Años de Omega |
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| [Minievento] Pesadillas y Muerte - La pesadilla de Gabriel y Cedric - Mediados de Febrero | |
| | Autor | Mensaje |
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111AnthonyE.Stark
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Mensajes : 1786 Fecha de inscripción : 11/12/2014 Localización : New York Empleo /Ocio : Empresario multimillonario Humor : Bromista
Ficha de Personaje Alias: Iron Man Nombre real: Anthony Edward Stark Universo: Marvel
| Tema: [Minievento] Pesadillas y Muerte - La pesadilla de Gabriel y Cedric - Mediados de Febrero 5th Noviembre 2015, 21:55 | |
| - OFF:
Esto es una pesadilla, cualquier PJ o PNJ involucrado no es el “real” solo la imagen distorsionada de él dentro de la pesadilla. En ocasiones dentro del mundo onírico tomaré un poco el control del PJ protagonista ya que hay alguien, o algo, controlando el sueño, si alguien tiene un problema con esto todo es cuestión de hablarlo y acordar una solución. Espero que os guste el evento, lo disfrutéis e incluso os asustéis un poco si es posible.
En este caso, al haber dos personalidades dentro de la cabeza de este PJ, habrá dos pesadillas en una, buen provecho. Pesadilla de Cedric...Una sala blanca, completamente blanca, la luz proveniente del techo lo ilumina todo sin dejar lugar a sombras, está atrapado, no hay puertas ni ventanas, no hay nada, las paredes son completamente lisas, tanto que casi parecen de cristal pero son duras como el acero, ¿cuanto tiempo lleva aquí Cedric? ¿días? ¿semanas? ¿años? Es difícil saberlo pero para el es ya una eternidad, el mentalista escucha un grito... es él el que está gritando, desesperado, angustiado, atrapado. Cuando por fin Cedric es capaz de serenarse por un momento ve que una sección de la pared muestra una imagen, de repente siente miedo de lo que pueda mostrarle ese pequeño cuadro, pero le es imposible evitar acercarse a mirar, un dolor que creía desterrado se adueña de él cuando por fin se asoma, su madre, es su madre, tal y como estaba la última vez que la vio, tras haber sufrido una brutal paliza y haber escapado de su padre de la única forma que supo, apenas pudo contener las lagrimas, pero al cerrar los ojos un momento la imagen se desvaneció. ¿Por que no me ayudaste hijo mío?, la voz a su espalda estaba henchida de dolor y desesperación, el mutante se giró rápidamente para ver el cadáver andante de su madre mirarle con desprecio, pudiste detener a tu padre, pero le dejabas golpearme una y otra vez, si lo hubieras matado antes no estaría así, mi alma se pudre en el infierno, los suicidas estamos condenados por toda la eternidad y todo es culpa ¡TUYA!, con un grito el alma atormentada se lanza sobre su hijo intentando estrangularlo. - Pesadilla de Gabriel... +18 (gore):
El agente de SHIELD despierta en un pasillo que parece el de un hospital salvo porque no ve a nadie, esta confuso porque no sabe como demonios ha llegado hasta aquí, siente humedad en las manos y al mirarselas las descubre llenas de sangre, toda su ropa esta hecha jirones y empapada también del rojo y espeso líquido, pero no tiene ninguna herida, sin pensar el mutante sale corriendo hacia una habitación, en cuanto la abre una escena dantesca le recibe, un anciano al que le han arrancado los ojos que aún cuelgan de las cuencas, las manos del pobre viejo están en el interior de su propio vientre sujetando sus vísceras que parece haberse arrancado él mismo ¿que puede haberle hecho a una persona hacer algo así?
Tú, Gabriel no puede evitar dar un respingo al escuchar esa voz en su cabeza, has sido tú el que lo ha hecho Leblanc, le obligaste a hundir sus propias manos en su abdomen, a desgarrarse la carne y extraer sus intestinos mientras te reías escuchándolo como te suplicaba que le dejaras parar, al mutante le aterraba lo que estaba escuchando, pero de algún modo sabía que la voz no mentía, entonces, en un arranque de compasión accediste a ello y con tus propias manos le arrancaste los ojos, no fue una muerte rápida, no fue indoloro, pero quizás te consuele saber que él no fue el primero ni el último que mataste hoy
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| | | Cédric Valjean Marvel Universe
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Mensajes : 526 Fecha de inscripción : 19/02/2015 Localización : En Gotham, de momento. Empleo /Ocio : Agente de SHIELD, y del ocio ya se ocupa el otro. Humor : Depende de con cual te topes.
