Un brillante futuro. (Dick Grayson y ciudadanos de Blüdhaven 25-1-2019)

Insignia de Fidelidad : Mensajes : 248 Fecha de inscripción : 22/12/2014

No tenía ganas de asistir, no le gustaban aquellas cosas de fotografiarse y sonreír a quien no le apetecía sonreír; pero aquella panda de gordos cabrones estaban ansiosos por estrechar su mano entre sus sudadas y asquerosas zarpas. Natsuki odiaba a la gente, eso estaba claro, pero le gustaba aquella ciudad, había sido casi completamente destruida durante la colisión y había sido abandonada de la mano de los dioses, nadie se acordaba en ella y nadie pensaba en ella. Pero Natsuki había visto su nombre en el mapa, se había hecho eco de su situación, y todos sabían que los políticos americanos cuidaban bien de quien acudía en su rescate. Para ella, montar su nueva sede en la ciudad no sólo era la mejor vía para expandir sus negocios familiares en una ciudad corrupta y sin explotar al contrario que Gotham, sino que le daba la oportunidad de darle a Byocite Pharmaceuticals la oportunidad de convertirse en esa empresa de la que todos hablaban, ser una generosa mecenas siempre le había parecido una buena inversión de futuro, asentarse en una ciudad con una gran potencial mano de obra, terrenos suficientes para instalarse y escasa competencia era un chollazo del que parecía que hasta ahora nadie se había percatado. Washington estaba muy bien, Nueva York también, pero había calles en las que no podías dar un paso sin encontrarte con un flamante edificio lleno de oficinas que se hacían la competencia las unas a las otras. No le extrañaba que tantos murieran infartados, lo raro es que alguien saliera vivo de esa guerra sin cuartel.

Aquel día inauguraba un nuevo edificio anexo al hospital de la ciudad, dedicado a los más pequeños, enanos berreantes y caprichosos que sólo sabían contagiar enfermedades respiratorias que mataban a adultos y dar el coñazo en general. Nunca tendría hijos, eso lo tenía claro. Tampoco es que hubiera muchos candidatos para ello, afortunadamente y para desgracia de su abuela, la verdad es que tenerla a un continente de distancia era un alivio, no se había dado cuenta de lo harta que estaba de su discurso sobre encontrar un hombre joven y sano hasta que se mudó. Era increíble... Pero volviendo al tema, hacia allí se dirigía, en la parte de atrás de su flamante coche, blindado por supuesto, mientras repasaba en una carpeta el discurso que tenía que leer e intentaba no arrugarse el kimono; una bonita obra de arte en seda malva con coloridos estampados florales y un obi en gris perla con bordados que representaban un paisaje del monte fuji. A pesar de todo, sus orígenes eran los que eran, y no estaba tan dispuesta a abandonar sus tradiciones como podría parecer.

Después del discurso, cortar la cinta y apretar manos blandurrias, se limpió las suyas inmediatamente en los servicios, claro, no iba a insultarles de aquella manera en sus caras, aunque tampoco le hubiera importado hacerlo y se hizo con una copa de champagne, mientras conversaba con los altos cargos de la ciudad que se llenaban la boca de canapés que habían pagado con el dinero de más que se habían quedado, de vez en cuando cogía alguno que comía en dos pequeños y discretos mordiscos mientras prestaba interés a lo que le decían, a fin de cuentas una nunca sabe de donde puede sacar más provecho.

Blüdhaven, la ciudad que me vio nacer como Nightwing. Nunca pensé que regresaría tan pronto al estercolero más grande de Estados Unidos.

Todo el mundo conocía el 'Haven como la ciudad vecina de Gotham, pero nadie sabía mejor que yo que estaba podrida y corrupta hasta los cimientos. Mientras que en Gotham, el crimen nacía de las calles e iba escalando posiciones, aquí funcionaba de manera muy contraria. Los altos cargos y la policía ya estaban corruptos, no había comisarios Gordon que te respaldaban, no había personas en las que confiar. Vivir aquí durante un año había sido un completo infierno, y volver al trabajo después de haber fracasado como héroe también lo ha sido.

Pero algo tenía que hacer, ¿no? Al fin y al cabo soy Nightwing, el vigilante de Blüdhaven. Había desaparecido el día antes de la colisión, después de que bombardearan uno de los cinco edificios más importante de la ciudad. Fui engañado por el bastardo de Slade Wilson, que se cobró varias vidas aquella noche. Blockbuster, el líder de todas las mafias de Blüdhaven también había muerto, y con eso la ciudad podía descansar de la corrupción por un tiempo... ¿pero por cuanto?

En fin, aquí estaba yo de nuevo, después de unas largas vacaciones por Happy Harbor, un viaje extradimensional para rescatar a mi mejor amigo supuestamente muerto hace dos años, y perderme al otro lado del mundo justo el día en el que el Joker decide disparar a la chica por la que he estado colado toda mi vida. Como diría el comisario Mac Arnot "un año de puta madre".

Vuelta al cargo de poli de lunes a viernes todo el día. Por las noches misiones como Nightwing dónde se me requiera y los fines de semana dándo misiones a los nuevos Defenders. Una jornada completita, a ver cuanto aguantaba con este ritmo...

- Novato, no te despistes-

La sargento Amy Rohrbach me sacó de mis pensamientos. Ya había vuelto a quedarme en babia.

- ¿Ves a esa mujer de ahí? Es Natsuki Aoki, es la dueña de Byocite Pharmaceuticals. No la pierdas de vista.

Para no verla, destacaba a primera vista. Era la única oriental rodeada por los peces gordos y babosos del 'Haven. Una mujer joven y con dinero, el perfecto blanco para las nuevas inversiones corruptas. Esta nueva "mecenas" de Blüdhaven no constaba en mis archivos recientes, así que tendría que investigarla más adelante.

-¿Me oyes Grayson?

- Sí, sargento.

-¿Cuantas veces te he dicho que me llames "Amy" a secas?

- Sí, Amy...

