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| Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) | |
| | Autor | Mensaje |
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Natsuki Aoki
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Mensajes : 248 Fecha de inscripción : 22/12/2014
| Tema: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 12th Marzo 2015, 23:21 | |
| Era una tarde soleada de invierno y Natsuki estaba tomando el sol en la baranda con una taza de te en sus manos, todavía era pronto, pero se aproximaba el crepúsculo y ella se arrebujaba bajo su kimono, apoyada contra una de las columnas, dejando que el sol bañara su rostro. Todavía le daba vueltas a los sucesos de San Valentín, no sabía como había llegado a suceder todo aquello, en un día, todo se había vuelto complejo y confuso. Mucho más complejo y confuso de lo que ya era su vida, sabía que no era normal, que aquella sensación tendría que haber desaparecido, sin embargo cuando se fue, una punzada agónica se clavó en su pecho. Pero se había ido, había dado carpetazo a aquello, no quería venganza sobre los responsables, no quería nada, sólo vivir tranquila y que aquella dolorosa sensación de añoranza desapareciera, era leve, pero constante, siempre estaba ahí como un dolor sordo, uniéndose a todas las pérdidas que había soportado, y por algún motivo, aquella escocía y picaba.
Cerró los ojos, inspirando, dejando que el aire gélido llenara sus pulmones, apretó la taza entre sus dedos, absorbiendo el calor que desprendía la cerámica, la seda del kimono acariciaba su piel y su cuerpo languidecía bajo la bucólica y triste imagen de un atardecer de invierno. Todavía podía sentir el contacto de sus manos sobre ella, nunca pensó que podría sentirse sí, estaba enamorada, lo sabía, eso no había sido un problema en otras ocasiones para poner distancia, pero por algún motivo mucho más allá de su comprensión, se sentía ligada de una manera irremediable a Johann, sucuerpo, sus pensamientos, le empujaban a él inexorablemente, no tenía escapatoria, y por primera vez, sentía que su destino ya había sido decidido, se sentía totalmente atrapada por algo que ella llevaba 25 años intentando dominar. Su corazón.
Última edición por Natsuki Aoki el 25th Marzo 2015, 17:33, editado 1 vez | |
| | | Cráneo Rojo
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Mensajes : 129 Fecha de inscripción : 10/01/2015 Localización : Desconocida Empleo /Ocio : Genio maligno Humor : Sarcasmo en estado puro
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 23rd Marzo 2015, 18:53 | |
| Desde que Natsuki se escapó de la base de HYDRA, el Cráneo Rojo había estado investigándola a fondo, cada nueva cosa que averiguaba acerca de ella hacía que sus sentimientos se fortalecieran, una mujer capaz de hacer lo que debía por encima de lo que deseaba, había conocido a pocas personas así... y ninguna de ellas era mujer, siempre se dejaban guiar por sentimentalismos, eran débiles, pero la japonesa era casi perfecta, solo necesitaba a alguien como él a su lado para que le enseñara el verdadero camino de hacia la grandeza y juntos gobernarían el mundo.
Su huida provocó un pequeño revuelo, incluso una muerte, la estupidez humana no dejaba de sorprenderle, ¿cómo había sido posible que aquel imbécil llegase a teniente? ¿cómo pudo pensar que decirle a Johann Schmidt que el hecho de que la japonesa conociera la ubicación de la base podía suponer un fallo de seguridad? ¿cómo el muy idiota pudo decírselo en aquel tono de superioridad delante de la tropa? Arrancarle su jodida cabeza no era pago suficiente por su ofensa, pero tendría que bastar, además eso dejo muy claro a los soldados que si él decía que se dejara escapar a alguien ya habría tenido en cuenta todas las variables.
Un guardia le dio el alto al aproximarse a la verja de la casa, sacándole de sus pensamientos, Johann encendió un cigarrillo para no partirle la cara al grandullón por el tono utilizado, Mira, tenemos dos opciones, puedes hacer tu trabajo bien y decirle a Natsuki que he venido a Buscarla o bien puedes continuar con esa actitud, te parto la boca, te quito esa radio y llamo yo mismo, elige con cuidado, no estaba para muchas tonterías, llevaba todo el santo día reunido con Satsuko Aoki y la mujer había acabado con la paciencia del Cráneo, al menos habían llegado a un acuerdo satisfactorio para ambos.
La cara de Schmidt debió impresionar lo suficiente al guardia de seguridad porque se decidió a informar en lugar de cometer suicidio tratando de echar al Cráneo Rojo, un momento después el jefe de seguridad de Natsuki le ordenó que abriera la puerta para el visitante, que fue conducido hacia el recibidor de la mansión. | |
| | | Natsuki Aoki
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 24th Marzo 2015, 00:08 | |
| Cuando le habían dicho que su trabajo consistía en vigilar la puerta, se había imaginado algo más sencillo, generalmente ser guardia de seguridad en la casa de alguien con tanto dinero, se limitaba a espantar a los curiosos, las visitas indeseadas y vigilar los sistemas de seguridad, pero por aquella puerta no dejaba de pasar gente con la que Bucky preferiría no tratar, sin embargo, pertenecía a una famosa empresa de seguridad privada, y cumplía diligentemente con su tarea. Pero había algo en aquel hombre que le decía que si de verdad no avisaba a la señorita Aoki, le desatornillaría la cabeza con sus propias manos, sin embargo, sus órdenes eran claras; no molestar a la señorita Aoki bajo ninguna circunstancia, no había hablado con ella más que en un par de ocasiones, si no contaba los saludos que siempre le dirigía cuando atravesaba las puertas de aquella extravagante mansión que se había construido. Era una mujer rara, de eso no le cabía dudas, pero tampoco veía demasiadas diferencias con otros millonarios, unas veces podía pasarse dos días sin pisar por su casa y otras veces, como aquella, se atrincheraba dentro y cualquier visita debía ser despachada de vuelta, lo único diferente era la diferencia de las visitas, por aquellas puertas no desfilaban mujeres maquilladas con abrigos que costaban su sueldo de un año, no era una persona con una vida social ajetreada, siempre iba sola, a todos los sitios, la verdad, sentía pena por ella. Era el mejor ejemplo de que el dinero no compraba amigos.
Cuando vio a aquel hombre amenazarle, tuvo claro que cumpliría sus amenazas y siguiendo las instrucciones que había recibido, llamó al jefe de seguridad, un término que parecía abarcar todo lo relacionado con la seguridad y otras cosas de la señorita Aoki, sabía que Jason era el único que podía localizar a la señorita Aoki en todo momento, el único que podía verla sin aviso previo, el único que tenía derecho a atravesar las misteriosas puertas de su despacho, él y la cocinera, siempre preparada para soltar una colleja si cogías una galleta antes de tiempo. Hizo pasar al hombre a petición de Jason, no sabía quien era, pero si tenía permiso para atravesar aquellas puertas en uno de los días de encierro de la señorita Aoki, debía ser importante.
Jason le recibió, junto a la puerta, y sin molestarse en extenderle la mano, le hizo pasar al recibidor, donde inmediatamente apareció una doncella para tomar el abrigo de Johann y sus zapatos, no abrió la boca más que lo imprescindible, era eficiente, era educada y era discreta, tres requisitos obligatorios que se le habían exigido antes de entrar a trabajar, al menos no podía quejarse, la paga era buena, aunque limpiar aquella casa, a veces supusiera todo un reto si no estabas acostumbrada a las costumbres japonesas.
- Le estaba esperando señor Schmidt, Satsuko me ha puesto al corriente de todo, pero es mi obligación, informarle. La señora Aoki le ha engañado en todo lo que podía engañarle, puede que haya conseguido atravesar la coraza de Natsuki una vez, pero le aseguro que ésta se habrá reforzado, y si cree que puede hacerlo otra vez, que será fácil retenerla a su lado, más le vale que deje de hacerse ilusiones al respecto, se revolverá, y siempre encuentra la manera de huir. Si cree que el amor que ella le profesa será suficiente para que se quede con usted, debo informarle, que no es el primero que ocupa un lugar en su corazón, y todos ellos, sin excepción, la han perdido. No se equivoque conmigo, no siento ninguna simpatía hacia usted, no le conozco, pero mi lealtad es hacia ella, y va mucho más allá que cumplir sus órdenes. Yo cuido de ella, y eso implica, que espero verla feliz algún día. Me encargaré de que no sean molestados.