Ficha de Personaje Alias: Sparrow o Cerbero. Nombre real: Gabriel Leblanc o Cédric Valjean. Universo: Marvel
| Tema: Re: [Minievento] Pesadillas y Muerte - La pesadilla de Gabriel y Cedric - Mediados de Febrero 10th Noviembre 2015, 19:05 | |
| Cédric. Cédric abrió los ojos, muy lentamente. Parpadeó un par de veces, cegado por aquella luz repentina, deslumbrante. Estaba tendido en el suelo, no recordaba como había llegado ahí. Tambaleante, se incorporó. No entendía nada: Miró a su alrededor, y solo vio blanco. Paredes sin puertas, sin ventanas, sin nada. Ningún sitio por dónde salir, por donde huir a cualquier otro lugar. El traficante sólo pudo articular un pensamiento coherente. -¡NO!-Ni siquiera se dió cuenta de que había gritado hasta que las paredes le devolvieron el eco de su propia voz distorsionada. No podía volver a estar en el laboratorio, era imposible. SHIELD lo había destrozado todo... Aunque claro. Quizás esos gilipollas no habían mirado bien y se habían dejado el sótano. O quizás no habían matado a todo el mundo y alguno de esos hijos de perra había empezado otro... Pero en el fondo le daba igual. Lo único que quería era salir de ahí. Podía oír su respiración acelerada mientras sus ojos buscaban, desesperados, algo. Lo que fuera. Y lo encontraron. Un pequeño cuadro, colgado en un rincón de la sala cuadrada. Desde donde estaba, no podía ver la imagen que había en su interior, pero de alguna manera, le daba más miedo que el hecho de estar encerrado en ninguna parte. No quería acercarse a mirarla. Pero, de alguna manera, lo hizo. Sin saber por qué, caminó rápidamente hacia lo que resultó ser un retrato que le dejó sin aliento. Era su madre. La imagen era escalofriante: Estaba de pie, en lo que podría ser perfectamente el salón de su casa. Tenía la ropa rasgada, manchada. Y le miraba fijamente, con los ojos vidriosos. Era exactamente igual a una foto que había en su casa, cuando era pequeño, salvo que en la de verdad su madre aparecía limpia y sonriente. La sangre no empapaba su ropa, su pelo estaba cuidado y peinado, y su cara no parecía demacrada, llena de moratones y heridas. Cédric notó como la tristeza y la rabia empezaban a brotar dentro de él, como una planta espinosa que creciera desde dentro de su cuerpo y lo desgarrara. Se llevó una mano a la cara para apartar las lágrimas que acudieron a ellos, y cuando volvió a mirar, se dió cuenta de que el cuadro estaba vacío. Solo había quedado el fondo, la pared marrón, la silla y la mesa. Pero de la mujer no quedaba ni rastro. Cédric no sabía qué estaba pasando, pero tenía muy claro que no quería averiguarlo. Iba a seguir investigando cómo salir de allí cuando una voz lo hizo girarse lentamente. Anne estaba detrás suyo. Tal y como la había encontrado, tendida en su cama un día de otoño, hace muchísimo tiempo ya. Pero esta vez sus ojos estaban abiertos, y lo miraban con odio, escupiendo cada palabra. Cada acusación. Y tenía razón. Pero él solo era un niño por aquel entonces, ¿Qué podría haber hecho? Él también había sufrido los enfados de su padre en su propia piel. Las palabras se le atragantaron, no podía responderle a aquello. Solo podía retroceder, alejarse de ella. Hasta que, con un grito, se lanzó sobre él. Cédric no esperaba aquello, por lo que solo pudo gritar de miedo y sorpresa. Su madre, o lo que quedaba de ella, era muy fuerte, y lo tiró al suelo. Sus manos se cerraron en torno al cuello del telépata con la fuerza de tenazas, tratando de asfixiarlo. Pero Cédric no quería morir. Forcejeó con todas sus fuerzas para intentar quitársela de encima, pero era inútil. Le estaba ahogando. La sangre manaba de las heridas en las muñecas de la mujer, resbalando por sus manos hasta el cuerpo del rubio. -Lo siento...-La disculpa apenas se escuchó, pero eso no amilanó a Cédric. Con sus últimas fuerzas, dió una patada, que acabó acertando en el estómago del cadáver. Ojalá aquello bastara para que aflojara la presa... Gabriel. -¿Dónde...?