- Quédate aquí y vigila la reunión de peces gordos, no quiero problemas ¿De acuerdo? Voy echar un vistazo por los alrededores.

Amy se fue de la fiesta y yo me quedé con otros agentes de servicio que patrullaban por la reunión, vigilando que la nueva habitante de Blüdhaven y el resto de altos cargos no sufrieran ningún contratiempo.

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Decir que estaba hasta el gorro, era decir poco, Natsuki nunca habría imaginado hasta que punto estaban hambrientos de carne fresca y nuevas inversiones en aquella ciudad, hasta que empezó a verse acosada con ofertas de prebendas y sonrisas deslumbrantes. Las pirañas habían olisqueado una nueva presa sin hacerse una idea de que tras su carita de japonesa seria y mojigata y sus kimonos de vivos colores, se escondía un depredador mayor que ellos, preparándose para devorarlos; y a ella siempre le había gustado el pescado. Sin embargo, su paciencia era escasa y necesitaba un respiro y una copa antes de seguir fingiendo que no se enteraba de todo el dinero que pretendían sacarle para llenar sus bolsillos. Ya se los abrocharía, a todos y cada uno de ellos.

Se apartó a un lado, se consiguió una copa de whisky y se sentó en unas escaleras, oculta a simple vista, estirando las piernas, con los zori a un lado y jugueteando con sus pies, cubiertos por tabi blancos, paladeando el contenido de su vaso. De poder, se quedaría allí hasta que todos se fueran, felicitándose por lo bien que lo habían hecho con el nuevo hospital, como si ellos hubieran tenido algo más que hacer aparte de decir que sí a todos y llenarse las manos de dinero que luego habían gastado en chicas y bares. Y ella se había encargado de que fueran sus chicas y sus bares los que recibieran tan ilustres invitados. Todo lo que había sucedido, todo lo que habían hecho, había quedado registrado, guardado a buen recaudo hasta que llegara el día de sacar provecho. Ese día, iba a disfrutar de lo lindo, pero hasta que ese momento llegara, se conformaría con aquellos pequeños placeres, como ocultarse de una multitud sobona.

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Como bien dijo Amy, no aparté en ningún momento mis ojos de la señorita Natsuki Aoki, y en cuanto se salió del círculo de ricachones me puse en alerta. ¿A dónde iba?

Observé a Naoki mientras echaba un vistazo a mi alrededor, tenía el presentimiento de que algo malo iba a pasar... pero por suerte no fue nada. La inversora se sentó en unas escaleras y se llevó a la boca su copa de Whisky. Parecía cansada.

Era el mejor momento para acercarme a ella con mi encanto policial.

- Señorita Aoki... ¿se encuentra bien? - le pregunté en Japonés, y le hice una señal desde el otro lado de la cinta del recinto para que me viera.

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Levantó la cabeza, sorprendida por haber sido pillada in-fraganti, por un momento pensó que sería alguno de esos politicuchos a darle aún más el coñazo, así que no pudo evitar dedicarle una mirada ligeramente desconcertada al policía que estaba delante de ella. Algo bastante lógico, generalmente estaba acostumbrada a que si la policía se acercaba a ella era para amenazarla con detenerla, no para preguntarle si estaba bien, pero claro, estaba en una nueva ciudad, la policía no sabía nada de ella. Podría acostumbrarse a aquello, aunque los peces gordos fueran unos pesados.

- Si, gracias, sólo un poco cansada, esto de los eventos sociales no es lo mío. ¿Te han puesto a vigilarme por si me pasaba algo?

No estaba segura de si sentirse halagada por tener vigilancia o no, desde luego era extraño el hecho de tener vigilancia policial y que no fuera para investigarla por tráfico de armas o de mujeres o para investigarla en general, sino para asegurarse de que no le pasaba nada. Lo que si estaba claro es que estaría atenta, generalmente una atención excesiva de la policía no acababa en nada bueno, aunque sus negocios públicos fueran totalmente legales, prefería mantener una cierta distancia con ciertos estamentos del poder, la policía era uno de ellos, aunque reconocía que tener a algunos miembros cerca podía ser de cierta utilidad. Se preguntaba si aquel policía podía ser útil o todo lo contrario.

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La mujer parecía aburrida, llevaba toda la mañana charlando con aquellos políticos chaqueteros. Era muy normal que se sintiera así, además no parecía la típica empresaria con ganas de tener charlas aburridas sobre la economía y el bienestar de Blüdhaven. Nadie se preocupaba ya por eso, no eran más que una panda de hipócritas que sólo se preocupaban de llenarse los bolsillos con dinero mientras la ciudad se desmoronaba a su alrededor.

Natsuki era un poco de aire fresco para esta ciudad. No se veía todos los días a una nativa Japonesa preocuparse por el estercolero de Estados Unidos. ¿Porqué habría decidido montar una empresa aquí de entre todos los estados de América? Si yo fuera un empresario rico y quisiera invertir mi dinero en algo productivo, no me iría a la ciudad más pobre, contaminada y corrupta de todo el estado. ¿Sería verdad eso de que tenía fama de altruista? ¿Estaba aquí para ayudar realmente al 'Haven?

Si eso era cierto, tendría a Nightwing protegiendo sus espaldas. La ayuda en tiempos de crisis siempre se agradece, y teniendo en cuenta que trabajaba solo en la lucha contra el crimen era tranquilizador tener a alguien más luchando por tu causa.

- Así es señorita Natsuki. Está en una de las ciudades con más índice de crímenes de toda América. ¿Porqué ha decidido montar un negocio en Blüdhaven? Si me permite preguntar...

La charla con la empresaria fue muy interesante, pero tras intercambiar un par de frases, se escuchó un disparo cerca de dónde se encontraba Natsuki.

Salté de la cinta policial con una grácil acrobacia y empujé a la japonesa al suelo hasta tenerla a cubierto. Saqué mi pistola y me asomé por la esquina del edificio para observar con detalle lo que estaba sucediendo.

