Castle en el interior de unas ruinas como las que Sloan había indicado que les conduciría, vestigios de alguna época remota, y se vio cayendo junto con el ex soldado en el interior de un profundo pozo tras haber activado una trampa de resorte. Se vio a sí misma morir aplastada cuando las paredes del pozo se cerraron sobre ellos. En aquella realidad, Frank y ella habían sido pareja, y habían muerto cada uno en los brazos del otro.

Una frase acudió a su memoria, tan vívida como si la hubiera pronunciado el día anterior: Honestamente, Frank... Es la mejor manera en la que me he ido...

¿Alguna vez habéis soñado con vuestra propia muerte? Seguro que sí, y seguro que recordáis haber despertado con el corazón agitado y empapados de sudor frío, aún en shock por el recuerdo. Pues eso mismo le sucedió a ella, allí, en medio de aquella armería clandestina repleta de gente tan peligrosa como traicionera, con el agravante añadido de que ella ya había muerto una vez con anterioridad... y en aquella ocasión no se trató de ningún sueño del que pudiera despertar.

Sí, Elektra había muerto una vez, había pasado por aquél trauma, y por ello la vívida imagen que la asaltó en aquél inoportuno momento fue demasiado para ella. Así que huyó. Le presentó a Wade la primera y más sencilla excusa que fue capaz de idear en su alterado estado y se marchó a un rincón oscuro y apartado donde poder lamerse las heridas... Hasta que pudo tranquilizarse y recobrar la razón.

¿Ya había vivido aquello? ¿Había explorado aquellas ruinas en alguna remota realidad, con Frank Castle como compañero en lugar de Deadpool y había perecido en el intento? Quizás. ¿Existía la posibilidad de que acabara muerta otra vez? Seguramente, ya les había advertido el moreno con toda claridad cuando se encontraban en Central Park. Pero si no se enfrentaba a sus temores, si no acababa con sus fantasmas, éstos la destruirían, y, tratándose de una mercenaria que ponía en juego su vida cada día, no podía permitirse el lujo de tenerle miedo a la muerte. Había tenido un momento de debilidad, pero tenía que superarlo o su reputación caería a pique.

Así que alquiló un jeep y se dirigió hacia las coordenadas que les había dado el moreno. Por suerte, no tuvo que buscar mucho. Resultaba bastante evidente el lugar por el que había desaparecido el grupo, y por allí se adentró, encendiendo una bengala para iluminar el camino, luchando contra los recuerdos que le evocaba aquél repulsivo olor y el poderoso impulso de dar media vuelta y salir corriendo.

Finalmente llegó frente a la plataforma en la que se encontraban las siete puertas. Una imagen cruzó su mente, una muy parecida a la de la Bestia a la que La Mano adoraba, y un nuevo escalofrío sacudió su ser. ¿Qué diablos le estaba ocurriendo? Sacudió la cabeza, furiosa. Nunca antes había fracasado en una misión y aquella no sería la primera.

Elektra no sabía hablar arameo, pero tampoco en aquella ocasión le resultó complicado averiguar el camino escogido por el grupo, pues sólo una puerta permanecía abierta. Se acercó, con la bengala por delante, y sintió cómo la sangre se le helaba en las venas al descubrir el negro abismo que se abría ante ella como una boca hambrienta.

Esto es, pensó para sí. Yo tendría que haber caído por aquí con Wade. Como ocurrió con Frank.... Pero no lo había hecho. Por, llamémosle "corazonada", llamémosle "sexto sentido", "visión premonitoria" o lo que fuera aquello que había visto en el almacén clandestino, lo cierto era que ella estaba arriba. Y el resto del equipo, abajo. Y tenía muy claro que lo que fuera que les aguardaba no sería agradable, así que tenía que sacarles de allí, aunque sólo fuera para cobrar la cuantiosa paga que el moreno les había prometido. Además, una de las chicas era prácticamente una niña, por el amor de Hera.

Así que, tras aguardar un tiempo prudencial para cerciorarse de que no se escuchaba ningún sonido sospechoso, sacó el rollo de cuerda de su mochila, ató uno de los extremos en torno a un saliente de la piedra y comenzó a descolgarse por el pozo, temiendo en cada momento escuchar el fatídico quejido de las paredes al cerrarse sobre ella. Pero nada de eso sucedió.

Arrojó la bengala hacia abajo para poder distinguir el final, pero ésta fue engullida por alguna clase de líquido espeso, no sin antes permitirle ver a los miembros de su equipo... y algo más...

- ¡Deprisa! -exclamó, encendiendo otra bengala para que los demás pudieran verla-. ¡Por aquí, tomad mis manos!

Poniéndose la bengala entre los dientes se descolgó hacia abajo sosteniéndose con las piernas de la cuerda con extraordinaria fuerza y agilidad y extendiendo los brazos hacia sus compañeros.

A pesar de ser la que más cerca se encontraba de ella, la pelirrosa, revestida de una sangre fría impresionante, se dedicó a impartir instrucciones para organizar los turnos y que no cundiera el pánico, gestionando la situación de la misma manera en que lo habría hecho ella, haciendo que los miembros más vulnerables del equipo ascendieran primero mientras los demás les guardaban las espaldas. Bravo por Lilith. Comprobar de esa manera sus dotes de mando le hizo respetarla más.

Alice fue la primera en subir, haciendo gala del excelente entrenamiento al que la habrían sometido en la mansión. La muchacha trepó por la cuerda como una ardilla, y casi no tuvo ni que ayudarla. Por desgracia, su compatriota no tuvo tanta suerte. Por tres veces lo intentó, y tres veces que, una vez que Elektra la izaba, resbalaba por la cuerda de vuelta al lodo. La muchacha no debía tener demasiada fuerza en los brazos, y el barro que había terminado por recubrir la cuerda no estaba ayudando.

