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Omega Universe - Foro de Rol de Marvel y DC
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Ficha de Personaje Alias: Positrón Nombre real: Planaria Glámez Universo: Marvel
Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 23rd Enero 2016, 12:02
Alice me contó la historia del muchacho y el periódico, y de cómo le había sentado mal que le tachasen de villano cuando él lo único que intentaba era hacer el bien y ayudar a los que le rodeaban. Asentí, con algo de pena ante aquella afirmación que hizo y me rasqué la cabeza ligeramente. Me senté junto a ella, colocándome en posición de indio y ligeramente inclinado hacia adelante. Le di una sudadera que le había hecho quitarse antes de correr de manera que pudiese calentarse después del ejercicio, mientras terminaba de cerrar ligeramente la cremallera de la mía, dejándola abierta hasta la altura del pecho, permitiendo que la camiseta que llevaba debajo se asomase ligeramente.
- Bueno, has de entender que la mayoría de los humanos no nos ve como una ayuda o una inspiración, sino como una amenaza, como enemigos. De hecho, los mutantes somos de los más odiados. Nunca he sabido muy bien por qué, pero existe una enorme aversión hacia nosotros por parte de la mayoría de la gente. Existen personas con poderes que hacen el mal o los usan en su propio beneficio, pero desde luego no es la mayoría. Siento decírtelo así, pero es bastante probable que en el transcurso de tu vida conozcas a gente que te odiará solo por ser distinta, o te señalara y te llamará cosas como "bicho raro", "monstruo" o cualquier apodo ofensivo que se les ocurra en ese momento.- Recordaba mi etapa en la universidad, tal vez la más dura de mi vida. Allí había perdido a muchos amigos tan solo por el estúpido hecho de ser un mutante. De hecho, hubo una chica que me llegó a escupir y tirar una piedra cuando le dije que sentía algo por ella. Tal vez ese era uno de los recuerdos más duros con los que había tenido que crecer. Ese rechazo, esas miradas de miedo y asco. Pero también estaba el lado bueno...- Al mismo tiempo, encontrarás a gente que se sorprenderá, y le fascinará que tengas poderes. Te pedirán que los uses y te verán como un héroe, una inspiración, y desearán ser como tú. Te pedirán que les muestres la magia que tenemos y que les ayudes cuando nadie más pueda hacerlo. No todo es malo, hay muchas cosas buenas en nuestra vida. Hay una cosa que debes hacer siempre Alice, y es rodearte de la gente que te importa y a la que quieres. La que te acepta y te quiere por lo que eres, tanto por tus virtudes como defectos. Aquellas personas a las que le da igual si eres un desastre o te olvidas de sus cumpleaños. Cuida tus verdaderas amistades y las personas que te importan, porque al final serán con quienes compartirás el camino de la vida.-
Sonreí entonces por lo que dijo acerca de un mapache y un árbol.
- ¡Conociste a Rocket y a Groot! No les conozco en persona, pero sé quienes son. Se llaman "Guardianes de la Galaxia". Son un grupo bastante variopinto que protege la galaxia del mal que hay en ella. Leía cómics suyos de niño. Muy divertidos la verdad. Y a Lilith también la conozco. Es amiga mía. Era íntima amiga de mi novia cuando eran niñas. Llevaban separadas mucho tiempo y ahora se han vuelto a encontrar.- Y una sonrisa semi amarga me recorrió el rostro. La situación entre las chicas era algo tensa, y Sasha todavía seguía dolida por todo lo que había tenido que hacer para proteger a Lilith la cual parecía no agradecerlo o seguía pensando que había sido una traidora o algo así. Qué se yo. Lo único que esperaba era que lo resolviesen pronto, para bien o mal, pero odiaba ver a Sasha sufrir por ella y no poder hacer nada. Pero no quería pensar en eso en aquel momento.- Es bueno que salgas de vez en cuando. No deberías estar encerrada en la mansión todo el día. Llevar una vida normal es lo que tenemos que hacer. Somos mutantes, pero también personas. Me alegro de que consideres que haber venido aquí fue una buena idea. Y me alegro de cualquier motivación o ayuda de la que haya podido ser. Poco a poco te irás soltando más, como acabas de hacer ahora mismo.-
Había notado que su tono de voz había subido ligeramente, seguramente por la alegría que le suponía contar las cosas, y me alegraba por ella. Su poder era complicado de llevar debido a que tenía que controlar mucho lo que decía, cómo lo decía y cuándo lo decía, de manera que poco a poco se fuese soltando era un buen síntoma. Significaba que se sentía verdaderamente cómoda.
- No te preocupes, no me ha afectado tu poder. Pero sí he notado que has hablado más alto, algo que no sueles hacer a menos que estés muy contenta, y eso me reconforta. Recuerda que no debemos tener miedo de nuestros poderes, tan solo respeto. Bueno, ¿cómo vas? ¿Qué tal te sientes? Supongo que habrás notado alguna mejoría con respecto a cuando empezamos, ¿no? De todas formas, ya es hora de que pongamos verdaderamente a prueba tus habilidades. Esta noche vamos a hacer un poco de actividad de campo. Nos vendrá bien. ¿Qué me dices?-
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 2nd Febrero 2016, 20:46
Escuchó todas las cosas que tenía que decirle su profesor, con la mirada atenta y el corazón a flor de piel. Las palabras de Planaria no sólo la reconfortaban, si no que le hicieron sentir más cercana a su profesor, la gran empatía que había demostrado, junto con la implicación con la que hablaban, le hacían pensar a la morena de que su profesor hablaba desde la experiéncia, mostrando así haber vivido la misma situación que ella, y probablmente mucho de los alumnos de la escuela iban a afrontar. O ya estaban afrontando en ese momento.
Para colmo, Glámez también parecía conocer a Rocket y a Groot, y a Lilith. Y cuanto más terreno común tenía con el profesor, más segura y extrovertida se sentía se inclinó levemente hacia adelante, por un momento dejando atrás toda la timidez y las barreras invisibles que normalmente alzaba a su alrededor. Y el profesor también pareció darse cuenta de ello. Aunque no pudo evitar que sus mejillas cobraran algo de color, sonrió abiertamente, dando una enérgica cabezada a modo de confirmación.
- Sí, hablo más alto, aunque no es exactamente cuando estoy contenta... Aunque también puede ser. - sin darse cuenta bajó levemente el tono de voz. - Así es como hablaría normalmente si no tuviera el poder que tengo. Y como hablaba con mi grupo de amigos en Inglaterra, mientras lo tuve. Creo que es cuando cojo confianza, y soy más... yo misma, no sé si me entiende.
Estaba segura de que sí. Al fin y al cabo, si había un lugar donde poder sentirse comprendida, era allí.
- En cuanto a como me siento... Genial. Más ágil, más resistente y más confiada. Me veo más capaz de hacer las cosas y sobretodo lo noto físicamente, cómo mi cuerpo tolera más el cansancio y cómo tardo más en llegar a él. Así que si quiere llevarme a probarme a mi misma... Sólo dígame dónde y cuando, profesor.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 3rd Febrero 2016, 14:31
- Tal vez sea eso. Sea como sea, me alegro. Con respecto a la salida, lo haremos esta noche. Al parecer el profesor Xavier nos ha dicho que hay actividad inusual en los barrios bajos de Brooklyn. Inusual me refiero a que cree que hay algunos mutantes causando problemas a civiles, así que nos acercaremos a ver qué hay. Le diré a Sasha que se venga con nosotros. Un grupo de tres puede estar bastante bien, y tal vez, si te sientes animada, puedas usar tus poderes un poco. Pero bueno, por hoy es más que suficiente. Venga, recoge tus cosas. Quedamos en el puente de Brooklyn a las 20:30. No sé lo que tardaremos, pero he visto que mañana no tienes que madrugar.- Y con un ágil movimiento me levanté y ofrecí la mano a la alumna para ayudarla a incorporarse. Recogimos las cosas y nos dirigimos al gimnasio para cambiarnos y seguir cada uno su camino hasta la noche.
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18 de diciembre de 2018. 20:30 de la tarde. Dover Street con South Street. Puente de Brooklyn, Nueva York.
Los coches circulaban vuelta a casa o dirigiéndose al bar más cercano a tomar algo. La luna iluminaba el East River con reflejos plateados. La temperatura era bastante baja, pero todavía no había nevado. Tal vez en enero tuviésemos más suerte. Pequeñas nubecillas de vapor aparecían frente a la boca de la gente, y todos paseaban bien abrigados. Sasha y yo esperábamos la llegada de la joven Alice para la misión de rastreo que el profesor Xavier nos había encargado. Llevaba mi gorro rojo y una braga que me cubría hasta la nariz. Unos guantes en las manos y una chaqueta de cuero marrón oscuro gruesa. Una capucha de sudadera asomaba por la parte trasera del cuello mientras permanecíamos sentados en un banco. Llevaba el traje debajo de la ropa preparado para cuando entrásemos en acción, si así lo hacíamos. Me estiré levemente, crujiéndome la espalda un poco, y pasé el brazo por los hombros de mi compañera, dándole un beso en el lateral de la cabeza.
- Gracias por venir con nosotros cielo. Espero que no sea nada peligroso. Xavier dice que podrían tratarse de una pelea de bandas o algo de una mafia, así que será mejor que estemos preparados por si acaso.- Había pocas personas en las que confiase tanto como en Sasha, a quien le habría entregado mi vida si hubiese hecho falta. Miré el reloj y vi que ya era la hora. Alice debía estar al llegar. Tenía mi teléfono para contactar conmigo por si se perdía o algo por el estilo, y a falta de mensajes de ningún tipo ni llamadas supuse que estaría al caer. Me froté ligeramente el ojo y la nariz a causa del frío.- Espero que no tenga problemas para encontrar este sitio. Me dijo que sabría llegar.-
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 17th Abril 2016, 03:10
Plana me había comentado el plan por encima y accedí enseguida y sin dudarlo. Era domingo, lo que significaba que no había pisado la pastelería y estaba bien descansada como para permitirme acompañarles de misión.
-No te preocupes. Estoy para lo que necesitéis cualquiera de los dos...- la noche estaba bastante fría, podía notarlo en la temperatura del aire, así que mientras esperábamos apoyé una mano sobre plana regulándole la temperatura de su cuerpo al completo a treinta y seis grados celsius. -Deja de preocuparte, profe, seguro que llegará en unos minutos…Además hemos llegado pronto, como siempre- dije guiñándole un ojo remarcando ese deje protector que tenía con sus alumnos y que tan loca me volvía. Me hacían pensar que tal vez fuese un padre genial. En un futuro. Muy lejano.
Me había preparado con el traje, dejando atrás la hebilla de la patrulla que colgaba de mi cinturón multiusos. Al no ir de parte de la institución era malo vincular la organización con cualquier decisión o acto por cuenta propia así que desmonté la hebilla poniendo una de cierre sencillo y normal, para poder disponer de los bolsillos múltiples donde llevaba el teléfono, las llaves, algo de dinero, una botella de agua de medio litro, un bar de bridas y seis metros de tela cortada de forma estrecha enrollada lo más compacta posible. La gente menosprecia lo útil que es esta última. Por lo demás, el traje de siempre. Las botas militares, las mallas negras, el corsé flexible, coraza, las cadenas con las cintas y la capucha con la redecilla ceñida a la piel hasta la nariz y los pómulos. Todo por supuesto, equipo resistente a altas temperaturas.
Miré un instante a Plana, sonriendo y apoyando mi brazo sobre su hombro. Hacíamos un buen equipo y nuestros poderes nos permitían hacer movimientos juntos que funcionaban muy bien. Solté una risa feliz, echando aire por la nariz y le dejé un beso en la mejilla. Después de la visita a Charles había estado muy deprimida. Elsa se había estado haciendo cargo del turno de tarde de la pastelería y… salvo las mañanas mi vida era un constante de quedarme en casa entrenando y practicando para mantener la mente ocupada y no romper a llorar. Para mí eso era verme morir poco a poco y esta salida tal vez fuese el inicio de una buena racha. Podía ser mi “despertar” de esa rutina en la que me había envuelto sin darme cuenta.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 17th Abril 2016, 17:25
Haciendo gala de la famosa puntualidad británica, Alice había llegado al punto de encuentro diez minutos antes de la hora acordada. La ropa que vestía ese día no era muy diferente de la que habría usado días antes con Logan, en otra misión de campo que había servido de prueba y entrenamiento para poner en práctica las habilidades que estaba desarrollando la joven mutante, y es que Alice estaba poniendo verdadero empeño en aprender y siempre daba su mejor esfuerzo. Calzaba unos tejanos negros metidos por dentro de unas botas militares da caña alta que cubrían hasta debajo de las rodillas, y en lugar de llevar uno de aquellos jerséis largos tan típicos de ella, llevaba una sencilla camiseta de manga larga negra y cuello en pico que reseguía su estrecha cintura y las curvas de su cadera. También llevaba un jersey de lana gris a juego con una bufanda y guantes. A falta de poder jugar con las mangas del jersey, Alice se había quitado la bufanda y jugueteaba con ella entre las manos.
Pero llegó la hora y no había rastro de Planaria. Empezó a temer haberse equivocado con el lugar, pero había seguido el GPS de su aparato móvil, tenía que ser ahí. Alice se alzó, mirando a todas direcciones con cierto nerviosismo, cuando al fin se percató de que al otro lado de la calle había una pareja que bien podía encajar en la descripción de Planaria y Sasha...
Por fin iba a conocer a la famosa Sasha. Las veces que Planaria hablaba de su pareja, podías palpar el cariño y la calidez de lo que sentía en cada una de las palabras, en la sonrisa bobalicona que aparecía en sus labios, y el tierno cuidado con que hablaba de ella. Y mientras cruzaba la calle sus ojos se posaron en el gorro rojo de lana de su profesor y sonrió para sus adentros al no haberle reconocido antes. Contempló la hora en su teléfono, y tras asegurarse de que no estaba llegando tarde se plantó ante el banco donde la estaban esperando los dos adultos.
Alzó una mano tímidamente para saludar al profesor Glámez y sin poder evitarlo sus brazos gesticularon el saludo como sería propio en el lenguaje de los sordomudos. Al fin y al cabo, todavía no conocía a Sasha, no se habían presentado y Alice siempre tenía dificultades para dar el primer paso...
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 18th Abril 2016, 23:17
En cuanto ella me tocó y reguló mi temperatura, un fuerte escalofrío me recorrío el cuerpo que terminó con un "brrrrr" mientras hundía mi cabeza en mis hombros y frotaba mis orejas contra ellos. Bajé la braga y me desabroché un poco la cremallera de la chaqueta.