Los políticos empezaron a correr desesperados y a huir despavoridos de la escena del tiroteo mientras que el resto de policías trataban de controlar la situación. Algunos de mis compañeros dieron indicaciones a los ricachones para ponerse a salvo. La otra patrulla buscó el origen del tiroteo y tras varios minutos más nada sucedió. El tirador se había marchado.

En medio de la zona acordonada habían dos cadáveres de dos políticos estirados en el suelo. Natsuki los reconoció al instante, eran los dos últimos hombres con los que había hablado. Me separé de la japonesa para acercarme a dónde se encontraban los cuerpos y analicé en el tiempo que pude lo que acababa de suceder. Recé para que Amy no apareciera en el momento justo y me dejara terminar la investigación.

¿Cómo podían haber muerto a la vez dos hombres tan alejados del uno del otro? Había mucha gente rodeándolos, y el tirador debía tener mucha precisión para hacer algo así. Primero me acerqué a dónde estaba estirado el primer político y medí la distancia del agujero de bala hasta el suelo. Tuve un presentimiento. La bala había salido de su cuerpo, así que busqué por la pared del edificio y encontré el resquicio por el que había revotado la bala. Calculé la distancia con el primer político muerto y encontré la ubicación del edificio del tirador. Mis pasos siguieron el recorrido invisible de la bala, desde el primer hombre muerto, hasta el revote con la pared y después... justo ahí. El segundo muerto descansando al otro lado de la zona acordonada con la bala incrustada en su espalda.

Sólo había una respuesta para un crimen tan calculado. Un tirador experto, una maniobra perfecta...

Era un trabajo de Deadshot.

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Todo aquello era muy curioso, generalmente la policía era una de las primeras en intentar venderte la moto en lo que se refería seguridad ciudadana, no conocía a ningún policía que quisiera reconocer que el cuerpo no estaba haciendo bien su trabajo o que simplemente la situación les desbordaba. Le gustaba aquel arranque de sinceridad, aunque por supuesto, ella ya sabía cuál era la situación de Blüdhaven, ningún empresario que se preciara de serlo habría abierto una filial de su empresa sin haber hecho un estudio de mercado previo. Y Natsuki había llegado a buenas conclusiones, en una ciudad en plena reconstrucción si había algo que sobraba era gente para trabajar, tenía de todo lo que necesitaba sin buscar demasiado y sin tener que hacerles ofertas astronómicas; no era una jefa explotadora, hacía ofertas justas por el trabajo que esperaba, pero en una ciudad en la que hay más competencia, siempre toca ofrecer más por el mismo resultado. Sin embargo allí no tenía ningún tipo de competencia similar que pudiera hacerle sombra en lo que a esas cuestiones se refería, ya vería que hacía más adelante con ese grano en el culo que estaba resultando ser Stark Industries.

Iba a responder al simpático policía cuando un disparo cerca de ella la puso en alerta, pero antes de que pudiera hacer nada, se vio derribada por él, un contacto que la pilló completamente por sorpresa y no pudo evitar. La verdad es que esperaba un recibimiento de ese estilo, pero cuando se levantó y vio los dos cadáveres, tuvo que reconocer que no esperaba que los objetivos fueran otros, pero en el fondo le alegraba, menos cerdos a los que untar y seguramente sus sucesores se podrían acostumbrar más fácilmente a su manera de hacer las cosas. Así era como funcionaban las cosas en este mundo, a rey muerto, rey puesto.

Al cabo de unos instantes parecía que las cosas se habían estabilizado, no se habían escuchado mas disparos y la policía se había hecho cargo de la situación. Natsuki se acercó con paso tranquilo hasta donde se encontraban los cadáveres, con cuidado de no manchar sus ropas de sangre, Aya la mataría si volvía a manchar un kimono de seda con sangre, por los movimientos e investigaciones que estaba haciendo el policía, supuso que el tirador era un viejo conocido de la ciudad. No tenia muy claro si debía alegrarse o preocuparse, lo que si sabía, es que quería tenerlo en nómina.

- Pues si, parece que tenías razón con el índice de criminalidad de esta ciudad. Pero si eso me asustara, yo no sería quien soy. Y por su mirada, sospecho que conoce al tirador. ¿Quien podría tener interés en matar a estos dos hombres?

Intereses podría haber muchos, lo que le interesaba era quien estaría dispuesto a pagar a un tirador tan cualificado y seguramente caro, para un trabajo así. Quería saber si había alguien de quien tuviera que encargarse antes de que fuera un problema real.

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Había sido descuidado, pero tenía que aprovechar aquel momento para analizar la escena del crimen antes de que llegaran los forenses. Cuando la señorita Natsuki se acercó a mí, me sorprendió la manera en la que tomó control de sus emociones y no se alertó en ningún momento. Parecía una mujer que sabía mantenerse firme y no dejarse llevar por las impresiones. Una frialdad poco común cuando tienes a dos cadáveres bajo los pies. ¿Habría tenido alguna experiencia traumática? ¿O estaría acostumbrada a ver estas cosas en Japón?

- No tengo ni la más remota idea... -le sonreí como un perfecto idiota. No podía dejar que descubriera que sí había conseguido alguna pista. Deadshot era una presa demasiado grande para la policía de Blüdhaven. Esto era trabajo de Nightwing.

-Lo siento señorita Natsuki, pero por hoy ya ha tenido suficiente cava y tentempiés...- le dije en broma mientras recuperaba mi postura erguida y la tomaba por el antebrazo para alejarla de la escena del crimen. -Sígame a un lugar seguro, por favor. Ha tenido suerte de salir ilesa de este incidente...

Acompañé a la señorita Natsuki con mi compañera Amy, que casi corrió al verme. Estaba escandalizada por completo ante la situación.

- Grayson, ¿estás bien? Tienes suerte de que no te alcanzara ninguna bala, novato. -dijo con un tono de voz más calmado al ver que Natsuki y yo estábamos bien - Veo que atraes las situaciones peligrosas allá dónde vas... primero el incendio y luego esto...

- Simplemente tengo mucha suerte - volví a llevarme una sonrisa a los labios mientras Amy me miraba con cara de pocos amigos. Ya empezaba a acostumbrarse a mis tonterías.