Jason sabía que no sería agradable, que intentaría huir, que lucharía contra él, que se desencadenaría una guerra de voluntades en la baranda, y por el bien de ella, esperaba que la perdiera, por mucho que protestara, por mucho que reclamara su ayuda, esta vez no iba a acudir a su llamada. Lo que pasara aquella tarde, en aquel lugar, era algo que tenía que enfrentar ella sola, ya no podía ocultarla por más tiempo, había llegado el momento de que aceptara que era una mujer, y que su corazón latía. Guió a Johann por los pasillos vacíos hasta la baranda donde sabía que ella se encontraba, y abriendo la puerta en el más absoluto silencio, le dejó pasar, cerrando detrás de él y desapareciendo en la penumbra. A partir de ese momento, Jason, el fiel guardaespaldas, sería un fantasma sordo que daría el día libre a todo el servicio. Tan sólo Aya, se quedó en la casa. Había situaciones en las que era mejor desaparecer, y sabía que esa era una de ellas. | |
| | | Cráneo Rojo
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 25th Marzo 2015, 10:47 | |
| El Cráneo Rojo miro al jefe de seguridad de Natsuki con una mirada feroz, Eres leal y eso lo valoro, pero no me conoces, cuando me enfrento a un problema solo hay dos resultados posibles... puedo lograr lo que me propongo o puedo necesitar más tiempo para superarlo, jamás me he rendido hasta ahora y no pienso hacerlo con ella, hizo una pausa y apagó su cigarrillo, de todas formas tu la conoces mejor que yo, y si lo que dices es cierto debo plantearme un cambio en mi estrategia, la voz de Johann era fría, sin el menor rastro de la pasión que mostraba frente a la japonesa, tras un segundo de lucha interna solo dijo una palabra más, gracias.
Jason le condujo a las habitaciones de su amada y cerró la puerta tras él, ella estaba ahí delante, junto a la barandilla, su mera imagen trajo consigo poderosos recuerdos que aceleraron su corazón y lo hicieron arder de amor y deseo, pero si quería conservarla debía ejecutar el plan con suficiente frialdad, tal y como estaba previsto, que difícil era no arrojarse a sus brazos y besarla, tomarla allí mismo y amarla de nuevo hasta que sus cuerpos quedaran agotados como el día que le abandonó.
Se retiró la máscara y caminó despacio hacia ella, permitiendo que Natsuki le escuchara acercarse, la japonesa se sorprendió de verlo allí pero no fue capaz de decir nada, ni siquiera de mirarle a la cara, se dio la vuelta, apartando su rostro avergonzada, estaba tensa como un animal acorralado y como tal había rehuido su mirada, eso lo haría todo más fácil, si ella se hubiera acercado, si le hubiera abrazado y besado no hubiera sido capaz de seguir adelante, se hubiera entregado a ella sin más.
Respiró profundamente y recorrió los últimos metros que los separaban, le puso la mano en el hombro obligándola a girarse hacia él, ella mantenía la vista en el suelo y Johann, con delicadeza le hizo subir un poco la cabeza con la mano izquierda Sensaina sakura no hana, no vuelvas a dejarme, le dijo con dulzura justo antes de que resonara una fuerte bofetada sobre su precioso rostro, ella le miro entonces a los ojos, entre sorprendida y furiosa y el Cráneo la tomó entre sus brazos y la besó con pasión, un beso que se prolongó más de lo que tenía planeado, que a punto estuvo de hacerle perderse y olvidar su plan. | |
| | | Natsuki Aoki
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 25th Marzo 2015, 18:03 | |
| Escuchó un sonido amortiguado a su espalda y una corriente de aire tibio recorrió su nuca, erizando la piel de su espalda, sin embargo, cuando se giró para ver la procedencia de aquel sonido, comprendió que aquella sensación que había tenido, no eran sino las llamas del infierno que se alzaban sobre ella, dispuestas a engullirla. No había podido quitarse de la cabeza las imágenes de aquella noche, como le había dejado dormido, abrazando el hueco donde antes había estado ella, recordó la vehemencia con la que le había pedido que se quedara, y supo que pagaría cara su espantada, lo veía en los ojos, en infierno, la pasión, ardía detrás de su rostro sereno. No había que ser un genio para darse cuenta. Desvió la mirada de su rostro, quería huir en aquel momento, como lo había hecho de su habitación varios días atrás, iba a dirigirse a la puerta, iba a echar a correr, cuando se acercó hasta ella y la hizo girarse y mirarle a los ojos, le pidió, le ordenó, le exigió, que no volviera a irse de su lado y luego a abofeteó, golpeándola por sorpresa en el rostro, un gesto que le giró la cara, dejando su mejilla con una fuerte tonalidad rojiza y cinco dedos marcados en la cara, cuando se volvió para mirarle, sorprendida por aquel gesto y con ganas de destriparle, la tomó entre sus brazos para fundirse con ella en un largo beso, que casi le hizo olvidar el golpe, que la hizo derretirse por un momento entre sus brazos como se había derretido la última vez que la había besado así, dulcemente, tomándose su tiempo, paladeando su boca. Casi olvida el golpe, pero no lo hizo, y cuando sus labios se separaron, en un rápido gesto desenfundó el tanto que llevaba en el nudo del obi a su espalda, y le golpeó con el mango en la cara, un movimiento que no era nuevo para ella, tras esto, colocó el filo bajo su garanta mirándole con una amenaza seria en sus ojos.
- Mucho cuidado Johann, no soy de tu propiedad para que me digas que debo y que no debo hacer, no eres mi padre para venir a soltarme guantazos como si tuvieras que educarme y no eres mi dueño para exigirme nada. Y si crees que puedes levantarme la mano y esperar que no te destripe en respuesta estás muy equivocado. Vuelve a tocarme un puto pelo y te arrancaré tu puta cabeza
Dejó el filo del cuchillo donde estaba, su pulso era firme y sostenía con seguridad el tanto, le miraba desafiante, cabreada. Le había soltado una hostia como un pan de kilo y le dolía la cara como si la hubieran pegado un balonazo en toda la cara, le picaba la mejilla y sospechaba que aquellos cinco dedos le durarían ahí puestos hasta mañana al menos, iba a despellejarle vivo como volviera a hacer algo así. Nunca, nadie, había hecho algo parecido sin perder ningún miembro y hacía años que nadie se atrevía a algo semejante, por aprecio a su integridad personal, principalmente. Estaba claro que Johann o apreciaba poco sus pelotas o la conocía muy poco, seguramente fuera una inconsciente combinación de ambas.
- Ahora, largo de mi puta casa.
No iba a tolerar que un tipo que llegaba así, con todo el morro y sin avisar, por mucho que lo quisiera, la tratase así en su propia casa. Si no era capaz de mostrar el debido respeto, podía irse por donde había vuelto. | |
| | | Cráneo Rojo
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 29th Marzo 2015, 00:08 | |
| Johann se sorprendió un poco ante la reacción de Natsuki, sus instintos a punto estuvieron de traicionarle y hacer que todo aquello terminara con uno de los dos muertos, pero logró contenerse a tiempo y mirar a la joven desafiante, Adelante, corta, o mejor aún, dijo abriéndose la camisa y dejando su musculoso pecho al aire, atraviésame el corazón, total, ya lo hiciste pedazos al abandonarme, no puedes causarme más daño con un cuchillo del que ya me has hecho al huir de mí.
Mírame a los ojos Natsuki-hime, mírame a los ojos y dime que no me amas y me marcharé, le dijo en tono cortante en respuesta a sus últimas palabras, ella dudó por un instante al ser pillada por sorpresa, no te amo, mintió descaradamente, dándole nuevas armas a Johann con las que atacar, sabía que no estaba equivocado, tú me amas tanto como yo a ti, mi querida flor de cerezo, pero por algún motivo te niegas a aceptarlo, tratas de engañarte a ti misma.
Él se alejó unos pasos Aún así, si quieres que marche lo haré mi princesa, pero debes saber que nunca ha habido una mujer antes de que tu aparecieras en mi vida, y que nunca la habrá después, me condenas a la soledad absoluta con tu rechazo, ojalá no te hubiera conocido mi amor, esa soledad no me parecía tan vacía ni tan dolorosa hace apenas una semana, ahora no se si seré capaz de resistirla tras haberte conocido, tras haber imaginado una vida contigo, la voz triste iba dando paso a una más furiosa poco a poco hasta que el Cráneo lanzó un primer ataque para tantear las defensas de Natsuki, ¿como puedes dejarme de este modo?, ¿como puedes arrebatarme así la felicidad cuando ya casi podía sentirla?
Volvió a recorrer la distancia que los separaba tomándola por los hombros al ver que su táctica estaba dando resultado a pesar de que no estaba consiguiendo controlar sus emociones tan bien como esperaba, Deja de huir Natsuki, dices que no soy tu padre y tienes razón, ni lo soy ni deseo serlo, pero es difícil no actuar como lo he hecho cuando tengo delante de mi a una niña que ni siquiera sabe lo que quiere, que se comporta como una adolescente a la que han besado por primera vez, ¿eres una niña o una mujer Natsu?, preguntó Johann en el tono mas hiriente que consiguió, viendo que sus palabras hacían blanco sobre la japonesa, deja de huir y de esconderte, deja de tomar decisiones sin pensar en todas las consecuencias y sin tener en cuenta a aquellos que nos vemos afectados ¿de que tienes miedo en realidad Natsuki-chan?. | |
| | | Natsuki Aoki
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 30th Marzo 2015, 00:14 | |
| Natsuki bajó lentamente la mano que empuñaba el tanto cuando él desnudó su pecho para ofrecerle su corazón; no podía matarlo y ambos lo sabían. Podía ser muchas cosas, entre ellas, una asesina, pero sus sentimientos siempre habían sido su mayor debilidad, odiaba con fuerza, si, pero amaba con la misma intensidad, y en el fondo, sabía que esa sería su mayor perdición, alguien se daría cuenta algún día y lo aprovecharía a su favor, quizás por eso, de manera inconsciente, siempre se había empeñado en demostrar su frialdad, en no mostrar ninguno de los sentimientos que la abrasaban por dentro. Sus preguntas levantaban ampollas, recuerdos dolorosos que ya creía olvidados, pero había cosas que nunca se olvidaban, que dejaban una huella permanente. Siempre había hecho las cosas bien, siempre había dejado todos los cabos bien atados; cada despedida había sido dolorosa, si, pero había sido firme, de raíz, como arrancar de cuajo las malas hierbas que crecen en tu jardín. No había dado opción a preguntas, a reproches, encontrarse por primera vez con éstos era como un jarro de agua helada para el que no estaba preparada, no debería haberse quedado en Blüdhaven, debería haber huido lejos, muy lejos, donde nadie pudiera encontrarla. Corea otro par de añitos parecía una buena opción.