-Su voz resonó un par de veces antes de perderse el la negrura del pasillo. Miró hacia todos lados, intentando reconocer el lugar. Tras él, sólo había un muro. delante había un pasillo larguísimo, con puertas cerradas a ambos lados. Las paredes blancas y el extraño olor a medicamentos le hicieron pensar en un hospital. ¿Qué hacía él allí? Una corriente de aire llegó hasta él, haciéndole temblar de frío. Entonces se dió cuenta de que su ropa estaba desgarrada, y que estaba manchado de sangre hasta el codo. Con mucho esfuerzo, ahogó un grito. ¿Qué había pasado? ¿Cómo...? No estaba herido, lo que en cierto modo era algo bueno, pero eso significaba quita alguien sí que lo estaba. Avanzó por el pasillo, corriendo, hasta que al fin encontró una puerta entreabierta. Entró sin pensar, y hubiera preferido no haberlo hecho jamás. Dentro, un anciano estaba sentado, la espalda apoyada el la pared. Sus vísceras se derramaban por el suelo, como viscosas serpientes sanguinolientas. Tenía las manos sobre el torso, como tratando de contener sin éxito sus órganos. La cabeza, apoyada en el muro, no presentaba mejor aspecto. Los ojos, arrancados de cuajo, colgaban precariamente de sendas venas. De la boca abierta goteaba un hilillo de sangre. Gabriel se mareó, y tuvo sus apoyarse en el quicio de la puerta para no caerse. Bien, había visto muchos cadáveres a lo largo de su vida. Pero nada como aquello. Y no era lo peor. Enseguida empezó a oír una voz en su cabeza, neutra, fría e impersonal, explicándole qué había ocurrido en aquella habitación. -¡Eso es mentira! Yo no soy un asesino, nunca haría algo así a nadie.-Pero era verdad. Había sido él, con esa certeza absoluta que solo cabe en el reino de los sueños. Ni siquiera sabía a quién pertenecía la voz. Y ese miedo visceral, ese pánico que había sentido desde niño a estar volviéndose loco, regresó de nuevo con más fuerza que nunca. -¿Quién eres? ¿Quién es él? -En su voz había una huella de desesperación, que quebró la pregunta al final. _________________ - Even if you can't see me:
Última edición por Gabriel Leblanc el 23rd Noviembre 2015, 00:26, editado 2 veces | |
| | | 111AnthonyE.Stark
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| Tema: Re: [Minievento] Pesadillas y Muerte - La pesadilla de Gabriel y Cedric - Mediados de Febrero 12th Noviembre 2015, 23:25 | |
| Pesadilla de Cedric... Al recibir la patada, el cuerpo maltratado crujió y salio despedido chocando contra la pared y quedando tendido e inmóvil, como una muñeca rota, la sangre manaba de la cabeza abierta de la mujer muerta, ¿Qué te diferencia de mí ahora pequeño bastardo asesino?, la voz hizo que sufriera un escalofrío, esa voz estaba en sus pesadillas mucho después de haber matado al mal nacido de su padre, siempre te consideraste especial, importante, pues dejame decirte que solo eras un malcriado hijo de puta.
Cedric se giró para enfrentarse de nuevo a su padre, pero al verlo casi se le detiene el corazón en el pecho, su cuerpo lleno de gusanos que se movían incluso por debajo de la piel, horadando su carne, se acercaba tambaleante en su dirección, con las horrorosas heridas que le había causado aún abiertas, de ellas manaba un liquido viscoso y purulento, Tú me hiciste esto, tú me enviaste al infierno junto con la perra de tu madre, pero me consuela algo “hijo”, dijo el cadáver andante mientras se acercaba a su asesino, tu también estas atrapado en tu propio infierno y cuando mueras te reunirás con nosotros para sufrir eternamente.
Pesadilla de Gabriel... Él no es nadie, solo un desgraciado que ha tenido la mala suerte de cruzarse en tu camino, contestó la voz en su cabeza con sorna, pero me decepciona que no sepas quien soy yo, te daré una pista si entras en la siguiente habitación, sin poder evitarlo Gabriel salió de allí y avanzó un poco por el pasillo, la pierna de una enfermera asomaba por detrás del mostrador del pasillo y apartó la mirada, la postura de esa pierna no era natural ¿la habría matado él? por supuesto que has sido tú, escuchó de nuevo en su cabeza junto con una risa psicótica, pero vayamos por partes, como dijo tu héroe Jack el destripador.