- ¡Qué gustirrinín! Jajajaja Me encanta que hagas eso. Gracias amor. Y menos mal que llevo bien el frío porque estoy acostumbrado, pero tío, el invierno en Nueva York es duro.- Ojalá nevase. Me encantaba la nieve como pocas cosas en este mundo. Me encantaba salir a jugar con ella y disfrutar como un niño la mañana de Navidad. Me froté un poco las manos más por la emoción de una escapada nocturna que por el frío que ya no tenía. Eso sí, la pequeña nube de vaho que acompañaba a mi respiración estaba frente a mi boca constantemente. De hecho, se hizo más densa con el calor que me había aplicado Sasha.- Ya me conoces, no puedo evitar preocuparme. Me gusta que las cosas salgan bien. Alice ha mejorado un montón pero esta es una verdadera prueba de fuego. Espero que se sienta cómoda. Todos tenemos que aprender a volar en algún momento.-
Sonreí ante su beso, y entonces vi a una joven que cruzaba la carretera hacia nosotros. Era Alice sin duda. Me levanté y la saludé, volviéndome a Sasha.
- ¡Bienvenida Alice! Espero que no hayas tenido problema para encontrar este sitio. Ven, te presento. Alice, esta es Sasha. Sasha, la joven Alice, una prometedora alumna sin duda.- Para mi sorpresa, Sasha le devolvió el saludo usando el mismo lenguaje de signos, lo cual sin duda ayudaría a Alice a soltarse. Ella tenía problemas con el habla, así que alguien que pudiese comunicarse sin usar la palabra seguro que la hacía sentir mucho más cómoda.- ¡Sabes lenguaje de signos! ¡Qué fuerte! ¡No tenía ni idea! ¿Me enseñas? ¡Porfa!-
Y después de un cálido saludo y unas risas nos pusimos en marcha. Era un edificio al otro lado del puente de Brooklyn en teoría abandonado, pero en el que al parecer había habido actividad mutante, o eso había sentido el profesor. Aproveché el camino para ir contándoles un poco la situación. Debíamos ver si había alguien o no en ese edificio, y si era un mutante intentar contactar con él para ayudarle. No era la primera vez que los mutantes nos escondíamos de los humanos debido al odio y la aversión que estos solían tener hacia nosotros, pero al parecer al profesor le había resultado casi imposible acceder a la mente del mutante o mutantes en cuestión, como si hubiese una especie de cúpula que le impedía la entrada. Me ofreció ir de forma no oficial y accedí sin pensármelo. No parecía peligroso y pensé que sería un buen momento para que Alice saliese a la calle. Sabía que Sasha también se uniría. Últimamente la veía casi arrastrarse por la casa y me inventaba cualquier excusa para salir a darnos un paseo, tomar algo o hacer cualquier cosa. Yo tuve el problema de que al tener los exámenes a la vuelta de la esquina tenía que hacer diferentes modelos según el sistema de educación. Pero bueno, esa tarde de domingo iba a estar entretenida.
Cuando llegamos a nuestro destino un enorme edificio que parecía un hangar nos esperaba cerca del río. No me gustaba que estuviese tan cerca pero no podía elegir su situación, así que tendría que apechugar. No se veía ni una luz ni indicios de que hubiese nadie ahí. Buscamos un sitio donde dejar la ropa y la escondimos, mostrando mi traje de dos piezas. Me froté las manos y unas pequeñas chispas moradas salieron de ellas. Abrí una puerta con cuidado, intentando que no crujiese ni hiciese ningún ruido que nos delatase. Solo esperaba que no hubiese nada peligroso allí dentro.
OCC:
Podéis preguntar a Plana lo que queráis y os lo responderé en el siguiente post, o podéis preguntarme las respuestas para incluirlas en vuestro post ^_^
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 19th Abril 2016, 01:02
Sonreí feliz y tranquila con la reacción de Plana. Siempre tenía una buena respuesta para todo, y eso me daba un calor que yo no podía controlar -Sí, lo sé... estate tranquilo- dije acariciándole la espalda con garbo mientras veía una silueta venir a lo lejos. Sonreí cuando Plana dijo palabras literales "prueba de fuego". Me encantaba esa referencia. -Saldrá bien, deja que las cosas fluyan. Sabes que la protegeré muy bien- dije dejando un último beso rápido en sus labios- Todo saldrá bien...- le susurré antes de girarme a Alice, que llegó con una indumentaria bastante propia y adecuada para una misión así.
Me levanté con él y sonreí cuando hizo la presentación de la joven promesa. En realidad apenas le sacaba un par de años, pero sí parecía más joven por su timidez. - Hola Alice, espero que te encuentres bien- dije mientras realizaba los signos. Tenía esa costumbre, con los pocos sordomudos con los que había tratado hacía lo mismo porque me explicaron que les era más fácil adecuarse a la lectura de labios, pero en el caso de Alice, por pura incapacidad social, pensé que le vendría mejor. Sonreí, me hizo ilusión poder darle uso alguna vez fuera del circo al lenguaje, y tengo que decirlo, me pareció locamente adorable por su parte que ese fuese un fruto de su timidez. Miré a Plana con una carcajada - Jajajaja, vale, vale.. Te enseñaré. Aunque este es el internacional, el Americano tiene sus propias diferencias- apunté antes de mirar a Alice una vez más. Tenía una cara muy dulce y sus ojos eran preciosos. Por un momento me salió el impulso de regularle la temperatura pero me detuve antes de moverme. Si no estaba preparada para hablarme, ¿cómo iba a dejarme tocarla?
Echamos a andar mientras recapitulaba la información en la cabeza. Al parecer sólo era un rastreo común de actividad mutante, así que decidí seguir de momento preparada para ver lo que nos encontrábamos. Definitivamente... no estaba preparada para eso. Las puertas se abrieron y una silueta se plantó ante nosotros. Se me descuadró la cara -¿Henry? ¿Qué haces aquí?- pregunté algo aturdida, sacudiendo la cabeza un par de veces. -Oh.. ¿No os dijo Charles que os acompañaba en esta misión?- Parpadeé y negué con la cabeza. -Un terrible fallo de comunicación, me temo...- Carraspeé intentando sonar tranquila, haciéndolo real poco a poco -Eso parece... ¿Qué, tienes información nueva?- No demasiada... La actividad mutante de la zona se ha visto reducida en los últimos momentos... No parece que haya que darle demasiada importancia- Avancé hacia lo que parecía el salón recibidor del edificio, observando los muebles viejos con la pintura levantada, el aroma a polvo, la poca luz que entraba en el sitio... Desde luego no era el lugar idóneo para estar solo.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 22nd Abril 2016, 17:52
Sasha aparentaba ser tan dulce como Alice la había imaginado y cuando esta le devolvió el saludo en su lengua, sintió como el alivio la envolvía como un manto protector. Alice le dedicó una tímida sonrisa, y con sus manos le respondió que si, estaba bien, y deseando tener la oportunidad de probarse a sí misma.
Pronto iniciaron el camino en dirección a lo que parecía un edificio abandonado. El peculiar ambiente deshabitado le recordaba levemente el viejo almacén donde ella y Logan habían entrenado recientemente, participando en una misión de campo real... Como la que iban a participar ahora mismo. Mientras caminaban, acercándose al lugar, Alice empezó a estirar los brazos, tal como si se preparara para realizar actividad física en cuanto entraran. Cuando la puerta se abrió, la joven mutante se encontraba alerta, pero al ver que ni Planaria ni Sasha hacían ademán de colocarse en guardia, intententó relajar los músculos y mantener el rostro neutro.
El hombre... si se le podía llamar hombre... que les observaba con dos grandes ojos amarillos. Su cuerpo al completo estaba cubierto de espeso pelo azul. Sin embargo vestía con un traje ejecutivo e iba, pese al pelo, indudablemente arreglado. Alice bajó la mirada con timidez, evitando el contacto visual directo con quien Sasha había llamado Henry. Y mientras ellos hablaban, caminó lentamente por el lugar, contemplando todo a su alrededor. Era obvio que el lugar había estado abandonado durante mucho tiempo, a juzgar por el aspecto que presentaba y la densa capa de polvo que lo cubría todo uniforme como si se tratara de un manto, a excepción de las suaves pisadas que estaban dejando ellos cuatro al entrar.
Alice se llevo una mano disimuladamente a la bufanda, tirando de ella para no oler el polvo y que no le entrara ahora la manía de tener que limpiarlo todo. Tenía que aprender a priorizar, sobretodo cuando se encontraba en situaciones como aquella en que debía estar pendiente de cosas mucho más importantes. Su mirada dio un último vistazo a esa sala antes de acercarse a una puerta cercana.
Muy lentamente, Alice empujó la hoja de madera que para su sorpresa se deslizó silenciosa sobre el suelo, sin crujir, sin arrastrar el polvo bajo el burlete de la puerta, casi como si... Si se hubiera estado utilizando a menudo. El interior de la nueva sala era oscuro, y a duras penas lograba adivinar lo que había en su interior. Pero sí pudo ver las huellas en el polvo, y objetos fuera de su lugar que podían indicar que alguien había vivido ahí. Había colchones en el suelo, y quedaba el esqueleto de lo que fácilmente podría haber sido una pequeña hoguera. Latas de aluminio y botellas de cristal se amontonaban en una esquina, y a diferencia de la entrada, en esta sala permanecía un ligero aroma a perritos y cerveza.
Se quedó de pie junto a la puerta, esperando que sus profesores la vieran y se acercaran al lugar, cuando de dentro de la propia habitación se escuchó un golpe, y el sonido del cristal rompiéndose. Alice se tensó, mirando el interior de la sala con intensidad, sin poder adivinar qué o quién había provocado ese ruido.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 23rd Abril 2016, 11:03
La puerta se abrió lentamente, y en cuanto pude ver al otro lado, una figura de casi dos metros de alto por otros dos de ancho con los ojos brillantes nos esperaba. Todo mi cuerpo se tensó de golpe y un rayo morado recorrió desde la punta de mi pecho hasta la punta de los pies, las manos y la cabeza. El pulso se me aceleró durante un par de segundos hasta que reconocí a nuestro compañero Henry.
- Joder Henry, qué susto me has dado. ¿Qué haces aquí?- Pregunté casi al unísono con mi compañera. Nos explicó que el profesor le había mandado, pero que no había sido capaz de contactar con nosotros. Era extraño a decir verdad. Charles siempre avisaba de los cambios que había en una misión o algo con tiempo. Tal vez se le hubiese olvidado. Incluso los mejores genios tienen despistes. El caso era, que me sentí relajado pero al mismo tiempo preocupado por que Henry estuviese allí. Sabía que el profesor confiaba en mi criterio y mi liderazgo, pero si le había mandado era seguramente porque lo que nos íbamos a encontrar era mucho peor de lo que originalmente había pensado, y le necesitaríamos. Asentí con la cabeza y le pregunté si le había dicho algo más, si había noticias de última hora. Acto seguido, una vez estábamos los cuatro dentro del edificio comenzamos a andar en dirección al centro.- Cuidado por donde pisáis. Este sitio tiene pinta de derrumbarse de un momento a otro...-
Inspeccionamos un poco aquella enorme sala sin encontrar más que polvo, cajas con la madera podrida o carcomida, cristales rotos, cortinas rasgadas y algún colchón mohoso. El sonido de un cristal roto captó la atención de todos, pero vimos a un gato correr proveniente del origen de este, así que no le di más importancia. Seguimos avanzando, pero allí no había nada destacable. Eso me extrañaba. El profesor nunca nos habría mandado a investigar un lug... Un grito. Se escuchó muy bajito, pero había sido un grito sin duda, que provenía de debajo de nosotros. Miré a mis compañeros y presté de nuevo total atención. No se oía nada.
- ¿Lo habéis escuchado vosotros? El grito me refiero...- Sonó de nuevo, esta vez mucho más claro. Detrás de mí. Corrí hasta donde parecía haberlo escuchado y me agaché para inspeccionar el suelo. No podía sentir nada. Me concentré, intentando notar alguna fuente eléctrica, sin éxito. Sin duda los gritos provenían de algún sótano o algo, pero no habíamos visto ningunas escaleras ni... Apenas se podía ver. Una especie de puerta en el suelo de unos dos metros de largo por uno de ancho. Estaba hecha con el mismo material y en un rápido vistazo se confundía. Me acerqué haciendo señas a mis compañeros para que viniesen a mirar. No había ningún tipo de argolla ni picaporte, pero aquella losa tenía que ser algo. Un par de surcos metálicos, como dos pequeños raíles salían de la parte superior y terminaban a un par de metros del límite de la enorme piedra.- ¿Creéis que esto es...?-
Un chasquido siseante sonó bajo nuestros pies, y la enorme losa comenzó a moverse lentamente, saliendo del suelo. Indiqué que nos escondiésemos en donde fuera. La puerta se elevó unos cuarenta centímetros, y una fuerte luz blanca se asomó a través de los pequeños huecos que esta había dejado al moverse. Se paró con un sonido seco y comenzó a moverse en dirección a los raíles, dejando el hueco perfectamente visible. La luz salía como un foco en la noche, y se escucharon los gritos más claramente, así como gente hablando. Un hombre con un chaleco anti balas y una boina subió progresivamente, con los sonidos de sus pisadas delatando que había unas escaleras. Se hurgó en el bolsillo y sacó una caja de cigarrillos, encendiéndose uno y dando una densa bocanada de humo.
- Asco de mutantes de mierda...-
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 26th Abril 2016, 02:44
La actitud con la que Alice empezaba la misión era digna de admirar. Las alumnas ambiciosas siempre eran las mejores. Sabía que Alice estaba fuera de la edad del curso de instituto así como del preparatorio para la universidad, pero aun así estaba recibiendo algunas clases puntuales y de refuerzo para ayudarle con su poder, y me parecía estupendo que a pesar de ser tan introvertida tuviese tantas ganas de comerse el mundo. No se me pasó por alto que se preparó cuando abrimos la puerta, otro punto positivo para ella. Sonreí tranquila y miré a Henry luego algo más calmada. -Bien, entonces vamos- añadí al entrar.