La agarró por los hombros, con fuerza, no la hacía daño, pero sabía que no podría escurrirse de sus manos, sin embargo, eso no significara que no pudiera oponer resistencia, era Aoki Natsuki, y plantaría batalla hasta que derramara la última gota de sangre de sus enemigos o expirara su último aliento. Sus palabras se clavaban certeras, como puñales envenenados, aquello escocía a la japonesa, y no había que ser un lumbrera para darse cuenta, a juzgar por el gesto de furia incontenible que se dibujaba en su rostro. De un fuerte empujón, se zafó de las manos de Johann y le plantó cara como la guerrera que era, una decisión que ninguna mujer en sus cabales tomaría, pero ella no era cualquiera, y pensaba dejárselo clarito al alemán respondón que estaba teniendo la desfachatez de echarle aquellas cosas en cara.
- No tienes ni puta idea, te crees muy listo, muy inteligente, y la verdad, es que no sabes nada de nada. Oh, he leído cosas sobre tu organización, por supuesto, y sabes que? No me das ningún miedo. ¿Que se puede esperar de una organización cuya única época de esplendor fue breve y únicamente bajo el mandato de un gobierno que llevó a la guerra a todo el puto mundo? No soy ninguna niña que se esconda, y desde luego tengo mucho más en cuenta las consecuencias de mis actos que tu. ¿Tu piensas acaso? ¿Has pensado un poco en lo que sucedió el otro día? ¿En TODAS sus jodidas consecuencias? No tuvimos cuidado y eso fue jodidamente irresponsable. No tienes ni la menor idea de las consecuencias que eso podría haber tenido. Así que no vengas a contarme el cuento de que no me preocupo ni por las consecuencias de mis actos o aquellos a quienes involucran. Una noche no te da derecho alguno a dar por sentado que me conoces, porque no tienes ni puta idea de quien soy yo. Y te lo aseguro, te he hecho un jodido favor. ¿Tienes acaso la menor idea de lo que es ser un arma para tu familia? Porque yo lo soy, oh, si, por supuesto, era la heredera, soy la cabeza de familia, protectora del apellido familiar, y un arma que mi familia usará sin dudarlo ni un segundo para proteger el apellido. Y tu, has estado a un puto tris de que te pegaran un tiro en tu jodida y roja cabeza. Créeme, pensé muy bien en lo que podía pasar y tomé una decisión, no voy a cargar en mi conciencia con el peso de convertirte en un esclavo al servicio de mi apellido con el único premio de hacerme de tu propiedad. ¿Miedo? Yo no tengo miedo a nada. Soy Natsuki Aoki, y soy una mujer adulta que toma decisiones.
Natsuki era única, brillante como una estrella, tenía luz propia, y como tal, tenía fuego, ella era fuego, un fuego que ardía con fuerza, descontrolado, que arrasaba con todo a su paso y amenazaba con hacer arder a Johann, un fuego que un día la consumiría a ella, dejando tan sólo cenizas. Y aquel fuego, se había liberado, se había desatado, era incontenible, y había hecho que en escasos minutos, de su boca salieran palabras dirigidas al Cráneo Rojo, que en otros, sentenciarían su muerte, y en ella, aunque aún no se diera cuenta, sentenciarían su destino. | |
| | | Cráneo Rojo
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 30th Marzo 2015, 18:36 | |
| El Cráneo la miro con aire de superioridad y una sonrisa inquietante en su rojo rostro, como si a una niña pequeña le hubiera dado una rabieta, Así que has leído sobre mi organización y eres toda una experta en ella ¿no?, pregunto sarcástico, ¿y donde has leído acerca de HYDRA exactamente? Porque puedo asegurarte sin miedo a equivocarme que todo lo que has leído es falso, gracias a la colisión estamos más cerca que nunca de conseguir nuestro objetivo, si el mundo cree que HYDRA no es una amenaza es porque así lo hemos querido nosotros, cada golpe que hemos recibido no ha hecho sino fortalecernos, desearía poder mostrarte el verdadero alcance de la organización pero si lo hiciera y no te unieras a nosotros no me quedaría más remedio que matarte... y no se si podría soportarlo, la sinceridad rebosaba en las últimas palabras de Johann y se notó el dolor en su duro rostro al hablar de matar a la única mujer que había amado.
Demuéstralo “Natsuki Aoki”, una mujer adulta que toma decisiones analiza bastante mejor los hechos, no sale corriendo como una niña asustada y por supuesto no habla sin pensar en lo que está diciendo o con quien esta hablando, la mirada del Cráneo Rojo se volvió peligrosa conforme hablaba, , Johann respiró profundamente para no hacer nada de lo que pudiera arrepentirse después... como degollar a su amada, cualquier otra que me hubiera hablado como lo has hecho tu estaría intentando volver a introducirse las tripas, así que por favor, discutamos esto como adultos ¿te parece?, un nuevo y sutil ataque mientras llevaba la conversación a su terreno, hablar fríamente pero exponer las debilidades de ella.
Quizás intencionadamente o sin saberlo la abuela de Natsuki le había dado varias pistas de como actuar durante esta conversación y Jason le había dado las últimas claves, Yo tengo muy claro lo que sucedió el otro día, no fui yo quien huyó sin atreverse a hablar, recuerdo perfectamente todo lo que dijimos e hicimos esa noche, recuerdo haberte dicho que quería gobernar el mundo a tu lado, recuerdo haberte pedido que no me dejaras, recuerdo lo que tu hiciste a continuación... a cualquiera le hubiera parecido que eso significaba que estabas de acuerdo ¿quienes mejor que nuestros propios hijos para gobernar cuando nosotros ya no pudiéramos hacerlo? ¿o no te referías a esas consecuencias?.
Pero vuelvo a desviarme del tema, dijo manteniendo un tono frío, tu siguiente pregunta era... si, el arma, así que te consideras un arma de una importante familia Yakuza, bien, pues te diré una cosa Natsuki, me he enfrentado a cosas mucho peores que tu familia y no han conseguido matarme, el Capitán América, los Vengadores, Kingpin, al que forcé a aceptar un beneficioso acuerdo a cambio de un alto el fuego, le he pateado el culo a Batman incluso antes de la Colisión y he dejado al Joker con dos palmos de narices cuando intentó traicionarme y asesinarme, ¿de verdad crees que tu familia conseguirá algo que mis enemigos no han logrado en ochenta años?.
Lo que nos vuelve a llevar al principio de todo esto, Johann volvió a colocarse frente a ella y tomó la mano de su cuchillo, presionando este sobre su pecho lleno de cicatrices y tatuajes, ya no puedes seguir huyendo Natsuki-hime, solo te quedan dos opciones, amarme o matarme, no hay escalas de gris en esto, puedes tomarme con todo lo que soy o puedes rechazarme y dejar solo un cascarón vacío sin voluntad de seguir viviendo, lentamente aumentó la presión y empezó a reducir la distancia entre ellos, un hilillo de sangre brotó del corte que se hacía cada vez más profundo sin que Johann pareciera darse cuenta, hasta que la mano de Natsuki cayo sin fuerza y se unieron en un apasionado beso. | |
| | | Natsuki Aoki
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 30th Marzo 2015, 21:03 | |
| Su mirada la intimidaba, sus palabras se clavaban certeras y profundas como puñales en su corazón, cada una era un reproche que la golpeaba en su realidad como un martillo pilón, los recuerdos de aquella noche la dolían como heridas abiertas, pesadillas con las que no podía lidiar, recordaba lo que había dicho, lo que había hecho y trataba desesperadamente por borrarlo de su mente, si nunca hubiera hecho aquello, si nunca hubiera dicho aquellas palabras, ahora todo sería mucho más sencillo; pero había sido débil y él lo sabía. Aquella noche dejó de lado todas sus responsabilidades, todo su deber, para convertirse en una mujer dominada por sus sentimientos, algo básico y primitivo, pero ahora estaban a pleno día, ahora las obligaciones pesaban en su espalda, como también lo hacían las palabras de su abuela. Eso significaba que estaba de acuerdo, decía Johann, pero tenia miedo, estaba asustada, estar de acuerdo, en aquel momento, habían sido unos besos apasionados, una noche llena de caricias y sexo, ahora estar de acuerdo, tenía implicaciones que no sabía si estaba dispuesta a aceptar, significaba un compromiso a largo plazo, significaba aceptar a Johann en su vida y no alejarlo nunca. Todo lo que había construido a su alrededor se estaba desmoronando como un castillo de naipes, alardeaba de su fortaleza con datos. ¿Sería eso real? ¿Existiría por fin alguien capaz de plantarle cara a su abuela? No le quedaban argumenos, al menos, ninguno razonable, sin embargo, su mente estaba asaltada por las dudas y el miedo, dudas sobre si aquello era lo correcto y miedo de si de verdad, podía dejarle entrar en su vida.