-Señorita Natsuki, la dejo con mis compañeros. Aquí estará segura. Voy ver si necesitan mi ayuda por allí, nos vemos.- dije despidiéndome de las dos chicas con una gran sonrisa.

Mentí descaradamente. Cuando dejé a las dos mujeres a solas, lo primero que hice fue esconderme en una esquina del edificio de atrás y escalar hasta el tejado. Tenía que encontrar el origen del disparo de Deadshot. Quizás habría dejado alguna pista de su paradero. Seguí el invisible arco que habría producido la bala, y calculé la posición del francotirador. Me adentré cautelosamente por la ventana de un edificio en ruinas, y ahí estaba. Una mesa colocada en frente de la ventana con el soporte para el rifle. La habitación estaba vacía, pero encontré el casquillo de la bala y a demás un sobre cerrado enganchado a la mesa. Deadshot no era el típico que dejaba mensajitos románticos cuando mataba, al estilo Joker. Perdóname, Bruce. A Floyd Lawton le encantaba comunicarse por mensajes encriptados por radio, pero esta vez su estrategia había sido diferente. ¿Porqué? Bueno, la carta me lo iba a decir.

- Joder, mierda...- dije al sacar del sobre una fotografía de Natsuki Aoki.

¿Era el siguiente de su lista? ¿Porqué dejaría una pista en este lugar? Quiere que lo encuentre, y lo detenga. Estoy seguro. ¿Pero cómo sabe que estoy aquí? ¿Cómo sabe que he vuelto a Blüdhaven?

La cosa se complicaba por momentos.

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Una sonrisa estúpida y una mirada inteligente, sin lugar a dudas aquel policía le estaba ocultando información. Y eso no era bueno para ella, tendría que enviar a alguien a que averiguara que podrían saber, por el momento, lo mejor era retirarse y no presionar. En cualquier caso, no habría podido, pues el agente Grayson enseguida desapareció del lugar, no supo a donde, y llamar la atención demasiado en aquel lugar que se estaba llenando de agentes de la ley, no era lo más apropiado, así que haciendo caso de las recomendaciones generales, volvió a montarse en su coche, que la llevó hasta su casa, dando por terminada aquella inauguración y poniendo a sus hombres a trabajar para averiguar todo aquello que pudiera saber la policía, si había alguien que pretendía matarla, no quería darle otra oportunidad para lograrlo.

Se quitó su kimono y lo cambió por un cómodo yukata antes de encerrarse en uno de los anexos de la vivienda, que cumplía las funciones de dojo y armería, allí donde guardaba su colección de espadas. Entrenar un poco siempre despejaba su mente y la ayudaba a pensar.

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Llegó la noche, y con ella el joven y atractivo vigilante nocturno, Nightwing. Así es amigos, el chico de las mallas había vuelto a la carga. Pensé que Blüdhaven ya había pasado su mala racha, pero la ciudad hermana de Gotham volvía a necesitarme más que nunca.

Me deslicé por los tejados con la cuerda desaceleradora hasta terminar por los alrededores de Villa Naoki. Vaya pedazo de terreno se había cogido la ricachona para montar su propia residencia a las afueras del 'Haven. Si la muchacha quería ser discreta a ojos de sus enemigos no iba por el buen camino.

No fue difícil infiltrarme, había estado en sitios con mejores vigilancias, como la cárcel de Blackgate, y a demás llevaba el ordenador holográfico encima, así que pude hackear sin dificultad las posibles cámaras que se encontraban dentro de la Villa. Me tomé mi tiempo, para poder esquivar a los guardaespaldas y los otros maestros ninja. Conseguí ser una sombra para ellos, no en balde había sido entrenado duramente por Batman y la Liga de Asesinos de Ra's Al Ghul. Estaba seguro de que mis maestros estarían orgulloso de mí si me vieran...

Tenía que encontrarla a toda costa, avisarla del peligro que se le cernía... pero cuando llegué a las cercanías del dojo dónde se encontraba Natsuki, alguien ya se me había adelantado.

Después de un largo año de culpabilidad, ahí estaba frente a mí. El que sería el mayor de mis problemas.

- Deathstroke... - escupí su nombre con rabia.

Si Blüdhaven estuvo ardiendo una vez, había sido todo por su culpa.

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FDI: Después de este post entrará el user de Deathstroke y luego podrá volver a postear Naoki.
Os pongo en contexto de nuevo por si acaso: Antes de la colisión de los mundos, el rey de toda la mafia de Blüdhaven era Blockbuster. Slade trabajaba como mercenario para él hasta que se Blockbuster desapareció, y se le dio por muerto. Slade preparó una trampa para Dick en la que colocó cuatro bombas en edificios importantes del 'Haven. Dick logró encontrar todos los edificios a tiempo y evacuarlos, pero no pudo detener la explosión. La mitad del 'Haven quedó en llamas aunque se salvaron muchas vidas. Cuando Dick creyó que el atentado había terminado fue a por Slade para arrestarlo, pero el mercenario le explicó que había colocado una bomba más a parte de las que le había dicho. Slade apretó el botón delante de sus narices, y como consecuencia explotó uno de los edificios que no estaba evacuado, provocando así la muerte de cientos de personas. Dick y Slade lucharon a muerte y al final el justiciero pudo apresarle a duras penas. La policía se llevó a Deathstroke a la cárcel de Belle Reve y Nightwing se marchó de la ciudad, considerándose un fracaso como protector. El día de la colisión, varios prisioneros consiguen escapar de la cárcel de Belle Reve, Slade puede aprovechar ese acontecimiento para huir.

Todo esto es de dominio público, en las noticias de la ciudad explicaron el atentado de Deathstroke y la ayuda de Nightwing por evacuar los edificios. Así que Natsuki puede conocer perfectamente esta información.

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- Ya me estaba cansando de esperar.

