FICHA DE ADALBERT AMSEL
Nombre: Adalbert Amsel
Alias: En su mundo de origen le llamaban sencillamente "héroe". Está por ver cuál le darán en este nuevo universo.
Edad: Unos 20 años.
Universo de origen: Juego de League of Angels.
Nacionalidad: Germana.
Raza: Humano con un pacto con un ángel.
Mentor: Ninguno, por el momento.
Bando: Defensor.
Ocupación: Por ahora guerrero/paladín perdido (parado).
Descripción Física: Los cabellos de Adalbert son castaños, un poco revueltos aunque cortos, y su mirada azul es profunda y seria. A pesar de su aparente juventud, se ve que se trata de alguien con experiencia en la batalla, que se las ha visto con enemigos sobrenaturales, demonios y toda clase de criaturas. Su cuerpo es fuerte, bien entrenado como corresponde a un guerrero, y porta una armadura de metal propia de la Edad Media. Su arma es una gran espada, de filo dorado, que suele manejar con una sola mano, o con ambas para realizar un poderoso golpe. Su rostro denota su juventud, alguien que apenas ha abandonado la adolescencia para cargar con una gran responsabilidad sobre sus hombros. Y, a pesar de todo, se le ve decidido y firme.
Descripción Psicológica: Adalbert denota una madurez impropia de un chico de 18 años, al menos en la época actual. Es firme en sus propias convicciones, y no dudará en lanzarse al foco del peligro para combatir un enemigo y contra cualquier injusticia. Es un héroe, con toda la responsabilidad que ello conlleva. No en vano, fue elegido por los ángeles en su mundo de origen para salvarlo de la oscuridad, e incluso restablecer el firmamento. También se le da bien el trabajar en equipo, siendo habitualmente el primero ante el enemigo, pero sin riesgos necesarios. Eso sí, no le importa arriesgar su propia vida por salvar a un aliado o un inocente.
Su sentido de la justicia es muy fuerte, haciéndole incorruptible. Aún así, no tiene mucha experiencia en cuanto a visitar otros planos fuera del suyo propio, por lo que estará confuso durante el tiempo que tarde en adaptarse, por no decir que será más complicado saber quién está en cuál bando...
Historia: Adalbert Amsel no ha tenido un origen muy grandioso, ni una línea de sangre muy noble. Huérfano desde que era un niño, tuvo que aprender a defenderse, a sobrevivir. Aún así, procuraba ganarse el dinero con algún trabajo antes que recurrir al robo, mostrando siempre un sentido de la justicia innato en alguien que había vivido en las calles, aprendido a luchar con dagas para la realización de dichos trabajos. Posiblemente por ello, fue elegido. Uno de los muchos ángeles atrapados por sellos oscuros, Nocturna, le invocó para que pudiese liberarla. Adalbert demostró pronto su capacidad de combate, ayudando al ángel a vencer a los demonios que la estaban apresando. El ángel se convenció de que era el héroe que habían estado esperando, y no dudó en seguirle para ayudarle e irle explicando la situación.
Resultaba que un poder corrupto y poderoso estaba haciendo que el cielo cayese, literalmente, sobre la tierra, sellando a los ángeles que protegían con su poder cada región y dejando que la oscuridad se expandiese. Cambiando las dagas por espada y armadura, Adalbert no dudó en tomar el papel que ya le habían asignado como héroe, y comenzar a arreglar todo aquél estropicio. Fue liberando poco a poco la tierra, liberando y pactando con otros ángeles más poderosos, así como reclutar a otros héroes, para cumplir con su cometido.
Fue en el cumplimiento de uno de esos objetivos, tratando de averiguar cómo liberar de su sello al ángel Boadicea, cuando el grupo de héroes se adentró en uno de los muchos refugios del mal. Con ellos ya no estaba el ángel Nocturna, sino Loralei, uno más poderoso al cuál Adalbert había ayudado anteriormente. Investigando sobre el sello, algo sucedió de repente: Un portal pareció abrirse, de un origen que Loralei no pudo discernir a pesar de sus poderes sagrados... Y pronto ambos, paladín y ángel, fueron tragados por dicho portal, tras lo cuál se cerró antes de que los demás héroes del grupo, demasiado confusos con lo que había ocurrido, pudiesen hacer nada por evitarlo.
De modo que ambos, Adalbert y Loralei, han ido a parar a un mundo diferente, mucho más avanzado a nivel tecnológico y social que el suyo de origen...
Poderes: De por sí, Adalbert es un humano normal y corriente. O todo lo normal y corriente que puede ser alguien de un mundo de la Edad Media atrapado en otro moderno. No obstante, no ha viajado solo: El ángel Loralei le ha acompañado en su caída, y, a pesar de haber perdido una gran parte de su poder, todavía puede ayudar al héroe de su mundo de origen. En concreto, en el combate, Loralei puede "fusionarse" con Adalbert, no cambiando su aspecto físico pero sí sus habilidades: Potenciando las suyas de paladín, Adalbert se vuelve más fuerte y resistente, pudiendo detener golpes que un humano normal, por muy bueno que fuese su entrenamiento, no podría aguantar. Un aura de divinidad parece envolverle durante ese tiempo, imbuyendo su espada en elemento sagrado, y adquiere la capacidad de la sanación a otras personas, sin poder aplicársela, sin embargo, a sí mismo.
Habilidades: Adalbert posee una gran capacidad de supervivencia, acostumbrado a los años en los que sobrevivía en las calles. Sabe distinguir perfectamente las plantas comestibles de las que no lo son, así como leer rastros y huellas en medio de un bosque. Esto le da una gran habilidad de adaptación, pudiendo asimilar fácilmente los cambios y adaptarse a ellos, le lleve o no más o menos tiempo.
Defectos: Sin la influencia de Loralei, Adalbert es tan sólo un humano normal y corriente. Con un buen entrenamiento físico, pero aún así humano. Por lo que recibirá daños, sangrará y sufrirá como cualquier otro humano. Incluso en combate, cuando ambos se fusionan, no pueden mantener ese estado durante un largo periodo de tiempo. No era cómo funcionaban en su mundo de origen, por lo que, de abusar de ello, Adalbert puede llegar a ser debilitado, incluso quemado, por el poder de Loralei. Por ello sólo recurren a ello cuando la situación es demasiado peliaguda, o el enemigo demasiado poderoso para que Adalbert pueda encargarse sin ayuda.
Loralei en sí es sólo un reflejo de su verdadero yo de su mundo de origen, algo así como un simple fragmento de su ser. De modo que no puede adoptar una forma física, ni mostrarse siempre que lo desee. Por lo que, normalmente, se comunica con Adalbert en su mente, y sólo a veces aparece en su forma etérea, flotando como un fantasma tras él.
Equipo y recursos: Por el momento, tan sólo su espada, su armadura, Loralei y una buena suma de monedas de oro fuera de circulación en el nuevo mundo.