Gabriel empujó la puerta que se resistía a abrirse, al otro lado un pequeño cuerpo de una niña de no más de 5 años estaba tirado en el suelo, lleno de moratones, una enfermera yacía en el suelo junto a la cama y sobre ella una mujer joven el que debió ser su marido intentando protegerla de la muerte que cayó sobre ambos, al otro lado de la cama se veía una pequeña cuna ensangrentada a la que el mentalista no se atrevía a asomarse, En esta habitación fuiste especialmente creativo, te centraste en la niña, aumentaste sus celos hasta tal punto que con unas tijeras se abalanzó sobre su hermanito recién nacido, claro que no tuvo bastante con eso y acabó también con sus padres y con esa estúpida que vino al escuchar los gritos, no es necesario entrar en más detalles, porque sé que recuerdas lo que has hecho y como lo has hecho, y lo que es mejor, como te sentías al hacerlo.
La voz calló durante un momento y luego volvió a hablar, Ahora tu pista, acercate a la ventana Gabriel y dime que ves, el agente de SHIELD así lo hizo pero no entendía a que se refería la voz, no quiero que me digas que ves a través de la ventana, sino lo que ven “en” el cristal, su reflejo le devolvía la mirada, muy bien, dijo la voz mientras los labios de su reflejo se movían de acuerdo a las palabras que acababa de escuchar, ¿ahora lo ves? ¿lo comprendes al fin? | |
| | | Cédric Valjean Marvel Universe
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Ficha de Personaje Alias: Sparrow o Cerbero. Nombre real: Gabriel Leblanc o Cédric Valjean. Universo: Marvel
| Tema: Re: [Minievento] Pesadillas y Muerte - La pesadilla de Gabriel y Cedric - Mediados de Febrero 23rd Noviembre 2015, 00:11 | |
| Cédric. El joven respiró con avidez esa primera bocanada de aire. Había funcionado. Seguía vivo. Cuando se repuso, se incorporó hasta quedar sentado en el suelo. Sentía cómo le latía el corazón, desbocado. El cuerpo de su madre había acabado chocando contra una de las paredes, y ahora se encontraba desmadejado e inerte, como una marioneta a la que le hubieran cortado los hilos. ¿Desde cuando tenía tanta fuerza? Se preguntó, confundido. La pared estaba bastante lejos, él normalmente no podría lanzar a nadie con tanta fuerza. No tuvo mucho tiempo para pensar en eso, de todas formas. Escuchó una voz, inundando la habitación. Ni siquiera fue consciente de haberse levantado del suelo. Delante de él había un cuerpo lleno de gusanos, putrefacto. La celda se llenó rápidamente de un insoportable olor a muerte, a medida que la cosa que tenía la voz de su padre renqueaba en su dirección. Su carne, verdosa por la descomposición, se caía a trozos bajo la acción de los pequeños caníbales que se estaban alimentando de él poco a poco. Cédric no pudo evitar pensar que aquello era lo más útil que había hecho en toda su maldita vida: Dar de comer a los gusanos. Pero había perdido el habla. -¿Qué te diferencia de mí ahora, pequeño bastardo asesino?- "-Nada."-Lo había hecho. Había matado a la única persona a la que había querido de verdad. "-Ella no era nuestra madre."-¿O si? ¿Se estaba convirtiendo en su padre? Tú también estas atrapado en tu propio infierno y cuando mueras te reunirás con nosotros para sufrir eternamente.-No.-No iba a volver a tenerle miedo. En esos momentos, el único infierno que iba a haber en esa sala era el que ardía en las pupilas de Gabriel. -Aquí solo va a sufrir una persona. Y ese vas a ser tú. -Atacar. Era mejor que rendirse al miedo y a los remordimientos. No había podido usar su poder en condiciones desde que lo atraparon en su propio cuerpo: Había quedado tan limitado, tan mutilado como su mente misma. Pero ahora se sentía completo y la rabia lo invadía. Ese hombre había convertido su infancia en una tortura, y ahora iba a devolverle todo ese dolor. Aunque ya estuviese muerto. Sus ojos relampaguearon, llenos de ira. Se concentró en causar el mayor daño posible, en atormentar su mente hasta que el cadáver andante cayera de rodillas y se descompusiera en la pila de carne pútrida que era. Gabriel. La voz parecía reírse de él. Gabriel notó un escalofrío, deslizándose por su espalda como un reguero de agua fría. Nadie. Ni siquiera le había hecho eso por odio. No tenía ningún sentido... Pero quizás todo fuera cuestión de averiguar quién era