Un dios atrapado (Zatanna Zatara, Mino no Hisui) (20-2-2019)

Había estado pensado al respecto de aquel asunto, no es que ella pudiera hacer algo, no directamente, la magia no era su campo de especialidad, ni siquiera estaba remotamente cerca de su zona de confort, pero aun así quería ayudarle. Había sospechado desde el principio que había algo que no le estaba contando, algo importante. Finalmente había comprendido el motivo de su desconfianza, porque al principio cada uno de sus movimientos causaba un respingo en Hisui; había sufrido bajo el peso de la traición y sus ansias de retribución le habían dejado en esa situación. Ahora confiaba en ella, o al menos eso parecía, se había abierto a ella en múltiples sentidos y ella quería recompensar dicha confianza. No era amor, por supuesto, estaba segura de que ninguno de los dos buscaba algo como eso, simplemente eran dos personas que se entendían bien en muchos sentidos, que se apreciaban mutuamente, que se cuidaban el uno al otro.

Afortunadamente su búsqueda no fue demasiado larga, una vez había escuchado a un par de profesores, Bobby y otro que siempre olvidaba su nombre, de cierta visita que habían tenido en la mansión, una maga, o bruja, o como quisiera que la llamaran, y al parecer, una de las buenas, no una de esas farsantes que guardaban trucos bajo sus mangas. Así que fue a buscarle con la excusa de alguna recomendación literaria para averiguar quien era esa mujer, donde podía encontrarla. No tuvo demasiadas respuestas a esto último, pero si obtuvo bastante información de lo primero, al parecer aparte de a sus cosas de bruja, daba espectáculos. Una buena forma de ganarse la vida si lo tuyo era eso de la magia, así que tras una rápida búsqueda por la red, vio que en ese momento estaba con un espectáculo en Chicago. No le vendría mal hacer un pequeño viaje.

No le dio muchas explicaciones a Hisui, sabía que si lo hacía, seguramente protestaría, protestaría mucho, era increíble lo protestón que podía llegar a ser. Nunca hubiera imaginado que un japonés pudiera a llegar a poner tantas pegas a una cosa en tan poco tiempo, así que con la idea en mente de que era mejor pedir perdón a pedir permiso, metió la figurita en su bolso y cogió un taxi hasta el aeropuerto donde compró dos billetes para Chicago mientras Hisui no paraba de protestar y de preguntarle que puñetas iban a hacer a aquella ciudad, alegando que tenía mucho trabajo. ¿Cómo era posible que aquel hombre sólo pensara en el trabajo? Bueno, en eso y en otras cosas, pero esas no venían al caso en aquel momento...

- Me han avisado de una reunión urgente en Chicago, así que pórtate bien y quizás te compre una pizza.

20 de febrero, 2019
Chicago City.
Auditorium Building, Camerinos.
8:45 am.

-Robert, dime el itinerario del dia de hoy. Quiero tener la funcion lista antes de las cuatro para el ultimo ensayo antes del show y que todo este listo a las 8. Tienes... 11 horas y 15 minutos. Mas vale que esa lista este totalmente en orden. -Mencionaba mientras caminabamos hacia mi camerino. Mi tono era serio y comprometido. Este trabajo no era simplemente pararse frente a un auditorio, pronunciar unas cuantas palabras al reves y hacer cosas sorprendentes: Se trataba de un arte, de retar, provocar, impresionar y hacer que el publico se quede pegado a su asiento. Tenia una reputacion y una mistica para mi oficio que respetaria a toda costa, aunque eso implique ser autoritaria y convertirme en una general antes de un espectaculo.
-Si, jefa. Tenemos confirmado a los tecnicos de sonido y se estan haciendo los ultimos arreglos con los chicos de luces. Luminarias de colores como usted habia indicado.
-Excelente. ¿Has recibido algun mensaje con el manager? ¿Ya aclaro el tema de las entradas?
-Si, el 40% de las entradas iria a la reconstruccion de la ciudad, 40% para pagarle a los organizadores y 20% para su cuenta. Parece que tuvimos cupo lleno, porque se vendieron practicamente todos los boletos. Quedan unos lugares atras, que esperan en taquilla se acaben hoy.
-Todo en orden, por lo que parece... -Practicamente, no me estaba dejando nada. Hasta que de pronto, chasquee los dedos- ¿Conseguiste la Monster Truck que te habia pedido?
-Ehmm... Si, jefa, pero no sabemos como meterla al escenario. Podemos conseguir una plataforma, pero es imposible... La pared... -Vaya, pobre. Se habia metido en un predicamento. Y es que, en este negocio, si querias triunfar, tenias que innovar cada momento.
-Parece que voy a tener que usar mas magia de lo estimado...
-Lo siento, jefa.
-No te preocupes.-Abri la puerta del camerino. - Quiero todo listo en treinta minutos. Voy a preparar algunos encantamientos, y no quiero equivocaciones, ¿entendido? -El muchacho asintio, y yo me meti para poder sentarme en una silla, abrir el minibar y sacar un te helado.