Sujetó su mano y la apretó contra su pecho, clavando el su piel el tanto que sujetaba, la herida pronto comenzó a manar sangre a la par que se hacía más profunda, no le miraba a los ojos, sólo contemplaba horrorizada, cómo el cuchillo se hundía en su carne y él ni se inmutaba, hasta que finalmente, lo soltó, dejando que cayera con un ruido seco sobre la madera de la baranda, estaba entre la espada y la pared, no quería matarlo, no podía matarlo, hundir aquel cuchillo en su pecho, sería sencillamente, demasiado para ella, y sin embargo, el miedo la atenazaba de dar un paso hacia adelante. Inmediatamente se vio estrechada contra él mientras la besaba, sus fuertes brazos estrujaban su fino cuerpo contra él, y ella le devolvía el beso, con rabia, con ira, con amor, con miedo y con desesperación. Quería huir, pero sabía que no tenía escapatoria, quería odiarle, pero sabía que no podía hacer otra cosa que amarle, quería matarle, pero lo único que sus manos hacían era acariciar su pecho. Y en ese momento, su luz, su fuego, la alcanzaron, sus propias llamas la consumían, destruyéndola, arrasando con todo; pero era bien sabido, que para construir algo, primero debías destruir lo que había antes, y así, Natsuki se derrumbó entre los brazos de Johann, llorando con amargura, con rabia, con dolor. Todo el dolor que durante años había acumulado, todo el peso que su espalda había soportado, se levantó, dejándola indefensa, desnuda, supurando las heridas que nunca habían llegado a cicatrizar. Su gesto se contraía en un llanto mudo, en unas arcadas que nunca llegaban, Johann la había despojado de todo con sus palabras y ahora no sabía cómo seguir adelante, sólo podía expulsar ese dolor que no había hecho más que acumularse y crecer desde el día que murieron sus padres.
- Por favor... no me hagas esto... no me hagas ser débil.
No quería, no podía ceder a sus sentimientos, no quería cargar con la responsabilidad de sus palabras. No quería dejarle llegar tan dentro en sus sentimientos, aunque pareciera que ya se había instalado en lo más profundo de su alma y sus pensamientos, él le daba opciones, sin embargo, ella no sentía que tuviera realmente alguna opción, no podía elegir porque no había ninguna opción que escoger, tan sólo podía mirarle entre lágrimas, suplicando con la mirada que no siguiera adelante, que no destruyera para instalarse dentro el muro que le había costado 24 años construir. No había opciones, mata o ama, y ambos sabían que no podría hacer lo primero y no se atrevía a hacer lo segundo. | |
| | | Cráneo Rojo
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 31st Marzo 2015, 12:06 | |
| - Por favor... no me hagas esto... no me hagas ser débil.Johann la miro un momento viendo que la batalla se aproxima a su fin con un claro vencedor, ¿Débil? No, Natsuki-hime, reconocer las debilidades no es ser débil, todo el mundo tiene algún punto débil, incluido yo, ser débil no es reconocer que existe esa debilidad, sino esconderla, no enfrentarse a ella hasta que es demasiado tarde, el Cráneo volvió a besarla con suavidad, Natsuki, tienes una herida abierta, ¿me permitirás que te la cure o dejaras que se infecte y acabe con ambos?, deseaba tomarla allí mismo, estaba seguro de que ella no se opondría, pero no quería volverse a despertar en un lecho vacío, debían aclarar todo antes, ella debía aceptarle sin reservas o nunca dejaría de huir. Volvió a besarla y la estrechó de nuevo entre sus brazos, la herida de su pecho casi se había cerrado ya por completo pero aún manaba algo de sangre que había empapado la ropa de Natsuki y goteaba lentamente hacia el suelo, había llegado el momento, la victoria estaba casi asegurada, solo quedaba dar un pequeño paso más, lentamente se separó de ella e introdujo su mano derecha en el bolsillo, sacando una delicada cajita aterciopelada y presentándola ante la japonesa. Hizo entonces algo que jamás hubiera creído posible, arrodillarse ante otro ser humano, abrió la cajita revelando un elaborado anillo de vibranium con un impresionante diamante rojo, Natsuki Aoki, ¿quieres casarte conmigo?. | |
| | | Natsuki Aoki
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 31st Marzo 2015, 12:36 | |
| Dolía, su pecho dolía como nunca. Había sido herida en batalla incontables veces, le habían roto muchos huesos, pero nada dolía como aquella herida que no paraba de supurar, una herida que creía ya cerrada y que Johann le había demostrado que seguía tan abierta y profunda como el primer día o incluso más, seguía llorando, no había dejado de hacerlo y ahora no encontraba la manera de parar. Y de esa manera, con lágrimas cayendo de su rostro, su kimono de seda manchado de sangre, y abrazada a Johann como si fuera su salvavidas, Natsuki aceptó una verdad de la que llevaba demasiado tiempo huyendo. Tenía sentimientos, fuertes y poderosos como las mareas, imparables e implacables, aceptó que sentía pánico por el futuro que se abría ante ella, aceptó que no quería estar sola, aceptó a Johann en su vida; le dejó entrar, sin reservas, ya no habría más trabas, le hizo un hueco en su maltrecho corazón y con dolor, dejó que se instalara dentro. Cuando se arrodilló ante ella, le miró, miró el anillo, todavía con lágrimas en los ojos y supo cual era la respuesta, supo que desde que Johann atravesó las puertas de su casa iba con la idea de aquel momento, que desde el momento en que le conoció, aquello estaba predestinado a suceder. Algo les había unido más allá de cualquier lógica, más poderoso que cualquier magia mortal y aceptó, porque era la única salida posible y era el único camino que quería emprender, ahora que había aceptado tantas cosas dolorosas. Y entre lágrimas sonrió, con dolor y felicidad, un sentimiento amargo y dulce a la vez.
- Acepto Johann, seré tu esposa y ya nunca más me iré de tu lado. Tienes mi palabra.
Su palabra. Algo que para cualquiera que conociera ligeramente la cultura japonesa y a Natsuki, apreciaría su valor, los japoneses tenían honor, Natsuki tenía honor, y valoraba, por encima de cualquier otra cosa, el cumplimiento de su palabra. Con aquellas frases, Natsuki no sólo aceptaba a Johann, sino que se entregaba a él. Se arrodilló a su lado, y le besó, con entrega, con suavidad, quería demostrarle que sus palabras eran ciertas, que nunca más volvería a huir de él, porque nunca le había temido y no volvería a huir de lo que sentía hacia él, porque le aceptaba como su único destino. Le besó entre lágrimas y no sabía ya si eran de dolor o felicidad, y le acarició con devoción, dejando que las yemas de sus dedos recorrieran cada línea de sus tatuajes, cada cicatriz de su pecho, ya nada se lo impedía. | |
| | | Cráneo Rojo
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 1st Abril 2015, 03:21 | |
| La flecha de cupido se había enterrado profundamente en los corazones de Natsuki y Johann, sus cuerpos y sus almas se enlazaban ahora en un beso apasionado, el destino les había unido de forma fortuita, pero sus voluntades les mantuvieron así de forma que nada ni nadie podría separarlos nunca, el beso que los unía bien podía haber sido eterno, pero a pesar de que ninguno de los dos quería que terminase ambos deseaban algo más, sus cuerpos se buscaban mutuamente entre caricias y susurros, entre delicados besos y gemidos de placer, encajando de forma perfecta con un suave vaivén que se fue acelerando conforme ambos perdían el control, finalizando por fin en un estallido de placer que los dejó tumbados sobre uno de los futones sin saber muy bien como habían llegado hasta allí.
Él devoraba cada milímetro de la piel de la japonesa con sus ojos y con la punta de sus dedos, aprovechando el aturdimiento que siempre embargaba a Natsuki cuando terminaban de hacer el amor, el éxtasis era demasiado para ella, tenían que hablar aun de ciertos temas, pero por el momento la conversación tendría que esperar, pues en cuanto la joven empezó a recuperar la consciencia Johann busco sus labios y todo volvió a empezar de nuevo, esta vez pudieron tomarse más tiempo, pudieron explorarse el uno al otro con más detenimiento ya saciadas sus necesidades más acuciantes hacía tan solo unos minutos, no eran dos cuerpos sino uno solo que buscaba la forma de no separarse de nuevo, de permanecer así por siempre.