- No puedo hacerlo  -le dijo a Lilith- Podéis intentar izarme luego...

Y un cuerno, pensó Elektra. No pensaba dejarla para el final con esos monstruos, ¡se la comerían viva!

Ni siquiera Deadpool estaba teniendo demasiado éxito con ellos, ¿de qué demonios estaban hechos?

- ¡Las katanas, Deadpool! ¡Usa las katanas!

Quizá su aguzado filo consiguiera hender su resistente piel con mayor fortuna que las balas. Tentada estuvo de sumarse a la lucha con su propia espada pero no lo hizo porque desde su posición actual tendría mayores probabilidades de ayudar a Elissa.

Y, por si no tuvieran suficiente con los demonios de piel dura, un gruñido se escuchó a lo lejos y el suelo empezó a temblar. Ya era oficial; tenían que salir de allí cagando leches.

- ¡Lilith, Elissa! ¡Venid, rápido! -exclamó tendiéndoles las manos- ¡Lilith, ayuda a Elissa! ¡No os preocupéis de Deadpool! Él sabe cuidarse solo.

Las criaturas subterráneas estaban perdiendo la poca cordura que les quedaba. En sus cabezas el grupo de "exploradores" eran varias cosas a la vez: un peligro palpable; una fuente de problemas; un suculento manjar. Lilith pudo sentir como todas las criaturas a la vez llegaban al mismo entendimiento, y como una sola masa levantaron las cabezas y se pusieron de pie, corvados, preparados para atacar todos a la vez.
Mientras tanto, los ecos de las piedras al partirse se iban acercando. El suelo temblaba así como las paredes del enorme pozo. Era hora de partir o ninguno de ellos viviría lo suficiente para contarlo... bueno, Deadpool seguramente si.
Una a una fueron subiendo por la cuerda, ayudándose entre ellas para no volver a caerse, agarrándose como podían y quitándose el pringue suficiente para no perder un segundo de agarre. Elektra agarró a Deadpool por las axilas y tiró de él para no dejarlo atrás. Fueron subiendo por la cuerda, tirando de ella una vez llegaron arriba. Wade y Elektra tuvieron tiempo suficiente para ver como una figura ensombrecida se abría paso entre las criaturas, aplastándolas si hacía falta. No la vieron con claridad, pero el gruñido que emitió el cual sonó como el viento entre las grutas de las montañas les hizo de advertencia: no volver a bajar nunca más allá abajo.

El grupo había conseguido salir de aquella trampa. Estaban todos cubiertos por aquel asqueroso pringue y Elektra la que más, pues había sido quien había ayudado a subir a casi todo el mundo por la cuerda y éstos le habían dejado un regalo por las molestias.

Un golpe retronador sonó en lo más profundo de aquella torre invertida. Al cabo de un rato sonó otro golpe, como si alguien estuviera machacando los cimientos de la torre. Otro golpe pero éste sonó mucho más lejano.
Cuando el grupo estuvo preparado para seguir la "aventura" se dieron cuenta de dos cosas: la primera, que la puerta por la que habían entrado estaba cerrada. No había forma de volver atrás y entrar por otra puerta. La segunda, que sólo había un camino a seguir y era rodeando el agujero del pozo y seguir adelante, sin saber qué se iban a encontrar a partir de ahora.

Una cosa estaba clara: la oscuridad a su alrededor era palpable como el polvo bajo sus pies.

[FDI: Vamos a retomar el orden de posteo original por lo que ahora le toca a Lilith. Vamos a ver cuánto aguantan esta gente 8D]

Ignorando los alocados comentarios de Deadpool como ya era habitual, agarró a su compañero por las axilas y, haciendo buena gala de su considerable fuerza, bastante mayor de la que habría podido esperarse en una mujer, incluso en una de su fibrosa constitución, lo elevó por los aires al tiempo que las demás tiraban de la cuerda para ponerlos a salvo, y justo a tiempo, además, a juzgar por el sonido que iban haciendo las piedras al romperse, cada vez más próximas a ellos.

Cuando estaban ya cerca de la boca del pozo impulsó a Deadpool para que pudiera subir por sus propios medios y, finalmente, aceptó la mano que le tendía Alice mientras abajo una sombra ominosa bloqueaba la visión de las criaturas del túnel. Elektra no lo habría admitido jamás, pero el corazón le latía violentamente en el pecho. La visión que había tenido de su propia muerte todavía la tenía algo trastocada, y lo cerca que habían estado de morir allí abajo no ayudaba, aunque por fortuna, su autocontrol y dominio de las funciones de su cuerpo era tal que era bastante improbable que alguno de ellos notara nada.

Conforme los estremecedores retumbes se iban alejando, fue poco a poco recuperando la calma y la sangre fría que la caracterizaban. Se limpió como pudo, no porque le importara demasiado la pringue (al fin y al cabo se había encontrado a menudo recubierta de cosas mucho peores, como tripas y vísceras), sino porque la sustancia era resbaladiza y no deseaba verse entorpecida en el peor momento en mitad de una batalla.

Cuando Lilith anunció que el camino estaba bloqueado, se acercó a examinar la puerta, tanteándola con movimientos hábiles en una fútil búsqueda de una cerradura que poder forzar o de algún mecanismo oculto que les permitiera franquear el acceso, mas no encontró nada más allá de un pedazo de roca enorme y erosionado por el tiempo. Guardaba siempre encima un pequeño frasco con ácido, pero no les serviría de nada contra semejante barrera.

Asintió ante las palabras de Lilith y se situó detrás de ella, en las sombras, para no ser detectada por alguna posible amenaza. Estaba habituada a moverse en la oscuridad, y no necesitaba de luz para localizar sus objetivos...