Henry no le dirigió mas que una mirada rápida a Alice y se giró para continuar con el objetivo de la misión. Ella se dirigió a una puerta nueva mientras dejábamos la principal atrás. Cerrando detrás nuestra. Siempre era bueno asegurarte la espalda. Una puerta cerrada para nosotros no significaba nada gracias a mi poder, pero para otras personas puede ser un obstáculo importante. Les acompañé luego a la habitación, alzando mi mano a la altura de mi rostro y encendiéndola con una llamarada que daba vueltas en torno a mis dedos. Entorné la mirada para tratar de acostumbrarla a la luz. El sonido me alteró e intensifiqué la llamarada aun más viendo un gato que había tirado una copa al suelo. -Cuidado con los cristales y la escombrera- miré a nuestro alrededor y detrás nuestra de vez en cuando hasta que escuché el grito y como primer impulso miré a Plana con los ojos muy abiertos, asintiéndole con la cabeza una vez y bastante rápido. - Sí. Abajo- Le vi echar a correr y apartar escombros para descubrir esa puerta. Corrí a su lado sin distanciarme demasiado de Alice, teniéndola en mente. Henry también vino e inspeccionó con nosotros. -Tiene toda la pinta, parece...- pero me detuve antes de seguir hablando, tomando la decisión de que era mejor examinarlo con más calma antes de hacer un juicio equivocado. Pero antes de darme cuenta, esa cosa empezó a abrirse. Nos acercamos a una esquina. Estábamos todos, Plana, Alice y.. y..
Miré a mi alrededor. ¿Dónde demonios estaba…-¡¡¡BESTIA!!!- Me quedé helada. Viendo cómo Henry salía detrás del soldado, en una sombra gigantesca introduciendo sus garras a través del torso de ese hombre, atravesando el chaleco antibalas, la tela y todo su cuerpo, sacando el inicio de sus garras afiladas por el pecho del hombre que había lanzado las críticas a los mutantes al aire. El cigarro encendido cayó de los labios de aquel hombre hasta el suelo más rápido que la sangre de su tórax. Henry sonreía disfrutando la situación. Los ojos en blanco del soldado, el gesto de dolor y el alarido de dolor terminó de llamar nuestra atención. Con un gesto húmedo y crujiente sacó su garra del cadáver, haciendo que este se desplomase sobre los cascotes. Pero al recoger su brazo, ya no estaba cubierto de pelo. Era un brazo mucho más fino, con una mano delicada pero fuerte, que ahora estaba cubierta de sangre. La estatura así como el volumen de nuestro compañero se redujo poco a poco, sustituyendo los ropajes también por unas botas altas, Un traje negro ajustado sobre unas curvas y unos ojos que nos miraban. Salió de la oscuridad a un rayo de luz de la luna que entraba por un pedazo de techo inexistente. -¿Qué hay?- Dijo mientras recogía las armas que tenía el soldado, adoptando la forma de ese hombre dejando atrás su aspecto anterior y metiéndose por el hueco de la piedra, con dos ametralladoras ligeras en cada mano.
-¡¡MIERDA!!!- grité corriendo hacia ella. Sin embargo bajó corriendo las escaleras cerrando la gran losa detrás. -¡DIOS!- Llegué a la losa dejando salir mi poder en forma de todo el calor posible para empezar a convertir en magma esa loseta, derritiéndola al camino de mi mano. ¿¡Cómo no nos habíamos dado cuenta!?
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 26th Abril 2016, 23:30
Todo sucedió en un instante. La Bestia se avalanzó sobre el hombre, su garra atravesó su cuerpo como si se tratara de mantequilla y luego lo dejó caer.
Aquello no era la sala del peligro, el cuerpo se descolgó inerte contra el suelo como si estuviera hecho de trapo. No se movió, no intentó gritar, simplemente estaba ahí, en silencio... Pero lo peor era sin duda el olor a sangre. Ese perfume metálico que otras veces había olido en el hospital donde trabajaba su madre, cuando entraba gente herida, pero el olor a antisépticos siempre cubría parcialmente. Ahí, entre el polvo, era intenso y penetrante.
No era la primera vez que veía un cadáver. En el hospital sucedían estas cosas, y aunque nunca te acostumbrabas, lo asimilabas. Pero ver a alguien fallecer por una enfermedad o un accidente, a ver cómo le roban la vida a escasos metros de donde estás... Hizo que Alice a duras penas se percatara del cuerpo cambiante de Henry, sin entender qué sucedía, e incluso cuando la pesada losa de piedra les cerró nuevamente el paso, Alice no podía apartar la mirada del cuerpo. A duras penas le veía, pues no era si no una silueta recortada en la penumbra.
Asco de mutantes de mierda, había dicho. Aquél hombre les odiaba. Pero de algún modo eso no le parecía importante. Ella misma se había odiado por tener ese poder, ¿Cómo iba a esperar que el resto no lo hiciera? Sin darse cuenta avanzaba lentamente hacia el cadáver, casi como si temiera que sus pasos pudieran despertarle. Entendía que la gente podía odiar a los mutantes, pero no por ello les odiaba. Agachándose junto al cuerpo y casi más por instinto que por lógica, Alice colocó la mano sobre su cuello, buscando una artéria donde comprobar su pulso. Pero era obvio que no iba a encontrar nada, y de algún modo su cuerpo buscaba seguir esas pequeñas comprobaciones... Los pensamientos le llegaban lentos, embotados, como si estuviera sumergida en agua y escuchara el eco distante de la superficie.
Aquél par de ojos vidriosos que contemplaban la nada, carentes de vida, parecían ser un imán, y la joven británica no podía apartar de ellos su mirada. Un nuevo estímulo, tal vez un intento de su propia mente por hacer que la lógica se sobrepusiera, y su brazo se alzó hasta el rostro de aquél hombre, cerrándole los párpados. La sangre que brotaba de su herida se entremezclaba con el polvo, formando una especie de capa carmesí que deformaba el charco, casi como si pintara dibujos en el suelo de piedra. Sus pensamientos siempre habían sido desordenados, obsesivos, tal vez fruto del trastorno que sufría de nacimiento, pero ahora se había instalado en su mente una extraña calma. No podía escuchar nada, como si el ruido que había producido la Garra de la bestia hubiera silenciado el mundo. Y es que para ella, no había mundo. Contemplaba el cuerpo como si intentara entender qué hacía ahí, el tapiz que dibujaba su sangre como si no entendiera porqué escapaba de su cuerpo, si su lugar se encontraba en su interior, dándo vida, y no como una señal de que esta ha acabado.
No se le ocurrió apartarse de él hasta que la sangre llegó a ella, y lo hizo con el sórdido pensamiento de no interrumpir el dibujo natural que a sus pies se extendía incesante. Al hacerlo, paseó la mirada por el lugar, desconcertada.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 27th Abril 2016, 21:03
- Asco de mutantes de mierda... Ya de daré yo asco de mutantes...- Susurré para mí indicando con la cabeza a Sasha que yo me encargaba de ese tipo. Un calambrazo y ale, a dormir. Sin embargo, nuestro compañero Henry se me había adelantado, y con el grito de Sasha supuse que algo no iba bien. El hombre fue atravesado de parte a parte por el puño de nuestro compañero, lo que me dejó helado en el sitio. ¿Henry? ¿Matando a sangre fría? ¿Y de una manera tan violenta? ¿Y disfrutando de ello? ¿Pero qué...? Y antes de que pudiese darle las gracias aunque de manera no muy convencida, su forma cambió. Se hizo más pequeño, mucho más delgado y más... ¿Sensual? Sí, esa es una buena palabra. Y ahora era una mujer además. Nos miró con aquellos ojos y una escalofriante sonrisa, saludándonos como si nada.- Tú no eres Henry...-
Antes de que ninguno de nosotros pudiésemos saltar a por ella, se deslizó a toda velocidad a través de la apertura, cerrándola tras de sí. Dos relámpagos morados iluminaron la sala, intentando en vano alcanzarla.
- ¡¡JODER!! ¿¿QUIÉN DEMONIOS ERA ESA??- Las yemas de mis dedos intentaron colarse entre la puerta y la pared para intentar levantarla, pero fue totalmente inútil. Estaba cerrado casi herméticamente. Ni un alfiler habría entrado por ahí. Maldije haber fallado mis rayos y di un puñetazo al suelo. Sasha comenzó a calentar la puerta para derretirla y que pudiésemos atravesarla. Yo di un par de pasos hacia atrás para dejar que trabajase a gusto y sin molestias, momento en el cual me volví en busca de Alice. La encontré junto al cuerpo del hombre vestido de militar. Me acerqué a ella y puse mi mano sobre su hombro. La señal de la cruz, una rápida oración y volví a Alice hacia mí para que me mirase a los ojos.- Alice, siento que hayas tenido que ver esto... No es agradable nunca, pero ahora necesito que estés concentrada, por favor. No es justo pedírtelo, lo sé, y lo siento de corazón por ello. Esta misión acaba de volverse mucho más peligrosa de lo que pensábamos, así que necesito que tengas todos los sentidos puestos en ella. ¿Crees que podrás? Yo sé que puedes... Confío en ti Alice... Eres una de las personas más fuertes que he conocido nunca...-
Lo malo de ser un héroe es que muchas veces te encuentras con cosas como esta. Muerte, destrucción, traición... Cosas verdaderamente desagradables que marcan a uno. Yo no estaba inmunizado contra la muerte ni la sangre, pero había visto mucha a lo largo de mi vida. Ya había dejado atrás las arcadas y el malestar cuando asesinaban a alguien delante de mí, pero mentiría si dijese que no me dejaba un mal cuerpo, especialmente si eran tan violenta como esta. Sólo esperaba que Alice estuviese bien. Me giré de nuevo a Sasha y vi que la puerta ya tenía un pequeño agujero. Nos alejé a la joven alumna y a mí de ella. El calor que emanaba era asfixiante, y podían verse las ondulaciones en el aire que deformaban el otro lado. El rojo intenso iluminaba las manos de Sasha, la cual era inmune a el calor y el frío. Nunca se quemaría ni se congelaría, pero nosotros sí. Incluso a diez metros la respiración resecaba la garganta y los pulmones. En cuanto ella acabó y la puerta estaba totalmente derretida esperé a que la enfriase y nos acercamos.
- Buen trabajo cielo. Vale, la cosa es como sigue. Iré yo el primero ya que puedo defendernos de un ataque a distancia. Alice, quiero que te quedes pegada a Sasha pase lo que pase. Es MUY IMPORTANTE que no nos separemos. Si lo hacemos, no os fiéis de nadie. Esa mujer nos ha engañado por completo imitando a Henry, y no sé si podrá hacerlo con nosotros también. Haced preguntas personales, algo que sólo vosotros sepáis. Si elude la pregunta o no sabe qué contestar no dudéis ni medio segundo, ¿entendido? Vale... Vamos allá.- Entré por la puerta, vigilando cada rincón y esquina como si la vida nos fuese en ello, lo cual bien podría ser. Nos encontramos en unos largos pasillos iluminados con una luz blanca que casi forzaba a entrecerrar los ojos y no quedar cegados por ella. Este pasillo se bifurcó un par de veces en cruz, lo cual me hizo chasquear la lengua molesto... Con una salvedad. Me agaché para ver unas gotas de sangre en el suelo, producto del brazo de la mujer. ¡Bingo! Un grito desgarrador proveniente de nuestra derecha llenó mi brazo derecho de serpientes moradas que bailaban de manera totalmente aleatoria. Indiqué con la cabeza que me siguiesen y nos dirigimos al final del pasillo.
Encontramos una enorme apertura que daba a una gigantesca sala oscura. Cientos de tuberías oxidadas y herrumbrosas decoraban las paredes, algunas tan anchas como el tronco de un árbol y otras de apenas cinco centímetros de diámetro. Unas escaleras bajaban hasta la parte inferior donde algunas luces habían sido colocadas a lo largo de estas y un camino que seguía descendiendo. Las escaleras chirriaron desagradablemente con nuestros pasos. Apreté los dientes intentando causar el menor ruido posible hasta que pisamos el hormigón del suelo. El olor a cloaca era verdaderamente desagradable, obligándome en un punto a fruncir el ceño. Miré aquellas enormes cañerías y me volví a Sasha.
- Si esas tuberías se rompen tendrás que congelar el agua antes de que me alcance, por el bien de todos. No me gustaría electrocutaros.- Lo que nos faltaba. Que los tres muriésemos fritos como pollos. Un nuevo grito del otro lado de una puerta rectangular con una rueda para abrirla. Las marcas de sangre estaban en ella. Asentí a las chicas e hice girar la manivela con fuerza. El chirrido fue muy desagradable, y me costó un poco a decir verdad, pero cedió al cabo de dos o tres duras vueltas. Abrimos la puerta con cuidado y me asomé con cautela. Nada. Pero pudimos oír el ruido de maquinaria al otro lado, como una locomotora lejana... ¿Pero qué demonios...?
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 3rd Mayo 2016, 16:22
OOC: No he avanzado mucho más porque he dado por hecho que Plana tenía algo preparado para el ruido y eso .
Me concentré con toda la fuerza que pude en derretir la loseta cuanto antes. Sólo fue al girarme cuando me detuve un instante, siguiendo la silueta de Alice mientras escuchaba el grito de Plana. Allí estaba ella como un golpe de paz en mitad de un fusilamiento. Se acercó como si formase parte del ambiente tenue y abandonado y lo único que hizo fue comprobarle el pulso y cerrarle los ojos. Esas muestras de respeto y atención que se supone que debíamos tener…
Pero había gente muriendo ahí dentro. Agité la cabeza y con una punzada de culpabilidad seguí con la misión. -Se llama mística… Es una cambiaformas humana. Muy conocida entre la mansión… del bando de Erick- contesté frívola a la pregunta, viendo cómo me quedaba siendo la única insensible del grupo mientras ellos cumplían con la parte “humana”. - Chicos… hay gente ahí dentro que si no actuamos rápido tendrán la misma suerte que ese soldado- Mientras deslizaba la loseta fruncí el ceño pensando en mí misma. ¿Desde cuándo actuaba de manera tan distante hacia las personas? ¿Qué me estaba pasando…? Antes habría ido junto a Alice y la habría reconfortado sin perder el objetivo de la misión pero...desde…
No. Céntrate.
Una vez el agujero fue suficientemente grande como para caber, enfrié la loseta hasta unos treinta grados recuperando el ambiente normal, sólo cargado ligeramente por el polvo de nuestro alrededor.
Escuché el plan, encabronándome aun más por dentro. Cómo no. Plana primero, Plana delante y el resto del grupo, en el que me incluyo, juntitos y protegiéndonos. Que si algo salía mal, le pasase a él. Que él dirigiese siempre poniéndose en primera fila. Pero como siempre, sólo fruncí el ceño, intentando decírselo con la mirada y caminé junto a Alice por esos pasillos tan brillantes. -Establezcamos un código. Positrón, Celsit y Quiet. Si nos separamos súbitamente, cuando nos reencontremos yo diré Quiet, ella dirá Positrón y tú dirás Celsit. Para evitar encuentros fortuitos de mala suerte- dije firme caminando con celeridad.
