Años de Omega |
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| The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] | |
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Alice Delaney Marvel Universe
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Mensajes : 655 Fecha de inscripción : 17/10/2015 Localización : 1407 Graymalkin Lane en Salem Center Empleo /Ocio : Estudiante
| Tema: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 13th Noviembre 2015, 20:29 | |
| Se encontraba de camino a los terrenos de la Mansión X. Todavía le quedaban unas horas de luz solar y estaba dispuesta a aprovecharlas. Pocos días antes había hablado con Planaria sobre cómo podía entrenarse, y tenía en mente practicar un poco por su cuenta. Pero le daba vergüenza que alguien la viera, saltando, corriendo y brincando sola en el jardín. Por eso esperaba a que fuera un poco tarde. Que se disiparan las miradas curiosas y el silencio invadiera los terrenos con tal de tener la intimidad que deseaba para su entrenamiento. La falta de costumbre hacía que sus tobillos se sintieran débiles y desprotegidos por la ausencia de sus botas militares... Pero para entrenarse, era mejor usar deportivas, eso hasta un niño lo sabía. Caminó rápido por los pasillos, apretando el paso a medida que se acercaba al exterior y una vez fuera, siguió caminando hasta encontrar un buen lugar donde seguir poniendo en práctica sus habilidades físicas. No tardó demasiado en encontrar una zona que le pareció adecuada para lo que tenía en mente. Una buena extensión de césped, y en un lugar cercano un muro de cerca de dos metros de altura. Rodeó el muro con curiosidad, incapaz de recordar lo que había al otro lado del mismo. La cancha de básquet. Sonrió complacida, convencida de que cualquier alumno se encontraría al otro lado de ese muro, que le serviría también para darle un extra de intimidad mientras se partía las piernas saltando. Negó con la cabeza, intentando alejar los pensamientos desagradables de su mente. La razón de su entrenamiento, precisamente, era fortalecerse y aprender a no hacerse daño.
Dejó caer la mochila contra el muro, suspirando, mientras se quitaba la chaqueta, quedándose únicamente con un largo jersey de lana. Se miro las manos y procedió a enrollar las mangas del mismo, de modo que sus manos quedaran descubiertas y pudiera usarlas libremente. Entonces buscó el reproductor de música de su chaqueta, y tras poner una canción aleatoria, empezó a estirar el cuerpo para calentarlo. El muro le sirvió de apoyo para los ejercicios, y Alice intentó memorizar la localización de aquél lugar, pues estaba siendo perfecto para ella. Tras unos largos minutos, Alice suspiró y se alejó unos metros de la pared, empezando a practiar todo cuanto podía recordar de sus ejercicios con el señor Glámez, ya fueran saltos, piruetas o cómo caer. Su parte favorita, las piruetas. Saltar sobre sí misma, a veces inlcuso sin usar las manos... Estaba empezando a conseguirlo. Desde luego ella no era ninguna experta, y se caía más veces de las que lo conseguía, pero ella misma se daba cuenta de que estaba cerca de pillarle el truco, y cada vez que se caía, se levantaba sonriendo y con más ganas de volverlo a intentar.
Finalmente, una de las veces logró saltar sobre sus manos y dar una voltereta completa en el aire, aterrizando con ambos pies, perdiéndo el equilibrio para terminar tendida en el césped, sin aliente y sonriendo. Sonrisa que a los pocos segundos se convirtió en una risa cansada y suave. Si alguien la viera, se moriría de vergüenza, pero eso no era posible.
Al fin y al cabo, estaba convencida de que no había nadie cerca y nadie la había visto. | |
| | | Kozuke DC Universe
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 15th Noviembre 2015, 02:26 | |
| Era costumbre explorar ciertos sitios de interés, por ejemplo aquel lugar donde habitaban gente como el, nunca se entrometió, solo exploraba y luego se iba ese día no era algo distinto su cuerpo tomo la forma de un cuervo el cual volaba con el viento, disfrutando aquella sensación hermosa de libertad, aquellos recuerdos que lo torturaban del pasado, y la sangre que manchaba sus manos desaparecían en esos momentos. Su pequeño amigo lo seguía de cerca saltando entre los arboles, llegaron a aquel sitio y en un movimiento rápido se subió en aquel muro, avisando a su amo que alguien estaba allí, el joven animorfo aterrizo en aquel muro junto a su amigo y miraban ambos a la joven mientras practicaba algo aunque aun no sabia bien que, a caer? tal vez, era muy raro ver a un gato y un cuervo juntos observando a un humano, solo se quedaron en silencio descansando y mirando a aquella chica. _________________ ¿Acaso quieres un cigarro? claro que no, porque el humo mata no? | |
| | | Alice Delaney Marvel Universe
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 15th Noviembre 2015, 03:50 | |
| Un gato había saltado a lo alto del muro. Alice observó al felino, envidiando sus movimientos y la elegancia con la cuál se movía. Pero entonces un cuervo se poso a su lado. Ver ambos animales de tan distinta naturaleza juntos le llamó la atención, pero... Había tantas cosas de este mundo que realmente no entendía...
Alice suelta el aire de sus pulmones lentamente, observando el muro. Lo había intentado otros días y parecía que poco a poco le iba pillando el truco. Tomó distancia suficiente para hechar una pequeña carrerilla hasta el muro mientras una curiosa idea se formaba en su mente. Finalmente se lanzó a la carrera contra el muro, saltándo contra el mismo y tratando de impulsarse para llegar a la parte más alta. El primer intento, pese a fallido no fue tan desastroso como podría haber llegado a ser. Sus manos lograron agarrarse al bordillo, pero se golpeó ambos codos contra la pared, e incapaz de hacer fuerza, se había dejado caer. Cuando sus pies tocaron el suelo se dejo caer, sentándose en el césped y mirando al gato y al cuervo.
¿Se lo parecía a ella o ambos la estaban observando? Era una sensación de lo más extraña, pero era obvio que los dos animales tenían la vista fija en ella. Alice volvió a alzarse, con la mirada de ambas criaturas fija en ella decidió darle un último intento. "Ahora casi lo tenía... Si intento no quedar tan cerca del muro al saltar...". Nuevamente se hechó a la carrera contra el muro, esta vez saltando un instante antes... Tras el primer salto, logró impulsarse algo más alto dando un paso en la pared y sus manos se asieron con fuerza al borde del muro y no sin esfuerzo cargó todo su peso hasta que logró quedar sentada encima del mismo. Suspirando con algo de dificultad pero sonriendo de alivio y satisfacción, Alice miró de nuevo al gato. "Tienes el poder de la sugestión... Debería poder..." Respiró lentamente, intentando relajarse. No iba a intentar controlar al gato, pero un pequeño ejercicio con su poder no podía hacer daño a nadie... ¿verdad? Ni siquiera al pequeño felino... Tras un segundo para concentrar su poder, Alice alzó la mano lentamente hacia el gato, dejándola inmóvil ante él para que pudiera olisquearla sin tocarla. Sus ojos cambian muy ligeramente a un tono hazel verde.
"Hey chico... Puedes acercarte a mí, no voy a hacerte daño... Parecías interesado en mí... ¿Quieres jugar un rato?"
¿Qué podía salir mal? Si conseguía controlar su poder tal vez el gato fuera capaz de percibir lo que ella intentaba transmitir, que al fin y al cabo era la inocente verdad de que no iba a herirle, sólo quería acariciarle. Y si no funcionaba... Lo más probable el gato simplemente la ignoraría y no pasaría nada. Bajaría del mundo y seguiría practicando como si nada hubiera sucedido. | |
| | | Kozuke DC Universe
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 16th Noviembre 2015, 02:49 | |
| Ambos animales miraban a la chica, sin comprender su acción, al parecer quería subir, luego de intentarlo lo logro, a lo que ambos animales tomaron un poco de distancia, mirando a la joven. El gato escucho la voz de la chica, y se acerco un poco y con voz calamada hablo ante la actitud de duda y sorpresa de la joven. -Disculpa, pero no estaba interesado en ti, aunque si estabas dando un buen espectáculo allí abajo.- La chica no entendía lo que sucedía, el cuervo se acerca mas al gato y de repente comienza a cambiar su cuerpo crece y toma la forma humana normal la cual tiene la cara tapada con su mascara y su katana en la espalda. El gato comenzó a hablar nuevamente. -Mi nombre es Natzu y el es mi amo, Trece, el no habla mucho por eso somos amigos, tu eres? El joven no le prestaba mucho atención a la chica, su mirada estaba perdida en el edificio. _________________ ¿Acaso quieres un cigarro? claro que no, porque el humo mata no? | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 16th Noviembre 2015, 15:06 | |
| Retiró la mano como si le hubiera dado un calambre en cuanto el gato...
- Wooow... Un gato que habla. Esto es nuevo...
El cuervo se acerca al gato, creciendo, cambiando la pluma por piel, el pico por una máscara, alargándose hasta formar un cuerpo humano arqueado sobre el muro, dejando al pequeño felino entre ambos. Sentada en el muro, con una pierna a cada lado del mismo e incapaz de apartarse rápidamente y sin caerse, Alice se limita a agarrar el muro con ambas manos, con fuerza para no caerse. Desde luego, no se esperaba eso.
- Uhm... Alice. - le parecía que ahora ya era tarde para ir a por la libreta para comunicarse, así que no le quedaba otra que hablar. Intentando mantenerse a una distancia prudente de ambos seres.
Ahora tan sólo le quedaba la duda de qué debían ser. ¿Místicos? ¿Tal vez aliens? Al verlos en la mansión, la primera opción lógica hubiera sido pensar que eran mutantes, pero en el mes que llevaba ahí viviendo no le había visto. Alguien con pintas tan peculiares de seguro hubiera hecho mella en su memória.