la voz. Todo eso tenía que tener alguna lógica: Quizás esa voz la estuviera emitiendo alguien desde unos altavoces... Sí... Tenía que ser eso. Tenía que pensar eso. Él no había matado a nadie, simplemente habían sido otras personas. Alguna banda terrorista, o algún mutante enloquecido, y luego lo habían metido a él ahí en medio. Para echarle las culpas... Pero si encontraba el origen de todo aquello, podría salir. Siguió la dirección que le indicaba la voz con esa esperanza, contento de abandonar al fin la habitación en la que se encontraban los restos del anciano. Cerró con cuidado la puerta, y cuando se giró, se dió cuenta de que la oscuridad que se arremolinaba en el fondo del pasillo antes ahora se había disuelto, como si ahora tuviera permiso para pasar y antes no. Todas las puertas seguían cerradas, salvo una. Supuso que tenía que ser ahí, y caminó hasta ella, pasando junto a un mostrador tras el que debería haber habido un par de enfermeras. Una de ellas continuaba ahí, aunque Gabriel no quiso ver más allá de la pierna que estaba a la vista. Aceleró el paso, la impaciencia por acabar de una vez por todas con eso se lo estaba comiendo vivo. Cuando su mano estaba a punto de tocar el picaporte, la voz volvió a hacer acto de presencia, después de un silencio que Gabriel había agradecido muchísimo. Como si hubiera adivinado lo que se venía repitiendo desde hace hace un buen rato... Si Gabriel hubiera estado más sereno, quizás hubiera adivinado quién podría estar leyéndole la mente en esos mismos instantes, pero el joven ni se lo planteó. El sonido de esa risa le heló la sangre en las venas: Esa... Persona, si aún se la podía llamar así, debía de estar trastornada. Solo así podía explicarse todo aquello. Llevando la contraria a todos sus instintos, abrió la puerta, que le pareció pesada como la de una caja fuerte. Detrás, una escena dantesca esperaba al agente. Era una habitación blanca, amplia, empapada de sangre. En un lado, había una cama, sobre la cual yacía una mujer de pelo moreno, vestida con una bata de hospital teñida de rojo ahí donde alguien la había herido con algún objeto cortante. En el suelo, su marido estaba en las mismas condiciones, el terror congelado para toda la eternidad en su cara. La hija de la pareja y la enfermera que faltaba en el mostrador de fuera les acompañaban, completando la grotesca escena. Y, más allá, una cuna. Deseó con todas sus fuerzas oír llorar al bebé. Quien fuera que hubiera hecho aquello tenía que haberlo dejado vivir. Era solo un bebé... Pero no se escuchó nada más que su propia respiración, entrecortada por el llanto. "-Y también era sólo una niña, y un padre, y una madre. Solo personas normales..."Su visión se emborronó, aunque sus oídos captaron con claridad meridiana todas y cada una de las palabras que la voz pronunciaba. -En esta habitación fuiste especialmente creativo.-Comenzó, implacable. -Te centraste en la niña, aumentaste sus celos hasta tal punto que con unas tijeras se abalanzó sobre su hermanito recién nacido. Claro que no tuvo bastante con eso y acabó también con sus padres y con esa estúpida que vino al escuchar los gritos.-Gabriel trató de quitarse las lágrimas que amenazaban con inundar sus ojos, sin conseguirlo. Quería responder a la voz, repetirle aire todo aquello era una mentira. Quizás con un poco de suerte él también podría creerlo. Pero ser había quedado sin habla, como si una soga se hubiera cerrado en torno a su garganta. No es necesario entrar en más detalles, porque sé que recuerdas lo que has hecho y como lo has hecho, y lo que es mejor, como te sentías al hacerlo.-No, no lo recordaba. Sólo alcanzaba a saber cómo se sentía ahora: Derrotado, agotado. La voz le indicó que fuera a la ventana, y Gabriel lo hizo con pasos mecánicos, vacilantes. Sus botas hicieron un sonido desagradable al salpicar en la sangre del suelo. El mutante sintió, de alguna manera, las miradas de los muertos clavadas en él, aunque sabía que eso era imposible. Cuando llegó al cristal de la ventana, su reflejo le devolvió la mirada. Era él. La ropa desgarrada, las manos ensangrentadas, las pupilas rojas fijas en los suyas propias. -¿Ahora lo ves?¿Lo comprendes al fin?