Enfrentarse a la oscuridad significa encontrarse a uno mismo, aunque eso implique enfrentarse a tu némesis. Nightwing podría ver a la suya propia, sentado en la posición de loto. Su único ojo brilló cuando lo puso sobre el joven vigilante. Al verle la cara los recuerdos cruzaron por la mente de Slade con la rapidez de un relámpago: lo último que había ocurrido en Blüdehaven que lo llevaría a la cárcel posteriormente, de la cual habría salido por obra del destino; las innumerables ocasiones que se habría enfrentado a su mentor y "padre" Batman, a veces con él como ayudante; pero sobretodo, el recuerdo que atesoraba la mente del mercenario era la muerte de su hijo y la rabia que tenía sobre los Teen Titans. No los perdonaría en la vida, y Nightwing estaba frente a sus narices. Habría reverenciado la decisión de formar equipo con Deathshot aquella noche si no fuera por cómo era su carácter.

- Hoy vamos a saldar cuentas pendientes.

Deathstroke se levantó de donde estaba, y aprovechando la oscuridad del dojo, dejó caer dos granadas sin anilla que rodarían hacia el joven vigilante de Blüdehaven. Pero sabía cómo era, y conocía sus facultades atléticas y no perdió un segundo esperando a que estallaran las granadas bajo sus pies cuando sacó dos pistolas de la parte de atrás de su cinturón, apuntando y abriendo fuego.
Deathstroke no es de los que dan segundas oportunidades.

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Natsuki escuchó el fuerte estruendo proveniente del ala del dojo, era una persona con un sueño bastante ligero, pero eso despertaría a cualquiera que no estuviera en estado vegetal. No perdió el tiempo y saltó de un brinco del futón, cogiendo su espada y su pistola de su dormitorio y dirigiéndose hacia el lugar de la explosión en una apresurada carrera. Cuando llegó, vio a dos hombres enfrentándose, dos enmascarados, por las mallas y el símbolo, supuso que uno de ellos era Nightwing, autoproclamado protector de Blüdhaven, al otro lo reconocía de los periódicos. Era el hombre que voló por los aires la ciudad que ahora ella estaba levantando. No tenía muy claro que hacía ambos allí, intercambiando golpes en mitad de aquella humareda que habían levantado, lo que si tenía claro es que ninguno de los dos era su amigo, pero tampoco veía conveniente meterse en una pelea a dos bandas, así que desenfundó y se dispuso a esperar que la cosa se desarrollara, preferiblemente a su favor.

Ordenó a sus hombres que se retiraran, lo mejor era mantenerse a la espera, por si las cosas se salían de madre y tenían que actuar, esperaba que eso no llegara a suceder, dudaba mucho que una pelea con aquellos dos hombres fuera algo que sus hombres pudieran manejar. Sin embargo, había una gran pregunta que flotaba sobre la mente de todos los presentes. ¿Que pintaban Deathstroke y Nightwing en la villa? Sea lo que fuera, estaba segura que nada bueno, y sospechaba que tenía algo que ver con el asesinato de aquella mañana. Parecía que uno de los dos había aparecido para matarla, la cuestión era saber cual de los dos quería acabar con ella. Hasta donde sabía, los dos podrían encontrar motivos válidos para ello.

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Apreté los dientes con furia ante la vacilada de Deathstroke. El mercenario estaba sentado esperándome en la posición del loto y tras sus breves palabras se levantó con rapidez y dejó caer un par de granadas sin anilla al suelo. Mierda. Di una voltereta hacia atrás, alejándome de la explosión, y me apoyé en una de las armaduras de decoración para después pegar otro salto más y salir por la ventana. Segundos después, la armadura saltó por los aires junto con el resto del dojo. La réplica debía de ser carísima, pero no tenía ninguna intención de pagarla, la había echo explotar Slade. Lo que quedaba de la pared me había protegido de las balas del villano, no tardó ni tres segundos en sacar la pistola y empezar con la carnicería. Si quería despertar a toda la villa con nuestro combate, lo había conseguido.

- Esta vez me aseguraré de que no salgas de la cárcel, Deathstroke. Aunque me has sorprendido, no mi cita de esta noche era otra… - comenté con ironía.

La carta llevaba la firma de Deadshot, eso era indudable, entonces… ¿Por qué había venido Slade? ¿Eran aliados? ¿Porqué tanto interés en matar a Natsuki Aoki? Y hablando de la emperadora de Japón…

Los guardaespaldas de Naoki nos rodearon, pero ante una voz imponente y femenina empezaron a desplegarse, alejándose del humo y las balas. Aproveché para lanzar desde mi posición cubierta un par de Wing-dings explosivos que impactaron al primer contacto con el cuerpo de Deathstroke. El primero se desvió y se quedó atrapado en una columna para después partirla por la mitad. El otro se colocó en la pierna de Slade y se activó, haciéndole flaquear por un instante. Aproveché ese momento para desenfundar los sticks y activar sus cargas eléctricas.

- ¡Ponte a cubierto! – Grité a la japonesa a mis espaldas - ¡Ha venido a matarte! – o eso había creído yo…

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Las granadas solo sirvieron para alterar el lugar de combate, no para acabar con la molestia que suponía el chico héroe. Que mal, eso significaba un poco más de esfuerzo para completar la labor. El chico hizo un comentario que el mercenario tomó a gracia, ya que esta vez si que no iba a permitir que nada ni nadie le arruinase sus planes.

- No hay prisión en el mundo que pueda conmigo. Para detenerme, al menos definitivamente, tendrás que matarme. Pero ambos, tanto tú como yo, sabemos que eso no es una opción en estos momentos. - No, Nightwing no seria capaz de romper aquella única regla por la que se regían estrictamente aquellas personas cercanas a él. Aquello no le gustaría para nada a su papá, Batman. Y de todas formas, las habilidades del militar eran suficientes para proporcionarle una buena defensa contra aquel niño.

Se le lanzó dos Wing-dings. Uno se desvió -al parecer su puntería le falló- y el otro fue a parar a su pierna izquierda, contra la cual explotó al contacto. Por fortuna su armadura absorbió gran parte del daño provocado por la explosión y le permitió reincorporarse aparentemente ileso. Fallar en evitar aquello fue un error que no le iba a volver a conceder a su enemigo.