Con el grito me salió el impulso de poner un brazo frente a Alice, para que no avanzase más a modo de protección, y empecé a susurrar - Vamos- Descendí por aquel camino que parecía no tener fin, siendo todo lo sigilosa que podía y sin perder de vista a Alice. Me llevé una mano a la nariz y a la boca, intentando respirar lo menos posible el olor pestilente y asentí cuando Plana dijo que debía congelar el agua. Obvio.
Abrimos la puerta todo lo rápido que pudimos y encendí mi mano derecha por precaución, preparación y por si había que usarla como antorcha. Otra vez nada… -Parece como una caldera ¿no? O algo así…- dije pasando con cuidado, dejando a Alice entre Plana y yo, quedando última. - Hay que desconfiar de todo el mundo. Cualquiera podría ser ella- dije firme intentando buscar el origen del ruido.-Nuestro objetivo es sacarla de aquí… en otro momento y sin ella de por medio podremos concentrarnos en averiguar quién o qué está detrás de todo esto, y podremos venir con refuerzos- acoté caminando hacia la fuente del ruido. -Permaneced alerta-
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 6th Mayo 2016, 19:45
A duras penas era consciente de lo que estaba sucediendo a su alrededor. El ambiente cargado ya no parecía cernirse sobre ellos y la tensión la había abandonado por completo. Como cuando eres consciente de que estás dentro de tu propio sueño y ya no temes las repercusiones de lo que pueda sucederte. Con la ligera diferencia de que aquí no podía controlar lo que sucedía. En un sueño lúcido… Y si, aquello en muchos aspectos era un sueño.
- ...necesito que tengas todos los sentidos puestos en ella. ¿Crees que podrás? Yo sé que puedes... Confío en ti Alice... Eres una de las personas más fuertes que he conocido nunca… -
La voz le llegaba lejana, y su mente parecía intentar procesar las palabras… pero le costaba. Sentía que era importante, que debía hacer todo cuanto Planaria le pedía, pero no parecía ser capaz de dar las órdenes a su propio cuerpo para que este reaccionara acorde.
Siguieron avanzando y para ella no había lugar, olor ni color. Seguía a Celsit por inercia, y escuchaba todo lo que le decían aunque no lograra entender el significado ni qué debía hacer con dicha información. Eso fue hasta que Celsit pronunció su nombre.
- ...Positrón, Celsit y Quiet...
Quiet. Ese nombre nostálgico y familiar que le recordaba una época más feliz. Sencillo, preciso, algo que la representaba. Su pronunciación le hizo parpadear, casi como si quisiera buscar la fuente. Arropó aquél nombre dentro de sí, como si hubiera encontrado algo a lo que aferrarse, algo que podía entender de cuanto había escuchado porque estaba escondido en su propia esencia. Su nombre.
- ...cuando nos reencontremos yo diré Quiet, ella dirá Positrón y tú dirás...
De nuevo aquel nombre, y lo repitió con sus labios, sin pronunciarlo, sintiendo que volvía a ella parte de su ser, sus sentidos y su cordura. Cuando el brazo de Celsit se cruzó sobre su pecho para detenerla, se quedó muy inmóvil, pues aunque no sabía el porqué, podía entender el gesto de su compañera. Cuidado, precaución, y sintió cómo poco a poco sus sentidos volvían a ella, aunque en el fondo había algo que seguía fuera de lugar.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 7th Mayo 2016, 11:36
- Algo así... Sasha, seguid Alice y tú mientras cierro la puerta.- Avanzaron, encabezadas por Sasha y su malo iluminada. Yo cerré la puerta como pude ya que pesaba lo suyo, y giré la manivela con un nuevo chirrido desagradable. Estábamos en un largo pasillo, y cuando terminé de hacerlo aceleré un poco el paso para alcanzar a las chicas. Tenía los relámpagos preparados por si sucedía algo, y llegamos a una enorme sala, tan grande como la planta de un centro comercial. Había varias puertas circulares sobre el suelo, de unos diez metros de diámetro las más grandes. Unas enormes máquinas las rodeaban funcionando pesadamente.- Vale, esto explica el mal olor y el calor... Estamos en una depuradora...-
Las tuberías salían y entraban en aquella sala, de un tamaño considerable. Podríamos haber cabido cualquiera de nosotros a través de ellas sin problema. El vapor se condensaba en las ventanas y cargaba ligeramente el aire, creando un micro clima a unos pocos grados más que el exterior. Suspiré, acariciándome la nuca. ¿Quién iría a una depuradora a hacer sus cosas? Aunque claro, también tenía sentido. No es un sitio donde alguien andaría buscando a un grupo o un mutante que quisiese causar problemas, ¿no? Escuchamos de nuevo los gritos, más cercanos cada vez, al otro lado de las humaredas de vapor que salían de los enormes tanques clavados en el suelo. Avanzamos los tres a la vez, cruzando a través de ellos con cuidado.
- Sasha, cualquier indicio de movimiento, ya sabes lo que hacer. A mi derecha. Alice, a la derecha de Sasha. Si ves algo, usa tus poderes sin miedo. Esto no es el entrenamiento de la mansión, ¿ok? Aquí si dudamos podemos meternos en problemas.- Avanzábamos como grupo, en paralelo, dispuestos a un ataque combinado si llegaba el momento. Los X-Men en una misión secreta... ¿Estaríamos a la altura? Estuvimos en la de septiembre. Sólo esperaba estarlo también en esta.
Al otro lado de las nubes vimos una barandilla metálica negra y unas escaleras que bajaban en diagonal. Allí abajo, unos hombres vigilaban unas camillas. Hasta tres conté. Eran militares sin duda, o al menos agentes armados. Y entre ellos, un hombre trajeado, con corbata y un libro en las manos. Sonreía mientras uno de los tres hombres que estaban tumbados gemía de dolor. Los otros dos estaban sedados o muertos. El hombre gritó con fuerza tras un sonido chirriante, y sin duda nos dimos cuenta de que él era el origen de los chillidos que habíamos oído.
- La transición está casi completa, señor.-
- Bien, bien... Perfecto... Preparen el suero.- El hombre trajeado avanzó hasta estar junto al tipo de la camilla, acariciando esta mientras avanzaba. El tipo forcejeó, intentando liberarse de las ataduras que le impedían levantarse.- Shhhhh... Tranquilo... No sentirá ningún dolor... Al menos ninguno más... Y entonces, conocerá la verdad.-
- ¡NO QUIERO TU VERDAD BASURA! ¡VETE AL INFIERNO, JODER!- Los soldados acercaron a las camillas una mesilla metálica de esas con ruedas, llena de extraños utensilios de metal. Parecían artilugios médicos sin duda. Pero mi vista se centraba casi totalmente en aquel hombre trajeado. Su planta, esa sonrisa maligna, ese pelo cano... Cualquier mutante sabría quién era ese hombre, si es que se le podía dar ese calificativo. Nos criticaba y crucificaba por ser distintos, y sus experimentos, aunque la mayoría de gente los ignoraba, no podían pasar por alto para ninguno de nosotros.- ¡QUE TE JODAN STRYKER! ¡QUE TE JODAN!-
Stryker sonrió y golpeó al tío de la camilla con el libro.
- Asqueroso mutante... Cuida tu lengua, pronto me servirás y por fin aprenderás algo de obediencia.- Eso era todo lo que necesitaba oír. Si no hubiese estado tan cabreado en ese momento, me habría dado cuenta de que algo no cuadraba. ¿Cómo era posible que no hubiésemos encontrado ni un solo guardia hasta ahí abajo? ¿Acaso contaban con que nadie entrase? Pero no estaba con la cabeza calmada. Estaba furioso. Si hubiese mantenido la calma seguramente me habría percatado de los cuerpos que habían sido ocultados minuciosamente en el techo o entre algunas tuberías. Pero no lo había hecho. Y menos tras ver a Stryker. Aquel hombre era un cabrón que no merecía estar vivo. Escuché un sonido a mi izquierda y me giré. El impacto fue instantáneo, apenas tuve medio segundo para reaccionar. La mujer azul me dio con una vara de metal en la cabeza tan fuerte que caí al suelo sin remedio. El dolor era tan intenso que se me nubló la vista y me mareé. Me toqué el sitio donde me había pegado, notándolo caliente. Cuando miré mi mano esta estaba manchada de sangre. Escuché gritos y ruidos de fondo, mientras mi herida se cerraba y recuperaba poco a poco el control. Intenté gritar a mis compañeras, pero nada salió de mi boca. O puede que sí. Ni lo recuerdo. En esa situación solo sentía dolor y mareo.
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Última edición por Planaria Glámez el 13th Mayo 2016, 10:05, editado 1 vez
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 9th Mayo 2016, 13:05
Planaria seguía dirigiendo, manteniendo la formación y advirtiendo, como él hacía, lejos de la dirección mas técnica de Ororo o la táctica de Henry. Pero era eficaz, al menos de momento.
Echaba vistazos de manera contínua a Alice. Desconocía su experiencia en campo pero se había quedado helada desde el incidente con Mística. Se le notaba con el piloto automático puesto. Pero había que seguir.
El alarido nos llevó a la sala al final de las escaleras. Pegué la espalda a una de las paredes y saqué parte del rostro para poder verlo todo con claridad siendo vista lo menos posible. Fruncí el ceño escuchando atentamente la conversación, hasta que una voz masculina y madura me hizo inclinar el rostro en un amago de confusión. - Esa voz…- Esperé unos instantes y algo más de su intervención para discernir, pero el grito me dio directamente su nombre - Hijo de la gran puta…- Apreté el puño con rabia. Ese cabronazo había estado experimentando…¿Tan cerca de la mansión? ¿En un sitio tan…
El ruido metálico me hizo girar el rostro para ver cómo Plana caía al suelo. -¡¡NO!!- vi los ojos amarillos a apenas a dos metros de mí, sonriendo satisfecha.
Definitivamente. Ya me habían cabreado.
Extendí las manos a una nube de vapor que salía de una de las máquinas cercanas. Junté los puños en el aire como agarrando una barra invisible y a medida que separaba las manos, de entre mis puños salió una vara de hielo del grosor de un brazo que se dirigió rápida a la cabeza de la zorra pelirroja. Un choque mucho más silencioso el hielo contra su cráneo en el mismo golpe que ella le había propinado a Plana. Su cuerpo azul también cedió al suelo. Supongo que no se esperaba que pudiese sacarme un arma de la manga. Tampoco me importó.
Una vez en el suelo, utilizando el vapor ambiental y el propio aire formé cinco grilletes. Dos en los tobillos. Dos en las muñecas y uno en el cuello, que se fusionaban con las rendijas del suelo. -Quiet, ¿cómo está?- pregunté respecto a Plana. Basándome en la actitud de Alice di por hecho que estaría junto a él, preocupada. No quería arriesgarme a que tuviese que pelear con Mística. Tenía técnicas de combate muy avanzadas y Alice empezaba a poner en marcha sus técnicas de entrenamiento ahora.
Se revolvía en el suelo, intentando soltarse de los grilletes. Me senté sobre ella agarrándola con fuerza del pelo de la mano derecha, obligandole a levantar el rostro mientras se mantenía tumbada boca abajo. -Vamos a esperar a que él esté bien…- señalé a mi pareja con la punta del dedo índice. - Y cuando esté bien voy a dejar que él decida qué hacer contigo… Porque de ser por mi te entregaba al cabrón de Stryker- moví el brazo con fuerza para chocar su frente contra el suelo.
En otra circunstancia habría reaccionado de un modo más pacífico y contencioso. No con la agresividad que estaba demostrando. Ya nada importaba. Darle ejemplo a Alice, Stryker, la misión o las muertes. Esa zorra imbécil había tocado lo único que conservaba en mi vida. La persona a la que más quería.
Y aunque una parte de mí me gritaba que parase, que sólo la retuviese, que sobraba el golpe, el tirón de pelo, el método… Otra parte de mí gritaba por matarla ahí mismo, pensando que debía estar agradecida por seguir viva aun.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 13th Mayo 2016, 01:50
En algún punto de su espeso pensamiento, la mente de Alice procesaba la información que percibía del entorno. Los pasillos plagados de tuberías llenaban el lugar de un vicioso olor a cerrado y perfumes químicos, y de algún modo se le antojaba como estar en el interior de algún tipo de criatura, como si estuvieran paseando por su estómago y los miles de tubos se trataran de pequeñas venas por las que corría la vida de la criatura. En algún lugar de su interior se encontraba Alice, y se sentía levemente como si estuviera intentando encontrarse a sí misma, como si la hubieran separado en dos partes y ahora fuera el cuerpo buscando la mente. Sólo que la mente estaba encerrada dentro del propio cuerpo y miraba a través de sus ojos como si se trataran de cristales empañados que ofrecían una realidad distorsionada.
Alice estaba y no estaba ahí, su conciencia gritando y luchando por recuperar el control de un cuerpo que no le correspondía, no ahora. Los sucesos de la depuradora se le antojaban una película en la que no se le permitía participar, mientras su fuero interno luchaba por liberarse del estupor en que el cuerpo se había sumido para protegerla de algo para lo que no estaba preparada.
Escuchó un ruido, un grito, un golpe sordo. El cuerpo de Planaria se desplomó, y el corazón de Alice se disparó a la carrera, inevitablemente comparándolo al cuerpo que había arriba. Incluso en ese estado de semi-consciencia, el bienestar de su profesor había logrado abrirse paso hacia la conciencia que luchaba por liberarse. Sasha se lanzó hacia la mutante azul... ¿De dónde había salido? ¿Quién era...? Alice lo miraba todo como si fuera un puzzle que no lograra entender, pues le faltaban demasiadas piezas como para adivinar el paisaje que le mostraban.
Su mirada bajó de nuevo a Planaria, buscando la familiaridad de un proceso mecánico en el que refugiarse.
Sí, le faltaban piezas. Y aquella ausencia le provocaba malestar, un ligero dolor de cabeza más insoportable por su sutil pero insaciable presencia que no por la agudeza del dolor en sí. Se agachó, su mirada mirando furtivamente lo que hacía Celsit, sin poder entender la totalidad de sus gestos. Sus manos formaban un arma de hielo, grilletes, pero Alice no lograba procesar del todo la información. En una situación más normal, habría contemplado fascinada su poder, hubieran hervido en ella mil preguntas de admiración y reserva, reserva para consigo misma y el intento de que todas aquellas preguntas no brotaran de sus labios sin nada que pudiera detenerlas...
Pero la situación no era normal, distaba de serlo, y en su lugar Alice palpaba el cuerpo de Planaria con cuidado y aire ausente, casi como si practicara las técnicas con un maniquí, más que si estuviera comprobando las vitales de un ser vivo. Comprobó cómo la herida de Planaria iniciaba el proceso de regeneración por su cuenta, como si contemplara horas y horas de proceso de cicatrización natural registrados en una cámara y pasados a más velocidad, pero en vivo y en directo, ante sus ojos... y una vez más la fascinación se dio de bruces con el muro imperturbable que era ahora su mente.