Cuando sus cuerpos agotados no les permitieron seguir ni un minuto más no solo había anochecido, sino que empezaban a despuntar las primeras luces del amanecer, Johann la miraba adormilado, pero estaba claro que esta vez ella no despertaría de su inconsciencia, demasiado agotada siquiera para abrir los ojos, ella se movió un poco medio en sueños y el Cráneo la besó y la abrazó, dándole su calor, sintiéndose pleno por primera vez en toda su vida, no solo tenía a alguien con quien compartir el gobierno del mundo, sino que pronto tendría descendencia para que lo heredase, con esos dulces pensamientos se fue sumiendo también él en un profundo sueño. | |
| | | Natsuki Aoki
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 1st Abril 2015, 17:27 | |
| Natsuki se removió en sueños, perezosa, sumida en un profundo y placentero sueño del que todavía tardaría un poco en despertar cuando un ruido al otro lado de la puerta activó las alertas del cuerpo que se hallaba tendido a su lado. ¿Era su imaginación? No, él nunca imaginaba cosas, había escuchado algo, al otro lado de la puerta en una casa en absoluto silencio. Miró a Natsuki, con una mano posada sobre su pecho, no la había soltado en toda la noche, no quería que al llegar la mañana, ella se desvaneciera como un sueño, tal y como había hecho la vez anterior, pero no, sonrió pagado de sí mismo, había hecho un excelente trabajo, la había llevado más allá de lo que cualquier cuerpo humano podría aguantar, incluso ella. Todavía podía recordar con deleite como lágrimas de placer se le habían escapado de sus ojos, estaba seguro, que ni siquiera Tony Stark, ese desgraciado gigoló, compañero de Rogers había sido capaz de hacer llorar a una mujer de placer, eso inflaba su ego, para que negarlo. Siempre había sabido que era poderoso, ahora sabía que lo era en todos los sentidos que un hombre podía serlo.
Se puso la máscara antes de salir del dormitorio, todavía era demasiado pronto para pasearse con su verdadero rostro por aquella casa, no quería causar un escándalo antes de tiempo, se puso sus pantalones y su camisa, paseándose por aquellos pasillos con total confianza, a fin de cuentas, podía considerar aquella también como su casa, ahora que ella había claudicado ante sus encantos y había asumido que su lugar estaba a su lado; no era precisamente su estilo, pero no estaba mal, a decir verdad, todo aquello venía que ni pintado para su próximos planes. No se cruzó con nadie mientras abría y cerraba puertas, y estaba seguro que ya había cerrado aquel panel corredizo cuando dio con una puerta cerrada, de la que salía algo de ruido, al abrirla, se encontró con lo que estaba buscando, la cocina, pero no estaba vacía, una mujer mayor, ligeramente entrada en carnes, le miraba, valorándole, sopesándole, frente a una bandeja repleta de galletas recién hechas a juzgar por el olor, tenía una espátula de metal en la mano, en alto, en un gesto de advertencia que dejaba bien claro el mensaje, si tocaba las galletas, recibiría una zape en las manos.
Por un instante sopesó la situación y finalmente llegó a la conclusión, de que no sería buena forma de empezar el compromiso si su delicada flor se despertaba con su cocinera muerta, así que se acercó haciendo un derroche de educación germana dándole los buenos días en un fluido japonés.
- Buenos días jovencito, está Natsuki durmiendo todavía? - Está descansando, necesita reponerse, he venido a por el desayuno. - Dirás más bien almuerzo, jovencito. No me cabe duda de que necesita descansar. - Respondió mientras le miraba como si supiera algo que hubiera preferido mantener en la ignorancia, lo cual le hacía preguntarse a Johann... ¿Cúanto madrugaba aquella señora? - Prepare salchichas, tomates, panecillos y cerveza de trigo.
A Aya casi le da un pasmo al escuchar el menú que pretendía aquel alemán llevarle a Natsuki. ¿Que pretendía, desayunar con ella o cebarla como a una vaca frisona? Le miró reprobatoriamente, sabía que los la gastronomía alemana era contundente, pero nunca se hubiera imaginado que para desayunar se metían aquella bomba en sus estómagos, pero él no se percataba, y si lo hacía, le importaba un bledo. La última analítica daba ciertos índices un tanto bajos que el joven doctor Zola le había dicho que indicaban una alimentación más bien escasa, y sólo había que fijarse en aquella cinturita tan estrecha y la manera en la que su estómago y su vientre se combaban hacia adentro cuando se tumbaba para ver que las evidencias científicas no eran ninguna falacia. La ciencia nunca lo era. Además, se había estado informando, aunque eso era cultura casi popular, y más en Alemania, las mujeres que esperaban hijos, debían comer apropiadamente, algunas decían que debían comer por dos, sin embargo, al parecer estudios recientes desmentían dicha afirmación, y según Zola, una dieta completa y equilibrada, sería suficiente, no podía asegurar que hubiera tenido éxito ya con sus objetivos, pero prefería que su cuerpo estuviera fuerte y en condiciones lo antes posible.
- No ponga dos tomates, ponga cuatro, bien rojos. - A la señorita Natsuki no le gusta demasiado el tomate, y lo prefiere más bien verde. - Natsuki va a comer DOS tomates maduros. Fin de la discusión.
Johann frunció el ceño, cada vez le quedaba más claro que hasta el momento no había sido otra cosa que una niña malcriada, sin embargo, ahora eso se había acabado, era su prometida, y debía empezar a comportarse como una mujer hecha y derecha, empezando por la comida. Dudaba que Eva hubiera tenido la desfachatez de rehusarse a alimentarse después de conocer al Führer. Aya le miró con suspicacia, aquel no era un menú adecuado para el almuezo, al menos no según ella, y desde luego, Natsuki no iba a tocar los tomates, pero tras unos segundos de valoración de aquel alto y fornido alemán que la miraba como si ya estuviera tardando en tenerlo preparado, so pena de toquetear él sus sartenes, decidió ponerse manos a la obra, eso si que no, aquel rudo alemán no iba a tocar ninguno de sus utensilios, a saber que le haría a sus espátulas. Tras unos minutos, que a Johann se le hicieron largos, mientras observaba severamente a la mujer trajinar, había preparada una bandeja con el menú solicitado, para dos personas, que Johann se llevó de vuelta al dormitorio, musitando un breve “Gracias” a la cocinera que había osado llamarle "Jovencito"
Durante ese tiempo en el que Aya tardó en hacer el almuerzo, Natsuki finalmente abrió sus párpados a la intensa luz que se filtraba a través de la puerta que daba al jardín, parpadeó pesadamente y tras desperezarse con un gesto de dolor, comprobó que estaba sola en el futón, se incorporó con pesadez, y vio que no había nadie en el dormitorio. ¿Se habría ido? ¿Sería esa su verdadera venganza por su última huida? No podía descartarlo, Johann sin duda parecía el tipo de persona que no dejaba una acción sin su castigo correspondiente, y sin duda, hacerla sentir la misma sensación de vacío que él aseguraba haber sentido, debía serlo. Hasta que se percató de que su chaqueta todavía seguía allí, eso pareció tranquilizarla un poco, sin embargo, no lo suficiente, para haciendo un esfuerzo hercúleo, intentar ponerse algo decente con lo que salir del dormitorio a ver que había pasado. El yukata oscuro que siempre usaba para dormir, valdría.
Esta vez Johann no tardó tanto en encontrar el camino de regreso, y evitó giros inútiles en su regreso por los pasillos, sujetando la bandeja con una mano, abrió de par en par para encontrarse con un divertido espectáculo que lamentaba haberse perdido anteriormente, Natsuki, en mitad del dormitorio, intentando vestirse sentada, evidentemente, imposibilitada por los calambres provocados por el agotamiento muscular en sus extremidades inferiores, que se extendían ante ella, prácticamente laxas, comprobó, con satisfacción como el anillo relucía en su mano, y de nuevo, su ego volvió a crecer. Entró en la habitación con una sonrisa de superioridad en el rostro, mientras posaba la bandeja frente a ella y se daba la vuelta para cerrar la puerta. Todavía quedaban muchos asuntos que tratar, pero desde luego, lo más difícil ya lo había conseguido.
- ¿Donde estabas?
El gesto de Natsuki con el ceño fruncido denotaba cierta preocupación y una cierta falta de confianza, no se fiaba de que hubiera olvidado allí la chaqueta antes de irse, a fin de cuentas, ella no había conseguido encontrar su ropa la vez anterior, y tuvo que conformarse con una sábana, también mostraba cierto alivio, al comprobar que realmente seguía allí y aquello no había sido más que una elaborada y retorcida venganza por su parte. | |
| | | Cráneo Rojo
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 3rd Abril 2015, 00:13 | |
| Johann se demoró un poco en su respuesta mientras seguía admirando el cuerpo de la japonesa, pero antes de que Natsu volviera a preguntar la miró a los ojos y habló, Intentando no asesinar a tu cocinera, querida, espero que sepas agradecerme que siga respirando y que me consiguiera contener, porque la buena señora no me lo ha puesto nada fácil, casi pensé que al final tendría que cocinar yo, pero entró en razón y accedió “amablemente” a prepararlo todo tal como yo le indicaba, volvió a quitarse la máscara y la obsequió con una sonrisa.
