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 Mino no Hisui

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Mino no Hisui
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Mino no Hisui


Insignia de Fidelidad : Año 7

Mensajes : 27
Fecha de inscripción : 06/09/2014

Mino no Hisui Empty
MensajeTema: Mino no Hisui   Mino no Hisui Icon_minitime11th Febrero 2015, 22:06

FICHA DE HISUI


Nombre: Mino no Hisui

Alias: No tiene

Edad: 551 años

Universo de Origen: Marvel

Organización: Ninguna

Nacionalidad: Japonesa

Raza: Entidad

Mentor: Inari Ōkami

Bando: Neutral

Ocupación: Mensajero de Inari, bromista

Descripción Física: No existe ya persona que conozca la verdadera apariencia humana de Hisui, si es que eso realmente existe. Ha adquirido demasiados rostros, demasiadas identidades a lo largo del tiempo, ni siquiera todos del mismo género. Ha sido un hombre el mismo número de veces que ha sido una mujer, ha sido un anciano con la misma frecuencia que ha sido un niño. Ha sido alto, bajo, delgado, corpulento, hermoso y deforme.

Ha sido muchas cosas y ninguna, pero ahora ha decidido adoptar la forma de un hombre cuya edad se encuentra en esa franja de los veintimuchos y treinta y pocos, atractivo y hermoso, de proporciones fuertes y equilibradas, como un adonis enviado para complacer a cualquier canon de belleza. Alto hasta superar el 1,85 de estatura, con un cuerpo fibrado y musculado que haría pensar a Miguel Angel que la perfección existe, su piel, bronceada por el sol, suave y tersa como el cuero bien tensado de un tambor japonés.

Un rostro de facciones varoniles, difícil de determinar su nacionalidad, pues parece una sutil mezcla de Oriente y Occidente. Su pelo liso y blanco, de longitud media siempre peinado hacia atrás dejando la frente despejada, sus cejas rectas, sobre una mirada severa de profundos ojos oscuros que parecen leerte lo más profundo de tu alma, tus más oscuros deseos, tus mayores vilezas y tus actos más sublimes, una mirada que te desnuda y te acaricia con calidez y suavidad. Su nariz, masculina, ligeramente prominente y respingona, armoniosa en su rostro, de prominentes pómulos y mandíbula cuadrada; sus labios, finos y suaves como el terciopelo, de gesto duro cuando quieren y sonrisa fácil, una sonrisa de esas que tienen la capacidad de iluminar hasta la estancia más oscura y triste, que te encandilan, que te hacen sonreír y así tu día es un poco menos oscuro, menos malo.

Su cuello, largo y estilizado, con una nuez de adán marcada justo antes de llegar al hueco entre sus clavículas, que descienden desde sus anchos hombros, que se unen a su espalda amplia y musculada, que da esa sensación de muro robusto y protector, junto a ella, unos brazos fuertes, capaces de tratarte con la mayor suavidad del mundo, como si fueras un objeto precioso, con la rudeza del deseo no satisfecho durante largo tiempo, o con la brusquedad del mayor de los odios. Un pecho firme y cálido, sin rastro de vello, al que si te acercas lo suficiente para sentir su calor, puedes escuchar su corazón sonando debajo, un ritmo relajante capaz de acunarte hasta caer profunda y plácidamente dormida. Su vientre plano de abdominales marcados desciende con sus armónicas líneas delimitadas por la frontera oblicua que lleva hasta más allá de los límites de la castidad, donde es capaz de hacer enloquecer de placer a quien se proponga. Y su piel siempre desprende ese aroma a loto que transporta a lugares y tiempos lejanos, en los que una mirada era capaz de levantar las más ardientes pasiones.


Descripción Psicológica: Si hay algo que conforma el núcleo del carácter de Hisui es el sarcasmo y el cinismo. Ya no cree en la bondad del ser humano, y busca en todo trato encontrar dónde se encuentra la trampa, aunque no la haya. Es bastante paranoico con la estatuilla, y no tiene paciencia para con los humanos. Considera que si alguien quiere su respeto, deberá ganárselo, y tampoco suele dar oportunidades de que lo consigan. Aún aprecia el arte de la seducción, y acepta entrar en el juego por mera diversión.