- Uhm... - Trece miraba la mansión. - ¿Puedo ayudaros en algo? ¿O habéis venido aquí simplemente a observar la mansión? | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 1st Febrero 2016, 14:31 | |
| El frío nunca era impedimento. No para nosotros. Recorrimos con pasos calmados los terrenos buscando un buen lugar para empezar con la rutina de entrenamiento, mientras aprovechábamos el paseo para observar y valorar las instalaciones de que disponían. Desde luego eran muy buenas, y estaban bien cuidadas. Ajenos al encuentro que se estaba dando en la cancha mucho más alejada, seguimos rumbo. Gracias a Planaria nos había sido más fácil establecer contacto con los mutantes y la mansión X, teniendo así el privilegio de que se nos hubiera aceptado como visitantes. Nuestra mayor prioridad ahora era sin lugar a dudas establecer una relación duradera de apoyo mutuo. Incluso si no conseguíamos nuestros objetivos el viaje no habría sido en balde. Nos servirían como inspiración, y sus consejos serían bienvenidos para ayudarnos en nuestro propio proyecto. Habiendo salido a la luz a primeros del 2018, la MKL llevaba fundada ya varios años de manera encubierta, pero aún no habíamos tenido que encarar la fuerza de presión de la opinión pública, y a ese respecto, una institución como lo era la mansión X nos sería de grata ayuda. Yo me había reencontrado con un compañero de la juventud, y Björn había tenido oportunidad de conocer de primera mano a Xarles Xavier, algo que había llegado al corazón de mi hermano. En un terreno que parecía lo bastante llano y despejado, nos detuvimos y adquirimos posiciones. Yo no había adquirido el gusto que parecía tener él por el Tai Chi, pero no podía negar que tenía razón cuando decía que era un proceso de entrenamiento que aumentaba la concentración y era fabuloso para la mente. La imagen resultaba casi paródica, un hombre de casi dos metros espigado junto a una mujerona de casi 150 kg vestidos con ropa de deporte plantados en medio del césped haciendo figuras extrañas. Cualquiera habría esperado que de un momento a otro se pusieran a practicar algún número cómico. El hombre llevaba unas mayas térmicas que delataban la delgadez de sus piernas, y una camiseta de manga larga que le llegaba hasta mitad del muslo. Estaba dada de sí, como si la mujer se la hubiera puesto antes forzándola hasta los límites del tejido, y luego se la hubiera devuelto. Su pelo gris oscuro estaba revuelto, parecía que acabara de despertarse. La mujer por el contrario llevaba unos pantalones grises de chándal holgados, y una camiseta de manga corta, que había descubierto tras quitarse la sudadera a juego. Llevaba el pelo rubio rizado en un moño apretado, y la cara limpia de maquillaje. Si algo destacaba eran los guantes de algodón que no se quitaba, a pesar de todo. - ¿Te encuentras bien?- pregunté mientras bebía un trago de la botella, y luego alcanzaba la bolsa, rebuscando en el interior una caja de tic tacs de fruta de la pasión. Esos eran los que tenían mayor contenido en azúcar. Björn alcanzó la caja que le tendí, la abrió y comenzó a engullir caramelos, masticándolos entre los dientes. Después, de su propio bolsillo sacó una piruleta, le quitó el envoltorio y se la metió en la boca, dejando asomar el palo entre los dientes. - Si. - me respondió, mientras se colocaba a mi lado, y comenzábamos las respiraciones en silencio. Elevamos los brazos, los unimos hacia el centro y expiramos, mientras nos sincronizábamos poco a poco. Después de los calentamientos, comenzamos el ejercicio. En pleno silencio, era fácil escuchar cuando alguien se acercaba hacia ti. Mientras nos inclinábamos hacia un lado sin parar la rutina, ladeé la cabeza para encontrarme de cara a una chica joven que nos miraba desde cierta distancia. Como respuesta la miré a los ojos y le devolvía una amable sonrisa. Con una sacudida suave de la cabeza, la invité a acercarse. Por su ropa deportiva, vendría de practicar algún deporte. Si le echaba valor, podría incluso unirse a nosotros. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 2nd Febrero 2016, 20:16 | |
| Tras unos minutos de inocente intercambio, y convencida de que poco más podría sacar de aquella conversación, Alice pasó sus dos piernas a la misma pared y se dejó caer, vigilando de no hacerse daño al dar contra el suelo. No le quedaba mucho por hacer, así que empezó a recoger todas sus cosas y rehacer el camino hacia la mansión dispuesta a darse una ducha y descansar...
Sin embargo algo llamó su atención, y a mitad de camino sus pasos se encaminaron en una nueva dirección, acercándose a dos curiosos individuos a los que no había visto antes... O tal vez sí y no les había prestado la debida atención. A veces podía verdaderamente pasar por alto ciertos detalles, cuando estaba muy obcecada en algo. Y a medida que se iba acercando, iba apreciando los detalles de la extraña danza que llevaban a cabo. Los pasos eran deliberadamente lentos, pero avezada al entrenamiento físico era capaz de apreciar que aquellos gestos debían ser complicados de realizar y poner a prueba el equilibrio de quien lo practicaba...
Y entonces se dio cuenta de que la mujer rubia la observaba. Cuando Alice le miró a los ojos, recibió la sonrisa amable y una invitación. Se paró en seco, contemplando al otro hombre que practicaba con ella... No quería ser un incordio y molestar. No quería interrumpirles, puesto que se movían a la vez y Alice dio por sentado que practicaban juntos. Pero la mujer la había invitado abiertamente... Eso significaba que no interrumpia. Así que tras unos segundos de deliberación consigo misma, Alice decidió dejar la bolsa cerca de ahí y abandonando el reproductor de música en uno de los bolsillos, se acercó discretamente a la pareja, colocándose detrás de ellos para poder copiar los movimientos.
Su cuerpo, menudo y sano, destacaba entre el de ellos dos, pero no le importaba. Le parecía, hasta cierto punto incluso divertido, y pensaba que a su modo aquella pareja mantenían armonía entre ellos. Copio los gestos de ambos, al principio sin detenerse a pensar en los errores que cometía, centrada en acostumbrarse al ritmo pausado y lento, y una vez acomodada a los moviemientos, se centró en los pequeños detalles. La posición de los pies, las respiraciones, la distancia a la que separaban las manos del cuerpo.
Todo en conjunto, le daba a la mutante cierta calma. Y les siguió, en silencio, con la sombra de una sonrisa dibujada en los labios. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 24th Febrero 2016, 23:07 | |
| La muchacha no dijo ni media palabra, pero después de unos momentos se aproximó dejando la bolsa y se colocó detrás de ellos. Sus pasos eran tan livianos que apenas hacía ruido. Cuando se hubo colocado, la miré un poco con disimulo a través del rabillo del ojo, sin perder por ello el ritmo de la rutina. A causa de su poder mutante, que exacerbaba el consumo calórico de Björn hasta un límite fuera de lo humano, no podía hacer otros ejercicios sin poner en peligro su vida. El día que descubrieron el Tai Chi fue milagroso para él. En cierta manera le resultaba doloroso y frustrante limitar su lenguaje corporal para hacer el menor gasto calórico. En ese sentido, su narcolepsia también le venía bien, por duro que pudiera resultar pensar así.
La chica no se rindió, por confuso que pudiera resultar. Iba con un poco de retraso, pero no intentaba anticiparles, un error que era muy común en los principiantes. Cuando uno estaba acostumbrado a deportes más rápidos, como el kickboxing, la lentitud del Tai Chi podía resultar del todo desesperante. En ese sentido la joven que tenían detrás demostró tener una paciencia sorprendente. Cuando acabaron la primera rutina, volvieron a colocarse.
- Haremos unas respiraciones, si te parece bien. Las manos colocadas en horizontal, palma contra palma, pero sin tocarse. - con voz tranquilizadora, indiqué a la espontánea. - Imagina que estuvieras sujetando tu propio diafragma. Ahora, respiramos profundamente. - inspiramos ambos, y soltamos. Volvimos a repetirlo hasta en diez ocasiones.
Al acabar la rutina, me acerqué de nuevo a la bolsa. Björn masticó los restos de su piruleta. Cogí de allí una botella de agua, bebí un sorbo y luego le tendí a mi hermano su botella, cargada de agua azucarada, de la que bebió a tragos comedidos. Con una toalla pequeña me sequé la frente y luego observé a la muchacha. Era jovencita, con una expresión aniñada que la hacía parecer adorable.
- Buenas noches. - saludé, tendiéndole mi mano enguantada. - Mi nombre es Sieglinde. Él es Björn. - que le presentara no alteró lo mas mínimo el insistente beber del hombre. - ¿Cómo te llamas? - preguntó con decisión procurando sonar amable. Con lo tímida que parecía, no quería asustarla. En todo el tiempo que había estado allí no había dicho palabra.
Última edición por Solaris el 27th Febrero 2016, 22:37, editado 1 vez | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 27th Febrero 2016, 14:43 | |
| Los dos extraños no parecían molestos por la presencia de la joven que se había unido a ellos sin mencionar palabra alguno. Por el contrario, la mujer rubia había tenido el amable gesto de dirigirse a ella y hablar como si desde un principio hubieran pactado practicar juntos, indicándole cual iba a ser el siguiente ejercicio, guiándola y explicando con el tono cordial que emplearía un profesor con un nuevo alumno. Alice le correspondió con una sonrisa, colocando las manos como le instruían y repitió las respiraciones con ambos, disfrutando de la calma que ofrecía el ejercicio.
Tras repetir las respiraciones una decena de veces, los dos bebieron de sus aguas y Alice se marcó otro tanto tomando una botella de su propia mochila, guardandose los cascos. Entonces la rubia se acercó a ella y se presentó, indicando luego también el nombre de su acompañante. Alice encajó la mano que le ofrecían sin perder la sonrisa cordial que tanto la caracterizaba, y luego buscó en su bolsa hasta encontrar el teléfono móvil. Con este en la mano tecleó rápido en la pantalla hasta escribir su nombre y lo tendió a la mujer para que pudiera leerlo.
"Mi nombre es Alice Delaney, es un placer conocerles. Lamento haberme unido sin previo aviso, pero me parecía un ejercicio interesante. ¿Qué les trae por la mansión, si no es indiscreción preguntar?"
No estaba muy segura de qué podía hacer a continuación. En situaciones normales se hubiera dirigido de vuelta al interior de la mansión, se hubiera dado una ducha y hubiera vuelto a su habitación, pero si estas personas eran invitadas, era posible que necesitaran algún tipo de ayuda, o les tuviera que indicar algún lugar. Aunque la confianza y la tranquilidad con la que hacían uso de las instalaciones parecía indicar que ya se conocían el lugar, nunca estaba de más esperar por si podía servir de alguna ayuda.
Así que Alice deshizo la coleta en la que estaba recogida su melena y comenzó a trenzarla a un lateral de su cabeza, esperando con paciencia a descubrir qué hacían ahí Sieglinde y Björn. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 29th Marzo 2016, 23:03 | |
| Aguardé una contestación, pero no vino del medio acostumbrado. La chica, con cierto nerviosismo, buscó dentro de su bolsa. Localizó su móvil y comenzó a teclear con destreza. Sorprendida por lo genuino del método, intercambié una mirada con Björn que me devolvió la suya y luego devolví una sonrisa espectante a la jovencita hasta que terminó, tendiéndome el teléfono que cogí entre ambas manos. Observé el mensaje que aparecía en la pantalla y asentí con la cabeza, mientras mi sonrisa se volvía algo mas amplia. Le mostré el teléfono a mi hermano, que paseó los ojos por las lineas con una velocidad asombrosa, y luego clavó sus ojos en la muchacha de una manera directa.