Puedes empezar cuando quieras cariño, dijo al ver que Natsuki no se decidía, has de reponer fuerzas, tenemos mucho de que hablar y muchas cosas que decidir y organizar, dijo el Cráneo pinchando una de las rodajas de tomate y saboreandola, por cierto, me ha dicho tu cocinera que el tomate no te entusiasma, si quieres para la próxima vez lo podemos sustituir por un poco de puré de patatas con mantequilla y tiras de pimiento asado o algo más a tu gusto, pero si me hubiera quedado un minuto más en la cocina..., dejó en el aire las siguientes palabras porque no quería ser demasiado gráfico durante el desayuno.
El primer punto sería cuándo casarnos, dónde y el tipo de ceremonia, teniendo en cuenta que mi identidad real lleva fallecida desde el final de la segunda guerra mundial, no creo que sea muy buena idea hacer un evento público, pero estoy dispuesto a discutirlo si tu quieres celebrarlo por todo lo alto, ciertamente no sería la mejor idea del mundo, pero creando una identidad sólida y una buena máscara sería posible, y normalmente las mujeres se ponían muy quisquillosas con la celebración de su boda, Johann no quería empezar con mal pie su matrimonio. | |
| | | Natsuki Aoki
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 4th Abril 2015, 02:39 | |
| Nunca había visto sonreír al Cráneo Rojo, y debía reconocer, que era una escena bastante inquietante, desde un punto de vista objetivo, parecía la sonrisa de un torturador antes de despellejarte lentamente, sin embargo, había algo que no cuadraba en aquel rostro, los sentimientos que reflejaban su mirada, su lenguaje corporal, no casaban en absoluto con su fama, con lo que se sabía y se rumoreaba del gran Cráneo Rojo. Allí, de pie, sonriendo en mitad de la habitación, con sus ojos fijos en su prometida, Johann Schmidt reflejaba un amor, un deseo, una ternura, que no era fácil de ver, ni siquiera en aquellos considerados héroes, defensores del bien y la paz; y todos esos sentimientos, llegaban hasta ella, que le devolvía una sonrisa radiante, plena, profundamente enamorada. Ignoró sus palabras sobre su cocinera, para los demás, él era un asesino temible, para ella, un hombre blandito por dentro que se hacía el duro para conseguir sus objetivos. Era recto, exigente, dominante y obseso del control, eso se lo había dejado claro desde un principio, pero también era tierno, era apasionado, era delicado y protector, cualidades que ella veía claramente.
- Aya es muy maniática con eso del intrusismo laboral, la habrías matado de un infarto si hubieras encendido sus fogones.
Observó la bandeja con los ojos como platos, observó el que parecía ser su plato, y luego le miró a él con cara de susto. ¿De verdad pretendía que se comiera todo eso? Instantáneamente y del puro susto, su estómago se encogió, al escuchar cual pretendía que fuera el sustituto de los tomates. No creía que las alemanas fueran capaces de meterse eso entre pecho y espalda antes de salir de casa por las mañanas. Vale que eran más altas y tenían una constitución ósea ligeramente más robusta que el standard japonés, pero aquello era una exageración. Dudaba siquiera que cualquiera de esas modelos alemanas que tanto triunfaban en las revistas fueran capaces de meter aquello en el estómago.
- No gracias, no tengo hambre. La verdad, yo no desayuno tanto por las mañanas, suelo preferir un te y una tostada o un poco de arroz o algo de fruta, pero no creo que pueda comer tanto.
No es que fuera una de esas maniáticas de la dieta, simplemente era una mujer cuyo estómago ocupaba un espacio finito y con una capacidad limitada a la hora de ingerir comida y para ella, aquellas dos enormes salchichas, esos dos tomates partidos en rodajas, el pan y la cerveza, suponían un atracón imposible de meterse en el desayuno, aunque reconocía, que después de no haber cenado la noche anterior, y haberse despertado a la hora del almuerzo, tenía algo de hambre, pero si podía elegir, la verdad es que prefería algo más ligero, como arroz blanco con un poco de pescado ahumado o braseado, algo que no fuera a estarle repitiendo hasta el desayuno del día siguiente a ser posible. Pellizcó un bocado digno de un pajarito de uno de los dos panecillos y se lo metió en la boca para después dar un sorbo a su enorme pinta de cerveza.
- Antes de eso, hay otro asunto que deberíamos discutir, y mucho más urgente. No podemos seguir haciendo esto así, es decir, esto puede tener consecuencias indeseadas, y otra vez, hemos sido inconscientes e irresponsables, no negaré mi parte de culpa, debería haber impuesto algo de cordura. Pero la próxima vez, habrá que tomar ciertas... medidas. No puedo ir al médico el día después de que sucedan cosas, porque quizás alguna vez no funcionen las medidas urgentes, y el marrón sea enorme, literalmente. Ya fui cuando... desaparecí y va a empezar a pensar que soy idiota.
Se había puesto colorada como un tomate al hablar de aquello, se habían acostado dos veces, si, y podría decirse, que no quedaba ninguna parte de su cuerpo que no se hubieran visto mutuamente, se habían explorado y besado a conciencia, pero seguía sintiendo vergüenza al tratar ciertos temas, y el sexo, por mucho amor que hubiera de por medio, era uno de esos temas que tanto pudor le causaban.
- Con respecto al tema de la boda... eso puede ser un poco más complicado. Tengo bastantes detractores entre mis iguales y mi abuela es una mujer acostumbrada a sacar el máximo partido a todo. Querrá conocerte, querrá exprimirte, y querrá usar la boda como un golpe de efecto hacia mis enemigos. No me importaría algo discreto, pero seguramente ella querrá algo público, no creo ser capaz de hacerla cambiar de opinión, pero puedo frenarla para que no se pase de la raya. Tu identidad no tiene porqué ser un problema, conozco gente que podría encargarse de eso por un módico precio, verdaderos profesionales.
Su abuela de iba a volver loca, lo estaba viendo, el infierno se desataría en la tierra, y ella sería una de las condenadas a vivir en dicho infierno bodorril hasta que todo terminara. No es que quisiera desentenderse de todo, ciertamente le gustaría algo bonito, pero algo bonito también sería una boda secreta en las Seychelles, sin más invitados que un puñado de testigos y sin su abuela para martirizarla con obligaciones, contratos y la imperiosa necesidad que había de que se preñara rápido. Pero si hacía eso, ya se podría ir preparando para una venganza y unas consecuencias que harían historia en los anales de la tortura psicológica. Prefería ser sincera e intentar minimizar los daños. | |
| | | Cráneo Rojo
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 7th Abril 2015, 01:51 | |
| Ningún tribunal me hubiera condenado por esa muerte entonces, dijo el Cráneo en un tono tan serio que difícilmente sería tomado por la broma que era, después espero que la japonesa empezara a comer antes de tocar su propia comida, hubiera sido muy descortés por su parte hacerlo, aunque tenía bastante hambre, el desayuno era la comida más importante del día y aunque se había limitado a lo más básico para no perder demasiado tiempo con la cocinera esperaba que fuese suficiente.
Bueno, con esa dieta tan insuficiente se explican muchas cosas, dijo mirándola divertido, por suerte ahora me tienes a mi aquí para protegerte de tu cocinera, sus intentos de matarte de hambre han terminado, ademas, con un té tardarías días en poder levantarte de la cama, necesitas una buena dosis de proteínas y de hidratos de carbono, aún estamos a tiempo de pedir ese puré de patatas con mantequilla si quieres, dijo finalmente, por el tono de voz no se podía diferenciar si era una oferta sincera, una broma o incluso una amenaza de lo que podía pasar si intentaba escaquearse del desayuno.
Entonces ella cambió de tema y soltó una verdadera bomba, ¿que había hecho qué?, el fuego de la ira se reflejaba en los ojos de Johann, que a punto estuvo de volverle a cruzar la cara con un bofetón, lográndose contener a duras penas, Así que por eso huiste como una vulgar ladrona, para actuar como una cobarde sin escrúpulos, para renegar de mi y de mi amor, eres la única mujer en el mundo que he amado Natsuki... y ahora me estoy arrepintiendo de ello, su voz rebosaba desprecio, desprecio por ella y desprecio por él mismo, ¿como podía haberse equivocado tanto con ella?
Se levantó abrumado por unos sentimientos tan fuertes que le aturdían, mareado físicamente por el dolor emocional que jamás había sentido, había cometido el error de dejarla entrar y al parecer aquello para ella había sido solo un juego, un entretenimiento, por primera vez en su vida se sentía sucio, utilizado, pero no podía echarle a ella toda la culpa de la situación, también era culpa suya por permitirlo, ella volvió a hablar, pero Johann no escuchó ya más lo que decía, seguía aún aturdido y no encontraba coherencia en los sonidos que ella emitía, su mundo se desmoronaba, sentía una fuerte presión en el pecho, debía salir de aquella habitación, debía alejarse de la fuente de su dolor.