Sin embargo, si se consiguen superar sus defensas, se muestra como el chico dolido que es, con graves problemas de confianza pero de buen corazón que, en el fondo, sólo necesita volver a recuperar de nuevo la ilusión en la vida

Historia: Es bien sabido que los dioses son caprichosos, que la combinación de vida eterna y pasiones no es una buena mezcla, que su amor es cambiante y sus atenciones peligrosas; pero a veces, sólo a veces, las cosas no suceden como todos creemos y un pequeño dios, un alma que un día fue pura, carga en su piel y su alma las cicatrices de la traición que más duele, esa que recibes de la mano del ser amado. Los ojos maliciosos y traviesos de Hisui encierran una historia de dolor y traiciones como sólo la mano del ser humano puede otorgar.

Transcurría el año 1467, durante la época que hoy se conoce como “El país en guerra”, cuando en un verde bosque de la pequeña localidad de Mino, un pequeño kitsune abrió sus ojos al mundo junto al cálido cuerpo de su madre que le limpiaba aún exhausta. Era el más pequeño de la camada, el más inocente y juguetón, el más curioso y atrevido. Poco a poco, mientras el país se sumía en el fuego de la guerra, fue creciendo, explorando las maravillas que el bosque le ofrecía. Su curiosidad innata le hacía aprender muchas cosas y, poco a poco, se iba haciendo más sabio, con ganas de ayudar a los seres humanos que siempre dejaban ofrendas junto a la estatua de su diosa.

No es de extrañar que Hisui fuese el único de su familia que acabó recibiendo el honor de formar parte de los sirvientes de Inari, ni que siempre se preocupase de sus deberes, haciendo que las cosechas de los aldeanos de Mino fueran prósperas, lo que a su vez hizo generosas sus ofrendas. Una sonrisa orgullosa se dibujaba en su rostro cuando los veía acercarse hasta el templo, pero si alguien se ganaba una sonrisa más abierta de entre todos ellos, era una pequeña niña que siempre insistía en quedarse todo el día, esperando verle aparecer.

A veces le concedía ese capricho, otras veces no, pero no podía evitar que su corazón se llenara de una calidez hasta el momento nunca experimentada cuando la veía aunque fuera en la lejanía. Pronto se dio cuenta que siempre esperaba verla aparecer, que se sorprendía a sí mismo mirando al horizonte con la esperanza de ver su figura recortada. La pequeña niña fue creciendo, año tras año, día tras día, hasta convertirse en una hermosa e inteligente joven, la más dulce, la más bella, el orgullo de su padre... Saitô Dôsan, La víbora de Mino.

Hisui, envalentonado por la cercanía que tenía con la joven noble y por su desconocimiento de la política humana, decidió acercarse a ella, conquistarla y pedir su mano en matrimonio. La cortejó con galanterías, con presentes, con dulces palabras de amor y caricias robadas cuando nadie los observaba, besó sus dulces labios y le entregó su corazón por completo, sin reservas, uniéndose a ella en cuerpo y alma. El joven Kitsune se había convertido en el amante y enamorado de la hermosa Kichô, esperando el momento de desposarla y que Inari les otorgara su bendición.

Sin embargo, los acontecimientos nunca se desarrollan como los hombres esperan, y en un país castigado por las luchas internas entre señores feudales, era cuestión de tiempo que el territorio acabara cambiando de manos, a otras más duras, más brutales. Oda Nobunaga entró en Mino como acostumbraba a hacerlo, con argucias y fuego, reclamando para sí mismo tanto la rica región como a la joven Kichô.

Hisui, destrozado, tuvo que ver como el amor de su vida se convertía en poco más que una preciada posesión de un hombre cruel. Los hombres siempre han sido un fértil campo de cultivo, y Nobunaga sembraba algo más que su semilla en su joven esposa, de él ella aprendió el egoísmo, la ambición, y la crueldad. Llevada por su odio, se inició en oscuras artes con el fin de obtener el poder para liberarse de su marido, mientras en las escasas tardes que podía liberarse del férreo control de su marido, se abandonaba a las suaves caricias de Hisui. El pobre kitsune no la había abandonado y, cegado por sus sentimientos, era incapaz de ver como el corazón de su amada poco a poco se iba oscureciendo.