- El Tai Chi es fascinante, una vez olvidas que el ejercicio no consiste sólo en llevar el cuerpo al límite, si no también en estar en sincronía con él. - le tendí el móvil de vuelta. - Björn y yo hemos venido para establecer una alianza con la mansión X y conocerla personalmente. Soy la directora de la "Metahuman Kraft Ligue". La liga de fuerza metahumana. Nos encontramos en diferentes lugares de Europa, y tenemos el objetivo común de apoyar y desarrollar la vida mutante, así como la de los místicos y criaturas de potencial distinto al humano, en un entorno saludable y controlado. La mansión X ha sido nuestra inspiración, y este viaje una oportunidad para demostrar nuestro apoyo. - mi tono resultaba cercano, pero casi solemne al hablar acerca de la mansión X. La tenía en gran estima, tanto por que habían crecido escuchando su nombre como si fuera una leyenda, como por la labor que hacía cada día y ahora conocía de primera mano gracias a la fundación de la MKL, que cumplía una labor similar en su propio continente. - Oh vaya. Mírame, parloteando como si fuera una cotorra. Discúlpame, Alice. - me disculpé con un tono dicharachero, mientras me agachaba a recoger la bolsa del suelo y guardaba las botellas. Saqué una piruleta y se la tendí a Björn que la recogió sin dejar de contemplar a la chica.
Durante un instante los iris de sus ojos se volvieron negros, mientras observaba a Alice. Ya habíamos hablado más de una vez de que si quería utilizar sus poderes debía empezar a ser algo más discreto y no quedarse mirando tan fijo, pero era algo que aún le costaba mucho llevar a la práctica. Negué con la cabeza, restándole importancia.
- ¿Tu hace mucho que eres alumna aquí? ¿Qué tal te encuentras? - por el tono de mi voz se notó que realmente me preocupaba ese hecho. Quizá resultase raro que una desconocida se preocupara por algo así, pero no por nada era una de mis mayores inquietudes. Si la mansión aún tenía que mejorar, nosotros aún estábamos en estado de larva, por decirlo de algún modo. Cualquier cosa que nos permitiera aprender sería buena para nosotros, y si nos lo decía alguien que vivía esa situación de primera mano, su opinión sería como un tesoro.
Björn se inclinó hacia mí un momento, y susurró en mi oído una palabra. Sabía que no en todos los lugares había esa tendencia, pero para nosotros había sido mucho mas sencillo así. También porque simplificaba los procesos de comunicación.
- ¿Te parece bien si vamos hacia la mansión? Nos gustaría cambiarnos, y si nos quedamos mucho aquí podríamos enfriarnos. - acompañé mi invitación con un gesto de la mano, antes de empezar a andar. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 30th Marzo 2016, 00:24 | |
| Escuchó atentamente todo lo que le decía la mujer, sin perder de vista al hermano. Aquél hombre era de lo más inquietante y parecía mirarla fijamente, como si intentara ver a través de ella, y la joven se preguntó qué debía ver. Por un instante se imaginó a sí misma como un libro, como si cada centímetro de su piel estuviera escrita en tinta y Björn fuera capaz de leerlo todo. Cuando Sieglinde dijo que parloteaba como una cotorra, Alice le dedicó una sonrisa llena de calidez y negó con la cabeza, buscando teclear de nuevo en su teléfono. "En absoluto, me parece muy interesante. No conocía de la existencia de la Metahuman Craft League, pero creo que sus bases y principios son bastante similares a los de la propia mansión, aunque aquí está más enfocado a los mutantes..." Entonces pasó algo inesperado para la mutante. Los ojos de aquél hombre que tanto la inquietaba se volvieron completamente negros y Alice se llevo las manos a los labios, conteniendo un gemido sobresaltado que casi le hace perder el teléfono móvil. Lentamente le entregó el aparato a Sieglinde, sin perder de vista los ojos de aquél hombre. Delaney recuperó el aparato y escribió la respuesta a todas las preguntas de la mujer, aunque no podía evitar curiosear nerviosa a su hermano. ¿Serían sus ojos como los de ella? ¿Cambiantes con el poder? Cuando terminó de deslizar los dedos por la pantalla táctil de su teléfono, volvió a entregárselo a la mujer para que pudiera leerlo. "Poco más de un mes. Vine de Inglaterra para aprender a controlar mi poder, aunque todavía no me he puesto a ello. De momento me entrenan físicamente... Porque alguien intentó secuestrarme una vez para usar mi poder en beneficio de otros. Pero soy muy feliz aquí. Esto es nuestro refugio, es un hogar, un lugar donde no sentir miedo de nosotros mismos y aprender a integrarnos. Es la esperanza para una vida." Cuando ella propuso ir hacia la mansión, Alice asintió con la cabeza y se apresuró a seguirles el ritmo, sin atreverse a ir delante para guiarles. ¿Dónde debían pasar la noche? ¿Se quedarían por la mansión? ¿Debería llevarles a las duchas del gimnasio? Durante el trayecto la joven mutante fue mirando de soslayo a la curiosa pareja, sonriendo con timidez y bajando la cabeza cuando sus miradas se cruzaban. Una vez cubiertos del frío por la silenciosa protección de los muros, Alice volvió a buscar su teléfono y una vez más se comunicó con ellos mediante los mensajes de la pantalla. Dudaba que ninguno de los dos conociera el lenguaje de los sordo mudos y ante la duda, y su costumbre de no hablar, el teléfono era el método más fiable y lógico para la ocasión. "¿Quieren que les acompañe a algún sitio concreto? Ignoro si van a quedarse por la mansión, pero si necesitan ayuda o quieren hablar de cualquier cosa, estoy a su disposición. Al fin y al cabo, vivo aquí, y no tengo que irme a ninguna otra parte." | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 4th Abril 2016, 01:02 | |
| Hay muchas cosas que se pueden sacar en claro del comportamiento de una persona, y éste es fácil de entender si a su vez se conocen las circunstancias y el entorno en el que ese individuo concreto ha tenido que vivir. Una misma persona criada en entornos distintos podría ser muy distinta a como es ahora. He podido comprobar ese efecto con el acontecimiento Omega. En la escuela, sin ir mas lejos, había dos individuos que se registraron como la misma persona, y que resultaron tener poderes, salvo que uno era mutante y el otro, un místico. Resultaba perturbador imaginarse las posibles vertientes de lo que podría haber sido. Pero si algo había sacado en claro de mi excéntrica conversación con Alice, es que era una muchacha tímida, y que sin duda Björn y su perspicaz observación la estaban violentando. Así, me incline un momento hacia mi hermano e intercambié un par de palabras en alemán con él, pidiéndole discreción. Me remitió una mirada e hizo un leve asentimiento.
- Bueno, nos hemos hecho públicos hace relativamente muy poco, no como la mansión que ya posee años y años de historia. Así que a pesar de que hubieras nacido por la zona europea no me extraña que hayas optado por la mansión. - escuchar a Alice hablar sobre la mansión resultaba de lo más inspirador. - Eso es lo que a mí me gustaría conseguir en nuestra MKL. Espero que esforzándonos alguien hable así de bien de nosotros algún día. - le remití, con una sonrisa tan cálida como la que la joven me ofrecía.
Eso formaba parte de su sueño. El esfuerzo que mis abuelos, que mis padres habían invertido en conseguir un lugar en el que no hubiera que esconderse. En que cada diferencia física con los demás fuese tomada como una curiosidad, como un milagro, en lugar de ser un motivo de mofa o burla. No tener que tolerar los desaires, los desmanes, ni el odio instigado por la ignorancia. Un lugar en el que poder mostrar nuestra valía sin miedo a ser señalados, sólo por ser extraordinarios.
- Espero que no te parezca una indiscreción, pero ¿te parecería bien compartir con nosotros las características de tu poder? - pregunté a la joven, mientras veíamos aproximarse los muros de la mansión. Habíamos oído, y visto muchas cosas. Pero había todo un mundo por descubrir mas allá del charco, y siempre y cuando lo hiciéramos desde el respeto, esperábamos tener la oportunidad de ver aún más.
- Alice, ¿Te parecería bien cenar con nosotros, después de la ducha? - le pregunté, al entrar por la puerta, después de que ella se ofreciera a hablar. La verdad es que para no poder hacerlo, era una muchachita de lo mas resolutiva. Eso siempre me caía en gracia. - Podríamos hablar un poco más de tu experiencia como mutante, y de cómo crees tu que podríamos facilitarle la vida a los alumnos para que se sientan cómodos, como tu dices estarlo aquí. Pero antes tengo que ducharme, no quiero ir por ahí sudada. - sonreí, mientras miraba a Björn, que sin mediar palabra puso rumbo a su habitación. Negué con la cabeza y me incliné hacia Alice, como si fuera a compartir un secreto con ella. - A veces se centra tanto en lo que le rodea que se olvida de lo mas evidente. - miré con complicidad a Alice y alcé la voz. - ¡Hasta ahora, Björn! - me despedí.
Mi hermano dio un respingo, y se giró para mirarnos, con su apática expresión acostumbrada.