-Las lágrimas atrapadas en sus ojos distorsionaban la imagen, pero no había lugar a dudas. En un ataque de rabia, Gabriel rompió el cristal de un golpe. Se cortó, sí pero eso no le importaba. El dolor era bueno, se dijo. Le permitiría estar centrado. Respiró hondo, y dejó escapar todo. La rabia, la tristeza, el odio hacia sí mismo. Había sido él. Al final, los médicos tenían razón desde el principio: Estaba loco, era peligroso. Apoyó la espalda en la pared y se dejó caer hasta quedar sentado en el suelo, ignorando el dolor de su mano. No era nada en comparación con el dolor que sentía en lo más hondo. -Yo no soy un monstruo...-Susurró. Pero solo él podía oír aquello, y sabía que eso era mentira.[/color] _________________ - Even if you can't see me:
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| Tema: Re: [Minievento] Pesadillas y Muerte - La pesadilla de Gabriel y Cedric - Mediados de Febrero 29th Noviembre 2015, 08:23 | |
| Pesadilla de Cedric...El decrepito cuerpo de su padre siguió avanzando hacia él, inmune a sus ataques mentales, inmune al dolor, sus manos se cerraron en torno al cuello de Cedric, frías como el hielo y más duras que el acero, apretando, robándole el aire y la vida con su contacto, Somos iguales hijo mío, somos exactamente iguales y pronto nos reuniremos todos, una bonita familia feliz de nuevo, el cadáver se reía mientras Cedric intentaba en vano respirar, los pulmones le ardían y apenas le quedaban fuerzas mientras pugnaba por liberarse de la fuerte presa de su difunto padre. La vida se extinguía del cuerpo del mentalista sin que este pudiera hacer absolutamente nada por evitarlo, se moría, sus ojos se cerraron y volvieron a abrirse un momento después, la perspectiva había cambiado, ahora podía ver su cuerpo a sus pies, con su padre aún apretando el cuello ya sin vida, el decrepito cadáver levanto la vista hacia el espectro de su hijo y sonrió, bienvenido a tu infierno hijo mio, la pesadilla acabó para ti, la estancia se disolvió y Cedric se quedó flotando en el centro de una pequeña sala en forma de pirámide invertida de no mas de un par de metros de anchura. Fuera de su nieva prisión se hizo la luz, las paredes eran de cristal y sus múltiples facetas distorsionaban levemente el exterior, una gran escalinata estaba frente a él, inmensos escalones de decenas de metros de alto, miró a todo su alrededor y pudo ver un pie gigante que empezaba subir esas escaleras, su propio pie sin duda, pudo ver sus manos y su pecho inmensos, de algún modo colgaba de una pequeña cadena en torno a su cuello gigante, instintivamente su mano se fue al cuello pero allí no había nada, esa cosa gigante era igual que él, pero no era él, esa cosa era su prisión. - OFF:
Este es el final de la pesadilla de Cedric, está “despierto” en el mundo onírico, plenamente consciente de todo a su alrededor, puede escuchar todo lo que escuche Gabriel, pero le es imposible hacer absolutamente nada mas que golpear las paredes de su celda. El único que podría escucharlo sería Gabriel, exactamente igual que en el mundo real. Pesadilla de Gabriel...Su reflejo se reía de él mientras se acurrucaba y lloraba por lo que sabía que había hecho, Eres débil Gabriel, déjame salir, ¡libérame!, le gritó, no podrás combatirme mucho más tiempo, ya has visto lo que sucede si me ignoras, tu mente y tu cuerpo acaban sucumbiendo a mi, cada día que pasa te corrompo un poco más, cada día que pasa eres más monstruoso que el anterior, ¡LIBERAME!, el grito hizo vibrar los cristales, haciendo que Gabriel volviera a levantar la vista hacia su malvado reflejo. ¿Sabes? Creo que no voy a esperar más, ha llegado tu hora renacuajo, a un gesto del reverso oscuro de Gabriel la cama salió despedida hacia la puerta, bloqueando la salida y después se acercó a los cristales y los toco desde su lado, si... la fruta está madura para ser recogida, dijo con una sonrisa capaz de helar la sangre en las venas de cualquiera. Sin previo aviso descargó un fuerte golpe sobre la ventana que se quebró y astilló, su sonrisa se ensanchaba mientras descargaba nuevos golpes hasta que el cristal estalló en un millón de pedazos que destrozaron todo en la habitación, pero Gabriel no sufrió ni un solo rasguño, Gabriel ya no sentía nada, podía ver y oír, pero ya no tenía ningún control de su cuerpo, Soy libre, por fin soy libre, se escuchó decir a si