El poder de Kichô fue aumentando, y su ambición con él. Mientras Nobunaga languidecía, ella se fortalecía llegando a ser ella quien gobernaba la región, con sus susurros al oído de su marido al que odiaba por encima de todos. Quería quitarle todo, la vida, el poder, todo lo que había conseguido, y para ello alcanzaría la inmortalidad, un deseo complicado y peligroso, y para ello necesitaba un objeto mágico: La Hoshi no tama. El alma solidificada de un Kitsune.

Hisui, horrorizado por sus pretensiones, intentó detenerla, pero ella no iba a esperar que el Kitsune le diera su beneplácito. Obtendría lo que quería aunque tuviera que arrebatárselo al joven espíritu por las malas. Su amor por él se había disipado, ya no había más palabras de amor para el dios que le había entregado su corazón: Sabía que él se negaría y prefería acabar con su vida a que se interpusiera en su camino. Luchó con valentía, pero su dolor por la traición era demasiado grande y su amor por ella también. Finalmente, derrotado por los sirvientes de ella, Hisui cayó con su corazón atravesado por una yari empuñada por la misma mujer a la que amaba. Y en sus labios sólo había aún palabras de amor mientras las flores de cerezo caían a su alrededor.

Un triste final para un espíritu tan puro. O eso debió pensar Inari, cuando tras tres días y tres noches imbuyó el cadáver del kitsune con vida de nuevo. Pero él ya no era el mismo, su corazón estaba roto, su cicatriz cargaba con el dolor y la amargura de la traición de Kichô. De aquella que se había convertido en alguien peor que su propio esposo.

Movido por la venganza y la amargura, mientras ambos se refugiaban en el templo de Honno-Ji durante un ataque que cambiaría de nuevo el mapa de las fronteras, prendió fuego al templo con ambos dentro. En silencio observó desde fuera como ambos se retorcían en gritos de dolor. Y comprendió que aun odiándola, todavía la amaba. Pero el daño ya estaba hecho.

Los dioses son caprichosos, y sus castigos siempre expeditivos. Inari, protectora del hogar, la fertilidad y las cosechas, se enfureció por los actos de su sirviente. El castigo era simple, vagaría eternamente encerrado en una estatuilla de jade que jamás podría tocar ni de la que podría alejarse más allá de 300 jô (unos 909 metros), dejándole de este modo a merced de los humanos a los que había aprendido a odiar.

Pasaron los siglos, y la estatuilla fue encontrada en los bosques por un turista americano que decidió llevárselo a su país. A su llegada  a Estados Unidos, la estatuilla fue confiscada y colocada en el museo metropolitano de arte de Nueva York... Para ser robada durante la colisión de mundos, cambiar de manos durante unos meses para, finalmente, siendo comprada por alguien que aún no sabe lo que tiene entre manos...


Poderes:

- Kitsune Sakkaku (狐 錯覚, Ilusión Kitsune): Cuenta la leyenda que cuando un Kitsune adquiere el siglo de vida, aprende a cambiar su forma para pasar desapercibido en la sociedad humana. La realidad no está muy alejada, y en la práctica cuando un Kitsune obtiene su segunda cola es capaz de transformarse en humano a voluntad, mejorando su capacidad de transformación e ilusión innata a medida que le van emergiendo nuevas colas.

Debido a esto, y ya que Hisui dispone de exactamente cuatro colas, su dominio de la forma humana es tal que puede convertirse físicamente en cualquier humano de cualquier sexo, raza o etnia, pudiendo copiar a figuras importantes de la sociedad. Es importante indicar que aunque este cambio es físico, no conlleva ninguna mejora de sus características físicas, por lo que aunque pueda asemejarse a un metahumano, no podrá emular sus poderes con esta habilidad. Aún con todo, el cambio es tan perfecto que Hisui huele, suena e incluso tiene los tics propios de la víctima a la que copie.

También es capaz de crear ilusiones de forma innata siempre y cuando mantenga la concentración, e incluso adentrarse en los sueños de aquellos seres que se encuentren dormidos o inconscientes y se encuentren dentro del ángulo de visión del Kitsune, pudiendo controlar parcialmente el sueño siempre y cuando el soñador no sea consciente de que efectivamente está soñando y está siendo manipulado.

- Shibi (四尾, Cuatro colas. También se pronuncia como Fuego de Muerte o Cola de Fuego): Cuenta la leyenda que los Kitsune son los patrones de la magia. Dicen que ellos trajeron el fuego a los humanos, y que por medio de sus acertijos, bromas y travesuras siempre hay una enseñanza. Quizás no sea del todo cierto, pero la realidad es que los Kitsune son adeptos místicos capaces de canalizar la magia de forma innata, y tienen acceso a viejos rituales y hechizos gracias a la antigüedad de su sociedad.