- Ah. Hasta luego. - dijo, volviendo a girarse para seguir andando por el pasillo. Sonreí al verle, tan delgaducho, entre las cabezas de algunos alumnos que se encontraban con él y se le quedaban mirando. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 6th Abril 2016, 00:19 | |
| Como siempre que llegaba el momento de hablar de su poder, Alice dudaba. La mejor manera de entenderlo, era mostrarlo y era algo que realmente no le gustaba. Siempre había detestado su poder, aunque con el tiempo había visto que en la mansión, intentaban enseñarles a quererlo, entenderlo y aceptarlo. Sí, lo había aceptado, y empezaba, en cierto modo a entenderlo. Pero dudaba que llegara el punto en que pudiera querer o alegrarse por tener el don que poseía. Siguió caminando a su lado, mientras en el móvil tecleaba la respuesta... Pero siempre escribía y terminaba borrando los carácteres, molesta con la descripción. Finalmente escribió una simple frase que la dejó satisfecha como para mostrarle la pantalla del móvil a Sieglinde. "Algo en mi voz transmite sentimientos a las personas cuando la escuchan. Y a veces les fuerza a hacer cosas que no quieren." Más adelante, ella le ofreció cenar juntos, y Alice asintió con una sonrisa. La MKL le había parecido de lo más interesante y sentía curiosidad por entender más. Así que con la promesa de reunirse más adelante y tras la curiosa escena protagonizada por su hermano, las dos mujeres se separaron. [···] Minutos más tarde, la británica esperaba a las puertas de la cafetería de la mansión. Se había duchado y se había vestido de manera sencilla para acompañar a Sieglinde y su hermano Björn durante la cena. Llevaba unos tejanos grises, unas zapatillas de deporte, y un jersey negro, del cual pese a irle grande, asomaban las mangas y la parte más baja de una camisa blanca. Su cabello húmedo se encontraba recogido en una especie de trenza enrollada en un moño, y varias hebras de cabello caían suavemente sobre sus ojos y orejas. Su vestimenta y su físico, junto con el rostro redondo de grandes ojos expresivos le conferían a Alice un aire inocente y aniñado, pues el jersey disimulaba el contorno de su cintura y cadera. Pero parecía una niña nerviosa, pues no dejaba de pasar el peso de un pie a otro, y jugueteaba nerviosa con las mangas del jersey. Sieglinde y Björn no iban a tardar en descubrir las pequeñas excentridades de la morena. Cómo no tocaba el pomo con las manos, usando el jersey para cubrir su piel. Cómo colocaba los alimentos en la bandeja, alineados por forma y tamaño, cómo separaba los ingredientes de la comida por colores antes de comerlos, y tenía tics nerviosos como apartarse el cabello tras las orejas, incluso cuando ya estaban ahí las hebras, o como se deshacía y rehacía el cabello constantemente, o se desataba y volvía a atar los zapatos miles de veces. Para cualquiera que entendiera un poco del tema, era imposible no entender lo que pasaba con aquella joven. Y para aquellos que no... Simplemente era una chiquilla nerviosa y vergonzosa, con tics y manías. Y para cuando finalmente se reunieron los tres, Alice miró a los dos invitados de la mansión y tras respirar pausadamente un par de veces habló. Su voz era suave y dulce, pero hablaba en un tono de voz más bajo de lo que era normal para una conversación, como si temiera que alguien pudiera escucharla. - Intentaré responder todas sus preguntas lo mejor que pueda... | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 6th Abril 2016, 01:44 | |
| La muchacha se tomó su tiempo para explicarlo. Podía verla teclear a gran velocidad en su móvil, pero por muchos progresos que hacía, no les cedía el teléfono. Eso me aclaró bastante que en realidad no se trataba de un mensaje largo, si no que estaba tratando de encontrar la mejor manera de explicarlo, y esta se le escapaba. Hizo diversas correcciones, a juzgar por las pausas, hasta que por fin volvió a devolver el teléfono a mis manos. Leí la pantalla, confirmando algunas de mis sospechas. No era la primera persona que veía que actuaba de manera preventiva respecto a su poder. Yo misma era una buena muestra de ello. Asentí, devolviéndole el teléfono. Tras la despedida, y acordar el sitio en que volveríamos a encontrarnos, nos despedimos. [...] Si las excentricidades parecían pocas cuando se nos veía juntos a mi hermano y a mí, esas crecían aún mas cuando la indumentaria de rigor era la que cada uno prefería llevar. A pesar de que no había pasado demasiado tiempo y de que la mansión entera parecía ya en periodo de descanso, no era eso lo que mi indumentaria transmitía. Una camisa de manga larga abombada, de cuadros grises con volantes alrededor del cuello, y una falda negra con botones que bajaba por debajo de la rodilla, medias y zapatos de punta cuadrada con un pequeño tacones de unos 3 cm. El pelo recogido en un moño apretado del que no salía ni un solo pelo, y un maquillaje ahumado en tonos grises. Delataba una corrección y un cuidado en el aspecto impecable. Justo a mi lado, estaba Björn. Llevaba una camiseta larga blanca de algodón, unos pantalones a cuadros arrugados que daban todo el aspecto de ser de pijama por los dos cordones que colgaban de la cinturilla. Llevaba el pelo despeinado a mechones, y había olvidado ponerse zapatos. Nos adentramos en la cafetería y cogimos nuestros respectivos almuerzos. De nuevo, un choque frontal. En mi bandeja, había una ensalada de brotes verdes con tomate, zanahoria y remolacha. También un trozo de pescado blanco asado, una botella de agua y una macedonia de frutas. En la bandeja de Björn había un sandwich de carne con queso, dos batidos de chocolate, cuatro rosquillas de azucar y dos trozos de tarta de chocolate. Ningún cocinero en su sano juicio le habría permitido cenar algo así, de no ser por que ya habían sido advertidos de las necesidades especiales de Björn. Después de sentarnos en una mesa vacía y un poco apartada, observé a Alice mientras aliñaba mi ensalada. Para alguien que conocía a base de experiencia lo que le pasaba a Björn, que de alguna manera se mantenía al límite, podía intuirse que a la jovencita le sucedía algo similar. - Me gustas. - comentó mi hermano, directo, mostrando cierta torpeza social que en él era habitual. - Me gusta el modo en que haces las cosas. Cómo las ordenas y las comes por orden. Es muy agradable. - añadió, antes de coger el sandwich, partir un trozo con las manos y comérselo. Miré a Alice con cierta complicidad, haciendo una suave mueca como de disculpa. Bendije la mesa para mí, antes de hablar. - Te lo agradezco mucho, Alice. Me alegra tener la suerte de poder oír tu voz.- respondí, con una suave sonrisa. - Verás, tu eres lo que en la MKL llamaríamos una Ferens. Una mutante capaz de cambiar el entorno o los organismos mediante su interacción. - le expliqué, sabiendo que esa etiqueta respondía a nuestra esquematización. - Sabemos por experiencia que la mayoría de ellos tienen dudas respecto a sus poderes, en muchos casos por motivos morales. Al no tratarse de objetos inanimados, si no de seres vivos a los que afecta su poder, siempre hay cierto miedo de estar condicionando a los otros individuos. - le expliqué, sabiendo mejor que nadie lo que eso podía significar. No por nada siempre llevaba puestos esos guantes de algodón. - ¿Has aprendido y explorado acerca de tu poder desde que estás aquí?- pregunté, mientras revolvía la ensalada, y miraba por el rabillo del ojo a Björn, que pellizco a pellizco daba cuenta del sándwich. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 8th Abril 2016, 01:09 | |
| - Me gustas.
Todo en Alice se detuvo. El gesto de su mano, sus ojos, su respiración, hasta su corazón se olvidó de latir por un segundo. El único sutil cambio se produjo en los ojos de la mutante, donde el marrón se diluía en un tono verde.
Fue la sonrisa complice de Sieglinde, así como su voz pausada lo que poco a poco hizo que la miel volviera a su mirada y lograra calmarse. Alice prosiguió la cena comiendo lentamente y con delicadeza, sus ojos atentos a cada una de las palabras que le ofrece la mujer. Cuando le explica que ella sería una Ferens, Alice repite la palabra en un susurro, casi como si se probara una pieza de ropa. Y es que a medida que Sieglinde avanzaba la explicación, Alice podía verse encajando en la descripción que ella le ofrecía. Sí, desde luego podría considerarse a si misma una Ferens. Y luego la gran pregunta. Alice negó levemente con la cabeza e hizo ademán de ir a coger su teléfono móvil, para luego forzarse a colocar los brazos sobre la mesa.
- No... Tenía intención de iniciar el aprendizaje en cuanto encontrara un profesor experto en un... campo similar al mío. Mi poder reacciona a mis emociones y cuando no estoy totalmente en calma me cuesta no utilizarlo. No sé si... aprendiendo a controlarlo podría hacerlo más fuerte, pero la verdad es que no quiero eso. Mi intención es aprender a dominarlo e intentar llevar una vida normal, estudiar, y si lo consigo... Dedicarme a la medicina.
Hasta entonces se había limitado a plantearse qué hacer durante su estancia en la mansión, pero si se desvinculaba de la comunidad mutante, ¿Dónde iba a vivir? ¿Qué iba a hacer con su vida? Había demasiadas incógnitas por resolver en su vida... Al fin y al cabo, aunque a veces actuara con la serenidad y madurez de un adulto, sólo tenía diecinueve años... recién cumplidos.
- Digame... ¿Tienen en la MKL algún otro... objetivo? Imagino que conoce a la Patrulla X... Me preguntaba, si del mismo modo que la mansión dispone de la patrulla, si la MKL también dispone de algún otro interés a parte de promover y desarrollar la vida mutante y mística.
Místicos. No era la primera vez que escuchaba de ellos. Su primer encuentro con uno de estos curiosos magos había sido al poco de llegar a la mansión, en su primera clase de música. El señor Ancel Darío Wetzler, les había confesado ser uno de aquellos seres que poseían magia... Y eso significaba que sabía de primera mano lo que podían llegar a hacer. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 13th Abril 2016, 22:23 | |
| Mientras comía la ensalada sin prisa, entendí lo que la chica quería decir. No era la primera que venía pidiendo que le enseñaran a obviar lo que era, para intentar comportarse con normalidad. Desde la perspectiva de la MKL y de las personas que le habían dado vida, era una dirección errónea. En ese aspecto, no creían que el estereotipo de persona normal casara en realidad con lo que para la gente resultara llevar una vida "normal". Sin embargo, no tuve tiempo de exponérselo a la chica, ya que Björn se adelantó, cuando captó su atención obligándole a levantar la cabeza de su sándwich.
- La medicina es muy interesante y ofrece un campo de estudio muy amplio. ¿Has considerado que especialidad querrías estudiar una vez hayas pasado la preparatoria básica? ¿En qué estas mas interesad...- no llegó a acabar la frase.
Los parpados de mi hermano se dejaron caer sobre sus ojos y la mano cayó inerte al lado de la bandeja. Con delicadeza, le incliné hacia atrás en la silla, para que tuviera una postura un poco más cómoda.
- Lo siento, Alice. Mi hermano sufre un trastorno llamado narcolepsia. Hace que se duerma durante breves periodos sin poder controlarlo o evitarlo. - expliqué en un tono tranquilizador. Entendía que para cualquiera era bastante chocante ver algo así. - Si no te importa, me gustaría darte una visión alternativa. Muchos chicos acuden a nosotros buscando una idea de "normalidad", cuando lo que deberían plantearse es tener una vida productiva y que les satisfaga. La normalidad es una escala fijada y aceptada en el entorno social y cultural. Permíteme que me explique. En lo que se considera países desarrollados la idea de normalidad se basa en realizar alguna labor productiva, conseguir un trabajo, y tener un entorno familiar, social y económico positivo y saludable. Sin embargo, aunque la base es la misma, en países subdesarrollados la concepción de familia consiste en la alta natalidad, el trabajo es una labor comunitaria que mantiene unida la propia familia y funciona como herramienta social, la economía se basa en su propia producción para su sustentación. A día de hoy, la vida de un misionero no se adaptaría al patrón de la normalidad. ¿Deberíamos considerar entonces que su vida no es satisfactoria?- planteé, esperando de verdad que hubiera entendido a qué me refería con ese ejemplo. - Creo que nadie debe despreciar los dones que se le dan, y el que tu tienes puede llegar a hacer mucho bien a la gente. No se trata de sobreponer tu don a todo lo demás, si no de aprovecharlo de la misma manera que los visionarios lo han hecho en sus respectivas épocas. Quién sabe qué aplicaciones podría tener lo que eres capaz de hacer en el ámbito médico. Si tus objetivos se basan en intentar reprimirte, siempre te quedará la duda mas odiosa. ¿Sería capaz de lograr algo mas? ¿Algo que verdaderamente habría hecho mejor la vida de la gente? - al darme cuenta de la charla que acababa de soltarle, sonreí negando con la cabeza. - A veces me emociono demasiado. - traté de restarle algo de importancia, aunque deseaba de verdad que aunque fuese por un segundo, contemplara la posibilidad que le estaba ofreciendo.