Hasta que Sasha volvió a llamarla... Quiet...
Ese nombre parecía acunarse en su pecho, calmarla y colmarla de calidez, relajándola, aunque no del todo, si en gran medida, de modo en que podía marcar una pequeña diferencia. Alice giró la cabeza para mirar a Sasha, sus grandes y expresivos ojos poco a poco recuperando su brillo, la sensación de que había algo más tras ellos que capas de cornea, iris y cristalino. Asiente, asiente y ayuda a Sasha, se apremiaba a sí misma, y casi como un niño que no acaba de comprender lo que le dicen, la joven empezó a asentir. La primera cabezada dudaba, era insegura, pero poco a poco cobró fuerza, hasta llegar al punto en que parecía que entendía lo que hacía.
Poco a poco... Poco a poco su mente se abría paso por el pantano espeso de sus pensamientos, de algún modo consciente de que, cuando lo consiguiera no saldría sola. La acompañaría el peso de lo que había visto y sentido. Y tendría que cargar ese peso en silencio, hasta que pudiera abandonar el lugar y dejar que su cuerpo procesara la experiencia tomando su debido tiempo.
Y mientras tanto, su cuerpo la preparaba, dejando a la mente el tiempo necesario para cargar con ello y conservar en el proceso su cordura.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 13th Mayo 2016, 16:58
Durante un par de segundos la cabeza me dolía horrores, como si estuviese a punto de estallarme. Me apoyé con cuidado en mis manos y me levanté según el dolor iba menguando y la sangre dejaba de resbalar por mis cabellos. Resoplé y apreté los dientes una vez estaba curado. Las ventajas de mi poder. Sentía el mismo dolor que una persona normal, pero por suerte este desaparecía al cabo de unos segundos o minutos, dependiendo de la gravedad de la herida. Encontré que Sasha ya se había encargado de la mujer y la tenía atrapada bajo su peso y lo que parecían unas esposas de hielo. Alice estaba a mi lado, con cara de preocupación. Asentí a ambas y acaricié el hombro de mi pareja.
- Gracias... Sabía que podía contar contigo... En cuanto a ti...- Mis ojos refulgieron ligeramente rojos y un par de pequeñas serpientes moradas recorrieron mi pecho. Estaba cabreado, furioso, algo dolorido. Desde luego no estaba como para andar pensando en claro, de eso no cabía la menor duda. La habían dejado ahí para que yo decidiese qué hacer con ella. Me agaché, colocándome en cuclillas frente a su cara. En mi rostro no había sonrisa ni piedad aparente, o así me sentía.- Nos vas a decir qué coño haces aquí abajo y por qué quieres matarnos... Y vas a ser sincera, porque sabré si nos mientes, y te aseguro que tengo métodos para hacerte hablar... ¿Ha quedado claro?-
- No pretendía mataros...-
- Claro, por eso me has golpeado con una puta barra de acero en toda la cabeza, porque eso no deja a nadie fuera de combate ni puede causarle un traumatismo de cojones... Voy a repetírtelo porque se ve que eres dura de oído... ¿Qué-cojones-haces-aquí?- Ella apretó los dientes y nos miró uno a uno, intentando girar la cabeza para mirar hacia donde estaban los militares y el cabrón de Stryker. Le cogí de la cara y la obligué a mirarme. Eché un vistazo y comprobé que no parecían haberse percatado de nuestra presencia.
- Llevo detrás de Stryker desde hace... Semanas... Y pretendía matarlo... Como hace él con nosotros...- Se tomó un descanso y sin variar mi tono serio le ordené que continuase.- Ibais a estropear mi plan... Siempre lo hacéis... Os he seguido mientras bajábais... Os faltan agallas... Se ve a la legua... No ibais a ser más que un estorbo.-
- ¿Así que piensas que nos faltan agallas para matar? Ya veo... ¿Y esa conclusión la has sacado sólo por observarnos durante unos pocos minutos? ¿Crees que si quisiésemos matarte no lo haríamos? Mi compañera podría atravesarte el corazón con un puñal de hielo, y yo te provocaría un infarto o te abrasaría viva, lo que sucediese antes. Y ella... Bueno, mejor que no sepas lo que podría hacerte... Así que... Espero que tengas una idea mejor para explicar el por qué nos has atacado antes de que...-
- Os ha atacado porque yo se lo he ordenado.- Una voz profunda emergió de entre los vapores que nos rodeaban. No pude ver quién era el dueño de esta voz, pero sin duda era un hombre. Repentinamente todo empezó a crujir con un fuerte ruido metálico desagradable. Los soldados gritaron y miraron a su alrededor, con las pistolas en alto dispuestos a abrir fuego. El suelo tembló y se abrió en dos, obligándonos a caer sin remedio al piso de abajo. No era una altura considerable, pero el golpe seco nos lo llevamos. Me levanté en cuanto pude y desplegué un escudo eléctrico en dirección a los soldados, preparado para bloquear sus balas. Pero no dispararon. De hecho, todos agarraban sus armas con fuerza intentando bajarlas. Comenzaron a levitar poco a poco, mientras gritaban y nos miraban con cara de horror. Busqué a Alice y a Sasha y me puse junto a ellas, preparado para bloquear cualquier disparo. Me aseguré de que estuviesen bien y las miré sin entender nada. Stryker no estaba por ningún lado, o por lo menos yo no le veía. Una figura apareció flotando de entre la niebla, con los brazos extendidos y las palmas enfocadas hacia el cielo. La larga capa ondeaba a su espalda y nos miró con un siniestro brillo en los ojos.- Levantaos, hermanos. No pretendo haceros daño. No sois mi objetivo... A diferencia de estos malditos homo sapiens.-
He de decir que hasta hacía relativamente poco no me había metido tanto en el mundo de los mutantes y los X-Men, pero todo el mundo sabía quién era aquel hombre. Su nombre era Erik Lehnsherr, pero la gente le conocía por Magneto. Uno de los mutantes más poderosos y peligrosos que existían. Odiaba a la raza humana por lo que le habían hecho antaño y porque defendía que los mutantes éramos una raza superior a ellos y nos debían pleitesía. Sus argumentos e ideales eran demasiado radicales para mí, puesto que yo no odiaba a los humanos. Bien era cierto que el hecho de ser mutante me había acarreado más de un disgusto a lo largo de mi vida, sin contar con el odio irracional que mucha gente había profesado hacia mí. Pero también tenía buenos amigos, hombres y mujeres a los que habría entregado mi vida sin dudarlo. Recobré el aliento mientras la mujer de azul caminaba de entre las sombras y se acercaba a los hombres que permanecían flotando ante nosotros. Los desarmó uno a uno, quedándose con las armas con una sonrisa triunfante.
- Lo que quiero es justicia... Veo que la señorita Celsit te acompaña, así que presumo que Charles os ha enviado para encargaros de esto... Pero no te preocupes joven, la situación está más que controlada...-
- ¿Por qué deberíamos fiarnos de ti? Matarás a estos hombres y...-
- Matarlos es lo mejor que puedo hacer con ellos. Estos hombres, como tú los llamas, son los responsables de la muerte y tortura de tantos mutantes que he perdido la cuenta. Ellos no merecen sino lo mismo que causan. Una dolorosa y desagradable muerte. No pretendo que aceptes lo que hago chico, simplemente lo haré, así que no te metas en mi camino...- Se acercó hacia el que parecía ser el líder de los soldados y le miró a los ojos con aquel gesto serio y amenazador.- ¿Dónde está él?-
- Jo... Dete Magneto...- Un aullido de dolor y un nuevo sonido metálico anunciaron la llegada de una liana de metal que enroscó al hombre y comenzó a apretar. Escuché el crujido de sus costillas e inevitablemente apreté los dientes.
- Escoria humana... ¿Crees que me importa tu vida? No eres más que un insecto que camina entre dioses... Te lo preguntaré de nuevo... ¿Dónde se ha ido Stryker?-
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 17th Mayo 2016, 00:28
El primer modo de Plana fue la intimidación, no me extrañó en absoluto. Desde que se enteró de quién era Stryker y las cosas que hacía era un tema que le hacía hervir la sangre especialmente. Y ya no solo eso sino que teníamos a una mujer que debería estar de nuestro bando dificultándonos el trabajo. Sostuve la vara helada durante toda la conversación. Escuchando con rabia y furia cómo Mística trataba de buscar su excusa y provocar las agallas para comprobar que éramos como ellos. Alcé la vara, no quería escuchar más su porquería y ella giró el rostro frunciendo el ceño al tiempo que escuchaba una voz particularmente familiar. Me giré con el ceño jodidamente estrecho. Súbitamente el suelo se abrió bajo nuestros pies y caímos. Me apoyé sobre los talones por suerte aunque luego caí de costado, dejándolo en algo que podía haber salido mucho peor.
-Erik…- murmuré apretando los puños y poniéndome en pie. -¿Qué haces aquí?- añadí sin separar la mirada del casco característico. Siempre me pregunté cómo alguien podía hacer algo tan rastrero.
Mientras se acercaba triunfal con su discurso analicé la situación. Dos metralletas del bando de magneto. La prisionera recogiéndolas. Cabrear a Erik nunca era buena opción. Pero había maneras de arrinconarle. Cuando escuché el crujido de las costillas desvié la mirada y me lancé a por él con una de las mejores opciones que tenía. Tirando la barra al suelo y gritando a Plana -¡CUBRE A QUIET!- Calenté mis manos hasta el punto de formarse dos espirales ígneas en torno a mis puños y agarré los cañones de las metralletas fundiéndolos entre mis manos a gran velocidad, como si fuesen mantequilla. Me calenté lo suficiente como para que si una bala me daba durante el proceso, se fundiese antes de tocarme. Ofrecí resistencia a su fuerza hasta que sólo quedó el mango. Me separé de ella y luego busqué los ojos de Magneto. Respiré agitada mirándole de cerca. -No me conoces tanto como crees, Erik… Soy la horma de tu zapato- Y de un empujón intenté distraerle, placarle, quizá tirarle al suelo para poder Proteger a los humanos un mínimo. Quizá retenerles de alguna manera que ni él pudiese matarles, ni ellos escapar. -No sabes cuánto he cambiado desde la última vez que nos vimos..- empecé a caminar en círculos muy lentamente a su alrededor- Tengo trucos nuevos. Trucos de los que no puedes defenderte- saliendo de cada uno de mis puños surgieron dos carámbanos del tamaño de plumas de escritorio que lancé directos a sus gemelos, con intención de clavárselos y que por lo menos no pudiese perseguir a nadie. Era muy poderoso y calcular el alcance de su poder era algo muy complicado. Plana salvo sus escudos no tenía nada, y podía electrocutarnos y… Quiet…
Quiet.
-Quiet, tu turno. Que no quiera matar. Que se marchen.- dije con rabia, conteniendo las ganas de dejarle retenido de por vida bajo tierra y de ir a buscar a Stryker para experimentar el dolor de una quemadura de tercer grado sobre sus labios. Necesitábamos que saliese de su trance, que hablase, que convenciese a Erik de no matar, hacerle sentir paz y calma. Era la única opción inmediata de solucionar el conflicto. Pacificar. Aunque supusiera pasar por una de las cosas que menos tolero, perder el control sobre mí.
Pero era su prueba de fuego. Tenía que controlarse y tenía que ser ahora.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 18th Mayo 2016, 00:33
Su cuerpo seguía tenso, impasible y Alice seguía luchando consigo misma por salir del estupor. “Me necesitan” se repetía a sí misma, aunque en el fondo le resultara imposible creerse.
-Quiet, tu turno. Que no quiera matar. Que se marchen.-
Se le heló la sangre. No podía hacerlo, simplemente no podía. Conocía mejor que nadie los riesgos de su poder, el daño que podían hacer a las personas si los usaba contra ellos. Pero también conocía sus defectos más que nadie. Si la naturaleza de quien escuchaba sus órdenes era contraria a lo que ella quería, podría no surtir efecto. ¿Habría bondad suficiente en el corazón de Erik para que su poder tuviera efecto sobre él? Y aunque se diera el caso… ¿Durante cuánto tiempo? Probablemente Magneto y Mística podrían volver a por ellos antes de que hubieran podido salir de allí… A no ser que se separaran. A no ser que Alice se fuera con Magneto y Mística y los mantuviera bajo control con su poder hasta que Planaria y Sasha hubieran logrado hacerse cargo de Stryker, los mutantes y los humanos.
Tal vez fuera la urgencia del momento, o la presión de la decisión que acababa de tomar, pero fue como si Alice hubiera vuelto en sí de repente. Sus ojos cambiaron, como tinta diluyéndose en un vaso, el verde creció e inundó su mirada, volviendo su iris del color de la miel a un brillante tono esmeralda, y con ello un jadeo. No se quitaba de la cabeza el rostro de aquel humano que había visto fallecer, cómo Mística había acabado con él en un instante, sin parpadear. Y ahora ella iba a enfrentarse a esa misma mujer, a convencerla de que debían irse de ahí.
Sus manos temblorosas se alzaron ante su cuerpo, utilizando de nuevo el lenguaje de signos con la esperanza de que sólo Sasha pudiera entenderla. Le indicó que era temporal, que no podría mantener mucho rato y que ella debía quedarse con ellos para que surgiera efecto… Giró hacia ella sus verdes ojos, y pese al miedo había algo más en ellos. Determinación. Pues aunque Alice era inocente y en muchos sentidos ingenua, tenía un profundo sentido de la justicia arraigada en su carácter. Y ahora mismo, proteger a sus profesores y el resto de gente que podía haber en esa depuradora. Tan sólo faltaba que su profesor y su compañera confiaran en ella lo suficiente como para dejarla sola…
Aunque en el fondo, cómo terminara el asunto ahora era un plano secundario en la descolocada mente de la joven británica. De algún modo la lógica se había hecho cargo de apartar la impactante experiencia de su atención para poder atender lo que estaba sucediendo.
Se alzó, y dio un paso vacilante al frente. Le dolía una muñeca, y se preguntó si al caer no habría caído sobre una mano… Pero tampoco podía centrarse en eso ahora. Necesitaba recuperar parte de la conversación anterior, ver todo cuanto pudiera sobre Magneto y el resto… Conocer un mínimo cómo eran para lograr sacar el máximo efecto de su poder.
¿Querían matar a Stryker? Sí, eso lo tenía claro. Así que respiró profundamente, e impregnó su voz con toda la calma y la serenidad que podía en ese momento, consciente de que ésta afectaría por igual a enemigos y aliados.