El humo se despejó y Deathstroke analizó rápidamente su alrededor. Una de las columnas del dojo había sido destruida, quizás en un futuro podría utilizar aquello para su propio beneficio. Su nemesis, por otro lado, había sacado dos de sus bastones y su objetivo se encontraba detrás de este. No podría llegar hasta la chica, no sin primero deshacerse de quien le estorba.

- Siempre arruinando la sorpresa - procedió a guardar sus dos pistolas - a las cuales les quedaban unas cuantas balas - y luego procedió a sacar su tan querida espada. El combate iba a girar en torno al cuerpo a cuerpo ahora. - Voy por tí, disfruta de este tiempo extra - dijo señalando con su espada a la chica y acercándose a Nightwing.

Deathstroke tenía razón, conocía perfectamente el código de honor que me impulsaba a proteger las vidas de los demás, incluso la de mis enemigos. Nunca había matado a nadie, y si lo había hecho alguna vez había sucedido de forma accidental. El asesinato no era una opción en mis batallas. Slade conocía mis puntos débiles y yo también le conocía bastante a él. Pero tenía presente los límites de mis capacidades, y un enfrentamiento con Deathstroke no sería nada bueno para mí ahora. La última vez le vencí a duras penas, y ahora que nos enfrentábamos de nuevo sabía que estaba preparado para nuestro encuentro, y yo quedaba en desventaja. Iba a ser difícil obtener una victoria esa noche.

-¿Porqué tanto interés en la chica, Slade? – observé cómo Deathstroke señalaba a Natsuki con su espada con aire desafiante. Los guardaespaldas protegieron a la japonesa y la alejaron de la batalla hasta que la perdimos de vista- ¿Estás buscando una nueva novia? ¡Si no hay quien te aguante!

Me lancé a por él con los sticks en mano, los bastones estaban cargados de electricidad. La armadura de Deathstroke seguramente le protegería de la electricidad, pero aún así los golpes seguirían siendo duros si no los paraba con la espada. Pero durante el combate no me dio ni una sola oportunidad de alcanzarle. A pesar de mi rapidez y agilidad, Deathstroke también se había puesto las pilas. Esquivé su espada varias veces, pero recibí un corte en el muslo que me hizo vacilar un segundo, entonces con una pirueta me eché hacia atrás, evitando el corte que posiblemente hubiera rebanado mi cuello. Joder con el tío.

- Lo siento, soy un aguafiestas… - lancé un dispositivo de mi guante con la intención de que se enganchara en el casco de mi enemigo. Si conseguía adherirse a su máscara, el aparato empezaría a emitir ondas ultrasonido y desestabilizaría a Deathstroke. Entonces podría propinarle un buen puntapié y sacarlo del Dojo a patadas.

FDI: He avisado a la usuaria de Natsuki de que tenía que responder, y como no me ha contestado lo mejor será que sigamos entre tu y yo ;p

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- Tan solo es una cuestión de negocios, pero debo admitir que me ha salido mejor de lo que esperaba - por el hecho de que podría terminar lo que tenían pendiente de la situación pasada. Ignoró lo demás que se le dijo, en su lugar hizo una pregunta. - Dime algo. ¿Qué fue lo que te hizo volver? - al haber destrozado gran parte de la ciudad, Slade también pretendía hacerle ver a Nightwing que nunca podría volver a su hogar de nuevo. Lo logró, momentáneamente - Te llamas protector de la ciudad, pero sin embargo te marchas cuando quieres y dejas desprotegidos a los pobres habitantes de la ciudad. Luego vuelves y pretendes querer protegerlos de nuevo, como si nada. Decídete, esto no es un juego en el cual puedes salir y entrar cuando te da la gana. Nunca te impongas una carga que dejarás tirada tan pronto las cosas se vean feas. Una carga que no puedas soportar.

Observaba como Natsuki era rodeada por guardaespaldas, los cuales la sacaron del terreno usando una formación defensiva. No le hubiera significado problema el romperla, de hecho, eso fue lo primero que pensó: cumplir con el contrato y luego mostrarle a Nightwing el amargo sabor de la derrota, de nuevo -ya que mataría a Natsuki frente a sus ojos-. Pero luego el héroe interferiría y seria un problema. Mejor lo enfrentaba ahí mismo -por los viejos tiempos- y luego seguiría por la muchacha, ya sin ningún tipo de interrupción.

La batalla a continuación fue feroz. La espada y los bastones chocaban fuertemente y con cada intercambio, se podían observar como leves chispas se desprendían e iluminaban levemente el dojo. La espada era una y Nightwing tenia dos bastones -a los cuales dominaba a la perfección- Slade dominaba su espada también, lo suficiente como para bloquear la mayoría de los ataques. Cuando no podía hacerlo, usaba la parte superior de su antebrazo para bloquear al bastón.

Recibía el golpe, la electricidad no le afectaba y su armadura le ayudaba en gran medida para evitar un golpe que le dejase mal parado. Fue durante uno de esos movimientos cuando por fin pudo abrir un espacio en la defensa del chico. No se detuvo ahí, pues lanzó otro corte -esta vez directo al cuello-, pero el chico lo evitó en una de sus piruetas hacia atrás. El chico era muy escurridizo. Y molesto. Algún día le enseñaría a que se estuviese quieto y pelease.

A continuación el chico lanzo un raro dispositivo de su guante. No lograba identificarlo, pero se dirigía a su cabeza. Usó sus reflejos para moverse hacia un lado y evitar a duras penas el dispositivo cuya finalidad era desconocida. Luego daría un par de pasos hacia atrás.

- ¿Enserio? ¿Eso es lo mejor que tienes? Ya es hora de terminar con este juego. Tengo un contrato que cumplir. - con su mano derecha tomó su bo retractado ubicado en el muslo y apretó un botón para alargarlo. Ahora tenia su espada en una mano y su bo alargado en otra. Adoptó una posición de lucha y se abalanzó contra Nightwing, tratando de propinarle otro corte más. Luego trataría de propinarle un golpe con el bo.