mismo, veras lo que nos vamos a divertir ahora Gabriel, esto va a ser genial. La pesadilla continuó lo que se le antojaron horas, en las cuales él era poco más que el pasajero de un cuerpo que mataba y mutilaba a todo ser vivo con el que se cruzaba sin que él pudiera hacer nada para evitarlo, el monstruo en el que se había convertido incluso llegó a devorar a un anciano vivo solo para torturarle, las matanzas se sucedían incluso cuando ya había perdido toda esperanza, en la pesadilla que le atormentaba desde hacía semanas este era el punto en el que despertaba entre sudores y más agotado que cuando se iba a dormir, pero algo cambió, hoy escuchó una nueva voz en su cabeza. - Esto no está ocurriendo ni va a ocurrir, no es real. Gabriel sintió un fuerte tirón que le sacaba de la pesadilla, la consciencia volvía a él lentamente, como si hubiera despertado, pero aún seguía dormido, estaba convencido de ello - Ven. Frente a él ascendía una gran escalera grabada con extraños símbolos, tres criaturas custodiaban una puerta al final de la escalera y de algún modo, con la certeza que solo se puede tener en los sueños, Gabriel sabía que allí arriba encontraría las respuestas que necesitaba. Casi invisible, sobre su pecho, colgaba una pequeña joya cristalina, un pequeño diamante que contenía su otro yo, una diminuta copia de si mismo que se debatía en el interior y trataba inútilmente de liberarse. | |
| | | Cédric Valjean Marvel Universe
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| Tema: Re: [Minievento] Pesadillas y Muerte - La pesadilla de Gabriel y Cedric - Mediados de Febrero 8th Diciembre 2015, 01:25 | |
| Cédric. No sirvió de nada. No había una mente que romper dentro de ese cuerpo, era como dar golpes al aire. Y su cuerpo sencillamente no respondía, paralizado por el miedo. Recordó en ese momento una frase que había oído hacía mucho tiempo. Antes morir que dejarme matar. ¿Quién la había dicho? ¿Él? ¿Jacques, antes de perder la cabeza? No lo recordaba. Lo cierto era que en ese momento, estaba dejándose morir sin apenas ofrecer resistencia. Apenas escuchaba ya a su padre: No lo había hecho jamás cuando estaba vivo, así que no iba a hacerlo ahora. Siempre con esas palabras sin sentido que solía murmurar cuando dormía después de emborracharse. Finalmente, Cédric dejó que sus párpados cayeran. No había ya aire en sus pulmones, no podía respirar. No dió una patada como había hecho antes, no hubo nada que lo salvara. Simplemente se murió. Dicen que no puedes soñar con cosas que no has hecho nunca en la vida real. Por eso, quizás esa noche el rubio no soñó con la sensación que se verdad tiene una persona mientras la vida abandona su cuerpo. Fue tremendamente sencillo. Como quedarse dormido. Como meterse en el mar y nadar hacia el fondo, aguantando la respiración. Pero sin volver a la superficie a coger aire nunca más. De pronto, se encontró a sí mismo de pie, observando la escena como si aquello no fuera con él. Su padre le dirigió unas palabras, tan dulces como siempre, antes de que todo desapareciera y él quedara atrapado dentro de esas paredes de cristal, flotando. -¿Cómo que la pesadilla ha terminado...?-Y de pronto, entendió todo de golpe. La pesadilla... -Joder...-Mascuyó una maldición en francés. Estaba soñando. ¿¿Cómo demonios se suponía que estaba soñando?? En teoría, él controlaba el inconsciente de Gabriel, y eso incluía los sueños. De hecho, era una de las pocas cosas que podía hacer con su propio cuerpo. -Pero veamos... ¿Qué tenemos aquí?-Aquello era una especie de pirámide puesta al revés, con la punta hacia abajo. Una de las caras reposaba sobre algo blanco, como una pared, y las otras mostraban una escena muy curiosa... Parecía un muro de piedra marrón, en el que había unas escaleras. A los lados y en el centro de la escalinata, se encontraban tres criaturas que sólo podían existir en sueños... O al menos, eso creía el mutante atrapado en la gema. Un grifo, un pegaso y un dragón aguardaban allí, a la espera. Pero... ¿Por qué todo se veía tan grande? Miró hacia abajo, y se encontró con que se encontraba a cientos de metros de altura, sobre un suelo en el que se apoyaban sus propios pies, solo que a un tamaño mucho mayor. Mmmm... Parecía que lo habían hecho muy pequeño... También vio que el sitio en el que estaba metido tenía una argolla metálica unida a una cadena, que ascendía por la pared blanca salpicada de rojo. Más arriba aún, pudo distinguir un pelo rubio y una barbilla. Debía de estar atrapado en una especie de collar... Se llevó la mano al cuello, pero no encontró nada. Y si él estaba ahí... Eso solo podía significar que el de fuera era Gabriel. Gabriel. A pesar de que él había roto uno de los cristales de la ventana, su reflejo seguía en el otro, perforándole con sus palabras. -No...