Prueba de Rol, Cráneo Rojo

La puerta de la sala se abrió sorprendiendo a todos los del interior, el Cráneo Rojo entró en ella sin darles apenas tiempo a reaccionar, los soldados que custodiaban la puerta tampoco sabían bien que hacer, cuando el oficial se encendió su cigarrillo y se quedo allí de pie mirándolos a todos sin dar muestras de intenciones hostiles recuperaron su posición de firmes.


Herr Doctor, sera mejor que nos deje ahora, el joven doctor Zola, hijo del antiguo jefe de laboratorio del Cráneo Rojo hizo una pequeña inclinación de cabeza y salió de allí como si estuviera aterrado, cualquiera que lo viera pensaría eso... y estaría en lo cierto, ya que él sabía perfectamente lo furioso que estaba en realidad Schmidt, y los planes que tenia para esa reunión, su sonrisa y su tranquilidad solo lo asustaban más.

¿Quien demonios se cree que es?, dijo el más joven de los que estaban sentados a la mesa, pero no consiguió ninguna reacción por parte del Cráneo Rojo, al ver que no surtía efecto se levanto y se dirigió a los guardias, arrestadlo, o mejor aún matadlo.

Uno de los guardias dudó un instante y empezó a subir el arma, antes de que terminara el pupilo de Hitler le había aplastado la cabeza contra la pared, dejándolo inconsciente, sin apenas inmutarse se giró hacia el otro soldado, ¿por que no ha obedecido usted la orden soldado?, Señor..., empezó aterrorizado, tragó saliva y continuó, porque yo se quién es usted, Señor, la sonrisa del oficial atemorizó a todos los de sala, solo el Barón Strucker no se vio afectado.

Bien, sal y cierra las puertas, que nadie nos moleste soldado... y saca a tu compañero, no se lo tendré en cuenta por esta vez, si un miembro del consejo no me ha reconocido puedo entender que un soldado cumpla sus ordenes, después se giró de nuevo hacia el consejo que en la actualidad dirigía su amada organización, no era necesario añadir ninguna amenaza, seguro que el soldado la había captado implícita en sus palabras, cualquiera que se opusiera al Cráneo Rojo, seria eliminado.

Creo que hemos empezado con mal pie señores, de todos ustedes solo reconozco al barón, el resto, bueno, no se si son dignos de que desperdicie mi tiempo con ustedes, pero en aras del bien de HYDRA, lo haré, los hombres se miraban unos a otros mientras el Cráneo se paseaba por la sala, fumando de su larga boquilla, siéntate cachorro, antes de que me enfade de verdad.

Bueno Schmidt, veo que Zola ha conseguido traerte de vuelta, ¿que haces aquí?, dijo el Barón, que empezaba a estar visiblemente contrariado.

¿que QUE hago YO AQUÍ?, hago lo que tengo que hacer, hago lo que debí haber hecho hace tiempo pero me impidieron ciertas... circunstancias, vengo a disolver este consejo que no ha hecho mas que hundir a HYDRA, y a ocupar el puesto que merezco, dirigiendo a nuestra organización a un nuevo amanecer, elevándola de nuevo a donde debe estar, aniquilando a nuestros enemigos, Barón, vengo a sustituiros, los presentes intercambiaban miradas de miedo, sorpresa e indignación.

El Barón se levanto de su asiento, apoyando sus manos sobre la mesa, la normal y la garra metálica,¿Y que le hace pensar Schmidt que voy a permitírselo?, ya nos hemos enfrentado antes y nunca ha conseguido vencerme, dijo seguro de si mismo el Barón.

Repasemos los hechos Barón, HYDRA está al borde del colapso, la colisión ha trastocado todos tus fútiles planes e incluso algunos de los proyectos que yo había preparado, tu pésima gestión, demasiado blanda ha provocado que miembros de alto nivel, como ese crio, dice señalando al que se levanto contra él al llegar, desconozcan nuestra historia y nuestros elevados ideales, no quiero ni pensar la purga que tendré que hacer con miembros inferiores, no se equivoquen conmigo señores, si me juran fidelidad ahora y me entregan voluntariamente el control de HYDRA quizás les perdone por sus crímenes contra nuestra sociedad, pero sin duda recibirán un castigo, incluido tu Strucker, ríndete antes de que sea demasiado tarde.

¿Tarde para quien Schmidt?, seré yo quien te castigue por esto, ya no eres nadie, no tienes rango en HYDRA, me hubiera podido plantear aceptarte de nuevo entre nuestras filas,
incluso incorporarte al consejo, pero después de esto no se que te dolería más si que te expulsáramos o que te ejecutáramos, pensándolo bien creo que te matare yo mismo, dijo Strucker preparándose para lanzarle un rayo al Cráneo Rojo.

Johann Schmidt caminó lentamente para su rival con su desconcertante sonrisa. Esta vez no acabaremos en tablas Her Barón, esta vez seras destruido como te mereces, se paro frente a él lanzandole el humo a la cara y apagando el cigarro sobre la pulida mesa, el Barón se dispuso a golpear al Cráneo por esa ofensa, pero un ataque de tos se lo impidió, cuando se recuperó pudo ver que el resto de los consejeros estaban inconscientes o sufriendo convulsiones, ¿Qué has hecho Schmidt?, pregunto mirando el cigarrillo sobre la mesa

La risa fue fuerte y desagradable, He limpiado HYDRA como te dije que iba a hacer... y ahora te mataré con mis propias manos, el veneno ha acabado con ellos viejo amigo, pero tú eres mucho más resistente que ellos, a ti solo te ha dejado débil como una niñita, y ahora tendré el placer de acabar el trabajo, y te aseguro que voy a disfrutar con ello.

Nadie se atrevió a abrir la puerta de la sala hasta que cesaron los gritos del Barón, cuando finalmente la puerta volvió a abrirse había todo un destacamento de soldados esperando, no muy seguros de lo que iba a surgir de ella, ¡HAIL HYDRA!, grito el Cráneo Rojo, único superviviente de la reunión, ¡HAIL HYDRA!, respondieron todos los presentes.