Para poder hacer magia, un Kitsune necesita del uso de los 御札(O-fuda, talismán), unas tiras inscritas de papel de arroz. Estos O-fuda deben ser escritos por medio de un pincel y una piedra de tinta mientras el kitsune se encuentra en un perfecto estado de trance. Estos hechizos generalmente están compuestos por uno, dos o hasta tres ideogramas que identifican el hechizo que se contiene en el pequeño talismán. Los talismanes arden en el momento en el que su magia es activada, volviéndose irremediablemente inutilizables.

La inscripción de estos talismanes puede llevar desde un tiempo medio de cinco minutos para los más sencillos hasta un día completo en los más complejos, resultando una tarea muy cansada cuanto más complejo sea el ritual. Algunos de los O-fuda más comunes son los siguientes:

- Hi (火, Fuego): Permite la creación de fuego, desde el tamaño de una vela hasta el de una hoguera. El tamaño del fuego es inversamente proporcional al tiempo que pueda ser controlado, por lo que el equivalente al de una vela se podría controlar durante minutos mientras que el de una hoguera estallaría de forma incontrolada.

- Mizu (水, Agua): Permite crear cinco litros de agua potable, o bien controlar durante unos minutos un volumen de 40 m3 agua natural (agua de mar, río o lago sin ningún aditivo)

- Mokuzai (木材, Madera): Este O-fuda acelera el crecimiento de la vida vegetal en un radio de tres metros desde donde haya sido utilizado, aumentando también la vitalidad de dichas plantas en su proceso

- Kinzoku(金属, Metal): Este O-fuda permite oxidar hasta la destrucción o restaurar hasta la perfección una superficie de metal completa. Metales "sobrenaturales" tales como el vibranium o el adamantium sólo se dañan levemente o recuperan ligeramente su lustre

- Tsuchi(土, Tierra): Permite solidificar seis metros cúbicos de tierra en piedra o licuar dicha cantidad piedra hasta alcanzar la sustancia del barro durante un tiempo máximo de tres minutos (después recupera su consistencia)

- Hito(人, Persona): Este O-fuda debe crearse enrollando un mechón de pelo de una persona concreta alrededor de él. Cuando se quema, permite saber la ubicación exacta y estado físico exacto de la persona a la que pertenecía ese mechón durante un tiempo de cinco minutos

- Banryoku(蛮力, Fuerza bruta): Cuando se consume, este O-fuda repele a todos los objetos que esté tocando entre sí con una fuerza descomunal (similar a un camión cuando arolla a alguien a unos 100 km/h). El empujón en sí no produce daño, pero cualquier colisión contra el entorno o caídas producen el daño normal.

- Ki (気, Energía espiritual): Este O-fuda permite afectar a seres intangibles durante un periodo de tiempo inversamente proporcional al poder de dicho ser, siendo el mínimo un minuto y el máximo dos horas.

- Shikigami (式神, Espíritu de papel): Este O-fuda, uno de los más largos y tediosos de crear, permite la invocación de pequeños "familiares" que realizarán las tareas que el hechicero les ordene. Por desgracia, requieren de mucho control ya que si por alguna razón el hechicero pierde su dominio sobre ellos, las criaturas se volverán contra él e intentarán matarle. Los Shikigami siempre son débiles físicamente (no sirven para el combate), pero no se cansan nunca y tienen un poder mágico reducido que les permite adquirir el aspecto físico de su invocador. Cuando mueren, los Shikigamis se convierten en el O-fuda original, destrozado.

- Naoru (治る, Curación): Este O-fuda acelera la curación de aquél en el que se aplique, permitiendo cerrar heridas abiertas en cuestión de minutos. Por desgracia, no permite la resurrección ni la recuperación de miembros amputados (y seguirá dejando una cicatriz si la herida fuera lo suficientemente grande)

- Hikari (光, Luz): Este O-fuda exuda una luz similar a la de la luna llena durante un tiempo de diez minutos

- Kurayami (暗闇, Oscuridad): Al contrario que el anterior O-fuda, este talismán genera una densa nube de humo que anula el sentido de la vista e imposibilita la visión por cualquier medio no mágico durante un total de diez minutos en un radio de cuarenta metros.