Su finalidad era utilizar la capacidad de lanzamiento de energía que tenia su bo, pero para eso tendría que hacer que el chico se colocase justo donde le quería.

OFF: Espero que este todo bien, en especial el dialogo. Dijiste que Nightwing se marchó tras la explosión en la ciudad, no tengo claro durante cuanto tiempo, pero cualquier cosa me avisas y edito.

Me juré a mi mismo que sus palabras no podrían afectarme, que no me mostraría débil ante él. Bueno, pues no lo conseguí muy bien. Wade Wilson tenía razón, abandoné Blüdhaven el día de la colisión tras haber fracasado como vigilante de la ciudad. El ‘Haven tardó casi un año en recuperarse de los atentados y las explosiones. No tuve el valor suficiente para volver… hasta ahora.

Los edificios que habían desaparecido por el atentado volvieron a construirse, y los habitantes unieron sus fuerzas para devolver la ciudad otra vez a la normalidad. El crimen quedó casi erradicado tras la muerte del líder de las mafias: Blockbuster. Pero ahora que la ciudad se estaba recuperando… las alimañas volvían para alimentarse de los débiles y los malvados se repartían de nuevo el terreno para iniciar una nueva guerra de bandas. La historia del crimen parecía no tener final en Blüdhaven.

- He vuelto para encarcelar a la gente como tu, Deathstroke. Nunca dejas de dar problemas…- comenté con tono burlón mientras esquivaba su mandoble.

- Te llamas protector de la ciudad, pero sin embargo te marchas cuando quieres y dejas desprotegidos a los pobres habitantes de la ciudad. Luego vuelves y pretendes querer protegerlos de nuevo, como si nada. Decídete, esto no es un juego en el cual puedes salir y entrar cuando te da la gana. Nunca te impongas una carga que dejarás tirada tan pronto las cosas se vean feas. Una carga que no puedas soportar.

- ¡Cállate! – vacilé unos segundos y Slade aprovechó para hacerme un tajo en la pierna. La hoja de su espada atravesó el Kevlar, pero por suerte no perforó la carne. Solo me hizo un rasguño que dejaba escapar un hilo de sangre y salpicaba el suelo.

Yo mejor que nadie sabía dónde me estaba metiendo. Para mi proteger la ciudad no era ningún juego, pero habían sucedido demasiadas cosas el último año que me habían hundido en un pozo sin fondo; la muerte de Wally, la muerte de Jason, los atentados de la ciudad, la desaparición de la mitad de mis compañeros titanes por culpa de la colisión, el disparo de Barbara… éste no había sido mi año, sin duda. Pero cuando tocas fondo… en algún momento sabes que tienes que salir.

Deathstroke desvió el dispositivo de ultrasonidos. Joder, se me estaban acabando los cachivaches. Aquella noche había venido a luchar contra Deadshot, no contra Slade. No esta preparado para un combate de estas magnitudes, pero repetírmelo no me ayudaría a ganar. Tenía que pensar en algo… una distracción…

- ¿Enserio? ¿Eso es lo mejor que tienes? Ya es hora de terminar con este juego. Tengo un contrato que cumplir. - Slade se puso chulo y sacó su bo para pasar al combate de dos armas. Si ya me costaba a duras penas esquivar su espada, ahora sería una fiesta tratar de detener las dos armas.

- ¿Porqué vas tras Natsuki Aoki? ¿Para quién trabajas ahora?

Esquivé los siguientes tajos con varias volteretas hacia atrás y me alejé lo suficiente de Slade como para hacer carrerilla. Froté un stick con otro mientras corría para aumentar la carga de electricidad y me abalancé sobre Slade, rompiendo su defensa. Di un salto y después me agaché justo en frente para descargar la electricidad sobre las baldosas. El suelo tembló y desestabilizo a Deathstroke, haciéndolo caer hacia atrás. Aproveché ese momento para propinarle un buen bastonazo en la cara y un rodillazo en el pecho. Caímos al suelo, pero antes de que intentara desarmarlo su bo alcanzó con fuerza la boca de mi estómago y me dejó sin respiración durante unos segundos. Me alejé el antes de recibir otra estocada. Empezaba a quedarme sin ideas.

OFF: Todo genial Slade! Espero que no te haya importado que decida algunas acciones de tu personaje al final del post. Si necesitas que cambie algo avísame por MP. Cuando le digas a Nightwing que trabajas para Blockbuster se quedará flipando y tendrás una oportunidad de alcanzarle.

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Las emociones pueden significar un problema, por eso trataba lo mejor posible de esconderlas. A no ser que sus hijos estén involucrados, en donde la situación se volvía personal. Las emociones pueden ser muy útiles en la batalla, específicamente para el desenfoque del rival, algo que Slade sabia bien.

Sonrió para sí mismo, sabiendo que de alguna manera estaba dentro de la cabeza del chico. Sabía que sus palabras eran totalmente ciertas y que probablemente harían que Nightwing comenzara a cuestionarse, a revivir todas aquellas dudas que tuvieron inicio aquel día en que parte de 'Haven ardió en llamas. Y lo pudo corroborar por el hecho de que el chico le exclamó callarse, en lugar de defenderse.

Nightwing era muy bueno en cuanto al combate se trataba, eso lo reconocía. Sus capacidades eran excepcionales, lo suficientemente buenas como para hacer caer a un hombre como Deathstroke. ¿Lo mas interesante de todo? El chico no tenia poderes. Sus capacidades físicas o intelectuales no estaban mejoradas.

El golpe de bastón -aquel que fue a parar a su cara- fue lo suficientemente fuerte como para hacer que la máscara que portaba se desajustara y saliera violentamente hacia un lado oscuro del dojo. Mierda, ya la daba por perdida. Su rostro se encontraba expuesto y esperaba que Nightwing no lo hubiese olvidado. Su aspecto era el de un tipo entre los 50 años, pelo recortado, barba en el mentón y pelo blanco. En el lugar donde se suponía que estuviese su ojo derecho estaba su característico parche negro. Dick ya sabia la historia del porqué de aquella herida.