El stress me va a matar.

Habia tenido unas noches un tanto incomodas, y aunque habia probado con el yoga para descansar, el insomnio se habia aprovechado de mi la mayor parte del tiempo. Necesitaba descansar mas, y tener espectaculos no ayudaba para nada en calmarme. Siempre me exigia mas que el show anterior, porque sabia que mi equipo y yo podiamos dar un espectaculo mejor que el que habian visto antes. Zatara podria ser acusada de muchas cosas, menos de ser monótona.

Unos tragos despues de tomar mi te helado, tome mi banquillo. Pronunciado las palabras "Rodalov olliuqnab" tenia un banquillo volador que me permitiria dar la apertura del show. Me gustaba improvisar, sin embargo, tenia mas o menos planteado un guion para cada dia. Obviamente, podia tomarme algunas licencias acerca de que hacer o que no hacer para darle mas dinamismo al entretenimiento.

Todas mis predicciones indican que, por supuesto, esta noche tendriamos muchisimo exito. Me gustaba pensar eso. En un nuevo mundo de gente llena de dones extraordinarios y personalidades que superaban la imaginacion, mantener un show de magia podria parecer anacronico, casi obsoleto. Pero yo no era cualquier maga, ni este cualquier espectaculo de magia. Todo esto se habia construido con mucha sangre, sudor y lagrimas, y no iba a tirar todo eso por la borda simplemente por pensamientos negativos.

Off:

Hisui suspiró. No era tonto, no había nacido ayer como decían los ingleses, y sospechaba que Blair quería sacarle de casa para animarle o que le diese el aire o algo así.

Llevaba actuando de un modo distinto desde que le contó que estaba aprisionado en la estatuilla, y sospechaba que las miradas que le echaba desde que le había contado que la causa de esa maldición era una traición tenía algo que ver también con esa extraña actitud. Así que no, no le gustaba la idea de dejar de lado sus quehaceres para llevar a cabo algún ridículo plan para levantar su ánimo o alguna cosa por el estilo.

Esa mujer no podía entenderlo, pero era precisamente el trabajo el que le permitía centrarse, de no dejar volar a su mente y en general de mantener los pies en la tierra. Pero a ver quién le explicaba eso a una mujer que necesitaba salir a malgastar dinero para centrarse. En serio, no entendía a las mujeres de ahora, tan indecorosas, sin autocontrol... Negó con la cabeza, mirando de reojo a Blair y después volvió a centrar su mirada en la ventanilla del taxi

Así que una reunión urgente, ¿eh? el hombre sacó su libreta (no importaba lo mucho que Blair insistiese, los aparatos electrónicos no terminaban de gustarle para organizarse) y empezó a hojear en ella, sacando un lápiz y comenzando a dar golpecitos intermitentes en el papel ¿Y de qué es la reunión? Como no se haya adelantado el gabinete sobre la legislación de daños colaterales en enfrentamientos metahumanos, en un principio no había temas urgentes...