- Matarlo… y de maneras tan violentas, sólo hará que más humanos se unan a su causa. Más gente que odie a los mutantes. - tenía que hacer que estuvieran dispuestos a seguir su voz, a obedecerla… Aunque eso significaba que Sasha y Planaria también cayeran bajo el influjo de su voz. Lo que necesitaba era apartarlos, sacarles de ahí para que al alejarse de su voz recobraran su voluntad mientras ella mantenía y posteriormente persuadía a Magneto y Mística de abandonar el lugar. - Hay otras dos opciones, más viables, más… gratificantes. - Sonrió, mostrando la blanca dentadura en una media sonrisa de suficiencia, impropia del dulce rostro de la británica. - La primera opción es dejar que otros se encarguen. Mostrar a Stryker al mundo y exponerle para ser juzgado, pero esa opción no parece tan atractiva, ¿verdad?
Se giró hacia Planaria y Celsit, su corazón latiendo con fuerza contra sus costillas, como un pajarillo aleteando contra los barrotes de una jaula, demasiado asustado para dejar de intentarlo, decidido a seguir intentándolo hasta el último aliento. Contaba con que la naturaleza bondadosa de sus compañeros les ayudara a liberarse rápidamente del efecto de su voz, de manera que al poco de apartarse de allí volvieran a ser totalmente dueños de sus acciones.
- Celsit, Positrón… ¿serías tan amables de ir a buscar a Stryker? Luego me reuniré con vosotros… - les dió la espalda, decidida a cumplir su parte, a mantener a Magneto y Mística lejos de los humanos, a obligarles a abandonar el lugar. ¿Qué más conocía de Erik? Que consideraba superior a los mutantes. - Matarle aquí en las sombras da un pobre ejemplo de la superioridad de nuestra raza. Hay que sacarle a la luz del sol, hay que dar un… mensaje para impedir que más gente pueda hacer lo que Stryker nos ha hecho durante años. - su voz era melosa, persuasiva, y transmitía curiosidad, avaricia. Volcó en ella todo su poder, intentando convencerles, obligarles. - ¿Porqué no me acompañáis y os muestro un modo mejor de… castigar, a Stryker?
Caminó hasta pasar junto a ellos. Mística y Magneto se miraron entre ellos, y luego miraron la espalda de Alice, siguiendo sus pasos hacia la oscuridad.
No tenía a donde ir. Simplemente pensaba buscar una salida de la depuradora, hablar, relajarles, intentar convencerles de que se fueran sin herir a nadie, pero de momento, había ganado tiempo. Tiempo para pensar bien en qué debía hacer, en cómo podía convencerles, y después… Ya afrontaría el resto del problema cuando llegaran a él.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 20th Mayo 2016, 01:02
No me gustaba Stryker. De hecho, le detestaba. Le odiaba por todo lo que nos hacía a los mutantes y todo lo que nos había hecho a lo largo de los años. Nos usaba como conejillos de indias con la intención de encontrar algo que nos matase y nos extinguiese. Pero a pesar de todo aquel odio, de toda esa ira acumulada, no podía matarlo. No debía matarlo. Matar es lo que me había convertido en lo que era a día de hoy. Un ser que podía llegar a ser cruel y despiadado, y no quería serlo. Quería volver a mi yo anterior, aunque he de reconocer que con el humano delante eso se me antojaba muy pero que muy difícil... Pero en cuanto escuché el crujir de las costillas de aquel soldado, que gritó de dolor, volví en mí y supe que no podía dejar a Erik hacer todo eso. Enfrentarnos a él era una locura, pues su poder era enorme, pero a decir verdad estaba más preocupado por Sasha y Alice que por mí. Yo podía regenerar cualquier herida, y más si éstas eran hechas con metal. Pero pensar en cualquiera de las dos atravesada por un hierro, sobre todo Sasha... Se me heló la sangre ante la posibilidad.
Todo sucedió muy rápido, incluso para alguien como yo, acostumbrado a reaccionar en cuestión de décimas de segundo. Sasha se avalanzó sobre la mujer y cogió las armas, derritiéndolas al tocarlas. Escuché sus palabras y, para evitar proyectiles metálicos me puse entre Alice y nuestros enemigos, desplegando con la mano izquierda un escudo de rayos morados que nos protegiese de ellos. En cuanto mi compañera deshizo las armas se volvió hacia Magneto. La mujer se preparó para atacarla por la espalda. Lancé un rayo con la mano libre que impactó frente a Mística. Me miró con los ojos amarillos muy abiertos y yo con el gesto serio negué con la cabeza, dando a entender que no debía acercarse a Sasha o la freiría. Y volví la mirada a ella. El corazón me latía a mil por hora. Era una de esas situaciones de riesgo donde dispones de apenas décimas de segundo para reaccionar a tiempo. Estaba en una difícil posición, ya que no quería dejar sola a Alice, pero que hiciesen daño a Sasha... No, no pienses en eso. Ella es fuerte, incluso para Magneto... Vamos... Confío en ti...
Dos pequeños trozos de hielo abandonaron sus manos en dirección a las piernas del mutante. Erik lo vio venir, pero sólo pudo parar uno de ellos con un trozo de metal que emergió del suelo. El otro consiguió desviar ligeramente la daga de hielo, pero no lo suficiente como para evitar dañar a Erik, quien apretó los dientes y los ojos mientras un corte se dibujaba en su pierna originado por aquel cuchillo azulado. El hombre que se retorcía entre los hierros respiró violentamente, algo más libre de la presa que Magneto estaba haciendo sobre él. Erik miró su gemelo, del que brotaba algo de sangre que goteaba desde su talón y la punta de su pie. Miró con aquellos brillantes ojos a Sasha, furioso, dispuesto sin duda a asestarle un golpe mortal...
Pero por suerte Alice había dado un paso hacia adelante. Había dado el paso que necesitábamos que diese en ese momento. Para esto había entrenado conmigo y con Logan. Para, llegado el momento, estar a la altura. Sus palabras resonaron en nuestros oídos con una dulzura irresistible, tornándose imposible una negación a su petición. Bajé mi escudo, calmándome lentamente, dejándome embaucar por sus palabras. Cuánta razón tenía en lo que decía. Ciertamente era estúpido matarlo allí abajo cuando de buena gana podríamos juzgarlo o llevarlo ante las autoridades, con el fin de conseguir algo de credibilidad para nosotros los mutantes. Erik y Mística la miraron con el gesto torcido, sin entender muy bien qué sucedía. Él meditó las palabras de la joven, lentamente dejando a los soldados en el suelo. Estos también miraban a la joven sin entender muy bien qué sucedía, pero observándola como si fuese un ángel, algo bello que no merecía dolor ni maldad. Las lianas de metal fueron liberando a los hombres, serpenteando bajo el dios del magnetismo, quien parecía casi apenado por sus acciones.
- Ellos... Ellos nos han perseguido... Merecen... Sí... Tal vez... Una nueva era para nosotros...- Escuché mi nombre y en seguida hice lo que me pedía la joven muchacha. Miré a mi compañera y nos alejamos de allí, rumbo a la parte que había quedado a nuestra derecha y por el único sitio por donde podría haber escapado el torturador. El paso ligero y rápido nos alejó de ella, y en cuanto hubieron pasado unos segundos recobré la consciencia lentamente, frenándome en seco.
- Alice... Ella... Ella lo ha hecho... Lo ha conseguido... Joder... Por dios, aguanta Alice.- Sabía que dejarla sola era muy arriesgado, pero nos había brindado una oportunidad que no podíamos perder. La responsabilidad me comía por dentro. Dejarla sola con Magneto y Mística era una idea horrible, pero horrible... Pero... Pero lo había conseguido... No podíamos insultarla volviendo. Ella tenía que aprender a valerse por sí misma llegada la situación, y aunque la situación era bastante más dura de lo que solía ser una primera prueba de campo, llevaba meses entrenándose. Yo confiaba en ella... Teníamos que darle ese voto de confianza... Se lo merecía, pero... ¿Así? Joder...- ¿Qué... Qué hacemos? No me gusta dejarla sola con esos dos... Es muy arriesgado, pero... Dios, no sé.-
Volví la vista hacia el final del pasillo, esperando una respuesta de mi compañera.
OCC:
Para no alargar demasiado el post lo dejo aquí y os doy libertad total para hacer lo que queráis en el siguiente, y más porque tampoco sé qué hará Sasha. Si tenéis cualquier duda ya sabéis dónde estoy ^_^
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 21st Mayo 2016, 15:20
OOC: Perdonad que sea cortito, como Plana lleva todo lo de Stryker no puedo hacer mucho más.
Alice pareció tardar en reaccionar. Fruncí levemente el ceño. Simplemente no era el momento, pero no debía presionarla o hacer gesto. Estaba aprendiendo, necesitaba su espacio. Recibí entonces el mensaje analizando gesto a gesto con una relativa velocidad. -Tienes que hacerlo de todos modos.- le contesté con gestos “Es casi nuestra última opción”. A veces en situaciones de riesgo a uno no le queda más opción. Esta era una de esas situaciones desgraciadamente para ella. No sabía lo bien que trabajaría bajo presión, y siendo una de sus primeras salidas, si no la primera, no debía ejercer tal peso sobre ella, quizá no tendría que haberlo hecho tan evidente… Pero era real. Y no había otro camino. Era cruzar el río de Lava, o morir de hambre por no hacerlo nunca.
Pero ir sola… No. Ni pensarlo. Un despiste, un desequilibrio en el poder, un último fallo y su vida podía llegar al final. Mística podría venir transformada en ella, o volver ella y que no recordase el código. Me daba mala espina, definitivamente no.
Aunque…¿Teníamos opción?
Miré a mi compañero cuando me cubrió la espalda, asintiendo levemente con la cabeza como agradecimiento, pero manteniendo la expresión voraz sobre Magneto, ahora en el suelo. El corazón me latía a mil por hora. Acababa de derribar a uno de los mutantes más poderosos de todo el planeta, con un enemigo a mis espaldas del que dependía totalmente de Plana para cubrirme. No estaba cómoda, y empezaba a ponerme nerviosa.
Pero Alice tomó partido y empezó a hablar. Suspiré de alivio escuchando sus palabras, viendo cómo tenía efectividad en los dos mutantes más odiados de la raza. Definitivamente lo que decía tiene razón. Era un hecho. Más gente se sumaría a la causa anti-mutante. Era momento de calmarse, respirar hondo y ser lógicos. La lógica en ese momento me decía que dejarla sola era lo mejor. Planaria y yo debíamos ir a por Stryker, era lo que dictaba mi sentido común. Persuadido por los poderes de Alice.
- Vamos, no hay más opción- y eché a correr por los largos pasillos sin esperar respuesta, sabía que me seguiría. Empecé acelerada, notando cómo las luces se iban quedando atrás después de resbalar sobre mi capucha y máscara. Poco a poco las botas se me hicieron más pesadas, haciéndome decelerar poco a poco hasta que paré en seco, descansando las manos a los lados de mis muslos. - Es lo mejor… ¿verdad? Es lo que tiene más sentido… Va a estar bien, es la mejor decisión...- Me quedé ahí plantada, con la duda en la cabeza. ¿Por qué antes me había parecido lógico? ¿Quién diantres deja a una novata con Magneto y Mística? - Sabe utilizar su poder. Va a salirle bien- Pero me quedé ahí. Dudando cada vez más de todo lo que sucedería a continuación. Lo único que tenía claro era que, funcionase o no, no nos podíamos permitir el lujo de perder tiempo, y seguí corriendo hacia Stryker. En mi cabeza distraída se recreaban todas las peores situaciones que podrían darse. Ir a buscarla y no encontrarla, encontrarla muerta, que Alice se pusiera del bando de la Hermandad, que estuviera mal herida…
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 24th Mayo 2016, 16:16
Sus pasos eran ligeros y caminaba con aparente seguridad. Nada más lejos de la realidad.
Haciendo halago de un valor digno de su falta de cordura, Alice había enviado a sus dos compañeros lejos del campo mientras ella estaba utilizándose a sí misma de cebo, y como tal caminaba arrastrando tras de si la presa y rezando porque no se rompiera el sedal, que en este caso, era el hechizo de su voz.
Sus manos se movían inquietas, retorciendo la tela de sus mangas. Si perdía la calma, si su voz transmitía algo de lo que ella sentía, se acabaría todo. Era como tocar una melodía para calmar a una bestia sabiendo que en cuanto el silencio volviera, lo haría su fiereza, arriesgándose a recibir un buen mordisco. Y Alice no tenía ganas de descubrir con cuánta fuerza podían morder Erik y Mística.
- ¿Por qué iba alguien con tus convicciones a pertenecer a la Mansión? - preguntó Erik. Su grave voz cargaba cierto tono autoritario, como si verdaderamente no pudiera comprender qué llevaba a la joven a vivir en ella. - Alguien con tu don está destinado a cosas más grandes. Desperdiciarlo en intentar parecer humano… En convivir con ellos… Es como observar el canto de un pájaro encerrado en la jaula. Tu voz sonaría con más fuerza si fueras libre de ellos… Con la hermandad…
Alice no respondió de inmediato, lo cual era peligroso y arriesgado en su situación. Sin conocer en profundidad el carácter de las dos personas que llevaba consigo no sabía de cuánto tiempo disponía bajo su control. Así que quedarse callada, quedarse en blanco, era como estar mirando fijamente los ojos de una presa que se está planteando dar caza, un riesgo, un desafío.
Estaba siendo una verdadera prueba de fuego, poniendo al límite sus capacidades. Y no se sentía preparada. Una parte de su mente seguía entumecida con acontecimientos recientes mientras la otra pugnaba por salir y tomar el control, ya fuera por luchar o huir de la situación en la que se encontraba. Sus pensamientos eran erráticos y desordenados, gritos de miedo y agresividad, quería huir y como un animal acorralado sacar las garras y herir a quien tenía cerca, y debía mantenerse serena, su poder bajo control, su rostro inexpresivo para poder mantenerles confundidos… Era demasiado.
Su primer error era el silencio, demasiado largo, demasiado denso. Le sudaban las palmas de las manos y su respiración empezaba a ser entrecortada. Sonrió, con el único pensamiento de que tenía que estirar un poco más. Al hablar su voz era entrecortada, y cometió el segundo error, transmitir con ella un ápice de su duda.
- No tenía otro lugar a donde ir… Ni lo tengo ahora.
Contempló el rostro de Mística, como su azulada piel se tensaba y creaba una ligera arruga en su frente al fruncir el ceño. Le tembló el labio inferior, y al percatarse de su perplejidad, Magneto se sumó a Mística a contemplar a Alice por primera vez con recelo.