Reconstruiría su coroza y jamás permitiría que nadie volviera a atravesarla... pero no era capaz de dar un paso para alejarse de allí, apenas podía ver, apenas podía respirar siquiera, ¿Por qué me haces esto?, acertó a decir, el mero hecho de hablar le devolvió a la realidad, le devolvió su furia, el único sentimiento que siempre le había fortalecido, dime por que no debería matarte ahora mismo Natsuki, dijo rebosante de odio e irguiéndose en toda su altura, con los músculos en tensión, listo para arrancarle la cabeza de cuajo a la mujer que había amado, a la mujer que había huido de él, a la mujer que le había traicionado. | |
| | | Natsuki Aoki
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 7th Abril 2015, 02:53 | |
| Natsuki cortó un pedazo de su salchicha, que se llevó a la boca ante la velada amenaza de añadir más cosas a su desayuno, entre lo que tenía en el plato y añadir más cosas a aquello, prefería terminarse lo que tenía en el plato, y empezaba a pensar que Johann sería capaz de aumentar su ración de comida. Se sentía extraña, nunca nadie había cuidado tanto de ella hasta ese nivel de sobreprotección, pero no le parecía fuera de lugar, era un hombre fuerte, poderoso, sentía que no eran sólo palabras lo que salía de su boca, que realmente podía mantenerla segura. Eso era una sensación completamente extraña y novedosa. Pegó un trago de su cerveza, pero la sonrisa se le congeló en el rostro cuando vio su cambio de actitud.
Estaba confusa, no entendía a que venían aquellas palabras, y le costó comprender, que su contexto era diferente al de Johann, habían crecido y se habían criado con valores diferentes, para ella, la planificación familiar era algo no sólo conocido, sino obligatorio para todo el mundo, una herramienta útil para disfrutar de estar juntos sin tener que... atenerse a las consecuencias. Enseguida comprendió que para Johann, las consecuencias eran algo deseable cuando estaba con una mujer, por un instante se vio abrumada, al saber que ése había sido su objetivo todo el tiempo. Ella era demasiado joven, no había pensado en esas cosas, porque las mujeres de su tiempo, se lo pensaban bien antes de reproducirse, no era una decisión que se tomara a la ligera.
- Lo siento, no pensé que... No pensé que fueras a desear eso, fue inconsciente por mi parte, estoy sinceramente arrepentida, pero me asusté. Johann, las mujeres de mi edad, actualmente, se lo piensan mucho antes de dar un paso tan importante, y mi familia es bastante tradicional. No tenía ni idea de cuáles eran tus planes y tuve miedo. ¿Que crees que hubiera pasado si mi familia se hubiera enterado de las consecuencias de esa noche sin haber planes de boda? No hubiera sido divertido, ni agradable. En ese aspecto no son tan diferentes a cómo era cuando naciste. Esas cosas deben esperar al matrimonio.
No había sido totalmente sincera, su familia era tradicional, y en condiciones normales, la hubieran colgado de un pino si aparecía con un bombo antes de que hubiera al menos un compromiso, e incluso así, se habría tenido que enfrentar, posiblemente a la bronca de su vida y un matrimonio acelerado, pero ahora, para su abuela, aquellas no eran condiciones normales y le hubiera parecido excelente que le apareciera con un crío en cualquier situación o momento. Sin embargo, tampoco había mentido, así que esperaba que aquello funcionara. No quería verle así, con ese dolor en su rostro, con esa amenaza en sus labios, y aceptando todas las consecuencias que estar con él significaban, se levantó con dificultad y se acercó a él con paso tembloroso, cogiendo su mano y colocándola sobre su vientre, mientras con su mano libre acariciaba la roja piel de su rostro, con delicadeza, no quería hacerle daño.
- Ya no tengo miedo, no voy a huir de tí, te he dado mi palabra, me casaré contigo y aceptaré lo que tenga que venir, cuando tenga que venir. Te amo más que a nada, y nunca, jamás, quise hacerte daño, eso tenlo claro.
Se abrazó a él, con fuerza, estaba asustada, sabía que podía matarla si quería, y nadie llegaría a tiempo de ayudarla, lo único que podía hacer era apelar a sus sentimientos, apelar a la promesa que ella le había hecho, y lidiar con el castigo que seguramente fuera a imponerle. Era un hombre recto, duro, nadie le decepcionaba sin que hubiera un castigo, y ella había actuado en contra de sus ideales de primeros de siglo, le había decepcionado, y sabía que no se iría de rositas. Sólo esperaba, no salir muy dañada de aquello. | |
| | | Cráneo Rojo
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 7th Abril 2015, 06:04 | |
| No pensaste... si, eso lo explica, pero no es una justificación, dijo tratando de controlar su furia, ahogándola como podía para evitar destripar a la mujer allí mismo con sus propias manos, tu familia es tradicional dices, yo también lo soy, y mucho, ¿sabes cual era la pena para una mujer que cometiera un acto como ese según las tradiciones en las que me crié?, la miró con una mezcla de dolor y odio, dejando que la pregunta retórica hiciera mella en ella lentamente, ¿no se te ocurrió pensar que yo podría tener algo que decir en cuanto al asesinato de mi hijo?, su voz era fría y dura como el acero, sin rastro del amor que había demostrado tan solo unos minutos antes, su cuerpo seguía en tensión como si en cualquier momento pudiera perder el control y lanzarse sobre Natsuki, ya fuese por la ira contenida destrozándola a golpes o por la pasión que seguía consumiendole a pesar de todo.
Pero el Cráneo se contuvo, la dejó seguir hablando, deseando que la joven pudiera decir algo que lograra aplacarle, deseando que pudiera controlarse y no romperle el cuello antes de encontrar un motivo que le permitiera calmarse, y Natsuki le dio ese motivo, consiguió aplacarle con sus palabras, Así que aceptas tu error y un castigo acorde con el delito, dijo un poco más calmado, lo aceptarás cuando tenga que venir dices, así sea, cuando decida un castigo adecuado te lo haré saber y tu lo aceptarás sin oponer resistencia, estaba más calmado, pero aún no satisfecho por completo.
Pero eso no puede ser todo, dijo con una sonrisa algo macabra, aparte de un castigo por lo que has hecho, tomaste una decisión que nos incumbía a ambos sin mí, así que ahora yo tomare una decisión por ti, decidiré tu dieta completa hasta el día en que des a luz a nuestro primer hijo Natsuki, empezando por este desayuno, dijo sentándose de nuevo y tomando una rodaja de tomate del plato de Natsuki con los palillos y situándola frente a su boca. | |
| | | Natsuki Aoki
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 7th Abril 2015, 14:10 | |
| Respiró aliviada cuando calmó su acceso de furia para sentarse y retomar el desayuno asegurando que su dieta desde aquel mismo instante estaría supervisada por él, le parecía justo, ella había hecho algo por su cuenta y él decidía hacer algo por la suya. No le hacía mucha gracia la idea, pero una vez más la estaba cuidando, a su peculiar manera, pero lo hacía. Sin embargo había algo en todo aquello que no le gustaba, estaba contenta de que no hubiera decidido estrangularla, pero no por la situación en sí, e ignorando la rodaja de tomate que pendía ante su cara, acarició su rostro con una sonrisa triste antes de caminar hasta la puerta corredera que daba al jardín y abrirla de par en par, dándole la espalda.
- No Johann, no lo entiendes. Admito lo que hice, y soy perfectamente consciente de que algo parecido en tu época se pagaba con la pena de muerte, o la cárcel en el mejor de los casos. Pero no estamos en 1930, y debes ser consciente de ello. Me he puesto en tu lugar y comprendo mi error según las ideas con las que fuiste criado, y por tanto, te pido la misma deferencia hacia mí. Ponte en mi lugar, en mi situación, con la perspectiva y el tiempo con el que he sido educada. Acepto tu decisión, me parece una retribución justa, pero no acepto tu castigo, sea cual sea. No cometas el error de confundirme con cualquier otra mujer que hayas conocido Johann. Te amo, pero no voy a plegarme a todas tus exigencias y caprichos, soy una mujer independiente con ideas propias, no voy a someterme a ti simplemente porque tu así lo quieras.
Se apoyó sobre el marco de la puerta alisando su ropa y se giró para mirarle directamente a los ojos, dejando bien clara cual era su opinión al respecto. Era consciente que ahora, ya no era sólo ella, también estaba él y tendría que ceder en algunas cosas en las que hasta el momento había hecho lo que le había dado la gana, pero él debía hacer lo mismo, no iba a convertirse en una mujer sometida, por mucho que le amara. También otros habían ocupado su corazón, y se había deshecho de ellos con menores demostraciones de dominación. No iba a tolerarle a él lo que no le había tolerado a nadie.
- No tengo ninguna intención de dar a luz a ningún hijo que se convierta en una nueva debilidad para mí, una parte de mi sangre que no aseguro poder proteger. Sin embargo, si tu puedes asegurar esa protección, que nada ni nadie podrá hacerle daño, estoy dispuesta a tratar ese asunto, sin imposiciones. Como ya te he dicho, esto no es 1930, ahora mismo, éste es mi cuerpo, y yo decido sobre él. No voy a ir al médico, puedes estar tranquilo con eso, pero si no eres mínimamente capaz de comprender mis circunstancias y mi punto de vista, si no has tenido suerte ahora, pasará mucho tiempo hasta que yo tenga un hijo tuyo. Y si crees realmente que debo adaptarme a tus exigencias, someterme, hacer todo lo que a ti te plazca, te aconsejo que te vistas, te vayas, y no vuelvas a buscarme.