Para mí, no había nada mas doloroso que alguien que se rechazaba a sí mismo. Yo lo había vivido en mi propia carne durante demasiado tiempo como para saber que a la larga, nada bueno salía de ello. No es que estuviera satisfecha de mis capacidades respecto a mi poder, ni que mi vida fuese fácil, pero al menos había tratado de encontrar el modo de darles un uso que me hacía sentir que merecía la pena intentarlo. Eso era lo único importante.
- ¿Es que ayudar a un montón de mentes jóvenes no te parece bastante trabajo? - sonreí. A diferencia de la patrulla X, nosotros nos habíamos desligado por completo de la MKL. Quienes formaban parte del grupo, lo sabían. Nada se hacía allí dentro de cara a la galería, y ningún alumno o externo sabía de su existencia. Para nosotros, primaba su seguridad por encima de todo lo demás. No podíamos permitirnos que algo saliera mal, en nuestras condiciones. - De cualquier modo, si en nuestros países se enteraran de algo así, nos enfrentaríamos a terribles consecuencias. Por ley, esta prohibido que ningún mutante forme parte de los cuerpos de seguridad del estado. Si tratáramos de fundar una patrulla como aquí, las represalias serían tan duras que seguramente tendríamos que clausurar la MKL. Nuestro modo de promover el crecimiento se basa en continuar ofreciendo servicios. Actualmente estamos en desarrollo de los estudios superiores, y ya disponemos de algunas especialidades, y másters. - le expliqué a la muchacha, justo a tiempo para que mi hermano soltara un suave ronquido, y unos sonidos adorables como de cachorro. Sonreí a Alice, y le hice un gesto mirando hacia mi hermano y alzando las cejas, tratando de decirle con mis gestos: "Lo que hay que aguantar". | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 22nd Abril 2016, 18:33 | |
| Alice supuso que la explicación de Solaris debía venir dada por la cara de sorpresa que de seguro había transmitido en cuanto vio los parpados de Björn cerrarse a mitad de la frase. Miró atentamente a Solaris mientras ella le ofrecía una explicación, sonriendo con timidez.
- Creo que cualquier persona que haya tenido la ocasión de ver la película de Moulin Rouge puede tener una idea cercana de lo que és... - Bajó la mirada, pero sin dejar de sonreír ante su torpe intento de broma.
Cuando Sieglinde se dedicó a elaborar la respuesta de una de sus preguntas, la joven mutante se inclinó sobre la mesa, apoyándose en esta y escuchándole con suma atención, como si se tratara de una de sus clases, y la mujer rubia que tuviera ante ella, uno de los profesores que con tanto esmero intentaban transmitirle parte de su conocimiento. Asintió levemente cuando le preguntaba si estaba entendiendo sus ejemplos, absorta por completo en todo aquello que le estaba contando y que de tan cerca le tocaba. Sieglinde intentaba mostrarle un lado positivo, algo bueno que pudiera sacar de su poder... Y le hubiera encantado creerla. Pero en su interior, no dejaba de recordar a un joven de dieciséis años que años atrás había sufrido por su culpa y por su don... ¿Algo que verdaderamente habría hecho mejor la vida de la gente...? De ser así, tal vez...
Alice sonrió afable cuando Sieglinde se disculpó, negando levemente con la cabeza.
- No lo esté. Me encanta poder tratar este tipo de problemas y ver distintos puntos de vista. - Cuando Sieglinde mencionó si no le parecía suficiente todo lo que la MKL hacía, negó levemente con la cabeza. - Lo siento, es que no he podido evitar compararlo. La Mansión es hasta ahora el único nucleo que conozco que trabaje en este ámbito, así que imagino que es natural que intente comparar para comprender.
No tenía ni idea. Por alguna razón, no se había ni planteado que Europa pudiera estar afrontando ese tipo de situaciones. Y por alguna razón, eso le entristecía, pues conociendo la admiración que ella sentía por la Patrulla, le costaba entender que no hubiera más gente esperando encontrar grupos similares. Pero claro, ella era una mutante. Podía entender que los humanos no vieran estos grupos con los mismos ojos, incluso que pudieran llegar a percibirles como una amenaza. Y eso... La entristecía.
- Lamento ser desconsiderada, pero... ¿Significa eso que tanto usted como su hermano tienen también poderes?
Björn roncó levemente y Alice sofocó una sonrisa con una mano, mirando a Sieglinde, quien alzaba las cejas en referencia a su hermano. A la joven le parecía una pareja entrañable, y pensó que si alguna vez viajaba a Europa, le encantaría visitar la sede de la MKL. Y aun que estaba insegura de si Sieglinde iba a entenderlo, Alice alzó las manos y le dijo que no pasaba nada, refiriéndose a su hermano.
- ¿Es así desde que nació...? Debe ser muy duro... | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 29th Abril 2016, 02:20 | |
| Se podía aprender mucho de las personas sólo observando. Björn solía decir que en el fondo, una decisión tomada en un sólo día no decía como era una persona. Su día a día, sí. Comentaba que la simple manera de atarse los zapatos podía decir mas de un político que todos los mítines, apariciones de precampaña, y actos sociales que tuvieran. Pero él tenía una visión del mundo que muchos no podían compartir, y que desde luego, nadie más comprendería como lo hacía él. En ese aspecto, era único.
Entonces, Alice realizó otra de las grandes preguntas. ¿Sois vosotros mutantes? Era una pregunta vital que se había convertido en su día a día. Se creía que los humanos eran clasistas, y tenían muchos prejuicios respecto a los mutantes, y os sorprendería saber el porcentaje de mutantes que presentan reciprocidad a esos sentimientos. Muchos de ellos preguntaban si el profesorado era mutante, y qué poderes tenían. Algunos sobrepasaban la mera curiosidad. Como si importara realmente para su propio aprendizaje. Entendía que fuese así en algunas áreas específicas pero, ¿Era relevante en realidad que quien te diera geografía supiera, además, convertir las escamas de su piel en piedra? Para muchos alumnos, sí lo era. Y eso era una carga con la que también había que luchar.
- Efectivamente, Alice. Tanto mi hermano, como yo, somos mutantes. - asentí, disculpándola con un gesto de la mano. - No creo que sea desconsiderado. No te preocupes. - le quité importancia.
En cierto modo, la chica había demostrado un carácter tímido y apocado, con el que tenía que lidiar para mantener la conversación. Quería acceder a ella, y la única manera de hacerlo es demostrar que tu estás dispuesto a abrirte. Siempre y cuando se comprenda que puede haber límites en los que alguien no quiera que te adentres, y siempre mantengas respeto, no hay nada de malo en una buena conversación. Por lo general, tanto Björn como yo eramos celosos de nuestra vida privada. Yo, por mis propios motivos personales, Björn, porque la mayoría de la gente ni siquiera se planteaba preguntarle cosas como qué hacia en su tiempo libre. Resultaba a veces tan exasperante en una conversación, tan aséptico y racional que la mayoría nunca llegaban a encontrarse cómodos en realidad. No lo bastante como para indagar en lo personal.
- Bueno, tiene una personalidad muy compleja. La narcolepsia se acentuó con el uso de su poder. - echando una mirada al reloj de pared, eché cuentas. - Calculo que le faltarán un par de minutos. - sonreí de nuevo a Alice, procurando que no se preocupara por esas nimiedades. Comí un par de pinchadas más de ensalada, y entonces, empecé con el pescado. Era mejor comerlo mientras estuviera caliente. Si no, se quedaba como un rollo de papel de water mojado. - Björn está doctorado en medicina. Si algún día quisieras buscar dónde se hacen los mejores doctorados en alguna especialidad concreta, o en qué universidad sería preferible hacer un máster, postgrado o cualquier otra cosa, seguro que él sabría indicarte y estaría encantado. Elaboró toda una lista. Seguro que te ahorraría trabajo. - expuse, mientras partía otro trozo de pescado.
La cabeza de mi hermano se alzó en ese instante, como si alguien hubiera tirado del hilo de una marioneta. Miró a Alice, luego a mí, bostezó de una manera de lo más grosera y después, cogió uno de los pedazos de tarta con la mano.
- No he llegado a escuchar la respuesta a mi pregunta, imagino que ni siquiera la habrá acabado. ¿En qué especialidad estás interesada? - aún mas irritante que el hecho de que se durmiera dejándote con la palabra en la boca podía llegar a serlo que, minutos después, cuando la conversación había evolucionado, él volviera a llevarla de vuelta al tema en el que estaba antes de su apagado forzoso, como si no hubiera pasado nada. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 30th Abril 2016, 22:41 | |
| - Oh… Pensaba presentarme para Harvard. Mi madre es doctora y me ayudó a buscar las mejores universidades de medicina. De hecho pensaba pedir ayuda al profesor Glámez para prepararme para las pruebas de acceso del próximo semestre y empezar a estudiar el año que viene.
Lentamente Björn volvió a ellas desde el mundo onírico, retomando la conversación en el punto en que él había abandonado, el tema de la especialidad médica. Era algo que se había planteado varias veces, por bien que nunca había visto un camino claro en aquello que quería estudiar. Tenía claro que quería dedicarse a la medicina interna, pero no sabía si especializarse en algo más.Tanto Traumatología como Nefrología le resultaban llamativas pero… había una que siempre destacaba entre los demás.
- Neurología… Medicina interna y neurología son las dos que más me gustan. Así que probablemente tire por una de esas dos… O las dos.
A medida que cada uno terminaba su plato, Alice los recogía y los amontonaba, colocando los cubiertos y todo en perfecto orden para llevarlo hasta la bandeja. Seguía dando vueltas al tema de la profesión. Sí, se había decantado por la medicina, pero no descartaba totalmente su otro sueño… ¿Debería mencionarlo? Miró de soslayo a Solaris, mordiéndose levemente el labio inferior. Al fin y al cabo, estaban charlando, ese podía ser un tema de conversación tan bueno como cualquiera. Así que al final, mientras sus manos seguían jugueteando con las hebras de la manga de su jersey, sin alzar la mirada de sus manos, Alice siguió hablando, su tono de voz tan bajo y suave como siempre, con la cadencia y el cuidado tan acorde a su frágil aspecto.
- Hay otra cosa que siempre me ha gustado… A mi madre no le gustaba así que no acostumbro a hablar del tema. Es más… un hobby. Cuando era pequeña, tardé mucho en aprender a hablar. Mis padres pensaron que era autista, y me llevaron con varios psicólogos. Cuando descubrieron que no era eso, sino que tenía problemas para comunicarme… intentaron ayudarme estando siempre conmigo y buscando cosas que hacer juntos…
Alzó los ojos amielados hacia Solaris, intentando dejar de mover las manos, dejándolas planas sobre la mesa.