- ¿Dónde nos estás llevando? - la voz de Mística era tensa, agresiva. No estaba contenta, estaba despertando del ensueño.
- Allí, y esperad un momento mientras termino de arreglar este lado... - respondió Alice, apresuradamente, esta vez sin pretender sonreír.
Cuando Magneto y Mística cruzaron el umbral de la puerta, Alice la cerró y la bloqueó desde el otro lado. Claro, que una puerta de metal iba a mantener mucho tiempo distraído a Erik. ¿Pero qué otra cosa podía hacer? Ella no podía congelar la puerta, ni derretir los goznes, ni… ni inundar.
Miró a su alrededor y se acercó a la primera válvula que vio. Empezó a girar la manivela, despavorida, y aumentó la presión de las tuberías, haciendo luego lo mismo con una segunda, y una tercera. A su vez, Erik y Mística parecían empezar a despertar de su ensoñación. Para cuando el primero pareció volver sobre sus cabales y alzó los brazos para romper la puerta, las tuberías empezaron a ceder a la presión y una de ella se partió, lanzando pedazos de hierro en varias direcciones.
No sabía dónde estaba, ni a donde llevaba la puerta por la que había hecho pasar a los otros dos. Por si fuera poco, tampoco sabía como volver con Sasha y Planaria, pero en esa situación, no tenía mucho tiempo para planear nada. El agua empezaba a llenar el pasillo, Alice gimió, caminando de espaldas y apartándose del estropicio que acababa de causar, antes de dar media vuelta y correr, correr, correr...
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 26th Mayo 2016, 12:16
Dudé durante lo que me parecieron horas aunque tan solo fuese medio segundo. Dejar o no a Alice no era una decisión que pudiese tomarse a la ligera, pero Sasha me dio el empujoncito que necesitaba para confiar plenamente en ella, e ir tras el cabrón de Stryker. Sabía que Alice era capaz de aguantar algo, de manera que debíamos darnos toda la prisa que pudiésemos. No sería fácil, ya que aquel lugar era como un maldito laberinto, pero lo que no podíamos hacer era quedarnos de brazos cruzados, así que seguí a mi compañera para atrapar al humano y descubrir qué demonios era lo que estaba tramando esta vez.
Los pasillos eran largos y olía fatal. Cruzamos varias puertas en dirección a lo que parecía la superficie. No tenía ni idea de que aquel lugar pudiese ser tan grande, y a juzgar por lo que habíamos corrido debíamos haber salido de los límites del edificio por debajo de este. Tal vez... Aquel lugar no era solo una depuradora. Tal vez fuese algo más... Stryker había experimentado con mutantes desde hacía muchísimos años, y no tenía ni idea de qué podía ser esta vez. ¿Algún tipo de arma nueva? ¿Un suero anti mutante? No quería ni pensar en las barbaridades que podía estar planeando este cabronazo. Subimos unas escaleras y llegamos al exterior. La lluvia caía copiosamente a nuestro alrededor y sobre nuestras cabezas. Un helicóptero arrancaba a escasos metros de nosotros. Pudimos ver a Stryker y a un par de soldados que le ofrecían la entrada. Grité para captar su atención, provocando que se diese la vuelta. Nos miró con la cara de asco que siempre ponía la gente como él al ver mutantes.
- ¡STRYKER! ¡QUÉDATE DONDE ESTÁS!- Los soldados nos apuntaron, pero fui más rápido, creando un escudo eléctrico entre las balas y nosotros, adoptando una posición desafiante con los dientes apretados.- ¡VOLARÉ ESE PUTO HELICÓPTERO SI HACE FALTA!-
- Qué predecibles sois los mutantes. Os dejáis llevar por vuestros sentimientos y emociones... En cualquier otra ocasión me quedaría aquí para charlar, pero desgraciadamente tengo cosas que hacer... Tranquilos, nos veremos pronto.- Se metió en el helicóptero y disparé un relámpago contra las hélices, dispuesto a destrozarlas. Pero algo desvió mi ataque. Una pequeña cúpula verdosa que protegió mi objetivo. Una mujer de cabellos oscuros y piel blanca bajó del vehículo, con una mano extendida hacia arriba. Tenía un extraño collar que brillaba y le rodeaba por completo el cuello. Sus ojos brillaban con fuerza con un color rojo. Nos miró desafiante, flotando ligeramente a un palmo del aire. Fruncí el ceño y la miré, sin entender nada. ¿Una mutante? ¿Por qué una mutante iba a...?
El ataque fue rápido. Una onda del mismo color que lo que había protegido el helicóptero salió de la mujer hacia nosotros, empujándonos hacia atrás. Lancé un relámpago contra ella pero lo paró con la misma facilidad que el primero. El helicóptero se elevó unos metros en el aire, pero cuando intenté alcanzarlo, de nuevo a protegerlo. ¡JODER! Y ahora a enfrentarnos a la zorra esta. ¡JODER, JODER Y JODER!
-----------------------------------------
Magneto lentamente recobró la consciencia, y se vio en una sala que no era la que recordaba. ¿Qué había pasado? Mística parecía igual de confusa, pero estaba furiosa. Lentamente los recuerdos le volvieron. Stryker, los mutantes de la mansión X, la repentina necesidad de seguir a la jovencita... Apretó los puños y sus ojos brillaron. Todos los tornillos y tuercas comenzaron a salir disparados, y la puerta que los encerraba allí se dobló sobre sí misma como mantequilla derretida. Mística salió, mirando hacia todos los lados. Las tuberías silbaban con fuerza y el agua comenzaba a filtrarse a través de ellas. El mal olor comenzó a flotar en el aire. Si querían alcanzar al humano tendrían que darse prisa. No sabían cuánto tiempo llevarían en ese estado, pero desde luego seguramente sería demasiado.
OCC:
Tenéis libertad, Sasha para luchar contra la mujer y Alice para alcanzarnos. Magneto y Mística te pisarán los talones, así que si te detienes podrás escucharlos o ver la destrucción que Magneto va causando. La mutante que tenemos delante tiene poderes psíquicos con los que puede flotar y crear escudos que la protegen de ataques a distancia. Cualquier duda ya sabéis dónde estoy.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 27th Mayo 2016, 17:16
Las ideas negativas seguían aplastándome el pensamiento y la preocupación. Podría estar muerta en ese mismo instante mientras ellos se concentraban en atrapar a ese monstruo, que estuviese sufriendo cualquier tipo de tortura por parte de Erik, amenazándola con usar su poder para conseguir a Stryker. No. BASTA. Apreté los ojos y agité la cabeza, como si esos gestos físicos fueran a confundir mi cerebro y fuese suficiente para nublar esas imágenes que pasaban por mi mente como por diapositivas difusas.
Para mi suerte hubo algo que sí distrajo a mi cerebro. Un fuertísimo olor pestilente que no conseguía identificar y que me llegó a la nariz como una bofetada directa. Sin dejar de correr me llevé una mano a la nariz y boca intentando contenerlo o pararlo de algún modo, inútilmente. Decidí distraerme intentando recordar esa peste particular que había olido antes pero no sabía dónde.
Subimos sin parar, incansables, aunque empezaba a acumularse la tensión en las piernas y mi impaciencia crecía más y más. A lo lejos escuché las aspas de un helicóptero y para cuando salí, fruncí el ceño en su dirección viendo su asquerosa cara tras una de las ventanillas. El viento removía mi capucha que afiancé colocándola con seguridad por dentro de la misma, y las cintas se mecían por el viento huracanado como querían. La lluvia dificultaba ver con claridad y caía en pequeños sonidos metálicos en torno a mis hombreras y pechera metálicas.
El grito de Plana me puso alerta. Mis opciones, aparte de correr hacia el helicóptero y fundir las barras de aterrizaje, eran muy limitadas, la distancia era lo suyo. Permanecí a la espera de que el rayo llegase, pero no lo hizo. Una sombra verde, quizá de energía. ¿Pero qué…? Fruncí el ceño aún más, buscando la fuente de origen de ese poder, no parecía algo tecnológico. ¿Pero qué mutante protege a Stryker? Sentí una frustración arder en el pecho, rabia contenida de todos los mutantes dormidos a su causa. Quizá… ¿Quizá Stryker había conseguido un modo de controlar a los mutantes? No me encajaba en nada y las imágenes de Alice con una barra de metal atravesándole el pecho volvieron a surcarme la mente.
Eché a correr directamente al helicóptero mientras Plana distraía a la mujer. Mi cuerpo empezó a adquirir un tono anaranjado y brillante. Poco a poco las llamaradas se generaron en torno a mi silueta, envolviéndome en una masa flamígera que corría veloz y directa hacia la libélula mecánica. Pero de nuevo esa energía verde. Salté de lado, esquivando su ataque con una voltereta por el suelo para luego levantarme, aún encendida sin perder de vista el helicóptero que se alejaba cada vez más y más. Estaba cabreada.
Apreté los puños y el fuego a mi alrededor se incrementó con un estallido como quien echa leña seca a una chimenea. Hice fuerza con la mandíbula, cerrándola con rabia mientras mi calor se hacía real, evaporando las gotas de lluvia que me caían encima justo antes de que me rozasen. Debía haber una salida. Siempre la había…
Abrí los ojos súbitamente -Me lo pido- le dije a Plana apagándome al instante, dándole a entender que él se encargaba de ella y yo del helicóptero. Abrí ambas palmas de mi mano hacia el cielo. Con las gotas de lluvia y la humedad suficiente en el ambiente pude generar tres bolas en cada mano, del tamaño de bolas de golf. Me acerqué al helicóptero todo lo que pude, con la esperanza de que Plana distrajese a la mujer para que no cubriese el helicóptero. Lancé sin parar las seis, seguidas, una detrás de otra con mi mano derecha. Una la fallé, centrada más en mi rabia que en la técnica. Dos dieron a la puerta de metal dejando dos abolladuras con un ruido seco de chapa al hacerlo. Una de ellas dió a una hélice, haciendo que la bola se convirtiese en pequeñas virutas de hielo esparcidas por el aire.- Mierda…- Sin embargo, las otras tres dieron en el cristal de piloto, una que apenas dio hizo un picado al cristal, pero las otras dos cayeron directas, quedando incrustadas en el cristal, resquebrajándolo poco a poco, pero la luna se mantuvo sin derrumbarse. Poco a poco el helicóptero se alejó de la superficie, elevándose sobre nosotros sin perder rumbo a pesar de lo peligroso que era pilotar sin visión perfecta. Maldije en voz baja dándome la vuelta, buscando a Planaria con la vista.
- ¡Vámonos!- grité a Plana -¡Hay que buscar a Quiet! Reportaremos esto en la mansión y nos encargaremos con refuerzos- grité cabreada dispuesta a deshacer mis pasos para volver con Alice lo antes posible. Me da igual la mutante, me daba igual Stryker… Eran cosas contra las que nos llevábamos entrentando desde el inicio de los tiempos, y siempre había tiempo. Ya no me importaba.
Deshice el camino todo lo rápido que pude. Volviendo a las luces, al olor pestilente, al brillo del metal. Me quedé paralizada un insante. -¿Qué es...?- me quedé quieta, escuchando ese ruido de fondo. Era como un ruido de arrastre, o un hormigueo.. ¿Agua? Me quedé quieta. Buscando a mi alrededor. -¿QUIET?- grité con toda la voz que tenía, inundando la estancia y los pasillos colindantes de mi llamada. Un ruido metálico con fuerza. Mala señal… Magneto otra vez.
Alice…¿Dónde estás?
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 30th Mayo 2016, 21:06
Avanzaba con dificultad, sus pies se movían cada vez con más lentitud a medida que se inundaban los pasillos. En su locura, había seguido rompiendo y abriendo válvulas con la intención de anegar el nivel inferior en un intento de detener a sus perseguidores, de ganar tiempo. El olor putrefacto del lugar se colaba por su garganta y le dolía en el pecho, aunque en el fondo era bien posible que se debiera al sobre-esfuerzo y no al penetrante olor químico. El agua le llegaba ya por encima de los tobillos, y le dolía la boca del estómago, y respirar cada vez era más difícil. Sus recuerdos de cómo había llegado hasta ese lugar eran difusos, y recordaba flashes, odiándose a sí misma por no haber prestado más atención a sus pasos por aquel laberíntico lugar. Y para añadir más tensión al momento, tras de sí podía escuchar el peligro que se cernía sobre ella, el metal partiéndose bajo su propio peso, limpiando y separando las débiles barricadas que había colocado en un intento de zafarse de sus perseguidores.
Su poder no iba a funcionar una segunda vez. Estaba asustada, demasiado asustada para poder mantener nada bajo control. Si intentaba hablar una segunda vez, estaba segura de que transmitiría miedo, pánico, y era demasiado arriesgado someter a Mística y Magneto a ello. Hay personas que reaccionan al miedo con violencia, y no quería complicarse la vida más de lo que ya lo estaba logrando.
Al fin llegó al lugar donde se había separado de sus compañeros, y alzó la mirada para contemplar el suelo que había cedido para dejarles caer en ese piso inferior que ahora estaba cubierto de agua. El frío líquido alcanzaba ahora los bajos de su cintura y miró desesperada algún modo de trepar. Tenía que salir de ahí y se le agotaba el tiempo. Colocó las manos sobre una de las grandes cañerías de la sala y sintió el calor bajo las palmas de sus manos, agradeciendo entonces el haber traído guantes. Sin perder un instante, empezó a colocar un pie tras otro para iniciar el ascenso al piso superior, pero aún no había alcanzado el hormigón, cuando la puerta se abrió con un golpe sordo. Los ojos amarillos de Mística la observaban con la ira pintada en las azules facciones, y a Alice se le escapó un jadeo, intentando alcanzar el techo.
La mano de Mística se cerró en torno a su tobillo, y tiró de ella con fuerza, y los guantes cedieron, resbalando por la lisa superficie de las tuberías. Alice cayó, sumergiéndose bajo el agua y cerrando con fuerza ojos y boca, para evitar que el sucio líquido entrara en su estómago o pulmones. La mutante azul buscaba sujetar el cuerpo de Alice bajo el agua, inmobilizarla, y ella, a ciegas, luchaba por liberarse y recuperar el aliento. Golpeó y pateó al aire hasta que las manos que se cerraban en torno a sus muñecas y cuello aflojaron, permitiéndole romper la superficie en busca de aire. El agua cubría entonces hasta su cintura, y Mística… Mística había iniciado el mismo ascenso que había intentando instantes antes. Y aunque era una pésima idea, la siguió, más por escapar de la inundación que ella misma había causado que por atrapar o enfrentar a la mutante.