No fue una herida de guerra o una ocasionada mientras trataba de matar a algún infeliz: fue una herida causada por su amada esposa Adeline, quien trató de matarle en el momento en que Slade mismo se atrevió a arriesgar la vida de sus hijos en pos de alimentar aun mas su propio ego. No la culpaba y aun amaba a su familia. Pero ellos ya no eran compatibles con su estilo de vida. Por eso era mejor alejarlos.

Sin duda el chico siempre le sorprendía. Todo lo que este tenia lo había conseguido mediante esfuerzos y sacrificios. Sin duda un digno oponente, al cual no le permitiría ni una sola oportunidad. Por eso trató de propinarle una estocada con su espada, pero evidentemente fue evitada. Slade se fue reincorporando y comenzó a hablar al mismo tiempo en que Nightwing también se recuperaba.

- Me ofrecieron una suma interesante por ella, ¿qué te puedo decir?. Sobre eso... Te lo diré, pero solo porque él me pidió que te diera el mensaje. Es un viejo amigo tuyo, no creo que le hayas olvidado... Blockbuster - luego procedió a decir algo que no estaba relacionado y que probablemente no se entendería al principio - Espero que la chica tenga buen seguro - no esperó ni un solo instante y apuntó su bastón hacia el techo, un poco por detrás de la cabeza de su rival. Una fina onda de energía salió disparada desde el extremo del arma e iluminó brevemente el lugar.

¿Qué iba a lograr con eso? Grayson solo se apartaría. Pero tan solo era una distracción. Corrió lo mas rápido posible en dirección opuesta a su rival -trataba de escapar- y mientras lo hacía, giró su bastón para disparar otros dos rayos de energía en dirección a las columnas que mantenían estable el techo del dojo. Con eso hecho, podría hacer que Grayson quedase atrapado en medio del techo que comenzaba a colapsar. Aquel era un movimiento que tenia pensado desde aquel momento en que el chico tuvo la mala suerte de que su Wing-Ding se desviara y partiera por la mitad una de las columnas, al principio del encuentro.

Deathstroke, que se encontraba corriendo al lado opuesto, trato de hacer su propia salida y atravesar con fuerza aquella pared de madera que lo separaba del exterior. Y de ahí se marcharía.

OFF: No sabia muy bien de que material era el dojo, pero siendo que Natsuki es Japonesa, pensé que era de madera. Lo de la estructura colapsando, espero no haya problema. Pero la finalidad es dejarte atrapado momentaneamente entre la madera.

El bo puede disparar energía..

Durante el forcejeo Deathstroke perdió la máscara que ocultaba su rostro. Reconozco que fue un momento bastante dramático, típico de las películas o los cómics de superhéroes. Slade Wilson tenía la cara descubierta y era tal y como la recordaba. Nuestros ojos conectaron en aquel instante, y me di cuenta del odio que llenaba su mirada. Ahora podía ver su ojo, sus rasgos severos, sus gestos faciales… era una ligera ventaja en combate. Podía intentar leer las emociones que antes ocultaba su máscara impasible. Deathstroke era muy bueno engañando en combate pero no podría engañarme para siempre. Detrás de la máscara había una persona, y sus gestos y su mirada me indicarían también sus intenciones antes de atacar. Tenía que aprovechar esa ligera ventaja para darle la vuelta a la situación.

Me alejé de él justo a tiempo de esquivar otra estocada, y me llevé la mano al estómago intentando recuperar la respiración. Menudo golpe de bastón. Slade aprovechó para hacer cháchara…no era muy propio de él, ¿pero quién no quiere darme conversación?

- Me ofrecieron una suma interesante por ella, ¿qué te puedo decir? – Ya, a Slade siempre le movía el dinero. Que novedad.- Sobre eso... Te lo diré, pero solo porque él me pidió que te diera el mensaje. Es un viejo amigo tuyo, no creo que le hayas olvidado...- tuve un mal presentimiento.

- Blockbuster

Blockbuster.

Blockbuster.

No.

Estaba muerto. Yo le vi morir… yo le vi…

- Espero que la chica tenga buen seguro.

Ni si quiera presté atención a sus palabras, pero mi cuerpo reaccionó tratando de esquivar su bo de nuevo. Mi cabeza estaba todavía intentando asimilar sus palabras, ¿Era una trampa? ¿Una distracción? Me quedé bastante alucinado al ver la onda de energía que propulsaba su bastón. Eso era nuevo.

-¿Pero qué narices? ¡Eso es trampa! – miré en dirección al techo y me di cuenta de la situación cuando era demasiado tarde. Quería que esquivara el golpe, su intención era darle al techo desde el principio…

Mierda.

El Dojo empezó a derrumbarse y yo imité a Slade, que había salido corriendo en la otra dirección para escapar. El hijo de perra derrumbó las otras dos columnas que sujetaban el techo con su “bo mágico” de las narices, y la madera rápidamente se vino abajo. No tuve tiempo de alcanzar la ventana. El techo se me había caído encima y perdí el conocimiento al instante. No se cuanto tiempo estuve allí hasta que me desperté y me di cuenta que una viga había parado la mayoría de los escombros que amenazaban con aplastarme. Me dolía la cabeza y aún estaba atontado. Aparté como pude las ruinas y no tuve muchos problemas para salir del edificio derrumbado. Cuando conseguí ponerme de pie noté un pinchazo agudo en el vientre. Se me había clavado un trozo de madera cerca de una costilla. Creo que no me ha perforado nada importante.

- Menuda nochecita llevo… - dije con un quejido. Slade ya no estaba y por lo que parecía Natsuki Aoki tampoco. Lo más sensato ahora era volver a casa…

OFF: Me ha parecido una genial idea lo del derrumbe del Dojo! Si quieres puedes hacer un último post explicando que Natsuki ha cogido un helicóptero y la has perdido de vista. Sino ya cierro el tema y podemos abrir el otro cuando quieras ^^

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