- Mi padre es policía, y me enseñó a disparar. Por mal que suene. Me encantan las armas, es uno de mis… hobbies, a parte de la música. Se clasificarlas y desmontarlas, y tengo algo de puntería… Así que cuando era pequeña, siempre estaba entre querer ser policía o ser médico. Al final ganó lo segundo.
Les dedicó otra sonrisa, esta vez sin timidez ni vergüenza. Así era Alice. Cuanto más hablaba, más confiada se sentía, como si poco a poco fuera resolviendo un puzzle en su interior, y al unir todas las piezas, tuviera en él su propio valor.
- Sé que no es algo que pegue mucho con mi carácter o apariencia... Pero la verdad es que me encanta. Y mi madre odia que me guste tanto. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 2nd Mayo 2016, 15:11 | |
| - Neurología, una de las ramas mas complicadas y aún exenta de grandes descubrimientos. El cerebro es el gran desconocido, junto con la espalda y el origen de las enfermedades autoinmunes. Hay que tener mucho valor y entrega para adentrarse en una especialidad tan exigente. - dijo Björn, haciendo que su discurso sonara plagado de neutralidad, a causa de su modo de expresarse.
Era complicado saber si algo pretendía ser un halago o si por el contrario se refería a algo negativo. La mayoría de veces lo dejaba pasar, pero otras no le quedaba mas remedio que intervenir para esclarecer las intenciones reales que se escondían tras los discursos de su hermano. Sus torpezas sociales podían parecer hasta graciosas al principio, pero cuando se daba una situación tensa, que no fuese capaz de entonar correctamente era una dificultad añadida para conseguir mantener la comunicación de manera coherente con aquellos con quien era necesario. Aún con todo, Björn hacía enormes esfuerzos, y había que valorarlo como tal.
- Creo que es algo muy loable Alice. En apariencia, no pueden se profesiones más distintas. Sin embargo, tienen un nexo común muy claro. El servicio al ciudadano. Creo que en el fondo, eso dice mucho de ti. - dije apartando el pescado, dejándo sólo un pequeño trozo en el plato, para empezar a comer la macedonia poco a poco. - Pensándolo bien, es posible que no sólo tu puntería resultara algo maravilloso para una profesión como la de policía. Al fin y al cabo, aunque en este país el uso de armas es legal y la policía sí llega a disparar, tu poder podría hacer mucho mas por ellos que tu puntería. ¿Te lo habrías planteado? Una gran labor policial es la negociación. Quién sabe qué podrías llegar a conseguir en un caso con rehenes, en un atraco a un banco, o en otro número de situaciones con guión de acción similar. - me quedé en silencio durante unos segundos, valorándolo.
Una persona capaz de utilizar su voz para relajar una situación de tensión como el secuestro de gente en un banco. Lo suficiente para hacerles bajar la guardia y que un equipo entrara de manera táctica. O incluso conseguir que se rindieran por sus propios medios. Ese era el tipo de capacidades que si bien podían hacer un gran servicio, aterraban a quienes las consideraban siempre en su ámbito más peligroso. En Europa sería impensable que un mutante con dicha capacidad accediera jamás a un puesto de importancia. Un líder político capaz de manipular a la gente con su voz, y hacerles cumplir con su voluntad. Tuvo recuerdos pesarosos de la historia de su país, y negó sutil con la cabeza, despejándolos. No podían centrarse los problemas que aún tenían, cuando lo que pretendían era aprender de sus predecesores con mas experiencia.
- Se hace mucho mas servicio dentro del campo de la medicina que el que se pueda hacer como policía. - dijo entonces mi hermano, con ese tono seco suyo que más parecía una realidad absoluta que una opinión.
- Björn. - le respondí con un sutil tono de advertencia, y él elevó la cabeza mirándome con sus enormes ojos, y miró después a Alice, antes de perderse de nuevo en su pastel de chocolate. - Tiene la tendencia de decir las cosas en un tono un tanto inapropiado. En cuanto a tu labor, al final sólo tu decidirás qué es más adecuado para ti. Olvida todo lo que sepas sobre lo que le "pegue" o no a alguien. Al fin y al cabo, solo tú decides qué es apropiado o no. El límite lo tiene que marcar uno mismo. Nadie más. - le dije con una firmeza severa, dejando salir el carácter que me había costado el mote de Iron Maiden II. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 7th Mayo 2016, 04:28 | |
| - No lo considero inapropiado. - Respondió la joven con una sonrisa cordial y total sinceridad. - Al fin y al cabo por eso estábamos debatiendo sobre las dos opciones que me había planteado para mi futuro... Al final me decidí por la medicina pero es cierto que miraba ambos oficios por el servicio que ofrecen a la gente. Eso es algo que tenía claro desde un principio. Que fuera cual fuera la profesión que escogiera iba a ser algo en lo que pudiera dedicar mi vida a ayudar a otras personas. Aunque debo decir que mi opinión es más cerca a la vuestra, Sieglinde. Creo que ambos oficios reportan un importante papel de cara a la sociedad, pero no sabría decir si uno más que otro. Los policías también tienen un papel importante, no sólo en la prevención criminal, si no en la atención al público. Ayudan a gente que se pierde, a veces incluso atienden a residencias y asilos aportando asistencia cuando un anciano se escapa o se pierde, ejercen como soporte en muchas situaciones distintas...
Alice se quedó en silencio repentinamente. ¿Cuánto hacía que no hablaba tanto? Y encima de si misma. De sus sueños, su futuro... o lo que se había imaginado para con él. Sieglinde había mencionado hacer uso de su poder en aquellas situaciones, algo que aterraba a la joven. En realidad, ella no deseaba tener ese don. Aunque desconocía que Sieglinde pensaba de un modo similar a ella, Alice aborrecía la idea de que alguien con su capacidad estuviera en esas situaciones. Si la idea de un policia corrupto ya era aterradora, uno que pudiera moldear la voluntad de la gente de su entorno...
- Yo... no me había planteado usar mi poder para ello. Quiero ganarme el trabajo como lo hace la gente normal... Nadie debería tener la capacidad de jugar con los sentimientos de otras personas... - y menos una cría que no sabía usarlos, se recriminaba a sí misma.
Bajó la mirada a sus manos, que descansaban sobre la mesa, junto al pequeño montón de platos sucios, a la espera de que Sieglinde terminara su postre para así llevarselo. Y sin embargo, lo último que le había dicho... le había hecho sentir bien. Era ella quien debía decidir si algo era apropiado o no...
- Es... ¿Es apropiado que yo esté aquí? - fijó sus grandes y expresivos ojos en Björn, aunque no parecía preguntarle a él directamente y sus ojos pronto volvieron a la hermana, su voz apenas más que un susurro audible - todos los mutantes que están aquí... parecen felices de encontrar un lugar donde ser ellos mismos, poderes incluidos. Y yo... siento que soy la única rara que desearía no...
Nuevamente decidió guardar silencio. Aunque quería ver qué opinaban ellos dos del tema... de repente sentía que no era una pregunta adecuada. Minutos antes hablaba de la mansión como un lugar maravilloso y sin igual y ahora... mostraba sus dudas. Pero al fin y al cabo, era natural que siempre quedara aquella leve incertidumbre... ¿no? | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 6th Junio 2016, 23:56 | |
| Un dilema moral en toda regla. No la culpaba por sentir esas cosas, al fin y al cabo si alguien podía entenderla era yo. A pesar de que no todos los mutantes tenían los mismos problemas de aceptación, una postura muy polémica incluso dentro del mundo mutante, la realidad era que no era lo mismo disfrutar de una cualidad que podía ser ocultada al ojo humano. Alice nunca comprendería lo que era vivir en la piel de un mutante cuya mutación había hecho cambios irreversibles en su cuerpo, que no sería posible encubrir de ningún modo. A los ojos de la opinión pública, sería tachado y de manera casi automática estigmatizado y reprendido. De la misma manera, las represalias a las que ese mutante se enfrentaría tampoco se compararían a la carga psicológica que trascendía el uso de un poder cuando este se basaba en la manipulación mental. Mi caso personal tenía además un componente de violación absoluta de la intimidad, un pesar que llevaba aterrorizándome durante años. Más cuanto más exploraba sus usos, por mucha justificación que yo quisiera darle. Atentar contra el terreno privado de una persona en pos de conseguir un bien mayor seguía siendo reprobable y vergonzoso.
- Pero esa, Fräulein, es la base de la naturaleza humana. - le expuse, sin inmutarme lo mas mínimo, tras masticar una pieza de manzana, naranja y guinda. Dejé el bol durante un momento sobre la bandeja y entrelacé las manos con corrección. - Manipulamos nuestros actos, incluso nosotros mismos, para llegar a encajar en los estándares a los que pretendemos llegar. Ya desde niños, nuestros padres moldean nuestros sentimientos para alejarnos de las malas conductas inherentes a la naturaleza que creemos correcta. Así, cuando un niño mata por primera vez a un animal a causa ya sea de un accidente, o de una acción premeditada, nos hacen comprender el mal de esa acción. O por el contrario, la alaban dentro de los límites establecidos. Un mismo acto con la diferente vertiente de su educación emocional acabará dando lugar a un cazador, o a un defensor de los animales. En la adolescencia, la presión de grupo nos hace tomar decisiones que quizá, en plenas facultades, no tomaríamos. Miedo al rechazo, a no ser aceptado, a quedarnos solos. Todo mecanismos de manipulación para construirnos como componentes de una sociedad a la que pretendemos pertenecer. - no sueno hiriente al decirlo, pero si decidida. - Tu poder no te hace peor persona. Cuanto haces es inherente ya a nuestra propia naturaleza. Es lo que hagas con él lo que condicionará. No es la contención de tu capacidad lo que debes educar, si no la circunstancia y condición en la que la usas. - aseveré, mirándola a los ojos con una determinación que parecía inquebrantable.
Me permití masticar un poco mas de macedonia, mientras mi hermano parecía a punto de practicarle una autopsia molecular al pastel de chocolate que había escogido. Desmigajaba los trozos y luego los aplastaba con el tenedor, haciendo una especie de pasta que quedaba prendida a las cuatro puntas, que luego se metía en la boca. A veces le resultaba muy hiriente que le corrigiera, a pesar de que lo entendiera, no dejaba de ser algo que en parte le molestara. Esperaba que no fuera una de esas veces.