Habilidades: Hisui tiene un conocimiento rudimentario del combate con katana, y un conocimiento bastante avezado del Jiuijitsu, aprendido durante sus años como siervo de Inari en la provincia de Mino.

Además, también tiene conocimientos de medicina natural, hierbas medicinales y todo tipo de historias del folklore japonés. Sabe hablar inglés y español a base de observar y estudiar durante años a los distintos extranjeros que han pasado por la región, pero es totalmente analfabeto con esos idiomas.

Debilidades:

- Atado a la estatua: Hisui no puede alejarse físicamente de la estatua de Jade Rojo más de 909 metros. Esta estatua es del tamaño de un puño, sin ningún tipo de imperfección. Si por algún caso se separase de ella, su esencia se disiparía y concentraría de nuevo en la estatua, quedando atrapado durante 24 horas hasta que puede volver a emerger de ella. Si la estatua sufre algún daño, él también lo sufre a su vez, por lo que si ocurriesen desgracias como la ruptura de la cabeza podría llegar a morir de las lesiones. A cambio, cuando quiere desaparecer del mundo físico sólo necesita meterse dentro de dicha estatuilla

- Criatura mágica: Como buena criatura mágica, todos los poderes de Hisui (excepto los de metamorfosis) dependen de la magia, por lo que pueden ser contrarrestados por otros hechiceros o por campos antimagia. Además, si está demasiado tiempo en un lugar que le prive de su magia, Hisui comenzará a debilitarse, pudiendo incluso llegar a morir, ya que necesita de esta para poder subsistir.

- Kamido: Hisui se sigue por los preceptos de respeto y dedicación que se esperan de un Kami, o deidad. Aunque quisiese no puede violar dichos preceptos, ya que de hacerlo empezaría a sentir un dolor tal que podría matarlo. Este dolor sólo puede ser eliminado al cumplir el precepto violado, por lo que alguien que sea conocedor de dicho código de conducta podría aprovecharse para manipularle. Los preceptos son los siguientes

Respeto: Hisui no puede hacer nada en contra de aquellos que muestren el respeto adecuado al kitsune o a la deidad a la que representa. Mientras se sigan los rituales adecuados, el kitsune no puede tomar ninguna acción negativa contra aquél que los realiza. Generalmente estos rituales consisten en ofrendas de arroz e Inari sushi, aparte de ciertos rezos budistas que mantienen a la entidad a ralla. Por supuesto, en el último caso, en cuanto la víctima potencial deje de rezar, volverá a estar a merced del Kitsune

Reciprocidad: Hisui está obligado a devolver un acto de caridad con algo de un valor simbólico igual o superior. Acciones como acogerle voluntariamente en una casa, perdonarle la vida o darle un regalo valioso obligan al kitsune a devolver el favor ya sea con bendiciones generales o bien con ayuda activa en momentos de necesidad. Este es quizás el precepto más conocido de los kitsunes, y se habla largo y tendido en el folklore japonés el cómo casarse con una kitsune y acogerla bajo tu protección convierte tu hogar en uno especialmente próspero.

Bendición: Hisui debe bendecir a aquellos que, siguiendo los rituales y ofrendas adecuados, se acojan a la benevolencia del propio Kitsune o de Inari. Generalmente estas bendiciones sólo requieren un pequeño ritual por parte del Kitsune o alguna pequeña ayuda, como un aumento de la riqueza del hogar o simplemente dar el beneplácito en una unión.

Sinceridad: Hisui no puede mentir bajo ningún concepto. Este precepto puede ser evadido con medias verdades e información inconclusa, pero no puede mentir de forma directa.

Equipo y recursos: Hisui no tiene ningún recurso más allá de lo que la naturaleza le otorga, un kit de caligrafía japonesa y un puñado de O-Fuda.

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En su madriguera ya
el zorro duerme

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Mensajes : 1105
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Ficha de Personaje
Alias: Bigby
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MensajeTema: Re: Mino no Hisui   Mino no Hisui Icon_minitime14th Febrero 2015, 13:31

¡Ficha Aceptada!
Ya puedes pasearte por el foro... pero cuidado dónde dejan la estatuilla.

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¿Sabes por qué tengo unos ojos tan grandes? Para verte mejor. Así que cuidado con lo que haces.
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