-No iba a dejarlo salir. Podía aguantar... Aunque no estaba seguro de qué le supondría eso a él. Le dolía la cabeza, como cuando usaba demasiado sus poderes, y eso nunca era una buena señal. Levantó la cabeza pesadamente, justo a tiempo para ver a su reflejo haciendo un gesto con la mano. La camilla se movió sola dejando caer a la pareja al suelo, y atrancó la puerta, impidiéndole salir por ahí. Si... Esa cosa quería retenerlo, debía salir de ahí, o eso le dictó el instinto. Era el único sistema que aún funcionaba coherentemente. Se puso en pie, apoyándose con la mano sana en la pared. Tenía que irse... Pero la única salida posible era la ventana. De pronto, escuchó un sonido que le heló la sangre en las venas. El cristal rompiéndose. Él, ello, lo que quiera que fuera, estaba rompiéndolo. No parecía hacerse daño, al contrario. No perdía la sonrisa. Finalmente, la superficie transparente se quebró en mil pedazos. Muchos de ellos rozaron su piel, pero él no sintió nada. Había intentado apartarse, pero su cuerpo no le había respondido. Aún estaba ahí, dentro... Pero atrapado. Habló, pero esa no era su voz. Era distinta, grave, extraña. Alegre. Después de aquello, se puso en camino. El hospital no estaba totalmente vacío de personas, así que se limitó a buscarlas allí donde se encontraban. A veces, le bastaba con entrar en una habitación para que estallara la barbarie. Personas completamente normales comenzaban a gritar, a herirse a sí mismas y a otros. Y él se limitaba a moverlas. Pequeños juguetes rotos divirtiendo a alguien por última vez... Sin embargo, Gabriel no entendía por qué esto sucedía, igual que no entendía lo que él mismo estaba haciendo. Quiso parar, quedarse quieto, ir a un sitio en el que no pudiera hacer daño a nadie... Pero no lo hizo. Tan simple como eso. No, siguió matando, siguió sonriendo a los rostros aterrados de las mujeres y los niños que lloraban delante de él. Dicen que en los sueños, el tiempo se dobla, se estira y se encoje, movido al compás irregular de los pensamientos del soñador. Aquello se le hizo eterno. El monstruo que había en él se tomaba su tiempo para disfrutar a cada persona. Sacaba lo máximo que podía dar cada una, y luego acababa con ellas. Como un artista mimando su obra, hasta el último detalle, hasta el último cabello de la mujer que le había rogado para que dejase irse a sus hijos. Gabriel ya había perdido la energía para seguir luchando, ya no rezaba para poder parar. No, ahora lo que podía a Dios era poder cerrar los ojos, poder evitarse todo aquello. Pero nadie se lo concedió. Tendría que haberse despertado hacía ya tiempo, pero no lo había hecho. Si Gabriel hubiera podido pensar en algo más aparte de lo que tenía delante, seguramente lo habría invadido el temor a no despertar nunca, a quedarse atrapado en ese hospital para siempre. Sin embargo, algo sucedió. Una voz lo sacó de allí. Era muy diferente a su otro yo, esta vez se trataba de un sonido sereno, musical. Apareció frente a la escalinata que Cédric podía ver desde el colgante, con la misma sensación que estaba experimentando él en esos mismos momentos. Era un sueño, horrible, pero sólo un sueño. Pero ya lo había dejado atrás, a pesar de que seguía soñando. En la cima de la escalera, había una puerta guardada por tres monstruos gigantescos, aunque, de alguna manera, Gabriel no sintió miedo en su presencia. "-No pueden hacerme daño..."-Realmente, nada podía hacerle daño. Con ese pensamiento reconfortante, ascendió los escalones. Notó que la mano ya no le dolía y que su ropa estaba limpia: Nada de aquello había sucedido, todo había estado siempre en su cabeza. Y eso no lo calmaba todo lo que debería. _________________ - Even if you can't see me:
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