- Alice, no es a dónde perteneces, si no cómo te sientes. - le dije, una vez acabada casi del todo la macedonia. El almíbar había quedado en el poso, junto con uno o dos trozos de fruta. Sequé mis labios con la servilleta y la deposité sobre la bandeja, sirviéndome un último vaso de agua. - Donde quiera que estés, no estarás a gusto si lo que te incomoda es estar bajo tu propia piel, ¿Comprendes? - pregunté, procurando sonar conciliadora, pero correcta. - Como en todo desarrollo, algunos aprenden rápido y otros lento. Donde ves comodidad, seguro que ha habido superación, y un profundo entendimiento que ha llevado todo un proceso de auto aprendizaje. Sé que es difícil, desesperante incluso. Pero no debes pretender adaptarte al ritmo de otros, si no de encontrar el que te ayude a ti. A algunos les lleva días, a otros semanas, a otros meses. También los hay que, como yo, seguimos aprendiendo cada día. Lo importante es tener la certeza de que, una vez alcances ese objetivo, no habrá una persona o lugar al que pertenezcas, si no lugares y personas que forman parte de tí. - aseguré, con una certeza que a mí misma me gustaría llegar a alcanzar.
Eso era por lo que yo trabajaba cada día. A lo que yo quería llegar. Había hecho avances durante todos estos años, y había hecho también retrocesos. Todo formaba parte de un ciclo, que al final, había que aceptar. Los altibajos de la vida eran iguales para todos. Humanos, místicos, mutantes. Mi corazón no pertenecía a un solo lugar, si no que pertenecía a mi causa, y donde quiera que fuera, todos los que formaban parte de ella me seguían, recordándome porque hacía lo que hacía. Mi felicidad no dependía de nadie. Comenzaba en mi misma, y acabara lo lejos que yo la quisiera llevar, ofreciéndola a la gente que me importaba de verdad, y compartiéndola con ellos.
Eso es en lo que creo. Eso es por lo que lucho. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 16th Junio 2016, 11:40 | |
| Una tímida sonrisa tensó los labios de la joven ante esa paraula. Fräulein… Aunque no sabía su significado, el tono de voz de Solaris le producía la sensación de que era algún tipo de apelativo cariñoso, y aunque muchos jóvenes se sienten equivocadamente insultados al sentir dichos nombres dirigidos a ellos, no era el caso de Alice. Podría haberla llamado pequeña, que lejos de sentirse insultada, se sentiría querida y protegida, aunque legalmente en su país sería mayor de edad.
Escuchó atentamente lo que la mujer tenía que decir sobre la presión social y como el aprendizaje variaba en base al entorno y los grupos en los que nos encontrábamos, como un mismo acto podía llevar a un chico a salvador o cazados, con la única diferencia de las reacciones de los padres. El miedo al rechazo, a no ser aceptado, como había dicho Solaris, no era un desconocido para Delaney. Toda su vida giraba entorno a ese concepto, tal vez por su propio trastorno, que constantemente la hacía pensar que podía dañar a los demás, o tal vez por la naturaleza entregada y altruista de sus padres, cuyas reacciones y actos con la pequeña habían amoldado a ser los mismos.
“No es la contención de tu capacidad lo que debes educar, si no la circunstancia y condición en la que la usas.”
Esa frase era digna de llevarla escrita en el cuerpo. Y pensando en ello, Alice se arremangó el jersey, mostrando el brazo izquierdo, su tatuaje. Y con él, miró directamente a los ojos de Solaris.
- Me gustaría pensar que no es mi poder, quien me ha hecho como soy, aunque a veces no lo tengo tan claro. Cuando mi madre vio que yo no hablaba, lejos de obligarme, buscó otras maneras de comunicarse conmigo. Y seguramente porque tengo este… poder, suelo vigilar mucho mis palabras. Tal vez más que el resto. Pero quiero… ser algo más allá que un mutante. Pero quiero que mi habilidad sea una herramienta, no aquello que me defina. Está claro que quiero aprender a dominarla, no sólo a contenerla… Pero aun me siento muy dividida con aquello que soy, y aquello que quiero ser. Hay veces… hay veces que sí me siento cómoda. Que pienso que he encontrado mi lugar, y veo la superación de los demás. Sé que he tenido suerte, tuve una familia comprensiva y no he vivido peligro alguno… - vaciló un instante sobre su propia mentira y bajó la mirada, y esta vez su voz vaciló. - A… Antes de llegar a América, al menos.
Se quedó en silencio, no sólamente pensando en todo lo que decía Solaris, pero en sus propias experiencias y en aquello que había vivido de primera mano. Recordaba haberle dicho a Planaria que se sentía feliz, que había encontrado su lugar. ¿Cuándo había cambiado ese pensamientos?
Tal vez el motivo por el cual no le molestaba que la llamaran pequeña, o la trataran como una niña en lugar de una adulta… Era el hecho de que se sentía como una, la mayor parte del tiempo. Porque había vivido cosas, que le había hecho sentir insegura sobre su propia capacidad y sus decisiones. Había decidido aprender a luchar para defenderse y defender a otras personas a raíz de un intento de secuestro, en el que querían abusar de su poder. Y eso la había llevado a conocer más peligros y a vivir algunos de primera mano. Tal vez su rechazo a sí misma no era si no nostalgia a la vida tranquila y apacible en Inglaterra, despertar con sus padres, ayudarles a trabajar… Vivir como una adolescente normal y corriente.
Tal vez, en el fondo, es que le daba miedo ver en qué se estaba transformando su vida, y echaba de menos ser una niña. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 14th Julio 2016, 00:49 | |
| Por lo que podía ver, Alice transmitía una sensación de fragilidad que no llegaba a corresponderse del todo con quien era. A pesar de lo que pudiera aparentar en un principio, a medida se adentraba un poco en la jovencita y escuchaba cómo hablaba, quedaban claro los hermosos valores con los que o bien la habían criado, o bien se sentía afín. No dejaba de tener sus dudas, eso era comprensible, pero se entreveía entre toda su inseguridad una joven de convicciones firmes, de buenas intenciones y un desarrollo moral potente, una figura responsabilizada con su deber cívico y con un alto nivel de empatía que aseguraba un comportamiento ejemplar en el futuro. No es que eso la convirtiese de manera automática en una mujer ejemplar, he visto a demasiadas buenas personas sucumbir bajo los encantos del egoísmo, el dinero, y sobretodo el poder. Tampoco soy una descreída, convencida de que en este mundo sólo hay malas personas y buenas personas que se echarán a perder. Eso además de ser una lectura superficial y simplista, resultaba de un pesimismo insoportable.
Alice tenía fuertes cimientos sobre los que construir algo grandioso. Pero la elección era suya. Mucha gente prefiere tener una vida sencilla, en una casa de paja que poder rearmar una y otra vez. Otros se esfuerzan algo más, y se esmeran con la de palos, sin tener en cuenta que podrían haber hecho un esfuerzo más. Pocos, o muy pocos, elegían la desalentadora opción de la piedra, que a corto plazo era aburrida, agotadora y fría. La joven que tenía frente a mí, tenía fuerza de sobra para acarrear todas esas piedras, pero quizá no la convicción suficiente para cargarlas todas antes de rendirse. Como siempre me sucede, espero equivocarme y descubrir que una vez más, mi fe es mas fuerte que la lógica fría que siempre me inclina a pensar lo fácil que es dar con un escenario en el que rendirse.
Contemplo el dibujo de su piel hecho con una bonita caligrafía, elegante y estilizada. Me parece joven como para tener un tatuaje, y sin embargo, las palabras que ha decidido plasmar en ese brazo denotan una madurez que no combina muy bien con lo aniñada que parece. Parece aferrarse a ese hermoso lema como máxima, y en cierta manera no está muy desencaminada. Las palabras son nuestro mayor recurso y a menudo, desaprovechamos su poder. Mucho mas a menudo de lo que me gustaría admitir.
- Es un hermoso lema. Ocurrente además. - aseveré, mientras releía de nuevo las letras, y daba por fin por terminada la comida, dejando los útiles sobre la bandeja listos para recoger.
Mi hermano dejaba vagar la vista con la mirada distraída, hasta que encontró el mensaje sobre la piel de Alice y lo leyó con avidez. No de una manera lasciva, si no con esos ojos profundos suyos que hacen que todo lo que pueda leerse, interpretarse o contarse, sea absorbido sin darse un respiro.
- Que ironía. Un mensaje escrito de forma permanente hablando de la relevancia del silencio. - a ese comentario tan encarnizado, Björn recibió un sutil toque en las costillas que le hizo alzar la cabeza y devolverme una mirada desencajada.
En serio, a veces llego a pensar que lo hace por espantar a la gente.
- Obvia su mordacidad. No lo hace adrede. - vuelvo a disculparlo, mientras retiro la bandeja con un gesto elegante de la mano, deslizándola hacia un lado, cruzando después los dedos de la mano y apoyándolas en la superficie de la mesa, que he limpiado con anterioridad con una servilleta. - Comprendo. - asiento con dureza. Hay algo que mucha gente da por hecho en la mansión, y con lo que se equivoca. No todos los alumnos son miembros de la patruya, pero en las contínuas luchas de ésta, es inevitable que les salpique. Al fin y al cabo las más peligrosas son las personas sin escrúpulos, y ellas no durarían en utilizar a cualquiera para conseguir sus intereses. Una de esas cosas que a mí tanto me reconcomía a menudo, era el sistema por el que manteníamos al equipo, independiente de nuestra fuerza como MKL. Obligando a todos los que formaban parte de ello a jurar que, una vez les habían cogido, se quedaban solos. Todos estaban de acuerdo. Todos lo juraban. Todos lo mantenían. Pero no dejaba de ser descorazonador. - Sólo cambiarse de país es ya lo bastante estresante como para trastocar nuestro ritmo habitual. Es posible que yo jamás llegue a comprender por lo que has debido de pasar. Ser mutante no es fácil en ningún país, claro que dentro de la dificultad, algunos son mas confortables que otros. En cualquier caso, toda mejora a menudo conlleva un riesgo. Ser un miembro de la mansión supone atenerse a lo que ello implica, con su cualidades y sus desventajas. - expuse, y entonces por algún motivo, sobrevino a mi cabeza una de las tantas frases hechas que Lorenzo decía a menudo. Aunque él las utilizaba en un ámbito muy distinto al que se estaba planteando en ese momento. "Quien no arriesga, no gana" rezaba el dicho. - La búsqueda del equilibrio siempre es complicada. Pero no eres distinta de, por ejemplo, el presidente de un gobierno, de un maestro o un rey. ¿Dónde acaba la figura que son y se inicia la persona que hay detrás? ¿Es maestro, presidente o rey todo lo que son, o sólo forman una parte de un todo, que no siempre están dispuestos a mostrar? Puede ser miedo al rechazo, puede ser que no están preparados para mostrarse tal y como son, o incluso, que no quieran hacerlo por las represalias. Vivimos en un mundo penoso, donde la emocionalidad está condenada por debilidad, y la especialización es la base del indicador de lo que somos, con pequeños variantes apenas imperceptibles que nos permiten a nosotros mismos seguir buscando la individualidad. - argumenté, pero en ese momento percibí en mi una exaltación que no era productiva para el tema a tratar. Procuré tranquilizar mi tono, para que sonara de nuevo algo mas cercano. - A lo que voy en realidad, es que en efecto, eres una mutante. Pero no es ser mutante todo lo que eres. - resumo, en una frase que puede parecer simple, pero que a mi me gusta calificar de sencilla. El viejo Ockham lleva años compartiendo con nosotros la respuesta. Ahora solo necesitamos querer verla. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 7th Septiembre 2016, 00:48 | |
| La expresión de Alice no varió en lo más mínimo. No había cambiado a lo largo del discurso de Solaris, ni cambió tampoco con el comentario de Björn. Su mirada seguía transmitiendo la misma calma, y sus labios se curvaron en una tímida sonrisa, que era a la vez una disculpa.