Había sido clara y concisa, esa era su oportunidad de aceptarla tal cual era, o de darse la vuelta y no volver a aparecer nunca más frente a ella. No era perfecta, tenía sus fallos, sus defectos, pero aunque él fuera un hombre maravilloso, seguramente distaba de ser perfecto, y aquella manera que tenía de intentar dominarla, era su primer gran defecto, que esperaba que supiera pulir si de verdad la quería a su lado. Le dolería, dejaría un gran vacío en su alma, pero no le temblaría el pulso, ni la voz, para deshacerse de él y no volver a verle, como había hecho con otros tantos. Por lo pronto ya tenía su primera advertencia, o cedía un poco en su punto de vista, o tendría que empezar a frotarse contra las paredes, porque desde luego, ella no iba a tocarle, y era una experta esquivando personas. Johann no quería comprobar hasta que punto se podía estar con una persona sin verla; porque si era necesario, lo haría. Sin embargo, esperaba que pudiera ser mínimamente comprensivo y aceptar que si bien se amaban, su educación y circunstancias eran diferentes y debían llegar a un mutuo entendimiento. | |
| | | Cráneo Rojo
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 8th Abril 2015, 07:49 | |
| El la miró mientras se levantaba y dejo los palillos de nuevo, Entiendo..., dijo el levantándose lentamente, crees que estoy anticuado y que de ahí proviene mi enfado, su voz volvía a ser fría y dura como el acero, quizás tengas algo de razón, pero no te equivoques conmigo, comprendo que los tiempos cambian y que todo evoluciona, pero lo que está mal o bien no cambia, el bien y el mal no son subjetivos, son algo objetivo aunque muchos se empeñen en negarlo, se acercó al lugar donde reposaba su gabardina y la cogió.
Has tomado pues una decisión y veo que por mucho que insistas en ello tu palabra carece de valor, dijo posando su mirada de nuevo en el plato del desayuno que a pesar de que se había comprometido a comer seguía intacto, creo que comprendo tus circunstancias a la perfección, pero echarle la culpa de las malas acciones a las circunstancias o a la sociedad jamás me ha parecido aceptable, cada uno es culpable de las acciones o inacciones que decide realizar, su voz seguía carente de emoción mientras se abotonaba la gabardina, me marchare pues parece que eso es lo que siempre has querido, haz lo que quieras con tu vida y con tu cuerpo del siglo XXI, pues es lo único que parece importarte y continua engañándote a ti misma todo el tiempo que quieras, pero yo ya no me dejaré engañar por tus palabras vacías.
Johann se dirigió entonces a la puerta, esta era, contra todo pronóstico la decisión más difícil que había tomado nunca, pero había estado en suficientes campos de batalla para saber que en ocasiones la amputación era la única manera de salvar la vida del soldado, preferiría arrancarse el brazo derecho a dejarla, preferiría arrancarse ambos brazos, pero si ella creía que podía salir impune de un acto como el que había cometido, si creía que podía retorcer las palabras de forma que se pudiera salir siempre con la suya a pesar de todo, si creía que podía mentirle a la cara sin ninguna consecuencia, era mejor amputarse el corazón ahora, antes de que la ponzoña inundara todo su organismo y acabara con él.
El Cráneo se detuvo con la mano apoyada en el picaporte, Adiós Natsuki-hime, adiós mi preciosa flor de cerezo, dijo casi perdiendo la voz y abriendo la puerta. | |
| | | Natsuki Aoki
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 9th Abril 2015, 02:59 | |
| Natsuki observó cómo se levantaba y se abrochaba la gabardina, parecía no sentir nada y a la vez parecía dolido con todo. Quizás era porque estaba madurando, quizás era porque le amaba o quizás las dos noches que habían compartido la habían calado más hondo de lo que ella pensaba, pero el caso es que comprendió que así nunca llegarían a ninguna parte, si no hablaban, si no llegaban a un entendimiento, estaban abocados al fracaso incluso mucho antes de empezar, y en el fondo ella no quería eso. Había algo que la impulsaba a esforzarse para que aquello saliera bien, estaba claro que Johann era dominante y exigente, demasiado dominante y demasiado exigente, pero incluso así, parecía hacer un gran esfuerzo por mantener el control. Eso le daba esperanzas de que no todo estaba perdido.
- Espera. Si seguimos así nunca llegaremos a un acuerdo. Eres testarudo, terriblemente cabezota, pero soy igual, así que echarnos la culpa el uno al otro es una tontería, los dos la tenemos.
Se sentó donde antes había estado sentada, frente a la bandeja con aquellas salchichas que la miraban con ofensa y como gesto de buena voluntad y ánimo conciliador, dio un profundo suspiro antes de meterse una rodaja de tomate en la boca y señalar el tatami frente a ella esperando que Johann se sentara; estaba claro que las cosas no iban a ser fáciles y que tendrían que hablar y ponerse de acuerdo en muchos aspectos si no querían despellejarse mutuamente a la primera de cambio, porque estaba claro que ambos eran capaces de hacerlo si se lo proponían o se sentían lo suficientemente ofendidos sobre algo.
- Comprendo tu punto de vista, pero te pido que comprendas el mío, y que lleguemos a un acuerdo al respecto que sea satisfactorio para ambos. Ignoraba que tu gran deseo fuera formar una familia y hay muchas cosas que tu no sabes sobre mí, espero que podamos saber todas esas cosas sin necesidad de querer sacarnos los ojos el uno al otro. Quizás he sido dura en mis palabras, pero no me gusta que intenten someterme, si hubiera dejado lo hicieran, ahora no estaría teniendo esta conversación contigo, ni tendría todo lo que tengo. Si tu aceptas que soy una mujer libre para tomar sus propias decisiones, yo aceptaré que es mejor acariciarte que no hacerlo. Por supuesto que soy consciente de que tomé una decisión unilateralmente que no sólo me concernía a mí, y por ello, acepto la supervisión de mi dieta como la reacción de mis acciones.
Estaba siendo razonable, tanto, que Mizuno-sensei se sentiría verdaderamente complacida, puede que incluso llegara a dudar de que la que estaba hablando verdaderamente fuera ella, pero ahora comprendía mejor que nunca sus palabras, tenia que encontrar alguien a quien abrirse, tenía que aceptar las opiniones de los demás, ceder y llegar a un entendimiento. Siempre decía que eso era la base de una buena negociación, y que ganar terreno, era algo que luego se iría haciendo poco a poco. Dudaba mucho que Johann fuera a ceder algún terreno que dejarle ganar, así que se conformaba con no perder la mitad que técnicamente le correspondía como propia. Había tomado una decisión que Johann se había tomado como una ofensa personal, y ahora aquel abominable desayuno era la consecuencia de sus actos, no le quedaba otro remedio que aceptarlo, y así, cediendo la mitad que le correspondía a él, se metió un trozo de salchicha en la boca, que masticó lentamente antes de tragar ayudada por un sorbo de su cerveza de trigo. | |
| | | Cráneo Rojo
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| Tema: Re: Asuntos inconclusos (20-2-2019 Cráneo Rojo) 9th Abril 2015, 04:07 | |
| Johann dudó unos instantes, sin atreverse a abrir la puerta, mientras la japonesa habló de nuevo y el Cráneo no sabía si quería escucharla o no, ya había sufrido demasiado en el transcurso de los últimos minutos y no estaba dispuesto a seguir aceptando una tortura así, la miró aún indeciso, si se quedaba seguramente se arrepentiría de las concesiones que le haría a Natsuki, pero si se marchaba seguro que se arrepentiría de dejarla, ¿como podía tomar una decisión así? HYDRA sería siempre lo primero, pero ¿acaso eso significaba que no podía haber nada más?
Entonces ella dio un pequeño paso, masticó el tomate, él se sintió obligado a tener un gesto similar y se sentó frente a ella, aunque aún no estaba del todo convencido de estar haciendo lo correcto era un gesto de buena voluntad para responder al de ella, cuando hubo tragado el tomate, Natsuki siguó hablando, la ira iba y venía en el interior de Johann, se obligaba a calmarse porque sabía que ella tenía una pequeña parte de razón pero se enfurecía porque no sabía ver la verdad, el bien y el mal no eras subjetivos, el deber pesa más que una montaña, esperaba que una japonesa entendiera eso, Yo tampoco pienso tolerar que trates de imponerme tus condiciones Natsuki, y mucho menos que me amenaces o que trates de manipularme mediante el sexo como una vulgar pros..., el Cráneo respiró hondo, se estaba volviendo a dejar llevar por la ira y no quería volver a caer en lo mismo, disculpa mis palabras, pero creo que al menos han servido para expresar mi punto de vista, dijo ya en un todo más calmado.
Creo que tienes razón al menos en esto, sería bueno que habláramos y que llegáramos a un acuerdo sin que ninguno de los dos pierda el control, Johann tomo entonces un poco de su comida también, aún no estaba seguro de quien había ganado la batalla, pero no estaba dispuesto a dar por perdida esta guerra. | |
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