Una vez en el piso superior, a duras penas tuvo tiempo de incorporarse, que Mística la recibió con una patada en el costado. Alice gimió de dolor, agarrándose el vientre mientras la mutante azul chirriaba los dientes, mirándola con furia.
Cierra la maldita boca, ¿me oyes? ¡Deja de hablar!
Una nueva patada y Alice no pudo contener un segundo grito, cargando con él el dolor, que mediante su poder se pasaba a su vez a Mística. No era un dolor físico, desde luego, pero no parecía que esa sutil diferencia estuviera ayudando a calmar los ánimos. Cuando Mística intentó golpearla una tercera vez, Alice rodó sobre sí misma, apartándose de ella y como pudo, se incorporó.
Sabía que no era rival para ella. No tenía esperanzas de vencerla en un combate, y en su situación, tampoco podía tomar ventaja de su poder. ¿Qué le quedaba? ¿Habrían logrado Sasha y Planaria alcanzar a Stryker? ¿Habría servido para algo lo que había hecho, o habría sido un sacrificio en vano? Mística se acercaba a ella, y Alice retrocedía, hasta que su espalda se apoyó en la pared. Cerró una mano en torno a su garganta, y la británica sujetó su brazo con ambas manos. Podía sentir los músculos de Mística, tensos y fuertes bajo la piel, pero no estaba haciéndole daño.
No puedo seguir perdiendo el tiempo contigo… Ya hemos malgastado suficiente con tu pequeño juego.
Con brusquedad, tiró a Alice hacia un lado, antes de dar media vuelta y abandonarla allí mismo… Con una sonrisa pérfida en los labios, golpeó una de las tuberías hasta que la presión empezó a silvar, amenazando con romperla, y se fué, cerrando tras de sí la puerta. Primero, se sostuvo el cuello, desorientada, sin entender del todo lo que había sucedido. ¿Porqué la había dejado ir...? Luego contempló anonadada como Mística bloqueaba la puerta desde el otro lado.
Primero, intentó buscar una manera de salir. A un lado del pasillo, tenía la puerta que había bloqueado mística, al otro, un almacén y sala de máquinas, sin salida. Luego, intentó forzar o romper la puerta, pero no tenía suficiente fuerza, y carecía de herramientas con las que poder ayudarse. En tercer lugar, desesperó. Gritó, lloró y golpeó, descargando la frustración, el miedo y la rabia, hasta que se desolló los nudillos por debajo de los guantes, mientras el agua de nuevo cubría sus tobillos.
Finalmente, se dejó caer contra la pared, abrazándose las rodillas, llorando en silencio sin saber qué más podía hacer.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 3rd Junio 2016, 00:09
Cuando Magneto alcanzó a las dos mujeres pudo ver que Alice estaba cubierta entera por el repugnante agua, respirando entrecortadamente y sufriendo. El rostro del mutante se torció ligeramente y se quedó a escasos metros de su aliada.
- ¡Mística! Suficiente... Déjala aquí y que aprenda la pésima decisión que tomó... Vámonos antes de que esto nos atrape como a vulgares ratas...- Abrió la puerta con sus poderes con un chirrido y la atravesó caminando, con la capa ondeando tras de él. La mujer azul le siguió con una sonrisa trinfante en la cara, la cual le mostró una última vez antes de cerrar a cal y canto a aquella niñata a una muerte segura. El agua se filtraba por todos lados y estaban bajo el nivel del mar. Le quedaría media hora a lo sumo. Una lástima. Con un poder así habría sido una digna aliada.- William Stryker se nos ha vuelto a escapar por culpa de estos X-Men... No pienso tolerar más errores ni que siga esclavizando a nuestros hermanos...-
- Deberías haberme dejado matarla... No es más que una cría.-
- Y por ello se merece una oportunidad. No somos vulgares asesinos como los humanos. Al menos no con los de nuestra especie. Ya habrá tiempo para la venganza.- Y abandonaron aquel pestilente lugar que poco a poco iba inundándose hasta que quedase sepultado bajo las turbias y sucias aguas del río Hudson.
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Por muchos esfuerzos que ambos hiciésemos aquel helicóptero huyó sin remedio. Apreté los dientes enfurecido por la impotencia al no haber conseguido pararle. Hijo de... Puta... De nuevo escapaba con aquella sonrisa maníaca y sus aires de superioridad. Y para colmo una mutante de su parte. Eso sí que iba a ser una movida de las gordas. Debíamos informar al profesor en cuanto llegásemos a la mansión. Un buen y largo parte de todo lo ocurrido y luego a ver qué hacíamos, tal y como había dicho Sasha. Corrimos hacia dentro en busca de Alice y los primeros temores serios comenzaron a invadirme la mente. Joder, por favor que no le hubiese pasado nada. En cuanto bajamos un par de pisos el mal olor fue tal que no pude evitar fruncir el ceño y arrugar la nariz, aguantando la respiración como podía. El sonido del agua moviéndose hizo que todos mis cabellos se pusiesen de punta, y cuando vi un pequeño charco aumentar de tamaño a gran velocidad proveniente del pasillo que nos dirigía hasta Alice tragué saliva. Mierda... ¿Se habría roto alguna tubería? Escuchamos un grito a lo lejos y nos pusimos en movimiento a toda velocidad. Sasha fue congelando el agua a medida que esta subía de nivel y corrimos sobre la superficie helada. El agua cada vez estaba más alta, y de no haber sido por ella yo en mi vida habría entrado en aquellos pasillos ni de coña.
- ¡Alice! ¡Aliiiiiiiiiiiice! ¡Alice!- Gritábamos intentando que nos oyese por encima de todo aquel ruido, pero no obtuvimos respuesta alguna. Cuando llegamos al sitio donde nos habíamos separado y nos habíamos enfrentado a Magneto el agua llegaba casi al piso superior. Tuvimos que agacharnos para evitar el techo antes de llegar a la enorme bóveda. Y allí, intentando atravesar la puerta por donde habíamos bajado al principio, la chica estaba tirada, sollozando y completamente calada.- ¡Allí! ¡Alice! ¡Aliiiiiiiiiiiiiice!-
De un salto subimos al piso de metal y nos acercamos a la joven mutante. La habían tenido que sumergir en el agua y tenía los ojos rojos y las lágrimas aún caían por sus mejillas. La abrazamos y limpiamos como pudimos. Me volví a la puerta y usé toda mi fuerza para intentar girar la manivela sin éxito. Desenfundé entonces mi arma y la encajé para usarla de palanca. Volví a hacer lo mismo, rojo del esfuerzo, pero por fortuna se movió un poco, y luego otro poco más hasta que cedió, con un crujido metálico y un fuerte chirrido que anunciaba su apertura. Me volví a ambas guardando mi arma.
- ¡Vamos! ¡Hay que salir ya!- El agua ya nos llegaba por las rodillas, y en cuanto ambas pasaron cerré la puerta con la intención de bloquear el avance de esta. Lo único que teníamos que hacer era subir lo suficiente para estar sobre el nivel del río y evitar así quedar sumergidos. Corrí tras ellas alegrándome de que Alice estuviese bien pero maldiciendo lo que le hubiese pasado. Debía haber sido algo horrible a juzgar por su aspecto, pero me alegraba de que estuviese viva.
OFF: Por mí podéis narrar que conseguimos salir del edificio y decidimos ir a contarle todo a Xavier y cerrar esto ya. Habéis sido parte del inicio de una trama que se alargará hasta llegar al ansiado y misterioso final MUAJAJA. Espero que lo hayáis disfrutado y que os haya gustado ^_^ Cualquier duda que tengáis ya sabéis donde encontrarme.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 14th Junio 2016, 01:56
Corrí como si me persiguieran. Notaba mis piernas calientes cruzar el agua que iba ofreciendo cada vez más y más resistencia, subiendo el nivel hasta mis caderas y ralentizándome todo lo posible. Busqué a mi alrededor, frustrada. El agua era mi elemento, si necesitaba un arma, el agua me lo garantizaba, si me ponía en peligro, la evaporaba… Pero no podía estar segura de que no abrasase a Alice por el camino así que opté por congelar el agua a medida que pasábamos, descartando la posibilidad de dejarla atrás sin darnos cuenta o hacerle mal de algún tipo. Con una palmada en la planta de mis pies generé dos cuchillas también de hielo macizo que me sirvieron para patinar sobre la superficie a un ritmo bastante frenético. Si hubiese muerto…
No. No. Concéntrate. Alice está bien.
- ¡Alice! Ven aquí…- a pesar del alivio que sentí el corazón me machacaba el interior del pecho como queriendo romperme el esternón. La cogí con delicadeza de la mano, dejándole un beso en la mejilla. - Vamos- estaría asustadísima, saturada y confusa… Pero comprobar que seguía viva, que podía andar y que no aparentaba tener ninguna lesión grave me calmó los nervios.
Lo único que hicimos fue correr. Correr hasta reventar, hasta que vimos al fin las escaleras finales por las que habíamos entrado. A medida que hicimos recorrido fui congelando fragmentos de agua, formando pequeños muretes de retención y congelando la puerta todo lo posible para sellarla e intentar hacer algo de impermeabilidad, pero sólo nos daba tiempo. Plana subió primero, para asegurar el terreno por fuera y porque me quedé yo al final. No iba a permitir que el elemento mortal para él llegase a cumplir su debilidad. Luego Alice, para ponerla a salvo y finalmente empecé a subir las escaleras de tres en tres agarrándome con fuerza para subir más rápido. Volví a poner la lápida de piedra sobre el hueco que quedaba. Ya había pasado todo… al fin.
Estiré la espalda jadeando con el pulso a mil y abracé a Alice con muchísima delicadeza. -Has estado genial… Eres una mutante increíble Alice, con un talento increíble que pulir…- susurré a su oído mientras mis manos acariciaban su espalda. La pregunta “Estás bien” me pareció fuera de lugar. Emocionalmente estaba rota, físicamente si tenía algo lo suficientemente grave como para morir o que fuese herida severa, lo diría ella por sí misma o el examen sanitario de la mansión. Cuando se hubo calmado un poco le tendí la mano, para caminar juntas a la mansión de nuevo.
El camino fue una especie de procesión muy común después de las misiones. Cada uno recorría en su mente y en su físico la situación, rememorándolo todo y surcando las ideas por “Si hubiese hecho…” , “ Si cambiase mi decisión…”. Todo el mundo solía castigarse de una forma interna después de una misión fallida y era algo que sólo el silencio podía mostrar.
Al llegar lo primero que hicimos fue pasar por la enfermería, para que la revisasen a ella. Plana nunca tenía que hacer esa ruta y lo mío se pasaría pronto, era algo a lo que estaba acostumbrada, pero ella necesitaría un buen cuidado médico. -Alice, te dejamos aquí…¿vale? Acuéstate en cuanto te curen, intenta mantener la mente distraída…- Me acerqué recolocándole un mechón de pelo tras la oreja mientras le examinaban el costado y el abdomen. - Has sido muy valiente… Gracias por tu ayuda, eres muy grande Alice. Enorme. - Susurré antes de caminar a dar el reporte de la misión.
Esto sí suponía un problema… ¿Cómo explicar que habíamos visto una trama inmensa de delito con el nombre de Stryker y qué manera podía tener de describir el encontronazo con los dos enemigos más recurrentes de nuestras misiones…?
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018 16th Junio 2016, 11:41
Estaba fría y temblaba. Sollozaba. Y estaba sola.
No sabía cuánto rato hacía que Mística la había abandonado allí para que, probablemente, muriera ahogada. Pero de algún modo tampoco parecía importarle. Estaba sola, y sentía como si todo lo demás hubiera quedado en segundo plano.
Tenía grabado a fuego el rostro de aquél hombre que había visto morir minutos antes, y de algún modo ese recuerdo parecía ahora lejano, y nuevamente sentía que no estaba dentro de su propio cuerpo, como si su propio corazón estuviera envuelto en algodón y no pudiera sentirlo latir. Su respiración le resultaba artificial, como si no fuera suya, como si algo empujara a su cuerpo a respirar en pleno llanto, pero no fuera ella. Lo único que quería Alice, ahora mismo, era dormir.
Qué curioso, que en medio de todo, con el agua cubriendo su abdomen, mientras su cuerpo lloraba sin su permiso, ella quisiera dormir. El cabello, empapado, se adhería a sus mejillas y proporcionaba cobijo a sus lágrimas. Escuchaba la voz de Sasha y Planaria, lejanas, llamando su nombre, pero era incapaz de ponerse en pie, como si su cuerpo y mente hubieran decidido tomar caminos separados, y no respondieran el uno ante el otro. Incluso cuando llegaron hasta ella y Sasha le tomó de la mano para alzarla. Su cuerpo no era suyo, y reaccionó a las órdenes sin su permiso. La abrazaron, la limpiaron, sintió como apartaba el cabello de su rostro, Planaria forzó la puerta, y, al fin, emprendieron la marcha de vuelta a casa.
Cuando al fin les recibió el frío de la calle, su cuerpo tiritaba, y Sasha la abrazó con muchísima delicadeza, susurrando palabras de ánimo a su oído. Y más que las palabras en sí, su cuerpo agradeció el calor. Sasha era tan cálida…
Volvieron a la mansión, en silencio, la joven británica no alzó la mirada de la punta de sus botas durante todo el camino. El único instante en que había parecido recobrar algo de energía, fue en un instante en que se vio reflejada en un escaparate y se había puesto nerviosa, hasta hacer parar a la pareja para poder arreglarse un mínimo. Desabrochar y abrochar los cordones de sus botas recolocar la bufanda, el gorro, sus guantes… Y aun esas pequeñas compulsiones estaban desprovistas de emoción y las realizaba casi como si su mente no estuviera enteramente ahí.
Y cuando finalmente estaban en el vestíbulo de la mansión, Sasha se despidió de Alice, animándola a dormir, a no pensar, a distraerse.
Tan sólo tenía la garganta irritada, y una ligera conmoción, así que pronto le permitieron volver a su habitación. Tal vez en una situación normal, hubiera decidido pasar primero por la cafetería, coger aunque fuera algo de beber, pero sus pies la llevaron directamente a su habitación. A duras penas era consciente de lo que hacía, y se dejaba llevar por los pequeños impulsos que la mente lograba hacer llegar al cuerpo. Se desvistió y se dió una ducha, se secó el cabello y se puso el pijama. Sus ojos estaban extrañamente desprovistos de emoción. Y finalmente se dejó caer en la cama, esperando dormir.
...para horas más tarde, levantarse de una pesadilla, y hundir el rostro en la almohada, intentando no despertar a Dianne. Y aunque ella no lo sabía, Sasha tenía razón.
Estaba emocionalmente rota.
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Tema: Re: Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018
Dame alas y enséñame a volar [Planaria Glámez] 18 Noviembre 2018