- No me ha ofendido... Tal vez tiene razón, y es una ironía. Pero me recuerda a mí misma el valor de mi don, y la importancia de no usarlo de manera descuidada... en caso de usarla.
Entonces Solaris deslizó la bandeja a un lado de la mesa, y Alice se levantó casi al mismo tiempo. Amontonó los platos sobre los de Solaris, colocandolos debidamente en un rincón de la bandeja, ordenados de mayor a menor, usando los más grandes de base. Tras asegurarse de que Björn también había terminado de comer, repitió el proceso con su bandeja y una vez tuvo las tres ordenadas, se disculpó con la pareja y la dejó en el estante pertinente para la limpieza... Recogiendo también por el camino otras dos bandejas que algún alumno había olvidado en su mesa.
Al volver a la mesa, y entonar una segunda disculpa, retomaron la conversación. Y de nuevo, Alice escuchó atentamente, absorbiendo y asimilando cada palabra, y hubo una frase en concreto que la marcó.
Toda mejora a menudo conlleva un riesgo.
Esa frase, bien podría haber estado en labios de su madre. Era la segunda que le regalaba, y pensó que en gran parte, Solaris tenía una linea de pensamiento similar al de su madre, y eso, de algún modo, la reconfortaba. Encontrar cosas que le recordaran al hogar, le otorgaba ese falso sentimiento de familiaridad, y le hacía sentir de nuevo dentro de su zona de confort.
Pero no terminaba ahí. Sieglinde prosiguió con su discurso, y Alice, otra vez, le prestó toda su atención. Y por un instante, la respuesta a sus preguntas le pareció tan sencilla, tan simple, que tuvo que contener las ganas de reír.
- Soy mutante... pero eso es sólo una pequeña parte de lo que soy. Hay muchas otras cosas que completan mi definición. Las personas a las que quiero, mis hobbies, aquello que se me da bien, y aquello que no... Mis manias, y las complicaciones de mi carácter... Mi poder... forma parte de mí tanto como las cosas que me gustan... Y las que no. -Sus ojos se elevan hasta encontrar de nuevo los de Sieglinde. - ¿Sabe...? Creo que sería una profesora estupenda. Creo que todos necesitamos tener este tipo de conversaciones, por lo menos una vez en la vida... | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 11th Octubre 2016, 01:48 | |
| La joven tenía ciertas características que resultaban contrarias a mi, o al menos, a lo que yo había luchado por conseguir. Yo era resolutiva, severa, por otro lado, también había convertido eso en un motivo de imposición que a menudo me colocaba en una posición dominante, y por tanto, a los demás en una inferior. Eso estaba bien para algunos de mis propósitos, pero no para todos ellos. Había conseguido ser un motivo de retraimiento, más que nada porque ese modo de ser podía considerarse avasallador, y muchas personas huían de ese tipo de comportamientos, mientras que Alice parecía introvertida, pero era capaz de interactuar en una conversación, añadiendo sus propios puntos de vista, lo cual, en el fondo, denotaba carácter.
Es complicado adentrarse en la psicología de las personas, pero siempre lo es. Por eso a veces, aunque él no lo supiera, daba gracias de que Björn no dominara del todo la telepatía como tal. Siempre me había asustado un poco lo que un hombre con sus capacidades podría llegar a pensar de una mente que no estaba tan estructurada como la suya, y de si habría intervenido o no para cambiarlo. Al fin y al cabo, era torpe socializando, pero lo era aún mas en lo que se refería a emocionalidad. Ese aspecto de sus poderes me había dado miedo, y la posibilidad de que ocurriera siempre estaba ahí.
Observamos a la joven, mientras llevaba a cabo todo ese extraño ritual de apilamiento de platos, vasos, colocación y recogida. De hecho, se detuvo en un par de mesas a por las bandejas que algún compañero descuidado, por no decir guarro, se había dejado allí.
- Me agrada. Es ordenada. Recogida. Eso es tranquilizador. - dijo mi hermano, con un deje de sutil sonrisa que me sorprendía en él. No es que fuera incapaz de sentir nada, pero a menudo su lenguaje corporal no acompañaba.
- Padece algún tipo de trastorno compulsivo. ¿Has visto esos gestos que ha hecho cuando he apartado la bandeja?- le pregunté a mi hermano. Había visto eso más veces. - No era una manía, lo ha cogido enseguida, como si el hecho de haberlo dejado en ese estado le resultara insoportable. - murmuré, para mí misma.
Ese era el tipo de pensamientos que me preocupaban en mi hermano. Encontraba más agradable la compañía de gente con cierta compulsión, con manías, o incluso con neurosis. Le resultaban interesantes. Pero además, encontraba afinidad con ellos, de algún modo. No es que fuera malo, en absoluto. Lo que me preocupaba es que sus continuos halagos pasaran a ser manipulaciones, si es que conseguía dominar la telepatía por completo. Esa perspectiva, el hecho de que de algún modo creyera que estaba haciendo bien a la gente cuando no era así... me quitaba el sueño.
- Bueno, hace tiempo que no doy clase como tal, si te soy sincera. En la MKL suelo dar el discurso inaugural, y mi puerta siempre está abierta a los alumnos, pero al final es cierto que dirigir algo así exige mucho compromiso, y no puedo dedicar tanto tiempo como quisiera a nuestros estudiantes. - admití, serena. - Pero procuro hacerles saber que estoy a su disposición. Mi estancia será breve, tan sólo un par de semanas antes de que tenga que marcharme para atender unos asuntos, pero si en algún momento viajas a Europa, me encantará recibirte en cualquiera de nuestras sedes. - invité, procurando sonar cordial. Para algo hacíamos día de puertas abiertas. | |
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| Tema: Re: The Quiet and the Silent. (XIII) [24 de Noviembre 2018] 30th Octubre 2016, 12:11 | |
| Se mantuvo en silencio unos instantes, recapacitando sobre todo aquello que habían hablado a lo largo de la noche. Hacía mucho que Alice no hablaba tanto, de hecho a duras penas recordaba la última vez. Tal vez, había sido con Planaria... Tal vez con un viejo amigo en su Inglaterra natal. Como fuera, el caso era que Sieglinde le había ofrecido un nuevo punto de vista. Si bien era compartido por muchos de los habitantes de la mansión, nunca estaba de más poder elaborar su respuesta, dar una opinión y argumentar el porqué se sentía de una u otra manera. Y en el fondo, tenía razón. Su poder tenía un gran potencial para el bien, millones de usos y aplicaciones prácticas. Pero necesitaba tener la confianza para hacer uso de ello, y eso para Alice reportaba un reto a la superación personal, a superar sus propias limitaciones, y una de ellas, como siempre, era el habla. Era incapaz de hacer un uso voluntario de su poder para las cosas que realmente podían tener relevancia. Demostrarle a un curioso, que puede obligarlo a ponerse una chaqueta, o dar una palmada, es una cosa. Hacer a una persona feliz, cuando su vida y entorno ha sufrido un mal evento, le parecía ir en contra de la naturaleza. Al fin y al cabo, las personas crecen con cada experiencia... ¿Quién era ella para modificarla? Tal vez parte de su crecimiento podía ser llevado a cabo en Europa, en la MKL. No descartaba la idea de que gran parte de su crecimiento personal la llevaría a viajar por distintos continentes y países... Al fin y al cabo, viajar era algo que le gustaba, por bien que prefería medios marítimos a los aviones. Por un instante se imaginó por unos campos inexistentes de un país inventado, paseando con amigos que no tenía y en una escuela que no conocía. Y era una sensación muy parecida a la que había sentido al conocer la existencia de la mansión. Pero lejos de ser el hermoso cuento de hadas sacado de la imaginación de una adolescente con el anhelo de sentirse integrada, había descubierto que también había que trabajar duro y esforzarse mucho para llegar a ese punto de comodidad consigo misma. Su mirada se ridigió casi con timidez al reloj que llevaba sujeto a su muñeca, velando un suspiro. Era tarde, había entrenado hasta casi anochecer y ya había cenado. Ahora le tocaba estudiar. Con mucho cuidado, volvió a levantarse de la silla y ofreció a ambos una tímida sonrisa de disculpa. - Les agradezco que me hayan hecho compañía todo este rato. Y también le estoy agradecida por ayudarme a ver las cosas desde otra perspectiva... Pero por desgracia debo retirarme a estudiar, al menos un par de horas antes de ir a dormir. - De nuevo sonrió sintiéndose levemente descortés por ser ella quien finalizaba la velada. - Espero volver a verles por la mansión, y tal vez, cuando termine mis estudios, en Europa. Ha sido un placer conocerles a ambos.Lejos de tender una mano para encajar, Alice juntó las suyas delante de su regazo, frotando las mangas del jersey con nerviosismo y timidez. Dio un par de pasos hacia atrás, de espaldas, sin perderles de vista y sin borrar la tímida sonrisa de su rostro, para después girar sobre sus talones y dirigirse hacia su habitación. No había prisa en sus pisadas, pero si cierto gesto nervioso, de quien siente la apremiante necesidad de volver a su burbuja de confort y retomar el entorno seguro que le proporcionaba la intimidad. Cuando finalmente llegó a su habitación, Alice reinició un proceso de rutina casi ritualistico. Se quito el jersey y lo dobló con muchísimo cuidado antes de guardarlo en el armario, y repitió el proceso con cada una de sus piezas de ropa. Se la quitaba, la doblaba inmediatamente después, y la guardaba, tras lo cual se acomodó con su pijama. Sus libros la esperaban en perfecta simetría, dispuestos ordenadamente sobre el escritorio, y una vez cómoda con el pijama, se sentó a estudiar. Durante la primera media hora, parte de su mente fantaseaba con aquella Alemania imaginaria, en cómo en un futuro incierto tal vez podía sorprender a Björn y Sieglinde con un poder dominado y un carácter confiado. Y dicho pensamiento, la acompañó silenciosamente hasta su cama, y hasta bien entrada la noche, cuando se entrelazó con sus sueños. | |
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